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ÍNDICE:
Introducción.
El plan de Jruschov.
¿Socialimperialismo y socialfascismo?
Bibliografía.
Introducción
El nuevo gobierno dirigido por los comunistas tenía después de la guerra una
complicada labor para poder reconstruir y desarrollar un país muy poco
desarrollado, con una mayoría aplastante de campesinos y con muchos restos
de feudalismo. Para conseguirlo, la ayuda yugoslava, tanto económica, como
con técnicos, era fundamental. En 1945 llegan las primeras ayudas.
Posteriormente, en 1946, se firma el ‘Tratado de Amistad y Ayuda Mutua entre
Albania y Yugoslavia’. En dicho tratado se especifica un sistema de defensa
militar mutua y “se establecen las bases para un ulterior desarrollo de los
vínculos económicos, culturales y políticos entre ambos países”[3].
Este plan aparentemente podría ser ventajoso para Albania por la posibilidad
de unificación de los albaneses en una sola república. En este sentido, Hoxha le
habría comentado a Tito que:
Tras una dura crítica de Hoxha a los comunistas griegos por no enfatizar el
papel del Partido Comunista en la lucha guerrillera, Stalin responde “[…] que
los camaradas griegos no están enfatizando el papel del Partido Comunista
cuando apelan a las masas democráticas y quieren demostrar que todo el
pueblo está realizando la guerra. Están en lo correcto al hacerlo”[17].
Por último, Hoxha relata sobre las amenazas que tiene Albania, y Stalin le
tranquiliza exponiendo:
Los consejos que Stalin da a los dirigentes albaneses son altamente positivos,
pues aplican el marxismo-leninismo a la realidad concreta, sin una rigidez
mecánica ni considerando cualquier verdad como inmutable. Stalin sabía
analizar muy bien las realidades, las contradicciones y las necesidades para dar
soluciones prácticas para poder avanzar en el desarrollo hacia el socialismo.
En mayo de 1955, Jruschov envía una carta a los dirigentes de los países
socialistas para que diesen el visto bueno a la rehabilitación de Yugoslavia y
supresión de las condenas realizadas a la política de este país por parte de las
resoluciones de 1948 y 1949 del Kominform. Jruschov consideraba la condena
totalmente injustificada, por eso iba a realizar, junto con Bulganin, un
encuentro en Belgrado con el líder yugoslavo Tito para recuperar las relaciones
entre los dos países. La respuesta del CC del PTA fue casi inmediata y es la
primera crítica a la política del PCUS.
[3] Rafael Calduch Cervera: “La política exterior yugoslava entre 1941 y 1953:
génesis y desarrollo del conflicto soviético-yugoslavo”. Ed. Universidad
Complutense de Madrid, 1983, pág. 428.
[5] Id. pág. 453. El autor comenta “… la defensa que haría el dirigente
soviético, durante una entrevista mantenida con Djilas en enero de 1948, de la
integración de Albania en Yugoslavia, así como de la formación de una
federación entre estos dos países y Bulgaria”.
[6] Enver Hoxha: “Con Stalin”. Ed. Templando el Acero, 2016, pág. 133.
[7] En la “Historia del Partido del trabajo de Albania”, realizada veinticinco años
más tarde, se comenta que: “Se puso directamente en peligro la
independencia y la soberanía nacional. El VIII Pleno creó un terreno favorable
al plan yugoslavo de colonización de Albania”. Pág. 240.
[10] “Historia del Partido del Trabajo de Albania”. Ed. Templando el Acero,
2018, pág. 242.
[12] En esta obra, Hoxha relata sus encuentros con Stalin, aunque en alguno
de ellos, lo relatado por él no está muy en concordancia con alguna de las
actas conocida de los encuentros, por eso nos atendremos al acta conocida
para uno de los encuentros y, para el resto, a lo relatado por Hoxha.
[14] Id.
[16] Id.
[17] Id.
[18] Id.
[19] Carta del CC del PTA al CC del PCUS, del 25/05/1955, mencionada en la
“Historia del Partido del Trabajo de Albania”. Ed. Templando el Acero, 2018,
pág. 298.
Por otro lado, el llamado ‘Informe secreto’, según sus creadores, un informe
para luchar contra el ‘culto a la personalidad’ y contra el ‘dogmatismo
stalinista’, lo que hace realmente es revisar completamente la historia de la
lucha de clases revolucionaria en la Unión Soviética y de su desarrollo
socialista a base de tergiversaciones y mentiras sobre Stalin[1], en realidad,
tergiversaciones sobre el Partido Bolchevique destinadas a transformar la
política marxista-leninista en política revisionista.
Podemos situar un primer período, dentro de las posiciones del PTA en relación
a las posturas emanadas del XX Congreso del PCUS, que puede definirse como
de acuerdo con las nuevas posiciones, tanto sobre el tema del ‘culto a la
personalidad’, como de la cuestión de la coexistencia pacífica y el apoyo a las
decisiones del PCUS como líder del movimiento comunista internacional. Así
podemos ver como los comunistas albaneses condenan el ‘culto a la
personalidad’ de Stalin, el cual se situó “por encima del Partido y del pueblo” y
causó un gran daño al socialismo.
En esta época, sabemos que el PTA tenía discrepancias con los soviéticos en la
valoración sobre Stalin, en las consecuencias internacionales del ‘Informe
secreto’ (ataque imperialista contra el socialismo, vías nacionales al socialismo,
manifestaciones ‘antisoviéticas’ de dirigentes comunistas como Togliatti o
Gomulka,…) y en la conciliación con el revisionismo yugoslavo. Pero, en
general, se alineaba con la política soviética, no relacionaba aún el modelo de
coexistencia pacífica de Jruschov, la primacía de la vía pacífica, los cambios
económicos en la URSS, la eliminación del ‘grupo antipartido’, etc., con las
consecuencias, ni tampoco el ‘ataque a Stalin’ como un ataque al marxismo-
leninismo, o sea, no veía aún la esencia de los fenómenos: la línea revisionista
del PCUS.
“Puede ser que los camaradas soviéticos revisen su actitud hacia Tito, esto es
lo que deseamos, pero la situación creada por los titoístas se ha embrollado de
tal manera que los soviéticos ahora no saben cómo salir de este enredo. No
podemos concebir que viejos camaradas bolcheviques observen una actitud
oportunista hacia los titoístas”[14].
Todo parece indicar que los comunistas albaneses consideran a los yugoslavos
como agentes del imperialismo y que trabajan para “destruir el campo
socialista”, por tanto, creen que los soviéticos no pueden tener una actitud
complaciente con ellos. Teniendo esto en cuenta, se podría hablar de mantener
una política errónea, incluso, si se quiere, peligrosa, pero no tiene por qué ser
violadora de los principios del marxismo-leninismo (ideas fundamentales del
marxismo-leninismo). Más adelante hablaremos sobre la cuestión de los
principios[15]. Lo que está claro es que los comunistas albaneses empezaban a
ver los peligros del revisionismo ‘titoísta’ amparados por su propia experiencia
‘nacional’.
“Después del XX Congreso, cuando los imperialistas y todos los enemigos del
socialismo intentaron sacar provecho de las críticas formuladas contra Stalin
para lanzar ataques contra el marxismo-leninismo y los partidos
comunistas…”[19]. Reclama, “El papel dirigente de la Unión Soviética en todo
el movimiento comunista está determinado por condiciones históricas”[20].
Hoxha niega que las relaciones de los países socialistas con la Unión Soviética
sean injustas y que quiera someter y esclavizar al resto de países, y califica
estos comportamientos como nacionalistas y antisoviéticos.
Estas posiciones y análisis son muy acertados, pero aún no acusa a los
dirigentes soviéticos de revisionistas, sino que pone a los yugoslavos como
cabecillas de estas maniobras.
Después en este discurso explica las relaciones con Yugoslavia desde el Pleno
de Berat[23] en 1944 hasta el encuentro PCUS-LCY de 1957, pasando por el
intento de Federación Balcánica, y la Declaración de Belgrado de 1955. Acaba
hablando de los albaneses de Kosovo y Metohia, acusando de que “… la
dirección yugoslava sigue allí una política de exterminio”[24]. En el encuentro
en Moscú entre el PTA y el PCUS, el PTA manifiesta que aceptó “el
mejoramiento de nuestras relaciones de Estado a Estado”, pero, “sin embargo,
los yugoslavos han continuado por el mismo camino, organizando un complot
contra nuestro Estado y nuestro Partido”. Asegurando que “a los camaradas
soviéticos les hablamos igualmente de la cuestión de Kosovo. Les dijimos que
la población albanesa es bastante grande: […] nuestro Partido ha observado
una actitud internacionalista, dando muestras de paciencia y sangre fría,
porque la dirección yugoslava anti-marxista, nacionalista y chovinista sigue con
los albaneses de Kosovo una política más brutal que la que practicaban los
reyes serbios”[25].
Como vemos, la crítica principal que realizan a los soviéticos no es que su línea
del XX Congreso sea revisionista, tampoco que sean responsables de las
consecuencias de este Congreso relatadas anteriormente, sino de seguir
manteniendo relaciones con los dirigentes yugoslavos que son los dirigentes
del revisionismo, anti-marxistas y anti-albaneses[26], y son los que
promueven junto con los imperialistas la campaña contra la Unión Soviética,
los países socialistas y los partidos comunistas.
3.- A finales de 1957, Albania ya tenía unas relaciones comerciales fluidas con
China, que fue aumentando paulatinamente en los siguientes años. En la
Conferencia del ’57 muy probablemente empezó a conocer las posiciones
chinas sobre el ‘revisionismo moderno’. Y ya a principios del año 1960, es
conocido que los comunistas chinos y albaneses compartían opiniones sobre el
revisionismo soviético, la estrategia internacional y la opinión negativa sobre la
‘desestalinización’. La influencia de los comunistas chinos pudo ser clave para
reconocer el revisionismo soviético.
4.- Las relaciones de Albania con la URSS estaban muy relacionadas con la
ayuda soviética al desarrollo de Albania: ayuda económica, préstamos
ventajosos, condonación de deuda, ayudas de técnicos, especialistas, asesores,
formación en la URSS de técnicos y profesionales, ayuda militar, etc. Pero este
período también estuvo marcado por las presiones: primero por la decisión a
finales de 1958 del COMECON de realizar una división socialista internacional
del trabajo; y, segundo para mejorar las relaciones con Yugoslavia. Ninguna de
las dos cuestiones eran compartidas por los albaneses: la primera, porque
limitaría su desarrollo industrial; y, la segunda, por ‘cuestiones de principios’,
según exponían.
5.- En junio de 1960, Jruschov viaja a Grecia, y allí hace unas declaraciones en
las cuales no niega, sino que concilia, las pretensiones griegas sobre un
territorio albanés, saliéndose de esta manera de lo aprobado en la Conferencia
de 1957 y causando una grave afrenta a los comunistas albaneses.
6.- Poco después, en el mismo mes de 1960, durante el Congreso del partido
rumano, se celebra un contacto preliminar de partidos para preparar la
Conferencia internacional de 1960. Jruschov y la delegación soviética
presentan una declaración de condena a China, para que los demás partidos la
firmen en el acto. Nuevamente los soviéticos actúan de manera arbitraria y los
comunistas albaneses, que ya tenían una buena amistad con los comunistas
chinos, se niegan en rotundo a esta maniobra: primero, porque la reunión era
solamente para poner fecha a la Conferencia internacional; segundo, porque
consideran que las divergencias entre partidos deben primero intentar
solucionarse en conversaciones amistosas, tal como ponía la declaración de
1957; y, tercero, porque no se puede condenar sin oír a la otra parte.
7.- Ante esta negativa de los albaneses, los soviéticos efectúan una presión
económica con retrasos en la entrega de equipos industriales y del ejército, y
retrasos en la entrega de grano cuando en Albania había habido una mala
cosecha. Por otro lado, los comunistas albaneses acusan a los soviéticos de
intentar una maniobra para derrocar a la dirección albanesa: se expulsa del
partido a los miembros de la dirección pro-soviéticos y se les condena a
muerte.
“El PTA se encontraba ante un gran dilema. No estaba, como por lo demás no
estará jamás, convencido de la razón por la que se condenó al camarada Stalin
de la manera y en la forma como lo hizo el camarada Jruschov. Si, en general,
nuestro Partido adoptó las formulaciones del XX Congreso sobre esta cuestión,
no se ajustó estrictamente a las limitaciones fijadas por él, ni cedió frente a los
chantajes e intimidaciones que se le hacían desde el exterior.
“El PTA considera que no es justo, normal ni marxista que el nombre y la gran
obra de Stalin sean borrados de toda esa época, como se está haciendo. La
obra inmortal de Stalin nos incumbe a todos defenderla. Quien no la defienda
es un oportunista y un cobarde”.
Y acaba insistiendo en que sólo se han visto los errores de Stalin y: “Desde
luego, había que superar el culto a la personalidad de Stalin, pero ¿acaso se
puede decir, como se dijo, que Stalin era el artífice mismo de ese culto a la
personalidad?”.
“Los hechos prueban que en estos últimos tiempos los dirigentes albaneses,
contrariando sus aseveraciones anteriores y las decisiones del Congreso de su
Partido, han cambiado bruscamente sin motivo, su orientación política: se han
puesto a envenenar fuertemente las relaciones con nuestro Partido y con la
Unión Soviética. Han comenzado a separarse de la Línea General aprobada por
todo el movimiento comunista mundial sobre los grandes problemas de nuestro
tiempo, […].
NOTAS:
[1] Merece la pena leer el libro de Grover Furr, “Kruschev mintió”, editado en
español por Documentos Comunistas o en Vadell Hermanos Editores.
[4] E. Hoxha: “Informe presentado ante el III Congreso del PTA ‘Sobre la
actividad del Comité Central del PTA’”. 25/05/1956. O. Escogidas, tomo II, pág.
502.
[9] Autenticidad.
[10] El llamado por Jruschov “grupo antipartido” era la mayoría del Presidium
del Comité Central del PCUS, que en mayo de 1957 ante las reformas
económicas jruschovianas, en una votación de 7 a 4, consiguieron la
destitución de Jruschov como Secretario General para sustituirlo por Bulganin.
En una rápida maniobra, Jruschov convocó de urgencia al Comité Central y allí
ganó la votación, entonces fueron destituidos Malenkov, Molotov, Kaganovich y
Shepilov; y, al poco tiempo, Bulganin, Saburov y Pervujin.
[13] Líder del partido húngaro que dirigió las reformas revisionistas en este
país. Tras intervenir el Pacto de Varsovia, Yugoslavia le protegió en su
embajada. Después fue deportado a Rumanía. Más tarde fue juzgado y
condenado a muerte.
[14] E. Hoxha: “De ninguna manera debemos transigir con los principios”.
13/11/1956. O. E., tomo II, págs. 644-648. Las citas anteriores son de este
texto.
[15] Desde esta época hasta la actualidad se van repitiendo muy a menudo las
aseveraciones sobre los principios del marxismo-leninismo a muchas
actuaciones políticas tácticas solamente por no compartirlas, sin ver la
flexibilidad táctica teniendo en cuenta la realidad concreta que exige el
marxismo-leninismo.
[16] Leandro Rubio García: “Actualidad del ‘revisionismo’ yugoslavo”.
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2494907.pdf
[23] Es el Pleno del CC del Partido Comunista de Albania donde se aprueba una
línea pro-yugoslava. Después de la condena a Yugoslavia por el Kominform, los
albaneses condenaron también la línea aprobada en Berat y a varios de los
principales dirigentes del partido.
[26] Aunque en este discurso Hoxha no utiliza este término, en la “Historia del
Partido del Trabajo de Albania” se utiliza con frecuencia, en muchas ocasiones
ligado a ‘anti-marxista’.
[27] https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?
id=documentos/10221.1/12937/1/197916.pdf, pág. 29.
[32] https://docs.google.com/file/d/0ByP565N0sPRSaHc3ZjI1bmpRQ2M/edit
[33] Lenin: “Tesis sobre las tareas fundamentales del segundo congreso de la
Internacional Comunista”. OC., Ed. Progreso, 1986, tomo 41, pág. 192.