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Historia de la

Feria Nacional de San Marcos

1828 - 2006
 Historia de la

Feria Nacional de San Marcos

1828 - 2006

Una empresa de
Líder de Bebidas en Latinoamérica
 Coordinador general
Jesús Gómez serrano

Asistente de la coordinación
Gerardo martínez delGado

Investigación hemerográfica y documental

Vicente aGustín esparza Jiménez, Jesús Gómez serrano,
enrique rodríGuez Varela y Francisco JaVier delGado aGuilar

Investigación iconográfica
Gerardo martínez delGado y Vicente aGustín esparza Jiménez

Redacción
Jesús Gómez serrano: capítulos 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7,
Vicente aGustín esparza Jiménez: capítulos 5, 6, 7, 8 y 9,
Gerardo martínez delGado: capítulos 10, 11, 13, 14 y 18
enrique rodríGuez Varela: capítulos 15, 16 y 17

Diseño gráfico
araceli suárez aroche

Cuidado de la edición
Jesús Gómez serrano, Gerardo martínez delGado y
enrique rodríGuez Varela

Iluminación del dibujo de portada

armando de luna GalleGos

Agradecimiento especial para

Mtro. Francisco Javier Delgado Aguilar (director del Archivo Histórico
del Estado de Aguascalientes), Sr. Agustín Morales Padilla (director de Hidrocálido),
Sr. Armando de Luna Gallegos, Sr. Joel Torres Romero, Sr. Ambrosio Muñoz Alcalá, Familia
Topete Ceballos, Sr. José de Jesús Martínez Galindo, Sr. José Luis Ibarra Rodríguez,
Srita. Reyna Patricia Mora Hernández, Lic. Julieta Rionda Villagómez,
Sr. Juan Manuel Hinojo.
GOBIERNO DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES

Ing. Luis Armando Reynoso Femat

Gobernador Constitucional del Estado de Aguascalientes

PATRONATO DE LA FERIA NACIONAL DE SAN MARCOS

Lic. Raúl Álvarez Gutiérrez
Presidente del Patronato de la Feria Nacional de San Marcos

D.R. © Los autores

jjgomez1958@yahoo.com.mx

D.R. © de esta edición

Patronato de la Feria Nacional de San Marcos
Paseo de la Feria 103
San Marcos
20070 Aguascalientes, Ags. México

ISBN: 978-970-728-073-5

Impreso en México

Queda prohibida la reproducción parcial o total de los textos y/o fotogra-

fías de esta obra por cualquier medio sin la autorización expresa de los
autores y el Patronato de la Feria Nacional de San Marcos.
 CONTENIDO
IntroduccIón Capítulo 11
9 Sueño de una noche de primavera:
las reinas de la Feria de San Marcos
Capítulo 1
235
El pueblo de indios de San Marcos:
nombre y origen remoto de la feria Capítulo 12
18 La Feria de San Marcos en tres tiempos
Antonio Acevedo Escobedo
Capítulo 2
261
Las antiguas ferias europeas y mexicanas
33 Capítulo 13
Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales,
Capítulo 3
comerciales y escolares en el siglo XX
El origen mercantil de la feria
273
47
Capítulo 14
Capítulo 4
San Marcos a caballo:
Las exposiciones de artes e industria
piales, manganas y jineteo
en el siglo XIX
293
61
Capítulo 15
Capítulo 5
El hálito de las musas: entre los Juegos Florales y
La fiesta de los toros durante el siglo XIX
el Premio Nacional de Poesía, 1931-2006
81
307
Capítulo 6
Capítulo 16
¡Cierren las puertas!
De lienzos, buriles y cinceles:
Las peleas de gallos durante los siglos XIX y XX
artes plásticas, 1935-2006
113
343
Capítulo 7
Capítulo 17
El Alcázar de Birján:
El Ferial de Aguascalientes: 1966-2006
juegos y apuestas durante los siglos XIX y XX
355
134
Capítulo 18
Capítulo 8
Organización institucional
Circo, maroma y teatro
367
durante el siglo XIX
159 Epílogo
La feria del siglo XXI
Capítulo 9
Raúl Álvarez Gutiérrez
La fiesta de los toros durante el siglo XX
395
172
FuEntEs
Capítulo 10
405
El jardín de San Marcos:
símbolo de Aguascalientes y su feria crédItos FotográFIcos
207 412
 INTRODUCCIÓN
P ocos acontecimientos son
tan definitorios del carácter
de la ciudad de Aguascalientes
y su gente como la Feria Nacio-
nal de San Marcos. Celebrada
por primera vez en 1828 en un
Parián a medio construir, tras-
ladada al jardín de San Marcos
en 1848 y convertida con el paso del tiempo en un
complejo evento que involucra por partes iguales el
regocijo popular, fiestas de corte tradicional, gran-
des exposiciones comerciales, un serial taurino que
se ha consolidado como el segundo más importante
del país, eventos culturales de primera categoría y la
infaltable jugada, la feria es un verdadero crisol de las
múltiples identidades del pueblo que la goza y le ha
dado vida y fama. Un pueblo que trabaja y monta ex-
posiciones agrícolas, industriales, ganaderas y comer-
ciales; un pueblo que sabe aquilatar la cultura y hos-
peda con amoroso cuidado el Encuentro Nacional de
Arte Joven y el Premio Nacional de Poesía Aguasca-
lientes; un pueblo que tiene conciencia de sus raíces
y muestra con orgullo su Ferial; un pueblo que sabe
divertirse y llena de ruidosa algarabía los tendidos de
la plaza de toros, el palenque y el Teatro del Pueblo,
al tiempo que las familias pasean a la sombra de los
viejos árboles del jardín de San Marcos.
El escritor Edmundo Games Orozco cifró en
un poema el espíritu festivo y lúdico que embarga a
los feriantes. Dice este autor, que también fue gober-
nador y animador durante muchos años de las verbe-
nas que se ofrecían en la huerta de su propiedad, que
el día 25 de abril, olvidado momentáneamente “de
la iglesia y el león”, San Marcos “baja a la encendida
verbena”, reparte bendiciones en el jardín, “pide por
primicias flores y alegría” y escucha con candor “los
viejos pregones de los carcamanes y la lotería”. Mien-
tras el aire es atronado por las notas de las marchas
musicales, el evangelista, “lleno de inquieto fervor
pastoril”, se persigna frente a la ruleta “y ante la can-
tina hace una discreta circunvalación”.1
Este libro se propone llenar un vacío evidente
de nuestra historiografía. Hace poco más de veinte
años se publicó el libro Mercaderes, artesanos y toreros,
que tiene entre otros el mérito de haber situado con
exactitud el origen mercantil de la feria. En ese tra-
bajo se habla también de las antiguas ferias europeas
y mexicanas, de las que tomó su espíritu y su alien-
to original la nuestra; de la primera época de las ex-
posiciones, que culminó en 1891 con la Exposición
de Bellas Artes que montó Jesús Díaz de León, y de
“la primera edad de la fiesta de toros”, que terminó
en 1896, con la inauguración de la plaza de toros
San Marcos. En resumen, lo que ofrece ese libro es
una “historia de la feria de Aguascalientes en el siglo
XIX”, como reza su subtítulo.
Evidentemente, hacía falta darle continuidad a
ese esfuerzo y completar la historia de la feria, aña-
diéndole tantos capítulos como fueran necesarios
para dar cuenta de todo lo que ha sucedido a lo largo
del siglo XX y los primeros años del XXI. Algunos
poetas y cronistas, como el ya mencionado Games
Orozco, se han propuesto cantar las virtudes de la
feria, pero carecíamos de un estudio riguroso y bien
documentado que propusiera el análisis de un fenó-
meno cada vez más complejo y diverso, como es la
Feria Nacional de San Marcos en los albores del ter-
cer milenio. Este libro propone en dieciocho capítulos
el análisis de los más diversos aspectos de la feria. La
simple revisión del índice da una idea de la riqueza,
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
variedad y complejidad del fenómeno que nos ocupa.
Al mismo tiempo se recupera la voz entrañable de
autores como Antonio Acevedo Escobedo, Mauricio
Magdaleno, Eduardo J. Correa, Enrique Fernández
Ledesma, Renato Leduc, Salvador Gallardo Dáva-
los, Jesús Gómez Medina, Alfonso Pérez Romo y
muchos otros, porque en ella se ha condensado, de
manera inimitable, el colorido de nuestras fiestas. Por
otra parte, a lo largo de todo el libro, el lector podrá
apreciar una selección de imágenes representativas de
los diferentes aspectos y épocas de la verbena, lo que
complementa la información y las ideas de los textos.
Una mención aparte merece la antología de los poe-
tas premiados, que por sí sola es un alegato a favor de
la importancia y el vigor del contenido cultural de la
feria.
En la historia de la feria pueden advertirse
varias etapas. La primera abarca de 1828 a 1847 y
corresponde al viejo Parián. La segunda va de 1848
a 1912 y es característica por su desarrollo lento y
^ 10 ]
cadencioso; al modificarse su calendario y su sede,
se empezó a hablar de “la función de San Marcos”,
una feria entrañable y provinciana, muy caracterís-
tica del siglo XIX. Entre 1913 y 1920, debido a las
difíciles circunstancias nacionales, la feria decayó y
entró en crisis, hasta que empezó de nuevo a recupe-
rarse en los primeros años de la década de los vein-
te. De manera lenta pero firme maduró entre 1920 y
1959, cuando se decretó su carácter nacional y cono-
ció un nuevo impulso. Gracias al apoyo federal, al
robustecimiento del Patronato de la Feria, a la con-
solidación de su programa cultural y a otros factores,
la feria creció mucho a partir de 1960, hasta que en
la década de los ochenta se descubrió que el viejo jar-
dín y las primitivas instalaciones ya no eran capaces
de contener al crecido número de feriantes. Entonces
empezó una nueva etapa, llena de retos, que ha impli-
cado el crecimiento físico del área en la que se celebra
la verbena, la construcción de nueva infraestructura,
la racionalización del uso del espacio y finalmente
la internacionalización de un evento que ha acaba-
do por convertirse en uno de los rasgos típicos de la
identidad local.
El libro está dividido en 18 capítulos, dedica-
do cada uno a un aspecto particular de la verbena.
El primero evoca la historia del pueblo de indios de
San Marcos, que se fundó a principios del siglo XVII
y cuya memoria es necesario honrar, porque acabó
dándole su nombre, su calendario e incluso sus te-
rrenos a la célebre feria. Entre 1828 y 1834 el pueblo
desapareció como tal y los indios vendieron sus par-
celas y huertos a los comerciantes criollos de la villa
de Aguascalientes; entre estos últimos encontramos a
José María López de Nava, que construiría en los te-
rrenos que adquirió la plaza de toros del Buen Gusto,
lo que viene a ligar de manera directa la desaparición
del pueblo de indios con la consolidación de la infra-
estructura en la que se celebró la feria.
Entre 1828 y 1847, no sin interrupciones, la
feria se celebró en el Parián. A partir de 1848,2 los
festejos se trasladaron al jardín de San Marcos, que
había sido construido quince años antes y en cuyos
alrededores se iba consolidando poco a poco cierta
infraestructura adecuada para lo que se llamó duran-
te mucho tiempo la “función de San Marcos”, empe-
zando por la citada plaza de toros del Buen Gusto.
En forma lenta y gradual se añadieron otros locales,
 Introducción

como el Salón de Exposiciones, el Tívoli y la plaza de pañoles improvisaran peleas en las cubiertas de los
toros San Marcos. barcos.3 Las peleas de gallos han llegado a ser tan po-
En el capítulo 2 se estudian algunos anteceden- pulares que se celebran en cualquier parte del país,
tes de nuestra feria, en particular las ferias de Acapul- con motivo de fiestas patronales y ferias regionales.
co, Xalapa y San Juan de los Lagos, y en el 3 se habla En Aguascalientes están documentadas las peleas de
del Parián y el origen mercantil de la feria. La asocia- gallos desde la época colonial. Combatidas y a la vez
ción que hay entre ambas cosas es muy estrecha, pues toleradas por las autoridades, se arraigaron definiti-
de hecho la feria nació como un acontecimiento de vamente a partir de 1828, cuando se celebró por pri-
índole eminentemente mercantil y el Parián se cons- mera vez la feria de Aguascalientes.
truyó con el fin primordial de que fungiera como sede El capítulo 7 recuerda a Birján, deidad omni-
de los intercambios. presente en ésta y muchas otras ferias. La ruleta, la
El capítulo 4 está consagrado a las Exposiciones baraja, los albures y demás juegos de apuesta son un
de Industria, Minería, Agricultura, Artes y Objetos Cu- ingrediente esencial de nuestra feria. Muchas veces se
riosos, que se celebraron en forma intermitente entre ha cuestionado su conveniencia y se han denunciado
1851 y 1891. Al margen de sus resultados, se trata de los abusos a que dan lugar, pero cada vez parece más
un esfuerzo que pudo mantenerse a lo largo de cuatro claro que la feria no puede ni debe prescindir de ese
décadas, a las que difícilmente se puede caracterizar ingrediente. Ir en contra de los juegos de azar y cen-
como propicias al desenvolvimiento económico y so- surarlos desde una perspectiva moral es tanto como
cial de los pueblos. Y habría que añadir que la Expo- ignorar la historia de la humanidad, pues se trata de
sición de Aguascalientes tuvo un carácter pionero y actividades lúdicas que se registran desde las civili-
que el ejemplo fue pronto imitado por otras muchas zaciones más antiguas, como la egipcia, la griega, la
ciudades. romana y la china. Por lo que respecta
El capítulo 5 está dedicado a México, basta recordar que
a recrear lo que llamamos uno de los primeros
“la primera edad de la juegos de los
fiesta de los toros conquista-
en Aguasca- dores
lientes”. Se fue el
evocan las
hazañas de lo
toreadores y los
gracejos de los lo-
cos, se repara en las
peculiaridades de los
primeros “reglamentos”
taurinos, que castigaban
lo mismo el lenguaje soez de
los matadores que las atrevidas
burlas de los mimos, y se evoca
la época marcada por esa plaza
maltrecha y descuadrada, paradóji-
camente llamada del Buen Gusto.
Enseguida nos ocupamos de las
peleas de gallos, que paradójicamente lle-
garon a México antes que los mismos con-
quistadores, pues es muy probable que, para
romper la monotonía del largo viaje desde el
puerto de Cádiz al de Veracruz, los marinos es-

^ 11 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
totoloque, de origen prehispánico, que consistía
“en lanzar pequeñas piezas de oro hacia el sue-
lo, en un campo de cinco líneas”.4 Lo jugaron
por primera vez Hernán Cortés y Moctezuma
durante el cautiverio de este último. Tiene ra-
zón Herón Pérez cuando argumenta sobre la
costumbre mexicana de apostar: “el mexicano
en feria se divierte jugándose algo, siempre
a lomos de la esperanza y de espaldas a una
realidad cotidiana que se quiere olvidar: ese es
uno de los pilares que sostienen la feria”.5
Proponemos después un breve pero ne-
cesario recuento de las funciones de “circo
maroma y teatro” que han acompañado nues-
tra feria desde sus más remotos orígenes. El lu-
gar subsidiario que ocupan habitualmente nos
hace olvidar su importancia, pero hay que tener pre-
sente que para buena parte del público, empezando
por los niños, el encanto de la feria está cifrado en los
volantines, las acrobacias de un payaso que monta su
espectáculo en cualquier esquina y el consumo de un
“algodón” de azúcar.
El capítulo 9 se consagra a las corridas de toros
durante el siglo XX. En realidad, como se dijo antes,
se propone que el verdadero corte histórico puede si-
tuarse en 1896, cuando José Dosamantes consumó
en 48 días la hazaña de construir e inaugurar la nueva
plaza de toros San Marcos. El serial taurino conoce-
ría un nuevo impulso con la construcción de la plaza
de toros Monumental, que completamente transfor-
mada en 1991 ha situado a nuestra feria como un re-
ferente esencial del mundo taurino.
El capítulo 10 es una especie de bisagra y deli-
beradamente está dedicado al jardín de San Marcos,
sin duda el mayor símbolo de la feria y la ciudad.
Ezequiel A. Chávez se preguntaba por el “sortilegio”
del jardín, una magia ante la que sucumbía él mismo,
los aguascalentenses en general y en última instan-
cia “todos los que lo conocen”.6 Por su parte, Anto-
nio Acevedo Escobedo reflexionaba si era humana o
poéticamente posible describirlo “sin el testimonio
eficaz de la rosa, del agua y de las nobles canteras
de su balaustrada romántica”.7 Gracias a sus paseos
arbolados y a su carácter acogedor, a la alegría de los
concursos, desfiles, combates de flores y serenatas de
los que ha sido anfitrión, el jardín de San Marcos es
el mejor testigo de la historia de la feria. El “viejo
parque soñoliento” del que habló Enrique Fernández
^ 12 ]
Ledesma, ese jardín a cuya sombra él y otros muchos
han escrito “historias del corazón”, tiene voz propia
en este libro. Se trata, como puede leerse, de historias
y leyendas forjadas “con un poco de candor, con un
poco de pasado y otro poco de dolor”.8 En este mismo
capítulo se recrea la imagen más perdurable y limpia
de la feria, a la que Eduardo J. Correa dedicó tantas
páginas, en la que aparece un jardín capaz de reunir a
todas las clases sociales y ofrecerles diversión.
Compartiendo ese mismo espíritu romántico,
está el tema de las reinas de la feria. A partir de su es-
tablecimiento, en 1924, este concurso constituye todo
un acontecimiento social que prepara el ánimo de la
gente para participar en los festejos. Se significa como
un preámbulo que conjuga la alegría, la fantasía, la
belleza, la emoción y el colorido con que se va tiñen-
do el ambiente. Aunque la ceremonia de coronación
y el “reinado” mismo tienen básicamente un conte-
nido simbólico, no hay que desconocer las múltiples
implicaciones sociales y económicas que se ponen en
juego. Las reinas y sus princesas son representantes
de la belleza hidrocálida, pero también la encarna-
ción de sanas competencias en las que diversos sec-
tores de la sociedad ponen en juego su capacidad de
convocatoria, su prestigio y sus recursos.
En el capítulo 12 los autores de este libro le
hacemos un lugar de honor a Antonio Acevedo Es-
cobedo, uno de los aguascalentenses que con mayor
inteligencia y emoción ha cantado y recreado las glo-
rias de nuestra feria. En lugar de parafrasearlo o de
citarlo por extenso, preferimos dejarlo hablar en pri-
mera persona. Acevedo nos recuerda la “quietud per-
fecta” de las noches de Aguascalientes, afirma que las
 Introducción

una fotografía tomada hacia 1924, en la que apare-

ce el gobernador Rafael Arellano Valle rodeado de
charros y adelitas. La reforma agraria implicó una
ofensiva frontal en contra de las grandes propiedades
rústicas, pero la vieja cultura de los vaqueros, con su
gran caudal de suertes relacionadas con la crianza y
el manejo del ganado mayor, siguió ganando popula-
ridad y se afianzó en el gusto de las élites urbanas. En
el capítulo 14 nos ocupamos de la robusta presencia
de la charrería en la Feria Nacional de San Marcos;
su creciente importancia es fiel reflejo de la jerarquía
de este deporte, que es sin duda uno de los más carac-
terísticos símbolos nacionales.
Los capítulos 15, 16 y 17 recuperan el carácter
cultural de la Feria Nacional de San Marcos. Unas
veces olvidados y otras no aquilatados en su real va-
ler, el Premio de Poesía Aguascalientes, el Encuen-
tro Nacional de Arte Joven y el Ferial de las Bellas
Artes constituyen eventos emblemáticos de la feria y
verdaderas anclas del espíritu humanista que tienen
también los festejos. En el caso del certamen poéti-
co, se recuerda el antecedente de los Juegos Florales,
fiestas “encarnan el más fino gozo de la provincia” y que se celebraron sin interrupción entre 1931 y 1967.
sostiene que el jardín de San Marcos, “ese paraíso del Transformado, revitalizado y ampliados sus hori-
aroma en que se desenvuelven los festejos, debe ser
reconocido por la historia de la evolución estética de
México como un numen propicio”.
El tema de las exposiciones es recuperado en el
capítulo 13. Interrumpidas en 1891, inician una nueva
etapa a partir de 1922, para convertirse en uno de los
ingredientes más atractivos de la feria. Pero además
de su colorido, hay que reconocer que las exposicio-
nes promueven la participación de todos los sectores
de la sociedad, desde los grandes empresarios e in-
dustriales hasta los medianos comerciantes y los mo-
destos campesinos y artesanos. Por las instalaciones
en las que año con año son montadas, desfilan miles
de visitantes, interesados o curiosos, que mantienen
vivo este círculo de integración social por excelencia.
Olvidado momentáneamente del culto, como
sugiere Games Orozco, el evangelista también apro-
vecha las fiestas de abril para montar su caballo y
ejecutar piales, manganas y otras suertes charras. Se-
gún la información que hemos recuperado, en 1909
se celebró uno de los primeros jaripeos en Aguasca-
lientes. El éxito fue completo y el después llamado
“deporte nacional” se convirtió rápidamente en un
ingrediente esencial de los festejos, como lo sugiere

^ 13 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Bellas Artes y patrocinado por la Compañía Cigarre-

ra La Moderna. Esta transformación tuvo un carác-
ter radical, que conoció un nuevo impulso en 1980,
al crearse el Encuentro Nacional de Arte Joven, del
que han salido grandes artistas, el primero de ellos el
aguascalentense Enrique Guzmán, quien ha sido ca-
racterizado como “uno de los artistas más originales
de las nuevas generaciones que ha dado México”.10
En cuanto al Ferial, se consigna su historia,
desde que se presentó por primera vez en los patios
de Palacio de Gobierno, en 1966, con el carácter de
festival escolar en el que los alumnos de las escuelas y
talleres de música, danza, teatro y poesía de la Casa
de la Cultura mostraban lo mejor de su repertorio,11
hasta las ediciones más recientes, características por
las coreografías y la música de los maestros Ladislao
Juárez, José Ruiz Esparza Vega, J. Guadalupe Robles
Guel, José Luis Sustaita, Jesús Velasco y otros. Con
su “magnetismo” particular,12 el Ferial ha sido pre-

zontes, el certamen se convirtió en Premio Nacional

de Poesía en 1968 y, a partir de 1980, en Premio de
Poesía Aguascalientes. Con su trayectoria de más de
setenta años, este premio es uno de esos “que por su
generosidad y trascendencia identifican y honran a
las comunidades que los otorgan”.9
En el caso de las artes plásticas, su presencia en
la feria es anterior, pues data de 1891, cuando a ini-
ciativa del doctor Jesús Díaz de León se llevó a cabo
una primera Exposición de Bellas Artes, en el marco
de la cual los feriantes pudieron admirar trabajos de
muchos de los más grandes artistas mexicanos de esa
época, como Jesús F. Contreras, José María Velasco,
Alfredo Ramos Martínez, Leandro Izaguirre y José
Jara. Pasarían muchos años para que pudiera emu-
larse ese esfuerzo pionero. En 1935 se organizó una
muestra de artes plásticas y en 1945, gracias a ciertas
gestiones hechas por el gobernador Jesús María Ro-
dríguez, se montó una exposición con obras de Satur-
nino Herrán, Jesús F. Contreras y Francisco Díaz de
León. En 1966 se convocó al Primer Concurso Nacio-
nal para Estudiantes de Artes Plásticas, incluyéndose
las disciplinas de pintura, dibujo, grabado y escultura.
El evento fue impulsado por el Instituto Nacional de

^ 14 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Como dice Raúl Álvarez en el

epílogo, el reto que enfrenta actualmen-
te el Patronato de la Feria consiste en
renovarla permanentemente y en dotar-
la de jerarquía internacional, lo que im-
plica mejorar sus contenidos, equiparla
con mejor infraestructura, hacer más
eficiente su organización y convertirla
en detonadora del desarrollo económi-
co y social de Aguascalientes. En pocas
palabras, conservar una tradición cen-
tenaria y proyectarla exitosamente ha-
cia el siglo XXI.
Para terminar, quisiéramos aña-
dir unas palabras sobre el carácter de
este libro. Conforme fuimos recupe-
rando en los archivos, la bibliografía y
los acervos fotográficos las voces y los
testimonios de todos los protagonistas,
advertimos que sería muy difícil, apar-
te de arrogante, escribir la historia de
la feria en primera persona. Optamos
entonces por dar forma a un libro que
obviamente cuenta con un argumen-
sentado en cuatro ocasiones en el Palacio Nacional de
to central y un entramado capitular que aborda los
Bellas Artes, oportunidades que se han aprovechado
diversos aspectos de la verbena, pero que al mismo
para llevar la música, la poesía, el baile y, en suma, la
tiempo recupera la mayor cantidad posible de testi-
cultura de Aguascalientes al máximo escenario artís-
monios, respetando su forma original. Ese es el senti-
tico del país. A partir de 1992 el Ferial se presenta en
do de los recuadros y las fotografías que acompañan
el Teatro de Aguascalientes, lo que ha permitido que
cada capítulo, así como de las separatas. Si se nos
el espectáculo gane mucho en el terreno de las posi-
permite emplear una metáfora, quisiéramos decir
bilidades escénicas, sin perder su esencia de festival
que los autores proponemos un argumento central y
montado con el trabajo de los maestros y alumnos de
un conjunto de temas básicos, pero que intercalamos
las escuelas del Instituto Cultural de Aguascalientes.
variaciones, cadenzas y hasta capriccios, que en su sin-
El último capítulo está dedicado a los esfuerzos
gularidad enriquecen y vuelven más vivo y atractivo
hechos a lo largo de casi dos siglos por las instituciones
nuestro retrato de la feria. En este sentido, éste no es
encargadas de organizar y promover la Feria de San
un libro de autor en la forma convencional de la pa-
Marcos. Pese a todos los obstáculos que se han pre-
labra, sino una obra compuesta a partir, básicamente,
sentado, se trata de una verbena que cuenta entre sus
de los testimonios de todos aquellos que se han toma-
haberes con una gran continuidad. Los responsables
do la molestia de dejar un registro de las experiencias
de su organización han sabido adaptar los festejos a
vividas en la centenaria verbena.
cada época histórica, promoverlos con entusiasmo e
inteligencia, confeccionar programas con actividades
Los autores
cada vez más variadas y de mayor calidad, construir
Aguascalientes, Ags., marzo de 2007
su infraestructura y vigilar su desarrollo, todo lo cual
ha permitido que la Feria de San Marcos se haya con-
vertido en la más importante de todo México y que se
integre a un circuito internacional de ferias.

^ 16 ]
 NOTAS
1
Games Orozco, “San Marcos”, Letras sobre Aguascalientes, p. México. En esas circunstancias parece improbable que se haya
238. podido realizar con normalidad la anunciada función.
2
Es probable que haya habido una primera función de San Mar- 3
Weckmann, La herencia medieval de México, p. 394.
cos en abril de 1847, o por lo menos eso se infiere de un do- 4
Reyes, Cuestión de suerte, p. 28.
cumento de fecha 24 de febrero de 1847, en el que se dice que 5
Pérez Martínez, “La fiesta en México”, México en Fiesta, pp.
Antonio Marín “obtuvo en su favor el remate de la empresa de 21-21.
gallos, así de esta capital como de la función de San Marcos, y se 6
Ezequiel A. Chávez, “Pensando en el jardín y en la feria de San
le consignó el ramo por cantidad de quinientos veinte pesos y Marcos”, Letras sobre Aguascalientes, p. 208.
término de cinco años, que han de correr y contarse desde 18 7
“La Feria de San Marcos en tres tiempos, Letras sobre Aguasca-
de enero, al tiempo que se celebró dicho remate, correspon- lientes, pp. 56
diendo por lo mismo ciento cuatro pesos a cada un año […]” 8
Fernández Ledesma, “El poema de la hora romántica”, Letras
(AHEA-FPN, caja 60, exp. 3, fojas 31v-33v). Sin embargo, hay sobre Aguascalientes, pp. 233-235.
que recordar que el 9 de marzo el general Scott inició el sitio 9
Aguascalientes hacia el siglo XXI, p. 38.
del puerto de Veracruz, que el 29 el puerto fue ocupado por los 10
Del Conde, “Aguascalientes de concursos y encuentros”, 25
invasores y que Santa Anna enfrentó a los norteamericanos en años de plástica nacional, p. 13.
Cerro Gordo el 18 de abril, batalla en la que los nuestros su- 11
Rionda, La formación de la Casa de la Cultura de Aguascalientes,
frieron una derrota completa, lo que retiró el último obstáculo p. 87.
que se interponía entre el ejército de ocupación y la ciudad de 12
Reyes Sahagún, El tema es Aguascalientes, p. 8.

^ 17 ]
 CAPÍTULO 10
EL JARDÍN DE SAN MARCOS:
símbolo de Aguascalientes y de su feria
¿ Qué sortilegio tiene aquel jar-
dín?, se preguntaba Ezequiel
A. Chávez. Y podemos añadir:
¿qué secreto guarda capaz de
embrujar a varias generaciones
de artistas y poetas, de atraer
año con año a miles de pasean-
tes durante la feria, hasta el punto de haberse conver-
tido en el símbolo por excelencia de la ciudad?
Con su elegante balaustrada, sus pasillos labe-
rínticos, su kiosco, sus árboles y flores y el encanto
de la música de sus pájaros, el jardín de San Marcos
ha llamado la atención de todos cuantos lo han vis-
to. Aunque en primera instancia parece ocioso ocu-
parse de un jardín casi como cualquier otro, o, como
lo calificaba un desencantado Mauricio Magdaleno,
un jardín de balaustradas “chaparronas y bufas” y
prados “tan desaliñados como toda la ciudad”,1 la
empresa cobra sentido si reparamos en su figura, tal
vez modesta pero emblemática, que ha cobijado por
más de ciento cincuenta años las alegrías infantiles,
las caricias de amantes juveniles, los recuerdos de los
ancianos y, de forma principal, las ricas experiencias
acumuladas como escenario y símbolo primordial de
la Feria de San Marcos.
No es gratuito que todos los grandes escritores
de Aguascalientes, desde el siglo XIX, hayan dedi-
cado al menos un momento de su vida, muchos ya
lejos de su terruño, a mirar hacia atrás para recordar
con emoción y gratitud los días de travesuras, roman-
ces o gérmenes creadores que vivieron a la sombra
de los árboles del jardín de San Marcos. En abril de
1865 una pluma del periódico La Libertad de México
invitaba a la temporada de festejos en Aguascalientes,
al jardín de San Marcos, “el edén de los poetas, el
Olimpo de los mitologistas, la Sión de los creyentes,
el paraíso…”.2 Poco después, al escribir su Historia de
Aguascalientes, el político liberal Agustín R. González
refería que, “en todas las estaciones del año, pero más
aún en la primavera, el sitio es delicioso, poético.”3
En el ocaso del siglo XIX, dos generaciones
de jóvenes, bohemios y creativos, encontraron en el
jardín de San Marcos un paraíso para los sueños, la
charla y la discusión. A la vuelta del siglo, muchos
de ellos engrosaron el vigoroso mundo cultural posre-
volucionario del país, pero todos en algún momento
tributaron homenaje a su jardín. Uno de ellos, Enri-
que Fernández Ledesma, además de un “bello poema
de madurez” que le dedicó al jardín, recordó en otro
momento con profunda nostalgia a
San Marcos. Reposorio vesperal de los pensado-
res comarcanos y refugio de idilios. Por tus calles,
entre dialécticas y ensueños, discurrieron anhelan-
do mundos metafísicos Jesús Contreras, Ezequiel
Chávez, Eduardo Correa, y quizá Alberto Pani… Y
una generación después Amando J. Alba, Saturni-
no Herrán, López Velarde, Pedro de Alba, Manuel
Ponce, Fernández Ledesma… ¿Qué quedará hoy de
aquellos árboles copudos, enhiestos, que parecían
tocar las nubes con sus últimas hojas?...”4
Tras los pasos por el jardín de Ezequiel A.
Chávez (Aguascalientes, 1868), Eduardo J. Correa
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
El jardín a fines del siglo XIX.
(Aguascalientes, 1874), José F. Elizondo (Aguasca-
lientes, 1880), Manuel M. Ponce (Fresnillo, 1882),
Salvador Gallardo Dávalos (San Luis Potosí, 1883),
Pedro de Alba (San Juan de los Lagos, 1887), Satur-
nino Herrán (Aguascalientes, 1887), el propio Enri-
que Fernández Ledesma (Fresnillo, 1888) y Ramón
López Velarde (Jerez, 1888), una nueva generación
de escritores y artistas correspondieron al jardín de
San Marcos con unas letras en gratitud a los días pa-
sados por sus andadores.5 Entre otros, destacan Ed-
mundo Games Orozco (Aguascalientes, 1902), Jesús
Reyes Ruiz (Aguascalientes, 1907), Alejandro Topete
del Valle (Aguascalientes, 1908) y desde luego Anto-
nio Acevedo Escobedo (Aguascalientes, 1909), quien
escribió con no menos cariño:
“Alhaja de la provincia”, lo llamó Reyes Ruiz.
^ 208 ]
¡El jardín de San Marcos! ¿Cómo describirlo sin
el testimonio eficaz de la rosa, del agua y de
las nobles canteras de su balaustrada románti-
ca? Allí se está, secular, impasible ante el em-
puje de los tiempos, con sus añosos y verdes
vigilantes, que soportan día a día, en su corteza
complaciente, la letra y la cifra que les imprime
una pareja -y otra, y otra- ganada por la dulce
predestinación […]6
Esta “alhaja de la provincia” –como
la llamó Reyes Ruiz– merece ser recono-
cida, según el mismo Acevedo Escobedo,
“por la historia de la evolución estética de
México como un numen propicio”, por ha-
berse generado en su seno “el renacimien-
to de las artes de nuestro país”7. Por ello y
por ser el símbolo de la Feria de San Marcos y de la
ciudad de Aguascalientes, el jardín tiene una historia
que merece ser contada. Aguascalientes no se entien-
de sin su jardín, y la feria parece haber echado ahí
mismo, junto con los añosos fresnos, sus más profun-
das y vigorosas raíces.
Historias paralelas: la feria y su jardín
Las historias de la feria y del jardín han corrido para-
lelas y son prácticamente indisociables. Transcurrían
los primeros años de la vida independiente de Méxi-
co, cuando las élites de Aguascalientes empezaron a
dar grandes muestras de fortaleza y unidad, tenien-
do uno de sus momentos culminantes al reclamar y
conseguir su autonomía de Zacatecas en 1835. La
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

“Viejo parque soñoliento”.

feria y el jardín fueron hijos de ese tiempo y de esas centro rector y distribuidor de la producción de un
esperanzas de progreso. Dos proyectos en apariencia radio regional intermedio, y el jardín se convirtió en
tan distintos arrancaron casi en el mismo momento
y terminaron por encontrar una fusión dos décadas
después: la feria, en cuya realización tanto empeño
pusieron los miembros del ayuntamiento, los comer-
ciantes y el pueblo en general, se celebró por primera
vez en noviembre de 1828, al amparo de los locales
a medio terminar del Parián que se había construido
para el efecto; apenas dos años más tarde, en 1830, el
síndico José Valadez y otros integrantes del cabildo
discurrieron que, para procurar “el engrandecimiento
de la ciudad” y “proporcionar un paseo para regalo
de sus habitantes”,8 era conveniente formar un jar-
dín en terrenos de lo que entonces aún se consideraba
extra muros de la urbe, junto al templo de San Mar-
cos, ubicado al centro del pueblo de indios del mismo
nombre.
En este momento crucial de la ciudad –que ha-
bía adquirido este título apenas en 1824– la feria vino
a robustecer la categoría de Aguascalientes como Paseo vespertino.

^ 209 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
La iglesia y el Salón de Exposiciones.
una referencia esencial de la urbe, la cual, a pesar de
las enormes dificultades que caracterizaron la vida
del país en todos los órdenes, encontró en su naciente
paseo arbolado –formado al estilo de las alamedas y
jardines de las grandes ciudades del siglo XVIII– un
alimento para el orgullo provinciano. Vale recordar
que estos años decisivos para la ciudad supusieron la
práctica desaparición del antiguo pueblo de indios de
San Marcos; el jardín floreció en ese lugar, en buena
medida porque la política liberal de la época, que ofi-
cialmente quería elevar la condición de los indígenas,
otorgándoles personalidad jurídica y capacidad para
disponer de sus pequeños huertos, en la práctica los
abandonó a su suerte y los convirtió en parias de una
Reposorio vesperal.
^ 210 ]
ciudad en la que manos voraces acapara-
ron sus terrenos. Así, a la zona que rodeaba
el templo se le descubrió un nuevo poten-
cial para el recreo, la convivencia y la cons-
trucción de casas de veraneo para la élite
urbana. De la fusión de estos caracteres
populares, de entretenimiento y de anhelos
de distinción surgieron las condiciones que
hicieron del jardín de San Marcos uno de
los rincones favoritos de la ciudad y el prin-
cipal escenario de la feria.
Aunque seguimos ignorando mu-
chos detalles de su construcción, los datos
con que contamos indican que la mayor
parte del terreno en que se cultivó pertene-
cía a la Curia Eclesiástica de Guadalajara.
Para adelantar el proyecto, el ayuntamien-
to obtuvo la colaboración del jefe político
del partido de la capital, José María López
de Nava, y del cura Ignacio Tello de Lomas. Con este
apoyo pronto se logró elevar a escritura pública (de
1º de marzo de 1831) la venta del terreno a favor del
ayuntamiento, el cual se obligó a pagar a la curia la
cantidad de cuatrocientos pesos, en que se fijó el va-
lor del terreno. De acuerdo con Eduardo J. Correa,
es probable que el municipio haya contado con una
propiedad contigua a los dos solares y medio de tie-
rra que compró, de modo que pudo formar el terreno
apropiado para el jardín, con una superficie de casi
15,000 metros cuadrados (168 metros de oriente a po-
niente y 88 metros de norte a sur).9
A los árboles frutales que ya existían se fueron
sumando más poco a poco y el jardín empezó a de-
 El poema de la hora romántica
Enrique Fernández Ledesma
Viejo parque soñoliento:
historia del corazón,
crónica del sentimiento,
paisaje de la emoción;
estación
de aquel fúlgido momento
sediento
de una inválida ilusión.
Viejo jardín lugareño
donde apuré la fragancia
de mi ensueño
en el lejano y risueño
atardecer de mi infancia.
Te he espiritualizado
en las leyendas de amor
que he forjado,
con un poco de candor,
con un poco de pasado
y otro poco de dolor.
Bajo tus frondas sombrías
miré ayer,
y hoy, en las postrimerías
de mi emoción vuelvo a ver
el fantasma de otros días
hecho con melancolías
de un ilusionado ayer.
¿Cómo no romantizarte
-¡oh, mi jardín lugareño!-
si fuiste como un baluarte
para defender mi ensueño
contra el arte
de lo vulgar y pequeño?
Bajo tus verdes arcadas
que forman un pabellón
de frondas desmelenadas,
me ha gritado el corazón
con voces aceleradas:
“por aquí fue tu ilusión:
la canción
de tus ansias malogradas.”
^ 211 ]
La vieja canción de ayer,
la que torna de un perdido
tramonto, y vuelve a tejer
en la malla del olvido
la imagen de una mujer:
el acorde presentido
y aprendido
en un suave atardecer.
La canción que es como una
trasmutación del dolor
que suspira por alguna
visión imprecisa: una
desesperanza de amor
que se nos fue en el temblor
de un fugaz rayo de luna.
La canción adormecida
que arrulló los desengaños
de la jamás poseída:
la frágil desconocida
que nos doró los peldaños
de la escala de la Vida:
la novia de los quince años…
Es quizá la bienamada
presentida y encontrada
en el lejano confín
de una ilusión malograda;
es, en fin,
la cándida ilusionada
de “Tú eres la paz”, el hada
sentimental de Agustín,
o quizá la enamorada
del Marqués de Bradomín.
Pero una mujer… Aquella
diáfana, radiosa, bella,
matinal:
la que nos dejó su huella
perfumada… Ella, Ella,
la del bien y la del mal:
la de resplandor de estrella,
la Mireya
de Mistral. y otro poco de dolor…
La que vi pasar un día (¿Cómo no romantizarte
bajo la galante umbría -¡oh, mi jardín lugareño!-
de tus calles… si fuiste como un baluarte
la que a la vez parecía para defender mi ensueño
un perfume de Versalles, contra el arte
un cantar de Andalucía, de lo vulgar y pequeño?
una flor de Alejandría ¿Cómo, si por tus sombrías
y un eco de Roncesvalles… soledades, vuelvo a ver
en suma: una melodía. el fantasma de otros días
Pero la nunca encontrada, hecho con melancolías
la que no fue, la Esperada, de un ilusionado ayer?)
la que no vendrá tal vez; Eres como una canción
la diáfana, la nimbada que se apaga; eres el lento
de luz y de candidez; acorde de un diapasón
la vanamente esperada: que se desmaya; el acento
la Inviolada de una pagana oración
que no cabe en la estrechez disipada por el viento…
de un deseo: la Innombrada! Viejo parque soñoliento,
Una zozobra intangible historia del corazón,
adormecida al calor crónica del sentimiento,
de un desencanto apacible, paisaje de la emoción;
un ensueño de candor, estación
un fulgor del inválido momento
urdimbrado en lo invisible de una inválida ilusión…
de mi telar interior,
con una bruma sensible, Fuente: “El poema de la hora romántica”,
con una pena de amor, Letras sobre Aguascalientes, pp. 233-235.
con un poco de imposible

“¿Cómo no romantizarte?”

^ 212 ]
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

la verbena se circunscribía al contorno del

jardín. Durante este tiempo los festejos expe-
rimentaron transformaciones significativas,
pero lo fueron más en el sentido cuantitativo
que en el cualitativo. Poco más o menos, la
feria de 1848, como la de un siglo después,
incluía paseos matutinos, vespertinos y noc-
turnos alrededor del jardín, corridas de toros
y caballos, tapadas de gallos, exposiciones
artísticas, ganaderas y comerciales, proyec-
ciones cinematográficas, las funciones del
Tívoli con jugada, baile y cena, además de
multitud de puestos de antojitos, bebidas y
Esquina del jardín. volantines en los costados de la balaustrada
y en la explanada de la iglesia. Sin desestimar
los cambios y las innovaciones que tuvieron
finir su forma. En 1837 se colocó en su centro una lugar a lo largo de todo un siglo, ni la complejidad
glorieta con asientos y “una hermosa asta bandera de creciente y los atractivos incorporados periódicamen-
16 a 18 varas de altura” para izar la bandera en las te, hemos de subrayar que el jardín mantuvo su carác-
ceremonias cívicas. Un año después se circundó el ter de eje fundamental de los festejos, mostrando una
perímetro con una barda de setos, y en 1842 comen- asombrosa capacidad para contener el flujo siempre
zó la construcción de la balaustrada de cantera que le creciente de visitantes.
dio una personalidad única. Debe consignarse como Junto con el traslado de la feria al jardín, en
impulsor principal de esta obra al entonces goberna- 1848, empezó a construirse la infraestructura capaz
dor Nicolás Condell, pero también debemos subrayar
el nombre de Francisco Semería, quien por entonces
estaba al frente de una academia de dibujo y se en-
cargó de trazar el diseño modesto pero original de
la balaustrada, la cual se construyó con cantera rosa
llevada desde la hacienda de La Cantera.10
Al mediar el siglo XIX, el jardín que había
florecido y la feria que había superado uno de sus
momentos más difíciles –la suspensión por algunos
años– contrajeron un matrimonio simbólico que los
ha mantenido unidos por más de 150 años. Desde
1848 hasta la actualidad, el nombre de la feria de
Aguascalientes está inextricable y entrañablemente
unido al del jardín de San Marcos. Hablar de éste es
evocar aquélla, de la misma manera que la feria es
inimaginable sin su jardín.

El ideal de todos es ir al jardín

Aunque como hemos dicho, el jardín nunca ha deja-
do de formar parte de la feria, durante un siglo, entre
1848 y 1951, prácticamente todo lo que concernía a

^ 213 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
de albergar el festejo en sus diferentes vertientes. Pri-
mero fue la plaza de toros del Buen Gusto, en la acera
norte, colindando con la explanada de la iglesia. En
1848 José María López de Nava estaba ya “fabrican-
do una plaza de toros en el paseo de San Marcos”.
Es indicativo de los tiempos que esta obra fuera cos-
teada por un particular. Durante muchos años, la Ex-
posición de Industria, Minería, Agricultura, Artes y
Objetos Curiosos se montó en un espacio improvisa-
do, hasta que en 1878 se construyó el llamado Salón
de Exposiciones, diseñado originalmente por Antonio
Rayón y edificado durante la gestión del jefe político
Luis de la Rosa. El edificio carecía en un principio de
techumbre, por lo que era necesario que cada año se
tendiesen unas enormes lonas. En la época del gober-
nador Francisco G. Hornedo se le puso al salón un
tejado, se recubrió su frente con cantera, se reconstru-
yó su pórtico -que amenazaba ruina- y se colocó un
cielo raso interior. Todo ello daba al recinto un mejor
aspecto y lo volvía digno de las meritorias obras que
en él eran expuestas.11 Más tarde, en 1896, José Do-
samantes levantó la plaza de toros San Marcos, en un
tiempo récord de cuarenta y ocho días, lo que vino a
mejorar y modernizar de manera sensible la infraes-
El sortilegio del jardín.
^ 214 ]
tructura construida para la feria de abril en los alre-
dedores del jardín. A ello deben añadirse las grandes
casonas que muchas familias de la élite se hicieron
construir en las tres calles que abrazan al jardín; una
de éstas la mandó edificar en 1905 Enrique C. Osor-
nio, expresamente para que funcionara como Tívoli,
es decir, como centro de entretenimiento nocturno,
palenque y casino.12 En su conjunto, este fue el es-
cenario en el que se llevó a cabo la feria durante la
segunda mitad del siglo XIX; un escenario que, pese
a todas las dificultades, se mostró capaz de albergar
los festejos en su creciente diversidad, desde los tra-
dicionales paseos por el jardín hasta los puestos de
fruta y neverías, los restaurantes y cantinas, el Salón
de Exposiciones, las plazas de toros y el palenque.
Ya en 1872 había un “Reglamento de Vivan-
deros” que regulaba la instalación de puestos duran-
te la temporada. En 1887 un comerciante recordaba
que “desde tiempo inmemorial se ha seguido la cos-
tumbre, siempre que llega la temporada de abril, de
que en el cuadro de la plaza, frente al templo de San
Marcos, se establezcan toda clase de cantinas, dulce-
rías, puestos…”13 Es importante hacer notar que en
el aparentemente limitado espacio del jardín y sus al-
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

rededores podían divertirse los asistentes de todas las

clases, aunque eso no implicaba que los catrines com-
partieran espacio y diversión con la plebe, pues siem-
pre hubo normas de separación no completamente
explícitas pero sí eficaces. En El precio de la dicha, una
novela casi desconocida, Eduardo J. Correa describe Pensando en el jardín y en la
con abundancia de detalles y en forma muy vívida las
fiestas de abril, haciendo observaciones muy agudas feria de San Marcos
sobre la apropiación social de los diversos espacios y
las grandes alteraciones que experimentaba durante Ezequiel A. Chávez
esos días la vida de la ciudad. La novela fue escrita (Fragmento)
en 1929, pero su rica y sugestiva evocación abarca en
realidad toda una época de la feria, una época que Del Jardín de San Marcos, del pequeño y hermoso
podríamos caracterizar como “romántica” y que in- parque de la ciudad de Aguascalientes que todos los
cluye toda la segunda mitad del siglo XIX y las cinco aguascalentenses aman, tuve yo–como la mayoría de
los oriundos de allá- una visión primera cuando, niño
o seis primeras décadas del XX.
pequeño, manos amorosas me levantaban en alto y
Al acercarse el mes de abril, junto con los pri-
me ponían sobre la ancha y cómoda banca de piedra
meros calores de la primavera empezaban a soplar en que, bajo la balaustrada que la remata, lo rodea por
la ciudad vientos de alegría, que alborotaban a la gen- dentro y por fuera. El mundo en aquellas horas se
te y la preparaban para disfrutar la tradicional feria: reducía para mí a las columnillas de la balaustrada,
por las que mi endeble cuerpo infantil se asomaba y
Las señoras disertan de trajes y sombreros y salen pretendía deslizarse para llegar al otro lado.
de compras; las señoritas se regocijan ante la expec-
tativa de un quincenario de espectáculos y diversio-
Fuente: “Pensando en el jardín y en la feria de San
nes; los jóvenes se saborean ante las juergas en pers-
Marcos”, Letras sobre Aguascalientes, México, pp.
pectiva; los señorones se enfrascan en pronósticos
sobre el éxito de los toros y las carreras; y los viejos 207-210.
se dedican a rememorar episodios de otros tiempos,
cuando les correspondía distinto asiento en el festín

Un jardín en primavera
de la vida.14

La pequeña ciudad se transformaba. Con los

acordes de la banda se fijaban en las esquinas carte- José F. Elizondo
les que anunciaban el programa de la feria, llevan- (Fragmento)
do a todos los barrios “una nota de color y alegría
Recuerdo que tenía cuatro puertas
subrayada por el asombro de la chiquillería astrosa
Nuestro jardín y que estaban abiertas
y bullanguera”. Por la estación del ferrocarril y por
De las seis a las seis de cada día.
las garitas de los cuatro rumbos empezaban a llegar Entonces, era estuche de ambrosía
cientos de caras nuevas que ocupaban mesones, posa- Que cerraba solemne el celador
das y hoteles, sintiéndose de inmediato su presencia Porque en su rusticismo bien sabía
en las calles que conducían al jardín de San Marcos. Que era una rica alhaja cada flor…
Allí estaban los aventureros, tahúres, cantadoras, mú-
sicos, organilleros, saltimbanquis, carcamanes, mur- Fuente: “Un jardín en primavera”, Letras sobre
guistas, gitanos, alcahuetes, toreros, galleros “y toda Aguascalientes, pp. 226-227.
esa hampa de aventureros que van de feria en feria,
modificando la fisonomía propia de los pueblos, que
por algunos días convierten en grotesca, abigarrada y
ridícula, como esos pobres clowns de feria […] a fuer-
za de lentejuelas, colorines y cosméticos…”

^ 215 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Concurso infantil de disfraces, c. 1920.
El preámbulo de los festejos eran las “mañani-
tas”, serenatas matutinas que congregaban alrededor
del kiosco a los niños, jóvenes y adultos, principal-
mente de las familias acomodadas. Iniciada formal-
mente la verbena, el jardín, “privado del encanto bru-
jo de su quietud y su soledad, cuajado de lámparas
eléctricas y de farolillos venecianos, es la sede del al-
boroto, el punto de cita del entusiasmo, la meca del
ensueño”. Sitio de rondas, sonrisas, música, flirteo,
diversión y exhibición,
lo principal, el estrado de la fiesta, está en el viejo y
umbroso jardín de extensa y hermosa balaustrada,
a cuya vera, por el interior, corren bulliciosos rega-
teos. Es el obligado punto de cita de los paseantes,
que podrían ir a cualquier otra distracción, pero que
no se creen excusados de ambular, aunque sea un
momento, por los viales del hermoso paseo. Desde
las cuatro de la tarde hasta las once de la noche,
la banda municipal, a veces alternándose con la de
algún regimiento, en cordial competencia, pueblan
de armonías el agreste recinto con marchas y pasos
dobles, que evocan el espectáculo brillante del coso
taurino; fragmentos de ópera o magníficas partitu-
ras, o el alegre pout-pourri de los aires nacionales,
que tiene el privilegio de despertar el entusiasmo de
los concurrentes aficionados al divino arte, que se
ponen a corear las populares variaciones, ya silban-
do los pasajes más conocidos […] para apagar los
últimos acordes con el clamor de un aplauso entu-
siasta y ensordecedor.15
^ 216 ]
Todos iban a entretenerse al
jardín, pero cada clase social en su
lugar. Según Correa, “la gente hu-
milde ocupa el asiento de piedra
que por los cuatro lados corre pa-
ralelo a la extensa balaustrada a la
que sirve de pie, no siendo raro que
el remate de aquella sea también
invadido por los perezosos que lle-
garon tarde para encontrar acomo-
do”. Pedro Rivas, testigo juvenil de
la verbena en los años treinta y pre-
sidente del Patronato de la Feria
algunas décadas después, lo con-
firma: “la gente de menor nivel no
se juntaba, les daba pena seguro, y
se metían a las callecitas interiores,
las que conducen al kiosco. Y los
rancheritos ni entraban siquiera a San Marcos, al jar-
dín, se quedaban por fuera, en la balaustrada, ahí sen-
tados comiendo sus cacahuates, sus cañas y eso”.16
Adentro había lugar en bancos de madera para los
que llegaban temprano, y una fila de sillas de alquiler
que ocupaba la gente que se podía permitir tal como-
didad. Así, recrea Correa,
entre la doble fila de espectadores, circulan en cor-
dón interminable, por la izquierda los hombres y por
la derecha las damas, miles y miles de paseantes, los
ojos resplandecientes de alegría, los corazones re-
bozando contento, repartiendo saludos y sonrisas,
charlando de vacuas naderías, flechándose los osos
y las señoritas…
Formando un primer cordón que abrazaba al
jardín por tres de sus lados se instalaban toda clase de
comerciantes de golosinas, bebidas y comidas:
Las magníficas corriosas de la tierruca, confites y
calabazates de Guadalajara, alfajor de coco de Coli-
ma, pepitorias, muéganos, bocadillo; ates de More-
lia; frutas secas y cubiertas en asombrosa variedad;
hojarascas, puerquitos de a ocho, ojos de buey, en-
canelados, puchas y mamones; tortas de higo, sua-
deros de membrillo, plátanos pasados, orejones de
durazno y pera, rosarios de tejocotes, jugosas cañas,
limas de Silao, perones cristalinos; aguas frescas y
gaseosas, helados y nieves; apetitosas enchiladas,
tortas compuestas, fragantes chorizos, duro con sal,
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

tamales, pollo… cuanto puede ser invitación al ape-

tito, regalo al olfato y tentación a la vista en bocados
del mejor gusto y de fama regional en algunos cen-
tenares de leguas a la redonda.17

El encanto del jardín

En un segundo círculo, también rodeando al
jardín, las elegantes residencias de las familias ricas
y los edificios de espectáculos y diversión de paga: la
vieja plaza de El Buen Gusto y el coso San Marcos,
Enrique Fernández Ledesma
así como el Tívoli en la acera sur, “a mañana y tarde
(Fragmento)
cuantiosas peleas de gallos amenizadas con orquesta
y cantadoras tapatías”, y por la noche en el amplio
patio, Un parque con tradiciones y leyendas. Avenidas se-
ñoriales, calles enarenadas, senderos, alamedas.
profusamente iluminado, concurrencia abundante [...] Fue hermoso con sus árboles selváticos,
y lujosa, que va a escuchar la música selecta que sus floripondios, su maraña y espesura de arbustos
ejecuta una espléndida orquesta, mientras que los y zacates; sus pérgolas elementales, de vara de mem-
amplios salones, rodeando las mesas de la ruleta, de
brillo, por donde se precipitaban las madreselvas en
los albures (las partidas, como se denominan) y del
flor; sus aguacates, sus moreras y sus plátanos. Fue
pócker, centenares de individuos, y aun hermosas y
distinguidas damas, que sobre el verde tapete dejan hermoso, sobre todo, por sus proporciones de corte
a veces el esfuerzo acumulado de un año de trabajos alongado y por su gracia antigua.
y privaciones18.
Fuente: “Aguascalientes, la ciudad de las flores, de
Otra feria menos romántica, y por lo mismo los frutos y de las aguas”, Letras sobre Aguascalientes,
pp. 230-233.
menos recordada y contada, se escenificaba práctica-
mente ahí mismo, sin revolverse, ocupando toda la
explanada que separa la iglesia del jardín. Era el lugar
San Marcos
de la feria popular, “donde la multitud se arremolina
ávida de sensaciones fuertes”, donde se podía ver “la
nota típica del holgorio”, que no pasó desapercibida Edmundo Games Orozco
para Eduardo J. Correa, quien la trazó en una finísi- (Fragmento)
ma descripción que bien vale citar en extenso:
Jardín de San Marcos,
Allí, en la plazoleta, se levantan infinidad de carpas Guirnalda de flores,
pequeñas, que lo mismo protegen volantines que Luz y turbulencia
De gozos y amores.
Bajo los perfectos ojos de tus arcos
Pasa la vehemencia
Viril y galana
De esta apasionada tierra provinciana…

Fuente: “San Marcos”, Letras sobre Aguascalientes,

pp. 238-239.

^ 217 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Imagen de Manuel Obregón, c. 1928.
cuartos mágicos, donde se admiran la vieja cabeza
parlante o algún cosmorama, de los que hicieran la
delicia de nuestros abuelos; carcamanes y ruletas, ti-
ros al blanco o juegos de aros; tepacherías y pulque-
rías; expendios de dulces y confituras o restauran-
tes donde cualquier folklorista del estómago tiene
acción (sic) a envenenarse con platillos nacionales;
loterías engalanadas con papel de china de colores
chillantes, donde se rifan chucherías baratas; parti-
das modestas, donde la banca no tiene veinte pesos
de capital; pero tampoco corre riesgo de pérdidas,
pues el naipe bien encerado es dócil a las trampas
de los talladores; cantinas de a tres centavos la copa,
donde se bebe Pinos o chorrera, tequila con alum-
bre para que raspe, pulque curado y el dulce colon-
che con su hermoso color morado episcopal; y entre
aquel hacinamiento de puestos, o al lado o dentro
de ellos, las anafres encendidos con los comales o
cacerolas donde burbujea la manteca y las gorditas
y los sopes y la longaniza difunden sus aromas pro-
vocativos.
Y como los vendedores pregonan sus mer-
cancías a grito herido, y los empresarios invitan al
público en la misma forma para que entre a gozar
de las maravillas que ofrecen, y los paleros se des-
gañitan exhortando a los curiosos a que prueben
fortuna; y al mismo tiempo los organilleros de los
volantines no cesan de agitar la manivela, y donde
una murga no desafina, se oyen los discos de los fo-
nógrafos, si no es que en otra parte alguien rasguee
una vihuela, otro rasque desesperadamente una
arpa, o más allá alguien aporree desenfrenadamen-
^ 218 ]
te una marimba, mientras algún
borrachito triste canta melancó-
licas baladas del Bajío, u otro de
los que beben vino del valiente
se enfrasca, rememorando esce-
nas de la revolución, en algún
corrido de Pancho Villa, en tan-
to que los cohetes de luces des-
hojan sus pétalos multicolores
y los morteretes ponen su grito
de júbilo, de aquella explanada
se alza un barullo, un vocerío,
un estruendo inclasificable, que
es como el aullido de placer de
un pueblo triste, como el ulu-
lar histérico y desenfrenado de
una muchedumbre doliente que
quiere aturdirse a sí misma, cre-
yéndose ebria de regocijo cuan-
do chorrea tristeza por todos
sus poros.
Acercándose a cualquie-
ra de las barracas donde se beba
o se juegue, es común escuchar, ya sea acompaña-
das de la guitarra, o ya sin ésta, canciones de una
encantadora ternura, en las que palpita siempre el
alma doliente de la raza, quejándose de desvíos, au-
sencias o traiciones.19
Los registros de la administración municipal
de la época están llenos de solicitudes de vecinos
para que se les permita instalar puestos de refrescos,
cerveza, nieve y cenadurías de distinta clase, los de
mayor calidad en el interior del jardín, los de media-
na en sus calles cercanas y los más humildes –a los
cuales acabamos de hacer referencia– en la explana-
da de la iglesia.20 Por un siglo, todo se desarrolló en
torno al jardín de San Marcos, centro nervioso de la
feria. En la segunda mitad del siglo XX los espacios
fueron haciéndose insuficientes y las instalaciones se
expandieron, aunque el jardín conservó su carácter
de núcleo en torno al cual siguieron girando todas las
actividades de la fiesta. La Exposición Industrial de
1951 se instaló a lo largo de tres cuadras de la calle de
Venustiano Carranza. Al final de esa década la Expo-
sición Ganadera también requirió de nuevos espacios
y se ubicó en la Escuela 21 de Agosto, tres cuadras al
poniente del templo de San Marcos. Más tarde, la ex-
pansión se desbordó y fue ocupando progresivamente
corredores hacia el sur de la misma iglesia, tomando
ya desde finales de los años setentas su ruta por la ave-
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria
nida Adolfo López Mateos y sus alrededores. Siguió
siendo tan importante el Jardín de San Marcos que,
no obstante la utilización de nuevos espacios desde
los años cincuentas, hasta 1980 albergó los principa-
les eventos de la feria y congregó a su alrededor los
salones de baile y tapancos que le imprimieron un to-
que característico.
La música del jardín en el pincel de Oswaldo Barra.
Salones de baile y tapancos, 1945-1980
Con la aparición de centros de baile y tapancos se
inició una nueva época en la historia de la feria y su
jardín. Desde principios de siglo funcionaba en una
elegante casa de la acera sur del jardín El Tívoli. En
este lugar, que agrupaba “lo que pudiera significar
lujo, elegancia o distinción”,21 se presentaban por
las noches grandes orquestas para amenizar la cena
e invitar al baile a las parejas. Por décadas, fue éste
el único lugar en el que “la gente decente” podía bai-
lar o disfrutar una variedad nocturna. Fue hasta los
^ 219 ]
San Marcos
Salvador Gallardo Dávalos
(Fragmento)
San Marcos, reposorio vesperal
De próceres poetas comarcanos,
Sahumerio para idilios provincianos,
Mínimo paraíso terrenal.
Fuente: “San Marcos”,
Letras sobre Aguascalientes, pp. 236-237.
Nostalgia provinciana
Pedro de Alba
(Fragmento)
El más original de los paseos de Aguascalientes era
el de las “mañanitas de abril”; al llamado melódico
de la banda del capitán Encarnación Payén o de la
orquesta de don Ángel García, nos reuníamos a la
sombra de los árboles o en las avenidas transversales
esmaltadas de lirios y violetas. Toda nuestra juven-
tud se difundía en una decoración de primavera; por
encuentros casuales o citas previas, nos reuníamos
con nuestras amigas madrugadoras para dar vueltas
alrededor del kiosco o instalarnos en las bancas para
prender una rosa a la hora que pasa con frases almi-
baradas y retórico sentimentalismo, en cuyo arte era
un maestro Enrique Fernández Ledesma.
Fuente: “Nostalgia provinciana”,
Letras sobre Aguascalientes, pp. 100-103
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

años cuarenta cuando las cantinas que se instalaban
sobre el arroyo de las calles de Manuel M. Ponce y
Enrique Fernández Ledesma introdujeron el novedo-
so concepto de tapancos o terrazas, es decir, tablados
levantados metro y medio por arriba del piso en los
que había mesas, sillas y una pista de baile, formando
gustados sitios de entretenimiento refrescados por la
brisa de los corpulentos árboles del jardín, y que ade-
más ofrecían una vista inmejorable de los paseos por
el jardín, la esencia misma de las fiestas abrileñas.
Se ha dicho que la idea original fue de Rober-
to Carrera Delgado, quien en 1945 inauguró su te-
rraza de Las Américas en el costado sur del jardín,
pero todo indica que ya en años anteriores se habían
instalado algunos tapancos. Ese año, por ejemplo, el
inspector general de policía le informó al presidente
municipal que la parte baja de los tapancos no tenía
luz “y puede acontecer lo que en años anteriores, que
dichos lugares los utilizan como inodoros y algunas
veces hasta lugar de inmoralidades, como también
puede dar el caso de que sirva como lugar de atra-
co”.22 Sabemos también, que el mismo año de 1945,
el ayuntamiento le dio permiso a Antonio Palomino
para instalar un “tapanco salón-cantina” en la esqui-
na de Manuel M. Ponce y lado poniente del jardín,
un gran tapanco, por cierto, con sesenta metros de
largo.23 El hecho fue que el nuevo concepto resultó
tan revolucionario que no sólo creó espacios origina-
les para la diversión, sino que cambió el modo mismo
de divertirse, pues según recuerdos de los jóvenes de

^ 220 ]
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

aquella época, con anterioridad “ni siquiera se baila-

ba al aire libre”,24 pues esta forma de esparcimiento
estaba reservada a los espacios privados de las casas, Romance de los
o a lo más, a espacios públicos pero cerrados.
Siguiendo las huellas de Roberto Carrera y An- cuatro barrios
tonio Palomino, pronto se instalaron más tapancos
que de inmediato conquistaron el favor de los ferian- Jesús Reyes Ruiz
tes y se convirtieron en una gran opción de entrete- (Fragmento)
nimiento, pues en esos lugares se oía buena música,
se podía bailar y se comía en toda forma, todo en ¡Ay, que el Jardín mutilado
un entorno que no carecía de cierta distinción y ori- llora por sus cuatro esquinas!
ginalidad. Junto a Las Américas, la terraza de más ¡Ay, que sirenas de dulce
de verlo trunco se indignan
fama fue la de José Negrete, en el costado oriente del
y se pone rojo y blanco
jardín, entre las calles de Manuel M. Ponce y Venus-
el alfajor de Colima!
tiano Carranza. Estos tapancos, “que se iniciaron tí-
¡Ay, el Jardín de San Marcos,
midamente”, llegaron a constituir una de las notas el de esta ciudad castiza!
más típicas y pintorescas de la feria. Por tu balaustrada escapan
Casi al mismo tiempo, en 1946, el viejo Tívoli llorando tus voces íntimas,
desapareció y dio lugar a dos nuevos centros noctur- que son el agua en coloquio
nos: El Patio, del que eran dueños Silvano de la Torre y violetas que suspiran!
(padre de la Reina de la Primavera en 1951, Amparo ¡Ay, el Jardín de San Marcos,
de la Torre) y José García, un cantinero tan popular alhaja de la provincia!...
que hasta la fecha mucha gente lo recuerda por su ¡Qué dirá Enrique Fernández
apodo de Pepe Hillo, y Las Palmas, propiedad de An- Ledesma, cuando describa
tonio de Luna y Pascual Aréchiga. el sacrilegio de haberte
cortado las cuatro esquinas!
En estos y otros tapancos menos postineros la
feria tuvo durante más de veinticinco años uno de sus
Fuente: “Romance de los cuatro barrios”,
atractivos principales. En 1946 la prensa refería “un
Letras sobre Aguascalientes, p. 388
gran acontecimiento social” con la inminente

inauguración del gran centro nocturno El Patio, de

Pepe Hillo, el sábado por la noche, en una de las más
antiguas casa de la calle de Manuel M. Ponce (antes
Flora), costado sur de nuestro jardín de San Mar-
cos. Pepe Hillo no ha escatimado gastos para traer
de la capital de la república la orquesta de Camacho
Domínguez, al formidable trío norteño, a Leopoldo
Francés, Lupita Jiménez, al tenor Carlos Domín-
guez, a nuestra conocida María Elena de la Fuente
y Adolfo y su orquesta.25

Ese mismo año se presentaron en el salón Las

Palmas Rita Vidaurri, Alma Riva -voz que triunfa-
ba por entonces en la XEW-, “la escultural bailarina
Chela Villarreal” y la “formidable orquesta de Ma-
nuel Gil”, con Lupita Jiménez como vocalista. Eran
los años en que “la voz de la América Latina desde
México” enviaba sus ondas a miles de hogares en la
República Mexicana, en que la XEBI reunía en torno

^ 221 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
al aparato de radio a las familias de Aguascalientes y
la región, y los años en que el cine nacional vivía su
época de oro. No era raro que las grandes figuras de
la radio, el cine y posteriormente de la televisión pa-
saran por la feria de Aguascalientes y se presentaran
en estos lugares. En El Patio estuvieron María Victo-
ria, Miguel Aceves Mejía, Pedro Vargas, José Alfredo
Jiménez, El Chino Ibarra -“el mejor trompetista de la
República”-, la bailarina Pilar Rioja y las orquestas
de Pablo Beltrán Ruiz El Millonario y la de Ramón
Márquez. Las Palmas no se quedaba atrás, pues por
su escenario desfilaron la Gran Orquesta de Adolfo
Girón, la Orquesta RCN, la de Miguel Gil, la Sonora
^ 222 ]
Santanera y muchas más que eran bien conocidas y
disfrutadas por todos los feriantes.
La terraza Las Américas congregaba cada no-
che no menos de cuatrocientas personas, que pudie-
ron ver a grandes estrellas como Amparo Montes,
Cuco Sánchez, Luis Alcaraz, Miguel Aceves Mejía
y Hugo Avendaño. La variedad que se presentaba
noche a noche en Las Palmas, en la que cabían seis-
cientas personas sentadas, no iba a la zaga en calidad.
En general, estos espacios fueron durante años lugar
de cita de parejas y grupos de amigos que convivían,
bailaban, comían o cenaban, bebían unas copas y dis-
frutaban con la escogida variedad que se presentaba.
Es interesante apuntar, como lo recuerda Ana María
Delgado, que la disposición de las terrazas permitía
a quienes no podían disfrutar del espectáculo en el
interior lo hicieran desde afuera, parados alrededor
del templete o desde el interior del jardín.26
Sin que estos sitios perdieran su lugar en el
gusto del público, a partir de 1960 surgieron otros
centros sociales a inmediaciones del jardín. Fue el
caso, por ejemplo, del llamado Piano-Bar, pero sobre-
todo de Los Globos, propiedad del empresario Rafael
Mirabal Olvera, quien había acumulado varios años
de éxito en un salón que montaba en la ciudad de
San Luis Potosí. Este salón se construyó en el terreno
que había ocupado la plaza del Buen Gusto. Según
recuerda Jorge Martínez de León, Mirabal introdu-
jo un nuevo concepto en materia de seguridad y co-
modidad: contaba con un cuerpo de seguridad muy
competente que garantizaba que se respetara a las da-
mas y evitaba que los borrachos causaran problemas;
no permitía vendedores dentro
del local, ni que se tomaran fo-
tografías; y lo más atractivo, la
variedad no sólo cambiaba dia-
riamente, sino que en una sola
noche se presentaban varios
artistas bien reputados. Según
Martínez de León, la de Mi-
rabal era “la empresa número
uno de todo el país, [la] que te-
nía relaciones con las mejores
orquestas y artistas”.27
Los Globos fue en una
época el lugar favorito por go-
bernadores, presidentes muni-
cipales, funcionarios del Pa-
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

tronato de la Feria, banqueros, industriales, comer-

ciantes, periodistas y miles de anónimos feriantes que
seguían con atención las variedades que se ofrecían,
desde las matinés con Los Polivoces, Viruta y Capu-
lina, Héctor Lechuga y El Loco Valdés, hasta los es-
pectáculos para adultos de vedettes de moda como
Olga Breeskin y Kippy Casado. En realidad la lista de
artistas que se presentaron en ese foro es muy larga e
incluye a Carlos Lico, Juan Torres, Marco Antonio
Muñiz, José José, la Orquesta de solistas de Agus-
tín Lara y Dámaso Pérez Prado, el llamado “rey del
mambo”, entre otros muchos. Desde luego, no eran
pocos los que preferían a la orquesta de los Hermanos
Romero, originaria de Aguascalientes y verdadera es-
cuela de muchos músicos de esa época.
Así, aunque muchas actividades fueron ale-
jándose, el jardín siguió siendo entre 1940 y 1970 el
centro de reunión por excelencia de los feriantes. A
los tapancos ya mencionados se deben agregar otros fue demolida y en su lugar se levantó un moderno
lugares muy po- edificio para albergar un nuevo casino, un palenque y
pulares, como la las oficinas del Patronato. El salón Los Globos siguió
famosa cenadu- funcionado durante varios años, aunque con menos
ría de La China, lucimiento que en la década de los sesenta, e incluso
la nevería El As, sus propietarios montaron en la parte alta del nuevo
los restoranes “de edificio un “Salón de Recepciones” que en su noche
los jotos” y desde inaugural presentó al trío Los Diamantes.
luego los innu- El fin de la época de los tapancos había llegado.
merables puestos Desaparecieron las tradicionales terrazas Las Amé-
de aguas frescas, ricas y Negrete, aunque su lugar fue por unos años
dulces, fritangas ocupado por tapancos de menor categoría, como
y juguetes popu- el Pierre Marqués y Las Catacumbas, en los que se
lares.28 presentaban espectáculos de gusto muy dudoso. Por
Los años ejemplo, en 1974 Las Catacumbas presumía de contar
setenta y ochenta con “el más cálido y explosivo ambiente”, gracias a
marcaron nuevos su “artista” Claudia Yira, “despampanante reina del
rumbos para la fe- striptease”.29 A estos claros signos de deterioro se aña-
ria y el jardín, gra- dieron otros, como la multiplicación de actos delic-
cias a la construc- tivos, accidentes y escenas desagradables que tenían
ción de obras de lugar en los tapancos y sobre todo en sus sótanos.
infraestructura y La inauguración en 1974 de la nueva plaza de
la expansión de toros Monumental, sobre la avenida López Mateos,
los espacios dedi- en un punto relativamente alejado del jardín, repre-
cados a la verbena. sentó una buena y tal vez no buscada solución para
En 1974 la vieja el problema de los tapancos. Era claro que había que
finca que alojaba quitarlos del perímetro del jardín, pero también lo era
los salones El Pa- que no podía privarse a los feriantes de la diversión
tio y Las Palmas que en ellos se ofrecía. El Patronato y el gobierno

^ 223 ]
^ 224 ]
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

Las familias paseando por el jardín.

municipal encontraron en la expansión del área fe- popularizaron las discotecas, con música grabada y
rial alrededor de la recién construida plaza de toros juvenil; entre las primeras se pueden registrar Galác-
Monumental una solución perfecta para cambiar de tica 2007, La Cueva de la Pantera y Cabaña Disco.31
sitio estos centros de diversión. Al concluir la feria Mientras tanto, el Patronato y las administraciones
de 1979 el gobernador Refugio Esparza Reyes anun- han procurado que el jardín de San Marcos se recu-
ció que el alcoholismo sería “erradicado del jardín de pere para los paseos familiares y el disfrute de antoji-
San Marcos a partir de la próxima feria, al mudar- tos, helados, aguas frescas, dulces y golosinas, prohi-
se de su actual ubicación los tapancos, con el obje-
to de que ese tradicional sitio de nuestra ciudad sea
netamente familiar”. El gobernador declaró también:
“Mucha gente quisiera que este sitio fuera el de antes,
con serenatas y otro tipo de eventos, sin embargo las
cosas han evolucionado y resulta muy difícil volver a
esos tiempos”; la feria –concluyó– ya no es sólo para
cincuenta mil personas […] y resulta imposible tener
a la gente en un puño”.30
Lejos del jardín, los espectáculos de variedad
nocturna siguieron dos caminos distintos. Por un
lado, los tapancos se hicieron cada vez más populares
e incluso se les ha asociado con la mala vida, el cri-
men y la prostitución. Por otra parte, símbolo de los
nuevos tiempos, desde principios de los ochentas se
Los mariachis alegrando la tarde.

^ 225 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

biendo el consumo de bebidas

alcohólicas. En buena medida
se ha logrado este propósito,
aunque también es cierto que
nunca faltan las quejas de que
jóvenes ociosos arrojan con-
feti a la boca de las personas,
les aplastan huevos o, como ha
sido siempre, les faltan al res-
peto a las damas. También es
cierto que a pesar del cuidado
que se le dispensa al jardín para
que luzca en todo su esplendor,
su balaustrada se acondicio-
na cada madrugada de fiesta
como mingitorio y cama por
decenas de borrachos, los cua-
les generan escenas que irritan
al público y que ilustran los
semanarios policíacos y de crítica locales.
Obras y mejoras en la historia
del jardín
Al ser el jardín de San Marcos centro de los eventos
y punto de reunión favorito de los feriantes, se le han
hecho mejoras y dispensado diversos cuidados a lo
largo de los años. Hemos dicho que para mediados
del siglo XIX, cuando la feria se trasladó a él, ya ha-
bía algunos árboles y su fisonomía estaba definida
con la elegante balaustrada que lo circunda. Hacia
las décadas de 1870 y 1880 se le hicieron algunas
modificaciones de la mayor importancia, que deben
ser entendidas como parte de proyectos más amplios
de la élite en busca de consolidar paseos agradables,
El jardín “mutilado”.
Fuente en honor a Saturnino Herrán.
sitios higiénicos, arbolados y estéticos. Se trataba de
convertir las viejas plazas de la ciudad en parques, y
en esa campaña San Marcos fue el jardín pionero. En
una fecha que no podemos precisar se le instaló un
kiosco, el primero que hubo en Aguascalientes, y en
1887 se le pusieron 90 bancas de fierro y un nuevo
kiosco, también de fierro, “en lugar del rústico de ma-
dera que había que reponer cada año…”32
Durante los últimos años del siglo XIX y los
primeros del XX el renglón que más se atendió en el
jardín fue el del alumbrado. A partir de 1890, con la
inauguración de las primeras líneas de iluminación
eléctrica de la ciudad, cada año el ayuntamiento se
entendía con la empresa encargada para que el jardín
luciera en todo su esplendor. En 1911, por ejemplo,
alguien que conocía o había oído hablar del famoso
paseo parisino se atrevió a decir que el jardín era el
“Luxemburgo de Aguascalientes”, con su magnífica
iluminación de más de 24 lámparas de arco y 500 in-
candescentes.33
En los años veintes el jardín fue objeto de dos
intervenciones importantes. En 1924 se construyó una
fuente de azulejos en honor a Saturnino Herrán, sien-
do inaugurada como parte de los actos del programa
de la feria el mismo día que se le dio oficialmente el
nombre de este pintor a la antigua calle de El Codo, a
cuatro cuadras del jardín. La otra intervención, muy
desafortunada, fue en realidad una mutilación. El

^ 226 ]
 El Jardín de San Marcos
Eduardo J. Correa
El jardín en silencio es poesía;
por la turba insensata profanado
representa el cansancio de la orgía
con el remordimiento del pecado.
Con albornoz de polvo los follajes,
las fuentes bostezando de desvelo
y en laxitud inmóvil los ramajes,
no se oye un trino ni se esponja un vuelo.
Basura y desperdicios en los viales,
ambiente de fastidio y aspereza,
y arrastrándose el agua en los canales
con desfallecimientos de pereza.
Mustias las rosas ya recién abiertas,
muda la brisa que arrulló el ensueño,
y en las frondas, de pájaros desiertas,
la irresistible sensación del sueño.
^ 227 ]
El Jardín ve el sopor de la arboleda,
el estrépito sufre de la Banda
y lo asfixia la enorme polvadera
que alza el gentío que en sus calles anda.
Triste la luz, los pájaros errantes,
turbia el agua, las flores en desmayo
¡cómo en su tedio mirarán distantes
las tardes tibias del florido mayo,
cuando la Feria, al terminar su horario,
se aleje, y torne a tu pensil la calma,
y en tu silencio y soledad, santuario
seas para los éxtasis del alma!
Fuente: Eduardo J. Correa,
Viñetas de Termápolis, pp. 184-185.
 Las mañanitas en el Jardín de San Marcos

Eduardo J. Correa

Frescura que es delicia, Jardín, visión de ensueño y de placeres

el sol una caricia,
sin una nube el cielo todo añil,
las aves desgranando sus estancias
y el viento saturado de fragancias
como una bocanada de pensil.
Las campanitas convocando a misa
con tintineos ágiles de plata,
y en las alas tremantes de la brisa
arrullos de amorosa serenata.
Como una colegiala de doce años,
que sale a disfrutar sus vacaciones,
el agua brinca y salta y de los caños
hace una catarata de canciones.
Es diáfano el ambiente y tan sonoro,
que se antoja una caja de cristal,
donde como una torrentera de oro
vertiera un duende el mágico tesoro
de magnífica clámide imperial.
Se respira una atmósfera de gozo,
almas y cosas vibran de alborozo;
son felices doncellas y galanes
y ven, por la ventura que atesoran,
las ventanas, como ojos que enamoran;
cual bocas que sonríen, los zaguanes.
con tus cinco fontanas rumorosas,
con los suaves perfumes de tus rosas,
con la gloria sin par de las mujeres
que a tus flores humillan por hermosas
y en teoría ambulan por tus viales.
Los pájaros les brindan sus estancias,
envuélvelas la luz en sus cendales,
las incensa el clavel con sus fragancias,
les rinden homenaje las violetas
y a donceles románticos inspiran,
cuando sus ojos con amor los miran,
estrofas inmortales de poetas…
En el sosiego azul de la mañana,
en el jardín en fiesta
de luz, de aves, de sedas y de rosas,
en el kiosco la orquesta
lentamente desgrana
el dulce vals de Juventino Rosas.
Fuente: Eduardo J. Correa,
Viñetas de Termápolis, pp. 179-180.

Jardín… Decoración de maravilla;

derroche y lujo en sedas y tapices;
luce el verde su pompa de matices
tendiéndose a la orilla
de los regatos saltarines; sube
al arbusto y trepa hasta las ramas
cimeras de los fresnos, que en las llamas
arden de la mañana, y como nube
de esmeralda se extiende entre el añil
del cielo y las alfombras del pensil.

^ 228 ]
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria

presidente municipal Rafael Queve-

do tuvo en 1928 la peregrina idea de
instalar “unos faroles netamente co-
loniales” y derribar las cuatro esqui-
nas de la balaustrada, “con el fin de
dar mayor comodidad al transeún-
te”34. De la molestia contra Quevedo
–que poco después tuvo la ocurren-
cia de derribar el arco y balaustra-
da del templo del Encino35– quedó
como testimonio uno de los grandes
poemas que se ha dedicado al jardín.
En su célebre Romance de los cuatro
barrios, Jesús Reyes Ruiz escribió:
“¡Ay, que el Jardín mutilado / Llora
por sus cuatro esquinas…”36 Por su
parte, encolerizado, Enrique Fernán-
dez Ledesma testimonió: “porque la
ingenua solicitud de un municipio Actual kiosko.
candoroso destruyó su armonía cer-
para remitir a la cárcel a cualquiera que maltrate las
cenándole los ángulos y abriendo, en pancoupé, cua-
plantas de ornato o cometa actos inmorales”.40
tro entradas.”37 Este verdadero atentado fue reparado
Otras polémicas en torno a los remozamientos
unos doce años después, alrededor de 1940.
del jardín se han dado en diferentes momentos por
Desde entonces, todas las administraciones
las fuentes y el kiosco que lo adornan. Fue el caso
municipales han procurado mantener y embellecer el
en 1991, cuando el Ayuntamiento sustituyó con un
jardín, lo que no ha evitado, como es lógico tratándo-
kiosco la “fuente monumental” del centro del jardín
se de un espacio tan importante, que haya desacuer-
(construida en 1971 para suplir a su vez la retreta
dos en lo tocante al valor y sentido de las mejoras
que funcionaba desde finales del siglo anterior), obra
introducidas. La prensa muchas veces ha denuncia-
censurada de inmediato por el Instituto Nacional de
do descuidos, pero casi siempre son subsanados con
Antropología e Historia, que ordenó la demolición
prontitud. En 1959, por ejemplo, se lamentaba en una
“porque altera las proporciones y la traza original,
nota que justo en el momento en que todos habla-
además de que su estilo es amorfo”.41
ban de la popularidad de la feria y del apoyo que se
le daría con su elevación a categoría de nacional, el
jardín, centro de la fiesta, estuviera casi abandonado:
“es inconcebible que cuando ya han principiado las Lugar de encuentro de las tradiciones
mañanitas y comienzan a llegar forasteros, el bello,
el tradicional jardín esté cubierto de polvo, con las Como hemos visto, del jardín se pueden contar multi-
plantas resecas y sucias”.38 Como era de esperarse, tud de historias, pero una de las más arraigadas en el
los puestos y tapancos que a su alrededor se instala- corazón de varias generaciones de aguascalentenses
ban generaban mucha basura que afeaba su aspecto, es la que se refiere a la celebración en él de las popu-
pero para 1961 se decía que el jardín estaba rejuvene- lares “mañanitas”. Aunque a veces se confunden los
cido y luciendo “más bonito que nunca”.39 Dos años buenos recuerdos de un ciclo y se pretende idealizar
después, por cierto, la esposa del gobernador confor- situaciones como únicas y ejemplos de “la época ro-
mó un grupo de vecinas del barrio de San Marcos mántica”, lo cierto es que las mañanitas son una tra-
encargadas del cuidado y embellecimiento “de tan dición muy añeja que ha logrado permanecer hasta
legendario paseo”. Las personas que integraran el pa- la actualidad.
tronato –se afirmaba– “tendrán autoridad suficiente

^ 229 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

El concurso de traje típico, una de las tradiciones más apreciadas.

Del 1º al 20 de abril –escribió con inmejorables pa-
labras Antonio Acevedo Escobedo–, de las 7 a las
9 de la mañana, y como preludio en el alba de la
verbena, se desarrollan las mañanitas. Parece como
si se tratara de ir entrando en calor, pues consisten
en devanear durante un par de horas por el fabuloso
jardín de San Marcos -arraigado de por vida en el
corazón de todo aguascalentense- admirando lindas
muchachas, oyendo música, aspirando el aroma de
las rosas que tiemblan todavía con el rocío a bor-
do.42
da con emoción una joven vecina del barrio hacia los
años treintas y cuarentas:
a las ocho de la mañana iba con mis hermanas [al
jardín]; los muchachos daban vuelta así, encontra-
dos, de un lado, y las muchachas de otro. ¡No, les
daban unos ramos!, mis hermanas salían con unos
ramotes de flores, les aventaban serpentinas, y si a
algún muchacho le gustaba la muchacha, entonces

Al lado del proceso de elección de reina, las

mañanitas constituyen el preámbulo de la feria. Te-
nemos noticias de que al menos desde 1875 ya se ce-
lebraban estas serenatas matutinas, de las seis a las
ocho de la mañana.43 Desde entonces, esta costumbre
quedó arraigada en la ciudad. Alguien daba cuenta
en 1960 de que en San Luis Potosí y otros lugares se
había intentado efectuar eventos similares pero con
muy poca concurrencia.44 En Aguascalientes se ha
conservado el interés de la gente, atraída por la fres-
cura matinal, las flores, la música de la Banda Mu-
nicipal, el confeti, las serpentinas, el flirteo juvenil y
la celebración de concursos, como el del traje típico
y rebozo, o el que alguna vez se llevó a cabo con el
título de “la flor más bella del jardín”. Según recuer-

^ 230 ]
 El jardín de San Marcos: símbolo de Aguascalientes y de su feria
Alegría sin distinciones de edad.
se iba viéndola, y a la vuelta le daba una flor, y ya
pues con la flor le decía si quería que la acompaña-
ra…45
Aunque las mañanitas se cantan diariamente,
los domingos son el día de mayor fiesta. En los años
sesentas se hacían coincidir la serenata dominical con
las tres eliminatorias del concurso de traje típico y re-
bozo, un certamen que atraía a decenas de mucha-
chas, entre las cuales se elegía a las que portaran con
más distinción esas prendas. Para dar mayor realce
a esta fiesta, en 1975 las autoridades añadieron nue-
vos atractivos, como concursos de disfraces y carros
alegóricos con los niños de los kinders y conciertos a
cargo de estudiantinas y rondallas escolares, que con-
tagiaban a los paseantes su alegría.46
En los años recientes, además de la Banda Sin-
fónica Municipal participan grupos de mariachis, in-
terpretando sones populares y desde luego la tradicio-
nal “Pelea de Gallos”. Como desde hace más de un
^ 231 ]
siglo, las mañanitas inician el primero de abril, cuan-
do es colocado el bando solemne, y concluyen un día
antes de la ceremonia de coronación de la reina.47
El jardín de San Marcos es el testigo más fiel y
mejor informado de la historia de la feria; ha regalado
su sombra a miles y miles de paseantes, sin distinción
de edad o posición social; ha inspirado a multitud de
poetas y escritores; ha presenciado con tolerante ale-
gría concursos, desfiles, combates de flores, serenatas
y, por qué no decirlo, no pocos excesos, sin dejar a un
lado las interminables jornadas al son de la tambora.
Con Ezequiel A. Chávez podemos decir:
¿Qué sortilegio tiene aquel jardín? ¡No sólo para
mi! Para todos los aguascalentenses. ¡No nada más
para ellos! Para todos los que lo conocen. Sobre
todo cada año, en la primavera. Y tal entonces, que
desde mucho antes de que naciésemos cuantos aho-
ra vivimos, ya lo ejercía sobre cuantos en él desde
entonces se reunían a la cita que allá les daba la pri-
mavera.48
 San Marcos
Mauricio Magdaleno
Al fondo de una calle señorial –la de la Merced- re-
corta el famoso parque su masa verde. El barrio que
lo circunda es bonito, aunque tristón. Se han abierto,
en las esquinas, unas entradas, rompiendo la vieja
fábrica de piedra de su balaustrada. En una fuente
–nueva, también- se lee el nombre de Saturnino He-
rrán, preclaro hijo de Aguascalientes.
Pero esto es lo que hizo mito en mi recuerdo
y yo me representaba como algo colosal, fantástico?
Sí, esto es. Ésta es la balaustrada que otrora fuera ba-
rrera infranqueable a mi paso y yo vadeaba metién-
dome entre sus columnas. Una balaustrada que me
da al pecho. El laberíntico bosque se reduce a unos
prados –tan desaliñados como toda la ciudad- entre
los que corren unos hilitos de agua. Unos hilitos de
agua que en mi recuerdo eran ríos. Ríos en los que
eché muchos barcos de papel.
Ésta es la realidad. Los ojos y el corazón –tras
el primer golpe de la sorpresa- la reajustan y la de-
gustan. No es ni más grande ni más chica que la que
yo gocé de niño. Ni más linda ni más fea. Ni más
fabulosa ni más verdadera. Esto es San Marcos. En-
frente, la iglesia. Más allá, un barrio de huertas, y
abajo, el río. El Río de los Pirules. El de pintar vena-
do y asustar a las mamás. Cuando crecía e inundaba
su circuito, sus aguas llegaban hasta el jardín. En un
paraje de trágica fama –el Campanario- solían nadar
los intrépidos. Allí se ahogaron muchos intrépidos.
El aire huele a violetas y a azahar. En San Marcos
hay cientos de miles de violetas y de flores de azahar.
Por los andadores, de arena, apenas circulan unas
niñeras de blanco delantal, que llevan en cochecitos
de mimbre a bebés de seis meses. Y, tras un soto de
floripondios, dos enamorados se besuquean y juran,
entre besuqueo y besuqueo, que su amor es el más
grande amor del mundo… La soledad, de tan perfec-
ta, cobra dimensiones casi mensurables. Un gorjeo
de jilguero. Y un soplo de viento entre los árboles. Y
un alucinante juego de luces y sombras, en la arena
del andador, conforme el soplo del viento abre o cie-
rra el resplandor del sol tras las frondosidades.
^ 232 ]
Aquí se celebra, año por año, la única feria de
categoría que queda en la República. El día de San
Marcos es el 25 de abril, pero diez días antes, ya esto
hierve de muchedumbre, y diez días después, aún no
acaba de divertirse la muchedumbre. DE tanto que
anduve en esta feria –aparte, claro, que era un chico
que no había salido de mi agujero- me llegó a pare-
cer sin importancia. Fue necesario que saliera de mi
agujero y corriera el mundo para saber cuánto de sen-
timiento mexicano atesoraba.
Cosa extraordinaria: no solamente no ha veni-
do a menos, sino que hoy asume mayúsculos esplen-
dores. Verdad que es algo de lo muy poco que queda
en el país y que los aguascalentenses han tenido buen
cuidado, inteligentemente, de conservar y prestigiar.
A la fecha, siguen viniendo a la feria los viajeros de
la capital, de los Estados Unidos y de tierras tan le-
janas como Sonora y Nuevo León, amén de los yan-
quis que envían por acá las agencias turísticas. Los
incentivos, por otra parte, son harto contundentes: se
juegan los mejores gallos de la República, torean los
mejores toreros nacionales y españoles, se congregan
las más sonadas celebridades del cine y se dan cita las
más renombradas bandas de música, los más castizos
mariachis de Jalisco y los más rumbosos huapangue-
ros de San Luis Potosí y Tamaulipas.
[...] San Marcos. El jardín relumbra como una
alhaja. Hay luces entre los árboles, entre las flores,
entre las fuentes. Pasean los muchachos y la mucha-
chas, después de tres horas de bailar. Las mamás,
muy emperifolladas, beben refrescos de agua de chía
y de cebada. Algunas –me figuro- han de haber sido
compañeras de mi infancia. De repente, se oyen unos
balazos, en el Tivolí. Allá, balaustrada afuera, corre-
tean unos policías, pero nadie se sobresalta. Jugado-
res, seguramente, que el calor del alcohol ha hecho
explotar. Luego, la banda ahoga todos los ruidos. Un
vibrante, nostálgico vals.
Fuente: Tierra y viento, pp. 115 y ss.
 NOTAS
1
Mauricio Magdaleno, “Noticia sentimental de Aguascalientes” 26
Ana María Delgado, entrevista realizada por Gerardo Martí-
y “Elogio de la pequeña ciudad”, Letras sobre Aguascalientes, pp. nez Delgado, 2007
283-297 27
“Don Jorge Martínez de León”, en: Brand Guerra, Época de
2
La Libertad de México, 19-IV-1865 Oro, pp. 123-136.
3
González, Historia del Estado de Aguascalientes, p. 65 28
Ana María Delgado y Víctor Luis Martínez Díaz, entrevista
4
Enrique Fernández Ledesma, “Aguascalientes, la ciudad de las realizada por Gerardo Martínez Delgado, 2007
flores, de los frutos y de las aguas”, Letras sobre Aguascalientes, 29
El Sol del Centro, 24-IV-1972. El Sol del Centro, 24-IV-1974
p. 231 30
El Heraldo, 7-V-1979
5
Los textos completos de estos y otros autores pueden consul- 31
El Sol del Centro, 15-IV-1980. El Sol del Centro, 1-V-1982. El Sol
tarse en: Acevedo Escobedo, Letras sobre Aguascalientes. Véase del Centro, 27-IV-1984
también: Engel, Diccionario General de Aguascalientes. 32
Vázquez del Mercado, Memoria, 1861-1895, p. 377.
6
Acevedo Escobedo, “La Feria de San Marcos en tres tiempos”, 33
El Debate, 22-IV-1911.
Letras sobre Aguascalientes, p. 57 34
La Opinión, 13-XII-1928.
7
Ibid, p. 59 35
CCJA, 1er. Juzgado de Distrito, Serie Penal, 1930, Expediente
8
Gómez Serrano, Mercaderes, artesanos y toreros, p. 30 4.
9
Eduardo J. Correa, Un viaje a Termápolis, 1992, p. 326. 36
Reyes Ruiz, “Romance de los cuatro barrios”, Letras sobre
10
“Historia de la Feria de San Marcos”, Boletín del Archivo Gene- Aguascalientes, p. 388.
ral Municipal, número 5, abril 2006, pp. 3-4. 37
Fernández Ledesma, “Aguascalientes, la ciudad de las flores,
11
Díaz de León, La Exposición de Bellas Artes, p. 49. de los frutos y de las aguas”, Letras sobre Aguascalientes, p. 231
12
La Revista del Centro, 29-IV-1905 38
El Heraldo, 13-IV-1959.
13
AGMA, FH, caja 161, exp. 22 39
El Heraldo, 23-IV-1961.
14
Correa, El precio de la dicha, pp. 183-190. 40
El Heraldo, 1-III-1963.
15
Ibidem. 41
El Sol del Centro, 12-IV-1991.
16
Pedro Rivas Cuellar, Entrevista realizada por Gerardo Martí- 42
Antonio Acevedo Escobedo, “La Feria de San Marcos en tres
nez Delgado, 2002. tiempos”, p. 60
17
Correa, El precio de la dicha, pp. 183-190. 43
“Historia de la Feria de San Marcos”, Boletín del Archivo Gene-
18
Ibidem. ral Municipal, número 5, Abril 2006, p. 6.
19
Ibidem. 44
El Sol del Centro, 1-IV-1960.
20
Cfr. AGMA-FH, caja 706, exp. 34, caja 531, exp. 65, caja 760, 45
Nemesio Venegas Acevedo y señora, entrevista realizada por
exp. 33. Gerardo Martínez Delgado, 2002.
21
Correa, El precio de la dicha, pp. 183-190. 46
El Heraldo, 30-III-1975.
22
AGMA, FH, caja 990, exp. 1. Las cursivas son nuestras. 47
Véase a modo de ejemplo la nota de Araceli Cervantes Medi-
23
AGMA, FH, caja 990, exp. 1. na, Hidrocálido, 5-IV-2002.
24
Alfonso Pérez Romo, Entrevista realizada por Gerardo Mar- 48
Ezequiel A. Chávez, “Pensando en el jardín y en la feria de
tínez Delgado, 2006 San Marcos”, en: Acevedo Escobedo, Op. Cit., p. 208.
25
El Sol del Centro, 19-IV-1946

^ 233 ]
 CAPÍTULO 11

SUEÑO DE UNA NOCHE DE PRIMAVERA:

las reinas de la Feria de San Marcos

Preámbulo: las damas de la preferencia de los votantes, y ponía

una nota de novedad en la isócrona vida termopo-
El significado social de litense.1
la elección de Reina de
No sólo los jóvenes se veían animados, tam-
la Feria bién despertaba y despierta interés entre los adultos,
las autoridades y los sectores económicos. Así por
Desde 1924, la elección de la
ejemplo, los primeros concursos –que se celebraron
reina de la Feria de San Marcos constituye todo un
apenas las aguas de la Revolución comenzaban a
acontecimiento social que prepara el ánimo de la
calmarse– se vieron alentados de cerca por militares.
gente para participar en los festejos; es el preámbu-
Paz Romo, la primera reina, además de ser invitada a
lo que conjuga la solemnidad, la alegría, la fantasía,
participar expresamente por el general Claudio Fox,
la belleza, el espíritu de competencia, la emoción y
recibió el apoyo del CXIV Regimiento Militar; el día
el colorido con que se va tiñendo el ambiente. Aun-
de su coronación los miembros del ejército le forma-
que todos los actos que envuelven la ceremonia de
ron una valla desde su casa, ubicada a un costado del
coronación tienen un fuerte contenido simbólico, los
templo de la Merced, hasta el jardín de San Marcos,
reinados también ponen en juego un lado social y
donde tuvo lugar la ceremonia.2 Se dice también que
económico de múltiples implicaciones. Es cierto que
en 1926 el jefe de Operaciones Militares en el esta-
en la reina se busca la representación de “la belleza
do, general Escalona, cometió irregularidades para
hidrocálida”, que se le otorgan poderes con su trono,
favorecer a su candidata, la señorita Dolores Arias,
cetro y corona, y que es una figura que a nombre del
a quien coronó como reina en un baile que le ofreció
pueblo preside las inauguraciones y los actos de la
en el Hotel Francés.
verbena, pero más allá de eso, la señorita elegida cada
En otro sentido, a las candidatas se les vinculó
año cumple una función social y económica de gran
durante muchos años con empresarios y sectores eco-
importancia en la feria. Recreando la convocatoria de
nómicos y sociales que las apoyaban en sus campañas
un imaginario primer certamen para elección de rei-
y que les organizaban porras entre sus agremiados,
na, un novelista escribió:
al tiempo que podían recibir ventajas de promoción
La iniciativa despertó alboroto entre el elemento para sus grupos o de simple satisfacción por partici-
joven de la sociedad, pues al mismo tiempo que par en una competencia. En 1948 la candidata Loli-
halagaría la vanidad femenil, daba ocasión a los ta Romo fue respaldada por la banca y la industria,
hombres para concurrir a una especie de justa de Tere Gallardo por el Casino de Aguascalientes, Alicia
la galantería, procurando el triunfo de cada una de Romo por los estudiantes, Tita Díaz de León por los
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

La feria actual, enton-

ces, no se puede entender sin
su reina. Tan importante es,
más allá de su función mera-
mente simbólica, que el Pa-
tronato conduce los procesos
con el mismo cuidado que
le otorga a otros asuntos en
apariencia más trascenden-
tes; incluso, los gobernado-
res apartan en su agenda dos
o tres espacios para reunirse
con las candidatas, ofrecer
una conferencia de prensa al
respecto y, desde luego, para
coronarla, acto del que des-
de 1924 a la fecha no se ha
ausentado ningún titular del
Ejecutivo en el estado.6
Desfile triunfal.

empleados públicos y Rosita Piña por el comercio.3

No era pues una justa de cinco candidatas, sino una
sana competencia que involucraba a buena parte de
la sociedad. A veces había desacuerdos, pero estos
confirmaban el interés de los diferentes grupos: en
1947 resultó triunfadora Estela Aldana, aunque un
sector, sobre todo de ferrocarrileros, mostró inconfor-
midad y coronó a la candidata de su simpatía en una
ceremonia alterna a la oficial celebrada en el jardín
de la estación.
Desde el punto de vista económico, el proceso
de elección de reina genera recursos que a veces han
ayudado a las finanzas del patronato organizador y
otras a instituciones de beneficencia. La primera rei-
na destinó 190 pesos para el orfanato Casimira Ar-
teaga; más recientemente, el dinero recabado en las
campañas de cada candidata se dirige al sistema DIF
o a grupos particulares de apoyo social. También
hay que subrayar una de las loables funciones de la
Asociación de Ex Reinas, en honor de quienes desde
1981 se celebra con cierta regularidad una cena-baile
que recaba fondos para el propio DIF.4 Se ha estima-
do que el Patronato obtiene el 10% del total de sus
ingresos con los recursos resultantes de las campañas
de las candidatas y el baile de coronación.5
Carmen Herrera Romo, 1945.

^ 236 ]
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria

Recibiendo el cariño de la gente.

Las primeras reinas negociación y presidente a su vez de la propia junta

organizadora, José María Guzmán.9
Oficialmente, la primera reina de la Feria de San Mar- De la suma de los cupones resultaron un total
cos fue Paz Romo de Vivar. No obstante, podemos de 9,794 votos, de los cuales correspondieron 5,000 a
encontrar algunos antecedentes de reinados, unos Paz Romo, lo que la convirtió en triunfadora absoluta
inmediatos, como los de 1922 –cuando Luisa León del certamen, dejando atrás a Lola Goríbar, que con-
fungió como “reina de la simpatía”– y 1923 –fecha siguió 1,825 votos, Cuca Torres Pico con 850, Anita
en que Emma Güinchard y Micaela Alaniz disfru- Llamas con 603, Beatriz Ávila con 500 y otras doce
taron los títulos de “reina del carnaval” y “soberana participantes que reunieron menos de cuatrocientos
del deporte”,7 respectivamente– y otros un poco más
lejanos, como el del nombramiento de “reina de la
belleza de Aguascalientes” que a finales del Porfiriato
correspondió a Constanza Thompson.8
La elección de Paz I gozó del encanto especial
de la primera ocasión formal. Tras un mes en que la
población pudo emitir sus votos -que costaban cinco
centavos-, el 20 de abril a las ocho de la noche se llevó
a cabo el cómputo de los sufragios en la casa comer-
cial El Valle de México, junto al Parián. Se reunieron
para el conteo el notario Manuel Ballesteros, que cer-
tificó el acto, el coronel Pablo Baranda, los vocales de
la Junta de Festejos de la Primavera, señores Carlos
M. Velasco y Manuel de Alba Jr., y el dueño de la Las embajadoras de la sociedad, 1930.

^ 237 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

votos, entre ellas Micaela

Alaniz, que ya había sido
“soberana del deporte” un
año atrás, según apuntamos
párrafos arriba.
La presencia de la rei-
na le dio a la feria de 1924
un colorido y entusiasmo
que no conocía antecedente.
La coronación tuvo lugar en
el centro del jardín de San
Marcos, sitio en el que se
arremolinaba la gente para
arrojar confeti y pétalos al
paso de la soberana. Francis-
co C. Macías, un rancio mé-
dico y político porfirista que
entonces despachaba como
gobernador interino, fue el La primera reina rodeada de sus damas, 1924.
encargado de colocar la co-
rona sobre Paz I. El perio-
dista Guillermo Aguirre y Fierro, por su parte, tribu- 1925 fue el único año en el que no hubo reina,
tó un sentido elogio a la simbólica majestad, siendo pero desde 1926 hasta la fecha el certamen se ha lle-
secundado en el piropo por las dianas de las bandas vado a cabo puntualmente. Los mecanismos de se-
de Guerra y Municipal y los vivas y aplausos del pú- lección de candidatas y de elección de reina han sido
blico que retumbaban por todo el jardín. Concluido muy variables, pero en las primeras emisiones pode-
el acto solemne, la reina y sus damas -su hermana mos encontrar ciertas recurrencias. Era común que
Mariquita Romo, Lupe y Carmen Ramírez y Anita periodistas, comerciantes y dueños de cines partici-
Delgado- bajaron del estrado y ocuparon los carros paran de forma muy activa en el proceso para hacerse
que junto con su comitiva las condujeron en desfile notar y ganar clientes o, como decía uno de ellos, para
por las principales calles de la ciudad.10
A lo largo de toda la verbena, Paz I presidió
gustosa las actividades principales: la inauguración
de la exposición ganadera, la kermés del jardín o las
carreras de bicicletas, donde desde luego entregó los
trofeos a los ciclistas triunfadores. Como cierre de
los festejos, el 5 de mayo se celebró un “combate de
flores”, una simpática reunión que conmemoraba de
forma amable la victoria del ejército mexicano sobre
las fuerzas invasoras francesas ocurrida en 1862. En
ésta, que fue una de las actividades tradicionales por
muchos años para clausurar la feria, varios automó-
viles daban la vuelta a la plaza principal, unos en sen-
tido de las manecillas del reloj y otros a la inversa,
de modo que cuando se cruzaban los vehículos las
muchachas que iban en ellos, luciéndose, echaban al
otro carro las flores.
Combate de flores, 1924.

^ 238 ]
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria
“coadyuvar en nuestra modesta esfera de acción a la
propaganda y brillo de las fiestas anuales”.11 En una
ocasión, por ejemplo, la convocatoria corrió a cargo
de El Diario del Centro, en cuyas páginas se anunció
con toda oportunidad la apertura del registro de las
señoritas que desearan participar, aunque se aclaraba
que el periódico se reservaba el derecho de admitirlas.
Reunida la lista de participantes se ponían a la ven-
ta los cupones para la votación en tres reconocidos
establecimientos: El Correo de México, El Palacio
Mercantil y La Palma, además de las propias oficinas
del diario, el cual obsequiaba a sus lectores un cu-
pón que se incluía con cada ejemplar. Los buzones se
colocaban en las mismas casas comerciales, a donde
la gente acudía a depositar los sufragios a favor de
la señorita de su preferencia. Finalmente, el cómpu-
to se celebraba por lo general a puerta cerrada y la
candidata electa se resguardaba hasta su presentación
oficial, un acto lleno de solemnidad que podía ser un
desfile, un festival o la propia coronación.12
Otro periódico, La Opinión, había intentado
poco antes tomar a su cargo la convocatoria, pero
tuvo tan poca suerte que a finales de marzo decidió
suspender el concurso “habiendo mostrado el públi-
Ciclistas recibiendo sus premios de manos de Paz I, 1924.
^ 239 ]
co reducido entusiasmo”.13 Esto no fue impedimen-
to para que la feria tuviera reina, en la persona de
la señorita María Luisa Sánchez Ramírez, y menos
para que la de ese año fuera una de las ceremonias de
coronación más lucidas, presenciada “por no menos
de seis mil personas” que llenaron el jardín con júbilo
desbordante.14
En 1929 los buzones para recolectar los votos
se colocaron en la bien conocida negociación El Co-
rreo de México y en las entradas de los cines Palacio,
Royal y del teatro Morelos.15 Ese año resultó electa
María Refugio Salado, quien fue acompañada en el
desfile de primavera por sus damas -Rosa López Al-
dana, María del Refugio y María Guadalupe Ávila,
María de los Ángeles Leal, Alicia Moreno y Rosau-
ra Robles-, además de un numeroso séquito “que
lo integraban más de seiscientas niñas debidamente
ataviadas con flores, así como doscientos niños con
disfraces”.16
El teatro Morelos fue la sede de la coronación
de Tintina Aguirre en 1935, que no desmereció en
nada la formalidad acostumbrada. A la cita acudió
“una concurrencia de lo más selecto de nuestras dife-
rentes clases sociales”, ante la cual apareció un paje-
 Elección de la primera Reina de la Feria, 1924
Juan Ibarra, presidente municipal de esta capital,
CERTIFICA que con motivo del cómputo verifica-
do en los votos emitidos para la elección de la Reina
de la Primavera, el C. Lic. notario público Manuel
Ballesteros, expidió un certificado que a la letra dice:
[…] En la ciudad de Aguascalientes, a las 8 de la
noche del día 10 de abril de 1924 se constituyó el
suscrito notario en la casa de comercio de El Valle de
México, en donde estuvieron presentes el señor don
José María Guzmán, en su calidad de presidente de
la junta de festejos de primavera, el señor don Car-
los M. Velasco, en su calidad de vocal y el señor don
Manuel de Alba Jr., con el mismo carácter, ambos
de la misma junta; el señor don José Medina, como
representante del Gobierno del Estado, el señor don
Victorio A. Medina, en representación del H. Ayun-
tamiento de esta ciudad, con objeto de procederse al
cómputo de los votos emitidos para la elección de la
Reina de la Primavera, de acuerdo con las bases de
la convocatoria lanzada al efecto por la mencionada
junta, en el mes de marzo del presente año. A tal efec-
to, se procedió con la intervención de los señores Te-
niente Coronel Pablo Baranda y don David Guzmán,
los dos mayores de edad, casados y de esta vecindad,
y en calidad de testigos en esta acta, al escrutinio de
los votos emitidos, habiéndose obtenido el siguiente
resultado:
Paz Romo 5,000 votos
Lola Goríbar 1,825 votos
Cuca Torres Pico 850 votos
Anita Llamas 603 votos
Beatriz Ávila 500 votos
Micaela Alaniz 370 votos
Luz María Aguilar 302 votos
Lola Femat 100 votos
Josefina Ávila 100 votos
^ 240 ]
María Leal 60 votos
Anita Delgado 50 votos
Soledad Alicia Aldana 20 votos
Enriqueta Serrano 4 votos
Consuelo Díaz 3 votos
María Macario 3 votos
Ernestina Adame 2 votos
Esperanza Aguilar 2 votos
Dando en conjunto la suma de 9,794 votos, a
razón de cinco centavos el voto, que arrojan la suma
de cuatrocientos ochenta y nueve pesos ochenta cen-
tavos, que yo el notario doy fe haber tenido a la vis-
ta y que quedan en poder del señor don José María
Guzmán, con su carácter de presidente de la junta
organizadora de festejos de primavera. Por el cómpu-
to efectuado y debidamente comprobado, de acuerdo
con los cupones que asimismo doy fe de haber tenido
a la vista, aparece y resulta que es reina de la prima-
vera en virtud de la mayoría absoluta de votos emiti-
dos a su favor la señorita PAZ ROMO, candidata del
ciento catorce regimiento.
Así terminó esta acta, a la que también estuvo
presente el señor don Fernando Hernández, como re-
presentante del diario El Renacimiento, y previa lectu-
ra se firmó por las personas que en ella intervinieron.
Doy fe. Firmados J. M. Guzmán. –C. M. Fraga. –P.
Baranda. –David Guzmán. –M. Ballesteros. El sello
que autoriza.
Y para satisfacción de la señorita Paz Romo
que en virtud de haber obtenido mayoría de votos fue
declarada reina de la primavera, tengo la honra expe-
dirle el presente certificado en la ciudad de Aguasca-
lientes, a los 15 días del mes de abril de mil novecien-
tos veinticuatro. Srio”.
Fuente: AGMA-FH, caja. 550, expediente 3.
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria

cito con su trompeta para anunciar la entrada de Su

Majestad, quien caminó flanqueada por sus damas
de honor hasta su solio, cobijada por los aplausos del
público y las notas de la Banda de Guerra y Músi-
ca de la Policía.17 Del vigor que había alcanzado el
certamen para este año es indicativo el dato de los
votos emitidos: más de 260,000 (sumando los cupo-
nes de uno, cinco, diez, veinticinco, cincuenta, cien,
quinientos y mil votos que se podían comprar), en
contraste con los menos de 10,000 que con el mismo
costo de cinco centavos se depositaron en las urnas
en la primera elección de reina de los festejos abrile-
ños.18
Quizá en esa época la soberana tenía menos
protagonismo, pero su reinado revestía más pompa y
protocolo. Se estilaba dotar a la reina no sólo de ele-

mentos materiales como el trono, el cetro y la coro-

na, sino de poderes simbólicos que le permitían, por
ejemplo, emitir decretos, como uno de Angelina I que
vale la pena rescatar:

Yo, Angelina I, en uso de la soberanía que el pueblo

de Aguascalientes me ha conferido, decreto: el 24
de los corrientes todos mis súbditos deben congre-
garse en el jardín de San Marcos, donde se derro-
chará alegría y entusiasmo en la kermés a beneficio
de las reparaciones que se están llevando a cabo en
la Escuela Preparatoria y de Comercio.
Firmado en el Palacio de la Alegría, a los 20 días
de abril de 1927. Angelina I. El gran canciller J. M.
Guzmán.19

Embajadoras de la sociedad
Los años cuarenta fueron testigos de un fuerte interés
e impulso de parte del gobierno y de los empresarios
a favor de los festejos abrileños. Fue la época en que

^ 241 ]
 La ceremonia de coronación Una elección en manos del
en 1928 azar, 1948

Antier a las seis y media de la tarde después de ha-

Tita Díaz de León, Embajadora de los burócratas, se
ber asistido a la corrida de toros, fue consagrada por
convirtió a noche en la Reina de la Primavera de 1948
el señor Gobernador del Estado, SGM María Luisa
al ser favorecida por el sorteo que se llevó a cabo en
I Reina de la Primavera por la voluntad de sus par-
punto de las 21 horas en el teatro cine Colonial.
tidarios que quisieron dar a la ciudad una hermosa
Al iniciarse el sorteo un silencio expectante
soberana.
reinaba en el teatro, se había indicado previamente la
La ceremonia de la coronación fue presencia-
forma en que se llevaría a cabo. La Reina sería aque-
da por no menos de seis mil personas que cubrían
lla cuyo nombre correspondiera a la tercera ‘Bolita’.
completamente el jardín de San Marcos, el que esta-
La primera en salir correspondió a la señorita Rosa
ba totalmente cubierto por una multitud abigarrada,
Piña, a Lolita Romo la segunda y la tercera, como se
desbordante de júbilo.
sabe a Tita Díaz de León.
Antes de poner la corona en las sienes de la
Reina, el señor Don Benjamín de la Mora, Goberna-
Fuente: El Sol del Centro, 4-IV-1948.
dor del Estado, pronunció un hermoso discurso en el
que brillaron las palabras de concordia y armonía po-
pular, por lo que fue muy aplaudido. Después de que

Saludos desde el aire, 1950

se celebró la coronación, otros números estuvieron a
cargo de los señores Leobardo González, Jesús Reyes
Ruiz y Lic. Bernabé Ballesteros, recitando el primero
una hermosa poesía y los segundos unos hermosos
Por primera vez en la historia de Aguascalientes, el
versos escritos especialmente para el acto.
día 25 de abril voló sobre la ciudad una Reina de
La Banda Municipal del profesor Ricardo
nuestras fiestas de Primavera, juntamente con su cor-
García ejecutó los números de música, siendo aplau-
te de honor, por cortesía de Aerovías Reforma.
dido por la numerosa concurrencia.
[La Reina y la corte de honor subieron] a la
Después de la coronación, la Reina y su corte
13.00 al avión matricula XA-HUG, marca ‘Douglas’
de honor compuesta por las señoritas Blanca Sánchez
DC-3.
Ramírez, Blanca Ávalos, Cuquita González, Rosita
Desde la cabina de control del avión, la sobe-
Alonso y Alicia Laris, acompañadas de los señores
rana de Aguascalientes dirigió un saludo a los habi-
Benjamín de la Mora, General Arturo Alatorre, Doc-
tantes de la ciudad, así como a los numerosos turis-
tor Eduardo González, Ingeniero Enrique Montero,
tas, valiéndose de la XEBI.
Manuel de Alba y Daniel M. García recorrieron el
cuadro del Jardín de San Marcos, para tomar el ca-
Fuente: El Sol del Centro, 27-IV-1950.
rro alegórico arreglado ex profeso y desfilar durante
largo tiempo por las calles de la ciudad a donde una
inmensa multitud del pueblo seguía la comitiva y otra
presenciaba el desfile que se prolongó hasta las ocho
y media de la noche, hora en que se detuvo el carro
en el Hotel Francia a donde le fue servida a SGM
una cena.

Fuente: La Voz del Pueblo, 24-IV-1928.

^ 242 ]
 Candidatas, damas y princesas
El número de candidatas a reina de la feria ha sido
variable. Normalmente han sido tres, pero en algunos
años sólo fueron dos, como en 1967, en que participa-
ron Leticia Guzmán y Patricia González, y en otros
llegaron a participar hasta cuatro señoritas, como en
1960, cuando se presentaron al certamen Velia Ruiz
Esparza, María Antonieta Ramos, María Enriqueta
Díaz Venegas y Carmelita Díaz de León.
Entre 1924 –fecha de elección de la primera
reina– y 1987, la figura de las princesas no fue muy
La reina y sus damas, 1924.
^ 243 ]
relevante. Se acostumbraba que la candidata triun-
fante elegía a sus “damas” de compañía (dos, tres o
hasta seis, como en 1959). Algunas veces las damas
eran las competidoras, pero generalmente fueron
amigas, hermanas, primas o conocidas que seleccio-
naba la reina. De 1989 a la fecha las candidatas que
ocupan el segundo y tercer lugar en los cómputos se
convierten automáticamente en princesas.
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
se constituyó el Patronato como un organismo encar-
gado exclusivamente de conducir la organización y
el buen desarrollo de la feria. A la par, una nueva ge-
neración de empresarios forjados tras el movimiento
revolucionario encontró en la feria una oportunidad
para dinamizar sus negocios. En la exposición gana-
dera se presentaron mejores ejemplares, en la indus-
trial se montaron numerosos stands con productos lo-
cales, se colocaron alrededor del jardín tapancos para
el entretenimiento de los adultos y, en síntesis, los
comerciantes, empresarios, ganaderos, industriales y
los gremios de trabajadores y estudiantes participa-
ron más activamente de la feria.
María Villaseñor Teillery, reina de la feria en
1940, recuerda los mecanismos de selección de can-
didatas, de elección de soberanas y de los grupos de
apoyo que estuvieron con ella en el año de su triunfo.
En esa época las participantes en la contienda eran
invitadas por los miembros de la Junta Especial de
Festejos de la Primavera, seleccionando entre las hi-
jas de las familias mejor conocidas. Se buscaba, como
lo decía la convocatoria de 1954, una “señorita que
^ 244 ]
por sus dotes de honorabilidad, simpatía y belleza la
hagan acreedora a presidir las fiestas de primavera”.
A casa de María Villaseñor acudió el doctor Macías
Peña, “pero mi papá le dijo que no, que estaba muy
chica, entonces el doctor Macías Peña, que era buen
amigo de la casa y bromeaba con nosotros, le dijo:
- Ah, don Julio, entonces cuando esté grande sí me
la va a prestar.
- Sí, le dijo mi papá, dentro de unos años.
- ¿Me da su palabra?
- Sí, sí, pensó mi papá, pues dentro de unos años…
Se pasaron dos años y fue el doctor y le dijo:
- Doctor, vengo a que cumpla su palabra.
Como entonces cumplir la palabra pues era una cosa
muy digna, verdad, dijo mi papá, pues sí, con una
sola condición, que la persona que vaya a competir
con mi’ja sea su amiga, para que no vaya a haber
pleitos, ni dificultades ni nada.20
Su competidora fue Estela Navarro Hernández,
una de sus mejores amigas y, como ella, fundadora
del Club Continental, una tertulia de muchachas que
organizaban bailes y actividades muy sonadas. La
señorita Villaseñor por entonces estudiaba la prepa-
ratoria en el Instituto de Ciencias y era hija de un
prestigiado médico que laboraba en los Talleres del
Ferrocarril. Así, su comité obtuvo el apoyo de los es-
tudiantes y de los ferrocarrileros, dos fuerzas sociales
muy poderosas que la llevaron a un triunfo indiscu-
tible en una competencia muy sana. El espíritu de
armonía fue aún mayor en ocasión de la ceremonia
de coronación, pues acudieron como sus damas de
honor, ni más ni menos que Elena Cuéllar, Margarita
Tiscareño, Guadalupe Medina y Graciela Palacios,
ésta última princesa en 1938 y las otras tres reinas
en los años anteriores -1937, 1938 y 1939, respectiva-
mente-, por lo que bromeando con la nueva soberana
le decían “no vas a ser reina, vas a ser emperatriz por-
que vas a ser reina de reinas”.21
Los estudiantes y los ferrocarrileros se mantu-
vieron en los siguientes años como tropas muy fuer-
tes que acompañaban a alguna candidata y que, si no
le garantizaban el triunfo, por lo menos le asegura-
ban un gran ímpetu al desarrollo de la campaña. Pero
los banqueros, industriales, comerciantes, ganaderos,
empleados públicos y otros grupos sociales no se que-
daban atrás. En 1959 el sector bancario y los estu-
diantes del Instituto de Ciencias llevaron al triunfo a
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria

nota alegre en su participación, para que cooperen

al engrandecimiento de la Feria, ya que ella es parte
de Aguascalientes, comprando votos para elegir a la
soberana, ya que también estos festejos son de vital
importancia para la economía de Aguascalientes.23

Pronto respondieron estos sectores: los ferroca-

rrileros apoyaron a la señorita María Eugenia Juárez,
hija de uno de ellos, y los comerciantes, banqueros,
industriales y el público en general asistieron a todas
las candidatas, aprovechando ciertos ajustes que se
hicieron en el reglamento de las campañas. Esta vez,
en lugar de que un grupo apoyara exclusiva y obli-
gatoriamente a una muchacha, el Comité Pro-Rei-
na, que dependía del Patronato, distribuyó entre los
sectores una cantidad de votos correspondiente a la
cantidad monetaria que aportaba cada uno, quedan-
do los adquirientes en libertad de votar por la candi-
data que desearan. Como en el pasado, los votos se
depositaban en buzones que al efecto se instalaron en
las casas comerciales más conocidas del centro de la
ciudad, por ejemplo: las farmacias Regina y Moder-
na, los almacenes Woolworth, la Casa de Vidrio o
los cines Plaza, Colonial y Encanto. El Patronato no

Rosa María Remusat, a pesar de que se tuvieron que

enfrentar con dos oponentes de gran peso: Alicia de
Lara, respaldada por el sindicato de ferrocarrileros y
el jefe de tránsito, y Lupita Ruiz, a la que apoyó el
gremio de los ganaderos que encabezaba Guillermo
González, quien años después se convertiría en em-
presario de la plaza de toros San Marcos. Es posible
que el triunfo de Rosita I haya causado cierta sorpresa
entre la sociedad, pues a la mitad del proceso se dijo
que el propio ministro de Agricultura y Ganadería
se había sumado a la candidatura de Lupita Ruiz, a
quien todos los empleados de la secretaría -incluyen-
do algunos que estaban haciendo obras en San Luis
Potosí- decidieron cederle un día de su sueldo.22
Por distintas razones, en ocasiones la convoca-
toria no despertaba el ánimo que se esperaba, pero
bastaba algún llamado del Patronato para que los gru-
pos se empezaran a organizar. En 1961, por ejemplo,
la oficina organizadora publicó una nota solicitando

a todos los sectores de la población industrial, fe-

rrocarriles, comercio, al estudiantado, ya que dentro
de la caballerosidad, siempre han sabido poner una

^ 245 ]
^ 246 ]
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria
ocultaba su orgullo por lo que, decía, era un sistema
de elección completamente popular, donde participa-
ban todos los ciudadanos para elegir “libremente a la
señorita que sea merecedora de ceñir la corona”.24
Antes como ahora, las campañas revestían un
atractivo especial. Además de generar recursos para
el Patronato, que casi siempre se destinaban a insti-
tuciones de beneficencia, promovían una sana com-
petencia (a pesar de los conflictos que en no pocas
ocasiones se suscitaban entre los comités de las can-
didatas) y eran un pretexto perfecto para la organi-
zación de actividades y espectáculos que podía apro-
vechar todo el público y que iban poniendo color y
ánimo a la ciudad en el preámbulo de los festejos.
A veces la organización de todas las actividades
corría a cargo del Comité Pro-Reina. En 1963, por
ejemplo, se programó una reunión de clubes femeni-
les, cuatro festivales taurinos y un torneo de básquet-
bol con equipos de Chihuahua, Michoacán, Jalisco,
Durango, Guanajuato y Aguascalientes. Con estos
eventos, el Patronato se allegaba recursos económi-
cos, al mismo tiempo que daba foros a las candidatas
para que el público las conociera y las favoreciera con
su voto. En muchas ocasiones cada candidata tenía
libertad de organizar su comité de promoción. La
creatividad de cada comité era un factor fundamental
para el éxito; se solían hacer, por ejemplo, tés-canasta,
tés-danzante, desfiles de modas, comidas, novilladas,
verbenas o quermeses, visitas a periódicos y fábri-
cas, partidos de polo en burro, exhibiciones hípicas,
presentaciones de cine, funciones de box, torneos de
básquetbol y béisbol, y hasta viajes a la capital de la
república para conseguir algún patrocinio que engro-
sara sus recursos que se convertirían en votos.25
Es importante señalar que en 1931, y entre 1942
y 1963, la señorita electa como reina de la primavera
se convertía automáticamente en reina de los Juegos
Florales, el importante concurso de poesía que en-
galanaba las fiestas de abril. No sabemos por qué se
decidió implantar y eliminar en uno y otro momento
esta doble distinción, aunque lo cierto es que con el
título o sin él, en todo momento las reinas de la feria
asisten como invitadas de honor a los eventos más
importantes de la temporada, como lo fueron antes
los juegos florales y lo es ahora el Premio de Poesía
Aguascalientes.
^ 247 ]
El “Rey Feo”
Durante algunos años, incluso con el apoyo del Pa-
tronato, se llevó a cabo un concurso especial para
escoger y coronar al Rey Feo de la Feria. Se trataba
de un festejo carnavalesco, animado por choferes y
gremios afines, que culminaba con una solemne “ce-
remonia de coronación”.
Fue en 1931 cuando se promovió por primera
vez un concurso para escoger al Rey Feo de la Feria,
a iniciativa de El Diario del Centro. No sabemos si en el
periodo 1931-1949 estuvo eligiéndose al Rey Feo de
la Feria. En todo caso, los certámenes no merecieron
mucha publicidad.
En 1949 fue escogido Mister Jonás I, pero debi-
do a su abdicación fue coronado “su más fuerte con-
trincante en esta campaña”, el joven Anselmo Romo,
Rorro I. La coronación se llevó a cabo el 21 de abril
en la plaza de toros San Marcos, consignándose en la
prensa que “el entusiasmo general se desbordó cuan-
do hizo su aparición en el ruedo Rorro I, declarado
Rey Feo por las masas populares, acompañado por
su príncipe y corte de amor, ataviado con lujosa ves-
timenta de color grana”.
El 12 de abril de 1950 se llevó a cabo el festi-
val en el que fue coronado el soberano de los feos de
Aguascalientes, Alfonso Guzmán Chulavista.
Según se consignó en la prensa, el 19 de abril
de 1951 Ramón García El Mataor salió de las oficinas
del Patronato de la Feria “en hombros de la multi-
tud” y unos minutos después, “en las escalinatas de
la exedra, fue proclamado Rey Feo de la feria de este
año”. Fue coronado el día 20 “de manos del gerente
del comité Ejecutivo de la feria de San Marcos, du-
rante un festival bufo taurino celebrado en la plaza de
toros, que registró un lleno absoluto”.
Al año siguiente el cetro lo obtuvo Valentín
García El Mono, quien con 40.060 votos ganó el cer-
tamen. Era el candidato “postulado y apoyado por
los propietarios y chóferes de los automóviles de al-
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

quiler.” Fue coronado el lunes 21 de abril en la plaza

de toros, en el marco de un festival nocturno, como
era costumbre.
En 1953 los honores correspondieron a Vicen-
te Macías La Bruja, aunque “inexplicablemente” su
antecesor no se presentó para entregarle el cetro. Sin
embargo, Ramón Garza El Loco la hizo de Rey Feo y
del brazo de La Bruja “partió plaza.”
La última noticia que tenemos de estos festiva-
les bufos data de 1954, año en el que la prensa consig-
nó que El Pintao, candidato postulado por la empresa
de transportes zacatecanos Estrella Blanca ganó la
corona con 18,256 votos. Lo siguieron El Mamerto,
que obtuvo 5,189 votos, y El Político, con 4,720.
Parece que a partir de 1955 estos certámenes
decayeron o desaparecieron. Al menos, dejaron de
recibir la publicidad y la atención que habían tenido
en años anteriores. Es probable que los excesos que
prohijaban motivaran su extinción.

Fuente: El Sol del Centro, 18-IV-1949, 20-IV-

1949, 19-IV-1950, 11-IV-1951, 20-IV-1951, 13-IV-
1952, 12-IV-1953, 23-IV-1953 y 8-IV-1954.

Revista de ocasión.

Redefinición de fórmulas para la

Diversiones honestas, La Orquesta. 1865.
elección de Reina
A principios de los años setentas el sistema de elec-
ción de reinas sufrió cambios debido, por una parte,
al deseo de los organizadores de encontrar nuevas
fórmulas, y por otra, al desgaste que venía mostrando
el mecanismo que con pocas variantes había funcio-
nado durante cerca de tres décadas. Unos opinaban
que se había ido perdiendo el respeto que se le tenía
a la reina, que ya no se le daba su lugar en todos los
eventos importantes de los festejos, y que incluso se
habían olvidado esas tradiciones simbólicas que tan-
to gustaban a la gente, como la de que la reina emitie-
ra un “decreto real”. Otros pensaban que se lucraba
con la imagen de las señoritas que amablemente se
prestaban a participar en el certamen y que el dinero
en las contiendas propiciaba pleitos entre los comités
organizadores.26

^ 248 ]
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria

Ante todas estas muestras de deterioro, en 1970

se dio un giro radical al proceso: las candidatas se-
rían invitadas por el Patronato, como lo habían sido
prácticamente desde siempre, pero ahora no se auto-
rizarían las campañas en las que los comités solían
organizar eventos, ni se permitiría que pasaran por
las oficinas para pedir cooperaciones ni que recibie-
ran patrocinios de sectores económicos ni sociales.
Se conservaría la posibilidad de que cada candidata
hiciera actividades para su promoción, pero sin fines
de lucro.27
El Patronato de la Feria, que entonces presidía
el empresario radiofónico Pedro Rivas, discurrió que
para hacer una elección popular y sin intereses econó-
micos solamente se tomarían en cuenta como votos
los cupones que aparecerían publicados en los diarios
El Sol del Centro y El Heraldo. Cada cupón equivalía
a diez votos y, según lo que recordaba un reportero
muchos años después, el sistema tuvo tal éxito que
muchas personas de todas las edades se involucraron
con el certamen, cuyo triunfo correspondió a la pos-

Vestidos para el recuerdo.

tre a Paula Yáñez: “los niños de la escuela sacrifi-

caban un dulce para adquirir el diario […] muchos
simpatizadores iban de casa en casa, solicitando el
ya leído periódico; no se trataba de venir a comprar
cientos de ejemplares, pues no se vende un diario por
kilos, sino de recoger, en el lector habitual, el voto
necesario”.28 Aunque el testimonio puede resultar
recargado, otros testigos comparten el concepto so-
bre el éxito del sistema y la simpatía de la candidata
electa ese año: “Recuerdo con gusto cómo los niños,
las señoras, los jóvenes y los adultos la veían por to-
dos lados y siempre el grito era ‘arriba Paula’, ‘arriba
Paula’. El pueblo quería a una muchacha de esas ca-
racterísticas, auténticamente aguascalentense, ama-
ble, sencilla, bondadosa”.29
No obstante las satisfacciones que produjo este
sistema de elección popular, también mostró muy
pronto debilidades. Los tres años que estuvo vigente
hubo fricciones entre los comités: en 1970 se detecta-
ron irregularidades en el último cómputo y se decidió
invalidarlo, decretando como reina a la candidata que

^ 249 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

participantes fue el conocido industrial

Jesús Rivera Franco, mientras que en
1984 los comités se integraron de esta
manera: el de Marcela Romo lo cons-
tituyeron los miembros del Club de
Leones y la Universidad, el de Rocío
Velásquez se integró con el club Rota-
rio San Marcos y el Aguascalientes, y
el de Martha Eugenia Guevara por las
cámaras, las que a la postre la llevaron
a la obtención de la corona.32
El sistema más común en las úl-
timas décadas ha sido el que da liber-
tad a las candidatas para que formen
su comité de apoyo y realicen eventos
donde puedan recaudar recursos que
contribuyan a las finanzas del Patro-
Paula Yáñez, una de las reinas más queridas.
nato y que se canjean por votos a su
favor. A título de ejemplos, en 1977
llevaba la delantera hasta el segundo cómputo (Pau- Paty Alonso organizó una fiesta juvenil en el Club
la); en los dos años siguientes hubo denuncias de que de Leones, una actuación del payaso Cepillín en el
se estaban falsificando los cupones que se publicaban Auditorio Morelos, una “noche musical de gala” en
en los periódicos, provocando en 1971 que un comité el Casino de la Feria, un festival “hípico-artístico” en
acusara al Patronato: “Es una burla para todo el pue- la Plaza de Toros Monumental, una tardeada, un té-
blo que cree que es una cosa democrática y engañan canasta con exhibición de modas en el hotel Francia,
a todas las señoritas que participan […] debían mejor una función de lucha libre en el palenque, y un “ro-
elegir su reina e invitarle a sus princesas para que así deo internacional tipo americano”. El comité de Mó-
no hagan burla a las demás”.30
De este tropiezo a la fecha se han experimen-
tado con éxito variable múltiples modalidades de
elección, a veces repitiendo sistemas ya implanta-
dos y otras recurriendo a nuevas ideas. En 1973
se hicieron dos ajustes: se permitió que cada can-
didata contara con su comité para que organizara
eventos a su favor, pero con una estricta vigilancia
del Patronato, cuyos directivos se encargarían de
hacer eventos para las tres candidatas, como un
desfile que realizaron por las principales calles de
la ciudad paseando a las señoritas en automóviles
descubiertos para que la gente las conociera y se
familiarizara con ellas.31
En algunas ediciones del certamen durante
las décadas de los setentas y ochentas se recuperó
la modalidad de promoción de candidatas a tra-
vés del apoyo de sectores sociales y económicos,
como se hacía en los años cuarenta y cincuenta.
En 1973 el presidente del comité de una de las Su Majestad encabezando un acto escolar, 1970.

^ 250 ]
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria

Coronación de Olga Ruano, 1971.

nica Sánchez, por su parte, convocó a una charreada,
presentó un concierto con Sandro de América, una
tardeada con tres conjuntos musicales y una presen-
tación del payaso Chuchín, que “torea, canta y cruza
la cuerda floja”, en la Monumental. Finalmente, en
apoyo de Verónica Fernández se hizo un concierto
con el gustado cantante Nelson Ned, un festival tauri-
no, un “cóctel show” con la participación de modelos
profesionales y un original concurso de baile popular,
mambo, danzón, cumbia y rock and roll33.
Sin duda, esta modalidad es en la que se pue-
den obtener mayores recursos económicos para el
Patronato y en la que se ponen en competencia la
habilidad, el ingenio y el esfuerzo de los comités de
cada candidata. No obstante, cada sistema tiene sus
puntos a favor y en contra, pues éste, por ejemplo,
involucra menos al conjunto de la sociedad y reduce
la posibilidad de que las señoritas participantes ob-
tengan el triunfo en base a su simpatía y belleza, dos
de las virtudes más ponderadas históricamente en la
búsqueda de reina.
En la formulación de reglas para la elección
también se ponen en juego la iniciativa y creatividad
del Patronato. Durante el periodo en que presidió este
organismo el señor Jorge Durán se implantaron hasta
tres modelos diferentes. En 1985 se hizo un convenio
con la prensa para que, como en alguna época ante-
rior, la elección tuviera un cariz popular y no econó-
mico, pues sólo contaban los cupones que con valor
de 100 votos aparecían cada tercer día en los diarios
locales. El público debía recortar el cupón, anotar
con su letra el nombre de la candidata de su simpatía
y depositarlo el día del cómputo en su urna.34
En una edición reciente de la feria funcionó un
mecanismo ingenioso que combinó varias modalida-
des de acopio de votos: las candidatas podían recibir
donaciones en efectivo que se traducirían en sufra-
gios, desde un peso que podía depositar en el ánfora
cualquier ciudadano, hasta donaciones fuertes que
podían hacer los familiares, grupos o particulares a
través de un deposito bancario a la cuenta del Patro-
nato. Pero lo más novedoso fue que también se podía
abonar a favor de las candidatas mediante el depósito
en sus respectivas ánforas de “corcholatas de Pepsi
Cola que con tal fin se editaron con valor de un voto
cada una”.35

^ 251 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

El doctor Alfonso Pérez Romo recuerda que
durante su gestión como presidente del Patronato,
entre 1993 y 1998, se decidió modificar el mecanis-
mo de selección para tratar de evitar los pleitos que
se suscitaban entre los comités de apoyo y hacer más
democrático el concurso. El Patronato sacrificó el
ingreso de recursos económicos que recibía de los
eventos de promoción de las candidatas, pero ganó a
cambio tranquilidad, transparencia y la apertura del
certamen a cualquier señorita del estado que se sin-
tiera con interés y méritos suficientes. Si una reina
es una representante simbólica del pueblo, “yo quise
que esa representación no recayera en las ‘niñas bien’
de Aguascalientes, porque eran siempre hijas de ami-
gos del gobernador, o gentes de cierto relieve social,
invitaban tres o cuatro niñas […] y efectivamente
tuvimos candidatas que venían de Calvillo, de Rin-
cón de Romos, de todos lados […] y acabamos con
el lío de que hacen fiestas para salir adelante y luego
se roban el dinero, o que empiezan con que vamos a
invitar a Fulana, no, que a Perengana, y empiezan las
señoras gobernadoras, los ‘dedazos’…”.36
La convocatoria abierta que se lanzó durante
estos años despertó verdadero interés entre muchas
jóvenes del estado. En 1996, por ejemplo, se registra-
ron 123, de las cuales se hizo una primera selección
de la que resultaron 41 aspirantes al trono. A todas
estas señoritas se les daba una esmerada preparación
con cursos de maquillaje, modelaje, pasarela, dicción,
fotografía y cultura general. La elección final recaía
en la opinión de un jurado integrado por representan-
tes de instancias de gobierno, de las cámaras empre-
sariales, de asociaciones civiles, de periodistas, líderes
estudiantiles universitarios y exreinas de la feria. Las
concursantes desfilaban en una presentación pública
vistiendo informalmente, posteriormente lo hacían
en traje de noche y en una tercera etapa respondían
preguntas con las que el jurado evaluaba su seguri-
dad, desenvolvimiento y carisma. A la soberana que
resultaba ganadora se le entregaba un automóvil, di-
nero en efectivo y un guardarropa, y a sus princesas
otra cantidad de dinero, también un guardarropa y en
ocasiones un viaje.37

El gobernador Otto Granados posando con las aspirantes.

^ 252 ]
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria
Trajes de noche para las princesas.
Los conflictos
A pesar de que la reina de la feria le pone el toque
amable a los festejos, una recurrencia en la historia
de la verbena son los conflictos protagonizados por la
disidencia de candidatas, las controversias entre co-
mités de apoyo, o de plano las actitudes de inmadu-
rez de las participantes. Desde los años cincuenta no
hubo una década en que no se presentaran problemas
que causaban severos dolores de cabeza a los orga-
nizadores y más de un disgusto a las participantes y
a la sociedad. Ya en 1959 había voces generales de
molestia por lo que, decían, era una mercantilización
excesiva, un uso lucrativo de la imagen de las mucha-
chas que amablemente accedían a participar.
En 1961 se acusó de vandalismo a los estu-
diantes de la escuela secundaria del ferrocarril, que
apoyaban a Cecilia del Villar. Los muchachos se co-
locaban en los semáforos a pedir donativos a los auto-
movilistas, pero no “por la buena”, pues a los que no
cooperaban les apedreaban sus vehículos.38 Por otra
parte, cuatro años después se suspendió el tradicional
baile de coronación por un motivo no especificado,
pero que seguramente tuvo que ver con desavenen-
^ 253 ]
cias entre las participantes.39 En los primeros años de
la década de los setenta, como habíamos apuntado,
hubo recurrentes incomodidades de candidatas que
aseguraban que las votaciones eran una farsa y que la
ganadora estaba designada antes de que se realizaran
las campañas.
Pero quizá la década más turbulenta fue la de
los noventa. En 1991 los medios de comunicación
dieron cuenta de una prolongada querella entre dos
comités, pues uno de ellos acusaba a su rival de haber
depositado en la urna “un papel con el formato legal
de cheque, pero que estaba cancelado desde el mis-
mo día de su expedición”. Hubo desplegados de los
supuestos ofendidos, de los aparentes ofensores, del
patronato, e incluso del gerente del banco que expidió
el documento. Según se desprende de la información
ventilada durante varios días, la polémica del fraude
fue una estrategia del comité de la candidata Isabel
Álvarez González para llamar la atención y tratar de
revertir los resultados adversos de la votación. La car-
ta que publicaron en la prensa, llena de contradiccio-
nes y de errores ortográficos y sintácticos, revelaba
instantáneamente la inmadurez y la desesperación
de los acusadores. Al final, el banco confirmó que
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Contando votos.
no había ninguna irregularidad en el cheque que sus
clientes depositaron en la urna de la candidata Cristi-
na Hernández, el Patronato aclaró que había cobrado
la cantidad correspondiente y la demanda penal in-
terpuesta contra Alejandro Rivera, Jaime Aizpuru y
otros miembros del grupo de apoyo de Cristina Her-
nández no prosperó.40
Otro escándalo fue protagonizado en 1999 por
José Luis García Esparza, padre de la candidata Deis-
sy García. Al celebrarse el último cómputo se acordó
contabilizar los votos de la candidata Marcela, poste-
riormente de Fátima y al final de Deissy. Cuando ter-
minaron de contarse los sufragios a favor de Fátima,
el señor García se dio cuenta que su hija no la iba a
poder alcanzar y decidió sustraer tres cheques, depo-
sitando al día siguiente el de mayor valor en su cuenta
personal, “argumentando que era en compensación a
los gastos que realizó con motivo de la campaña de
su hija”, según admitió después en una reunión con
las autoridades del Patronato que quedó registrada en
acta notarial. Lo más grave fue que el día del cómpu-
to el mismo señor García hizo correr el rumor de que
el Patronato había metido un cheque de varios miles
de pesos para garantizar el triunfo de Fátima, lo que
provocó que simpatizantes y miembros del comité de
Deissy gritaran consignas y arrojaran botellas, palos
y objetos contra las autoridades que se encontraban
en la explanada de la plaza verificando el cómputo.41
Por estos escándalos también ha sido recurren-
te la renuncia de candidatas en algún momento de los
^ 254 ]
procesos de elección. A pesar de todo, Deissy
decidió ocupar su posición de princesa, cosa que
no hizo la ya citada candidata Isabel Álvarez en
1991. En 1993 la candidata Marcela Barberena
se retiró a la mitad de la campaña por haber sido
intimidada con recados telefónicos y agredida
físicamente al salir de su casa por un hombre
que, afirmó, la tiró al suelo y le dijo: “Tu no se-
rás reina de la Feria, porque esto es un fraude”.42
Fabiola Ramírez Díaz Torre también renunció
a la contienda en 1998, sin hacer públicos sus
motivos,43 aunque se dice que argumentó en
privado que a ella la habían “invitado para ser
reina, no para ser princesa”. A principios de la
década de los setentas hubo incluso un caso de
deserción masiva: las tres señoritas que habían
s i d o elegidas como princesas para acompañar a la
reina Olga Ruano comunicaron en distintos momen-
tos que no asistirían a la coronación de la reina “ni a
los actos programados para toda la corte”.44
Noches de ensueño, magia y fantasía
Para las poco más de ochenta señoritas que han teni-
do en sus manos el cetro de reina de la Feria de San
Marcos difícilmente habrá habido una noche más
especial que la de su coronación. Las notas de “Las
Bodas de Fígaro”, que suelen abrir las ceremonias,
el trono y el fastuoso escenario, la solemnidad de los
pajecitos, la corte y los vestidos, la formalidad que
imprimen las autoridades locales y federales que le
ciñen su corona a la soberana, el elogio a sus virtudes
que dirige el poeta, y las multitudes que se reúnen
para celebrar su asunción y el inicio de las fiestas de
primavera conocen su momento culminante con el
recorrido de la elegida por la pasarela en medio de
aplausos, fuegos pirotécnicos y las notas de la célebre
“Pelea de Gallos”.
La coronación se ha celebrado a través de los
años en distintos lugares. En 1946, por ejemplo, tuvo
lugar en el teatro Colonial, uno de aquellos monu-
mentales locales de exhibición cinematográfica que
daban cabida a varios miles de asistentes. En 1959
fue el cine Plaza el testigo del evento y en 1992 la
recién inaugurada explanada de la Expo-Plaza, pero
 Sueño de una noche de primavera: las reinas de la feria

casi todos los años, des-

de la inauguración de su
exedra en 1949, ha sido
la Plaza de Armas el sitio
al que acuden las reinas a
recibir su corona.45
En la época en que
la radio era el medio ca-
paz de congregar familias
enteras a su alrededor, la
trasmisión de la ceremo-
nia por la XEBI alcanza-
ba una enorme difusión
y le daba un realce y un
sabor muy especiales.
“Veinticinco minutos de
gran emoción, de inolvi-
dable emoción –narraba
una nota periodística en
1960– vivieron los habi-
Baile de coronación, c. 1950.
tantes de Aguascalientes,
unos congregados por mi-
llares en la exedra de la Plaza Principal y otros escu- que se ofrece en honor de la reina y sus princesas, el
chando en sus casas por aparato de radio”.46 “trío de rosales provincianos”, como alguien les ha
El protocolo tradicional señala que, tras la coro- llamado.
nación y el recorrido que hace Su Graciosa Majestad Los bailes de coronación han sido un fiel re-
saludando a sus súbditos, junto con las autoridades y flejo de los tiempos y ocasión de innumerables anéc-
la corte se dirige al jardín de San Marcos a decretar, dotas. En un principio tenían lugar en los patios de
también simbólica y solemnemente, la inauguración Palacio de Gobierno, pero con la proliferación de
de los festejos de primavera en Aguascalientes. Acto salones y centros de diversión alrededor del jardín
seguido, una concurrencia seleccionada asiste al baile se optó por organizarlo en el sitio de moda del año
correspondiente. En 1960 tocó al centro social
Las Palmas, “el más postinero de la feria”, en
1962 a la Terraza las Américas, “el sitio perfec-
to para disfrutar los festejos”, en 1963 y 1968
a Los Globos, y en 1964 al casino del Club de
Leones, “el sitio más distinguido de nuestras
fiestas”.47 La variedad en esta década de los se-
sentas estaba a cargo de conjuntos como el Ra-
inbow, “con una gama de musicalidad que re-
cuerda precisamente los colores del arco iris”,
o de cantantes como Carlos Lico. En 1975 los
encargados de amenizar fueron Pedro Vargas y
una orquesta de violines, mientras que en 1992,
en el salón de usos múltiples de la Expo-Plaza,
corrió por cuenta de la cantante popular Yuri.
En últimas fechas el Salón Palace del Hotel
Ceremonia de coronación en el Teatro Morelos.

^ 255 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

De las reinas de la Feria de San Marcos se pue-

Olga Sánchez bailando con su chambelán, 1941.
Andrea Alameda ha sido uno de los sitios más recu-
rridos para el baile de gala de la reina.48
De entre las múltiples anécdotas y recuerdos
que conservan como sus tesoros más preciados quie-
nes han calzado las zapatillas de reina hay dos muy
festejados. Guadalupe II, soberana en 1962, inició en
el baile un romance con su chambelán, el hermano
de su contrincante, Silvia González, que culminó un
año después en el altar. En otra ocasión, cuando la
reina Alicia Tiscareño subía las gradas del sitio don-
de se celebraba la velada, uno de sus zapatos se atoró
al bordado de su vestido y se le salió. Con vanidad de
mujer y de soberana, no hizo evidente el accidente
y se mantuvo paciente y disimuladamente enviando
señales a uno de sus chambelanes, quien al fin lo en-
contró y se lo colocó.49
den contar innumerables historias, de sus familias,
de sus vidas, de sus emociones al participar como re-
presentantes del pueblo en los festejos, e incluso se
pueden bordar mil anécdotas de sus romances, sus
escándalos o sus virtudes, hacer un recuento de las
orgullosas y de las sencillas, de las populares o de las
distinguidas. No obstante, basta concluir este boceto
de la historia de las reinas subrayando el espíritu de
unidad que han demostrado al paso de los años; desde
1981 se reúnen con mucha regularidad en los bailes
del recuerdo que se organizan en su honor, y como
grupo de exreinas conservan estrechos lazos de amis-
tad. Asimismo, son significativos los recuerdos que
guarda la gente de las soberanas de cada edición de la
feria y el cariño que de diversos modos les profesan.
En 1983, por ejemplo, de los stands que se montaron
en el perímetro ferial el que más llamó la atención del
público fue el de la historia de las reinas de la feria.50
La feria de San Marcos no se entiende sin sus
reinas: ellas han escrito algunas de las páginas más
bellas de esta fiesta, páginas en las que se conservan
–parafraseando a una de ellas– el perfume de las flo-
res de San Marcos, el aplauso de los simpatizantes y
la amistad y el cariño por Aguascalientes.

Recuerdos para la historia

Entregar la corona a su sucesora pocas veces debe ha-
ber sido un paso difícil para una reina. Terminar su
período no equivale a perder su poder simbólico, más
bien representa la culminación de una etapa que las
llena de satisfacción y les deja en la memoria recuer-
dos para toda la vida de las intensas semanas de cam-
paña, de días y noches de ensueño en que participan
en actividades de promoción por distintos lugares de
la república, conceden entrevistas, sostienen reunio-
nes, inauguran eventos y stands, y aparecen engala-
nando el tradicional desfile de primavera. Las exreinas se mantienen unidas.

^ 256 ]
 NOTAS
1
Correa, El precio de la dicha, tomo II, p. 191. 28
Mario Niebla, “Un voto para la reina”, El Sol del Centro, 1-III-
2
Vela Salas, “La Primera Reina de la Feria”, p. 30. 1985.
3
El Sol del Centro, 3-IV-1948. 29
“Artífice para la transformación de la Feria Internacional de
4
AGMA- FH, caja 550, exp.3. El Sol del Centro, 9-V-1982. San Marcos”, Entrevista con el Dr. Francisco Guel Jiménez,
5
Herrera, Aguascalientes. Sociedad, economía, política, cultura, pp. Nuestro Siglo, Suplemento dominical de Hidrocálido, 3-V-1999.
82-83. 30
El Heraldo, 5-IV-1971.
6
Según nuestros registros sólo el Dr. Enrique Osornio Camarena 31
El Heraldo, 1 y 14 de marzo de 1973.
faltó a la ceremonia de coronación, no sabemos por qué razón, 32
El Sol del Centro, 2-III-1984.
pero el evento fue encabezado por el presidente municipal. 33
El Heraldo, 2, 3, 4, 9, 11, 15, 17, 24, 27, 30 de marzo, 2-IV-
7
Vela Salas, “La Primera Reina de la Feria”, p. 30. 1977.
8
De Alba, Niñez y Juventud provincianas, p. 168. 34
Hidrocálido, 4-III-1985.
9
AGMA-FH, caja 550, exp.3 35
El Sol del Centro, 31-III-1999.
10
Vela Salas, “La Primera Reina de la Feria”, pp. 30-31. 36
Alfonso Pérez Romo, entrevista realizada por Gerardo Martí-
11
La Opinión, 8-III-1928. nez Delgado, 2006.
12
El Diario del Centro, 17-II-1931. 37
El Sol del Centro, 4-III-1995; Hidrocálido, 6-III-1996.
13
La Opinión, 29-III-1928. 38
El Heraldo, 19-III-1961.
14
La Voz del Pueblo, 24-IV-1928. 39
El Heraldo, 13-IV-1965.
15
Acción, 17-III-1929. 40
El Sol del Centro, 26 y 27 de marzo de 1991; Hidrocálido, 23-III-
16
La Opinión, 25-IV-1929. 1991.
17
Divulgación, 23-IV-1935. 41
El Sol del Centro, 31-III-1999.
18
AGMA-FH, caja 860, exp.4. 42
El Sol del Centro, 7-III-1993.
19
La Voz del Pueblo, 22-IV-1927. 43
El Heraldo, 22-III-1998.
20
María Villaseñor Teillery, Entrevista realizada por Víctor Luis 44
El Heraldo, 8-IV-1971.
Martínez Delgado. 45
El Sol del Centro, 21-IV-1946; El Heraldo, 15 y 17 de abril de 1959;
21
Ibidem. El Sol del Centro, 11-IV-1949; El Sol del Centro, 19-IV-1992.
22
El Heraldo, 1, 2, 3, 10, 11, 17, 20 de marzo, 10 de abril de 46
El Sol del Centro, 20-IV-1960.
1959. 47
El Sol del Centro, 19-IV-1960; El Sol del Centro, 21-IV-1962; El
23
El Heraldo, 28-III-1961. Heraldo, 21-IV-1963; El Sol del Centro, 16-IV-1964.
24
El Heraldo, 6-IV-1961. 48
El Sol del Centro, 21-IV-1962; El Heraldo, 12-IV-1975; El Sol del
25
Véanse por ejemplo: El Heraldo, 3, 10, 24 de marzo de 1963. El Centro, 19-IV-1992; Hidrocálido, 15-III-2001.
Heraldo, 4, 7, 8, 12, 13, 14, 17, 18, 20, 30 de marzo de 1965. 49
Hidrocálido, 8 y 11 de abril de 1995.
26
El Heraldo, 21-III-1967. 50
El Heraldo, 7-V-1983.
27
El Sol del Centro, 1-IV-1970.

Erika, Beatriz y Seyry, reina y princesas de la edición 2007.

^ 257 ]
 Las dinastías de reinas, princesas y damas

Apellidos Representantes

María Luisa, Reina 1928

Sánchez Ramírez Blanca, Dama 1928 y 1933
(Olga, Reina 1941, al parecer no hermana)
Paz, Reina 1924
Romo de Vivar Mariquita, Dama 1924
Guadalupe, Competidora 1928
Virginia, Reina 1931
Ibarra
Virginia, Reina 1961

María, Reina 1940

Villaseñor / Jiménez María Cristina Jiménez V., Princesa 1965
Lorena Jiménez González, Princesa 1995
Altagracia Reyes Ávila, Reina 1950
Ávila
Beatriz Ávila Salceda, Reina 1957

Socorro, Princesa 1953

Landeros Gallegos
María del Carmen, Reina 1955
María Guadalupe, Reina 1962
Torres Escalante
María Elena, Reina 1965
Yolanda, Reina 1964
Muro Cornejo
Angélica María, Princesa 1984
María Elena, Reina 1981
Pérez Zermeño
Fabiola, Reina 1987
Martha, Reina 1984
Guevara Hernández Araceli, Dama 1984
Guadalupe, Princesa 1984

^ 258 ]
^ 259 ]
 CAPÍTULO 13

EXPOSICIONES AGRÍCOLAS, GANADERAS,

INDUSTRIALES, COMERCIALES Y ESCOLARES
en el siglo XX

Del origen al largo cios y otros males que desde su óptica cundían como
plaga entre el pueblo.
paréntesis, 1891-1921 Aquellos modestos sastres o carpinteros de la
ciudad eran recompensados por su creatividad, su
Las exposiciones son uno de los
trabajo y su constancia con una medalla y un perga-
eventos que atrae más la aten-
mino, y lo mismo se daba a los agricultores que imple-
ción de los feriantes. Casi tan
mentaran nuevas técnicas para mejorar sus cosechas,
añejas como la feria misma, las
o a los inventores que desarrollaran alguna máqui-
exposiciones promueven la participación de todos los
na de utilidad para las diferentes artes e industrias.
sectores de la sociedad: grandes empresarios e indus-
Estas exposiciones congregaban en un solo salón los
triales, modestos campesinos y artesanos, medianos
diversos productos que se presentaban. A pesar de
comerciantes, sin excluir a los niños de las escuelas.
su sencillez, no hay que desestimar tres hechos: uno,
Además, por sus instalaciones desfilan miles de vi-
que Aguascalientes fue pionero en este tipo de cele-
sitantes, interesados o curiosos, que mantienen vivo
braciones dentro del país; dos, que en algunos de sus
este círculo de integración social por excelencia.
certámenes se trascendió el nivel local y se lograron
De sus orígenes a la actualidad muchas cosas
atraer a importantes productores de lugares como la
se han replanteado en estos certámenes, pero también
ciudad de México, Puebla y Querétaro; y tres, que sus
se les ha dado continuidad a los objetivos que los im-
vitrinas fueron adornadas con artículos industriales,
pulsaron. En 1851, cuando se organizó la primera
artísticos e intelectuales de gran valía, como el Cuadro
Exposición Anual de Industria, Minería, Agricultura, Ar-
Sinóptico del Estado de Aguascalientes –elaborado por el
tes y Objetos Curiosos, el país vivía una tensa calma en
alemán Isidoro Epstein en 1861- y diversas esculturas
medio de las grandes crisis políticas que caracteriza-
de Jesús Contreras.
ron buena parte del siglo XIX. Las élites mexicanas,
Las exposiciones que con gran esfuerzo se
como las de todos los países latinoamericanos, esta-
celebraron entre 1851 y 1891 cumplieron al menos
ban deslumbradas por la modernidad europea y nor-
simbólicamente con sus objetivos. Al final fue impo-
teamericana, y no dejaban de lamentar la postración
sible sostenerlas y quizá quedaron achicadas frente
de la nación que querían construir. A los ojos de estas
a las fastuosas exposiciones internacionales en las
élites, las exposiciones resultaron un instrumento efi-
que participó México. Paradójicamente, y a pesar del
caz para fomentar el espíritu de progreso, estimular
aliento que siempre les dispensaron personajes como
el desarrollo económico y social, poner en contacto a
Francisco G. Hornedo y Jesús Díaz de León, las ex-
los productores de los diversos ramos, así como para
posiciones de Aguascalientes que habían nacido en
honrar el trabajo y tratar de paliar la vagancia, los vi-
 Diversiones honestas, La Orquesta. 1865.
medio de la desesperanza cerraron un primer ciclo en
una etapa de relativa bonanza, cuando el régimen de
Porfirio Díaz se asentaba y se respiraban aires de es-
tabilidad social y crecimiento económico. Por treinta
años se extendió el paréntesis de las exposiciones; si
llegó a haber esperanzas de que resurgieran durante
el Porfiriato, como estaba programado, la revolución
se encargó de sofocarlas por completo.
El resurgimiento de las exposiciones,
1922-1950
Entre 1922 y 1950 se vivió en todos los ámbitos de la
vida nacional una época bien definida de reestructu-
ración y consolidación. México superó la crisis y re-
^ 274 ]
forzó las instituciones emanadas de la Revolución, lo
que ayudó en parte a que en un estado como Aguas-
calientes se operaran ajustes entre las élites. En este
tiempo, y a raíz de una circunstancia crítica como el
conflicto cristero, las élites de la ciudad resultaron
fortalecidas, pues se incorporó a sus filas un peque-
ño pero vigoroso grupo de empresarios de los Altos
de Jalisco, quienes hallaron en la ciudad de Aguas-
calientes refugio y sitio adecuado para desplegar sus
actividades. A la par de estos reajustes, la feria cobró
nuevos bríos y vivió años de maduración en los que
se le añadieron nuevos atractivos: uno de ellos, la co-
ronación de una reina que representaba a la sociedad
y engalanaba los festejos, y otro más, que es el que
aquí nos ocupa, la recuperación de las exposiciones
de artículos y objetos producidos en la región y en
el país. Es importante señalar que en los años vein-
 Diversiones honestas, La Orquesta. 1865.
te, cuando la feria recuperó estos atractivos, la Junta
Especial de Festejos de la Primavera estuvo presidida
por José María Guzmán, un empresario alteño, con
ideas nuevas, distinguido por el dinamismo con que
dirigía los negocios en que se involucraba.
En el periodo 1922-1950 las exposiciones agrí-
cola y ganadera fueron las más constantes, aunque
su adecuado seguimiento tropieza con muchas con-
fusiones derivadas de problemas de nomenclatura.
Unas veces se integraron en una sola las exposiciones
agrícola, ganadera, industrial y comercial, pero otras
se montaban por separado. La industrial se celebró
sin interrupciones entre 1935 y 1945. En 1951 se rei-
nició, con el nombre de “I Exposición Industrial”, te-
niendo verificativo la II en 1953, año a partir del cual
se han venido celebrando con continuidad.1
^ 275 ]
Para entender estos vaivenes debemos recordar
las tensiones generadas por el movimiento cristero y
las dificultades económicas que reinaban en un país
que apenas superaba los grandes estragos de la gue-
rra civil. El movimiento revolucionario golpeó con
fuerza todos los ramos de la economía y provocó una
profunda inestabilidad política y social. En realidad,
el panorama era terrible, si consideramos que en 1925
cerraron sus puertas la Gran Fundición Central Mexi-
cana y muchas de las minas de Asientos y Tepezalá
que la abastecían de materia prima. Además, habían
desaparecido también las tres fábricas textiles más
fuertes con que contaba Aguascalientes (San Ignacio,
La Aurora y La Purísima), que habían recibido nu-
merosas distinciones en las exposiciones celebradas
en la segunda mitad del siglo XIX.
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
La ciudad recuperaba su pujanza mercantil.
Hay que aclarar que en estos mismos años,
aunque muy poco a poco, fue entrando al relevo una
nueva generación de empresarios que le devolvieron
a Aguascalientes su tradicional pujanza comercial.
Algunos habían comenzado en el ocaso del Porfi-
riato, como Ramón Ávila (La Camelia, ropa), Jesús
Rábago (El Número 8, ropa), José A. Pinedo (El Pa-
bellón, semillas), Adolfo Torres (La Molinera), León
Signoret (El Nuevo París, ropa), los hermanos Leau-
taud (Las Fábricas de Francia, ropa), los Plessent
(Las Fábricas Nacionales, ropa), Ismael Romo (La
Perla, ferretería), Pedro Shaadi (El Palacio de Cristal,
mercería y ferretería) y Carlos Doerr (Mercantil D’or,
maquinaria y automóviles). Otros
iniciaron actividades en los años
veinte, como los hermanos José y
Luis G. Laris (La Gardenia, ropa
y novedades), Francisco Guzmán
(El Valle de México, abarrotes),
Wenceslao Giacinti (La Popular,
abarrotes), Enrique Reyes (La Es-
trella, ferretería), Roberto Barnola
(maderería), Elías F. Martín (La
Primavera, ropa), Bruno Elizon-
do (semillas), los hermanos Pablo
y Anselmo López (La Industrial
Azteca, tejidos de lana) y Ramón
C. Pérez (semillas).2
Por lo que respecta al sector
ganadero, la revolución también
lo había postrado, pero para estos
años empezaba a dar muestras
^ 276 ]
francas de mejoría, funcionando como un lu-
gar estratégico para la circulación de carne de
los estados vecinos, así como sitio de crianza
de bestias y de desarrollo de “un sistema de es-
tablos para atender a los animales antes de su
embarque a la capital”. En 1923 se calculaba
que “un promedio mensual de 900 cabezas
de ganado vacuno y unas 7,500 de corderos y
chivos salían de Aguascalientes”.3
En este contexto, después de treinta
años de ausencia, en 1922 reaparecieron las
exposiciones en la verbena anual de San Mar-
cos. Hay que subrayar que la competencia
más importante de este año fue la ganadera,
prácticamente ignorada en todos los certáme-
nes del siglo XIX.
En 1924 se organizó la Exposición
Agrícola, Ganadera e Industrial Regional. En la co-
misión responsable figuraban, entre otros, el político
e impresor Trinidad Pedroza, el médico Alfonso Sán-
chez González, el comerciante Enrique Reyes y el in-
dustrial Adolfo Torres. La exposición se montó en la
escuela contigua al templo de San Marcos, muy cer-
ca del antiguo Salón de Exposiciones.4 El gobierno
del estado hizo una aportación de 500 pesos, que no
bastaron para cubrir los gastos. Al final de cuentas,
el déficit de 230 pesos que reportó el tesorero de la
comisión fue cubierto con una partida que compar-
tieron el gobernador y el a yuntamiento.5
Oficinas de la Cámara de Comercio.
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX

Nueva generación empresarial.

Los industriales siguieron batallando. Enrique
González anunció en 1928 que, junto con “otros mu-
chos industriales de esta plaza”, quería montar una
exposición industrial en el local que ocupaba ante-
riormente el cine Ideal, con el fin de “exhibir todo
lo que de notable e interesante se vende y se fabrica
en esta ciudad”, aunque no sabemos si la exposición
se llevó a cabo.6 En 1930 se realizó una exposición
“comercial e industrial”, tal vez sin mucho éxito, y
a partir de 1935 estas justas adquirieron regularidad.
El periódico La Opinión aseguraba en abril de ese año
que se sentía un “inusitado entusiasmo” entre los in-
dustriales, agricultores y ganaderos aguascalentenses
por haberse convocado “a la primera exposición in-
dustrial, la segunda de agricultura y la decimocuarta
de ganadería”, a celebrarse entre el 21 y el 28 del ci-
tado mes.7
En 1945 se llevó a cabo con gran éxito la XI
edición de la Exposición Industrial, en el edificio de
la Escuela Tipo, en jornadas que se prolongaron de 9
de la mañana a 10 de la noche durante dos semanas,
lo que habla del interés que despertó entre los ferian-
tes. Según la convocatoria, el objeto del concurso era
“estimular a los industriales para que produzcan el
máximo de cantidad intrínseca y de belleza artística”.
Las mismas bases garantizaban a los expositores un
lote para la exposición y venta de sus productos, un
diploma para todos los participantes y premios de
primero y segundo lugar para cada rama industrial.8
Resulta extraño que la exposición se haya sus-
pendido en los siguientes cinco años, pues en esta
época la industria en Aguascalientes, aunque modes-
ta, estaba bien organizada y trabajando a buen ritmo,
además de que el certamen recibía el apoyo de la Se-
cretaría de Economía. La suspensión fue lamentada
por la población, que entre 1947 y 1950 fue privada
también de la exposición agroganadera, con motivo
de la fiebre aftosa.9
En general, puede decirse que la exposición
agrícola y ganadera se desarrolló con mayor regulari-
dad y lucimiento, si bien es cierto que tuvo que supe-
rar muchos obstáculos, empezando por el de contar
con un local adecuado. A partir de 1922 los certáme-
nes se verificaron en el antiguo Salón de Exposicio-
nes. Ya adaptado como escuela, resultó “indecoroso

^ 277 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
y antihigiénico” montar ahí las exposiciones, como
lo hizo notar el profesor Vela, director de la escuela:
[…] hace un año -decía en carta dirigida a la inspec-
ción de policía en 1924- en uno de los salones cuyo
piso es de ladrillo, fueron colocados cerdos. Cuan-
do fue desalojado el salón y puesto nuevamente al
servicio, era insoportable la fetidez no obstante el
aseo que se tenía. Las paredes fueron manchadas y
el piso quedó impregnado y húmedo, siendo nece-
sario que en el término de tres semanas fuera sacada
la humedad y enladrillado de nuevo. El pasillo en
que se colocaron conejos quedó casi en las mismas
condiciones…10
La queja fue atendida y la exposición ganadera
trasladada a la plazoleta o mercado central del Pa-
rián, lo que ciertamente no entrañaba ventajas desde
el punto de vista de la higiene pública. Pese a éste y
otros inconvenientes, la exposición del Parián fue un
éxito: se presentaron “notables ejemplares de ganado
vacuno” y “bellos ejemplares de cerdos y aves de co-
rral”, destacando los animales “importados de Suiza
y Holanda” que como parte del lote principal llevó
don José Dosamantes Rul, dueño de la hacienda de
Peñuelas.11
La tercera sede de la exposición fue el Tívoli,
otro local remendado e inadecuado por completo,
ubicado en el costado sur del jardín de San Marcos.
^ 278 ]
En 1929, el primero de más de
una decena de años que allí
permaneció, la exposición ga-
nadera fue bien recibida por el
público. Se decía que el evento
se estaba convirtiendo en algo
de suma trascendencia para el
estado y que los productores
estaban convencidos de las
ventajas que reportaba a sus
intereses. El corte del listón
inaugural corrió a cargo de la
reina de la primavera, María
del Refugio Salado, y al final
de la competencia se otorgó
una medalla de oro a los due-
ños de los ejemplares premia-
dos por el jurado. Además, en
esa ocasión se contó con el
atractivo adicional de las con-
ferencias que diariamente sus-
tentaron destacados médicos, particularmente sobre
el sistema de fabricación de queso, la industrializa-
ción de la leche y las impurezas que la afectaban.12
En 1930 el periódico La Lucha vaticinó un gran
resultado para la exposición de ganado, en vista de
que se habían inscrito a principios del mes de abril
un número muy respetable de participantes. Según se
anotaba, habría vacas holandesas, suizas y america-
nas, burros manaderos, cerdos, borregos, cabras, aves
de corral y hermosos caballos, todo de las mejores
razas cruzadas.13
En los siguientes años se siguieron montando
buenos certámenes ganaderos y agrícolas, aunque
aún con un sabor un tanto provinciano, con ciertas
dificultades para contar con instalaciones adecuadas
y sin recursos para premiar a los ganadores. En 1942,
por ejemplo, el gobernador Alberto del Valle publicó
un decreto por el cual fijó los modestos premios que
se les otorgarían a los mejores expositores: un arado
de fierro para el “ejidatario que presente los mejores
productos agrícolas de su parcela” y dos copas de oro
con valor de cincuenta pesos cada una para el primer
y segundo lugar de los lotes de ganado cruzado del
país.14 La verdad es que aunque no faltaban produc-
tores entusiasmados por mostrar sus resultados, el ali-
ciente era apenas simbólico.
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX

Por tren llegaba la mayor parte de los visitantes.

De 1951 a la actualidad de alta calidad. Iguales oportunidades tienen los in-

dustriales y comerciantes, quienes en conjunto con el
La década de los cincuenta marca un corte bien defi- resto de los expositores contribuyen a mantener vi-
nido en la historia de las exposiciones por varias ra- gente el espíritu característico de las viejas ferias, fin-
zones. La primera, porque a partir de esa fecha han cado en el intercambio de bienes y conocimientos.
mantenido una total regularidad en sus celebraciones; En algunos momentos las exposiciones han
la segunda, porque a diferencia de épocas anteriores, servido también para exaltar el amor al terruño.
desde entonces existe una independencia clara entre Clara herencia decimonónica,
cada tipo de exposición; y la tercera, porque en estas este afán de modernización
casi seis décadas las exhibiciones dejaron su carác- y este orgullo ingenuo y
ter itinerante para establecerse con más formalidad provinciano permiten
en lugares adecuados, gracias a la inversión hecha en afianzar “el futuro
infraestructura permanente y bien acondicionada. progresista de nues-
Esta nueva etapa de las exposiciones ha tenido tro estado”.15 Junto a
su soporte en intereses y objetivos similares a los que esto, los gobiernos de
motivaron a sus organizadores desde el siglo XIX. la revolución institu-
Como entonces, se trata de que los ganaderos y agri- cionalizada enfatiza-
cultores encuentren un escaparate para presentar los ron el carácter didáctico
progresos de su producción, para ponerlos en contac- de las exposiciones, pues
to con sus pares, o para que se intercambien ideas, debían servir para que la gen-
procedimientos técnicos, forrajes, semillas o ganados te conociera su ciudad, su estado y su país, lo que se

^ 279 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

cidos del Estado. El exgobernador Jesús María Ro-

dríguez fue reconocido por la calidad de su ejemplar
bovino de raza holandesa; el dueño del salón de bai-
le El Patio y padre de una reina de la feria, Silvano
de la Torre, obtuvo el primer lugar en la categoría de
ganado equino. Otros ganadores fueron Luis López
Padilla, por su lote de porcinos, y Demetrio Amaya,
por su ganado cabrío.18
Alentada por la declaratoria presidencial que
en 1959 le dio a la verbena abrileña la categoría de
Feria Nacional de San Marcos, la exposición agríco-
la y ganadera transitó en unos años de un evento de
interés local a uno regional y muy pronto nacional.
Desde la primera edición de la feria nacional, el go-
bierno federal apoyó decisivamente el lucimiento de
la exposición, la cual se llenó de eventos de mucho
atractivo que se han mantenido en los años sucesi-
vos. Junto a los tradicionales concursos de produc-
tos agrícolas, de ganado y de producción de leche,

producía y cómo se producía, los logros en infraes-

tructura y desarrollo social; se pensaba que “aquellos
niños y jóvenes que hoy vieron y admiraron la valía
de nuestra industria, mañana podrán estar dentro de
ella en calidad de obreros calificados”.16

La exposición agrícola y ganadera

Después de tantas mudanzas, la exposición agrope-
cuaria halló acomodo en la antigua plaza del Buen
Gusto, en el costado norte de la explanada del jardín
de San Marcos. Aquí se alojó en 1946 y entre 1951 y
1959.17 En esta etapa el certamen conservó su carác-
ter local, aunque los participantes tuvieron oportuni-
dad de estrechar sus relaciones con otros productores
foráneos. Todavía en 1953, por ejemplo, los primeros
premios se repartieron entre propietarios bien cono-

^ 280 ]
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX

se agregaron las demostraciones de ma-

quinaria agrícola, las subastas públicas
de animales, la exhibición de películas
y documentales, la sustentación de con-
ferencias por parte de especialistas y la
distribución gratuita de plantas y polli-
tos, ésta última a cargo de la Dirección
de Avicultura. Además, la Secretaría de
Agricultura y Ganadería presentó lámi-
nas ilustrativas “de mucho valor para el
hombre del campo” y se contó con la
exhibición de “huesos de elefante gigan-
te”, descubiertos en el ejido de Santa
María de Gallardo. Fue tal el éxito que,
“en atención a los deseos del público”,
los locales quedaron montados por dos
semanas, en lugar de los siete días que
se habían acostumbrado siempre.19
En 1960 la justa agropecuaria se
mudó a los terrenos adyacentes a la es-
cuela 21 de Agosto, unas tres cuadras
al poniente del jardín de San Marcos.
Animales de Lagos de Moreno, Encar-
nación de Díaz, San Luis Potosí, Queré-
taro, Guanajuato, Zacatecas, Durango
y Sonora engrosaron las listas de ejem- El gobernador Olivares Santana visitando la exposición ganadera.
plares competidores. La exposición de
Aguascalientes escaló lugares con tal ra-
pidez que en 1964 fue reconocida por la Secretaría de Para enfatizar su carácter didáctico, la exhi-
Agricultura como la tercera más importante del país, bición incluía locales en los que se mostraban foto-
sólo detrás de la exposición de la costa del Pacífico y grafías de nueva infraestructura, tablas con datos de
la de la ciudad de México.20 producción, láminas con fórmulas y consejos prácti-
No obstante las dificultades financieras y de cos para la superación del productor y conocimiento
transporte, había ganaderos entusiastas que hacían del espectador común, etc. Con este mismo objetivo,
largos viajes para participar en el concurso sanmar- la Secretaría de Agricultura y Ganadería instaló un
queño. Juan de Alba, rico criador queretano, “que pabellón de servicio meteorológico, “réplica de las
tiene cariño por Aguascalientes, en donde residió por modernas instalaciones con que cuenta esta depen-
largos años”, hacía junto con otros rancheros de Gua- dencia en la ciudad de México”.23
najuato el esfuerzo para “enviar sus mejores ejempla- Conviene hacer notar que, a diferencia de la ex-
res vacunos y bovinos para que los admiren las miles posición ganadera, que desde hace casi cincuenta años
de personas que acuden a visitar la exposición”.21 En ha venido consolidando su carácter nacional, o de la
1965 se calculaba que no menos de 50,000 feriantes exposición lechera, que ha adquirido últimamente
recorrían las instalaciones para admirar los animales categoría internacional, la sección de agricultura ha
“procedentes de todos los estados del centro del país priorizado la participación de los medianos campe-
y de otros más alejados”, además de los implemen- sinos de Aguascalientes. En 1967, las autoridades de
tos agrícolas que ofrecían empresas fabricantes del agricultura expresaban su deseo de que la exposición
ramo.22 mostrara los avances “en el ejido, en el parvifundio,

^ 281 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Salas Luján, los Madrazo, los hermanos

González Jiménez, David Alonso, Juan
José de Alba, Teodoro Olivares y otros
muchos.26
Paralela a la vigorosa exposición
agroganadera, que recibía cientos de
animales, en 1977 se organizó una ex-
hibición especializada en vacas leche-
ras, que casi de inmediato se colocó
como una de las más sobresalientes del
país. Hay que señalar que en esta época
Aguascalientes se consolidó como una
de las cuencas lecheras más importantes
de la república. Esto explica, por ejem-
plo, que la Unión Ganadera Regional
de Aguascalientes haya podido impul-
sar mejoras en las exposiciones, hacer
ofrecimientos a las autoridades para ad-
quirir a nombre de su agrupación terre-
La expo ganadera, un gran atractivo. nos especiales para construir pabellones
permanentes y, desde luego, establecer
relaciones con los productores más im-
en la granja”, es decir, entre los productores que no
portantes del país.27 En 1978, con motivo de la Se-
por su modestia dejaban de presentar el fruto de los
gunda Exposición Nacional Lechera, Aguascalientes
progresos alcanzados en sus parcelas.24 Se trataba, en
tuvo en sus instalaciones feriales lotes seleccionados
realidad, de que el certamen fuera un incentivo para
de vacas de las cuatro cuencas lecheras más impor-
que estos campesinos se mantuvieran al tanto de los
tantes del país: Tizayuca, Querétaro, La Laguna y
adelantos en los fertilizantes y las semillas, para que
por supuesto Aguascalientes.28
desarrollaran mejores cultivos y se
fomentara entre ellos el espíritu de
competencia y superación. Aquí lo
más común es que los ganadores sean
agricultores de Pabellón de Arteaga,
Calvillo, Tepezalá, Asientos o de ran-
chos de otros puntos del estado.
Por lo que respecta a las ex-
posiciones pecuarias, en las décadas
de los sesenta, setenta y ochenta se
afianzó un grupo selecto de criadores
locales y foráneos que año con año
mostraban sus mejores ejemplares.
Es el caso de José Romo González,
del rancho El Desierto, en Encarna-
ción de Díaz, quien desde 1964 hasta
los primeros años de la década de los
noventas obtuvo los mejores trofeos
por sus toros y vacas.25 Por Aguasca-
lientes han dado la cara los hermanos El gobernador Guel Jiménez entregando premios.

^ 282 ]
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX

Pese a la inversión hecha en esta mejora, al

cabo de pocos años las nuevas instalaciones volvieron
a resultar insuficientes. Como señala Alfonso Pérez
Romo, presidente del Patronato de la Feria entre 1993
y 1998, el “espacio disponible” para la exposición

es muy pequeño […] entonces tienes a las vacas dos

días, y las tienes que echar porque ya vienen los ca-
ballos, y luego para fuera porque vienen las chivas,
y luego los cerdos, y luego los borregos, pos qué es
eso. Y a la gente le gusta. La verdad, descubrimos
que una de las cosas más visitadas por el pueblo
en general, la gente, las familias, era la exposición
ganadera, pero es totalmente inadecuado el lugar.
Yo me acuerdo que en Tabasco, tenían en el recinto
Visitando la expo ganadera. donde hacen su feria unas instalaciones muy buenas
para la feria ganadera, bueno, es un estado ganade-
Cabe señalar que en estos certámenes el jurado ro muy importante, pero yo decía hasta con cierto
evalúa los ejemplares sobre una escala de 100 pun- tono de ironía, que en la feria de Tabasco estaban
tos, considerando apariencia general, características más cómodas las vacas que en la de Aguascalientes
las personas.31
de raza, sistema corporal, línea dorsal, anca, cabeza,
cuello, temperamento lechero y sistema mamario en
general. Aunque los lotes de los ganaderos hidrocá-
lidos siempre tienen una buena participación, han
sido los queretanos los máximos ganadores de estos
concursos; José González Olvera, quizá el más exi-
toso, comenzó a conquistar premios en la década de
los ochenta con sus ejemplares de ganado Holstein,
y todavía en 1997 seguía apareciendo como “el más
destacado participante”, alguien acostumbrado a ob-
tener “los primeros lugares”.29
La exposición ganadera de la feria de Aguasca-
lientes es bien apreciada por los criadores de la repú-
blica y constituye uno de los atractivos de la verbena
más gustados por las familias. Desde 1969 se le ubi-
có a inmediaciones de la avenida López Mateos de
manera permanente. Entre las mejoras que se la han
hecho hay que mencionar la inauguración en 1989
de un Centro Expositor Agropecuario, que según se
decía constituía “la infraestructura de exhibición más
importante y funcional de toda la república”. El com-
plejo fue construido sobre una superficie de diez mil
metros cuadrados, en el Parque de la Feria, y contaba
con siete naves, círculo de premiación con capacidad
para 560 espectadores, restaurante, oficinas, áreas de
servicios, bodegas, baños para animales, plazas, an-
dadores y estacionamientos. Las siete naves tenían
capacidad para albergar hasta 225 cabezas de bovi-
nos, 96 porcinos, 24 equinos y 280 caprinos.30

^ 283 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

A pesar de estas circunstancias, las exposiciones La exposición industrial y comercial

ganaderas han seguido creciendo y diversificándose.
En 1995 la exposición lechera ya era considerada in-
A diferencia de las agropecuarias, que desde los años
ternacional, pues además de nueve o diez estados de
cincuenta tomaron un camino ascendente y conquis-
la república que tomaban parte del evento, acudían
taron un lugar entre las mejores del país, las exposi-
criadores de Estados Unidos y Canadá. Un año des-
ciones industriales y comerciales han mantenido un
pués, y también con carácter internacional, se creó la
perfil más discreto. Es cierto que la industria aguas-
exposición del borrego.32
calentense se fortaleció desde los años ochenta con la
Actualmente, la ganadería está consolidada
instalación de un complejo grupo de empresas de la
como una de las ramas más importantes de la econo-
rama metalmecánica y automotriz, que le han dado
mía local. Se calcula que en Aguascalientes existen
al estado una posición de privilegio en este sector y
más de 70,000 vacas lecheras que producen más de
que participan en la demostración de procedimien-
un millón de litros de leche diarios, de los cuales se
tos, maquinaria y productos en las exposiciones de la
comercializa alrededor del 70% en buena parte del
feria de San Marcos. También es cierto que ya en los
país. En ediciones recientes de la exposición en la fe-
años sesenta y setenta Aguascalientes contaba con un
ria han participado alrededor de 230 bovinos de las
amplio y prestigiado grupo de empresas de la indus-
razas Holstein, Jersey, Suizo y Americano; más de
tria textil, pero el hecho es que por una u otra razón
300 ovinos de razas Rambouillet, Dorset, Dorper, Pe-
las exposiciones industriales y comerciales han sido
libuey Canelo, Pelibuey Blanco, Blakbelly, Kathadin,
incapaces de reunir a empresarios de otros puntos del
Polipay, Damara y Romanov, además del resto de los
país.
animales que suelen presentarse en este evento.33

Grandes esfuerzos para contar con instalaciones dignas.

^ 284 ]
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX
Estas exposiciones lograron regularidad en su
celebración a partir de 1951. Es curioso y hasta pa-
radójico constatar cómo en sus primeras ediciones
de este período se les quiso dar un carácter nacional,
pero ya para principios de la década de los sesenta,
cuando la feria recibió un decisivo apoyo federal, la
exposición industrial echó reversa y se mantuvo, a ve-
ces por indolencia de sus organizadores, ensimisma-
da y sin capacidad de crecer.
Entre 1951 y 1974 la exposición fue montada
frente a la Casa de la Cultura, en la calle Venustiano
Carranza, extendiéndose después hacia la primera
cuadra de Moctezuma, y desde 1965 en el interior
del propio edificio,34 En 1951 se instalaron cerca de
cincuenta stands con muestras artesanales, trabajos de
deshilados y diversos productos de industrias locales
y 17 industrias de otros estados, entre las que pode-
mos mencionar la trasnacional Anderson Clayton, la
Compañía de Cemento de León, o la cervecería Car-
ta Blanca, que por cierto costeó un arco monumental
que daba entrada a la propia exposición y la bienve-
nida a los feriantes.35
Como en el caso de la exposición agroganade-
ra, a la industrial se le han hecho cumplir funciones
didácticas y expresivas del “espíritu de progreso” que
la alienta. Esta ruta quedó marcada desde los años
^ 285 ]
sesenta, cuando la exhibición anual de industria y
comercio se concentró en la producción local y sus-
tituyó a los potenciales empresarios nacionales con
pabellones oficiales. Aunque todavía en 1963 se decía
que el evento podría atraer capitalistas e inversionis-
tas interesados en generar nuevas fuentes de trabajo,
apenas dos años después se declaraba tajantemente
que participarían “exclusivamente industriales loca-
les” y que la prioridad era mostrar “a todos los tu-
ristas que vendrán lo fértil que es Aguascalientes” y
“hacer patente a los ojos de los numerosos visitantes
que recibiremos el índice de desarrollo social y eco-
nómico que ha alcanzado la entidad”.36
El gobierno federal ocupaba casi la mitad de
los stands. Utilizando a veces recursos novedosos, se
colocaba por ejemplo “una gigantesca pantalla pano-
rámica” en la que se proyectaban “transparencias con
obras de electrificación existentes en el país”, para
darle la oportunidad al público de que conociera “las
plantas propiedad de la nación que generan energía
en las distintas ciudades del país y que contribuyen al
progreso de la patria”37. Hacía poco que el presidente
López Mateos había decretado la nacionalización de
la industria eléctrica. A su vez, las instituciones pro-
curadoras de servicios educativos, de salud y vivienda
consolidaron su presencia y se extendieron a lo largo
 Nacionalismo y anhelos de

modernidad

Mauricio Tenorio Trillo

Aunque México participó en varias exposiciones en los Estados Unidos, durante todo el
siglo XIX, Francia fue el punto de referencia cultural para las élites latinoamericanas, y
esto explica en parte el esfuerzo que México hizo en 1889. Pero aparte de los intereses
culturales, México también tenía objetivos pragmáticos en la exposición de 1899: mostrar
el progreso del país y cambiar la impresión generalizada de México como un país violen-
to, incivilizado, inseguro y salvaje. A cambio, había que presentar la imagen de México
como “la tierra prometida”. Estos intentos, se creía, lograrían atraer inversión extranjera
e inmigrantes del norte de Europa […] De hecho, deliberadamente produjo una estampa
ideal del México moderno y progresista.

Fuente: Artilugio de la nación moderna, pp. 10-11.

Provincianismo y orgullo

de modernidad

La principal finalidad de la Exposición Industrial de este año es “interesar con los medios
visuales a todos los turistas que vendrán, con objeto de mostrar lo fértil que es Aguasca-
lientes para diversos tipos de industrialización, para con sus inversiones formar el com-
plejo industrial en torno a la zona ferrocarrilera, ya con más grandes proporciones.
En sí, la próxima Exposición Industrial será un escaparate de la potencialidad
industrial de Aguascalientes, por la diversidad de modalidades que serán acopladas y los
organizadores de su instalación hacen gestiones para que en este año sea diferente a los
anteriores, buscando mayor éxito en su cometido.
La máxima atracción visual de los visitantes será sin duda el stand de los Ferroca-
rriles Nacionales de México, que situará sus elementos precisamente frente a la catedral,
constituyéndose con ello en la portada de la feria.
En lo que respecta a la segunda en importancia, será la industria de deshilados y
bordados que tanta fama han dado a Aguascalientes, debido a que son varias factorías de
las que existen en la ciudad las que han solicitado locales para exponer sus productos”.

Fuente: El Heraldo, 29-III-1965.

^ 286 ]
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX

La falta de espacios adecuados y la

poca voluntad mostrada en ocasiones por los
organizadores han sido dos de los principa-
les enemigos de las exposiciones industriales.
Como lo señaló en 1968 Francisco Ruiz Silva,
coordinador de la exposición: “si no se levan-
tan instalaciones de carácter permanente tal
vez este año fue el último en que se celebró el
muestreo, porque los expositores no están ya
en condiciones de seguir haciendo las cuan-
tiosas inversiones que anualmente les significa
hacer acto de presencia en este certamen”.41
La profecía no se cumplió, porque la exposi-
ción siguió llevándose a cabo, pero en instala-
ciones inadecuadas y provisionales. En 1975
se abandonó el corredor de las calles Mocte-
zuma y Venustiano Carranza y se ubicó en la
Las exposiciones en la calle Venustiano Carranza.
calle Arturo Pani, la cual comunicaba el jardín
de San Marcos con las nuevas instalaciones de
la feria.42
y ancho del país, lo que ameritaba que se instalaran En los años setenta la exposición pareció tomar
pabellones del Instituto Mexicano del Seguro Social, un segundo aire, pero la verdad es que no logró dar
el Instituto de Protección a la Infancia, la Comisión pasos significativos adelante. Algunas veces se afir-
Constructora e Ingeniería Sanitaria, la Compañía maba que empresarios japoneses y norteamericanos
Nacional de Subsistencias Populares (CONASUPO), estaban interesados en ver los adelantos de la indus-
e incluso de la Confederación Nacional Obrero Pa- tria hidrocálida, comprar productos e invertir. El co-
tronal (CNOP).38 mité organizador, que por varios años estuvo enca-
Un stand que tenía mucho éxito era el de la Se-
cretaría de Salubridad y Asisten-
cia, en el que se vendían lotes de
ropa barata. En 1967 la prensa
registró que había un “stand de
lujo” de la Comisión Construc-
tora de Salubridad, dependen-
cia de la que se decía que había
construido en Aguascalientes
caminos vecinales, bordos, obras
de saneamiento ambiental y de
“mejoramiento integral de la co-
munidad rural”.39 Por su parte,
la empresa de los Ferrocarriles
Nacionales de México, además
de aportar recursos financieros,
instalaba su local y un carro de
ferrocarril “que indicaba a los
habitantes y turistas el comienzo
de la Exposición Industrial”.40 El gobernador y la reina inaugurando la exposición.

^ 287 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Algunos comerciantes e industriales locales,

esos a los que en teoría se daba preferencia, se que-
jaron en 1982 de la falta de apoyo oficial, lo que ha-
bía obligado a empresas tan importantes como J. M.
Romo a dejar de participar. Y se añadía que Romzco
y Vekel harían lo mismo, pues no podían gastar cien
mil pesos en el arreglo de sus stands. La versión fue
desmentida por Carlos Lozano de la Torre, titular de
la Secretaría de Fomento Industrial, quien precisó
que ese año participarían en la exposición 22 empre-
sas textiles y otras muchas de muebles y cerámica,
pero destacadamente las de la industria de la trans-
El obispo Quezada visitando la expo industrial. formación, unas locales, como Maquinaria Triunfo o
Industria Álvarez, otra como Moto Diesel Mexicana
–propiedad de la norteamericana Detroit Diesel y del
bezado por Jesús Rivera Franco, acaso el empresario gobierno mexicano– y una trasnacional que hacía su
más exitoso del Aguascalientes de esos años, hizo debut en la feria y en Aguascalientes: Nissan. Eran
esfuerzos considerables y los expositores mostraban años en los que a contracorriente de la crisis econó-
sus productos y los procesos de fabricación utiliza- mica que flagelaba al país Aguascalientes atrajo nue-
dos. No faltaban las voces orgullosas que juzgaban vas empresas, lo que le permitió capotear los malos
que el certamen había superado “tanto su aspecto de tiempos.45 El gobernador del estado decía en 1984
presentación como la calidad de los productos y la que en Aguascalientes no se lamentaba “ni mucho
diversidad de estos”.43 No obstante, año con año se menos se llora la crisis económica”, prueba de lo cual
rechazaban decenas o cientos de solicitudes de fabri- era “la muestra fabril y del vestido que este año reúne
cantes nacionales que querían acudir a la feria de San a 62 fabricantes”.46
Marcos, siempre con el argumento de la insuficiencia
de espacios y el criterio de prefe-
rencia a los industriales locales.
“La gran demanda de luga-
res confirma el enorme prestigio
de nuestras actividades”, afirmaba
en 1977 Gustavo Lomelín Guerra,
presidente del Patronato, y añadía
que se habían rechazado 320 soli-
citudes, por lo que se habían tenido
que enviar notas de disculpa a em-
presas de las ciudades de México,
Guadalajara, y Monterrey, entre
otras. Lo que no se entiende es el
tono festivo y autocomplaciente de
declaraciones como ésta, pues en
lugar de capitalizar ese “enorme
prestigio” y atraer grandes exposi-
tores de todo el país, se montaba
una exposición provinciana, ape-
nas “un escaparate de los produc-
tos de nuestro estado”.44
Exposición escolar.

^ 288 ]
 Exposiciones agrícolas, ganaderas, industriales, comerciales y escolares en el siglo XX

Un robot mecánico en la expo industrial.

A decir de Alfonso Pérez Romo, la principal posición industrial y pues sí, se exhibía algo de aquí
limitante que seguía teniendo la exposición industrial de industrias de Aguascalientes, industria metalme-
era la falta de espacios y el poco tino de los encarga- cánica, automotriz, todo eso se ponía, más o me-
nos, no era nada adecuado para eso.
dos de la planificación de las instalaciones. Apenas
en 1992, el gobernador Barberena había inaugurado
A partir de su experiencia, Pérez Romo hace
con bombo y platillo el centro comercial Expo Pla-
una autocrítica sobre la carencia de instalaciones ade-
za, con el cual se preveía poner fin a las exposiciones
cuadas para la exposición industrial y la necesidad de
provisionales. El nuevo centro comercial recibió in-
pensar y hacer las cosas de otro modo:
cluso una certificación de la Secretaría de Comercio
y Fomento Industrial como centro con calidad de Fe- Para todo eso se necesitan espacios especializados.
rias Mexicanas de Exportación (FEMEX), lo que le A mi me parece que lo que está acá en el ferrocarril
permitía “utilizar sus instalaciones para exhibiciones [los antiguos talleres], que tienes grúas aéreas, que
y exposiciones de carácter industrial”.47 Al final, las tienes pisos donde puedes meter maquinaria hasta
cosas resultaron distintas: de 50 toneladas, ahí se podría hacer la exposición
industrial más importante del centro del país o de
Se había hecho un espacio para exposición indus- todo México, y convocar a todos los empresarios de
trial en la Expo Plaza, que después se convirtió en maquinaria, de construcción y todo esto para que
cines precisamente porque se descubrió que no se vengan aquí esa temporada… ¿Eso dónde lo metes?
podía meter ahí maquinaria pesada, ni camiones; ¿En San Marcos? ¡No cabe una! ¿O le vas a decir a
empezamos a meter maquinaria para exhibir, tem- Caterpilar que venga? No podíamos meter ni trac-
blaba todo, se iba a caer… ¿Cómo lo hicieron así? tores agrícolas, los ponían ahí en la calle, junto a la
¡Imposible! Bueno, hicieron los cines y se acabó. banqueta. Se necesita plantear ya la feria de Aguas-
Pusimos una velaria afuera, un espacio para la ex- calientes de otro modo.48

^ 289 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Las instalaciones de la expo escolar.
Las exposiciones escolares
Para terminar este capítulo, debemos referirnos a la
Exposición Escolar, que durante varias décadas lla-
mó la atención de propios y extraños. No sabemos
con precisión cuándo comenzó ni en qué momento
se diluyó. Lo cierto es que ya existía en los años cin-
cuenta, que tuvo su mayor auge en los sesenta, y que
vino a menos a finales de los setenta o principios de
los ochenta.
Estas exposiciones involucraban de lleno a los
escolares con las fiestas de abril. Hay que señalar que
en 1956 la Secretaría de Educación Pública autorizó
a la Dirección de Educación del Estado a modificar
el calendario de las vacaciones escolares en Aguasca-
lientes, a fin de evitar que alumnos y maestros falta-
ran por causa de la feria, al tiempo que se les permitía
disfrutar de la verbena. Así, los niños y niñas en las
primarias, y después también los de secundaria, llega-
ban a las vacaciones de feria y se convertían en prota-
gonistas de ella al presentar los trabajos manuales que
al efecto habían hecho con la guía de sus maestros des-
de el inicio del año escolar, en el mes de septiembre.
La exposición, que se llevó a cabo algunos años
en el edificio de la Escuela Tipo, después Casa de la
^ 290 ]
Cultura, y otros en la Escuela 21 de Agosto, consti-
tuía, “un atractivo pedagógico, artístico y cultural”,
según el decir de sus organizadores.49 Generalmente
se hacía una cuidadosa selección de los trabajos a tra-
vés de eliminatorias, pero aún así al final eran cientos
los niños seleccionados. En 1968 se hablaba de 1,300
muestras, entre hilados, bordados, punto de cruz, te-
jido, corte y confección de ropa, deshilados, cestería,
cerámica, juguetería, carpintería, talabartería, peque-
ñas industrias y motivos decorativos.50 A los padres de
familia los llenaba de orgullo ver expuestas las obras
de sus hijos, y a los turistas les sorprendía gratamen-
te esta peculiar exposición. Gustaba mucho todo lo
relacionado con los bordados y tejidos de las niñas, e
impactaban los gabinetes para aparatos de física o los
circuitos eléctricos que desarrollaban los alumnos de
las escuelas secundarias técnicas.
En los años setenta se incorporaron a estas ac-
tividades alumnos de la Escuela Técnica Agropecua-
ria, de las Normales del Estado y del Instituto Tecno-
lógico Regional. No obstante su éxito creciente, y sin
que conozcamos la causa, estas exposiciones fueron
desalentadas y cerraron su ciclo. Desde hace muchos
años, las escuelas de Aguascalientes ya no participan
en estos eventos.
 NOTAS
1
La Opinión. 18-IV-1935. AGMA-FH, caja 990, exp. 1 26
El Sol del Centro. 23-IV-1978 y 24-IV-1987; El Heraldo, 2-V-
2
Bernal Sánchez, Breves apuntes históricos, geográficos y estadísticos 1990.
del estado de Aguascalientes, passim. 27
El Heraldo, 3-V-1975.
3
Nota del periódico Excélsior citada por Bernal Sánchez, Breves 28
El Sol del Centro, 11-IV-1978.
apuntes históricos, geográficos y estadísticos del estado de Aguascalien- 29
Hidrocálido, 20-IV-1996.
tes, p. 117. 30
El Heraldo, 12-III-1969; Hidrocálido, 19-IV-1989 y 23-IV-1989.
4
AGMA-FH, caja 549, exp.50. 31
Alfonso Pérez Romo, entrevista realizada por Gerardo Mar-
5
AGMA-FH, caja 547, exp. 39; caja 549, exp. 50. tínez, 2006.
6
La Voz del Pueblo, 24-IV-1928. 32
Hidrocálido, 17-IV-1995 y 26-IV-1995; El Sol del Centro, 14-IV-
7
La Opinión, 18-IV-1935. 1997.
8
AGMA-FH, caja 990, exp. 1. 33
Hidrocálido, 20-IV-2003.
9
El Sol del Centro, 30-IV-1949; 13-IV-1950. 34
El Sol del Centro, 15-IV-1951.
10
AGMA-FH, caja 548, exp. 5. 35
El Sol del Centro, 6 y 23 de abril de 1951
11
La Voz del Pueblo, 28-IV-1927. 36
El Sol del Centro, 20-IV-1964.
12
La Opinión, 25-IV-1929. 37
El Heraldo, 8-IV-1961.
13
La Lucha, 9-IV-1930. 38
El Heraldo, 21-IV-1969.
14
Periódico Oficial del Estado de Aguascalientes, 26-IV-1942. 39
El Heraldo, 15-IV-1967.
15
El Sol del Centro, 20-IV-1953. 40
El Heraldo, 20-III-1965.
16
El Heraldo, 30-IV-1967. 41
El Sol del Centro, 7-V-1968.
17
El Sol del Centro, 7-IV-1953 y 16-IV-1960. 42
El Heraldo, 20-III-1975.
18
El Sol del Centro, 28-IV-1953. 43
El Heraldo, 24-IV-1973.
19
El Heraldo, 30-IV-1959. 44
El Heraldo, 1-IV-1977.
20
El Sol del Centro, 18-IV-1964. 45
El Sol del Centro, 17 y 19 de abril de 1982.
21
El Heraldo, 11, 14 y 19 de marzo de 1963. 46
Hidrocálido, 23-IV-1984.
22
El Heraldo, 2-IV-1965. 47
Hidrocálido, 29-II-1992.
23
El Sol del Centro, 15-IV-1964. 48
Alfonso Pérez Romo, entrevista realizada por Gerardo Mar-
24
El Heraldo, 9-III-1967. tínez, 2006.
25
El Sol del Centro, 27-IV-1964; El Heraldo, 29, 30 de abril de 1967; 49
El Heraldo, 5-IV-1967.
El Sol del Centro, 4-V-1984; El Sol del Centro, 9-V-1984; El Sol del 50
El Sol del Centro, 3-IV-1968.
Centro, 6-V-1987; El Heraldo, 2-V-1990; El Sol del Centro, 20-IV-
1991.

^ 291 ]
 CAPÍTULO 14
SAN MARCOS A CABALLO:
piales, manganas y jineteo 1
De las rutinas
campiranas a los lienzos
urbanos
En marzo de 1909 apareció en
el semanario local El Clarín una
nota que informaba la proxi-
midad de “un espectáculo poco común entre noso-
tros”, a celebrarse en la Plaza de Toros San Marcos;
“se trata de un programa en que se nos anuncia un
atractivo jaripeo, tomando parte el notable lazador
Miguel Aceves Galindo”.2 La sorpresa del redactor
nos remite al tránsito de la charrería practicada como
rutina del campo a su ejercicio como espectáculo ur-
bano. La ruta que siguió desde finales del siglo XIX
para consolidarse como espectáculo, deporte y sím-
bolo nacional ha sido especialmente compleja y con
múltiples ramificaciones.
En un primer momento, durante el Porfiriato,
empezó a trascender las fronteras rurales con los lan-
ces y faenas charras ligadas a la tauromaquia. Poncia-
no Díaz, nacido en la hacienda ganadera de Atenco,
en el estado de México, fue la figura más sobresalien-
te de la fiesta brava mexicana de finales del siglo XIX.
A Díaz, que durante las fiestas de abril de Aguas-
calientes actuaba con regularidad en la plaza de El
Buen Gusto, aparte sus virtudes como torero, le cabe
el mérito de haber convertido en espectáculo la prác-
tica de la charrería. Él y otros charros profesionales
difundieron enormemente la charrería en el extranje-
ro; Ponciano Díaz viajó a España en 1889, y en 1894
otros charros emprendieron una gira, por la Unión
Americana primero y por Europa poco después. En
la misma época, algo similar empezó a suceder en
Estados Unidos con los cow boys y en Argentina con
los gauchos.3
Así, dos actividades netamente rurales, es de-
cir, las faenas vaqueras obligatorias –de las cuales se
deriva la charrería- y las faenas festivas en torno a los
astados, cobraron una enorme popularidad, de modo
que las que habían sido por más de tres siglos labores
propias de la crianza y manejo del ganado mayor, así
como de otros oficios del campo, comunes a todos
los sitios del mundo donde estaba bien aclimatado el
pastoreo de bestias, saltó en el caso mexicano al ám-
bito de las ciudades y pronto dio otros pasos hacia su
consolidación como distintivo nacional.
Guillermina Sánchez establece una correlación
entre el movimiento revolucionario y el reparto agra-
rio con una disolución de los grandes hacendados
que terminaron por trasladarse a las ciudades donde,
según el planteamiento de esta autora, habrían dado
continuidad a sus gustos y diversiones campiranas.4
La idea parece insuficiente por dos razones, una,
porque esos propietarios de haciendas habían teni-
do siempre, por paradójico que parezca, y como ha
hecho notar Manuel Miño, una “naturaleza esencial-
mente urbana” que no los hacía descuidar su labor
directa en el campo pero que sí les permitía controlar
sus negocios desde núcleos estratégicos que sólo ha-
llaban en las ciudades.5 Lo otro es que a pesar de la
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Víctor Luis Martínez posando como charro, c. 1945.
fragmentación de sus tierras y de los embates de al-
gunos de los primeros gobiernos posrevolucionarios,
estos poderosos rancheros nunca fueron despojados
por completo y menos fueron necesariamente expul-
sados hacia las urbes, de tal suerte que no queda del
todo en claro el por qué la charrería trascendió su tra-
dicional esfera.
Pensamos que una explicación más completa
debe buscarse en el cambio del mundo rural novohis-
pano y decimonónico al mundo urbano que se con-
solidó al correr del siglo XX. Esta vertiente, junto al
camino andado a favor de su establecimiento como
espectáculo público, fue decisiva para que la charre-
ría alcanzara un primer nivel de profesionalización y
se extendiera el gusto por su práctica y concurrencia.
Para 1921 las fiestas charras estaban bien aclimatadas
^ 294 ]
en las ciudades mexicanas y ya se proyectaban a nivel
internacional. Ese año fue creada la Asociación de
Charros en México, y al parecer a ella se afilió una
Asociación de Charros en Aguascalientes, de la cual
tenemos algunas pocas pero significativas noticias.
Alrededor de 1924, por ejemplo, fue tomada
una fotografía en la que aparece el entonces gober-
nador, Rafael Arellano Valle, rodeado de dos doce-
nas de charros y una docena de adelitas. La imagen,
que posiblemente se captó en el patio de la casa de
Arellano –él mismo hacendado y buen conocedor de
las faenas del campo- constituye el primer testimonio
gráfico de la charrería organizada en Aguascalientes
y de su asenso al gusto del público urbano. De entre
los personajes que posaron para el fotógrafo hay que
mencionar a los miembros de dos rancias familias
de hacendados, la de los Arellano (aparecen además
del entonces gobernador sus hijos Rafael y Gabriel
Arellano Güinchard), y la de los Azanza, represen-
tada por don Ignacio. Conviene mencionar también
a Francisco Macías Peña –sentado, el primero de la
fila de abajo-, a Jesús Jáuregui de Anda, a Celestino
Rangel, y a su hijo del mismo nombre.
Para esa misma década tenemos noticias de
algunas actividades que desarrollaba el creciente gre-
mio. Jesús Belaunzarán, secretario de la Asociación
de Charros en Aguascalientes, pedía al ayuntamiento
en septiembre de 1925, a nombre de su agrupación,
que les permitieran usar el local de la escuela número
1 para verificar “la noche mexicana que tenemos en
proyecto”.6 Pocos años después, en 1929, el ya men-
cionado Celestino Rangel fungía como animador y
principal organizador de un jaripeo que se celebraría
en el marco de las fiestas de primavera en el parque
obrero.7
Sin duda, los años treinta deben señalarse como
el tiempo en el que la charrería alcanzó su madura-
ción a nivel nacional. En 1933 se creó la Federación
Nacional de Charros y la disciplina pasó a conside-
rarse oficialmente como un deporte. Un paso indirec-
to, pero acaso más decisivo, se dio con la filmación
de la película Allá en el rancho grande, cinta que pre-
sentó una imagen idílica de las haciendas mexicanas
y que logró posicionar en el gusto de los mexicanos
la figura del ranchero alegre, valiente, dicharachero,
enamorado, jugador y hábil en el manejo del caballo
y las faenas del campo. Aprovechando circunstancias
propicias del medio internacional, el cine mexicano
 San Marcos a caballo: piales, manganas y jineteo
se exportó a toda América Latina, de modo que la
imagen que se creó al interior del país con tanto éxito
se difundió más allá de las fronteras, dando forma a
un símbolo auténtico pero también a un estereotipo
homogenizador e idealizado.
Al año siguiente del estreno de Allá en el rancho
grande se produjeron en México 38 películas, veinte
de las cuales, según cuentas de Emilio García Riera,
eran “exaltaciones folklóricas o nacionalistas” que
usaron y abusaron del modelo que había probado
suerte.8 Lo curioso es que ese cine mexicano, que tan-
to se empeñó en construir y aprovechar la imagen del
charro -apoyado con decisión por el gobierno, espe-
cialmente el del presidente Manuel Ávila Camacho
(1940-1946)-, carezca casi por completo de escenas
de faenas charras. Jorge Negrete, el icono del cha-
rro mexicano, lucía con porte el traje y daba el estilo
perfecto del buen jinete gracias a su entrenamiento
militar, pero nunca se le vio floreando una reata o
echando un pial o una mangana. La China Hilaria,
La tierra del mariachi, Nobleza ranchera, México lindo,
El gobernador Rafael Arellano Valle rodeado de charros y adelitas.
^ 295 ]
Ojos tapatíos o Cielito lindo, son algunas de las pelícu-
las que expresamente explotaron la figura del charro
sin que hayan incluido en su desarrollo un jaripeo o
una charreada.9 Entre los casos excepcionales pode-
mos mencionar Juan Pistolas, de 1935, donde a la par
de la “exaltación del macho bebedor y pendenciero”
aparece un jaripeo y el baile del jarabe tapatío. Pero
Jalisco nunca pierde es quizá la cinta que se ocupó con
más detalle de la recreación del ambiente charro. Es
la clásica comedia ranchera, de trama simple, en la
que el peón es correspondido en su amor por la hija
del patrón, un miembro de la Asociación de Charros
en este caso. Siguiendo el libreto tradicional, el es-
pectador ve sucederse una tras otra las fiestas típicas,
organizadas al menor pretexto, y los números musi-
cales (que ocupan más de la tercera parte de la dura-
ción total de la cinta). Lo que se aparta del guión es
la aparición de una reina de los charros, interpretada
por Rosita Lepe, y una charreada, “descrita con pre-
tensiones documentales”.10
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Charros y mariachis.
Es interesante hacer notar que, a diferencia de
los deportes como el fútbol, el béisbol, el básquet-
bol y muchos otros importados de Estados Unidos y
Europa desde el siglo XIX, que tuvieron en México
una etapa de maduración como práctica física para
después añadir la faceta de espectáculo público lucra-
tivo, la charrería llevó un proceso inverso, haciendo
de una actividad cotidiana un entretenimiento lúdico,
hasta que con el paso del tiempo se establecieron ac-
tividades específicas, reglas, puntuaciones y todo lo
necesario para ser reconocido como un deporte pro-
fesional.
Esto quiere decir que la fortaleza numérica de
los hacendados y del gremio de rancheros que tra-
bajaron por impulsar y sostener la charrería terminó
rindiendo frutos, primero con la creación de la Fe-
deración Nacional de Charros, luego con el cine na-
cionalista de la época, que la catapultó a la fama, y
para redondear, con la difusión de las experiencias e
investigaciones de varios personajes, señaladamente
Carlos Rincón Gallardo –quien publicó en 1939 una
especie de manual titulado El Charro Mexicano- y José
Álvarez del Villar –autor de varios artículos y libros
sobre el tema, como Historia de la Charrería que vio
la luz en 1941-, lo que le dio a la actividad sustento
sólido y refinado.11
^ 296 ]
Para esta primera etapa
contamos con muy poca infor-
mación sobre las actividades de
los charros en Aguascalientes.
Es obvio que había un grupo
considerable, y que a los tra-
dicionales hacendados y ran-
cheros de la región se habían
ido añadiendo sus hijos, nietos
y algunos otros simpatizantes.
Sabemos que durante muchos
años acostumbraban practicar
sus suertes en la Alameda, un
amplio camino arbolado situa-
do al oriente de la ciudad, y que
organizaban jaripeos y charrea-
das, primero en la plaza de toros
San Marcos, luego en el Parque
Obrero y poco después en el es-
tadio municipal de la colonia
Héroes. Esto quiere decir que el
público era fiel y po-siblemente creciente, pero hasta
la mitad del siglo XX los charros de Aguascalientes
no contaron con un lienzo propio, tuvieron que adap-
tarse a los espacios que les dejaban los futbolistas y
beisbolistas que sí consiguieron hacerse de lugares
propios desde los años veintes.
Sesenta años de presencia del deporte
nacional en la feria de San Marcos
Actualmente existen en Aguascalientes alrededor de
dos docenas de asociaciones de charros que deben
reconocer como su tronco común a la Asociación
de Charros de Aguascalientes, fundada en 1946, y
que durante sus seis décadas de existencia ha sido la
protagonista de los festejos charros de la feria de San
Marcos. Todas las agrupaciones celebran desde luego
sus charreadas con regularidad en las rancherías, pue-
blos y ciudades, pero sin duda que los reflectores de
la charrería organizada de todo el estado se colocan
sobre la feria de abril en la capital, en la cual se pro-
graman los eventos más amplios y brillantes del ca-
lendario anual. Como hemos señalado, los charros de
Aguascalientes constituían desde los años veinte un
sector bien definido y organizado, pero fue hasta los
 San Marcos a caballo: piales, manganas y jineteo

No faltaron los hermanos Ordóñez, quienes ejecuta-

ron con precisión el floreo, la jineteada y el derribo de
reses. También participaron los hermanos José Luis
y Roberto Ibarra, su padre Antonio Ibarra Pedroza,
Andrés Martín, los hermanos Muñoz y varios más.
En esa ocasión, los ingresos de la taquilla fueron do-
nados como una cooperación para la construcción de
la segunda torre de catedral.13
En los siguientes años la charrería aguascalen-
tense vivió una verdadera época de oro. Desde luego
hay una distancia cuantitativa importante entre las
tres o cuatro charreadas que se organizaban enton-
ces en los días de la feria contra los casi veinte even-
tos que se organizaban ya en los años ochenta, pero
cualitativamente la feria de San Marcos fue escenario
de momentos insuperables en cuestión charra. En el
jaripeo de la fecha principal, en 1948, compitieron
charros de San Luis Potosí, México, Lagos, y los lo-
años cuarenta cuando hallaron las condiciones preci- cales, comandados por Ezequiel Rodríguez, a quien
sas para constituirse en asociación, correspondiente correspondió ejecutar el paso de la muerte. Además,
de la Federación Nacional de Charros. Los agremia- el atractivo adicional lo puso el niño Roberto Casto-
dos actuales coinciden en señalar como los pilares rena, quien con solo nueve años de edad hizo gala de
de la charrería en Aguascalientes, es decir, como los buen jinete y floreador.14
animadores de esta constitución formal, a Leoncio En 1949 la Asociación concretó la participa-
Jiménez González, Roberto Ibarra Mora, Gabriel ción de los famosos “charros de Rancho Grande”,
Arellano, Asunción Poblano y algunos más. “triunfadores de España, Francia, Portugal y Suda-
A la par de su fortalecimiento interno, los fes- mérica”, que alternaron con los más destacados ele-
tejos charros cobraron una presencia singular en la
feria de San Marcos. Un impulso no-
table para su crecimiento se recibió
de parte de los hermanos Manuel y
Miguel Ordóñez, queretanos, “ases
nacionales de fama internacional”,
quienes tenían bien montada una
empresa de charrería, con crianza
de mulas y caballos que llevaban de
feria en feria para lucirlos en todas
las suertes, desde la elegante cala de
caballo hasta el peligroso paso de la
muerte.12 En el año de la constitución
de la Asociación (1946), la charrea-
da de lujo tuvo lugar en el coso San
Marcos, el viernes 26 de abril. Según
la crónica periodística, la fiesta se en-
galanó con la presencia de la reina de
la primavera, Alma I, vestida con un
“magnífico traje charro” y rodeada Roberto Ibarra y Manuel Ordoñez, pioneros de la charrería.
de sus damas ataviadas de adelitas.

^ 297 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

mentos de Aguascalientes, como Javier

Cuéllar, Jesús Martínez, José Gutiérrez,
Moisés Escalera, Antonio Casillas y
Andrés Martín Pedroza.15 Dos años
después se presentaron otros charros no
menos famosos, los de Pachuca, “que
al lado de Pedro Infante filmaron la pe-
lícula Los Tres García”. Con varios días
de anticipación se cuidaron todos los
detalles del gran evento, al que asistie-
ron personalidades bien apreciadas en el
medio, como Eva Eguía y Alfonso Rin-
cón Gallardo, quienes bailaron el jarabe
tapatío para cerrar con broche de oro el
festejo.16
Un evento de la mayor trascen-
dencia en la historia de la charrería na-
cional fue la celebración del I Congreso
Nacional Charro, en el que sesionaron
integrantes de muchas asociaciones del país para
compartir experiencias, fijar posturas y buscar el
florecimiento de su actividad.17 Es significativo que
Aguascalientes haya sido sede del primero de estos
congresos, y lo es más que haya tenido verificativo en
los días principales de la feria. Igualmente interesante
es hacer notar que en ese año, 1953, a las tradiciona-
les competencias que se celebraban en la plaza de to-
ros San Marcos se añadió la participación del charro
Avitia,18 por lo que esa fecha debe considerarse una
Eva Eguía y acompañantes.
Reinas en un festival charro.
de las primeras en que se incorporó la variedad musi-
cal a los festejos charros.
Conviene subrayar el atractivo colorido que
le pusieron los artistas a la charrería; a finales de los
años cincuenta un joven y carismático actor, cantante
y charro comenzó una carrera en la que escaló rápi-
damente hasta convertirse en una “refulgente estre-
lla”.19 Se trataba de Antonio Aguilar, quien a la par
de su trabajo cinematográfico armó un espectáculo
singular, un “espectáculo charro-artístico”, como
se empezó a llamar, cuyo atractivo consistía en dar
una demostración del hábil manejo de
finos y educados caballos al tiempo
que interpretaba canciones rancheras
y se hacían demostraciones de suertes
como el jineteo de novillos y yeguas
brutas, manganeo, floreo y paso de la
muerte. Sin ninguna duda, la figura de
Antonio Aguilar cubre casi por sí sola
más de cuatro décadas de la variedad
en la charrería, pero antes y después de
él ha habido otras no menos importan-
tes e igualmente gustadas, desde Da-
vid Reynoso, pasando desde luego por
Fernando Casanova, Miguel Aceves
Mejía, Emilio Gálvez, Irma Dorantes,
La Prieta Linda, cómicos que le daban
otro toque como Manolín y Shilinsky
o los Enanitos Toreros, hasta algunos

^ 298 ]
 San Marcos a caballo: piales, manganas y jineteo
otros artistas, sobre todo del género femenino, que no
necesariamente montan un espectáculo charro, pero
que sí le ponen sabor con su música, como Lucía
Méndez o Maribel Guardia, por citar sólo dos casos.
Por supuesto, todos estos artistas han desfilado con
el paso de los años por los escenarios de la feria de
San Marcos, unos en el coso de la calle Eduardo J.
Correa, otros en la villa charra y otros más en la plaza
de toros Monumental.
Retomando la secuencia de nuestro relato, los
años cincuenta son importantes por algunas razones
adicionales. Dos de ellas, que habremos de ampliar
más adelante, la construcción del primer espacio es-
pecíficamente planeado para la práctica de la cha-
rrería en Aguascalientes, en la colonia Héroes, y el
primer movimiento de escisión en la Asociación de
Charros que culminó con la formación de la Asocia-
ción de Charros 16 de Septiembre y la edificación
de su propio lienzo, muy cerca del primero. Por lo
demás, en 1956 la plaza San Marcos fue abarrotada
con motivo de la presentación de la escaramuza na-
cional y la singular participación de niños, también
de la Asociación Nacional de Charros, que con sus
apenas cinco, seis o siete años impresionaban a todos
cuantos al florear la reata y entusiasmaban cuando
bailaban la pieza más especial en el mundo charro, el
jarabe tapatío.
A pesar de las dificultades que imponen a la
actuación del c harro las dimensiones de una plaza
de toros, la San Marcos de Aguascalientes ha sido en
muchas ocasiones el lugar para eventos charros de-
bido a su inmediatez con el jardín, el epicentro de la
feria. En otras ocasiones, aunque ya existía el Lienzo
Anuncio de festival charro.
^ 299 ]
El incomparable Antonio Aguilar.
Charro, se hacía necesario adaptar el estadio muni-
cipal para verificar actividades, especialmente los
coleaderos. En 1960 el jaripeo de gala se efectuó en
el coso San Marcos, y el coleadero, también de gala,
contó con la presencia de ocho equipos invitados
por la asociación hidrocálida.20 El fuerte equipo del
Distrito Federal venía encabezado por Héctor Flo-
res Becerril –“descendiente de una de las familias de
mayor abolengo entre la charrería nacional”– y por
Alfonso Rincón Gallardo, “que en el concepto de los
críticos es en la actualidad el charro más completo de
México”. Además, tomaron parte los representantes
de San Luis Potosí, Celaya, Querétaro, León, Lagos
de Moreno, Monterrey, y naturalmente, Aguascalien-
tes.21
Los seguidores de la charrería de todo el país
han tenido oportunidad de deleitarse a lo grande en
la feria de San Marcos. En 1967 la charreada del 24
de abril resultó “brillante en grado sumo”, cuando el
equipo de León se impuso a sus similares de nueve
asociaciones participantes.22 Dos años después, Ro-
berto Ibarra, presidente por segunda temporada de la
Asociación de Charros de Aguascalientes, anunció
con anticipación las múltiples actividades que habían
programado en el calendario ferial, entre las que des-
tacaban una competencia mano a mano con la Aso-
ciación Metropolitana, un desfile por las calles céntri-
cas de la ciudad y un jaripeo de gala con la actuación
de Miguel Aceves Mejía.23
En 1972 fue muy comentado el triunfo de la
asociación local sobre las de San Luis Potosí y Que-
rétaro; el festejo, en el que se palpó “un entusiasmo
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Niños de la Asociación Nacional de Charros, 1956.

tan contagioso y magnífico”24 como hacía tiempo no gua, Márquez en manganas a caballo y Aréchiga por
se sentía, tuvo como uno de sus protagonistas a Toño el paso de la muerte.26 Un año después, en 1983, con
Poblano, miembro de una familia de estirpe charra en motivo de su asistencia al Campeonato Charro Feria
el estado, cuya actuación, fue decisiva para el triunfo Nacional de San Marcos que se celebró en honor del
de los de Aguascalientes. general Pascual Ortiz Rubio, el entonces presiden-
Como lo señaló una nota de prensa, el 24 de te de la Federación Mexicana de Charros, Salvador
abril de 1977 fue “un día grande dentro de la cha- Hernández Lucio, declaró: “No hay duda, Aguas-
rrería hidrocálida”, pues “a medida que transcurren calientes es el punto vital de la charrería en nuestra
los años, más y más equipos de diferentes partes de República”.27
nuestra República Mexicana vienen a fin de compe- De acuerdo al testimonio de Rubén Berumen,
tir en diferentes tipos de eventos.”25 En aquella fecha durante muchos años la Asociación de Charros de
se celebró el Coleadero Nacional, en el que tomaron Aguascalientes fue la encargada de organizar todos
parte un total de 36 delegaciones del país. Sin duda, los eventos de la feria. La verdad es que los festejos
un buen indicador de la apreciable salud
que gozaba la charrería organizada en la
ciudad y de la importancia de la verbena
sanmarqueña en el calendario nacional
de la actividad.
En 1982 la Asociación de Aguas-
calientes se impuso a 37 asociaciones de
charros de todo el país en el campeona-
to ferial. En los primeros días de mayo
se entregaron los trofeos teniendo como
marco un brindis en la villa charra. Por
su actuación en la cala de caballos fue
reconocido José Rocha, por piales en el
lienzo Martín Martínez, como colea-
dores Rodolfo Rocha, Víctor Martín y
Víctor Ponce; Guillermo Aréchiga por
jineteo en novillo, Rodolfo Rocha, Víc-
tor Martín y Efraín Márquez en terna
en el ruedo; Martínez por jineteo de ye- Escaramuza Nacional, 1956.

^ 300 ]
 San Marcos a caballo: piales, manganas y jineteo

lidad y cantidad de las charreadas, pues nadie con

la experiencia de los directamente involucrados para
moverse en su mundo e integrar actividades con luci-
miento. Finalmente, en los últimos años el Patronato
devolvió al gremio la estafeta, pero esta vez en la figu-
ra de la Unión de Charros de Aguascalientes, quien
divide las fechas entre la Asociación Vista Alegre, la
Aguascalientes y las de la propia Unión.28
A partir de 1994 se organizan los Campeona-
tos Charros por Invitación. En el primero el equipo
de Aguascalientes obtuvo el tercer lugar, por debajo
de los equipos Águila, de Jalisco, y Resurrección, de
Jacona, Michoacán, que se hizo del primer lugar. En
una de las competencias los locales apalearon al re-
presentativo de La Bufa. Conviene rescatar algunos
fragmentos de la crónica de aquella ocasión:

En cala de caballo apareció Rubén Berumen con 18

generaban buenos ingresos para el gremio, de modo
que el Patronato quiso intervenir, primero en con-
junto con la asociación y después por su cuenta, lo
que por una parte mermó las finanzas de los charros
organizados y por otra propendió a disminuir la ca-
puntos, lo que le dio una ventaja a los locales que
nunca más habría de perder […] Enseguida tuvimos
la presencia en los Piales de Enrique González que
apareció con sus 18 unidades para colocar con 36
puntos a la Asociación de Charros de Aguascalien-
tes. El triunfo se confirmó en la suerte de colas don-
de Víctor Marín hizo 13 puntos, José Luis Ibarra
aportó 8 más, Rubén Berumen aportó 10, Enrique
González tuvo 8 y la cuarta la cerró agradablemen-
te Alfonso Ruiz con sus 19 puntos para sumar un
total de 94 unidades, que hubieran sido suficientes

El coleadero.

^ 301 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Practicando en la Alameda, c. 1940.
para haber triunfado, sin embargo fueron a más y
trataron de hacer todo lo posible para sumar más de
200 puntos.
En el jineteo de toro apareció Óscar Ávila
con una gran participación, pues tuvo 24 puntos, en
tanto que en la terna al ruedo tuvo a Víctor Martín
que quitó dos unidades, en tanto que Rubén Beru-
men aportó 20 y Enrique González otros 11.
En el jineteo de yegua apareció Gonzalo Pé-
rez con 11 puntos, en tanto que en las mangas a pie
se hizo presente José Luis Ibarra Fonseca, quien
hizo una de 21 puntos pero se quedó muy cerca de
otras dos manganas que le hubieran dado una gran
puntuación.29
Infraestructura charra
Como hemos señalado, los cha-
rros de Aguascalientes no con-
taron con un local propio para
su actividad hasta la mitad del
siglo XX. Antes habían ocupa-
do la plaza de toros San Mar-
cos, quizá la del Buen Gusto, el
Parque Obrero –colindante con
el hospital del ferrocarril, sobre
la Alameda- y el Estadio Mu-
nicipal desde los años treintas.
La construcción del Rancho
del Charro se gestionó entre los
líderes de la asociación, prin-
cipalmente Leoncio Jiménez
y Roberto Ibarra, sus dos primeros presidentes, y el
gobierno del estado. Años atrás, el propietario de la
hacienda de Ojocaliente, Enrique Escobedo, había
donado terrenos de su propiedad para que se cons-
truyera un complejo deportivo que poco a poco se
fue formando ahí con el estadio municipal primero,
luego el de béisbol y finalmente el propio Rancho del
Charro.32
Según un decreto publicado en septiembre de
1950, el Congreso autorizó al ejecutivo estatal para ce-
der en propiedad “una fracción de terreno del estadio,
con una superficie de 9,102.20 metros cuadrados” a

En los últimos años no han dejado

de verse charreadas de magnífica calidad
en los escenarios de Aguascalientes, ya
en el Rancho del Charro, ya en la Villa
Charra o en el coso San Marcos. En 1995
el triunfo correspondió al equipo Trián-
gulo de los Arenas, con competencias
“dignas de ser recordadas durante mucho
tiempo”.30 Resurrección, de Michoacán,
ganó en 1997 y ha sido uno de los repre-
sentativos más fuertes que participan en
la feria sanmarqueña, como lo han sido
Los Alacranes, de Durango, campeones
en 1999 y otros más de diversas partes de
la república.31
Festival en el rancho del Charro, c. 1953.

^ 302 ]
 San Marcos a caballo: piales, manganas y jineteo

la Asociación de Charros de Aguascalientes, con

la condición de que se dedicara exclusivamente
a las actividades propias del deporte nacional.33
Dos años después el gobierno emitió un decreto
similar, esta vez a favor de una nueva asociación,
la 16 de Septiembre, comandada por el mismo
Leoncio Jiménez.34 De esta manera, en poco
tiempo la ciudad contó con dos lienzos que gra-
dualmente fueron mejorándose con el esfuerzo
y las aportaciones de los agremiados y algunos
apoyos particulares y del gobierno.
En la feria de 1963 apareció un nuevo lien-
zo, seguramente muy improvisado y quizá poco
visitado. En los charros actuales no queda prác-
ticamente ningún recuerdo de este sitio, pero no
queda mucha duda de que se trató de un lienzo
particular que formó algún disidente. En la pren-
sa se hablaba del lienzo “de la Nueva Asociación
de Charros, lado sur del jardín de San Marcos,
en la terminación de la calle Yañez”. En aque-
lla ocasión participaron las asociaciones Pedro
Moreno, de Lagos de Moreno, la de San Luis Po-
tosí, y la Nueva de Aguascalientes, amenizando
Amapola, “artista de cine, radio y televisión”.35
Como quiera que sea, lo cierto es que tu-
vieron que pasar casi tres décadas desde la for-
mación del Rancho del Charro para que se edi-
ficara un espacio apropiado para sus fiestas. Los
miembros de la asociación se apersonaron con el
gobernador Esparza Reyes para convencerlo de
que les ayudara a mejorar el Rancho del Charro, Vista aérea de la Villa Charra.
pero éste les hizo una contrapropuesta: construir
un nuevo lienzo, lo que a la postre fue la Villa parte de las charreadas, dando muestra de disciplina,
Charra “Prof. Refugio Esparza Reyes”, que con sus pundonor, habilidad, gracia y belleza.
más de tres mil localidades es desde 1981 el escenario Actualmente las reinas de los charros se eligen
de lujo para los campeonatos y eventos charros que se en el mes de noviembre, pero antes la designación fe-
realizan en el marco de la Feria de San Marcos.36 menina ocurría en el marco de los festejos abrileños.
Para el período 1948-49 el cetro y la corona corres-
pondieron a Lolita Romo, quien junto con sus damas
presidió el jaripeo de gala, el desfile y todas las activi-
Escaramuza y fin de fiesta. Presencia de dades programadas.37 La reina de la primavera tam-
la mujer en la charrería bién era convidada a los eventos, y en algunas ocasio-
nes subía a las tablas al final de las charreadas para
La presencia femenina es sumamente significativa en bailar el jarabe tapatío con alguno de los charros más
la actividad charra. Primero como compañera de su apuestos.38 La Asociación 16 de Septiembre también
esposo y de sus hijos, después como figura que enga- elegía a su reina en el mes de abril; en 1952 la dis-
lana los festejos con su belleza y al final cuando toma tinguida fue Magdalena I, quien fue coronada en un

^ 303 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

Vista Alegre, Sanmarqueña

y Universidad Autónoma
de Aguascalientes compi-
tieron con las Coronelas de
Villanueva, Zacatecas y las
Abejitas de Irapuato, que a
la postre resultaron triunfa-
doras.42
Adornando el grade-
río, apoyando a los charros,
engalanando con su belleza
los festejos y mostrando
su pundonor arriba del ca-
ballo, las mujeres han sido
figuras indispensables de la
charrería, la cual ha escrito
algunas de sus páginas más
notables en la feria de San
La primera escaramuza de la Asosiación de Charros de Aguascalientes, 1964. Marcos, por la que han des-
filado los mejores charros,
los mejores equipos, las me-
“elegante sarao” verificado en el Casino de Aguasca- jores escaramuzas y los más
lientes el día grande de la feria.39 destacados artistas rancheros, dándole a la verbena
En aquellos años la Asociación era capaz de uno de sus toques más coloridos y más mexicanos.
congregar en sus eventos a la crema y nata de la so-
ciedad hidrocálida. Organizaba desfiles por las prin-
cipales calles de la ciudad, los bailes de coronación, o
elegantes cenas en blanco y negro en los sitios de más
postín alrededor del jardín de San Marcos. El de 1962
fue en el Centro Social El Patio, siendo amenizado
por la Orquesta de Solistas de Agustín Lara.40
Una de las fechas grandes de la charrería fue el
27 de abril de 1964, cuando en presencia de la esposa
del presidente López Mateos, Eva Sámano, hizo su
debut la escaramuza de la asociación. En una plaza
San Marcos “llena desde el callejón hasta las ban-
deras”, aparecieron Virginia Ibarra, Marta Cuéllar,
María de los Ángeles Ibarra, María de los Ángeles
Macías, Marta Martín, Irma Quezada, Tita López y
Elenita Hicks, quienes lucieron sus habilidades en el
manejo del caballo.41 Varias de estas señoritas se casa-
ron pronto y la escaramuza quedó momentáneamen-
te olvidada, aunque desde los años setenta se reorga-
nizaron y ha habido agrupaciones muy destacadas,
como Las Pavitas, que fueron subcampeones nacio-
nales, y desde luego La San Marqueña, campeona
nacional en 1999. En abril de 1986 Aguascalientes
fue sede de la Feria de Escaramuzas, donde las locales La Sanmarqueña, campeona nacional en 1999.

^ 304 ]
 NOTAS
1
Agradecemos el apoyo que para la redacción de este capítulo 19
El Sol del Centro, 19-IV-1960.
nos brindaron María de Jesús García, Gustavo Jiménez, Víctor 20
El Sol del Centro, 19-IV-1960.
Martín, Juan Manuel Martínez, Jesús Alfredo Carrillo, Fer- 21
El Sol del Centro, 20-IV-1960 y 21- IV-1960.
nando Ojeda Ibarra, y en especial, Rubén Berumen de la Cerda 22
El Heraldo, 24-IV-1967.
y José Luis Ibarra Rodríguez, quienes además de las entrevistas 23
El Heraldo, 17-IV-1969.
que amablemente nos concedieron, aportaron generosamente 24
El Sol del Centro, 17-IV-1972.
fotografías de sus álbumes familiares. 25
El Heraldo, 25-IV-1977.
2
El Clarín, 13-III-1909. 26
El Sol del Centro, 10-V-1982.
3
Álvarez, Enciclopedia de México, tomo 3, pp. 277-278; Sán- 27
El Sol del Centro, 19- IV-1983.
chez, La Charrería en México, pp. 84-85.
28
Rubén Berumen, Entrevista realizada por Gerardo Martínez y
4
Sánchez, La Charrería en México, p. 93 y ss. Vicente Esparza Jiménez, 2007.
5
Miño, El mundo novohispano, pp. 46-53.
29
Hidrocálido, 19- IV-1994 .
6
AGMA-FH, caja 560, exp.23.
30
Hidrocálido, 26- IV-1995.
6
Acción, 17-II-1929.
31
El Sol del Centro, 28- IV-1997; Hidrocálido, 26- IV-1999 y 23- IV-
8
García Riera, Historia documental del cine mexicano, tomo I, p. 2001.
140.
32
Fernando Ojeda Ibarra, entrevista realizada por Vicente Es-
9
García Riera, Historia documental del cine mexicano, tomo I, pp. parza Jiménez, 2007.
125, 156, 177, 183, 185 y 223.
33
Periódico Oficial, 3-IX-1950.
10
García Riera, Historia documental del cine mexicano, tomo I, pp.
34
Periódico Oficial, 2-III-1952.
106 y 151.
35
El Heraldo, 14-IV-1963.
11
Rincón Gallardo, El libro del charro mexicano; Álvarez del Villar,
36
José Luis Ibarra Rodríguez y Rubén Berúmen, entrevistas rea-
Historia de la charrería. lizadas por Gerardo Martínez, 2007.
12
El Sol del Centro, 18-IV-1946.
37
El Sol del Centro, 17-IV-1948.
13
El Sol del Centro, 27-IV-1946.
38
El Sol del Centro, 25-IV-1949.
14
El Sol del Centro, 26-IV-1948.
39
El Sol del Centro, 16-IV-1952.
15
El Sol del Centro, 25-IV-1949.
40
El Sol del Centro, 26-IV-1962.
16
El Sol del Centro, 13-IV-1951.
41
El Sol del Centro, 28-IV-1964.
17
El Sol del Centro, 9-IV-1953.
42
El Sol del Centro, 7-IV-1986.
18
El Sol del Centro, 22-IV-1953.

^ 305 ]
 CAPÍTULO 18

ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL

D espués de casi dos siglos,

la feria de San Marcos
está plenamente consolidada,
de hace cincuenta o sesenta años que hoy se evoca
como “casi candorosa, muy familiar, muy íntima”,
han tenido que mediar muchas iniciativas, muchos
pero a la vez llena de retos. Es- debates y muchos esfuerzos en busca de su perma-
tablecida en 1828 por un puña- nencia y fortalecimiento.
do de comerciantes locales para
promover la reactivación de la
vida económica regional, la feria ha transitado por La organización de las Fiestas de Abril
muchas etapas, de vigor y de cambio, pero también
de decadencia e incertidumbre. A pesar de obstácu-
hasta la primera mitad del siglo XX
los que han llegado a demeritar su lucimiento, como
En noviembre de 1881 el presidente municipal de
el movimiento revolucionario de la segunda década
Aguascalientes, Felipe Ruiz de Chávez, citó con ur-
del siglo XX, la feria creció en un suelo fértil y echó
gencia a cuarenta y cinco personajes de la ciudad, en-
abundantes raíces que le han valido la fidelidad, el
tre ellos Rafael Arellano, Carlos Sagredo, Jesús Ló-
cariño y el impulso de la sociedad, de los gobernan-
pez de Nava, Antonio Puga, Máximo Anievas, Felipe
tes, y de los distintos comités a los que se les ha enco-
Nieto y Trinidad Pedroza, políticos, empresarios y
mendado su mantenimiento. Aunque desde siempre
profesionistas reconocidos. El objeto de la reunión era
han convergido en ella fuertes intereses económicos y
exponerles que, en concepto del ayuntamiento, “las
a veces políticos, con mayor o menor tino, pero con
fiestas populares de la ciudad […] van menguando
voluntad genuina, los actores que se han encargado
en su lucimiento e importancia”. A Ruiz de Chávez
de la organización han procurado adaptar los festejos
le preocupaban tres cosas: que el Ayuntamiento no
a su tiempo, promoviéndolos a través de medios de
estaba haciendo lo suficiente para estimular la activi-
comunicación, preparando los programas con activi-
dad comercial y la promoción de los festejos; que ha-
dades cada vez más amplias, variadas y de calidad,
bía empresarios y dueños de fincas que se dedicaban
construyendo infraestructura y mejorando la existen-
a especular a costillas del pueblo y de los cada vez
te, y vigilando el correcto desarrollo de la feria que en
menos visitantes; y que había diversiones inmorales
este largo caminar se ganó el reconocimiento como la
que se debían reducir. El diagnóstico era desalenta-
mejor a nivel nacional.
dor: la feria había degenerado y se temía que quedara
Entre la feria comercial del Parián durante la
“reducida a nada”. La propuesta era sencilla: intro-
primera mitad del siglo XIX, y la feria compleja que
ducir reformas para engrandecer la exposición agrí-
hoy conocemos, volcada al esparcimiento, los espec-
cola, comercial e industrial, fomentar esparcimiento
táculos, el turismo y la cultura, pasando por esa feria
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

sano y, en general, vigorizar el programa de activida-

des y darles mayor realce. Para ello proponía que se
nombrara una Comisión de Diversiones Públicas, y
convocaba a los referidos personajes a aportar ideas
“con objeto de acordar lo conveniente para el mayor
lucimiento de la próxima temporada”.1
No conocemos los resultados prácticos de la
reunión, pero lo cierto es que en los siguientes años
la Comisión de Diversiones Públicas llevó un paso
titubeante pero optimista. Por una parte se siguió in-
sistiendo en que “no son ya nuestras fiestas lo que
eran años más atrás”, pues cuando no afectaban a la
población las epidemias -como las de 1892 y 1893-,
las escasas lluvias malograban las cosechas de miles
de campesinos de la región. Por otro lado, algunos la-
mentaban que “nuestras simpáticas fiestas primavera-
les” se habían reducido a juegos de gallos y cartas.2 A
pesar del panorama desfavorable no faltaban anima-
dores que buscaban empeñosamente formulas para
sacar del amodorramiento y vulgarización en que –se
decía– había caído la feria. En 1895 los miembros de
la Comisión, “deseando cumplir con el encargo que
le fue conferido para dictaminar o más bien para pro-
poner a esta asamblea los mejores medios de dar a las
próximas fiestas de San Marcos el mayor atractivo y
lucimiento posible”, proponían, entre otras medidas,
programar distracciones familiares, como las funcio-
nes de zarzuela, las carreras de caballos, la rifa de ob-
jetos, un desfile con carros alegóricos, o el concurso
de bandas musicales. Se propuso también al presiden-
te municipal que se redujera el impuesto a los ven-
dedores de comida, dulces y nieve para fomentar su
establecimiento y dar más animación a la función.3
Las fiestas de San Marcos en esa época se de-
sarrollaban en un espacio muy pequeño. El jardín era
el punto central de actividad; ahí se llevaban a cabo
las audiciones musicales, los niños tomaban nieve,
los jóvenes flirteaban y todos paseaban comiendo an-
tojitos. En la explanada entre el jardín y el templo se
instalaban toda clase de puestos de comida y de jue-
gos: “ardían los carcamanes, las partidas de trampa
y paleros, el juego de las tres cartas, los volantines y
las dulcerías”.4 Bastaba caminar dos pasos para estar
en la plaza de toros, u otros más en sentido contrario
para asistir a los bailes, comidas y apuestas concerta-
das en el Tívoli. Sólo las carreras de caballos, bicicle-
tas y automóviles tenían lugar fuera de este pequeño
Tarifas del Ferrocarril Central.
perímetro, pues todas ellas solían celebrarse en el ca-

^ 368 ]
 Propuesta para mejorar
“La temporada de San Marcos”, 1895
Una comisión del Ayuntamiento, encargada de
“proponer los mejores medios de dar a las próxi-
mas fiestas de San Marcos el mayor atractivo y
lucimiento posible”, dice lo siguiente en su dicta-
men, de fecha 4 de febrero de 1895:
“Firmes en nuestro propósito de ayudar a
cuanto tienda a levantar el espíritu y animación de
nuestras simpáticas fiestas primaverales y teniendo
en cuenta que es la ocasión anual en que nos vi-
sitan los habitantes de los estados circunvecinos y
otros muchos que no lo son, creemos que estamos
obligados a procurar que nuestra pequeña capital
de Aguascalientes cause para los huéspedes que re-
cibe en esos días, la mejor impresión y vean que los
miembros del ayuntamiento a que nos honramos
en pertenecer no desmayan ante dificultad ninguna
por buscar la manera de conservar y embellecer la
población en que vivimos.
“La hermosa temporada de abril, hace al-
gunos años que por distintas causas, como la epi-
demia que tuvimos en 1892 y 1893, pérdida de co-
sechas en nuestro estado y los vecinos, y algunas
otras más, ha venido decayendo al grado que no
son ya nuestras fiestas lo que eran años más atrás.
Bástanos también decir que en las repetidas fiestas
no hay sino juegos de gallos y juegos de cartas, sin
que las familias que visitan el encantador jardín de
San Marcos encuentren otras distracciones más
propias y adecuadas.
“En vista de todo lo indicado, juzgamos
que deben buscarse alguna medidas para que en
la próxima temporada, haya algunas distracciones
apropiadas a las familias; y con tal motivo propo-
nemos que por cuenta del mismo ayuntamiento se
haga venir una compañía de zarzuela, contratán-
dole unas seis funciones que se repartirán pruden-
cialmente en los días transcurridos del 20 al 30 de
abril.
^ 369 ]
“La misma corporación puede nombrar de
entre los miembros de ella una comisión que uni-
da a la de algunos particulares arreglen dos o tres
carreras de caballos, las noches que no hubiere es-
pectáculos teatrales los familiares podrían tener un
lugar de distracción donde reunirse arreglando en
el salón de exposición una rifa de objetos y donde
sólo fuera permitida la entrada a la gente decen-
te. Tanto los productos del teatro como de la rifa
indicada si fueren mayores que las cantidades in-
vertidas en ello por el ayuntamiento, proponemos
se destinen exclusivamente a algún ramo u objeto
de beneficencia a fin de evitar se crea equivocada-
mente que el ayuntamiento sólo se propuso buscar
en esto un medio lucrativo y no como en verdad
lo es la manera de amenizar la temporada de que
nos ocupamos.
“Igualmente proponemos que nuestro esti-
mado presidente, acompañado de alguno otro de
los señores regidores, se acerquen al el ejecutivo
del estado solicitando su cooperación para que
si es posible venga una banda de música de algún
otro estado, pues la banda municipal de esta po-
blación no podría si hubiere toros y teatro repartir
sus quehaceres entre estas dos diversiones y las se-
renatas del paseo en el jardín.
“Por último el mismo C. Presidente inter-
ponga su influencia con el primer magistrado del
estado para que a los que emprenden en algún
negocio de vendimia como los restaurantes, dul-
cerías, neverías, etc., sean considerados en el im-
puesto de ventas al menudeo y al por mayor lo más
bajo posible, pues creemos que de esta manera se
logrará dar mayor movimiento y animación a la
temporada […]”
Fuente: AGMA-FH, caja 210 exp. 29.
 Relación de algunos miembros de la Comisión de Diversiones Públicas del

Ayuntamiento de Aguascalientes encargada de

organizar la Feria de San Marcos

1881 Miguel Rul, Manuel Arteaga, Carlos M. López, Cipriano Ávila, Rafael Arellano, José Bolado,
Felipe Nieto, Carlos Sagredo, Emeterio Palacio, Manuel Otálora, Jesús López de Nava, Antonio Puga, Juan N.
Sandoval, Luis de la Rosa, Manuel Azco, Manuel Villalpando, Alcibíades González, Reyes M. Durón, Andrés
Bernal, Francisco A. Chávez, J. Refugio Guinchard, Blas Elizondo, José María Peón Valdez, Celedonio Sán-
chez, Patricio de la Vega, Francisco Flores, Ignacio N. Marín, Antonio Cornejo, Trinidad Pedroza, Sóstenes
Chávez, Gil Chávez, Francisco Rangel y Valentín Stiker.

1903 Enrique C. Osornio, José C. Pedroza, Luis Cornú y Genaro P. Gutiérrez.

1907 Apolonio R. y Guzmán, Presidente.

Fuente: AMAH-FH, 155.6; El Observador, 7-III-1903 y 9-III-1907.

Relación de algunos Presidentes de la Junta Especial de Festejos de la

Primavera y del Comité Organizador de la Feria entre 1924 y 1958

Institución rectora Presidente

Ayuntamiento de Aguascalientes, 1924-1942 José María Guzmán, 1924-1932

Patronato de Asistencia Social, 1943-1946
Patronato de la Feria de San Marcos, 1947-1950
Patronato de Asistencia Social, 1950-1954
Ayuntamiento de Aguascalientes, 1955-1959
Alejandro Topete del Valle, n.d.
Alejandro Topete del Valle, n.d.
Antonio Garza, 1948
José Ramírez Gámez , 1950-1953
Ángel Talamantes Ponce, 1958

Fuente: AMAH-FH, 550.3; La Voz del Pueblo, 10-III-1928; El Diario del Centro, 13-II-
1930; Programa de la Feria 1948; El Sol del Centro, varias fechas.

^ 370 ]
 Organización institucional
mino que conducía a los baños de Ojocaliente, en el
extremo oriente de la ciudad.
A pesar del papel secundario que durante mu-
chos años jugaron los ayuntamientos en nuestro país,
durante buena parte de la historia de la Feria de San
Marcos fue el gobierno municipal quien tuvo a su
cargo de forma total la organización de la verbena,
el derecho a sus productos y la obligación de sub-
vencionarla cuando fuera necesario. En ocasiones se
hacía hincapié en el deber que tenía este cuerpo de
promover la mejora de las fiestas, “tanto por ser su
misión procurar todo lo que tienda al bienestar del
municipio, como porque ellas son fuente de riqueza y
producen a la tesorería municipal cuatro o cinco mil
pesos anuales”, se decía a finales del siglo XIX.5
Las labores de administración de la feria en
particular y del ayuntamiento en general no imponían
entonces grandes dificultades, si bien es cierto que por
estos años la ciudad experimentó profundos procesos
de cambio y crecimiento que obligaron a ensanchar
la burocracia y a que el gobierno creara comisiones
de apoyo para cumplir cabalmente con sus crecien-
tes obligaciones. Como hemos apuntado, todo indica
que la primera comisión organizadora de la feria fue
la que creó el alcalde Felipe Ruiz de Chávez hacia
1881. Desde entonces funcionó como un organismo
de apoyo al interior del cabildo municipal, encargado
sobre todo de sugerir, aunque con un campo de ac-
ción limitado y con nula capacidad para administrar
autónomamente los recursos económicos derivados
de la actividad ferial.
El renglón de promoción y atracción de visi-
tantes, clave en el éxito de cualquier feria, recibió un
enorme impulso con la inauguración de la vía ferro-
viaria que comunicó a Aguascalientes con la ciudad
de México y con la frontera norte del país en 1884.
El apoyo del moderno medio de comunicación fue
doble: primero, porque en él se embarcaron cientos
de cartelones que se fijaban en otras tantas estaciones
de pueblos minúsculos y grandes ciudades, cercanas
y lejanas; y en segundo lugar, porque en los mismos
vagones se montaban desde humildes vendedores de
chucherías hasta viajeros distinguidos que podían
acudir con facilidad a la feria, más aún porque el
ayuntamiento y su Comisión de Diversiones gestio-
naban con la empresa ferrocarrilera descuentos espe-
ciales para quienes acudieran a las fiesta de primavera
en Aguascalientes.6
^ 371 ]
Uno de los arreglos que solía tornarse polémi-
co era el de la distribución de espacios para los ven-
dedores en la explanada del templo y otros lugares
cercanos al jardín. Un grupo de comerciantes recor-
daba en 1887:
Que desde tiempo inmemorial se ha seguido la cos-
tumbre, siempre que llega la temporada de abril, de
que en el cuadro de la plaza, frente al templo de
San Marcos, se establezcan toda clase de cantinas,
dulcerías, puestos de fruta, etc. para cuyo objeto
algunos entendidos tesoreros municipales han pro-
curado formar un plano de dicho cuadro, con las
casillas numeradas correspondientes, a fin de repar-
tirlos en los primeros días próximos a la función, a
las personas que por su antigüedad tienen derechos
adquiridos; siendo de advertir que esa benéfica dis-
posición ha sido respetada por todas las corporacio-
nes anteriores…7
En aquella ocasión, este grupo de vecinos se
oponía a que se estableciera un circo en toda la expla-
nada, según un proyecto del regidor Juan Francisco
Arteaga, y pedía en cambio que se respetara su dere-
cho a los espacios que con mucha anticipación, y no
sin sacrificio, pagaban al ayuntamiento para instalar
sus puestos.
El resto de las labores y problemas a que se en-
frentaba el ayuntamiento para echar a andar la tem-
porada de San Marcos se limitaban, por ejemplo, a
negociar las concesiones para las corridas de toros,
las tapadas de gallos y el casino –otorgadas muchas
veces a alguno de los favoritos del gobernador en tur-
no-; a contratar alguna compañía de zarzuela; formar
unos cuatro o cinco carros alegóricos para el desfile;
organizar un baile; pagar a la compañía de electrici-
dad por la iluminación extraordinaria que se instala-
ba en el jardín; aumentar en ocho o diez guardias la
vigilancia del perímetro ferial, entre otras.8
Como en todos los tiempos, las percepciones
sobre el brillo de la feria dependen del cristal con
que se le mire. En 1907, Apolonio Ruiz y Guzmán,
presidente de la comisión organizadora, no ocultaba
su orgullo por el trabajo realizado “con entusiasmo
e interés por confeccionar el programa que ofrezca
atractivos”. En cambio, en los periódicos se insistía,
a veces retóricamente, en reseñar una feria “tísica y
demacrada”, “más abatida y harapienta que en épo-
cas anteriores”, con su invariable programa, con “las
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

lidades” con su plaza de gallos y la licencia que se le

daba para operar el casino.11
En 1914 se llegaron a ver “muy tristes las fies-
tas de San Marcos”, pero cuatro años después, cuan-
do empezaban a respirarse aires de mayor tranquili-
dad en el país, hubo posibilidad de reanimarlas, por
ejemplo, programando audiciones diarias en el jardín
con una banda militar de la Secretaría de Guerra y
Marina, manteniendo los arreglos con la empresa del
Ferrocarril para ofrecer pasajes reducidos a los visi-
tantes, o logrando amarrar buenas funciones de tea-
tro, cinematógrafo y corridas de toros.12

Años de definición y maduración

La década de los veinte vino a darle un nuevo alien-
to a las celebraciones abrileñas. La Junta Especial de
Festejos de la Primavera, como se llamó al comité
organizador, estuvo presidida en estos años por José
María Guzmán, miembro de una de las familias de
comerciantes más sobresalientes de la ciudad. Bajo su
Ceremonia de coronación, 1933.
activa dirección la feria se llenó de nuevos atractivos:
se organizó la primera exposición ganadera (1922),
se propusieron corridas de toros de aficionados y ca-
mismas audiciones musicales que con todo y su mo-
rreras de relevos, carreras de automóviles y bicicletas,
notonía alegran a los viejos sin afectos y a los donce-
partidos de béisbol y fútbol, pero sobre todo, se insti-
les enamorados”.9
tuyó la elección de una reina que presidiría los feste-
El estallido del movimiento revolucionario de
jos, uno de los eventos que con el paso del tiempo se
1910 impactó significativamente la función de San
ha consolidado en el gusto de la gente por su colorido
Marcos –como también se le llamaba a la feria-, pero
y solemnidad.13
en ningún año logró abatirla por completo. En abril En 1931, gracias a la iniciativa de intelectuales
de 1911, por ejemplo, cuando la efervescencia políti- locales como Pedro de Alba y Alejandro Topete del
ca estaba en uno de sus momentos más álgi-
dos, el calendario festivo se redujo sólo a una
semana, pero se decía que “nuestras fiestas
de primavera han estado menos malas de lo
que se esperaba”: no habían faltado ni los
paseos al jardín, ni el cinematógrafo, ni las
neverías, pastelerías y restaurantes, y menos
la fiesta brava y las peleas de gallos en el
palenque.10 Hay que añadir que aunque no
siempre fuera abundante en espectáculos y
actividades innovadoras y atractivas, la feria
no dejaba de generar movimiento y grandes
ganancias a los concesionarios, como Enri-
que C. Osornio, que durante los primeros
años del siglo XX “obtenía muy buenas uti-

^ 372 ]
 Organización institucional

Valle, se organizaron los juegos florales, un certamen

que se propuso “el resurgimiento de las bellas letras
tan olvidadas en las dos décadas anteriores”, logran-
do convocar e incentivar a grandes poetas locales y
nacionales, dando la ocasión a la presentación de
cantos que se convirtieron en símbolos representati-
vos de la feria y de la ciudad, como el Romance de los
cuatro barrios, que le mereció a Jesús Reyes Ruiz la
Flor Natural en la edición de 1939. Durante los años
treinta se fueron añadiendo actividades importantes
que ya conocían antecedentes, como las exposiciones
de agricultura e industria. En 1935 se manifestaba un
“inusitado entusiasmo entre los industriales, agricul-
tores y ganaderos aguascalentenses con motivo de
haberse ya convocado a la primera exposición indus-
trial, la segunda de agricultura y la decimacuarta de
ganadería”.14
Fueron estos años, sin duda, tiempos de madu-
ración para la feria. Por una parte se ampliaron sus
horizontes, incorporando nuevos atractivos que la
renovaron y le dieron mayor vigor y reconocimiento
en la región. Al mismo tiempo, se recuperaron tradi-
ciones que se habían ido perdiendo y que le dieron
ese sabor casi pueblerino que después le valdría el re-
conocimiento nacional.
Los signos de recuperación eran más que evi- Cartel de los años cincuenta.
dentes en 1930. En la primera semana de abril, cuan-
do “todavía no dan principio nuestras fiestas primave- se tocaba una serenata y se encendían fuegos piro-
rales, orgullo de Aguascalientes que entusiastamente técnicos. Por esos días los miembros de las colonias
las celebra año por año”, ya el jardín de San Marcos extranjeras también participaban del ánimo popular,
se veía “pletórico de concurrentes”, que no sólo asis- organizando una kermés en el jardín, y poco después
tían los domingos, sino a diario, a reunirse alrededor se llevaba a cabo un desfile-concurso de automóviles
del kiosco en “las mañanitas”, esa actividad tan fami- adornados en los que iban elegantes señoritas que ju-
liar y tradicional que aún hoy se celebra.15 gaban en el “gran combate de flores”. Por supuesto,
Por entonces la feria duraba alrededor de dos no faltaban los puestos de comida, los restaurantes y
semanas, entre el 20 de abril y el 5 de mayo. El día 19 cantinas, los caballitos y juegos mecánicos, los tor-
se hacía una comparsa estudiantil, que partiendo de neos de básquetbol, tenis y béisbol, las peleas de box,
la Escuela Preparatoria, recorría la ciudad anuncian- los jaripeos, las carreras de bicicletas y de caballos, las
do las fiestas, las cuales iniciaban formalmente al día corridas de toros, los gallos, la jugada, y los espectá-
siguiente con la coronación de la reina y un baile en culos -ya una obra de teatro, ya una función de circo
su honor. El día 21 se inauguraban las exposiciones o cualquier otra diversión popular o culta-. El 5 de
ganadera, comercial e industrial, y el 22 la de dibujo mayo la conmemoración de la batalla de Puebla daba
y trabajos manuales de los escolares. El día grande de el pretexto perfecto para cerrar la feria con broche de
la fiesta, el 25 de abril, había música por las calles y oro, por ejemplo, con una fiesta hípico-militar, tras la
todo el día tocaban bandas en el jardín de San Mar- cual se escuchaban las últimas notas del festejo sin
cos; en algunos años se organizaban desfiles, general- perder la ilusión de que volverían a entonarse al año
mente de niños que vestían disfraces, y por la noche siguiente.

^ 373 ]
^ 374 ]
 Organización institucional

Creación del primer plejo. Constituyó la Sociedad Impulsora de Aguas-

calientes -al frente de la cual comisionó al licenciado
Patronato de la Feria Edmundo J. Ortega-, y facultó al gobierno del estado,
al ayuntamiento y al Patronato de Asistencia Social
Si los años treinta significaron momentos de defi-
a contratar con la Sociedad “el desarrollo, control y
nición, de reconocimiento acaso inconsciente, y de
administración de la Feria”. Así, del producto que re-
consolidación, en la década de los cuarenta la feria
sultara de su organización la Sociedad debía entregar
recibió un impulso institucional consciente que qui-
al menos cinco mil pesos anuales que se dividirían
so explotar su “gran importancia económica, social y
entre los tres beneficiarios: el gobierno, el municipio
cultural para la vida de nuestra entidad”.16 Los años
y el Patronato de Asistencia Social. Aunque se pre-
1942-1943 marcaron un parteaguas en la organiza-
veía que la Sociedad Impulsora funcionara por veinte
ción de la que ya se empezaba a llamar con más fuer-
años, el 2 de marzo de 1947 un nuevo decreto la disol-
za Feria de San Marcos, sustituyendo progresivamente
vió, simplificándose al mismo tiempo la organización
el nombre de Fiestas de Abril con que se les denomi-
de la verbena y encomendándosela a un nuevo orga-
naba usualmente en los años anteriores. En agosto
nismo con personalidad jurídica propia, el Patronato
de 1942 se creó el Patronato de Asistencia Social de
de la Feria de San Marcos.18
Aguascalientes y poco después, a mediados de 1943,
La nueva disposición entendía que los festejos
el Congreso del Estado expidió un decreto de la ma-
anuales en el barrio de San Marcos habían crecido y
yor importancia para el futuro de la feria.17
consideraba indispensable la existencia de “un orga-
La disposición encarnaba un ambicioso proyec-
nismo permanente y autónomo que realice la labor de
to para normar y engrandecer el desarrollo de la ver-
organización con toda oportunidad y eficacia y con-
bena. Se declaraba de utilidad pública “la celebración
serve en sus archivos la reseña completa de las ferias
y desarrollo de la tradicional Feria de San Marcos”;
que se vayan celebrando”.19 Para tal objeto, se dotó al
se proponía hacer resurgir sus aspectos económicos
Patronato de capacidad para adquirir y administrar
y culturales, “particularmente en lo que respecta al
bienes y manejar sus propios recursos. Sus funciones
intercambio y venta de productos agropecuarios e in-
específicas se enfocarían a la promoción, formación
dustriales”, así como al fomento de certámenes, con-
y ejecución de un programa de eventos, la distribu-
cursos y justas; y se hacía explícita la intención de
ción equitativa de los espacios para las vendimias, la
edificar un complejo de infraestructura que incluyera
recaudación de cuotas y derechos y la vigilancia de
casino, tívoli, plaza de toros, balneario, hipódromo,
precios de hospedaje, alimentos y bebidas durante el
canchas deportivas “y demás locales adecuados para
período ferial. Respecto a los recursos, se estipulaba
las exposiciones de la Feria y para los expendios de
que el Patronato podría disponer de los fondos que
gremios asociados en cooperativas”. Lo más signifi-
recaudara por la renta de espacios, la venta de votos
cativo del decreto es que, por primera vez, el gobierno
para la elección de reina y de las funciones y actos
del estado entró a jugar un papel relevante en la or-
deportivos, artísticos y sociales que organizara. Para
ganización del evento. No hay que olvidar que la ins-
empezar, el gobierno del estado le otorgó un préstamo
tancia estatal tuvo siempre mucha injerencia sobre el
de veinte mil pesos. Tras cada corte anual, el Patro-
ayuntamiento, a tal grado que por sí misma o a través
nato debía cubrir los pagos relacionados con los ser-
de la jefatura política o el congreso le imponía ciertas
vicios y obligaciones que adquiría en el desempeño
contribuciones monetarias de los recursos producidos
de sus funciones, reinvertir algún capital en mejoras y
por la feria, o por lo menos le autorizaba los ingresos
ampliación de infraestructura y otorgar un porcentaje
y egresos que de ella se derivaban. Sin embargo, el de-
de sus utilidades al Patronato de Asistencia Social.20
creto marcó un nuevo orden de cosas y sentó las bases
Desde su establecimiento, hace sesenta años, el
para otro, expedido cuatro años después, con el cual
Patronato ha tenido encomendada la labor de organi-
el gobierno del estado desplazó casi definitivamente
zar la feria, conservando casi íntegramente los linea-
al ayuntamiento del control de la feria.
mientos formulados en su origen. A pesar de ello, en
El citado decreto de junio de 1943 dividió los
estas seis décadas ha habido varias reformas y algunos
beneficios y las funciones con un organigrama com-
períodos en los que formalmente se confió la organi-

^ 375 ]
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Hoteles de primera y de segunda.
zación a otro organismo. Así por ejemplo, en 1950 se
derogó el Patronato de la Feria y se le encargaron sus
funciones al Patronato de Asistencia Social. Cinco
años después se le restituyeron al ayuntamiento “to-
das las facultades y atribuciones que le son propias,
con respecto a la organización, ejecución y desarrollo
de la tradicional feria de San Marcos”, hasta que fi-
nalmente, tras la declaratoria presidencial que otorgó
la categoría de nacional a la feria, se reorganizó el
Patronato de la Feria Nacional de San Marcos, que a
la fecha se mantiene como el responsable de la admi-
nistración ferial.21
Durante los años cuarenta y cincuenta la feria
de Aguascalientes empezó a hacerse visible más allá
de las fronteras estatales y regionales. Se combinaron
algunas circunstancias como el desarrollo del cine, la
radio y la televisión a nivel nacional, con el empu-
je que significó la creación del Patronato, y con la
atención creciente que pusieron en ella las autorida-
des a todos niveles, las empresas patrocinadoras, la
^ 376 ]
sociedad hidrocálida y los turistas. La imagen de
las fiestas de primavera se popularizó, por ejem-
plo, con el rodaje de películas y documentales que
se exhibían en todo el país. En 1946 la empresa
Producciones Cinematográficas Jalisco al parecer
filmó un documental de su serie “Conozca usted
México” en la feria abrileña. Años después, en
1951, un periódico afirmó que se habían empe-
zado a filmar las primeras escenas de un progra-
ma sobre la feria a cargo de la compañía América
Films. La nota de prensa detallaba que ya habían
sido captadas “escenas folclóricas”, “guapas da-
mitas que rodeaban el jardín, el palenque con su
ambiente incomparable, la fachada del templo de
San Marcos y una panorámica del jardín desde la
torre del propio templo”.22
A la par de estas novedosas estrategias de
publicidad, el Patronato dispuso de mayores ele-
mentos para presentar un programa de actividades
robusto y variado. A mediados del siglo se había
enriquecido el programa con los conciertos de la
Orquesta Sinfónica, los fandangos estudiantiles en
El Patio, el desfile del 25 de abril organizado por
la Asociación de Charros, la “verbena” que cele-
braban intelectuales y artistas en la huerta Games,
etc. Además, por estos años se empezaron a insta-
lar alrededor del jardín los tapancos, es decir, res-
taurantes y salones de baile que fueron por mucho
tiempo uno de los mayores atractivos de la feria.
Conviene señalar que durante el período refe-
rido el país vivió una etapa de notable estabilidad y
crecimiento. Eran los años de la vigorosa revolución
institucionalizada, del “milagro mexicano”, de la in-
dustrialización y del nacionalismo que encontró en la
música y el cine dos de sus campos más fértiles. Algu-
nas veces se hacía coincidir en los días de feria la in-
auguración de una obra de embellecimiento urbano,
para subrayar el “paso firme” y mostrar “el progreso
alcanzado”, como en 1948, cuando se inauguró la re-
modelación de la Plaza Principal de la ciudad, a la
que se añadió una “Exedra” y una fuente en honor al
músico Manuel M. Ponce. Por otro lado, desde 1953
la radiodifusora XEW, en coordinación con la XEBI,
dedicaba un programa a la feria de San Marcos, que
era trasmitido a control remoto a prácticamente to-
dos los rincones del país. La emisión, que se titulaba
“Así es mi tierra” y que era patrocinada por la casa
vinícola Madero, buscaba resaltar los valores popula-
 Organización institucional

res de México, exaltando la figura del mariachi, del La declaratoria de Feria Nacional de
ranchero, de la tranquilidad provinciana e incluso de
la belleza y sumisión femeninas. Con esta u otra oca-
San Marcos
sión visitaban Aguascalientes figuras como José Al-
A principios de marzo de 1959 el señor Miguel Jury,
fredo Jiménez, Pepe Guízar, Luis Pérez Meza, David
a la sazón presidente del Patronato de la Feria, re-
Reynoso, María de Lourdes, Miguel Aceves Mejía y
gresó de la ciudad de México con la noticia de que
Juan S. Garrido.
el gobierno federal había elevado la Feria de San
En 1952 el gobernador recibió a nombre del
Marcos al rango de nacional, lo que le acarreó a la
pueblo de Aguascalientes una medalla de oro que
verbena no sólo un prestigio simbólico, sino también
le otorgó la propia Casa Madero, “por haber sabido
fuertes apoyos en materia de patrocinio.24 Aunque en
conservar la tradición de las fiestas de San Marcos
su momento la prensa centró su atención en el ges-
y guardar el colorido mexicano”.23 Esta distinción
to presidencial, parece que la iniciativa original fue
simbólica puede leerse como un antecedente senta-
de Manuel Moreno Sánchez, líder del Senado de la
do para que poco después, en 1959, la Presidencia de
República. Originario de Aguascalientes, estado al
la República le otorgara a la Feria de San Marcos el
que representaba en la Cámara Alta, Moreno Sán-
carácter de nacional, rango que le significó conside-
chez debió hacer valer su influencia con el presidente
rables apoyos logísticos y de promoción que fueron
Adolfo López Mateos, después de que la propuesta le
decisivos para su permanencia y consolidación.
fue presentada por Miguel Jury, quien a su vez habría
tocado el tema con la alcaldesa María del Carmen

^ 377 ]
 Se declara de utilidad pública la
Feria de San Marcos
El C. Doctor Alberto del Valle, a sus habitantes, sa-
bed: El H. Congreso del Estado, tuvo a bien expedir
el siguiente decreto:
Artículo Primero. Se declara de utilidad pública:
a) La celebración y desarrollo de la tradicional
Feria de San Marcos que anualmente se celebra en
ala ciudad de Aguascalientes, del domingo anterior
del 20 de abril al domingo posterior del 5 de mayo.
b) El resurgimiento de sus aspectos económi-
cos, particularmente en lo que respecta al intercam-
bio y venta de productos agropecuarios e industriales,
la celebración de Exposiciones Agrícolas, Ganaderas,
Industriales, Comerciales y Artísticas y el desarrollo
y fomento de sus diversos certámenes, concursos o
justas culturales.
c) La organización de los gremios en Socieda-
des Cooperativas.
d) La edificación y fomento de un Casino, un
Tívoli popular, una plaza de toros, un Balneario, un
Hipódromo, Canchas para deportes, y demás locales
adecuados para las Exposiciones de la Feria y para los
expendios de Gremios asociados en Cooperativas.
e) La ocupación de la propiedad, adyacente al
jardín de San Marcos, en la porción estrictamente ne-
cesaria para los objetos a que alude el inciso anterior,
y mediante indemnización, en la forma y términos
determinados por la Ley.
f) La constitución y desarrollo de una Socie-
dad Anónima de Interés Público y Capital Variable,
con el nombre de ‘Compañía Impulsora de Aguas-
calientes’.
Artículo Segundo. Se faculta al Ejecutivo del
Estado, al I. Ayuntamiento del Municipio de la Ca-
pital y al Patronato de la Asistencia Social del Es-
tado, para contratar, por sí y de mancomún, con la
‘Sociedad Impulsora de Aguascalientes’, hasta por el
término de VEINTE AÑOS, el desarrollo, control y
^ 378 ]
administración de la Feria de San Marcos y sus anexi-
dades tales como diversiones, comercios, juegos y pa-
satiempos sin menoscabo de los intereses e impues-
tos oficiales ordinarios, ni traspaso de los servicios
públicos, autorizándolos para otorgar las minutas y
escrituras necesarias, que se considerarán elevadas a
la categoría de Contrato-Ley a partir de la fecha de su
publicación en el Periódico Oficial del Estado.
Artículo Tercero. La Sociedad Impulsora de
Aguascalientes, cubrirá anualmente durante el térmi-
no estipulado, por todo impuesto a su derechos, bie-
nes y acciones, al Gobierno del Estado, Ayuntamien-
to de la Capital y Patronato de Asistencia Social,
una cantidad no menor de $5,000.00 (CINCO MIL
PESOS), a cada uno, impuesto que corresponderá a
todos los comercios, juegos, pasatiempos y diversio-
nes que establezca y realice con motivo de la Feria de
San Marcos.
Artículo Cuarto. Los edificios que se constru-
yan, no pagarán más impuesto predial, durante el
plazo de veinte años estipulado, que el que actual-
mente cubren con sujeción al valor catastral que en
la actualidad tienen asignados los predios que habrán
de ocupar, disminuyéndose tal valor y el impuesto
predial correspondiente, en el caso de que parte del
terreno que hoy ocupan tales predios, se destine a la
ampliación de jardines, plazuelas, o cualquier otro
monumento o sitio de uso público, en la parte pro-
porcional.
TRANSITORIO. Se faculta al señor licencia-
do Edmundo J. Ortega para que proceda organizar
en le curso del presente año la Sociedad Impulsora
de Aguascalientes.
Al ejecutivo para su sanción.
Fuente: Periódico Oficial, 20-06-1943.
 Organización institucional

Martín del Campo y con el gobernador Luis

Ortega Douglas.
La maquinaria y los recursos federales
comenzaron a fluir de inmediato. Primero se
envió al director de Turismo, Delfín Sánchez
Juárez, para que, sin demérito del Patronato
ni de las autoridades locales, sino en coordi-
nación con ellas, se diera forma al programa
general de los festejos. El trabajo del envia-
do presidencial consistió principalmente en
montar un gran aparato de promoción y
publicidad, en canalizar recursos humanos
y financieros y en tender puentes para la
colaboración de otras dependencias del go-
bierno, como la Secretaría de Agricultura y
Ganadería y la Agencia de Economía, que
se prestaron para ampliar las exposiciones
agrícola, ganadera, industrial y comercial, o
la Secretaría de Educación y el Instituto Na-
cional de Bellas Artes, que presentaron actos
culturales en el transcurso de la fiesta.25
El rubro al que mayores recursos se
inyectaron fue el de promoción. La prensa
aseguraba con insistencia y sorpresa que el
departamento de Turismo seguía “echando
la casa por la ventana en lo que a publicidad
de la Feria Nacional de San Marcos se refie-
re”.26 Desde marzo y durante todo el mes de
abril se pagaron espacios en la prensa nacio-
nal, en las estaciones de radio e incluso en Promoción de los FFNNMM
la televisión, que por entonces realizaba sus
primeras transmisiones. Además, y como era
costumbre desde hacía varias décadas, se repartieron durante la temporada.”27 Lo cierto es que antes de
programas y carteles publicitarios en las estaciones que se escucharan las primeras notas de la Pelea de
de ferrocarril, mientras que a la gente del estado se Gallos y se declarara oficialmente inaugurada la pri-
le entregaron banderines, calcomanías, programas de mera edición de la Feria Nacional de San Marcos ya
mano y otros artículos llamativos para ganar su aten- eran más que patentes en la ciudad los numerosos
ción. contingentes de visitantes que habían acudido atraí-
No deja de ser curioso el contraste entre el es- dos por la intensa campaña promocional.
plendor modernizador que se le estaba dando a la Al aeropuerto arribaron tres aviones de la Pre-
feria y la imagen pueblerina que se generaba, por sidencia de la República con invitados especiales. La
ejemplo, cuando tan pronto como fueron colocados estación del ferrocarril -que seguía siendo el medio
los programas generales de la feria a las afueras del más socorrido y eficaz para transportarse- se desbor-
palacio municipal y en las principales calles del cen- daba a la hora de llegada de los trenes, y a simple vis-
tro “infinidad de personas formaron grupos compac- ta era notorio el incremento de población flotante.28
tos deseosos de darse cuenta de los diversos eventos El día grande de la feria, el 25 de abril, se calculó que
artísticos, culturales y deportivos que tendrán lugar 50,000 personas habían llenado los espectáculos, los

^ 379 ]
 Creación del Patronato de la Feria de
San Marcos
“Jesús M. Rodríguez, a sus habitantes, sabed: El H.
Congreso del Estado, en sesión extraordinaria cele-
brada hoy, y CONSIDERANDO:
I. Que la Feria de San Marcos tiene una gran
importancia económica, social y cultural para la vida
de nuestra entidad;
II. Que es un deber organizarla adecuadamen-
te a fin de que año tras año vaya adquiriendo ma-
yor prestigio y brillantez y constituya una exposición
multiforme de todos los órdenes de valores y activi-
dades de Aguascalientes;
III. Que para lograr tal objeto es indispensable
que concurran en la organización y realización de la
feria no sólo los elementos y recursos oficiales sino
diversos organismos y sectores sociales representati-
vos de la Entidad; y
IV. Que es indispensable también un organis-
mo permanente y autónomo que realice la labor de
organización con toda oportunidad y eficacia y con-
serve en sus archivos la reseña completa de la ferias
que se vayan celebrando.
Atento este Congreso a las consideraciones
que anteceden, a la iniciativa del Ejecutivo del Estado
y con fundamento a la fracción I del artículo 29 de la
Constitución Política Local, ha tenido a bien aprobar
y expedir el siguiente decreto:
Artículo 1. Se crea el Patronato de la Feria de
San Marcos de Aguascalientes, con personalidad ju-
rídica propia y capacidad para adquirir y administrar
bienes inmuebles.
Artículo 2. Sus atribuciones serán:
I. Organizar y realizar la publicidad relaciona-
da con la feria.
II. Proyectar y llevar a la práctica el programa
de todos los actos que deban realizarse cada año du-
rante la referida feria.
III. Hacer la distribución equitativa de los si-
tios, campos o lugares públicos donde deban instalar-
se los tapancos, negocios, puestos y vendimias de la
zona donde tiene lugar la feria.
^ 380 ]
IV. Dar su aprobación para el establecimiento,
en lugares de propiedad privada, de toda clase de ne-
gocios que se instalen precisamente de carácter tran-
sitorio y con motivo de la feria.
V. Fijar en forma equitativa y recaudar las cuo-
tas que deban cubrirse por derechos durante la feria
y precisamente por los establecimientos, negocios,
puestos, vendimias, etc., que se organicen con moti-
vo de la misma.
VI. Fijar los precios que durante la feria deban
tener en toda la ciudad, hospedajes, bebidas, refres-
cos y alimentos.
VII. Nombrar las comisiones que estime ne-
cesarias para la atención de los Juegos Florales, elec-
ción de la Reina de la Feria y en general, todas aque-
llas actividades de su incumbencia que, a su juicio,
merezcan una atención especial.
VIII. Determinar las personas que deban asis-
tir a la feria como invitadas de honor con gastos pa-
gados por el propio Patronato y, en general, autorizar
todas las erogaciones que deban de hacerse de acuer-
do con el presupuesto que para el efecto elabore cada
año.
IX. Fundar y mantener los archivos de la feria
de San Marcos y formular una reseña anual de todas
las actividades y eventos que tengan lugar en cada
feria.
X. Dictar las medidas necesarias y convenien-
tes para su autorización interna a fin de cumplir en
la mejor forma posible con las funciones que le están
encomendadas.
Artículo 3. El Patronato se integrará con cinco
miembros que representarán respectivamente al Go-
bierno del Estado , al Ayuntamiento de la Capital, a
la Cámara de Comercio, al Casino de Aguascalientes
y al Patronato de Asistencia Social. Fungirá como
Presidente del Patronato el Representante del Go-
bierno del Estado y como Tesorero el de la Cámara
de Comercio. El Secretario será electo por mayoría
de votos entre los miembros del Patronato.
 Artículo 4. El Patronato podrá designar un Di-
rector o Gerente fijándole la renumeración económi-
ca que estime pertinente. Este deberá tener el carácter
de ejecutor de los programas de trabajos y en general
de las resoluciones que dicte el Patronato quien po-
drá autorizarlo para la realización de determinados
actos o gestiones concretas, sin renunciar ni delegar
totalmente sus funciones en el referido Gerente.
Artículo 5. Los miembros del Patronato, a ex-
cepción del Representante del Gobierno del Estado,
se renovarán por mitad cada dos años.
El Representante del Gobierno de Estado será
substituido discrecionalmente por el Gobernador del
mismo. Los cuatro miembros restantes serán desti-
tuidos de su cargo por causa justificada a juicio de la
organización que representen la cual deberá inmedia-
tamente designar quien substituya a la persona remo-
vida. En sus ausencias temporales que no excedan de
quince días, serán suplidos de acuerdo con las nor-
mas que establezca el propio Patronato.
Artículo 6. Para proveer a su sostenimiento
económico el Patronato dispondrá de los fondos que
recaude, de acuerdo con lo dispuesto en la fracción V
del artículo 2 así como de los que obtenga por la ven-
ta de votos para la elección a reina, y de las funciones,
eventos y actos deportivos, artísticos y sociales que
organice con el mismo fin y con respecto a los cua-
les disfrutará de exención de impuestos tanto locales
como municipales.
El Patronato quedará facultado para destinar
bienes y fondos a la organización de empresas rela-
cionadas con la feria.
Artículo 7. Se autoriza al Gobierno del Estado
para que conceda al Patronato de la Feria un présta-
mo hasta por la cantidad de $20,000.00 que deberá re-
dimirse de acuerdo con las posibilidades económicas
del Patronato y en un plazo no mayo de dos años.
Artículo 8. Los excedentes que pueda tener el
Patronato después de cubrir su presupuesto se desti-
^ 381 ]
narán a obras, empresas o mejoras relacionadas con
la feria y a la Asistencia Social. El Patronato, por ma-
yoría de votos, determinará la suma que deba desti-
narse ala Asistencia Social.
Artículo 9. El Patronato presentará los proyec-
tos de reglamentación y sugerirá al Gobierno la adop-
ción de todas las medidas que estime necesarias para
le mejor cumplimiento de sus funciones, señalando
las sanciones que deban imponerse a los infractores.
Artículo 10. El Patronato dará cuenta anual-
mente al Gobierno del Estado con una memoria de
las actividades realizadas y un balance de los dineros
que haya manejado.
Artículo 11. Los funcionarios tanto municipa-
les como locales quedan obligados a impartir eficaz
ayuda al Patronato, a sus miembros y comisiones que
designe a fin de que pueda cumplir con mayor éxito
las funciones que le competen.
Artículo 12. Los nombramientos y las comi-
siones que confiera al Patronato, deberán constar por
escrito y deberán ser firmados por el Presidente y el
Secretario del mismo.
Artículo 13. El Ejecutivo del Estado dictará las
normas reglamentarias que estime necesarias y con-
venientes para la mejor aplicación de este Decreto.
TRANSITORIOS
Artículo 1. Este decreto entrará en vigor al día
siguiente de su publicación en el Periódico Oficial del
Estado.
Artículo 2. La renovación que alude al artícu-
lo 5 de este Decreto se hará por primera vez el día úl-
timo de octubre de 1948 , debiendo operarse respecto
a los representantes del Ayuntamiento de la Capital y
del Casino de Aguascalientes.
Al Ejecutivo para sus sanción.
Fuente: Periódico Oficial, 2-03-1947.
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

comercios y los lugares de diversión, una cifra récord
para la feria, que representaba una derrama económi-
ca de muchos miles de pesos.
Sin ninguna duda, la feria, la ciudad y el estado
resultaron sumamente beneficiados: aumentó consi-
derablemente el turismo, al tiempo que los pequeños
y grandes comerciantes y prestadores de servicios
registraron entradas adicionales (desde los pequeños
vendedores de tacos o artesanías hasta los medianos
restauranteros y los grandes hoteleros). En otro sen-
tido, la ciudad fue obligada y alentada a encontrar
una dinámica más acorde a exigencias mayores, pues
resintió presiones para las que no estaba preparada,
como la poca disponibilidad de habitaciones, de ali-
mentos y de agua potable que requerían los visitantes.
En algunos casos, la urbe necesitó hasta dos décadas
para adaptarse y estar a la altura de las nuevas de-
mandas. El abasto pudo modernizarse con rapidez,
pero aspectos como el del alojamiento a los turistas
fue un dolor de cabeza para las autoridades cada vez
que se aproximaba una feria, indicador elocuente,
por cierto, del fuerte impacto que tuvo la campaña
publicitaria desplegada con recursos federales.
fiesta brava alcanzó un brillo inusitado, haciéndose
frecuentes carteles de lujo en la plaza de toros San
Marcos. Pero fue el aspecto cultural el que más se
distinguió al ganar protagonismo, gracias al Ferial, el
Premio Nacional de Poesía y el Encuentro Nacional
de Arte Joven.
Infraestructura
Con todo esto, los requerimientos de infraestructura
que desde décadas anteriores se habían vislumbrado
se convirtieron en estos años en exigencias imposter-
gables. “Nos dimos cuenta –asegura Francisco Guel
Jiménez, gobernador entre 1968 y 1974– que las ins-
talaciones le quedaban chicas a la categoría de nues-
tra feria”.29 Una constante que encontramos en la
historia de la infraestructura ferial es la lentitud con
la que a veces pueden desarrollarse los proyectos. Así
por ejemplo, desde que Guel Jiménez se hizo cargo

La organización de la Feria Nacional de

San Marcos, 1960-2006
Los frutos producidos por la declaratoria que le dio
carácter nacional a la Feria de San Marcos no fueron
absolutamente inmediatos. Es cierto que en su primer
año se alcanzaron cifras récord en promoción, núme-
ro de eventos, visitantes y en casi todos los demás ru-
bros que implica la organización y desarrollo de una
feria, pero para entender el impacto de este apoyo
debemos repasar, así sea someramente, los cambios
e innovaciones de la década de los sesenta. Baste se-
ñalar que con el impulso otorgado por el gobierno
federal se fortaleció la calidad de las exposiciones,
especialmente la agrícola y ganadera, y que se fueron
operando otros cambios de la mayor importancia,
sobre todo en los renglones de la cultura y los espec-
táculos. En éste caso, por ejemplo, el palenque llenó
sus programas con artistas de la radio, la televisión y
el cine nacional, sustituyendo progresivamente a las
famosas cantadoras tapatías y a las orquestas típicas
que solían amenizar las peleas de gallos. También la

^ 382 ]
 Organización institucional
del gobierno planteó la necesidad de darle a la feria
espacios más amplios e instalaciones permanentes,
pero fue hasta mediados de su sexenio cuando las
obras se empezaron a concretar. Primero, entre 1970
y 1971 se acondicionaron nuevas instalaciones para
la exposición agrícola y ganadera en terrenos gana-
dos al relleno sanitario que se había formado a un
costado de la avenida Adolfo López Mateos. Al final
de su gobierno inauguró un edificio que albergó el
Palenque, el Casino y las oficinas del Patronato, así
como una nueva plaza de toros, la Monumental.
Con estas nuevas instalaciones, de la mayor im-
portancia, se amplió el perímetro ferial, se le dieron
espacios más adecuados a las actividades principales
de la feria, y, a decir del mismo Guel, se generaron
mayores utilidades para el Patronato, que estuvo en
mejores condiciones de invertir y de ayudar a los di-
ferentes organismos de asistencia social.
La tarea para los siguientes años consistió en
buscar nuevos espacios para ensanchar el área de la
feria y en reestructurar algunas actividades. En 1976,
^ 383 ]
la zona de los festejos iniciaba en la calle Venustiano
Carranza, donde se ponían expositores y vendedores
de artesanías; el jardín de San Marcos era rodeado
de tapancos, restaurantes, puestos de antojitos y de-
más; la exposición vinícola e industrial montaba sus
stands sobre la calle Arturo Pani, mientras que en una
especie de amplia explanada sobre la Avenida López
Mateos, a inmediaciones de la Plaza Monumental, se
colocaban los juegos mecánicos y la exposición ga-
nadera.
Entre 1978 y 1981 se construyó el Parque de
la Feria, a un costado de la avenida López Mateos,
en un gran predio de trece hectáreas de extensión,
lo que mejoró la imagen de la zona y generó nuevas
posibilidades de expansión para las actividades.30 En
los mismos años se pensó en devolverle al jardín de
San Marcos el ambiente tradicional de tranquilidad,
liberándolo de los tapancos que lo rodeaban y afea-
ban sensiblemente. Los terrenos obtenidos alrededor
del parque de la feria permitieron que la famosa ba-
laustrada del jardín luciera en su característico es-
plendor y que su interior se reservara al paseo de los
feriantes.
Aunque nunca ha menguado el impulso gu-
bernamental que ha permitido hacer construcciones,
ampliaciones, reparaciones y cambios en la infraes-
tructura, debemos destacar las obras de grandes di-
mensiones que se ejecutaron entre 1991 y 1992. Al
sur del jardín de San Marcos, junto a la avenida Ló-
pez Mateos, en el área que desde hacía dos décadas
se iba expandiendo la feria, fue proyectado y cons-
truido un enorme complejo planeado para funcionar
permanentemente y para dotar a los festejos abrileños
de espacios adecuados a sus necesidades. El conjun-
to incluyó un Centro de Convenciones, un Centro de
Exposiciones –donde fue colocada la exposición in-
dustrial y comercial–, un Centro Comercial con casi
doscientos locales, un hotel, un estacionamiento para
más de 1,000 automóviles, y un paso vehicular sub-
terráneo que permitió formar una plaza peatonal de
más de 15,000 metros cuadrados.31
En vísperas de inaugurar la edición 1992 de la
verbena, el gobernador Miguel Ángel Barberena pon-
deró el impacto de las obras, afirmando que sería una
feria diferente, “más moderna, aunque con un espíritu
muy mexicano y muy nuestro”. Señaló también que
nadie podría discutir que la de Aguascalientes seguía
siendo la “feria de ferias”, y que con la Expo-Plaza se
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos
Inauguración de la Expoplaza, 1992.
acabarían “los locales provisionales y el desperdicio
de recursos económicos y materiales”.32
En su momento hubo algunas discusiones so-
bre la calidad y viabilidad de las obras, generándose
incluso polémica entre miembros del mismo partido
del gobernador en el Congreso del Estado.33 No obs-
tante, y a pesar de la indiscutible utilidad que siguen
prestando a la feria estas instalaciones, el problema
mayor fue la deuda heredada a la siguiente adminis-
tración del Patronato. “Me encontré con un proble-
món tremendo -recuerda el presidente del Patronato
entre 1993 y 1998-, una deuda gigantesca… había pa-
sivos inmensos por la Expo-Plaza, el hotel, el paso a
desnivel con préstamos al Patronato”.34 La polémica
aumentó porque para subsanar estos pasivos se deci-
dió poner en venta la plaza de toros Monumental, no
sólo como una tabla de salvación, sino como parte
de una política de modernización administrativa que
privatizaba activos del gobierno que, se decía, lejos
de generarle utilidades, aumentaban sus cargas y le
distraían de sus obligaciones primordiales . En medio
de una crisis económica muy fuerte, y a pesar de la
oposición de muchos sectores, la venta de la plaza se
concretó y se cubrieron las deudas del Patronato.
Recientemente se han realizado nuevas inver-
siones en materia de infraestructura y desarrollo de
las áreas de feria. En el año 2000 se renovó por com-
pleto el edificio que alberga el casino, el palenque y las
^ 384 ]
oficinas del Patronato. El mismo
año se adquirió un predio de 25
hectáreas “con el fin, a mediano
plazo, de extender el perímetro
de la verbena y ubicar ahí la ex-
posición ganadera, los juegos in-
fantiles, un zoológico, un parque
y un estacionamiento para 2,000
vehículos”.35
Promoción, turismo y
mantenimiento del orden
Si la feria de Aguascalientes si-
gue siendo “la feria de México”,
su éxito debe atribuirse en buena
medida a las labores de promo-
ción que se han realizado año con
año. Paralelamente, se requiere
de un buen programa de actividades y espectáculos,
una infraestructura acorde a los tiempos y a las nece-
sidades, un buen acuerdo entre todos los organismos
y particulares que participan en la organización, etc.
Desde 1959, con su carácter de nacional, la feria ha
sido apoyada fuertemente por el gobierno federal en
materia de promoción, además de que las autoridades
correspondientes se han encargado de llegar a buenos
acuerdos con canales televisivos nacionales y patroci-
nadores, e incluso por sí misma esta verbena ha sido
capaz de atraer la atención de periodistas nacionales
y extranjeros.
Por más de una década, cuando la radio era
el medio más popular en el país, la emisión de “Así
es mi tierra” llegó a todos los rincones de México,
un buen instrumento no sólo para la difusión de las
voces del momento y la publicidad de la compañía
patrocinadora, sino para la atracción de turistas “al
merito Aguascalientes”. Desde que la televisión co-
menzó a ganar audiencia la feria no ha dejado de apa-
recer en sus pantallas: en 1969 se hicieron gestiones
ante Telesistema Mexicano para que se transmitieran
escenas del evento a todo el país. Con la mediación
del Presidente del Patronato, Pedro Rivas, se logró
que ese año y el siguiente se filmara un programa en
vivo que se trasmitió por el canal 8.36 Después se hizo
frecuente que el programa de variedades “Siempre en
 Organización institucional

Domingo” grabara en Aguascalientes una de sus pre-
sentaciones cada año, pero hubo años, como 1981, en
que Televisa emitió hasta diez programas dedicados a
Aguascalientes y su feria.37 Ese mismo año se pasó un
programa de corte comercial y otro cultural en canal
13. Traspasando las fronteras nacionales, en 1963, a
decir de una nota periodística, la BBC de Londres
envió “todo un cuerpo de técnicos” que levantaron
escenas de las “más tradicionales y típicas fiestas
abrileñas”, las cuales se trasmitieron por esa televi-
sora.38 Tres décadas después la televisión hispana en
Estados Unidos también presentó varios programas
de la feria por el canal Telemundo.39 En este nivel de
difusión internacional, a finales de los años sesentas
llegaron a asistir a la ciudad reporteros soviéticos que
tomaron fotografías y prepararon reportajes para la
prensa rusa.40
El departamento de Turismo del gobierno fe-
deral también apoyó la promoción de la feria con
considerables recursos. En 1969, diez años después
de que la dependencia había empezado a publicitar
la feria, se aseguró que estaba realizando una de las
campañas más vastas que se hubieran efectuado, ya
en estaciones de televisión y radio, ya en prensa, re-
vistas, volantes y programas.41
Toda esta promoción ha posibilitado la afluen-
cia de miles y miles de visitantes, no sin ocasionar
problemas para los organizadores, que muchas veces
enfrentaban la dificultad de conseguir hospedaje para
tantos turistas. Por más de dos décadas la llegada del
mes de abril causaba pánico entre las autoridades,
que con trabajos lograban convocar a unos cuantos
propietarios de casas del centro de la ciudad para que
alquilaran cuartos o viviendas completas para los via-
jeros. Otras veces se negoció con los ferrocarriles la
instalación de una ciudad-pullman, con dos carros y
unas decenas de camas.42 Pero la verdad es que los
feriantes foráneos siempre han encontrado lugares
para descansar: algunos dormían en sus coches, otros
conseguían hotel en poblaciones cercanas –Pabellón,

Reinauguración de la plaza de toros Monumental, 1992.

^ 385 ]
 La feria de San Marcos en la pantalla grande
En diversos momentos la feria de Aguascalientes ha
sido recreada en las pantallas cinematográficas. Hay
informes que indican que en 1946 la empresa Produc-
ciones Cinematográficas Jalisco filmó un documental en
San Marcos para su serie “Conozca usted México”.
Más tarde, en 1951, la America Films levantó tomas de
“guapas damitas que rodeaban el jardín, el palenque
con su ambiente implacable, la fachada del templo
de San Marcos y una panorámica del jardín desde
la torre del propio templo”. Desafortunadamente no
sabemos si estas cintas se terminaron y exhibieron,
pero sabemos a cambio que desde finales de la déca-
da de los cincuentas se produjeron y fueron populares
cintas como La feria de San Marcos, Ferias de México,
Vámonos de Feria y Me cansé de rogarle. La mayor par-
te de las escenas no se filmaban en Aguascalientes,
pero con estas películas, proyectadas en los años en
que el gobierno federal le dio un apoyo significativo
a su crecimiento y difusión, la Feria de San Marcos
tuvo en los más famosos artistas del México de la
época a sus mejores voceros: Miguel Aceves Mejía,
José Alfredo Jiménez, Pedro Vargas, Pompín Iglesias,
Fernando Soto Mantequilla, Tin Tan, Manuel Loco
Valdés, Fernando Fernández Ferruco, Julio Aldama,
Marco Antonio Muñiz, Ana Bertha Lepe, Lucha Vi-
lla y María Antonieta Pons.
La feria de San Marcos
Producción (1957): Brooks y Enríquez, Óscar
J. Brooks y Ernesto Enríquez; jefe de producción: En-
rique L. Morfín.
Dirección: Gilberto Martínez Solares; asisten-
te: Winfield Sánchez
Argumento: Gilberto Martínez Solares y Fer-
nando de Fuentes (hijo); adaptación: Gilberto Martí-
nez Solares.
Fotografía: Jack Draper.
Música: Manuel Esperón; arreglos musicales:
Rubén Fuentes; canciones: Roberto Cali (“Mi de-
^ 386 ]
rrota”), Rubén Fuentes (“Mi adorado tormento”),
Domingo Velarde (“Noches tenebrosas”), Nican-
dro Castillo (“El Cantador”), Juan S. Garrido (“Po-
tpourri pelea de gallos”), Manuel Esperón y Ernesto
Cortázar (“Potpourri feria”), Cuco Sánchez (“Co-
razoncito tirano” y “Nube pasajera”), José Alfredo
Jiménez (“Camino de Aguascalientes”, “Cuatro
copas” y “Potpourri Aguascalientes”) y dominio pú-
blico (“Hay unos ojos”, “Son de Aguascalientes” y
“Prisionero de San Juan de Ulúa”).
Sonido: Nicolás de la Rosa.
Escenografía: José Rodríguez Granada.
Edición: Carlos Savage.
Intérpretes: Miguel Aceves Mejía (Manuel),
Ana Bertha Lepe (Guillermina), Pedro Vargas (José),
José Alfredo Jiménez, Delia Magaña (Panchita),
Fernando Soto Mantequilla, Alfonso Pompín Iglesias,
Agustín Isunza, Celia Viveros, Armando Arriola, Na-
cho Contra, Conchita Gentil Arcos, Diana Ochoa.
Filmada a partir de marzo de 1957 en los es-
tudios de San Ángel Inn. Estrenada el 26 de febrero
de 1958 en los cines Olimpia y Ópera. Duración: 100
minutos. Aut. 24395 A.
Sinopsis del argumento: Con el pretexto de ir
a visitar a una tía de Pénjamo, la joven Guillermina
deja a sus otras dos tías solteronas para visitar la feria
de San Marcos y cantar en ella. La acompaña Panchi-
ta, una cegatona prima suya. En el palenque de gallos
donde se presenta como cantante con el nombre de
Flor, Guillermina conoce a Manuel y a José, que a
pesar de ser muy amigos se la pasan peleando y rivali-
zando en el juego. Una de sus peleas echa a perder el
debut de Guillermina. Para reparar su falta, Manuel
y José, prendados de la muchacha, se ofrecen a ayu-
darla. Guillermina muestra preferencia por Manuel,
pero opta por regresar a su pueblo para no destruir la
amistad de los dos hombres. Manuel la sigue y, en el
pueblo de Guillermina, ambos deciden casarse. José
llega el día de la boda dispuesto a evitarla, pero al ver
a Panchita sin anteojos se enamora de ella y todo se
arregla.
 Ferias de México
Producción (1958): Cinematográfica Calde-
rón, Guillermo Calderón; jefe de producción: Jorge
Cardeña.
Dirección: Rafael Portillo; asistente: Felipe
Palomino.
Argumento: Roberto G. Rivera; adaptación:
Alfredo Salazar.
Fotografía: Manuel Gómez Urquiza.
Música: Antonio Díaz Conde; canciones: José
Alfredo Jiménez (“Tu recuerdo y yo”, “Ella” y “Tu
enamorado”), Cuco Sánchez (“Fallaste corazón”,
“La cama de piedra”, “No soy monedita de oro” y
^ 387 ]
“El apostador”), Pepe Guízar (“Corrido del norte”),
Sebastián Curiel (“Yo no me caso, compadre”), Raúl
Shaw Moreno (“Lágrimas de amor”), Santiago Alva-
rado (“Siete notas de amor”), Rubén Fuentes y Sil-
vestre Vargas (“La Negra”) y dominio público (“Los
laureles”).
Sonido: Javier Mateos.
Escenografía: Roberto Silva.
Edición: Jorge Bustos.
Intérpretes: María Antonieta Pons (María
Luisa), Germán Valdés Tin Tan, Manuel Loco Valdés,
Fernando Fernández (Ferruco), Roberto G. Rivera
(Antonio), Rodolfo Landa (Félix Maldonado), Mar-
celo Chávez Marcelo, Mario Navarro, Jorge Mondra-
gón; intervenciones musicales: Cuco Sánchez, José
Alfredo Jiménez, Cuarteto Armónico, Mariachi Ja-
lisco, Mariachi México.
Filmada a partir del 25 de agosto de 1958
en los estudios Azteca. Estrenada el 28 de mayo de
1959 en el cine Olimpia. Duración: 75 minutos. Aut.
27672 A.
Sinopsis del argumento: Ferruco, que se gana
la vida jugando a las cartas en las ferias, es salvado
en una de éstas, al pelear con un oponente tramposo,
por el grito de aviso del niño Antonio, un huérfano.
Ferruco adopta a Antonio y éste crece hasta hacerse
hombre al lado de María Luisa, hija del jugador. An-
tonio también se hace jugador experto. En una feria,
defiende del borracho Maldonado a María Luisa:
ahora es un grito de Ferruco el que previene a Antonio,
pero éste mata a Maldonado. En un juicio se le exime
de culpa y, poco después, se casa con María Luisa.
En Aguascalientes, al regresar de su viaje de bodas,
Antonio va a ser balaceado por Luis, un hermano de
Maldonado, pero Ferruco se interpone y resulta mor-
talmente herido. Antes de morir, Ferruco hace que
Antonio le jure que no volverá a usar ni pistolas ni
los naipes. Al cabo de un tiempo, Antonio vive feliz
como campesino en compañía de María Luisa y un
hijo de 11 años. Llegan los Maldonado a vengarse.
Al rehusarse Antonio a pelear con ellos, su hijo se
avergüenza de él. Félix Maldonado aprovecha que
María Luisa está sola en casa para intentar violarla;
la golpea y ella cae desmayada. Creyéndola muerta,
Félix huye. Antonio, ante los reproches de cobardía
que su hijo le hace, resuelve al fin enfrentarse a los
tres hermanos Maldonado y los mata a tiros.
Vámonos para la feria
Producción (1960): Pereda Films, Ramón Pe-
reda; jefe de producción: Julio Guerrero Tello.
Dirección: Ramón Pereda; asistente: Mario
Llorca
Argumento y adaptación: Ramón Pereda, so-
bre una pieza de Mario de la Torre Barón.
Fotografía (Eastmancolor): Agustín Jiménez.
Música: Antonio Díaz Conde; canciones:
Paco Michel (“Óigame asté”, “Vámonos para la fe-
ria” y “Soy de México”), Tomás Méndez “El aguace-
ro”), Baldomero Rodríguez (“La orgullosa”), Adolfo
Salas (“Pobre del pobre”), Cuates Castilla (“Cásate,
^ 388 ]
cásate”), Cuco Sánchez (“Del cielo cayó una rosa”),
Sebastián Curiel (“A ver qué pasa”), Tomás Rodrí-
guez B. (“La feria de Aguascalientes”), Esteban Na-
varrete (“La mesera”) y anónimos (“Las mañanitas”,
“La copetona”).
Sonido: Manuel Topete.
Escenografía: Jorge Fernández; maquillaje:
Carmen Palomino.
Edición: Alberto Valenzuela.
Intérpretes: María Antonieta Pons (Rosita),
Julio Aldama (Renato), Paco Michel (Diego), Ramón
Pereda (José Varela), Martha Rangel (Laurita), Mar-
celo Chávez Marcelo (Filemón), Arturo Soto Rangel,
Dalia Iñiguez, Manuel Tamés Régulo, Armando Soto
la Marina El Chicote (Agapito), Francisco Meneses,
Celia Viveros, Emilio Garibay, Lupe Carriles, Maria-
nela Peña, Guillermo Bravo Sosa, Elodia Hernández,
Cuca Guitrón, Felipe de Flores, Ricardo Adalid; in-
tervenciones musicales: Princesa Nicte-Há, Trío Los
Mexicanos, Pantoja y sus Villistas, Los Tres Gallos,
Mariachi América de Alfredo Serna.
Filmada del 13 de junio al 1º de julio de 1960
en los estudios de San Ángel Inn. Estrenada el 27 de
abril de 1961 en el cine Orfeón. Duración: 90 minu-
tos. Aut. 31942 A.
Sinopsis del argumento: En vista de que su
casa es un desbarajuste por la falta de mujeres, el viu-
do y rico hacendado don José decide casar a sus hijos
Renato y Diego; pese a las protestas de los jóvenes,
su padre los lleva a buscar novia a la Feria de San
Marcos, pues las chicas del pueblo ya no se fían de
ellos. En Aguascalientes, don José se hospeda con sus
hijos en casa de su compadre Filemón, que esa noche
ofrece una fiesta para celebrar el cumpleaños de su
hija Rosita y anunciar el compromiso de ella con un
tal Carlos, tipo de mala reputación. Para salvar a Ro-
sita de tan mal matrimonio, don José se dedica a ena-
morarla con gran disgusto de Renato y Diego, que
también se ha interesado en ella. En nombre de su
hijo Diego, que es el que menos quiere casarse, don
José lleva o hace llevar serenatas a varias muchachas
de la ciudad. Al día siguiente, los padres de las chicas
así cortejadas van a pedirle cuentas a Diego, con todo
y amenazas de muerte. Se producen por ello grandes
peleas, pero al final todo se resuelve: tanto don José
como sus hijos encuentran parejas satisfactorias.
Fuente: García Riera, Historia documental del cine mexi-
cano, tomo 6, pp. 285-286, y tomo 7, pp. 131 y 391.
 Organización institucional

Calvillo, Rincón de Romos, Encarnación de Díaz,

o en lugares más distantes, como Zacatecas, León y
San Luis–, y poco más del 50%, según un estudio que
se realizó en 1987, encontraba albergue con sus fami-
liares o amigos.43 Cabe señalar que las cifras de visi-
tantes a cada verbena son controvertidas. En los años
sesentas se llegó a calcular que asistían un promedio
de 100,000 personas, pero en 1979 el registro indicó
apenas 55,000 y, sorprendentemente, en 1983 se ha-
bló del arribo de un millón de personas tan sólo en
los días de más atractivo. En los últimos años se han
manejado cifras crecientes a partir de esta base; en
1999 ya se suponían 3 millones, y más recientemente
se rondan los 5 millones, provenientes sobre todo de
estados circunvecinos como San Luis Potosí, Zaca-
tecas, Jalisco y Guanajuato, pero también de otros
más lejanos como Michoacán, Chihuahua, Oaxaca,
Tamaulipas, sin faltar el Distrito Federal, los paisa-
nos que viven en Estados Unidos ni los turistas de ese que los feriantes disponen de recursos alteran sus pre-
mismo país y de otros más.44 cios y buscan “hacer su agosto en abril”. Para con-
Las semanas en que se desarrolla la feria llenan trolar estos problemas, el Patronato debe coordinarse
de colorido y ambiente festivo la ciudad, pero también con diversas instancias gubernamentales: policía de
llegan a trastornarla ante su incapacidad de adaptarse tránsito, policías municipales, estatales, militares y
a las presiones que ejercen los enormes contingentes federales, Procuraduría General del Consumidor y
de turistas. Además, como muchos vendedores saben ayuntamiento, entre muchas otras.

^ 389 ]
Presidentes del Patronato de la

Feria Nacional de San Marcos,

1959-2007
1959-1961 Miguel Jury
1961 Alejandro Topete del Valle (interino)
1962 Miguel Jury
1963-1964 Antonio Femat Esparza
1965-1966 Juan Morales Morales
1967-1969 Pedro Rivas Cuéllar
1970-1974 Juan Morales Morales
1975-1980 Gustavo Lomelín Guerra
1981-1986 Jorge Durán Valdés
1987-1989 José Luis Reynoso Jiménez
1990-1992 Fermín Barba González
1993-1998 Alfonso Pérez Romo
1998 Guillermo Hidalgo Trujillo
1999-2004 Roberto Díaz Ruiz
2005 Roberto Muñoz
2006- Raúl Álvarez Gutiérrez

nota: Según decretos publicados en el

Periódico Oficial (3-IV-1983 y 9-XI-1986),
entre 1983 y 1986 el organismo encargado
de la organización de la feria fue el
Patronato de Asistencia Social.

El símbolo de la Feria
Correspondió a la señorita Marta Estela García
Navarro el triunfo en el certamen convocado por el
Patronato de la Feria Nacional de San Marcos para
establecer un símbolo de ésta que será utilizado en la
publicidad oficial de las fiestas abrileñas.
El sello estilizado representa las característi-
cas principales de la feria: alegría, colorido, abani-
cos, rueda de la fortuna, movimiento, papel picado,
flores propias del jardín, carácter mexicano.

^ 390 ]
 Organización institucional
Paseando por la Expoplaza, 2006.
En los años setenta y ochenta la falta de cajo-
nes de estacionamiento representaba un verdadero
problema. En una ciudad todavía chica como lo era
Aguascalientes en 1979, se calculaba que llegaban
15,000 vehículos a la feria, equivalentes al 50% del
parque vehicular de la urbe, la cual sólo contaba con
5,000 espacios de estacionamiento.45 La recolección
de basura se convierte en una labor titánica. Por lo ge-
neral ha sido el municipio quien le presta este servicio
al Patronato a cambio de una remuneración, pero en
años como 1996 el propio Patronato concesionó la
limpia de calles en el perímetro a una empresa parti-
cular. Como dato, en 1988 se recogían diariamente 40
toneladas de basura.
Aunque se vigila con especial cuidado la hi-
giene en la venta de alimentos y la seguridad en el
perímetro ferial, los éxitos son siempre desiguales y
muchas veces relativos, pues por ejemplo cada edi-
ción de la verbena menudean los carteristas y nunca
faltan las riñas que en ocasiones derivan en muertes.
A pesar de la versión romántica, en el jardín de San
Marcos y todo el perímetro ferial abundan los “lépe-
ros” y ladrones. En 1950 una nota periodística alu-
día a “verdaderas serpientes humanas”, que año con
año “manosean a las damas y les faltan al respeto”.46
Más aún, en la misma medida en la que ha crecido
su complejidad y su fama, la feria puede y ha sido el
escenario de riñas callejeras, venta de bebidas adulte-
radas y otros abusos, amenazas ante las que las auto-
ridades deben mantenerse en constante alerta.
^ 391 ]
Retos de la organización institucional
La organización de la Feria Nacional de San Marcos
no ha estado exenta de polémicas y problemas. Por
su misma naturaleza, la jugada y la venta de alco-
hol, por citar sólo dos ejemplos, la han mantenido en
el ojo del huracán. Autoridades eclesiásticas, grupos
empresariales y la sociedad en general han llegado a
censurar con insistencia los excesos. El obispo Rafael
Muñoz Núñez decía en 1992 que la feria “tiene de-
masiados aspectos positivos desaprovechados”.47
El manejo de las finanzas también ha llegado a
ser polémico. En principio, cuando las dimensiones
de la feria eran modestas, el ayuntamiento asumía
los gastos y obtenía beneficios moderados. Después,
cuando se creó el Patronato de la Feria, se decretó
que sus ganancias debían destinarse a la reinversión
según las necesidades de la propia feria y a las institu-
ciones de beneficencia social. El gobernador Ortega
Douglas llegó a señalar que sólo destinando sus pro-
ductos a una obra de beneficencia “puede justificarse
el funcionamiento de los juegos”. Curiosamente, el
mismo Ortega Douglas encomendó a Oswaldo Barra
en abril de 1962 pintar un mural con escenas tradi-
cionales de las fiestas de primavera. Crítico y escépti-
co, el artista chileno representó a la Asistencia Social
como un hombre mirando al casino, “donde se acu-
mula riqueza de manera fácil y rápida, a la vez que
se tapa los ojos con una mano, como no queriendo
ver lo que es evidente: la injusticia social, ya que con
la otra mano empuña un saco con escasas monedas”
 Historia de la Feria Nacional de San Marcos

destinadas con desdén a los menesterosos.48 Por su-
puesto, habrá que decir con el mismo énfasis que con
dinero producido por la feria se apoyó en 1967 la res-
tauración del viejo edificio que albergó la Casa de la
Cultura,49 y que cada año se destina una partida para
la beneficencia, primero a través del Patronato de
Asistencia Social, y desde hace un par de décadas por
vía del Sistema DIF. Según cifras oficiales, en 1987
se destinó el 37% de los 600 millones de utilidades al
DIF estatal y al DIF municipal.50
“La feria requiere de una constante renova-
ción”, dijo en 1981 el presidente del Patronato, Jorge
Durán Valdez. El enunciado tiene hoy más vigencia
que nunca. La organización de la “Feria de Méxi-
co” está llena de fortalezas, retos y aspectos que es
necesario corregir. Otro expresidente del Patronato,
Alfonso Pérez Romo, ha expresado su convicción de
que la feria debe adaptarse con más velocidad a los
nuevos tiempos. “Me parece que podría ser mucho
más útil y rentable para el estado si se planteará de
otra manera y en otros espacios”. Como dice Raúl
Álvarez Gutiérrez en el epílogo de este libro, la ad-
ministración del gobernador Luis Armando Reynoso
Femat está comprometida con una visión vanguar-
dista de la feria, cuyo propósito no es simplemente
remozar una verbena secular o corregir sus proble-
mas más evidentes, sino replantearla en su conjunto y
convertirla en una feria moderna, dotada de jerarquía
internacional, que jalone el desarrollo económico y
social del estado. Conservar una tradición centenaria,
renovarla y proyectarla hacia el siglo XXI es el reto
que ha asumido el Patronato de la Feria.

^ 392 ]
 NOTAS
1
AGMA-FH, caja 155, exp. 6 29
Entrevista con el Dr. Francisco Guel Jiménez, Nuestro Siglo,
2
AGMA-FH, caja 210, exp. 29 suplemento dominical de Hidrocálido, 3-V-1999.
3
AGMA-FH, caja 210, exp. 29 30
La Opinión. 5-IX-1979; El Sol del Centro, 7-III-1980 y 3-IV-
4
De Alba, Niñez y Juventud provincianas, p. 129. 1981.
5
AGMA-FH, caja 235, exp. 9 31
El Sol del Centro, 10-IV-1991 y 1-V-1991
6
AGMA-FH, caja 306c exp.28 y caja 173 exp.9 32
El Sol del Centro, 19-IV-1992.
7
AGMA-FH, caja 161 exp. 22 33
El Sol del Centro, 23-III-1991.
8
AGMA-FH, caja 161, exp. 26 34
Alfonso Pérez Romo, entrevista realizada por Gerardo Martí-
9
La Voz de Aguascalientes, 6-V-1910; López Velarde, Correspon- nez Delgado, 2006.
dencia, p. 183. 35
El Sol del Centro, 23-III-2000.
10
La Voz de Aguascalientes, 28-IV-1911. 36
El Heraldo, 15-III-1969.
11
Bravo Nieto, Un hombre entre los hombres, p. 23; López Velarde, 37
El Heraldo, 11-IV-1977 y 16-IV-1981.
Correspondencia, p. 65. 38
El Heraldo, 26-IV-1963.
12
El Republicano, 14-IV-1918. 39
El Sol del Centro, 17-IV-1993.
13
AGMA-FH, caja 549, exp. 50; La Voz del Pueblo, 10-III-1928. 40
El Sol del Centro, 17-IV-1993.
14
La Opinión, 18-IV-1935. 41
El Heraldo, 21-IV-1969.
15
La Lucha, 8- IV -1930. 42
El Heraldo, 14-IV-1959, 24-IV-1961, 20-IV-1967, 21-IV-1973 y
16
Periódico Oficial, 2-III-1947. 4-III-1979; El Sol del Centro. 24-IV-1976.
17
Periódico Oficial, 9-VIII-1942 y 20-VI-1943. 43
El Heraldo, 15-IV-1975; Herrera, Aguascalientes. Sociedad, econo-
18
Periódico Oficial, 20-VI-1943 y 2-III-1947. mía, política, cultura, p. 81.
19
Periódico Oficial, 2-III-1947. 44
El Heraldo, 27- IV-1977, 29-IV-1977 y 23-IV-1983; El Sol del
20
Periódico Oficial, 2-III-1947. Centro, 18-IV-1994; Hidrocálido, 5-III-1999.
21
Periódico Oficial, 22-X-1950, 18-XII-1955, 25-XII-1955 y 3-I- 45
El Heraldo, 25-IV-1973 y 18-IV-1979.
1960. 46
El Sol del Centro. 18-III-1950.
22
El Sol del Centro, 17-IV-1946 y 23-IV-1951. 47
El Sol del Centro, 24-III-1992.
23
El Sol del Centro, 9-IV-1952 48
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13a, 14a, 17, 119a, 119b, 182c, 208b, 209b, 212, 218, 225a,
225b, 250a, 250b, 251, 282b, 283a, 287b, 290, 295, 299a,
358, 382, 383.
• AGMA: páginas 6, 36, 38a, 77, 217, 236b, 312b, 316,
373, 376, 377.
• AHEA: páginas: 26, 27, 39, 40, 49, 50, 51, 55, 56, 59a,
59b, 67, 69, 72b, 73a, 74, 88, 89, 90, 95, 97, 99, 100, 101,
103, 104, 108, 124a, 164a, 165a, 174a, 174b, 175b, 176a,
176c, 177a, 177b, 178b, 180a, 180b, 181, 182a, 184b, 208a,
209a, 209b, 210a, 213a, 214, 216, 226a, 226b, 227, 238a,
238b, 239, 243, 262, 263, 264, 265, 266, 267a, 267b, 276a,
276b, 277, 308, 309, 310a, 310b, 311, 312a, 374, 384, 385.
• ALG: páginas 52, 236a, 237a, 255a, 255b, 256a, 285.
• AMA: páginas 185a, 185b, 186b, 186c, 187a, 187b, 205.
• ERV: páginas 335, 337, 352a, 352b, 365.
• FMD: página 294.
• H: páginas 188, 191, 192a, 194, 197a, 197b, 198a, 198b,
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• ICA: páginas 327, 346a, 346b, 348, 349, 353, 356a, 359,
360, 361a, 361b, 362, 363, 364.
• JC: página 345
• JJMG: páginas 68, 73b, 146, 147b, 150a, 150b, 151a,
151b, 152a, 152b, 175a, 176b, 241a, 241b, 244, 245a, 245b,
250 (4), 279b, 280 (4), 291, 313, 314.
• JLIR: páginas 125, 296, 297b, 298a, 298b, 300 (3), 302a,
302b, 304a, 305.
• LFS: página 193.
• PFNSM: páginas 8, 13b, 14b, 15, 16, 127, 129a, 133, 153a,
203, 229, 231, 249a, 249b, 252, 253a, 253b, 254, 256b, 257,
259, 284, 289, 301b, 391, 394, 396a, 396b, 397, 398a, 398b,
399 (4), 400, 401.
• RBC: página 304b.
• UACJ: página 279a.
Fotógrafos
• Joel Torres Romero: páginas 30, 153b, 199, 303, 347a,
347b, 350 (3).
• Manuel Aréchiga; páginas 402-403
Reproducciones fotográficas
• Reyna Patricia Mora Hernández: páginas 4, 120a, 120b,
123, 124b, 126, 129b, 164b, 165b, 166a, 166b, 168, 183a,
213b, 219, 222a, 222b, 223a, 223b, 224a, 224b, 224c, 228,
230a, 230b, 233, 248a, 248b, 268, 269, 278, 280, 281, 282a,
283b, 287a, 288a, 288, 297a, 299b, 301a, 318, 344a, 344b,
356b, 357, 368, 372, 373, 379, 389 (3), 394 (2).
Folletos y libros
• Antúnez, Primicias, páginas 66, 70, 71, 72a, 75, 78.
Artes de México, El arte de la suerte, páginas 34, 38b, 144,
145a, 147a, 154a, 154b.
• Así es mi tierra, 1959, Dibujo de portada (coloreado por el
Sr. Armando de Luna Gallegos) y detalle páginas 2, 131,
270.
• Coello, Novísima, páginas 82, 84, 87, 93, 96, 102, 182b,
184a, 189b, 192b, 195b.
• Gómez Medina, La ciudad, páginas 189a, 189c, 195a.
• Gómez, Haciendas, página 28.
• Gómez, Mercaderes, páginas 85, 86, 107, 111, 139, 141.
• Gómez, Un mayorazgo, página 28.
• La Feria de San Marcos, c. 1940, páginas 220, 274, 275,
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• Plaza de Toros San Marcos, páginas 105, 178a, 179, 183b,
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• Posada, Ilustrador, páginas 25, 35, 43, 45, 62, 92, 140,
142, 143, 157.
• Revolledo, La fabulosa, páginas 160, 161, 162, 167b, 169,
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• Reyes, Cuestión, páginas 41, 117a, 136a, 136b, 137, 145b,
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• Sarabia, El juego, páginas 37, 114, 115, 116.
 Historia de la

Feria Nacional de San Marcos

1828 - 2006

Este libro
se terminó de imprimir
en el mes de abril de 2007
en los talleres de Corporativo Gráfico
con un tiraje de 500 ejemplares en pasta dura
y 1,500 con pasta blanda.
 Una empresa de
Líder de Bebidas en Latinoamérica