Está en la página 1de 28

4.21.

Nutrición en la diabetes mellitus

María Ángeles Valero Zanuy Miguel León Sanz


Capítulo 4.21.

Nutrición en la diabetes mellitus

1. Introducción

2. Epidemiología

3. Definición, clasificación y diagnóstico de la diabetes mellitus

4. Trastornos metabólicos en la diabetes mellitus


4.1. Metabolismo hidrocarbonado
4.2. Metabolismo lipídico
4.3. Metabolismo proteico

5. Objetivos del tratamiento nutricional

6. Recomendaciones nutricionales para la dieta oral en la diabetes


mellitus
6.1. Nutrientes
6.2. Educación nutricional
6.3. Grupos específicos

7. Indicaciones de nutrición artificial en pacientes con diabetes


mellitus

8. Nutrición parenteral
8.1. Energía
8.2. Composición de macronutrientes
8.3. Composición de micronutrientes
8.4. Administración de insulina
8.5. Complicaciones
8.6. Nutrición parenteral domiciliaria
8.7. Transición de nutrición parenteral a dieta oral o nutrición enteral

9. Nutrición enteral
9.1. Selección de fórmulas de nutrición enteral
9.2. Métodos de administración de nutrición enteral
9.3. Control glucémico
9.4. Complicaciones gastrointestinales
10. Resumen

11. Bibliografía

12. Enlaces web

Objetivos

n Conocer la definición y clasificación de la diabetes mellitus.


n Examinar las alteraciones del metabolismo intermediario que ocurren en la diabetes mellitus.
n Determinar los objetivos del tratamiento en la diabetes mellitus.
n Establecer los requerimientos nutricionales de macro y micronutrientes en la diabetes mellitus.
n Analizar las características peculiares del tratamiento nutricional en grupos específicos de pacientes diabé-
ticos.
n Revisar las indicaciones de métodos de nutrición artificial en diabetes mellitus.
n Diseñar fórmulas de nutrición parenteral y enteral para pacientes con diabetes mellitus.
n Definir métodos de control glucémico en pacientes diabéticos sometidos a nutrición artificial.
n Identificar métodos de prevención y diagnóstico de complicaciones asociadas a la nutrición artificial en pacien-
tes diabéticos.
1. Introducción

L
a diabetes mellitus (DM) se considera actualmente como uno de los pro-
blemas principales de salud a escala mundial. Se caracteriza por un déficit
absoluto o relativo de insulina, lo que origina hiperglucemia, con tendencia a
afectación de pequeños y grandes vasos a largo plazo. El déficit de insulina se debe
a un defecto de su secreción, de su acción o de ambas. La hiperglucemia mantenida
se asocia a alteraciones a largo plazo de múltiples órganos, especialmente riñón,
ojos, sistema nervioso, corazón y vasos sanguíneos, en relación con la aparición de
micro y macroangiopatía. Las complicaciones crónicas son, por lo tanto, nefropa-
tía, retinopatía, neuropatía periférica y/o autonómica y enfermedad cardiovascular.
Además de estas complicaciones crónicas, en la evolución de la enfermedad pue-
den aparecer complicaciones agudas como la hipoglucemia, la cetosis y la situación
hiperosmolar.
En el presente Capítulo se considera la epidemiología, clasificación y diagnóstico
de la diabetes mellitus, así como de sus trastornos metabólicos. Además, se revisan
los objetivos y recomendaciones para la dieta oral en la diabetes mellitus y se dan
recomendaciones para la nutrición artificial en esta patología.

635
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

Tabla 1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE DIABETES MELLITUS

• Síntomas de hiperglucemia más glucosa en plasma superior o igual a 200 mg/dl. Esta glucemia puede
haber sido obtenida en cualquier momento del día, sin relación con la ingesta de alimentos
• Glucemia basal mayor o igual a 126 mg/dl. Se considera basal cuando no se han ingerido alimentos
en las 8 horas previas
• Glucemia a las 2 horas de un sobrecarga oral de 75 g de glucosa mayor o igual a 200 mg/dl

2. Epidemiología Gordon y Serrano Ríos reflejan que la prevalencia


de la enfermedad puede llegar al 8% en individuos
Es difícil saber con exactitud la frecuencia de DM mayores de 65 años.
en la población general. Esto es debido a que en los Con los avances en el cuidado de los pacien-
estudios se utilizan criterios diagnósticos diferen- tes con DM, su expectativa de vida es mayor. Por
tes -como los criterios de la NDDG (National Dia- otro lado, su hospitalización es más común y pre-
betes Data Group, 1977), de la OMS (Organización sentan una estancia media en el hospital más lar-
Mundial de la Salud, 1985) o de la ADA (Asociación ga que los individuos que no padecen la enferme-
Americana de Diabetes, 1996)-, distinta metodología dad. Por todo ello, cada vez es más frecuente que
(glucemia basal vs. sobrecarga oral de glucosa, gluce- los enfermos candidatos a nutrición artificial sean
mia capilar vs. glucemia venosa) y poblaciones muy diabéticos.
distintas. A pesar de todo ello, se calcula que aproxi-
madamente entre el 4 y el 6% de los individuos pa-
decen la enfermedad. En España, Serrano Ríos es-
tima que en la Comunidad de Madrid la incidencia 3. Definición,
de diabetes tipo 1 es de 11 nuevos casos por cada clasificación y diagnóstico
100.000 habitantes menores de 14 años, cifra similar de la diabetes mellitus
a las de otras comunidades autónomas. En relación
con la prevalencia de la DM en España en adultos, La DM es un trastorno endocrino-metabólico
los datos oscilan desde un 6,1% en Aragón, 12,8% complejo, en el que predomina una alteración del
en la Comunidad Valenciana (Estudio Burriana) has- metabolismo de los hidratos de carbono por dis-
ta un 18,7% en Canarias (Estudio Guía). Estos datos minución de la secreción pancreática de insulina,
incluyen tanto a la población con DM conocida co- disminución de la sensibilidad de los receptores
mo a la no diagnosticada previamente. periféricos a la hormona, o ambas. Cursa, además,
La DM afecta de forma universal a toda la pobla- con alteraciones del metabolismo lipídico y protei-
ción. En todos los países desarrollados la frecuencia co y con el desarrollo de complicaciones vascula-
de la enfermedad es prácticamente similar. En Asia y res específicas a largo plazo.
África la prevalencia es menor, aunque quizás estos Hasta 1997 el diagnóstico de DM se establecía se-
datos no sean del todo exactos. En estos países la gún dos criterios: bien por una glucemia basal mayor
población es más joven, los hábitos alimentarios y los de 140 mg/dl, o bien una glucemia superior a 200 mg/
factores ambientales son diferentes, y no debe tam- dl a las dos horas tras una sobrecarga oral de 75 g
poco olvidarse la dificultad en la obtención de datos de glucosa. En junio de 1997 se publicaron las nue-
en algunas de estas zonas deprimidas. vas recomendaciones establecidas por un comité in-
Independientemente del nivel de desarrollo del ternacional de expertos patrocinado por la ADA.
país, hay determinados grupos de población en los Se identifican tres posibles criterios diagnósticos de
que la frecuencia es mucho mayor, como los indios pi- DM, que se resumen en la Tabla 1. Si se comparan
ma en Norteamérica, y grupos en los que la frecuen- estos nuevos criterios con los antiguos, conviene re-
cia es menor de lo habitual, como los esquimales. saltar que el punto de corte de normalidad de la glu-
Por otro lado, la incidencia y prevalencia de la cemia basal pasa de 140 a 126 mg/dl. Esto se justifica
DM aumentan con la edad. En España, datos de por la existencia de una mayor correlación entre los

636
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

nuevos valores de glucemia basal con los de gluce- sortivo la euglucemia se mantiene porque el rango
mia al cabo de 2 horas después de la sobrecarga de de liberación hepática de glucosa se aproxima al de
200 mg/dl. El comité de expertos, después de revi- su captación por el hígado, cerebro y tejidos perifé-
sar la literatura, concluyó que sólo el 26% de los pa- ricos. Después de una comida el aumento de la glu-
cientes con glucemia ≥ 200 mg/dl tras la sobrecarga cosa plasmática estimula la secreción de insulina y
presentaban glucemias basales superiores a 140 mg/ éste, a su vez, la captación periférica de glucosa. El
dl, mientras que todos ellos tenían glucemias basales aumento de la utilización periférica de glucosa pre-
mayores o iguales a 126 mg/dl. Además, la sensibili- viene que la glucemia se eleve a más de 150 mg/dl
dad y especificidad del punto de corte en 126 mg/dl en el periodo posprandial. Cuando los niveles de
son mayores mayor para el desarrollo de complica- glucosa e insulina caen, el rango de producción he-
ciones crónicas, especialmente de retinopatía. pática y la captación a nivel periférico alcanzan de
Existen varios tipos de DM. En la práctica clíni- nuevo los niveles preprandiales. La disminución de
ca las presentaciones más frecuentes de la enfer- los niveles de la hormona permite que el hígado
medad son la diabetes tipo 1, de comienzo juve- aumente de nuevo la producción de glucosa y limi-
nil, pancreopriva y cetogénica, y la diabetes tipo 2, ta su captación por los tejidos periféricos.
de comienzo habitual en la edad adulta, con resis- Los mecanismos homeostáticos que mantienen
tencia periférica a la acción de la insulina y con po- la glucemia en límites normales durante el ayuno
ca tendencia a la cetosis. Hay también otras clases y el periodo posprandial están alterados en el pa-
de diabetes menos frecuentes, como son formas se- ciente diabético. En éste la glucemia puede estar
cundarias a enfermedades endocrinológicas, a enfer- elevada durante el ayuno o después de la ingesta
medades pancreáticas, a fármacos hiperglucemian- por disminución de la secreción pancreática de in-
tes (como, por ejemplo, los corticoides), o debidas a sulina, exceso de liberación hepática de glucosa y
una alteración genética definida. disminución de la sensibilidad periférica a la insu-
Existen, además, individuos que, aunque en situa- lina, especialmente en tejido adiposo y muscular.
ción basal presentan una cifra de glucosa normal, du- Tanto en pacientes diabéticos como en el enfermo
rante el estrés metabólico pueden desarrollar hiper- crítico, la infusión exógena de glucosa no suprime
glucemia. En presencia de un traumatismo, una cirugía la producción hepática por resistencia a la insulina
o una infección se aumenta la secreción y liberación a ese nivel. No se inhibe la glucogenólisis, ni se in-
de hormonas contrainsulares y de ciertas citokinas. hibe la gluconeogénesis de precursores como gli-
Estas sustancias aumentan la producción hepática de cerol, lactato y alanina. Además, en estos pacientes
glucosa y disminuyen la sensibilidad periférica a la in- los tejidos que necesitan insulina para captar glu-
sulina, originando la denominada DM inducida por el cosa presentan resistencia a su acción. Como con-
estrés. Superada la fase de estrés, cuando la agresión secuencia se produce hiperglucemia.
o respuesta inflamatoria cesa, la glucemia vuelve a ni- Durante el estrés metabólico se liberan hormo-
veles normales. En este momento se debe evaluar de nas contrainsulares: glucagón, catecolaminas, corti-
nuevo al paciente. En la mayoría de las ocasiones, tras sol y hormona del crecimiento, y ciertas citokinas,
cesar la enfermedad aguda, el metabolismo de los hi- como interleukina 1 y factor de necrosis tumoral.
dratos de carbono es normal. Estas sustancias aumentan la producción hepática
de glucosa y disminuyen su captación por los teji-
dos periféricos. Si no se aumenta la secreción de
insulina, como ocurre en el diabético tipo 1, o si la
4. Trastornos metabólicos secreción de la hormona es insuficiente para ven-
en la diabetes mellitus cer la resistencia a nivel de receptores periféricos,
como ocurre en el diabético tipo 2, sobreviene la
4.1. Metabolismo hidrocarbonado hiperglucemia. En algunos individuos no diagnos-
ticados previamente de DM, en presencia de una
En individuos sanos, los niveles plasmáticos de agresión o durante un episodio de sepsis, aumenta
glucosa están estrechamente regulados tanto en la resistencia periférica a la insulina. Como ocurre
el periodo postabsortivo como en el periodo pos- en el diabético tipo 2, si el incremento en la síntesis
prandial (ver Capítulo 1.17). En el periodo postab- a nivel pancreático de la hormona no es suficien-

637
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

te para vencer la resistencia periférica aparece hi- más aterogénicas. Por otro lado, la síntesis de LDL
perglucemia. El riesgo de hiperglucemia es directa- está aumentada mientras que su aclaramiento es-
mente proporcional al grado de agresión. Durante tá disminuido. Por ello, estas partículas pueden au-
un estrés metabólico intenso, como es la sepsis, el mentar en plasma. Las LDL están enriquecidas con
riesgo de hiperglucemia es mayor. triglicéridos, siendo más pequeñas y más densas.
Todas estas alteraciones en su composición hacen
que estas partículas de LDL sean más aterogéni-
4.2. Metabolismo lipídico cas. Son más susceptibles a oxidarse y a ser capta-
das por los macrófagos, formando células espumo-
Las alteraciones lipídicas consideradas como sas (ver Capítulo 4.19).
factor de riesgo cardiovascular son más frecuentes
en pacientes diabéticos. Las alteraciones más fre-
cuentes son la hipertrigliceridemia y la hiperlipe- 4.3. Metabolismo proteico
mia posprandial. Pero, además, se ha descrito hiper-
colesterolemia con partículas de LDL-colesterol La insulina interviene en el metabolismo de las
más pequeñas y densas y disminución del HDL-co- proteínas disminuyendo la proteólisis. Por eso, en
lesterol. La presencia de estas anomalías depende términos absolutos, se puede considerar que favo-
en gran medida del control glucémico. rece el mantenimiento del contenido proteico cor-
En general, el paciente diabético tipo 1 con buen poral. Como también favorece la lipogénesis y la
control glucémico suele tener unos niveles plas- gluconeogénesis, la insulina es considerada como
mático de lípidos normales. En la diabetes tipo 1 una hormona anabólica.
sin insulinoterapia hay disminución de la actividad En pacientes con DM tipo 1 tratados con in-
lipoproteína lipasa. El déficit de la enzima produ- sulina el metabolismo proteico basal es normal. Si
ce disminución del catabolismo de los quilomicro- existe déficit de insulina se induce proteólisis, con
nes y del paso de VLDL a LDL. Además, en estos aumento de los niveles de aminoácidos en plasma.
pacientes las VLDL están enriquecidas con coleste- Además, los aminoácidos ramificados pueden es-
rol tanto libre como esterificado y apolipoproteí- tar aumentados por disminución de su tasa de me-
na (apo) B. Estos cambios hacen que estas lipopro- tabolización. Sin embargo, la concentración de ala-
teínas sean más resistentes a la degradación por la nina en plasma puede estar disminuida, ya que es
lipoproteína lipasa y peor reconocidas por su re- el principal aminoácido muscular utilizado en la
ceptor hepático. Así, las partículas tienen mayor vi- neoglucogénesis hepática.
da media y se acumulan más fácilmente en los ma- En pacientes con DM tipo 2 el metabolismo pro-
crófagos, y por lo tanto son más aterogénicas. Por teico es normal, incluso en presencia de mal con-
otra parte, las LDL son más ricas en triglicéridos y trol metabólico. Esto puede ser debido a que el dé-
más pobres en colesterol esterificado, siendo más ficit de insulina es sólo relativo.
frecuentes las LDL pequeñas y densas. Después del
tratamiento con insulina se restablece la actividad
lipoproteína lipasa y se normaliza el aclaramiento
plasmático de los quilomicrones y de las VLDL. 5. Objetivos del
Los pacientes diabéticos tipo 2 pueden mostrar tratamiento nutricional
un perfil lipídico alterado a pesar del buen control,
ya que en la mayoría de las ocasiones presentan El principal objetivo en los pacientes diabéticos
otros factores de riesgo asociados, como obesidad es alcanzar un control glucémico aceptable, evitan-
e hipertensión arterial. do el desarrollo tanto de hiperglucemia como de
En la diabetes tipo 2 el aclaramiento de quilomi- hipoglucemia. Los síntomas presentes en ambas si-
crones es menor por glicosilación de apo CII, apo tuaciones se señalan en la Tabla 2.
CIII y apo E. Existe un aumento en la síntesis he- Se ha establecido que un control estricto de los
pática de VLDL. Éstas son más ricas en triglicéri- pacientes diabéticos retrasa la aparición y la pro-
dos, por lo que son de tamaño mayor. Además, son gresión de complicaciones crónicas a largo plazo.
más ricas en ésteres de colesterol, por lo que son Esto ha sido demostrado recientemente en diabé-

638
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

Tabla 2. SÍNTOMAS Y SIGNOS DE MAL rior a 180 mg/dl. Por esta razón, tradicionalmente
CONTROL METABÓLICO se ha recomendado mantener cifras de glucosa en-
tre 150 y 200 mg/dl en pacientes sometidos a estos
Hiperglucemia
tipos de soporte nutricional. En el año 2001 se pu-
• Poliuria blicó un estudio prospectivo y aleatorizado reali-
• Polidipsia zado en una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
• Pérdida de peso Mediante la administración de insulina a demanda,
• Polifagia a 765 pacientes se les mantenía con una glucemia
• Visón borrosa entre 80 y 110 mg/dl y a 783 con cifras entre 180
Hipoglucemia y 200 mg/dl. La terapia insulínica intensiva dismi-
• Estimulación adrenérgica nuyó la mortalidad en UCI en un 8%, debido a un
- Taquicardia menor riesgo de fallo multiorgánico secundario a
- Sudoración fría sepsis. En este grupo también se observó una re-
- Ansiedad ducción de la mortalidad hospitalaria en un 34%,
- Sensación de hambre
de la infección en un 46%, del fracaso renal en un
• Neuroglucopenia
- Cefalea
41%, del número de trasfusiones sanguíneas en
- Visión borrosa un 44% y de la necesidad de ventilación mecáni-
- Alteraciones del comportamiento ca. A la luz de estos resultados, se ha propues-
- Déficit neurológico o coma to que se debe intentar conseguir y mantener con-
centraciones de glucemia inferiores a los 120 a 150
mg/dl, para disminuir la morbimortalidad secunda-
ria a la hiperglucemia.
ticos tipo 1 en el estudio DCCT (Diabetes Control Por otro lado, la hipoglucemia es la complicación
and Complications Trial) y en pacientes con diabe- aguda más frecuente de la DM. Consiste en el des-
tes tipo 2 en el estudio UKPDS (UK Prospective censo de los niveles plasmáticos de glucosa por de-
Diabetes Study). Pudiera pensarse que este control bajo de 50 mg/dl. En la mayoría de los pacientes se
riguroso probablemente tiene poca relevancia en asocia a una serie de síntomas y signos originados
enfermos sometidos a nutrición artificial, en los por estimulación adrenérgica o por neuroglucope-
cuales la duración de soporte nutricional es cor- nia (Tabla 2). Estos síntomas y signos de hipoglu-
ta. Sin embargo, en estos pacientes hay otras razo- cemia varían ampliamente en cada individuo, pero
nes para intentar conseguir y mantener día a día son reversibles en más o menos tiempo si se nor-
un control de glucemia óptimo. En primer lugar, malizan los niveles de glucosa en sangre.
la hiperglucemia induce glucosuria cuando se su- La hipoglucemia es muy rara en pacientes que
pera el dintel de eliminación renal de esta sustan- reciben nutrición artificial, ya que en la mayoría de
cia. La glucosuria origina diuresis osmótica con un los casos se administra glucosa u otro hidrato de
riesgo mayor de deshidratación, alteraciones elec- carbono de forma continua. La causa más frecuen-
trolíticas y situación hiperosmolar. Y en segundo te es el exceso de insulina administrada. En el ca-
lugar, la hiperglucemia altera las funciones de los so de la NP, existen casos descritos en la literatura
leucocitos y del complemento en la defensa con- de hipoglucemia tras la retirada brusca de la infu-
tra los microorganismos, aumentando el riesgo de sión, especialmente en niños pequeños. Esta res-
infección. puesta pudiera ocurrir en pacientes a los que se
La ADA considera que un diabético está bien administran grandes cantidades de glucosa o de in-
controlado cuando su glucemia en ayunas es in- sulina en la solución, en enfermos muy desnutri-
ferior a 120 mg/dl. Al valorar el grado de con- dos o en aquellos con insuficiencia renal. Con las
trol glucémico de un paciente sometido a nutri- dosis de glucosa que actualmente se recomiendan
ción parenteral (NP) o enteral (NE) continua, hay en la prescripción de NP, se puede iniciar y reti-
que considerar que los valores obtenidos son pos- rar bruscamente la infusión de la solución sin ries-
prandiales, ya que la solución se infunde en per- go de provocar hipoglucemia. Esta medida simplifi-
fusión continua. La ADA considera que el control ca el cuidado del paciente sometido a este tipo de
posprandial es óptimo cuando la glucemia es infe- nutrición artificial.

639
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

Tabla 3. GUÍA PRÁCTICA PARA CONSEGUIR UN CONTROL GLUCÉMICO ACEPTABLE


EN PACIENTES DIABÉTICOS SOMETIDOS A NUTRICIÓN PARENTERAL (NP)

• Monitorizar la glucemia capilar cada 4-6 h


• Calibrar el reflectómetro regularmente
• Intentar alcanzar y mantener glucemias inferiores a 150 mg/dl
• Administrar la insulina rápida en la solución de NP
• Utilizar insulina rápida subcutánea según los resultados de glucemia capilar
- Si es menor de 150 mg/dl, no precisa dosis extra de insulina
- Entre 150 y 200 mg/dl, añadir 4-6 UI de insulina rápida subcutánea
- Si es mayor de 200 mg/dl, añadir 10 UI de insulina rápida subcutánea
• Rotar los lugares de inserción de la insulina
• Inyectar la insulina por vía subcutánea en el abdomen si existe edema periférico
• Añadir a la NP del día siguiente 2/3 de la cantidad de insulina administrada por vía subcutánea en las
24 h anteriores
• Disminuir la dosis de insulina de la solución del día siguiente cuando la glucemia esté entre 60
y 100 mg/dl
• Detener la infusión de NP cuando la glucemia sea inferior a 60 mg/dl

En la Tabla 3 se señala una serie de recomen- concertarse con los otros aspectos de la terapéu-
daciones que hay que tener en cuenta para obte- tica de la DM, actividad física y medicación.
ner un control glucémico aceptable del paciente Se pasará ahora a revisar las características nu-
diabético sometido a NP. tricionales fundamentales de la dieta oral en la DM,
Además de conseguir y mantener un control glu- de acuerdo con una revisión del tratamiento nu-
cémico aceptable, en los pacientes diabéticos se de- tricional de la DM basada en la evidencia científica,
ben alcanzar otros objetivos nutricionales, que se se- realizada por Franz MJ et al. (2004) bajo los auspi-
ñalan en la Tabla 4. Junto a estos objetivos comunes cios de la ADA. Estas consideraciones son la base
para todos los pacientes diabéticos, en aquellos so- sobre la que se pueden elaborar dietas orales de
metidos a nutrición artificial se deben vigilar el peso forma individualizada para los pacientes con DM.
corporal, el balance hídrico y la analítica según la si-
tuación clínica del enfermo y el tipo de nutrición.
6.1. Nutrientes
6.1.1. Hidratos de carbono
6. Recomendaciones
nutricionales para la dieta Los hidratos de carbono son los nutrientes que
oral en la diabetes mellitus ejercen más influencia en los valores de la glucemia.
Sin embargo, deben estar ampliamente represen-
No existe una dieta ideal única para la DM, tan- tados en la dieta. Clásicamente, se ha recomenda-
to en lo que respecta a los nutrientes como a las do un consumo equivalente a entre el 50 y el 60%
diferentes formas clínicas de la DM y circunstan- de las calorías totales de la dieta, especialmente en
cias de salud, trabajo, familia, actividades sociales y forma de hidratos de carbono complejos. Las últi-
aficiones de cada paciente. Un exceso de hidratos mas recomendaciones señalan que la suma de hi-
de carbono puede empeorar la glucemia; un alto dratos de carbono y ácidos grasos monoinsatura-
aporte de grasa puede aumentar el riesgo de en- dos debe suponer entre un 60 y un 70% del total
fermedad cardiovascular; un gran aporte de proteí- calórico. Aunque se resalta la importancia de ali-
na en la dieta puede favorecer el desarrollo de ne- mentos como cereales integrales, fruta, verdura, le-
fropatía diabética. El tratamiento nutricional debe gumbres y lácteos descremados, no se excluye ra-

640
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

Tabla 4. OBJETIVOS EN EL TRATAMIENTO NUTRICIONAL DE LOS PACIENTES


CON DIABETES MELLITUS

• Alcanzar y mantener un control glucémico aceptable


• Mantener un peso corporal cercano al ideal, aportando las calorías adecuadas
• Monitorizar y controlar los niveles de los lípidos plasmáticos
• Prevenir y tratar la aparición de complicaciones agudas y crónicas de la enfermedad

dicalmente la ingesta de sacarosa o de alimentos proteínas. De este modo pueden sustituirse unos
que la contengan. Esto es debido a que la respuesta alimentos por otros. Entre las ventajas que tienen
glucémica a la sacarosa no es mayor que la induci- las listas de equivalencias se pueden destacar:
da por cantidades isocalóricas de almidón. Por eso 1. Se favorece la variedad de alimentos que se
se pone más énfasis en la cantidad total de hidratos pueden consumir, con lo que se evita la monotonía
de carbono de una comida que en el tipo o fuente en la elaboración de las dietas.
alimentaria. Sin embargo, no hay que perder de vis- 2. Se individualizan las dietas según las costum-
ta que alimentos o recetas que contienen sacarosa bres y formas de vida de cada persona.
pueden ser también ricos en grasa y calorías, por 3. Permiten que la comida familiar pueda ser
lo que su consumo elevado y frecuente dificulta- también tomada por el paciente diabético, con
ría el mantenimiento del peso corporal próximo al una adaptación de las cantidades, asumiendo que la
ideal. Los programas de autocontrol glucémico y el elección de alimentos y recetas corresponda a una
empleo de dosis variables de insulina antes de cada alimentación sana.
comida permiten una mayor variedad y liberalidad 4. Se facilita que el individuo pueda realizar co-
en la dieta de los pacientes con DM. midas fuera de casa.
En pacientes en tratamiento con insulina, espe- Se han desarrollado varias listas de intercambios
cialmente si se desea alcanzar un control estric- de alimentos en distintos países: EE UU, Japón, Ale-
to de la glucemia, puede ser interesante estable- mania, Inglaterra, España, etc. Las listas de la ADA
cer una distribución constante de alimentos con han tenido gran influencia. Agrupan los alimentos
hidratos de carbono a lo largo de cada día. Es de- en seis grupos, permitiendo elegir entre los alimen-
cir, deberán tomar cantidades similares de hidratos tos de cada grupo de acuerdo con unas raciones
de carbono en cada comida con un horario seme- que aportarían cantidades similares de macronu-
jante día a día. Si la cantidad y el horario de consu- trientes. En general, las distintas listas elaboradas
mo de hidratos de carbono cambia mucho de un pueden variar en su compromiso entre la exacti-
día a otro, puede ser difícil evitar variaciones im- tud y la facilidad de aplicación práctica.
portantes de la glucemia, pese al ajuste del núme- Un ejemplo de cómo construir una dieta con los
ro de unidades de insulina previo a cada comida. grupos de intercambios podría ser la distribución de
Idealmente debe instaurarse un plan de alimenta- hidratos de carbono en una dieta de 2.000 kcal, con
ción basado en los hábitos alimentarios y estilo de 50% de hidratos de carbono, que equivalen a 250 g
vida de cada paciente, para integrar el tratamiento de hidratos de carbono. Se podrían tomar tres uni-
nutricional con el de insulina. dades de leche (3/4 l), 4 frutas medianas, 10 unida-
Para facilitar la comprensión y aplicación de esos des de fécula (pan, harina, pasta, arroz, patatas, legum-
planes de alimentación se han diseñado distintos bres, etc.). Estos intercambios, raciones o unidades
sistemas de intercambios o raciones que permiten hay que distribuirlos a lo largo del día. Sin embargo,
al paciente diabético consumir una cantidad de hi- los alimentos concretos pueden y deben variar de
dratos de carbono similar pese a la variación de ali- un día a otro: paella, macarrones, patatas guisadas,
mentos que integren su dieta diaria. Se trata de lis- lentejas, manzana, pera, melocotón, melón, etc.
tas de alimentos expresados como peso o como Hay que admitir que las listas de intercambios
raciones habituales que son equivalentes por su pueden ser complicadas para algunos enfermos.
composición en hidratos de carbono y/o grasa y/o En algunos casos se pueden hacer indicaciones

641
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

simplificadas de las cantidades autorizadas de ali- ticularmente insulina de acción rápida, metiglinidas
mentos ricos en hidratos de carbono de uso co- o inhibidores de la α-glucosidasa.
mún: pan, patata, frutas, arroz, legumbre, pastas ita- De forma recurrente resurge la popularidad del
lianas, etc. tratamiento de la obesidad con dietas que reducen
Múltiples alimentos contienen hidratos de car- el aporte de hidratos de carbono, o low-carb diets.
bono. A igualdad de cantidad de hidratos de carbo- A corto plazo se consigue una reducción del peso,
no aportada, distintos alimentos producen diferente con los consiguientes beneficios metabólicos, pero
respuesta glucémica. Se conoce como índice glucé- el mantenimiento a largo plazo no es más consis-
mico de un alimento al área bajo la curva del au- tente que con dietas sin reducción de hidratos de
mento de glucemia durante un periodo de tiempo carbono. Hay que tener en cuenta también el posi-
(normalmente 2 h) tras la ingesta de ese alimento ble efecto a largo plazo del consumo de alimentos
comparada con la respuesta a una cantidad equi- ricos en ácidos grasos saturados sobre el riesgo de
valente de hidratos de carbono en un alimento es- enfermedad cardiovascular, ciertos tipos de cán-
tándar (p. ej., pan blanco) o glucosa. Cuanto ma- cer y osteoporosis con las dietas bajas en hidratos
yor sea el índice glucémico, mayor y más rápido de carbono. En una reciente comparación de am-
será el aumento de glucemia tras la ingestión de bos tipos de dieta durante 3 meses, no se obser-
ese alimento. Existen tablas que recogen los da- varon diferencias de pérdida de peso ni de efectos
tos del índice glucémico de una amplia variedad secundarios, como deterioro del perfil lipídico, pe-
de alimentos. Algunos de los resultados pueden ro destacaba el alto número de abandonos de tra-
considerarse inesperados, por ejemplo, las pocas tamiento con los dos tipos de dietas comparadas.
diferencias entre el pan integral y pan blanco, o Esto dificulta mucho extraer conclusiones a partir
el elevado índice de la patata al horno. Si bien es de los resultados obtenidos.
cierto que existen trabajos que muestran mejor
control glucémico con dietas basadas en alimen-
tos de bajo índice glucémico, la consideración del 6.1.2. Proteínas
índice glucémico no se ha incorporado a la ruti-
na de la planificación del tratamiento nutricional El aporte proteico de la dieta debe restringirse a
de la DM. No obstante, alimentos habitualmen- entre un 10 y un 20% de las calorías totales, con un
te recomendados a los pacientes diabéticos, co- mínimo de 0,8 g/kg/día. Los requerimientos son ma-
mo cereales integrales, verduras, legumbres, etc., yores en niños, y en mujeres embarazadas o lactantes.
se caracterizan de por sí por tener un bajo índi- En el mundo occidental el consumo suele ser supe-
ce glucémico. rior a esta cifra. Si el control glucémico no es bueno,
Los pacientes con DM tipo 2 tienden a tener las necesidades proteicas pueden ser algo superiores
hiperglucemia posprandial prolongada. Por eso se a esta recomendación, pero no se considera que de-
ha propuesto espaciar las tomas de alimentos, por ban exceder la ingesta habitual de proteínas.
ejemplo con intervalos de 4 horas, para permitir el El consumo excesivo de proteínas contribuye a
descenso de la glucemia antes de la siguiente to- la hiperfiltración glomerular, lo que es claramente
ma de alimentos. Sin embargo, existe poca eviden- inconveniente en pacientes con DM. Por tanto, de-
cia real sobre la ventaja del espaciado de las co- be evitarse el exceso de proteínas en la dieta casi
midas respecto al control glucémico. Por ejemplo, con mayor énfasis que su déficit. Por otra parte, es
en un estudio a largo plazo que comparó regíme- conocido que los aminoácidos, al igual que los áci-
nes de 3 y 9 comidas en personas con DM tipo 2, dos grasos, estimulan la segunda fase de la secre-
no se encontraron diferencias en las respuestas de ción de insulina, por lo que es útil incluir proteínas
glucemia, insulina o HbA1c. Por otra parte, la to- y grasas en cada toma de alimentos.
ma frecuente de alimentos no es muy recomenda-
ble en pacientes obesos que tienden a comer ex-
cesivamente en cada toma de alimento. El número 6.1.3. Grasa
de comidas debe establecerse en cada paciente de
acuerdo con su estilo de vida, las concentraciones La grasa no modifica la glucemia, pero aumenta
de glucemia pre y posprandial y la medicación, par- el contenido calórico de la dieta, disminuye el efec-

642
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

to termogénico de los alimentos, y favorece la obe- 6.1.5. Fibra


sidad, la hiperlipidemia y el desarrollo de enferme-
dad cardiovascular. Como la población general, los La fibra alimentaria debe estar presente en la
pacientes con DM deben consumir una dieta con dieta de la DM, aunque no existen diferencias en
menos del 10% de las calorías totales como grasa cuanto a la cantidad o tipo de fibra en comparación
saturada y poliinsaturada, respectivamente. El co- con la población general.
lesterol de la dieta debe ser inferior a 300 mg/día, La fibra insoluble, como la que está presente en
o incluso a 200 mg/día si resulta difícil conseguir ci- los cereales o el arroz integrales, modifica poco la
fras de LDL-colesterol menores de 100 mg/dl. glucemia posprandial, y tiene mayor influencia so-
Se ha propuesto en pacientes con DM tipo 2 la bre la masa fecal y el tiempo de tránsito intestinal.
sustitución de hidratos de carbono por grasa mo- La fibra soluble, que se halla preferentemente en la
noinsaturada, porque así se disminuyen las con- fruta, verduras y legumbres, sí puede disminuir la glu-
centraciones de glucosa y triglicéridos en mayor cemia posprandial, la glucemia diaria media y la fre-
cuantía que con dietas más ricas en hidratos de cuencia de hipoglucemias. Por eso, su consumo habi-
carbono. tual puede reducir los requerimientos de insulina.
Sin embargo, esta sustitución no es fácil de ha- La fibra alimentaria puede mejorar también el
cer en la práctica, por falta de costumbre y por una perfil lipídico por disminución compensadora del
cierta limitación de la variedad de la dieta. Los ali- consumo de alimentos ricos en grasa y cambios en
mentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, el metabolismo lipídico, que conducen a concen-
como aceite de oliva, aceitunas, aguacate o frutos traciones menores de LDL-colesterol.
secos, son ricos en calorías y, si no se hace la dieta
correctamente hay riesgo de incrementar su con-
tenido calórico total. En pacientes con DM tipo 1 6.1.6. Edulcorantes
no se recomienda esta sustitución de hidratos de
carbono por grasa monoinsaturada, por no exis- El uso de edulcorantes artificiales es aceptable,
tir tantos datos sobre sus consecuencias metabóli- sin riesgos para la salud a las dosis comunes en ali-
cas. En ellos la proporción de macronutrientes de- mentación humana. Las bebidas con edulcorantes
be seguir la formulación clásica de la ADA. artificiales pueden sustituir a las bebidas refrescan-
tes habituales, que producen mayores elevaciones
de glucemia.
6.1.4. Micronutrientes

Hasta ahora no se ha podido demostrar que 6.1.7. Alcohol


los pacientes con DM tengan necesidades espe-
ciales de micronutrientes. Tampoco se ha proba- Las bebidas alcohólicas pueden ser una fuente de
do que estos pacientes se beneficien del consumo calorías a tener en cuenta. Además de dificultar la
adicional de vitaminas y minerales. Más que reco- pérdida de peso, pueden aumentar la hipertrigliceri-
mendar el consumo de suplementos de vitaminas demia en pacientes predispuestos a esta alteración.
y minerales, se debe aconsejar el consumo de fru- El consumo de alcohol aumenta el riesgo de hipo-
ta y verduras. Estos alimentos no sólo son ricos glucemia si no se consume con alimentos. Por estas
en antioxidantes, sino en otras numerosas molé- razones, se suele aconsejar a los pacientes con DM
culas que deben contribuir a la disminución de las que eviten la bebida de alcohol o la limiten a unos 15
complicaciones cardiovasculares que se han obser- g/día en mujeres y a 30 g/día en hombres.
vado en poblaciones que ingieren mayores canti- En pacientes diabéticos bien controlados la in-
dades de estos alimentos. No obstante, algunos au- gesta de alcohol en cantidad moderada no es-
tores recomiendan el consumo de suplementos de tá contraindicada. Si se ingiere alcohol se debe
ácido fólico (1 mg), vitamina B12 (400 μg) y pirido- consumir con los alimentos y se debe contabili-
xina (10 mg) para contribuir a reducir las concen- zar el aporte calórico (7 kcal/g), intercambiándo-
traciones de homocisteína y así disminuir el riesgo lo por 1 g de grasa o dos raciones de intercam-
cardiovascular. bio de grasa.

643
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

6.2. Educación nutricional res, los planes de comida y la distribución de los ali-
mentos a lo largo del día deben ser individualizados.
La educación nutricional de los pacientes que Los requerimientos nutricionales para niños y
acaban de ser diagnosticados de DM debe incluir adolescentes diabéticos son similares a los de los
los siguientes puntos: individuos sanos de la misma edad y sexo.
• Relación entre los alimentos y comidas y la con-
centración de glucosa, medicación y ejercicio físico.
• Plan general de comidas. 6.3.2. Embarazo
• Constancia de horario de las comidas.
• Identificación, prevención y tratamiento de la El control metabólico estricto de la mujer diabé-
hipoglucemia. tica es importante desde el mismo momento en que
• Plan de comidas cuando ocurren otras enfer- planea su embarazo, antes incluso de la concepción.
medades. Esto es así porque se ha demostrado que el control
• Ajuste de la dieta según resultados de autocon- estricto, sobre todo antes y durante el primer tri-
trol de la glucemia. mestre del embarazo, es fundamental para disminuir
Una vez que los enfermos hayan aprendido es- las complicaciones fetales, especialmente las deriva-
tos conocimientos se deben desarrollar los si- das de la presencia de macrosomia.
guientes conceptos: Los requerimientos nutricionales para el embarazo
• Fuentes alimentarias de nutrientes y su efecto en pacientes con DM son similares a los de la gestan-
sobre las concentraciones de glucosa y de lípidos. te no diabética. Es importante conseguir y mantener
• Modificación de la ingesta de grasa. un control glucémico estricto mediante el tratamien-
• Consumo de alimentos con azúcar y edulco- to con insulina, la realización de ejercicio físico mode-
rantes. rado y la ganancia progresiva de peso, principalmente
• Suplementos de vitaminas y minerales. durante el segundo y tercer trimestre, aproximada-
• Bebidas alcohólicas. mente 8-11 kg en el total del embarazo.
• Adecuación de horarios.
• Ajuste de comidas al ejercicio.
• Autocontrol glucémico. 6.3.3. Ancianos
• Listas para comprar alimentos, comprensión
de la información nutricional que se dan el etique- Con la edad es más frecuente la alteración de
tado de ciertos alimentos. la tolerancia a la glucosa, debido a un incremen-
• Celebraciones y fiestas. to en la obesidad central y a una disminución en
• Comidas fuera de casa. la actividad física. Las recomendaciones nutriciona-
• Viajes, cambios de horarios. les señaladas previamente para el paciente diabéti-
Entre los consejos que se pueden dar en re- co son igualmente válidas para la población ancia-
lación con la dieta, se pueden mencionar la limita- na con DM.
ción de las porciones de alimentos y la selección A la hora de elaborar una dieta para estos indivi-
de recetas que no requieran añadir aceite u otras duos hay que tener en cuenta las limitaciones fun-
grasas. También conviene prestar atención al eti- cionales (masticar, comprar, preparar comidas...) y
quetado nutricional de los alimentos y no aceptar la disminución del ejercicio físico. Además, hay que
sin más la definición de alimentos “libres de azúcar considerar que en estos enfermos la capacidad pa-
o grasa” o “especiales para diabéticos”. ra comprender y asimilar la educación diabetoló-
gica es menor.

6.3. Grupos específicos


6.3.4. Enfermedades agudas
6.3.1. Niños
En estas situaciones, especialmente procesos fe-
Dado que los niños presentan unos hábitos de vi- briles, el paciente presenta más riesgo de descom-
da con horarios de comida y ejercicio muy irregula- pensación metabólica. El enfermo puede estar ina-

644
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

petente y rechazar los alimentos. En estos casos El objetivo será reducir la ingesta de sodio a
habrá que sustituir las comidas por otras fuentes 2.400 mg (100 mmol), o 6.000 mg de sal al día. Si el
de hidratos de carbono repartidas con mayor fre- enfermo, además, presenta obesidad, la pérdida de
cuencia a lo largo del día, por ejemplo ingerir leche, peso también será beneficiosa.
yogur o zumos cada 2-3 horas.
Si existen vómitos poco copiosos y frecuentes,
se puede intentar una alimentación a base de tritu- 6.3.8. Hiperlipemia
rados, con tomas de pequeño volumen a intervalos
cortos de tiempo. Si los vómitos no ceden, habrá Las pautas nutricionales anteriormente señala-
que acudir a un hospital para su valoración y tra- das en el apartado dedicado a la grasa son las mis-
tamiento, valorando la iniciación de nutrición arti- mas que las que se recomiendan en el tratamiento
ficial si persisten. de las hiperlipemias, independientemente de que el
En pacientes con hipoglucemia, se deben adminis- paciente sea o no diabético.
trar 10 o 20 g de hidratos de carbono de absorción En pacientes con niveles elevados de LDL-coles-
rápida, una vez objetivada la glucemia capilar, y repe- terol el aporte de grasa saturada y los ácidos gra-
tir el control de glucemia 30-60 minutos después. sos trans se deben limitar a menos del 10% de las
calorías, e incluso a menos del 7%. Para individuos
con aumento de los niveles de triglicéridos o con
6.3.5. Gastroparesia niveles bajos de HDL-colesterol, además de res-
tringir el aporte de grasas saturadas, se recomien-
Se recomiendan comidas de cantidades peque- da incrementar la ingesta de ácidos grasos mono-
ñas y frecuentes, ya que son mejor toleradas que insaturados y ácidos grasos n-3. En todos los casos,
tres comidas al día. Además, se debe disminuir el si existe obesidad asociada, la pérdida de peso y el
aporte de fibra y grasa de la dieta. Una dieta pobre aumento del ejercicio físico son fundamentales.
en grasa y residuos se tolera mejor, porque estas Si con estas medidas la respuesta de los lípidos
sustancias enlentecen el vaciamiento gástrico. plasmáticos no es adecuada, se deben añadir fár-
macos hipolipemiantes.

6.3.6. Obesidad
6.3.9. Enfermedad renal
La pérdida de peso mejora el control glucémi-
co, la resistencia insulínica y la sensibilidad de la Conforme disminuye el filtrado glomerular hay
célula β al estímulo de la glucosa para la secreción que disminuir la ingesta de proteínas, fósforo, mag-
de insulina. El control glucémico mejora en las 24 nesio, potasio y sodio. El aporte de proteínas no
horas siguientes a una restricción calórica, antes de debe ser inferior a 0,5-0,6 g/kg/día para evitar ba-
conseguir una pérdida ponderal. lances nitrogenados negativos. En el síndrome ne-
El tratamiento intensivo con insulina en la DM frótico se deben considerar las proteínas perdidas
tipo 1 puede inducir un aumento de peso, por lo por la orina.
que puede ser necesaria una reducción del aporte En pacientes con insuficiencia renal se debe reco-
calórico si esto sucede. Igualmente ocurre con el mendar evitar alimentos ricos en fósforo, como la
tratamiento con insulina, sulfonilureas o tioglitazo- carne y los lácteos. Sin embargo, el fósforo se encuen-
nas en pacientes con DM tipo 2. tra difundido prácticamente en todos los alimentos,
por lo que su eliminación en la dieta con alimentos na-
turales es difícil. En estos casos se deben asociar que-
6.3.7. Hipertensión arterial lantes de fósforo que actúen en la luz intestinal.
En pacientes diabéticos con nefropatía se reco-
En estos pacientes hay que restringir el uso de mienda, además, restringir la ingesta de potasio. La
sal y aconsejar disminuir la ingesta de platos pre- reducción del potasio en la dieta obliga a modificar
cocinados, embutidos, frutos secos y alimentos en- el tipo de fruta y verdura que el paciente puede to-
latados, todos ellos ricos en sal. mar, así como la forma de cocinarla.

645
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

Como se señaló en el apartado de la sal, su res- nosticados, pero la mayoría presentan diabetes
tricción en la dieta de estos pacientes ayuda a con- inducida por el estrés.
trolar la hipertensión arterial.

8.1. Energía
7. Indicaciones de nutrición Como ocurre en los individuos no diabéticos,
artificial en pacientes con los requerimientos de energía en el paciente diabé-
diabetes mellitus tico son iguales al gasto energético basal, añadien-
do el efecto térmico de los alimentos y el gasto
Las indicaciones y contraindicaciones para ini- por actividad física. Los enfermos que precisan NP
ciar soporte nutricional en pacientes diabéticos suelen estar encamados, con escaso gasto por acti-
son las mismas que para el individuo no diabético. vidad física. Sin embargo, en ellos hay que conside-
Además, a la lista de indicaciones hay que añadir la rar el gasto metabólico debido al estrés inducido
gastroparesia diabética. Si ésta es grave se puede por la enfermedad y por la presencia de fiebre.
tratar con NE a través de una sonda nasoyeyunal, La obesidad está presente en más del 80% de los
asociada a tratamiento con procinéticos. pacientes diabéticos. No existe un consenso esta-
blecido sobre los requerimientos de energía de in-
dividuos obesos. Algunos autores recomiendan que
en este tipo de enfermos se utilice el peso ajustado
8. Nutrición parenteral más que el peso real o el ideal para calcular los re-
querimientos calóricos. El peso ajustado se obtiene
Las recomendaciones establecidas para pres- sumando al peso ideal el 25% de la diferencia entre
cribir NP en estos enfermos son comparables a el peso real y el ideal, según la fórmula:
las de los individuos no diabéticos. De igual forma,
los controles que se deben realizar y las complica- Peso ajustado = peso ideal + [(peso
ciones que pueden desarrollar son semejantes. Sin real - peso ideal)/4]
embargo, a la hora de prescribir la solución de NP
en pacientes diabéticos se deben tener en cuenta
una serie de aspectos, tanto en el aporte de macro 8.2. Composición
y micronutrientes como en las pautas de control de macronutrientes
glucémico mediante la administración de insulina.
El aporte de nutrientes por vía intravenosa elu- 8.2.1. Proteínas
de los mecanismos de digestión y absorción intes-
tinal. Cuando se administran nutrientes al tracto A la hora de prescribir NP en pacientes diabéti-
digestivo, determinadas células de la mucosa intes- cos las recomendaciones sobre la cantidad y tipo de
tinal liberan hormonas locales, que por vía portal aminoácidos son las mismas que para los pacientes
estimulan la secreción pancreática de insulina. Es- sin diabetes. Se recomienda dar 1 g/kg/día de ami-
ta respuesta insulínica se produce bien directamen- noácidos en pacientes con estrés leve, 1,5 g/kg/día
te o bien potenciando el efecto del aumento de en pacientes con estrés moderado y hasta 2,5 g/kg/
glucosa y aminoácidos en el plasma. Se estima que día con estrés metabólico elevado, si la función renal
más del 40% de la insulina periférica en respuesta y hepática es normal. En presencia de nefropatía se
a la ingestión de glucosa se debe al efecto de es- recomienda restringir los aportes de aminoácidos,
tas hormonas gastrointestinales. Con el aporte de con la idea de disminuir el aumento de urea.
nutrientes por vía parenteral no se produce este
efecto sobre la respuesta insulínica, pudiendo apa-
recer elevaciones de la glucemia. 8.2.2. Hidratos de carbono
Aproximadamente, el 30% de los enfermos so-
metidos a NP presentan hiperglucemia. Una pro- El principal hidrato de carbono utilizado en NP
porción de estos son diabéticos previamente diag- es la glucosa. El objetivo de administrar glucosa a

646
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

los individuos es aportar calorías y evitar la gluco- dependiente de la insulina, un efecto ahorrador de
neogénesis, preservando la masa libre de grasa. El proteínas importante y una menor producción de
aporte de glucosa estimula la secreción de insulina. ácidos grasos y cuerpos cetónicos. En pacientes
Esta hormona tiene un efecto anabólico, estimula la diabéticos el grado de control metabólico y los re-
oxidación de glucosa, es lipogénica e inhibe la de- querimientos de insulina son similares con solucio-
gradación de proteínas. nes de glucosa, fructosa y xilitol en una relación 2:
Para determinar el rango óptimo de glucosa en 1:1 que con glucosa sola. En enfermos diabéticos
NP se ha estudiado su cinética en pacientes no dia- con sepsis los requerimientos de insulina son ma-
béticos sometidos a cirugía. Las velocidades de infu- yores con este tipo de solución.
sión de glucosa estudiadas han sido 4, 7 y 9 mg/kg/ La utilización de soluciones de hidratos de car-
min. Después de 90 minutos de infusión la glucemia bono diferentes de la glucosa en NP puede tener
se estabilizaba en 150, 147 y 179 mg/dl, respectiva- efectos indeseables, por ejemplo aumento en los
mente. Durante la infusión a 4 mg/kg/min la produc- niveles de ácido úrico, depósitos de oxalato en el
ción hepática de glucosa se suprimía y su porcentaje riñón, acidosis láctica y elevación de la bilirrubina.
de oxidación a nivel periférico era máximo. La per- Además, en pacientes con intolerancia hereditaria
fusión de 7 mg/kg/min no añadía ningún beneficio, ya a la fructosa su administración puede desencade-
que no se aumentaba la glucosa oxidada. nar graves complicaciones metabólicas, que pue-
En estudios con clamp de insulina realizados en den incluso conducir a la muerte. Por este motivo,
pacientes diabéticos no insulinodependientes se ha las soluciones intravenosas que contienen fructosa
demostrado que a la misma concentración de insu- o sorbitol han sido retiradas del mercado en mu-
lina que en individuos no diabéticos (30 vs. 34 μU/ chos países, entre ellos España.
ml) la producción hepática de glucosa es mayor (1,3
vs. 0,1 mg/kg/min) y su utilización periférica menor
(1,9 vs. 2,7 mg/kg/min). Estos resultados indican que 8.2.3. Lípidos
en estos enfermos existe una resistencia hepática y
periférica a la acción de la insulina, como se comen- Hoy en día las soluciones de NP, además de
tó anteriormente. Estos estudios han establecido contener aminoácidos, glucosa y micronutrientes,
que la infusión de glucosa debe acercarse a 4 mg/ contienen lípidos. La adición de lípidos en la solu-
kg/min. La elevada producción de glucosa a nivel he- ción presenta una serie de ventajas nutricionales,
pático y la disminución de su utilización a nivel pe- como son:
riférico, características de los pacientes diabéticos, • Representan una fuente calórica importante.
requieren que en estos enfermos no se sobrepase • Aportan ácidos grasos esenciales.
esta cantidad. Además, si la infusión de glucosa ex- • Incorporan vitaminas liposolubles.
cede los 6 mg/kg/min, no toda la glucosa es oxida- • Son soluciones isotónicas con pH fisiológico,
da en los tejidos periféricos. Ello origina lipogéne- por lo que pueden administrarse por vía periférica.
sis y síntesis de triglicéridos, aumentando el riesgo • Previenen las complicaciones asociadas a la uti-
de esteatosis hepática. Además se aumentan la ter- lización de glucosa en exceso.
mogénesis inducida por la dieta y la producción de La máxima hidrólisis de las emulsiones intrave-
CO2. Este efecto es importante en individuos so- nosas de triglicéridos por la lipoproteína lipasa es
metidos a ventilación mecánica y en aquellos que de 0,12 g/kg/día. Este valor es similar tanto en pa-
presentan una función pulmonar precaria. cientes con DM como en individuos no diabéticos.
Una alternativa para administrar altas cantida- De acuerdo con esta cifra se ha establecido la re-
des de energía, que evite el desarrollo de compli- comendación de no administrar más de 1,5-2 g/kg/
caciones asociadas al exceso de administración de día de lípidos en NP.
glucosa, es añadir otros hidratos de carbono dis- Desde el punto de vista de la fuente de grasa uti-
tintos de la glucosa, como fructosa, xilitol, sorbitol lizada, las emulsiones lipídicas para NP derivan de
y glicerol. Estos hidratos de carbono tienen la mis- aceite de semilla de soja, soja y cártamo, aceite de
ma densidad calórica, cociente respiratorio y os- coco, aceite de oliva y aceite de pescado. Actual-
molaridad que la glucosa. Presentan la ventaja de mente en España se dispone de todas ellas, a ex-
tener un metabolismo más rápido, inicialmente in- cepción de las derivadas del aceite de pescado.

647
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

Las soluciones con aceite de semilla de soja o demostrado que la adsorción de insulina a la bol-
soja-cártamo son las más antiguas. Presentan una sa de NP es menor si se emplean bolsas de aceta-
serie de desventajas, en especial para los pacien- to de etilenvinilo (bolsas EVA). Menos del 5% de la
tes diabéticos, ya que disminuyen la respuesta in- dosis de insulina administrada en al solución se une
mune, presentan un aclaramiento lento, pueden a las paredes de este tipo de bolsas.
ser reesterificadas y almacenadas en diferentes te- Se pueden considerar diversas ventajas de la
jidos, presentan mayor índices de peroxidación y administración de insulina rápida en la solución
son más inestables cuando se mezclan con el res- de NP:
to de los componentes de la NP. Frente a ellas, las 1. Esta modalidad es más fisiológica, ya que la
emulsiones de aceite de coco ricas en triglicéridos administración de la hormona es continua.
de cadena media, las enriquecidas con aceite de oli- 2. Su duración de acción es breve y si, por cual-
va o los lípidos estructurados presentan las venta- quier causa, se detiene la infusión de la solución,
jas de ser menos proinflamatorias, menos lipope- concomitantemente se interrumpe también la ad-
roxidables y más estables. Se puede considerar que ministración de insulina.
para el paciente diabético probablemente la mejor 3. Evita al enfermo la molestia de punciones
emulsión lipídica disponible es aquella enriqueci- subcutáneas repetidas.
da con aceite de oliva, ya que a las ventajas señala- 4. Se disminuye la manipulación de catéteres in-
das anteriormente hay que añadir sus efectos be- travenosos si se utiliza en infusión en un suero co-
neficiosos sobre el perfil lipídico y el menor riesgo nectado en “Y”, así como se reduce el riesgo de in-
cardiovascular. fección si se incluye la insulina en la solución de
NP durante su elaboración en la campana de flu-
jo laminar.
8.3. Composición 5. Con esta medida se disminuye el tiempo que
de micronutrientes el personal de enfermería dedica al cuidado del
enfermo.
Las necesidades de electrólitos, minerales y vi- El cálculo de las necesidades de insulina el pri-
taminas de los pacientes diabéticos son similares a mer día de la infusión de NP puede establecerse de
la de la población no diabética. Por ello, los aportes diferentes maneras. En pacientes que previamente
de estos micronutrientes en la solución de NP de- se controlan con insulina rápida, se añadirá en los
ben seguir las mismas recomendaciones. sueros la cantidad de la hormona necesitada el día
anterior, en proporción a la cantidad de glucosa in-
fundida. Así, si recibía 1 litro de solución glucosada
8.4. Administración de insulina al 5% con 12 unidades de insulina, se añadirá una
cantidad equivalente de la hormona por cada 50 g
La mayoría de los pacientes diabéticos necesitan de glucosa prescrita. En pacientes en los cuales se
suplementos de insulina cuando se infunde gluco- desconozcan las necesidades previas de insulina, se
sa por vía intravenosa. Tradicionalmente ha existi- puede calcular 0,1 U de insulina rápida por cada
do discrepancia en el tipo de insulina a utilizar en gramo de glucosa prescrita en la solución. Así, en
pacientes sometidos a NP, rápida o NPH, y en có- una solución de 200 g de glucosa se añadirán 20 U
mo administrar la hormona: por vía subcutánea, en de insulina. En pacientes con tratamiento previo
la solución o en infusión continua intravenosa dilui- con insulina NPH o mezclas con rápida o análogos
da en un suero conectado en “Y”. de insulina, la dosis total que se administraba puede
Desde hace más de 30 años se sabe que la insu- dar también una idea de la dosis de comienzo con
lina se adhiere a la superficie del cristal y del cloru- NP, teniendo en cuenta el aporte de glucosa, el re-
ro de polivinilo del recipiente donde se administra. poso y el grado de estrés metabólico.
Esta adsorción disminuye la biodisponibilidad de la En cualquier caso, la dosis de insulina inicial se
hormona. Por esta razón, diferentes autores han ajustará en los días sucesivos según el control me-
defendido la utilización de una infusión separada tabólico, que se establece por la medida de glu-
de insulina para controlar la glucemia de los enfer- cemia, ya sea capilar o venosa. La glucemia capi-
mos diabéticos sometidos a NP. Sin embargo, se ha lar obtenida por reflectómetro es una medida más

648
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

rápida, más barata y evita la venopunción con las 8.5.1. Infección por catéter
molestias que ésta supone para el enfermo. Es
esencial calibrar el reflectómetro frecuentemen- En pacientes diabéticos se han descrito altera-
te para asegurarse de la exactitud de los resulta- ciones de la respuesta inmunológica tanto humo-
dos obtenidos. ral como celular frente a la infección. Existe dis-
Como se señala en la Tabla 3, en los primeros minución de los niveles plasmáticos de IgG e IgA,
días de la infusión de NP en pacientes con hiper- alteraciones en los factores C1q, C2, C3 y C4 del
glucemia previa se debe registrar la glucemia capi- complemento, disminución de los linfocitos T con
lar cada 4-6 h. Si el valor obtenido es superior a alteración de su respuesta a mitógenos y a deter-
150 mg/dl se debe administrar insulina rápida sub- minados antígenos, y disminución de la adherencia,
cutánea de acuerdo con un algoritmo. Se añadirá a movilidad, fagocitosis y capacidad de destrucción
la solución de NP al día siguiente la mitad o 2/3 de del granulocito. Todas estos mecanismos anómalos
la insulina subcutánea administrada el día anterior. hacen que el paciente con hiperglucemia pueda ser
Si con este algoritmo los niveles de glucemia per- más frecuentemente colonizado por estafilococos
manecen persistentemente elevados, se aumenta- en la piel, hongos en las mucosas y bacterias en la
rá la dosis de insulina subcutánea del algoritmo en orina. Este mayor riesgo de colonización se asocia
días sucesivos. En pacientes muy edematosos o mal a mayor riesgo de infección por catéter. Además, el
perfundidos puede ser más útil administrar la insu- riesgo de infección por Candida es también mayor
lina adicional por vía intravenosa más que subcu- en pacientes con hiperglucemia mantenida.
tánea. Una vez que la concentración de glucosa en
sangre se mantiene estable entre 100 y 150 mg/dl,
las medidas de glucemia capilar pueden espaciarse 8.5.2. Trombosis venosa
más. En general los pacientes insulinodependientes
necesitan dosis de insulina más elevadas para alcan- Se ha descrito que la actividad de la antitrombi-
zar este control que los pacientes tratados previa- na III está disminuida en pacientes con DM. El gra-
mente con dieta o antidiabéticos orales o que los do de disminución está relacionado con el control
individuos que presentan diabetes inducida por el metabólico. A mayor nivel de hemoglobina glicosi-
estrés. lada, menor es la actividad de la antitrombina. Co-
En aquellas situaciones en las cuales los niveles mo esta sustancia es el inhibidor principal de la
de glucemia oscilan entre 60 y 100 mg/dl se debe coagulación, el riesgo de trombosis de la vena don-
disminuir la dosis de insulina de la solución al día de está insertado el catéter para NP podría estar
siguiente. Si los niveles son inferiores a 60 mg/dl se aumentado en pacientes diabéticos. Sin embargo,
debe detener la infusión de la solución para evitar hasta la fecha no existen datos en la literatura que
el riesgo de neuroglucopenia por hipoglucemia. La indiquen un mayor riesgo de trombosis venosa en
nueva solución de NP deberá contener entre un presencia de un catéter en este tipo de pacientes.
30 y un 50% menos de insulina.

8.5.3. Trastornos hidroelectrolíticos


8.5. Complicaciones
En los individuos sometidos a NP se deben eva-
Las complicaciones asociadas a la NP son simi- luar frecuentemente y corregir las alteraciones hi-
lares en pacientes con o sin DM. Sin embargo, la droelectrolíticas. En enfermos diabéticos mal con-
frecuencia de alguna de ellas es mayor en enfer- trolados el riesgo de estas alteraciones es mayor,
mos previamente diabéticos o con diabetes indu- ya que la glucosuria induce diuresis osmótica con
cida por el estrés. La causa de este mayor inci- pérdidas urinarias abundantes de agua, sodio, pota-
dencia de complicaciones se debe a la presencia sio, magnesio y zinc.
de hiperglucemia, de tal forma que, si el control Como en los individuos no diabéticos, el défi-
metabólico es óptimo, el riesgo de complicacio- cit de micronutrientes puede verse acentuado en
nes secundarias a NP se asemeja al del enfermo presencia de desnutrición. Además, al inicio de la
sin diabetes. realimentación, por existir un déficit de sustrato

649
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

previo, o, posteriormente, por mal control secun- de insulina NPH administrada por vía subcutánea
dario a déficit de insulina o por resistencia a la ac- antes del desayuno.
ción de la misma, los depósitos de glucógeno mus- El grado de monitorización del paciente diabéti-
cular pueden estar disminuidos. Cuando mejora el co sometido a NP domiciliaria es similar al del en-
estrés metabólico, disminuye la resistencia periféri- fermo sin diabetes. Debe ser individualizado, de-
ca a la hormona, aumentando la entrada de gluco- pendiendo del paciente y de su situación clínica.
sa en la célula. Ésta arrastra fósforo, potasio y mag- Finalmente, hay que recordar que el mayor riesgo
nesio al interior para la síntesis de glucógeno. Esta de infección de los pacientes con DM hace necesa-
rápida acumulación intracelular de electrólitos pue- rio que el cuidado del catéter sea muy meticuloso.
de originar una caída brusca de sus concentracio-
nes en sangre.
Por otra parte, la insulina aumenta la reabsor- 8.7. Transición de nutrición
ción renal de sodio, independientemente de los parenteral a dieta oral
cambios en el filtrado glomerular, en el flujo san- o nutrición enteral
guíneo renal o en las concentraciones de glucosa
y aldosterona plasmáticas. Como consecuencia, las Cuando el enfermo diabético mejora clínica-
pérdidas renales del electrólito disminuyen en pre- mente, el estrés metabólico es menor. En este mo-
sencia de insulina. En pacientes diabéticos desnu- mento el control glucémico debe ser más estricto
tridos este efecto antinatriurético de la hormona, para evitar el desarrollo de hipoglucemia. En algu-
unido a la redistribución corporal del sodio duran- nas ocasiones es necesario disminuir la dosis de in-
te la fase de realimentación, puede originar un ede- sulina de la solución.
ma muy marcado. En la etapa de transición de NP a dieta oral o en-
Desde el punto de vista práctico, se deben con- teral, la posibilidad de una ingesta errática duran-
trolar estrechamente el balance hídrico y los nive- te los primeros días y el retraso en la absorción de
les de potasio, magnesio y fósforo en pacientes dia- nutrientes en presencia de gastroparesia obligan a
béticos al menos en los primeros días de iniciar NP. un control glucémico más frecuente. A medida que
Se deben evitar y corregir la hipopotasemia, hipo- el enfermo va tolerando alimentos por vía digesti-
magnesemia e hipofosfatemia. En ocasiones los en- va, se debe ir disminuyendo el aporte calórico de
fermos diabéticos necesitan dosis mayores que las la solución de NP. Al reducir la cantidad de gluco-
recomendadas de estos electrólitos para mantener sa aportada en la solución, se debe también dismi-
sus valores en sangre dentro de la normalidad. nuir la cantidad de insulina, manteniendo la rela-
ción glucosa/insulina similar.
Cuando el aporte calórico por vía digestiva alcan-
8.6. Nutrición za aproximadamente 1.000 kcal/día, se puede retirar
parenteral domiciliaria la administración de NP e iniciar tratamiento con in-
sulina subcutánea de duración de acción mayor, co-
Las indicaciones de NP domiciliaria en enfermos mo es la insulina NPH, o antidiabéticos orales, en
con DM son las mismas que en los individuos no función del tipo de DM y del control del paciente.
diabéticos. En estos pacientes es necesario conse-
guir un control de glucosa plasmática aceptable en
el hospital antes del alta.
Una vez calculada la relación glucosa/insulina, 9. Nutrición enteral
el ciclo de infusión se va acortando a lo largo de
los días, manteniendo esa misma relación. Una vez Como ocurre con la NP, las indicaciones de NE
acortado el tiempo de infusión en 10-12 h y com- en la DM son similares a las de pacientes sin este
probado que la glucemia capilar se mantiene en un trastorno metabólico. Los requerimientos de ener-
valor inferior a 150 mg/dl, el paciente puede ser gía de los pacientes con una enfermedad aguda
enviado a su domicilio. Si durante el día el enfer- suelen ser 1,3-1,5 veces el gasto energético basal.
mo es capaz de ingerir algún alimento, su glucemia Para el paciente diabético que necesita NE de ma-
diurna puede ser controlada con una dosis única nera prolongada en procesos no agudos la cantidad

650
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

Tabla 5a. FÓRMULAS ENTERALES NORMOPROTEICAS PARA DIABETES MELLITUS

Novasource® Diason® Sondalis®


Diaben® Diason®
Diabet Low Energy Diabetes

Densidad
calórica 1 0,9 1 0,75 1
kcal/ml

Proteínas (%)* 16 18 17 17 15

Hidratos de
51 37 45 45 45
carbono (%)*

33 45 38 38 40
(SAT 21,9%; (SAT 11%; (SAT 10,7%; (SAT 10,9%; (SAT 13%;
Grasa (%)*
AGMI 56,8%; AGMI 71%; AGMI 67%; AGMI 66,6%; AGMI 73%;
AGPI 21,3%) AGPI 18%) AGPI 22,3%) AGPI 22,6) AGPI 13,5%)

Fibra
15 22,2 15 20 15
(g/1.000 kcal)

AGMI: ácidos grasos monoinsaturados; AGPI: ácidos grasos poliinsaturados; SAT: ácidos grasos saturados.
*Tanto por ciento sobre la energía de la fórmula.

Tabla 5b. FÓRMULAS ENTERALES HIPERPROTEICAS PARA DIABETES MELLITUS

Sondalis®
Dietgrif® Clinutren®
Diasip® Glucerna® Estándar
Diabético Diabetes
Diabetes
Densidad
1 0,98 1 1 1
calórica kcal/ml
Proteína (%)* 16 17 16 15 15
Hidratos de
35 33,2 46 45 45
carbono (%)*
49 49,8 38 40 40
(SAT 10,2%; (SAT 7%; (SAT 10%; SAT 11%; (SAT 13,5%;
Grasa (%)*
AGMI 59,4%; AGMI 35,7%; AGMI 71%; AGMI 73%; AGMI 73%;
AGPI 30,4%) AGPI 4,3%) AGPI 19%) AGPI 16% AGPI 13,5%)
Fibra
15 15 15 15 15
(g/1.000 kcal)

AGMI: ácidos grasos monoinsaturados; AGPI: ácidos grasos poliinsaturados; SAT: ácidos grasos saturados.
*Tanto por ciento sobre la energía de la fórmula.

de energía a aportar dependerá de la edad, sexo, modificaciones de la cantidad de fórmula pautada.


peso corporal y actividad física. El aporte energéti- El modo de aportar la energía en cuanto al tipo y
co deberá ajustarse según la presencia de obesidad porcentaje de hidratos de carbono y lípidos, así co-
o desnutrición, para corregir esos desequilibrios. mo las formas moleculares empleadas en NE para
La información de la evolución de peso dictará las DM, se discuten a continuación.

651
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

9.1. Selección de fórmulas g) No se dispone de fórmulas enterales para


de nutrición enteral pacientes diabéticos con insuficiencia renal. La li-
mitación de proteínas y de ciertos electrólitos se
Se han diseñado unas fórmulas enterales espe- consigue mejor con fórmulas de NE para insufi-
cíficas para pacientes con DM. Las particularidades ciencia renal. Sin embargo, el control glucémico
de estas fórmulas, tanto normoproteicas como hi- puede ser especialmente difícil con estas fórmu-
perproteicas, se recogen en las Tablas 5a y 5b. las, por lo que se requiere especial atención pa-
Algunas características que conviene resaltar son ra conseguirlo.
las siguientes: Existe controversia sobre la necesidad de utili-
a) En la mayoría de estas fórmulas hay una re- zar fórmulas enterales específicas para pacientes
ducción más o menos marcada de hidratos de diabéticos. Algunos autores opinan que las fórmu-
carbono, sustituidos por lípidos ricos en ácidos las estándar pueden emplearse también en estos
grasos monoinsaturados. Esta distribución de ma- pacientes, pues tienen una distribución de macro-
cronutrientes especial se basa en estudios reali- nutrientes admisible según las recomendaciones
zados con dietas orales en DM tipo 2, en los que generales de dieta oral para esta patología. Sin em-
la sustitución parcial de hidratos de carbono por bargo, otros autores propugnan el empleo de fór-
ácidos grasos monoinsaturados producía menor mulas específicas para DM porque mejoran la res-
respuesta hiperglucémica, hiperinsulinemia y he- puesta al tratamiento nutricional.
moglobina glicosilada, disminución de VLDL, trigli- Algunos autores consideran que evitar un apor-
céridos y LDL-colesterol, con HDL-colesterol si- te calórico excesivo es más importante que el uso
milar. No existen, sin embargo, estudios similares de una fórmula enteral específica. De acuerdo con
en DM tipo 1. esta tesis, se podría escoger cualquier fórmula poli-
b) Se reduce el porcentaje de ácidos grasos po- mérica, o incluso oligomérica, dando un aporte ini-
liinsaturados n-6 a favor de los ácidos grasos mo- cial inferior a 1.000 kcal/día y ajustando el trata-
noinsaturados. miento con antidiabéticos orales o insulina antes
c) Además, en las fórmulas para DM los hidra- de aumentar el aporte nutricional. La ADA ha de-
tos de carbono suelen ser fructosa y almidón en jado abierta la elección de que los pacientes dia-
lugar de sacarosa y maltodextrina como en las fór- béticos que precisen NE puedan recibir bien una
mulas estándar. fórmula estándar (50% de hidratos de carbono) o
d) Todas las fórmulas contienen fibra, insoluble, bien una fórmula baja en hidratos de carbono (33-
soluble o mezcla de ambas, mientras que las fórmu- 40%), a la vez que se insiste en la necesidad de lle-
las estándar pueden o no contener fibra. var a cabo controles de glucemia para guiar los
e) Dado que las fórmulas enterales tienen un ajustes en la medicación antidiabética y mantener
aporte fijo de electrólitos, que es dependiente del un buen control glucémico.
volumen, habrá que valorar la necesidad de suple- ¿Se dispone de evidencia científica de que es-
mentar con aportes adicionales si se detectan des- tas fórmulas permiten un mejor control metabó-
censos de sus valores plasmáticos. lico que fórmulas enterales estándar? Se han pu-
f) Con respecto a la administración de micro- blicado estudios a corto y medio plazo sobre este
nutrientes, las fórmulas específicas para DM con- aspecto. Los primeros se caracterizan por la com-
tienen aproximadamente el doble de cromo y un paración de ambos tipos de fórmula administrados
50% más de ácido fólico que las fórmulas están- en una toma única, como un desayuno de prueba
dar. Las concentraciones de otros minerales y vi- o sobrecarga oral, en pacientes diabéticos. Se de-
taminas son similares en ambos tipos de fórmulas. terminan las cifras plasmáticas de glucosa, triglicé-
Conviene recordar que no existen recomendacio- ridos, fracciones de colesterol, cuerpos cetónicos
nes específicas de micronutrientes para pacientes e insulina, a lo largo de 2-3 horas. Todos los estu-
con DM. Las modificaciones descritas en las fórmu- dios encuentran elevaciones menores de la gluce-
las de DM se basan en la intolerancia a la glucosa mia con las fórmulas específicas.
secundaria a deficiencia de cromo y en la asocia- No obstante, estos estudios tienen limitaciones
ción de hiperhomocistinemia, factor de riesgo car- por la heterogeneidad de los pacientes incluidos,
diovascular, con el déficit de ácido fólico. -como peso corporal, tipo de diabetes y de trata-

652
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

miento-, la ausencia de otras enfermedades aso- porción del aporte calórico total, en grupos par-
ciadas, -que es el escenario más común en pacien- ticulares de pacientes como DM tipo 1, DM tipo
tes hospitalizados-, la administración de la fórmula 2 con y sin obesidad, e hiperglucemia secundaria
por vía oral en lugar de por sonda, la falta de análi- a fármacos, infecciones y síndrome de respues-
sis de los efectos de estas fórmulas cuando se dan ta inflamatoria sistémica. Así se podrá establecer
de forma continuada y la escasez de estudios que mejor cuál es la mejor combinación de macronu-
comparen distintas fórmulas enterales específicas trientes en las fórmulas enterales para cada en-
entre sí -en lugar de hacerlo frente a fórmulas en- fermo con DM.
terales estándar-.
Los estudios a medio plazo son más escasos.
En uno de ellos se comparaba una fórmula rica en 9.2. Métodos de administración
grasa monoinsaturada frente a otra rica en hidra- de nutrición enteral
tos de carbono, ambas con fibra insoluble, adminis-
tradas por sonda nasogástrica durante un periodo Como en cualquier otra indicación de NE, el
de 12 semanas en una muestra de 27 pacientes in- método de administración en un paciente diabéti-
gresados en dos residencias de ancianos. Las cifras co depende de la ubicación del extremo distal de
medias de glucemia y hemoglobina glicosilada eran la sonda o catéter de alimentación. Si está coloca-
menores para la primera fórmula, aunque las dife- do en una posición pospilórica, es precisa la admi-
rencias no eran estadísticamente significativas, po- nistración continua, preferiblemente con una bom-
siblemente debido al reducido número de pacien- ba de infusión. Si la sonda está situada en estómago,
tes estudiados. Las concentraciones de lípidos eran se puede emplear la infusión continua o intermi-
similares en ambos grupos. tente. Esta última se puede hacer por bolos o por
En otro estudio se comparaban durante dos infusión de volúmenes predeterminados por grave-
semanas en un grupo de 50 pacientes críticos una dad o con bomba.
fórmula hiperproteica estándar frente a otra fór- En líneas generales, la elección entre administra-
mula hiperproteica diseñada para diabetes melli- ción gástrica y administración yeyunal tampoco di-
tus. Esta última contenía almidón, fructosa, mayor fiere en pacientes con y sin diabetes. En pacientes
porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados con gastroparesia puede intentarse la administra-
con reducción de ácidos grasos poliinsatura- ción intragástrica continua a 30-40 ml/h, aumen-
dos, y fibra soluble. La fórmula específica permi- tando posteriormente hasta completar las nece-
tía conseguir cifras medias de glucemia más bajas, sidades nutricionales estimadas. Si no es tolerada,
así como una reducción de las dosis de insulina puede intentarse la vía yeyunal, comenzando a do-
administrada. sis bajas (20 ml/h) con una lenta progresión (10-20
De los resultados de los estudios a corto y me- ml/h, cada 12-24 horas). Algunos de estos pacien-
dio plazo puede concluirse que la evidencia se in- tes pueden precisar también descompresión gás-
clina a favor del empleo de fórmulas enterales es- trica para mejorar sus síntomas.
pecíficas para diabéticos. No obstante, existen El método de administración puede influir en
todavía carencias en las fórmulas enterales para la respuesta glucémica, que puede ser más eleva-
diabéticos. Por ejemplo, no se dispone de fórmu- da cuando las fórmulas enterales se administran
las enterales para diabéticos con insuficiencia re- en bolo que con la administración en forma conti-
nal que estén enriquecidas con inmunonutrientes, nua. Esto puede deberse a la mayor velocidad del
o sin fibra. Si estuvieran indicadas fórmulas con es- vaciado gástrico que inducen las fórmulas entera-
tas características, sería necesario emplear fórmu- les líquidas administradas en bolo. También hay que
las disponibles con estas características, pero que considerar que el control glucémico puede ser más
pueden dificultar el control metabólico de estos difícil con dosis intermitentes de NE, especialmen-
pacientes. te si se omite alguna dosis, por lo que es mejor re-
Es previsible que en el futuro se disponga de servar esta forma de administración para pacientes
los resultados de nuevos estudios que compa- estables. En cualquier caso, el método de adminis-
ren fórmulas enterales con distinta composición tración y el tratamiento farmacológico deben de
de macronutrientes, tanto en tipo como en pro- adaptarse de forma individual.

653
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

9.3. Control glucémico te ajustar el tratamiento insulínico a esta situación.


Será necesario hacer determinaciones de glucemia
El control de la NE en el paciente diabético es capilar con mayor frecuencia y, si fuera preciso, ad-
similar al del no diabético, pero se deben realizar ministrar durante un tiempo una infusión intrave-
controles más frecuentes de glucemia y electróli- nosa de glucosa.
tos ya que pueden alterarse con más frecuencia en Algunas situaciones clínicas pueden alterar el
los pacientes con DM. control glucémico del paciente diabético con NE,
El objetivo glucémico en un paciente diabético como, por ejemplo, en el caso de que aparezcan
sometido a nutrición artificial es mantener la glu- complicaciones infecciosas o de que se introduz-
cemia en cifras entre 80 y 150 mg/dl. Inicialmente can tratamientos tales como esteroides, ciclospo-
se puede limitar el aporte calórico a 1.000 kcal/día, rina, somatostatina, fármacos vasoactivos, etc. Por
que será aumentado progresivamente si se com- el contrario, la desaparición de estas complicacio-
prueba un buen control metabólico. nes puede dar lugar a hipoglucemias, si no se adap-
Si el enfermo está estable y previamente se con- ta la pauta insulínica.
trolaba con antidiabéticos orales, puede intentarse
mantener esta pauta. Se asume que el paciente no
presenta insuficiencia renal o hepática. En caso de 9.4. Complicaciones
utilizar metformina, no debe existir una enferme- gastrointestinales
dad concomitante que aumente el riesgo de acido-
sis láctica. Sin embargo, algunos de estos enfermos 9.4.1. Gastroparesia
pueden requerir insulina, no sólo por el tipo de ali-
mentación que reciben, sino por la resistencia insu- La gastroparesia es una complicación de la DM
línica y menor tolerancia a los hidratos de carbono que puede dificultar la administración de la NE en
secundarias a las enfermedades concomitantes, in- pacientes diabéticos. Puede haber síntomas como
actividad o encamamiento. pirosis, saciedad precoz, dolor epigástrico, náuseas
Si los pacientes estaban previamente en trata- y vómitos. Algunos factores que pueden empeorar
miento con insulina o si no es aconsejable el uso de la gastroparesia son la propia hiperglucemia, dietas
antidiabéticos orales, debe utilizarse insulina. Si no ricas en grasa y fibra, y fármacos como opiáceos,
se tiene seguridad de la tolerancia de la NE, es me- bloqueantes de los canales de calcio, antidepresi-
jor utilizar inicialmente sólo insulina regular con do- vos y anticolinérgicos.
sis variable según los resultados de glucemia capilar. La gastroparesia puede disociar la absorción de
Cuando se alcanzan 1.000 ml/día de la fórmula ente- la fórmula enteral y el tratamiento, haciendo más
ral, o aproximadamente 40 ml/h, con buen control difícil el control glucémico. Si es conocida antes del
glucémico, se puede emplear insulina intermedia en inicio de la NE o si existe intolerancia gástrica a la
dos dosis al día, que irá aumentando de forma para- misma, puede ser necesario asegurar una adminis-
lela al incremento de aporte nutricional. Las dosis de tración pospilórica continua para evitar este pro-
insulina suelen oscilar entre 0,3 y 1 UI/kg, según el blema propio de la DM. El tratamiento con meto-
grado de estrés metabólico, obesidad y tratamiento clopramida, domperidona o, incluso, eritromicina
previo para la DM. La determinación de hemoglobina intravenosa pueden aportar alguna mejoría a la
glicosilada proporciona una idea del control metabó- gastroparesia.
lico del paciente con el tratamiento previo.
Cuando la NE es tolerada establemente no son
necesarias las pautas de tratamiento con insuli- 9.4.2. Alteraciones de la motilidad
na rápida con dosis variable según los resultados intestinal: estreñimiento y diarrea
de glucemia capilar. En cambio, en pacientes con
DM mal controlada o inestable puede ser necesa- La administración de NE puede asociarse a es-
ria una infusión intravenosa de insulina hasta con- treñimiento y diarrea. Además, una de las compli-
seguir mejorar el control glucémico. caciones de la DM de larga evolución es la neu-
En casos de interrupción de la NE puede ha- ropatía autonómica, que puede presentarse como
ber hipoglucemia si no se ha previsto previamen- trastornos de la motilidad intestinal. Todas las fór-

654
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

mulas enterales para DM contienen fibra, pero polietilenglicol). Si el paciente tiene diarrea con-
el contenido de fibra insoluble puede ser insufi- viene evaluar causas comunes de diarrea como el
ciente en alguno de estos pacientes. Si el pacien- uso concomitante de sorbitol en fármacos, anti-
te presenta estreñimiento debe revisarse también bióticos, o sobreinfección por Clostridium diffici-
el aporte de agua. Algunos enfermos pueden me- le. Si se descartan, puede emplearse loperamida
jorar con laxantes osmóticos (sales de fosfato o o codeína.

655
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

10. Resumen
 La DM se considera en la actualidad como uno  Existen situaciones especiales en la vida del
de los problemas principales de salud. Su preva- diabético que hacen que la dieta deba adap-
lencia aumenta a medida que se incrementa la tarse. Estas situaciones incluyen la edad, el
esperanza de vida de la población. embarazo, la presencia de enfermedades in-
tercurrentes, obesidad, hipertensión arterial,
 La enfermedad se caracteriza por un déficit hiperlipemia e insuficiencia renal. En caso de
absoluto o relativo de insulina, debido a un de- precisar nutrición artificial, las indicaciones, el
fecto de su secreción, de su acción o de ambas. tipo de soporte nutricional y el desarrollo de
En algunos pacientes en situaciones de estrés complicaciones son similares a las establecidas
metabólico, la elevación de las hormonas con- en pacientes sin DM.
trainsulares y de ciertas citokinas puede de-
sarrollar un cuadro similar a la DM conocido  La nutrición artificial en pacientes con DM
como diabetes o hiperglucemia de estrés. En exige una adaptación individualizada de la pres-
todos los tipos de DM se originan alteraciones cripción de macronutrientes y del tratamiento
del metabolismo no sólo de los hidratos de farmacológico hipoglucemiante.
carbono, sino también de las proteínas y de los
lípidos.

 La hiperglucemia mantenida se asocia a largo


plazo con el desarrollo de complicaciones
crónicas, como nefropatía, retinopatía, neuro-
patía periférica y autonómica y enfermedad
cardiovascular. Además de estas complicacio-
nes debidas a la presencia de hiperglucemia,
en la evolución de la diabetes puede aparecer
complicaciones agudas como la hipoglucemia, la
cetosis y la situación hiperosmolar.

 Para evitar la aparición de complicaciones, el


paciente diabético debe realizar ejercicio físico
de forma habitual, mantener unas pautas esta-
blecidas en su dieta e iniciar tratamiento far-
macológico con antidiabéticos orales o insulina,
cuando sea necesario.

 La dieta recomendable para un paciente con


DM debe contener entre 10 y 20% de las ca-
lorías totales en forma de proteína, no más de
20% como grasa saturada y poliinsaturada y el
resto, 60-70% del valor calórico total, en forma
de grasa monoinsaturada e hidratos de carbono.
Esto supone que la dieta del paciente diabético
debe ser variada, incluyendo alimentos como
cereales integrales, legumbres, fruta, verdura, y
lácteos descremados. Si se precisa aumentar la
grasa monoinsaturada se pueden incluir en la
dieta alimentos como aceite de oliva, aceitunas,
aguacate y frutos secos, con el objetivo de al-
canzar y mantener un control glucémico y un
peso lo más próximo posible a lo normal.

656
M.ª Á . Valero Zanuy | M. León Sanz

11. Bibliografía
American Diabetes Association. Office guide to diagnosis and Mesejo A, Acosta JA, Ortega C, Vila J, Fernández M, Fer-
classification of diabetes mellitus or other categories of glu- reres J, et al. Comparison of a high-protein disease-spe-
cose intolerance (Position Statement). Diabetes Care 1997; 20 cific enteral formula with a high-protein enteral formula
(Suppl 1): S21-S35. in hyperglycemic critically ill patients. Clin Nutr 2003; 22:
La Asociación Americana de Diabetes revisa los criterios diag- 295-305.
nósticos y la clasificación de la DM actualmente vigentes. Comparación de una fórmula enteral hiperproteica estándar
con otra diseñada para diabéticos en enfermos críticos analiza-
Craig LD, Nicholson S, Silverstone FA, Kennedy RD. Use of dos durante un periodo de 14 días. La fórmula específica pro-
a reduced-carbohydrate modified-fat enteral formula for im- ducía menores concentraciones de glucemia y requerimientos
proving metabolic control and clinical outcomes in long- term de insulina.
care residents with type II diabetes: results of a pilot trial.
Nutrition 1998; 14: 529-34. Mizok B. Alterations in carbohydrate metabolism during
Comparación de una fórmula enteral rica en fibra y otra fórmula stress: a review of the literature. Am J Med 1995; 98: 75-84.
específica para DM a lo largo de 12 semanas, el periodo más Este artículo revisa las alteraciones del metabolismo de los
largo de seguimiento de todas las publicaciones hasta ahora rea- hidratos de carbono que ocurren en pacientes con estrés
lizadas. El número de individuos estudiados es pequeño, por lo metabólico.
que se aprecian mejoras favorables a la fórmula específica que
no alcanzan significación estadística. Montori VM, Bristian BR, McMahon MM. Hyperglycemia in
acutely ill patients. JAMA 2002; 288: 2167-9.
Coulston AM. Clinical experience with modified enteral formula Los autores revisan la evidencia científica acerca del efecto de
with patients with diabetes. Clin Nutr 1998; 17 (Suppl 2): 46-56. la hiperglucemia y el beneficio de conseguir un buen control en
Revisión de la experiencia clínica con fórmulas enterales específicas pacientes en situación de estrés metabólico.
para DM, mostrando sus ventajas frente a fórmulas estándar.
Pérez A (ed.). Dislipemia diabética. Endocrinología 2003; 50
Franz MJ, Bantle JP, Beebe CA, Brunzell JD, Chiasson JL, Garg (Suppl 3): 1-68.
A, et al. Evidence-based nutrition principles and recommenda- Revisión de la fisiopatología, diagnóstico y tratamiento de los
tions for the treatment and prevention of diabetes and related trastornos del metabolismo lipídico en pacientes con DM.
complications. Diabetes Care 2002; 25: 148-98.
Un comité de expertos de la Asociación Americana de Diabetes Peters A, Davidson M, Isaac RM. Lack of glucose elevation after
revisa en una extensa publicación el tratamiento nutricional de la simulated tube feeding with a low carbohydrate, high-fat en-
DM según la evidencia científica. teral formula in patients with type I diabetes. Am J Med 1989;
87: 178-82.
Franz MJ, Bantle JP, Beebe CA, et al. The American Diabetes Los autores demuestran, por primera vez, que las fórmulas
Association. Nutrition principles and recommendations in dia- enterales específicas para DM producen menor respuesta glu-
betes (Position Statement). Diabetes Care 2004; 27 (Suppl 1): cémica cuando se administran como prueba de sobrecarga oral
S36-S46. a pacientes con DM.
Documento oficial de la ADA sobre el tratamiento nutricional de
la DM, basado en la revisión efectuada en el artículo anterior. Schrezenmeir J. Rationale for specialized nutrition support
for hyperglycemic patients. Clinical Nutr 1998; 17 (Suppl 2):
Franz MJ, Monk A, Barry B, et al. Effectiveness of medical nutri- 26-34.
tion therapy provided by dietitians in the management of non- Revisión de los motivos para la prescripción específica del trata-
insulin-dependent diabetes mellitus: a randomized, controlled miento nutricional en pacientes con DM.
clinical trial. J Am Diet Assoc 1995; 95: 1009-17.
Estudio que demuestra la eficacia de la aplicación individualizada Van den Berghe G, Wouters P, Weekers F, et al. Intensive in-
de los principios de la terapia nutricional en la DM 2. sulin therapy in critically ill patients. N Engl J Med 2001; 345:
1239-67.
Jenkins DJ, Jenkins AL. Nutrition principles and diabetes. A role Los autores demuestran cómo el control glucémico intensivo
for “lente carbohydrate”? Diabetes Care 1995; 18: 1491-8. en pacientes en situación de estrés metabólico disminuye su
En este artículo se revisa el efecto metabólico que tiene la fre- morbimortalidad.
cuencia de las tomas, el índice glucémico de los alimentos y el
contenido en fibra de la dieta en los pacientes con DM. Wright J. Total parenteral nutrition and enteral nutrition in
diabetes. Current Opinion in Clinical Nutrition and Metabolic
McMahon MM. What to do about hyperglycemia in hospitalized Care 2000; 3: 5-10.
patients. NCP 1997; 12: 35-8. El autor establece las indicaciones de nutrición artificial en
Reflexiones sobre los efectos adversos de mantener un mal pacientes con DM, además de revisar cómo diseñar fórmulas
control glucémico en pacientes hospitalizados. específicas para este tipo de pacientes.

657
Capítulo 4.21. Nutrición en la diabetes mellitus

12. Enlaces web

 www.sediabetes.org

 www.seenweb.org

 www.fundaciondiabetes.org

 www.diabetesaldia.com

 www.feaed.org

 www.diabetes.org/homepage.jsp
 www.easd.org

 www.aadenet.org

 www.idf.org

 www.idf.org/e-atlas/home

 diabetes.niddk.nih.gov/spanish/index.asp

658

También podría gustarte