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ORIGEN:
El emprendimiento tiene sus orígenes en el inicio de la historia de la humanidad, puesto que ésta
en toda su historia ha luchado por superarse, por encontrar mejores formas de hacer las cosas y
mejorar su calidad de vida. El emprendimiento es algo innato en la humanidad, algo que siempre
ha estado presente en el hombre, aunque claro está, el emprendimiento no se ha desarrollado en
todos los hombres. Quizás el emprendimiento ha sido la diferencia entre el hombre y los demás
seres vivos, pues éstos últimos prácticamente no se han superado en miles de años, contrario al
sorprendente progreso de la humanidad, y todo gracias el espíritu de emprender.
Para fomentar la cultura del emprendimiento es preciso que se inicie un proceso desde los
primeros años de vida de las personas. Este proceso debe contemplar estrategias encaminadas a
llevar a la persona al convencimiento que mediante la creación de proyectos productivos se puede
a llegar a triunfar tanto personal como económicamente.
Necesidad de Logro: Característica relacionada con aquellas personas que son responsables de la
solución de ploblemas marcar objetivos y alcanzarlos por su propio esfuerzo. Estas personas
también tienen la necesidad de saber que también están haciendo las tareas (retroalimentación),
alto rango de pensamiento y no trabajan sólo por dinero.
TIPOS DE EMPRENDEDORES
EL EMPRENDEDOR MAGNÍFICO: Hablamos de grande porque este tipo de persona desea hacer un
cambio en el mundo de una forma grande y obvia. No suelen emocionarse mucho con la idea de
que el éxito es un factor que va en incremento. Siempre piensan en grande. Tampoco son muy
amantes de emprender muchas veces, sino más bien, prefieren tener un solo negocio durante
toda su vida y que sea el mejor, más grande y con más fama. No le temen al riesgo, son versátiles,
pasionales, y vocacionales.
EL EMPRENDEDOR STARTER: Son los típicos emprendedores que tienen varios Start-Ups exitosos a
su nombre. Este tipo de emprendedor basa su estrategia teniendo el éxito a pedacitos y de
manera regular, más que con un gran y solitario éxito (como lo desea el nº1). Por lo general, este
emprendedor siempre tiene sus negocios en especialidades similares.
EL EMPRENDEDOR QUE LA SIGUE: No es que sean faltos de creatividad sino que a estos
emprendedores les encantan los sistemas. De hecho, crean sistemas para enfrentar las situaciones
caóticas que indudablemente se presentan cuando estás comenzando. Son lineales y sus
compañías suelen funcionar con una metodología y usualmente recompensan a sus empleados de
manera meritocrática o por mejoras que hagan durante el tiempo.
EL EMPRENDEDOR ESPECIALISTA: Como muchos de los nuevos jóvenes millonarios, este tipo de
emprendedor suele tener un perfil especialista en algo, por ejemplo, ingenieros, analistas,
médicos, químicos, etc. Tener un perfil técnico le permite desarrollar un negocio especializado y
segmentan su mercado mucho mejor, sin embargo, necesitan de un equipo que les complemente
en todo aquello que no conocen.
EL EMPRENDEDOR INTUITIVO: Este tipo de emprendedor suele ser el que necesita más enfoque.
Son grandes líderes porque tienen mucha energía, visión y pasión, y saben transmitirla a los
demás. Puede que hayan visualizado algo y no sepan exactamente cómo explicarlo. Por ello,
suelen necesitar desarrollar una metodología y rodearse de un buen consejo asesor que le ayude a
enfocar todas esas ideas, para no dar la mala impresión de no saber a dónde se va.
Forma parte de la naturaleza de los empresarios ser persistentes y optimistas. Sin embargo, es
prudente hacer un alto en el camino para entender qué errores cometen.
2. PENSAR QUE NO HAY COMPETENCIA: Sucede con frecuencia que los emprendedores se
entusiasman a tal punto con sus ideas que tienden a pensar que para ellos no existe competencia
y que se venden solos.
3. NO FORMAR BUENOS EQUIPOS: Uno de los errores más comunes de los emprendedores es
creer que pueden sacar adelante sus proyectos solos. Por el temor a compartir conocimiento, o
por el amor que les tienen a sus empresas, tienden a no unirse a otras personas y por falta de
experiencia pueden fracasar.
4. PENSAR QUE HACER EMPRESA ES UNA ACTIVIDAD DE MEDIO TIEMPO: Hay gran sabiduría en la
frase popular "el que tiene tienda que la atienda". Crear empresa es una tarea tan obligante que
ocupa la vida entera de los emprendedores. Por ello, pensar que es posible hacer empresa
mientras se tienen otras ocupaciones es una mala estrategia
5. NO TENER PRESENTES LOS ASPECTOS LEGALES: Los emprendedores tienden a conocer hasta los
más mínimos detalles en aspectos operacionales del negocio, pero olvidan por completo su
estructura legal. Entonces, organizar una empresa se puede convertir en toda una muralla que
frena las iniciativas.
6. CRECER MÁS RÁPIDO DE LO POSIBLE: Una vez que el emprendedor ha logrado poner en marcha
una empresa, estará tentado a crecer por encima de sus capacidades. Crecer sin medida es
responsable de más fracasos empresariales de los que se piensa.
7. EXCESO DE OPTIMISMO: Por definición, los emprendedores son personas optimistas. Así debe
ser, pues de otra forma no sacarían adelante sus proyectos ni convencerían a otros de
acompañarlos con recursos y trabajo. Sin embargo, la mayor queja de los inversionistas en el
mundo es que les falta realismo en sus proyecciones.
8. INCAPACIDAD PARA AFRONTAR EL CAMBIO: El mundo de los negocios está lleno de ejemplos de
éxito empresarial de personas que han retomado ideas que otros han desechado
9. FALTA DE CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO: Todo emprendedor antes de montar empresa debe
contestarse unas preguntas básicas: ¿Tengo claridad en mis metas? ¿Estoy pensando en la
estrategia correcta? ¿Puedo ejecutarla? La relación entre los intereses personales del
emprendedor y la operación de las empresas es fundamental para el éxito.
10. NO PONERSE EN LOS ZAPATOS DE LOS INVERSIONISTAS: Para la mayoría es mejor ser el dueño
de una porción de una empresa que tener el 100% de nada. Sin embargo, no poner en práctica
esta premisa arriesga la viabilidad de muchos proyectos. Para conseguir capitales externos, un
emprendedor debe estar dispuesto a ceder participación. Como lo afirma Gregorio Restrepo, de
Sun Rising Investments, "los emprendedores y los inversionistas manejan dos lenguajes distintos,
los primeros siempre están pensando en productos y no entienden que los segundos piensan en
términos de rentabilidad". Así, el desconocimiento de las relaciones gana gana entre
emprendedores e inversionistas puede ser uno de los mayores errores cometidos.
La presión a que se ve sometido un emprendedor es alta y constante, más agobiante que la del
común de la gente. Se dice que toda solución conlleva a la vez a un problema, y parece que esta
regla está presente también en el emprendimiento. Que ha sido la solución de muchos sus
problemas económicos y laborales, se puede convertir en una presión y estrés a veces difícil de
sobrellevar.
En este orden de ideas, el emprendedor debe tener la capacidad para manejar la presión, el
estrés, debe ser capaz de actuar en situaciones difíciles con toda la calma, no dejarse afectar por
condiciones adversas, etc.
Por eso también es importante que el emprendedor cuente con el apoyo de su familia y amigos,
de lo contrario será muy difícil que tenga éxito, puesto que en el momento en que el proyecto de
emprendimiento empiece presentar problemas serios como financieros, de personal, con clientes
o proveedores, etc., el emprendedor deberá contar con el apoyo y la compresión de su círculo
familiar para poder responder adecuadamente a estas exigencias.
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