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CRITICA A LA RAZON

La palabra extramoral debe entenderse como la intención de desligar la relación entre estos
términos y los juicios morales, donde la verdad se corresponde con el bien y la mentira con el
mal.

La mentira es un elemento propio de la potencia del ser humano para sobrevivir.

Por eso la mentira y la verdad son concebidas por Nietzsche como dos estrategias humanas
dispuestas en un mismo plano de posibilidades.

Nietzsche hace un desplazamiento desde la idea de ver a la razón y al intelecto como


facultades naturales del hombre hacia la idea según la cual la razón no es más que un
resultado de la necesidad de equipar las posibilidades de la especie de conservación de la vida,
contra las garras y colmillos de los demás animales.

La capacidad de pensar se articula en el espacio de la imaginación, la fantasía es la dimensión


sobre la cual va a transcurrir el funcionamiento del intelecto.

Según Nietzsche las ideas no reflejan los objetos del mundo, ni al mundo, como una
continuidad de las impresiones que captamos por los sentidos, por el contrario las ideas son el
producto de la fantasía que tenemos de este mundo.

Nietzsche comienza a hacer su crítica sobre la cuestión de que las ideas debían expresar una
correspondencia estricta con la naturaleza del mundo (y la naturaleza de las cosas que lo
pueblan) para ser ideas claras.

Así entre la dimensión del pensamiento y la de lo concreto intervenía la necesidad de


adecuarse al otro. (El concepto de verdad califica un mundo como verídico).

La verdad y la mentira pasan a ser comprendidas como herramientas de intervención en el


intento por procurar la supervivencia. De aquí que la mentira valga lo mismo que la verdad, ya
que las virtudes de ambas se desplazan, hacia los resultados que las mismas produce, (hacia
sus consecuencias).

¿Por qué el ser humano es capaz de mentir?

Nietzsche nos dice que la mentira no es una falla de la verdad sino una estrategia de acción
sobre el mundo. Esto va de la mano de reconocer que no existe un conocimiento del mundo
independiente de las necesidades y de la voluntad del ser humano.

Por medio del lenguaje realizamos una IMPOSICIÓN. El lenguaje posee una violencia sobre las
cosas que se observa. (Creemos saber algo de las cosas mismas cuando hablamos de árboles,
colores, nieve, casas y flores, pero la realidad es que lo único que tenemos de estas cosas son
metáforas, que no se corresponden con las esencias primitivas de estas cosas).

El lenguaje muestra esta violencia cuando conceptualiza, transfigurando la realidad en


imágenes e imprimiéndolas en las cosas como una descripción de la misma. Así realizamos la
HOMOGENIZACION de las cosas entre sí, agrupando lo distinto a lo igual.
Eliminamos las diferencias que se presentan en el mundo, entre las cosas y construimos una
regularidad, un patrón que expresa lo que no es (la igualdad) en vez de lo que es (la
diferencia). EJ: de la hoja y la honestidad.

Para poder realizar esta operación son necesarias dos acciones: LA CONVENCIÓN (permite la
regulación de las palabras, la unificación del sentido y del valor de las ideas). EL OLVIDO DE LA
CONVENCIÓN (De este origen imprevisto del lenguaje y con ello el no recuerdo de la violencia).

El problema de la violencia del lenguaje, de las ideas sobre el mundo, es que se pierde de vista
lo que para Nietzsche constituye la faz más positiva del ser humano: su cuerpo.

El costo de la autoconciencia, construido sobre el imperio de la verdad, es el olvido de lo


instintivo, de lo animal en el ser humano. La potencia creadora, la lucha y demás se ven
sustituidas por la seguridad que da el mundo racional.

El problema con el olvido es el de la naturalización: la pérdida de la dimensión histórica de la


verdad y la mentira, elimina el conflicto como la situación del origen y permite concebir al
conocimiento como destinado a la concordia (acuerdo).

CRITICA A LOS VALORES MORALES

Genealogía de la moral está dedicada al análisis de la formación de los valores morales y a la


dinámica que esos valores le imprimen a la vida.

La genealogía restablece los diversos sistemas de sometimiento: no la potencia anticipadora


de un sentido, sino el juego azaroso de las dominaciones.

La obra propone un acercamiento al problema de la moral desde el estudio de la etimología de


los conceptos. Nietzsche quiere alcanzar la raíz de ciertos conceptos en distintas culturas y
momentos históricos, tratando de mostrar las variaciones que las mismas sufrieron a lo largo
del tiempo. Sin embargo el objetico no es buscar significados perdidos sino, volver a la historia
para mostrar que los significados con los que han contado estas palabras, no responden a una
disposición de elementos propios de los conceptos sino a la expresión de fuerzas que disputan
por el sentido de ellas.

La moral se puede comprender como un campo de batalla entre fuerzas que luchan por las
significaciones de los términos como bueno, noble, justo, etc.

En la perspectiva nietzscheana siempre encontramos pluralidad de las fuerzas, esto es que ni


toda la realidad está formada por una única fuerza, ni tampoco está compuesta por dos
fuerzas abstractas.

Este PRINCIPIO DE PLURALIDAD DE FUERZAS hace referencia al hecho de que cada sociedad, y
cada momento histórico, contienen sus propias fuerzas particulares, distintas entre si y que se
expresan de varios modos. Para esta perspectiva las fuerzas no se ajustan a la voluntad de una
persona (No se explican por la particularidad de un sujeto, sino que los sujetos se entienden
por una apelación a las fuerzas).
Antes de la subjetividad hay una dimensión pre subjetiva, firmada por el poder y la coacción
de las fuerzas, de la cual los sujetos emergen como resultado.

Nietzsche inaugura una concepción filosófica según la cual los sujetos se constituyen como
tales a partir de la subordinación al poder.

Nietzsche va a referirse a dos grandes grupo: el de las FUERZAS ACTIVAS y el de las FUERZAS
REACTIVAS. Lo que las diferencia una de otras es la relación que estas entablan con la vida.

Una fuerza es ACTIVA: Cuando afirma la vida como valor superior, cuando la acción que realiza
esta signada por la positividad de su voluntad, cuando busca imponer su modo de comprender
el mundo, de ordenarlo a partir de la valoración propia. (Se las denomina como FUERTES o
NOBLES).

Una fuerza es REACTIVA: Cuando en vez de dirigirse sobre el mundo, se interioriza, se vuelve
contra si misma. Cuando el objeto sobre el que aplica su sometimiento es su propia vida, solo
queda como resultado la impotencia frente al mundo y la generación de la mala conciencia.
(Se las denomina DEBILES).

Una fuerza que antes era activa se vuelve reactiva al interiorizarse, al volverse contra si.

El PROBLEMA DE LAS FUERZAS REACTIVAS a la vida es que su elemento característico es la


negación de esta, y los ideales que construye son los de debilidad, los de la impotencia, es
decir, todos los ideales que impiden o bloquean la superación del sí mismo. Genera una culpa
como motor de la acción y cuando interioriza esa culpa crea sujetos dóciles.

Sin embargo que una fuerza sea reactiva o débil no significa que no se pueda imponer sobre
las fuerzas activas.

La pregunta es: ¿Cómo un sistema de poder que nos subordina logro imponerse?

El PODER en la filosofía nietzscheana es la capacidad de imponer, en el marco de un conjunto


social, una forma de vida generadora de sujetos con ciertas características.

Para Nietzsche el cristianismo es una fuerza reactiva que logro imponerse en Europa en el
siglo XIX y será el modelo para otras.

CRÍTICA A LA TRASCENDENCIA:

Hay dos filosofías:

Filosofía de la trascendencia: el mundo está organizado por un elemento superior.

Filosofía de la inmanencia: el mundo está organizado por elementos propios del mismo (de
este mundo).

Lo destacable de esta disputa sigue siendo la forma de explicar ya sea la organización de la


sociedad o el orden de la naturaleza.

Puede explicarse desde un elemento que aun formando parte del conjunto, se destaque sobre
los demás y constituya un principio explicativo del conjunto al otorgarle al mismo un fin o
finalidad (trascendencia) o puede partir de la disposición de las partes, sin jerarquizar ninguna
de ellas por sobre las demás, y constituir un principio explicativo sin apelar a una finalidad por
fuera del mismo conjunto de elementos. (Inmanencia).

La filosofía de Nietzsche está dentro del campo de la inmanencia ya que genera una
explicación de la realidad sin apelar a campos fuera de la misma.

Nietzsche crea a ZARATUSTA (figura contraria a Jesús) y que en vez de predicar la venida del
reino de los cielos como lo hace Jesús, zaratustra predica la existencia de un mundo librado a
su propia suerte.

Zaratustra cumple la función de pensar, de analizar la realidad sin contar con alguna norma
extraída del contraste de un principio externo a la misma.

Zaratustra comienza su camino afirmando que “DIOS HA MUERTO”.

Conceptos como pecado, más allá, castidad, etc, forman para Nietzsche una cadena de
nociones que desvaloriza la vida terrenal en función de esa vida que vendrá después.

A los sujetos que conciben el mundo nuestro como imperfecto frente a un mundo perfecto
ubicado en el más allá, Zaratustra los denomina como los trasmundanos.

La muerte de dios permitiría empezar a pensar valores que se asienten en una afirmación de la
vida terrenal y de nuestro mundo. Al creer que hay un mundo extraterrenal y que hay
inmortalidad del alma, tendemos a desvalorizar la vida terrenal. La inmortalidad destruye lo
que existe de la razón y la naturaleza del instinto, la vida pierde sentido porque el sentido está
situado en un más allá.

La eliminación de DIÓS en los términos que propone la ciencia no anula el lugar estructural que
ocupaba DIÓS, sino que lo deja vacío.

El lugar de Dios pasa a ser ocupado por la autoridad de la conciencia, el dominio de la razón, el
dios del progreso histórico, el instinto social. Sin embargo un intercambio de figuras no elimina
la estructura. Nietzsche denomina a este movimiento como nihilismo y a la figura que ocupa el
lugar de dios como el ULTIMO HOMBRE.

El último hombre ha matado a dios pero ha puesto la figura del hombre como fin en si mismo.
Por eso Nietzsche considera que esta figura sigue negando la vida.

Nietzsche tiene una confrontación con el humanismo de la época que, propone una
homogenización cultural a partir de una figura de hombre como resultado del devenir
universal de la historia.

El último hombre requiere de la idea del progreso para constituirse en el fin de esa historia, en
el momento culmine y trascendente, desvalorizando las culturas pasadas por primitivas,
proponiéndose como el último escalón evolutivo.

La figura del último hombre se impone a condición de que ya nada cambie, de que no surjan
nuevos modos de pensar, de sentir, de valorar.
Frente a la figura del último hombre, Zaratustra impondrá la del superhombre.

EL SUPERHOMBRE: Es aquel que crea valores, pero también aquel que crea una nueva forma
de valorar. Es el devenir activo de una fuerza, que parte de la superación del nihilismo del
último hombre.

La doctrina del superhombre propone superar al hombre, pero esta superación no debe
entenderse en términos biológicos o raciales, sino como el establecimiento de nuevas
relaciones con la tierra y con los hombres.

EL SUPERHOMBRE ES LA TERCERA CONSECUENCIA DE LA FORMULA “DIOS HA MUERTO”.

Tras la muerte de dios el lenguaje del hombre pasa a ser la proclamación de la posibilidad
humana, la doctrina del superhombre. Esta suprema posibilidad humana es la dimensión
creativa del hombre, su dimensión afirmativa de la vida, de los instintos. La aparición del
superhombre implica una ruptura con lo establecido.

Zaratustra nos dice que el hombre debe pasar por tres etapas para convertirse en
superhombre:

1) EL CAMELLO: que carga con los valores establecidos.


2) EL LEÓN: que se sacude el peso de lo dado.
3) EL NIÑO: que crea lo nuevo por medio del juego.

TRANSVALORACION: situación de ruptura y creación.

El superhombre es transvaloración porque es una nueva forma de valorar.

En el momento de la ruptura es donde el superhombre se diferencia del nihilismo. Ya que el


superhombre negara en función de una afirmación, de un nuevo modo. Y el nihilismo
sostendrá la estructura y negara solo por sostener la negación.

Trasmutar no es sustituir, es transformar y transformar es crear una nueva estructura de


pensar, de valorar, de vivir.

La creación en Nietzsche es el rol fundamental del hombre, el elemento que lo vuelve


diferente de los animales.

La creación no está subordinada a la razón, sino a la voluntad. Y esta voluntad que permite
esta afirmación es la voluntad de poder o de potencia.

Zaratustra no enuncia los nuevos valores ya que de ser así estaría rompiendo el lazo horizontal
de comunicación y pretendiendo que la obra se imponga desde fuera a la vida, como un códice
sagrado, como una tabla que se sostiene justamente por no pertenecer a la vida.

CONCLUSION:

A la filosofía nietzscheana se le ha denominado frecuentemente como una filosofía


intempestiva. Este término se utiliza para referirse a una situación de novedad, de ruptura con
el curso que se desarrollaba y aparición de algo distinto o nuevo.
“Esta dimensión que se distingue de la filosofía clásica, y su empresa “eterna”, como de la
filosofía dialéctica en su comprensión de la historia: un singular elemento de inquietud”. Esta
inquietud a la que refiere de Leuze (autor), se plasma en la radicalidad de la visión
nietzscheana, en la profundidad de la crítica.

Hemos repasado tres de ellas:

1) La crítica a la razón como principio “natural” del hombre y a las nociones de verdad y
mentira, en pos de la dimensión de la supervivencia.
2) La crítica a los valores morales: tanto en su pretensión de universalidad, como así
también en su ocultamiento de la voluntad de poder como motor de su desarrollo.
3) La crítica a la trascendencia: como estructura de un modo de pensar la realidad.

Esta tres críticas se articulan bajo un mismo objetivo, el de configurar un proyecto filosófico
que reintroduzca la noción de valor en la filosofía y que desplace la primacía de la subjetividad
concebida en términos individuales.

La revolución francesa constituyo también la plataforma sobre la que en la segunda mitad del
siglo XIX, la filosofía de Nietzsche va a desplegarse y proponer una filosofía del valor, del
sentido, de la pluralidad. Toda una filosofía critica que inaugurara una forma de filosofar como
el la denomino, a martillazos.

La revolución francesa también significo la destrucción de muchos conceptos y un gran


impacto en la filosofía moderna. (pág. 199 libro de cátedra).

Filosofía de Nietzsche: filosofía del valor, del sentido, de la pluralidad.

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