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MONTESQUIEU

Del espíritu
de las leyes
PREFACIO

s i entre el lnflnito ndmero de cosas que se dicen en este libiv


, hubiera alguna que. contra mi voluntad. pudiera ofender. al menos
no fue escrita con mala intenclbn. No soy por naturaleza espIritu
dessprobador. Platbn daba gracias al clelo por haber nacido en la
epoca de m a t e s ; yo se las doy por haber hecho que naciera bajo
el Goblemo en que VIVO, y por haber querido que obedezca a quienes
me hiw amar.
pldo una grada que temo no se me conceda: que no se juague
el trabajo de veinte aflos por la lectura de un momento; que se
apruebe o se condene el llbro entero. pero no 8510 algunas frases.
EI que buwue la Intencibn del autor. sdlo podrá descubrirla en la
Intención de la obra.
En primer lugar. he examinado a los hombres y me ha pareeldo
que, en medlo de la inlhita diversidad de leyes y costumbres. no se
comportaban solamente según su fantasía.
He asentado los principios y he comprobado que los casos PSTUCU-
lares se ajustaban a ellos por sí mismos. que la hlstoria de todas las
nadones era consecuencia de esos principios y que cada ley partini-
lar estaba relacionada con otra ley o dependla de otra m& general.
Cuando estudie la antigüedad procwé hacerlo desde su mismo
espIritu para no considerar m0 semejantes casos realmente dtstln-
tos y para no dejar de ver las dlferendas de los aparentemente
iguales.
No he sacado mh principios de mls prejuicios. sino de la natursr
leea de las cosas.
Muchas verdades no se harán patentes en esta obra hasta despueil
de haber visto la cadena que une unas con otras. Cuanto m& se re.
flexione sobre los detalles mejor se perdblr4 la verdad de los prh-
c l ~ i o sSln embargo. no los he expuesto tcdos. porque ipulen podrla
dicirio tcdo sin hacerse mortalmente aburrido?
No se encontrarán en este llbm las sutilezas que pareeen Cara&?.
rizar las obras de nuestms dias. Por poca amplltud de criterlo con
que se contemplen las cosas. tales sutlleeas se desvanecergn. puesto
que estas surgen tan &lo cuando nuestro espíritu, atrafdo dnieamen-
te por una parte de la realldad. abandona el resto.
No escribo para censurar lo que está establecido m los distintai
palses. Cada nadbn encontrd aqul las razones de sus máximas Y
cada lndlviduo sacar4 por sí mismo la siguiente wnsecuenela: 8510
están capacitados para pmmover cambios aquellos que venturosa-
mente naderon con un Ingenio capaz de penetrar, en una vfst6n
genial. toda la constituclbn de un Estado.
No es lndlferente que el pueblo esté ilusll'ado. Los prejuldos de
los gobernantes empezaron siendo siempre prejuidos de la nadón.
En .$pocas de Ignoranda no se tienen dudas. ni siquiera cuando se
oeaslonan los males más graves. En tiempos de liustrad6m, tembla-
mos aun al hacer los mayores blenes. Nos damos cuenta de los abu-
so6 nntisuos y vemos d6nde está su corrección, pero vemos tam-
blén los abusos que trae oanslgo la m l m a correcd6n. Asi, pues, de-
lunm lo malo sl tememos lo peor, dejamos lo bueno si dudamos de
lo mejor. examinamos las partes solamente para juzgar del todo y
examinamos todas los causas para ver todos los resultados.
Si yo pudlera hacer que todo el mundo encontrara nuevas ra-
wnes de amar sus deberes. de amar a su prlncipe, a su patria Y a
sus leyes: hacer que cada cual pudiera sentir mejor la felicidad en
s u pala. en su Gobierno, en el puesto en que se encontrase, sería
el más fe& de los mortales.
Si pudlera hacer que los que mandan aumentasen sus conoelmien.
toa mbre 10 que deben prescribir. y que los que obedecen encontra-
sen un nuevo placer en el hecho de obedecer. seria el mis fellz de
los mortales.
Sería el más fellz de los mortales si pudiera hacer que los hom-
bres se curaran de sus prejuicios. Y llamo prejulcios, no a lo que
hace que se ignoren ciertas cosas, sino a lo que hace ignorarse a
sí mimno.
intentando Instruir a los hombres es como se puede practicar
la virtud general de amor a la humanidad. El hombre, ser flexlble
que en la sodedad se amolda a los pensamientos y a las impresiones
de los d e d s . es capaz de conocer su propia naturaleza cuando al.
gulen se la muestra. pero tambien es capaz de perder el sentido de
ella cuando se la ocultan.
He empezado muchas veces esta obra para abandonarla despues:
he lanzado mll veces al viento 1 las hojas que ya tenía escritas.
aentia caer todas los dlas las manos paternas?; persegula mi objeto
sin formarme un plan; no conoda a6n nl las reglas ni las exeepcio
nes; encontraba la verdad Y la penih al momento. Pero cuando
desubri mla prlndpios, todo lo que andaba buseando vino a ml y
durante veinte años he visto cdmo mi obra empezaba. &a, avan-
saba y concluia.
Si errcp obra tlene 4xlto se lo de&&, en buena rnedlda, a la gran-
des del tema; sin embarso, creo que no carezca en absoluto de
Ingenio. Cuando vi lo que tantoa grandes hombres esfilbleron a n m
que yo en Franela. InslaMrra y Alemania. me llene de admlracl6n,
pmu no perdl Inlmos y dlla como el Correglo: "Yo tamblén soy
pintm" a.
ADVERTENCIA DEL AUTOR

Para la mm~rensi6nde los cuatro prlmeros libros de esta obra


hay que tener -te:
lo Que lo que llamo virtud en la rep~IbUcaes el amor a la patria.
es decir, el amor a la iguale. No se trata de una virtud moral nl
tampoco de una virtud cristiana. slno de la vlnud política. En eaie
sentldo se deíine como el resorte que pone en movimlento al Gc.
bierno republicano. del mlsmo modo que el honm es el resorte que
mueve a la monarquía. AeS pues. he llamado virtud política al amor
a la patria y a la Igualdad
Como 8e me han ocurrido ideas nuevas, he tenido que buscar
palabras nuevas o dar a las antiguas nuevas acepclones. Los que no
han comprendido esio me han imputado auras absurdas que, puesto
que en todos los paLses del mundo se tlende a la moral en cualquiera
de ellos s d a n indhnantes.
2P Se debe tener en cuenta que hay una gran diferencia entre
decir que determinada cualidad. modlficaclón del alma o virtud.
no es el renorte que impulsa a un Gobierno y dedr que tal cosa no
&te en dicho Goblerno. Si yo afinnara que una rueda o un piñón
.detennlnados no son el resorte que pone en movimlento a un reloj,
¿se @a col& que ambos no r encuentran en el? Las virtudes
morales y crlstlanas no están excluidas de la Monaquia. como iam-
poco lo está la virtud poUUca. En una palabra: aunque la virtud
poUUca sea el nsorte de la Repíbllca, el honor se encuentra iamblbn
en ella. Y del mlsmo modo, aunque el honor sea el resorte de la Me
naquía. en ella exl8te Igualmente la vlrtud poUUca.
Por 6lUmo. el hombre de blen de quien se trata a el libro 111,
capltulo V, no es el hombre de bien eristlino, sino el hombre de blen
polltico. que roase la menclonada virtud política. Es el hombre que
ama las leyes de su país y que obra por amor a e l h .
He aclarado todas esim eolss en la pmsmte edición piug precb
PPT aún m& las Ideas. En la mryor m e de los lugares en que me
h e sewido de la palabra virtud. he puesto virtud política.
PRIMERA PARTE

1,IBRO 1

De lm leyex en. generai

C u h m 1: De Iaa kues en sus relaciones ron los dirrrsos Seres.-


m leyee en nu mPs amplia signlflcaci6n son las relaciones neeess
rlsir que 6e derlvan de la naturaleza de las coaas. En este sentldo,
todos los serea tlenen sus leyes. las tiene la dlvlnidad~,el mundo
materlil. las Intellsendas superiorea al hombre. los animales y el
hombre miano.
Loa que .firmaron que todo8 los efectos Q I I ~crt~iosrn el mundo
rmi producto dr una fatalidad ciega. han swenldo un gran absurdo.
p que icabrII mwor absurdo que penssr que los seres Intellgentea
hnsni producto de una dese fatalldad?
H.y. pues, una rauón primlgenia. Y las leyes son las relaciones
que Cdnen entre e8a razón orlglnarla y los dlstlnms seres. a d como
1- relaciones de Im diversos serea entre d.
Mos se reladona con el Universo en cuanto que es su creador y
ni conservad^^. 11wesseniin las cuales lo cre6 son las ~. mlsmas
& 118 que lo conseria. obra conforme a estaa reglas porque las
cvnoce; las conoce porque las ha hecho Y la8 ha hecho porque llenen
reiadbn con 8u kabldurla Y 8u d e r .
canpmbsmos que el mundó, fonnado por el muvlmlento de la
mataii. Y prlvsdo de Iniellgencla, sigue subsimiendo. Es preciso,
por Unto. que siu movlmlenms tengan leyes lnvarlahles, de modo
que si se pudiera imaginar otro mundo dhtlnto de &e tendría Igual-
mente reslas constantes. puea de lo conmrlo se destruiría.
De e& modo la creadh. que se nos m n t a como un acto ar.
biMrio. supone reglas tan Inmutables como la fatalidad de los ateos.
@la a b w d o dedr que el Creador podría gobernar el mundo sin en.
UI realsll, pues .Ln ellas no nubsistlña. Dichas reglas constituyen una
r e ~ d o oolutuitemente
i estPblecldP. Entre dos cuerpos que se m u e
ven. todos los movlmlentos son qdpmcos. y sesitn las relaciones
de N m ~y N l veloddad,
~ aumentan, dlmnhuyen o se pierden. Toda
@versidad es uniformidad y iodo camblo es constancia.
ia ms mnieulares Inteligentes pueden tener leyes hechas por
elkm m h o * pem tlenen iamblén o M s que no hicieron. Antes de
que hubiese sena Inteüsentes, &tus eran ya posibles; así, pues.
tedan relaciona poslblee, y, por consigulentc, leyes podblea Antes
de que se hubieran dado leyea había reladones de justida posibles.
Decir que sdlo lo que ordenan o prohlben las leyes positivas es justo
O Injusto. es tanto como declr que antes de que se trazara d m l o
alguno no eran iguales todos sus radios.
Hay que reconocer, por tanto, la existencia de relaciones de
equidad anteriores a la ley posltiva que las establece; asl. por ejem.
pio: imaginando posibles sociedades de homhres. serfa justo a d a p
t a m a SUS leyes: si hubiera seres inteligentes quehublesen recibido
alptln beneficio de otro ser, deberlan estarle agradecidos; si un ser
inteligente hubiera creado a otro, este deberia permanecer en la d e
pendencia que tuvo desde su origen; un ser Inteligente que hubiera
hecho algún mal a otro ser lntellgente merecerla reclbir .el mismo
mal. y asf sucesivamente.
Pero no se puede decir que el mundo inteligente es* tan bien
gobernado como el mundo flsico. pues aunque aquel tiene Iguai-
mente leyes que por naturaleza son invariables. no las observa siem-
pre. como el mundo Ildco observa las suyas. La raz6n de ello estriba
en que los seres particulares inteligentes son, naturalmente, Iiml-
tsdos, y. por consiguiente, estan sujetos a error. Y por otra parte
corresponde a su naturaleza el poder obrar por sí mismos. de suer-
te que, no s61o no siguen constantemente sus leyes originarias, sino
que tampoco cumplen slempre las que se dan ellos mismos.
NO sabemos si los animales se rlgen por las leyes general* del
movimiento o por una moci6n particular. Sea como fuere. no tienen
con Dios una relación mas Intima que el resto del mundo material
Y SU facultad de sentir no les sirve más que en las relaciones que
tienen entre si. con los otros seres particulares y consigo mmlsmos.
Los animales conservan tanto s u ser particular como su especie
por el atractivo del placer. Tienen leyes naturales porque están
unldos por el sentimiento, Pero no tienen leyes m l t i v a s porque no
están unidos por el conocimiento. Sin embargo, no cumplen inva-
riablemente sus leyes naturales. Las plantas. en las que no adver-
timos sentimiento ni conocitniento. Las cumplen mejor.
Las animales no poseen las ventajas supremas que poseemos nos.
Otros. pero m e e n algunas que nosotros no poseemos: no tienen
nuestras esperanzas, pero tampoco nuestros temores; como noso-
estan sujetos a la muerte, pero sin conocerla; la mayor parte de ellos
se conservan incluso mejor que nosotros y no hacen tan mal uso
de sus pasiones.
El hombre. en cuanto ser flslco, ests gobernado por leyes lnva-
riables como los demas cuerpos. En cuanto ser inteligente. quebran-
ta sin cesar Las leyes fijadas por Dios y cambia las que €1 mismo
establece. A pesar de sus Ilmitaciones. tiene que dlrigir su conduc-
ta; como todas las inteligencias finitas. está sujeto a la ignorancia
Y al error, pudiendo llegar incluso a perder sun débiles conoclmien-
tos; como criatura sensible, esta sujeto a mil pasiones. Un ser se.
mejante podría olvidarse a cada instante de su Creador, pero Dios
le llama a SI por medio de Las leyes de la religibn; de igual forma
podrla a cada inwdnte olvidarse de xi mismo, pero los f l l b f o s se
lo impiden pur medio de la8 leyes de la moral; nacido para vivlr.en
wledad, podrla olvidarse de los demas. pero los lesisladores le
h~cviivolver a la senda de sus deberes por medio de Iaa leyes po-
ii1lriis y riviles.
DEL ESPIRII'N DE LAS UYES 17
CAPITULO 11: De los leyes de la naturaleza.-Antes que todas esas
leyes están las de la naturaleza, a d llamadas porque derivan Qnl-
camente de la constitucibn de nuenro ser. Para conocerlas bien hay
que considerar al hombre antes de que se establecieran las 8oeie.
dades, ya que las leyes de la naturalesa son las que recibi6 en tal
estado.
La ley que Imprimiendo en nosotros la idea de un creador nos
lleva hacia 61. es La primera de las leyes naturales por s u Importan-
cia, pero no por el orden de dichas leyes. El hombre en estado natU.
rai tendrla la facultad de conocer, pero no conoclmientos. Es clam
que sus primeras ideas no serían ideas especulativas. Pensarla en
La conservaci6n de su ser antes de buscar s u origen. Un hombre
asf d i o sería consclente, al principio, de su debilidad; su timidez
seria extremada. Y si fuera preclso probarlo con la experiencia. bas-
taría el ejemplo de los salvajes encontrados en Las selvasJ. que
tiemblan por nada y huyen de todo.
En estas condiciones cada uno se sentirla inferior a los demás
o. todo lo mas. igual, de modo que nadie intentaría atacar a otro.
LB paz sería, pues. la primera ley natural.
H o h w atribuye a Los hombres, en primer término, el deseo de do-
minarse los unos a los otros. lo cual no tiene fundamento ya que
la idea de imperio y de do mi nació^ es tan compleja y depende de
tanta8 otras ideas, que diflcilmente lmdrla ser la que tuvieran los
hombres en primer lugar. Hobbes se pregunta: "¿Por que los hom-
bres van Siempre armados si no son guerreros por naturaleza, y por
que tienen llaves para cerrar sus casas?" Con ello no se da cuenta
de que atribuye a Los hombres. antes de establecerse las sodedades.
posibilidades que no pueden darse hasta despues de haberse esta-
blecido. por no existir motivos para atacarse o para defenderse.
Al sentimiento de su dehilidad el hombre unkla el sentimiento
d e sus necesidades. y, asl. otra ley natural sería la que le inspirase
la h6squeda de alimentos
He dicho que el temor impulsarla a los hombres a huir unos de
otros, pero los signos de un temor reclproco y, por otra parte. el
placer que el animal siente ante la proximidad de otro animal de s u
especie. les llevaría al acercamiento. Además, dicho placer se verla
aumentado por La atracción que inspira la diferencia de sexos. Asf.
l a soiicltación natural que se hacen siempre uno a otro constituirla
l a tercera ley.
Aparte del sentimiento que en principio poseen los hombres
pueden, ademis. adquirir conoclmientos De este modo tienen un
vlnculo mas del que carecen los demás animales El conocimiento
gonstituye. pues. un nuevo motivo para unirse. Y el deseo de vlvlr
en sodedad es la cuarta ley natural.

CAP~TUW 111: De los leyes positivos.-Desde el momento en que los


hombres se reúnen en mdedad, pierden el sentlmiento de su debi-
iidad; ia Iguaidad en que se encontraban antes deja de existir Y
miama el estado de guerra.
Cada sociedad w l i c u l a r se hace conaclente de su f u e r a , lo que
produce un &do de g u e m de m d 6 n a naci6n. Los parllculua,
dentro de cada aoeledad, empiezan a au vea a dame cuenta de N
fue- y tratan de volver en su favor 1PB principales ventajas de La
sodedad. lo que crea entre ellos el -do de guerra.
Estos dos tipo- de estado de guerra w n el motivo de que se
establezcan las Leyes entre los hombres. Considerados como b b i -
tantes de un Planeta tan grande que tlene que atamar pueblos a.
ferentes. los hombres tienen Ieyea que rlgen las relaclones de e
pueblos entre sl: es el derecho de gentes. 1se les considera como
res que vlven en una sodedad que debe mantenerse, tienen leyes
que rlgen las relaciones entre los gobernantes Y los gobernados:
es el derecho polftico. 18ualmente tienen leyes que repulan las re
ladones existentes entre todos los ciudadanos: ea el derecho dvll.
El derecho de gentes se funda en el principio de que las dktln.
tas nadones deben hacerse. en tiempo de paz, el mayor blen, y en
tiempo de guerra el menor mal poslble. sin perjuldo de sus verda-
deros Intereses.
El objeto de la guerra es la vidaria; el de la vlctarla, la con
qulsta: el de la conqulsta, la con~er~aclón. De este prlnclplo y del
que precede deben derivar todas las leyes que constituyan el d e
recho de gentes.
Todas las naciones Uenen un derecho de gentes: lo tienen incluio
los lmqueses que. aunque se comen a sus prisioneros. envían y red-
ben embajadas y conocen derechos de la guerra Y de la paz. U mal
radlca en que su derecho de g e n m no esti fundamentado en los
verdaderos prlnciploa
Ademas del derecho de gentes que concierne a todas las aoele
dades, hay un derecho político para cada una de ellas. Una sodedad
no podrla subsistir sin Goblemo. La reun16n de todas las fuerzas par.
titulares, dice acertadamente Gravlna. f o n . lo que re UmM estado
polftfco.
La fuerza general puede ponerse en manos de uno solo o a
manos de muchos. Aigunos han pensado que el Gobierno de uno solo
era el más conforme a la naturaleza. ya que ella establecl6 la patrla
potestad. Pero este ejemplo no prueba nada, pues si la potestad p-
terna tiene relacMn con el poder de uno solo, tamblen ocurre que
la potestad de los hermanos. una vez muerto el padre, y la de los
primos.hemanos, muertos los hermanas, tlene relaclón con el go.
biemo de muchos. El poder política comprende necesariamente la
unlón de varias famlllas. Mebr serla decir. por ello, que el Goblerno
más conforme a la naturaleza es aquel cuya dlepdclbn p.%%&
se adapta mejor a la di8mIción del pueblo al cual va deaunado.
Las fuerzas particulares no pueden muilrse sin que se rednan
todas las voluntades. "La reunl6n de errtas voluntades-dlce tambien
Gravha-es lo que se llama estado clvll!'
La ley, en general, es la raoón humana en cuanto goblema a todm
los pueblos de la tierra; las leyes poIIUeas y dviles de cada nad6n
no deben ser m& que los cesos particulares a los que se a p h la
raoón humana. Por ello. dcha8 leyes deben ser adffuadas al pueblo
para el que fueron dlctadas. de tal manera que a610 por una gran
casualidad las de una nacidn pueden convenir a otra.
Es preelso que las mencionadas leyea se adapien a ia naturaleza
DEL ESPIRITU DE LAS LEYES 19
y al principio del Gobierno establecido. o que se quiera esiablecer.
bien para formarlo, como hacen las leyes pollticas, o blen para man-
tenerlo, como hacen las leyes civiles.
Deben adaptarse a los caracteres físicos del pals, al clima helado.
Caluroso o templado, a la calidad del terreno. a su situación. a su
tamaño, al genero de vida de los pueblos según sean labradores.
cazadores o pastores. Deben adaptarse al grado de libertad que per-
mita la constitución, a la religión de los habitantes. a sus incllnacio.
,,es. a su riqueza. a su número. a su comercio. a sus costumbres y
a sus maneras.
Finalmente, las leyes tienen relaclones entre si; con sus orígenes,
con el objeto del legislador y ron el orden de las cosas sobre las
que se legisia. Las consideraremos bajo todos estos puntos de vista.
Lo que me propongo hacer en esta obra es examinar todas estas
relaciones que, juntas. forman lo que se llama el espiriiu de las
leyes.
NO he separado las leyes politicas de las civlles porque como no
trato de las leyes sino de su esplritu, Y como este espíritu consiste
en las diversas relaciones que las leyes pueden tener con las dls.
tintas cosas. he tenido que seguir el orden de las relaciones y de
las cosas, y no el orden natural de las leyes.
Examinare primero las relaciones que tienen las leyes con la
naturaleza y con el principio de cada Gobierno. y puesto que este
principio tlene sobre las leyes una infuencia suprema. pondre todo
mi cuidado en conocerlo bien; si lo consigo. se verán surgir las
leyes de 61. como de su propio manantial. Hecho esto, Pasaré a
examinar ias demás relaciones que parecen mas particulares.

LIBRO 11

De las leyes que se derivan directamente


de la naturaleza del Gobierno
CAP~TULO 1. De la naturaleza de los tres Gobiernos distintos.-Hay
tres clases de Gobierno. el republicano. el monárquico y el des&
tlw. Para descubrir su naturaleza nos basta con la Idea que tienen
de estos tres Gobiernos los hombres menos instruldos. Doy por su.
puestas tres deRnlciones o, mejor. hechos: uno. que el Gobierno re-
publicano es aquel en que el pueblo entero. o parte del pueblo, tiene
el poder soberano. el monarquico es aquel en que gobierna uno solo.
con arreglo a leyes fijas y establecidas: por el contrario, en el Go.
blerno despdtico una sola persona sln ley y sin norma, lleva todo
según su voluntad y su capricho.
Esto es lo que llamo naturaleza de cada Goblerno. A contlnua-
ción se trata de ver cueles son las leyes que dimanan directamente
de dicha naturaleza. y que son, por wnsigulente, las primeras leyes
fundamentales.

C~Plrum11: Del Gobierno republicano y de los leyes relativos a la


democrac4a.-Si el pueblo entero es, en la RepQbllca. dueüo del W
20 M O r n Q U ~ E U
der soberano. estamos ante una dano- d el poder .obam
eaIá en-manos de una parte del puebld, se trata de una a(rt0cracia
El pueblo es. en la democracia. monarca o siltdito. 8- los
puntos de vlsta. A travéa del sufraglo, que es expresión de su vo-
luntad, será monarca puesto que la voluntad del m b e m o ea el
mismo soberano. Les leyes que establecen el derecho al voto mn.
pues. fundamentales en este Gobierno. La reglamentaclbn de &o,
por qulen y sobre que deben ser emltldos l a v w es ian impor-
tante como saber en una Monaqula quién es el monarca y de mie
manera debe gobernar.
Libanloe dice que en Atmad se cadtiOaba con Ia m w t a a todo
eztranjero que se introdujese en lo wamblea &l gueblo. porpue
unirpaba el derecho de soberanla.
Es esencial determinar el número de ciudadanos que deben for-
mar las asambleas. De otro modo no se sabría cuándo habla el p u e
blo O 6610 una parte de 61. En Lacedemonia se precisaban dles mil
dudadanos. En Roma, nacida en la pequehez para Uegar a la m6-
xima grandeza. destinada a experimentar todas las vicisitudes de la
fortuna: en Roma, que unas veces tenla casi todos sus dudadanos
fuera de sus muros Y otras a toda Italia y parte de la tierra dentro
de ellos, este número no estaba fijado?. lo cual fue una de las cau-
sas principales de su ruina.
El pueblo que detenta el poder soberano debe hacer por sf
mo todo aquello que pueda hacer bien; lo que no pueda hacer blen
lo h a d por medio de sus minlstros. Sus minlawos no le pertenecen
sl no es el qulen los nombra; es. pues, m4xlma fundamental de este
Gobierno que el pueblo nombre a sus miniatros. es decir. a sus
maglstradaa
Mas aún que los monarcas, el pueblo neceslta que le guíe un
wnsejo o senado. Pero para poder conflar en él es preeiao que sea
el pueblo qulen elija los miembros que le compongan. ya sea es-
cogKndolos él mismo como en Atenas, o por medlo de maglsmdos
nombrados para elegirlas. como se hacla en Roma en algUna8 oca.
slones.
El pueblo es admirable cuando reallza la elecelón de aquel108 a
qulenes debe confiar perte de su autorldad. porpue no tiene que
tomar decisiones mB. que a prop6slto de c m que no puede W-
norar y de hechos que caen bajo el domlnlo de los sentidos. Sabe
perfaetamente culndo un hombre ha estado a menudo en la guerrp
o ha tenldo tales o cuales triunfos; por ello está capcllldo p a n
eleglr un general. Sabe cuándo un juez es asiduo Y la se
retlra contenta de su tribunal poque no ha sido posible sobornar.
le: cwaa suficientes para que ellja un pretm'. Le tmpmlonan la
mspnlflcenda o las ríqueras de un cludadano: basta para que PW
eleplr un edll. Son estos hechos de los que el pueblo se entera m e
jor en la plaza públlca que el monarea en su palacio. Pno, en
cambio, no sabría Llevar los ,neáoelos nl conocer los l u p m . d o -
nes o momentos para apmvecharse debidamente de elloa.
81 se dudara de la capacidad natural del pueblo para diocemlr el
DEL BTPiRiTU DE LAS LEYES 2 1
meríio, bastaría con edmr una ojeada por la sueesi6n ininterrum.
plda de elecdones asombrosas que hicieron los afenienses y los m
manos y que no se podrlan atribuir a la casualidad.
Sabemos que en Roma. a pesar de que el pueblo tuvlera el de.
&o de elevar a los plebeyos a los cargos públleos, no se decldla.
dn emimgo. a elegirlos; Y aunque en Atenas se podían nombrar
msplsuados de todas las clases soelales por la ley de Arlstides, no
ocurrió nunca, según Jenofontee. que el bajo pueblo pidiera los
cargos que podIPn interesar a su salvacldn o a su gloria.
Del mismo modo que la mayoría de los cludadanos que tienen
nifidencla para elegir no la tlenen para ser elegidos, el pueblo. que
tiene capacldad sufldente para darse cuenta de la gestión de los
demás, no está capacitado para llevar la gestión por si mismo.
Es preciso que los negocias progresen según un movimiento que
no sea nl demasiado r6pido ni demasiado lento. El pueblo tlene
siempre o muy poca acclón o demasiada: a veces con clen mil
brau>e todo lo trastorna, otras con cien mil pies marcha a la velocidad
de los tnaectos.
En el Estado popular. el pueblo se divide en clases. Los grandes
lglisladores se han distinguido por la manera de hacer estas divl-
dones; de ellas dependen slempre la duraci6n de la democracia Y su
pmperldad.
En la wmposid6n de las clases, Servio Tulio slgui6 el espíritu
de la aristxrada. A traves de Tito Livloe y Dionisio de Halicarna.
sol0 comprobamos cómo puso el derecho al voto en manos de los
cludadanos principales: dividló el pueblo romano en dento noventa
y tres centurias que formaban seis clases. A los ricos, que eran
poeos. los c o l d en las prlmeras centurias; a los menos ricos. m6s
numeroms, en las siguientes, y posterg6 a la multitud de indlgentes
en la última: como cada centuria no tenía más que un voto 11. re.
d t a b a que votaban las clases y las riquezas. pero no las personas.
Sdón dlvldió el pueblo de Atenas en cuatro clases. Guiado por
el espíritu de la democracia no lo hizo para determinar quienes
deblan elesir, slno qulenes podían ser elegidos. Conservando para
cada dudadano el derecho de eleccl6n. dlspuso 12 que se el@rian los
jueces de e n w cada una de las cuam clases, mienvas que los ma-
gistrados 8610 de entre las tres prlmeras, constituidas por los cluda-
danos acomodados.
Igual que la separación de loa que tienen derecho al sufraglo
constituye en la República una ley fundamental, la manera de Votar
tambien lo es.
La elección por sorteo es propia de la democracia; la designa-
&n por elección corresponde a la arlstocrada.
El soneo es una forma de elección que no ofende a nadle Y
deja a cada cludadano una esperanza razonable de sewlr a su p.

-
1.
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IV. .n. 15 Y a".
11V I U .n 1" Consmeniclonei mbn 1- awy. d. la m 8 t d ~ mde 1- -M. v
#u r d r n r l . , cap. IX. r ro-6 ni Ii nplbll" el nplurv d. *lo
mlo.
8. DIO*I.I. U HIUCAR#- SI- d. rMcmIe#, m.81. l.11. dlm6n d. W r h c
11". Polhli. Ilb. VIP. cav. X. a r r Im.
-
22 MON7ESQUIELT
m. Pero como a en sl misma defectuosa, los grandes legisladores
se han preocupado de regularla Y corregirla. .
Solón dlspuso en Atenas que se nombrasen por elección todos
los cargoa militares. mlenvas que los senadores y jueces serlan
elegidos por suerte. Igualmente quiso que se asignaran por elec-
d6n las magistraturas civiles que exlgian un gran gasto, mientraa
que las restantes se aslgnarlan por sorteo. Pero para correglr
suerte estableció que 8610 se pudlera elegir entre los que se pre.
sentasen, que el electo fuese examinado por los jueces 18 Y que cual-
qulera pudiese a c w l e de Indignidad para el cargo 1% Este sistema
partldpaba a la vez de la suerte y de la elección. Cuando acababa
el período de la magistratura. debla sufrlr otro examen sobre su
manera de proceder. De este modo los incapadtados para tales fun.
ciones sentirfan una gran repugnanda a dar sus nombres para en.
uar en el mrteo.
La ley que determina la forma de dar las cedulas de votaclón es
otra ley fundamental en la democracia. La cuestión es si la votación
debe ser pública o secreta. Cicer6n 15 opina que las leyes 1.3 que la
convirtieron en secreta. en los últimos tiempos de la República ro-
mana, fueron una de las causas principales de su calda. La práctica
es dlstlnta en cada República; he aqul lo que creo se debe pensar:
Sln duda, cuando el pueblo da sus votos estos deben ser púbii-
-17. cosa que debe condderarse como una ley fundamental de la
democracia. Es preciso que el pueblo este informado por los prin-
cipaies y contenido por la gravedad de dertas personajes. Por eso
en la Rep6bllca romana todo se perdió cuando las votaciones se hi.
demn secretas. pues ya no fue posible orientar al populacho des-
caminado. Pero cuando el cuerpo delos nobles emite los sufragios 1s
en'una aristocracia, o el senado en una democracia 19, todo secreto
seria poco en el momento de la votación, ya que se trata en este
caso de prevenlr intrigas.
~a intriga es tan peligrosa en un senado como en un cuerpo de
nobles; no lo es. sin embargo, en el pueblo. cuya caracterIstica es
obrnr con pasión. En los Estados en las que no participa en el
Gobierno. el pueblo se apasionara por un actor como lo hublera he-
cbo por los asuntos públicos. La desgracia de una República no es que
en ella no haya intrigas. cosa que ocurre cuando se corrompe al
pueblo con dinero: entonces se interesa por el dinero, pero no por
los ne#odos públicos, y espera tranquilamente su salario sin preocu-
pame del Gobierno ni de lo que en 61 se trata.
ü t r a ley fundamental de la democracia es que &lo el pueblo debe
hacer las leyes. Hay, sin embargo. mil ocasiones en que se hace ne-
@o que el Senado pueda estatuir. A veces incluso es convenien-

u v(ue e1 dtsnino d. -m. ,&a km.. y el dlinino con- Ti-.


u ñe macsbin IU.U dw m u ~ a irara ud. p h u : una daba la plaza y 1. otra
nambriba SI que debla Iindsr e" C -. d. aue d n ~ i e mfue= mehnrido.
i 8 Ub. I y 111 de 1" Leve..
w S . u.I».~.D ~ r y i y it o b x b w . A uda dudadino .e le dsmn doi tsbllllas o
bohumew t i primem marc.do m uni A. que ~uctl. &Ir aiuuuo. Y Li otra e c q
W. U r R. qw .Uillllcibin un m.
17 E . ALC- .e 1 n . n ~ - l u man<*.
1. como en v=iisl.
8 . m M l l U 11- h AtelY. dllPY.ltmll que IO. &*#lea d. La A m # l M
b n dblw. el nn d. dirwrks nr antolo, ~ u wo,<mm r e m A-.
. , VI&.

'
D E ESPIRiTV DE Lif UYES 2 3

te pow una l q a n t a de e8tablCaria. L.s conmitudona de Rama


: y de A t a i u enn muy labia# a este respecto: Las deddmia del
senado= tenían fuerza de ley d m t c un año. y &lo se ha-
perpeiw por la voluntad del pueblo.

c~~imao111: D. los bu- rclotlua a k n a t u m k ~& k LO-


&,-El poder mberano eetP en la arkto~raclaen manca de un derto
n d m m de Wrsonas que elaboran las leyes Y Las hacen cumplir;
el reSto del pueblo e% con rP.paeto a e h . lo que en la Monarqufa
m ion súbditos con ~ € 8 ~ al 30 monarca.
En este caso no debe ha- la elecdón por suerte, ya que. de
hncerlo mí. no habrla más que Inconvenientes En efecto. en un
Gobierno en el que ya existen lea distindones m~s~dolomsas, no se
haría uno menos odio86 al ser elegido por la suerte: en h a s m
sonas se envidia al noble y no al ma8istrado.
Cuando loa nobles mn muchos, es necesario un Senado que' re-
guie los m t c a mbre los que no pudfera decldir el cuerpo de n o
bla. Y que ~ ~ w a a~ueUos
re mbre los que decide. Cuando esto m.
m puede d- que la a ~ M 0 ~ d. ~ i aen cierto modo. en el
Senado, y la deromada en el cuerpo de los nobles. quedando el
pueblo reduddo a la nada.
Seria una gran cosa que, por a- medlo indirecto. se hldera
siur al pueblo de la postergación en que se encuentra en la arista-
&: así, en Denova. la banca de San Jorge. administrada en
gran parte por los principales del pueblo=l, le da derta inflwnda
en el Doblerno, cosa que contribuye de manera definitiva a su m.
-d.
Los senadores no deben ten- el derecho de proveer las vacantes
en el Senado. Nada contribuiría tanto como esto a perpetuar los
abua>a En Roma, que iue en los primeros tiempos una e s m e de
arbtoaada, el Senado no se suplla a sí mismo, sino que los nuevos
senadores eran nombradca por los censor es^.
Si a un ciudadano de una República se le da de pronto una
autoridad excesiva, se da lugar a una Monamula o a algo m6s grave.
En la M o m u i a , las leyes han previsto la constitución o se han
aJuotado a ella: el principio del Gobierno supone la existenda del
monaxa; pero en una Repdblica en la que un ciudadano consigue
un poder exorbitanteq el abuso que de 61 hace es mayor porque
ias 1- que no lo han previsto, nada han dispuesto para conte-
nerlo.
Tenemos la excepción a e& pgla cuando la consUtucl6n del
EsUido es tal que necesita una magistratura con un poder excesivo,
Es el caso de Roma con sus dictadores. o el de Venecia con sus
inqulsidores de Estado. ma&htUraB terribles que devuelven la
libertad al Estado actuando con violenda. Pero ¿a que se debe que
dlchas maglatraturas 6ean tan diierenta en ambas Repúblicas? Roma

..
defendlp contra d pueblo los restos de su democracia, mientras que

I .
V h l ho*l.rn D. UUE~UYO. Ub. N Y IX.
Si V ( u e Y. A
.- V W s 0 1- Mi. 1%
u N prirdvio loi -bnb.n la c4ramIea
u Eni. ."f u -c. &. l &.c & I. mvdbllu -.m. V6.W W C -
d. I. m-
,
MUi nbn 1- CM.I
XVI.
l
a IOIMM. Y d. N 6 e e a d m . C.V. ?ZV
Venecia se drve de los inqulsldores de Estado para mantener su
dristoernda contra los nobles. De aqui que en Roma la dictadura
debla durar pmo. pues el p!mbIo obra por s u fososidad y no por sus
designios, habría que ejercer esta magistratura con esplendor, pues
se trataba de intimidar al Pueblo, no de castigarle: era preciso crear
un dlctador para un solo negocio, y que su autoridad fuese ilimitada
s61o por razón de dicho negocio. pues siempre se le nombraba para
un caso imprevisto.
Por el contrario, en Venecia se requiere una magfstratura per-
manente que pueda formular designios, perseverar en ellos, sw
penderlos o reanudarlos. una magistratura en la que la ambición
de uno solo se convierta en la de una familia. y la ambici6n de una
familia en la de muchas. Se requiere una magistratura secreta, por.
que los delitos que castiga, siempre ocultos, se esconden en el se
creto y en el silencio Esta magistratura debe tener una inqulsici6n
general porque no tiene que cortar males conocidos. sino prevenir
Incluso los que no se conocen. Finalmente se establece para vengar
crímenes de que soslieeha. mientras que la primera se valía más de
las amenazas que de las castigos, en delitos incluso confesados por
sus autores.
En toda magistratura hay que compensar la magnitud del poder
con la brevedad de su duración. La mayor parte de los legisladores
han fijado en un año esta duración Mis larga, seria peligrosa;
más corta. seria contra la naturaleza de la cosa en d. ,Quién que.
rría gobernar en estas condiciones sus asuntos domestlcoe? En Ra.
gusazr. el jefe de La República cambia cada mes, los d e m b oficiales
cada semana y el gobernador del castillo todos los días Esto 8610
puede practicarse en una Repiiblica pequeaaz rodeada de poten-
cias formidables que podrfan sobornar fitcilmente a los pequenos
magistradcu.
La mejor aristocracia es aquella en la que el sector del pueblo
que no interviene en el poder es tan pequeño y tan pobre que el
sector dominante no tiene interés en oprimirle. Asl. cuando Antl-
patrom dispuso en Atenas que los que no tuviesen dos mil draanas
quedasen excluidos del dereho de votar, dio origen a la mebr
tmacia posible, porque esta cuota era tan pequeña que no exelula
más que a un reducido número de dudadanos. y, desde luego. a na-
die que gozara de alguna considerael611 en la ciudad.
Asl. pues. las familias mistodtieas dehen ser pueblo en la me.
dida en que esto sea posible. La arlstocracla se14 mls prf,ecta cuan
to mls se acerque a la democracia. cuanto m b se acerque a la Mo-
narqula, será menos perfecta. La mds imperfecta es aquella en que
el seetor del pueblo que obedece es civilmente esclavo del que
manda. como la aristocracia de Polonla. donde los campesinos son
eselavoa de la noble=.

CAP~TUW IV: De I a s laves n relación con ia natum(em del Gobier-


no monbrquico.-los poderes intermedios. subordinados y depen-
dientes. constituyen la natwaleaa del Gobierno mon6rquico. es d e
"h
VM*
*S &a
.
6 Tan,"-,.
10. millll.idoi r ~ o n i .h
610
~ w b -.
1. -.lib. XVIIS . M un. d d 6 n a. ~aodollun.
,y, de aquel Gobierno en que uno solo gobierna por medio de leyex
f,m&nentales.
He habiado de los poderes IntmedloB, subordinados y de-
dientes, p m u e , en efecto. el prlndpe es en la Monarquía el origen
de todo poder político y civil. Las leyes fundamentales suponen n e
&mente dertos conductos intermedios por donde fluya el po
der, pues si en el Estado no hubiera más que la voluntad momen-
tSnea y caprichosa de uno solo, nada podrla tener fijeza y. por con.
siguiente. no habría ninguna ley fundamental.
El poder Intermediario subordinado más natural es el de la no.
bl-, que forma parte en derto modo de la esencla de la Monar.
quía, cuya maxima fundamental es: sin monarca no hay nobleza.
d n nobieta no hay monarca. sino despota.
En dertos Estados de Europa. algunos han creldo abolir todas
las justldas seflorlales sin darse cuenta de que querían hacer lo
que hizo el Parlamento ingles. SI abolimos las prerrogativas de los
senores, del clero. de la nobleza y de las ciudades en una Monarqula.
pronto tendremos un Estado popular o un Estado despStlco.
Desde hace varios siglos los Ulbunales de un gran Estado europea
pretenden acabar con la jurlsdiedón patrimonial de los sefiores y
--..
m .- eclesidstica. NO aueremos ceneurar a magistrados tan sabios.
n la
pero seflalamw el hecho para que se examine hasta que punto pue-
de esto cambiar la constitución.
NO me aferro a los prlvllegios eclesldsticos, pero me gustaria que
se fljara de una v a su jurisdicción. No se trata de saber d tal ju-
rt&edón se estableció con razón, sino de saber si está establecida.
si forma parte de las leyes del país y si es en todas parte8 relativa.
si enme dos poderes que se reconocen como independiente8 las con-
dldones deben ser r e c l ~ m s y, sl no es Igual para un buen sútdito
defender la Justicia del príncipe o los límite8 que en todo tlempo
se ha presc~ltoella misma. El poder del clero es tan peligroso en
una Rep6blica. como conveniente en una Monarqula, sobre todo en
las Que van hacia el despotismo. iQue sería de España Y de PoRu-
gal desde el momento en que perdieron sus leyes. si no fuera por
a t a potenda la Wlca que contlene al poder arbitrarlo? Cuando no
hay otra, esta es slempre buena, pues como el despotiwo causa a ia
naturaleza humana daños terribles. aquello que la limita será bueno.
aunque en sl sea malo. Del m h o mado que el mar. cuando p a m
que va a cubrir toda la tierra, se deUene ante la hierba Y las are.
m de la orilla. asl los monarcas cuyo poder nos parece ilimitado,
se detienen ante los obsteculos pequeños y someten su o m
110 natural a las quejas y a las s0plieas.
Para favorecer la libertad, los lngleees han suprimido todas las
potendas intermediarias que formahan su Monarquía. Tienen raz6n
nuiservando la libertad ya que, si la perdieran. sería uno de los
pueblos más esclavos de la tierra.
Law. por ignorar en Igual medida la constituci6n republicana Y
la monlrqulca, fue uno de los mayores promotores del despotismo
que se han viato en Europa. Ademds de los cambios que provoc6.
tan brunws, tan inwltadna. tan inauditos, quería Suprimir Las Clase6
Intermedias Y anular ION cuerpos polltlcas; disolvla la Monugul. n
con sus quim6rtcoR reembolm Y parecla que puerta redimir la
mlsma constltucl6n.
No basta que en una Monarquía baya clases InWmedlu; r
preclsa ademb un depósito de leyes que s61o pueden nrldlr en loii
cuerpos polltlcos. loa cuales anuncian las leyes cuando r h m y
las recuerdan cuando se olvldan. Im Ignoranda gropla de la noble
za. su falta de culdado. su desprecio por el Goblerno clvll, exlm la
exlslencia de un cuerpo que haga sallr las leyn del polvo que lu
sepulta d n cesar. El Congelo del PrlnClpe no es un depblto mnve
nlente, pues es. por su naturaleza, el depositario de la voluntad me
mentsnea del prlnclpe, que ejecuta. Y no el depositarlo de ias leyes
fundamentales. AdemlS. el Consejo del monarca cambla contlnua-
mente. no es permanente Y no puede, por tanto, ser numerolo; ad.
pues. no cuenta con la sufidente confianza del pueblo. por lo cual
no este preparado para orientarle en los momento8 dlflclles nl para
hacerle volver a la senda de la obedlenda.
En las Estadas desp6tIcos. donde no hay ley- fundamentalee,
tampoco hay depódto de las leyes. De aqul que en eo(w pslscil LP
rellgl6n tenga normalmente tanta fuerza, ya que es una espede de
depositarla y, al mlsmo tlempo, representa lo permanente. Y SI no
es la religl6n. se veneran las costumbres en lugar de las leyes.

C~slrumV. De las leyes re&t$vlri a la naturaiera del Estada dsr-


p6tico.-Como conseoueneia de la naturaleza del poder despótleo.
el hombre que lo ejerce lo hace ejercer Igualmente a uno mlo. Un
hombre a pulen sus clnco sentidos le dicen continuamente que 61
es todo y que los demls no son nada es, naturalmente. pemmm. u-
norante, sensual y. por mndgulente. abandonar# los negodos &
Estado Pero si los conliase a varlas pemnas, habrla dtsputa~e ln.
trlgas para ver quien seria el primer esclavo. El prlnclpe a verla
obllgado a hacerse cargo de la admlnlstracl6n. Asl. p ud le rem~Ita
mas fácll abandonarla en manos de un VI&= que tendrd en prln-
clplo el mismo poder que 4.La exlstencla de un vlslr es en este
Estado una ley fundamental.
Se cuenta que un Papa electo, mnvenddo de su incapacidad, opu-
so al prlnciplo grandes dificultades. pero acepM al fin y mtreg6 a
un sobrino suyo la dlreecl6n de todos los asunm. Y a admiraba di-
ciendo: "Nunca hubiera creído que esto era tan ffidl!' Lo mimo
ocurre con los prlnclpes de Oriente. Cuando para m l o c a r h en el
trono los sacan de la prisión donde los eunucol les han debliitado
el m z 6 n y el entendimlento, dejlndoles a veces en la lanoranda de
su propio estado, quedan al prindplo aturdidoll. Pero en cuanto
nombran un vislr y se entregan en su ierrallo a Ian pasbmea m 6
brutales, en cuanto condluen sus caprichos da eol~pldoam m e
dlo de una corte abatida. nunca hubleran creíde que loda a Un
fPell.
Cuanto más exteruo es el Imverlo. mls m e el iarsllo, y. por
unto. da se embriaea el prúidpe de placeres. Asl, pea, en ata
DEL ESPIRITIl DE LAS LEYES 27

I
m d o a cuanto8 más pueblos tlene que goliernar el princlpe menos
pierna en el Goblerno, y cuanto más Importantes son los negados
de Estado, menos se dellbera sobre ellos.

LIBRO 111

De los principios de los tres G o b i e m s


~ u l r u w1: Diferencia entre la Mturalem del Gobierno y su prin-
1
9
~,)io,Despues de haber examinado cuáles son las leyes relativas a
ia naturaleza de cada Goblerno. hay que examlnar cuáles lo son a su
;>riineipio.
La diferencia= entre la naturaleza del Gobierno y su prlndpio
es 1~ m e n t e : la naturaleza es lo que le hace ser tal; el príndplo
10 que le hace actuar; la naturaleza es su estructura partlculp~; el
prlnclpfo. las pasiones humanas que le ponen en movimiento.
Ahora blen: las leyes no deben ser menos relativas al principio
de cada Gobierno que a su naturaleza. Hay que buscar. pues. cual
dicho prlnciplo. cosa que voy a hacer en este Ilbro.

CAP~TUW 11: Del principio & los diversos Gobiernos.-He dicho que
la naturaleza del Gobierno republlano consiste en que el pueblo
en cuerpo, o ciertas famlHas. tenga el poder soberano. L a del Go-
bierno monlrquico, en que el príncipe tenga el poder soberano, pero
que lo ejerza según las leyes establecidas. La del Goblemo desp6tico.
en - ~ -~
~-
-.. aue noblerne uno solo se&
~ ~
su voluntad Y ca~richo.No neo?
sito más para encontrar los &es principias, puesto-que se derivan.
naturalmente. de todo lo dlcho. Empezaré por el Gobierno republl.
w o y hablar6 primeramente del dem&tlco.

C A P ~ T U111:
~ , Del principio & la democracia.-No es menester mu.
cha probidad para que un Goblerno monArqulco o un Gobierno des-
pbtico a mantengan o se sostengan. En uno, la fuerza de las l e
yes, y en otro, el bram del príncipe siempre levantado. bastan para
regular y ordenar todo. Pero en un estado popular es necesario un
resorle más: la virtud.
Lo que dlgo este confirmado por la hlstorla y es conforme a la
naturaleza de las cosas. Es evidente que en una monar<lula se n e
d t a menos virtud que en un Goblerno popular. ya que en una
Monarqula el que hace observar las leyes está por enclma de ellas
mientras que en el Goblerno popular se siente sometido a ellas Y
sabe que ha de soportar todo su P W .
E8 evidente tambibn que el monarca que.'por mal consejo o por
negligenda, desniida el cumplimiento de les leyes, puede flcilmen-
te reparar el mal con &lo camblar de consejo o CaraWrse de su
negligencia. Pero cuando en un Gobierno popular las leyes dejan

-
de cumplirse, el Estado está ya perdido. puesto que esto &lo m
como consecuencia de la compclóm de la RepJblIca.
n W. duuncl6n d. -a InwmumU. y d. eua mur4 muchas c o i u e u ~ 1 . s .
U C ~ d. Ln(ln1d.d
W d. Iw".
Fue un bello especUculo ver los eefuemm impotentes de l w In-
g l e m en el slglo lopasado. para establecer mire ellas la demoarl..
Como los que partlclpbm en los nemclas Eucdin de virtud, mmo
su ambición se exasperaba por el edto del m L ceo&- y como el
esplritu de una faccldn 610 estaba reprlmldo m el de otra. el Do.
bienio cambiaba sin cesar El pueblo, asombrado. buacabo la d m o .
cracia sh encontrarla en parte aiguna. Por Iin, despues de mucha
movimientos. choques Y conmociones, hubo que dencansar en el m k
mo Gobierno que antes se habla p m t o .
Cuando Sita qulso devolver la libertad a Roma b t p ya no pudo
redblrla porque no le quedaba m& que un d&ll resto de virtud;
y como cada vez tenla menos. en lugar de despertar despues de
Cesar. Tiberio. Cayo. Claudlo. Nerdn o Domlciano, se fue haciendo
cada dla mls esclava todos los golpes recayeron sobre los tirana.
ninguno sobre la tiranla.
Lo. polltlcos grlegos, que vlvlan en un Gobierno popular. no re.
conoclan mis fuena Para sostenerlo que la virtud Lo. poUUms
de hoy no nos hablan más que de fibricas. de comerelo. de finamas,
de riquezas e Incluso de lulo
Cuando la vlrtud deja de edstlr, la amblcldn entra en los cora.
wnes capaces de redblrla y la eodicla se apodera de todos los de-
mls Los deseos cambian de objeto: lo que antes se amaba. ya no
se ama, si se era llbre con las leyes. ahora se qulere ser libre contra
ellas. cada ciudadano es como un eslavo eacapudo de la cana de su
amo. se llama WOT a lo que era mMma; se llama estorbo a lo que
era regla, se llama temor a lo que era atanddn. Se llama avarlda
a la miealidad y no al de- de paseer. Antes. los blenes de las par-
ticulares constltulan el tesoro públlco. pero en cuanto la virtud se
plerde, el tesoro p6blico se convierte en patrimonio de los partlcu-
lares. La Repiiblica es un despojo Y su f u m a ya no es mán que el
poder de algunos ciudadanos y la llcencla de todos.
Atenas no perdld su fuena mientras domind con gloria y alrvid
con vergüenza. Tenla veinte mil cludadanosa1 cuando defendld a las
griegos contra los persas, cuando disputó el lmperlo a Lasdemoda
y cuando atacó a Slcllla. Tenía velnte mll cuando Dcmetrio de Fplen
los contó= como se cuentan los esclavos en el mercado. Cuando
Flllpo qulso dominar a Grecla. al presenteme ante lu puertpil de
Atenas= se encontrd una ciudad que habla perdldo algo muy im-
portante. Sabemos por Demóstenes el trabalo que 4hacerla da-
pertar se temla a Flllpo, no como enemlgo de la libertad. idno de la
*
placeres Esta cludad. que habla resbtldo tan- denvtaa que había
renaddo despues de cada de6iruccldn. queda venclda en Queronea
para siempre. iQué importa que Flllpo devolviera lm wlslonem d
no devolvla hombresT Era tan flcll triunfar siempre sobre lu fum
sas de Atenas como dlfídl triunfar sobre su virtud
(C6mo hubiera poddo acetenerse Cartaso? Cuando AnIbal. ya
,re(or, qulso lmpedlr a los magbtrados el pillaje de la Repiibllca.
,m fueron a acusarle ante las romanos?. ¡Desdichados!, querlan ser
dudadanos sin que la ciudad exbtlese y recl@ir sus rfquezas de
manos de sus destructores. Pronto Roma les pldid como rehenes
W e n i m ciudadanos de los prlnclpales; luego hizo que le entre
las armas y los navíos. y flnaimente les declar6 la guerra.
por lo que hlro Cartago dessnnada y sumlda en la desesperacldn=
.e puede Juzgar lo que hubiera hecho en plena posesidn de su vli.
tud y de su hiena.

~ 1 n i x . nW :Del principio de la aristocracia.-Del mismo modo que


la vlrtud es neceaarla en el Goblerno popular. lo es tambl6n en la
--
n~lm --t-n- -c-n d i .Pero. a decir verdad. en esta no se requiere de manera
tan absoluta.
El pueblo, que es con respecto a los nobles lo que los sdbditos
m con respecto al monarca, está contenido por sus leyes. Necesita,
pues, menos virtud que el pueblo de una demoeracla. Pero je6mo se
contendlá a los nobles? Lo. encargados de hacer nunplir Ips leyes
contra sus colegas se darán cuenta de que acttían contra ellos mis.
mos. La vlrtud es, pues, necesaria en este cuerpo, por la naturaleza
de la constitucldn.
El W l e r n o arbbcrátlco tiene de suyo una fuerza de la que
carece la democracia. Lo. nobles m a n un cuerpo que. por sus
p-gativas Y por su interés particular, reprime al pueblo: a este
respecto, basta que haya leyes. para que sean cumplidas.
Pero en la medida en que a este cuerpo le es fácil reWimlr a
tos demls, le es igualmente dlfícll reprimirse a sl mismo% La natu-
raleza de esta CMStltucidn es tal que parece someter a los hombres
al poder de las leyes, al tiempo que los retira de 61. Ahora bien.
Semejante cuerpo no puede reprimirse mán que de dos maneras:
con una gran vlrtud que haga que los nobles se consideren en
clerto modo Iguales a su pueblo, cosa que &a dar paso a una
gran Reptíblica. o con una virtud menor. una cierta Inoderacidn que
haga a los nobles al menos lsuales entre id. lo cual conduce a su
propia conservadh.
La moderación es. pues, el alma de estos gobiernos. entendiendo
nor moderaddn la que este basada sobre la vlrtud y no la que
procede de la c o W a o de la de dnlmo.

CAPIWW V: La Virtud no e8 el principio del GoMenio mondrquic0.-


b n las monar<iulas, la politica promueve grandes rosas m n el ml-
nimo de vlrtud paable. del mlsmo modo que en las mis bellas md-
quinas el arte emplea tan poms movlmi?nntos. fuereas o ruedas como
e a posible.
EI Estado subsiste con Independencia del amor a la patrla. del
deseo de gloria auténtica. de la renuncia a si mlsmo. del SJdfiCio
de los más cama intereses y de todas aquellas virtudes herolcas

1-
s i -U
2.
.U.-
w * n rr
d m
~~ 10, &u,-
.wltom p"m~anLp m w lo que
~blím. -.l-
W
que na
.
Ida. mro
-e
"0
que encontramos en los ant(guos Y de las que 610 hemos dIdo ha.
blar. Las leyes sustituyen a todas eatan vlrtudes que non lnn-.
rlris m u e el Estado dlspensa de ellas: una a d 6 n que se realiza
en el sin estrépito no tlene, en cierto modo, conaecuendas.
Aunque todos los delitos son pdbllcoe por naturaleza, se dislln.
guen, sln embargo, los delltos verdaderamente pdbllcoe de los d e
lltos privados. llamado. aai porque ofenden mis a un particular que
a la miedad entera. Ahora bien: en las Repdbllcas, los delltos pri.
vados son m& públicoe, es dedr, van contra la conatltucl6n del
Estado m8s que contra los particulares. En las Monarqules. los
delltos Pdbllcos entran en el campo de los privados porque van con-
tra los Intereses particulares más que contra la propla constltuci6n
del Estada
-- -.
Supllco que nadle se ofenda por lo que he dlcho. dlgo lo que
me dieta la hlstorla. S6 muy blen que no es raro encontrar principes
virtuosos. pero sostengo que es muy diflcil que el pueblo lo sea en
una monarqulam. iéase lo que los historiadores de todos los tlem-
pos han dicho sobre la corte de loe monarcas; recuérdense Las con
ver~cionesde gentes de todos los países sobre el caracter despre
ciable de los cortesanos: no se trata de especuladones. slno de
una trlete experiencia.
La amblci6n en la ociosidad, la bajeza en el orgullo. el deseo de
enriquecerse sin trabajar, la averslón por la verdad, la adulaci6n.
la traición, la perfldia, el abandono de todo compromiso, el des=
cio de los deberes de cludadano, el temor de la virtud del prlndpe,
la esperanza de sus dehilldades y, sobre todo, el ridlculo de que
siempre se cubre a la virtud, mnstltuyen a mi modo de ver el ca.
rPcter de la mayorla de los cortesanos en todas partes Y en todas
las epoeas. Ahora blen: es muy dlflcll que no slendo honrados la
mayor parte de los ciudadanos principales de un Estado. los Infe
riores sean hombres de bien; que aquellos engaiien y estos se con-
formen con ser engafiados.
El Cardenal Rlchelleu InslnQa en su testamento polítlco que si
en el pueblo se encuentra almin desdichado hombre honrados% el
monarca debe eVltar servlrse de el a.¡Hasta tal punto es verdad que
el resorte de este Gobierno no es la vlrtud! Clerto que no se excluye
de el, pero no es su W r t e .

CAP~TUIAI VI: C6mo se suple la falta de virtud en el G o b i a o mo.


n6rquico.-VOY a grandes pasos para que nadie crea que satlrim
al Gohlemo mon6rqulco. No; si le falta un resorte tiene. en camblo,
otm: el HONOR. Es decir. que el prejuido de cada persona Y de
cada condición sustituye a la virtud politica de que he hablado y la
representa en todo. El honor puede insplrar las mis hermosas acclo.
nes y. junto con la fuerza de las leyes. puede conducir al fln del
Goblerno como la mlmna virtud.

n
a* u

. el Ilb. V. cap. 11.


-
. nn-. mbn tcdo i b virtud D I I u ~ ymc r ~i
qme se ~ I I U ~ I I I . bien &mi:
en ~ M u u a 1.) vlnud UYI
*. EnU¿ndar nu> en -1 senudo de 1. nota p d n - .
qur M LV que rMm de mnLC.
~ 1- "CM"
vlnvd m-1 en -m
un om a 1.i d r w momin p.rtleu~rn y nid.
~ I ~ E I o I cI m welad~h , 1.1.-

o f i m hwnude porque ion -*do


CM

i u a t c n i y d l h l l a . TlUnnnUo. u p IV
DEL PSPIül'iU DE LAS LEYES 3 1
M, en las Monsrqiúu blen reguladis todo el mundo será m68
,,enos buen dudadano, pero serP raro encontrar alpulen que sea
hombre de blen m, pues para serloal hay que tener la lntenddn de
m10 y amar al Estado m68 por 61 que por uno mlsmo.

CAPITUW VII: Del principia de la Monarquía.-El Gobierno monPr.


qulco supone, como hemos dlcho, preemlnenclas. ranga e lnciuso
una nobleza de orlgen. Por naturaleza. el honor exige preierenclas
y distlnclones; asl, pues, cuadra perfectamente en este Goblerno.
La amblcl6n es pemlclosa en una Repdbllca. Por el conprio, en
la Monarquía pmduce buenos eiectos: da vida a este tlpo de Go.
blemo Y tiene la ventaja de no ser peligrosa porque se puede reprl
mlr conatantemente. Puede declrse que ocurre aqul lo mlsmo que
en el sistema del Universo, en el que una fuerza aleja de su centro
a todos los cuerpos y otra, la de gravedad, los atrae. El honor pone
en movimiento todas las partes del cuerpo polltlco, las une en vlr-
tud de su propla a d 6 n y asi resulta que cada uno se encamlna al
blen comdn cuando cree obrar por sus Intereses particulares.
Verdad es que. fllosóflcamente hablando. el honor que dlrlge to.
das las partes del Estado es un honor falso. pero aun asl. es tan útil
para la casa pdblica como lo seria el verdadero para los particulares
que lo tuvieran. ¿Y acaso no es ya mucho obllgar a los hombres a
realirar toda clase de acdones diflciles y que I-eguieren esfuerzo.
sin m6s recompensa que la fama de dlchas acciones?

Cnmuw VIII: El honor no es el principio de los Estados despóti.


cos.-El prlnclplo de los Estados desp6Ucos no es el honor. En ellos
los hombres son todos iguales en su eaclavltud, Y por eso no puede
haber preferendas. AdemPs el honor tlene sus leyes y sus reglas
y no sabe doblegame: depende de su proplo capricho y no del ajeno.
y por ello no puede encontxarse más que en Estados donde exlsten
leyes seguras y una constituci6n flja.
iC6mo habla de soportarlo un despota sl el honor se glorta de
despreciar la vida y el déspota no tlene fuerza sino porque la p u e
de qultar? iC6mo podría el honor soportar al despota. si tlene reglas
eontinuae y caprichos duraderos, mlentras que el despota no tlene
=las Y sus caprichos destruyen a los demPs?
~l honor, desconoddo en los Estados desp6tieos donde a veces
no existe nl siqulera la palabra gala deslgnarlo~,relna en las mo.
narqulas dando vlda a todo el cuerpo polltlco, a las leyes y a las mis-
mas vlrtudea

C~lfnimIX: Del principio del Gobierno derpbtico.-Del mismo modo


que la vlrtud es nfferarla en una Repdbllca y el honor en una Mo.
namula. en un Gobierno despótico es necesario el TEMOR: la vlr.

I
t u d n o se n d i a y el honor serla p e l b m .
EI poder Inmenso del m d p e pasa por entero a auuellos a q u k

., -.- *.
pies lo confia. as personas espaces de estimarse mucho a 61 m&
e
-
-h dr m ~ n mul
u .610 cii r n w gollUm
a, vw ~inni 1 de h M.1s. i n u m a d 6 n
rr V k r Rur. 447.
mas podrían fAcllmente provocar revoluciones. Es preciso. pues.
que el temor tenga todos los Bnimos abatidos y extinga hasta el
menor sentimiento de ambición.
Un Gotiierno moderado puede aflojar sus resortes cuanto quiera
sin peligro, pues seguiría manteniendose por sus leyes y por su pm-
pia fuerza. Pero cuando en un Gobierno despótico el príncipe deja
un instante de levantar el brazo. cuando no puede .reducir a la nada
en un momento a los que ocupan los Puestos principales 43. todo
esta perdido. Si falta el temor que es el resorte del Gobierno. el
pueblo ya no tiene protector.
l a s cadles han sostenido, aparentemente en este sentido. que el
Gran Señor no estaba obligado a cumplir su palabra o su juramento,
si al hacerlo limitaba su autoridadrr.
El pueblo tiene que ser juzgado Por las leyes, Y los grandes por
ei antojo del príncipe; la cabeza del último súbdito tiene que estar
segura, mientras que la de los bajás está siempre expuesta. No po.
demos hablar de estos Gobiernos mOnStrUOS08 sin estremecernos.
EL Sofí de Persia. destronado en nuestros días por Miriveis. vio
perecer su Gobierno antes de la conquista, porque no había hecho
correr bastante sangre 45.
La historia nos refiere que las horribles crueldades de Domiciano
asustaron a los gobernantes basta tal punto, que el pueblo se re
puso un poco bajo su reinado* Es como un torrente que arrastrara
todo por uno de sus lados, dejando por el otro campiñas donde se
ven praderas desde lejos

CAP~TUW X: Diferencia de la obediencia en los Gobiernos moderados


y en los desp6ticoa.-En los Estados despóticos, la naturaleza del
Gobierno requiere una obediencia sin Limites, de tal modo Que. una
vez conodda la voluntad del príncipe, esta debe tener un efecto, tan
infaliblemente como una bola tanzada contra otra tiene el suyo. Y
no cabe moderación, modificación o acomodo alguno, ni valen limi-
taciones, equivalentes. negociaciones o amonestaciones. ni es posible
proponer nada lgual o mejor. El hombre es una criatura que obe.
dece a otra que manda.
En estos Estados no se pueden mostrar temores sobre aconteci.
mientos futuros, ni excusar los fracasos achadndolos a los capri.
chos de la suerte; el patrimonio de los hombres es, como el de los
animales, el instinto, la obediencia y el castigo. De nada sirve oponer
los sentimientos naturales. el respeto filial, el amor por la mujer
Y 108 hijos, las leyes del honor o el estado de salud: la orden se ha
recibido y eso basta.
En Persia. cuando el rey condena a alguien, nadie puede hablarle
del asunto ni pedir clemencia. La orden se ejecutaría aunque estu.
viera ebrio, o fuera de si 47. De otro modo habrla contradicción, y
la ley no puede contradecirse. En todos los tiempos ha existido esta
manera de pensar: ante la imposibilidad de revocar La ley que dio

rd RE*", Del 1",,',10 01ma10. Ilb. 1. Cap. 11.


4sv n r íi hl.U>11* dc n t a remlud6n. n c r l t a por el padre Du C m m r u .
a. sust. omlr., csw vrir. su Goblcmo era mllltar. que u uno de lo# tlw. d.1
Goblerno dupdtlm.
47 V ( s r CRAIDIN.
D E ESPIRIllJ DE LAS LEYES 33
&Suero para exterminar a los judíos, se tomó el partido de darles la
&,rtunidad de defenderse.
No obstante, hay algo que a veces puede oponerse a la volun.
tad del principe 48. y es la religión. Se podra abandonar e incluso
matar a un padre por orden del príncipe, pero aunque este lo (IUieI'a
y lo ordene, no se podrá beber vino. Las leyes de la religión son un
precepto superior porque recaen sobre el piíncipe igual que sobre
10s súbditos. Sin embargo, esto no ocurre en lo que se refiere al
derecho natural, ya que se supone que el principe no es un hombre.
En los Estados monárquicos y moderados. el poder está limitado
por su propio resorte. es decir, por el honor. que reina como un mo-
narca sobre el príncipe y sobre el pueblo. No aleguemos a un cor-
tesano las Leyes de la religión: se creería ridículo; se le alesaran
" ...cesar las del honor. De él se derivan modificaciones necesarias en
.in
.- nhediencia.
~ ~

1.1 --- . -va aue el honor esta sujeto por naturaleza a muchas
extravagancias que se acatarAn por obediencia.
Aunque la manera de obedecer sea diferente en estos dos Gobier-
nos, el poder es, sin embargo, igual. Donde quiera que el príncipe
se dirija. hará inclinar la balanza y sera obedecido. La diferencia está
eii que. en la Monarqula, el príncipe está ilustrado y los ministros
son mucho más hibiles y mucho mas expertos en los negocios que
en el Estado despótico.

CAP~TU XI:
L ~ Reflezión sobre lo que antecede.-Estos son pues los
principios de los tres Gobiernos. No queremos decir con ello que los
hombres son virtuosos en tal o cual República. sino que debian serlo.
Tampoco se prueba que exista el honor en determinada Monarpula,
O el temor en un Estado despótico particular. sino que deberían
existir. porque sin ellos el Gobierno seria imperfecto.

LIBRO IV

Las leyes de la educación deben estar en relación


con el principio del Gobierno

OAP~TULO 1: De las lqles de la educact6n.-Las leyes de la educación


son las primeras que recibimos, y como nos preparan para ser ciu-
dadanos, cada familia particular debe gobernarse conforme al plan
de la gran familia que comprende a todas.
Si el pueblo en general tiene un principio, las partes que lo com.
ponen, o sea las familias. lo tendran igualmente. Las leyes de la edu-
cación seran pues distintas en cada tipo de Gobierno: en las Monar-
quias tendrán por objeto el honor; en las Repúblicas. la virtud Y
en el despotismo. el temor.

CAP~TUW 11: De la educaciún en las Monarquías.-En las Monarquías


la educación principal no se recibe en los establecimientos públicos
dedicados a la instrucción de la infancia, sino que no empieza, por
-
TERCERA PARTE

LIBRO XIV
-
De las leyes en su relación con l a naturaleza del clima

C*~f~m 1:a Idea general.41 es verdad que el caricter del alma y


las pasiones del corazón son muy diferentes se& los distintos cli-
mas. las leyes deberzin ser relativas a la diferenda de dichas pasio.
nes y de dichos caracteres.

CAP~WW 11: Los hombres son diferentes segan los diversos climas.-
El d r e frío1 contrae las extremidades de las flbras exteriores de
nuestro cuerpo; ello aumenta su aetivldad y favorece el retorno de
la sangre desde las extremidades al corazón. Disminuye ademis la
longitud2 de dichas fibras, por lo que su fuerza queda aumentada.
El aire cálido, por el contrario. relaja las extremidades de las fibras
y las alarga, por lo que su fuerza y su actividad disminuyen.
Asl, pues. el hombre tiene mis vigor en los climas fríos: la ac-
ción del coraz6n y la reacción de las extremidades de las fibras se
realizan con mis facilidad. los Ifquidos se equilibran mejor, la sangre
fluye con mis facilidad hacia el corazón y, recfprocamente, el cora-
z6n Uene mis potencia. Este incremento de fuerza debe producir
muchos efectos, por ejemplo: más confianza en sl mlsmo. es decir,
mis valeniía; mayor consclencla de la propia superioridad. es decir,
menor deseo de venganza; Idea mis afianzada de seguridad. es d e
clr. mis franqueza. menos sospechas, menos polltlca y menos astu-
cias. Finalmente, ello debe dar origen a caracteres muy diferentes.
Pongamos a un hombre en un lugar caliente y cerrado: por las ra-
zones que acabo de exponer experlmentari un desfallecimiento muy
grande del corazón. Si en estas circunstancias le proponemos una
accl6n airevida. creo que le encontraremos poeo dispuesto a em-
prenderla; su debilidad presente produce el desaliento en su alma
y temerá todo porque se da cuenta de que no puede nada. Los pue-
blos de los pdses cilldos son tímidos como los ancianos: los de los
palses fríos son valientes como los jóvenes. Si fijamos nuestra aten.
c16n en las últimas guerrasa, que son las que ¿c..w.os mis a la
vista y en las que podemos observar mejor ciertos efectos leves,
Imperceptibles de Lejos. veremos ficilmente que los pueblos del Nnr-
te. trasladados a los palses del Sur? no han llevado a cabo tan bellas

1 m no- a i~rnvlcv ~ s t i , con el frla p a m e uno mJir delgado


t %bid0 es qw ~onlraeri nienl.
a U#de ii mecnbn de Elvana.
d A E s v a ñ ~ .mr e f i m ~ l o .
I a c x h e s como sus compatriotas, los cuales, combatiendo en su pro. 1
plo cUma dlsponlan de todo su arrojo.
La fuena de las fibras de los pueblos del Norte hace que extrai.
gan de los alimentos los jugos m& bastos, de lo que se derivan dos
cunsecuenclas: que por su gran superflck, las partes del qullo o
de la linfa Pueüen aplicarse mejor sobre las fibras y nutrirlas me-
jor. Y que. por su tospuedad. son menos apropiadas para dotar de
sutllldad al Jugo nervioso. Estos pueblos tendrin, pues, gran cor-
pulencla pero poca vivacidad.
Cada uno de los nervios que llegan de todas partes al tejtdo de
nuestra plel está constituido por un haz. Normalmente 8610 actúa
una parte infinitamente pequefia del nervle, Y no todo 61. En los
paises cálidas. donde el tejido de la plel está relajado, los extre
mos de los nervios están desplegados y expuestos a la mlnima acción
de los m68 d6biles objetos. En los Países frlos el tejido de La plel
está contraldo Y las papilas comprimidas; los haeecillos están en
derto modo parallzados. de manera que la sensación 610 pasa al
cerebro cuando es fuerte Y cuando se ejerce en todo el nervio. Pero
la Imaglnaclbn, el gusto, la sensibilidad, la vivacidad, dependen de
un n h e r o Inflnlto de pequefias sensadones.
He examinado el tejido exterior de una lengua de carnero por la
parte en que aparece, a simple vlsta. cublerta de papilas. Con un
mlwseoplo he vlsto sobre dichas papilas unos pellllos o una especie
de pelusllla; entre las papllas habla unas plrámldes que formaban
en su extremo como pequefios pinceles. Es muy posible que dichas
pirámides sean el principal 6igano del gusto.
Hlce congelar la mitad de la lengua y, a simple vista, he notado
que las papilas hablan disminuido notablemente; algunas fllas de
ellas se hablan metldo incluso en sus fundas. Examinando el tejido
al miaMcopio ya no se velan las PlrSmldes. Pero a medlda que la
lengua se fue deshelando, las papllas se fueron elevando a slmple
vista. viendose reaparecer los mechones al mlcroseopio.
ERa observación confirma m1 opinl6n de que en los p a h s f r i a
los haeeelllos nerviosos están menos desplegados, semiocultos en sus
fundan, donde quedan a cubierto de la acc16n de los objetos exterlo.
Na Las sensaelones son, pues, menos vivas.
En los palses Mos se tendri pwa senslbilldad para los placeres:
pero dlcha senslbilldad será mayor en los palses templados y muy
grande en los palses dlldos. Del mlmo modo que se dbtinguen los
climas según el grado de latltud. se podrían distinguir tamblen, por
d e d r b asl, eegñn los grados de senslbllldad. He sido espectador de
ópera en Inglaterra Y en Italia; los mlmos actores Interpretaban
Lail mlsmas obras, pero la misma mmca producla efectos tan dtfe-
rentes en ambas nadonw. una tan sosegada y la otra tan apasionada.
que p a m e IncreIble.
Lo m i m o ocumM con el dolor. que tlene su orlgen en el desea.
mmlento de alguna flbra de nuestro cuerpo. El autor de la natura.
leaa ha dispuesto que el dolor sea más fuerte a medlda que el trae
torno tiea mpyor; ahora bten, es evidente que los cuerpos grandes.
o las flbras toscas de los pueblos del Norte, son menos aucepiibles
de trastornos que las flbras dellcadan de los pueblos de palses cili.
1 da. M, pues. en dleha paísea el alma es menw d b l e a1 dolor:
Que üeaoUir a un m-vlta para que slenta a@.
Con Is delleadeza de 6 m n o s m p l a de los habitantes de FdBeS
o c a , el alma se conmueve grandemente por todo Lo que se rela.
clona con la unlón de los dos sexos: todo conduce a este fln.
En La climas n6rdICOs apenas se hace sensible lo flelco del amor,
ea l a climas templados, el unor. acampafiado por m11 accasorloe, se
hace agradable por msas que pareeen ser amor. pero que aún no
lo m; en los CUmas mán dlldolr se ama al amor por d mlllIIlo: es

I
la anlei causa de fellcldqd, es la vlda.
En los palsea del Sur. una miquina delicada, d6bll pero senslble
se entrega a un amor que nace y se extingue sin ce8ar en un se
mllo. o blen a un amor que, al disponer las mujeres de mayor ln.
dependencta. está expuesto a mll perturbaciones.
En los palses del Norte. una miqulna nana y blen hstltulda.
pero penada. encuentra el placer en todo aquello que puede poner el
-tu en movlmlento: la caza, los vlajes. la guerra y el vino. En.
contraréls en los climas nórdicos pueblos con pocas vlcioa bastantes
virtudes y mucha slncerldad y franqueza. Pero SI nos acercamos a
los pPIses del Sur nos parecer& que nos alejamos de la moral: las
&onw mis vlvas miiltlpllcarán los delitos y cada uno tratar& de
(ornar sobre los dem4s todas Las ventajas que puedan favorecer di-
chas pasiones. En los palses templados veremos pueblos inconstantes
en sus maneras y hasta en sus vlc!os y virtudes; el clima no tiene
una cualidad lo bastante definida como para hacerlos mis constantes.
El calor del cllma puede ser tanto, que el cuerpo se encuentre
sin vigor. En tal caso el abatimiento pasar6 tamblen al esplritu: no
habrP curlosldad, nl noble empresa alguna, nl sentimientos genero.
KM; las lncllnaclones serán todas pasivas. la pereza constituir& la
felicidad. los castigos serán menos difldles de soportar que la actl-
vldad del alma. y la eselavltud menos insoportable que la fuerza de
esplritu neeemrla para gularse pof sl mbmo.

C~rhYw111: Contradicción en los caracteres de ciertos pueblos del


Sur.-Los indlos non cobardes por naturaleen6; hasta los hUos de
l.
los europease nacidos en la Indla pierden el arrojo m p l o de su
cllma. Pero icdmo hacer concordar esto con sus acclones atroces.
sus mstumbres y sus bárbaras penltendas? Pues las hombres se ru>.
meten al11 a sufrlmlentos lncrelbles y las muferes se queman por su
voluntad. iExtrafia fuerza para tanta debllldad!
La Naturaleza ha dotado a estos pueblos de una debllldad que
los hace tlmldos. pero les ha dado tambl6n una Imaglnadh tan are
diente que todo les Impresiona en excem. La delicadeza de órganos
que les hace temer la muerte les sirve tnmblén para hPcer1es temer
mU cosan mPe que la m p l a muerte. Y la sensibllldad que lea hace
hulr de toQB los peligros las empuja tambl6n 8 afroniarh todos.
Del mlsmo modo Que los nlim nece8ltan una buena educadh.
mPs que las personas cuyo esplrltu ha alcanzado la madurez. los
166 MONnSQUiEU
pueblos de estos climas necesitan un legislador prudente. m6s que
los pueblos de nuestro clima. Cuanto m88 f6cil y fuertemente se Im.
presione a un individuo, m68 importa que esta impresi6n se produz.
ea de manera conveniente, que no reclba prejuicios y que se la guíe
w r la razón.
En tiempos de los romanos los pueblos del norte de Europa vi-
vlan sin artes. sin educación Y casi sin leyes, y sln embargo 8610 por
el buen sentido. propio de las flbras toscas de aquellos climas. se
mantuvieron con una sabiduría admirable frente a la pujanza ro.
mana, hasta el momento en que salieron de sus bosques Para des-
truirla.

CAPITULO IV: Causa de la inmutabilidad de la ~ e ü ~ i 6 nde. las cos-


tumbres. & los hdbitos y de las leyes en los paises de Oriente.-Si a
la debilidad de órganos, causa de que los pueblos de Oriente reciban
Las impresiones más fuertes del mundo, unimos cierta Pereza de
esplritu naturalmente ligada a la del cuerpo. que haga a dicho es-
píritu incapaz de ninguna accl6n. de ningün esfuerzo. de ninsuna
atencibn. se comprender6 que el alma que ha recibido determinadas
impresiones ya no las puede cambiar. Esta es la causa de que las
leyes, las costumbres' y los hábitos, incluso los que parecen indife-
rentes como el modo de vestir. sean hoy en Oriente como eran hace
mu afios.
C ~ s i r u wV: Los que se han opuesto a esto son malos legisladores.-
Los indias creen que el reposo y el aniquilamiento son la base de
toda8 las cosas y el fin a donde ir6n a parar. Consideran, pues, la
inacci6n total como el m66 perfecto estado y como el objeto de sus
deseos. y dan al Ser Supremo8 el sobrenombre de inmóvil.
Los siarneses creen que la felicidad supremas consiste en no
estar obligado a anlmar una miquina, ni a imprimir movimiento a
un cuerpo.
En los Países en que el calor excesivo enerva y agobia es tan
delicioso el reposo Y tan Penoso el movimiento que este sistema m e
tafisico parece natural. Foezo, legislador de la India, fue conse-
cuente con lo que sentla cuando puso a los hombres en estado su.
mamente pasivo; pero su doctrina, nacida de la pereza del clima y
favoreeibndola a su vez, ha sido causa de mil desdichas.
Los legisladores de China fueron m68 sensatos al considerar a
los hombres no en el estado apacible en que estarAn algün día, sino
en la acci6n que se requiere para hacerles cumplir sus deberes vita-
les; asl, pues, les dieron una religión, una filosofla y unas leyes
Pr'Acticas. Cuanto mis se vea el hombre inclinado al reposo por cau-
sas flsicas. tanto m68 deben alejarle de 61 las causas morales.

' Por un fragmento de NlcolAs dr Osmamo. r-oplifo por Conrinnllna m u l m m


N l s . u b e m o gu. la msiumbn de mandar matar r uo pobernsdor que no mataba
era r n t $ . ~ a.o Orl.ntc. rcrnonl6ndoae i l tiemyu ifc los mdo..
8 P.oim.nrirk. V 4 r r Klrchei
9 1.r bu#- R ~ l o r Y md r Slom. 068 448
6. PO( pwend. n d u i ~ r-1 roraldn al pum vaclo .~en.rn<* o j o y o n j i . ; pcm
la w r f m 1 6 n mn.1.U en no ver ni olr. tenemos bmi. manos. elc. mro 1. pflec.
el611 .SU en a= n l 0 1 rnlemtirim ptmaneirnn Inarilv<*.. F r a m t n l g nnenda de un
dlAlopo de un f 1 1 W o chino. mropido ~ o -1 r P. du ~ s l d .
D E W ~ D E L ~ S L B Y H I 167

-VI: ~ . l n ~ t . i w & ~ t t . r r o r m k n e u > M I ~ ~ -


uvod.lu~~ad.mi9auiWd.hrhombnr.~
~ ~ a h u l r d e ~ ~ , P ~
d ~ a e ~ ~ < a c r o w l ~ d a l a ~ a u c d m l u - ~ l
~pe4yguitanalapomnilsraelmtude~-*-
a aumentar la rmla deda del c l l m ~ea decir, la pcrrn m-
tuni.

p r s l a s e d Q i q u e p p r s l a ~ .
EnM.elnbnaodedcrvlcbesomonleslvwaaumeatuam
el calor del elhna; la I n d k donde el calor es d v o , adl. U-
d. ellos. La mlriiia dl(erelld0 hrillMa en -p.
P m vencm la pereza p m p h del ciima sula predao quc las l e y a
vp~de~tOdQllal~edl~devlvlridntrabolk.Paom
elaIrdeEurop.imh.ecMdolocontnrio: a ~ u e l u u e q ~ v l v l r
odceo le dan d&lnos apmphíw püm U e w una vida -ulaUO.
y a los cualea van imldss rlu- lnmenrwa
Eatae gentes que vlven en tal abundandi aue lea ea gavosi, dan
con lo mperfIu0 al W o pueblo que ha Derdldo la m e d a d
de los Mena. Así. indemnizan ni pueblo con la odmidad de que le
hacen dinirutar, y el pueblo Uega a ampr su m i m a miseria.

C-w VIII: Buena coalwnbra de ChinalLas reladonea11 de le


Qilns nos refieren la ceremonia de abrlr las tluras. y que el emge
mdor maliza todos los anoa Con e& p ~ t oMbUw y mienme se ha
querido incitar18 a los pueblos al laboreo.
A d d se Informa cada aio al emperador de que labrador i e ha
~ n ( y v l d om(Ls en rni oildo. haciéndole mandarln del octavo ordea
Entre los ahtigum -14 los reyes abandonaban m fausto el
octavo día del mes llmudo Chowem rw,Y comlui con los la-
EW hatitudonea un admirables w a fomentar la nsricuitm.

CukmD 1X: M& & fomentar lo Musnio.-En el Ubro XIX


m o s v V e q u e h a ~ e s p a c + o s s l ~ ~ l 0 ~ 6 ~
pobiis volver el efecto cmiM la eallla y deotruir la m eQIl d
oqullo. En el nu de Eumw donde los pueblos tienen el vmdomr
ni tanta conddmdbn. convendría dar Lwemia a la labra- aw
hublenn W v a d o mebr sus tlau o a la Prtpeui<* que hubieran
hecho a- m6n N Industrip. E#ta Drhcuca rnutlña bum dce(o
en todm los pp(.a. En nuesrmS dlis ha servlbo PM m b l e w r m
~rluidpuna de lu mPs Lrnpo~U~~tu m u i u h * u ~ .de U e n i o de toda
De las leve8 reiacionadoa con la su iedad de loa put.
C I ~ U L O X:
bb8.-En los p a k c6lldos la parte acuosa de IR sangre se evapora
mucho por la transpiraci6n 16. y por eso hay que sustituirla por una
cantidad semejante de Ilquido. El agua es para ello de una utllidad
admirable; los llcores fuertes coagularian los glbhuIos10 de la san.
gre que quedan despu6s de la evaporacl6n de la parte acuosa.
En los paises friox la parte acuosa de la sangre se evapora poeo
por la transpiraci6n Y permanece en gran abundancia: así. pues,
puede hacerse uso de licores espirituosos sin que la sangre se coagu-
le. Como hay muchos humores, l o s licores fuertes. que dan movb
miento a la sangre. pueden ser convenientes.
La ley de Mahoma. que prohíbe beber vino, es pues una ley pro.
pia del cllma de Arabia: an1i.s de Mahoma, el agua era ya la bebida
común de los Brabes. La le) 17 que prohibla a los cartagineses beber
vino era tambien una ley del cllma. Efectlvamente. el cllma de am-
bos paises es aproximadamente el mismo.
Semejante ley no serla buena en los países frios, en los cuales el
clima parece obl2&:ara clerta embrlaguez naclonal muy distinta de
la personal. La eiiibriaguez se encuentra establecida en toda l a tierra
en proporción a la frialdad Y humedad del cllma. Si se va del Ecuador
al Polo Noni se ver6 aumentar la embriaguez con los grados de la-
titud. Si se ,a hacia el Polo opuesto la veremos avanzar hacia el
Sur 1% como antes avanzab? hacia el Norte.
AIU do.ide el vino es cc itrario al cllma y, por consiguiente, a la
salud, es natural que se ctixtigue el exceso con m6s severidad que
en los palaes donde la embriaguez tiene pocos efectos peinklosos
para la persona Y la sociedad, y donde no pone a los hombres fu-
rl0808, sino solamente atontados.
Así. la8'leYes 19 que castigaban a un hombre ebrio. tanto por la
falta que cometla como por la embrlaguez en sl, no eran aplicables
más que a la embrfaguez de la persona y no a la de la nación. Un
alemán bebe por costumbre; un espafiol, por g w .
En los paises dlidos la relajaci6n de las fibras produce una gran
transplrad6n de los Iiquldos, pero las partes sólidas se dlstpan m e
nos; las flhras tienen una acd6n muy dgbll, poea elasticidad y apenas
se gastan: hace falta m jugo nutriclo para repararlas y por eso
se come muy m.
Las distintas necesidades en los diferentes climas han.dado ori.
gen a los diferentes modos de vida, Y estos, a su vez. han dado orlgen
a las diver888 espedeg de leyes. En una naci6n donde los hombres
se relacionan mucho unos con otros har6n falta leyes determinadas;

I S . ~ .BIU- -lbla. m motivo de un vl.fc de Lmnor a m c ~ m l r i :.m1 mr


P. C. una cuba' BP<U. ambo de beber un Vam de agua mando ya 18 *c. w i r
como un melo &r g r o i m ~ ni u e p b w . hasu par punta d; lo wor iuww beba
a~ d ~ ano me bacc -.S
din y y ~ l vwi d. a-nrr t. 11 m. zei.
1. w la .s- hay ~16ñiloimlos, &S f t b m i . ~16buiai.bls- Y -, en
L. auc 1116. todo .lb.
r r ~ * f l *!lb.
. 11 de ~u -e*: h-. D ~ rI u m a de loi m,t<ew
*m. -110.. Ub. XII. F.D. XVII.
-..'.EM me
Ub. 1. -D. V. &S-10,
*Ni en lai h0lcnloU. Y m. lo Diublol del u t- m d l m . 1 d.
-m"..
10 Como hlso RUSD. iUdn A i o i b m m . PdUlca, Ilb. 11. c a p IU. Vlvh @o un
rllm en aue la cmWi.un no es un "Ido d i &6o.
pero harAn falta otras distintas en un pueblo donde no haya apenas
rel.clón entre los hombres.

XI:
CA~TUW De las leyes qire se reiacionan con las enfermedades
proptBa del clima.-Herodotom nos dlee que las leyes de los ludIos
mbre la lepra se hablan tomado de la prdctica de los eglpeios. En
eieeto, las mismas enfermedades pedlan los mismos remedios. Dichas
leyes eran desconoeldas para los griegos y los primeros romanos. así
como la enfermedad de la lepra. El clima de Eglptó y de Palestha
las hizo necesarias, y la facllldad con que esta enfermedad se P m
paga nos debe hacer comprender La sabidurla y la previd6n de dl-
chas leyes.
No8otros mismo:; hemos experimentado sus efectos: Las C r W -
das nos hablan traído la lepra. pero los prudentes reglamentos que
se hicieron impidleron su propagación a la masa del pueblo.
La ley 21 de los iombardos prueba que esta enfermedad se había
extendido por Italia antes de las Cruaadas y había merecido la aten-
c16n de los legisladores. Rotharis orden6 que los l e p r w . expulsados
de sus casas y relegados en lugares especiales, no pudleran dlsponer
de sus blenes. porque desde el momento en que hablan salldo de sus
casas se les tenía por muertos. Para evitar toda comunicacl6n con
los leprosos se Les incapacitaba para Mdos los efectos civiles.
Creo que esta enfermedad lleg6 a Italia por las conquistas de Los
emperadores grlegos. en cuyos ejercitas debla haber millcias de
Egipto o Palestina. Sea como fuere, sus progresos se detuvieron
hasta la epoca de las Cruzadas.
Se dice que los soldados de Pompeyo al volver de Siria trajeron
una enfermedad parecida a la lepra. No ha llegado a nosotros ningún
reglamento hecho en aquella ocasi6n. pero todo hace pensar que los
hubiera; puesto que el mal se detuvo hasta la epoea de Los lomhardos.
Hace dos slglos una enfermedad desconocida por nuestra padres
pas6 del Nuevo Mundo a este y vino a atacar a la naturaleza humana
hasta en el manantial de la vida y del placer. La mayor parte de las
grandes famllias del sur de Europa perecieron a causa de este mal.
demasiado común para ser vergonzoso, y que no fue más que fu-
nesto. La sed del oro perpetuó dicha enfermedad: se iba incesante
mente a America y se traIan slempre nuevos germenes.
Por razones piadosas se pidi6 que se dejase el castigo al mismo
delito; pero esta calamidad habla entrado en el seno del matrimonio
y habla corrompido ya hasta la infancia.
Puesto que corresponde a la sabiduria de los legisladores velar
por la salud de los ciudadanos, hubiera sido muy sensato contener
esta propagaci6n por las leyes hechas según el plan de las lwea
mosalcas.
La peste es un mal cuyos estragos son aún mBs repentinos y m6s
rápidos. Su sede principal es Eglpto, de donde se extiende por todo
el universo. En la mayor parte de los Estados europeas existen muy
buenos reglamentos para Impedir su penetraci6n. En nuestros dlas,
se ha ideado un medio admirable para detenerla. que es formar un

a. Ub. 11.
.i Ltb. 11. Ut. 1. 1 3. Y IR. XV111. 1 1.
h U u r o i ~ a u e - d e l ~ a a t e ~ , v e n c d m i o
ku aLu.n<* de la d u d d erspen del mlentru que e l l a
I pascn;paomQW~ppnlos~delosap.tsdosyrl
ponendnpeaupuiedanadamlrLido*rlnaauepedicaun
deauno W que FgUlp 1064 ha- d d m a d a h d a un eapemdm
t n ~ ~ u l l opiensa
: que Dias ha hecho todo Y que él no tiene y. nad.
que hacer.

Cmfma M I : De iaa Zeusl ysr m h u i lor w .S .ulcidonP-La b r i a


no M.dice que los romanos se di- muerte sln motivo; pero las
inslesen se matan rdn que podamos trm(llnar ninguna h n que les
determine a ello: se matan aun cuando gocen de plena feliddad.
Este m30 a, entre las romano* eiecto de la educrdón y dependía
besumanende~ydenumtumbreahtrelos~lseae
efecto de una enfermedad= depende del enido ilelco dél organismo
y w independiente de cuaiquien otra causa.
Ea poslble que m Urte de una faita de fliimddn del jugo ner-
v i o ~ ~ei: o r m ü m o cuma hienss motrlces se encuentran siempre
inactíves m canea por d mlsmo y el alma no siente dolor, pero sí
cierta dificuitad pan exlitlr. El dolor es un mal local que nos incita
adesearqueeeae: d p e i o d e l a v i d a m u n m a l q w n o s e l o c a l h
enpvteabuiiP~quenosUev.adeseardmdekolda~
Ea evidente que Iis leyes dviies de a k m a s p a h a han tenldo
motivca pan eutlgu el sulddlo: .Pero en Inglaterra no puede cae
Usame, a*no tampoco se pueden eutlgu los electa de la demencla.
0ehm.a XIII: Cwe- &l C l h & Inglaterra.-Es evidente
que el Gobierno mBi convenlente pan unes mtee a las que todo
les remita Lnsoportable. m una n a d h afectada por una enfermedad
delcllmahsstPelpuntodacawelhuNodetodsslaseaipsy
hasta ei de la vida, es WUel en el que no pueden culpar a nadie de
laca~8~de~puias~eneiqueesnecesarioderrihprlanle
p a amblar el Estado, puen estlil gobiernan rrmS que loa hombns.
81 dicho F& tiene. debido ai dha. dem earl*er de impadenela
que no le pnnite R)portar las mlimui cosls durante mueho tiempo.
ea evidente qüe el Qoblerno antedicho ea el m60 conveniente.
El oerl- de ImWdeada no sl m n d e por sí lllbno, pero puede
creer cuando va unida ai valor. Es diaUnto de la iígerrea. que hace
emprender Y abandonar dn mdvo. &iú d a eerea de la o b s
Unaddn m w e pmcede de un sentlmlento tan vivo de Iis -8-
du que nl dpuien se debíüta con el Mblto de mpomrlan.

- EnunaiuelQiiibreestecpñcterserlaapropiadoppnpnturbat
las potee~ade la U n d a n . que a lent. y debn en su
~, m.
r i ~ h l l y r * * n U I < . d l O . & r n#
riM*bswmnU*ldiDa00.&.I;*;mdr.h-
eOmiensos,como rápida y vivaz en su finil, y que no muestra al
prlndplo m8s que una mano para socorrer, oprimiendo de8pueS con
lniinltos b r a m .
eaclavltud comienza siempre por el sueilo. Pero un pueblo que
os no tiene reposo en ninguna situaddn. que se palpa sln cesar y que
encuentra todas sus partes dolorfdas no podrla dormirse.
La política 6s una lima sorda, que gasta y conslg~esu fln POCO
a poco. Alíora bien, los hombres de que hemos hablado no podrfPn
m portar la lentitud, el detalle, ni la sangre fria de las negocLacionea;
por lo regular sacarían peor partldo que cualquier otra nacldn y per-
de- por medio de sus tratados todo lo que hubiesen conseguido
por h S arliiBB

Cnrfnno XIV: Otros efectos del clima.-Nuestros antepasados, los an-


tIguo8 gemanos, vivlan en climas en los que las pasiones eran se
es segadas. Sus leyes no Iban más allá de lo que era palpable. Jueeaban
los Insultos hechos a los hombres por el tamaño de las herldas, sin
poner m68 refinamiento en las ofensas hechas a las mujeres. La
ley W de los alemanes era muy singular a este respecto. El que des-
cubria la cabeza a una mujer pwaba una multa de seis sueldos; sl era
una pierna hasta la rodllla pagaba lo mlsmo, pero gagaba el doble si
pasaba de la rodllla. Parece como si la ley mldlera la importancia de
los ultrales hechos a la persona de la mujer como se mide una fisura
~. de geometría: no castigaba el dellto de la imaginacldn. sino el de
los ojos. Pero cuando una nacidn gemPnica se traslada a Espaila.
el clima le obligd a buscar otras leyes. La ley de los visigodos m
hlbid a los médleos sangrar a una mujer libre de nadmiento. si no
era en presencia de su padre. su madre, su hermano. su hijo o su
tío. La imaglnaefdn de los pueblos se encendld y la de los legisla-
dores se enardecld tamblen: la ley sospecha todo para un pueblo
que podla sospechar de todo.
Mchas leyes pusieron gran awicidn .en los dos sexos. Pero por
los castigos que Impusieron. parece que pensaron más en halagar la
eyes venganza particular que en ejercer la venganza pública. Ad, en la
mayoría de los casos, reducían a los culpables a la semldumbre de
los parlentes o del marldo agraviado. Una mujern libre de naci-
miento que se hublera entregado a un hombre casado quedaba bajo
el poder de la mujer de este, la cual disponía de ella según su vo-
luntad. Los eselavos% estaban obligados a atar a la mujer sorpren-
dida en adulterio y a presentarla ante el marldo: se permitfa a sus
hljosa que la acusaran y que se diera tormento a sus esclavos para
convencerla. Por eso estas leyes fueron mas apropiadas para refinar
el exceso de pundonor que para constltulr una buena pollefa. No hay
que extrailarse de que el conde Julian creyese que un ultraje de
esta clase exigía la pérdlda de su patria y de su rey. Y no nos puede
sorprender que los moros. con tal estilo de costumbres, encontraran
tanta facilidad para establecerse en Espaila, mantenerse y retardar
la calda de su imperto.
c&?huaxV: Del cmda & confwanza que timen lar ieyer m el
puebb, ragihr loa climn8.-El pueblo japonhs tiene un carácter tan
atroz que rnu le&bdnres Y sus maslstrados no han podldo tener
n l m confianza ni 61: por eso, no les han puesto ante los ofoe
m& que Jueca. amenazas Y cast&os. sometlhndolos, r cada paso, a
la InquMón de la pollda. Estas leyes. que de cada dnco caberas
de fmlUa establecen uno como maeistcado sobre los otros cuam:
estan ley- que por un solo dellto castigan a toda una familia o a
toda un burlo; eetas l e w . que no encuentran Inocentes allí donde
puede haber un culpable. están hechas para que los hombres des.
confíen unos de otros, para que cada uno lnvestlgue en la conducta
de los demás, Y que sea su Inspector. su testlgo y SU juez.
El pueblo de la Indla es. por el contrario=, apaclble y compasivo.
por em rnu l ~ d o r e tienen
s u gran confianza en él; han ar
bleddo poca6 penasai. pap severas Y que nl aiquieca se cumplen
con todo rl#or. Han concedido las sobrinos a sus Uos, los huérfanos
a los tu-. a m o en Otros lusares se los dan a los padres: han
regulado la sucesl4n por el mérlto reeonocldo del sucesor. Parece
que hayan pensado que cada dudadano debla reposar sobre el buen
epricter de los demPs.
üan la Ubertadu a sus eselavos con facilidad. los casan y los
tratan como a sus proplos hlfos a. jDlchoso cllma que da origen al
candor de Las rostumbres y a la suavldad de las leyes!

LIBRO XV
C6mo se relacionan con la naturaleza del clima
las lcyes de la esclavitud civil
Cmfmw 1: De lo esclauitud cfW.-La &vitud propiamente .dicha
ea la úmaursclooi de un derecho que hace a un hombre propiedad
de otro, de tal m e r a que es el dueflo absoluto de su vida y de sus
blene& No en buena por naturPleze, pues no es dU1 nl pnra el amo
nl pnm el &vo: para este. porque no puede hacer nada por vlr-
tud; para aquél. porpue Vtrae con sus esclavos toas clara de malos
hábltce e insmslblemente se acoBtumbra a faltar a todaa Las vlrtudes
mora&* ae hsee oso, Irascible, duro, colhrico, iennul Y cruel.
h los pa<sar desp4Ums, donde ya ae vive en erlavitud polltica.
iü ~ v i t u dvil
d ea m& tolerable q w en otros IuePreh pues en
eiios cada cuei debe cont«>tPnecon tener la vida Y la subdatenda
M la condlá4n de d v o no es m& &mwma que la de súbdito.

- Pero m el Goblemo maihmilco. dmide es en exiremo Importante


212 MONTESQUIEU
una Inspiración de la divinidad que siempre asiste a loa que hacen
la suerna.
No hay que extrañarse de que los sacerdotes sean árbitros 186 de
los juicios desde el comienzo de la primera dinastía; de verlos apare­
cer en las asambleas de la nación; de que presionaran tanto en las
decisiones del rey, ni de que les dieran tantos bienes.

LIBRO XIX

De las leyes en relación con los principios que forman


el espíritu general, las costumbres y los hábitos
d,e una nación
CAPITULO I : De la materia de este libro.-Esta materia es muy ex­
tensa. En la multitud de Ideas que se presentan en mi mente, aten­
deré más al orden de las cosas que a las cosas mismas. Es preciso
que deje cosas a derecha e Izquierda, que rne abra , camino y' que
llegue a ver claro.

CAPÍTUI.O 11: Es mu¡¡ necesario qrie los ánimos estén preparados para
las me;ores le¡¡es.-Nada les pareció a los germanos 1s1 más Insopor­
table que el tribunal de Varo. El que erigió 1sa Justlniano en el La­
cio para instruir el proceso del asesino de su rey, les pareció algo
horrible y bárbaro. Mitrldates 189, en sus arengas contra los roma­
nos, les reprochaba sobre todo las formalidades 1ao de la adminis­
tración de su justicia. Los Partos no pudieron soportar a aquel rey,
que, educado en Roma, se hizo afable y accesible a todo el mundo.
La misma libertad pareció insoportablé a pueblos que no estaban
acostumbrados a gozar de ella, del mismo modo que el aire puro
perjuf11ca a veces a aquellos que han vivido en reglones panta­
nosas.
Un veneciano llamado Balbl fue presentado al rey, en Pegu, Cuan­
do éste supo que no habla rey en Venecia, lanzó tal carcajada que
le dio un ataque de tos tan grande que casi no podfa hablar con
sus cortesa,;ios 1s1. ¿Quién es el legislador que propondría el Gobier­
no popular a pueblos semejantes?

CAPÍTULO III: De la tiranta.-Hay dos clases de tlranfa: una, real,


que consiste en la violencia del Gobierno, y otra, de opinión, que
se deja sentir ·cuando los que goblerrian ordenan cosas opuestas a
la manera de pensar de una nación.
Dlon dice que Aususto quiso que le llamasen Rómulo, pero al
enterarse de que el pueblo temfa que se hiciese rey, cambió de pa­
recer. Los primeros romanos no querfan rey porque no podfan so-
111 Vfaoe la conatltución de Ci.orA1110 del afio 880, art. 8,
,., Cortaban la len,ua a lo,¡ abo1ad .. y declan: •Vlboru, deJa de allbu,. T.klTU,
... AGATfA&, lib. JV.
,., JVft'IJIO. lib. XXXVIII,
'" Callllllfl,_ lltC-. IMII.
"'"''"°"
,., Balbl hlso la deaorlpc,16n de hl\l en 11588. Col•cr.16n d• lo, vlnJu qv•
puru •I ,atabl•clml,nto de la com¡,u/Ua ck l11dl<,•, t. UI. ¡,arte I, pá¡¡, 33 ..
DEL ESPIIUTIJ DE LAS LEYES 213
portar su poder; los romanos de entonces no querlan rey porque
no querian soportar sus hábitos. Pues aunque César, los trlunviros y
Augusto fuesen verdaderos reyes, hablan conservado todo lo exter­
no de la Igualdad, y su vida privada ·contenla una especie de oposi­
ción con el fausto de los reyes de entonces. El que los romanos no
quisieran rey significaba que querlan conservar sus hábitos y no
tomar .los de los pueblos de Afrlca y Oriente.
Dión 192 nos dice que el pueblo romano estaba indignado contra
Augusto por haber dictado ciertas leyes demasiado duras; pero el
descontento cesó en cuanto dejó volver al actor PyJade, expulsado
de la ciudad por Jas facciones. El pueblo sentla más la tlranla cuan­
do echaban a un payaso que cuando le privaban de sus leyes.

CAPITULO IV: Qui es el espiritu general.-Varias cosas gobiernan a


los hombres: el clima, la religión, las leyes, las máximas del Go­
bierno, los ejemplos de las cosas pasadas, las costumbres y los há­
bitos, de todo lo cual resulta un esplritu general.
A medida que una de esas causas actúa en cada nación, con más
fuerza, las otras ceden en proporci<m. La naturaleza y et clima do­
minan casi exclusivamente en los palses salvajes; los hábitos go­
biernan a los chinos; las leyes tiranizan el Japón; las costumbres
daban el tono antiguamente en Lacedemonia ; las máximas del Go­
bierno y las costumbres antiguas lo daban en Roma.

CAPITULO V: Ha11 que tener mucho cuidado de no cambiar el espiritu


general de una naci6n.-SI hubiera una nación en el mundo que
tuviera humor sociable, corazón abierto, alegria de vwlr, gusto, fa.
cilidad de comunicar su pensamiento, que fuese vivaz, agradable,
a veces Imprudente, a menudo Indiscreta, y que tuviese además va­
lentía, generosidad, franqueza y cierto pundonor, no se deberlan
poner estorbos a sus hábitos, mediante leyes, para no estorbar a
sus virtudes. SI el carácter es bueno en general, no Importa que
tenga algunos defectos.
En estas naciones se podrla contener a las mujeres, hacer leyes
para corregir sus costumbres y limitar su lujo, pero ¿quién sabe si
con ello se perdería cierto gusto que constituye una fuente de ri­
queza para la nación y cierta cortesla que atrae a los extranjeros?
Corresponde al legislador acomodarse al esplrltu de la nación,
siempre que no sea contrario a los principios del Gobierno, pues
nada hacemos mejor que aquello que hacemos libremente y deján­
donos llevar por nuestro carácter natural.
Que no se dé un espiritu de pedanterla a una nación natural­
mente alegre; el Estado no ganarla nada con ello, ni interna, ni
externamente. Dejadla que haga seriamente las cosas frlvolas y ale­
gremente las cosas serlas.

CAPÍTULO VI: No ha11 que correyir todo.-"Que nos dejen como so­
mos", decla un hidalgo de cierta nación muy parecida al pals del
que acabamos de dar una idea. La naturaleza lo enmienda todo. Nos

IU Ub. LIV, cap. xvn, Pill'- 1132.


hi d.do una vlvaddad capaz de ofender Y WOP& pan faltar a todo
miramiento; m este vivacidad va -da por la coitesl. que
nos m u r n o n a . al InsPlrarnos susto por el mundo, y, sobre todo.
por el trato con las mujeres.
Que nos dejen como somos. Nuestras cualidades indlscretss, unl.
das a nuestra poca mallcla, no h a m convenlentes entre noso-
las leyes que ponen trabas al humor d a b l e .

C-w VII: De los ateniende8 u lo8 lacedononios.-"los atenien.


-nUnuaba diciendo el hidalgc-eran un pueblo que tenla der.
ta r e l a d h con el nuestro: trataba los asuntos con clena a l w a y
le agradaba una broma tanto en la tribuna como en el hm."~a
vivacidad que introducla en los consejos. la ponfa .igualmente en la
ejecucl6n de las -s. El carácter de los Ineedemmlos era grave,
serlo, e c o Y tadtumo. No se habrla sacado máa parudo aburriendo
a un ateniense que divirtiendo a un lacedemonio.

CAPITULO
VIII: Efectos del temperamento sociable.-Cuanto m6s se
comunican los pueblos. mis cambian de hiíl~itos,porque cada uno
constituye un espectáculo para el otro Y se ven mejor las singula-
ridades de los individuos. El clima que hace que a una nacl6n le
gu6i.e comunicarse con otra, hace tamblen que le guste cambiar; y
lo que hace que a una nacl6n le guste cambiar hace tambien que se
forme el austo.
El trató con las mujeres dafla las costumbres y forma el gusto:
el deseo de agradar m6s que los demb Introduce los adornos, y el
deseo de gustar m6s que uno mismo da lugar a las modas.
Las modas son un objeto importante: a fuena. de hacerse frlvo.
los los esplrltus, se aumentan sin cesar los ramos del CamerdolPs.

CAP~TUW IX: De la vanidad y el oroullo de l a naciones.-La van!.


dad es un estlmulo Para el Gobierno. tan bueno como p e l l m el
orgullo. Para darse cuenta de ello no hay m6s que recordar, por una
w ~ t e ,los beneficios incontables que resultan de la vanldad, como
son el lujo, la Industria. las artes, la moda, la con& y el gusto.
Y. por otra parte, los males infinitos que derlvan del orgullo de cler.
tan naciones. como laSpereza. la pobreea. el abandono de todo. la
destniccf6n de las naciones que el azar ha hecho caer en ~ u ma- s
nos, Y la suya Propfa. La perezaw es consecuencia del orgullo: el
trabajo se derlva de la vanidad: el o m l l o de un espalíol le i d u .
clrá a no trabajar. mientras que la vanldad de un franeCs le estlmu-
larA a trabajar mejor que los demb.
Toda nacldn peremsa es solemne. pues los que no trabajan se
consideran soberanos de los que trahajan.
Si examinamos todas las nadones, veremos que, en la mayoña,
van a la Dar la solemnidad. el orgullo y la pereza.
-
m U-
---
DEL B

L u pueblos de Achimla rrui altivos y p e r m ~ las


que no Uenen d v o s alq&
~ ; pemm
y Uemr dos Ubras de a r h . pues se d a n deshonrados si
ellos mlmos.
Usv lunres
-- en la Uerm don& los hombres se dejan crecer las
u~ como & n o de que no Vabalan.
F

uno, aunque 8610 sca para dar den

Lui mujeren indlasm creen que es vergonxoso para ellas apren.


P DE~LAS L E E S 2 15

&-r a leer: dicen que eso es ccaa de los eselavos, quienes entonan
d n U w en la. psgodas. En una casta no hilan. en otra no hacen
,n4a que cestos y esteras. y nl siquiera pueden machacnr el arroa.
en ovas no pueden ir a buscar agua. El orgullo establece reglas
que hay que segulr. No es necesario decir que las cualidades mora.
lee tienen efectos dfstlntos si van unidae a otras: así, el orgullo,
.>nida a una pran ambicl6n, a la grandeea de ideas, eM., produjo en
mma lo. ef& ile todos conocidos.
X: Del corbctm de los espatbks u de los chinos.-loe dl-
caracteres de las naclones son una mezcla de vlclos y vlrtu-
des. de buenas y malas cualidades. Las mezclas acertadas son aque-
Uas de las cuales resultan grandes beneficios. con frecuencia insos-
pechados. De otras. resultan grandes males. tambien insospechados.
La buena fe de lo. espafíoles ha sido famosa en todos Ids tiem-
pos. J u s t i n o ~nos habla de su fldelidad para guardar los deldsl-
tos: a veces. 8e han dejado matar por mantenerlos en secreto. La
fldelldad que tenlan antiguamente la conservan aún hoy. Todas las
nadones que comercian en Cádlz confian su fortuna a los espafloles
y nunca se han arrepentido de ello. Pero esta cualidad admlrable,
unida a su pereza. forma una mezcla de la que resultan efectos per-
nidosos: y asf, ante sus propios ojos, los pueblos de E m p hacen
todo el comerdo de su m o n a d a .
El carácter de los chinos está constituido por otra mezcla que
contrasta con el carácter de los españoles. Su vida preearla lss les
da una actividad prodiglosa y un deseo de gananda tan desmedido
que ninguna nación comerdante puede fiarse de elloslee. Esta In-
fidelidad reconoelda les ha conservado el comercio con el Japón;
ningún n-lante de Europa se ha atrevido a hacerlo en su nom-
bre, por muchas fadlidadee que haya tenido para emprenderlo por
sus pmvindas marítimas del Norte.
Cnrfmw XI: Reflezi6n.-No he dicho esto para dlsminulr en nada
la disianda infinita que hay entre los vidos y las virtudes, ¡no lo
qulera Dios! S610 he querldo hacer comprender que, no todos los
vldw poiítleos son vlcios morales. y que no todos los vicios morales
m. vldos polliieos, cosa que no deben ignorar los que hacen leyes
opuema al espíritu general.

"S V ( U DA"- l.111.


1- cwlm dUka11". ml&bll 12. DAS. 6Q.
nr ub. XLIV. up. 11.
1. A C."., de 1. ,"l"IYIIIY &l c1ellms Y de1 u-
~nP. DI HALur. 1. n.
cufnno XII: DI los hdMtos u de las costumbres en el estado des
p6tlco.-Una W m a capital es que no se deben cambiar nunfs Iis
mstumbres y los habitos en el enido de&tico, pues nada &O
narh m& r6pldmnente una revoluci6n. Y es que en los estad- ds
~ 6 t f c o no
s hay leyes. por as1 declr. slno 8610 costumbres y Mbltos;
S1 destruimos éstas acabamos con todo.
las leres se dictan. las costumbres se inspiran; esteo dependen
mes csplritu general, aqu6llas dependen de una lnstitud6o
palllC~Iar; ahora blen: trastomar el espíritu geneml es Unto o
más pellsraso que camblar una lnstltucl6n particular.
En los países en que cada cual, ya sea como wperlor o como h.
ferlor. ejerce Y sufre un poder arbitrarlo, hay menos trato personal
que en aquellos en que la libertad reina en todas las condiciones.
Camblan menos las costumbres y los hábitos. de modo que su c o m
tancia las hace mas semejantes a las leyes. Por eso es mas n.-
rlo que en cualquier otro pals. que el prlnclpe o el legislador no se
opongan a los hebitos.
En dichos países las mujeres esten por lo comiin encerradas y no
tienen que dar el tono. En los demas paises en los que alteman
con los homl>res, se cambia continuamente de h6bltos por el deseo
que tfenen de asradar Y por el que se tiene de agradarlas. A m b
sexos salen perjudicados. perdiendo uno y otro su cualldad dlsun.
tlva Y esenelal; se hace arhltrarlo lo que era absolJto y los hábitos
camblan a dlario.

CAPITULO XIII: De los hdbitos de los chinos.-En Chlna los Mbltos


so11Indestructibles. Aparte de que las mujeres viven absolutamente
separadas de los hombres, los h6bltos se ensefian en las ewuelas, asl
como las costumbres: se conoee a un letradomo por la manera des.
envuelta como hace la reverencia. Dedas estas cosas como precep
tos por graves doctores. se fijan como prlndplos de moral y ya no
camblan.

C ~ r í í u mXIV: Medios naturales de cambior 2aa costumbres y br


hdbitos de una naci6n-Hemar dicho que las leyes e m imtitucf+
nes prttculares Y expresas del legislador. y las costumbres y Mbl.
ios, Instltudones de la nad6n en general. De ello se deduce que para
camblar las costumbres y los hlbltos no se debe usar de las ley-
Pmcedlmlento que parecería demasiado tlñnlco. sino que vale mls
camblarlas por otras costumbres y otros Mbltos.
As& cuando un prfndpe quien reallzar grandes uimblos en su
nad4n. reformará por medio de leyea lo que e e s t a b l e por &
leyes. Y camblañ Por medlo de costumbres lo que está eatableddo
m las costumbres. Es mala polltlca cambiar por las leyea lo que
debe aer cambiado medlante nuevos M h l h .
La ley que obllgsba a los momvlUs a m la barba y los
vealdos. Y la vlolencla de Pedm 1 que m d d eortsr W las m
dUlPs los traks l a g a de los que entrabm en las dUd.dm an
Urlnicur Hw medios para impedir l a d d l b : non las phnu; IW
w también para hacer amblar los Mbltm: san los elemplos. L.fa.
dl~dady rapidez con que &a nad6n .e ha c~villsudo.h. motwado
quedlchoprndpetealaunaopln16ndeMsiadobalPde~~que
auellos p u e b b M eran mimaes como él dech. Los meüh v b
o obleto, M-
ienm que empleó eran inOtües, y habría c o ~ l d su
m&. miPlcPndo la dulnirp.
El mfimo pdndpe exprlment6 la fadlidad de aquellos cambios.
LIPm6 a la Corte a las mujeres que vlvlan encerrndps y en dertc
modo como esclavas; Ipr hi!m vea* a la aibmaua y la^ envhba te
fldo~.ELLar Wtsrosi de un modo de vida que halagaba su pusto, ni
ianldad y nui psdones, y lo hldem probar a los hombres.
Lo que mls fadlit6 el camblo fue que las costumbres de enton
ns no eran propiia del clima, slno que habían &do intmduelbas por
la mezcla de las nadones y por las conquistan. Al dar a una n a d h
de Europa las costumbres Y hlbitos de Europa, Pedro 1 eneontrd
fadlidades que no esperaba. El Imperio del clima es el piimero de
todos los I m m .
Asl, pues, no newitaba de leyes para cambiv las costumbres
y im MMtm de su naci6n. slno que le hublera bastado lmwirar o ~ i s
eatumbres y oirca Mbltos.
En general, lar pueblos están muy apegados a sus eastumbres;
quitárselas violentamente es hacerles desdichados. Por eio no hay
que eamblarlas. nino Inducirles a que las eamblen ellos mlsmos,
Toda pena que no derive de la necesidad, es tiránlea. La ley no
es un ~ u r oPeto de poder; las fmas Indiferente6 por su naturaleza

CAPITWW X V : Influencia del oobiemo dmn4stico en la poUtica.-El


camblo de las costumbres de mujerea lnflulrá sln duda mucho
en el Gobierno de Moecovla. Todo va unldo estrechamente: el des-
potismo del príncipe va unido naturalmente a la aervldumbre de las
mujeres; la libertad de las mujeres. al espíritu de la Monarqula.

CAP~ULO XVI: Algunos la#isladmes h n confundida los principios


que gobiernan a los hombres.-las costumbres y los hebitos non usos
que las leyes yo han establecido, porque no han podido o porque no
han querldo establecerlos,
La diferenda entre las leyes y las costumbres estrfba en que las
leyes reeului los actos del ciudadano, mlentras que las costumbres
regulan los actos del hombre. La düerenda entre las costumbres y
los Mbltos conslste en que las primeras miran m6s la conducta In-
terior, Y las otras, la exterior.
A vecea eetas cmasm se confunden. en un Estado. l c u r g o hizo
un mlsmo pa las leyes. las costumbres y los hábltos. y lo
mismo hlderon Los lesidadores de la China.
No hay que extraiiane si los legisladores de Lacedernonla y de
la China confundieron las leyes. las costumbres y los hábitos. pues
las eatumbma mpreentan a las leyes y los Mbltos representan a
IPs ~ u m b r e s .
m leglaladoren de Chlna tenlan como prlnffpal d j e u v o la trsn.
qullldad de su pueblo. QUvfan que los hombre, se mq.
cho. que cada uno fuera consdente a cada mo~iientode lo m e
que debia a los demás, Y de que no habla nh#ii ciudadano que no
dependiera en &o de otro. Por em dieron a h a rgha de civismo la
mMma exte~l6n.
Asl los habltantns de Loe pueblos chlnwm observan en& II ee-
remonias como las que obarvan persow de W c M n elevada; m d o
muy adecuado para INPlrar la dulzura, mantener la p a y el buen
orden en el pueblo Y acabar con todos los vicios que proceden de 1.
dureaa del esplritu. En efecto. exlmlree de las re#h de clvbm, jno
es buscar el medio de dar risnda suelta a iodos Los defectos?
El civismo es mejor a este respecto que in eortos5s. EDtP ha-
los vlcios de los demás, mlentras que el civismo nos Impide saesr
los nuestms a la luz: es una barrera que los hombres ponen e n m
si para evltar la m u p d 6 n .
Llcurgo, cuyas Instituciones eran duras, cuando modeL6 los h$.
bltos no tuvo por objeto el clvlwo, sino aquel espírltu bellmeo que
quería dar a su pueblo. Hombres que no cesaban de corregli. o de
ser megldos, a le no cesaban de lnstrulr o de ser htmldos. m.
clllos Y rlgldos eri la m l w a medida. practicaban en* sl las vlrtudes
mis que las atenciones.

CAP~TUU) XV11' Propiedad particular del Gobierno de Chino.-h l e


gisladores de la Chlna hiele o n mas ailn m :conlundlemn la rel&í6n,
las leyes, las costumbres 5 los hebltoa Todo reuní& oonstltuúi la
moral y la vlrtud. Los preceptos que se referlan a los cuatro p u n b
dlo lugar a lo que se llaman rltos, en cuya obarvancla exacta estriba
el triunfo del Gobierno chlno. Se aprendian durante toda la juventud
y se practlcabn durante toda la vida; los letrados los emflaban y
los magistrados Loe predicaban, Y como abarcaban todos los setoil m e
nudos de La vida. la China estuvo blen gobernada cuando se encontró
el medio de hacerlos ohaewar risumsamente.
Dos eosas eonsieuleron erabar fáclimente los ritos en el corubn
y el esplritu de los chlnos: una es su wcrltm extrnordhrhmente
complicada,' que hace aue dumnte uran parte de la vida el a p M t Ü
se ocupe única mente^ de eatoe rltos. ya que hay que aprender a
leer en los llbms y por los llbms que los contienen. ia otra madltc
en que. como los precepúm y l a ritos no tienen mda de e#pirltiul.
sino que son simplemente reglas de la pr&h común, a m(. f&ü
convencer e lmpreslonsr con ellos los es&tus, que no con algo In-
- --
W-.
wtllal
Lai prlnclpes que gobernaron por la hiena de los a u p u e i ~ ,en
lugar de hacerlo por los ritos. pr8iendleron que Loe auplldos d.
gulersn lo que no ee.iá dentro de su poder. a dair. crear c c d t u m h
Los s~$pllclosaprtar6n de la &edad a un cludadano que quebmtti
las leyes, por haber perdí& ha Eastumbrw; m sl todo el mundo

.U v(ir el P. Dci II.U D.nMh & u ML t. II.


.u VC- 1- Ilbni dli*oi d. loi piu el P. m. R.u m bm Y i r i l m m2.m
" P i . * u u c b m ~ ~ ~ . * ~ . u * u . u r ) o , .
d d "b.
I
DEL EIPIRmr DE LAS LEYES 2 19

,,j perdldo las rostuml>res. ilograten restablecerlas? Las suplidos


e n contener muchas Consecuencias del mal general. pero no co-
d r á n dlcho mal. Por eso. cuando se abandonaron los princlplos
Goblerno chlno. cuando se perdió la moral, el Estado cayó en la
*mula y sobrevlnleron las sublevaciones.

Wuir, XVIII: Consecuencia del capitu2o precedente.-De ello re


ta
,l que la China no sus leyes por las conauistas, porque
los hábitos, las costumbres, las leyes y la rellgi6n una misma
no puede camblarse todo a la vez. Y como es preciso que el
o d vencido camblen, en Chlna slempre tuvo que cambiar
el vencedor: pues no siendo las costumbres de este equivalentes a
,u. hábitos, sus maneras a sus leyes, nl sus leyes a su relipión. re-
sultó más fddl que el vencedor se amoldase poco a poco al pue
blo venddo.
De ello se s&ue tamblbn algo muy triste. y es la casi imposiblli-
dad de que el crlaUanismo se establezca nunca en China m.Las yo.
m de vlrghidad, las asambleas de mujeres en las @lesias, su cm
municaclón necesaria con los mlnisvos de la religión, su participa-
d6n en los sacramentos, la confesión auricular, la exiremaunci6n, el
matrimonio con una sola mujer, iodo es contrario a las cnstumbres
y a los hábitos del pals, y va a la ves. contra la relkl6n y contra las
1w-
Por la caridad. el culto públlco y la parUcIpad6n en los sacramen.
m, la religión erlstlana parece pedk que todo se una, mlentras que
los ritos de los chinos parecen ordenar que todo se separe.
Y como hemos visto que egta separaclónm va en general junto
m el espúitu del despotismo, encontraremos en esto una de las
sone es por las cuales el Goblemo monárquico, asl @amo cualauler
otro Gobierna moderado, se alían mejor nn con la religión cristiana.

CnrfiyLo XIX: C61no se ha conseguido en Chlna la unión de lo reli.


d h , laa Icyer, las costumbre8 y los hdbitos.-los IeBisladores de la
China tuvieron como objeto principal la tranquilidad del Imperio;
la nibordimción les pared6 el medlo mán apropiado para manw
nerla Con Wta Idea pmsnnn en inspirar el respeto por 106 padres. Y
reunleron para ello toda8 sus hienas: dlspueieron una Infinidad de
rltos y de emnonlas para honrarlos durante su vida y después de
su muerte. Era Imposible no veme lndlnado a honrar a los padres
en vida. honI'ándolos tanto despuéi de muertos. La8 ceremonlsll para
con la pudtw difuntos se relaclonaban mas blen con la rel&íón;
IP. ceremonias para con los padres vivos se relaclonabsn mán con
h a leyes, ha costumbres y los hábitos, pero todo ello eran partes
. de un mbmo c 6 d b muy exienm.
El -.peto por la padrea Iba necesariamente Ilgado a todo lo que

-
lea representaba: la andanos. los maestma, la( maslsuados, el em-
pe~dor.El reopeto ~ o lasr padres suponh el amor por los h W . Y
por wn8@ulente la mlsma redpmcldad de los anclanos p r a con los
U vcu UI uu loi D
-I cIIU>O. en 10. d m qw
u WUu. rrini.mm ion<.# dV<nmtr#. &&6n
r i i V C ~.I ubn IV. "p. III. Y el 11b. XIX. cip. XIII.
XVnI.
u ~ sir vhi. d ubro xxw, C ~ Din d. u obn.
idvenes. de los magistrados para con los que les estaban sometida
del emperador para con sus súbditos. Todo esto fonnaba los rita
Y éntm constltulan el esplritu general d e la naclh.
Vamos a ver ahora la relacidn que pueden tener con la -tu
ciún fundamental de la China, las meas que psrefen mis indlferen
tes. El imperio está formado sobre el plano en que se gobiem um
familla. Si dlsminwe la autoridad paterna o sl se suprimen las
remonlas que expresan el respeto que se le tiene. debilitaremos e
respeto por los masistradas. a quienes se considera como p a h ,
los magistrados ya no cuidarán Igual del pueblo,. a quien deben con
slderar como hUo; la relacidn de amor entre el príncipe y las súb
ditos se perderá tamblhn poco a poco. Suprlmir una de estas prlc
tlcas supondria un trastorno para el Estado. Es m e r e n t e en d
que todas las maüanas la nuera se levante para cumplir tales O cua
les deberes para con su suegra; pero si se considera que estas piáo
tlcas externas recuerdan sin cesar un sentimiento que hay que im.
primir en todo. los corazones. Y qoe van a formar el esprritu que
gobierna el imperio. quedar& patente la necesidad de que tal aeeibn
particular se &e.

CAP~UW XX: ~ 1 i c O c : ó nde una pmadojd & los chinos.-lo m i s


sineuiar es que los Chinos. cuya vida este enteramente dirlglda por
los ritos, son. sin embargo, el pueblo más falaz de la tierra. Esto se
hace patente mbre todo en el comercio, que no ha mido nunca iris-
pirarles la buena f e que le es Propia. El que compra debe llevar=
su PmPk b a i a ~ PYe8
. cada mmader Uene tres: una fuerte para
otra I k m para vender Y otra justa para los que estln
mbre aviso. Creo que puedo explicar eaa contradieefh.
Los leglstadores de Chlna perseeufan dos obJeUvar: p r e t e n a
que el pueblo estuviese sumlm Y t ~ ~ ~ q u fyl oque, fuese lab-
e industrioso. Por la naturaleza del cilma Y del terreno su vlda es
PrecPrfa. Y pueden asegursrla a fuerza de Industria y de t r s w o .
Cuando todo el mundo obedece Y trabaja, el Estado g m & uno
feiir dtuscl6n. L a nece8idad Y q u l ñ la naturrilm del c l l m hp &o
a toQs M chinos una hunense avidez por las msnelas. que b
l e y a no han Intentado contener. se pmib toa0 eurndo tratiba
de a a W r por la violencia, pero se penniU6 todo cuan&, ae -taba
de obtener con artificio Y con hablll.il NO ami-~l. pum ia
moral de M chinos con ia de los europeas: en China cada cual debe
eatar atento a lo que le a útil; si el Mbdn euid. & w liitereq
el que ha rido t h a d o debe pensar en los suya En Laeedemmila .e
&tia robar; en china se permite engallar.
Cdtm.0 XXI: Cómo deben r e b c b n m e laa lwes con hs .m--8
u ios MMtoa.-Sdio llNner in6ütudmia dnmmea oonhmda sd
nitunimente rrPMdU -o son um -1 lp.
1osMbitcd; pen,aunqueertCnlegandailnodelindeWnlventisg
d (puiQci -U.
~~mpia&ldn.1lp.leyaquehabfa~aloa.tarical
%
ena~melaqalo~uersrponpM : hb.d.~lumckra
DEL ESPlRíN DE LAS UYET 22 1
que &ím mportar." Hermossl w l a b ~que ' ~ deberían oír todos loa
l&aaonS. Cundo ia sabldurís divisi dijo ai pueblo IudIo: "O. he
&do piffeptos que no m n buenos". q u e ~ í ade& que dlo eran b u e
nos nlatlvamente. lo cual es la eaponf. que borra toda8 Iss diflcul-
t a e s que se puedan poner a prop6sito de lar l q e s de Mol&.

~ p f m u XXII:
, Continuud6n del miano tema.-Cuando un pueblo
tiene buenas d u m b r e s . las leyes se IdmpUflean. Plat6n dics que
rnamante. gobernante de un pueblo en extremo rellpioso. des--
todos LOB prucwx rlpidamente. s610 con recibir el juramento so-
bre d a punto de la aeusacidn. Pero el mimo Plaidn dlcealo que
cuando un pueblo no es religioso. no se puede usar del juramento
que en el caso en que el que iura no tenga intereses, como el
juez o los tesuga8.
.
c d m m XXIII: C6mo las leyes dipuen a las costumbres.-En los
ttemws en que las costumbres de los m a n o s eran puras. no habla
ninguna ley especial contra el peculado. Cuando este dellto hiw su
aparlcldn, se le consider6 tan infame que se vda como un gran cas-
tigo estar condenado a restituir 211 lo. que se habla tomado: PNeba
de ello es el juicio de Eselpih n?

C ~ p f ~ uXXIV:
u, Continuaeión del mismo te?na.-Las leyea que dan
la tutela a la madre atienden mas a la comewacidn de la persona
del pupilo; Las que la dan al mPa pr6ximo heredero atienden más a
la msewacidn de los blenea En los pueblos de costumbres Mtmm.
pidas es mejor dar la tutela a la madre, pero en aquellos en que las
leyes pueden confiar en las costumbres de los ciudadanos, se da la
tutela al heredero de los blenes o a la madre. y a veces a los dos
juntos.
Si reflexlonamos mbre las leyes romanas encontraremos que SU
espfritu es conforme a lo que dlgo En la 4pwa en que se hiw la
ley de las Doce Tablas. las costumbres eran admirables en Roma.
Se mcedla la tutela al prlente mPs pr6xlmo del pupllo. pensando
que la carga de la tutela debía recaer mbre p ~ u e lque m tener
la ventaja de la sueesl6n. No se pensd que la vida del pupilo corrlera
peligro, aunque estuviera en manos de Wuel a qulm su muerte
debía aprovechar. Pero a n d o las costumbw cambluon. Los le&
ladore. cambiaron igualmente de modo de pensar. "Si en la suiltltu-
c16n pupilardlcen Cayona y J u s t l n l a n o ~ ~ L etestsdor
l teme que
el Buslituido tienda trampa al pupilo. puede dejar al descubierto la
sustltucldn vulgarm y poner la pupilar en una psrte del testamento
que no podrá abrlrac más que pasado cierto tiempo!' Eran temores
y precauciones denconocldos para los primeras romanos.
iu m IU Ln". Ilb. XII

lcl
CAPITULO XXV: Cont<nuaci6n del mismo tema.-la ley romana daba
libertad para hacerse regalos antes del matrimonio. pero despues ya
no los pennitia. Ello se basaba en las costumbres de los romanos,
movidos al matrimonio por la frugalidad, la sencillez Y la modestia,
pero que podían dejarse seducir por los cuidados domesticos. las
satistacciones y la felicidad de toda una vida.
La ley de los vLsogodos 216 disponla que el esposo no pudlera dar
a su futura esposa miís de la decima parte de sus bienes, y que no
pudiera darle nada durante el primer año de su matrimonio. Ello
derlvaba tambien de las costumbres del país: los legisladores q u e
rian acabar con la jactancia española, que tiende iinicamente a la
liberalidad excesiva en los actos de lucimiento.
Los romanos evitaron con sus leyes algunos de los inconvenien-
tes del imperio m86 duradero del mundo, que es el de la virtud; los
españoles. con las suyas, querian impedir los malos efectos de la
tiranla más frágil del mundo, que es la de la belleza.

CAP~~JLO XXVI: Continuación del mismo tema.-La ley de Teodoslo


Y de Valentiniano 217 tomó las causas del repudio de las antiguas tos-
tumbres2la y h8bitos de los romanos. Entre estas causas incluyó la
acci6n de un maridoZis que castigase a su mujer de manera indigna
para una persona nacida libre. Dicha causa fue omitlda en Las leyes
siguientes2m porque las costumbres habían cambiado a este respec-
to: los usos de Oriente habían sustituido a los de Europa. El primer
eunuco de la emperatriz. mujer de Justiniano 11, la amenaza, según
dice la historia, con el castigo que se impone a los niños en las es-
cuelas. S610 podemos imaginar rosa semejante si pensamos en cos-
tumbres establecidas o en costumbres que intentan establecerse.
Hemos visto cómo las leyes siguen a las costumbres; veamos
ahora cómo las costumbres siguen a las leyes.

CAP~TULO XXVII: Cómo pueden contribuir las leyes a fonnar las cos-
tumbres. los hdbilos u el cardcter de una nación.-las costumbres de
un pueblo esclavo son parte de su esclavitud; las de un pueblo libre
son parte de su libertad.
En el libro Xlni he hablado de un pueblo libre y he expuesto
los principios de su conSUtuci6n; veamos ahora los efectos que han
debido producirse. el carácter que se ha formado y los habitos que
resultan de M
~ ~o.ello
~ --
No niego que el clima haya dado lugar en gran parte a las leyes,
las costumbres y los hábitos de esta naclón, pero afinno que dichas
costumbres y hBbih deben tener gran reiaci6n con sus leyes,
Habría en dicho Estados dos poderes visibles: el legislativo y ei
ejecutivo; todo ciudadano tendria su voluntad propia y haria valer
su Independencia a su antojo; asl, pues. la mayor parte de los ha-

s,. Llb. 111 tlt, 1 # h


"7 L. 8 . cm. de &dtl#.
11. Y a C ley de las Doce Taaln.. VCaic Cirrn6~.Seoundo FUfp&o, esp. ~ I X .
81 YrrbrvIh<.. quor ln#rndi d f ~ n n~ n t .mddktentsm mobv.r<t.
'* En I i Noorla CXVII. cap. XIV.
CID. VI.
DE.! ESPlRrm DE LAS LPYES 223
biwúes del ppls moaWaTta por uno de los podens máa afecci6n que
por el oM, ya que La m o r l a careee de la equidad y entendimiento
n m r i o s para estimar a ambos en la mlmna m d d a .
Disponiendo elm d m t l v o de todo. los empleos, godriP ine-
,war grandes eaperanxu pero nunep temores. y ad todos los que
&tuvieren algo de él se pondrlan naturalmente de su ~srie,de InodO
que d i o podrIa ser atacado por los que no esperan nada de él.
m pasiones gozan de entera libertad; el odio, la ehvidla, los
celos y el ansia de riqueza o diiltlndón se mostrarlan. pues. en toda
extensión; Y ello no fuera aiñ, el Estado se encontraría como
un hombre abatido por la enfermedad sin pasiones. por falta de
fuerzas.
El odio que existiera enVe ambos m d o s durarla porque siem-
pre sería Ineficaz.
Como ambos partldos astarian Intwrados por hombres libres. al
destacarse demasiado uno de ellos, el esplritu de libertad le haña
decaer. mientras que los ciudadanos, como manos que SOfQrren al
,u-, acudirla a levantar al otro.
&da particular, usando de su independencia, seguiría sus caprl-
chos y fantasíasy cambiarla a menudo de partldo. se abandonaría
uno, dejando a todos los amigos, pera unirse a otro. donde se en.
contraris a todos los enemigos; Y ard en esta nad6n se podrían ol-
vidar con frecuencia las leyes de la.ambtad Y las del odio.
El monarca estaría en el mismo caso que los particulares. En
contra de las miíxlmas ordinarias de la prudencia, se verla frecuente-
mente obligado a dar su confianza a los que miís le hubieran contra-
iiado y a retlrar su favor a los que mejor le hubieran servido. ha-
ciendo por necesidad lo que otros PrInCipes hacen por facultad de
elección.
s e teme ver esapar un bien que se percibe, que apenas se conoce
y que nos pueden disimular; el temor abulta siempre los objetos.
El pueblo se inquietarla por su situación y le parecería e@ en
p e l m . hasta en los momentos de mayor seguridad.
Ademis, los que se opusieran con mis fuerza al poder ejwtivo.
al no poder confesar los motlvos interesados de su ow-dción. acre-
centarían los temores del pueblo, que nunca sabría con exactitud si
c o m peligro o no. Pero esto mismo contribuiria a hacerle evitar
los v d a d - peligras a que godriP estar expuesto en lo sucesivo.
pero como el cue~poleglslaiivo tiene la confianza del pueblo Y
estP mPe instruido que 61, podría hacerle abandonar las malas h
presiones adqulridan y calmar sus reacciones.
E a es la gran ventaja que tendrla este Gobierno sobre las de-
,-& anWguas, en las cuales el pueblo detentaba un poder in-
mediato, pues cuando los oradores lo agitaban. dicha8 agitaciones te-
nlan siempre emiseeuencb.
De este modo, aun cuando los temores inspirados no tuvieran un
objeto definido, no producirían m8s que vanos clamores e injurias.
y hasta tendrían el buen efecto de tensar todos los m R e s del G e
bierno y despertar la atención de todos los ciudadanos. Pero si Sur-
gieran con ocasión de la revocación de las leyes fundamentales. S e
rian sordos, funestos, aVoces y producirían catástmfes.
Pronto sobrevendrla una Calma tremenda durante la cual todos
se cdigarlan contra el poder violador de l- --.
as.levea
En el caso de que las inquietudes no tengan objeto definido, si
alguna potencia extranjera amenazase al Estado y le pusiera en
peligro de perder su fortuna o su gloria. todos se pondrjan a favor
' I del pcder ejecutivo, cediendo los pequeíios Intereses ante los ma.
YOres.
Si las dlsliutas Sugieran a p r o ~ l t ode la violacl6n de las leyes
fundamentales Y apareciera una potencla extranjera. habrla una re-
volucl6n due no cambiarla la forma del Goblemo ni su constitución,
pues las revoluciones originadas por la libertad no son más que una
confirmaci6n de la libertad.
Una nacl6n llbre puede tener un libertador; una nacl6n oprimlda
no puede tener mds que otro opresor. pues todo hombre que tiene
fuerza sufldente para ex~ulaaral que es Ya duefio absoluto de un
Estado. la tiene tambien para llegar a serlo 4 mismo.
Para gozar de llbertad es preclso que todos puedan manifestar su
pensamiento; lo mbm0 se necesita para conservarla: un ciudadano,
en este Estado, diría Y escribirla todo cuanto las leyes no le hayan
prohibido expresamente decir o escribir.
La nad6n. en continuo entusiasmo, podría conducirse por sus pa-
siones más f6dlmente que por la razón, que no produce nunca gran-
des efectos sobre el animo de los hombres. Serla fácll para los que
la gobleman lanzarla a empresas contrarias a sus verdaderos inte-
reses.
Esta nadón amarla prodigiosamente su Hbertad porque dicha 11.
bertad serla verdadera. Y Podrla ocurrir que, para defenderla, sacri-
ficase sus bienes. su comodidad y sus intereses, que se cargase de
impuesta durlsimos, tales que el Prlncipe más absoluto no se a t r e
verla a Imponer a sus sdbdltos. Pero como tendrla condenda cierta
de la necesidad de someterse a ellos, pagarla con la esperanza bien
fundada de no pagar mds; las cargas serlan m68 onerosas que la
impresión que pmducirlan. mlentras que en otras Estados dlcha im-
presión es infinitamente mayor que el mal.
OozarIa eaia nación de un crédito seguro porque tomarla prestado
de si m i m a y se pagarla a si misma. Pudiera ocurrir que acometiese
empresaa superiores a lo que le permitieran sus f u m a s naturales,
Y que emplease contra sus enemigos inmensas rlquezaa flctlclas que
la confianza Y la naturaleza de su Gobierno convertlrlan en reali.
dades.
Para conservar su llbertad tomarla prestado de sus súbditos, y
€&m. que ve- su d d l t o perdido si la nación fuese conquistada,
tendrian nuevo modvo para esforzarse en defender su libertad.
Si esta nación estuviera situada en una isla no sería conquistad^
ra, porque las conquistas separadas la debilltarlan. la seria a h me-
nos si el terreno de dlcha isla fuese bueno, porque no necesitarla
de la guerra para enriquecerse. Y como ningún ciudadano degenderla
de otro, cada uno atenderla mds a su Hbertad que a la glorla de al-
Bunos ciudadanos. o de uno solo.
Se considerarla a los g u e r m camo hombres que desempeflan
un oflclo Ot11 Y a menudo pellgmso, como hombres cuyos servicios
_--.....----
*, aara la miama nad6n. y se tendrían en m68 coddera-
s
i
1 .-eV- --
a ~acualidades dviles.
nación. que pmsperaría con la paz y la libertlhd. liberada
n 1 de los prejuicios desuuctores. tenderla a hacerse comerciante. SI w
r Wera alguna de la8 materlas primas que sirven para hacer cosa8
que la mano del obrera eleva de predo, Dodria preparar instaiacie
a~ropiadaspara disfrutar de ese don del clelo en toda su ex-
s
,
C si&.
SI esta naclón estuviera situada hacia el Norte y d dlspusi@a
& gran número de mercsndas supemuPs. necesitando. por otra par.
te, gran cantidad de mercanclas que su cllma no &a darle. se
dedicarla a un comerclo necesario, pero grande. con los pueblos del
Sur; y escogiendo a los Estados que quisiera favorecer con un eo-
mereto ventajoso, hada tratados redprmmente Otlles con la nación
que hubiera escogido.
En un Estado donde, por una parte, la opulencia serla grande.
y por oira los impuestos excesivos. no se podría vivir sin industria,
dlsponlendo de una fortuna Ilmltada. Mucha gente. con el Pretexto
de viajes o de salud, se desterrarla e Iría a buscar la abundancia
hasta a los paises de la esclavitud.
Una nad6n comerciante tiene una cantidad prodigiosa de peque.
nos intereses particulares, por Lo que puede lastimar Y ser Lastimada
de una infinidad de maneras. Se ha& sumamente celosa: se afligi.
rla por la prosperidad de las demes, más de lo que disfruta de la
suya propia.
Sus leyes. en todo lo demds moderadas Y fáciles, podrlan ser tan
*idas respecto al comercio y a la navegaci6n. que pareceda que
a610 negociase con enemigos.
Si esta naclón envlase colonias a tierras lejanas. lo harla más por
extender su comercio que su domlnacl6n; y como gustarla establecer
en otros lugares lo que se ve establecido en la Wopia patria. esta
nacidn darla al pueblo de sus colonias la forma de su propio Gobier.
no: camo este Gobierno lleva consigo la prosperidad, vedamos for-
marse grandes pueblos en las selvas donde estableciese sus colonias.
Podria ocurrir que hubiese subyugado en otro tiempo a una na-
ción vecina, la cual. por su situación. excelencia de sus Puertos Y
naturaleza de sus riquezas, le hubiera dado envidia; pero aunque La
hubiese dado sus leyes. la mantendrla en una gran dependencia. de
manera que los ciudadanos serían libres, pero el Estado setia es-
clavo.
El Estado conqulstado gozarla de un Gol~iernocivil &celente.
pero estaría abrumado por el derecho de gentes, Y le Impondrlan
leyes de naci6n a nación tales. que su p-perldad serla Precaria Y
estarla mlamente en dephito para un dueno.
Si la naci6n dominante habita una gran isla Y este en posesi6n
de un gran comercio. tendrla tada clase de facilidades para poseer
fue- marltlmas; y como la conservaciOn de su libertad repuerirla
que no tuviese ni plazas, ni fortnlezas. ni ejercito8 de tierra. neee-
sitarla un ejéirim de mar que la defendiese de las invasione~.SU
marina sería superior a la de las demds potencias, las cuales. tenien-
do que emplear sus rentas para la guerra en tierra. no tendrlan bas-
tante para la guerra en el mar.
El imperio del mar ha dado siempre un orgullo natural a los pu*
blos que lo han poseído. porque sintiendose capees de insultar p
quien sea, creen que su poder no tiene mBs que los Umites del
&ano.
Esta nación podrfa ejercer gran influencia sobre los asuntos de
las naciones vecinas. pues como no emplearla su poder para m.
qulstar. todas buscarlan su amlstad Y temerlan su d o m i s de 10
que parecen permitirlo la inconstancia de su Gobierno Y su agltaci6n
interior.
Así, el destino del poder ejecutivo, serla el estar siempre alerta
en el interior y ser siempre respetado en el exterior.
Si ocurriera que esta nación fuese en alguna ocasión el centro de
las negociaciones de Europa, procederla en ellas con algo m& de
probidad Y de buena fe que las demás naciones, ya que las neg*
ciaciones no podrlan mantenerse en secreto, pues sus ministros esun
obligados a justificar su conducta ante un consejo popular. viendose
por ello forzados a ser un goeo mis honrados a este respecto.
AdemBs. como serían en cierto modo responsables de los acontp
cimientos que una conducta desviada pudiera ocasionar, lo m& se.
guro para ellos seria tomar el camino mBs recto.
Si los nobles hubieran detentado. en otro tiempo, un poder inm*
derado en la nación, y si el monarca hubiera encontrado la manera
de rebajarlos para elevar al Pueblo, el punto de extrema servidumbre
habría estado entre el momento de decadencia de los grandes y aquel
en que el pueblo hubiera empezado a darse cuenta de su poder.
Podría suceder que si esta nación hubiera estado sometida anti.
wamente a un poder arbitrario. hubiera conservado el estilo en va.
rias ocasiones. de manera que sobre el fondo de un Gobierno libre
se verla a menudo la forma de un Gobierno abwluto.
Respecto a la religión, como cada ciudadano tendría su voluntad
propia Y se conduciría por consiguiente semin sus propias luces o
según su fantasía, podrian ocurrir dos cosas: que cada uno mostrara
gran indiferencia por todas las religiones, fuesen del tipo que fuemn,
en cuyo caso todos se inclinarlan a abrazar la religión dominante,
O que se tuviera gran Celo por L a religión en ueneral. en cuyo caso
las sectas se multlpiicarian.
No serla imposible que hubiera en esta nación gentes sin religión.
O que. teniendo una. no quisieran soportar el que se les obligase a
cambiar la que tuviesen, pues sentirlan que su vida y sus bienes no
les serían mas propios que su manera de pensar, pues quien puede
quitar lo uno, puede tambien quitar lo otro.
Si entre las distintas religiones hubiese una cuya instauración se
hubiera intentado por la vla de la esclavitud. serla odiasa, pws,
como juzgamos de las cosan por las relaciones y accesorios que aria.
dimos, dicha religión no se Presentarla nunca a la mente junto con
la idea de Ilbertad.
Las leyes contra los que Profesasen esta religión no serlan san.
guinarias. pues la Iibertad no da lugar a este tipo de penas. pero
serían tan represivas que harlan todo el mal que es ponlble hacer a
sangre frla.
Podrla suceder que el clero tuviese menos m i t o que los demds
citidadanos. en cupo caso, en lugar de eximirse, preferirla soportar
r DEL @SPIRmr DE LAS LEYES 227

la. mmascargas que los laims y no fonnar d que un mismo


cuerpo, a este respecto. Pero como tratarle slempm de mel
del pueblo. se dlsünsUMa con una vi* mPa retlraa. una
@nduda más reservada y mstumbíe8 DuraBb
NO pudiendo el clero pmteeer a la religión ni ser
Dos
Y, hall6ndoae sin fuerza para obligar a nadie. trataría de I>er-
@.dir, y asl se verían saiir de SU pluma obras exCelnita d e
a probar la reveladón y la providencia del 8cr Supremo.
poMa ocurrir que se eludieran sus asambless Y que no quisieran
permitirle la c o d ó n de sus mlsmos abusos, ~refirihdoee.Dor
*]irlo de libertad, dejar la reforma imperfecta antes que soportar
;n clero reiormador.
as &nidades tenMan más fijeza que en otros lugares por for-
mar parte de la constituci6n fundamental. Pero, por atra parte.
este pds de libertad, los grandes se a m a d a n m8s d pueblo; los
o,s estarlan, pues. m6s separados Y las personas d w n f m
áidás.
LOS que gobiernan tienen un poder al que se da me*, Dor d e
,irlo así, y se rehace todos los dias: por esa tendrlan más conside-
ración por los que les son dtiies que por los que les dlvlerten. Así se
vedanPOCOS cortesanos aduladores Y obsepuiosos; en suma. no
existirla toda esa clase de gente que hace PWar a los grandes el
vaclo de su propio esplritu.
NO se estimaría a los hombres por talenta. o atributos ffivolos.
dnowr cualidades reales, que son s610 dos: las riquezas Y el mMto
&rsoinai.
nabrfa un lujo s6iid0, basado no 8610 en el refinamiento de la
vanidad, sino en las necesidades reales; Y no se bu& en las cosas
que los placeres que ha puesto en ellas la Naturaleza.
s e disfrutarla de muchas cosas supeñiuas, pero estarian m-
tas las cosas frlvolas: y como muchos tendrlan mBs bienes que ofa-
siones de gastarlos, los emplearlan de manera extravwante, de modo
que en esta nación habrá más ingenio que gusto.
~i estar todos ocupados en sus propios i n t e m . no exiswrla esa
corteda basada sobre el ocio; realmente nadie tendrla tiempo Para
ello =a.
La epoca de la cortesía de los romanos coincide c m la instaWa-
ei6n del wder arbitrario. El Gobierno absoluto produce el d o y este
da origen a la cofiesIa.
Cuantas m8s personas hay en una nación que necesiten tener mi.
ramientos entre sí y no causar mala impresión, m6s aumentar6 la
cofiesia. Pero lo que nos debe distinguir de los pueblos M r b a m es
la corteda de las costumbres más que la de los modales.
En una nación donde cada hombre participa a su manera en la
administración del Estado, las mujeres no deberlan casi ~ n v l v l rWn
ellos; asi, pues, serlan modestas, es decir, tlmidas, cualidad que cons-
tituirla su virtud; mientras que los hombres, no conociendo la
lanterla. se lanzarian a una vida de d a r d e n que les d e j d a toda
iu~ilbertady todo su tiempo.
NO estando hechas las leyes para un particular más que Para otro-
cada cuai podría coNdderarse como el monarca: los hombres en este
pprs señan confederados más que conciudadanos.
S1 el cuma hubiese dotado a muchos individuos de un esplrltu
inquieto Y una m n capaddad, en un pals donde la constitución hace
putlcipu a todo el mundo en el Goblerno y en los intereses polltl-
ar5 se hablarla mucho de wUUca; todos pasarian la vlda calculando
aauitecimlentca que. dada la naturaleza de las a>sis y el capricho
de ia fortuna. es declr, de los hombres. no estan sometidos a cálculo.
En una naci6n Ubre es con frecuencia indiferente que los par-
ticulares razonen blen o mal. basta con que razonen : de ahl nace la
libertad que pnserva de los electos de dlchos razonamientos.
En un Gobierno desp6tico es Igualmente pernicioso que se raro-
ne blen o mal: basta con razonar para ir contra el principio del
- - ..--
Pnhiemn
Muchas personas. que no se preocuparlan de complacer a nadfe,
se abandonarían a su modo de ser. SI la mayoria llenen lngenlo. su
mismo ingenio las atormentarla; wseldos del desprecio o el hastio
de todo serlan desdichados, aun teniendo tantos motivos para no
e.=?l"
Ninmin ciudadano temerla a otro, Y asi, esta nación serla altiva,
pues el oreullo de los reyes esta basado únicamente en su lnde-
pendenela.
Las naciones Ubres son soberblaa. las dem& pueden máa fllcllmen
te ser vanas. Pero estos hombres tan orgullosos a fuerza de vlvir
mucho en si misnios se encontrarlan a menudo entre gentes deseano-
cidas; serían timldos Y se advertirla en ellos caal siempre una macla
-
exuniia de cortedad v de ornulla
EI car6cter de ~ánaclón apareeeria sobre todo en las obras del
esplrltu. en las que verlamos personas lntxovertldas que han pensa.
do a solas.
La sociedad nos ensefia a sentlr el ridlculo: la vlda retirada nos
hace mas sensibles a loa vicios: sus escrltos satlrieos serlan san.
mientos, Y en tal Pals se vedan muchos Juvenales antes de haber
encontrado un Horado.
En las Monarqulas de absolutismo extremado. loa historiadores
traicionan la verdad porque no tlenen libertad para decirla; en Icn
Estados que gozan de suma llbertad traicionan la verdad por culps
de la misma I t b e m , pues como esta da lugar a dfvlsiones. cada
Individuo se hace tan esclavo de los prejuicios de su facción. como
lo serla de un desnota.
SUBpoetas tendrIan la N d a a original de la invención mis fre-
cuentemente que la dellcadaa que el gusto proporciona: se encon-
trarla en ellos algo mlls próxfmo a la fuerza de Miguel Angel que a
la gracia de Rafael.
CUARTA PARTE

en relacidn con el comercio: considerado


naturaieza en sus d i s t i m o n e s

lNVOCACION A LAS MUSAS

VImnes del monte Plerlo. iois el nombre que os doy? Inspirad.


me. una larga carrera y estoy abrumado de tristeza y de fa.
wI. m ed a ml espíritu aquel encanto Y aquella dulzura que sen.
tia a n m y que ahora huye lelos de ml. Nunca sole tan dlvinas como
~ n d "os o IlevAin a la sahldurla Y a la verdad por la complacencia.
Pero si no queréis allvlar el rhor de mi8 trabajos. ocultad el
proplo trabajo: haced que seamos lntruldos y que yo no enseñe; que
reflexione y que parezca sentir. y cuando anuncie nuevas cosas,
haced aue todos crean que yo no sabia nada y que vosotras me lo
hpbeis kcho todo.
Cuando las aguas de vuestro manantlal salen de la roca que
amiis. no suben por los alres para volver a caer. slno que fluyen
m la oradera Y hacen vuesVas dellcias. porque hacen las delicias
de 10s Pswres.
M-s hechiceras. si me miráis tan s610 una veB. ( d o el mundo
I& mi obra. y lo que no podria ser una diversión sed un placer.
Mvinas musas. siento que me InspirPls. pero no lo que se ha can-
mdo a Tempé en los caramillos. nl lo que se ha repetldo en Delos al
son de la Ilra; queréis que hable a la raz6n. que es el mlls perfecto.
el mas nohle y el mls exquldto de nuestros sentidns.

C~rfrvmI: Del comercio.-Habria que tratar las materias que siguen


con mucha máa extensl6n. pero la naturaleza de esta ohra 110 lo
aermlte. Oulslera Ir dlaeurriendo por un rio tranquilo. pem voy arras-
,do por-un torrente.
El comerdo cura los prejulclos destructores. Es casi una regla
general que al11 donde hay eostumhres apacibles exlste el comercio.
y que alli donde hay comerdo hay costumbres apacibles.
No hay pues que extraRarse de que nuestras costumbres sean me-
nos fnurer que en oims tlempos. Gracias al comercio, el conoclmlento
de las eoitumbre8 de todas lna nac.ones .ha penetrndo en todas Par-
tea. y de su mmpracl6n han renultado grandes heneflclos.
puede declrse que las leyes del comerdo pefieccionan las c m
Lumbres por la misma razón de que dichas leyes pierden las wdum.
bres. El comercio corrompe las cosiumbres purasz: este era el mo.
tlvo de las quejas de Platón; pero pule Y suavlza las costumbres
bárbaras, como estamos vlendo contlnuamente.

CAP~TUW 11: Del ewfritu del comercio.-El efecto natural del comer.
cio es la paz. Dos naciones que negocian entre sl se hacen reclpro.
camente dependientes: si a una le interesa comprar, a la otra le
interesa vender; Y ya sabemos que tcdas las unlones se fundamen-
tan en necesidades mutuas.
Pero si el espfritu de comercio une a Las naciones, no une en la
mlsma medida a los particulares. En las paises3 dominados sola.
I mente por el esplritu del comercio, se traflca con todas las acciones
humanas Y con todas las virtudes morales: las rosas m8s pequeñas.
incluSo las que pide la humanldad. se hacen o se dan por dlnero.
El espIritu de comerC10 produce en los hombres cierto senttdo de
la justida estricta. opuesto, por un lado al, pillaje Y, par otm. a aque.
llas virtudes morales que hacen a los hombres poeo rlgidos cuando
se trata de sus propios intereses. Y desculdados cuando se trata de
los Intereses ajenos.
La privación total del comercio produce. por el contrario, el pi-
llaje. incluido por Arlstóteles entre los modos de adquirir. Su espi.
ritu no es opuesto a ciertas virtudes morales. como. por ejemplo, la
hospitalidad, rara en los Países comerciantes, pero muy extendida
entre los pueblos que se dedican al pillaje.
Dice TAcito que los sermanos consideraban como sacrilegio cerrar
la casa a un hombre, Ya fuera conoddo o deaconocldo. El que habla
practicado4 la hospitalidad con un extranjero indicaba a este otra
casa donde Serla recibido con la misma humanidad. Pero cuando los
germanos fundaron reinos. empezaron a considerar la hospitalidad
como una carga, cosa que se refleja en dos leyes del c6dlgo de los
borsoñonesJ: una. Impone una Pena a todo bArbaro que indicaba a
un extranjero la casa de un romano; la otra, dispone que el que
reclbe a un extranjero sea indemnizado por los demis habitantes a
prorrateo.

CAP~TULO 111: De la pobreza de los ptreb1os.-Hay dos clases de pue.


blos pobres: los que lo son a causa de la dureza del Gobierno son
tarnbien incapaces de tener virtudes, porque su pobreza forma parte
de su esclavitud; los Otros son pobres porque desdeñaron o no co-
nocieron las comodidades de la vida. Estas pueden hacer wandes
cosas porque su pobreza forma parte de su libertad.

CAPITULO IV: Del co7llercio en los distintos Gobiernos.-El comercio


guarda relación con la coilstituclón. En el Gobierno de uno solo esta
Cism dlce de 10. Ralos. PUL la vcclndnd Y el cmnemo ea Marsella l a hnbla
~crludleadoh n m d punto de que e l b . qus .Lempn haMnn ~ e n d d on loa .ermanm.
11 eran ya Inlerloms. Cvrrrv de lo8 Collas. Ilb. VI. esp. XXIII.
a Holands.
4 Et QW niodo hamcs furrol. nonnmtur hw,tli<. De mor(bus Orrm.. enp. XXI.
Ven- tsmblen m * n . Currm dr loa Coll<ii. 1111. VI. cap. XXL
8 Til. XXXVIII.
1 nmabnente buido m el lulo, Y aunque también lo esté en Isr
,&dd.aa mala, N obkto vrlndp.L ea a o d D S U T a la Nd6n
q,loelerea(adob~~cpUH*&~~~@4~.plu?ara
y NI fanudul. En el Goblerno de w l m eil(l b.udo m& fm2Wll-
m e n t e en la economla. L w nesoelante atln ai4nUYL a todu lu
nndone8 de la Uem y Uevan a una lo que obtienen en m.M ea
@o pracüouon el comerdo las RepiibllePs de TLm. Cprtyo. A l c
n~ Marella. Florenda, venecia y ~olPnd..
EN &e de Mflco guardp reladbn con el Goblano de v.rt<n
por N natunlean. y. .eddenWmen(e. con el mon6muIfo. Camo se
hicpmente en Ir prrctlca de mnar poco, e Inciueo menos que
~ I q u i e r aotra m i 6 n . y de -irse por la continuldpd de la p.
nmd.. no ea W b l e que lo ekm nlnmín pueblo donde el lulo se
halle estaüleddo. donde a mate mucho y donde no se tenpan a la
viM m68 que grandes objeUvos.
En este s«itido deda Cicerón muy acertada mente^: "No me w
ta que un mlsmo pueblo e& al mimo Uempo el dominador y el

I1 factor del unlveno En efecto. habría que suponer que en tal EslPdo
cada particular, y todo el EBtPdo, tuvieenn la cabeza dempre llem de
grandes y peQueflos proyectm al mismo tlempo, lo cual
dicterio.
contra

No es que en esto. Estados que subsisten por el comerdo de eeo-


nomla no ae lleven a cabo también grandes empresas. ni W
can de de- osadfa. ausente en las Monarüulas. He wui la rPsbn:
Un comercio conduce a otm; el pequeflo al mediano. Y éste al
grande. El que querfa ganar poco se pone en condiciones de querer
ganar mucho. AdemPs. las grandes empresas de los negoeiPntes siem-
pre están necesariamente mezcladas con los asunion ppdblteos. Pero
para los comerclantes. los negocios pJbUm son tan mDeehCW9 en
las Monarquías como m u r a s en 10s Estados repUblhtlW Y Por
las grandes empresas del comercio no a dan en las Mornulas. sino
en el Gobierno de varios. En una PPLPbra: la mayor sepuridad de
la propiedad que cada uno cree tener en esw Estados hace e m m
derlo todo; Y como cada uno cree que Uene ewm~lo que ha ad-
quirido, se atreve más a exponerlo para ~&ulrlr más El 'inico -0
que se corre es el de los medlos de adquisld6n. pero ea sabido q w
los hombres 811papn mucho de su SU&.
.."
-.---..--
No n-tttrln ----
d r i r aui esto oue hava aliruna Monarquía que este
totalmente excluida del c o m d ~ d &noi;ila,
e sino que estl meno.
predlspuesia por su naturaleza. Tampoco pretendo defk que las Re-
~nhlirnr
v""..- ---
nal* nin-m esten mm~letamentepri- del mmerdo
de lujo, slno pue este Uene menos -reladón eni su coMtltwi6n.
En cuanto a1 E.t.dO despbtico. es InJtil hablar de él. La
general es la sigutente: en una nacl6n aometlda a Mvldumbre ie
trabaja m l pan ~ mneervm que vara adquilri)>;en una nacl6n llbre
ae tnbaja m& para adquirir que pur c o m m r .

C~rlmiaV: De los pueblo. que pmcllcmmi al coniercio da econo-


tnia-Marella. albergue n-rlo en medlo de un m u tonnenU>so,
i nob a- ~ h l ~ t rn rp m ~ o mSI w.nilonm .
m #-m. m.. dr u-..
Ilb. IV
lugar que obllgan a tacar los vientos, los bancoe (;el mar Y la dispe
&dón de las costas, fue muy visitada por los pue'ilos marineros. La
pobreea 7 de su temitorlo determi116 que sus habi ntes se dedicaran
al comerdo de ecmomfa. Tuvlwon que ser labo soe para supllr a
la naturaleza; tuvieron que ser juetos para vivh cntre pueblos bAr.
bams que debían proporcionarles la prosperidad: tuvieron que ser
moderados para que su Goblemn estuviera slempre tranquilo. y. fi-
nalmente. fue preciso que tuvieran matumbres fnigales para poder
vlvir siempre de un comercio que conservarlan mejor cuanto menos
VentajOBo fuese.
mi todae partes se ha visto que la vlolenda y la vejacl6n dan
-en a1 eommio de konomia. cuando los hombrea se ven obllgn
dos a refugiarse en los teme los pantanos-, en las islas. en las ma.
risnias e Incluso en los escollos. M es como nacieron Tlro, V-la
Y otras dudades de Holanda lugares donde los fugitivos encontra-
ron segwidad y donde consi vleron subsistir buscando su sustento
en todo el universo.

Cufniw VI: Algtcnos efectos de una gran naveaad6n.4uele ocu-


rrlr que una nadhn que ejerza el comercio de economfa y que neee
d t e una mercand de un país que le sirva de fondo para conseguir
mercandas de otr~,,se conforme con ganar pom y a veces nada mbm
la primera, mn la esperanza o seguridad de ganar mucho sobre las
otras. Cuandr Holanda hada por st sola el comerdo del sur al none
de Euiopa, ' I vinos de Fraqcia que llevaba al Norte le s e h n . en
cierto modo, de fondos para comerciar con el Norte.
Es sabido que en Holan~iaclertas mercandas trsMas dende muy
l e b no se venden m68 m a s de lo que mtaron en el 1 - de pro-
cedencia. la m 6 n es la siguiente: un capitán que tiene que poner
lastre a su bPreo m a r 4 mármol; SnecesitaI madera pam esUba~,
la mmwará, Y con tal de no perder se ten- por muy wntento.
M es como Holanda Uene tambfh sus canteras y aun bosques.
No 8610 puede ser 6U1 un comercio que no deja nada, sino que
tanibl€n puede serlo el que oraslona perdidsk He ddo dedr en Ho-
landa que la pesca de la ballena no rlnde en general lo que cuesta;
pero los que trabajan en la constnieclón de los b m los que su-
ministran los a p a r e h Y lo. viveres. son tambi6n los que tienen m8s
intess en dicha peses. pues aunque pirrdan en la -.ganan en
el materld. Este comereto es una eapede de 1 0 t h que seduce por
la espersnui de ganar. A todos les gusta jupar; los más prudentes
juesan sustosamente cuando no ven las aparlandas del juego. su.
descmrlos, su.vlolendak sus dlslpaclmes. la perdlda de tlempo e in-
cluso de toda la vida

CAPITULO VII: Cmdcter de I n ~ l a t c n oa lo tocante d comercb,ln.


slaterra no tiene apenas aranceles filos con las demls naclonea Cada
Parlamento lcm cambia. por asl de&, suprimiendo o miedendo d e
rechos pa~Ucu1areaTamblh en csto ha querido eonsnvar su Inde-
pendenda: sumamente celosa del comeido que en eila se reellra.

t J ~ m x c . Ub. XUII, CP
.. 111,
' apenas se mmpromete con tratpdos, y no depende más que de sus
"&as naciones han supeditado los Intereses del comerdo a Ion
m- polstieos. pero Inglaterra supedito siempre sus Int-
p~uticosa los de su comeido.
ES el pueblo que mejor ha ~abldofavorecerse a la vez de tres
ms importantes: la rellgi6n, el comerdo y la libertad.

VIII: Cómo se ha estorbada a veces el cmercfo de econo.


CAFITUW
nzia-En cleMs Monawulas se han dado leyes a m d t o para Per.
judicar a los Estados que hacen comercio de economla. Se les ha
prohibido traer mercancfas distintas de los produeto8 de su pais, Wr.
mitl6ndoles traficar solamente con navlos fabricados en el pals a
donde Van.
Ea predso que el Estado que impone dichas leyes pueda comer
ciar fficilmente por si mimo, pues de otro modo se causarla un per-
juido igual que el que intenta causar. Vale más tener que tratar con
una nacldn que exlge poco y a la que las neeesldades del comerclo
hacen dependiente en cierto modo, que con una naclón que, por la
extensi6n de sus miras o de sus negocios, sabe dar salida a todas las
mercanclas superfluas; con una n a c i h rica que puede camarse con
muchas mercanclas que pagad con prontitud: con una nad6n que
tiene. por asl decir, necesidad de ser fiel. que es padfica por prln-
cipio. que quiere ganar y no conquistar; vale más. replto. tener que
tratar con esta naclón que con otras siempre rivales, que no propor-
clonarlan todas estas ventajas.

CAPITULO IX: De la excIus1dn a materia de comercio.-la verdadera


mfixlma es no excluir del comercio a ninguna nación, si no es por
razones podenxas. Los japoneses s610 comercian con dos naciones:
China y Holanda. Los chinos ganan el mil por ciento en el a z h a r
y a veces otro tanto sobre los retornas. Los holandeses obtienen
ventajas semejantes. Toda naclón que se comporte &n la maxima
&l Japón s e d engariada necesariamente, pues La competencia pone
un recio justo a las mercandas y establece las verdaderas relado-
nes-entre ellas.
Con menos razón, ningún Estado debed limitarse a vender sus
mercandas a una sola naclón, con el pretexto de que las toma*
todas a un preclo detemlnado. Los polacos han hecho esto con el
trlgo que vendlan a la ciudad de Dantzig; algunos reyes de la India
tienen contratos semejantes con los holandeses para las especlass.
Estos convenlos s61o son propios de palses pobres que pierden la
esperanza de enriquecerse con tal de tener la subsistencia asegura.
da. Son proplos tamblen de naciones cuya servidumbre conslste en
r~nunclar
. -.. - al
-.. - uso de las cosas aue la Naturaleza les dlo, o en hacer
con dichas cosas un comercio sin ventaja.

C ~ d n i i oX: Establecimfenlo p+opiu del comercio de ec0nomfo.-En


los Estados que ejercen el comercio de economla re han estahlecldo
i ~ n t 1n0 hlclernn IW prtu~u-. vtajnr d. F ~ ~ C O fvrord,
I , ean. XV, parl. 11.
acertadamente un- Banco* que, con N d t o . hui formado nuevos
dgnoa de valorea Serla un error abrlrlo. en los E& que ej-
el comercio de l u b : ponerlos en p i l w por uno m10 es
niponer que el dlnem está de una pvtc y que e¡ poder ~1 da otra,
es declr. que por una parte este la facultad de tenerlo todo dn n h -
@ n poder, y por otra. el poder d n ninguna facultad. En tal Goblmo
e610 el prindpe tiene o puede tener un $esaro; cualquiera otm. a
partir del momento en que sea excesivo, se convierte en el
del principe.
Por la misma razdn. rara vez convienen al Goblmo de uno
solo las compafilas de negociantes, asociados para detenninado co
mercio. La naturaleza de dichas compsflh es dar a Iss riqueess
pirtlculares la fueraa de las pdblicas. pen> en es- Estados dicha
fuerza a610 puede hallarse en manos del prlndpe; y afirmo adanl.
que no siempre convienen en los Estados donde se hace comerdo
de economta Si los negocios no son tan mandes que esten por encima
del alcance de los partlcularee, se hari. muy blen no WrbPndo la
libertad del comerclo con prlvllesios exclusivos.

CAP~TULO XI: Continuaci6n del mimo tema.-En los %dos que


ejercen el comerclo de economla se puede eaiableeer un pus fran.
m. La economla del E~tado.que es conseeuenei. de la frugalidad de
los particulares. anima. Por as1 decir. a su comercio de cconomla.
LO que pierde en tributos al establecerlo, queda compcnsldo por lo
que puede obtener de la riqueui industriosa de la Ftepública. Pem a
cl Gobierno monirpulco tales estableclmient<u lrian contra la risdm,
pues su dnlco efecto neria l l b m r al lulo del peso de los lmpuenor
Así se verla privado del iinlco blen que el lujo puede pmporelonu
Y del iinlco heno que Puede tener, en una c o ~ t l t u c i heemehnte.

C ~ r f r u wXII: De la libertad del comerdo.-l. libertad del commlo


no es una facultad concedida a los negociantes p a n que hagan lo
que quleran: eso seña mis blen su pgilavitud. LO que eMIaba a1 co
nierclante, no por eso estorba al comerdo. En los plm Ilbns ea
donde el negociante encuentra contrariedades d n ndmero; en los pil.
ses esclavizados es donde las leyea le ponen menos trsbis.
Inglaterra prohfbe que sus lana8 uilppn al exterior; quien que
el carldn sea transportado por mar a la capital; no pemltc la muda
de sus caballos SI no están castrados: los buquesa de N.colmilas
que conierrlan en Europa deben fondear a 1ii.latan. Todo ato
niolesta al negociante. pero favorece al m e r e l o .

C ~ r l w wXIII: Olt6 es lo Vle &atrUUe aata libertad-Donde ñay co


niacio hay aduanas. El objeto del comerelo es la exportacldn y la
importaci6n de mereanclas en favor del Estado. y el o b b de hs
aduanas es cierto derecho sobre dicha exportacl6n e .lmpoN.ddn.
tambien en favor del Entado. Así. pues. es preciso que el -do sea
neutral entre su aduana Y su comercio, que aetde de minera que

ACI,, dc WR.I.IPC~¿~ . Uimm ai ~wm


de I W . W o m h .d Batai ). . ~ . d . l m .
han envl;ah> N. M- dlwm.mtc u1 Y d I t c m & ~ . I k n r u
D E BPIRITü DE LAS LeyEs 23 5

ambas eosas no se pongan trabas mutuamente. y de a e modo se


h i . a de la libertad de comerdo.
La Hacienda destruye el comerdo con sus InJustlCias. sus veJ6.
menes y el exceso de lo que impone, pero, independientemente de
esto, le destruye tamblen con 18s dificultades a que da orlgen Y las
fomalldades que exige. En Inglaterra, donde las aduanas están en
gerencia. hay una gran facilidad para nwociar: una palabra por e%
mito basta para realizar los mayo- negocios; no es preclso que el
pierda un tiempo Infinito, ni que tenga empleados espe
dales
.. para allanar las dificultades de los arrendadores o para some
terse a ellos.

CAPITULOXIV: De las leyes del comercio Que compo7tan la confYea-


ridn de la8 mercancías.-La Carta Magna de los ingleses prohibe se-
cuestrar o confiscar las mercanclas de los comerciantes extranjeros
en caso de guerra. a no ser por represalias. Es hermoso que la naci6n
inglesa haya hecho de esto uno de los artículos de su libertad.
En la guerra que España sostuvo con Inglaterra en 1740, aquella
nación dlo una ley lo que castigaba con la muerte a los que introdu-
jeran en los Estados espaholes mercandas inglesas, e igualmente a
los que llevasen a Inglaterra mercandas españolas. Tal ordenanza
creo que no puede tener otro modelo que las leyes del Jap6n: Va
contra nuestras costumbres, contra el esplritu de comerdo y con-
tra la armonla que debe reinar en la proporci6n de las penas; Con-
funde las ideas, convirtiendo en crimen de Estado lo que es tan 8610
una vlolaci6n de policla.

CAPITULO XV: Del prendimiento pm' deudas.-Sol611 fi orden6 en Ate.


nas que no se prendiese a nadie por deudas civiles. inspirándose en
una ley de Egipto12 dada por Bocchorls y renovada por Seaostris.
Es una ley buena para resolver pleitos civiles comunesla, pero
tenemos razón al no observarla en los del comercio. Como los neg*
ciantes están obligados a confiar grandes sumas. a veces por corto
tiempo, y a darlas y tomarlas de nuevo, es preciso que el deudor
cumpla siempre con sus compromisos en el tiempo señalado. lo cual
supone la prisi6n por deudas.
En los pleitos que derivan de los contratos civlles ordinarios. la
ley no debe imponer la prlsi6n por deudas. porque atiende m68 a la
libertad de un ciudadano que a la conveniencia de otro. Pero en
los convenios que derivan del comercio, la ley debe atender má.4 al
bienestar p(iblico que a la libertad de un ciudadano, lo cual no impi-
de las restrleclones y las limitadones requeridas por la humanidad
y la buena pollcla.

CAP~TUW XVI: Una ley muunffica.-la ley de Glnebra que excluye


de la magistratura, impidiendo i n c l m la entrada al Gran Consejo.
- - -
10 Publ- m CMIa e* el de mi- d. 1740.
IIRUTIMan el tratado No N &M t-7 v e d a d 0 c m W m . -9. IV.
33 w , Ilb. 1. v.t. 11. can L.IV.
ii %n ecluvrnblu l a Ieplsladom mi-. que hablan p h l b l d o Unnnr cn pnnda
las i m u s g el irado de un hombm. p m permiuin -ir i i hombre. horno. llb 1.
PR. n. cap, -.
a los h i b de aquelloa que han sido Y han muerto insolvente& a me.
nos que no-paguen las deudas de au padre. es magnifica. Su efecto
es dar confianza a los negociantes, a loa magistrados y a La misma
ciudad Allf la fe gnrticular se ve reforzada por la fe pública.

CAP~TUW XVII: Ley de Rodas.-Los rodios fueron mis lejos. Sexto


Emplricoi' dice que un hijo no podla eximirse de pagar las deudas
de su padre por el hecho de renunciar a la sucesiún. La ley de Rodas
se habla dado a una República basada en el comercio; ahora bien.
me parece que el interes del prnpio comercio debió poner la limita.
ción de que las deudas contraidaw por el padre desde que el hijo hu-
biera comenzado a hacer comercio, no afectase11 a los bienes adqui-
ridos por éste. Un negociante debe conocer siempre sus obligaciones
Y conducirse en cada momento según el estado de su fortuna.

C ~ s l r u wXVIII: De los jiieces en cliestioties de comercio.-.lenoronte


en el libro de las Rentas pretendia que se dieran recompensas a los
prefectos del comercio que resolviesen los procesos con mas rapidez.
Ya sentía la neceqidad que nuestra jurisdicción consular sintió tani-
hi6n~
Los pleitos del comercio admiten pecas formalidades; son actos
de cada dfa, a los que deben seguir otros de la mlsma naturaleza.
Y wr tanto es preciso que Puedan decidirse cada día. No es lo mismo
cuando se trata de ciertos actos de la vida que tienen gran influencia
en el porvenir, pero que ocurren rara vez. No se casa uno m6s que
una vez; no se hacen todos los dlas donaciones o testamentos; no
se alcanza la mayoría de edad mas que una vez.
Platón 15 dlce que en una ciudad donde no exista comercio marlti.
mo se precisan la mitad de las leyes civiles, lo cual es verdad. E¡
comercio introduce, en un mismo pals, diferentes clases de pueblos
Y gran número de convenios. de espeeies de bienes y de modos de
adquirir.
Aeí, pues. en una ciudad comerciante hay menos jueces y mis
leyes.

Cufruia XIX: El prfndpe no debe comercia+.-Te6filo 18 mandó que.


mar un navío que treía mereandas para su mujer Teodora. "Soy em-
perador-le dilo-. Y me haces pstrdn de galera. Si nosotros ejerce-
mos su oficio, jcdmo podrPn ganarse la vida las pobres gentes?"
Podía haber afladldo: ¿Quien miré frenamos 81 hacemos monow
iio? iQulen nos obligad a cumplir nuestros compromisos? Los corte.
mos querrán hacer el comercio que hacemOs nosotms. pero serin
más codidmm e injustos que nosotroa El pueblo confh en nuestra
justlda, pem no en nuestra opulencia: una gran cantidad de Im-
puato* caueatec de su mlseria. son pruebas cienas de la nuestra.

Cufrao XX: Ccmiinuación del miamo tema.-Cuan& loa p o n m e .


iecl y lw antelisnos dominaban las Indias orientales, el comercio

'..-
I
l.
Zaua
Uh e, . XIV.
U h 1. m
Ofre~laramos tan ricos que sus prlncipes no tardaron en apropiarse.
106 Aquello acab6 con sus establecimientos en dichas regiones.
El virrey de Goa concedía a los particulares privilegios exclusi.
Nadie Uene confianza en tales sujetos; el comercio es diwon-
tinuo a causa del cambio continuo de aquellos a quienes se confla:
nadie atiende dicho comercio; a nadie le importa d e j f selo perdido
a su sucesor; las ganancias quedan en manos de particulares y no
Se reparten lo suficiente.

~ ~ p i í uXXI:
w Del comercio de la nobleza en la M0narquia.-Va con.
tra el esplritu del comercio que la nobleza lo ejerza en la Monamula.
m emperadores Honorio y Teodosio 17 dicen que "serla pernicioso
para las ciudades y suprimirla la facilidad de comprar y vender en-
tre los comerciantes y los plebeyos".
Va contra el esplritu de la Monarquía que la nobleza ejerza el
comercio. El uso que lo permitió en Inglaterra es una de las cosas
que mis contribuyeron a debilitar el Gobierno monPrquico en aquel
pis.

C A P ~ T U WXXII:Reflezi6n pmticu1ar.-Impreslonados por lo que se


practica en algunos Estados, algunos piensan que se necesitan en
Francia leyes que inviten a los nobles a ejercer el comercio. Pero
este serla el medio de destruir la nobleza sin n:nguna utilidad Para
el comercio. La prictica de este pals es muy acertada: los negocian-
tes no son nobles, pero pueden serlo. Tienen la esperanza de alcanzar
la nobleza, pero no sus inconvenientes actuales. No. disponen de otro
medio más seguro para salir de su profesión que ejercerla bien y ho-
norablemente. cosa que va normalmente unida a su capacidad.
Las leyes que no permiten el cambio de profesión y ordenan que
esta pase de padres a hijos no son, ni pueden ser útiles, sino en los
Estados despóUcos18, donde nadie puede ni debe tener emulación.
Que no se alegue que cada uno ejercería mejor su profesión al

l no poder abandonarla por otra; afirmo que. por el contrario, cada


cual ejercer6 mejor su profesión cuando los que se hayan destacado
esperen poder cambiar.
La adquisici6n de la nobleza por dinero. estimula a los negocian-
tes para lograr conseguiria. No analizo aquí si es bueno dar de este
modo a las riquaas el premio de la virtud: hay determinados Go-
biernos donde esto puede ser muy úiil.
En m n d a dos c l a w sociales han contribuido de manera de-
cisiva a la grandeza del reino: la nobleza de toga, clase situada en.
tre la gran nobleza y el pueblo, que. d n tener la brillantez de aqu6ila,
posee todos sus privliegios; que deja a los particulares en la me-
dianfa mientras que el cuerpo depasitario de las leyes esti en la
cumbre: clase en la que no hay medio de distinguirse sino por la
capacidad y la virtud; profesión honorable. pero que deja ver siem.
pre otra m& distinguida: la nobleza guerrera, que piensa que sea
cual fuere la riqueza poselda, es preciso hacer fortuna, pero que es
vergonzoso aumentar los bienes si no se empieza por dialparlos; parte
de la nación que slrve siempre con el capital de sus bienes Y que,
cuando está arruhada. cede su sltio a otra que servird tambien con
su capital; que va a la guerra para que nadie pueda decir que no
ha ido; que espera honores cuando no puede esperar riquezas. y si
no las consigue se consuela porque ha adquirido honor. Pero si des.
de hace tres o cuatro siglos el poder del reino no ha dejado de au-
mentir, hay que atrlbulrlo a la excelencia de sus leyes y no a la
suene, ya que esta no tiene constanda.

C m u r a XXIII: A qu4 naciones perjudica el comercio.-las rique


zau consisten en terrenos o en efectos muebles. Las tierras de cada
pafe pertenecen normalmente a sus habitantes. La mayor parte de
los Estad- tienen leyes que retraen a los extranjeros de la adquisi-
d6n de sus tierras; por otra parte, s610 la presencia del dueño las
hace producir; así, pues. esta clase de riquezas pertenece a cada Es.
tado en particular.
Pero los efectos muebles. como el dlnero, los pagares, las letras
de cambio, las acciones de las compafllas, los navlos y toda clase de
mercanclas, pertenecen al mundo entero, el cual, a este respecto, no
constituye más que un solo Estado cuyos miembros son todas las so.
dedades. El pueblo que tiene mtís efectos muebles es el mds rlco.
Algunos Estados tienen una inmensa cantidad. y los consiguen gra.
cias a sus productos, al trabajo de sus obreros, a su Industria, a sus
deomibrimlentos e incluso a la casualidad.
La avaricia de las naciones se disputa los bienes muebles de todo
el mundo. Puede haber un Estado tan desdichado que se vea priva-
do de los efectos de los demtís paises e incluso de casi todos los su.
yos. En ese caso los propietarios de las tierras no son d s que me-
ros colonos de los extranjeras. Dicho Estado carece de todo y no pue.
de adquirir nada, por lo cual vale mtís que no tenga comercio con
ninguna otra naclón del mundo, Pues es el comercio quien le ha Ile-
vado a la pobreza, en las circunstancias en que se encontraba.
Un pals que envla siempre menos mercandas o productos de los
que recibe, se desequilibra Y se empobrece: cada vez recibirtí me.
nos. hasta que. reducido a la pobreza suma, ya no reciba nada.
En los pafses comerciantes, el dinero, que desaparece de pronto.
vuelve de nuevo, pues lo deben los Estados que lo han recibido. En
los Estados de que habltíbamos antes. el dlnero no vuelve nunca, por.
que los que lo tomaron no deblan nada.
Polonia nos servktí de ejemplo: no posee cani ninguna de las
cosas que llamamos efectos muebles del universo. a no ser el trigo
que producen sus tiemas. AlgUnos seflores son dueflos de provin-
cias enteras Y presionan al labrador para sacar mayor cantidad de
-0. que ellos envfan al extranjero, Y poder adquirir así las cosas
que el lulo les Pide. Si Polonia no comerciase con ninguna nación,
su Pueblo serla m88 feliz: los grandes. que no ten&lan d s que
su W o , se lo darlan a los campesinos para vivir: sus dominios,
demasiado extensos, sei?an una carga demasiado pesada y los re
Partidan entre sus campesinos; nadie tendrla que gastar en el ves.
tido, Ya que dlspondrlan de las Pieles Y las lanas de los animales de
sus rebaflos; los grandes. amantes siempre del lujo. sólo podrIan
encontrarlo en su pals y estimularlan a los pobres a trabajar. Creo
DEi ESPIRiW DE LAS LEYES 239
que esta naclón seria ail floreciente. a menos que no se hiciese
Mrbara. casa que las leyes podrian evitar.
Consideremos a contlnuaddn el Jap6n. La cantidad excesiva de
lo que puede reeiblr, produce la cantidad excesiva de lo que puede
envlar: las cosas están en epuillbrio, como si la importación y la
exportación fuesen moderadas; por otra parte. esta especie de abul-
tamlento proporciomd mll ventalas al Estado: habrtí más consu.
mo, mis cosas sobre las que pueden ejercerse las artes, máe hom-
bres empleados. m O medios de adquirir poder. Pueden darse c m
en que. ante la necesidad de un socorro urgente. un Estado rebo-
sante puede proporcionarlo antes que otro cualquiera. Es dificil
que un pals tenga cosas superíluas: la naturaleza del comercio es
hacv Stiles las msss superfluas, y necesarias las dtiles. El Estado
podri. pues. proporcionar las cosas necesarias a un mayor número
de mibdltos.
Digamos, pues, que las naciones que plerden haciendo comercio
no son las que no necesitan nada. sino las que necesitan todo. Los
pueblos que sacan ventaja no traficando con nadie, no son los que se
-tan a sl mismos. sino los que no tienen nada dentro de sus fron-
terss.

LIBRO XXI

De las leyes en reloci6n con el comercio, considerando


los cambios que ha experimentado en el mundo
CAP~TU 1:LAlguna8
~ consideraciones generales.-Aunque el comerclo
está sujeto a mandes cambios, puede ocurrir que clertas causas fl.
sican como la calldad del terreno o del cllma, determinen para siem-
pre su naturaleza.
Nomas no comerciamos hoy con la India mtís que con el dlnero
que envlamos allP. Los romanos 19 llevaban todos los @nosalrededor
de dncuenta millones de sexiercios, dlnero que, como hoy el nuestro.
se convertla en mercanclas que tralan a Occidente. Todos los pueblos
que han negociado con la Indla, han llevado slempre metales Y han
traldo mercancías.
Es la Naturaleza quien produce este efecto: los indlos tienen sus
~ r t e sadaptadas a su modo de vida. Nuestro lujo no podría aer el
suyo, ni nuestras necesidades las suyas. Su cllma no les pide ni les
permite casi nlngrin pwducto procedente de nuestros pafaea: van
cad desnudos. y los pocos vestidos que necesitan se los proporclona
el pals: por otra paite, su religión, que tiene sobre ellos tanto domi-
nio, les infunde repugnanda por las cosas que a nosotros nos sirven
de alimento. Así pues. 8610 necesitan nuestros metales. que son los
signos de los valores. a cambio de los cuales nos dan mercand~d,que
su frugalidad y la Naturaleza de su pals proporcionan en gran abun-
dancia. Los autores de la antigüedad que nos han hablado de la In-
dla. nos la deserlben 20 tal y como la vemos hoy en cuanto a sus leyes.
a sus htíbitos Y a sus costumbres. La India ha sldo Y lo que es
1. P r t ~ l o Hltl. nnl. Ilb. VI cap XXI11. c Infm. C .
D VI
m. V & ~ ' P U ~ ~ lib.'
O . VI. cip. XIX. y E i r u . 6 ~ .Ilb. XV.
2 ')O MONlESQlJIEU

LIBRO XXIlI
De las leyes con relación al número d e habitantes
C*mow 1: De los hombres U los aniniaies con relocidn a la multi.
plfcoción de su especie.-las hembras de Los animales tienen mPs o
menos una feeundldad constante. Pero en la e s d e humana.. la- m . a
-
nem de pensar. el carieter. las pasiones. las fañtas~as,~ o caprichos.
s
la idea de conservar la I>elleza. la molestla del embarazo y la de una
famllia demaslado numerosa. alteran la propagaclón de mil maneras

C u f w w 11: De los mdtrimonios.-La obligaclón natural que tlene el


padre de alimentar a sus hijos ha hecho establecer el mairimonlo.
declarando quien debe cumplir dicha d>llgaclón.Los puel~lns237 a los
que se retlere Pomponlo Mela la fundaban en el parecido.
En los pueblos clvlllzados, el padre es aquel que las leyes han
rwanocldo como talzse por medio de la ceremonia del matrlmonio.
porque encuentran en 61 a la persona que huscan.
Entre los animales, la madre puede normalmente I~astaren esta
obligación. Pero es mPs extensa entre los hombres: sus hijos estan
dotados de raz6n. pero la van adqutrleiido gradualmente: no hasta
alimentarlos, sino que tambl6n hay que guiarlos, pues podrlan vivlr,
pero no sabrlan gobrnarse.
Las unlones illcitas contribuyen poco a la propagación de la es-
pede. El padre, que time la obligaclón natural de alimentar y
educar a sus hijos. no se encuentra definido, y la madre. en quien
recae luego la oblkación, encuentra mil obstPculos, por la vergüenza,
el remordlmlento. la sujedón propia de su sexo y el rigor de las
bes. careciendo ademe8 de medlos en la mayor parte de los casos.
Las mujeres que se han sometldo a una prostltución pública no
pueden gomr de las comodidades necesarias para educar a sus hljos.
Tal educación es incluso incompatible con su wndlcidn. ya que s u c
len estar tan corrompidas. que la ley no podría tener confianza en
-..-.
alla.
De iodo esto se deduce que la contlnencla pública va unlda, natu.
ralmente. a la propagaclón de la especie.

CAP~TUW 111: De la condicidn de los hijos.-La razdii dicta que cuan.


do hay mairimonio, los hijos sigan la condición del padre, y que cuan-
& no lo hay, estos 8610 pueden seguir la de la madrew.

C~PlivraIV: De las familias.-Se admlte en casi iodas partes que la


muier pane a formar parte de la famllla del marido. Lo contrario esta
e&ableddo, sln que de ello resulte inconveniente, en Fonnosaal,
don& el marldo va a formar parie de la familia de la mujer.
Y. 101 pluuu*
SS1Ub. 1. UP. VIII.
y. Pa,,, ,a GY," "Y.1iO. dlmOlULIW1.
Y. M . la ra.6n d. que. en ha pilrs donde oxlstsn l a esclava. el hijo i ~ ~
W< d ~ n h ~ &
nM de la madra.
'4' El P. DC Hhrm. t. l. prr. 1%.
DEi ESPiRIlU DE LAS LEY@S 291
La ley que flja lo familla en uiin sueexióii de yersanas del ml6In0
sexo. contribuye a la propapacidn de la eaperle humana con indepen-
dencia de los prlmeros motivos. la famllla es una especie de propie.
dad: un hombre que tlene hifos del sexo que no la perpetiia. no esta.
rA contento hasta que no tenga alguno del sexo que la perpetfia.
Las nombres, que Inculcan en los hombres la Idea de algo Uue
no debe perecer. son apropladns para Inspirar a cada familia el deseo
de prolongar su duración. Hay puelilon en la. que Los nombres d l e
tinguen a las lamilias: en otnm wilo distinguen a las persones. lo
cual no es tan bueno.

CAPITULO V: Diversos drdcnes de mujeres 1eoitimas.-A veces las


leyes y la religlón han admltldo varias clases de uniones clvllep:
entre los mni nnetanos hay dlverrias clases de mujeres, cuyos hljos
se reconocen por nacer en la casa. por contratos clvlles o Incluso por
la esclavitud de la madre y el remnwlmlento subsiguiente del padre.
IrIa contra la raz6n que la ley deshonrase en los hijos lo que ha
aprobado en el padre: a d pUe4 todos estos hijos deben suceder al
padre. a no ser que se oponga alguna raz6n particular. como en el
.lapón. donde s61o suceden los hijos de la mujer consagrada por el
emperador. La polltlca exlge en este caso, que los blenes que otorga
el emperador no esién demaslado divldldos. porque estan sometidon
a un sewlcio, como estaban antlguamente nuestros feudos.
Hay palses donde la mujer legitima goza en la casa m6s o menos
de los mismos honores que la mujer Únlca en nuestros palses: en
ellos loa hijos de las concubinas se tienen por hljos de la primera
mujer. As1 esta establecldo en Chlna. El respeto filial2q la ceremo-
nia de un luto rimroso, no se deben a la madre natural. slno a la que
da la ley.
Con ayuda de tal ficción no existen los hijos bastardos. En loa
palses donde esta ficelón no exbie, se ve claramente que la ley que
legltlma a los hlbs de las concubinas, es una ley forzada: aln ella
la mayor parte de la nacl6n estarla deshonrada por la ley. En aquellos
palses, tampoco exlsten los hijo8 adulterinos. La separación de las
mujeres. la clausura, los eunucos y los cemJos hacen la cosa tan di.
flcll, que la ley lo tlene por Imwlhle. Por otra parte. una mlsma
espada exterminarla a la madre Y al hljo.

CA~UW VI: De los bastardos en los diaiintos Gobiernos.-Asf pu**s.


apenas se conocen los bastardos en los palses donde la poligamia está
permitida. Pero se conocen al11 donde rlge la ley de una sola mujer.
En estos pafscs ha habldo que d a o n r a r el concubinato y, por con.
siguienle. a loa hijos nacidos de él.
En las Repúblicas. los bastardas deben inspirar mAs odlo que en
las Monarquías, ya que dicho tipo de Gobierno necesita de coetum
b n s puras.
En Roma se dlctaron dtsposiclones contra ellos q u i d demasiado
duras. Pero como las instltuclones antlguas ponlan a todos los clu.
~ c 14s El P. ou HILM l. 11 PIY.121.
2. L
.. muj- r'divld;n en mndu Y m u s n u . iI.clr. m I~SIU- o no:
p m .rtn d~.tinrinn no .xlste entre 1- hii<m .B 18, umn dartnnn ,id Imiwi'lo. sc
di- en una obv* chlnv .obn lu mural. tridwida yor d 1'. a r HALYI.MI. 140.
dadum ante h necmddad de -.
y a m o d matrlmonlo u u b a
avtudo por
m p d d n Dodñ. llevar a1 --.----..-
- Lnn<.uhln*tr.
. -
podWldid de npudlo o de divotdootdo d l o una g m n
H.J pan? de relleve Que. la c u a ~ m dde eludadano era de
oxulder@ble,importuida en las demaerpelaq por llevar mn&o el
Poder mbemno: por ello se hacfan con hpeuench leyes m la
d t W 6 n de lor baurudos, pero tenlan menos relad6n am la eoirs en
d y am h honestidad del sutrlmonio que con la comutud6n par.
Ucular de 1. Repdbllca. A d el Pueblo roelb16 a veces a los butirdos
con10 dudadanosu3 con el ih de acrecentsr su m e r contra los
mandes. Y ul. en Atenas. el pueblo exclqyb a lor bestPrdos de entre
el número de los dudadenw, p a n tener una mayor cantidad en el
reparto del trigo que habla enviado el rey de Egípto. FLnslmente,
M t e I e d w nos Infonna de que. en Milas dudades. los bastardos
heredaban cuando no habfa nrdclentes ciudadanca, y que. cuando ha.
bfa butantea, no heredaban.

C h m VII: Del co~entlmientoda loa * e a a1 mahjmon&.-El


au~lentlmlentode los padres eeXá basado en su potetad, es dwlr, a
su derecho de propiedad. Y además en su amor, en su naón. y en la
heswidad de la de sus hifas. a quienes su edad les tlene en estado
de ignorancia, y sus pasiones en estado de embriaguez.
En las mueñas Repdbliese. o instituciones singulares, de las que
ya hemos hablado, puede haber leyes que concedan a los magistrados
derto pcder de Inspeeddn sobre los matrlmonlos de 1- hljos de los
dudadanos. que la Naturalesa habfa dado ya a los padres. El amor
del bien pQbllco Puede ser tal. que lpuale o exceda a cualquier otro
amor. Por eao, Platdn quería que los magistrados m h los matri-
monios, y por eeo Iw maglstrador lacedemonios los dklgfan.
Pero en les instltudones ordinarlis. corresponde a los padres ea-
sar a sus hllos: su prudencia a este respecto. estará siempre por en-
cima de cualquier otra prudenda. La Naturaleza da a los padres un
dereo de pmcurar a sus hilos una ntead6n. deem que, ellos. apenas
sienten por si mlmnos. En los diversai grados de p-ltura se ven
avanzando lnsenslblemente hada d porvenb. Pero ¿que anurlií. sl
la velacl6n Y la avarlcla Ilesam al punto de usurpar la autoridad
de los psdres? Escuchemoe lo que dice T d Gagew sobre la con.
duetP de los esoaiialea
..- -..la.
en ...-.--
.--1nñi.e.
"F'ara awn&tar el ndmero de personas que pegan tributo. tienen
que caaame todos los indlos a los quince años: se ha llegado incluso
a sedalnr la edad del matrlmonlo de los indios en catorce- - anm apm
1- vamnes Y trece para h a hembras. Para esta se fundan
~ ~

&un
-~-.-

can& que dice que el lwenlo puede suplir la edad!' Y vio hacer uno
de ipuellos empadronamlentoa: "m,dice, una cma vergonz~&'. Ad
pues. p a n el acto que debe reall~arsecon mayor Ubertad. los indior
non aún esclavas.

CAP~TUWVIII: ConMntmi6n del wibmo t n a - E n Iwlatem, k


j6veneu suelen abusar de la ley para easane BepQn su eaprlcho, sin
W Vk.. Ani- hUL<cu. Ilb. VI. "p. nr:
U. nU. Ilb. 111.. u i 111.
9.6 R e k l d n dc Tomd, U Y # t . M
.
. 171.
~tui~.paOIP..No.Cd.dC~*>~mrII1(Itoiamdo.11l
qwa~puCc,~iq~.eanolulega~huir(lblcldoun
Ubto m ,- lu mueh.diu M tienen oM rudo que W
m4# que ol ma(rlmon10. y M pwden nssuie a 61. En Fnneli. dond.
p a el contrario el monacato d r(lbl.dd0, lu muchwhu tienen
danpre el raur*> del ceUbato, y h ley que l a ordena rpnr el
eonwncimiento de nu pedrea puede a mL conveniente Dentro de
ata Idea. el um de IULLs Y Emula d a el menor razonable. y. que
habiendo monmterlor, se pueden caMr Iln el conmtlmlento de lor

CulTma IX: De ha Mvena..-m j6vene* a quienes m el matri-


monlo puede llevar a los plaerre y a h Ilbcrtsd: que tienen un ap
p í r l t u . q u e ~ m a t r e v e apnuir, u n d a u e ~ m a t ~ ~ e a m t b
ojea que no se atreven a ver, ofdo# que no se atreven a oír: que d i o
se presentan pn mo&anc a t d p i d ~ ;mndeiudu dn dsuu, a
b~iWay a a preceptor. tienen baatante indlnaci6n a1 matrlmonlo: a
a loa muchachos a quienes hay que eaUmulnr a Q.

Crrt~~m X: Qud e8 lo que impulsa al 1~Mmonío.-Allf donde h y a


un lugar donde dos personaa puedan vivir edmodamente se d c M
un matrlmonlo. La Naturalesa inclina a ello la suRdenie cuando no
se ve impedido por la dllieultad de la subslntenda.
Los pueblos j6venes ac multipllean y crecen mucho. P u i ellos
merb grpn'lnwmcdldad vivir en celibato, pero no lo es tener muchw
hijos. Lo wntrarb ocurre cuando la nsd6n está ya formada.

Cufniw XI: De la dureza &l Gobierno.-Lar paonui que no tic


nen nida en abmluto, como los mendlpos. tienen muehos hljM. La
h n es que se encuentran en el caso de los pueblos Idvenes: no le
cuesta nada al padre lepar su &do a 8118 hlks que aon ya. al nacer,
hmnnentoa de dlcho oíido. Estas gentes se multiplican a un plb
rico o supenNdoso. porque no sufren laa cargan de la .odedad, dno
que non ellos los que co~Utuyenuna aql pus la d e d a d . Pem
los que aon pobred por vivir en un Goblemo duro. los que mlnn Ns
urnas más como pmtexto pua vejaclones que mmo fundamento de
nt subd.tcnda. tienen poms hijos. Carecen de a h e n t o iedmo m
dtfan pnuir en comjwtlrlo?: no pueden euldanc m su# eniennc
dadea icómu podriin crlar ntñor aquej.das mtinuamenie de ua
enfemedad que es la Infancia?
La ilgerem pin hablar y la incapacidad m a u n l ~U, la que
ha hecho dedr que cuanto más pobres non los rdbditas. mAa numa
n>sul ion les famlllas: que cuanto m6n camada d n de hnpuatas.
mejor pueden pagarlos: dos d h n a s que hui perdido danm a les
Yonvpufaa y que laa perderin pn dnnpn.
La dureza del Ooblemo puede llegar idesllyfr loa m c i m i m t a
naturales por medio de los mlsmw m ü m l e n t a iuhuilea -1
no abortaban ha mujani ameriesnaa pn que NO hljM no tu*
m unos tui crueles?
CAPITUWXII: Del número de hombres y mrcjerea en los dbtintos
pa<aes.-Ya he dlchoas que en Europa nacen mls niflos que nlflas.
Se ha observado que en el Japón 2.9 nacen mls nlflas que nlflos. Par.
Wendo de las mimas condlclones, habrl mls mujeres fecundas .en
Japdn que en Europa Y, por conslgulente, mis poblad&.
Unas Relacionesm nos dIcen.que en Bantam hay diez mujeres
por cada varbn: semejante despropordón es exceidva. pues resulta.
ría que el ndmero de famillas es, con relación al ndmem
~--.~ --~fn.
de
millas en otros climas, como uno es a cinco y medlo. Las famllies
--. - -
~~~

podrlan ser mayores, a decir verdad. pero hay poca gente lo bastante
acomodada como para poder mantener una familia tan numero=.

CAPAUWXIII: De 10s puertos de mar.-En los puertos de mar, donde


los hombres se exponen a mll peligros Y van a morlr o a vivir en
clfmas remotos, hay menos hombres que mujeres: sln embamo, se
ven mls niííos que en cualquier otro lugar. Esto se debe a la faclll.
dad w n que se pueden mantener. Puede ocurrir incluso que las par.
tes oleosas del pescado sean mis adecuadas para proporcionar la
materla que slrve para la generación. Esta podrla ser una de las
causas de la cantldad inflnlta de habltantes que tlenen Japón"1 o
China a? p a l w donde se vive casi. exclusivamente de pescado m.SI
as1 fuese, ciertas reglas mon6sticas que obllgan a vivlr de pescedo
d a n contrarias a la intención del legislador.

CAPITUW XIV: De las producciones de la tierra que requieren m& o


menos hombres.-las palses de pastos estan poco poblados. porque
son pocas las personas que encuentran ocupación en ellos: las tlerras
de pan IYvar ocupan más hombres. y los vlfledos muchlslmos más
En Inglaterra= ha habldo con frecuencia quejas de que el
aumento de los pastos hada dlsmlnuk el ndmero de habitantes, y se
observa en Francia que la gran cantldad de viííedos es una de las
causas importantes de su gran población.
Los paísen en que las minas de carbón proporcionan materia$
comhustlhles. tienen La ventaja sobre los demes de que no necesltan
bosques. pudiendose cultivar todas las tlerras.
En los lugares donde se da el arroz, son necesarios muchos traba.
jos para regular las aguas, y as1 se da trabajo a mucha gente. Ade-
mas. para atender a la subslstencla de una familla se necesitan menos
tierras que en los palses donde se cultlvan otros granos, y, flnalmen.
te. la tlerra que se emplea en otros lugares para el alimento de Los
anlmales, slrve en estos inmediatamente para la subslstencla de los
*<a En el Ilb. XVI cap. IV.
V h u ~wrnn.'qulrnlnelvyc en i u oliru un eenio de mabm.
n be vlnJr8 que drutcmii I i o m el e~tublrc(m1,nlo MI lo c m p o t l l q
.s' C ~ l e c ~ l óde
MI Indloi. f. 1. ply. 817,.
2.1 El Jipbn r comwns de lilas' hay mucha ea,. y el mar abunda rn pcradol
S* 11 C ~ P . csu llene de army&.
SS* Veuis el P. ou H ~ r . u ct. 11. *m. 1MI 112 y ily.
2- .La mayor Psrta de 1- PmPletarlai'd&tcrrenm ecrlumn s u ~0sesIona;puc
.seabun m6s pmuacha & lu lana que del trlyu.. dlc= Burnet. Lu -unes (e
d-Ir el pueblo). que morlan de hambra e -ubl.v~mn. Y propum una ley .m
I I a : 'el Dmpla my errlbld * > U n d asui;to Y r hlelemb pmclsmaclonn contri Iia
quc h;tblin c=rni<lo sus 16i.r;iS. Hc'su8ii~iidc I< l l n M u de lo r,lorin.. @L%. 44 y El
Ii
DEL ESPIRIN DE LAS LEYES 295

hombres. pues el tral,ajo que realizan los anlmales en otros paises.


lo hacen al11 los hombres. Y el cultivo de la tlerra se convierte asf
en una inmensa manufactura.

CAPITUW XV: Del número de habitantes con relación a las industrias.


Cuando exlste una ley agraria. y las tlerras están repartidas con
igualdad. d pals puede estar muy pohlado, aunque dlsponga de pocas
tndustrlas, ya que cada ciudadano encuentra con que alimentarse en
- el trabajo de su tlerra. y todos los cludadanos juntus consumen todos
loa frutos del Dals. Esto es lo que ocurría en algunas antiguas repd-
biieas.
Pero en nuestros Estados actuales, los terrenos están dlstrlbutdos
ron desigualdad, producen m8s frutos de los que pueden consumir
quienes los cultivan: si se deseuldan las Industrias. dándose s61o
importancia a la agricultura, el pals no puede estar poblado. Los que
cultivan o hacen cultivar, tienen frutos de sobra y nada les obllga a
trabajar al afio siguiente: los fmtoa no serlan consumfdos por las
gentes ociosas. pues estas no tendrian con que comprarlos. Es preciso.
pues. que se establezcan las industrias para que los f m t m sean con.
sumidos por los labradores y los artesano. En una palabra,
Estados necexltan que muchas personas cultlven m6s de lo que p r e
clsan, y fiara ello hay que Inspirarles deseo. de tener cosas s u p d u a s
que d o pueden proporcionar los artesanos.
Las mlqulnas, cuyo ohjeto es aSreviar la industria. no son dem-
pre dtiles. SI una ohra tlene un precio medio, que conviene Igual-
mente al que la compra como al obrero que la ha hecho, las m8qul-
nas que slmpllficarían su manufactura, es declr, que dlsmlnuirlan el
~~Sunero de operarlos, serlan pernielosas: sl los molinos de agua no
ne hubieran establecido en todos partes. yo no los creerla tan dtlles
como dicen, porque han dejado oclasos una lnflnidad de hrazos. han
privado a mucha gente del uso de las amas y han hecho perder la
fertllldad a muchas tierras.

CAP~TUW XVI: De las miras del IegUIlador sobre la propagaddn de


l a especie.-Loa reglamentos sobre el ndmero de los ciudadanos de-
penden mucho de las clrcunstanclas. Hay palses donde la Naturaleza
lo ha hecho todo y, por consigulente, el legislador no tiene nada que
hacer. ¿Para que incltar a la propagación por las leyes. sl la fecun.
dldad del cllma da bastante población? A veces el cllma es mPs fa-
vorahle que el terreno: el puehlo se multlpllca. pero el hambre lo
destruye: es el caso de Chlna. donde los padres venden a sus hUas
y exponen a sus hljos. las mlsmas causas. producen en Tonkln m
los mismos efectos. y para expllcar esto no hay que recurrlr a la
creencla
....~en la metempsicodslw. como hacen los vlajem Brabes. de
~

los que Renaudot n o s ha dado la relación.


Por los mlsmos motlvos, la rellgión de Formosaaí no permlte a
las
. -
-. muleres
~~~
traer hljos al mundo hasta los treinta y Cinc0 aííos:
~

antes de esa edad. una sacerdotisa las hace abortar.


S" vtafei, de U~urinú<r.f. 11. *Y. 41
1s. ~1.l~. in.
,., V C . ~ 1. C U I K C I ~ ~de lo,
C O , O ~ O U L ~ ,dr
, Iiidiiir.
YCJI, "Y. .irt.i,von poro rr rrlnhlrriinli8ilo de 10
CAP~TUW XVII: c3?& Y el nümero de aw h~~biiaitar.-hmima.
leza del Gobierno produlo en Grecla el m h o efecto que en dertoi
países orientales producen c a u w fhlcan. Locr @legos c o a ~ ~ t i ñ ; i
una gran nacl6n. comDuesU de dudades, cada una de las d a te
nla su propio Goblerno Y sus proplas leyes. No eran mi. mqUtM-
dores de lo que pueden oer hoy las cludmh de 8uln,Holanda O
Alemania. En cada ReMbllca. el Icglslador haMa tenido pa ohjeto
la fellcldad de los cludadanos en el Interior, y un poder. en al a
rlor, que no hese inferlor al de les dudada, v e d n u m . Con un
queflo terrltorlo y una eran fellddad, era f4dl que el ndmero de los
dudadanos aumentase Y se convirtiese en c a w ; por em fundabm
continuamente colon las^ Y se vendfan como mldldos. como hian
hoy los suizos. No se descuidó nada de lo que poda lmpedlr una
multtpllcad6n excesiva.
Habla Repdbllcas cuya constltucl6n era ainpulsr: los pueblos KI.
metldos estaban obligados a proporcionar la suMBtenda a los du-
dadanos. y así.' los lacedernonlos eran alhnentados por los Ilotas,
los cretenses, por los perlaos, los teaallas. por los penesias. En
estas ReMbllcas, 8610 debla haber cierto ndmero de hombres Ubres
para que los esclavos esluvlesen en condidones de suminlstnrla los
vfveres. Declmos hoy que hay que Hmitar el número de las tmp.s
regulares: añora bleii. Lacedernonla era un ej6rclto mantenido por
campesinos; habla. pues, que Ilmitar dlcho eJ6rclto, sin lo cual, los
hombres libres. que tenlan todas las ventajas de la roeiedad, se hu.
bleran multlpllcado muchlslmo y los labradores no hublemn podldo
soportar la carga.
Ael pues, los polltims griegos se dedicaron de forma esyedsl a
resular el ndmero de los cludadanos. PlaIónm lo fija en cinco mn
cuarenta. y aconseja que se contenea o se fomente la p r o m 6 n .
se@n las necesldades. por medfo de los honores. la ve#- y las
advertencias de los ariclanm; pretende lnclumm que se r@e el
ndmero de los matrlmonfoe. de manera que el pueblo se renueve
sin que la Repdbllca se sobrecargue.
Dice Aristbtelesm que 81 la 14, del pals prohíbe expender a los
nlfloq hahrá que.limltar el nomero de los que cada uno deba e&
gendrar. Si se tienen mPs hijos de los que determina la ley, acon.
eeja Prr que se haga abortar a la muler antes que el feto tenga vide.
El mlsmo Arlst6teles nos refiere el medlo Infame de que se va-
llan los memmn para impedir la propaescl6n exceslva. pao a1 in.
tentar yo contarlo. me ha detenldo el pudor.
Hay Iugareq dice tamblen ArlaMtelesm, en que la ley eonvlerte
en dudadanos a los extranjeros, a los bastardos o a los que han na.
cldo solamente de madre cludadana; pero m CuPnto hny bidsntes
habitantes, dejan de hacerlo. Lw astvajes del Canadá queman a
8us prMoneros. pem si tienen cabaña8 vadas para darlea, lea
nacen como compamotas.
--
1.I Por el vnlor. la dlrlpllnu Y lox m $ . r r l e l o mlllurea.
I- ~ro mla. Q U ~w ~ b en n I. m m o e-. blelcmn lo nlrrno.
2- Cm 1" Llu~lus, Ilb. V.
::;x.,
*irm.
m Ub. v.
~ b :VIL w. XVI.
3'. mlt., Ilb. 111, cap. V.
DEL ESPIRITü DE LAS LEYES 297
El caballero Petty ha supuesto en sus cálculos que un hnmbre en
I n g h t e m vale ei m i m o preclo por el que le vendedan en Argel=.
Esto d l o a válldo p u a Inplatsrra; hay palsea donde un hombre
no vale nada. y hay o M s donde vale menos que nada.

C&WUJ XVIII: Del estado de lo8 pueblos antmbre8 a lo8 roma-


~8.-IWla. gidlla, Asla Menor, Eippfla. Calla y Germania estaban
mnatituidaa mán o menoa como Greda, por pe<luefm pueblos; te-
nIan gran cantidad de habltantes y no neeeaitaban leyes para au-
mentar n t n6mero.

Cufrvw XIX: Dembhcidn del universo.-Todas aquellas pwue-


flas repdblicas fueron absorbidas por una grande, y el universo se
fue devpoblando inaenaiblemente: no hay máa que ver lo que eran
ItPIla y Greda a n t e Y despu6s de las victorias de los romanos.
"QuMse me preguntedice Tito Llviolsa-d6nde pudieron en-
contrar los volscos bastantes soldados para hacer la guerra dwpu6s
de haber &o venddw tantan veces. Es pre~lsoque hubiera una
poblaci6n lnünita en aquellos p8rajes, que serlan hoy desiertos a
no eer por alguna soldados y esclavos romanos!'
"Loa oráculos se han terminado-dice P1utarco"-, pomue los
lugares donde hablaban han aido desuuldos; apenas podrlan encon.
hoy en Grecia tren mil guerrem!'
"No voy a d d b l r el E p h nl los lugares circunvecinos-dice
E8Vab6nnaL. porque aquellos palses están completamente desier-
toa La despoblaci6n. que empezó hace tiempo, contlnúa aún. de ma-
nera que los soldadas romanos tienen sus campamenm en las casas
abandonadas!' Enconir6 la causa de e& en Polibio. qulen dice que.
después de su victorls, Paulo Emilio destniy6 setenta cludades del
Eplm y se llev6 ciento cincuenta mil esclavos.

Cufni1.0 XX: Los m a n o s se vieron precúlmios a hacm 141es para


favorscar la gropopoddn & la especie.-Al destruir a todos los pue-
bloq los romanos ae destniipn a 81 mismos. Continuamente en ac.
d6n. usando de esfuerza y vlolencla. se gastaban como un arma de
la que siempre nos servimos.
No hablaré aqul del culdado que tuvleron de procurarse cluda-
danos= a medlda <Iw los Lban perdiendo, de Las ~ a c i o n e ques
blderon, de los derechos de. dudadanla que concedleron. ni de aquel
vivero inmenso de cludadanos que encontraron en siu esclavos. Dire
lo que blcieron, no para reparar la perdida de cludadanos. sino la
de hombres; y como fue el pueblo que mejor supo ajustar sus leyes
a sus proyectos, no es indiferente examlnar lo que blw a este res-
*.
S.rnU llbru eaellm.
2" M b . VI. u XII.
I.7 0- m&,: d. 10. OIICUIO. QW h." -do.
3..M b . VI1.,a., 496
in Y. h. tiatado de esto rn.~.. caifderarionrr iobr. iai causo, de 10 vande..
dwadmdn & loi m o n o s , aeap. XIII
Oipfiuw XXI: De ku leven de loa romanos sobre lo &
la especie.-Las antiguas leyes de Roma procuraron IndUr a los
dudadanos al matrimonio. El Senado y el pueblo h t d m a menudo
reglnmenm sobre esto. como dlce Augusto, en la arenga -da
por DI^ no.
Dionido de Hallcarnasonl no puede creer que. despu& de la
muerte de los treaclentos clnco fablos exterminados por los vcyos.
&lo quedase un nlño de aquel linaje, porque la ley antigua que or.
denaba a los cludadanos calarse y educar a w hljw aMba adn
en vigor nz.
Independientemente de la ley. los censores vlgllsmn h matri-
monlos. y segñn las necesidades de la Repilbllca los.fomentaron?
sirviendose de la verailenza Y de las penas.
Las costumbres, que empezaban a corromperse, contribuyeron
mucho a dlsmlnulr la inclinadón de los cludadanos al mavimmlo,
pues aquellos que ya no denten los placeres de la Inocenda. en-
cuentran en 61 6610 penalidades. Es este el esplrltu de la a n i y a m r
que Metello Numldico pmnundó al pueblo durante su cenaua. "SI
fuese posible no tener mujer, nos librarlarnos de ese mal. pero como
la naturaleza ha estableddo que casi no se pueda vivir fellces con
ellas, nl subsistir sin ellas. es preciso atender más a nuestra con-
servación que a eiertas satlsfaeelones pasajeras!'
La comupción de las costumbres destruy6 la censura. que habia
ddo establecida para lmpedlr la corrupcl6n de co6tumbres. pero
cuando dlcha corrupción se b l w general. la censura ya no tuvo
fuerza ns.,
Las dimrdias civiles, los trlunviratos y las proserlpcimes debl-
Htaron a Roma más que ninguna de las guerras.que habla empren-
dido: quedaban pocos ciudadanosne. y la mayoría no estaban c~slc
dos. Para remediar este tíltlmo mal, Cesar y Augusto mtablederon
La censura y ellos mlsmos se hlcleron censoresm. Hiclemn varlm
reglamentos con este fin: Cesarna d o recompensas a los que te-
nlan muchos hijos, pmhibl6m a las muferes de menos de niuenta
y dnco años. y que no tuvteran marido ni hllos. que l l e v e n pe.
drerlss y que se slrvleran de literas, metodo excelente de atacar el
celibato por la vanidad. Las leyes de A u O u s t o ~fueron mlls apre.
miantes: impusoW1 nuevas Penas a los que no estaban caados y
aumentó las recompensas de los que lo a t a b a n Y de los que tenlan
hijos. ~ B c l t ollama a estas leyes J u l l a s m ; parece que en ella. se
S" Llb. LVI.
SII Wb. 11.
r r i m ano m 1. fun<ladbn d. m.
s n v6.u io pu. hlclero. a nU "vedo. firo Lmo Ilb. XLV. e1 W-
dc no ~ m oI.I ~LIX; . A- amm, I I ~I.. =.v. m; vi-' Y-, . . up. a.
I I ~11
Ir4 W . I A Y W (krIh lb. 1 C.V.
i VI.
3.i v k a lo que he dlcbo rn 'el.llbm V. cap. XIX.
sr. cuando CUr manda h w r al o- drW(. d i I i m ". no -txM ir
9- an-u nul c n h i d. fsmla. Lp«onr. d. r i a n u i .obn n m -m.
D#CO& 11.
-.
*tr V&Y m. lib. XLIII. Y ~1111.hi A
*t. "a XLIII. U,,. XXv; S ~ n ~ * ~ ~d.. C" dt Wz, -vi XX; h.".,W. , U,
u 2 tY"m,". m
si. Dio* Ub. U V CP.. XVI.
n .io r s d; 1. wa
ddn u ~oliia.
su JrUu ,"w&kmi. A&., Ilb. 111. cap. U V .
DEL ESPIRIlU DE LAS LEYES 299
hablan refundido los antlguus reglrlmentos hcchos ruu el Senado
el puel~loy los censores.
1.a ley de Augusto encontri> mll obntáculos; treinta Y cuairo
añoszm despues de haber sido promulgada, Los caballeros romanos
le pldleron su revocación. Augusto mandó ponerse a un lado a los
que estaban casados y a otro a los que no lo estaban: estos Qltlmos
aparederon en mayor cantidad, lo cual asombró a los ciudadanos Y
los dej6 confusos. Con la gravedad de los antiguos censores. Augusto
les habló de esta manera=:
"Mientras las enfermedades y las guerras nos llevan a tantos clu.
dadanos. ¿que será de la cludad SI no se contraen u .;S matrlmonios?
La dudad no conslste en las casas, los I>órtlcos y las plazas públi.
cas, sino que son Los hombres quienes la constituyen. No veréls sur.
gir hombres de dehajo de la tlerra, como en las fál~ulas.para cuidar
de vuestros negoclos. No permaneceis célibes para vivir solos, pues
cada uno de vosotros está acompañado en su mesa y en su lecho y
no buscáls mas que la paz en vuestros desarreglos. ¿Os atrevet'eis
a citar el ejemplo de las vlrgenes vestales? Pues si no guardllis las
leyes de' la pudlcla habrá que castlgaros como a ellas. Sois malos'
cludadanos tanto si todos imitan vuestm ejemplo, como si nadie lo
sigue. M1 Únlco objeto es la perpetuidad de la República. He aumen-
tado las penas de los que no han obededdo, y en lo que respecta
a las recompensas. son tales que no se que la virtud las haya tenldo
nunca mayores: por recompensas menores hay homhres que e x w
nen s u vida; jno serán estas capaces de animaras a tomar mujer y
a criar hijos?"
Promulg6 la ley que se llam6 Julia, por su nombre, y Papia Popea.
por Los c6nsules 286 de una parte de aquel año. La magnitud del mal
aparecfa en s u mlsma eleccibn: DlonzM nos dice que no estaban
casados nl tenlan hijos.
Esta ley de Augusto era en realidad un Cédigo de leyes y un
cuerpo slstemátlco de todos los reglamentos que se podían hacer
sobre dlcha materia. Se refundieron las leyes Jullaszm y se les dio
m6s rigor: tienen tantas mlras e influyeii snbre tantas cosas, que
constituyen la parte más hermosa de las leyes clvlles de los romanos.
Se encuentran trozoszsa dispersos en los preciosos fragmentos de
Ulplano. en las leyes del Digesto sacadas de los autores que eserl.
tileron sohre las Leyes Paplas, en Los historiadores y dcm6.s autores
que las han citado, en el Código Teodosiano que las abrog6, en los
Padres que Las censuraron. sln duda con un celo digno de alabanza
por las cosas de la otra vida, pero con muy m conocimiento de
las cosas de esta.
Estas leyes contenlan muchos tltulos, de los que se conocen trein.
ta y clnco 2m. Pero entrando en ml tema lo más rápidamente posl.

= i r EL ano 702 iic in rundacinn d i noma. nin*. )lb. LVI. col>. T.


1.6 nr rbmvlndo c m iwcnsa ~ u cr i de una lnnpitun ;i~ol>i;inte: *ti r-iali,
P" Dl*". Ilb. LVI.
ii. uorcus uutl~i~ ni e. P ~ > P Ouii~ s.hkt<s. ritos. I I ~ .LVI.
si. DIO*. , Ilb. LVI.
n.7 El tltuio X N de lar B'momrntai, de Ili.?rr~O. dietinsuc wñsetnmlrite la ley
Julln de la ley Pspia.
l.. I*EPU.(I m- l a h i com.llido.
$ 8 . Eitr Ultlmn aU atado en 11 ley 10. lf. d r ri<l#nuntMmtn.
ble, emperaid por el titulo n4l)tinio. ntwn Aulu OeltonS y que se
M e r e a l w honmes y 11w m.tmilxBnaanconrcdldru por esta ley.
io# romano* pmceüeiites en su rmlyoria de las ciudades latinas
que eran d o n l a s de l a lacedemonlos~~. habían'aacado de dlchas
dudaden= parte de sus leyes. Y tuvleron. como los Iaeedemonios.
8imm reilpcto a'la vejez, otorgándola toda clase de honores y de dls-
ündonea Cuando la Repábllca careció de ciudadanos. se coneedl6
al matrimonio Y al námero de h W las prermgatlvas que eran antes
proplu de la edad=: unas eran 6610 para el maWmoillo con In.
depcndmd. de l w hllos que pudleran nacer. lo que se llamaba
é l dasebo de los marldca. Se dieron otras a los que tenlan hljos,
slendo mayotea las de aquellos que tenlan uw hljos. No hay que
mnhindir es3M trea emaa Habla prlvilepios de Los que d i s t ~ t a r o n
demgn ion euadoh como. por ejemplo, un lugar particular en el
taMI.<; habla o M s de los que &lo disfrutaban cuande no se los
quitaban personas que tuvleran hlloe o que los tuvlesen en mayor
ndmm
Dlchca prlvüegica estaban muy extendidos. Los casados que te.
nIpn mayor número de hilos, eran slempre preferidoszm en la soll.
cltud de ioa honores o en el ejerclclo de dichos honores. El cónriul
que tenía m.46 hllw tomaba primero los h a c e s ~y podla eleglr las
provlndasa; el senador que tenla mPs hUos figuraba en prlmer
lugar en el Catálogo de los senadores y tomaba la palabra el primero
en el Senado=. Se podla llegar a la magistratura antes de la edad
rdasnenfaria. porque cada hljo dispensaba de un a n o . El que
tenla Um hlke en Roma estaba exento de todas las cargas perso.
nalesap LP8 mujeren librea que tenlan irea hijos, y las libertes
que tanlui cuatro, saüanm1 de la tutela perpetua a que estaban so
metidas= por Lu antlguas leyes de Roma.
Pero d habla recompensan habla también penas? Los no ca-
mdoi no podían reclblr nada por el testamento de los extranjeros Jor.
Y l a que. slendo CasadOs, no tenlan hijos, no reciblan mis que la
mltadm. "ion r 0 m d C e PlutarcoaoLse casaban para here-
dar, no para tener heredero~".
h ventajas que marldo Y mujer se podlan dar por testamento
estaban limltadls por la ley. Podlan dejarse todom si tenlan hljos
*N Ub, 11, cap. XV.
a.. QO*I.m IHIYUu-
m di UdO. d. Roma
a*
iucl<ld.6El~
envi.- a h n r leyes mkgai m m n m Atenas y i

.* A- 118. 11. UD. XV.


n. -
T ~ ,A" K ? IO,I ,0.DUD.
Ak . XLIV.
a,. U: m w n n w # MMmrrm lr rondidotia p n i w
irni. w d 1.2ha&:.
s n A- a m 11. c. XV.
T k , A&*. lib. x%! o i ~ XIX.
.
.*a Vk.. l. ,l 4 t 6 n. d. drcuMo.
.
ni vaem i. i.u 2. ii. .L -a.
ir u, 1. I s r iv 2. n. da vaca. e: -ti (IIY~~I
S.. rm@.,us d. . -u U t XXIX, t s.
m Pus,- VM. d. *""a
ni v - ioi rnonrrroi. d. u v u m . Ut. XIV, xv. XVI. XVIl Y *VI11 que
d o n r i i uno d. I<* m . b*lI<*Ir-ntoi
( d. I i a n U m JurUpm&mch &m-
+* laoq Ub, 1. UD. IX. 8610 r n e l b h d. 1- p.dia; &#m., d. U-xo

".
Ut IVI. 1 I
.U &&ub. 1. a% R r in. .ni...md. T w . Do <nfl(~. -ti caub. e:
eblw.
OQI" mrrmr:
Del .mor d. 10. Dd". mm MI nu bUoi.
8-7 Vh.. M m inl. d.UIb en loa nwmntm, d. Uuirm Ut. XV y XVI
DEL ESPIRITU DE LAS LEYES 301
el uno del otro; sl no los tetilan. podlan recibir la dedma parte de
la sueeiión, a cauep del matrimonio, y d tenlan hijos de otro mi.
ulmonio, podlan dejame tantas décimas parte8 como htlm tuvleran.
Si un marido se alejaba- de ni mujer por otra cauea que no
fueran los asuntos de la Repábllca. no podla m el heredero.
La ley daba al marido o a la mujer superviviente dos a ñ o s m
para volverse a casar, y aiio Y medio en caso de dlvorclo. Los padres
que no querlan casar a sus hljos o dar dote a sus h i b , se velan for.
zados a hacerlo por los magistrados 810.
No se podlan hacer es~onsalessl el matrimonio debla ser diferido
durante m& de dos aflosall; Y como no se podla contraer matrlme
nio con una joven de menos de doce &os, no podlan hacerse los
desposorios antes de los diez anos. La ley no querla que se pudiera
gozar de los privilegios del matrimonio inátilmenteaz y con el pre-
texto de los desposorios.
Estaba prohlbldo que un hombre de sesenta anos313 se casara
con una mujer que tuvlera clncuenta. Como se hablan dado grandes
prlvileglos a los casados, la ley no queria que hublera matrimonios
Inútiles. Por la mtssna raz6n. el Senadoeonsulto Calvisianoa1t decla.
raba llegal el matrimonio de una mujer de mis de dncuenta &o#
con un hombre que tuviese menos de sesenta; de manera que una
mujer de clncuenta afios no podla casarse sin incurrir en las penas
de estas leyes. Tlberlo aumentó al6 el rigor de la ley Papia y proMbi6
que un hombre de sesenta afios se casase con una mujer de menos
de cincuenta; de manera que un hombre de sesenta no podla casar-
se en ningún caso sln incurrlr en la pena. Pero Claudlo3ls abrog6
lo que se habla hecho en tlernpo de Tiberio a este respecto.
Todas estas dismciones estaban mis en consonancia mn el
clima de Italia que con el del Norte. donde el hombre de sesenta
anos es aún vigoroso y las mujeres de cincuenta años no son gene-
ralmente esiérlles.
Para evltar una limltaci6n indtil en la elecci6n que se podla ha-
cer. Augusto permitió a todos los hombres libres que no fueran se.
nadores 817 casarse con libertarais. La ley Papla prohlbla a los e
nadores el matrimonio con mujeres manumitldas o que se hubieran
mostrado en el teatro. En tiempo de Ulplanom se prohlbla a los
hombres Ilbres casarse con mujeres que hubiesen Uevado mala vlda.
que hublesen actuado en el teatro o que hublesen sido condenadas
en julclo pdbllco. Esto debl6 establecerlo algún Senadocoilsulto. En
tiempo de la Repáblica no se hablan hecho apenas leyes de es,¿
"m
m M.,
&A,d6.i Uuvutto,
u i u o . Ut. XVI
tu. XN'
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.N a u ~ l i lE O ~ I . ~
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m ~ , o I .1-0 d. 1-10. en Dio* 118. Ln. su-n V u a de ~ u o u t o ,capl.
N o =N. Ol?u 1.y- lullu M10 c&dhron bn
año. y'UnaIIIMtC 1. LCY Papla
dio b:&m.. d. U -
, Ut. X N . eW inn no n u u h n al pvcblo y Aunuu,
iu a M l p n b i o h . .ndunci. r l l l n I i dUo.1d6n que hublcr pn m n i r l u .
ir En rl eprnafe S6 de 1. ley 1 -. I 10 a.d. w r nrn<taai.
**i V b Dm* Ub. LIV on.. 198' 8;c&tU0'lR OcloW OP .. X U U V .
iu vciu en órai iia h.Y &bi& .a mo* I. 1-0 de AWO, ~tb.LVI.
318 -m., dc ~ I i m o .UL'XVI; w
n del md: de nugtt(..
.t.
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-. d. Uvuw UI. XVI. t s.
V&.e Scm',okm. IR ChWI.. "D. XXIIL
an. V C i r S-la Vld. d. C M 0 UD. UUII; M., d. U u m g U t XVI, t a.
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; u en I. a. d. r ~ nuptli-.
u uiul.
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v~~~ h # m . . d.%,m-. UL W y XIV.
ciase, porque los cenenw corregían los des&denes que naclan -
este reapeao o impedían que m#eran.
CamiantlnpSi him una ley la cual combuendía en la pro
hibkidn de ia ley Papla. no mlamente a ion senadores, dno tunbl6n
a los que tenIan un rango considerable en el Estado. sln hablar de los
qu4 eran de condiddn hferlor; Y esta ley fonnó parte del derecho
de aquel tlenlpo. 8610 a los hombres Il8dd-X Ubres, comprendidos en
la ley de Constantlno, les estaban pmhlbldoa tales matrimonios. J w
tiniano= abrogó a su vez la ley de Constantino y pennftl6 a toda
clase de personsl que contrsleilen dtchos matrimonios; por em he.
mos adquhido tan triste libertad
Está claro que las penas impuestas a los que se casaban contra-
viniendo las leyes. eran las mismas que las que ae imponía a los
que no se cssaban. Estoe matrimonios no proporcionaban ninguna
ventaja civil a:la dote caducaba m despues de la muerte de la
mujer.
Augusto adjudle6 al tesoro públlmw las sucesiones y los 1-
dos de aquellos a quienes las leyea declaraban Incapaces pam la
sucesi6n. m lo que dlchas leyen parederon ilsealea más que poUtim
y civilp. El fastldio que caueaba una carga que ya pareda agobian-
te, aumentó con el de verse continuamente expuestos a la eodida del
fiseo. Esto fue motivo de que, en tiempos de Tiberio, se modifica-
s e n a aquellas leyes: de que Ner6n disminuyese las recompensas
de los delator esa^ al fiseo; de que Trajanom refrenase sus pliia-
les; de que Severoaao modificase estas leyes y de que los jurfeoon-
sutos las considerasen como odiosas Y abandonasen su risor en sus
d€cMones.
Por otra parte, los emperadores debllltaron estas l e y e s a con
los prlvlleglos. otorgando derechos de maridos, de hijos y de ires
hijos. E hicieron más aún: dlspenearon a los particulares m de las
penas de estas leyes. Pem pareda que las reglas estableeldan para
la utiUdad públka no deblan admitir dispensa ninguna.
Era cosa razonable conceder el derecho de hijos a las vestales-
a pule la reli8idn mantenía en una m i d a d necesaria: Igual-
m e n t e z s e dio el privilegio de los maridos a los soldados, porque
no H a n casarse. Era costumbre exlmlr a los emperadorea de la
suledón a ciertas leyes civiles. Asl, Augusto, estuvo exento de la
"i V L u U 1.Y 1 de1 cam d. MI. u*
.U Non.&. 117.
14 m. 1 7. k d. me. U m . ; Fmnm. de V i r w o . Ut. XVI. 1 2. .
".
m
.yFmm, <m.
' V L u e l cap. XIII del Ubm XXVI de cita obra.
a
en el
6.E.D10 m. amtm
cm.d. d.
toU.nd.
-. V h m.,
d. U- Ut. XVIII. Y 1. i.r shle..
Rdmum d. modemda PWia m e . . T k m , -A Ub. 111. =p. U V .
m
. V. . -u
L ...,
.P . -
ni Lu ndulo a la marta p.m. S
-. ...-
.r.
a -- -. .-
-,n i mmn .
u-, en N-. cap. X
a" W e m im
d m L(LQ pan
el m., de .
-U
e .1uemm de Lu d u p d d m n d. U U y PCph hi.u loi rcinu.
Y nllite pan Ii. hembra# c@n u dduc. &.lmdo
Ut. XVI. m. lo aw d l c c : ~ n n n h o .A-., cap. IV.
m P. E- it pueblo 1i. u * t u m h r audi

.
ni N
del. i b w que r h;bh lnVomrcldo miuhtanh tn aue el h o a d W v o d a d -1 mimno
m.lw a u .l hllo ni,"",,
88s v*r h 1 w a~ u d.
A&
nwmemm.
d.
ello. M. v. C.P.
8" Pm a ! Lcy -d. .&mtmo 1.I dlo el m U m ~Wniulo a u l u iiudrr. V h
Dnr. Ub. LVI. N- 1.. h i b h .1 .mU.uo m r i l u l o tu mw- .a
"
tenun ~n b. Y nr rmri.u m no utvr 0v.dor. ~ m - , en U VUD d. ~ u n i o .
.M C 1i
W lo -6.
DEL PSPIRrm DE LAS LüYñi 303
1
ley que llmltabn la facultad m de manumitir y de ia que Ilmitaba la
facultad de legar m. Todo e& no eran dno c a m ~ partlnilirea, m
mlil Urde se d l m dl8pemaa Bin medida y la regla ya no fue más
que una excepcldn.
Aleuma sectas iiloudficas hablan intmduddo ya. en el imperio.
cierto wpíritu de alejamiento por los asunica púbUaor que no hu-
biW.9 wdldo ~ ~ ~ I W tanto
S T en los tlempoe de la RepQbllcata. cuan-
&~oelmundoseoeupabaenlasartesdela~crrapdelapu.
De ihl N 4 1 6 la Idee de rerfaci6n relaclonnda con todo lo que lleva
a una vlda especulativa, así como el alejamiento de lo8 culdidas y
IM m o l d a s de una famllla. L. rellgl6n crktiana. llegada despues
de esa filosofía. fijd, por declrlo así, ideas que aqu6lla había p r e
parado.
El a'Iailanimno dlo su carácter a la jurlsprudmcia. pues el impe
rio tiene Biempre relación con el -ocio. Puede verse el Cddigo
Teodadsno que no es m9s que una continuación de las ordenanzas
de 1- e m p e r a d ~ulstlanos.
~
Un pane%rlstaw de Constantlno dice a este emperador: "Vw,
M s leyes están hediae 6-510 para corre& las vidos y regular las
matumbrea; habels quitado el artlfido de las antlguas leyes cuyo
único fin pareda tender umnpas a los incautos."
Es cierto que los camblos intmduddos por Constantino se basa-
ban en ideas coneernlmtPs al estableclmiento del erlstianlsmo, o en
idean tomadas de su perfecddn. De este prlmer objeto se derlvan
aquellas leyes que dieron a los oblspos tanta autoridad. que han aldo
el fundamento de la jurlsdicd6n ecl&ásUca: de ahí tambi€n lail
leyes que delimitaron la autoridad paterna m, privando al padre de
la propiedad de los bienes de sus hilos. Para pmpaear una reiisi6n
/ nueva hay que m w i m i ~la dependencia extremada de los h l h .
quienes tienen siempre menos apego a lo establecido.
ias leyes que hizo teniendo por objeto la perfección erlstlana
fueron, sobre todo. aquellas que suprimieron las penas de las leyes
paplasm; de ellas eximid tanto a los que no estaban casados, como
a los m o s que no tenían hllar.
"Estas leyes hablan nido establecidasdice un W r i a d o r a u
~ c o - m m siola muitipllcación de la especie humana pudlera
ser un efecto de nuestras cuidados, m lugar de ver que el número
mece y decrece sf6ún el orden de la F'rovidenda:'
i a principios de ia rellpidn han influido exhmiharIamente
.obre la pmpngadón de la e- humana, bien fomentándola eomo
entre h judío#, los mahometnn~U,ica guebrw y las fhlnw bien
poniéndole Mba8, como hideron los romanos eonvertldos al erls-
tlanbmo.
I No re dejó de predlcar la continencia, es dedr, la vlrtud que ea

Ii. 1
S
..
*ir
. A&
DIO"
v&
.u",, u. d. u " " ~
M. LVI.
m ioi onc~~..O. di-.
1 1.~ . ,
M. I. ri ldcu iobra nt* e < u O. -
a.1 -m01 Ub. 1. UD. IX.
tanto m8a perfecta cuanto que, por naturaleza. debe ser Dracticada --
por muy poca gente.
Constantino no había suprimido las leyes declmarias, que daban
mayor extensión a los dones que el marido y la mujer podan hawe
en proporción al número de sus hljos; Teodosio el joven abro&
tamblen estas Leyes.
Jwtinlano declaró v4lidosMa todos los matrimonlos que las le-
yes Papias hablan prohlbldo. Estas Leyes dlspusleron que todos se
volviesen a casar; JustinianoM' coneedl6 ventajas a los que no se
volvlem a casar.
Por las leyes antiguas no podía privarse a nadie de la facultad
natural de casarse Y tener hijos. Así. cuando alguien reclbla un l e
gadom a condición de no casarse, cuando un paMn hacia juraras
a su liberto que no se casaría Y que no tendrfa hljoe, la ley Papla
anulaba%; dlcha cliusula Y dicho juramento. Las cl6uaulas de man.
tenerue en viudedad establecidas entre nosotms, wntradlm. pues,
el derecho antiguo Y se derivan de las constituciones de los empem.
dores. hechas por Influencia de aquellas idees de perZecci6n.
No hay ningulla ley que contenga una a b m c l 6 n expresa de los
prlvlleglos Y de Los honores que los romanos paganos hablan wncP
dido a Los matrimonios Y al número de hijos. P m allí donde el cell.
bato tenia preeminencia, no podía ya haber honores para el matri-
monio; y una vez que se Pudo obllgar a los arrendadores públlcos a
renunciar a tantos provechos con la abollclón de las penes. se ve
claramente que fue aún m4s f4cil suprlmir las recompensas.
La misma razón de esplrltualidad que habla permitido el celiba.
to. impuso pronto su necesidad. No qulera Dios que hable aqul contra
el celilnto adoptado por la religión, pero no puedo callar contra ese
celibato a que ha dado lugar el Ilbertlnaje. ese en que. corrompiendose
ambos sexos por los mismos sentimientos naturales, huyen de una
unión que debe hacerlos mejorcs para vivir en aquella que Los hace
siempre peores.
Es una regla sacada de la naturaleza que, cuanto m4s disminuye
el número de matrimonios que pueden contraerse, mas se corrompen
los que se realizan: cuantas menos personas casadas haya, menos
fidelldad habrá en los matrimonios, del mlsmo modo que hay más
robos, cuantos m48 ladrones hay.

CAP~TUW XXlI: De la ezposicidn de los niBos.-Los primeros roma-


nos tuvieron una buena policía a promlto de la exposici6n de los
nlños. "Rómulo-dlce Dionlsio de Hallcamaso m-impuso a todos los
ciudadanos la necesldad de educar a todos los hijos varones y a la
mayor de las hijas. Si los nlños eran deformes o monstruosos. per-
mitía exponerlos. despues de haberlos mostrado a cinco de los veci
nos mas próximos.
R6mulo no p e r m i t i ó ~matar
~ a ningún niño que tuviese menos
DEL ESPIRIN DE LAS LEYES 305
de tres años. con lo cual concillaba la ley que daba a los padres de
d o de vida o muerte &re sus hijos y la que prohibía exponerlos.
Se encuentran tambien en Monislo de Halicarnasow que la ley
que ordenaba a los ciudadanos casarse y criar a todos los hlfos esta-
ba en vigor en el año 2-77 de la fundación de Roma: se ve que el uiu,
habla restringido la ley de Rómulo, que I>ermitla exponer a les htlis
menores.
No tenemos conoclmlento de lo que estatuía la ley de les Doce
Tablas, promulgada en el año 301 de la fundación de Roma. mbre
la exposlci6n de los nlños, mas que por un pasaje de Cicerónwl. el
cual, hablando del tribunado del pueblo dlce que fue asflxlado nada
más nacer, como el niRo monstruoso de la Ley de las Doce Tsbles.
Así, pues. los niños que no eran monstruosos se conservaban, y la
ley de las iJwe Tablas no cambió en nada las instituciones preee
dentes.
"los g e n n a n u l c e T P c i t o ~ ~ nexponen
o a sus hijos, y, entre
ellm. las buenas costumbres tlenen m66 fuerza que las buenas l e
yes en otros lugares!' Así, pues. había entre los romanos leyes contra
ese uso. que ya no se seguían. No se encuentra nlnguna ley m a -
na= que permlta exponer a los nlños; fue. sin duca, un abuso fn.
troduddo en los últimos tlempos. cuando el lujo acabó con la Hber-
tad, cuando las riquezas compartidas se llamaron pobreza Y CUando
el padre, creyendo que lo que daba a su familia constituía una pér-
dida. dlstlnguió claramente entre familia y propledad.

CAP~TUW XXIII: Del estado del unizierso despuds de la destrucciún


de los romanos.-los reglamentos que hicieron los romanos con el
fin de acrecentar el número de sus ciudadanos surtieron eiecto
mlentras la RepQbllca. en el vigor de su instltucibn. no tuvo que
reparar m66 que las pérdidas que ocaslonaba su valor, su audacia,
su firmeza. su amor a la gloria y su misma vlrtud. Pero Pronto les
leyes m4s sabias no pudieron restablecer lo que habían abatldo SU.
eeslvamente una Re~ública moribunda, una anarquía general, un
Gobierno militar. u i imperio duro, un despotismo soberbio. una
Monaiquía debll y una Corte estúpida, ldlota y supersticiosa. Parecía
aue .
m-. . . hablan conaulstado el mundo rara debilitarlo y enWgarlo
a610
sin defensa a los ~ b a r o aLas naciones godas. gkticas. sarracena8 Y
Mrtaras. los oprlmleron sucefdvamente; pronto los pueblos blrbaros
no tuvieron que destniir más que a pueblos bárbaros. Por eg> en los
tiempos nútlcos. despues de las inundaciones y los diluvios salieron
de la tlerra hombres amados que se exterminaron.

CAPITUW XXIV: Cambios acaecidos en Europa respecto al número


de habitantes.-Dado el estado en que Europa se encontraba, q
increíble que pudiera restablecerse. sobre todo cuando en aemP0
de Carlomagno no wnstltuy6 m48 que un vasto Imperio. Pero a cau-
sa de la naturaleza del Goblemo de entonees, se dividió en una
0" Ub. IX.
8.1 Wb. 111. d. Iwlb.. enp. XIX
I i De nrris. m. u p . X1X
>s. NO I
.
b m .l di.aO. "m& titulo iob" c*o: e1 t1t"l. del e6dm .o ddln
d
.". como *m- 1" novel.. .
Infinidad de m u e f i a s soberanlas. Cada sefior vivia en su villorrio
o a su cluded. Y no era grande, rlco ni poderoso; Y aún m8s. no
.oísba de seguridad m& que en relación con el húmem de sus ha.
bltantes: por eso cada uno se dedlcó con particular atención a ha.
cer florecer sil Pepueiio País, Y lo consiguieron en tal medlda que.
a peaar de las Irregularidades del Gobierno, la falta de conoelmien.
tos sobre el comercio, que despues se adquirieron. y el gran nú-
mero de guerras Y de querellas que se suscitaron sin cesar. hubo en
la mayorla de las comarcas de Europa más habitantes de los que
hay en la actualidad.
No tengo tlempo para tratar a fondo esta cuestión. pero citar6
las pmdlglosos ej6rcltos de los cruzados compuestos de gentes de
todas cla6ea Pufendorff dlcem que en tlempo de Carlos IX habla
velnte millones de hombres en Francia.
Las perpetuas reuniones de varios Estados pequeiios han produ-
cido esta dlsminuclón. Antiguamente cada ciudad de Francia era una
capital; hoy no hay mzís que una grande. Cada parte del Estado era
antes un centro de poder; hoy todo va a parar a un centro, y dlcho
centro es. por declrlo asl, el mismo Estado.

CAP~IJW XXV: Continuacidn del mismo ta~na.-Verdad es que Eu.


ropa ha aumentado mucho su navegación desde hace dos siglos. lo
cual le ha procurado habitantes, al tiempo que la hacla perder otros.
Holanda envía Cada año a las Indias un gran número de ma.
rineros. de los que sólo vuelven las dos terceras partes: 10.. demzís
Perecen o se establecen en las Indias. Lo mismo debe ocurrir en
todas las demzís naciones oue exolotan ---- m m n m r r i".n
---- - este -v...-.-.

No hay que juzgar de Europa como de un Estado particular que


sostuviera por si solo una gran flota mercante. Dicho Estado aumen-
taría de pob~adón.porque todas las naciones vecinas vendrlan a m.
mar parte en la navegación Y acudirían marineros de todas partes.
Europa. separada del resto del mundo por la religMn m. por vastos
mares Y por desiertos, no se repone de ese modo.

CAP~IJW XXVI: Condemencias.-De todo esto hay que concluir que


Europa neeeslta todavla leyes que favorezcan la propagación de la
especie humana: por eso, del mismo modo que los polítlcos grlegos
nos hablan siempre de aquel gran número de cludadanos aue aupp
nían una carga para la República, los políticos de hoy no nos ha-
blan más que de los medios propios para aumentarlos.

CAP~WW .XXVII: De h ley hecha en Francia para fomentar la wo.


pwaci6n de h e8pede.-Luls XIV señaló clertas penslonesm para
lar que tuvieran diez hUm Y otras mayores para los que tuvieran
doce. Pero no se trataba de recompeiisar prodlglos. Para dar clerto
espIrltu general que indtase a la propagación de la especie, habla
que establecer recompensa8 generales o penas generalee, como los
romano6
DEL ESPIRIN DE LAS LEYES 307

~ ~ P f n iXXVIII:
w C6mo se me& remediar h deapobhción.-Cuando
un Estado se encuentra despoblado por accidentes particulares como
guerras, pestes o hambre, hay recursos para repoblarlo. Los hom-
bres que quedan pueden conservar el amor al trabajo y a la lndus
tria, pueden tratar de reparar las deagraclaa y la mlama calamidad
los hani m& industriosos. Pero el mal es easl Incurable cuando ia
despobladón tiene su orlgen profundo y remoto en un vido lnterlor
O en un mal Gobierno. Los hombres han perecido. en ese caso. por
una enfermedad insensible y habitual: naddar en la inaeel6n y en
la mlserla. en la violenda y en los prejuicios del Gobierno, se han
vlsto destnilr, sin comprender siquiera las causas de su destnicción.
LOS países devastados por el despotismo o por las excesivas venta-
jas del clero sobre los laicos constituyen dos grandes ejemplos.
Para restablecer un Estado despoblado de este modo. se esperarla
en vano el aocom de los nliios que podrían nacer. Ya no es d mo-
mento; los hombres. en su desierto. están sln ánimo y sin Indus.
trln. Con tierras para alimentar a un pueblo, a m a s tienen con que
alimentar a una familla. El bajo pueblo, en estos paises, ni SiquleTa
tiene parte en su miseria, es declr, en las tierras incultas que abun
dan por todas partes. El clero. el príncipe, las ciudades, los grandes
y algunos ciudadanos principales, han ido adueñándose de todo el
territorio y este queda ineulto: Las familias destruidas les han de-
jado los pastos y al trabajador no le queda nada.
En esta situación habrla que hacer en toda la extensi611 del Im-
perio lo que los romanos hacían en una parte del suyo: practicar
en los períodos de escasez lo que ellos observaban en la abundan-
cia: distribuir tierras a todas las familias que no tienen nada. p r o
curarles medlos para roturarlas y cultivarlas. Esta distribuclón de-
bería hacerse en el momento en que existiera un hombre para red.
blrla, de manera que no hublera un momento perdido para el trabajo.

CAP~TUW XXIX: De los hospitales.-Un hombre no es pobre porque


no tiene nada, sino porque no trabaja. El que no tiene niIIgiin blen,
pero trabaja, vive con tanta holgura como el que tlene cien escudos
de renta sin trabajar El que no tiene nada. pero tiene un oflclo. no
es más pobre que el que tiene diez arpentes de tierra proplos Y debe
trabajarlos para subsistlr. El artesano que ha dado a sus hijos su
arte como herencia les ha dejado un bien que se ha multiplicado en
proporción a su número. No ocurre lo mismo con el que tiene diez
arpentes de t i m a para vivir y los reparte entre sus hijos.
En los palses comerciantes, donde mucha gente no tiene más que
su arte. el Estado se suele ver obllgado a precaver las necesidades
de las ancianos, los enfermos y los hu6rfanos. Un Estado bien orga-
nizado saca esta subsistencia del fondo de las mismas industrias,
dando a unos el trabajo de que son capaces y enseñando a otros
a trabajar, lo cual es ya un trabajo.
Las limosnas que se dan a un hombre desnudo en las calles no
satisfacen las obllgaclonea del Estado, el cual debe a todos los du-
dadanos una subststencia segura, el alimento, un vestido decoroso y
un genero de vlda que no sea contrario a la salud.
Aureng-Zebw. a pulen se preguntaba por que no construla bos.
pitales. d l h : "Haré tan rlco m1 imperio que no neeesltad hosplta.
les." Tendría que haber dlcho: empezar6 por hacer m1 Imperio rico
Y luego construlr6 hos~ltales.
Lns rlquezas de u n Estado suponen mucha Industria. No es p+
slble que en tan gran ndmero de ramos del comercio no haya siem.
pre alguno que sufra. Y por consiguiente slempre habra obreros en
neeesfdad momentánea.
Entonees cuando el Estado debe aportar un socorro ripldo.
bien para evitar que el pueblo padezca o para evitar que se subleve:
en este caso hacen falta hospltales o reslamentoa equivalentes que
puedan atajar la mlseria.
Pero mando la naci6n es pobre, la pobreza particular deriva de
la mlserla general Y es. por dedrlo asl. la miseria general. Todos los
hospltales del mundo no bastarian para remediar esta pobreza par
t i d a r , dno que, por el contrario, el espIritu de pereza que Insplran
aumentarla la pobreza general Y, por comlguiente, la particular.
Enrique VI11< al querer reionnar la IglRlfa de Inglaterra, aca.
M con los monjes, nacl6n perezosa de por sl Y mantenedora de la
pereza de los demis, Pues como practicaban la hospltalldad. una h.
flnldad de ociosos, gentilhombres y burgueses pasaban su vlda yendo
de convento en convento. Supriml6 tamhl6n los hospitales donde el
bajo pueblo encontraba su sustento, como los gentllhombres en los
monasterios. A partir de aquellos cambios se estableel6 en Inglaterra
el espíritu de comercio v de -.. ..--..
lnduatrta
Graclas a los ,hos~ltaléé.en Roma viven Iilen todos menos los que
tribajan. los que tlenen Industria, los que cultlvan las artes, los que
tlenen tierras Y los que se dedican al comerclo.
He dlcho que las naciones rlcas necesitan hospltales, porque la
fortuna está sujeta en ellas a mll accidentes; pero es evidente que
los socorros pasajeros serán mejores que los estableclmlentos per-
petuos. I el mal es momentáneo. necesita pues un remedio de la
misma naturaleza. aplicable al accidente particular.

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