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«VEN ESPÍRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA»

Exposición del Santísimo Sacramento

Canto de entrada

Ministro: Dios nuestro que por el Misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia extendida por
todas las naciones. Concede al mundo entero los dones del Espíritu Santo y continúa realizando
entre los fieles la unidad y el amor al que nos invita tú Hijo Jesús presente en esta Hostia Santa.
Por Nuestro Señor Jesucristo…

Lector 1: Ante Jesús Eucaristía Honremos al Espíritu Santo y adoremos al amor sustancial que
procede del Padre y del Hijo y los une en una Caridad infinita y eterna. Ven, Espíritu Santo, llena
los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lector 2: Ante Jesús Eucaristía Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque
hizo Inmaculada a María en su Concepción y la santificó con la plenitud de su gracia. Ven, Espíritu
Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lector 1: Ante Jesús EucaristíaHonremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque hizo
a la Santísima Virgen, Madre del Verbo divino en el Misterio de la Encarnación. Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lector 2: Ante Jesús Eucaristía Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque dio
la vida a la Iglesia en el día glorioso de Pentecostés. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus
fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lector 1: Ante Jesús EucaristíaHonremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque
reside de una manera permanente en la Iglesia y la asiste, según la promesa divina, hasta la
consumación de los siglos. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lector 2: Ante Jesús EucaristíaHonremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle, porque
creó en la Iglesia al nuevo Cristo, que es el sacerdote, y confirió la plenitud del sacerdocio a los
Obispos. Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
Lector 3: Honremos la operación del Espíritu Santo y adorémosle en la virtud heroica de los santos
en la Iglesia, obra secreta y maravillosa del “Santificador Omnipotente”. Ven, Espíritu Santo, llena
los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Ministro: Envía Señor tu Espíritu y todo será creado.


Todos: Y se renovará la faz de la tierra.

Canto de meditación:
Momentos de silencio.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles 2,1-11

El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó
un gran ruido, que venía del cielo como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa
donde se encontraba. Entonces aparecieron lenguas de fuego que se distribuyeron y se reposaron
sobre ellos; se llenaron todos del espíritu santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el
espíritu los inducía a expresarse.

En esos días, había en Jerusalén judíos devotos, venidos de todas partes del mundo. Al oír el ruido,
acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio
idioma.

Atónitos y llenos de admiración, preguntaban: “¿no son galileos, todos estos que están hablando?
¿cómo, pues, los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay medos, partos y
elamitas; otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y en
Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene. Algunos somos visitantes, venidos de
roma, judíos y prosélitos; también hay cretenses y árabes. Y sin embrago, Cada quien los oye
hablar de las maravillas de dios en su propia lengua”

Palabra de Dios.

Oración de súplica:
Ministro: Oremos ahora a Dios Padre que envío al Espíritu Santo para que llegáramos al
conocimiento de la verdad plena y para que en su nombre condujera a la Iglesia que Cristo fundó y
digámosle:

R. Ante Jesús Eucaristía, te pedimos, Padre, el Don  del Espíritu Santo.

Lector: Para que se renueve la faz de la tierra, oremos. R.

Lector: Para que en Cristo alcancemos la verdad plena, oremos. R.

Lector: Para que lleguemos a la unidad tan querida por Cristo, oremos. R.

Lector: Para que seamos movidos a una auténtica y decidida acción evangélica, oremos. R.

Lector: Para que nuestras eucaristías sean fuente, cumbre y misión de toda nuestra vida, oremos.
R.

Lector: Para que no pongamos resistencia a la gracia de Dios, oremos. R.

Lector: Para que podamos cumplir con la voluntad del Padre, oremos. R.

Lector: Para que un día todos lleguemos a gozar de la presencia de Dios en el cielo, oremos. R.

Ministro: Padre, tú lo sabes todo, tu sabes que te amamos, pero que necesitamos de tu gracia,
como necesitamos del aire para poder vivir, concédenos lo mismo que amas en tu Hijo Jesucristo
que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Momentos de silencio.

Canto de meditación:
 Espíritu de Dios llena mi vida

Lector 1: Las palabras de Cristo a lo largo de todos los siglos han suscitado en muchos de quienes
las escuchan y las practican grandes e innumerables convicciones de seguirle. Ellos han sido y son
‘ejemplos’ de la acción del Espíritu Santo a quien han dejado actuar en sus vidas que incluso hoy
nos interpelan y nos fascinan: el beato Miguel Agustín Pro, el beato Juan Pablo II, el beato
Anacleto González, la beata María Inés Teresa del Santísimo Sacramento, la beata Teresa de
Calcuta y tantos otros. Sus vidas y sus obras nos han demostrado según su época, que han dejado
actuar al Espíritu prometido por Jesús: ¿Cómo dejaron actual al Espíritu? Cada uno creyó y vivió
cuanto Jesús predicó, porque en sus palabras, movidos por el Espíritu Santo, encontraron la
verdad, la luz y la valentía.

Lector 2: La vocación a la santidad es tarea de todos, especialmente de cada uno de nosotros los
bautizados. Todos nosotros en nuestra vida si estamos atentos a la voz del Espíritu y al clamor
de nuestros hermanos, especialmente los más pobres, podremos realizar incluso actos heroicos
que pueden provocar en otros la conversión al Evangelio de Jesús.

Lector 1: En esta Hora Santa el gran protagonista de nuestras vidas: el Espíritu Santo, se ha ido
abriendo camino en nuestros corazones, ha ido tomando lugar en esta hora de gozo y alegría.
Hemos sido mirados por Dios desde la eternidad: Él nos amó primero, se hizo Hombre y su Espíritu
nos acompaña cada día. ¡Somos un pensamiento de Dios, un latido de su corazón! Digámosle sí a
su presencia, vivamos como hermanos, correspondamos a ese amor viviendo por la Iglesia y en la
Iglesia. Hermanos, los dones del Espíritu Santo nos deben impulsar a creer en la fuerza
transformadora que realiza Dios en nosotros si somos fieles a su Palabra.

Lector 1: Concédenos el Don de Sabiduría, que nos libre del tedio y de la insensatez.

Lector 2: Danos el Don de Entendimiento, que ahuyente de nuestras vidas las tibiezas, las dudas,
las nieblas y las desconfianzas.

Lector 1: Derrama el Don de Consejo, que nos libre de las indiscreciones e imprudencias.

Lector 2: Bendícenos con el Don de Ciencia, que nos libre de los engaños del mundo, demonio y
carne, reduciendo las cosas a su verdadero valor.

Lector 1: Danos el Don de Fortaleza, que nos libre de la debilidad y cobardía en todo caso de
conflicto.
Lector 2: Envíanos el Don de Piedad, que nos libre de la ira, del rencor, de la injusticia, de la
crueldad y de la venganza.

Lector 1: Concédenos el Don de Temor de Dios, que me libre del orgullo, vanidad, ambición y
presunción.

Canto de Meditación:

VEN A REINAR, ESPÍRITU DE AMOR,


VEN A INFLAMAR AL MUNDO PECADOR.
VEN A REINAR, ESPÍRITU DE AMOR,
¡VEN AMOR, DULCE AMOR!
A ENSEÑAR AL MUNDO EL PRECIO DEL DOLOR.

Canto de preparación para recibir la bendición con el Santísimo o hacer la reserva:

Bendito, bendito, bendito sea Dios

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