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I. EL PROCESO DE SEDIMENTACIÓN
Cuando los productos resultantes de la erosión dejan de estar en suspensión en los medios
de transporte (agua, hielo, aire), se depositan por la acción de la gravedad, originando
depósitos que en muchas ocasiones tienden a formar mantos o capas horizontales. Estos
depósitos superficiales son llamados sedimentos y el mecanismo complejo que ocasiona
su deposición es el llamado proceso de sedimentación. Los materiales acumulados de
esta manera dejan de estar en contacto directo con la atmósfera o hidrosfera al ir siendo
soterrados progresivamente por las nuevas capas de materiales mas o menos compactos,
formando las rocas sedimentarias. El proceso de sedimentación es, por tanto,
fundamentalmente constructivo, y cierra el ciclo de los procesos exógenos.
En la superficie terrestre existen zonas más apropiadas que otras para que se realice el
proceso de sedimentación, es mas, en cada momento podríamos distribuir la superficie en
zonas bien delimitadas de destrucción y sedimentación. Las primeras serían las zonas más
elevadas de los continentes, en donde los agentes erosivos y de transporte, con toda su
potencia, desplazan rápidamente los residuos de la destrucción, la segunda serían las
zonas deprimidas en donde los agentes transportadores pierden su energía y permiten la
deposición de carga que arrastran. Como en último termino es la fuerza de la gravedad la
que condiciona la formación de las rocas sedimentarias, siempre que existan diferencias
de nivel en la superficie terrestre existirá una posibilidad de arrastre hacia las zonas mas
bajas, y por ello son las cuencas oceánicas las zonas privilegiadas de formación de
sedimentos.
Los continentes, especialmente en sus zonas más deprimidas, pueden ser también áreas
de acumulación de sedimentos, pero en este caso, de carácter mas transitorio, ya que una
cuenca de acumulación continental puede transformarse con relativa facilidad en una
zona de erosión por la simple evolución del relieve. Por esta causa, si se estudian
cuantitativamente las series sedimentarias que se han acumulado en los periodos
geológicos pasados, se observa un predominio general de las rocas depositadas en cuencas
oceánicas, sobre las que se han formado en un ambiente continental.
II. LOS FACTORES DE LA SEDIMENTACIÓN
Los caracteres actuales de cualquier sedimento (composición química composición
mineralógica, estructura, etc.) son el resultado de una historia compleja que se inicia en
el momento en que comienza la destrucción de las rocas, y prosigue incluso después que
el sedimento se ha formado. A lo largo de esta historia intervienen una serie de factores
que conviene analizar con algún detalle, pues, conocida su influencia en los sedimentos,
nos van a permitir determinar en qué condiciones se formaron las rocas sedimentarias de
otras épocas geológicas.
C. La duración del transporte, también tiene influencia, pues los fragmentos angulosos,
durante el golpeteo con los otros fragmentos, experimentan con el tiempo una
reducción gradual de tamaño y un redondeamiento progresivo de las aristas; cuando
los materiales arrastrados son de composición diferente, los menos resistentes al
desgaste mecánico, tienden a desaparecer, produciéndose así un enriquecimiento
selectivo de los mas duros. Supongamos, por ejemplo, que un río arrastra
simultáneamente fragmentos de cuarcita y de caliza, estos últimos, menos resistentes
al desgaste; en los tramos mas altos del río podrán formarse sedimentos en donde
coexistan cantos de ambas clases, pero a medida que se descienda por el cauce, irán
escaseando los cantos de caliza e incluso podrán desaparecer totalmente si el curso
es suficientemente largo.
En el perfil batimétrico de las zonas oceánicas se diferencian: una región nerítica, entre
la costa y la profundidad de 200 m., donde penetra la luz solar; la región batial comprende
desde los 200 metros hasta los 2.000 m., aproximadamente; y a mayor profundidad se
encuentran las grandes fosas oceánicas, que corresponden a la región abisal. Las
denominaciones de netrica, batial y abisal, proceden de tres raíces griegas: nerós,
húmedo; bathys, profundo, y abyssos, sin fondo.
B. La zona batial incluye el talud que separa la plataforma continental de los grandes
fondos oceánicos. Aquí se depositan, junto con los materiales detríticos más finos
(cienos, arcillas) los restos esqueléticos de organismos planctónicos (Radiolarios,
Foraminíferos, Pterópodos, Diatomeas etc.) dando origen a tipos especiales de
sedimentos, como son los cienos o lodos de Globigerinas, o los que contienen
Pterópodos, Radiolarios, etc. A gran distancia de la costa, donde no llegan los aportes
continentales, pueden depositarse materiales pulverulentos muy finos, llevados por
el viento, que provienen de las zonas desérticas o de las cenizas lanzadas por las
erupciones volcánicas. Estos materiales son los únicos que aparecen en los
sedimentos extraídos por la sonda de las grandes profundidades (más allá de los 2.000
m.), que ya corresponde a la zona abisal. Allí sólo se encuentran restos de organismos
planctónicos con esqueleto silíceo (Radiolarios, Diatomeas), pues los esqueletos
calizos, muy tenues, se disuelven en el agua del mar antes de alcanzar el fondo.
A. Orgánicos: son aquellos formados por constituyentes que fueron extraídos por la
actividad de animales y plantas que usan la materia inorgánica para formar sus
estructuras protectoras y de soporte: caparazones, huesos, etc. Estas contienen
cantidades variables de carbonatos de calcio, sílice, magnesio, etc.
En estas rocas el tamaño medio de grano es superior a 2mm. Son, por tanto, las
rocas detríticas mas groseras, sin limite superior para el tamaño de grano. Los
conglomerados pueden clasificarse por su textura o por su origen.
• SAMITAS O ARENISCAS
Sus partículas tienen un diámetro variable entre 2 mm. y 1 /16 mm. (0,0625 mm.)
Los sedimentos sueltos se llaman arenas y las rocas areniscas.
Por el tamaño se distinguen arenas gruesas, medias y finas, así como sus
equivalentes en arenisca. En este caso pueden tener cemento o matriz.
Las pelitas son rocas detríticas, de tamaño de grano inferior a 1/16 mm. invisible
a simple vista. Las partículas mas gruesas, visibles al microscopio óptico,
constituyen los limos, y las más finas, sólo visibles al microscopio electrónico, las
arcillas. Este último término es bastante impreciso, pues las pelitas pueden estar
formadas por los siguientes grupos de minerales:
Minerales del grupo de las arcillas (caolinita, etc.).
Minerales diversos, cuarzos, feldespatos, etc., finamente triturados.
Minerales de neoformación arcillas y micas, en parte floculados y en parte
diagenéticos.
Industrialmente, las pelitas son muy importantes. Algunos tipos especiales sirven
para fabricar cerámica (tejas, ladrillos, loza, porcelana). Otros son absorbentes de
la grasa y se utilizan para limpiar la lana. Algunas arcillas son refractarias y con
ellas se forra el interior de los hornos siderúrgicos.
1. Rocas carbonatadas
Existen multitud de rocas formadas por carbonatos. De ellas, las de mayor interés
son las calizas y las dolomías.
Calizas.
Son rocas que están constituidas esencialmente por CO3 Ca. Su origen bien puede
ser orgánico o de precipitación química y clástico. El termino caliza se aplica a
aquellas rocas en que la fracción carbonatada excede a los demás componentes.
Las rocas obtenidas por este complejo proceso de precipitación, presentan una
serie típica y cíclica. Se inician con los carbonatos, luego siguieron con sulfatos,
cloruros, bromuros de sodio, potasio, magnesio y calcio. Los minerales que
forman estas rocas son:
Carbones naturales:
El carbón de piedra es el resultado de la transformación de restos vegetales
acumulados en el fondo de pantanos, lagunas o deltas fluviales, mediante la
acción de bacterias anaerobias que han provocado la descomposición de los
hidratos de carbono (componentes esenciales de los vegetales), enriqueciéndose
progresivamente en carbono.
Esto esta fuera de dudas por la ingente cantidad de restos vegetales fosilizados
que se encuentran unidos al mismo carbón, o en otras rocas íntimamente
asociadas a él, que se formaron al mismo tiempo que los estratos de carbón. Estos
fósiles nos han permitido, además, conocer la flora que existía entonces y
reconstruir los bosques hulleros, formados por Criptogramas vasculares
(Sigilarías, Lepidodentros, Calamites y Helechos arborescentes).
Los restos vegetales, necesarios para la formación del carbón, se han acumulado
por un proceso de sedimentación, unas veces en el mismo sitio donde se
desarrolló el bosque carbonífero (yacimientos autóctonos) y otras previo un
cierto transporte por las aguas continentales (yacimientos alóctonos), y luego,
con el transcurso del tiempo, se han ido transformando en carbón por el proceso
indicado.
Los depósitos de carbón mas importantes son los de hulla, que se formaron
durante el período Carbonífero, pero en épocas posteriores también se han
formado depósitos de carbón. En el Cretácico y en la Era Terciaria se han
formado yacimientos de lignitos en condiciones análogas; con frecuencia en las
desembocaduras de los ríos, por la acumulación de restos de Coníferas.