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INVESTIGACION
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Leoninus
Perotín, llamado en francés Pérotin le Grand («el Grande») o en latín Magister Perotinus
Magnus (también Perotinus Magnus y Magister Perotinus) fue un compositor medieval
francés, que nació en París entre 1155 y 1160 y murió hacia 1230. Considerado el
compositor más importante de la Escuela de Notre Dame de París, en la cual comenzó a
gestarse el estilo polifónico. Revisó el Grand livre d'órganum (en latín Magnus liber
organi o Magnus liber, atribuido a Leonín) entre 1180 y 1190.
en el período gótico de la música es objeto de atención desde el punto de vista técnico y
teórico. Se desarrolla el contrapunto. Entre los tratadistas más notables de esta época
se encuentra Perotín, que fue conocido en Francia entre los años 1180 y 1207. Sus libros
fueron utilizados en la iglesia parisina de la Virgen Bendita incluso después de su
muerte. Se considera que perteneció a la Escuela de Notre Dame de París, centro del Ars
antiqua (anterior al Ars nova), aunque no existen pruebas fehacientes de esto.
Compuso obras a tres y cuatro voces a principios del siglo XIII. El triplum y el
quadruplum de Perotín constituyen lo más logrado de la polifonía eclesiástica en los
comienzos del siglo XIII. Su obra más importante es Viderunt omnes, que fue un encargo
de las autoridades eclesiásticas para celebrar el día de Navidad del año 1198. Una de sus
obras más admirables es el organum quadruplum Sederunt.
A finales del siglo XII, cuando los muros de la catedral de Notre Dame de París estaban
elevándose lentamente sobre las casas de la ciudad de París, se desarrolló una escuela
de compositores asociados con la catedral. Estaban tratando de generar un nuevo tipo
de estructura musical para elevar la liturgia divina que se llevaba a cabo allí.
Los manuscritos que sobreviven de esa época (en Santiago de Compostela, en San
Marcial de Limoges, o en la catedral de Winchester) desde el siglo XI al XII conservan
tempranos experimentos en polifonía litúrgica, agregándole al canto llano prescrito para
las adoraciones, una voz ornamental extra para provocar un servicio más glorioso en los
días de fiesta. Pero el centro de París, que fue hogar de una clase burguesa cada vez más
fuerte, y de la renombrada Universidad de París, pronto protagonizaría la revolucionaria
nueva música que sería conocida como el «organum de Notre Dame».
Desafortunadamente no se sabe casi nada de los dos compositores principales de esta
escuela, Leonín y Perotín. El único esbozo sobrevive en un documento del siglo XIII que
contiene las notas de un anónimo estudiante universitario inglés. Él registró que un tal
Magister Leoninus (que en francés se llamaría Leonin), gran compositor, había
producido un completo Magnus liber organi (gran libro de organum) para ser usados en
las celebraciones de la liturgia. Los eruditos creen que esta compilación data de 1160 a
1180.
El estudiante (conocido ahora como Anónimo IV) continúa diciendo que Magister
Perotinus, un compositor de discanto incluso mejor que Leoninus, revisó el trabajo del
maestro anterior, agregándole muchas piezas (posiblemente propias). Esto tuvo lugar
aproximadamente en 1180, 1190 o a principios del siglo siguiente. De estas notas de
Anónimo 4 y de otros registros contemporáneos de la época, hay música específica de
los manuscritos sobrevivientes que se puede atribuir a Perotín el Grande.
Perotín fue el más famoso músico involucrado en la revisión y renotación del Magnus
liber, atribuido a Leoninus o Léonin). Dos lapidarios decretos del obispo de París de 1198
y 1199, acerca de la «fiesta de los locos» (generalmente se le llamaba así a la fiesta de
pascua) y la interpretación de organum cuádruples (a cuatro voces), han sido asociados
a Perotín debido a que el denominado Anónimo IV estableció que él compuso partituras
a cuatro voces para tan importantes textos. Sin embargo, los intentos por identificar su
participación en Notre Dame han sido infructuosos.
Unos datos indican que Perotín nació aparentemente entre 1155 y 1160, revisó el
Magnus liber entre 1180 y 1190, y compuso sus obras a tres y cuatro voces en los
primeros años del siglo XIII. Pero hay otros estudios que afirman que escribió esas
partituras al comienzo de su carrera, revisó el Magnus liber en la primera década del
siglo XIII y murió cerca del 1225.
Al considerar las revisiones de Perotín al Magnus liber, Anónimo IV menciona sus
abreviaciones y mejoras a la obra al sustituir pasajes en estilo discantus por el órganum
más florido.
El organum melismático (u órganum florido) se atribuye a Léonín y a Perotín, maestros
de capilla de la catedral de Notre Dame de París. El Magnus liber organi de Leonín
(finales del siglo XII) es una antología de graduales, aleluyas y responsorios
seleccionados para fiestas religiosas. Este libro con obras a dos voces fue revisado por
Perotín, quien intercaló breves secciones llamadas cláusulas (cláusulae) a tres o cuatro
voces compuestas en estilo de discanto.
La creación de organum a tres y cuatro voces circa 1200 es un paso importante en el
desarrollo de la polifonía, que hasta entonces había sido concebida en términos de dos
voces. Y las composiciones de Perotín muestran gran conocimiento de las implicancias
de la estructura y la tonalidad. La confusión sobre las fechas derivan de problemas de
notación no resueltos.
Existen dos piezas de Perotín, Viderunt omnes y Sederunt principes2 —correspondientes
a la liturgia de Navidad y San Esteban, respectivamente—, que posiblemente
representen la música para cuatro voces más antigua que sobrevive en Europa. Un
fragmento de canto gregoriano, generalmente cantado por un solista está en estilo de
organum (acompañado por una voz paralela por quintas).
3. Guillaume de Machault
(Guillaume de Machaut o Machault; Machaut, Francia, h. 1300 - Reims, id., 1377) Músico
y poeta francés. Perteneciente a la Orden de Reims, fue secretario y consejero del rey de
Bohemia Juan de Luxemburgo, hasta que éste fue asesinado. Pasó entonces al servicio
de Bonne de Luxemburgo y al de Carlos de Navarra, para finalmente entrar al servicio
del futuro rey de Francia, Carlos V. Acabó sus días como canónigo de la catedral del
Reims, importante foco cultural a finales de la Edad Media.
Como protegido de las diversas familias a las que prestó su servicio, Guillaume de
Machault se consolidó como uno de los representantes más distinguidos del ars nova,
término acuñado en el tratado de Philippe de Vitry, quien menciona las nuevas
posibilidades compositivas del doble tiempo usadas por Machault en sus motetes a tres
y cuatro voces, así como en sus rondós, virelais y baladas.
Su actividad artística se dividió entre la composición musical y la lírica, llegando a
escribir más de 80.000 versos. Aunque su producción poética no alcanza el valor de
algunos de sus coetáneos, tiene el mérito de haber contribuido a la renovación de la
lírica en lengua francesa, además de consolidar la forma que definió algunas
composiciones musicales y líricas, como el lai, el virelai, la balada, el rondó y el canto
real.
Pero, sin duda alguna, su obra más importante es la llamada Misa de Notre-Dame, en la
cual utilizó todas las posibilidades que le ofrecía la isorritmia utilizada en sus motetes,
especialmente en las partes del Kyrie, Sanctus, Agnus e Ite missa est, fundamentada en
el ritmo y la medición, posibilitando la introducción del canon. De este modo sentó las
bases para el desarrollo de las grandes misas polifónicas de los siglos XV y XVI, al mismo
tiempo que consolidaba las diversas partes de la misa, que llegarían hasta compositores
como Bach y Mozart.
4. Adam de la Halle
Adam de la Halle. Llamado Adam le Bossu, fue un trovador, poeta y músico francés.
Autor de diversas composiciones poéticas dentro de los cánones del amor cortés
(canciones, rondeaux, jeux partis con otro trovero en torno a temas de casuística
amorosa), para las que escribía la melodía, es hoy conocido, sobre todo, por sus dos
piezas teatrales: Le jeu de la feuillée y Juego de Robin y Marion, considerado precursor
de la ópera cómica. Pertenece a la tercera generación de trovadores, que desarrolló su
trabajo entre 1250 y 1300.
Nació en Arras en el año 1240. También llamado Adam le Bossu. Su padre, Henri de la
Halle, fue un conocido ciudadano de Arras.
Adam estudió gramática, teología y música en la abadía cisterciense de Vaucelles, cerca
de Cambrai.
Fue miembro del séquito de Carlos de Anjou, que más tarde fue el rey Carlos II de
Nápoles. Su fantasía satírica en prosa Juego de la Feuillée nombre ambiguo que puede
significar tanto el camerín de hojas que adornaba a la imagen de la Virgen en fiestas y
procesiones, como también la locura o las acciones alocadas 1262 está considerada
como la primera obra del teatro profano francés.
El Juego de Robin y Marion 1282, es en realidad una pastorela teatralizada con música y
texto de Adam y fue la precursora de la ópera cómica. También compuso motetes y
canciones polifónicas.
Su trabajo más conocido es Le jeu de Robin et Marion (Juego de Robin y Marion) hacia
1275, considerado precursor de la opera cómica. Lo compuso estando en la corte de
Carlos de Anjou, después de ser rey de Nápoles. Se cita como la primera obra musical
francesa de tema secular.
Este pastoral cuenta cómo Marion resiste a un caballero, y permanece fiel al pastor
Roberto; está basado en una vieja chanson, Robin m'aime, Robin m'a. Consiste en un
diálogo, interrumpido por estribillos ya existentes en canciones populares. Las melodías
de las cuales proviene tienen un carácter folclórico, y son más espontáneas y melodiosas
que la música de sus motetes y chansons, que es más elaborada.
Esta obra obtuvo un gran éxito, gracias a la vivacidad desbordante de sus protagonistas.
Una adaptación realizada por Julien Tiersot, fue interpretada en Arras por una compañía
de la Ópera cómica de París con ocasión de un festival realizado en 1896 realizado en
honor de Adam de la Halle.
Su otra obra,Le Jeu de la feuillée (Juego de la enramada) se considera igualmente
precedente de la ópera cómica. Se señala como fecha de composición en torno al año
1276. Es un drama satírico en el que se representa a sí mismo, a su padre y a los
ciudadanos de Arras, cada uno con sus peculiaridades.
Muerte
Falleció en Nápoles en 1288.
6. GREGORIO EL GRANDE.
San Gregorio Magno es el cuarto de los doctores de la Iglesia (después de San Ambrosio
de Milán, San Agustín y San Jerónimo), y si su actividad política como pontífice tuvo una
importancia excepcional para el equilibrio político-religioso de la Europa medieval, su
obra literaria constituyó hasta el siglo XII una incomparable fuente de meditación y de
luz espiritual para todo el Occidente. A él se le atribuye también la compilación del
Antifonario gregoriano, gran colección de cantos de la Iglesia romana.
7.Guido d'Arezzo.
(Arezzo, actual Italia, h. 991 - ?, h. 1033) Teórico de la música italiano. Conocido también
con el nombre de Guido Aretinus, Guido d’Arezzo fue un monje benedictino que ha
pasado a la historia de la música como uno de los más importantes reformadores del
sistema de notación musical. A Guido se debe la fórmula que permite memorizar la
entonación precisa de las notas del hexacordo mayor, cuya nomenclatura (ut o do, re,
mi, fa, sol, la) extrajo de las sílabas iniciales de cada hemistiquio del himno de san Juan
Ut queant laxis.
Después de haber seguido estudios en la abadía benedictina de Pomposa, en Ferrara,
intentó aplicar allí su sistema científico para la enseñanza de la música; sin embargo,
ante la oposición de parte de los monjes a sus innovaciones, hubo de abandonar el
monasterio. Hacia 1025 ingresó como maestro en la escuela catedralicia de Arezzo,
donde sobresalió en la enseñanza del arte vocal. En Arezzo halló entonces apoyo a su
reforma; el obispo Teobaldo lo eligió maestro de canto de los "pueri" de la escuela
episcopal.
Experimentados y perfeccionados en dicha ciudad sus métodos, Guido d'Arezzo pudo
componer, durante el período 1028-1032, sus obras más importantes: Micrólogo sobre
la disciplina del arte musical, Regole ritmiche, Prefazione dell'Antifonario, el mismo
Antifonario, ya de acuerdo con su nuevo sistema lineal-diastemático, y la Epístola al
monje Miguel sobre el canto desconocido, en la que expone los principios de su método.
Mientras tanto, la labor de Guido d'Arezzo recibía la aprobación del pontífice Juan XIX,
quien confió al músico la instrucción de los cantores papales. En 1029 se retiró al
convento de Avellana, en el que posiblemente murió en fecha que no se ha logrado
precisar.
En el prólogo de la Epístola al monje Miguel sobre el canto desconocido, Guido d'Arezzo
recuerda las discordias nacidas entre él y unos compañeros de la abadía de Pomposa,
que, según da a entender el autor, le tenían envidia. Cuenta también lo que le ocurrió
después de su partida de Pomposa: la divulgación de los nuevos sistemas por él
descubiertos acerca de la notación y del estudio del canto eclesiástico; la invitación para
ir a Roma que le hizo el Papa Juan XIX (al parecer, entre 1028 y 1033), de quien obtuvo
la más completa aprobación; la visita a su homónimo, antiguo superior suyo, el abad de
Pomposa, que, al ver a su Antifonario, se muestra arrepentido por haber apoyado en un
día lejano las envidias de los monjes, e intenta persuadirlo para que vuelva a su abadía.
Guido no puede satisfacer los deseos del abad, pero quiere al menos comunicar a uno
de sus viejos compañeros de convento algunos importantes resultados de su experiencia
didáctica. La carta, que por tanto puede considerarse escrita poco tiempo después de su
viaje a Roma, está publicada en la colección Escritores eclesiásticos de música sagrada
de Gerbert.
Su importancia histórica estriba sobre todo en el hecho de que en ella se encuentra el
primer origen de los nombres de las notas musicales empleados, con ligeras
modificaciones, hasta hoy en día. Para que los muchachos aprendan lo más pronto
posible a entonar cualquier canto desconocido, dice Guido, hace falta que se graben en
el oído la posición de los sonidos y sus varias relaciones o intervalos; para llegar a esto
no hay mejor medio que el de aprender de memoria y retener en todos sus detalles un
canto ya conocido, por ejemplo el himno a San Juan Bautista sobre el texto de Paulo
Diácono, muy adecuado como medio mnemotécnico, porque cada verso empieza con
una nota progresivamente más alta de la escala diatónica: "Ut queant laxis / Resonare
fibris / Mira gestorum / Famuli tuorum / Solve polluti / Labii reatum / Santae
Johannes".
Las sílabas subrayadas, a las que en la melodía correspondían las primeras seis notas de
nuestra escala mayor, llegaron a ser más tarde, quizá sobrepasando las intenciones de
Guido, nombres y símbolos de las mismas notas; al cabo de algunos siglos el "ut" se
transformó en "do" y se añadió la sílaba "si" (que deriva, parece, de las iniciales de las
dos palabras del último verso) para indicar el séptimo sonido de la escala, que en
aquella melodía no aparecía.
De la idea de Guido se derivó también un nuevo elemento didáctico y teórico, el
hexacordio, es decir, la sucesión de los seis sonidos diatónicos de "ut" a "la", que dio
origen, más tarde, a un sistema complejo que se empleó hasta el siglo XVI y más allá.
Pero el sistema hexacordial no está desarrollado ni en la Epístola ni en otros escritos de
Guido; nació probablemente entre sus mismos discípulos o inmediatos seguidores. La
carta contiene, en cambio, otras consideraciones sobre los intervalos musicales, sobre
los modos y el sistema monocorde no muy notables y tampoco muy claras.
8. Thomas Tallis
(Leicestershire?, actual Reino Unido, hacia 1505 - Greenwich, id., 1585) Compositor y
organista inglés. Las características de la música inglesa de finales del siglo XV
anticiparon aspectos del estilo clásico del Renacimiento; el autor británico que mejor
reflejó la variedad de estilos que se dieron entre principios y finales del siglo XVI fue
Thomas Tallis, autor entre otras obras de unas Lamentaciones del profeta Jeremías que
ejemplifican el interés de los autores ingleses por la relación entre el texto y la música.
Poco es lo que se conoce de su vida: la primera referencia que se conserva de él lo sitúa
en 1532 como organista de la abadía benedictina de Dover. Desde 1543 fue organista de
la capilla real, cargo que conservó bajo los reinados Enrique VIII, Eduardo VI, María
Tudor e Isabel I. Asociado al también compositor William Byrd, en 1575 logró un
privilegio de la Corona por el cual se le concedía el monopolio de la impresión musical
en Inglaterra.
Su producción incluye sobre todo música vocal destinada a los oficios divinos, tanto
protestantes como católicos. En inglés y latín, respectivamente, veinte anthems y nueve
salmos conforman el núcleo del primero, mientras que el segundo, caracterizado por el
uso de un elaborado y complejo contrapunto, halla su más lograda expresión en sus tres
misas y cincuenta y dos motetes, entre los que se encuentra el célebre motete a
cuarenta voces Spem in alium non habui (No he tenido esperanza en lo ajeno). Tallis
compuso también cierto número de obras para teclado.
9. Hildegard von Bingen
(?, h. 1400 - Cambrai, Francia, 1474) Compositor francés. Hasta 1426 estuvo al servicio de
la familia de los Malatesta, en Rímini, donde entre 1419 y 1420 compuso sus primeras
obras de datación segura. Entre 1428 y 1433 ocupó en Roma el cargo de chantre de la
capilla pontificia, y gracias a un permiso especial pudo ejercer como maestro de capilla
para el duque de Saboya.
Al cabo de esos dos años volvió a su puesto de chantre pontificio, esta vez en Florencia y
Bolonia, ya que el Papa había tenido que abandonar Roma a causa de una sublevación. En
1436, el sumo pontífice le concedió la prebenda de canónigo de la catedral de Cambrai,
que conservó hasta su muerte.
En la época en que Dufay empezó a escribir música, inmerso en el espíritu del
Renacimiento, la composición musical atravesaba un período de regulación establecida,
de la que fue partícipe. No fue hasta sus obras de madurez, sobre todo con algunas misas
y motetes, cuando empezó a introducir elementos novedosos, como el canto a cuatro
voces o la técnica conocida como «canto armonización», una forma de combinar las
distintas voces melódicas inusual hasta entonces.
No cabe pensar en este período en el romántico concepto de originalidad, con lo cual sería
imprecisa la aproximación a un músico como Dufay, quien no sólo destacó por introducir
nuevos elementos que ayudaron al desarrollo musical occidental, sino también por su
habilidad y precisión para manejar los componentes musicales de la época. Ese rigor
musical ejerció una decisiva influencia en compositores inmediatamente posteriores,
como Josquin des Prez, Giovanni Battista Martini, Jacob Obrecht y Johannes Ockeghem.
(Josquin des Prez, des Pres o Desprez; Beaurevoir, hacia 1440 - Condé-sur-Escaut, Francia,
1521) Compositor francoflamenco. Considerado por sus contemporáneos como el más
grande autor de su época, destacó gracias a una obra en la que los más osados y
complejos procedimientos contrapuntísticos se unen en una síntesis perfecta con el texto
cantado, siempre en busca de la expresión.
A pesar de la fama que le acompañó en vida, y que le valió el sobrenombre de princeps
musicorum, poco es lo que se sabe de su existencia: discípulo de Johannes Ockeghem,
entre 1459 y 1479 fue cantor en la catedral de Milán. Pasó más tarde al servicio de la
capilla papal en Roma, entre 1486 y 1494, y de allí a Florencia, Módena y Ferrara. En 1509
regresó a su tierra natal borgoñona, donde, desde 1515 hasta su muerte, fue preboste de
la colegiata de Nuestra Señora de Condé-sur-Escaut.
Su extensa producción incluye misas (como las que llevan por título L'homme armé y La
sol fa re mi, ambas publicadas en 1502), motetes y chansons, entre las que destaca la
titulada Mille regretz, la canción favorita del emperador Carlos V.
(Bergen op Zoom, 1450 - Ferrara, 1505) Compositor holandés. En 1476 fue maestro de
canto en Utrecht, donde tuvo como discípulo a Erasmo. Entre 1479 y 1484, periodo en el
que se ordenó sacerdote, fue maestro de canto en la iglesia de Santa Gertrudis y en la
Cofradía de Nuestra Señora de Berg-op-Zoom.
En 1484 fue nombrado maestro de capilla de la Catedral de Cambrai, donde tras un año
de servicio fue censurado y pasó a ser maestro de capilla y sucesor de San Donato en
Brujas (1487-1492). A este período pertenece su misa O beate pater Donatiane.
Entre 1492 y 1496, años en los que fue maestro de canto de Nuestra Señora de Amberes,
compuso sus principales obras: las misas Maria zart, Sub tuum praesidium y el motete
Salve Regina III. A partir de entonces se sucedieron sus desplazamientos: en 1498 volvió a
su puesto de Brujas, en 1500 presentó la dimisión por razones de salud y regresó a
Amberes. En 1504 viajó a Ferrara, donde murió al año siguiente víctima de la peste.
La obra de Obrecht presenta afinidades con la de Ockenghem y la del último Dufay. Con
poca influencia de la música italiana, utilizó rasgos de la canción popular flamenca y
alemana, lo que le ancla en la tradición holandesa. Sus composiciones están construidas a
partir del cantus firmus, llegando a combinar vaios, como sucede en Missa diversorum
tenorum, técnica que anticipa la parodia.
Los motetes, algunos conservados en Italia, son en su mayoría más tardíos que las misas y,
probablemente, fueron escritos durante su estancia en Italia, como Homo quidam o
Laudes Christo Redemptori. Fue un pionero en el uso de la superposición de textos, en el
tratamiento contrapuntístico de la misa de difuntos y en el uso de modulaciones por
medio de alteraciones cromáticas.
(Tréveris, hacia 340 - Milán, 397) Padre y doctor de la Iglesia Católica. Junto con San
Jerónimo de Estridón y San Agustín de Hipona, San Ambrosio de Milán conforma el grupo
de Padres de la Iglesia que constituyen la «edad de oro» de la patrística. Fue funcionario
del Imperio romano, gobernador de Liguria y Emilia (370) y arzobispo de Milán. Recibió el
bautismo, la ordenación y la consagración en 374 y se dedicó al estudio de la teología y de
las humanidades; su obras tienen un marcado carácter pastoral. Creó nuevas formas
litúrgicas, promovió el culto a las reliquias en Occidente y convirtió y bautizó a San
Agustín. Su festividad se celebra el 7 de diciembre.
De familia cristiana que se vanagloriaba de tener entre sus miembros a la virgen y mártir
Sotera, Ambrosio pasó su juventud, después de la muerte de su padre, en Roma, en un
ambiente saturado de ideal cristiano, y vio a su hermana Marcelina hacer profesión de
virginidad ante el papa Liberio. Asistió con su hermano mayor Sátiro a los cursos de
gramática y retórica y fue al principio encaminado a la carrera forense, de la cual pasó,
gracias a Sexto Petronio, a la administrativa, sobresaliendo en ella inmediatamente por
sus dotes, hasta el punto de ser enviado como consularis a gobernar las provincias de
Liguria y Emilia.
Hacia el 370 se estableció en Milán, donde se granjeó la estimación y afecto de todos en
una situación difícil, no sólo por las luchas entre paganos y cristianos, sino por las
divisiones en el seno del cristianismo entre los ortodoxos y los seguidores de Arrio, que
postulaban una naturaleza creada y finita para Jesucristo. A la muerte del obispo arriano
Ausencio, las dificultades para la elección de sucesor fueron resueltas con el
nombramiento de Ambrosio, que de esta manera pasó de magistrado a obispo. Fue
ordenado el 7 de diciembre del 374, ocho días después de haber recibido el bautismo,
retardado según el uso de entonces, a pesar de que Ambrosio era de familia cristiana.
Repartida su hacienda entera entre la Iglesia y los pobres, San Ambrosio se entregó
totalmente al ejercicio de su alta misión. Y en el cuidado de su grey, así como en la
defensa de la Iglesia contra los paganos y los herejes, demostró una energía, una voluntad
y un valor insospechables en su débil constitución física. Luchó contra los paganos para
impedir la restauración de sus cultos idolátricos; es famosa su disputa con Símaco, que
quería restablecer en el Senado el Ara de la Victoria (384).
Escribió contra los arrianos De la encarnación del Señor, y desarrolló, a través de concilios
y con una densa red de relaciones con otros obispos, una acción tendente a truncar su
actividad desintegradora; cuando un decreto de Valentiniano III ordenó que se entregaran
a los herejes algunas basílicas católicas, San Ambrosio se opuso con firmeza, apoyado por
el pueblo, que ocupó los edificios disputados (386).
Por una lucha u otra, San Ambrosio de Milán hubo de entrar al fin en relación con los
emperadores, cerca de los cuales, desde Valentiniano I hasta Teodosio I el Grande, supo
ejercer decisiva influencia; dedicó al joven emperador Graciano dos obras teológicas: De la
fe y Del Espíritu Santo. Con él se fueron elaborando los principios fundamentales para
regular las relaciones entre la Iglesia y el Estado, después de la situación creada por
Constantino.
A su celo pastoral se debe la mayor parte de sus obras, que son, por lo general,
predicaciones, revisadas y publicadas. Así, el famoso Hexamerón, las exégesis sobre
figuras del Antiguo Testamento o sobre el Evangelio de San Lucas, los escritos morales Los
deberes de los ministros de Dios, los escritos ascéticos como el De las vírgenes y los
dogmáticos De los misterios y De los Sacramentos. San Ambrosio de Milán dejó, además,
noventa y una cartas y algunos himnos incluidos en el Breviario.
Su incansable actividad, su ilimitada disponibilidad para cuantos necesitaban de él,
causaron admiración en hombres como Agustín de Hipona, quien recibió de él un gran
apoyo en su conversión; pero tal ardor apostólico acabó consumiéndolo. Su cuerpo se
conserva en la basílica ambrosiana, juntamente con los de los mártires Gervasio y
Protasio, encontrados por él.
18. Philippe de Vitry
(Philippe o Felipe de Vitry; París, 1291 - Meaux, 1361) Religioso, compositor y teórico
musical francés. Obispo de Meaux desde 1351, su obra influyó poderosamente en la
música occidental, y muy especialmente por su tratado de notación musical Ars nova, que
dio nombre a todo el movimiento musical de su tiempo. Se le atribuyen bellas
composiciones vocales polifónicas (motetes) que merecieron los elogios de Dante.
Poeta, diplomático y eclesiástico además de teórico musical y compositor, a Philippe de
Vitry se le debe la orientación fundamental de la Ars Nova francesa, a la cual dio el
nombre; en el ámbito de la composición fue introductor de formas y modalidades típicas,
singularmente en cuanto al motete. En 1323 había recibido ya del papa Juan XXII algunas
canonjías en varias ciudades. Al mismo tiempo fue secretario del rey Carlos IV. Por aquel
entonces, probablemente hacia 1320, había compuesto su obra teórica Ars nova, y
algunos años antes diversos de los pocos motetes que de él conservamos. Otros textos de
teoría que anteriormente se le atribuían, como Ars perfecta y Liber musicalium, se
consideran actualmente dudosos o apócrifos.
En 1337 y 1338 se hallaba en calidad de "clericus" y "notarius regius" en la corte de Felipe
VI. En 1346 tomó parte en la campaña de Gascuña en el séquito de Juan, hijo del mismo
Felipe, y llevó a cabo algunas misiones diplomáticas, entre ellas las negociaciones que
dieron lugar a una entrevista del rey con el Papa en Aviñón. En 1351 llegó a obispo de
Meaux, cargo que desempeñó hasta el fin de sus días; como tal participó activamente en
las reformas del reino de Francia. Se relacionó con Petrarca, el cual le envió una carta en
1350 y lo presentó en la égloga IV bajo el nombre de Gallus. Dejó también dos obras
políticas, Le chapel des fleurs de lys y Le dit du Franc Gontier, y una traducción de las
Metamorfosis de Ovidio.
Compuesto hacia 1320 y escrito en latín, el título de su breve tratado de teoría musical Ars
Nova pasaría a indicar genéricamente el florecimiento de la música polifónica, ya italiana,
ya francesa, del siglo XIV. Los primeros capítulos de la obrita tratan de modo muy sumario
y no siempre claro sobre algunos de los temas fundamentales de la teoría musical del
Medioevo (intervalos, proporciones, etcétera). Los siguientes contienen algunas notables
consideraciones sobre lo que entonces se llamaba "música falsa", o sea el género musical
que incluía alteraciones cromáticas, música que a Vitry le pareció justamente "no falsa,
sino verdadera y necesaria".
Viene por fin la parte más importante, que contiene en germen los elementos
fundamentales de la notación rítmica del Ars Nova francesa. Philippe de Vitry obtuvo en
parte estos elementos de la práctica musical italiana de aquel tiempo, pero los encuadró
en un sistema más sólido que el expuesto por Marchetto de Padua en el Pomerium.
Todavía en el Ars nova tal sistema está aún en germen. El concepto de "prolatio", por
ejemplo, está sin desarrollar; aparece en cambio aclarado en otros dos escritos atribuidos
al mismo Vitry (el Ars perfecta y el Liber musicalium), pero la autenticidad de estas obras,
como la del Ars contrapunctus, es muy dudosa.
En el Ars nova de Vitry aparece por primera vez una figura o nuevo valor musical
denominado mínima, que venía a desempeñar en el sistema musical de entonces algo así
como el papel de nuestra semicorchea. Si al poco tiempo surgió la semimínima, podemos
suponer la revolución que significó, ya que la música adquirió mayor movilidad, rapidez y
articulación, rompiendo así con la rigidez y linealidad del Ars Antiqua. Por decirlo de algún
modo, el movimiento impulsado por Vitry se alejó un tanto del carácter especulativo
propio de los siglos anteriores, y pasó a tener un aliento más "artístico".
Sin embargo, ese valor, que iba a conmocionar el mundo de la música, no fue invención de
este compositor, sino, como aseguran las últimas fuentes musicológicas, obra de un
maestro cuyo nombre desconocemos adscrito a la corte de Navarra. Algunos indicios de
estas aportaciones revolucionarias aparecen en un tratado algo anterior al Ars nova, el
tratado Notitia artis musicae de Johannes de Muris (c. 1300-c. 1350), quizás de 1319, pero
fue el texto de Vitry el que permitió difundir tan radical novedad. Los avances del
compositor francés no consistieron únicamente en la introducción de la mínima, pues
indicó, mediante el empleo de notas de color rojo, la distinta duración de las mismas, a la
vez que sugirió el uso de diversos signos ideados para que el lector tuviera una guía del
compás o los compases en que estaba escrita la composición.