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ESCUELA NACIONAL DE ENTRENADORES DEPORTIVOS

Investigación documental sobre capacidades físicas


condicionales

Asignatura

ATLETISMO

P R E S E N T A

Vanessa Matilde Duarte González

Ciudad de México a 1 de abril de 2020


Contenido
Capacidades físicas básicas o condicionales. ................................................................. 1

Fuerza. ......................................................................................................................... 3

Definición.................................................................................................................. 3

Tipos de fuerza. ........................................................................................................ 4

Ejemplos de algunos tipos de fuerza muscular. ....................................................... 9

Métodos de entrenamiento de la Fuerza muscular. ............................................... 10

Velocidad. .................................................................................................................. 11

Definición................................................................................................................ 11

Clasificación de la velocidad. ................................................................................. 12

Manifestaciones puras de la velocidad. .................................................................. 13

Manifestaciones complejas de la velocidad............................................................ 14

Algunos ejemplos de velocidad. ............................................................................. 16

Resistencia. ............................................................................................................... 16

Definición................................................................................................................ 16

Qué es la fatiga? .................................................................................................... 17

Tipos de resistencia................................................................................................ 18

Algunos ejemplos de resistencia. ........................................................................... 20

Flexibilidad. ................................................................................................................ 21

Definición................................................................................................................ 21

Tipos de flexibilidad. ............................................................................................... 21

Algunos ejemplos de flexibilidad. ........................................................................... 26

Referencias. .................................................................................................................. 27
Capacidades físicas básicas o condicionales.
De acuerdo con Muñoz (2009), la condición física y la práctica deportiva han estado
volviéndose más importantes por su relevancia en la realidad social, ya que ahora es
necesario contar con buena salud, calidad de vida y de tiempo de ocio; y también por la
satisfacción de practicar actividad física. Esto último requiere un mínimo desarrollo de las
capacidades físicas básicas y cualidades motrices.
Tomando lo dicho por Del Villar (2008), se puede definir a las capacidades básicas como
los factores que determinan la condición física del individuo, que lo orientan a la
realización de una determinada actividad física y posibilitan el desarrollo de su potencial
físico mediante el entrenamiento.
Para algunos autores, las capacidades físicas básicas son: la fuerza, la velocidad, la
resistencia y la movilidad, como se puede apreciar en la figura siguiente:

En cambio, otros autores sostienen que las capacidades físicas básicas son la fuerza, la
velocidad, la resistencia y la flexibilidad; haciendo una diferenciación entre movilidad y
flexibilidad.

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La movilidad se refiere, según Gutiérrez (2017), al grado de movimiento que posee una
articulación. Es la capacidad de expresar el rango completo de movimiento (ROM) de las
articulaciones.
La flexibilidad está relacionada con el estiramiento y los músculos: una buena flexibilidad
mejora la elasticidad y la longitud de los músculos, es decir, los músculos son los que se
vuelven flexibles al estirarlos y alargarlos.

La capacidad de un sujeto para ejecutar un ejercicio es la causa, y el propio movimiento


solamente es el efecto. Por tanto, lo que el deportista requiere es la capacidad de control
de la causa para ejecutar su efecto con perfección. Las capacidades físicas, que son la
base de la causa, poseen un amplio componente genético o heredado, de acuerdo con
Bompa (2003).
En la figura siguiente se pueden ver las relaciones de las diferentes capacidades físicas
entre sí:

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Pasamos seguidamente a detallar sobre las capacidades físicas básicas o condicionales.

Fuerza.

Definición.
La fuerza, como capacidad física básica, se puede definir según varios autores:
Vorobiev (1974) dice que la fuerza muscular es aquella tensión máxima expresada en
gramos o kilogramos, que los músculos son capaces de desarrollar.
Morales y Guzmán (2003) comentan que la fuerza es un elemento común de la vida diaria
pues cada actividad humana, desde el movimiento más simple requiere de su utilización.
Zatsiorski (1989) define a la fuerza como la capacidad para superar la resistencia externa
o de reaccionar a ella mediante tensiones musculares.

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Platonov y Bulatova (2001) mencionan que el concepto de fuerza se debe entender como
la capacidad del hombre de vencer o contrarrestar una resistencia mediante la actividad
muscular.
González y Gorostiaga (1995) precisan que es la capacidad de producir una tensión que
tiene el músculo al activarse o contraerse.
Galicia (2014) dice que la fuerza es la capacidad que permite desarrollar un trabajo
mediante la oposición y/o superación de una resistencia, ya sea interna o externa,
modificando el estado de reposo o movimiento de un cuerpo a través del accionar de los
músculos.
Tipos de fuerza.
Fuerza absoluta: Capacidad potencial teórica de fuerza dependiente de la
constitución del músculo: sección transversal y tipo de fibra. Esta fuerza no se manifiesta
de forma voluntaria, es decir, ni en entrenamiento ni en competición, sólo en situaciones
psicológicas extremas, con la ayuda de fármacos o por electroestimulación.
Fuerza isométrica máxima: Se produce cuando el sujeto realiza una contracción
voluntaria máxima contra una resistencia insalvable. Es lo que también se puede llamar
fuerza máxima estática. Cada valor de fuerza isométrica debe venir acompañado de su
correspondiente información sobre el ángulo y/o posición en la que se ha conseguido. Si
esta manifestación de fuerza se hace lo más rápidamente posible, también se
manifestará la máxima fuerza explosiva.
Fuerza máxima excéntrica: Se manifiesta cuando se opone la máxima capacidad
de contracción muscular ante una resistencia que se desplaza en sentido opuesto al
deseado por el sujeto. La fuerza expresada en estos casos depende de la velocidad a la
que se produce el estiramiento o contracción excéntrica. Por eso siempre hay que
especificar la velocidad o la resistencia con la que se hace el movimiento. Para realizar
un control de esta capacidad se toma un porcentaje de la fuerza isométrica máxima, que,
generalmente, suele ser el 150% de la misma.
Fuerza dinámica máxima: Es la expresión máxima de fuerza cuando la
resistencia sólo se puede desplazar una vez, o se desplaza ligeramente y/o transcurre a
muy baja velocidad en una fase del movimiento. La fuerza máxima expresada en este
caso estará referida al ángulo en el que se produce la mínima velocidad de

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desplazamiento. Un ejemplo sencillo de manifestación de máxima fuerza dinámica sería
la realización de una repetición con el máximo peso posible en una sentadilla completa.
Tendríamos, entonces, una expresión de dicha fuerza referida a las piernas. Aunque en
el gesto necesario para medir esta manifestación de fuerza se produce un ciclo de
estiramiento-acortamiento, y, por tanto, una activación pliométrica, su efecto sobre el
resultado con grandes cargas es despreciable, incluso en sujetos muy expertos. Por
tanto, lo que se manifiesta y se mide es un valor de fuerza muy elevado, a una velocidad
lenta, y que no depende de la elasticidad muscular.
Fuerza dinámica máxima relativa: Es la máxima fuerza expresada ante
resistencias inferiores a la que se corresponde con la fuerza dinámica máxima. Equivale
al valor máximo de fuerza que se puede aplicar con cada porcentaje de dicha fuerza o de
la máxima isométrica. También se puede definir como la capacidad muscular para
imprimir velocidad a una resistencia inferior a aquella con la que se manifiesta la fuerza
dinámica máxima. La mejora sistemática de esta manifestación de fuerza es un objetivo
importante del entrenamiento, ya que ésta es la principal y más frecuente expresión de
fuerza durante la competición. Podemos decir que un deportista sólo tiene la fuerza que
es capaz de aplicar a una velocidad dada. De nada sirve una fuerza isométrica máxima
o incluso dinámica máxima muy elevadas si el porcentaje de esa fuerza que se aplica a
mayores velocidades es bajo.
La relación entre estas fuerzas tiene importancia en el entrenamiento, y viene definida
por lo que se conoce como déficit de fuerza. Se denomina así tanto a la diferencia entre
fuerza máxima excéntrica e isométrica (Schmidtbleicher, 1985 y 1992), como a la
diferencia entre isométrica máxima y la dinámica con cualquier carga (Verkhoshansky,
1986).
El déficit de fuerza varía a través del ciclo de entrenamiento y de la temporada, según la
orientación del trabajo y de la forma adquirida. Cuando existe una mejor adaptación/
capacidad de activación del sistema nervioso por un trabajo dirigido a la mejora del IMF
(índice de manifestación de fuerza), por la utilización de cargas altas y a gran velocidad,
el déficit se reduce; por el contrario, cuando el entrenamiento ha estado
fundamentalmente basado en la mejora de la fuerza por la hipertrofia, se produce un
aumento.

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Por tanto, la oscilación del déficit indica el efecto del entrenamiento y el "tipo de forma"
que se ha adquirido. Una vez conocido esto y las necesidades de nuestro deporte o
especialidad, podremos orientar convenientemente el trabajo en la dirección que nos
interese.
Fuerza explosiva: Viene representada por una fase de la curva C.f-t, exactamente
por la de mayor pendiente, donde se produce el mayor incremento de la tensión muscular
(manifestación de fuerza) por unidad de tiempo. Se corresponde con el mayor IMF, que
está en relación, a su vez, con la habilidad del sistema neuromuscular para desarrollar
una alta velocidad de acción o para crear una fuerte aceleración en la expresión de
fuerza. Por tanto, la fuerza explosiva está presente en todas las manifestaciones de
fuerza.
Fuerza elástico-explosiva: Se apoya en los mismos factores que la anterior, más
el componente elástico que actúa por efecto del estiramiento previo. Lógicamente, la
importancia de la capacidad contráctil y de los mecanismos nerviosos de reclutamiento y
sincronización es menor en este caso, puesto que un porcentaje del resultado se debe a
la elasticidad. El reflejo de estiramiento parece que no actúa en este tipo de acciones,
salvo que la fase excéntrica del movimiento fuese muy rápida, lo que nos situaría en un
tipo de manifestación de fuerza como la que se describe a continuación.
Fuerza elástico-explosivo-reactiva: Añade a la anterior un componente de
facilitación neural importante como es el efecto del reflejo miotático (de estiramiento), que
interviene debido al carácter del ciclo estiramiento-acortamiento (CEA), mucho más
rápido y con una fase de transición muy corta, por lo que el resultado dependerá en menor
medida de los factores anteriores, debido a la inclusión de este nuevo elemento. Grosser
(1992) afirma que este tipo de fuerza sólo se manifiesta de forma completa si el CEA se
sitúa por debajo de 200 mseg. Vittori (1990) distingue como manifestación de esta fuerza
dos CEA, uno lento de alrededor de 240 mseg. (salto con contramovimiento con ayuda
de los brazos), y otro rápido, sobre 160 mseg. (serie de saltos seguidos con mínima
flexión de rodillas).
Relación entre las distintas manifestaciones de fuerza.
La fuerza explosiva es una cualidad muy importante en muchos deportes y el punto de
referencia más adecuado en la valoración de la forma deportiva. Está determinada, según

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hemos ido viendo, por otras manifestaciones de tuerza: fuerza máxima, fuerza de salida,
fuerza o capacidad de aceleración y por la velocidad de movimiento absoluta. El
conocimiento de la relación de estas cualidades entre sí y con la propia fuerza explosiva
es importante dentro de la metodología del entrenamiento.
El autor que más ha estudiado estas cuestiones ha sido el conocido Verkhosansky. Lo
que se expone a continuación es una síntesis de sus hallazgos en este campo.
La conexión entre la fuerza inicial y la máxima isométrica es alta en los principiantes, pero
no es significativa en los deportistas entrenados. Pueden ser consideradas cualidades
independientes.
La fuerza máxima:
no determina:
- el trabajo/efecto en la fase inicial de la tensión muscular.
- la fuerza máxima manifestada con cargas ligeras.
no contribuye:
- al desarrollo de la velocidad absoluta del movimiento. Incluso puede ser
negativa.
- si se busca un desarrollo desproporcionado de la fuerza máxima
isométrica.
Si se vencen resistencias externas, la relación entre velocidad de movimiento y fuerza
máxima se incrementa. Desde el 50-60% de la fuerza máxima isométrica, la velocidad
depende de la fuerza de aceleración y de la fuerza máxima.
Hay muy poca relación entre la velocidad absoluta y la velocidad del movimiento si hay
resistencia externa. Incluso con resistencias del 20% de la fuerza isométrica máxima la
varianza no común llega al 70%.
Cuanto menor es la resistencia externa, mayor es la velocidad del movimiento y la
influencia de la velocidad absoluta y de la fuerza inicial.
La fuerza explosiva y la fuerza de aceleración son dependientes. Su varianza común es
del 84%. La fuerza explosiva y la inicial tienen una relación del 52%, por lo que son
relativamente dependientes.
La fuerza inicial es el mecanismo previo a la manifestación de fuerza de aceleración, y
necesario para alcanzar cierto nivel de tensión lo más rápidamente posible. Cuando hay

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una resistencia externa, la fuerza inicial se produce en régimen isométrico, y la de
aceleración en régimen concéntrico/dinámico. Cuanto más alto sea el nivel de desarrollo/
manifestación de la fuerza inicial, más aceleración se podrá conseguir, y, por tanto, más
velocidad, aspecto muy importante en el entrenamiento.
La fuerza explosiva, como cualidad central, objetivo básico del entrenamiento, refuerza
su relación progresivamente con la velocidad absoluta, la fuerza inicial, la fuerza de
aceleración y la fuerza máxima a medida que aumenta la resistencia externa.
Esta serie de expresiones de fuerza, que se ha denominado componentes de la fuerza
explosiva, tienen algunas características:
Su desarrollo es relativamente independiente. La progresión en una no se refleja
de forma significativa en el mejoramiento de las demás.
El desarrollo de cada habilidad requiere un adecuado régimen motor. El
entrenamiento que influye directamente en una de ellas no afecta a las otras. Una fuerza
máxima elevada no implica necesariamente la capacidad de manifestarla rápidamente.
La relativa independencia aumenta en los deportistas avanzados.
La fuerza de aceleración y la fuerza máxima son más entrenables que la velocidad
absoluta y la fuerza inicial.
En la figura siguiente se puede ver los tipos de fuerza muscular.

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Ejemplos de algunos tipos de fuerza muscular.
Fuerza dinámica máxima: Un ejemplo sería el movimiento de sentadilla (extensión de
piernas) en el que tratáramos de levantar una sola vez la máxima carga posible. Es una
capacidad fundamental en un halterófilo.

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Fuerza explosiva: En un salto con pies juntos partiendo de una posición inicial estática
con flexión de piernas de 90º (Squat Jump), donde tratáramos de alcanzar la máxima
altura posible.

Fuerza reactiva: El ejercicio más ilustrativo sería el Drop Jump, el cual se ejecuta con el
mismo movimiento que el Squat Jump, pero en lugar de partir de una posición estática
de flexión, se realiza una caída previa desde un punto elevado, lo cual requiere una fase
de frenado de la caída y una aceleración rápida para el salto.

Métodos de entrenamiento de la Fuerza muscular.


En la figura siguiente se pueden ver los diferentes métodos de entrenamiento para el
desarrollo de la fuerza muscular.

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Velocidad.

Definición.
De acuerdo con González, Navarro, Delgado y García (2010) la velocidad es una de las
capacidades de prestación deportiva sobre la que se han establecido numerosas
interpretaciones en su clasificación, ya que hay autores que entienden esta como
capacidad condicional pura (Harre, 1987; Bompa, 1999); y otros que hablan de ella como
una capacidad resultante, porque consideran que como capacidad aislada no existe, sino
que va acompañada para obtener el máximo rendimiento junto a otros elementos como
la técnica, la fuerza, o la coordinación (Grosser, 1992; Verhoshansky, 1996; Weineck,
2005).
Pradet (1996) la define como la facultad de efectuar acciones motrices provocando un
desplazamiento del cuerpo o de una de sus partes a la mayor rapidez posible y durante
cortos periodos del tiempo evitando la aparición de la fatiga. Para Le Deuff (2003) es la

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capacidad de ejecutar un movimiento en un tiempo mínimo y realizar el mayor número
de movimientos en el menor tiempo posible, Manno (1992) a la hora de conceptualizar el
termino establece que es necesario inicialmente distinguir entre velocidad y rapidez,
aunque establece que son complementarias y define la primera como la capacidad de
realizar acciones motrices en un tiempo mínimo y la segunda como la capacidad
partiendo de procesos neuromusculares para desarrollar una fuerza o para realizar
acciones motrices en un tiempo mínimo.
Patregnani (1990) la define como la capacidad de realizar acciones motoras en un tiempo
mínimo sin producir fatiga que conduzca a una reducción de la prestación deportiva.
Mirella (2001) habla de distinguir entre rapidez y velocidad, la primera se refiere a la
contracción rápida de un solo musculo o de un grupo muscular al realizar un determinado
movimiento, es típico de los juegos colectivos y deportes de lucha, la velocidad se refiere
a la relación entre el espacio recorrido y el tiempo empleado en el desplazamiento del
cuerpo humano.
Platonov y Bulatova (2001) la definen como un conjunto de propiedades funcionales que
permiten ejecutar las acciones motoras en un tiempo mínimo. Grosser (1992) la define
como la capacidad de conseguir, en base a procesos cognoscitivos, máxima fuerza
volitiva y funcionalidad del sistema neuromuscular, una rapidez máxima de reacción y de
movimiento en determinadas condiciones establecidas. Además Grosser (1992)
establece una diferenciación entre velocidad motriz y una velocidad de acción, lo que
otros autores en este apartado conceptualizan como velocidad y rapidez.
Clasificación de la velocidad.
Manifestaciones puras: son aquellas que se producen ante resistencias bajas y durante
poco tiempo, solo se dan en movimientos sencillos o por ejemplo los movimientos de
reacción en un portero de balonmano, en combinación con la capacidad volitiva del
individuo. Las formas puras de velocidad son: la velocidad de reacción, la velocidad de
movimiento y la velocidad frecuencial.
Manifestaciones complejas: son aquellas que junto a las formas puras, actúan
juntamente con otras capacidades condicionales como la fuerza o la resistencia,
coordinando de forma racional sus movimientos en función de las condiciones externas
en las que se realiza la tarea motriz. Las posibilidades de perfeccionamiento del

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rendimiento frente a las formas puras son casi ilimitadas a través de un proceso de
entrenamiento. Las formas complejas de velocidad son: la fuerza-velocidad, la resistencia
a la fuerza-velocidad, y la resistencia a la velocidad máxima.
La siguiente figura ilustra dicha clasificación:

Manifestaciones puras de la velocidad.


Velocidad de reacción.
Es la capacidad de responder en el menor tiempo posible frente a un estímulo (Grosser,
1992). La velocidad de reacción es una manifestación del tiempo de reacción (Grosser,
1992; Cometti, 2002). Esta velocidad se divide en simple que es una manifestación del
tiempo de reacción simple y selectiva en la que influyen otros factores además del tiempo
de reacción, como pueden ser la atención selectiva o la anticipación.
Velocidad de movimiento.
Se define como la capacidad para realizar movimientos de carácter acíclico a velocidad
máxima frente a resistencias bajas (inferior al 30% de fuerza máxima), un ejemplo de ello
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son los lanzamientos en balonmano o golpeos de raqueta, aunque en realidad estos
movimientos en el ámbito competitivo se presentan unidos a esfuerzos de alta intensidad
que oscilan en el caso de los deportes de raqueta entre los 4.0 y 16.6 segundos (Glaister,
2005), con intervalos de descanso cuya densidad oscila entre 1:1 y 1:5. En estos casos
de múltiples trabajos de velocidad el papel decisivo cae sobre la resistencia a la fuerza
explosiva.
Velocidad frecuencial.
Es la capacidad para realizar movimientos cíclicos a velocidad Máxima frente a
resistencias bajas (inferior al 30% de fuerza máxima). La velocidad frecuencial se
requiere en modalidades de sprint en atletismo, ciclismo, patinaje de velocidad y natación.
En la mayoría de los casos esta modalidad de velocidad se manifiesta asociada a otras
formas, por ejemplo, en una carrera de 100 metros encontramos velocidad de reacción
simple, capacidad de aceleración, la máxima velocidad y la resistencia a la velocidad,
todas estas formas se dan en este tipo de actos cíclicos.
Manifestaciones complejas de la velocidad.
Fuerza-velocidad.
Sole (2002) la define como la capacidad que tiene el sistema neuromuscular de superar
cargas externas (el propio peso corporal o artefactos) con una gran rapidez en la
contracción. A nivel de fuerza comporta la combinación de fuerza inicial y fuerza
explosiva. Grosser (1992) la define como la fuerza efectuada en el menor tiempo posible
causada por la velocidad de contracción de la musculatura frente a movimientos
cíclicos y acíclicos. Son sinónimos de este concepto la capacidad de aceleración y la
velocidad inicial.
Resistencia a la fuerza-velocidad.
Es la capacidad de resistencia frente a la disminución de la velocidad causada por el
cansancio cuando las velocidades de contracción son máximas frente a movimientos
acíclicos delante de resistencias mayores (Grosser, 1992). Es preciso señalar que esta
capacidad se manifiesta en los juegos deportivos fundamentalmente, en los que es
preciso realizar una determinada expresión de fuerza-velocidad y conservar al mismo
tiempo esa capacidad para otras acciones encadenadas o precedidas de un tiempo de

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descanso en el que se para o se recupera andando, y esta capacidad debe resistir el
tiempo de un encuentro sin fatigarse en exceso ni perder efectividad (Bosco,2000).
Resistencia a la velocidad máxima.
Es la capacidad de resistir la disminución de la velocidad frente a la fatiga (Sole, 2002).
Normalmente esta se produce en movimientos cíclicos de velocidades de contracción
Máxima. La importancia de la resistencia a la velocidad Máxima abarca el rango de sprints
entre 6 y 20 segundos (Grosser, 1992).
Las manifestaciones de velocidad en deportes de equipo, difieren de la clasificación antes
expuesta, ya que no hay velocidad de desplazamiento, velocidad gestual o velocidad
resistencia, sino que hay velocidades en las categorías que definimos a continuación y
que han de ser descritas para poder planificar su entrenamiento. La clasificación en
deportes de equipo como futbol es la siguiente (Seirul, 1998):
Velocidad de puesta en acción o velocidad de salida. La necesita el jugador para
iniciar la carrera desde parado, con o sin balón. En un desplazamiento de 3-5 metros en
el mínimo tiempo. En ese desplazamiento puede realizar distintas acciones técnicas,
desmarcarse para recibir un pase, anticiparse para interceptar un pase.
Velocidad de intervención. La necesita en todas las acciones de 1x1 cuando se disputa
un balón del que nadie dispone. Necesita moverse muy rápido en 2-3 metros, frenar,
girar, apoyar muy rápido y desequilibrado, en fin, todo lo necesario para hacerse con la
posesión del balón.
Velocidad de cambio de ritmo. Se manifiesta cuando el jugador se está desplazando a
cierta velocidad y, en un momento determinado, modifica bruscamente su velocidad,
llegando al máximo y manteniéndola el tiempo que se estime necesario. Durante esa
realización global puede aparecer el balón en cualquiera de las dos fases de velocidad,
y el total de metros recorridos puede estar entre 20 a 30 metros.
Velocidad de ejecución. La pone a prueba cuando el jugador ejecuta una determinada
acción, o encadena varias acciones técnicas a la más alta velocidad, en desplazamientos
espaciales muy cortos e inapreciables (control, giro, chute) en 2 metros.
Velocidad intermitente. Es la necesaria para realizar sucesivas acciones de máxima
velocidad con paradas intermedias o grandes descensos de velocidad de
desplazamiento. debe considerarse como una sola acción, encadenamiento de varias

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acciones técnicas sucesivas, separadas por paradas muy cortas, que hacen recorrer
distancias entre 6 y 15 metros, subdivididas en fase de desplazamiento en una o varias
direcciones, de 3-5 metros, y a velocidades máximas o submáximas.
Todas estas formas de manifestaciones de la velocidad en el fútbol, van acompañadas
necesariamente de componentes técnicos y tácticos, con la gran variabilidad que permite
esta especialidad (Seirul, 1998).
Algunos ejemplos de velocidad.
V. Cíclica: propia de una sucesión de acciones (correr, andar).
V. Acíclica: propia de una acción aislada (lanzar).
V. de reacción: capacidad de responder con un movimiento, a un estímulo, en el menor
tiempo posible (salida al oír el disparo en una carrera de 100m.).
V. gestual: velocidad de realización de un gesto aislado. También llamada V. de ejecución
(lanzar la pelota en béisbol).
V. de desplazamiento: capacidad de recorrer una distancia en el menor tiempo posible.
También puede definirse como la capacidad de repetición en un tiempo mínimo de gestos
iguales (correr, andar).

Resistencia.

Definición.
La resistencia a la fatiga, según Platonov y Bulatova (2001), se entiende como la
capacidad de realizar un ejercicio de manera eficaz, superando la fatiga que se produce.
Es considerada como la base de todas las capacidades físicas. En términos de la propia
naturaleza del hombre esta es la capacidad que más necesita un ser humano para vivir,
tanto es así que es la última que perdemos. También es cierto que su desarrollo depende
enormemente de la fuerza que tenga un individuo, sin embargo, al comenzar cualquier
tipo de entrenamiento se hace necesario crear una base aerobia en el organismo del
atleta y esto sólo es posible gracias al desarrollo de la resistencia.
Según Ozolin (1970), desde el punto de vista fisiológico, la resistencia se caracteriza
como la capacidad de realizar un trabajo prolongado al nivel de intensidad requerido,
como capacidad para luchar contra la fatiga.

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Para Frei (1977), la resistencia general psíquica: Capacidad del deportista que se obliga
a soportar una carga de entrenamiento sin interrupción y el mayor tiempo posible; y la
resistencia general física: Capacidad de todo el organismo, o solamente de una parte,
para resistir la fatiga.
Ruiz (1985), la define como capacidad física condicional que se pone de manifiesto al
realizarse una actividad física duradera sin disminuir su rendimiento.
Hahn (1988), dice que es capacidad del hombre para aguantar contra el cansancio
durante esfuerzos deportivos.
Forteza y Ranzola (1988) hablan de la resistencia como la capacidad de realizar un
trabajo con efectividad.
Para Menshikov y Volkov (1990), desde el punto de vista bioquímico, la resistencia se
determina por la relación entre la magnitud de las reservas energéticas accesibles para
la utilización y la velocidad de consumo de la energía durante la práctica deportiva.
Finalmente, para Collazo (2002), es la Capacidad que posee el hombre para resistir al
agotamiento físico y psíquico que producen las actividades físico-deportivas de
prolongada duración, y que está condicionada por factores externos e internos a él.
Qué es la fatiga?
De acuerdo con Moreno (s/d), al hablar de la fatiga:
Según Gómez, Bolaños, Minaya y Fogaca (2010), la fatiga puede ser
establecida como “la incapacidad para seguir generando un nivel de fuerza
o una intensidad de ejercicio determinada” (p.537). Por ello, es de suma
importancia conocerla y entender cómo afecta el organismo en su
capacidad para realizar un trabajo específico. También, se ha definido la
fatiga como la sensación de cansancio, determinada por la disminución del
rendimiento deportivo, originada después de realizar un ejercicio de alta
intensidad o tiempo prolongado (Sesboüé y Guincestre, 2006, p 348).
Entonces, el rendimiento deportivo puede estar limitado por la fatiga, que se
caracteriza por ser central o periférica, dependiendo de si se desarrolla
proximal o distal a la unión neuromuscular. Ambos modelos representan
perjuicios en la capacidad de los músculos para generar fuerza o hacer el
trabajo (Shei, y Mickleborough, 2013, p.1).

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La fatiga central se refiere a las acciones que afectan neuronalmente la
contracción muscular y la fatiga periférica, cuando se presenta un deterioro
de los procesos bioquímicos de la contracción muscular (Santos, Dezan,
Sarraf, 2003, p.8).
La fatiga periférica hace referencia a las acciones implicadas en el músculo,
por ello, es también llamada fatiga muscular, que puede estar generada por
múltiples factores como: alteraciones del Ph, la temperatura y el flujo
sanguíneo, la acumulación de productos del metabolismo celular
(especialmente de los que resultan de la hidrólisis del ATP, como el ADP,
AMP, IMP, Pi y amonio), la pérdida de la homeóstasis del ión Ca2+, el papel
de la cinética de algunos iones en los medios intra y extracelular (como el
K+, Na+, Cl- Mg2+),” (Gómez, et. al., 2010, p.540). Lo anterior, genera una
menor disponibilidad de sustratos energéticos en el músculo activo durante
los periodos de ejercicio (Ascensão, Magalhães, Oliveira, Duarte y Soares,
2003, p.115).
Tipos de resistencia.
Según criterio de observación:
a) En relación con el volumen de la musculatura implicada:
1. Resistencia general (interviene más del 1/7 hasta 1/6 de la musculatura
esquelética). Es la capacidad de ejecutar, de manera prolongada y eficaz, un trabajo de
carácter no específico, que tiene un efecto positivo en el proceso de consolidación de los
componentes específicos de la maestría deportiva gracias a la elevación del grado de
adaptación a las cargas y los fenómenos de transferencia del nivel de entrenamiento,
pasando de los tipos de actividad no específicos a los específicos.
2. Resistencia especial o local (interviene menos de 1/7-1/6 de la musculatura). Es
la capacidad de ejecutar eficazmente el trabajo y superar la fatiga en las condiciones
determinadas por las exigencias de la actividad competitiva en cada modalidad concreta.
b) En relación con la forma de especificidad de la modalidad deportiva:
1. Resistencia de base. Carácter básico para desarrollar otras capacidades, que se
divide en:
Resistencia de base I: independiente de la modalidad deportiva.

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Resistencia de base II: relacionada con la modalidad deportiva.
Resistencia de base III: resistencia en juego/lucha con cambios acíclicos de
la carga.
2. Resistencia específica. Enfocada en la estructura de la carga específica de la
modalidad, relación óptima entre intensidad y duración de la carga, que se divide en:
Resistencia de duración corta (35 segundos a 2 minutos).
Resistencia de duración media (de 2 a 10 minutos).
Resistencia de duración larga I (de 10 a 35 minutos).
Resistencia de duración larga II (de 35 a 90 minutos).
Resistencia de duración larga III (de 90 minutos a 6 horas).
Resistencia de duración larga IV (más de 6 horas).
c) En relación con la forma de obtener energía (vía metabólica):
1. Resistencia aeróbica. Es la relacionada con la fatiga y el agotamiento
cardiopulmonar, recurre principalmente a la grasa de nuestro organismo para
producir energía. Por ello, los ejercicios aeróbicos son los más indicados para quemar
grasas y, por tanto, bajar de peso.
2. Resistencia anaeróbica. Es la que está más relacionada con la fatiga muscular,
y emplea dos fuentes más inmediatas de energía: la glucosa o la fosfocreatina.
El término “anaeróbico”, que quiere decir “sin oxígeno”, indica que el suministro de
oxígeno es bajo de cara a la demanda energética del esfuerzo. Si el esfuerzo es de
muy corta duración, será una resistencia anaeróbica aláctica, pues no se produce
ácido láctico, pero si el esfuerzo intenso es de una duración mayor (hasta 2 minutos),
será una resistencia anaeróbica láctica, por generar este ácido y alojarse en los
músculos, lo que provoca la mencionada fatiga muscular. Trabajar esta capacidad
tiene como consecuencia la tonificación muscular o el aumento de volumen de masa
corporal.
d) En relación con la forma de trabajo de la musculatura esquelética:
1. Resistencia estática. Es la capacidad de un músculo para permanecer contraído
durante un largo período de tiempo. Por lo general se mide por la cantidad de tiempo que
puede mantenerse una posición.

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Por ejemplo, usando la plancha, si se mide la longitud de tiempo que una persona
puede permanecer en la posición del brazo flexionado, estamos midiendo la resistencia
estática. Algunas de las actividades que requieren resistencia estática incluyen estar de
pie en una fila durante horas.
2. Resistencia dinámica. Se aplica a la capacidad de un músculo para contraerse
y relajarse repetidamente. Puede ponerse a prueba, por ejemplo, durante un ejercicio
isotónico como elevar y bajar el brazo.
e) En relación con el tiempo de duración del esfuerzo:
1. Resistencia de corta duración (35 segundos y 2 minutos).
2. Resistencia de media duración (2 – 10 minutos).
3. Resistencia de larga duración:
Larga I: (10-35 minutos).
Larga II: (35- 90 minutos).
Larga III: (90 minutos y 6 horas).
Larga IV: (más de 6 horas).
f) En relación con la forma de intervención de otras capacidades condicionales:
1. Resistencia de fuerza (o Fuerza resistencia). Capacidad para realizar una
determinada fuerza durante largos periodos de tiempo.
2. Velocidad - resistencia. Es una manifestación integral que sustenta los ejercicios
o esfuerzos máximos intermitentes. Por ser una capacidad física compleja, que implica a
la resistencia y a la velocidad, solicita la concatenación de diferentes procesos
metabólicos. Directamente al metabolismo anaeróbico aláctico en las acciones breves e
intensas y al metabolismo aeróbico en los esfuerzos moderados.
g) En relación con situaciones típicas de carga:
1. Resistencia de juego deportivo/combate.
2. Resistencia en deportes pluridisciplinares.
Algunos ejemplos de resistencia.
R. aeróbica: Maratón, 10.000m, 5.000m, marcha.
R. anaeróbica láctica: 400 m, 800 m.
R. anaeróbica aláctica: 100 m, snatch, clean and jerk.

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Flexibilidad.

Definición.
Según Alter (1996), la flexibilidad puede ser definida de diferentes formas, dependiendo
del contexto físico-deportivo o, si nos referimos al ámbito de la investigación, de los
objetivos o diseño experimental. Villar (1987) la define como la cualidad que, en base a
la movilidad articular y elasticidad muscular, permite el máximo recorrido de las
articulaciones en posiciones diversas, permitiendo al sujeto realizar acciones que
requieran gran agilidad y destreza.
Por otro lado Araújo (1987; 2001; 2002; 2003) en numerosos textos sostiene que la
flexibilidad puede entenderse como la amplitud máxima fisiológica pasiva en un
determinado movimiento articular. Según este enfoque, la flexibilidad sería específica
para cada articulación y para cada movimiento.
La flexibilidad comprende propiedades morfofuncionales del aparato locomotor que
determinan las amplitudes de los distintos movimientos del deportista o de las personas
(Platonov y Bulatova, 2001).
Arregui-Eraña y Martínez de Haro (2001) definen la flexibilidad como la capacidad física
de amplitud de movimientos de una sola articulación o de una serie de articulaciones.
Para Martínez-López (2003), la flexibilidad expresa la capacidad física para llevar a cabo
movimientos de amplitud de las articulaciones, así como la elasticidad de las fibras
musculares.
Durante mucho tiempo, los estudios sobre flexibilidad estuvieron orientados hacia el
entrenamiento deportivo sin embargo, actualmente, el énfasis en esa discusión ha
cambiado. Según Araújo (1999) y Araújo y Araújo (2000), hoy la flexibilidad es estudiada
como una de las principales variables de la condición física relacionada con la salud. Tal
hecho es señalado por Coelho y Araújo (2000) al afirmar que, en los programas de
ejercicio físico, la flexibilidad empieza a tener más reconocimiento y valor, lo que puede
representar una mejoría de la calidad de vida relacionada con la salud.
Tipos de flexibilidad.
Alter (1996), señala que el tipo de flexibilidad es específica al tipo de movimiento y
depende de la velocidad y del ángulo de dicho movimiento, no sólo de la Amplitud de

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Movimiento - AM o ADM. Amplitud de Movimiento, de acuerdo con Norris (1996), hace
referencia a la longitud del músculo en cualquier punto del movimiento (Range of Motion
- ROM) mientras para Alter (1996) y Monteiro (2000) es la libertad de movimiento de una
articulación.
En la literatura pueden encontrarse numerosas clasificaciones de flexibilidad (Platonov y
Bulatova, 2001; Alter, 1996; Di Cesare, 2000; Monteiro, 2000; Sánchez y cols., 2001). A
continuación pasamos a recoger algunas de las más significativas (Figura 1).
De acuerdo con Di Cesare (2000), la flexibilidad puede ser:
Flexibilidad general: es la movilidad de todas las articulaciones que permiten
realizar diversos movimientos con una gran amplitud;
Flexibilidad especial: consiste en una considerable movilidad, que puede llegar
hasta la máxima amplitud y que se manifiesta en determinadas articulaciones, conforme
a las exigencias del deporte practicado.
Sánchez et al. (2001), describen tres tipos de flexibilidad:
Flexibilidad anatómica: es la capacidad de distensión de músculos y ligamentos,
las posibilidades estructurales de garantizar la amplitud de un determinado movimiento a
partir del grado de libertad que posea cada articulación de forma natural.
Flexibilidad activa: es la amplitud máxima de una articulación o de movimiento
que puede alcanzar una persona sin ayuda externa, lo cual sucede únicamente a través
de la contracción y distensión voluntaria de los músculos del cuerpo.
Flexibilidad pasiva: es la amplitud máxima de una articulación o de un
movimiento a través de la acción de fuerzas externas, es decir, mediante la ayuda de un
compañero, un aparato, el propio peso corporal etc.
También puede ser:
Flexibilidad estática: a través de una posición mantenida a lo largo del tiempo.
Flexibilidad dinámica: a través de ejercicios de movilidad articular.
En la figura de abajo se puede ver dicha clasificación:

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Para poder obtener una buena flexibilidad, las fibras musculares deben tener capacidad
para relajarse y extenderse, por lo tanto, esa capacidad depende de las diferentes
condiciones externas y del estado del organismo.
La flexibilidad está determinada, en gran medida, por factores de carácter
morfofuncional y biomecánico. Sánchez et al. (2001) afirman que los factores
fundamentales que influyen en la flexibilidad están vinculados a aspectos
morfofuncionales, biomecánicos y metodológicos, asociados estos últimos a la
dosificación y a los tipos de ejercicios realizados. Otros autores sostienen hipótesis
diferentes, condicionando el desarrollo de la flexibilidad a elementos que determinan la
expresión del potencial físico del hombre, como los factores hereditarios, el medio social
o el medio natural.
La amplitud del movimiento depende de la mayor o menor movilidad de una articulación.
Dicha amplitud está directamente relacionada con los límites anatómicos, y puede verse
limitada por diferentes elementos, como por ejemplo, los ligamentos (incluida la cápsula
articular), la longitud y la extensibilidad de los músculos y aponeurosis, los tendones, la
interposición de partes blandas o los topes óseos. Sin embargo, pueden existir
diferencias individuales en las articulaciones, así como diferencias entre el lado derecho
y el lado izquierdo del cuerpo. Ambas situaciones pueden manifestarse a través de una
limitación del movimiento o, por lo contrario, de un aumento de su amplitud.

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La amplitud máxima permitida por la construcción de una articulación, como norma
general, está en cierta medida limitada por el sistema ligamentoso y muscular. La
posibilidad de realizar un movimiento que admita su estructura será más amplia en la
medida en que cuente con la energía y las condiciones necesarias para realizar una
mayor distensión del plano muscular sujeto a elongación. Además, cuanto más elásticos
sean los ligamentos, menor será la limitación.
Otro aspecto importante es la estructura de las articulaciones y sus posibilidades en
cuanto a sus grados de libertad. De acuerdo con Sánchez y cols. (2001), las
articulaciones pueden ser de 3, 2, y 1 grados de libertad. Las articulaciones de grado 3
son grandes articulaciones que poseen movimientos de flexión, extensión, rotación y
circunducción (ejemplo: la articulación coxo-femoral). Las de grado 2 ejecutan flexiones,
extensiones y torsiones (ejemplo: la articulación cubital). Las de grado 1 solo ejecutan
flexiones y extensiones (ejemplo: la interfalángica).
Otra de las variables que limita la flexibilidad es la edad. Los estudios que se ocupan de
la relación entre la edad y la flexibilidad nos muestran que ocurren cambios significativos
en la magnitud de la superficie articular, la elasticidad de los músculos y segmentos de
los discos vertebrales, lo que condicionan cambios y nivel de desarrollo de la flexibilidad.
En términos generales, la flexibilidad disminuye gradualmente desde el nacimiento hasta
la vejez. De acuerdo con Beighton y Horan (1970), la flexibilidad varía inversamente con
la edad, es mayor en las mujeres, hay diferencias entre géneros, de tal forma que a partir
de los 5 - 6 años de edad esa diferencia se manifiesta más acentuada y, en término
medio, las mujeres son más flexibles que los varones si tomamos como referencia una
misma edad.
Para Grosser y Müller (1992), las etapas del desarrollo en las cuales se manifiesta una
mayor flexibilidad se prolongan hasta los doce años, aproximadamente. A partir de esa
edad, la flexibilidad será más limitada con el paso de los años y su evolución ocurrirá de
forma negativa. Probablemente, la causa de de todo ello radica en la liberalización de
andrógenos y estrógenos en el organismo. Según Sanchez y cols. (2001), la mayor
movilidad en las articulaciones se observa entre los 10-14 años. En estas edades, el
trabajo para desarrollar la flexibilidad resulta 2 veces más efectivo que en edades adultas.

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Estos autores señalan que la manifestación de la flexibilidad se ve influenciada por las
horas del día, variando durante su transcurso. La menor flexibilidad suele registrarse
durante las primeras horas de la mañana, al levantarse, incrementándose gradualmente
con el paso de las horas. Los registros más elevados ocurren entre el medio día y las dos
de la tarde, siendo al anochecer cuando comienza su descenso.
La temperatura, ya sea ambiental o corporal, es otra variable que influye en la
manifestación de la flexibilidad. En cuanto a la temperatura del entorno, suele estar
aceptado que en ambientes fríos ocurre una disminución de la flexibilidad debido a la
influencia negativa de la temperatura externa sobre la temperatura interna. Una
temperatura corporal adecuada afecta positivamente a las estructuras músculo-
tendinosas, ya que se aumenta la elasticidad de estas estructuras. La elevación de la
temperatura corporal, a través principalmente de ejercicios físicos, es más fácil de
conseguir si el día o el ambiente de trabajo son más cálidos. Cuando la temperatura
corporal se eleva, se acompaña de un aumento del aporte sanguíneo a los músculos y
de una disminución de la fricción entre sus estructuras, lo que hace que las fibras
musculares sean más elásticas.
Algunas personas son más flexibles por su condición genética. También puede haber
otras que, estando habituadas a realizar actividad física y/o entrenamiento, llegan a ser
más flexibles que aquéllas que han seguido un estilo de vida sedentario. Así mismo, las
lesiones y/o enfermedades y/o accidentes pueden afectar negativamente a la movilidad
natural y normal de una articulación.
Otro factor que influye decisivamente en el desarrollo de la flexibilidad es la dosificación.
Por medio de ejercicios sistemáticos se puede elevar en cierto grado la elasticidad del
sistema músculo-ligamentoso y, consecuentemente, la movilidad en la articulación,
logrando una mejor flexibilidad. Se debe dedicar un cierto tiempo a los ejercicios,
repetirlos de forma sistemática un gran número de veces combinando la flexibilidad activa
con la pasiva y con ejercicios de reposo, como también combinar con otros tipos de
flexibilidad, de ejercicios y trabajos.
La literatura también señala que cuando los trabajos para desarrollar esta capacidad son
realizados durante estados emocionales positivos, los resultados son mayores que
cuando son llevados a cabo en momentos de depresión.

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La figura de abajo resume estos factores:

Algunos ejemplos de flexibilidad.


F. Estática: brazos elevados a los lados del tronco, por 10 segundos.
F. Dinámica: pulsos de torsión de tronco.

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