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LECTURA

Cuidado de nuestro patrimonio. A lo largo de nuestra historia


como colonia y luego como república los peruanos hemos sido
testigos -indiferentes las más de las veces- del mal uso de
nuestros recursos naturales. Ya sea por desconocimiento,
indiferencia, desidia o intereses particulares, el hecho es que
muchos de nuestros recursos han sido sencillamente saqueados
por nosotros o por terceros. Vamos algunos casos:
Los camélidos Al arribo de los conquistadores en 1532, se estima
que el número de vicuñas en el espacio peruano alcanzaba los
dos millones de ejemplares. Para 1964 el número de vicuñas sólo
llegaba a 5.000 ejemplares. Gracias a proyectos de cooperación
internacional se logró establecer la zona de Pampa Galeras como
área protegida para las mismas. El día de hoy las vicuñas en el
Perú suman más de 150.000.
La quina La quina fue descubierta en el Perú en 1625, gracias a
que la esposa del conde de Chinchón, Virrey del Perú fue salvada
gracias al conocimiento de los indios para poder hacer frente a la
malaria. Desde ese momento el milagroso producto se cotizó su
peso en oro y España hizo un monopolio de mismo. Con el
advenimiento de la república numerosos gobiernos intentaron
obtener las plantas de la chinchona como se le llamaba para
poder hacer uso de sus benefcios. De la Condamine -célebre
científco francés- estuvo a punto de llevarla para Francia, para
ello recolectó plantones y navegó con ellos todo el Amazonas
pero al fnal de su viaje su embarcación naufragó y perdió toda la
carga. Otro francés, el botánico Joseph de Jossieu acopió ya no
plantas, sino semillas de la chinchona y optó por sacarlas a
Europa por el puerto de Buenos Aires. Cuando ya había creído
lograr su hazaña uno de sus criados le robo la caja de semillas
pensando que escondía un tesoro. Los holandeses también
hicieron el intento, enviaron al botánico Justus Hasskari el cual
logró coleccionar plantas y semillas para llevarlas a Europa. Las
plantas no soportaron el viaje pero las semillas sí, solo que el
holandés se había equivocado y llevó una variedad equivocada.
Hasta que Clement Markham, enviado de la corona británica,
logró coleccionar las semillas de la quina de corteza amarilla a
espaldas del gobierno peruano y escapar por el puerto de Islay.
El guano de las islas Hacia 1840 en Europa se descubrió la
importancia del guano como fertilizante y a partir de ese
momento se inició una importación masiva del mencionado
producto, el mismo que se generaba de manera natural en las
islas del Pacífco peruano. Miles de años habían permitido que
decenas de metros de guano se generasen en las mencionadas
islas. Perú tenía casi todo el monopolio de la producción e
impuso un alto precio por la tonelada del mismo lo que casi nos
lleva a un conficto armado con los Estados Unidos. La producción
de guano tuvo su época dorada en los siguientes 30 años luego
de la cual decayó al agotarse la cantidad del recurso disponible.
Para finales del siglo XIX la producción era solo de un diez por
ciento de la que tuvo en su época dorada.
El caucho A mediados del siglo XIX se había logrado vulcanizar el
caucho y años más tarde se inventó el automóvil. Todo ello
motivó inmediatamente la necesidad de grandes cantidades de
caucho para la industria, y los países que tenían los mayores
bosques de caucho del mundo fueron Brasil y Perú. Al igual que
lo que ocurrido con la quina, la corona inglesa envió emisarios,
los mismos que a finales de siglo lograron extraer con sobornos y
engaños plantones de caucho del Brasil, los mismos que fueron
enviados a los territorios del sudeste de Asia donde empezaron a
crecer. Para inicios del siglo XX las cuotas de importación desde
Europa disminuyeron ostensiblemente. Solo en esos momentos
supimos que el producto que ofrecíamos ya no era exclusivo. De
pronto, toda la riqueza que se había acumulado desapareció de
inmediato. Para 1914, toda la opulencia que una vez rodeó a
ciudades como Iquitos, Puerto Maldonado en Perú y Manaos en
Brasil había desaparecido.
La riqueza forestal El interés por maderas finas como el cedro y
la caoba, la histórica ausencia de leyes que permitan usar los
bosques sin tumbarlos, la incapacidad de hacer cumplir la ley
debido al bajo presupuesto del Estado, la informalidad de un
Estado que tiene otras prioridades y la corrupción de
autoridades, han conducido a que en los últimos 50 años
hayamos deforestado más de 50.000 km2 (una superfcie
equivalente a la de los departamentos de Lima y Moquegua
juntos 194 SARA MARÍA MONTENEGRO AGREDA o a la del
tamaño de la república de Costa Rica). Bosques como los de
Oxapampa, Villa Rica, Satipo y ahora los de Madre de Dios han
desaparecido debido a estos factores. Afortunadamente la actual
Ley Forestal permite concesiones que haga rentable los bosques
sin necesidad de quemarlos o cortarlos.
La fauna marina En el año 1950 el Perú extraía alrededor de
100.000 TM al año de anchoveta. En 1960 se decidió por decreto
que el mar podía ser de uso público de tal forma que todo aquel
que quisiera hacer dinero rápido podría hacerlo. Para 1966 el
Perú ya era el primer productor de harina de pescado del mundo
con un porcentaje de participación de más del 30%. El exceso de
extracción (12,5 millones de TM en 1972) sumado al fenómeno
El Niño de 1973 terminó por hacer colapsar la industria más
próspera del mundo en su momento.
Las plantas medicinales El boom de la salud en los últimos años
y la onda naturista ha hecho que muchas personas y empresas
privadas vuelquen sus ojos hacia productos que pueden ser
rentables en términos de mercado. El asunto es muy simple: la
velocidad de producción natural no está siempre a la altura de la
demanda del mercado (a menos que el recurso se administre de
manera empresarial). Debido a esta razón productos como la uña
de gato están siendo saqueados de sus zonas y el stock está
mermando de manera notoria. Situación similar se tiene con el
camu-camu y ahora le ha tocado el turno a la maca andina. El
yacón - tubérculo peruano- fue extraído del territorio y ahora se
tiene variedades del mismo en el Japón.

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