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ACTUALIZACIÓN EN
PSICOLOGÍA CRIMINAL
Así, en el ámbito penal, los peritajes psicológicos podrán versar sobre diversos aspectos. Uno de los
más demandados en este ámbito es el peritaje de imputabilidad. En éste se evaluarán las
capacidades cognitivas y volitivas del sujeto en el momento de la comisión del delito para acreditar
si se le puede imputar el acto delictivo por el que es acusado y se le puede imponer una pena o si,
por el contrario, se le debe declarar como semi - imputable o inimputable, en cuyo caso no podrá
asumir la responsabilidad penal, aplicándosele otro tipo de medidas.
Relacionados con la parte de la acusación, los peritajes psicológicos, además de evaluar el estado
mental del sujeto en el momento de la comisión del acto tipificado como delito, tendrán como fin
acreditar si el acusado padece algún trastorno, anomalía, adicción o si concurre alguna circunstancia
que pueda haber influido en el comportamiento del sujeto, pudiendo modificar de esta manera la
posible pena que le pudiera ser impuesta.
En relación con la acusación, esta parte podrá solicitar un peritaje psicológico fundamentalmente
para demostrar qué secuelas psicológicas sufre o ha sufrido a raíz de haber sido víctima de un
supuesto delito.
En el ámbito civil, por ejemplo, conflictos matrimoniales, separaciones, herencias, etc., los peritajes
psicológicos estudiarán el estado mental de los sujetos implicados así como sus capacidades, en
caso de ser necesario, para la adjudicación y/o repartición de bienes de cualquier índole.
Se debe hablar de una de las funciones que aporta gran información a preguntas planteadas por el
derecho como lo es el peritaje psicológico el cual conforme a los diversos procesos y
requerimientos legales da respuesta y permite comprender o aportar información para tomar
decisiones fundamentales para las partes implicadas. En este caso la psicología actúa como ciencia
para el derecho. Dicho peritaje puede ser definido como un concepto emitido por un auxiliar de la
justicia en este caso un psicólogo (a) donde se trata sobre un tema específico que a través de
diligencias, estudios o investigaciones da respuesta a preguntas planteadas por la ley para en
definitiva lograr que se tome una decisión por parte de la persona encargada de dicha función.
Es indispensable tener en cuenta que el peritaje psicológico necesariamente es un medio de prueba a
diferencia de una valoración o asesoría psicológica ya que esta última no es tomada como prueba
para el momento de la decisión y además no es solicitada por funcionarios de la ley sino por
cualquier persona particular. A este respecto se pueden plantear preguntas en razón a la validez o
veracidad de un testimonio (si es creíble o no de acuerdo a los aspectos involucrados en la
psicología testimonial), conceptos sobre imputabilidad, aptitud o capacidad para obtener custodias,
estado mental al momento de la comisión de un delito, entre otros.
Es fundamental reconocer que existen diferencias entre un psicólogo con conocimiento del derecho
a un psicólogo clínico o dedicado a otras áreas o campos de aplicación de la psicología quienes
carecen de la formación suficiente para realizar aportes verdaderos a los requerimientos jurídicos
que exigen de mayor conocimiento y experticia a la hora de actuar frente a un proceso judicial, eso
sin contar con las implicaciones legales y éticas que tiene el hecho de ejercer dentro de la psicología
jurídica o forense.
Es bueno aclarar que este dictamen pericial va a variar dependiendo de la instancia legal que lo
solicite, es decir la entidad estatal que plantee las preguntas del mismo. Dependiendo del proceso,
de los elementos involucrados en el mismo, entre otros factores. El peritaje psicológico siempre
debe dar respuesta a la pregunta planteada y no apartarse de lo solicitado como se ve en algunos
estamentos donde desafortunadamente el peritaje responde cualquier tipo de inquietudes menos la
pregunta realmente planteada. De igual manera, el dictamen emitido por el psicólogo que realiza el
análisis no debe ser considerado como la verdad absoluta ni mucho menos lo que fundamente una
decisión judicial, simplemente se considerará como medio de prueba dentro de otros muchos
conceptos técnicos y periciales emitidos por diversas áreas.
El perito nunca debe hacer consideraciones sobre la responsabilidad penal de o de los procesados.
Se debe considerar un equipo interdisciplinario que permita complementar los conceptos y ya con
base a esto la instancia legal que deba tomar la decisión dentro del proceso emitirá un juicio final
que será el definitivo.
Para finalizar esta parte teórica se sugiere que se mantenga presente que los evaluados generalmente
presentarán una distorsión motivacional y el forense debe estar entrenado para ponderarla; también
se sugiere que utilicen instrumentos de medición válidos, confiables, conducentes y pertinentes; que
se agreguen referencias y citas bibliográficas, para acostumbrar a los peritos y a los jueces y fiscales
que no es la opinión del psicólogo, sino la postura de toda la comunidad científica.
Una señora de 76 años de edad otorga un poder legal a su hermana de 67 años de edad, hace 6
meses. El poder está debidamente autenticado y registrado para la administración de sus bienes, y la
hermana a la cual otorgó el poder enajena, vende y compromete el patrimonio del poderdante,
constituido por dos propiedades inmuebles. Los hijos de la señora poderdante, que viven en el
exterior del país, no se han enterado de la transacción hasta que ha ocurrido. Los hijos como
descendientes directos, presumiendo que su madre no se encontraba en el pleno uso de sus
facultades mentales, solicitan ante los tribunales competentes (civiles) un procedimiento por
interdicción para determinar que el poderdante no estaba en plenas facultades mentales para dicho
otorgamiento y así impugnar todos los actos realizados por la hermana apoderada. Los hijos
proceden legalmente y el Juez Civil encargado del caso solicita un peritaje psicológico para
determinar el estado mental de la poderdante.
Metodología de evaluación:
Se evaluó mediante pruebas psicológicas. Específicamente la Escala de Inteligencia
Weschler (WAIS-III) y el Test Gestáltico Visomotor de Bender, así como entrevista
No se emplearon instrumentos de evaluación forense, pues el requerimiento se
refiere a establecer el nivel de funcionamiento de las capacidades cognitivas
superiores de la poderdante. No se requiere evaluar conducta criminal, ni establecer
criterios acerca de la imputabilidad del sujeto evaluado.
Marco Teórico:
Se revisó la bibliografía vinculada a geronto psicología, evaluación de trastornos
mentales orgánicos e instrumentos de evaluación que permitan establecer niveles de
funcionamiento de las capacidades mentales superiores. Como ejemplo de las
referencias revisadas es posible presentar el siguiente:
Entre las ventajas más destacadas de las escalas Weschler (en particular el WAIS-III)
se pueden enumerar:
a) Diversidad de tareas vinculadas a funciones cerebrales y procesos cognitivos
diferentes y específicos.
b) Permite determinar un índice de deterioro de las funciones mentales con
parámetros de acuerdo a la edad del sujeto.
El Test Gestáltico Visomotor de Bender, permite detectar niveles severos de daño
orgánico cerebral y formas de organicidad cerebral más moderadas que podrían
coincidir con trastornos mentales orgánicos.
Evaluación neuropsicológica:
Dictamen Pericial
1. Encabezamiento:
Santo Domingo, 19 de diciembre de 2013.
Sujeto evaluado: APD C.I. 000.000. Residente de….., Urb. XXX, Edif. XXXXX apto. 00.
Telf. 000000.
Sexo: Femenino
Estado Civil: Viuda.
Edad: 76 años, 3 meses y 13 días.
Lugar de Nacimiento: Moca
Ocupación: Ama de Casa.
Nivel de instrucción: Universitaria completa.
Psicólogo evaluador: Yaneth Gamboa C.I. 00000000.
Evaluación solicitada en petitorio 00-000-O00 del Tribunal 4to de lo civil, de fecha 12 de
diciembre 2013.
2. Objetivo:
Evaluar la integridad de las funciones psicológicas superiores de la poderdante para
establecer si actuó en pleno uso de sus facultades mentales al momento de otorgar el poder a
su hermana menor.
3. Resumen de hechos
Hace 6 meses la persona evaluada firmó un poder a favor de su hermana menor. Cuatro
meses después los hijos de la poderdante se enteran de la venta de dos bienes inmuebles que
pertenecían a la poderdante. Presumiendo incapacidad mental de su madre, inician un
procedimiento civil para invalidar el poder y la venta de inmuebles realizada por la hermana
menor de la poderdante. Se realizan exámenes médico-psiquiátricos que no permiten
establecer datos concluyentes y el juez de la causa solicita una evaluación pericial para
determinar el nivel de funcionamiento mental de la poderdante, para establecer si actuó en
pleno uso de sus facultades al firmar el poder.
Se realizaron tres sesiones de trabajo. Dos con la poderdante y una con un familiar en primer
grado (Un hijo). En la primera sesión (13 de diciembre) con la poderdante se realizó una
entrevista de evaluación para obtener información adicional a la presentada en el sumario y
la evaluación neuropsicológica con el Test Gestáltico Viso-motor de Bender. En la segunda
sesión (15 de Diciembre) se realizó la segunda parte de la evaluación neuropsicológica con
el WAIS-III. En la tercera sesión (16 de diciembre) se entrevistó a un familiar en primer
grado.
5. Resultados:
Examen mental: Sujeto de sexo femenino, de 76 años de edad, piel morena y cabello
castaño oscuro, edad aparente acorde con edad cronológica. Adecuado aseo y arreglo
personal, biotipo se aproxima al leptosómico. Mirada entre fija y vacilante, se le percibe a
veces confusa y desorientada por breves instantes. Conoce su nombre y la razón por la cual
está siendo evaluada. Orientada en tiempo y espacio. Mímica facial y movimiento de las
manos acorde con estado ansioso. Dificultades de atención y concentración. Consciente.
Lenguaje sin alteraciones, pensamiento coherente con ligeras intercepciones. Afectividad
eutímica (no hay alteraciones del estado de ánimo). Aparenta inteligencia promedio. La
información sobre su niñez, adolescencia, juventud y vida adulta son recuperados con
facilidad (memoria remota conservada). Existe mayor dificultad para recobrar información
sobre hechos recientes, se observan confusiones e imprecisiones sobre la secuencia de los
eventos incluidos en los últimos 5 años.
Aspectos Históricos y de la vida actual del sujeto: Se trata de una familia clase media
cuyos recursos económicos se han visto reducidos durante los últimos 5 años. La poderdante
y su hermana no poseen seguro de hospitalización y cirugía, por lo cual cualquier gasto
médico debe ser cancelado por ellas. Los tres hijos de la poderdante emigraron al exterior en
los últimos 6 años. La poderdante y su hermana viven juntas desde hace más de 20 años. Al
enviudar, su hermana menor comenzó a vivir con la poderdante. Su relación parece ser
positiva y es descrita por la poderdante como de "mutuo apoyo". La hermana menor de la
poderdante presenta fallas en su sistema renal desde hace un año. La poderdante manifestó
múltiples veces a sus hijos que "esos apartamentos son de ellos, para su futuro, si les va mal
en el exterior".
Evaluación neuropsicológica:
Se trata de una mujer de 76 años de edad con un proceso de deterioro de las funciones
cognitivas superiores más avanzado que lo esperable para su edad.
La conducta durante la entrevista y la aplicación de las pruebas, así como los indicadores
observados en las pruebas aplicadas apuntan hacia la presencia de un proceso de demencia
de inicio tardío (después de los 65 años) y no complicado (ausencia de ideas delirantes o
estado de ánimo depresivo) cuyo inicio puede ubicarse en un período no menor de un año.
Sobre la base de los datos de prevalencia según sexo es más probable que se trate de tipo
Alzheimer (F00.10). Sin embargo se recomiendan pruebas de laboratorio y resonancia
magnética, si se requiere establecer con mayor precisión si se trata de Demencia tipo
Alzheimer o Demencia tipo vascular. Sobre la base de estos hallazgos se puede afirmar que
para el momento en que la poderdante firmo el documento ya el proceso demencial estaba
instalado.
Un proceso judicial sin pruebas es como una máquina sin energía, aunque sepamos cual es la
verdad ello no es suficiente porque se hace necesario demostrarlo, tal vez estemos seguros de que
una persona es una víctima y eso debería ser suficiente para que ella fuera protegida por el Estado y
pudiera impulsar toda la acción del aparato judicial, pero tenemos que evidenciar que hubo un
delito, sustentar que hay una persona afectada en sus bienes jurídicos, justificar que hay una víctima
a través de alguno de los medios probatorios previstos por el estatuto procesal penal entre los que se
encuentra el peritaje.
El peritaje debe ser practicado de manera imparcial, lo que aparentemente contradice el título de
este documento, pero al comprender que independientemente de si se dictamina sobre el sujeto
activo o pasivo del delito, es decir, independiente de si se es evaluado por un psicólogo forense
desde el estado de posible víctima o agresor y al margen de las creencias o actitud personales del
perito; es un procedimiento que se realiza para descubrir la verdad y si ello sucede siempre se estará
haciendo justicia y favoreciendo a la víctima, es decir, a quien haya padecido el delito o a quien sea
inculpando injustamente. Estos dos elementos el de establecer la verdad y hacer justicia son parte de
la triada que propone Sampedro (2.001) para que podamos vivir felices y con dignidad, de manera
que el psicólogo forense ejerce un papel fundamental en la construcción social.
Al caso que me refiero en particular es un tanto grotesco, se trata de un niño que informó haber sido
abusado y el defensor del imputado argumentó mitomanía infantil, razón por la cual solicitó un
peritaje psicológico. Durante la evaluación forense el niño informó que el señor X "lo molestaba" y
que le había metido "el pipi" en la boca y se había "orinado". A su declaración añadió detalles del
lugar, de la interacción, reprodujo conversaciones entre ambos, interrupciones inesperadas y otros
más aspectos que coinciden con los criterios de realidad establecidos por la técnica de Análisis de
Contenido Basado en Criterios Steller y Koenhken que es una técnica de evaluación psicológica
forense que se utiliza con frecuencia en varios países, pero que aún no ha sido validada.
Pero hay que aclarar que no solo cuando se evalúa a las víctimas se les puede auxiliar, también el
adecuado dictamen psicológico forense de los transgresores puede ser una manera de proteger a las
víctimas o de prevenir situaciones victimizantes con otras personas; lo que sucede cuando se evalúa
a un homicida sexual serial del que se presume es psicópata (que es diferente del psicótico, del
antisocial, del sociópata y del trastorno antisocial de la personalidad) según los criterios de Hare
(1.999). Si en la evaluación se confirma el diagnóstico de psicopatía se debe informar que este
cuadro diagnóstico no tiene correlación con la inimputabilidad y que la medida recomendada es de
máxima seguridad en el tratamiento penitenciario, debido a que los tratamientos psicológicos
existentes no muestran eficacia. Esta intervención pericial solo podría realizarla un psicólogo
forense debidamente capacitado, actualizado y redundaría en el bienestar de las víctimas y de la
sociedad en general.
LA VICTIMOLOGÍA
Al igual que la criminología, la victimología no ha seguido el mismo camino en todas las partes del
mundo. Y como ocurre con cualquier otra disciplina, está más avanzada en unos países que en
otros. Si bien hay algunas similitudes en la forma en que la victimología despegó y ha
evolucionado, también hay significativas diferencias cualitativas, e incluso cuantitativas. Aunque la
legislación victimal está bastante desarrollada en algunos países, es inexistente en la mayoría.
Los programas de asistencia a las víctimas han florecido en algunas sociedades, pero siguen siendo
desconocidos en muchas partes del mundo. Las encuestas de victimización se han llevado a cabo de
forma regular en algunos lugares y permanecen visiblemente ausentes en otros. La terapia
victimológica se fomenta y practica en algunas culturas, pero está mal vista en otras.
Cursos y seminarios en victimología existen desde hace varias décadas en algunas universidades,
pero otras han carecido totalmente de ellos. Estas enormes diferencias, sin embargo, no deben hacer
imposible proporcionar una imagen más o menos unificada de la evolución de la disciplina o un
profundo análisis de su estado actual y su evolución futura. Sin embargo, como con toda concisa
panorámica mundial, son ineludibles las generalizaciones e inevitables las sobre-simplificaciones.
El término victimología fue acuñado en 1949 por un psiquiatra estadounidense, Frederick Wertham,
quien lo utilizó por primera vez en su libro El espectáculo de la violencia, en el que destacó la
necesidad de una ciencia de la Victimología. Durante los primeros años de la victimología, la
literatura sobre las víctimas de delitos permaneció relativamente reducida en comparación con la de
criminología.
Durante los años 80 del pasado siglo, sin embargo, una gran ola de importantes libros y artículos
marcó la mayoría de edad de la victimología (Rock, 1994). En la actualidad, es justo decir que el
estudio de las víctimas de delitos se ha convertido en una parte integral de la criminología.
Tales omisiones ocurren continuamente. Forman parte inevitable de cualquier disciplina, como
consecuencia de la verdad señalada por Burke cuando dijo que "una forma de ver es siempre una
manera de no ver". El precio de la organización, especialización y acumulación de conocimiento
sobre cualquier área es un descuido sistemático de las demás cuestiones lanzadas fuera de foco y
más allá de los márgenes. Precisamente porque la criminología es una disciplina empíricamente
orientada, se ha tendido a ignorar las cosas que no llevan el nombre de delito, delincuentes y justicia
criminal.
Sea como fuere, el estudio de las víctimas y la victimización tiene el potencial de remodelar toda la
disciplina de la criminología.
Evolución reciente en Victimología
De Micro Victimología a Macro Victimología
En los 70 del siglo XX, los estudios individuales de las víctimas de delitos específicos, populares en
las primeras etapas de la victimología, fueron eclipsados por las encuestas de victimización a gran
escala que transformaron el micro enfoque en un macro enfoque. El objetivo principal de estas
encuestas era determinar el volumen de la victimización, para identificar a la población víctima, y
para establecer las características socio-demográficas de las víctimas de delitos. Si bien este
enfoque macro demostró ser muy útil para el estudio de las tendencias y patrones de victimización,
y para el análisis de la distribución espacial y social de algunos tipos de delitos, el mismo reveló
muy poco sobre las situaciones sociales y personales en las que tuvieron lugar estos delitos. Era de
un valor limitado para la comprensión de la psico y socio dinámica del comportamiento criminal, el
proceso de selección de las víctimas, las interacciones entre víctimas y delincuentes, el papel
dinámico de la víctima en diversos delitos, y así sucesivamente.
La victimología temprana era fundamentalmente teórica, preocupada casi exclusivamente por las
explicaciones causales del delito y el papel de la víctima en esas explicaciones. Se centró
principalmente en las características de las víctimas, sus relaciones e interacciones con sus
victimarios, y el análisis de la conducta de la víctima como una variable situacional, como un factor
desencadenante, actualizante o precipitante.
Este marco teórico, propuesto por Von Hentig, guió la investigación pionera realizada por
Ellenberger, Wolfgang, Amir, Normandeau, Curtis, Silverman y Fattah entre otros. La
preocupación por la difícil situación de las víctimas de delitos se podía encontrar principalmente en
los modestos programas de indemnización estatal a las víctimas de delitos que se establecieron en
algunos países como Nueva Zelanda, Inglaterra, Canadá y los EE.UU. El redescubrimiento de las
víctimas de delitos, encabezado por el movimiento feminista, un movimiento que defendió la causa
de las víctimas de violación, asalto sexual y violencia doméstica, generó una gran cantidad de
empatía y simpatía hacia un grupo largo tiempo privado de sus derechos
Fue tomando forma un nuevo enfoque para la victimología: ayudar y asistir a las víctimas de
delitos, aliviar su penosa situación y afirmar sus derechos. Nació un movimiento político y la
victimología fue cada vez más definida y reconocida a través de su componente aplicado. Los
encuentros de Victimología reflejaban la transformación de la victimología desde una disciplina
académica en un movimiento humanista, el paso de la investigación académica al activismo
político. Estas reuniones a menudo se convirtieron en plataformas para la defensa en favor de las
víctimas.
Esta transformación de la victimología tuvo serias implicaciones. Una de las consecuencias fue la
de reorientar el concepto de la criminalidad sobre los delitos convencionales que tenían una víctima
directa, inmediata, tangible. Los delitos de cuello blanco, acciones corporativas que causan graves
daños sociales, legalmente definidas o no como delitos, fueron una vez más relegadas a un segundo
plano. La metamorfosis también tuvo un impacto negativo en la política criminal. Ayudó a reforzar
primitivas reacciones vengativas frente a la delincuencia y dio mucho fuelle a los políticos
conservadores, permitiéndoles en consecuencia poner en práctica su agenda punitiva.
VICTIMOLOGÍA HOY
La victimología hoy es muy diferente de la victimología en los años 50 o 60 del s. XX. Las
disciplinas científicas experimentan una constante evolución, aunque el ritmo de cambio puede
variar de una disciplina a otra. La Victimología ha experimentado una evolución no sólo rápida sino
también más fundamental en las dos últimas décadas. Las décadas de los años 80 y 90 podrían
fácilmente describirse como un período de consolidación, recopilación de datos y teorización, con
nueva legislación, compensación a las víctimas, reparación y mediación, ayuda, asistencia y apoyo
para posibilitar a las víctimas recuperarse de los efectos negativos de la victimización.
1. Consolidación
Japón ha sido un líder en este sentido, gracias a los incansables esfuerzos del victimólogo de
renombre mundial, el profesor Koichi Miyazawa, y un dinámico grupo de sus discípulos y
seguidores. La Sociedad Mundial de Victimología sigue manteniendo sus simposios
internacionales, una vez cada tres años. Con todo ello, la victimología ya no causa asombro o
simple curiosidad, sino que se está convirtiendo poco a poco en una palabra familiar.
Esto se ve facilitado por la amplia cobertura que las noticias de crímenes y asuntos de víctimas
están recibiendo en los medios de comunicación, por la gran publicidad que están recibiendo los
programas para víctimas y por la proliferación de servicios a las víctimas y programas de asistencia
a las víctimas en muchos países.
Los últimos veinte años han sido testigos de la creación y extremadamente rápida expansión de
servicios a las víctimas. Los programas de asistencia a las víctimas, totalmente inexistentes hace un
par de décadas, se han multiplicado en todo el mundo, desde Australia a Europa, de Sudamérica a
Asia, y de las grandes Islas de Japón a las relativamente pequeñas Islas Canarias.
Uno de los avances más importantes en el campo de la victimología en los últimos veinte años ha
sido la aprobación formal por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas el 11 de
noviembre de 1985 de la "Declaración sobre los Principios Fundamentales de Justicia para las
Víctimas de Delitos y de Abuso de Poder". Al adoptarla, la Asamblea General declaró que era
"Consciente de que millones de personas en todo el mundo sufren daños como resultado de delitos
y abuso de poder y que los derechos de estas víctimas no han sido reconocidos en forma adecuada".
Una de las tareas principales de la victimología teórica es recoger datos empíricos sobre las
víctimas de delitos. El principal instrumento utilizado en la actualidad para recopilar esta
información son las encuestas de victimización, realizadas a nivel local, regional, nacional e
internacional. Dignas de señalar entre estas encuestas son las que se llevan a cabo sobre bases
regulares, a intervalos regulares, en Inglaterra y los EE.UU.: la British Crime Survey [Encuesta
Británica sobre el Delito], y la National Crime Survey [Encuesta Nacional sobre el Delito] (Estados
Unidos). Cada una de estas encuestas arroja una gran cantidad de información sobre las víctimas de
delitos. Ambas permiten un análisis exhaustivo de los patrones y las tendencias temporales y
espaciales de los distintos tipos de victimización.
La Encuesta Británica sobre el delito de Escocia reveló que el 40 por ciento de los encuestados que
admiten [haber realizado] un acto de asalto fueron ellos mismos víctimas asaltadas durante el
mismo período. A pesar de los problemas metodológicos y prácticos de las encuestas de
victimización, y a pesar de sus limitaciones, han permitido a los investigadores recopilar una gran
cantidad de datos sobre las víctimas de la delincuencia que es extremadamente rica en variedad y
detalle. Gracias a las encuestas de victimización, ahora sabemos que la delincuencia y la
victimización se agrupan dentro de ciertos grupos y ciertas áreas, y que hay mucha más afinidad
entre los delincuentes y las víctimas de lo que se cree comúnmente.
Esto no quiere decir que todas las víctimas de la delincuencia compartan los atributos de sus
victimarios. Es sólo para subrayar que las dos poblaciones tienen varias características comunes. Ya
sea en Europa, los EE.UU., Canadá o Australia, la investigación ha demostrado que los delincuentes
involucrados en los tipos de delitos cubiertos por las encuestas victimización son
desproporcionadamente varón, joven, residentes urbanos, del nivel socioeconómico más bajo,
desempleados (y no en la escuela), no casados, y en los EE.UU., negros. Las encuestas de
victimización han revelado que las víctimas de manera desproporcionada comparten estas
características y que los perfiles demográficos de las víctimas de delitos y de delincuentes convictos
son sorprendentemente similares.
Un paso importante en el camino hacia la victimología comparada se alcanzó con las Encuestas
Internacionales de Victimización. Las encuestas fueron un intento útil para recoger datos sobre
victimización estandarizados de un número de países que utilizan el mismo cuestionario en cada
país. Su principal objetivo era evitar los problemas de la comparación de los datos recogidos por
medio de diferentes instrumentos utilizando diferentes metodologías. Los datos de campo de la
primera encuesta internacional sobre la delincuencia se reunieron en enero de 1989 utilizando el
método de entrevista telefónica asistida por ordenador (CATI) y los resultados se publicaron en
1990.
Una segunda ronda de la Encuesta Internacional del Delito se llevó a cabo en1992. Algunos de los
países que participaron en la primera encuesta, como Suiza, Noruega e Irlanda del Norte, no
participaron en la segunda. Pero la segunda encuesta incluyó algunos países de Europa del Este que
no participaron en la primera, como Polonia y la antigua Checoslovaquia.
La tercera barrida de la Encuesta Internacional de Víctimas del Delito se llevó a cabo en 1996-97 en
veinte países en transición. Estos fueron los antiguos países socialistas de Europa del Este, desde
Polonia a Mongolia en el este, y de Albania, Bulgaria y Macedonia en el sur a los países Bálticos,
Estonia, Letonia y Lituania en el Norte. Los informes nacionales de este estudio fueron publicados
en 1998 por el Instituto Interregional de las Naciones Unidas y la Justicia.
Estas, no hace falta decirlo, son dos realidades diferentes. ¿Son las encuestas diseñadas para evaluar
la delincuencia o la victimización? Los títulos ‘encuesta sobre el delito’ y ‘encuesta de
victimización’ se siguen utilizando indistintamente (Fattah, 1997a) y la última encuesta
internacional fue llamada la Encuesta Internacional de Víctimas del Delito
Modelos teóricos
En un intento de integrar los diversos modelos en un sistema global agrupamos todos los factores
aparentemente pertinentes en diez categorías diferentes. Estas son:
1) Oportunidades, que están estrechamente vinculadas a las características de los
objetivos potenciales (personas, hogares, empresas) y a las actividades y el
comportamiento de estos objetivos.
2) Factores de riesgo, particularmente los relacionados con las características
sociodemográficas como la edad y el género, zona de residencia, ausencia de
vigilancia, presencia de alcohol, y otros.
3) Delincuentes motivados. Los delincuentes, incluso los no profesionales, no eligen a
sus víctimas/objetivos al azar, sino que seleccionan a sus víctimas/objetivos de
acuerdo con criterios específicos.
4) Exposición. La exposición a posibles infractores y a situaciones y entornos de alto
riesgo aumenta el riesgo de victimización delictiva.
5) Asociaciones. La homogeneidad de la población víctima y el ofensor sugiere que la
asociación diferencial es tan importante para la victimización delictiva como lo es
para el crimen y la delincuencia. Por lo tanto los individuos que están en estrecho
contacto personal, social o profesional con delincuentes y criminales potenciales
corren un mayor riesgo de ser víctimas que los que no lo son.
6) Momentos peligrosos y lugares peligrosos. Los riesgos de victimización delictiva no
se distribuyen de manera uniforme en el tiempo o en el espacio hay momentos
peligrosos, como la noche, la madrugada y fines de semana.
También hay lugares peligrosos, como los lugares de espectáculos públicos en que
los riesgos de llegar a ser víctima son más altos que en el trabajo o en casa.
7) Conductas peligrosas. Ciertos comportamientos tales como la provocación aumentan
el riesgo de victimización violenta, mientras que otras conductas como negligencia y
descuido aumentan las posibilidades de victimización patrimonial. Hay otros
comportamientos peligrosos que ponen a quienes los realizan en situaciones
peligrosas donde su capacidad de defenderse y protegerse contra los ataques se
reduce considerablemente. Un buen ejemplo de esto es el autostop.
8) Las actividades de alto riesgo también aumentan la posibilidad de victimización.
Entre esas actividades está la búsqueda de diversión, que puede incluir actividades
irregulares e ilegales. También es bien sabido que ciertas ocupaciones tales como la
prostitución llevan consigo un potencial más alto que el promedio de victimización
criminal.
9) Comportamientos defensivos/ de evitación. Dado que muchos de los riesgos de
victimización criminal podrían ser fácilmente evitados, las actitudes de la gente ante
estos riesgos pueden influir en sus posibilidades de ser victimizados.
No hace falta decir que los que asumen riesgos están destinados a ser víctimas más
veces que quienes evitan riesgos. Esto también significa que el miedo a la
delincuencia es un factor importante en la reducción de la victimización ya que los
que tienen miedo, por ejemplo los ancianos, toman más precauciones contra la
delincuencia, incluso reduciendo su tiempo de actividades diurnas y nocturnas
reduciendo así su exposición y vulnerabilidad a la victimización.
10) Propensión estructural/ cultural. Existe una correlación positiva entre la falta de
poder, las privaciones y la frecuencia de victimización criminal. La estigmatización
cultural y la marginación también aumentan los riesgos de victimización criminal
designando a ciertos grupos como ‘presa fácil’ o como víctimas culturalmente
legitimadas.
Se ha producido un aluvión de legislación victimal en los últimos años en un gran
número de países. Tras la adopción de la Declaración sobre los Principios
Fundamentales de Justicia para las Víctimas de la ONU, fueron aprobadas las
llamadas Cartas de Derechos de las Víctimas o Declaraciones de Derechos de las
Víctimas por los cuerpos legislativos en distintas sociedades
Compensación a la víctima
La reparación a las víctimas de delitos en forma de compensación monetaria por parte del Estado
fue el primer intento en la historia reciente de aliviar el sufrimiento de las víctimas y mejorar su
situación. En la década de 1960, una jueza británica, Margery Fry, y otros pidieron indemnización
estatal para las víctimas de delitos.
Sus motivos llevaron a la creación de programas de indemnización del gobierno en Nueva Zelanda,
el Reino Unido, América del Norte, Europa y otros lugares. Estos programas han estado operando
durante más de un cuarto de siglo, y muchos han sido sometidos a diversos tipos de valoraciones y
evaluación.
La restitución por parte del ofensor a la víctima fue una de las primeras formas de reparación dada a
aquellos que sufrieron daños o lesiones mediante acciones o negligencia de otros. Esta fue la
composición o wergeld pagado a la víctima o los parientes de la víctima. Como los programas
estatales de compensación a menudo se limitan estrictamente a víctimas de violencia, la restitución
por el delincuente ha resurgido como un medio de reparación en delitos contra la propiedad tanto
como en delitos violentos. El problema es que la gran mayoría de los delincuentes son
desempleados o no tienen los medios financieros que permitirían a las víctimas recibir la
restitución. Añadido a este problema está el hecho antes mencionado de que en muchos países la
recaudación de la multa penal tiene prioridad sobre las órdenes de restitución
Mediación penal
Los últimos veinte años han presenciado un desarrollo sin precedentes en el campo de los servicios
a las víctimas. Los servicios a las víctimas han sido llamados la industria creciente de la década. La
expansión de los programas de servicios a las víctimas de la delincuencia en los Estados Unidos,
Canadá, el Reino Unido y muchos otros países ha sido cuando menos fenomenal. En 1990, Davis y
Henley estimaron que el número de programas de servicios a las víctimas en los Estados Unidos
estaba por encima de 5000, mientras que 20 años antes no había ninguno. La mayoría de los
programas de asistencia, en particular aquellos alojados en departamentos de policía, remiten a las
víctimas, de acuerdo a sus necesidades, a los servicios existentes en la comunidad. Algunos también
proporcionan a las víctimas ayuda de urgencia necesaria: reemplazar una ventana rota, una
cerradura dañada, el arreglo de un coche destrozado, conducción, limpieza, compras, ayuda con los
niños y demás. También hay varios programas que ofrecen ayuda especial a ciertas categorías de
víctimas, por ejemplo, víctimas de violación, niños víctimas de asalto sexual, víctimas de violencia
familiar, etc.
Actualmente están operando centros de crisis por violación y refugios para mujeres maltratadas en
muchos lugares. En general, sin embargo, los dos servicios más importantes prestados a las víctimas
de delitos por los programas de asistencia a las víctimas son información y apoyo moral.
Ha enfocado la atención hacia la difícil situación de las víctimas de delitos en la moderna sociedad
industrial, y ha sensibilizado al público en general, los políticos y los funcionarios del sistema de
justicia penal sobre los efectos traumáticos y de larga duración de ciertos tipos de victimización
criminal. Colectivos de víctimas han logrado elevar la conciencia pública sobre ciertos
comportamientos dañinos y traumatizantes como la victimización sexual, el maltrato infantil, la
violencia familiar, y la conducción ebria, por mencionar sólo algunos. El movimiento ha sido muy
influyente en el cambio de las actitudes sociales hacia las víctimas de violación y de violencia
doméstica, entre otras, y en el cambio de las prácticas del sistema de justicia penal en relación con
esas víctimas y, en general, todas las víctimas de delitos.
Es así que se espera que las políticas promovidas por victimólogos en el futuro, al igual que la
práctica y la acción victimológica, van a ser muy diferentes de las de antaño y de hoy. Si hay una
predicción segura para afirmar sobre la victimología del futuro, es que se convertirá en una
verdadera disciplina científica y una práctica verdaderamente humanista
CUESTIONARIO