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Tema 30: El Espíritu Santo nos impulsa a ser Discípulos de Jesús

Catequesis Infantil Confirmación (29 y 30 de mayo)

ORACIÓN: Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor, envía
Señor tu Espíritu y todo será de nuevo creado y se renovará la faz de la tierra.
Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haz que seamos dóciles a tu
Espíritu para gustar siempre el bien y gustar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

OBJETIVO: Reconocer al Espíritu Santo como la fuerza que nos impulsa a ser discípulos de Jesús, es decir, a
conocerlo, amarlo y proclamarlo, para que las personas lo conozcan y crean en Él.

Iluminemos nuestra realidad… Mateo 28,18–20


“..Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo:
—Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de
todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre,
hasta el fin del mundo…”.

Después de leer la palabra de Dios contestaré las siguientes preguntas:


¿Qué ordenó Jesús a sus Apóstoles?
¿De qué manera dijo Jesús que nos harían discípulos suyos?
Reflexión…
¿Qué es un discípulo?
Un discípulo es lo que podríamos llamar “un seguidor”, alguien que sigue la vida y enseñanza de otra
persona. En este caso, seguir las enseñanzas de Jesús. Ser como un soldado de Jesús, dispuesto a
obedecer los mandatos de Jesús y a defenderlos.
¿Quién nos mueve a ser discípulos de Jesús?
Un discípulo es impulsado por el Espíritu Santo a responder al llamado de Dios y busca conocer más
de cerca lo que Dios dice. Con el fuego de esta motivación, crecemos en nuestro Señor Jesucristo
No está demás el recordar cómo el Espíritu Santo mueve a Jesús durante su misión pública, después
de haber recibido el bautismo en el Jordán. Todos hemos recibido al Espíritu Santo a través de los
sacramentos: con el Bautismo y, próximamente con nuestra Confirmación. Luego está en cada uno
el dejarlo actuar, pues es el Espíritu Santo el que nos hace miembros de la Iglesia que fundó Jesús, es
el que fortalece nuestra Fe, el que nos motiva a defenderla y el que nos motiva a aprender y transmitir
a otros las enseñanzas de Jesús.
Es siempre el Espíritu Santo el que suscita, mueve y robustece la vida del discípulo.
Cada uno está llamado a dejarse guiar por el Espíritu Santo y a responder según nos lo inspire cada
día.
Compromiso…
En la lectura inicial leí que Jesús dijo: “…enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a
ustedes…” La principal enseñanza que Jesús quiere que vivamos es el mandamiento del Amor.
Me dejaré guiar por el Espíritu Santo y llevaré la enseñanza del Amor a mi familia, con mi ejemplo en:
1. Obedeciendo en las cosas que sé que me hacen bien.
2. Dándoles muestras de afecto como: un saludo, un abrazo, un beso, dar las gracias, pedir por
favor.
3. Invocando cada día al Espíritu Santo para que me fortalezca

Oración Final:
Ayúdame, Espíritu Santo, a amar a Dios, a darle gracias, a bendecirle y alabarle! ¡Ayúdame, Espíritu
Santo, a serte siempre dócil! ¡Ayúdame, Espíritu Santo, a ser un auténtico discípulo de Cristo!,
¡Ayúdame, Espíritu Santo, a ser como los ojos de Cristo, las manos de Cristo, el corazón de Cristo! ¡Ven,
Espíritu Santo, llena mi corazón con el fuego de tu amor! Amén.

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