Inhelder, Bovet y Sinclair. Aprendizaje y estructuras del conocimiento.
Contribucion de la psicología genética.
Hasta ahora se ha prestado poca atención tanto en epistemología como en psicología
genética a las cuestiones de aprendizaje en sentido estricto. Piaget ha introducido la distinción entre aprendizaje en sentido estricto y en sentido lato, estando el primero subordinado al último.
Toda teoría del aprendizaje depende de las condiciones que se tienen de la naturaleza del conocimiento y de las hipótesis sobre el desarrollo intelectual.
Piaget concibe solo como epistemología científica a la genética, estudiando la
naturaleza de los conocimientos en función de su crecimiento de acuerdo con dimensiones históricas y ontogenéticas. La psicología genética capta en el niño las formas de construcción de los conocimientos y deduce hipótesis sobre las leyes del propio desarrollo.
3 rasgos dominantes de la perspectiva de Piaget.
1- La dimensión biológica: Piaget califica su epistemología genética de
“naturalista sin ser positivista” y considera las conductas cognoscitivas como dependientes de un organismo dotado de estructuras que se manifiestan por su poder de asimilación y de acomodación. Un mecanismo análogo explicaría, según Piaget la formación de las primeras conductas de adaptación cognoscitiva en el niño. Estas conductas se constituyen mediante procesos de asimilación funcional a partir de estructuras preexistentes biológicamente. Al reproducirse y generalizarse esta actividad asimiladora conduce por medio de la diferenciación acumuladora a reconocimientos sensomotores. La actividad asimiladora esta en el origen de los primeros esquemas de conocimiento del sujeto. Los esquemas se coordinan entre si y un mismo objeto puede ser asimilado en 2 o vario esquemas. A través de la asimilación reciproca de los esquemas y de su integración se constituyen conductas nuevas que no están inscritas en las estructuras orgánicas hereditarias. La noción de asimilación implica siempre un proceso de integración de los objetos nuevos a las estructuras anteriores y la elaboración de estructuras nuevas por el sujeto actuando en interacción con el medio. Los esquemas cognoscitivos no están más que parcialmente coordinados y terminan en juicios contradictorios o incluso incompatibles entre si. Nuestras investigaciones nos han convencido de que los esquemas pueden permanecer activos en el tiempo sin estimulación exterior y que son incluso susceptibles de transformarse gracias a su propio funcionamiento en el curso del desarrollo. Parece que todo pasa a través de procesos de organización haciendo asimilables ciertos estímulos y descartando otros. La psicología genética da testimonio de esta actividad organizadora y de esta transformación de los esquemas en función de estructuras cognoscitivas. Existiría una analogía profunda entre las concepciones psicológica y biológica del papel de la asimilación estructuradora del organismo o del sujeto del conocimiento y la idea fundamental de una continuidad entre los mecanismos biológicos más generales y los que hacen posible la génesis de las funciones cognoscitivas. La psicogenesis es incomprensible si no se remonta a sus raíces orgánicas. Son las transformaciones fenotípicas quienes caracterizan los pasos de una etapa de conocimiento a la siguiente. El biologismo de Piaget se halla alejado de las teorías preformistas, Piaget subraya la interacción continua entre el sujeto y el medio, y la construcción gradual de los esquemas debida a esta interacción, sin que las estructuras sean concebidas como predeterminadas.
2- El punto de vista interaccionista: Desde este punto de vista el conocimiento
debe ser considerado como una relación de interdependencia entre el sujeto que conoce y el objeto de conocimiento y no como la yuxtaposición de dos entidades disociables. Según Piaget, el objeto existe pero no se le puede conocer mas que por aproximaciones sucesivas a través de las actividades del sujeto; constituye un estado limitado al que intentamos aproximarnos sin alcanzar jamas un conocimiento completo. Dentro de la perspectiva de una interdependencia tal de relaciones del sujeto y el objeto, es ilusorio creer que pueda alcanzarse la objetividad espontáneamente como si fuese un dato inmediato. Ella supone un trabajo continuo de elaboración y descentralización por parte del sujeto que conoce. Esta elaboración se realiza al principio en dos direcciones complementarias e interdependientes: 1) la que elabora formas de conocimiento o estructuras lógicas o matemáticas y 2) la que nos lleva al conocimiento de los objetos y relaciones espaciotemporales y causales que los constituyen, habiendo entre ellas una variedad de tipos de conocimientos intermedios. Abstracción empírica: Extrae del objeto sus propiedades relativas a un conocimiento particular descartando las que no lo son; saca su información de los propios objetos. Abstracción que se refiere a la experiencia física (donde es sacada en parte del objeto). Abstracción reflexiva: Saca sus informaciones de la coordinación de las acciones que el sujeto ejerce sobre el objeto. Ni estas acciones, ni la coordinación tienen su origen en el objeto, que representa solamente el papel de soporte. (Vinculada a la experiencia lógico matemática).
En nuestros estudios de aprendizaje, los procedimientos apuntan
esencialmente a la constitución de la forma del conocimiento e insisten por tanto en el aspecto abstracción reflexiva, por eso representan “ejercicios operatorios”. Ellos conciernen siempre a la adquisición de nociones particulares cuyo contenido desempeña en cada experiencia un papel muy específico.
3- El constructivismo genético: Uno de los principales problemas es el del paso
de una etapa del desarrollo cognoscitivo a la siguiente, mediante el estudio de los mecanismos que engendran la evolución de los conocimientos. Este problema se inscribe dentro de una epistemología constructivista. Hipótesis fundamental del constructivismo psicogenético: ningún conocimiento humano, salvo las formas hereditarias muy elementales esta preformado ni en las estructuras constituidas del sujeto, ni en las de los objetos. El conductismo clásico: ve en el conocimiento una copia funcional, un reflejo de la realidad, y apenas se interesa por los mecanismos inherentes a la construcción intelectual. Reduce las funciones superiores a las funciones inferiores. El constructivismo: intenta asegurar la continuidad entre las funciones de nivel inferior y superior. Pero sin reducir las unas a las otras, explica las transformaciones genéticas que conducen a las novedades características del escalón siguiente, Piaget ha recurrido a los mecanismos reguladores o auto reguladores que responderían a la vez de los mecanismos formadores y de las etapas de realización, instrucción o adquisición.
Las estructuras operatorias testimonian la capacidad del sujeto para
compensar o anular las perturbaciones que provienen del medio o las que resultan indirectamente del propio crecimiento del sujeto. Los sistemas operatorios constituyen un caso particular de las regulaciones psicológicas e incluso orgánicas más generales, llegan mediante la instauración de la reversibilidad a compensaciones o anulaciones perfectas de las perturbaciones. La acción directa puede ser anulada mentalmente por la acción inversa correspondiente. El interés por una teoría del aprendizaje de concepción constructivista reside, en la idea de una continuidad completa entre los conjuntos de los mecanismos de regulación psicológica de naturaleza temporal y los sistemas de operaciones lógicas temporales que tienen un carácter de necesidad. Piaget se ha interesado por los aspectos negativos y positivos del pensamiento preoperatorio, pusieron una semilogica que se instalaría a los 4-5 años y su parte observable seria los conceptos de identidad cualitativa y las dependencias funcionales procedentes de los esquemas de acción sensomotora. Las últimas son fuente de las operaciones lógico matemáticas y de los conocimientos científicos. Toda regulación tanto durante el crecimiento biológico como el psicológico es una construcción y no solo el mantenimiento de un estado de equilibrio. Toda construcción es el producto de una compensación con relación a las perturbaciones que le han dado nacimiento. En esta perspectiva constructivista se ve la continuidad entre las autorregulaciones de orden biológico y psicológico. El constructivismo psicogenético considera las secuencias del desarrollo como si estuvieran regladas por mecanismo de equilibrio de origen endógeno (interno), pero sin estar predeterminadas por factores hereditarios en cuanto a sus contenidos o al logro de sus estructuras de equilibrio.