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El Estatuto de Protección al Consumidor (Ley 1480 de 2011) agrupa las acciones jurisdiccionales
creadas por el legislador mediante el decreto 3466 de 1986 y las leyes 446 y 472 de 1998,
permitiendo así conocer con exactitud, cuáles son las autoridades competentes para llevar a cabo
dichas acciones y el procedimiento correspondiente para hacer efectiva la protección de los
derechos de los consumidores. Sin embargo, teniendo en cuenta que la Superintendencia de
Industria y Comercio, es una autoridad administrativa y no un juez de la república; la mayoría de
usuarios o profesionales del derecho, desconocen las facultades jurisdiccionales que posee dicha
entidad, las cuales fueron otorgadas por la Constitución Política de Colombia de 1991, en su
artículo 116 y que le permiten de manera excepcional impartir justicia. Por ende, acuden a la
jurisdicción ordinaria, generando así mayor congestión judicial y a su vez, retraso para obtener
soluciones a los conflictos suscitados.
Por lo anterior, se hace necesario analizar todos los pormenores de uno de los procedimientos
llevados a cabo dentro la acción jurisdiccional de protección al consumidor, como lo es el
procedimiento verbal sumario, siendo uno de la más importantes a la hora de proteger derechos
de consumidores, pues si bien es cierto se trata de asuntos de mínima cuantía, y no se requiere la
representación de un abogado, la Superintendencia de Industria y Comercio, deberá tener en
cuenta la vulnerabilidad que tienen los usuarios frente a las grandes empresas productoras.
El nuevo Estatuto del Consumidor es una gran compilación de las acciones jurisdiccionales
existentes para la protección efectiva de los derechos de los consumidores. En efecto, el decreto
3466 de 1982 estipulaba las siguientes acciones judiciales: a. la tendiente a indemnización de
perjuicios por incumplimiento de las garantías, b. la indemnización colectiva de perjuicios, c. la
indemnización por perjuicios ocasionados en la prestación de servicios que exigen entrega de
bienes.
La protección contractual al interior del Estatuto del consumidor comprende cuatro aspectos: la
denominada protección especial, que a su vez incluye, interpretación en favor del consumidor,
prohibición de renovación automática no pactada y prohibición de ventas atadas. Las cláusulas de
prórroga automática están definidas por el nuevo estatuto como: la estipulación contractual que
se pacta en los contratos de suministro en la que se conviene que el plazo contractual se
prorrogará por un término igual al inicialmente convenido, sin necesidad de formalidad alguna,
salvo que una de las partes manifieste con la debida antelación su interés de no renovar el
contrato.
Con el análisis realizado en el presente trabajo, se logró establecer que el estatuto del consumidor,
es desconocido por un gran número de usuarios, a pesar de estar vigente desde el año 2012 y de
las herramientas ofimáticas existentes, razón por la que estas personas se encuentran en
desventaja frente a las grandes compañías comercializadoras de productos, bienes y servicios.
Aunado a ello, la información en redes es dispersa y genera confusión a los usuarios que cuentan
con niveles básicos de estudio.