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PSICOPATOLOGÍA I

Rossana Bevilacqua Mendivil


Cada autor es responsable del contenido de su propio texto.
De esta edición:
© Universidad Continental S.A.C 2014
Jr. Junin 355, Miraflores, Lima-18
Teléfono: 213 2760

Derechos reservados
Primera Edición: Noviembre 2014
Tiraje: 500 ejemplares

Autor: Rossana Bevilacqua Mendivil


Impreso en el Perú en los talleres de
Rebelars S.A.C.
Los Bosques 555 - El Tambo - Huancayo

Fondo Editorial de la Universidad Continental

Todos los derechos reservados.

Esta publicación no puede ser reproducida, en todo ni en parte, ni registrada en o


trasmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por
ningún medio sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por
fotocopia, o cualquier otro sin el permiso previo por escrito de la Universidad.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 7
DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA ASIGNATURA 9
COMPETENCIA DE LA ASGNATURA 9
UNIDADES DIDÁCTICAS 9
TIEMPO MÍNIMO DE ESTUDIO 9
UNIDAD I: Aspectos Históricos, conceptuales, terminología y clasificaciones en Psicopatología 11

Diagrama de presentación de la unidad I 11

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 11

Tema N.° 1: Historia de la psicopatología 12


1 Antecedentes históricos y enfoque de la psicopatología. Criterios básicos de la normalidad
y anormalidad 12
2 Conceptos y modelos en psicopatología 14

Tema N.° 2: Clasificaciones 17


1 Clasificaciones de la Psicopatología según la OMS, CIE-10 y la DSM-IV 17
LECTURA SELECCIONADA N.º 1
La Enfermedad Mental: Aspectos psicopatológicos y semiológicos. Autor: Oliver, Ernesto. Ediciones
Libro Amigo, 1999. Lima. Tema: Enfermedad Mental. Pág. 15 a 25 20
ACTIVIDAD N.º I 24
Tema N.° 3: Psicopatología de la conciencia y identidad 24
1 Clasificación según sus trastornos 25

Tema N.° 4: Psicopatología de la atención 27


1 Características, signos y síntomas 28
LECTURA SELECCIONADA N.º 2
Psicopatología del trastorno por déficit atencional e hiperactividad. Autor: Nancy Martínez. International
Journal of clinical and Health Psychology, 2006. 6( 2), pág. 379-399 32

Control de lectura N.º 1 38


Glosario de la unidad I 38
BIBLIOGRAFIA DE LA UNIDAD I 38
Autoevaluación DE LA UNIDAD I 38

UNIDAD II: Psicopatologías de los procesos cognitivos I 41

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD ii 41

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 41


TEMA N.° 1: Psicopatología de la memoria 42
1 Características 42
2 Signos y síntomas 42
3 Tipos de amnesias 44
4 Otros cuadros clínicos 46
LECTURA SELECCIONADA N.º 1
La Enfermedad Mental: Aspectos psicopatológicos y semiológicos. Autor: Oliver, Ernesto. Ediciones Libro
Amigo, 1999. Lima. Tema: Enfermedad Mental. Pág. 245 a 258 50
ACTIVIDAD N.º 2 55
Tema N.° 2: Psicopatología de la percepción 55
1 Características, signos y síntomas 55
2 Clasificación de los trastornos perceptivos de la imaginación 55
3 Distorsiones perceptivas o sensoriales 57
LECTURA SELECCIONADA N.º 2
Manual de psicopatología. Volumen I. Autor:Belloch, Amparo; Sandin, Bonifacio y Ramos, Francisco .
Editorial Mc Graw Hill, 2008. Madrid. Tema: Psicopatología de la percepción y la imaginación. Pág.
139 a 143 61
Tarea Académica N.° 1 64
Glosario de la unidad II 65
BIBLIOGRAFIA DE LA UNIDAD II 65
Autoevaluación DE LA UNIDAD Ii 65

UNIDAD III: Psicopatologías de los procesos cognitivos II y psicopatología de la afectividad 69


Diagrama de Presentación de la Unidad III 69

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 69

Tema N.° 1: Psicopatología del pensamiento 70


1 Características, signos y síntomas 70
2 Delirios 70

Tema N.° 2: Psicopatología del lenguaje 75


1 Características, signos y síntomas 75
2 Clasificación y cuadros clínicos 75
LECTURA SELECCIONADA N.º 1
La Enfermedad Mental: Aspectos psicopatológicos y semiológicos. Autor: Oliver, Ernesto. Ediciones Libro
Amigo, 1999. Lima. Tema: Trastornos del contenido del pensamiento. Pág. 118 a 13 81

ACTIVIDAD N.º 3 84

Tema N.° 3: Alteraciones de la afectividad 85


1 Características, signos síntomas 85
2 Tipos 86

Tema N.° 4: Trastornos depresivos 88


1 Depresión, clasificación, factores de riesgo 88
2 Cuadros clínicos 89
LECTURA SELECCIONADA N.º 2
Trastornos Depresivos. Autor: Enrique Bojórquez . Acta Medica Peruana, 2006. 1( 12), pág. 9-4 95
Control de lectura N.° 2 98
Glosario de la unidad III 98
BIBLIOGRAFIA DE LA UNIDAD III 98
Autoevaluación DE LA UNIDAD IiI 99

UNIDAD IV: Trastornos de la personalidad, conducta alimentaria y de déficit cognitivo 103


Diagrama de Presentación de la Unidad Iv 103

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES 103

Tema N.° 1: Trastorno de la personalidad I 104


1 Características clínicas, clasificación 104
2 Trastornos de personalidad: paranoide, esquizoide, esquizotipico, antisocial 106

Tema N.° 2: Trastorno de la personalidad II 112


1 Trastornos de personalidad: límite, histriónico, narcisista, por evitación, por dependencia 112
2 Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad, trastorno autodestructivo, tras-torno sádico de
la personalidad 119
ACTIVIDAD N.º 4 123

Tema N.° 3: Trastorno de la conducta alimentaria 123


1 Trastornos de la disminución de ingesta 123
2 Trastornos por exceso de ingesta 125

Tema N.° 4: Trastornos del déficit cognitivo 130


1 El Retardo Mental 130
2 Características y caso clínico 130
LECTURA SELECCIONADA N.º 1
Trastorno alimentario y su relación con la imagen y la autoestima en adolescentes. Autor: Miriam,
Moreno y Godeleva Ortiz. Revista Terapia Psicologia, 2009. 27(2), pág. 182 a 183 133
Tarea Académica N.° 2 136
Glosario de la unidad IV 136
BIBLIOGRAFIA DE LA UNIDAD IV 136
Autoevaluación DE LA UNIDAD IV 136
ANEXOS: claves de las Autoevaluaciones 138
6
INTRODUCCIÓN

L
a presente asignatura ampliara sus conocimientos sobre diferentes cuadros psicopatológicos, reconociendo las diferencias
los distintos fenómenos psicopatológicos que sustentan que existen entre los diversos cuadros clínicos.
los trastornos mentales en diferentes momentos de la Es de suma relevancia identificar los principales cuadros
vida de la per-sona. Identificaremos la importancia del estudio de psicopatológicos, sus características, signos y síntomas ya que es
los trastornos mentales así como la descripción de las principales tarea del profesional proporcionar un adecuado diagnostico y
características y síntomas asi como la clasificación de los mismos. proponer alternativas de solución frente a diversos casos clínicos.
Realizaremos la revisión histórica de la psicopatología, El curso consta de IV unidades, cada una con temas y subtemas
reconociendo sus enfoques y criterios básicos de diferenciación concretos y de fácil comprensión, las actividades demandará un
del comportamiento normal y anormal. Aprenderemos que análisis por parte del estudiante, pero después de una revisión
los distintos fenómenos psicopatológicos pueden presentarse minuciosa previa, notaras la sencillez de la tarea.
en diferentes etapas de vida por diferentes razones. Así mismo
También cuentas con lecturas seleccionadas que tienen la finalidad
también identificaremos como tratar mejor a las personas con
de reforzar las ideas de los temas tratados, que en nuestro caso
diversos trastornos.
son cortas y de lenguaje fluido. Sucede lo mismo con los controles
Ofreceremos ejemplos y casos sencillos de comprender pero de lectura, que también responde a los temas propuestos. La
que aclararan nuestras dudas ante los términos de importancia. bibliografía es sencilla y los enlaces son muy interesantes, te invito
Mediante figuras y videos se realizarán las explicaciones a navegar en internet y verlos. El glosario de términos ayuda al
complementarias necesarias. entendimiento del texto, es necesaria su revisión.
El estudio de la psicopatología enfatiza la fundamentación
teórica, para lograr la comprensión de las características de los
No esperemos más e iniciemos con la asignatura
8
PSICOPATOLOGÌA I
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
9

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN
DE LA ASIGNATURA
Recordatorio Anotaciones

Diagrama Objetivos Inicio

COMPETENCIA DE LA ASIGNATURA

Reconoce, diferencia y sistematiza los distintos fenómenos psicopatológicos que


Desarrollo Actividades Autoevaluación
desustentan
contenidoslos trastornos mentales en las diferentes funciones psicológicas y etapas
de la vida humana, con la finalidad de identificar y tratar mejor a las personas con
estos trastornos.

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
UNIDADES DIDÁCTICAS

UNIDAD I UNIDAD II UNIDAD III UNIDAD IV

Aspectos Históri- Psicopatologías de Psicopatologías de los Trastornos de la


cos, conceptuales, los procesos cogni- procesos cognitivos II personalidad, con-
Recordatorio Anotaciones
terminología y tivos I y psicopatología de la ducta alimentaria
clasificaciones en afectividad y de déficit
Psicopatología cognitivo”

TIEMPO MÍNIMO DE ESTUDIO


UNIDAD I UNIDAD II UNIDAD III UNIDAD IV
1era. y 2da. 3era. y4ta. 5ta. y 6ta. 7ma. y 8va.
Semana Semana Semana Semana
16 horas 16 horas 16 horas 16 horas
10
PSICOPATOLOGÌA I
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
11

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

UNIDAD I: A SPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINO-


LOGÍA Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

Lecturas
seleccionadas DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD I
Glosario Bibliografía

Diagrama Objetivos Inicio

LECTURAS
CONTENIDO ACTIVIDADES
Recordatorio Anotaciones
SELECCIONADAS
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÌA
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES


Diagrama Objetivos Inicio
Recordatorio Anotaciones

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N.° 1: Historia de la 1.  Conoce el desarrollo 1. Muestra interés
Desarrollo
Actividades Autoevaluación
psicopatología
de contenidos histórico de la Psicopa- por conocer los
1. Antecedentes históricos y tología y comprende sus fundamentos teó-
enfoque de la psicopato- enfoques sobre la con- ricos, participando
logía.Glosario
CriteriosBibliografía
básicos de ducta, identifica y ana- en forma activa y
Lecturas
la normalidad y anorma-
seleccionadas liza las diferencias entre responsable, apre-
lidad el concepto de conduc- cia los temas y sus
ta normal y anormal aplicaciones
2. Conceptos y modelos en
psicopatología 2.  Identifica la clasifica- 2. Reconoce los
Recordatorio Anotaciones ción y los criterios uti- procedimientos de
Tema N.° 2: Clasificaciones lizados por los princi- diagnostico a un
1. Clasificaciones de la pales sis-temas vigentes paciente, con los
Psicopatología según la utilizados en Psicopato- principios estableci-
OMS, CIE-10 y la DSM-IV logía como el CIE-10 y dos por la ética
Lectura seleccionada N.° 1 el DSM-IV TR
La Enfermedad Mental: As- 3.  Reconoce y analiza los
pectos psicopatológicos y se- principales síntomas y
miológicos. Autor: Oliver, Er- signos de las alteracio-
nesto. Ediciones Libro Amigo, nes de la conciencia y
1999. Lima. Tema: Enferme- identidad
dad Mental. Pág. 15 a 22 4.  Identifica e interpreta
Tema N.° 3: Psicopatología de los principales síntomas
la conciencia y identidad y signos de las alteracio-
nes de la atención
1. Clasificación según sus
trastornos
Tema N.° 4: Psicopatología de Actividad N° 1
la atención Elabora un cuadro compa-
1. Características, signos y ra-tivo acerca de la clasifi-
síntomas cación de la psicopatología
según la OMS, CIE-10 y la
Lectura seleccionada N.° 2 Psi-
DSM-IV
copatología del trastorno por
déficit atencional e hiperacti-
vidad. Autor: Nancy Martínez. Control de Lectura Nº 1
Interna-tional Journal of cli- Responde el cuestionario
nical and Health Psychology, sobre los temas de la I Uni-
2006. 6( 2), pág. 379-399 dad, más los contenidos de
las 2 lecturas seleccionadas
Autoevaluación de la
unidad I
UNIDAD I: ASPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA
ollo
nidos 12
Actividades Autoevaluación
Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA

as Glosario Bibliografía
nadas
TEMA N.° 1: HISTORIA DE LA PSICOPATOLOGÍA

1 Antecedentes históricos y enfoque de la psicopatología
torio Anotaciones
Los primeros indicios del origen de las enfermedades mentales fueron encontrados
en cráneos trepanados en épocas prehistóricas. En ellos se observa que el hombre
primitivo realizaba cirugías de cráneo, posiblemente atribuyendo un origen sobre-
natural a la enfermedad mental; se cree que los agujeros servían para desalojar los
espíritus malignos o demonios de la persona afectada. Con la misma creencia acer-
ca de la posesión de demonios en el individuo dañado, el exorcismo se convirtió
entre los antiguos hebreos, los griegos, los chinos y los egipcios en una práctica
frecuente. En principio era realizada por hechiceros y luego por sacerdotes.

Grafico N°1. Cráneo prehistórico trepanado


Fuente: http://4.bp.blogspot.com/_FeBFRdNQmhc/TO5csRSl4cI/AAAAAAAAA-
DU/eReZgBoAxhA/s1600/Trepanaci%C3%B3n+Craneana.jpg

En la cultura grecoromana, alrededor del siglo V a. C., figuras importantes apor-


taron ideas que se sostuvieron hasta la Edad Media, sobre la enfermedad mental.
Hipócrates fue el que influyó de manera más importante, ya que él no apoyó la idea
de que los dioses eran cau-santes de las enfermedades mentales; por el contrario,
defendió que las causas eran naturales, provocadas por algún daño orgánico, al
igual que por cualquier otro padecimiento de salud. Su teoría se denominó “Teo-
ría de los humores”; de acuerdo con ésta, la salud se asienta en el equilibrio de
los cuatro tipos de humores que se encuentran dentro del cuerpo que forman la
naturaleza humana: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. O, aún mejor, en el
equilibrio de las cualidades que acompañan y caracterizan a estos (caliente, frío,
seco y húmedo). La enfermedad, de acuerdo con esta concepción, es producto de
la ruptura del equilibrio humoral; la curación vendría por el camino de conseguir
la homeostasis o su res-tablecimiento. (Belloch, Sandín y Ramos, 2008)
Durante la Edad Media, la autoridad de la Iglesia influyó durante muchos siglos
en la con-cepción del trastorno mental; por esta razón se mantuvo la idea de que
el origen de los males era la brujería o la posesión demoniaca. Hasta el siglo XIII
la Iglesia le llamaba “loco” a una víctima inocente del diablo, de modo que el trato
terapéutico podía ir desde delicados y respetuosos ritos (oraciones, agua bendita,
exorcismos, peregrinaciones a lugares sagrados, entre muchas manifestaciones),
hasta fuertes juicios y torturas.
En el Renacimiento y la Ilustración iniciaron los cuestionamientos hacia la visión
demonológica que se mantuvo y, por lo consiguiente, se practicaron duros castigos
y sacrificios que establecía la Inquisición con las personas que padecían algún tras-
torno mental y que eran etiquetadas como “poseídas por el demonio”, parte de la
brujería y hechiceros. Comenzaron a considerarse nuevamente las causas naturales
para encontrar las raíces de la enfermedad mental.
UNIDAD I: ASPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA PSICOPATOLOGÌA I
Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
13

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
En el siglo XV surgen los primeros manicomios y hospitales psiquiátricos. Hacia el
siglo XVIII se registra el auge de la observación y descripción clínica de los diferen-
tes trastornos y la tendencia creciente a recluir enfermos en centros e instituciones.
Recordatorio Anotaciones

Grafico N° 2. Manicomio en el siglo XIX


Fuente: http://marcianitosverdes.haaan.com/wp-connt/uploads/2007/01/Win-
dowsLiveWriter/Losuflogosalienistas_133AA/Manicomio1%5B3%5D.jpg

Con la primera reforma asistencial, se consideran a los hospitales mentales (mani-


comios) como instituciones cerradas y con un fin terapéutico. Esto sucede a finales
del siglo XVIII y la primera mitad del siglo XIV; en el periodo destacó una nueva
manera de entender y llevar a cabo la práctica clínica, así como tener una nueva
actitud y trato hacia el enfermo, a lo que se le denominó: tratamiento moral.
En esta época se mejoraron las condiciones de vida en los manicomios. En perio-
dos posteriores se comenzó a aplicar el método clínico descriptivo. Se dio mayor
importancia a la descripción clínica con la recopilación de casos y la observación
detallada del comportamiento y sintomatología del enfermo. El objetivo era descri-
bir y clasificar los trastornos mentales.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX se formularon distintos modelos
teóricos explicativos con el fin de encontrar tratamientos para los distintos tras-
tornos mentales. De estas estructuras derivaron diversos modelos de estudio que
explicaban y abordaban los trastornos psicopatológicos. (Vallejo, 2002).
Criterios básicos de la normalidad y anormalidad.
La definición que hace referencia a la conducta anormal como lo diferente, raro
o des-viado es excesivamente simple y a todas luces insuficiente, cuando se aplica
al comportamiento. Parece claro que en síndromes tales como la depresión, los
trastornos de ansiedad, la esquizofrenia, existen manifestaciones conductuales so-
bre las que se necesita intervenir, pero ¿qué es lo que nos permite calificar estas
manifestaciones como anómalas?
El individuo realiza acciones que la gente estima extravagantes, raras o in-cohe-
rentes. Así, determinar si una conducta es considerada rara o no, depende del
contexto en el que se dé. De esta forma, partimos de que la conducta anormal está
en función de los valores y tradiciones culturales (Díaz, 2001)

El criterio estadístico
El criterio estadístico de normalidad considera como comportamientos normales
aquellos que se encuentran dentro de una zona promedio (media) más menos una
desviación típica. Así, y en contraposición, La conducta anormal será aquella que
se encuentre fuera de esta franja.

Este criterio ha recibido tres críticas importantes.


a. N
 o discrimina entre valores supranormales e infranormales. Así, tanto los com-
portamientos muy adaptados como los poco adaptados quedan fuera de la nor-
malidad.
b. No aporta conocimientos acerca de la naturaleza de lo patológico ni de lo normal.
c. Es válido únicamente para la población de la que se obtuvo la muestra, entre
otros factores por el relativismo cultural.
UNIDAD I: ASPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA
ollo
nidos 14
Actividades Autoevaluación
Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA

as Glosario Bibliografía
nadas
El criterio social
Se basa en el consenso del grupo social de referencia que percibe los comporta-
mientos patológicos y/o anormales. En tal caso, el criterio de desviación lo marca,
torio Anotaciones la sociedad. Es un criterio de mayorías.

El criterio subjetivo
Desde este criterio la Psicopatología se define haciendo referencia al sufrimiento
propio o ajeno, es por tanto, un criterio subjetivo de la patología psicológica.

El criterio biológico
La enfermedad mental desde esta óptica es vista como el resultado de una altera-
ción de la estructura o el proceso fisiológico y/o biológico del organismo humano
Con todo lo expuesto, concluimos que ninguno de los criterios expuestos se puede
erigir como absoluto. Intentar acotar los límites de la anormalidad atendiendo a
un solo criterio es cuando menos difícil y pensamos que sólo desde un enfoque
multifactorial es posible llegar a determinar lo que es normal frente a lo patológico.

Definición multifactorial de la anormalidad


La anormalidad de una conducta ha de venir siempre dada por la combinación de
varios criterios. Para la caracterización de una conducta como “anormal”, habitual-
mente hay que tener en cuenta la intervención de diversos elementos simultáneos.
Una concepción tridimensional de la anormalidad al atender al criterio biológico,
social y subjetivo. Así, en toda conducta anómala siempre están presentes varios
criterios, aunque el valor y relevancia que se le dé a cada uno podrá variar para los
distintos trastornos.

2 Conceptos y modelos en psicopatología


Una vez que se tuvo una visión más clara sobre la anormalidad del comportamiento
como consecuencia de una enfermedad mental y se asignaron lugares e institucio-
nes para el sustento de estas quienes padecían de estas patologías. Tuvo que pasar
más tiempo para que se le prestara mayor atención a las causas de los trastornos
mentales.
En la actualidad, este análisis sigue siendo una tarea complicada, a pesar de los
grandes desarrollos tecnológicos, ya que el objeto de estudio, la mente, es intangi-
ble. Surgieron diversos modelos que siguieron principalmente dos visiones gene-
rales: una biógena y una psicógena. La primera se refiere a que la causa proviene
de un deterioro orgánico: la falla en algún órgano interno es la causa de la anor-
malidad conductual; la segunda, se refiere a que el trastorno es producto de un
proceso interno, inmaterial, formado por la historia de vida de cada individuo, a la
que sólo se puede tener acceso por medio de la externalización verbal o conductual
del paciente.

2.1 Modelo biógeno y psicógeno de la conducta anormal


El modelo biógeno o biologisista emergió en un contexto médico; el psicógena o
psicologista.
El pionero de la concepción biógena fue psiquiatra alemán Wilhelm Griesinger
(Citado por Díaz, 2001), quien según sus supuestos, sería posible establecer una
relación directa entre los diferentes trastornos psicopatológicos y lesiones anatómi-
cas en el sistema nervioso central. Su discípulo, Emil Kraepelin, aun cuando coin-
cidió con su maestro en que la etiología de los trastornos mentales es una causa
orgánica, defendió que las enfermedades mentales quedan mejor definidas por su
curso, pronóstico y clínica. Gracias a esta visión, comenzó a tomar forma y orden
la psicopatología como ciencia, ya que se recopiló y sistematizó la gran cantidad
de cuadros clínicos que se habían descrito en el transcurso del último siglo y los
agrupó en función de sus similitudes clínicas. De esto surgió la gran diferenciación
entre demencia precoz y la psicosis maníacodepresiva.
En Europa, Charcot, Babinski, Janet, Freud y Bleuler fueron los antecesores de la
perspectiva psicógena, en Estados Unidos fue Meyer. Ellos plantearon una causa
psicológica en el origen del trastorno mental.
UNIDAD I: ASPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA PSICOPATOLOGÌA I
Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
15

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
Lo anterior motivó que surgiera en Estados Unidos un movimiento de reforma
contra el internamiento indiscriminado en hospitales psiquiátricos, campañas de
higiene mental, mejoras en el sistema hospitalario y nuevas terapias y métodos asis-
tenciales. El énfasis recae ahora en el estudio de los diferentes modelos psicógenos,
Recordatorio Anotaciones
desarrollados por las diferentes corrientes teóricas psicológicas.

2.2 Modelo psicoanalítico


Sigmund Freud (citado por Díaz 2001) planteó la teoría de que los trastornos men-
tales producen comportamientos extraños y síntomas demasiado exóticos; éstos, a
su vez, pueden analizarse de forma científica, y ser atribuibles a motivos y conflictos
inconscientes. Sus ideas acerca de las causas y el tratamiento de los trastornos psico-
lógicos conforman el fundamento de la perspectiva psicodinámica. Es importante
subrayar que el término psicoanalítico, se refiere a la teoría original del enfoque de
Freud, mientras que el término psicodinámico se refiere de manera más amplia al
enfoque de procesos inconscientes e incluye una amplia variedad de perspectivas
teóricos.
Freud afirmaba que los primeros años de vida de todo ser humano eran cruciales
para la función formativa de la personalidad; para el análisis de los diferentes mo-
mentos en la vida del ser humano, propuso una secuencia normal de desarrollo
mediante una serie de lo que llamó etapas psicosexuales. Cada etapa se enfoca en
una zona excitable sexualmente (zona erógena) del cuerpo; la forma en que en
la infancia se aprende a satisfacer los deseos se-xuales asociados con cada etapa se
vuelve un componente importante de su personalidad. Las etapas de desarrollo
formuladas por Freud son etapa oral (0-18 meses), etapa anal (18 meses- 3 años),
etapa fálica (3-5 años), latencia (5-12 años) y etapa genital (12 años hasta la adul-
tez). De acuerdo con Freud, la falla al pasar por estas etapas en la manera normal
causa varias perturbaciones psicosexuales y trastornos de carácter. De acuerdo con
esta teoría, los conceptos de regresión y fijación son centrales para el desarrollo de
una perturbación psicológica.
Freud aseveró que la mente está formada por tres componentes: el ello, el yo y el
superyó. Las tres estructuras constituyen la psique (del griego “alma”) e interactúan
en forma continua entre sí en una forma “dinámica”. El ello, contiene los impul-
sos básicos, principalmente los sexuales y agresivos, información inaccesible para
la consciencia; se encuentra por completo en el inconsciente. El yo es el centro
consciente de la personalidad, pues da al individuo los poderes mentales de juicio,
memoria, percepción, y toma de decisiones, los cuales le permiten adaptarse a las
realidades del mundo externo. El superyó está, como el nombre implica, “sobre
el yo”, el control la búsqueda que hace el yo de los deseos del ello. Freud postuló
que en la personalidad de un individuo sano, el ello satisface los deseos ins-tintivos
por medio de la capacidad del yo para navegar en el mundo externo dentro de los
límites colocados en él por el superyó. La psicodinámica o la interacción entre las
estructuras de la mente es la base para el funcionamiento normal y anormal.
Para superar la ansiedad provocada por alguna tensión, causada a su vez por la falta
satisfacción sobre alguna de las estructuras, las personas usan tácticas que mantie-
nen los pen-samientos, instintos y sentimientos inaceptables fuera de la conciencia
(estrategias que Freud llamó mecanismos de defensa.

2.3 Enfoque humanístico y existencial


Abraham Maslow (citado por Díaz 2001) fue el iniciador de la corriente humanista
en la que se plantea que cada persona posee de forma innata un potencial de creci-
miento y actualización que es el motor de su conducta. Su perspectiva se centra en
la noción de autorrealización, que se refiere a la realización máxima del potencial
del individuo para el crecimiento psicológico. Esta teoría se enfoca también en la
motivación, pues Maslow encontró que las experiencias motivacionales impulsan
a las personas hacia la realización de su potencial más pleno. De acuerdo con este
autor, las personas autorrealizadas son precisas en sus autopercepciones y capaces
de encontrar fuentes ricas de placer y estimulación.
La teoría de Maslow, se conoce principalmente por su jerarquía de necesidades,
representada en forma de pirámide, la cual describe el orden en el que deben sa-
tisfacerse las necesidades humanas (Grafico N° 3); el diagrama comienza desde las
más básicas (ubicadas, justamente en la base) y abarca los niveles superiores (en la
punta de la pirámide).
UNIDAD I: ASPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA
ollo
nidos 16
Actividades Autoevaluación
Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA

as Glosario Bibliografía
nadas

torio Anotaciones

Grafico N°3. Pirámide de jerarquía de necesidades de maslow.


Fuente: http://www.aliatuniversidades.com.mx/bibliotecasdigitales/pdf/salud/
Psicopatologia_I.pdf

Carl Rogers (1902-1987) aportó una visión muy importante: la teoría centrada en
la persona, mejor conocida como centrada en el cliente, misma que se enfocaba en
el carácter único de cada individuo, la importancia de permitir que cada uno logre
el cumplimiento máximo de su potencial y la necesidad de confrontar en forma
honesta la realidad de sus experiencias en el mundo, basándose en la premisa de
que las personas son buenas en forma innata y que el potencial para la automejora
se encuentra dentro del individuo mismo.
Por otra parte, es importante mencionar al existencialismo, corriente filosófica que
se enfoca en el significado de la existencia que cada persona ha de establecer por sí
misma. La autenticidad tiene que ser la meta de la persona.
Desde estas perspectivas, un trastorno mental es provocado cuando las capacida-
des de autorrealización y autenticidad se ven bloqueadas o distorsionadas por la
excesiva utilización de los mecanismos de defensa, aunque también provocarse un
desorden cuando las condiciones sociales que llevan a aprendizajes son defectuosas
para enfrentar las fluctuaciones de la vida. Incluso el estrés excesivo puede influir.
En este enfoque se rechazan las clasificaciones y, de hecho, la división entre las
patologías neuróticas, psicóticas y lo que Maslow denomina la “psicopatología del
normal”, su explicación a tal categorización es ésta: la gente normal pero sin con-
ciencia de sus potencialidades como ser humano, se desvanece y se define sólo por
el alejamiento de la realidad que padece el sujeto.

2.4 Modelos conductuales


Los principios de los modelos conductuales se basan en el interés sobre la conducta
como fenómeno observable y medible; asimismo, se caracterizan por enfocarse en
problemas actuales del sujeto. Son modelos que siguen rigurosos métodos experi-
mentales y científicos. Sus principios se aplican a todo tipo de conductas.
El enfoque conductista comenzó con los estudios de Iván Pavlov (Citado por Díaz
2001) sobre la asociación de una respuesta refleja con un estímulo no relacionado
que provoca una respuesta o conducta, a lo que denominó condicionamiento clá-
sico. Esta conexión se forma mediante apareamientos repetidos en las dos clases
de estímulos: uno neutro, conocido como estímulo condicionado (porque provoca
una respuesta después del condicionamiento; y un estímulo provocador natural
que se llama estímulo incondicionado, ya que produce una respuesta antes del
condicionamiento.
Posteriores a Pavlov fueron los estudios sobre el condicionamiento operante, desa-
rrollado por B. F. Skinner (Citado por Díaz 2001), quien afirmó que este tipo de
condicionamiento constituye un proceso de aprendizaje en el que el individuo ad-
quiere comportamientos a través de de las consecuencias que conllevan a lo que se
denomina reforzamiento. Puede haber diferentes clases de reforzadores que satis-
facen una necesidad biológica (hambre, sed, alivio del dolor, sexo). Éstos se llaman
reforzadores primarios, porque son gratificantes de manera intrínseca; otro tipo
son los reforzadores secundarios, los cuales obtienen importancia por su relación
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con reforzadores primarios (por ejemplo: el dinero se asocia con el poder para
obtener reforzadores primarios, como el alimento o la vestimenta).
Según esta visión conductual, la anormalidad es causada por experiencias de apren-
dizaje fallidas o por la incapacidad para aprender nuevas conductas, adquirir apti-
Recordatorio Anotaciones

tudes adaptativas necesarias y/o el aprendizaje de respuestas desadaptadas o inefi-


caces.

2.4 Modelos cognoscitivos


Las terapias cognitivas o cognoscitivas, al igual que los modelos conductistas, parten
de la idea de que los seres humanos desarrollan conductas adaptativas y desadap-
tativas, pero difieren los modelos cognoscitivos al incluir la influencia de patrones
afectivos o emocionales, mediante procesos cognitivos. Por lo tanto, siguen la lógica
de que las emociones dis-funcionales son el producto de pensamientos disfunciona-
les. Una de las técnicas fundamen-tales de tratamiento es la reestructuración cog-
nitiva, en la que se ayuda a alterar la manera en que el individuo se ve así mismo,
al mundo y al futuro.
El objetivo es redefinir las ideas negativas por otras más positivas, para alentar el
desarrollo de formas más adaptables de afrontar las dificultades emocionales. El
terapeuta cuestiona y pone en duda las actitudes disfuncionales y las creencias irra-
cionales del paciente, y hace sugerencias que éste puede probar con actitudes fuera
de la sesión de terapia.
Por lo tanto, según esta perspectiva, la anormalidad es causada por procesos de
pensamiento desadaptado, los cuales producen comportamiento disfuncional.

TEMA N.º 2: CLASIFICACIONES

1 CLASIFICACIONES DE LA PSICOPATOLOGÍA SEGÚN LA OMS, CIE-10


Y LA DSM-IV
El interés de clasificar, homogeneizar y organizar los síntomas, síndromes o trastor-
nos mentales es un objetivo primordial para Psicologia y psiquiatría. El desconoci-
miento de la etiología de un gran número de trastornos mentales hace que se deba
recurrir para su definición a criterios basados generalmente en la descripción del
comportamiento, la exploración psi-copatológica y la evolución del enfermo.
La situación de la psiquiatría actual se ha enriquecido con la aparición de sistemas
de clasificación internacionales, que han puesto en evidencia las dificultades de
definición y nomenclatura, y han favorecido la aparición de instrumentos útiles
para normalizar los criterios diagnósticos y la exploración del paciente psiquiátrico.
Con ello se ha avanzado, a pesar de las dificultades, en el proceso de homogeneiza-
ción, tan necesario para avanzar en la investigación y que facilita la comunicación
científica entre profesionales, la descripción psicopatológica y la organización de
datos en conceptos.
Las clasificaciones internacionales deberían basarse en el acuerdo entre profesio-
nales de salud mental, ser suficientemente simples y comprensibles y, sobre todo,
servir al profesional.
En el momento actual existen dos sistemas de clasificación que poseen una mayor
vigencia y relevancia:
El desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (CIE) y el de la Asociación
Americana de Psiquiatría (DSM).
Ambos están basados en las teorías de Emil Kraepelin y tras varias revisiones se han
ido adaptando a la situación actual. Las dos clasificaciones están muy extendidas in-
ternacionalmente y la tendencia actual es a compatibilizar ambos sistemas. (García,
Maroto y Grandes, 2006)

Clasificaciones internacionales:
Evolución histórica desde su creación hasta el momento actual
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Clasificación de la OMS
La clasificación internacional de enfermedades (CIE) se puso en marcha en 1983
por el In-ternational Statistical Institute de París y engloba una clasificación de cau-
torio Anotaciones sas de enfermedad según categorías.
Tras varias revisiones, la OMS investigó en 1959 su uso y utilidad, según un estu-
dio realizado por Stengel (citado por García, Maroto y Grandes, 2006) basado en
el análisis de algunas clasificaciones vigentes, la mayoría basadas en las teorías de
Kraepelin.
ºDadas las divergencias encontradas, Stengel (citado por García, Maroto y Grandes,
2006) propuso que los diagnósticos fueran simplificados a síndromes clínicos, y
recomendó la creación de un glosario que aclarase y definiese términos de nomen-
clatura.
La propia OMS, en su presentación, aclara que es únicamente la enumeración de
un conjunto de síntomas con descripciones consensuadas por un gran número de
asesores, que sirven de base para definir las distintas categorías de la clasificación, y
que no abarca de forma exhaustiva los conocimientos actuales sobre los trastornos.
Con posterioridad se ha realizado un profundo trabajo de revisión que ha permi-
tido, con la novena revisión (CIE-9), la creación de un glosario que ha intentado
paliar los problemas terminológicos.
La CIE-9 fue publicada en 1975 y el capítulo V corresponde a los trastornos psiquiá-
tricos. En él se incluyen 30 categorías de 3 dígitos, organizadas en 4 subsecciones,
un glosario y términos equivalentes para cada trastorno.
En 1992, la OMS publicó su última revisión, la CIE10, realizada tras varios años de
estudios de campo, buscando validez y fiabilidad de las categorías.
Los códigos numéricos fueros sustituidos por cadenas alfanuméricas y el número
de categorías principales ha pasado de 30 a 100.
La perspectiva multiaxial de la CIE-10 posibilita la creación de distintas versiones
para diferentes usos. En ella se obtienen descripciones clínicas y pautas para el
diagnóstico destinadas al uso clínico, criterios diagnósticos útiles para la investiga-
ción (creados en 1994) y una versión específica para Atención Primaria (1996), con
notable aceptación en Europa.
La compatibilidad de la CIE-10 con la DSM-IV es muy importante, logrando un
acercamiento aún mayor que el obtenido en la revisión anterior (CIE-9 frente a
DSM-III).

Clasificación de la APA: DSM


El único sistema oficial que ha prevalecido junto a la clasificación de la OMS ha sido
la de la APA (American Psychiatry Association), publicando el manual diagnóstico
y estadístico de los trastornos mentales conocido como DSM utilizado en Estados
Unidos, y que usan clínicos e investigadores de todo el mundo.
La primera edición fue publicada en 1952, dando gran importancia al concepto de
reacción de Adolf Meyer. En 1965 fue sustituida por el DSM-II, que basado en la
CIE-8 introdujo un glosario, dando un giro al concepto inicial.
En 1980, la APA publica la tercera edición del Diagnostic and Statistical Manual
(DSM-III), muy en consonancia con la 9ª revisión de la clasificación de la OMS,
introduciendo criterios diagnósticos de inclusión y exclusión, a la vez que utiliza un
sistema multiaxial de diagnóstico.
Tras ella, se hizo una revisión (DSM-III-R), publicada en 1998. Los objetivos que
precipitaron su aparición eran mejorar la utilidad clínica, fiabilidad de las cate-
gorías diagnósticas, aceptación por parte de los clínicos e investigadores, utilidad
académica y compatibilidad con ICD-9CM y con los puntos de vista tradicionales.
En 1994 se publicó el DSM-IV que no supuso un cambio radical respecto al anterior
y que es el utilizado en la actualidad aunque en 2002 se publicó su revisión, el DSM-
IV-TR. Sus tra-bajos son simultáneos a la CIE-10 y las categorías principales son muy
parecidas. Sigue siendo un sistema ateórico con orientación descriptiva.
En cada trastorno se hace una descripción sistemática, se evita la jerarquía entre
trastornos y utiliza los diferentes ejes de clasificación que proporcionan informa-
ción adicional en cada caso.
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Características
• E
 l diagnóstico se basa en criterios operativos, por lo que la inclusión o no de un
caso en una categoría depende del cumplimiento de una serie de ítems.
• Es ateórica pues a pesar de la enorme cantidad de clasificaciones y de teoríasRecordatorio Anotaciones

existentes, esta clasificación ha intentado no seguir la línea de ninguna de ellas


en particular.
• Es multiaxial. Con lo que se facilita la inclusión de múltiples procesos y la valo-
ración de distintos aspectos.
• Se aproxima más a la clínica. Se eliminan las hipótesis patogénicas a favor de los
aspectos clínicos.
• Está sometida a un continuo proceso de revisión y validación.

Aspecto multiaxial
En la clasificación DSM-IV se pueden distinguir cinco ejes sobre los que se debe
establecer el diagnóstico completo.

EJE I
Define los síndromes clínicos, es decir, los motivos de consulta, pero que no consti-
tuyen un trastorno mental en sentido estricto.Es el eje de uso más habitual.

EJE II
Incluye los trastornos de personalidad que no se incluyen como tal en el eje I y que
pueden acompañar a cualquier otra patología mental. En DSM-III-R y DSM-IV se
incluyen en este eje los trastornos del desarrollo en la infancia y la adolescencia y la
función intelectual borderline. A los ejes I y II se les suma en esta revisión la valora-
ción de la severidad con códigos adicionales.

EJE III
Incluye las condiciones físicas que pueden ser causa de enfermedad mental codifi-
cada en el eje I.

EJE IV
Codifica la gravedad de los problemas psicosociales y ambientales padecidos por el
sujeto. Puede ser catalogado desde ausente hasta catastrófico, pasando por grados
intermedios. Se utiliza cuando se presume la existencia de factores vivenciales que
han desencadenado el proceso psicopatológico.

EJE V
Constituye una escala de evaluación de la actividad global del sujeto. Valora la cali-
dad del rendimiento en las áreas psicológica, social y laboral, con una puntuación
que oscila entre 1 (peligrosidad intensa, grave riesgo de suicidio, etc) y 90 (ausencia
de síntomas, óptimo rendimiento laboral, etc).
El DSM-III-R añade el status sintomático al nivel de actividad interpersonal y ocu-
pacional.
El DSM-IV incluye la opinión del clínico acerca del nivel general de actividad del
sujeto, lo que resulta útil para planificar un tratamiento, medir su impacto y para
predecir su evolución. El registro de la actividad general en el eje V puede hacerse
utilizando la escala de evaluación de la actividad global (EEAG).
La existencia de distintos modelos de clasificación es importante en psiquiatría y en
atención primaria, pero conlleva muchos problemas a la hora de unificar criterios.
La consolidación de la CIE-9-CM y de DSM-III-R y las revisiones posteriores CIE-10
y DSM-IV como clasificaciones internacionalmente admitidas y utilizadas, han con-
seguido unificar criterios y avanzar en la normalización diagnóstica.
Si comparamos ambas, podemos concluir que la CIE presenta la ventaja de la utili-
zación común con otras partes de la medicina, al no ser una clasificación exclusiva-
mente psiquiátrica y englobar causas de enfermedad en general.
Mientras, la clasificación de la APA (DSM) presenta la de la existencia de criterios
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y herramientas normalizadas y el uso del sistema multiaxial, que facilita una evalua-
ción completa y sistemática de factores, que pasarían desapercibidos si el objetivo
de la evaluación se centrara en el problema objeto de la consulta.
torio Anotaciones La imposición de una u otra es difícil dada la importancia de ambas. Sin embargo,
cada nueva versión ha hecho un esfuerzo para intentar compatibilizar ambos sis-
temas, hecho que ha sido evidente en las últimas versiones, en las que el grado de
concordancia es muy importante.
En la actualidad CIE-10 y DSM-IV son dos grandes sistemas de clasificación muy
extendidos.

Grafico N°4. Cie 10


Fuente: http://www.libreriaolejnik.com/ventana.php?codig=20472

Grafico N°5. Dsm-Iv


Fuente: http://mentesana07.blogspot.com/
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LECTURA SELECCIONADA N.° 1


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La enfermedad mental
Concepto de enfermedad mental
El intento
Recordatorio de delimitar el concepto de salud y enfermedad es una tarea hartamente
Anotaciones

dificultosa, no es nada nuevo, se es enfermo; se está enfermo; se habla de enferme-


dades, se curan enfermedades, pero no se sabe lo que es la enfermedad misma en
su esencia y su contrapuesta la salud, a partir de la cual, parece recién tener sentido
hablar de enfermedad.
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En lo que respecta a la salud y enfermedad mental la situación se repite y se hace
aún más crítica. El médico supone que existe algo así como una enfermedad y basa-
do en las características y delimitaciones de las diversas enfermedades, intentará su
posible cura. Pero justificar la existencia de la enfermedad misma como fenómeno Recordatorio Anotaciones
humano, precisar su existencia, fijar su por qué, todo eso escapa a su competencia.
Desde el comienzo, el concepto de enfermedad mental es el punto de la problemá-
tica del estudio médico, en la medida en que se la contrapone al de enfermedad
somática, física u orgánica. Lo que hace esta distinción es la diferencia entre el
llamado cuerpo o soma, por un lado, y por el otro la mente, psique, alma o espíritu.
No es preciso señalar que el problema de la distinción entre cuerpo y psiquis ha
sido, lo es y seguirá siendo, uno de los más controvertidos en la historia del pensa-
miento occidental, cuando informaciones, concepciones y planteamientos diver-
sos, pre filosóficos y filosóficos salen al paso.
La verdad, es que al respecto hay un sin fin de confusiones y mal entendidos, que es-
torban la reflexión sobre este campo, por lo que se impone como tarea preliminar,
la fijación de los mismos. Pero, lo que parece claro es que todos cuentan con una
distinción entre cuerpo y mente o entre lo somático y lo psíquico.
La bibliografía existente sobre el concepto de salud y enfermedad mental es abun-
dante. Utilizando lo revisado se tiene: Es evidente la distinción entre enfermedad
somática y enfermedad mental. Tal distinción se apoya en la diferencia entre los
llamados fenómenos o procesos somáticos y los fenómenos o procesos psíquicos,
como integrantes de dos dimensiones, de algún modo contrapuestas, pero integra-
dos en una totalidad y a la vez dual en el individuo humano, pero se tiene la impre-
sión que la evidencia comienza a debilitarse y a desaparecer cuando de un modo
preciso y riguroso se requiere delimitar ambas dimensiones, ya captadas como dis-
tintas y las enfermedades que las afectan. Precisamente, respecto a esto es donde
se desarrolla el drama para la ciencia médica, pues se piensa que el abordaje de
lo corporal y de lo psíquico se debe hacer por vías diferentes. Ahora sí, podemos
plantear el concepto genérico de enfermedad mental: “La enfermedad mental es
un estado picológico, que impide una satisfactoria realización vital en una sociedad
determinada; por supuesto, esto no depende única y exclusivamente del sujeto en
cuestión, tienen que darse las condiciones exteriores favorables, tales como las am-
bientales, sociales y culturales”. Aristóteles lo había mencionado: “Por muy virtuoso
que sea el hombre, tiene que contar con la fortuna para ser feliz”. Si el hombre está
frente a condiciones desfavorables, lo mencionado no es posible.

1.2 La enfermedad mental desde la perspectiva fenomenológica


La enfermedad humana, se nos presenta en primer lugar como un acontecimiento,
que se da en el todo fenoménico humano, esto es, en el cuerpo o yo empírico total.
En este sentido toda enfermedad es corporal, y no podría ser de otra manera, como
todo fenómeno, que indica el ser y el haber del individuo humano, debe ser cor-
poral.
El acontecimiento debe tomarse en sentido estricto, es algo vital, evolutivo, de la
existencia, del espíritu, de la libertad, de la conciencia, en definitiva del ser.
La enfermedad humana consiste en algo negativo, en el sentido, de un no ser po-
sible, simple-mente de no ser. De un modo más explícito, como un fracaso, una
desviación e imperfección en el proceso de la toma de conciencia del ser, por parte
del individuo en el ejercicio de la libertad y consiguientemente en la constitución
de la realidad del mundo. Así, la enfermedad humana es un fracaso de la libertad.
Este concepto de enfermedad, a diferencia de otros, es eminentemente ontológico,
enfermedad es ser enfermo, el ser enfermo es un fracaso en la toma de conciencia
del mundo por el hombre.
Si la enfermedad es un acontecimiento de libertad, entonces ella afecta a los pro-
yectos de libertad, que son proyectos del mundo.En el acontecimiento de la enfer-
medad mental, el ser no puede llegar a poseerse así mismo totalmente. El Yo, si bien
se expresa en su realidad corporal, no logra su expresión plena en el nivel psíquico.
Se da una imperfección en la potencia evolutiva o potencia de proyección.
El proyecto psicológico, por el cual el hombre se abre a la realidad de un modo
nuevo y más profundo se ve agrietado, disminuido, alterado o deformado. La en-
fermedad mental, debe de modo necesario, estar presente en el cuerpo como con-
dición de posibilidad de la misma.
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La psiquiatría si bien ha ganado y mucho, con el descubrimiento de los fenómenos
y manifestaciones psíquicas, sólo encuentra en esta visión trascendental la salida del
dilema Cuerpo-Mente. Gracias a las contribuciones de la filosofía contemporánea,
torio Anotaciones
podemos hoy superar el tan perturbado psicologismo; sin embargo, lo que hoy
se nos presenta como nuevo no es más, en última instancia, que una vuelta a las
concepciones originales del pensamiento tradicional occidental. No es necesario
que un individuo sea feliz para ser considerado sano, es necesario que su felicidad
coexista con la de los demás. El ejemplo más específico es el de los psicópatas; pues
éstos pueden ser felices, porque no necesita de los demás para serlo, e incluso,
puede serlo a pesar de hacer sufrir a los demás; y el enfermo mental no necesita de
la alegría de los demás, para no serlo, la alegría, la felicidad no es un atributo del
individuo, si no del grupo social.

1.3 Concepto de enfermedad mental en la historia


Desde el inicio de la vida del hombre, éste se preocupó o cuestionó diversos aspec-
tos de su existencia, y sobre todo, los relacionados con su principal diferencia con
los demás seres: “su pensamiento”. Es así como ciertas inadecuaciones, llamadas
anormalidades de este pensamiento, evidenciadas mediante la conducta del mismo
individuo, le han preocupado mucho.
En la época del hombre primitivo, había la creencia que si el hombre se encon-
traba trastornado mentalmente, era víctima del castigo que le impartían espíritus
desconocidos, a los cuales él no había respetado. Se luchaba contra este trastorno
mediante el uso de la magia, de ceremonias mágico- religiosas y una diversidad de
prácticas esotéricas, con el fin de rescatarlo del mal. Quizás muchas de las causas
para que hubiese cierto estancamiento, en el estudio de esta problemática, se debió
a la forma como se trataba de contrarrestar el mal. Pero sin quererlo el hombre pri-
mitivo, atribuyendo un enfoque sobrenatural a la enfermedad mental, llevó a cabo
un primer enfoque terapéutico de la misma. Así en las trepanaciones craneanas en
el antiguo Perú, donde por los agujeros debían salir los espíritus malignos para pro-
ducirse la curación, o como el exorcismo se convirtió entre los antiguos hebreos,
griegos, chinos y egipcios en una práctica frecuente, que primero realizaron los
hechiceros y luego los sacerdotes, con el fin de expulsar los espíritus malignos del
cuerpo del enfermo.
Estudios de filósofos griegos y romanos postulaban diferentes planteamientos, con
respecto a la enfermedad mental. Así:
Empédocles (500-430 a. C), sugirió la teoría humoral basada en los cuatro elemen-
tos (fuego, tierra, aire y agua); donde para cada uno de ellos había un humor orgá-
nico que po-día ser la sangre, en el corazón; la flema, en el cerebro; la bilis amarilla,
en el hígado y la bilis negra en el bazo. Se creía que el enfermo sufría el mal, debido
a un desequilibrio entre los humores.
Hipócrates (460-377 a.C.), daba también explicaciones naturales a las causas de la
enfermedad, como que sus técnicas, se basaban en los estudios realizados por Em-
pédocles; la versión de su teoría humoral sostenía que el aire (la respiración) era
el origen de la inteli-gencia y del pensamiento, que llegaba al cerebro por la boca y
era distribuido luego al cuerpo entero, sostenía que la enfermedad mental era en
gran parte de carácter fisiológico.
Platón (427-347 a.C.), pensaba que se producía un trastorno mental, cuando el
alma irracional rompía su conexión con el alma racional, lo que se traducía en ex-
cesos de felicidad, tristeza, alegría, búsqueda del placer o evasión del dolor.
Aristóteles (384-322 a.C.), sostenía que las enfermedades mentales y algunos esta-
dos emocionales y motivaciones, como la cólera, envidia, odio, valor, piedad, temor,
etc., tenían raíces en la estructura física del individuo.
Asclespiades (124-96 a.C.), fue el primero en distinguir entre las ideas delirantes y
las alucinaciones, considerando a los desórdenes mentales, como parientes de los
trastornos emocionales.
Cicerón (106-43 a.C.), consideraba que las perturbaciones de la mente provenían
de una negligencia de la razón.
Areteo de Capadocia (Siglos I - II d.C.), planteó que los maníacos eran de natura-
leza lábil, fácilmente irritables, airados o felices; los melancólicos tenían una perso-
nalidad pre mórbida depresiva, sugiriendo de ese modo que los trastornos emocio-
nales eran extensiones de la personalidad normal.
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Galeno (129-201 d.C.), consideró al cerebro como el centro dé las funciones psíqui-
cas, y decía que la enfermedad mental se producía por que el cerebro mismo estaba
comprometido o por que el trastorno de otro órgano lo afectaba.
La Edad Media planteó el regreso a las ideas y explicaciones espiritualistas, donde
Recordatorio Anotaciones

personajes religiosos se convirtieron en curanderos, el progreso que se había alcan-


zado se detuvo y hasta retrocedió; sólo podríamos mencionar a Avicena (980-1037
d.C.), quien hizo contri-buciones sobre los trastornos de la memoria, de las percep-
ciones y la melancolía.
El renacimiento, hizo que la razón emergiera, pero la amenaza que representaba
para la Iglesia establecida, condujo a ideas de posesión demoniaca y brujería. Miles
de personas con trastornos mentales, sufrieron y murieron en manos de fanáticos
religiosos, dedicados a erradicar las influencias del demonio, basado en el Malleus
Maleficarum (1484), el cual era guía autorizada de demonología y brujería, escrita
por los monjes alemanes Sprenger y Kraemer, de una perversidad inmisericorde y
odio hacia la mujeres.
Aunque hacia la mitad del 1700, la demonología y la caza de brujas estaban desapa-
reciendo, los enfermos mentales seguían siendo duramente tratados, a muchos se
les encerraba en cárceles y hospicios, mientras que miles más, vagaban por las calles
mendigando alimento, y los hospitales mentales no eran más que grandes prisio-
nes o depósitos llenos de seres que no eran soportados por sus conciudadanos. En
1773, Pinel, director del asilo de Bicetré, en París, ordenó se les quitaran las cade-
nas a los enfermos mentales; este acto constituyó la piedra básica en el tratamiento
institucional de los enfermos mentales. Los resultados, como la historia las registra
hoy en día, fueron sumamente favorables. Estas reformas sociales, a finales del siglo
XVIII, no hubieran tenido lugar a no ser por un profundo cambio en la actitud de
la sociedad hacia la conducta anormal. Mientras prevaleció el modelo demonológi-
co la enfermedad mental, no pudo ser tratada con dignidad o defendida, pues de
haber sido así hubiera significado rendirse a las fuerzas demoniacas; en la medida
que se desvanecía esta doctrina, el modelo naturalista, comenzó a tener primacía,
luego de haber permanecido ocioso durante mil quinientos años.
Gall (1758-1828), razonaba en el sentido que los rasgos del carácter, se relaciona-
ban con la estructura de determinadas áreas localizadas en el cerebro.
Casper (1772-1832), añadió la idea que una influencia moral apropiada, podía cam-
biar las características mentales, puestos, al descubierto por la frenología.
Mesmer (1734-1815), planteó la idea del magnetismo animal, la capacidad poten-
cial de un individuo, para influenciar en otros y podía aplicarse para prevenir y
curar los trastornos mentales.
Reil, en esta misma época, estaba convencido que el trastorno mental provenía de
factores psicológicos, y se podía tratar por métodos psicológicos, fue el precursor
de la terapéutica ocupacional, musical y del psicodrama.
Esquirol (1772-1840), distinguió entre alucinaciones e ilusiones, y valoró la fuerza
de los factores emocionales en la vida del individuo.
Heinroth (1773-1843), desarrollo la teoría de los procesos psicológicos, en tres nive-
les: las fuerzas instintivas del placer, el ego que daba seguridad en el mundo externo
y la conciencia. La salud mental, era una plena asimilación de la conciencia en el
ego, y la enfermedad resultaba del conflicto con la propia conciencia. Fue el pre-
cursor de la teoría psicoanalítica.
Moreau de Tours (1804-1884), consideró a los sueños como el eslabón de enlace,
entre las personas sanas y enfermas, en él había una preocupación excesiva por el
mundo interno y una enajenación hacia los asuntos externos.
Griesinger (1817-1868), planteó que la enfermedad mental era una enfermedad
del cuerpo, específicamente del cerebro, y por lo tanto, no era diferente de las otras
enferme-dades, dando origen a la teoría médica de la enfermedad mental.
Kraepelin (1856-1926), se dedicó a la creación de una nosología, en un trabajo
detallado y completo, que constituye la base del sistema clasificatorio usado hoy en
día, para las enfermedades mentales.
Bleuler (1857-1939), describió en términos psicológicos a la demencia precoz, lla-
mándola esquizofrenia.
Freud (1856-1939), a partir de 1900, comienza a ordenar sus contribuciones, a lo
que posteriormente seria el psicoanálisis, el primer modelo psicológico compren-
sivo del desorden mental, en este modelo, el aprendizaje, más que las lesiones ana-
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tómicas o las deficiencias bioquímicas forman la base de la conducta patológica. El
modelo ha sufrido muchas revisiones por sus discípulos y seguidores, tales como
Adler, Sullivan, Horney, Fromm, quienes aportan los factores sociales y culturales,
torio Anotaciones
mientras que Hartman y Erikson, se centraron en el estudio del Yo.
Pavlov (1849-1936), realizó uno de los primeros estudios en psicopatología experi-
mental, induciendo la desorganización conductual en perros, sometiéndolos a un
conflicto grave e ineludible.
Thorndike (1874-1949), su obra es anterior al conductismo, pues antes que Pavlov
y Watson elaboró una teoría de la conducta, en sus trabajos de psicología animal,
da testimonio que la explicación de la conducta se basa en un control riguroso y
objetivo.
Watson (1878-1958), buscó demostrar que una conducta anormal, se podía apren-
der casi de la misma manera que se aprende cualquier otra conducta.
En 1950 Bollar y Miller realizaron un esfuerzo para integrar las contribuciones del
psicoanálisis a los principios de la teoría del aprendizaje, en sus conceptos de re-
forzamiento, extinción y generalización de los estímulos. Wolpe, aplicó las técnicas
conductistas a la terapéutica clínica. Eysenck, planteó que la teoría del aprendizaje
considera a los síntomas como hábitos aprendidos, en consecuencia sólo ocurre
por lo general, cuando a una respuesta conductual le sigue una recompensa o re-
forzamiento.
Concluiremos señalando, que las transformaciones, que han tenido lugar en la
concepción humana de la conducta anormal (enfermedad mental) a través de los
siglos, se han debido a un lento proceso de evolución, en el cual diferentes modelos
de la psicopatología (naturalista, demonológico, psicológico, orgánico, intrapsíqui-
co y conductista) compitieron como explicaciones alternativas a fenómenos huma-
nos enigmáticos.

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TEMA N.º 3: PSICOPATOLOGÍA DE LA CONCIENCIA E IDENTIDAD


Recordatorio Anotaciones

En primer lugar, hay que destacar la dificultad que conlleva definir el término
«conciencia», se han utilizado diferentes significados, la primera hace referencia al
conocimiento subjetivo de la propia experiencia, es decir, el autoconocimiento de
los propios procesos psicológicos. En segundo lugar, el término también se utiliza
para referirse al nivel de alerta y a sus variaciones cuantitativas. En este sentido, la
conciencia seria un pre requisito para que funcionen el resto de las funciones y
procesos cognitivos (Gastó, 2006, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011).
Si la persona presenta un estado alterado de conciencia, también se verán afecta-
dos, en mayor o menor medida, la atención, la percepción, la memoria, el pensa-
miento, el área motora, el área afectiva, etc.
Por lo que se refiere a las alteraciones en la conciencia, clásicamente se han diferen-
ciado alteraciones meramente cuantitativas, en las que el deterioro se centra fun-
damentalmente en una disminución del nivel de alerta, y alteraciones cualitativas,
que, aunque también presentan un descenso de los niveles de vigilia, se caracteri-
zan además por una restricción del campo de la conciencia, por una alteración glo-
bal del juicio de la persona (pudiendo incluir alucinaciones, delirios, etc.) o bien
por ambas (Baños y Perpiñá, 2002, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011).
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1 Clasificación según sus trastornos
Trastornos Cuantitativos de la Conciencia o Alteraciones de la Claridad
Trastornos Cualitativos de la Conciencia
Recordatorio Anotaciones
o Alteraciones del Campo
o Alteraciones de la Continuidad

A. Trastornos Cuantitativos de la Conciencia (Alteraciones de la Claridad) Se afec-


ta principalmente la función de alerta.

1. Obnubilación:
Es un término genérico que denota un compromiso de la función de alerta de la
conciencia, bajo el cual se agrupan los cuatro niveles de afectación, desde el más
leve al más grave; embotamiento, somnolencia, estupor y coma. Hay un empa-
ñamiento de la lucidez de la conciencia con un descenso en la reactividad a los
estímulos externos.

2. Embotamiento:
Se observa una reducida capacidad de captación del entorno con disminución o
retardo en el ritmo de las elaboraciones psíquicas. Cuesta mantener la atención ha-
ciéndose muy fatigable e inestable. La percepción de estímulos está comprometida
haciéndose imprecisa y carente de nitidez. Enlentecimiento en los actos volunta-
rios.
El paciente puede lucir desorientado y hasta perplejo. Pudiesen aparecer ideas de-
lirantes paranoides.

3. Somnolencia:
La alteración del sensorio es más profunda, resultando algo dificultoso extraer al
paciente de su estado, requiere una estimulación repetida y vigorosa. El paciente
suele estar confuso y desorientado temporo-espacialmente aunque aun puede ha-
ber cierta cooperación, se pueden alternar síntomas de irritabilidad y excitación
con somnolencia. Se evidencia una constante distraibilidad con incapacidad para
mantener y dirigir la atención.

4. Estupor:
El compromiso obnubilatorio de la conciencia es mayor, hay inconciencia la ma-
yor parte del tiempo, el paciente sólo se logra despertar parcialmente requiriendo
estímulos enérgicos y de gran intensidad. Se puede observar una reducción muy
marcada del tono muscular y los reflejos, los estímulos intensos pueden provocar
respuestas psicomotoras rudimentarias (retirada, balbuceos, movimientos desorga-
nizados).

5. Coma:
Grado extremo de obnubilación, hay pérdida completa de la conciencia por lo que
no existe la capacidad de registro de los estímulos externos. No se logra despertar al
paciente ni con estímulos intensos o dolorosos, sólo se obtienen respuestas defensi-
vas, marcada disminución del tono muscular con inhibición psicomotriz.

Hipervigilia: Se define como la elevación del nivel de conciencia, y es el resultado


de la exaltación de los sistemas neurobiológicos que controlan la atención y el aler-
ta. Da cuenta de una alteración no únicamente del sensorio sino de una mezcla de
síntomas provenientes de la esfera sensorial, motora, cognitiva y afectiva. Hay una
sensación subjetiva de percepción más rica (ejm. Los colores parecen mas brillantes
o los sonidos más intensos) y de incremento de la actividad intelectual y de la me-
moria. Puede estar asociada a distorsiones perceptivas debido a la fácil distraibili-
dad. Se observa en: Intoxicaciones (cocaína, anfeta-minas, alcohol, LSD, cannabis),
estados maníacos, aura epiléptica.
B. Trastornos Cualitativos de la Conciencia (Alteraciones del campo y la continui-
dad)
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Se afecta principalmente la función de interioridad y reflexividad.
Campo:
Estado Delirioso:
torio Anotaciones
Situación en la cual, además del alerta, está comprometida la función de interiori-
dad real de la vivencia. Hay confusión de los contenidos del mundo interno con los
del mundo externo.
Los contenidos provenientes del mundo interno se entremezclan indiferenciada-
mente con los del mundo externo, provocando reacciones inadecuadas.
Puede haber ideas deliriosas, alucinaciones visuales, falsos reconocimientos, etc.,
así como desorientación, falta de atención y concentración (alteración del alerta).

Estado Crepuscular:
Aquí además del alerta, está alterada la función de reflexividad. La conciencia está
estrechada, circunscrita sólo a ciertas manifestaciones de la vida psíquica. Predomi-
na un afecto (exaltación, amor, odio, angustia), que tiñe el vivenciar y actuar del
paciente. Hay aparente coherencia dentro de este ámbito restringido, sin embargo
hay respuestas y reacciones inadecuadas por no captar el contexto y lo que está
fuera este foco del vivenciar. La desorientación, falta de atención y concentración
(alteración del alerta), se hace más evidente en los ámbitos que están fuera de la
temática afectiva que tiene “capturada” la atención del paciente.

Delirium: (Síndrome confusional agudo)


Conjunto de síntomas caracterizado por alteración del nivel de conciencia que cur-
sa con trastornos de la atención, orientación y memoria así como otros trastornos
cognitivos, de carácter fluctuante y secundario a patología médica, es decir, su etio-
logía no es psicológica.

Continuidad:
Fuga psicógena o estado disociativo: (Disociación) Estado crepuscular de origen
psicógeno donde hay una pérdida de la continuidad del vivenciar. (El individuo
no se reconoce a sí mismo en sus diferentes etapas: niñez, adolescencia, adultez)

Fuga epiléptica: Estado crepuscular similar al disociativo pero de origen epiléptico.

Personalidad Múltiple: Presencia de dos o más identidades o estados de persona-


lidad (cada una con un patrón propio y relativamente persistente de percepción,
interacción y concepción del entorno y de sí mismo). Además de una incapacidad
para recordar información personal importante que es demasiado amplia como
para ser justificado por un simple olvido.
Dentro de la psicopatología de la identidad, también se podrían englobar las ano-
malías en la imagen o esquema corporal, es decir, en la representación mental del
cuerpo (Baños y Per-piñá, 2002). El cuerpo, la corporeidad del yo, tiene un doble
papel, como función y como objeto, y ambos pueden estar alterados. Por ejemplo,
en la hipocondría, en otros trastornos somatomorfos y en los delirios somáticos,
existe la creencia de que el cuerpo no funciona bien. Por otra parte, nuestro as-
pecto físico es parte de nuestra identidad y, como objeto social, está sujeto a los
estándares de belleza de un momento dado. Aunque la mayoría de las personas,
especialmente las mujeres, no están totalmente satisfechas con sus cuerpos, esta
alteración puede alcanzar grados psicopatológicos en trastornos como la dismor-
fofobia, la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. También puede haber perturba-
ciones importantes en la imagen corporal en las alteraciones de la identidad sexual,
como el transexualismo, en el que la persona tiene la sensación de haber nacido en
un cuerpo del sexo equivocado.
La atención es un proceso cognitivo, diferente de la conciencia aunque estrecha-
mente ligado a ella y que interactúa además con otros procesos cognitivos y afec-
tivos (Palao, 2008, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011). Nos podemos
encontrar alteraciones en la atención en muchísimas situaciones normales (fatiga,
aburrimiento, inicio del sueño, etc.), así como en una amplísima variedad de tras-
tornos psicopatológicos y neurológicos, si no en todos, por lo que estas alteraciones
no suelen tener un valor diagnóstico específico. Sin embargo, su alteración afecta
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de manera importante al funcionamiento de la persona, ya que influye en su capa-
cidad para dar o recibir información, para trabajar, para realizar actividades coti-
dianas (ver la televisión, leer, etc.) (Gelder, Gath y Mayou, 1991, citado por Caballo,
Salazar y Carrobles, 2011). Recordatorio Anotaciones

La atención es un proceso psicológico básico que permite controlar el flujo del


procesamiento de la información y que cumple diferentes funciones (Baños y Per-
piñá, 2002): fijación sobre estímulos o situaciones (concentración), capacidad para
separar los estímulos relevantes de los irrelevantes (atención selectiva) o manteni-
miento de la vigilancia y receptividad al medio. Además, hay que tener en cuenta
que la atención está sujeta a oscilaciones y que varía en función de la situación y las
actividades que realiza la persona.
En el caso de las alteraciones en cuanto a I» concentración, podemos encontramos
con la híper - concentración, también denominada en clasificaciones psiquiátricas
más tradicionales estrechamiento de la atención (Gastó, 2006, citado por Caba-
llo, Salazar y Carrobles, 2011), que, como su nombre indica, se caracteriza por un
exceso de concentración sobre un tema, vivencia, etc. Este problema lo podemos
encontrar en la experiencia de ausencia mental (Reed, 1988), en la que la per-
sona se encuentra demasiado ensimismada en sus propios pensamientos (exceso
de concentración) y no atiende a otra información extrema que habitualmente es
accesible, aunque sí que es capaz de atender a otras actividades relacionadas con
sus pensamientos. Se podría considerar un fenómeno de umbral, ya que el nivel de
atención es bajo para aquellos estímulos que resultan distractores (los que no se
relacionan con sus pensamientos).

TEMA N.º 4: PSICOPATOLOGÍA DE LA ATENCIÓN

Desde los planteamientos clásicos, la atención se caracteriza por estar íntimamente


ligada a la concentración: la atención implica muy especialmente un proceso de fo-
calización perceptiva que incrementa la «conciencia clara y distinta» de un núcleo
de estímulos. Esto, en definitiva, origina que las psicopatologías de ambas no se
diferencien. Por tanto, las psicopatologías atencionales se ubican en un continuo
(normalmente cuantitativo) de la concentración. Junto a esto se dice que la vigilan-
cia y la claridad de la conciencia son prerrequisitos necesarios para que la atención
se ponga en marcha y/o funcione correctamente (Scharfetter, 1977, citado por
Caballo, Salazar y Carrobles, 2011). A su vez vigilancia y concentración se asimilan
a vigilia, y en concreto a la continua vigilia-sueño. Pues bien, estas premisas básicas
son las que se suelen tener en cuenta a la hora de abordar la psicopatología aten-
cional, y como es lógico van a influir en qué tipo de alteraciones se incluyen bajo
este proceso.
Scharfetter, en su Introducción a la Psicopatología General (1977, citado por Ca-
ballo, Salazar y Carrobles, 2011), incluye un capítulo sobre «Atención y concen-
tración». En él define la atención como la «orientación (activa o pasiva) de la
consciencia hacia algo que se experimenta. Concentración es la persistencia con-
centrada de la atención». A partir de esta definición ofrece la siguiente clasificación
de los trastornos atencionales:

1. Falta de atención y trastorno de la concentración: Se define como incapacidad


o capacidad disminuida para enfocar, concentrarse y orientarse hacia un objeto.
Se trata de un trastorno de la capacidad de prestar atención persistentemente
a una determinada actividad, objeto o vivencia. Lleva consigo una intensa dis-
traibilidad y falta de con-centración. El grado más intenso de distraibilidad y la
ausencia completa de atención se denomina aprosexia.

2. Estrechamiento de la atención: Definida como concentración sobre unas pocas


cosas. Por ejemplo, en la fijación sobre alucinaciones, en el vivenciar delirante
intenso, etc.
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3. Oscilaciones de la atención y de la concentración: Se refiere a alteraciones en
cuanto a la duración de la atención. Esta oscila con arreglo al interés, a la par-
ticipación personal de un sujeto en un objeto, etc. Por ejemplo, un maníaco
torio Anotaciones
lleno de ocurrencias, ideas e impulsos tiene dificultad para fijar y mantener su
atención sobre algo determinado (atención fluctuante, distraibilidad, debilidad
de concentración).

1 C aracterísticas
Atención como concentración
Aquí se incluyen todas las alteraciones que están de algún modo relacionadas con
la fijación (o su ausencia o alteración) de la atención sobre estímulos objetos o si-
tuaciones. Este tipo de problemas está presente en una gran variedad de trastornos
psiquiátricos y en otras muchas condiciones, como fatiga extrema, necesidad de
dormir, estados de desnutrición, etc. Además de esta sintomatología inespecíficade
falta de concentración, nos encontramos con dos alteraciones relevantes: la ausen-
cia mental y la laguna temporal.
La ausencia mental alude a un tipo de experiencia que, por lo general, se considera
como anómalo, extravagante e inusual, pero no como patológico. De hecho, segu-
ro que muchos lectores recordarán con cierta sonrisa situaciones similares a éstas,
ejemplificadas tan bien por Reed (1988, citado por Caballo, Salazar y Carrobles,
2011) con el símil del «profesor despistado»: se trataría de un divertido profesor,
demasiado ensimismado en sus propios pensamientos y disquisiciones, que cuando
sale de clase es capaz de ponerse la papelera por sombrero, si es que a alguna bien
intencionada señora de la limpieza se le ocurrió colocar la dichosa papelera allí
donde él solía colocar su sombrero. Además de no darse por enterado, es capaz
de pasearse por toda la facultad sin ni siquiera darse cuenta de los murmullos y
miradas que genera, saliendo de su «ausencia mental» cuando al salir del edificio
un coche está a punto de atropellarle por saltarse el semáforo en rojo. Pues bien,
a nuestro pobre profesor lo que le ocurre es que presenta una gran concentración
sobre alguna cuestión concreta, lo que a su vez le lleva a «desatender» al resto de
los estímulos, excepto aquellos muy mecánicos o habituales. Es decir, tal y como lo
explica Reed (1988), en la ausencia mental el individuo está tan preocupado por
sus propios pensamientos que deja fuera gran cantidad de información externa que
le es habitualmente accesible, y por tanto no responde al feedback respecto a los
cambios en su rutina; es decir, sus acciones son mecánicas y no ajusta los detalles de
su conducta habitual sobre la marcha de acuerdo con las demandas ambientales,
aunque sí que es capaz de atender correctamente a cualquier actividad externa
relacionada con los pensamientos a los que está tan atento. De este modo, nuestro
profesor no responde al cambio ambiental de la papelera, pero sí podría darse
cuenta de algún otro estímulo que tenga conexión con el problema en el que está
pensando (o sea, en el que está centrando toda su capacidad atencional).

A. Atención cómo selección


Por atención selectiva se entiende la habilidad o capacidad para separar los estímu-
los rele-vantes de los irrelevárites. Ya hemos comentado, ál hablar de los modelos
estructurales, que debido a la capacidad limitada de la atención, debemos seleccio-
nar úna séñal o una secuencia de señales y excluir el resto. Dentro de este apartado,
Reed (1988, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011) incluye la experiencia de
«afinar en». Este fenomeno no es en absoluto patológico. Se trátaría de la capaci-
dad para seguir una fuente de información cuando hay otras muchas que compiten
por atraer la atención. Por tanto, se trata de un fenómeno total y directamente rela-
cionado con la aténción selectiva, por ío que su explicación nos lleva á los modelos
estructurales de los que hemos hablado antes.
La capacidad del ser humano para «afinar en» hace surgir una cuestión, que en
el fondo revela las dos caras de úna misma moneda: la selección y la exclusión. Es
decir, la atención es una espada de dos filos. Por un lado nos proporciona una ca-
racterística deseable al permi-tirnos seguir un conjunto de acontecimientos que son
de interés entre muchos otros que ocurren simultamente, aún cuando se mezclen
todos entre sí (recuérdese la situación de fiesta, donde muchos estímulos compi-
ten por atraer nuestra atención, pero sin embargo podemos seguir la conversación
mantenida con un amigo). Sin esta capacidad selectiva la vida sería caótica. Pero,
por otro lado, la atención limita nuestra capacidad para seguir a todos los aconte-
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cimientos que ocurren. Con frecuencia se desea atender a varias cosas al mismo
tiempo. Aun cuando sólo tenga interés un conjunto de acontecimientos (por ejem-
plo, la conversación con el amigo), no es deseable seguirlos con tal concentración
que no nos demos cuenta de que ocurren otros acontecimientos (por ejemplo, Recordatorio Anotaciones
que está entrando por la puerta nuestro actor preferido), ya que pueden ser más
importantes que los que nos ocupan en esos momentos. Lo que se pretende es
concentrarnos en un acontecimiento, excluyendo a los demás sólo hasta que ocurra
algo más importante que nos interrumpa de la concentración. Para que esto ocurra
se necesita alguna forma de percibir aun aquellos acontecimientos que no estamos
atendiendo, separando los aspectos irrelevantes o interrumpiendo nuestra concen-
tración en los aspectos pertinentes. Explicaciones a estos hechos surgen tanto de
los modelos estructurales como de las últimas explicaciones producidas dentro del
campo del procesamiento preconsciente.
En psicopatología, el problema de la atención selectiva se puede encontrar pre-
sente en muchos y diversos trastornos. De hecho, la distraibilidad es un síntoma
frecuente en una amplia variedad de trastornos, que puede ir, por ejemplo, desde
los episodios maníacos a los trastornos de ansiedad o a los cuadros crepusculares.
Sin embargo, la esquizofrenia es, sin duda, el trastorno en el que con más profun-
didad se ha investigado en este sentido. Una de las hipótesis más populares sobre el
déficit cognitivo ocurrido en la esquizofrenia, y que se suele corresponder con los
datos empíricos de distintas investigaciones, es que los individuos esquizofrénicos
no diferencian bien entre estímulos relevantes e irrelevantes; es decir, tendrían pro-
blemas a la hora de «afinar en».

B. Atención como activación


La activación está relacionada con la focalización de la atención y con el grado o
intensidad de la misma. Desde esta perspectiva, la psicopatología está interesada,
fundamentalmente, en los cambios en la atención como respuesta al estrés. Por
ejemplo, si volvemos una noche a casa con nuestros amigos y al final de la calle ve-
mos una silueta de un individuo «peligroso», de quien sospechamos que puede ser
un atracador, seguramente tal señal de amenaza hará que sólo estemos pendientes
de él y de sus movimientos, sin atender a la conversación que estábamos mantenien-
do con los amigos y sin darnos cuenta de que nos están llamando. Una aclaración:
las situaciones estresantes no tienen por qué implicar sólo peligro o amenaza físi-
ca. También consideramos como estresantes otras situaciones sociales que pueden
ame-nazar a nuestra autoestima, o que implican ciertas demandas sociales, etc. Así,
por ejemplo, una persona temerosa de hablar en público, cuando se le requiere
para hacer un brindis en un banquete probablemente sólo atienda a sus palabras y
a la reacción del homenajeado, y no se dé cuenta de que le están pisando por deba-
jo de la mesa, o de que está vertiendo todo el vino sobre su sufrida vecina de mesa.

C. Atención como vigilancia


Clásicamente, el término vigilancia se utilizaba para designar un estado de alta re-
ceptividad o hipersensibilidad hacia el medio o hacia porciones del medio. Actual-
mente, el término también se utiliza para indicar un tipo de dedicación atencional
definido por la propia tarea, sin prejuzgar la actitud o estado del sujeto, denomi-
nándose como tareas de vigilancia a aquellas de larga duración en las que el suje-
todebe detectar y/o identificar un estímulo de aparición infrecuente (Ruiz-Vargas,
1981, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011). La investiga-ción aquí se cen-
tra en dos aspectos (Ruiz-Vargas, 1981):

a) Estudio del nivel general de vigilancia: el nivel general de vigilancia está afecta-
do por distintos factores, entre ellos el nivel de activación tónica (cambios en
la disponibilidad del organismo para procesar un estímulo: por ejemplo, ciclo
día-noche).
b) Estudio de la disminución de la vigilancia a lo largo de una tarea: esta dismi-nu-
ción está afectada también por la activación tónica, así como por la personalidad
(por ejemplo, como ya hemos señalado, los introvertidos tienen niveles más
altos de activación que los extrovertidos), los incentivos, la probabilidad de apa-
rición de las señales, etc.
Por otro lado, la vigilancia excesiva o hipervigilancia también se ha estudiado en
pacientes con trastornos de ansiedad generalizada y en sujetos normales con pun-
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tuaciones altas en ansiedad-rasgo. Así, Eysenck (1992) propone una teoría cognitiva
sobre la vulnerabilidad al trastorno de ansiedad generalizada, que tiene como cons-
tructo básico la hipervigilancia. Este autor mantiene que el funcionamiento aten-
torio Anotaciones
cional (hipervigilante) de los pacientes ansiosos y de los individuos altos en ansie-
dad-rasgo son similares. La hipervigilancia se puede manifestar de diversos modos:

a) hipervigilancia general, que se demuestra por una tendencia a atender a cual-


quier estímulo irrelevante para la tarea que se presenta (lo que también impli-
caría distraibilidad);
b) una tasa de escudriñamiento ambiental, que implica numerosos movimientos
oculares rápidos en el campo visual;
c) 
hipervigilancia específica, que se demuestra por una tendencia a atender se-
lectivamente a estímulos relacionados con la amenaza antes que a estímulos
neutrales;
d) Un ensanchamiento de la atención antes de la detección de un estímulo sobre-
saliente (por ejemplo, estímulo amenazante relevante a la tarea, etc.);
e) un estrechamiento de la atención cuando se procesa el estímulo sobresaliente.

Estos componentes de hipervigilancia estarían latentes en los individuos con pun-


tuaciones altas en ansiedad, y se harían manifiestos especialmente en condiciones
de estrés y/o ansiedad-estado elevada.

D. Atención como expectativas/set/anticipación


Realmente, más que un tipo de atención es una característica de la atención: el ser
humano, gracias al conocimiento y experiencia previa que tiene, o a las instruc-
ciones del experimentador, «anticipa», «se prepara» o «adopta sesgos». Esto pue-
de tener efectos positivos o nega-tivos. El aprovechamiento de estas informaciones
permite ser más rápido y eficaz, pero hace que cuando no se cumplen los aconteci-
mientos previstos se deteriore el rendimiento.
Shakow (1962) proponía una teoría para la esquizofrenia, que tenía como con-
cepto básico el de «set». Esta teoría, denominada «set segmental» o «disposición
fragmentada para la respuesta», intenta dar cuenta de los problemas cognitivos que
padecen los sujetos esquizofré-nicos. Este autor parte de los datos obtenidos con
experimentos de tiempo de reacción (TR), en los cuales se observa sistemáticamen-
te que los esquizofrénicos son más lentos y, espe-cialmente, que no se benefician
de los intervalos preparatorios (IP) en este tipo de tareas. Este último dato es qui-
zá uno de los más sugerentes dentro del estudio de los déficit atencio-nales en la
esquizofrenia. El IP se refiere al intervalo entre el comienzo de la señal de aviso y
el estímulo real del TR. Manipulando este tiempo, Shakow y cois, diseñaron series
de tareas de TR en las que siempre se introducían IP de la misma duración (series
regulares) frente a otras series en las que los IP tenían una duración aleatoriamente
distinta (series irregulares). En tales experimentos se encontró que los TR de los
sujetos normales mejoraban si éstos sabían que el IP era regular. Sin embargo, los
esquizofrénicos no se aprovechaban de esta ventaja y por tanto no mejoraban su
ejecución, a menos que el IP fuera muy breve (menos de 6 segundos) (Rodnick y
Shakow, 1940). Pero además ocurría que con IP de mayor duración, los esquizo-
frénicos no sólo no se beneficiaban del aviso de la señal, sino que su ejecución era
significativamente peor que si la serie de IP fuera irregular (crossover effect, efecto
de entrecruzamiento): este fenómeno sigue siendo un enigma de la conducta aten-
cional en los esquizofrénicos.

Alteraciones atencionales en algunos trastornos mentales


Como ya hemos señalado en otros lugares, las alteraciones atencionales, en y por
sí mismas, nunca han sido consideradas como signo o síntoma de importancia a la
hora del diagnóstico de las enfermedades mentales, especialmente si comparamos
el impacto «diagnosticador» de estas alteraciones con el que pueden tener otras,
como las de la percepción (por ejemplo, alucinaciones), las del pensamiento (por
ejemplo, delirios y trastornos formales), o las de la identidad (por ejemplo, la rup-
tura de los límites del yo).
En los últimos años estamos presenciando una reinterpretación que mantienen
que los síntomas esquizofrénicos reflejan trastornos de la conciencia (por ejemplo,
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Frith, 1987) y que buscan puntos de unión entre estos déficit cognitivos y déficit
cerebrales, lo que proporciona una interesante y fructífera línea de investigación:
la neuropsicología cognitiva de la esquizo-frenia (véase, por ejemplo, el trabajo de
Frith, 1992, o el de Gray, Feldon, Rawlins, Hemsley y Smith, 1991). Recordatorio Anotaciones

Por lo que respecta a la depresión, es frecuente encontrar que estos pacientes se


quejan de falta de concentración y de distraibilidad. Sin embargo, y como señalan
Williams, Watts, MacLeod y Mathews (1988, citado por Caballo, Salazar y Carrobles,
2011), las investigaciones sobre disfunciones atencionales generales en depresión
han sido realmente limitadas. Siguiendo a estos autores destacaremos tres tipos
de experimentación que se han realizado con estos sujetos utilizando tareas de
vigilancia, enmascaramiento y escucha dicótica. Por lo que se refiere a las tareas de
vigilancia destaca la investigación de Byrne (1976, 1977), quien ha encontrado pa-
trones de ejecución diferentes entre depresivos neuróticos y depresivos psicóticos.
Los segundos muestran un nivel general de ejecución peor en este tipo de tareas,
realizando menos detecciones correctas, y este deterioro se va haciendo progresiva-
mente más marcado a lo largo del tiempo. Por su parte, los deprimidos neuróticos,
aunque también realizan mal la tarea, presentan una ejecución sensiblemente me-
jor, y la mayoría de sus errores se engloba dentro de la categoría de falsos positivos.
Byrne ha discutido estos datos en función de diferencias en activación, pero se
necesita replicar este tipo de resultados para poder llegar a conclusiones más fir-
mes. Por lo que respecta a las tareas de enmascaramiento, Sprock, Braff, Saccuzzo
y Atkinson (1983, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011) han encontrado
que aunque los sujetos deprimidos no difieren de los sujetos normales en cuanto
al tiempo de exposición necesario para identificar correctamente un estímulo, sin
embargo, cuando el estímulo se enmascara retroactivamente los deprimidos mues-
tran un patrón distinto de los normales: su ejecución sigue mejorando cuanto más
largo es el intervalo interestimular, mientras que los normales alcanzan una buena
ejecución que ya no mejora con una duración interestimular mayor.
Como hemos dicho al principio, aunque todos estos datos son muy sugerentes,
son necesarias muchas más investigaciones para poder determinar si existen déficit
atencionales en la depresión, y si es así, de qué tipo son y cómo operan.
Dejando a un margen las diferencias entre autoconsciencia como estado y autocon-
ciencia como rasgo, se podría decir que las consecuencias más importantes de la
autofocalización de la atención son (Smith y Greenberg, 1981 citado por Caballo,
Salazar y Carrobles, 2011):
a) una tendencia autoevaluativa incrementada y autoestima disminuida
b) afecto negativo intensificado
c) un incremento de la tendencia a hacer atribuciones internas para resultados
negativos
d) autoinformes particularmente adecuados
e) una tendencia a la retirada de tareas después de una experiencia inicial de fra-
caso
f) u
 na amplia repercusión de los efectos de las expectativas de resultado sobre la
motivación y ejecución subsiguientes.

Todos estos datos están sugiriendo que la atención autofocalizada juega un papel
importante en la comprensión de la depresión, en el sentido de que puede me-
diar o contribuir en diversos fenómenos depresivos, así como ayudar a mantener
o exacerbar la depresión. Por todo ello, no es sorprendente encontrar que existen
teorías que intentan aplicar la investigación sobre los procesos atencionales autofo-
calizantes a la depresión.
UNIDAD I:Objetivos
Diagrama ASPECTOSInicio
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LECTURA SELECCIONADA N.° 2


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Psicopatología del trastorno por déficit atencional e hiperactividad


El trastorno por déficit atencional e hiperactividad (ADHD) se inicia en la infan-
cia y Anotaciones
Recordatorio sus manifestaciones deben presentarse antes de los siete años de edad, ca-
racterizándose por presentar dificultades crónicas en atención (bajos niveles de
concentración y organización, olvidos frecuentes), impulsividad (impedimento en
controlar reacciones inmediatas o esperar su turno, e interrupciones constantes
a los demás) e hiperactividad (actividad motora excesiva), las cuales no pueden
atribuirse a alteraciones neurológicas, sensoriales, del lenguaje o motoras graves,
a retraso mental o a trastornos emocionales importantes. Dificultades que interfie-
ren visiblemente en el desarrollo social, académi- co, ocupacional o recreativo del
niño (American Psychiatric Association, 2000; Barkley,1990; Moreno, 1998; Puerta,
1999; Sagvolden, 1999). Esta sintomatología puede tener determinados predomi-
nios, de tal forma que no necesariamente están presentes todas las características al
mismo tiempo. El DSM IV-TR (American Psychiatric Association,2000) menciona
la clasificación de este trastorno que puede ser del subtipo hiperactivo- impulsivo,
combinado y predominio déficit atencional.Esta conceptualización ha tenido una
historia de evolución que a medida que avanza la ciencia y la investigación se ha
ido perfeccionando.
Barkley (1990) nos mas se atribuían a una pobre inhibición de la voluntad y defec-
tos en la regulación moral de la conducta. En 1934 se inició su control orgánico sin
demostrar todavía niveles de efectividad adecuados. Hacia 1940 se trabajó como un
síndrome cerebral mínimo. Posteriormente, alrededor de 1957, los problemas con
la hiperactividad fueron los mayores rasgos del trastorno, se empezó a hablar del
impulso hiperquinético de estos niños. En1960 los estudios se centralizaron a nivel
cerebral, encontrando implicaciones del ló- bulo frontal. Hacia 1968 se definió que
la reacción hiperquinética solo era en la infan- cia. En 1980 el interés estuvo más di-
rigido a atención sostenida y control de impulsos. En la versión del DSM-III (Ame-
rican Psychiatric Association, 1980) se hablaba de trastorno por déficit atencional
con o sin hiperactividad y desde 1994 se retomó el trastorno por déficit atencional
con hiperactividad. En síntesis, la historia de lo que ha sido la conceptualización y
caracterización del trastorno se puede subdividir como lo hace Barkley (1990) en
cuatro grandes períodos: 1900 a 1960 como “la edad del niño con daño cerebral”;
1960 a 1969, “la edad de oro de la hiperactividad”; 1970 a 1979, “la ascendencia del
déficit atencional”; y 1980 a 1989 “la edad del criterio diagnóstico y el decaimiento
de los déficit atencionales”. Nos quedaría por preguntar ¿en qué período nos
encontramos?, teniendo en cuenta que es una etapa en la cual la tecnología y la far-
macología han avanzado y se trabaja con diferentes tipos de medicación como me-
tilfenidato, dextroanfetaminas, remolina, mentanfetamina, entre otros (Spencer,
Biederman y Wilens, 1996) y con biofeedback de actividad electroencefalográfica
para disminuir los síntomas de estos niños (Othmer, Othmer y Kaiser, 2000) y que
la terapia conductual, la cognitiva y la neuropsicología, junto con otros profesiona-
les también han avanzado en el entendimiento e intervención de estos trastornos.
Probablemente estemos entonces en la etapa del entendimiento de la neuropsico-
logía del déficit atencional, la hiperactividad y la impulsividad.
Por otra parte, el enfoque biológico trabaja cada vez más en el entendimiento de los
procesos cerebrales implicados en el ADHD, sugiriendo la presencia de un déficit
a nivel bioquímico en niños con déficit atencional e hiperactividad. Específicamen-
te se ha propuesto una disfunción o retraso en el desarrollo de los mecanismos
cerebrales inhibidos dando como resultado una activación permanente de los me-
canismos excitatorios. Una reducción en la cantidad de norepinefrina en las regio-
nes posteriores al hemisferio cerebral derecho sería responsable de la activación
anormalmente sostenida de los sistemas atencionales (Cabanyes y Polaino-Lorente,
1997; Taylor, 1991; Zametkin y Rapoport, 1987, citados por Roca y Alemán, 2000).
Esta postura, por supuesto, ha sentado las bases para los tratamientos farmacológi-
cos de los niños. Dentro de este aspecto están la ritalina o metilfenidato, las dex-
troanfetaminas y la pimolina, entre los fármacos más utilizadas, que son la forma de
intervención que ha tenido una de las mayores acogidas y ha demostrado resultados
adecuados, pero con algunos efectos secundarios (Ministerio de Salud de Colom-
bia, 1996; Puerta, 1999; Toro, Castro y García, 1998).
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Sin embargo, en esta misma corriente, autores como Evans y Abarbanel (1999)
mencionan que las personas que exhiben síntomas del trastorno de déficit aten-
cional tienden a producir un exceso de ondas delta, theta y alfa; estas ondas son
de baja frecuencia, especialmente theta y delta. El cerebro, por razones diversas,
Recordatorio Anotaciones
tiende a producir un exceso de estas frecuencias. Entrenar el área de la corteza
subcallosa proyecta conexiones y permite reflejar cómo está operando (Robbins,
2000), lo cual ha susten- tado la terapia de biofeedback de actividad cerebral o
neurofedback que hasta el momento ha mostrado resultados exitosos y estables
a lo largo del tiempo (American Biotec Corporation, 2000; Lubar y Lubar, 1984;
Lubar, Swartwood, Swartwood y O´Donnell, 1995; Monastra et al., 1999; Othmer et
al., 2000; Othmer, Othmer y Marks,1991; Tansey, 1993). Es así como en la última
década, los esfuerzos científicos han podido avanzar más en el entendimiento del
ADHD como un trastorno con altos niveles de implicaciones neuropsicológicas que
nos permiten aclarar más las dificultades que presentan estos niños.

Curso
Habitualmente, el trastorno es diagnosticado por vez primera en los años de ense-
ñanza elemental, cuando queda afectada la adaptación escolar. La mayor parte de
los padres observan la actividad motora excesiva cuando sus hijos son pequeños,
coincidiendo frecuentemente con el desarrollo de la locomoción independiente.
Sin embargo, puesto que muchos niños pequeños sobreactivos no llegan a desa-
rrollar un trastorno por déficit de atención con hiperactividad, es preciso ser cau-
telosos al establecer este diagnóstico. Además, el curso del trastorno también va a
depender de las problemáticas que tenga como comorbilidad. En la mayoría de
los casos de los centros clínicos, el trastorno se mantiene relativamente estable a
lo largo de los primeros años de la adolescencia. En muchos sujetos los síntomas
se atenúan a medida que avanza la adolescencia y durante la vida adulta, aunque
una minoría experimenta el cuadro sintomático completo del trastorno por déficit
de atención con hiperactividad en plena edad adulta. Hart et al. (1995) evaluaron
anualmente durante cuatro años a 106 niños entre los 7 y 12 años, según los cri-
terios del DSM-III-R, realizando entrevistas estructuradas a múltiples informantes.
Encontraron que los síntomas de hiperactividad e impulsividad declinaron con el
incremento de la edad, independientemente de la cantidad y el tipo de tratamien-
to administrado. Pero esto no sucedió con los síntomas de desatención, los cuales
solo se atenuaron de la primera a la segunda evaluación. Cuando los adultos man-
tienen sólo algunos de los síntomas, se utiliza el diagnóstico de trastorno por déficit
de atención con hiperactividad, en remisión parcial. Este diagnóstico se aplica a
sujetos que ya no sufren el trastorno completo, pero que todavía presentan algunos
síntomas que causan alteraciones funcionales (American Psychiatric Association,
2000; Barkley, 1990; Puerta, 1999).
Nigg et al. (2002) hacen énfasis en que es importante conocer cómo los síntomas
de ADHD se relacionan con los rasgos normales de personalidad en los adultos.
Para ello realizaron seis estudios, donde se relacionaron las cinco grandes dimen-
siones de personalidad con los síntomas de ADHD en una muestra de 1.620 perso-
nas entre 19 y
43 años, encontrando efectos sustanciales que fueron emergiendo a través de las
muestras. Primero, el cluster de síntomas de ADHD de desatención-desorga-
nización fue sustancialmente relacionado con baja “concientización” (conducta
dirigida hacia la tarea y a la meta) y, en menor grado, con neuroticismo. Segundo,
el cluster de los síntomas de hiperactivdad-impulsividad y conducta oposicionista
fue asociado con bajos niveles de agreeableness (altruismo, confianza, complacen-
cia y preocupación, y disposición para otros). Los resultados apoyan las conexiones
teóricas entre los rasgos de personalidad y síntomas de ADHD. Se considera que el
trastorno normalmente se manifiesta y por lo menos el 75% de los casos continua-
rán padeciendo la alteración después de que han crecido, con relativamente mayor
número de mujeres que todavía sufren en la adultez (Sagvolden, 1999). Zucker,
Morris, Ingram, Morris y Bakeman (2002) señalan que los síntomas de ADD de
la niñez continúan en la madurez en más del 50% de los casos. La existencia de
adolescentes y adultos diagnosticados con ADD cuando niños, y de adultos con
déficit de atención o hiperactividad-impulsividad (o ambos), indica que el ADD no
siempre acaba en la adolescencia. El ADD es un factor de riesgo para problemas
posteriores como delincuencia, abuso de sustancias y trastornos de persona- lidad
(Sagvolden, 1999). El ADD constituye uno de los factores de riesgo más grandes
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para la enfermedad mental en la vida adulta temprana.
Desde los 12 y 13 años, entre el 30 y el 50% de los casos que presentan trastornos
de conducta, la mitad o más ya tiene una historia de fracaso escolar amplio, y en la
torio Anotaciones adolescencia entre el 25 y 35% mantiene conductas antisociales, y cerca del 60% ha
repetido curso o requiere ayuda importante en sus estudios. En los estudios longitu-
dinales que llegan hasta la edad adulta sólo un 11% de los sujetos con este trastorno
estaba libre de algún tipo de sintomatología psiquiátrica, ya que los demás presen-
taban conductas antisociales, adictivas, ansiosas o depresivas (Servera et al., 2001).
Estudios genéticos familiares y una creciente evidencia de las anormalidades en la
estructura del cerebro y su funcionamiento en niños y adultos con ADD dan un
soporte a la persistencia de este trastorno en la madurez (Zucker et al., 2002).

Prevalencia
El déficit atencional por hiperactividad es una de las problemáticas más prevalentes
hoy en día en la población infantil a nivel mundial. La Asociación Americana
de Psiquiatría considera que entre un 3 y 7% de los niños en edad escolar presen-
tan el trastorno. Los niños son más propensos que las niñas a padecer el trastorno,
con una proporción que va desde 2 a 1, hasta 9 a 1, dependiendo del subtipo.
Gaub y Carlson (1997) realizaron un meta-análisis de investigaciones relevantes que
incluyeron el cri- terio de género. Es importante resaltar que no se encontraron
diferencias de género en impulsividad, tareas académicas, funcionamiento social,
habilidades motoras finas, educación parental o depresión parental. Sin embargo,
comparando los niños con las niñas con ADHD, estas últimas mostraron más difi-
cultades intelectuales, menos niveles de hiperactividad y menores tasas de otras con-
ductas externalizantes. Por otra parte, los datos de prevalencia sobre la frecuencia
del ADHD en la adolescencia y en la adultez no son concluyentes. Se anota además
que el hecho de determinar la prevalencia del ADD en otras ciudades y culturas ha
sido siempre problemático. Sin embargo, haciendo comparaciones entre niños, se
ha encontrado que los afro-americanos tienen más alta incidencia de ADD que los
americano-asiáticos (Root y Resnick, 2003). En la misma línea, en los últimos años
se ha incrementado la demanda de atención de este tipo de problemáticas, Kelle-
her, McInerny, Gardner, Childs y Wasserman (2000), citados por Valencia-García y
Andrade-Palos (2005), informaron de un aumento significativo entre
1979 y 1996 en todos los problemas psicosociales de los niños entre 4 y 15 años de
edad (6,80%-18,70%), en los problemas de atención (1,40%-9,20%), en los pro-
blemas emocionales (0,20%-3,60%) y en el trastorno por déficit de atención con
hiperactividad
Este trastorno se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para profe-
sores y padres, quienes intentan día a día entenderlo más y buscar estrategias que
permitan un adecuado desarrollo y adaptación a la sociedad, porque en la edad
escolar es cuando el trastorno incide con mayor gravedad, coincidiendo con las de-
mandas sociales de estar sentado, atender, obedecer, controlar conductas motoras
e impulsivas, cooperar, organizar las acciones y seguir instrucciones. Además desde
los 6-7 años ya se perciben los primeros problemas académicos en lecto-escritura y
cálculo con sus “típicos” olvidos de las tareas que se les encomienda. En casa tam-
bién aparecen los primeros problemas, las dificultades con hermanos y la responsa-
bilidad (Servera et al.,2001).
Slone, Durrheim y Kaminer (1996) analizan varios estudios a nivel internacional y
encuentran que los niños con un diagnóstico de ADD manifiestan problemas con-
ductuales y de aprendizaje. Además mencionan que otros estudios han explorado
la relación entre ADD y la clase social, evidenciando los resultados incoherentes
con respecto al predo- minio de ADD en los diferentes grupos socio-económicos.
Algunos estudios no han informado ninguna relación entre ADD y el status so-
cio-económico (Biederman, Faraone, Keenan, Knee y Tsuang, 1990; Werner et al.,
1968, en Slone et al., 1996), mientras que otros han encontrado que el trastorno es
más común en los grupos socio-económicos bajos (Bhatia, Nigam, Bohra y Malik,
1991, en Pineda, Restrepo, Henao, Gutiérrez- Clellen y Sánchez, 1999); Chawla,
Shashi, Sunderam y Mehta, 1981; Nichols y Chen,1980, en Slone et al., 1996).
Sagvolden (1999) explica que el ADD afecta al 2-5% de los niños del grado
escolar. Mandoki, Sumner y Mathews-Ferrari (1991), citados por Pineda, Restrepo
et al. (1999), estimaron que al menos el 20% de la población escolar podría tener
ADD, aunque ésta no fuese clínicamente diagnosticada. En 1994, Shealy estimó
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una prevalencia de entre el 3 y el 20%, según el sexo, la edad, el tipo de criterios y
los instrumentos utilizados para el diagnóstico. En la India también se halló que la
prevalencia de DDA aumentaba con la edad: 5,2% entre los 3 y 4 años, y 29,2% en-
tre los 11 y 12 años (Pineda, Kamphaus et al., 1999). Ostrander, Weinfurt, YarnoldRecordatorio Anotaciones
y August (1998) señalan recientes estudios epidemiológicos que indican que los
niños que experimentan ADD se encuentran entre el 2% y el 12% de la población
general. Además, pueden representar entre un 30-40% de las referencias totales de
las guías clínicas infantiles (Barkley, 1997).

Etiología
La investigación desarrollada en la actualidad sobre las causas del ADHD es bá-
sicamente correlacional, por lo tanto los factores causales de este trastorno aún
no están completamente establecidos. Sin embargo, existen diferentes modelos
explicativos para el ADHD. Entre los más importantes encontramos los modelos
biológicos (genéticos, perinatales, neurológicos), psisosociales y conductuales. A
continuación se expondrán los principales hallazgos de cada uno de ellos.
– M
 odelo biológico. El modelo biológico se puede analizar desde diferentes fac-
tores.

• F
 actores genéticos. Las investigaciones para conocer la etiología del ADHD in-
cluyen estudios con familiares, estudios de adopción y con gemelos. El objetivo
de estos estudios es mostrar si las influencias familiares son importantes en el
ADHD, considerando que los estudios de adopción y los estudios con geme-
los indican si las influencias familiares en ADHD son influencias genéticas o
medioambientales. Estudios con familias como el de Faraone, Biederman, Kee-
nan y Tsuang (1991), citado por Roca y Alemán (2000), encontraron que
el riesgo de ADHD es más alto en parientes de primer grado. Neale (1994), cita-
do por Roca y Alemán (2000), afirma que es muy probable una predisposición
hereditaria, al referirse a estudios realizados con gemelos idénticos (monoci-
góticos) y gemelos fraternales (dicigóticos), encontrando una coincidencia del
ADHD de 51% en los primeros y de 33% para los segundos. Tanto los estudios
de familias como de gemelos sugieren que el ADHD está determinado por fac-
tores genéticos; sin embargo, no se descarta la influencia que ejerce el ambiente
familiar y social (Moreno, 1998). Rhee, Waldman, Hay y Levy (1999) realizaron
un estudio examinando la magnitud hiperactividad y consideraron también las
diferencias sexuales en la preva- lencia. Participaron 2.391 gemelos y pares de
hermanos provenientes de Australia, entre los 3 y los 18 años. Encontraron que
los síntomas en la población fueron “altamente heredables (h2 = 0,85–0,90)”
(p. 24). La mag- nitud de la influencia familiar fue similar para niños y niñas,
aunque había influencias medioambientales compartidas en el ADHD en las
niñas pero no en los niños, y dominancia genética para los niños pero no en
las niñas. La evidencia apoyó el modelo poligenético del umbral múltiple en
lugar del modelo de variabilidad constitucional de diferencias del sexo en
ADHD. Específicamente, los estudios sugieren que el ADHD se influencia prin-
cipalmente por los factores genéticos, un resultado que es consistente con los
resultados anteriores de influencias genéticas fuertes en ADHD durante la niñez
(Eaves et al., 1997; Faraone y Biederman, 1998; Nadder et al., 1998; Sherman et
al., 1997; Silberg et al., 1996, citados por Burt et al., 2001). El hallazgo de una
influencia medioambiental significativa en ADHD es raro y puede provenir de
fuentes como informes de los padres o maestros del niño. Además, los resulta-
dos de estos estudios son consistentes con otros similares, indicando además que
cuando hay comorbilidad del ADHD, por ejemplo con los TC, hay influencias
principalmente genéticos (Burt et al., 2001).

• F
 actores perinatales. Se ha encontrado que factores tales como el hábito de
fumar durante el embarazo, el alcohol, las complicaciones del parto y los tras-
tornos neurológicos tempranos pueden ser factores de riesgo para el ADHD (Pi-
neda et al., 2003). Estos autores realizaron un estudio en la ciudad de Medellín
y hallaron que los factores de riesgo perinatales más importantes asociados con
la aparición de ADHD son la amenaza de aborto, las convulsiones neonatales,
gripes con incapacidad durante el embarazo, y consumo de alcohol y cigarrillos.
En otros estudios, de igual manera, se afirma que el excesivo consumo de alco-
hol y/o nicotina durante el embarazo son probablemente la causa en un gran
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porcentaje de niños con ADHD. Por otra parte, Roca y Alemán (2000) sugieren
que el ADHD puede ser adquirido después del embarazo, resultando de lesio-
nes en la cabeza o complicaciones durante el parto.
torio Anotaciones

• F
 actores neurológicos. En diferentes investigaciones se ha hablado del im- pacto
que puede tener el daño cerebral y la inmadurez neurológica sobre el ADHD.
No obstante, la investigación en este tema no ha ofrecido un aporte evidente de
esta afirmación, pues en un estudio con pacientes de ADHD solo en un 5-10%
se encontró la evidencia de daño o disfunción cerebral; sin embargo, la mayoría
de los niños con daño cerebral no manifiesta ADHD (Sarason, 1996 citado por
Roca y Alemán, 2000). Varios autores han encontrado que la asimetría de las re-
giones frontales anteriores no es la que se espera. Además Hynd et al. (1991),
citados por Aman et al. 1998), han mostrado que las áreas del cuerpo calloso
con fibras que conectan las regiones corticales homólogas anteriores (frontales)
y posteriores (parietal) en los que en los niños sin ADHD. En la actualidad las in-
vestigaciones sobre este trastorno se centran en las áreas frontales y prefrontales
del cerebro, encargadas de la regulación de la atención y la inhibición de infor-
mación sensorial. Se propone que en algunos niños con ADHD las regiones ce-
rebrales encargadas de la atención no reciben ciertas sustancias neuroquímicas,
mien- tras que las que se ocupan del procesamiento de información sensorial
pre- sentan un exceso. Este desequilibrio explica que el niño tenga dificultades
en la atención, a la vez que es sensible a las distracciones causadas por estímu-
los externos (Aguilar, 2002). El ADHD puede manifestarse por un desequilibrio
de neurotransmisores en determinadas zonas del cerebro; sin embargo, este
fenómeno no es exclusivo de este trastorno, lo cual limita este hallazgo como
elemento diagnóstico. Zametkin et al. (1990) estudiaron el metabolismo cere-
bral en adultos con ADHD y encontraron una reducción en el metabolismo
de la glucosa en diferentes áreas del cerebro, especialmente en la región pre-
frontal superior y en la región premotora del lado izquierdo, asociadas con la
regulación de la atención y de la actividad motora. Puerta (1999) afirma
que los sistemas noradrenérgico, dopaminérgico y serotoninérgico parecen ser
relevantes en la patogénesis del ADHD. Se concluye que la disfunción de
estos tres sistemas, en especial el dopaminérgico, es bastante clara en el ADHD y
la eficacia de los estimulantes farmacológicos ha llevado a la hipótesis de que el
trastorno es resultado de la disminución de dopamina en el cerebro. Zametkin
y Rapoport (1987), citados por Servera et al. (2001), se adhieren a este postula-
do y afirman disponer de datos que señalan una disminución en los niveles de
dopamina en el líquido cefalorraquídeo y en los metabolitos en el plasma san-
guíneo, aunque recientemente se ha implicado también a la noradrenalina y a
la serotonina, lo cual no solo evidencia una relación causal entre las alteraciones
bioquímicas y las conductas hiperactivas, sino que incluso se plantea la posibili-
dad de una relación inversa (Taylor, 1994, citado por Servera et al., 2001).

• F
 actores nutricionales. Otros modelos sostienen que el ADHD se relaciona es-
trechamente con la dieta, como por ejemplo la ingestión de alimentos edulco-
rantes (Martínez, 1989), tintes y aditivos artificiales (Roca y Alemán, 2000). Exis-
ten investigaciones al respecto y, aunque no hay evidencia contundente, muchos
padres afirman que cuando sus niños con ADHD están en una dieta especial
presentan mejoras en su conducta. Los aspectos dietéticos del ADHD aún se en-
cuentran en estudio y no hay evidencia científica comprobada (Aguilar, 2002).
– M
 odelos psicosociales. El hecho de que algunos niños con antecedentes bioló-
gicos y/o genéticos no desarrollen problemas de conducta, y que otros sin apa-
rentes daños neurológicos o complicaciones perinatales manifiesten conductas
de hiperactividad cuando comienzan la escolaridad, ha llevado a varios especia-
listas a considerar que los factores psicosociales intervienen como determinantes
del ADHD (Moreno, 1998).
– Modelos conductuales
• M
 odelo atencional de Virginia Douglas. A comienzos de los años setenta Virgi-
nia Douglas y su equipo del Instituto McGill de Canadá revolucionaron el cam-
po de la investigación mostrando datos que señalaban que los niños hiperactivos
no presentaban necesariamente dificultades de aprendizaje atribuibles a proble-
mas de audición, memoria y otras habilidades (Servera et al., 2001). Douglas y
Peter (1979), citados en Kirby y Gimley (1992), sugieren que el nexo entre el
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patrón conductual de estos niños y su incapacidad para establecer esquemas
complejos podría ser de naturaleza cíclica, afirmando que los problemas de
los niños con ADHD surgen a partir de cuatro predisposiciones relacionadas:
a) rechazo o poco interés para dedicar atención y esfuerzo a tareas complejas,Recordatorio Anotaciones
b) tendencia a la búsqueda de estimulación y/o gratificación inmediata, c) poca
capacidad para inhibir respuestas impulsivas, y d) poca capacidad para regular
la activación o los estados de alerta requeridos para la solución de determinadas
tareas (Servera et al., 2001).

• M
 odelo motivacional de Russell Barkley. Barkley (1990) basa su propuesta en
la presencia de un déficit motivacional como la raíz principal del problema.
En términos generales el modelo parte de la base situacional de las conductas
hiperactivas y la gran influencia que tienen los factores instruccionales y moti-
vacionales para desencadenarlas. Barkley da prioridad a una característica de
los niños con ADHD: el déficit en su respuesta a las consecuencias ambientales;
es decir, reforzadores positivos y estímulos aversivos que afectan el comporta-
miento de la mayoría de los niños muestran efectos muy débiles en los casos
de hiperactividad. En cuanto a las causas por las que ciertas reglas, tareas o estí-
mulos socialmente relevantes no consiguen provocar las conductas deseadas en
algunos niños, Barkley (1990) entiende que de modo general todas se pueden
resumir en estas seis: a) existencia de un problema de detección sensorial,
b) discapacidad física o motora que impide al niño realizar la respuesta deseada,
c) historia de condicionamiento inadecuado, d) déficit en los efectos de los es-
tímulos reforzadores, e) efecto inusualmente rápido de habituación o saciación
ante los reforzadores, y f) déficit en la manera habitual con la que los programas
de refuerzo mantienen la conducta a lo largo del tiempo (Servera et al.,2001).

Conclusiones
El déficit atencional/hiperactividad es un trastorno cuyo nivel de conocimiento ac-
tual es bastante elevado, dado que gran cantidad de investigadores desde diferentes
enfoques y disciplinas, desde hace más de un siglo, se han interesado en conocer,
describir, explicar y tratar este fenómeno clínico complejo (Barkley, 1990), de ini-
cio en la primera infancia con una gran cantidad de deterioros neuropsicológicos,
especialmente de los lóbulos frontal y parietal, que continúa hasta la edad adulta
y que trae consigo una gran cantidad de problemáticas asociadas, entre las que se
encuentra la mayor comorbilidad de los problemas de aprendizaje y los proble-
mas de conducta. No obstante, también se ha encontrado una alta asociación con
depresión y ansiedad, y durante y después de la adolescencia con delincuencia y
consumo de sustancias psicoactivas (Burt et al., 2001; Nigg, 2001). Se trata de una
problemática con altos niveles de prevalencia (3-5%) a nivel mundial (American
Psychiatric Association, 2000) y hasta un 17% a nivel nacional colombiano (Pineda
et al., 2001). Los niveles explicativos de la problemática han ido desde las neuro-
ciencias hasta los enfoques conductuales y psicosociales, encontrándose un alto
componente genético, cuyas estimaciones de heredabilidad varían entre 55 y 92%.
La concordancia entre gemelos monocigóticos es del 51%, mientras que entre ge-
melos dicigóticos es del 33% (Lopera et al., 1999). Sin embargo, se ha encontrado
que factores ambientales, como los problemas relacionados con el hábito de fumar
de la madre durante el embarazo, el alcoholismo materno, las complicaciones del
parto y los trastornos neurológicos tempranos, pueden ser factores de riesgo para
la aparición del ADD (Pineda et al., 2003). En esta misma línea, se señalan déficit
bioquímicos especialmente en lo que corresponde a un hipofuncionamiento de los
sistemas dopaminérgicos y reducción de la norepinefrina (Puerta, 1999), exceso
de ondas delta, theta y alfa (Evans y Abarbanel, 1999; Lubar et al., 1995) y déficit a
nivel prefrontal, entre las teorías con más apoyo empírico. A nivel conductual des-
tacan el modelo de Douglas y el de Barkley; este último ha recibido un gran apoyo
especificando el déficit a nivel motivacional en cuanto a la conducta gobernada
por reglas, dando prioridad al ambiente, aunque existe controversia acerca de si el
ADHD es un trastorno desinhibitorio a nivel motivacional o a nivel ejecutivo (Nigg,
2001). Finalmente, es importante mencionar que el déficit atencional/hiperacti-
vidad es una problemática en la que se han producido grandes avances, pero que
todavía quedan algunos vacíos por resolver en cuanto a lo que corresponde a la
psicopatología.
UNIDAD I:Objetivos
ASPECTOSInicio
HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA
ollo
nidos 38
Actividades Autoevaluación Diagrama

Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA

Desarrollo Actividades Autoevaluación


as Glosario Bibliografía de contenidos
nadas

CONTROL DE LECTURA N.º 1


Lecturas Glosario Bibliografía
Diagrama Objetivos
seleccionadas Inicio
torio Anotaciones Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.

Desarrollo Actividades Autoevaluación


de contenidos Recordatorio Anotaciones

GLOSARIO DE LA UNIDAD I
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
Multifactorial: Debido a la interacción de varias causas
Psicogeno: Que se origina en la mente por causas psicológicas o emocionales
Fenomenologia: Que se origina en la mente por causas psicológicas o emocionales
Recordatorio Crepusculo: Decadencia.
Anotaciones
Diagrama Objetivos Inicio

Desarrollo Actividades Autoevaluación


de contenidos

Lecturas Glosario Bibliografía


BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD I
seleccionadas Belloch, A; Sandín, B y Ramos, F. (2008) Manual de Psicopatología. Volumen I Ma-
drid: Mc Graw Hill.
Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos psicoló-
gicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.
Recordatorio Anotaciones
Díaz, F. (2001). Salud mental en la isla Tenerife: un estudio epidemiologico. Recuperado el
10 de Agosto del 2014 de ftp://tesis.bbtk.ull.es/ccssyhum/cs114.pdf
Vallejo, J. (2002). Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría Madrid: Elsevier
Masson.

Diagrama Objetivos Inicio

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD I
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos

1. Criterio de la psicopatología que hace referencia al sufrimiento propio y ajeno.


a. biológico
Lecturas
seleccionadas
Glosario

Bibliografía
b. estadístico
c. subjetivo
d. social
Recordatorio Anotaciones

2. Modelo de la psicopatología que fundamenta el fenómeno psicopatologio por


un pensamiento desadaptado.
a. conductual
b. cognoscitivo
c. existencial
d. psicanalítico

3. La OMS publico La ultima version del CIE 10 en el año


a. 1995
b. 1992
c. 1980
d. 1959
UNIDAD I: ASPECTOS HISTÓRICOS, CONCEPTUALES, TERMINOLOGÍA PSICOPATOLOGÌA I
Y CLASIFICACIONES EN PSICOPATOLOGÍA
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
39

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
4. La obnubilación agrupa niveles de afectación, esos son:
a. enfriamiento, sueño, estupor, coma
b. sueño, estupor, coma
Recordatorio Anotaciones
c. embotamiento, somnolencia y coma
d. embotamiento, somnolencia, estupor, coma

5. Elevación del nivel de conciencia exaltación de los sistemas neurobiológicos.


a. Delirio
b. Coma
c. Estupor
d. Hipervigilia

6. Concentracion sobre pocas cosas


a. Estrechamiento de atención
b. Falta de atencion
c. Oscilación de La atención
d. Division de La atencion

7. Capacidad disminuida para enfocar y orientarse hacia un objeto.


a. Estrechamiento de atención
b. Falta de atencion
c. Oscilación de La atención
d. Division de La atencion

8. Habilidad para separar los estímulos relevantes de los irreleventes.


a. Atención como concentración
b. Atencion como activacion
c. Atencion como seleccion
d. Atencion como vigilia

9. Cambios en la atención como respuesta al estrés


a. Atención como concentración
b. Atencion como activacion
c. Atencion como seleccion
d. Atencion como vigilia

10. Perdida completa de la conciencia, por que no existe capacidad de registro de


estimulos externos
a. Somnolencia
b. Hipervigilia
c. Estupor
d. Coma
40
PSICOPATOLOGÌA I
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
41

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

Desarrollo
UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I
Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD II


Diagrama
Lecturas Objetivos
Glosario Inicio
Bibliografía
seleccionadas

LECTURAS
CONTENIDO ACTIVIDADES
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación SELECCIONADAS
Recordatorio Anotaciones

Lecturas Glosario
AUTOEVALUACIÓN
Bibliografía
BIBLIOGRAFÌA
seleccionadas

Recordatorio ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES


Anotaciones

Diagrama Objetivos Inicio

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N° 1: Psicopatología 1. Identifica y explica los 1. Muestra interés por
Desarrollo
Actividades Autoevaluación
de la memoria
de contenidos principales síntomas y conocer los fun-
1. Características signos de las alteracio- damentos teóricos,
nes de la memoria participando en forma
2. Signos y síntomas
2. 
Reconoce, describe e activa y responsable,
3. Tipos deGlosario
Lecturas
seleccionadas amnesias
Bibliografía
interpreta los principa- aprecia los temas y sus
4. Otros cuadros clínicos les características de la aplicaciones
amnesia 2. Reconoce los
Lectura Seleccionada N.° 1 3. 
Investiga y relaciona la procedimientos de diag-
Recordatorio Anotaciones
vida de Allport, Cattell y nostico a un paciente,
La Enfermedad Mental: As-
Eysenck con los aportes con los principios
pectos psicopatológicos y
de sus propuestas teóricas establecidos por la ética
semiológicos. Autor: Oliver,
Ernesto. Ediciones Libro
Amigo, 1999. Lima. Tema: Actividad Nº 2
Memoria y Recuerdo. Pág. Elabora un mapa mental de
245 a 258 la clasificación de la psicopa-
Tema N° 2: Psicopatología tología de la memoria.
de la percepción • Reconoce las caracte-
1. C
 aracterísticas, signos y rísticas principales de
síntomas la psicopatología de la
2. C
 lasificación de los tras- percepción.
tornos perceptivos de la • Identifica y explica las
imaginación distorsiones perceptivas
3. D
 istorsiones perceptivas o sensoriales
o sensoriales
Tarea Académica Nº 1
Lectura Seleccionada N.° 2 Elabora una monografía so-
Manual de psicopatología. bre los uno de los trastornos
Volumen I. Autor: Belloch, de las funciones fisiológicas:
Amparo; Sandin, Bonifacio y sueño, apetito e ingesta y
Ramos, Francisco . Editorial sexo
Mc Graw Hill, 2008. Madrid.
Tema: Psicopatología de la
percepción y la imaginación.
Pág. 139 a 143

Autoevaluación de
la unidad II
ollo
nidos 42
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I

as Glosario Bibliografía
nadas
TEMA N.° 1: PSICOPATOLOGÍA DE LA MEMORIA

1 CARACTERÍSTICAS
torio Anotaciones
El ser humano presenta una gran flexibilidad en las respuestas diferentes que rea-
liza, que son, en parte, de naturaleza innata o de base genética, pero mayoritaria-
mente se encuentran basadas en la propia experiencia. Por tanto, las experiencias
que vivimos pueden modificar nuestras conductas futuras. Cada uno de nuestras
percepciones, sentimientos o reacciones pueden dejar una huella o rastro que se
conserva durante un periodo de tiempo de-terminado, ya sea prolongado o efíme-
ro. Cuando se dan las condiciones adecuadas esta huella o rastro se puede mani-
festar de nuevo. Esta huella que dejan nuestras experiencias es lo que constituye
la memoria; lo que memorizamos y aprendemos nos permite poder responder de
forma adecuada a las distintas situaciones que se presentan en nuestro medio y, por
lo tanto, adaptarnos al mismo.
Definiremos la memoria como la capacidad de adquirir, retener y utilizar secun-
dariamente una experiencia (Serrallonga, 1980, citado por Belloch, Sandin y Ra-
mos, 2008). La memoria es, por tanto, un proceso psicofisiológico localizado en
el sistema nervioso central (SNC), que permite la capacidad de adquirir, de forma
consciente o inconsciente retener y utilizar, con esfuerzo o de forma automática,
una experiencia.
Por otro lado, el concepto de memoria se ha convertido en un tema fundamental
en psiquiatría. Los procesos mnésicos forman parte nuclear o participan en el de-
sarrollo de distintos fenómenos esenciales en este ámbito. Así pues podemos con-
siderar que la personalidad es, en gran parte, un conjunto de hábitos o aptitudes
desarrollados por las experiencias; los procesos de naturaleza neurótica, como las
fobias o los trastornos ansiosos, son producto, en muchas ocasiones, de nuestros
aprendizajes o de patrones de experiencias repetitivos. Asimismo, la psicoterapia se
nutre, en buena medida, de la adquisición de nuevas informaciones que sustituyen
o corrigen experiencias o concepciones anteriores y pueden permitir la modifica-
ción de distintas conductas o aptitudes. Por otro lado, en la práctica psiquiátrica
los trastornos de la memoria y las quejas mnésicas son hechos habituales, que se
presentan en los distintos trastornos psiquiátricos o aparecen como consecuencia o
como efecto adverso de los distintos tratamientos utilizados en psiquiatría, como la
terapia electro convulsiva (TEC).
Existe un conjunto tan amplio como diferenciado de modelos y teorías sobre los
procesos relacionados con la función mnésica. Los estudios y abordajes desde dis-
tintos enfoques han definido diversos modelos que, en general, son complemen-
tarios pero que en ocasiones pueden llevar a visiones, contradictorias o al solapa-
miento de conceptos. Las características de este capítulo hacen que resulte difícil y,
probablemente, poco adecuado, resumir y abordar cada uno de estos modelos. Asi
pues, hemos considerado la memoria y los trastornos de la misma desde una pers-
pectiva neurobiológica, y sobre esta base se han desarrollado distintos conceptos
utilizados habitualmente en el ámbito clínico, tanto medico como psiquiátrico y
psicológico, así como en las publicaciones científicas.

2 SIGNOS Y SÍNTOMAS
Memoria de acuerdo con parámetros temporales:
Una de las principales características de la memoria es su dimensión temporal. Esas
características la distingue de los sentimientos, de las emociones o los pensamien-
tos, los cuales se caracterizan por la transitoriedad, por el aquí y el ahora. La me-
moria no es un fenómeno transitorio, sino que nos permite reutilizar experiencias
pasadas o prolongar temporalmente los hechos, de distinta naturaleza, que estemos
viviendo o hayamos experimentado. La distinción fundamente, en esta dimensión
temporal, seria entre la memoria a corto y a largo plazo.
Podemos hablar de una memoria a corto plazo, memoria inmediata o memoria
primaria como una memoria de capacidad limitada, que se corresponde en el aná-
lisis de la información sensorial en áreas cerebrales específicas (p. ej. Áreas visuales,
auditivas o sensitivas) y su reproducción inmediata durante un tiempo muy breve.
Se refiere al material que se recuerda inmediatamente después de ser presentado o
bien durante un ensayo ininterrumpido del material expuesto. Esta duplicación o
repetición inmediata de la información percibida se mantiene durante un tiempo
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOSdeDesarrollo
I
contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
43

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
restringido (aprox 20s) y concierne a un número limitado de elementos, que de-
finen la amplitud de memoria del sujeto, denominada en inglés span de memoria
(como mucho 7 elementos o ítems), a menos que se mantenga continuamente
activa la recuperación de la información. Recordatorio Anotaciones

No debemos considerar que la memoria a corto plazo se limite a un sistema de


almacenamiento temporal y pasivo de la información, sino que interviene de for-
ma activa en la realización de importantes tareas. Esta utilización de la memoria a
corto plazo queda reflejada en un modelo teórico denominado memoria de trabajo
(working memory) o memoria operativa. La memoria de trabajo, según Baddeley y
Hitch (Baddeley, 1999, citado por Belloch, Sandin y Ramos, 2008), es un sistema de
capacidad limitada por medio del cual el sujeto puede retener, pero también mani-
pular, la información, lo que le permitirá realizar una serie de tareas cognoscitivas,
entre las que incluimos la comprensión, el razonamiento y la resolución de pro-
blemas. La memoria operativa o de trabajo es un modelo teórico, que no debemos
hacer sinónimo de memoria a corto plazo, aunque se base principalmente en esta.
Por ejemplo, cuando escuchamos lo que otra persona nos explica, sus palabras no
desaparecen a medida que las captamos, sino que permanecerán como imágenes
auditivas verbales en espera de la llegada de otras nuevas. Solo de este modo pode-
mos realizar una síntesis o resumen de la información significativa y entender de
este modo el sentido global de lo que escuchamos.
La memoria de trabajo está constituida por el ejecutivo central, mediante el cual
es posible realizar distintas tareas cognoscitivas que permiten operaciones de selec-
ción y control. Al mismo tiempo, tiene funciones de almacenamiento temporal de
la información, este almacenamiento es limitado y cuando su capacidad se agota
utiliza una serie de subsistemas esclavos o auxiliares cuyo funcionamiento supervi-
sa y coordina. Estos sistemas auxiliares son el bucle articulario permite almacenar
información verbal, ya sea de forma auditiva o visual y está constituido a su vez por
dos componentes, una unidad de almacenamiento fonológico (stock fonológico)
que permite retener información auditivo verbal durante un lapso breve de tiempo
y un proceso de control articulario basado en la repetición subvocal, que cumple
dos funciones, renovar el contenido de la unidad de almacenamiento fonológico y
traducir informaciones visuales a un código fonológico. Por ejemplo, cuando bus-
camos el número de teléfono de una persona en una guía, con el fin de telefonearla
inmediatamente, lo que hacemos habitualmente es leer el número y mantenerlo
en memoria (unida de almacenamiento fonológico) y ayudarnos de la repetición
en voz baja o subvocal del mismo hasta que lo utilizamos (proceso de control ar-
ticulario). Por último, la agenda visuoespacial es un sistema de almacenamiento
y manipulación de imágenes visuales (que se caracterizan por el reconocimiento,
es decir el “que”) e informaciones espaciales (caracterizadas por la localización, el
“donde”).
La memoria a largo plazo se refiere al recuerdo de la información después de un
periodo de demora durante el cual el sujeto ha localizado su atención lejos del
estímulo presentado. Se denomina también memoria secundaria y permite la con-
servación duradera de la información gracias a la codificación, seguida del almace-
namiento de esta información en distintas localizaciones anatómicas multifocales,
organizada en forma de engramas o trazos de me-moria. Esta memoria permite el
aprendizaje duradero de la información y una consolidación variable en función
de su importancia emocional y de la repetición. La memoria a largo plazo permite,
por tanto, el almacenamiento de la información durante periodos que se extienden
desde minutos a décadas. En esencia, se considera memoria a largo plazo todo
aquello que no es memoria a corto plazo.
Una clasificación que también utiliza criterios temporales es la diferencia entre me-
moria inmediata, memoria recién y memoria remota. En esta clasificación se distin-
gue entre la memoria concerniente a recuerdo o a informaciones nuevas (memoria
inmediata y reciente) y la que se asocia con informaciones antiguas (memoria re-
mota). La memoria inmediata se refiere a la memoria de aquello que ha ocurrido
o se ha presentado unos segundos antes, por lo que sería equivalente a la memoria
a corto plazo. La memoria reciente se refiere a lo que ha ocurrido en minutos u
horas previas y la memoria remota se corresponde a recuer-dos antiguos, lo que el
paciente recuerda del pasado o lo que reconoce. Tanto la memoria reciente como
la remota serian ejemplos de memoria a largo plazo, en las que existiría una conso-
lidación y almacenamiento de la información.
ollo
nidos 44
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I

as Glosario Bibliografía
nadas
Memoria de acuerdo con su contenido:
Dentro del contexto de los procesos de memoria a largo plazo diferenciamos, prin-
cipalmente, entre el conocimiento que tenemos sobre el mundo, que se trata del
torio Anotaciones conocimiento que adquirimos sobre lo que son las cosas, los lugares o las personas
y que se sustenta en lo que denominamos memoria declarativa o explicita, el cono-
cimiento sobre cómo hacemos las cosas, que incluimos dentro de la memoria no
declarativa o implícita.
La memoria declarativa o explicita es una memoria accesible a la conciencia, es la
memoria de todo aquello que puede manifestar o “declararse”. Precisa una recupe-
ración intencional o consciente de la información y depende de procesos cogniti-
vos como los procesos de evaluación, comparación e inferencia.
La memoria explicita es una memoria de adquisición rápida, ya que puede obtener-
se tras un único ensayo o experiencia. Dentro de la memoria explicita diferencia-
remos la memoria epi-sódica, que codifica información sobre eventos autobiográfi-
cos, y la memoria semántica, que codifica conocimiento general o factico.
La memoria episódica es una memoria autobiográfica que permite al sujeto recor-
dar hechos de su propia historia personal, familiar o social y está inscrita en un mar-
co temporoespacial. La memoria episódica, por tanto, se referiría a recuerdos del
tipo “ayer fui de pesca” o “el verano pasado visité Argentina”. Dentro de la memoria
episódica, a su vez, podemos distinguir entre la memoria retrograda, que se refiere
a la memoria de acontecimientos pasados y la memoria anterógrada que designa el
recuerdo de acontecimientos nuevos o recientes.
El segundo tipo de memoria declarativa o explicita es la memoria semántica, que se
refiere al conocimiento de las cosas que tiene un individuo, sin que se inscriba un
marco tempo-roespacial definido. La información que recordamos esta desprovista
de referencias a la historia personal del individuo y definiría el saber, la cultura, o
incluso las competencias del sujeto. Sabemos que “una trucha es un pez de rio” o
que “Argentina es un país sudamericano”, de acuerdo a los casos anteriores.

Memoria de acuerdo con el canal sensorial:


Los distintos estímulos percibidos a través de las distintas vías sensoriales pueden
determinar tipos diferentes de memorias sensoriales. Inicialmente, la información
que captamos se puede mantener o prolongar de forma fugaz, durante 200 a 300
ms aproximadamente, en los sistemas de memoria sensorial icónica (tipo visual) o
ecoica (tipo auditivo). Que prolongan el estímulo inicial y aseguran un adecuado
procesamiento posterior. Por ejemplo, en el sistema icónico puede relacionarse
con disminución de fotopigmentos en los conos y bastones retinianos. Esta me-
moria ultracorta puede pasar a memoria a corta plazo, memoria visual o auditiva a
corto plazo, memoria visual o auditivo a corto plazo, que mantienen la información
por cuestión de segundos, para permitir su integración con otra informaciones y
formar parte del sistema de memoria de trabajo o pasar a construir parte de la me-
moria a largo plazo.

3 TIPOS DE AMNESIAS
Originalmente, el término amnesia se refería a una perdida global y completa de la
memoria. En la actualidad, define tanto la pérdida total como parcial de la función
mnésica. El paciente amnésico presentará una incapacidad de retener (adquirir)
y/o recuperar (evocar) información, lo que impedirá el recuerdo o adquisición de
la información de un periodo temporal concreto. Las amnesias pueden clasificar-
se siguiendo distintos criterios: causal (p. ej. postraumática, alcohólica, afectiva),
modalidad o material específico (p. j.. visual, táctil, auditiva), anatómico (p. ej..
hipocámpica, diencefálica) o cronológico (anterógrada o retrograda).

Amnesia anterógrada
Se define como la incapacidad de aprender o retener los nuevos hechos que ten-
gan lugar tras el acontecimiento o lesión causal de la amnesia. Una persona con
amnesia anterógrada puede recordar perfectamente acontecimientos ocurridos en
el pasado, previos a la lesión o trastorno, pero es incapaz de retener información o
acontecimientos posteriores a la lesión.
La amnesia retrograda afecta, en general, a una amplia gama de aprendizajes, ex-
cepcionalmente la afectación abarca aisladamente modalidades específicas como
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOSdeDesarrollo
I
contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
45

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
material verbal o visuoespacial. La extensión del déficit, su pronóstico y la posible
recuperación dependerán de la etiología del trastorno. Diferentes autores consi-
deran que los pacientes con amnesia retrograda son incapaces de formar memoria
de tipo declarativo (Squire, 1992). Los pacientes con este tipo de amnesia Recordatorio
son Anotaciones
incapaces de “declarar” o hablar o pensar sobre las experiencias vividas a partir del
momento de la lesión cerebral.
La amnesia anterógrada parece consistir en una pérdida de la capacidad para
aprender relaciones entre distintos estímulos, incluido el tiempo y el lugar donde
ha ocurrido y el orden de ocurrencia. Por tanto, este tipo de amnesia afectará prin-
cipalmente a la memoria episódica, afectando el recuerdo de informaciones bio-
gráficas del paciente. En estos pacientes la importante afectación del aprendizaje
de nuevas informaciones parece contrastar con la conservación del conocimiento
general o el vocabulario (memoria semántica), pero un estu-dio detallado de estos
pacientes demuestra que los déficit también abarcan aspectos se-mánticos de la me-
moria, ya que son también incapaces de aprender el significado de nuevas palabras
o conocimientos generales desconocidas antes de la lesión cerebral.

Amnesia retrógrada
Se define por incapacidad de recuperar información que había sido almacenada
previamente al inicio del trastorno (traumatismo, shock físico o psíquico o enfer-
medad). Es frecuente que tras sufrir un traumatismo craneal en un accidente o
shock eléctrico como parte del tratamiento de la depresión (terapia electro con-
vulsiva) el sujeto sufra una pérdida, por lo general temporal, de memoria para los
recuerdos previos. Esta amnesia puede localizarse únicamente en los minutos u ho-
ras anteriores a la lesión o, en menor frecuencia, extenderse a varios meses o años.
La extensión temporal de la amnesia retrograda dependerá, en parte, de la na-
turaleza y gravedad del trastorno que la ha provocado. Otra característica de este
tipo de amnesia es que sigue un importante gradiente temporal; los recuerdos que
se pierden en mayor proporción y antes son los recuerdos más recientes, del mis-
mo modo, cuando se produce una recuperación, también parece seguir un eje
temporal, pero en sentido inverso a la pérdida; se recuperan, en primer lugar, los
recuerdos más antiguos y después los recientes, Es frecuente que los recuerdos
más próximos a la lesión, de los minutos previos, no lleguen a recuperarse nunca.
Mientras que en la amnesia anterógrada parece estar alterado el registro de nuevos
recuerdos, en el caso de la amnesia retrógrada podemos considerar la destrucción
o borrado de los contenidos almacenados en la memoria. Sin embargo, el hecho
de que, en algunos casos, exista recuperación gradual de la información apoyaría a
una interferencia o disfunción en los mecanismos de recuperación o búsqueda de
la información ya grabada (Kandel, 1995). Es obvio que si se produjera un borrado
de la información, esta no podría recuperarse. Un sujeto que padezca amnesia re-
trógrada podrá explicar un número de recuerdos recientes menor que los sujetos
control o normales; estos recuerdos serán menos detallados o más pobres y tendrá
más dificultades en ubicarlos temporoespacialmente, habrá mayor dificultad en
contextualizar el recuerdo. Afecta a la memoria de tipo explicita o declarativa, tan-
to en aspectos episódicos como semánticos, el sujeto también podrá olvidar conoci-
mientos generales o incluso vocabulario si la extensión de la amnesia es suficiente,
sin embargo, la memoria de tipo implícito estará preservada.
Una conmoción cerebral fuerte a menudo produce amnesia retrógrada: una in-
capacidad para recordar el pasado que puede ir desde los minutos anteriores a la
conmoción hasta años antes.
Esta es una de las características de la amnesia retrógrada postraumática y de la pro-
vocada por la TEC: extenderse hacia atrás a lo largo del eje temporal autobiográfico
de la persona que la sufre, en proporción con la gravedad de la lesión.
Además la recuperación de la memoria que es habitual en estos casos, también si-
gue ese eje autobiográfico, pero en sentido inverso, de tal manera que se recuperan
antes los recuerdos más antiguos que los más recientes. Con todo, la recuperación
de los minutos anteriores al trauma no suele producirse nunca.
La amnesia retrógrada en estos casos no se debe al olvido de la información alma-
cenada antes del trastorno, puesto que se recupera con el tiempo. Cabe hablar de
inaccesibilidad de los recuerdos que siguen estando disponibles en la memoria.
La importancia de las claves temporales autobiográficas, tanto en la pérdida de la
memoria como en su recuperación. Parece como si se produjera una desconexión
ollo
nidos 46
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I

as Glosario Bibliografía
nadas
entre las pistas que habitualmente nos llevan a situar el recuerdo en su contexto
espacio-temporal vital y el re-cuerdo mismo.
En la amnesia postraumática lo último que se pierde es lo primero que se recupera
torio Anotaciones y se tarda más en recobrar la memoria cuanta más se haya perdido.
La amnesia que sigue a la TEC, suele remitir aprox. seis meses después de la apli-
cación del tratamiento y también de forma gradual. La pérdida hacia atrás parece
alcanzar entre 1 y 4 años.

4 OTROS CUADROS CLÍNICOS


Síndrome amnésico: aquellos casos en que una lesión cerebral produce un déficit
global y permanente de memoria sin que haya otros deteriores intelectuales.
• El amnésico mantiene intacta su capacidad intelectual, no tiene problemas de
lenguaje, no muestra deterioros perceptivos ni de atención, y conserva las des-
trezas adquiridas antes de la lesión.
• El amnésico se caracteriza por una gran dificultad para retener información
nueva, esto es, amnesia anterógrada, acompañada o no de amnesia retrógrada.
Es capaz de mantener una conversación, por lo que su memoria operativa fun-
ciona, pero unos minutos después no recordará ese episodio: viven continua-
mente en el presente.
• Es capaz de aprender nuevas destrezas aunque su aprendizaje es más lento que
el de los sujetos control.

El síndrome amnésico se define en los términos siguientes:



a. Pruebas evidentes de deterioro de la memoria
• a corto plazo: incapacidad para recordar el nombre de 3 objetos al cabo de cin-
co minutos.

• a largo plazo: incapacidad para recordar hechos propios del pasado del sujeto
b. No aparece exclusivamente en el curso del delirium y no cumple los criterios
para el diagnóstico de demencia
c. Causa orgánica específica que se estima etiológicamente relacionada con la alte-
ración.

De las amnesias producidas por una etiología orgánica, el síndrome de Korsakoff es


la enfermedad más ampliamente citadas.
Se caracteriza por una fase aguda de confusión mental y desorientación en el tiem-
po, lugar y/o en la persona. En las etapas crónicas el estado confusional subsiste.
Frecuentemente el comienzo de este síndrome es la continuación de un episodio
agudo de la encefalopatía de Wernicke, tratándose como dos aspectos clínicamente
distintos de una misma entidad nosológica:
o La sintomatología principal de Wernicke consiste en ataxia (falta de movimien-
tos coordinados), oftalmoplegia (parálisis de músculos oculares), nistagmus
(movimientos pupilares incontrolados) y polineuropatía.
o 
A nivel psicológico presentan estado confusional general, incapacidad para
reconocer a personas familiares, apatía, problemas de atención e incapacidad
para mantener una conversación coherente.
o Si se trata con tiamina, los síntomas neurológicos tienden a remitir.
o Después de 2-3 semanas de tratamiento se considera que la enfermedad ha pa-
sado a la fase crónica de Korsakoff: claridad de conciencia pero profunda altera-
ción mnésica.

El síndrome de Korsakoff se define por cuatro síntomas fundamentales:


• Amnesia para hechos recientes, que incluye amnesia anterógrada y retrógra-
da parcial, pese a que las memorias para hechos vitales remotos y habilidades
aprendidas permanecen intactas
• Desorientación espacial y espacialmente temporal
PSICOPATOLOGÌA I
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contenidos
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47

Lecturas Glosario Bibliografía


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• Algún grado de confabulación
• Ejemplos ocasionales de falso reconocimiento

Recordatorio Anotaciones
Sus funciones intelectuales permanecen relativamente intactas, distinguiéndose de
los pacientes con demencia alcohólica y de las demencias en general.
o El patrón de recuperación: desaparición gradual de la confabulación; progresi-
va reducción de amnesia retrógrada; reactivación de trazos de memoria previa-
mente inaccesibles. El paciente nunca recordará completamente los hechos du-
rante el periodo agudo de la enfermedad, sin saberse si es reflejo de un defecto
en la memoria o si se debe al periodo de confusión mental.
Korsakoff es un trastorno ligado al consumo excesivo de alcohol y a una dieta que
provoca un déficit de tiamina. La consecuencia es una lesión cerebral en el diencé-
falo (pacientes diencefálicos)

Amnesia diencefálica:
• Una lesión en el diencéfalo también puede ser producida por lesiones intracra-
neales inusuales (el caso de N.A.)
• Algunos tumores cerebrales también pueden llegar a producir amnesia. Parece
que los tumores en la región del suelo del 3º ventrículo adyacente a estructuras
diencefálicas produce una amnesia parecida a Korsakoff.
• Se ha observado también en pacientes con infartos talámicos y en casos de trau-
ma accidental.
• Daños en el lóbulo temporal medio, como la encefalitis por herpes vírico que
afecta al sistema límbico, pero no toca ninguna estructura diencefálica. A veces
la lesión se produce por procedimientos quirúrgicos para aliviar un proceso
epiléptico serio.
• A
 ccidentes cerebrovasculares, ya que parece haber cierta relación con el hipo-
campo.
• L
 a anoxia también puede producir una lesión que dé lugar a amnesia, aunque
la gravedad de la lesión y sus posibilidades de recuperación son variables.
• Oclusión de la arteria cerebral posterior o de un ataque isquémico

Aunque puede haber diferencias entre amnésicos, el síndrome amnésico se carac-


teriza por:
Memoria operativa: no tienen problemas con las pruebas experimentales habituales
Memoria permanente: los trastornos de memoria de los amnésicos se sitúan en este
sistema

Amnesia Lacunar
Se denomina también amnesia localizada, se trata de una pérdida de memoria par-
cial que abarca un periodo de tiempo concreto. Es característica de los cuadros en
los que se produce una pérdida o disminución de conciencia, como el estado de
coma, la obnubilación o la confusión. En esta situación las funciones de adquisi-
ción, codificación o consolidación de la información no funcionan o funcionan de
forma minima o mermada. Por este motivo, se produce un periodo de amnesia que
se limita al espacio en el que el paciente ha presentado el estado de disminución
de la conciencia o vigilia.

Amnesia global transitoria


La amnesia global transitoria (AGT) es un episodio agudo de pérdida de memoria,
caracterizado por la instauración súbita de una importante amnesia anterógrada,
a la que puede asociarse un grado variable de déficit en la memoria retrógrada. La
AGT aparece generalmente de forma repentina y presenta una duración que oscila
de varias horas a un máximo de un día; la mayoría de los episodios presenta una
duración media de 2 a 12 horas. La resolución del cuadro se produce de forma gra-
dual, durante un periodo de tiempo que se prolonga de varias horas hasta un día.
Es más frecuente en sujetos adultos con edades superiores a los 50 años, el inicio
previo a los 40 años es muy poco frecuente, en concreto un 75% de los pacientes
ollo
nidos 48
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I

as Glosario Bibliografía
nadas
con AGT se encuentran entre los 5º a los 70 años de edad.
La TGA es, por lo general, un fenómeno benigno con buen pronóstico, aunque
puede presentar un curso recurrente, se calcula que en los 5 años posteriores al pri-
torio Anotaciones mer episodio entre un 3 y un 5 % de los pacientes presentarán un nuevo episodio.
El paciente con AGT no presenta alteraciones del nivel de conciencia ni alteracio-
nes de la conducta, sin embargo, en la exploración puede estar confuso y desorien-
tado y puede preguntar varias veces donde se encuentra, con quien está hablando
o estar ansioso o asustado, hechos atribuibles sólo al síndrome amnésico. La MCP
es normal, por lo que los pacientes presentan la repetición inalterada; no obstante,
la MLP se encuentra afectada y el paciente no podrá recordar instrucciones o si-
tuaciones que se hayan presentado en minutos previos, por lo que es característico
que pregunte varias veces la misma cuestión, dada la incapacidad de recordar la
respuesta. Puede existir amnesia de sucesos acontecidos varias horas o incluso años
antes del episodio. Tampoco se ve afectada la identidad personal; el paciente suele
estar tranquilo y pasivo durante el episodio, aunque algunas veces pueden mostrar
inquietud o incluso agitación. El examen psicopatológico suele ser normal, y la
exploración general y neurológica por regla general no revela alteración alguna.
Entre los factores de riesgo se incluyen hipertensión arterial, enfermedades co-
ronarias, pre-sencia de antecedentes de accidentes cerebrovasculares (ACV), mi-
graña, hiperlipemia, tabaquismo. Diabetes y enfermedad vascular periférica (Mar-
kowitsch, 2000). Un tercio de los episodios se ven precipitados por un estrés físico
o psicosocial. Se han señalado los siguien-tes factores como posibles precipitantes
de una AGT:
a) Estrés emocional
b) Dolor
c) Angiografía
d) Relaciones sexuales
e) Actividad física
f) Inmersión en agua fría
g) Ducha o baño caliente
h) Conducción de un vehículo

Esta lista señala que situaciones estresantes y cambios hemodinámicos son posibles
inductores.
Aunque la etiología de la AGT se desconoce, se han barajado tres posibles facto-
res etiopatologicos; isquemia vascular del territorio de la atería cerebral posterior,
epilepsia del lóbulo temporal o migraña. Las tres principales causas de la AGT im-
plican a estructuras del lóbulo temporal medial. Los estudios mediante técnicas de
neuroimagen apoyan la implicación de estas estructuras, ya que durante el episodio
de AGT se detecta una disminución de la perfusión, localizada en los lóbulos tem-
porales y en el diencéfalo, que en ocasiones pueden extenderse hasta otras regiones
corticales o al estriado.

Amnesias funcionales
Se ha utilizado el término amnesia funcional para designar trastornos de la memo-
ria con un sustrato neurológico escasamente definido o desconocido (De Renzi y
cols. 1977, Citado por Belloch, sandin y ramos, 2008). Bajo este epígrafe se englo-
ban diferentes cuadros asociados a traumatismos encefálicos menores, trastornos
psiquiátricos o reacciones de estrés. En su mayoría se trata de trastornos transitorios
que afectan de forma variable a la función mnésica, El cuadro más característico es
la amnesia psicógena, que describimos ampliamente.
La manifestación primordial en la mayoría de individuos es la presencia de lagunas
de me-moria retrospectivas. Para el diagnóstico es útil definir un patrón clínico
caracterizado por una preservación de capacidades cognoscitivas generales, buen
vocabulario y conducta social adecuada; es también frecuente la presencia de con-
tradicciones en la narración de cuadro (p. ej.. no recordar lo que se ha he hecho,
pero poder precisar detalles o hechos que no se han realizado.
Respecto a la exploración de la memoria es característica, también, la existencia de con-
tradicciones; así pues, el periodo de amnesia anterógrada o retrógrada coexiste con:
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a) preservación de la capacidad para registrar nuevos recuerdos
b) una alteración de la MCP (repetición de palabras)
c) déficit en la memoria autobiográfica (información sobre el nombre, datos fami-
liares o dirección). Recordatorio Anotaciones

Durante la exploración suele ser frecuente que las respuestas que dan sean aproxi-
madas o inexactas, incluso ante preguntas sencillas (p. ej.. cuanto es 2 + 2).
El diagnóstico diferencial de la amnesia psicógena debe realizarse con el trastorno
amnésico consecuencia de una patología neurológica u otra enfermedad médica,
en el que la historia clónica, los hallazgos de laboratorio y la exploración física
son imprescindibles para establecer un buen diagnóstico diferencial. Un segundo
diagnóstico diferencial se realiza con la amnesia simulada. La amnesia simulada es
frecuente en las personas que se encuentran en un contexto caracterizado por un
importante estrés ambiental, en el que la ganancia secundaria potencial es evidente
(p. ej.. problemas económicos o legales). Actualmente no existe método alguno
para establecer con exactitud la veracidad de estos cuadros en ausencia de pruebas
que los corroboren o la confesión del paciente.
Cuando la amnesia psicógena se asocia con un desplazamiento repentino lejos del
hogar o del puesto de trabajo y una confusión sobre la identidad personal e incluso
de la adopción de una nueva identidad, hablamos de la fuga psicógena o disociati-
va. El inicio de la fuga se encuentra normalmente asociado a situaciones traumáti-
cas o estresantes. En general, la fuga suele ser breve y de recuperación rápida, pero
en algunos casos el trastorno puede persistir y darse una nueva integración social
y personal, una “nueva vida”. La mayoría de los casos afectan a adultos y son más
frecuentes los episodios únicos, que se pueden durar desde horas hasta meses. Des-
pués de la recuperación puede existir amnesia para los acon-tecimientos que han
tenido lugar durante las fugas.
Por último, hablaremos de la denominada personalidad múltiple (trastorno diso-
ciativo de la personalidad según el DSM-IV). La característica esencial de este tras-
torno es la existencia de dos o más identidades o estados de la personalidad que
controlan el comportamiento del individuo de modo recurrente. En este cuadro
son frecuentes los lapsos de memoria que afectan a la historia personal; estos lapsos
pueden ser de memoria habitualmente asimétrica (diferente entre las distintas per-
sonalidades). Las identidades más pasivas tienden a tener recuerdos más limitados,
mientras que las más dominantes son capaces de recuerdo más completos.

Hipermnesias
Se definen como un aumento anormal de la capacidad de memorizar. Es un fenó-
meno menos frecuente y estudiado que la amnesia, que no siempre debe conside-
rarse patológico. Podemos distinguir entre hipermnesias permanentes e hiperm-
nesias breves.
Dentro de las hipermnesias permanentes, distinguiéramos a algunos sujetos que
pueden manifestar capacidades mnésicas prodigiosas que, por lo general, se limitan
a un sector concreto (p. ej.. recordar listas amplias de palabras, los números de un
listín telefónico, memoria para materia musical o matemática). Se trata de personas
con una inteligencia normal o superior que pueden utilizar procedimientos mne-
motécnicos elaborados. Por otro lado, también es conocido el caso de sujetos, ya sea
poco escolarizados, o en otros casos con algún tipo de debilidad mental, que se han
denominado clásicamente los idiots servants (bulbena, 1998), que presentan una
habilidad extraordinaria para recordar gran cantidad de información: estos sujetos
parecen utilizar procedimientos mnemotécnicos más estereotipa-dos, que suelen
acompañar de un aprendizaje intensivo.

Paramnesicas
Se trata de distorsiones o errores de la memoria, como resultado de introducir de-
talles falsos. Emociones erróneas o descontextualizar el recuerdo. Pueden aparecer
tanto en población normal como ser de naturaleza patológica. Globalmente, pode-
mos distinguir entre paramnesias del recuerdo y del reconocimiento.

Paramnesicas del recuerdo


ollo
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nadas
Dentro de este tipo de distorsiones del recuerdo se incluyen las transformaciones
ideativas que el sujeto hace de situaciones pasadas. Es frecuente que en la rememo-
ración aspectos o matices que distorsionan el recuerdo original; por ejemplo, en
torio Anotaciones
la población clínica, los pacientes con delirium frecuentemente se refieren a lo su-
cedido durante el periodo confusional como si fuera un sueño. Otras paramnesias
del recuerdo, en las cuales existe una grave distorsión de la evocación o recuerdo,
serian la confabulación y la seudología fantástica.
La seudología fantástica es un relato incontrolado de historias inventadas o fanta-
seadas, que el sujeto expone y llega a creerse, considerándolas reales. Estos relatos
son fácilmente identificables como falsos, por su naturaleza improbable. Este fenó-
meno es frecuente en las histerias y en los trastornos facticios. En el caso de este
trastorno, caracterizado por una necesidad psicológica de asumir el papel de en-
fermo, en ausencia de incentivos externos para tal comportamiento; el relato suele
versar sobre los síntomas clínicos que el sujeto está padeciendo. En otras condicio-
nes, como la histeria, el relato falseado busca conseguir compasión y sobreprotec-
ción. En ocasiones el paciente, confrontado con la realidad, recono-ce la falsedad
de su historia, pero muestra una tendencia inevitable a generar nuevas fan-tasías
(Bulbena, 1998, citado por Belloch, sandin y Ramos, 2008).

Paramnesias del reconocimiento


Dentro de las distorsiones del reconocimiento destacaremos los fenómenos de
“déja vu “, o bien su contrario “jamais vu”. Esto es la impresión de haber visto y oído
una situación concreta o, al contrario, jamás haber visto u oído un hecho concreto.
Este tipo de fenómeno aparece en situaciones no patológicas o normales, durante
la hipnosis o asociado a cuadros epilépticos, fundamentalmente con afectación del
lóbulo temporal.
Otro tipo de distorsión del reconocimiento es la reduplicación o paramnesia redu-
plicativa, descrita por Pick en 1903. En este el sujeto está convencido de que una
persona, lugar u objeto esta duplicado. En uno de los casos descritos por Pick un
paciente creía en la exis-tencia de dos clínicas idénticas y dos médicos con el mismo
nombre. El paciente es incapaz e asocia la situación actual con una experiencia
previa que le es familiar, por lo le da una nueva identidad (la duplica). Es frecuen-
te en la recuperación de estados confusionales y en las demencias. Para finalizar,
deben citarse los falsos reconocimientos en los que los pacien-tes se refieren a la
identidad errónea de una persona como conocida cuando es la primera vez que la
ve. Es frecuente en el síndrome de Korsakoff, en los estados confusionales y en las
demencias.
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LECTURA SELECCIONADA N.° 1


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Memoria y recuerdo
La memoria se refiere a la persistencia de información en el tiempo. La informa-
ción a recordar debe ser presentada al sujeto de alguna forma, y para que se mues-
tre alguna
Recordatorio
memoria debe hacerlo registro, retención y recuperación de la informa-
Anotaciones

ción original.
Llamamos memoria al hecho de que as experiencias y actos de un organismo dejan
rastros, alteraciones estructurales mas o menos permanentes en el sistema psicofísi-
co, debido a los cuales sus manifestaciones posteriores se distinguen a las anteriores
frente a situaciones iguales o semejantes.
Es también, el proceso por el cual se producen estados pasados que se reconocen.
La memoria es el reflejo de lo que existió en el pasado. Este reflejo esta basado
en la formación de conexiones temporales suficientemente firmes(fijación de la
memoria) y en su actualización o funcionamiento en el futuro( reproducción y
recuerdo).
El hombre normal no solo recuerda a sus datos inmediatos de conciencia y pen-
samiento concreto, si no que recuerda también las significaciones de tales datos,
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aun cuando haya perdiendo o en gran parte el recuerdo de su forma y detalles de
sensorialidad.
Los recuerdos como nuestras percepciones, no son simples reproducciones de la
realidad exterior, sino que son productos creados por nuestra actividad mental.Recordatorio Anotaciones

Así aparece la memoria concebida en psicopatología como la capacidad de apre-


hensión y fijación, que es la capacitación de una pequeña parte de la excitación
sensorial y simultáneamente se producirá su elaboración perceptiva y su fijación a
los centros nerviosos, dando lugar a un cambio fisicoquímico en las células recep-
toras correspondientes que hacen la reconstrucción de la imagen sin necesidad de
la presencia de su excitante.
El animal posee únicamente la memoria sensomotora y es la referida a los movi-
mientos que deben hacerse en una determinada situación. En el niño, entre uno
y tres años, se presenta el segundo plano secuencial de la memoria, mas abstracto,
aunque todavía autístico; aquí la memoria no implica distinción entre lo que es pre-
sente, pasado y futuro. En el adulto finalmente se ha formado la ¨memoria social¨,
que permite estructurar los hechos del pasado en una sucesión lógica.

Definición de memoria o actividad mnémica:


Es aquella por la cual conversamos y evocamos mentalmente hechos pasados, re-
conociéndolos como pertenecientes a nuestra experiencia anterior y localizándola
en el tiempo. Por lo tanto la memoria es una actividad de organización y selección,
capaz de sintetizar en imágenes representativas la multitud inagotable de las impre-
siones sensoriales.

Definición de recuerdo:
Son imágenes de los objetos y fenómenos de la realidad que se originan en los
procesos de la sensación y percepción, puede presentarse de nuevo en condiciones
determinadas, cuando los objetos y fenómenos que los habían provocado ya no
actúan sobre los órganos de los sentidos.
Estas imágenes de nuestro pasado deben ser, localizados en el tiempo y en el es-
pacio. Es decir, recordamos a no solo con imágenes sino el donde, el cuándo, en
qué circunstancias fueron percibidos por nosotros, los vinculamos a determinados
periodos de nuestra vida, comprendemos su secuencia temporal.Por lo tanto los
recuerdos pueden estar conformados por:
Acontecimientos que nos han sucedido, acciones que hemos realizado, conoci-
mientos y técnicas que hemos aprendido, hábitos y costumbres que hemos adquiri-
do, emociones que hemos vivido, actitudes que se han formado en nosotros, como
las mas importantes.
Son posibles de localizar en el tiempo, espacio y de ser evocados en la conciencia.
Son pues imágenes recogidas por la conciencia y destinas a reaparecer.

-Tipos de memoria. Se agrupan en función de diversos criterios:


Según los sentidos: En este caso la memoria es visual, auditiva, olfativa, etc. Por
ejemplo una persona que recuerda con facilidad rostros, tiene memoria visual. La
memoria se da integrada.
Según la función: Inmediata, es retención de vivencias recientes; sensomotriz, evo-
cación de conductas motoras, por ejemplo, el bailar. Social; es la información alma-
cenada del hombre en sociedad.

Según la Sustancia:
• Concreta: cuando se recuerda perceptos tales como manzana, piedra, etc.
• Abstracta: cuando se recuerda perceptos no tangibles, como libertad, justicia, etc.
Según la Asociación:
• Temporal: ejemplo, Colón me hace recordad a los Reyes Católicos de entonces.
• Espacial: semejanza, contraste, movimientos.
Según el Método
Receptiva, razonada que es la búsqueda de relaciones que se dan entre el asunto
que se quiere memorizar con otro de la experiencia de sujeto.
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nidos 52
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Según la Fuerza del Estímulo: Involuntaria y voluntaria.
Según el Área de Contenido:Numérica, espacial, social, verbal y motora.
Así también se pueden sistematizar en:
torio Anotaciones

-Según las sensaciones


La memoria se puede dividir en los tipos: auditivo, visual, olfativo y gustativo y en
tipos correspondientes a las sensaciones cutáneas; propioceptivas (sobre todo mo-
toras), e interoceptivas.
Se distingue también la emocional que es la forma mas antigua y firme de memoria.
Es la que primero aparece en el niño. En algunas enfermedades psíquicas en que la
memoria sufre profundas alteraciones, este tipo es la que más tiempo se conserva y
cuando se pierde es la que primero reaparece.

-El tipo mecánico


Aristóteles, expuso los principios de las llamadas leyes de asociación, cuyo funda-
mento consiste, en que toda representación nueva que se origina en nuestra con-
ciencia se conecta necesariamente con otra representación. Las asociaciones se di-
viden en: Asociaciones por Semejanza y Asociaciones por Contigüidad.
Por ejemplo: vamos por la calle y percibimos un automóvil de color verde que viene
en dirección contraria. Esta percepción origina inmediatamente en nuestra con-
ciencia la representación de un automóvil verde de la misma marca que habíamos
visto antes. Es una asociación por semejanza.
Las asociaciones por contigüidad, tienen mucho menos importancia. Pavolv, decía
que los reflejos condicionados se formaran siempre en condiciones determinados
de tiempo y espa-cio. Si se pregunta al enfermo que uno explora cuando se casó, el
enfermo responderá: ¨me casé en tal año, mi primer hijo nació al cabo de un año¨,
y también pude ser que diga: ¨en esa época mi hermano termino sus estudios en el
colegio¨. El recuerdo del hermano y de cuando nació el hijo no se habría originado
sino hubiera actuado el mecanismo de asociación por contigüidad en el tiempo.
Lo mismo se pude decir con respecto s las asociaciones por contigüidad, en el es-
pacio. Es suficiente recordad algún objeto que se refiera a un espacio determinado,
e inmediatamente se reproduce otra imagen relacionada con este espacio. La me-
moria mecánica se basa en las leyes de asociación por ¨Semejanza y Contigüidad¨.
En nuestra actividad nos valemos constantemente de la memoria mecánica que es
primaria en el desarrollo ontogénico.

-La memoria logico-racional


Entre estas distintas representaciones se forman conexiones internas de un con-
tenido racional determinado y cuando mejor conoce el mundo el individuo mas
utiliza los mecanismos de análisis y síntesis. En su percepción divide al principio
los objetos en sus partes, luego sintetiza y unifica los detalles de un todo y por ulti-
mo abstrae la representación de los objetos aislados y destaca de ello algo general.
Finalmente, a medida que el pensamiento se desarrolla, el hombre comienza a
hablar, utiliza palabras, a pensar con palabras. Por lo tanto es el proceso por el cual
se tiende a reflejar y conocer el mundo que nos rodea, el hombre deja de utilizar
las imágenes sensoriales o representaciones como instrumento único y opera con
algo que es superior a las representaciones, con conceptos abstractos (la amistad,
el amor, etc.).
Cada palabra tiene siempre un sentido abstracto que es el resultado del análisis, la
síntesis y la generalización. La palabra no puede existir, fuera de la generalización y
cuando hablamos de la memoria lógico racional, consideramos que en este campo
se desarrollan operaciones superiores, con ayuda de las cuales el individuo estable-
ce conexiones internas de los objetos y fenómenos entre si, separando o principal
de lo secundario. Al valerse del lenguaje, el hombre reproduce en su memoria
aquello que es fundamental para él, en ese momento.

-Tipos de recuerdo:
Recuerdo Directo o Inmediato: Este recuerdo se da sin asociaciones intermedias
conscientes (una palabra).
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Recuerdo Indirecto o Inmediato: En este recuerdo se efectúa con la intervención
de asociaciones intermedias, que pueden ser: imágenes, palabras, movimientos e
incluso sentimientos que de u otra forma, están relacionados con aquello que es
necesario recordar. Recordatorio Anotaciones

Recuerdo no Intencionado: Se da cuando recordamos algo sin haber tenido o sin


que hayamos planificado un fin determinado.
Recuerdo Intencionado: Cuando se recuerda de una manera consciente, como
consecuencia del propósito que no hemos hecho de recordar algo determinado:
teniendo un carácter selectivo respecto de lo que recordamos, a su ampliación y
exactitud.

-Relacion entre memoria y recuerdo


Ambas se encuentran íntimamente relacionadas, cabe decir, que sin memoria no
podría haber recuerdo y sin este no habría memoria. Pero lo esencial en términos
de su relación es, la memoria hace que los recuerdos que se encontraban en el sub-
consciente se vuelvan consientes. Es decir, los recuerdos se conservan virtualmente
subconscientes en cada momento de nuestra vida en el presente se reviven.
El uso de uno o varios de recuerdo depende de lo que predeterminamos realizar:
asi tenemos, que en un caso recordamos una regla determinada, en otro la conti-
nuidad de un pensamiento.
La memoria es el gran almacén o deposito de nuestras experiencias y el recuerdo es
traer al presente aquello que nos interesa y se halla almacenado.

Patologia:
-La hipermnesia o agudizacion de la memoria:
Se observa en algunas enfermedades psíquicas. Este termino hay que entenderlo en
un sentido convencional, ya que no se trata de una intensificación de la memoria
en general, sino solamente de su forma interior, la mecánica: las asociaciones de
semejanza y contigüidad en el espacio y tiempo, cobran mayor vida a expensas de la
forma superior, la memoria lógico racional que se debilita.
Los fenómenos de hipermnesia se observan en sobre todo en los estados mania-
cos depresivos. El enfermo maniaco reproduce algunos detalles muy exactos de los
acontecimientos de su vida pasada basándose en la memoria mecánica, la hiperm-
nesia forma parte de otros síndromes amnesiales observados en enfermedades in-
fecciosas que se acompañan de fiebre alta.
La hipermnesia se observa también en los casos de delirios sistematizados. Lo carac-
terístico de estos enfermos es que recuerdan detalles de su vida pasada que antes de
la enfermedad no hubieran podido recordar, se trata de pequeños acontecimien-
tos, de los que ordinario nadie se acuerda, pero en los enfermos con delirio siste-
matizado las representaciones de tales acontecimientos, por sucontenido guardan
alguna relación con el delirio, se presentan con gran viveza. Los enfermos en estado
melancólico y con ideas de autoacusación y pecado recuerdan acontecimientos de
su pasado, que antes habían olvidado por completo y de los cuales se olvidan des-
pués de su curación.
Un enfermo en fase melancólica de la psicosis maniaco depresiva, aseguraba que
era un ladrón y delincuente. Para probarlo contaba que cuando tenía 9 años, estan-
do en la escuela había recogido una vez del suelo un lapicero y lo había utilizado
sin decir nada a nadie. Cuando el enfermo se hubo curado y le hablaron de esas
manifestaciones, no podía recordar este hecho de su infancia.

-La hipomnesia o debilitamiento de la memoria:


Tiene en psicopatología más importancia que la hipermnesia. La hipomnesia se
observa en muchas personas viejas, es muy frecuente en algunas enfermedades psí-
quicas.
Se desarrollan siguiendo un orden determinado y característico. Ante todo parece
la memoria con respecto a los acontecimientos de un pasado próximo y por esto
hipomnesia se ma-nifiesta mejor al explorar el proceso de fijación.
Mucho después se pierde la memoria de los acontecimientos de un pasado lejano.
También se debilita la memoria de los acontecimientos que no están ligeros direc-
tamente con la per-sonalidad del enfermo. Cuando aun recuerda las fechas de su
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vida y el orden de los acontecimientos, el enfermo ha olvidado ya cuanto se refiere
a la vida político-social.

torio Anotaciones -Paramnesia:


Son los fenómenos resultantes de una transformación cualitativa del proceso de re-
memoración, en virtud del cual se evoca recuerdos deformados y otro recuerdo no
correspondiente a la sensopercepcion original, pero no obstante, es aceptado como
normal por el juicio de identificación. Como comprende, la paramnesia representa
en el campo de la memoria lo que la pseudopercepción es en la percepción. Por
ello se denomina también a los productos resultantes de su acción ¨falsas memorias
o seudo recuerdos¨.
La paramnesia presupone la disfunción de la fase de reconocimiento o identifica-
ción y puede originarse por tres medios diferentes:
1. Aportación de detalles falsos al núcleo de una disposición o imagen mnémica,
de suerte que está sea parcialmente cierta y falsa (la denominada ¨ilusión mné-
mica¨ que es la forma de observación mas frecuente).
2. Substitución de una imagen mnémica por otra más o menos semejante, pero
correspondiente a una imagen sensorial distinta.
3. Substitución de una imagen mnémica por una fantástica. Estos dos últimos ca-
sos corresponden a lo que prodriamos denominar ¨seudoalucinaciones y aluci-
naciones mnémicas¨.
A la paramnesia se atribuye el fenómeno curioso de lo que visto, en virtud del cual
algunas personas, al ver por primera vez un objeto (personas, cosas o paisajes),
tienen la impresión que ya las han visto antes. En tal caso lo que probablemente
ocurre es que pseudo recuerdo es identificado equívocamente como imagen co-
rrespondiente al objeto visto por primera vez.

Amnesias:
Es la falta de recuerdo o de memoria. Las amnesias se refieren a períodos deter-
minados y se dividen en, amnesia retrógrada falta de recuerdos que se extinguen
en algún período anterior o al comienzo de la enfermedad psíquica y la amnesia
anterógrada el enfermo no recuerda lo que sucedió y aparece después de comenzar
la enfermedad psíquica.
Las amnesias pueden referirse no solamente a períodos determinados, sino tam-
bién a algunos acontecimientos de la vida. Esto se manifiesta sobre todo en las
amnesias afectivas, en la que se olvida alguna vivencia muy desagradable.
Al hablar de amnesias hay que tener presente que todos los estados que se caracteri-
zan por una obnubilación general de la conciencia (como sopor, estados crepuscu-
lares e hipnóticos, delirio, estados de automatismo y embriaguez patológica), llevan
consigo una amnesia que abarca el período en que dichos estados se prolongan;
el enfermo no recuerda después nada de lo que sucedió en ese tiempo, o en todo
caso, guarda recuerdo confuso de episodios sueltos.

Amnesia de fijación:
Se produce en todos aquellos casos en los que hay un trastorno de conciencia. En la
psicosis de base orgánica aguda los individuos confusos no fijan los acontecimien-
tos vividos. Cuando pasan los trastornos de conciencia existe una especie de laguna
en el recuerdo de todo ese tiempo de confusión, por lo tanto existe una dificultad
para grabar vivencias bajo presión. Los pacientes que sufren del síndrome de Kor-
sakov, aun en estado de claridad de conciencia tienen una incapacidad de fijar las
vivencias nuevas.
Amnesia de evocación: Es una especie de pseudoamnesia, puesto que están conser-
vadas las vivencias pasadas, pero se encuentra dificultad de evocar los acontecimien-
tos pasados. Esta incapacidad de evocar, está en estrecha relación con el estado de
ánimo deprimido, puesto en cuanto al paciente se recupera de su depresión tiene
posibilidad de evocar correctamente sus vivencias pasadas.
Las amnesias corticales: Se caracterizan por estar provocadas por una lesión de la
corteza cerebral. Evidentemente lugar a una pérdida de funciones. Según Brabizet,
en estas amnesias corticales se podrían distinguir:
a) La amnesia de retención, aquí se tendría que incluir las afasias, agrafias, agno-
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sias y apraxias. Aunque estos trastornos se estudian separadamente, no son otra
cosa que una pérdida de funciones adquiridas en el tiempo.
b) La amnesia de memorización, de origen cortical se caracteriza por la dificultad
de hacer aprendizajes nuevos. Se diferencia esta amnesia de la de origen hipo-
Recordatorio Anotaciones

campo-mamilar, en que existe un deterioro de la memoria de fijación inme-


diata. Los sujetos con esa amnesia de memorización presentan dificultades en
la aprehensión de situaciones complejas, necesitas bastante tiempo para lograr
una compresión media. Sin embargo, los recuerdos una vez fijados con dificul-
tad de con dificultad se conservan.
c) La amnesia global, se caracteriza por la imposibilidad de adquirir recuerdo nue-
vos y por una destrucción de los antiguos. Son el resultado de una afectación
difusa del cerebro. Las causas pueden ser traumatismos cráneo-encefálicos, al-
teraciones arterioescleróticas. Intoxicaciones, demencias preseniles de Pick y
Alzheimer, etc.

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TEMA N.° 2: P SICOPATOLOGÍA DE LA PERCEPCIÓN


Recordatorio Anotaciones

1 CARACTERÍSTICAS, SIGNOS Y SÍNTOMAS


Las psicopatologías de la imaginación y las de la percepción constituyen temas cen-
trales para la investigación psicopatológica, además de representar en algunos ca-
sos, signos casi inequívocos de trastorno mental, porque:
• los fenómenos que abarcan suelen ser llamativos y extraños
• en muchos casos conllevan anomalías en la imaginación
• se imbrican con la percepción.

La percepción es un proceso fundamentalmente psicológico, entendiendo por tal


la interpretación activa que hace el individuo de aquello que están captando sus
sentidos; y esa interpretación se fundamenta a su vez en las experiencias previas, las
expectativas y las predisposiciones personales: nuestro procesamiento no está guia-
do sólo por los datos sino también por nuestras ideas, juicios y conceptos.
Asumimos que en el proceso perceptivo intervienen el juicio y la interpretación. Y
esto implica también que las inexactitudes perceptivas y los engaños o errores sen-
soriales son tan normales como lo contrario, al menos en términos de probabilidad.
Existen ciertas experiencias mentales anómalas, que son las que aquí vamos a co-
mentar, que no serían explicables sin aludir a la existencia de las imágenes mentales
y su equivalencia funcional y estructural con la percepción. Su construcción no
depende solamente de la info sensoria previa, sino que también recurre a la infor-
mación semántica o descriptiva, en el sentido de que podemos elaborar combina-
ciones nuevas de imágenes a partir de descripciones verbales, o podemos ampliar
una imagen a partir de info verbal.

2 C
 LASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS PERCEPTIVOS Y DE LA IMA-
GINACIÓN
Los trastornos de la percepción y la imaginación se suelen clasificar en dos grupos:
• D
 istorsiones: son posibles solamente mediante el concurso de los órganos de
los sentidos, se producen cuando un E que existe fuera de nosotros y que es ac-
cesible a los órganos sensoriales es percibido de un modo distinto al que cabría
esperar. La anomalía reside en que las características físicas del mundo estimu-
ollo
nidos 56
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lar se perciben de una manera distorsionada, entendiendo por tal distorsión
cualquiera de estas dos posibilidades:
o percepción distinta a la habitual y más probable teniendo en cuenta las ex-pe-
torio Anotaciones riencias previas, el contexto y el modo en que otros perciben ese E (distorsiones
de tamaño, forma, intensidad, distancia...)
o percepción diferente de la que se derivaría en el caso de tener solamente en
consideración la configuración física o formal del E, como sucede en las ilusio-
nes.
En cualquier caso, la anomalía no suele residir en los órganos de los sentidos, sino
más bien en la percepción que la persona elabora a partir del E, es decir, la cons-
trucción psicológica que el individuo realiza acerca del mismo, pues en el proceso
perceptivo se produce una interacción entre los procesos sensoriales y los concep-
tuales.
En algunos casos las distorsiones tienen su origen en trastornos de naturaleza orgá-
nico transitorio, pero pese a ello es más correcto calificarlas como perceptivas que
como sensoriales.
Si admitimos que en el proceso perceptivo se produce una interacción compleja
entre las características del E, las del contexto y las del receptor, las distorsiones
serían el resultado final de una interacción defectuosa entre esos tres elementos.
A excepción de las ilusiones, las restantes distorsiones perceptivas suelen afectar
a uno o más modalidades sensoriales y pueden involucrar todos los E del mundo
sensorial que se halle afectado.
I. Distorsiones Perceptivas
• Hiperestesia versus hipoestesia: anomalías en la percepción de la intensidad
- H
 iperalgesias versus hipoalgesias: anomalías en la percepción del dolor
(anestesias, analgesias, etc.)
• Anomalías en la percepción de la cualidad
• Metamorfopsias: anomalías en la percepción del tamaño y/o la forma
- Dismegalopsias: anomalías e la percepción del temaño: micropsias y macrop-
sias.
- dismorfopsias: anomalías en la percepción de la forma.
- autometamorfopsias: referidas al propio cuerpo.
• Anomalías en la integración perceptiva: aglutinación y sinestesia versus escisión.
• Ilusiones
- sentido de presencia
- pareidolias
II. Engaños Perceptivos
• Alucinaciones
- Variantes de la experiencia alucinatoria:
- Pseudoalucinaciones
- Alucinaciones funcionales
- Alucinaciones reflejas
- Autoscopia
- Alucinaciones extracampinas
• Pseudopercepciones o imágenes anómalas
- Imágenes hipnagógicas e hipnopompicas
- Imágenes mnémicas
- Imágenes eidéticas
- Imágenes consecutivas
- Imágenes parasitas
- Imágenes alucinoides

Grafico N°6. Clasificación de las psicopatologías de la percepción y la imaginación


Fuente:http://elbuhopsicologo.blogspot.com/2013/11/psicopatologia-de-la-percepcion.
html
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seleccionadas
• E
 ngaños: en el caso de los engaños perceptivos se produce una experiencia per-
ceptiva nueva que:
o suele convivir con el resto de las percepciones normales
o no se fundamento en E realmente existentes fuera del individuo Recordatorio Anotaciones

o se mantiene y/o activa a pesar de que el E que produjo la percepción inicial ya
no se halla físicamente presente.

La experiencia perceptiva que tiene el individuo puede estar fundamentada o no


en estímulos reales y accesibles a los sentidos, pero en ambos casos, la experiencia
perceptiva persiste independientemente de que se halle presente el supuesto E que
la produjo.
En definitiva, en los engaños perceptivos, el E es en la mayor parte de los casos sólo
un supuesto: el ejemplo más obvio lo constituyen las alucinaciones. Sin embargo,
en las distor-siones perceptivas, los E son un punto de partida necesario, aunque no
suficiente, y tienen una influencia desigual sobre el output. Lo común a los enga-
ños y las distorsiones es el hecho de que la persona tiene una experiencia percepti-
va, tanto si ésta se fundamenta como si no en una percepción auténtica.

3 DISTORSIONES PERCEPTIVAS O SENSORIALES


Anomalías en la percepción de la intensidad de los Estimulos
Estas anomalías pueden producirse tanto
• por exceso: hiperestesias
• por defecto: hipoestesias
• por ausencia absoluta de percepción: anestesia

Una modalidad especial la constituye la percepción de la intensidad de los E que


causan dolor:
• hiperalgesias
• hipoalgesias
• analgesia
La intensidad con la que podemos percibir un determinado E en un momento
dado no es simplemente una cuestión de todo o nada, sino que depende de una
multiplicidad de factores externos al individuo (características del E), pero también
internos a él. En este sentido, puede hablarse de un continuo o dimensión de per-
cepción de la intensidad de los E que varía como consecuencia de:
a. las características del E a percibir
b. el contexto en que se produce la percepción
c. el sujeto que percibe

Podemos hablar de anomalías cuando una persona califica como exagerada o como
mínima la intensidad de un E que está al alcance de sus sentidos, a pesar de que
otras personas en la misma situación o momento dicen percibirlo con intensidad
normal.
Por lo tanto, son las características del receptor, y no las del contexto o las de E las
que se hallan aquí alteradas. La anomalía puede tener origen neurológico, tener
relación con una alteración transitoria de los órganos sensoriales, o bien puede ser
de origen funcional, como sucede en muchos trastornos mentales. En este último
caso la alteración sería claramente de naturaleza perceptiva.
La intensidad de las percepciones puede verse alterada en trastornos mentales com-
plejas y se manifiesta mediante quejas sobre la incapacidad para “sentir” sabores,
olores, sonidos.
Otros pacientes pueden presentar hiperacusia, quejarse de que todos los sonidos
son exageradamente altos. Esta alteración es frecuente no sólo en trastornos afecti-
vos, sino también en ansiedad, migrañas, estados tóxicos, esquizofrenias...
Otro ejemplo para el caso de las algesias lo constituyen las histerias de conversión o
disociativas, en donde la persona no da muestras de sentir dolor a pesar de aplicár-
seles algún E que lo produzca.
También pueden presentarse los síntomas opuestos, como por ejemplo hiperalge-
sias o hiperestesias referidas al dolor.
ollo
nidos 58
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I

as Glosario Bibliografía
nadas
Estos pacientes pueden presentar una amplia variedad de síntomas relacionados
con anomalías en la percepción de la intensidad estimular, desde anestesias hasta
hiperalgesias y dolor psicógeno, sin que existan causas orgánicas que lo justifiquen.
torio Anotaciones Es importante tener en cuenta que muchas enfermedades de origen neurológico
cursan alteraciones de este tipo, por lo que hay que ser cauto a la hora de diagnos-
ticar.

Anomalías en la percepción de la cualidad.


Van asociadas en muchas ocasiones a la anteriores y hacen referencia a las visiones
coloreados, a los cambios en la percepción del color de los objetos y a la mayor o
menor nitidez y detalle de las imágenes. Por lo general están provocadas por el uso
voluntario o inducido de drogas, así como por lesiones neurológicas. También pue-
den aparecer en trastornos mentales como esquizofrenia y depresion.
Nos hallamos ante un correcto funcionamiento de los órganos sensoriales, es la
percepción del mundo la que está alterada en este paciente.

Metamorfopsias: anomalías en la percepción del tamaño y/o forma.

Se trata de distorsiones
• percepción visual de la forma (dismorfopsias)
• y/o del tamaño (dismegalopsias) de los objetos. Dentro de estas últimas se dis-
tingue entre
o micropsias: objetos reales se perciben a escala reducida
o macropsias o megalopsias, : objetos reales se perciben a escala au-mentada
o autometamorfopsias: referidas al propio cuerpo

En la mayor parte de las ocasiones las metamorfopsias se asocian a distorsiones en


la percepción de la distancia. Todas estas anomalías se presentan en una amplia
gama de situaciones, desde trastornos neurológicos hasta efectos de drogas.
Anomalías en la integración perceptiva
Se trata de anomalías poco frecuentes que a veces aparecen en estados orgánicos y
en esquizos. El paciente parece incapaz de establecer los nexos que habitualmente
existen entre dos o más percepciones procedentes de modalidades sensoriales di-
ferentes:

• escisión perceptiva: el objeto percibido se desintegra en fragmentos o elementos


• morfolisis: escisión ceñida sólo a las formas
• metacromías: disociación entre color y forma
• a glutinación: distintas cualidades sensoriales se funden en una única experien-
cia perceptiva
• s inestesia: forma especial de integración, una asociación anormal de las sen-sa-
ciones en las que una sensación se asocia a una imagen que pertenece a un
órgano sensorial diferente

Anomalías en la estructuración de ambiguos: Las ilusiones.


La ilusión puede conceptualizarse como una distorsión perceptiva en la medida en
que se defina como una percepción equivocada de un objeto concreto. Las ilusio-
nes son preceptos que no se corresponden con las características físicas objetivas
de un E concreto. Son el resultado de la tendencia de las personas a organizar en
un todos significativo elementos más o menos aislados entre sí, con respecto a un
fondo.
Existe una cierta predisposición personal a interpretar la estimulación en un sen-
tido y no en cualquiera de los otros posibles, y por otro, la ambigüedad o falta de
definición clara de esa estimulación que estamos recibiendo.
Un tipo especial de ilusión es la pareidolia, en la cual el individuo proporciona
una organización y significado a un E ambiguo o poco estructurado: pero no son
en absoluto patológicas, es una experiencia mental anómala en la que el término
anomalía no implica patología (ver caras en una montaña)
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contenidos
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Las ilusiones son el producto de una combinación entre predisposiciones internas
o subjetivas y externas. Y en gran medida se pueden concebir como identificaciones
y/o interpretaciones nuevas, como reconstrucciones, de E que se hallan presentes
y al alcance de los sentidos. Recordatorio Anotaciones

Engaños perceptivos
Alucinaciones
Constituyen los trastornos más característicos de las psicopatologías de la percep-
ción de la imaginación y uno de los síntomas del trastorno mental por excelencia,
pero no siempre indican la presencia de un trastorno mental.
Lo que el clínico llama alucinación es una experiencia sensorial normal para el
paciente, es decir, un precepto como cualquier otro.
La primera definición se atribuye a Esquirol. Unos años más tarde Ball concep-
tualizó los fenómenos alucinatorios como percepciones sin objeto. A su amparo
surgieron multitud de modelos y teorías explicativas, que se han englobado tradi-
cionalmente bajo “postura perceptualista”, dentro de la cual se desarrollaron tres
acercamientos:
• Las alucinaciones son imágenes intensas y por tanto, serían más bien un trastor-
no de la imaginación, ya que el sujeto percibe la imagen con tanta intensidad
que cree que ha adquirido un carácter perceptivo. Consideran la alucinación
como una representación exteriorizada.
• Las alucinaciones son un fenómeno más sensorial que perceptivo. Las estimula-
ciones externas son tan intensas que harían que el sujeto tuviera un recuerdo de
dicha estimulación y las experimentara como si la estimulación estuviera real-
mente presente.
• Las características fundamentales de las alucinaciones son corporeidad y espa-
cialidad, y por lo tanto se pueden concebir como percepciones corpóreas viven-
ciadas en el espacio externo. Son percepciones corpóreas engañosas que no han
surgido de percepciones reales por transformación, sino que son enteramente
nuevas y que se presentan junto a las percepciones reales.

1. Según su complejidad
• Elementales
• Complejas
2. Según sus contenidos
• miedos, deseos, recuerdos, experiencias anteriores, etc.
• Contenidos culturales y/o religiosos
• Situaciones vitales especiales: reclusión, conflictos, etc.
• Relacionadas con los contenidos de los delirios o de otras psicopatologías
3. Según la modalidad sensorial
• Auditivas
• Visuales
• Táctiles o hapticas
• Olfativas
• Gustativas
• Somáticas o viscerales
• Cinestesicas o de movimiento
• Multimodales o mixtas
4. Variantes fenomenológicas de la experiencia alucinatoria
• Pseudoalucinaciones
• Alucinaciones funcionales
• Alucinaciones reflejas
• Autoscopia
• Alucinaciones extracampinas

Grafico N°7. Clasificación de las alucinaciones


Fuente:http://elbuhopsicologo.blogspot.com/2013/11/psicopatologia-de-la-percepcion.
html
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nadas
Alucinaciones auditivas
Son las más frecuentes, y dentro de ellas las más comunes son las verbales. El rango
es muy amplio, pueden ir desde las más elementales: acoasmas, hasta más estruc-
torio Anotaciones turadas y formadas en las que la persona puede escuchar claramente palabras con
significado: fonemas.
El individuo puede asociarlas a voces familiares o desconocidas, pueden tener tono
imperativo o consistir en voces que comentan las acciones del paciente, pueden
hablar en 3ª persona o en forma de diálogo, ser de duración breve o continua, su
contenido puede ser ame-nazador o amigable.
El paciente puede no manifestar preocupación por su incapacidad para describir
de qué sexo son las voces o de donde provienen. Sobre todo en esquizo el paciente
explica el origen de las voces de diversas maneras. Finalmente otros pacientes son
capaces de describir claramente la procedencia, el sexo y el idioma de las voces.
Una forma especial es el eco del pensamiento, en el que el paciente oye sus propios
pensamientos expresados en voz alta. Similar a este fenómeno es el eco de lectura.
En determinadas circunstancias, en especial cuando el paciente además presenta
delirios, las voces pueden dar órdenes: alucinaciones imperativas. Suele aparecer
en depre mayor, psicosis exógenas y estados orgánicos.
Las alucinaciones auditivas son las que tal vez mayor significado diagnóstico tienen,
especialmente cuando oye voces que le hablan: alucinaciones en segunda persona,
típicas de depre; o que hablan de él: alucinaciones en tercera persona, típicas de
esquizos. En este trastorno se pueden producir también el eco del pensamiento y
alucinaciones referidas a voces que anticipan los pensamientos y/o acciones del pa-
ciento. Esas voces pueden ser tan definidas y nítidas que el paciente las asume como
precepto normal, o pueden resultar des-concertantes e incomprensibles, llegando
a rebelarse contra ellas.
Las alucinaciones auditivas también pueden aparecer en alucinosis alcohólica, pero
estas alucinaciones imperativas son menos elaboradas que en esquizos o depre mayor.

Alucinaciones visuales
Son también muy variadas. Unas veces son imágenes elementales: fotopsias o foto-
mas, que consisten en destellos, llamas, círculos luminosos, bien inmóviles o en
movimiento. Pueden ser de tipo caleidoscópico o incoloras. En otras ocasiones las
alucinaciones visuales son complejas y presentar tamaño natural, tamaño reducido:
alucinaciones liliputienses, o gigantesco: gulliverianas. No hay que confundirla con
micropsia ni macropsia.
Las alucinaciones visuales suelen poseer cierta perspectiva, por lo que se experi-
mentan con mayor realismo, aunque pueden aparecer superpuestas. En ocasiones
las intensamente coloreadas can acompañadas de exaltación o euforia. Estas aluci-
naciones visuales complejas aparecen en forma de visiones escénicas, similares a las
imágenes de los sueños.
Una variedad es el fenómeno de la autoscopia, verse a sí mismo como un doble
reflejado en un cristal. En la autoscopia negativa el paciente no se ve cuando se
refleja su imagen en un espejo.
Las alucinaciones visuales son más características de los estados orgánicos agudos con
pérdida de conciencia y en el delirium tremens, pero poco frecuentes en esquizos.

Alucinaciones olfativas
No son muy frecuentes, pero pueden darse en depre, esquizo, epilepsia y en otros
estados orgánicos. Por lo general, los sujetos dicen oler algo extraño, casi siempre
desagradable y con un significado especial. Pueden atribuir la procedencia de los
olores al mundo exterior, como agresión o persecución. Otros creen que ellos mis-
mos los producen. Lo más común es que aparezcan conjuntamente con las aluci-
naciones gustativas.
Alucinaciones gustativas
Las personas que experimentan este tipo de alucinaciones perciben gustos desagra-
dables, y las pueden atribuir tanto a una fuente exterior como a su propio cuerpo.
Pueden darse en diversos trastornos, siendo más típicas de esquizo, depre severa y
estados delirantes crónicos. Si ocurren en esquizo suelen ir acompañadas del deli-
rio de ser envenenado.
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La reacción ante este tipo de alucinaciones es la misma que mostraría un sujeto nor-
mal que experimentara las sensaciones correspondientes. Suelen ir acompañadas
de alucinaciones olfativas.
Recordatorio Anotaciones

Alucinaciones táctiles o hápticas


Pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Los pacientes se sienten pe-
llizcados, manoseados, sentir calambres, que les está quemando alguna parte del
cuerpo.
Se dividen en activas y pasivas. En las activas el sujeto cree que ha tocado un objeto
inexistente; son poco frecuentes. En las de forma pasiva, el paciente cree que al-
guien o algo le agarra, toca, quema y tales sensaciones pueden acompañarse o no
de dolor.
Diversas modalidades: térmicas, en las que hay percepción anormal y extrema de
calor o frío; hídricas, o percepción de fluidos; parestesias o sensación de hormi-
gueo. Se dan con más frecuencia en esquizo.
Una forma más específica de alucinación háptica es la formicación, sensación de
que pequeños animales reptan por debajo o encima de la piel. También se han ca-
talogado como delirios dermatozoicos, zoopáticos o enterozoicos. En muchos casos
son indistinguibles de las alucinaciones corporales.

Alucinaciones sobre sensaciones procedentes del propio cuerpo


Son alucinaciones que remiten a sensaciones peculiares que el paciente considera
como procedentes casi siempre del interior de su propio cuerpo o que afectan a sus
órganos internos, externos o miembros distales. Suelen estar presentes en esquizo
junto con todo tipo de delirios. Una variante poco frecuente de alucinación somá-
tica visceral es la que se asocia a los delirios zoopáticos, en los que el paciente cree
que algún animal se arrastra por su cuerpo.
Sea cual sea la causa, estas alucinaciones están relacionadas con una alteración de
la conciencia del Yo en su vertiente somática o Yo corporal. Para poder hablar de
verdaderas alucinaciones es necesario que el sujeto tome esas falsas sensaciones
como reales.

Alucinaciones cinestésicas
Percepciones de movimiento de ciertas partes del cuerpo que realmente no se están
moviendo. Aunque se pueden presentar en esquizo, se dan con mayor frecuencia
en trastornos neurológicos. También se han descrito ante la retirada de tratamien-
tos con benzodiacepinas.
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LECTURA SELECCIONADA N.° 2


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Psicopatología de la percepción y la imaginación


Las psicopatologías de la imaginación y las de la percepción constituyen temas cen-
trales para la investigación, además de representar, en algunos casos, signos casi
inequívocos
Recordatorio Anotaciones
de trastorno mental para el lego. Las razones son varias: por un lado,
porque los fenómenos que abarcan, como por ejemplo las alucinaciones, suelen ser
extraordinariamente llamativos y extraños: por otro, porque en muchos casos estos
fenómenos conllevan anomalías en unas de las habilidades mentales más complejas
y discutidas: la imaginación; y por último, porque se imbrican, además con la ima-
ginación, con unos de los procesos o funciones mentales más importantes para la
supervivencia y la adaptación de los seres vivos: la percepción.

Clasificacion de los trastornos perceptivos y de la imaginación


Los trastornos de la percepción y de la imaginación suelen clasificar en dos gru-
pos: distor-siones y engaños perceptivos (Hamilton, 1985;Sims,1988).Las primeras
ollo
nidos 62
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solamente son po-sibles mediante el curso de los órganos de los sentidos (de ahí
que muchas veces se califi-quen como sensoriales) es decir, que se producen cuan-
do un estimulo que existe fuera de nosotros, y además es accesible a los órganos
torio Anotaciones
sensoriales, es percibido de un modo al que cabria esperar dadas las características
formales del estimulo. La anomalía reside, por lo tanto, en que las características
físicas del mundo estimular( forma, tamaño, proximidad, cualidad, etcétera) se
perciben de una manera distorsionada, entendido por tal distorsión cualquiera de
estas dos posibilidades:
a) Una percepción distinta a la habitual y/o más probable teniendo en cuenta las
experiencias previas, las características contextuales, el modo en que otras perso-
nas perciben ese estimulo, como sucede en las distorsiones relativas a la percep-
ción del tamaño, la forma, la intensidad, la distancia, etc.
b) O bien una percepción diferente de la que se derivaría en el caso de tener so-
lamente en consideración la configuración física o formal del estimulo, como
sucede en las ilusiones. En cualquier caso, la anomalía no reside en los órganos
de los sentidos en sentido estricto, sino mas bien en la percepción de la persona
elabora a partir de un determinado estimulo, es decir, la construcción psicoló-
gica que el individuo realiza acerca de mismo: recordemos que la percepción se
inicia con el concurso de la sensación; pero no se halla completamente de-ter-
minada por ésta, pues el ciclo o proceso perceptivo se produce una interacción
entre os procesos personales y los conceptuales (Neisser, 1981).
De todos modos hay que decir que, en muchos casos, las distorsiones tienen su ori-
gen en trastornos de naturaleza orgánica, que suelen ser transitorios y que puedan
afectar tanto a la recepción sensorial propiamente dicha como a su interpretación
al nivel del sistema nervioso central. Pese a ello, es más correcto calificarlas como
perceptivas que como sensoriales, porque con ello se alude, precisamente, al nú-
cleo de la alteración: esto es, al hecho de que es la construcción que el individuo
hace al estímulo, la percepción que experimenta, la que esta primariamente alte-
rada. En consecuencia, si admitimos que el proceso perceptivo se produce una
interacción compleja entre las características del estímulo, las del contexto en que
este se produce o manifiesta, y las del receptor, las distorsiones serian el resultado
final de una interacción defectuosa entre esos tres elementos. Por último, hay que
señalar que, a excepción de las ilusiones, las restantes distorsiones perceptivas sue-
len afectar a una o más modalidades sensoriales, y pueden involucrar a todos los
estímulo s u objetos del mundo sensorial que se halle afectado: por ejemplo, si una
persona presenta distorsiones en la percepción visual del tamaño de los objetos,
éstas no se refieren a un solo estímulo-objeto, sino a la práctica totalidad de sus per-
ceptos visuales relativos al tamaño (por ejemplo, verá distorsionadas sus manos y sus
pies, pero también la mesa ante la cual está sentado, las restantes figuras humanas
que se hallen a su alrededor, la lámpara, etc.).
Sin embargo, en el caso de os engaños perceptivos se produce una experiencia
perceptiva nueva que:
a) Suele convivir con el resto de las percepciones <<normales>>
b) No se fundamenta en estímulos realmente existentes fuera del individuo(como
sucede en las alucinaciones y algunas pseudopercepciones)
c) Se mantiene y/o se activa a pesar de que el estímulo que produjo la percepción
inicial ya no se halla físicamente presente (como es el caso de las imágenes eidé-
ticas, las parásitas o las consecutivas). Por lo tanto, la experiencia perceptiva que
tiene el individuo puede estar fundamentada (como sucede en algunas pseu-
dopercepciones) o no (como en las alucinaciones) en estímulos reales y accesi-
bles a los sentidos; pero en ambos casos, la experiencia perceptiva persiste inde-
pendientemente de que se halle presente el supuesto estímulo que la produjo.
Este grupo de trastornos se ha denominado también como <<percepciones fal-
sas>>, <<aberraciones perceptivas>> o <<errores perceptivos>>.Nosotros preferi-
mos el termino engaño—utilizado también por autores como Hamilton (1985)
o Slade y Bentall (1988)—porque nos parece que apresa más adecuadamente la
experiencia fenomenológica que se produce en estos casos: el termino <<falso>>
aplicado al proceso perceptivo e imaginativo no sería adecuado en nuestra opinión,
sobre todo porque alude al criterio de <<verdad>> como elemento definitorio de
la experiencia perceptiva, cuando en realidad nos hallamos ante una experiencia
mental que puede ser calificada como probable, posible e incluso con-sensuable
en término socioculturales, pero difícilmente como <<verdadera>>o <<falsa>> en
términos absolutos. Y esta dificultad es todavía mayor si admitimos los postulados
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a los que antes aludíamos sobre la percepción como un proceso de construcción
y reconstrucción de la realidad, que se produce mediante procesos continuos de
interacción entre estímulo, contexto y receptor.
Algo similar sucede con los otros dos términos, aberración y error, que parecen Recordatorio Anotaciones

remitir además a un aspecto que difícilmente es aplicable a muchos de estos trastor-


nos: aluden a que la persona podía haber hecho algo para <<no equivocarse>> en
su percepción, para no errar. En este sentido, resulta muy problemático admitir que
la mayor parte de las personas que alucinan puedan <<hacer algo>> por controlar
o evitar tal experiencia; o que cualquiera de nosotros, por poner un ejemplo más
común, sea capaz de evitar experimentar una pos imagen o una imagen consecutiva
después de mirar directamente al sol durante uno instantes.

Distorsiones perceptivas o sensoriales


A. Anomalías en la percepción de la intensidad de los estímulos
En este grupo se incluyen las anomalías que se producen en intensidad con la que
solemos percibir los estímulos. Estas anomalías pueden producirse tanto por exceso
como por defecto a lo largo de un continuo: en el primer caso se califican como
hiperestesias. La ausencia absoluta de percepción de la intensidad estímulos que
causan dolor: en este caso se habla de hiperalgesias versus hipoalgesias, en donde
la sustancia total de percepción de dolor se denomina analgesia.

B. Anomalías en la percepción de la cualidad


Van asociadas en muchas ocasiones a las anteriores y hacen referencia sobre todo
a las visiones coloreadas, a los cambios en la percepción del color de los objetos y a
la mayor o menor nitidez y detalle de las imágenes. Por lo general, estas anomalías
están provocadas por el uso voluntario o inducido de ciertas drogas, como la mez-
calina, y/o medicamentos, como la digital, así como pueden aparecer en trastor-
nos mentales, como las esquizofrenias o las depresiones: por ejemplo, un paciente
esquizofrénico puede quejarse de que todo lo que come esta amargo, o de que las
flores huelen a excrementos; y un depresivo puede decir que todo <<lo ve>> (en el
sentido de que lo experimenta o lo vive)negro, opaco o sin color. Sin embargo, si
le pedimos que enumere los colores de un cuadro, los identificará correctamente.
De nuevo, en este tipo de casos nos hallamos frente a un correcto funcio-namiento
de los órganos sensoriales: es la percepción del mundo la que está alterada en este
paciente.

C. Metamorfopsias: anomalías en la percepción del tamaño y/o la forma


Se trata de distorsiones en la percepción visual de la forma (dismorfopsias) y /o del
tamaño (dismegalopsias) de los objetos. Dentro de estas últimas se distingue entre
micropsias y macropsias (o megalopsias), en las que los objetos reales se perciben,
respectivamente, a escala aumentada (o muy cercana). Cuando estas distorsiones se
refieren al propio cuerpo reciben el nombre de autometamorfopsias (Scharfetter,
1977). La persona suele ser consciente de anomalías que está experimentando y sus
reacciones emocionales entre la experiencia varían enormemente, pues pueden ir
desde el agrado hasta el terror y la ira. En la mayor parte de las ocasiones las meta-
morfosis se asocian a distorsiones en la percepción de la distancia: por ejemplo, un
paciente puede ver a sus propios pies mucho más grandes de lo que en realidad son
y a una distancia mayor de la normal. Todas estas anomalías se presentan en una
amplia gama de situaciones desde los trastornos neurológicos (tales como la epilep-
sia o los producidos por lesiones en el lóbulo parietal, o estados orgánicos agudos)
hasta como consecuencia de los efectos de determinadas drogas (por ejemplo la
mezcalina). Sin embargo son muy poco frecuentes los episodios agudos de esquizo-
frenia y en os trastornos neuróticos.

D. Anomalias en la integracion perceptiva


Se trata de anomalías poco frecuentes que a veces aparecen en los estados orgáni-
cos y en la esquizofrenia. El paciente parece incapaz de establecer los nexos que
habitualmente existen entre dos o más percepciones procedentes de modalidades
sensoriales diferentes. Por ejemplo, un paciente que está viendo la televisión ex-
perimenta la sensación de que existe una especie de “competición”, e incluso un
conflicto entre lo que oye y lo que ve, como si ambas sensaciones no tuvieran nada
ollo
nidos 64
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que ver entre sí, o como si vinieran de fuentes de es-timulación diferentes, y lu-
charan entre sí por atraer su atención. Las conexiones entre ambas modalidades
sensoriales (auditiva y visual) han fracasado o no se han establecido co-rrectamente,
torio Anotaciones
y por ello la persona tiene la sensación de que proceden de fuentes diferentes y de
que atraen al mismo tiempo sus recursos atencionales (Sims, 1988). En estos casos
estamos ante un ejemplo de lo que se denomina escisión perceptiva, en la que el
objeto percibido se desintegra en fragmentos o elementos. Además de ejemplos
como el que aca-bamos de comentar, las escisiones pueden ceñirse sólo a las formas
(morfolisis), o a la disociación entre color y forma (metacromías). El fenómeno
opuesto a la escisión se denomina aglutinación, y consiste en que las distintas cua-
lidades sensoriales se funden en una nica experiencia perceptiva. En este caso, el
paciente parece incapaz de distinguir entre diferen-tes sensaciones. Una forma es-
pecial de integración es la sinestesia, una asociación anormal de las sensaciones en
la que una sensación se asocia a una imagen que pertenece a un órgano sensorial
diferente. Un ejemplo seria la audición coloreada, es decir, “ver” colores cuando se
escucha música.

E. Anomalías en la estructuración de estímulos ambiguos: las ilu-siones


La ilusión puede conceptualizarse como una distorsión perceptiva en la medida en
que se define como una “percepción equivocada de un objeto concreto” (Arnold,
Eysenck y Meili, 1979 vol 2, pag. 172). Esto equivale a admitir que las ilusiones son
preceptos que no se corresponden con las características físicas de un estímulo
concreto. Desde una perspectiva psicológica clásica, las ilusiones son el resultado
de la tendencia de las personas a organizar, en un todo significativo, elementos
más o menos aislados entre sí o con respecto a un fondo. Por su parte, la vida
cotidiana nos ofrece abundantes ejemplos de experiencias ilusorias; cuantas veces
hemos creído ver a un amigo en la puerta del cine al que estábamos esperando
y al acercarnos con nuestra mejor sonrisa nos percatamos que era un completo
desconocido y nos damos cuenta del error. O quien no a ha escuchado alguna vez
pasos detrás de una al caminar en la solitaria y oscura calle, en todos estos casos
podemos encon-trar ciertos elementos comunes; por un lado, una cierra predispo-
sición personal a interpretar la estimulación en un sentido y no en cualquiera de
los otros posibles; y por otro lado, la ambigüedad o falta de definición clara de esa
estimulación que estamos recibiendo y/o de la situación en la que se produce. Así
pues lo que en realidad parece suceder en estas experiencias que calificamos como
ilusiones es que los estímulos que estamos realmente percibiendo se combinan con
una imagen mental concreta.

Diagrama Objetivos Inicio

Diagrama Objetivos Inicio

TAREA ACADÉMICA N.º1


Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos

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GLOSARIO DE LA UNIDAD II
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Lecturas Glosario Bibliografía


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Retrograda: Que retrocede


Recordatorio Anotaciones
Polineuropatia: Hace referencia a las enfermedades tanto inflamatorias como dege-
Recordatorio nerativas del sistema nervioso periférico.
Anotaciones

Angiografia: Radiografía de los vasos sanguíneos de una zona determinada del or-
ganismo.
Objetivos Inicio
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Actividades Autoevaluación
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Actividades Autoevaluación
s
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

Glosario Bibliografía
BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD II
s
Recordatorio Anotaciones
Belloch, A; Sandín, B y Ramos, F. (2008) Manual de Psicopatología. Volumen I Ma-
drid: Mc Graw Hill.
o Anotaciones
Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos psicoló-
gicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.
Vallejo, J. (2002). Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría Madrid: Elsevier
Masson.

Objetivos Inicio

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD II
Actividades Autoevaluación
s

1. Memoria autobiográfica que permite al sujeto recordar hechos de la historia


personal, familiar o social.
s
Glosario
Bibliografía a. M. Semántica
b. M. Explicita
c. M. Declarativa
d. M. Episódica
o Anotaciones

2. Incapacidad de aprender o retener los nuevos hechos que tengan lugar luego
de una lesión.
a. Amnesia global
b. Amnesia anterograda
c. Amnesia retrograda
d. Amnesia Postraumática

3. Incapacidad de recuperar información que había sido almacenada tras sufrir un


traumatismo o enfermedad
a. Amnesia global
b. Amnesia anterograda
c. Amnesia retrograda
d. Amnesia Postraumática

4. Trastorno de la memoria ligada al consumo excesivo de alcohol


a. Amnesia lacunar
b. Amnesia de Korsakoff
c. Amnesia diencefalica
d. Amnesia global

5. Amnesia localizada, se produce por la pérdida o disminución de conciencia


como el estado de coma, obnubilación o confusión.
a. Amnesia lacunar
b. Amnesia de Korsakoff
c. Amnesia diencefalica
d. Amnesia global

3. L
 as anomalías en la percepción de la intensidad de los estimulos que se produ-
cen por exceso, se demoninan
ollo
nidos 66
Actividades Autoevaluación UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS I

as Glosario Bibliografía
nadas
a. Hipoestesia
b. Anestesia
c. Hiperestesia
torio Anotaciones
d. Hiperalgesia

4. Los pacientes que experimentan gustos desagradables presentan alucinaciones:


a. Tactiles
b. Kinestesica
c. Gustativa
d. Olfativa

5. Alucinaciones que pueden manifestarse en cualquier parte del cuerpo


a. Tactiles
b. Kinestesica
c. Gustativa
d. Olfativa

6. Percepciones de movimiento de ciertas partes del cuerpo que realmente no se


están moviendo.
a. Tactiles
b. Kinestesica
c. Gustativa
d. Olfativa

7. Anomalías en la percepción al tamaño y forma


a. Anoxia
b. Dismorfia
c. Percepcion de objetos
d. Metamorfopsia
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD II: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOSdeDesarrollo
I
contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
67

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

Recordatorio Anotaciones
68
PSICOPATOLOGÌA I
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
69

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS


II YPSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

Lecturas
seleccionadas DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD III
Glosario Bibliografía

Diagrama Objetivos Inicio

LECTURAS
CONTENIDO ACTIVIDADES
Recordatorio Anotaciones
SELECCIONADAS
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÌA
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES


Diagrama Objetivos Inicio
Recordatorio Anotaciones
CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES
Tema N.° 1: Psicopatolo- 1.  Reconoce y explica los 1. Muestra interés por
gía del
Desarrollo pensamiento
Actividades Autoevaluación
principales signos y sín- conocer los funda-
de contenidos
1. Características, signos y tomas de las psicopatolo- mentos teóricos, par-
síntomas gías del pensamiento ticipando en forma
2. Identifica y explica los activa y responsable,
2. Delirios
Lecturas Glosario principales signos y sín-
Bibliografía
aprecia los temas y sus
Tema N.° 2: Psicopatolo-
seleccionadas
tomas de los delirios aplicaciones
gía del lenguaje
3. Reconoce las caracterís- 2. Reconoce los procedi-
1. Características, signos y ticas principales de la psi- mientos de diagnosti-
síntomas copatología del lenguaje co a un paciente, con
Recordatorio Anotaciones
2. Clasificación y cuadros y su clasificación los principios estable-
clínicos 4. Reconoce y explica las cidos por la ética
Lectura Seleccionada N.°1 características de las alte-
La Enfermedad Mental: raciones de la afectividad
Aspectos psicopatológi- 5. I dentifica los tipos de
cos y semiológicos. Autor: alteraciones de la afecti-
Oliver, Ernesto. Ediciones vidad
Libro Amigo, 1999. Lima.
Tema: Trastornos del con-
tenido del pensamiento. Actividad N.º 3
Pág. 118 a 123 Participa en el foro de discu-
Tema N.° 3: Alteraciones sión sobre las psicopatolo-
de la afectividady gías del lenguaje utilizando
análisis de casos
1. C
 aracterísticas, signos
síntomas
2. T
 ipos Control de Lectura N.º 2
Tema N.° 4: Trastornos Responde cuestionario los
depresivos temas desarrollados en la
Unidad III, más los conteni-
1. Depresión, clasificación, dos de las 2 lecturas selec-
factores de riesgo cionadas
2. Cuadros clínicos
Lectura Seleccionada N° 2
Trastornos Depresivos.
Autor: Enrique Bojórquez
.Acta Medica Peruana,
2006. 1( 12), pág. 9-14

Autoevaluación de
la unidad III
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 70
Actividades Autoevaluación
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

as Glosario Bibliografía
nadas
TEMA N.° 1: PSICOPATOLOGÍA DEL PENSAMIENTO

1 C ARACTERÍSTICAS, SIGNOS Y SÍNTOMAS


torio Anotaciones
El pensamiento es la capacidad de formar conceptos, elaborar juicios y establecer
una serie de conclusiones.
Capacidad para formar conceptos: el concepto es llegar a la esencia de las cosas, se
trata de establecer unas características claras y evidentes para poder definir las cosas
y llegar a lo básico, a la esencia, a lo fundamental.
Formación de juicios: se elaboran a través de los conceptos, razonamiento.

Tipos de pensamiento
El pensamiento se desarrolla a medida que crecemos, también en función de la
forma de ser lo vamos elaborando, y hay maneras de pensar:

• P
 ensamiento lógico: es el que solemos utilizar habitualmente, razonamos unas
conclusiones de forma lógica.
• Pensamiento intuitivo: forma ocurrente de pensar
• P
 ensamiento imaginativo: un tipo de pensamiento de genios, forma de utilizar
nuevos procedimientos.
• P
 ensamiento fantástico: frecuente en los niños, normalmente no se utiliza en
adultos, llegan a contradicciones sujetas a las fantasías (creer que vuela)

2 DELIRIOS
Etimológicamente, la palabra delirio deriva del término delirare, que significa sa-
lirse del surco labrado. La definición psicopatológica más conocida es la de Jaspers,
para quien los delirios son juicios falsos que se caracterizan porque el individuo los
mantiene con gran convicción, que no son influenciables ni por la experiencia ni
por conclusiones irrefutables, y que además su contenido es imposible
Oltmanns concluye que las características que se suelen tener en cuenta a la hora
de definir un delirio son las siguientes:
• El balance entre las evidencias a favor y en contra de la creencia es tal que otras
personas la consideran completamente increíble.
• La creencia no es compartida por otros.
• La creencia se mantiene con una convicción firme.
• L
 a persona está preocupada con la creencia y le resulta difícil evitar pensar o
hablar sobre ella.
• La creencia tiene referencias personales, más que convicciones políticas, religio-
sas o científicas no convencionales.
• La creencia es fuente de malestar subjetivo o interfiere con el funcionamiento
social de la persona y con sus ocupaciones.
• La persona no dice que lleva a cabo esfuerzos subjetivos para resistirse a la creen-
cia.
Pero ninguna de estas características es condición necesaria ni suficiente para defi-
nir una creencia como delirante.

Los delirios como creencias falsas


Una de las definiciones más extendidas sobre delirios es la de “creencias falsas”.
Esta visión da problemas en ambos conceptos, el de creencia y el de falsedad. Hay
autores que han propuesto que el término delirio sólo se aplique a aquellas creen-
cias que sean totalmente increíbles o completamente absurdas. Pero no tenemos
criterios objetivos para saber qué es completamente increíble o absurdo. Un ej de
que los delirios pueden contener verdades o incluso volverse verdades, lo constitu-
yen los delirios celotípicos, que consisten en la convicción de que la pareja sexual
habitual es infiel. Además, la mayoría de los clínicos que se han enfrentado a pa-
cientes delirantes podría narrar alguna experiencia en la que, lo que al principio
parecía absurdo, resultó ser finalmente cierto.
Por tanto, hablar de creencia no parece adecuado. Una creencia puede ser modifi-
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Desarrollo
Y PSICOPATOLOGÌA I
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
71

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
cada por la experiencia o por argumentos en contra. Sin embargo, un delirio es, en
principio, inmodificable por la experiencia.

Las dimensiones de los delirios Recordatorio Anotaciones

Los delirios son heterogéneos en términos tanto del contenido como de la forma.
Algunos autores han propuesto unas dimensiones que sugieren la existencia de
una gama de continuos que van desde las creencias normales hasta las patológicas:
modificable vs. inmodificable, convicción leve vs. intensa, presencia vs. ausencia
de apoyos culturales, no preocupación vs. preocupación y plausible vs. implausi-
ble. Estos planteamientos tendrían en común el mantener que algunos aspectos
problemáticos de la definición de delirio se podrían resolver sustituyendo la visión
aceptada de los delirios como fenómenos discretos (se delira o no se delira) por
otra que los conciba como partes más o menos extremas a lo largo de las muchas
dimensiones.

La inmodificabilidad, incorregibilidad o fijeza


Esta característica hace referencia al mantenimiento del delirio a lo largo del tiem-
po a pesar de las evidencias en contra. No obstante, algunas investigaciones ponen
de manifiesto que no es una característica discreta, es decir, que los delirios no son
invariablemente fijos, que hay grados de fijeza. Sacks, Carpenter y Strauss hallaron
tres fases en los 20 pacientes esquizofrénicos que observaron: una primera pase de-
lirante en la que el paciente está to-talmente implicado en el delirio; una segunda
de doble conciencia en la que la evaluación de la realidad coexistía con los delirios;
y una última no delirante. De manera que en el tránsito de un estado delirante a
uno no delirante el sujeto pasa por una fase intermedia donde es capaza de cuestio-
nar la validez de sus creencias delirantes aun sin abandonarlas totalmente.

La intensidad o convicción
Se refiere al grado de convicción que muestra el sujeto. Las visiones más aceptadas
defienden que la intensidad de la convicción es extraordinaria o absoluta. Sin em-
bargo, evaluar esta variable también es problemático Para empezar, este aspecto es
compartido con algunas creencias políticas o religiosas. Además, puede ser bastante
variable, como se muestra en el trabajo de Strauss, que llegó a la conclusión de que
la intensidad de la convicción delirante es tremendamente variable, tanto entre
diferentes pacientes como en un mismo paciente.
Por otro lado, la mayoría de las veces su valoración en ambientes clínicos deja mu-
cho que desear. Brockington (citado por Belloch, Sandín y Ramos, 2008) señala
que algunos clínicos no revisan con el paciente el grado de convicción, de modo
que este componente, en vez de comprobarse se tiende a asumir e incluso a sobre-
estimar su grado.

La clasificación de los delirios


Las distinciones desde el punto de vista de la forma
Desde el punto de vista formal, la distinción que se realiza clasifica los delirios en
primarios o verdaderos y secundarios. Esta división se atribuye a Jaspers, que plan-
teó la existencia de dos tipos de ideas morbosas. Una es la auténtica idea delirante,
que es un fenómeno primario y como tal tiene un carácter original, inderivable y
surge autóctonamente. La idea delirante secundaria o idea deliroide surge com-
prensiblemente de otros procesos psíquicos como la personalidad o los conflictos
subyacentes del paciente. Es decir, la distinción entre delirante y deliroide radica
en la comprensibilidad o no del delirio. Esta diferencia implica además un intento
de explicación acerca de sus respectivos orígenes: decir que los delirios secundarios
son comprensibles psicológicamente alude a que se producen como consecuencia
del intento por parte del paciente de explicarse una experiencia anormal.
Por su parte, los delirios primarios no tienen su origen en una experiencia anómala
previa. Como Reed señala, la experiencia de los delirios primarios consiste en el ser
inquietantemente consciente de que se ha producido un cambio en el significado
del mundo y de las cosas, y esto a su vez lleva a sentimientos terribles, difíciles de
describir y de explicar. Por tanto, cuando la persona intenta darle un significado, la
explicación no suele ser comprensible para quienes le escuchan.
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 72
Actividades Autoevaluación
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

as Glosario Bibliografía
nadas
Se han postulado cuatro tipos de delirios primarios. La intuición delirante es feno-
menológicamente indistinguible de cualquier idea que nos venga a la cabeza. El
contenido de estas ideas suele ser autorreferencial y de gran importancia para el
torio Anotaciones
paciente. Ej: un paciente cae en la cuenta de que las siglas de su nombre, Emilio
Elosúa Albeniz de Darco significan “Eres El Asesino De Dios”. La percepción deli-
rante consiste en la interpretación delirante de un precepto o una percepción nor-
mal. Ej: un paciente al mirar su nombre en el buzón se da cuenta de que la policía
secreta lo ha identificado como el enemigo público número 1.
La atmósfera delirante consiste en la experiencia subjetiva de que el mundo ha
cambiado de un modo sutil pero siniestro, inquietante y difícil o imposible de de-
finir. Se suele acompañar de un estado de humor delirante, ya que el paciente se
siente incómodo, desasosegado e incluso perplejo. Los recuerdos delirantes consis-
ten en la reconstrucción delirante de un recuerdo real, o bien en que de pronto,
el paciente recuerda algo que es claramente delirante. Ej: recuerda que es el hijo
de Dios.
A diferencia de los delirios secundarios, los primarios se caracterizan porque una
vez que irrumpen en la conciencia del individuo, éste va a explicar buena parte de
todo lo que le sucede desde el delirio.

Las clasificaciones en función del contenido


El contenido de los delirios puede ser bastante variado, y existe una amplia variedad
de este tipo de clasificaciones. La propuesta por DSM III-R es la que sigue:
1. Delirio de ser controlado: Idea delirante en la que los sentimientos, los impul-
sos, los pensamientos o los actos son vividos como si no fuesen propios y estuvie-
sen impuestos por alguna fuerza externa. Delirios típicos son la alineación del
pensamiento, el robo del pensamiento o la transmisión del pensamiento. Reed
establece una distinción distinta atendiendo a sus marices (alienación, robo,
transmisión) y las incluye bajo el rótulo experiencias de pasividad. Si el paciente
no especifica la naturaleza de la fuerza exterior que le manipula, Reed las llama
así, pero si da una explicación delirante y determina la naturaleza de esa fuerza
externa los denomina delirios de pasividad.
2. Idea delirante corporal: Su contenido principal se refiere al funcionamiento del
propio cuerpo. Ej: el cerebro está podrido. También pueden ser consideradas
ideas delirantes corporales algunos juicios de valor extremos acerca del propio
cuerpo. Ej: una persona insiste en que su nariz está muy deformada a pesar de
que los demás le contradigan. Las ideas delirantes hipocondríacas son también
ideas delirantes corporales cuando implican cambios específicos en el funciona-
miento o la estructura del cuerpo en lugar de la creencia insistente de tener una
enfermedad.
3. Idea delirante de celos: Convicción delirante de que la pareja sexual es infiel.
4. I dea delirante de grandeza: Su contenido implica una exagerada valoración de
la importancia, el poder, el conocimiento o la identidad personales. Puede ser
de naturaleza religiosa, corporal o de otra clase.
5. I dea delirante de pobreza: Idea de que el sujeto ha perdido o perderá todas o
casi todas sus posesiones materiales.
6. Idea delirante de referencia: Consiste en que los acontecimientos, los objetos
o las personas próximas del ambiente del sujeto tienen un sentido particular
y no usual, por lo general de tipo negativo y peyorativo. Si la idea delirante de
referencia se articula en una temática persecutoria puede hablarse también de
delirio de persecución.
7. Idea delirante extravagante: Falsa creencia cuyo contenido es claramente ab-
surdo y sin base real posible. Ej: un hombre cree que cuando le operaron de
apendicitis de pequeño le colocaron un dispositivo con cables a través del cual
puede oír la voz del presidente.
8. Idea delirante nihilista: Idea en torno a la no existencia del yo, de los demás y
del mundo. Ej: el mundo se ha terminado.
9. Idea delirante persecutoria: El tema central es la convicción de que una persona
(o grupo) es atacada, acosada, engañada, perseguida o víctima de una conspi-
ración. Por lo general la naturaleza del individuo, del grupo o de la institución
está relacionada con el motivo de la persecución.
A esta clasificación habría que añadir el delirio de culpa (el paciente se siente cul-
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Desarrollo
Y PSICOPATOLOGÌA I
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
73

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
pable y responsable de todo tipo de miserias) el delirio de Sosías o síndrome de
Capgras (el paciente cree que personas importantes en su vida están siendo usurpa-
das por un impostor, aun a sabiendas de que tienen la misma apariencia) y el delirio
de amor o síndrome de Clerembault (el paciente cree que alguna otra persona estáRecordatorio Anotaciones
locamente enamorada de él).

El delirio y los trastornos mentales


Los delirios están presentes en una amplia variedad de trastornos psicológicos, neu-
rológicos y médicos. P. ej, Manschreck identificaba 75 trastornos que pueden pre-
sentar delirios. Por tanto, la relevancia que tienen los delirios para el diagnóstico
es evidente. La presencia de delirios es característica de las esquizofrenias, de los
trastornos paranoides y de los trastornos afectivos mayores (depresión y manía).
Pueden aparecer además ideas delirantes en ciertos trastornos de la personalidad
(como el paranoide, el esquizotípico y el esquizoide). Pero además pueden apare-
cer delirios en una amplia gama de enfermedades de origen biológico por efecto
del abuso de alcohol y drogas y como efectos secundarios de ciertos agentes farma-
cológicos.
Trastornos en los que aparece el delirio como criterio diagnóstico.
• DSM-IV
o Delirium, demencia, trastorno amnésico y otros trastornos cognitivos
o Esquizofrenia
o Trastorno delirante
o Trastorno psicótico compartido
o Trastorno esquizofreniforme
o Trastorno esquizoafectivo
o Trastorno psicótico breve
o Trastorno del estado de ánimo
o Trastorno relacionado con el uso de sustancias
• CIE-10
o Trastorno esquizoafectivo
o Trastornos mentales orgánicos
o Esquizofrenia
o Trastorno de ideas delirantes persistentes
o Trastorno de ideas delirantes compartidas
o Trastorno esquizotípico
o Trastornos mentales y del comportamiento debidos al consumo de sustan-
cias psicotrópicas
o Trastornos psicóticos agudos y transitorios
o Trastorno del humor
Las condiciones y enfermedades en las que aparecen delirios son: enfermedades de
origen neurológico, trastornos metabólicos y endocrinológicos, cromosomopatías,
enfermedades infecciosas, abuso de alcohol y drogas, agentes farmacológicos y tras-
tornos psicopatológicos y psiquiátricos.

El delirio como explicación racional


Según algunos autores, la teoría psicológica actual más importante de la formación
de los delirios es la teoría perceptiva. Y el máximo exponente de esta postura es Ma-
her(citado por Belloch, Sandín y Ramos, 2008), quien señala que una persona deli-
rante presenta problemas perceptivos primarios, de naturaleza fundamentalmente
biológica, que ocasionan experiencias anómalas. Mantiene que esa experiencia
anómala produce un sentido de perplejidad, lo que lleva a su vez a una búsqueda
de explicación, lo cual es anormal, ya que la experiencia inicial es anormal. La
llegada a una explicación, aunque sea singular, se acompaña de alivio, lo cual sirve
para reforzar la explicación. Maher resume su postura en diez puntos:
1. 
El pensamiento delirante no en sí mismo aberrante, los procesos implicados en
la formación de los delirios no difieren de los procesos implicados en la forma-
ción de otras creencias no delirantes.
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 74
Actividades Autoevaluación
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

as Glosario Bibliografía
nadas
2. 
Los delirios pueden considerarse teorías y las teorías sirven para imponer orden
y significado a los datos empíricos que se obtienen mediante la observación.
3. Cuando la naturaleza nos presenta algún enigma o misterio, entonces surge la
torio Anotaciones necesidad de elaborar teorías.
4. Los enigmas requieren o exigen explicaciones.
5. 
Cuando se desarrolla una explicación y ésta da cuenta satisfactoriamente de un
número importante de observaciones discrepantes, y también de por qué tales
observaciones se alejaban de lo predicho, esta explicación se acompaña de alivio
y reducción de la tensión.
6. 
Los datos posteriores que son consistentes con la explicación reducen las diso-
nancias y otorgan cierto estatus a la explicación: los datos que la contradicen
generan disonancia cognitiva y no son bien recibidos.
7. Los demás juzgarán la creencia como delirante: a) si los datos sobre los que se
basa no están disponibles también para ellos, y/o b) si estando los datos dispo-
nibles no generan en ellos el sentido de enigma o el significado que les da el
paciente.
8. Las experiencias de significado y alivio se asume que tienen un locus real en el
SN, probablemente mediatizado por el emparejamiento de una plantilla neural-
mente definida.
9. Las teorías delirantes, basadas en datos no disponibles a los demás, se pueden
desarrollar: a) si existe un deterioro real en el funcionamiento sensorial que no
ha sido diagnosticado por el paciente, b) si existe un déficit en el proceso que
selecciona la información entrante, o c) si existe una alteración en la conducta
expresiva personal.
10. Una teoría delirante no se abandona hasta que el paciente tenga otra que expli-
que mejor las experiencias que está teniendo.

Los delirios como alteraciones del pensamiento formal


Desde otros planteamientos se plantean cuestiones como ¿es la persona delirante
irracional?, ¿cuál es el papel del razonamiento? Para Garety, las razones que hacen
plausible este tipo de hipótesis serían las siguientes. Primero, no todos los suje-
tos bajo las mismas condiciones desarrollan creencias delirantes. Los delirios no
parecen surgir necesariamente de experiencias perceptivas anómalas. Segundo,
mientras que la evidencia clínica sugiere que algunos delirios son informes de ex-
periencias anormales, como las alucinaciones, también se sugiere que las experien-
cias perceptivas anormales no son acontecimientos sensoriales dados, sino que ellos
mismos implican razonamiento. Ytercero, existiría evidencia a favor de anormalida-
des o sesgos de razonamiento en los delirantes.
El grupo de Hemsley y Garety desarrollaron la teoría de Fischoff y Beyth-Maron,
quienes propusieron explicar los sesgos que afectan a la formación de creencias
usando como refe-rencia el modelo bayesiano de probabilidad. Este modelo esta-
blece el modo en que se debería evaluar la evidencia cuando se elabora, se man-
tiene o se descarta una hipótesis. Los trabajos de H. Y G. están encaminados a
dilucidar el modo en que los delirantes llevan a cabo los procesos de búsqueda de
información. Se postula que uno de los déficit básicos de los delirantes consiste en
su incapacidad para tener en cuenta evidencias nuevas y contrastarlas con los datos
que ya poseen. Los delirantes, en comparación con los no delirantes, necesitan o
buscan menos información antes de tomar una decisión.
Pero también encontraron algunos resultados sorprendentes: 1) que siguiendo el
modelo bayesiano, los sujetos con delirios resultaron ser mejores razonadores que
los normales, ya que estos últimos mantuvieron durante más tiempo hipótesis que
ya se habían revelado como falsas; y 2) que al encontrarse con evidencias discor-
dantes los delirantes cambiaban sus hipótesis iniciales con más frecuencia que los
controles.
En un trabajo posterior, Garety presenta un modelo preliminar de los procesos de
juicio que estarían implicados en la formación de delirios. El modelo se basa en
los procesos normales que se desarrollan para adquirir y mantener creencias en
general.
Garety y Freeman han propuesto un modelo explicativo para los delirios de per-
secución. Este modelo reconoce la variedad de factores implicados tanto en el
desarrollo como en el mantenimiento de estas creencias. Según estos autores los
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Desarrollo
Y PSICOPATOLOGÌA I
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
75

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
delirios persecutorios pueden surgir a partir de diferentes tipos de experiencias,
tanto originadas por sensaciones internas como por acontecimientos externos. Las
personas con delirios persecutorios al intentar dar sentido a estas experiencias in-
usuales las interpretan de acuerdo con sus experiencias y conocimientos previos,Recordatorio
su Anotaciones
estado emocional, sus recuerdos, su personalidad y su estilo de toma de decisiones.
Estas ideas persecutorias, que generalmente están asociadas a procesos de ansie-
dad, pueden llegar a intensidades delirantes cuando se acompañan de sesgos en el
razonamiento, como llegar rápidamente a conclusiones teniendo en cuanta poca
información, o fracasos en generar explicaciones alternativas, o sesgos confirma-
torios de razonamiento. Cuando están presentes estos sesgos es más probable que
las ideas de recelo y suspicacia lleguen a convertirse en certezas, llegando a poder
considerarse delirios. En resumen, los delirios persecutorios surgen por la interac-
ción entre experiencias anómalas, procesos emocionales y sesgos de razonamiento.

TEMA N.° 2: PSICOPATOLOGÍA DEL LENGUAJE

1 CARACTERÍSTICAS, SIGNOS Y SÍNTOMAS


La Asociación Estadounidense del Habla, el Lenguaje y la Audición define el tér-
mino trastorno del lenguaje como el “deterioro o el desarrollo deficiente de la
comprensión y/o la utilización de un sistema de símbolos hablados, escritos u otros,
incluyendo la morfología la sintaxis, la semántica y la pragmática”.

Cuando se relaciona la conducta lingüística con su sustrato neurobiológico, el


modo de entender esa relación puede variar según se entiendan:
√ La localización cerebral.
√ La especialización hemisférica.
√ Organización jerárquica de sus niveles neurales y su interacción.
√ Las etapas secuenciales de procesamiento que acontecen en las estructuras, sean
estas de tipo sensorial, motor o asociativo.

Cualquier clasificación para ser operativa tiene que combinar adecuadamente los
siguientes criterios:
√ Lenguaje-habla.
√ Primario-secundario.
√ Orgánico-funcional.
√ Central-periférico.
√ Evolutivo-adquirido.
√ Comprensión-producción.

2 CLASIFICACIÓN Y CUADROS CLÍNICOS


Afasias en adultos
Llamamos afasias en personas adultas a aquellos trastornos del lenguaje que han
Sobre vivido como consecuencia de una lesión cerebral.
Las alteraciones que implica el lenguaje hablado, también cursan con alteraciones
de la lectura y la escritura.
Son trastornos adquiridos por quienes en otro tiempo fueran hablantes-oyentes
normales de su propio idioma.
Existe acuerdo general en cuanto al carácter focal y no generalizado o difuso, de las
lesiones cerebrales que originan afasia.
Existe desacuerdo sobre la descripción de la naturaleza de la afasia y qué trastornos
lingüísticos deben incluirse bajo dicho término.
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 76
Actividades Autoevaluación
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

as Glosario Bibliografía
nadas
Clasificación
El modelo neurológico clásico ofreció un núcleo inicial de términos clasificatorios
que se han venido manteniendo como referentes aproximados de las zonas cere-
torio Anotaciones brales dañadas por la lesión
Si nos atenemos a la clasificación de Goodglass y Kaplan (citados por Belloch, San-
din y Ramos, 2008), como la más representativa de la herencia clásica, las áreas
deficitarias en el campo de las afasias son:

Articulación:
La producción de sonidos articulados, vocálicos y consonánticos es una caracterís-
tica de la producción del habla.
Quienes padecen un déficit articulatorio afásico son incapaces de articular sonidos
del habla, aunque sean sencillos o se les pida que lo imiten.
En las formas menos severas del déficit, el paciente puede tener dificultad sólo con
los grupos consonánticos más complicados.
Fluidez verbal: Se suele hacer la distinción entre:
Afasias fluidas: que no presenta reducción en la tasa normal de emisión verbal; no
obstante, las emisiones habladas pueden carecer de contenido significativo.
Afasias no fluidas: que se caracterizan por una fluidez verbal baja. Esta reducción
en la fluidez también puede provenir de la dificultad para encontrar palabras, o
incluso puede ocurrir en ausencia de verdadera patología.
Encontrar palabras: Se suele decir que todos los pacientes afásicos tienen dificultad
par encontrar las palabras de que disponen en su repertorio.
Las palabras que ofrecen dificultad son palabras de contenido, por lo que a veces
el enfermo elige alguna palabra próxima en el significado si no encuentra la apro-
piada.
Si no existieran otros síntomas afásicos aparte de la dificultad de encontrar pala-
bras, estaríamos ante la alteración denominada anomia.

Agramatismo:Afecta a la sintaxis más que al vocabulario.


Los pacientes agramáticos no pueden unir palabras para formar secuencias sintác-
ticamente correctas (secuencias cortas no más de 2 o 3 palabras, aunque pueden
unir largas secuencias cuando previamente las hayan memorizado y automatizado).
Tiene su punto débil en las partículas gramaticales, o palabras funcionales, a dife-
rencia de encontrar palabras cuyo punto débil son las palabras de contenido; sin
embargo, son más bien imprecisos los límites entre ambas clases de palabras.
Parafasia: Producción no intencional de sílabas, palabras o frases durante el habla.
Son diferentes a los circunloquios, que el paciente realiza con carácter intencional
para obviar un bloqueo cuando trata de encontrar la palabra aprodiada.Se diferen-
cia del defecto articulatorio en que en las parafasias algunos sonidos se sustituyen
por otros cuya articulación es correcta.
Parafasia literal o fonémica: si se sustituyen sílabas. Puede devenir en neologística
en los casos en que las nuevas expresiones resultantes de los cambios constituyan
verdaderos neologismos en el idioma del afásico.
Parafasia verbal: si se cambian unas palabras por otras, pueden ser: semánticas,
aleatorias o con carácter perseverativo (repetir una y otra vez, algún término pre-
viamente pronunciado). Repetición: Hay enfermos que no pueden repetir expre-
siones de habla oídas, aunque la mayoría de los afásicos sí lo hace. La alteración en
la repetición puede provenir tanto de defectos en la compresión como en la articu-
lación, o puede también significar una disociación entre los sistemas de recepción
auditiva y los sistemas de emisión del habla.
Comprensión auditiva: Aun cuando el córtex auditivo primario se halle intacto,
puede estar alterada la comprensión de la información auditiva.En algunos casos
no sólo existe dificultad de comprensión de palabras aisladas, se puede compren-
der las palabras en forma aislada y no hacerlo cuando se hallan en una frase.

Disfasias infantiles
La disfasia evolutiva es un trastorno específico del lenguaje (discapacidad para el
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lenguaje) que afecta tanto a la expresión como a la comprensión.
√ Se da en niños de inteligencia normal, que no han adquirido aún el lenguaje y
que no presentan ningún tipo de alteración sensorial, neurológica, emocional
ni deprivación ambiental, es decir, cuando el fallo es específico sin ser un sínto-
Recordatorio Anotaciones

ma de otros cuadros clínicos, por lo que se considera un trastorno primario del


lenguaje.
√ Los niños diagnosticados de TEL son niños minusválidos (33%). La disfasia evo-
lutiva se puede dividir en:

• Disfasia expresiva: Se dan defectos de habla predominantemente expresivos o


que afectan a la emisión del habla del niño diafásico, pudiendo variar desde
quienes se hacen entender hasta los casos más graves en los que no se hacen
entender hablando.
Los niños con este tipo de disfasia se caracterizan por tener menos problemas emo-
cionales y de conducta que aquellos que tienen disfasia receptiva.

• Disfasia receptiva: el defecto es predominantemente de recepción del habla por


lo que es preciso distinguir el trastorno evolutivo del habla de la sordera.No hay
pérdida auditiva general en la disfasia receptiva, sino pérdida de la capacidad de
discriminar sonidos del habla y de atribuirles significado.

El DSM-IV-TR distingue entre trastornos del lenguaje adquirido (debido a alguna


causa neurológica) y trastornos del lenguaje evolutivo (comienza desde el naci-
miento y no tiene causa aparente).

Trastornos de comunicación DSM-IV-TR


√ Trastorno del lenguaje expresivo.
√ Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo.
√ Trastorno fonológico.
√ Tartamudeo.
√ Trastorno de la comunicación no identificado.

Los dos primeros guardan mucha similitud con la división de disfasia evolutiva ex-
presiva y disfasia evolutiva receptiva:

√ Trastorno del lenguaje expresivo: se caracteriza por una deficiencia del desarro-
llo del lenguaje expresivo. Las características lingüísticas del trastorno varían en
función de su gravedad y de la edad del niño. Se caracteriza por:
√ Un habla limitada cuantitativamente.
√ Gama reducida de vocabulario.
√ Dificultad para la adquisición de palabras nuevas.
√ Errores de vocabulario o de evocación de palabras.
√ Frases excesivamente cortas.
√ Limitación en la variedad de estructuras gramaticales.
√ Limitación en la variedad de tipos de frases.
√ Omisión de partes de la oración.
√ Orden inusual de palabras en la frase.
√ Desarrollo del lenguaje lento.

Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo: Se caracteriza por una alteración


tanto del desarrollo del lenguaje receptivo como del expresivo.
Las características lingüísticas son similares a las del trastorno del lenguaje expre-
sivo:
√ Vocabulario limitado.
√ Errores en los tiempos verbales.
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√ 
Dificultad para recordar palabras o producir frases de longitud o complejidad
propias de su edad evolutiva.
√ Dificultad general para expresar ideas.
torio Anotaciones

Dificultades en el desarrollo del lenguaje perceptivo: Dificultad para comprender


palabras, frases o tipo específico de palabras, como por ejemplo, términos espacia-
les.
En los casos más graves se pueden observar alteraciones múltiples, que incluyen
la incapacidad para comprender el vocabulario básico o frases simples, así como
déficit en distintas áreas del procesamiento auditivo.

Disfasia infantil adquirida


√ 
Representa un porcentaje muy pequeño de casos en niños en comparación con
la disfasia evolutiva.
√ 
Este tipo de trastorno supone una pérdida del lenguaje ya adquirido, ya sea por
lesión cerebral o por pérdida progresiva concomitante a la aparición de un tras-
torno convulsivo.
Como se trata de lenguaje ya adquirido cuando se produce la lesión, la edad de 3
años puede considerarse límite inferior; y aunque no hay límite superior preciso,
cabe decir que a partir de los 10 años se parecen cada vez más al del adulto. Entre
los 3 y los 10 años de edad las lesiones cerebrales pueden producir disfasia, pero la
recuperación tiene lugar con el tiempo porque el hemisferio intacto puede asumir
las funciones del lenguaje; las lesiones ocurridas después de los 10 años producirían
trastornos del lenguaje parecidos a los del adulto, porque el hemisferio intacto se
vuelve cada vez más especializado y menos capaz de adaptarse y reorganizarse.
√ 
Puede aparecer disfasia adquirida en relación con cierto tipo de crisis epilépti-
cas. Las edades en que aparecen picos por elevación en la tasa de aparición son
los 2 años de edad y la pubertad. En relación con el lenguaje, aparece afectada
tanto la comprensión como la expresión, variando considerablemente la apari-
ción, curso y recuperación.

Dislalias infantiles, retraso simple del lenguaje y del habla


El DSM-IV-TR incluye dentro de los trastornos de la comunicación el trastorno
fonológico y lo define según los criterios siguientes:
√ 
Incapacidad para utilizar los sonidos del habla esperables evolutivamente y pro-
pios de la edad e idioma del sujeto (p.ej. errores de la producción de los sonidos
del hablar, utilización, representación u organización de los sonidos tales como
sustituciones de un sonido por otro).
√ 
Las deficiencias de la producción de los sonidos del habla interfieren el rendi-
miento académico o laboral, o la comunicación social.
√ 
Si hay un retraso mental, u déficit sensorial o motor del habla, o una privación
ambiental, las deficiencias del habla exceden de las habitualmente asociadas a
estos problemas.
√ 
Aunque no se cita directamente se pueden relacionar con el trastorno fonológi-
co trastornos del lenguaje como:

Dislalia: Dificultad para articular fonemas, sílabas o palabras. Puede ser debida a al-
teraciones orgánicas (labio leporino, macroglosia, fisura palatina, rinolalia, déficit
auditivos) o funcionales. Estas últimas son las más frecuentes.

Disartria: Dificultad de la articulación y expresión del habla, debido a trastornos


del tono y del movimiento de los músculos que controlan la articulación y que son
consecuencia de lesiones del sistema nervioso (central y periférico).

Específicamente se las conoce como dislalias, y se les añade el término “funcional”


para diferenciarles de las dislalias orgánicas, es decir, de los trastornos de articula-
ción que pueden sobrevenir por malformaciones orgánicas.
√ 
Evolutivamente, es a partir de los cuatro años cuando se considera que estas
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dificultades deben ser abordadas mediante un tratamiento adecuado, ya que el
proceso normal de desarrollo del habla en los niños no está exento de este tipo
de dificultades, aunque con la prác-tica tienden a desaparecer.
√ 
No todos los problemas de articulación se reducen a las dislalias; es posible Recordatorio
en- Anotaciones

contrar niños mayores de 4 años que “hablan mucho, pero apenas se le entiende
nada” y sin embargo de forma aislada logran pronunciar casi todos los fonemas
y sílabas correctamente. Este tipo de problemas de índole fonológica que afec-
tan a algunas partes.

Desarrollo simple del lenguaje y del habla


√ 
Retraso simple del lenguaje: es un trastorno del lenguaje de tipo evolutivo con
desfase cronológico. Son niños que no presentan alteraciones intelectuales, re-
lacionales, sensoriales, motrices, emocionales y sociales.

Afecta a más de un módulo del lenguaje siendo la fonología y la sintaxis los más
afectados:
√ La capacidad de comprensión es mejor que la de expresión.
√ Realizan muchas simplificaciones fonológicas.
√ 
Presentan una gramática primitiva con muchas hiperregulaciones, suelen utili-
zar una jerga, hay un escaso uso de formas verbales, reducción de las preposicio-
nes, reducción de nexos.
√ En la semántica hay un retraso léxico.
√ 
La pragmática en general no está afectada de forma primaria, pero sí hay una
presencia de una expresión gestual aumentada.
√ Las funciones lingüísticas suelen ser pobres
√ 
Retraso simple del habla: es la ausencia de presentación del habla en la edad
usual, sin causa patológica manifiesta.

Existe una gran disparidad de opiniones a la hora de señalar la edad precisa a partir
de la cual se considera que el niño presenta un retraso significativo en la aparición
del habla. (se aceptan los 3 años).

Hay que tener en cuenta que los niños con retraso simple del habla
√ 
Presentan un nivel intelectual acorde con su edad cronológica, según las prue-
bas de desarrollo con las que se les evalúa. No se constatan déficit auditivos ni
psicomotores.
√ 
Su comprensión del lenguaje suele estar acorde con lo esperado a su edad cro-
nológica.
√ 
Pueden expresarse correctamente mediante gestos, a través de los cuales se co-
munican con los que le rodean, y asimismo los utilizan para conseguir las cosas
que necesitan y desean.
Otra diferenciación importante es la diferenciación entre retraso simple del habla y
disfasia evolutiva. El retraso simple a fin de cuentas es un retraso del habla, mientras
que la disfasia evolutiva es un retraso de todo el lenguaje.
Sin embargo, la distinción con la disfasia evolutiva de tipo expresivo es más difícil
de establecer, remarcándose la mayor dificultad comunicativa que suelen tener los
niños disfásicos.

Tartamudez
√ 
Autores del modelo médico prefieren el vocablo disfemia para referirse a tras-
torno y disfémico para el sujeto en cuestión, eliminando así la carga irónica y
negativa que a veces connota la palabra tartamudeo.
√ La tartamudez es uno de los trastornos del habla más frecuente.
√ 
Básicamente incide den la fluidez lingüística y en el ritmo y tiempo del habla,
que al estar alterados dificultan las posibilidades de comunicación del sujeto.
No es una alteración de la competencia lingüística, sino de la actuación lingüís-
tica del individuo.
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√ 
Desde una perspectiva lingüística la tartamudez es un trastorno esencialmente
prosódico, es decir, se observan en casi todos los tartamudos una alteración de la
dinámica de los fenómenos paralingüísticos prosódicos de acento y entonación.
torio Anotaciones

DSM-IV: Criterios para el diagnóstico de la tartamudez:


Alteración de la fluidez y la organización temporal normales del habla (adecuadas
para la edad del sujeto), caracterizada por ocurrencias frecuentes de los siguientes
fenómenos:
√ Repeticiones de sonidos y sílabas.
√ Prolongaciones de sonidos.
√ Palabras fragmentadas.
√ Bloqueos audibles o silenciosos (pausas en el habla).
√ Circunloquios (sustituciones de palabras para evitar palabras problemáticas)
√ Palabras producidas con un exceso de tensión física.
√ Repeticiones de palabras monosilábicas.
√ 
La alteración de la fluidez interfiere el remordimiento académico o laboral, o la
comunicación social.
√ 
Si hay un déficit sensorial o motor del habla, las deficiencias del habla son supe-
riores a las habitualmente asociadas a estos problemas.

Cuatro componentes de la tartamudez:


• V
 erbal-motor: Consiste en una interrupción en la fluidez del habla caracteriza-
da por repeticiones audibles y “no audibles”, prolongaciones de los elementos
del habla tales como sonidos, sílabas, palabras y frases. Pueden ocurrir también
otras clases de interrupciones, como los bloqueos y pausas. Por lo general no
son fáciles de controlar. Además, las interrupciones en la fluidez del habla pue-
den acompañarse de otras actividades motoras de los órganos del habla y otras
actividades motoras de los órganos del habla y otras partes del cuerpo (balbis-
mos).
• E
 mocional: Estado emocional que puede variar de una condición general de
excitación y tensión a emociones negativas como miedo, ansiedad, vergüenza o
sentimiento de inferioridad. Estas emociones específicas pueden acompañarse
de reacciones fisiológicas fuertes como tensión muscular, tasa cardíaca elevada,
tasa respiratoria baja, etc.
• C
 ognitiva: La autoestima de la persona con problemas de tartamudez disminuye
y llega a considerarse a sí mismo como incapacitado para relacionarse con los
demás.
• C
 omunicativo: Se caracteriza por una interacción comunicativa alterada entre el
tartamudo y los que le escuchan a nivel, emocional y de relación.

La tartamudez o disfemia puede presentar diversas formas que se han clasificado se-
gún diversos criterios (uno de los más conocidos es en función de la fluidez) según
los tipos de espasmos o bloqueos que presenta el sujeto:

• D
 isfemia tónica: El espasmo se produce al iniciar el discurso; es un bloqueo in-
tenso que el sujeto vence por la fuerza; momentos después ya puede expresarse.
Se manifiesta por contracciones de relativa duración y que determinan cierta
rigidez e intermitentes sacudidas en algún nivel de los órganos de fonación.
• D
 isfemia clónica: Son pequeños espasmos o contracciones musculares que pro-
vocan en la emisión la repetición de uno o varios fonemas o sílabas al comienzo
o en el curso de la frase.
• D
 isfemia mixta: Cuando la tartamudez es severa pueden observarse espasmos
tónicos y clónicos a la vez durante el discurso.

Fases de la tartamudez:
√ 
Tartamudez primaria: Comprende la fase I, y se caracteriza por repeticiones
cortas sin tensión ante presión ambiental (se dan en torno a los 3 años).
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√ Tartamudez transicional: Aglutina las fases II y III.:
√ 
La fase II se caracteriza por repeticiones más rápidas que en la fase I con prolon-
gaciones en toda posición, conciencia esporádica del problema, e interés por la
comunicación (se da en torno a los 4 años). Recordatorio Anotaciones

√ 
En la fase III se dan más repeticiones en cada bloqueo, aumento de tensión mus-
cular, progresivo aumento de conciencia y frustración sin evitación, y estrategias
de solución (en torno a los 5 años).
√ 
Tartamudez secundaria: Engloba la fase IV, en la que ya hay ansiedad y evitación
de hablar, de personas, de situaciones, etc., aparición de tics y otros movimien-
tos compensatorios. Es decir, todo el cuadro de la tartamudez está consolidado.

En función de la duración del trastorno se ha distinguido:


√ Disfemia evolutiva (inicio entre 3 y 5 años con remisión a los pocos meses).
√ Disfemia benigna (inicio sobre los 7 años; dura dos o tres años)
√ 
Disfemia persistente (cuadro disfémico que empieza entre los 3 y 8 años y se
cronifica).
√ 
A nivel diagnóstico diferencial no se debe confundir la disfemia con la taquife-
mia ni con la disartria.
√ 
La taquifemia (o farfulleo) es una alteración del habla que se caracteriza por la
rapidez excesiva de la palabra, la omisión de las sílabas o sonidos y la articula-
ción imprecisa de los fonemas.
√ 
La disartria es un trastorno de la articulación producto de alguna lesión en el
sistema nervioso que como consecuencia provoca alteraciones en el tono o mo-
vimientos de los músculos fonadores.
Diagrama Objetivos Inicio

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LECTURA SELECCIONADA N.° 1


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Trastornos del contenido del pensamiento


Las alteraciones del contenido del pensamiento no puedes hacer referencia a otra
cosa que
Recordatorio no sea la verdad o falsedad de sus contenidos. El pensamiento se expresa
Anotaciones
en juicios, y estos pueden ser verdaderos o falsos. Para considerar los trastornos del
contenido del pensamiento hay que tener en cuenta las actitudes mentales que los
pacientes adoptan hacia sus juicios; esto es lo que resulta patológico muchas veces.
Se incluye en estos la falta de adecuación del pensamiento a la realidad. El pensa-
miento es la actividad superior del hombre en el sentido que se puede concretar su
actividad superior del hombre en el sentido que puede concretar su actividad en
juicios verdaderos. Un juicio es verdadero en la medida que se adecue a la realidad.
Aunque estos conceptos son extremadamente imprecisos, sirven para agrupar la
siguiente patología:

Delirio o Delusión:
Es una falsa creencia, no es compatible con la inteligencia del paciente y su base cul-
tural, no puede corregirse mediante razonamientos lógicos. Dentro del delirio se
pueden encontrar los de persecución, grandeza, referencia, autoacusación, infide-
lidad, paranoides, hipocondríacos, eróticos, religiosos, nobleza, abolengo, peque-
ñez, entre otros. Se da este nombre a la actividad intelectual cuyo contenido está
integrado por error morbosamente engendrado e incorregible por la influencia
psíquica directa (razonamiento, demostración experimental del error, sugestión,
etc.).
Los delirios son pues juicios falsos incorregibles; se caracteriza por su convicción y
certeza subjetiva incomparable, no se modifican con la experiencia, ni por la impo-
sibilidad de su contenido. Son inmodificables a todo tipo de razonamiento, aunque
resulten completamente absurdas para el interlocutor.
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Las ideas comprometidas en situaciones emocionales, a veces suceden que los jui-
cios falsos son comprensibles como consecuencia de una situación emocional de-
terminada. En estos casos se habla de ideas deliroides; son las que se producen
torio Anotaciones
en las fases depresivas de las psicosis maniacodepresivas. Estos juicios falsos son
comprensibles sí se tiene en cuenta el estado afectivo de los pacientes, no son com-
pletamente incorregibles y cuando el paciente cura de su depresión o de su manía
desaparecen.
Se conocen con el nombre de ideas delirantes a los juicios patológicamente falsea-
dos, estas ideas se caracterizan por su convicción y certeza subjetiva e incomparable
porque no se modifican por la experiencia y por la imposibilidad de su contendido,
estos juicios erróneos incorregibles han sido minuciosamente estudiados y analiza-
dos, pues se corresponden con lo que habitualmente se venía considerando la for-
ma de pensar de una persona loca, alienada, trastornada, etc. Teniendo en cuenta
el origen de estas ideas falsas, podemos considerar unas, como siendo el resultado
de lesiones somáticas, otras como comprometidas en situaciones emocionales anor-
males, y unas terceras, las ideas delirantes propiamente dichas; las cuales se presen-
tan en las psicosis de base orgánica crónica, que cursan con procesos demenciales,
también en los procesos degenerativos seniles en los cuales piensan que les quieren
robar o hacer daño. En todas estas ideas delirantes podemos explicar el contenido
propio de los juicios falsos y hemos de interpretarlo según la personalidad del
paciente. Las representaciones delirantes, son representaciones correctamente he-
chas pero erróneamente interpretadas, se prefiere hablar más bien de ocurrencias
delirantes, puesto que el esquizofrénico vive los significados falsos, no en la repre-
sentación, sino como una idea que incomprensiblemente se la impone.
Algunos de los delirios o delusiones más frecuentemente presentes en los procesos
psicopatológicos, son:

Delirio de grandeza: Este tipo de delirio surge de insatisfacciones de inferioridad,


de inseguridad por parte del sujeto que lo lleva a imaginar justamente lo contrario a
lo que él siente, constituyendo una defensa a su sentimiento de inferioridad frente
a los demás. Si el paciente se siente seguro, fute, valiente, claro de una forma exage-
rada, es esto justamente una construcción de su imaginación a su gran inseguridad.

Delirio de autoacusación: El sujeto desarrolla sentimientos de culpa, sobre todo en-


juicia mucho su comportamiento viendo sólo el lado negativo. Parece ser que este
sentimiento de culpa tiene su origen cuando se debilita la represión de las inclina-
ciones y los deseos inaceptables. Estos sentimientos son aliviados por el autocastigo
psíquico y en ocasiones hasta físico que el paciente se impone.

Delirio de persecución: Este tipo de delirio se presenta por lo general en los psi-
cóticos graves. La autoinsatisfacción del sujeto puede llevarlo a cierta hostilidad
con su medio, y pensar que lo quieren agredir o hacer daño. Las actitudes hostiles
que revela el paciente no son sino sus propias inclinaciones, el enfermo atribuye a
los demás una actitud hostil hacia él; los fracasos, las derrotas, que no quieren ser
aceptadas por los sujetos muchas veces generan en ellos un pensamiento de que
los demás le quieren hace daño, lo persiguen, le desean algún mal, etc. Estas falsas
percepciones posibilitan a aliviar el sentimiento de culpa o hacer que el individuo
no enfrente su realidad. Este tipo de pacientes pueden desarrollar también una
exagerada confianza en sí mismos. Generalmente se presenta en individuos que
han tenido una niñez muy pobre de cariño, muy criticados, incapaces de tener
relaciones de amistades con algún par.

Ideas de referencia: Estas ideas se refieren a cualquier tipo de comentario de estas


personas y sobre cualquier tema, que el paciente asimila como si fuesen críticas
en contra de su persona. Se presenta mucho en el caso de los paranoides, en la
depresión pueden darse también estas ideas debido al fuerte sentimiento de culpa.

Delirio depresivo: Se refiere a una depresión afectiva racionalizada. Esta se presen-


ta muchas veces en forma de ideas de culpabilidad, enfermedad o pobreza. Cual-
quier aspecto o situación que lleve al paciente a pensar que no es aceptado por su
grupo, puede conducirlo a una depresión.
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Hay 3 tipos patogénicos de actividad delirante:
El producido por la alteración primaria de los datos inmediatos de la conciencia:
Según que estos hagan referencia al mundo objetivo o al mundo subjetivo, tendre-
mos el denominado delirio sensorial de tipo alucinatorio, polimorfo y característi-
Recordatorio Anotaciones

co de los cuadros tóxicos infecciosos, o el delirio cenestésico propio de las psicosis


endógenas y expresados en formas hipocondríacas, melancólicas, de negación, de
posesión, de influencia y cenestopáticas.

El producido por la alteración secundaria del juicio lógico: bajo la influencia de


una tendencia efectiva muy intensa. Es el prototipo del denominado delirio inter-
pretativo, construido en base de racionalizaciones y proyecciones. Perfectamente se
observa en todos los cuadros paranoides y en las denominadas psicosis pasionales.
El producido por un proceso que ataca directamente a la estructura funcional del
pensa-miento: destruyendo las conexiones de integraciones significativas desorga-
nizando directa-mente la elaboración de los juicios y sustituyendo progresivamen-
te a la actividad intelectual unitaria, coherente, sistemática, lógica, automática y
comprensible. Se observa en la clínica en los cuadros demenciales y en las formas
avanzadas de esquizofrenia.
Estas tres patologías no se excluyen sino se complementan y en muchos cuadros
pueden intervenir conjuntamente.

Ideas sobrevaloradas: Son todos los pensamientos que están dotados de una temá-
tica afectiva tan extrema que termina por falsearlos. Son pensamientos o grupos de
pensamien-tos, que alcanzan una cierta predominancia sobre los demás, debido a
su tonalidad afectiva y a la disminución del sentido crítico del sujeto. Conservan
esta predominación de un modo duradera; por ejemplo, en cierta ocasión pueden
sobrevalorar la importancia de un equipo de futbol o de su posición política o
religiosa.
La idea sobrevalorada se caracteriza porque el individuo la vive intensamente y la
rodea de toda suerte de afectos y pasiones, vuelve una y otra vez sobre el tema y
termina por cansar a sus amistades. No son incorregibles al razonamiento, pero
una vez corregidos, al poco tiempo se puede observar al sujeto que defiende con
parecida pasión a las mismas ideas. Las ideas sobrevaloradas son representaciones
unilaterales en las que el componente subjetivo toma una parte muy importante
en su construcción y desarrollo. En muchos casos estas ideas no son el producto de
una actividad individual, sino colectiva. Estas ideas concretan necesidades de los
individuos que forman el grupo en cuestión, en otras ocasiones tienen un carácter
más individual.

Tendencias e ideas predeterminadas:


El pensamiento no se desarrolla de una manera puramente racional, éste se re-
lación de un modo muy intenso con la afectividad del sujeto, es por ello que el
pensamiento puede orientarse a un tópico especial; en el supuesto que una idea ya
no esté determinada por el aspecto lógico, sino más bien controlada por un tono
afectivo muy intenso, entonces se habla la idea predeterminada, cuando el hombre
se deja dominar por una idea y está ha adquirido una sobrevaloración para él mis-
mo, que pensará y actuará sólo en función de este pensamiento.

Ideacción parásita:
Hace referencia a la evocación de imágenes y vivencias largamente olvidadas, la re-
petición de jaculatorias, la revelación de acontecimientos sensacionales, etc. Como
en los trastornos del pensamiento psicótico, éstos están cargados de un sentido me-
siánico, piden de por sí, inmediatamente, a pesar de su extrañeza, la constitución
de un mundo específico.

Tendencia o preocupación del pensamiento:


Es la concentración del contenido del pensamiento sobre una idea particular, aso-
ciado con un intenso tono afectivo; entre los que tenemos al pensamiento obsesivo,
al fóbico, al hipocondríaco como los más frecuentes.
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Trastornos del pensamiento relacionados a la vivencia del Yo:
Eco del pensamiento:
Es la alteración cualitativa de los procesos del pensamiento, no susceptible de des-
torio Anotaciones cripción más generalizada. También se le conoce como difusión del pensamiento.
Es la vivencia del esquizofrénico en que su pensamiento no transcurre normalmen-
te, de una forma silenciosa, si no está dotado de una especie de eco, este eco pue-
de manifestarse igualmente en la lec-tura y escritura, otras veces el pensamiento
parece ser oído por el propio paciente, entonces se habla de pensamiento sonoro
o difusión del pensamiento. La forma habitual en la cual el paciente refiere este he-
cho es: “oigo mis pensamientos; pienso en voz alta; mis pensamientos tienen voz”.

Robo del pensamiento: EL enfermo siente con frecuencia que sus pensamientos
y senti-mientos son compartidos por otros; siente que otras personas le quitan sus
pensamientos; esta sensación que tiene el paciente esquizofrénico de que cuando
está desarrollando alguna idea, de pronto esta idea de su pensamiento desaparece,
en virtud que ha sido robado. Ellos tienen exactamente la vivencia de que sus ideas
y pensamientos les son robados. Re-lacionados al robo del pensamiento están tam-
bién, las vivencias de que sus pensamientos son inmediatamente conocidos por los
demás, también estas vivencias se corresponderían con una materialización de los
pensamientos.

Intervención del pensamiento:


Los pensamientos no le pertenecen tan sólo a él mismo, sino de estos pensamientos
partici-pan también otras personas, e incluso todo el vecindario, toda la ciudad,
todo el mundo sabe lo que el paciente esquizofrénico piensa.
Cualquiera de ellas o todas juntas, son consideradas por algunos clínicos como
suficientes para hacer el diagnóstico de esquizofrenia.

La exploración:
La exploración del pensamiento se da a través del dialogo, el pensamiento encuen-
tra su forma expresiva en el lenguaje no sólo hablado sino escrito y estético. Lo cual
conlleva a la observación de dichas manifestaciones.
Es afectivo escuchar al sujeto, demostrando un verdadero interés, escuchando con
atención y realizando preguntas con sistemas, hasta guiar al sujeto a decir lo que en
ocasiones quiere calla o decir algo de lo que tiene clara conciencia. Es importante
también dejar que el sujeto se exprese con libertad, pues en muchas ocasiones es
allí donde se evidenciará su patología.

Diagrama Objetivos Inicio

ACTIVIDAD N.° 3
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TEMA N.º 3: ALTERACIONES DE LA AFECTIVIDAD

1 CARACTERÍSTICAS, SIGNOS SÍNTOMAS Recordatorio Anotaciones

Lo afectivo se siente mejor que se explica, por ello hay numerosos autores que la
explican como aquel sector del psiquismo que queda excluido todo lo intelectual.
Se divide en 2 áreas: una que comprende el estado de ánimo o humor básico y otra
conformad por los procesos afectivos y sean emociones o tendencias /motivaciones.

A) Humor básico
Representa el sector estable de la afectividad que experimentamos en forma de
sentimientos. Estos pueden ser vitales, anímicos o mundanos. Son el eco de nuestro
estado de ánimo básico.

a. Sentimientos vitales: traducción íntima de nuestro estado corporal. Oscilan


entre 2 polos, si están elevados tienden hacia la alegría/euforia; si están bajos
tienden hacia la tristeza/melancolía. Lo alegre es una plenitud vital y ligereza al
vivir, están abiertos al mundo que parece lleno de sentido de, al contrario que el
futuro. En la tristeza hay oscuridad interior, intimidad y vivencia de pobreza vi-
tal. Se tiende a cerrar todo contacto con el mundo que parece vacío de sentido.
b. Sentimientos anímicos: se caracterizan por vivencias de cómo se enfrenta y se
relaciona la persona. Se califican como la confianza en uno mismo. Pueden ser
de 2 tipos:

- D
 el propio poder (lucha por la propia existencia, conservación de la vida) que
pueden estar:
- Aumentados, ESTÉRICOS, se enfrenta con ánimo, planeando deci-diendo sin
temor,
- Disminuidos, ASTÉNICOS, temen al destino, huyen de la dificultades.
- D
 el propio valer, hacen eco de la dignidad de cada uno, están en relación con
la conciencia de uno mismo. Oscila entre 2 polos; elevación o descenso de esos
sentimientos, es decir, plusvalía o minusvalía.

c. L
 os sentimientos mundanos o cósmicos responden al porqué de estar en este
mundo. Se relacionan con la vivencia de mundo que le rodea. El mundo puede
no tener significado para él. Oscilan entre 2 polos: elevados y descendidos: opti-
mismo, el mundo le parece lleno de esperanzas.
√ pesimismo, le parece ausente de cosas buenas.
√ Nihilismo, se califica como la radical negación de sentido del mundo.

En relación al humor básico clasificamos a las personas en 2 grupos:


Ciclotínicos: humor básico oscilante (tristeza alternada con alegría). Si están alegres
se les llama sintónicos, son adaptables, realistas. Si están tristes, todo lo contrario.
Si se les compensa psíquicamente, hacen trastorno de psicosis maniacodepresiva.

Esquizotínicos: humor básico estable, pero con un núcleo hipersensible que puede
estallar súbitamente creando una tormenta afectiva difícil de explicar debido a su
aparente neutralidad afectiva. Su conducta es fría y retraída. Se les llama atónicos,
con atonía afectiva con los demás, mala capacidad de adaptación, tienden a dis-
tanciarse y refugiarse en su interior (introvertido o autístico). Si se les compensa
emocionalmente hacen trastorno de esquizo-frenia.

B) Procesos afectivos: Emociones y tendencias/motivaciones.


Emociones: Procesos afectivos que acontecen en presente. Son fenómenos difusos
y fugaces. Difíciles de describir. Pueden observarse porque hay respuesta corporal.
Se apoyan en algo exterior (a veces se llaman shocks), tienen expresión somática y
visceral, presentan bipolaridad (satisfacción/desagrado) y determinan la dirección
de la tendencias.
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Desencadenan 3 efectos distintos
Respuestas inmediatas o automáticas: son siempre consecuentes a una determina-
da situación emocional. Se conocen mejor aquellas que siguen a situaciones desa-
torio Anotaciones gradables. Suelen ser reacciones urgentes que hacen frente a una situación emocio-
nal amenazante. Pueden ser de 3 tipos:

Efecto sorpresa: respuesta a un estímulo emocional inesperado, tiene respuesta so-


mática corta (medio segundo). Consiste en contracción muscular de la parte poste-
rior del cuello, propulsión de brazos y aumento del parpadeo. Es una preparación
para la si-guiente respuesta: miedo/cólera.

Miedo/cólera: suele seguir al efecto sorpresa. A veces predomina la cólera con
agresividad añadida. Otras surge el miedo, traducido en huída o alejamiento del
estímulo desagradable o quedarse paralizado en el sitio.

Síncope: surge como consecuencia de un estímulo muy intenso. Se manifiesta con


debilidad muscular, sudoración, náuseas y bostezo, oscurecimiento de la vista, pue-
de llegar la inconsciencia y al descontrol de esfínteres.

Respuestas secundarias: son la expresión del intento de recuperación del organis-


mo después del gasto de la respuesta inmediata. Se manifiesta con apatía, pasividad,
depresión y cansancio.

Efectos persistentes: producidos por las emociones. Reflejan la lucha del organis-
mo contra los efectos secundarios. Son como hábitos emocionales que tratan de
prolongar los efectos de una sensación agradable o de suprimir los de una desa-
gradable.

Tendencias/Motivaciones: Fuerzas impulsoras que apuntan hacia un fin desconoci-


do, le determinan en la vida.

2 TIPOS DE TENDENCIAS
Tendencias de la existencia: aquellas de que es un ser vivo.Llamadas también impul-
sos vitales: t. a la actividad, t. sexual, t. al placer.

Tendencias del yo individual: en cuanto a individuo, le facilitan la lucha por la


existencia. Son la t. al egoismo, hacia el poder, hacia la notoriedad, hacia la autoes-
timación, hacia un nivel de aspiraciones, hacia la venganza.

Tendencias transitivas: transcienden lo limites del yo. Son por ejemplo las dirigidas
al prójimo, a lo supraindividual (crear, buscar la verdad, saber, amar), las dirigidas a
lo absoluto (nacen de la necesidad del hombre de buscar la relatividad y fugacidad
del yo y de lo que te rodea: artística, metafísica, religiosa).

Trastornos de la afectividad: antes de estudiar los trastornos esa importante definir


angustia:
√ Angustia normal: depende de la situación del hombre en el mundo. Se angustia
porque está entre 2 polos: nacimiento y muerte que nadie puede elegir libre-
mente. Además a lo largo de la vida estamos obligados a elegir posibilidades de
vida, de acertar en esas decisiones, de cumplir con la responsabilidades,..Sirve
para autentificar la existencia del hombre.

√ Angustia patológica: Impide o reduce la posibilidad de una existencia auténtica.


Surge ante cualquier amenaza a la existencia: vida, integridad física, seguridad
de la sociedad.
Hay que diferenciarla del miedo, ya que éste es una amenaza real y afectiva mien-
tras la angustia teme a lo desconocido.
También hay que diferenciarla de la ansiedad que se manifiesta con desasosiego
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interior y sensación de ahogo e inquietud y movilidad constante, hay aceleración
del tiempo vivido.
Todo esto, mientras la ansiedad es una vivencia de muerte y locura anticipadas que
se manifiesta por presión en el precordio y en la garganta y que sobrecoge e inmo-
Recordatorio Anotaciones

viliza al individuo existiendo lentificación en el tiempo que vive.


Desde el punto de vista clínico la angustia se manifiesta de forma aguda (crisis) o
crónica (estados de ansiedad):
Aguda o crisis parosísticas o ataques de pánico: síntomas intensos y cortos de la
angustia (de media hora hasta 2 horas).

Estado de ansiedad: síntomas permanentes, pero mucho más leves.

Tipos
Trastornos cuantitativos de la afectividad:
o Por exceso: Hipertimia placentera, euforia, manía y alegría
√ Hipertmia displacentera,tristeza y depresión.
√ Hipertimia mixta, ambas anteriores.
o Por defecto: Hipotimia
√ Atimia

Trastornos cualitativos de la afectividad:


Acedia: Estado de ánimo donde predomina la anestesia de los sentimientos, tienen
vacío de la vida.

Rigidez afectiva: Bloqueo de la afectividad. No pueden modificar su estado de áni-


mo, quedan fijos en una modalidad de estado a pesar de la intensidad de los estí-
mulos.

Labilidad afectiva: Extremo contrario a la rigidez, se dan variaciones del estado de


ánimo muy bruscas, muy intensas y duraderas, pero sin motivo.

Indiferencia afectiva o embotamiento afectivo: Muestran pérdida e indiferencia de


afecto hacia estímulos reales. Dejan de sentir cariño por sus hijos..., y se dan cuenta
de que es patológico.

Inversión de los afectos: Dicen que odian a aquella a los que deberían querer y
aquel viceversa.

Paratimia: Afecto paradójico o inadecuación afectiva, ya que sus emociones no se


ajustan al contenido de lo que expresan (“contar que le han torturado mientras se
está riendo”).

Ambivalencia afectiva: Coexistencia de impulsos impuestos hacia el mismo estímu-


lo y a la vez. (“amar y odiar a una persona”).

Deformación catatínica: De la realidad como consecuencia de su estado afectivo.


“verlo todo de color de rosa o todo oscuro”.

Perplejidad: Estado de desconcierto, indecisión y asombro.


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TEMA N.º 4: TRASTORNOS DEPRESIVOS

torio Anotaciones
1 DEPRESIÓN, CLASIFICACIÓN, FACTORES DE RIESGO
Los trastornos del estado de ánimo son una categoría de los problemas de la salud
mental que incluye todos los tipos de depresión y el trastorno bipolar. Los trastor-
nos del estado de ánimo a veces son llamados trastornos afectivos.
Durante la década de los ochenta, los profesionales de la salud mental comenzaron
a reconocer los síntomas de los trastornos del estado de ánimo en niños y adoles-
centes, así como en adultos. Sin embargo, los niños y adolescentes no necesaria-
mente experimentan o exhiben los mismos síntomas que los adultos. Es más difícil
diagnosticar los trastornos del estado de ánimo en los niños, especialmente porque
ellos no siempre son capaces de expresar cómo se sienten.
Hoy en día, los médicos e investigadores creen que los trastornos del estado de
ánimo en los niños y adolescentes siguen siendo uno de los problemas de la salud
mental que se diagnostica con menos frecuencia. A cualquier edad, los trastornos
del estado de ánimo hacen que las personas corran mayor riesgo de sufrir otras
condiciones que pueden persistir después de la resolución de los episodios iniciales
de depresión.
La causa de los trastornos del estado de ánimo no se conoce con precisión. Existen
unas sustancias químicas en el cerebro, llamadas endorfinas, que son responsables
de los estados de ánimo positivos. Otras sustancias químicas del cerebro, llamadas
neurotransmisores, regulan las endorfinas. Probablemente, la depresión (y otros
trastornos de los estados de ánimo) sea causada por un desequilibrio químico en el
cerebro. Los acontecimientos de la vida (como los cambios no deseados) también
pueden contribuir a un estado de ánimo deprimido.
Los trastornos afectivos suelen presentarse dentro del mismo grupo familiar y se
considera que son de herencia multifactorial. "Herencia multifactorial" significa
que depende de "muchos factores". Por lo general, los factores son tanto genéti-
cos como ambientales; la combinación de los genes de ambos padres, sumada a
factores ambientales desconocidos, produce el rasgo o la condición. A menudo un
sexo (el masculino o el femenino) suele estar afectado más frecuentemente que el
otro en cuanto a los rasgos multifactoriales. Parece haber un umbral de expresión
diferente, lo que significa que un sexo tiene mayor probabilidad de mostrar el pro-
blema que el otro.
Cualquiera puede sentirse triste o deprimido a veces. Sin embargo, los trastornos
del estado de ánimo son más intensos y más difíciles de controlar que los senti-
mientos de tristeza normales. Los niños, los adolescentes o los adultos que tienen
el padre o la madre que sufre un trastorno del estado de ánimo tienen mayores
posibilidades de sufrir un trastorno del estado de ánimo. Sin embargo, los aconteci-
mientos de la vida y el estrés pueden exponer o exagerar los sentimientos de tristeza
o depresión, haciendo más difícil el control de los sentimientos.
A veces, los problemas cotidianos pueden desencadenar una depresión. El despido
del tra-bajo, un divorcio, la pérdida de un ser querido, la muerte de un familiar y
los problemas financieros, entre otras cosas, son situaciones difíciles que pueden
generar una presión difícil de sobrellevar. Estos acontecimientos de la vida y el es-
trés pueden acarrear sentimientos de tristeza o depresión o dificultar el control de
un trastorno del estado de ánimo.
La posibilidad de padecer depresión en las mujeres en la población general es casi
el doble (12 por ciento) que en los hombres (6.6 por ciento). Una vez que una
persona de la familia recibe el diagnóstico, aumenta la probabilidad de que los
hermanos y los hijos reciban un diagnóstico similar. Además, los parientes de las
personas que tienen depresión también corren un riesgo más alto de sufrir el tras-
torno bipolar (síndrome maníaco depresivo).
La probabilidad de sufrir el síndrome maníaco depresivo (o trastorno bipolar) en
los hombres y mujeres de la población general es de alrededor del 1 por ciento.
Una vez que una persona de la familia recibe el diagnóstico, aumenta la probabi-
lidad de que los hermanos y los hijos reciban un diagnóstico similar. Además, los
parientes de las personas que tienen depresión maníaca también corren un riesgo
más alto de sufrir depresión.
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2 CUADROS CLÍNICOS
A continuación, se enumeran los tipos más comunes de los trastornos del estado
de ánimo:
Recordatorio Anotaciones

• D
 epresión grave - período de dos semanas de un estado de ánimo deprimido o
irritable o una marcada disminución en el interés o placer por las actividades
habituales, junto con otros signos de un trastorno del estado de ánimo.
• D
 istimia (trastorno distímico) - estado de ánimo crónico, bajo, deprimido o irri-
table que perdura por lo menos durante un año.
• S
 índrome maníaco depresivo (trastorno bipolar) por lo menos un episodio de
estado de ánimo deprimido o irritable y un período de un estado de ánimo ma-
níaco (persistentemente elevado).
• T
 rastorno del estado de ánimo debido a una condición médica general - muchas
enfermedades médicas (incluyendo el cáncer, lesiones, infecciones y enferme-
dades médicascrónicas) pueden desencadenar los síntomas de depresión.
• T
 rastorno del estado de ánimo producido por sustancias - síntomas de depre-
sión debidos a los efectos de la medicación, abuso de drogas, exposición a toxi-
nas u otras formas detratamiento.

Según la edad y el tipo de trastorno del estado de ánimo presente, una persona
puede mostrar diferentes síntomas de depresión. A continuación, se enumeran los
síntomas más comunes de un trastorno del estado de ánimo. Sin embargo, cada
individuo puede
Experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
• Sentimientos persistentes de tristeza.
• Sentimiento de desesperanza o desamparo.
• Baja autoestima.
• Sensación de ineptitud.
• Culpabilidad excesiva.
• Deseos de morir.
• P
 érdida de interés en actividades habituales o actividades que antes se disfruta-
ban.
• Dificultad en las relaciones.
• Perturbación del sueño (por ejemplo, insomnio, hipersomnio)
• Cambios del apetito o del peso.
• Disminución del movimiento.
• Dificultad para concentrarse.
• Disminución de la capacidad de tomar decisiones.
• Pensamientos suicidas o intentos de suicidio.
• M
 olestias físicas frecuentes (por ejemplo, dolor de cabeza, dolor de estómago,
fatiga).
• Intentos o amenazas de escaparse del hogar.
• Hipersensibilidad ante el fracaso o el rechazo.
• Irritabilidad, hostilidad, agresión.

En los trastornos del estado de ánimo, estos sentimientos son más intensos de lo
que un individuo normalmente puede sentir de vez en cuando. También es preo-
cupante si estos sentimientos se prolongan por un largo período o si interfieren
con el interés del individuo en la familia, los amigos, la comunidad o el trabajo.
Toda persona que exprese ideas de suicidio debe ser sometida a una evaluación
inmediatamente.
Los síntomas de los trastornos del estado de ánimo pueden parecerse a los de otras
condiciones o problemas psiquiátricos. Siempre consulte con su médico para el
diagnóstico.
Los trastornos del estado de ánimo son trastornos médicos reales. Un psiquiatra u
otro profesional de la salud mental normalmente diagnostican los trastornos del
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estado de ánimo a partir de una evaluación psiquiátrica completa.
Estadísticas acerca de los trastornos del estado de ánimo. El trastorno depresivo
grave puede desarrollarse a cualquier edad, pero la edad promedio de aparición es
torio Anotaciones alrededor de los 25 años.
La edad promedio de comienzo del primer episodio maníaco del trastorno bipolar
es alrededor de los 20 años. El trastorno distímico, que suele comenzar en la niñez,
adolescencia o en los primeros años de la edad adulta, afecta cada año a aproxima-
damente 10,9 millones de estadounidenses adultos.
Según el Instituto Nacional de la Salud Mental (National Institute of Mental Heal-
th, su sigla en inglés es NIMH), que forma parte de los Institutos Nacionales de la
Salud (National Institutes of Health, su sigla en inglés es NIH):
• L
 as investigaciones indican que la aparición de la depresión ocurre actualmente
a una edad más temprana que en las últimas décadas.

La depresión de aparición precoz suele persistir, volver a presentarse y continuar


en la adultez. La depresión en la juventud puede ser también un indicio de una
enfermedad más grave en la edad adulta.

La Depresión Grave
Visión general de la depresión: La depresión es un trastorno depresivo que afecta
al cuerpo, al estado de ánimo y a los pensamientos. Puede afectar o alterar radi-
calmente la alimentación, el sueño y la manera de pensar, pero no es lo mismo
que sentir tristeza o estar decaído, ni tampoco es indicio de debilidad personal ni
constituye un estado que pueda disiparse o modificarse a voluntad. Las personas
que sufren una enfermedad depresiva no pueden simplemente "recobrar el ánimo"
y reponerse. A menudo es necesario el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo
para la recuperación.

Existen tres tipos de depresión


Las depresiones pueden clasificarse en tres grupos principales; depresión grave
(depresión clínica); síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar) y distimia
(trastorno distímico)
La depresión grave, llamada depresión clínica o unipolar, es un tipo de trastorno
afectivo o del estado de ánimo que supera los altibajos cotidianos, convirtiéndose
en una seria condición médica y un importante tema preocupante de la salud en
Estados Unidos.
En la actualidad, la depresión grave se inicia a una edad más temprana que antes y
las mujeres tienen el doble de probabilidades de sufrirla que los hombres.

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la depresión grave.


Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los
síntomas pueden incluir:
• Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.
• Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
• Llanto excesivo.
• Mayor inquietud e irritabilidad.
• Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.
• Disminución de la energía.
• Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.
• Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.
• A
 lteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o
excesiva.
• Alteraciones en los hábitos del sueño.
• Aislamiento social.
• S
 íntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, do-
lor crónico, dolor de cabeza).
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Para un diagnóstico de depresión grave, el paciente debe haber manifestado por
lo menos cinco de estos síntomas simultáneamente durante el mismo período de
dos semanas. Los síntomas de la depresión grave pueden parecerse a los de otros
trastornos psiquiátricos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico. Recordatorio Anotaciones

Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condicio-


nes médicas, como cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos
psiquiátricos como el abuso de drogas y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en
las etapas iniciales son cruciales para la recuperación.
A menudo el diagnóstico se hace después de un examen psiquiátrico minucioso
y una historia médica realizados por un psiquiatra u otro profesional de la salud
mental.
El síndrome maníaco depresivo, conocido también con el nombre de trastorno bi-
polar, es un tipo de trastorno afectivo o del estado de ánimo que supera los altibajos
cotidianos, con-virtiéndose en una seria condición médica y un importante tema
preocupante de la salud en Estados Unidos. El síndrome maníaco depresivo se ca-
racteriza por episodios periódicos de gran júbilo, con ánimo eufórico o irritabilidad
(episodios que constituyen la fase maníaca) a los que se contraponen episodios
también periódicos de síntomas depresivos clásicos.
La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y
a los pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño
y la manera de pensar, pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni
tampoco es indicio de debilidad personal ni constituye un estado que pueda disi-
parse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una enfermedad depresiva
no pueden simplemente "recobrar el ánimo" y reponerse. A menudo es necesario
el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación.

Existen tres tipos de depresión que pueden clasificarse en tres grupos principales:
• Depresión grave (depresión clínica)
• Síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar)
• Distimia (trastorno distímico)

Cuando los síntomas se manifiestan antes de los 12 años, se los confunde a menudo
con el trastorno hiperactivo de déficit de atención (su sigla en inglés es ADHD), un
síndrome caracterizado por dificultades serias y persistentes que generan falta de
atención, distracción, impulsividad e hiperactividad.
El síndrome maníaco depresivo afecta por igual a hombres y mujeres (aunque las
mujeres son más propensas a la depresión que a la manía), y comienza a menudo
en la adolescencia o juventud. De hecho, la edad promedio de aparición de los
primeros episodios maníacos ronda los 20 años.
El síndrome maníaco depresivo suele manifestarse en miembros de una misma fa-
milia y se cree que en algunos casos se trata de una enfermedad hereditaria. Se
están llevando a cabo intensas investigaciones para identificar un gen que puede
ser responsable de este trastorno.

A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del síndrome maníaco


depresivo. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma di-
ferente.
Entre los síntomas depresivos podemos citar los siguientes:
• Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.
• Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
• Llanto excesivo.
• Mayor inquietud e irritabilidad.
• Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.
• Disminución de la energía.
• Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.
• Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.
• A
 lteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de Forma insuficiente o
excesiva.
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• Alteraciones en los hábitos del sueño.
• Aislamiento social.
• S
 íntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, do-
torio Anotaciones lor crónico, dolor de cabeza).

Entre los síntomas maníacos podemos citar los siguientes:


• Autoestima exagerada.
• Menor necesidad de descanso y de sueño.
• Mayor distracción e irritabilidad.
• Mayor agitación física.
• C
 ompromiso excesivo en actividades placenteras que pueden tener consecuen-
cias dolorosas, como conductas provocativas, agresivas o destructivas.
• Mayor locuacidad.
• Sentimientos de "excitación" o de euforia.
• Mayor deseo sexual.
• Mayor nivel de energía.
• Escaso sentido común en personas que lo tenían.
• Mayor negación de la realidad.

Para diagnosticar el síndrome maníaco depresivo, el individuo debe mostrar sínto-


mas de manía y de depresión en grado diverso según la gravedad del trastorno. Los
síntomas del síndrome maníaco depresivo pueden parecerse a los de otros trastor-
nos psiquiátricos.

Siempre consulte a su médico para el diagnóstico


La distimia, también llamada trastorno distímico, se define como un tipo de tras-
torno afectivo o del estado de ánimo que a menudo se parece a una forma de de-
presión grave (clínica) menos severa, pero más crónica. Sin embargo, las personas
que tienen distimia también pueden experimentar a veces episodios de depresión
grave.
La depresión es un trastorno depresivo que afecta al cuerpo, al estado de ánimo y
a los pensamientos. Puede afectar o alterar radicalmente la alimentación, el sueño
y la manera de pensar, pero no es lo mismo que sentir tristeza o estar decaído, ni
tampoco es indicio de debilidad personal ni constituye un estado que pueda disi-
parse o modificarse a voluntad. Las personas que sufren una enfermedad depresiva
no pueden simplemente "recobrar el ánimo" y reponerse. A menudo es necesario
el tratamiento que, a veces, es incluso decisivo para la recuperación.

Existen tres tipos de depresión que pueden clasificarse en tres grupos principales:
• Depresión grave (depresión clínica)
• Síndrome maníaco depresivo (trastorno bipolar)
• Distimia (trastorno distímico)

La distimia afecta a las mujeres con el doble de frecuencia que a los hombres. El
trastorno distímico afecta aproximadamente al 5,4 por ciento de los adultos esta-
dounidenses de 18 años de edad o mayores; es decir, a 10,9 millones de personas.
Según el Instituto Nacional de la Salud Mental (National Institute of Mental Heal-
th), cada año alrededor del 40 por ciento de los adultos que tienen un trastorno
distímico también cumplen los criterios de depresión grave o trastorno bipolar.
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes de la distimia, que son
menos severos pero más crónicos que los de la depresión grave. Sin embargo, cada
individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden
incluir:
• Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes.
• Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban.
• Llanto excesivo.
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Desarrollo
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• Mayor inquietud e irritabilidad.
• Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones.
• Disminución de la energía.
Recordatorio Anotaciones
• Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio.
• Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza.
• A
 lteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o
excesiva.
• Alteraciones en los hábitos del sueño.
• Aislamiento social.
• S
 íntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo,
dolor crónico, dolor de cabeza).

Para un diagnóstico de distimia, un adulto debe exhibir un estado de ánimo depri-


mido durante al menos dos años (un año en los niños y adolescentes), junto con
por lo menos otros dos síntomas de depresión (señalados arriba). Los síntomas de
la distimia pueden parecerse a los de otras condiciones psiquiátricas. Siempre con-
sulte a su médico para el diagnóstico.
Como se ha comprobado que a menudo la depresión coexiste con otras condicio-
nes médicas, como cardiopatía, cáncer o diabetes, y también con otros trastornos
psiquiátricos como el abuso de drogas y la ansiedad, el diagnóstico y tratamiento en
las etapas iniciales son cruciales para la recuperación. A menudo el diagnóstico se
hace después de un examen psiquiátrico minucioso y una historia médica realiza-
dos por un psiquiatra u otro profesional de la salud mental.
El Trastorno Afectivo Estacional (su sigla en inglés es SAD) es un trastorno del
estado de ánimo caracterizado por depresión en relación con una determinada
estación del año, especialmente el invierno. Sin embargo, el SAD no suele descri-
birse como un trastorno separado del estado de ánimo sino como una especie de
"indicador" que hace referencia al patrón estacional de los episodios de depresión
grave que pueden suscitarse dentro de la depresión grave y del síndrome maníaco
depresivo.
Normalmente aparece durante la etapa adulta (la edad promedio de aparición es
alrededor de los 23 años) y se presenta en las mujeres con una frecuencia cuatro
veces mayor que en los hombres. Según la Asociación Nacional de la Salud Mental
(National Mental Health Association); aproximadamente el 25 por ciento de la
población sufre de SAD leve durante el invierno y casi el 5 por ciento padece una
forma más grave de este trastorno.
Se han identificado dos patrones estacionales de síntomas del SAD: un tipo de
aparición otoñal, también llamado "depresión invernal", en el que los principales
episodios depresivos comienzan hacia fines del otoño y primeros meses del invier-
no y desaparecen durante los meses de verano, y un tipo de aparición primaveral,
también llamado "depresión veraniega", en el que el episodio depresivo grave co-
mienza hacia fines de la primavera y primeros meses del verano. A continuación, se
enumeran los síntomas más comunes del SAD. Sin embargo, cada individuo puede
experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
• Más sueño y somnolencia diurna.
• Irritabilidad.
• Fatiga o nivel de energía disminuido.
• Disminución del deseo sexual.
• Menor capacidad de concentración.
• Dificultad para pensar con claridad.
• A
 umento del apetito, especialmente de comidas dulces e hidratos de carbono
que provocan aumento de peso.

Los síntomas del SAD pueden parecerse a los de otras condiciones psiquiátricas.
Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
Se cree que la menor cantidad de horas de luz solar es una de las causas del SAD, y
este elemento se encuentra bajo investigación clínica.
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La Depresión y El Suicidio
Más del 90 por ciento de los suicidas tienen algún trastorno mental diagnosticable:
los más comunes son un trastorno depresivo o el buso de drogas.
torio Anotaciones

Señales de aviso de sentimientos, pensamientos o comportamientos de suicidio:


Muchas de las señales de aviso de posibles sentimientos suicidas son también sínto-
mas de depresión. La observación de los siguientes comportamientos ayuda a iden-
tificar a las personas que pueden encontrarse bajo riesgo de intento de suicidio:
• Cambios en los hábitos alimentarios y del sueño.
• Pérdida de interés por las actividades habituales.
• Retraimiento respecto de los amigos y miembros de la familia.
• Manifestaciones de emociones contenidas y alejamiento o huida.
• Uso de alcohol y de drogas.
• Descuido del aspecto personal.
• Situaciones de riesgo innecesarias.
• Preocupación acerca de la muerte.
• A
 umento de molestias físicas frecuentemente asociado a conflictos emociona-
les, como dolores de estómago, de cabeza y fatiga.
• Pérdida de interés en el trabajo, la escuela y la comunidad.
• Sensación de aburrimiento.
• Dificultad para concentrarse.
• Deseos de morir.
• Falta de respuesta a los elogios.
• Aviso de planes o intentos de suicidarse, incluidos los siguientes comportamientos:

o Verbaliza: "Quiero matarme" o "Voy a suicidarme".


o Brinda señales verbales como "No seré un problema por mucho tiempo más" o
"Si me pasa algo, quiero que sepan que ...".
o Regala sus objetos favoritos; tira sus pertenencias importantes.
o Se pone alegre repentinamente luego de un período de depresión.
o Puede expresar pensamientos extraños.
o Escribe una o varias notas de suicidio.

Las amenazas de suicidio significan desesperación y un pedido de auxilio. Siempre


se deben tener en cuenta muy seriamente los sentimientos, pensamientos, compor-
tamientos o planes de suicidio.
Toda persona que expresa ideas de suicidio debe ser sometida a una evaluación
inmediatamente. Las señales de aviso de sentimientos, pensamientos o comporta-
mientos suicidas pueden parecerse a las de otras condiciones médicas o problemas
psiquiátricos. Siempre consulte con su médico para el diagnóstico.
Según la Asociación Nacional de La Depresión y El Síndrome Maníaco Depresivo
(National Depressive and Manic-Depressive Association, su sigla en inglés es ND-
MDA), si alguien amenaza con suicidarse, deben seguirse inmediatamente los si-
guientes pasos:
• Tómese la situación de la persona en serio.
• I nvolucre a los demás en sus esfuerzos. Contacte a los amigosy miembros de la
familia.
• Exprese su preocupación.
• Escuche atentamente.
• Haga preguntas concretas.
• Reconozca los sentimientos de la persona.
• Tranquilice a la persona.
• No prometa confidencialidad.
• De ser posible, no deje jamás sola a la persona.
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Desarrollo
Y PSICOPATOLOGÌA I
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
95

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
• Póngase en contacto con un profesional de la salud mental
• Esconda los objetos con los cuales la persona pueda dañarse.
Diagrama Objetivos Inicio
• Si el médico lo recomienda, esté preparado para una posible internación.
Recordatorio Anotaciones

Desarrollo Actividades Autoevaluación


de contenidos

LECTURA SELECCIONADA N.° 2


Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

Trastornos depresivos
La OMS define a la depresión como el más común de los trastornos mentales. Afec-
ta alre-dedor
Recordatorio Anotaciones de 340 millones de personas en todo el mundo. Con una prevalencia
estimada de 15 al 25%, siendo mayor en mujeres.

Etiología
Desconocida. Multicasual. Los factores causales pueden dividirse en forma artificial
en biologicos, genéticos y psicosociales.
Teoría biologica:Aminas biogenas; trastornos de la noradrenalina(disminución),
serotoni-na(disminución), dopamina(disminución) y en el GABA(disminución).
Neuroendocrina; tra-tornos en el eje adrenal y en el eje tiroideo.
Teoría genética: es de 1-1,5 veces más probable que los parientes de 1º grado de
los pacientes que sufren trastornos del estado de animo sufran el mismo trastorno.
Heredabilidad: en gemelos monocigotos existe un riesgo de 50-75% más. En geme-
los dicigotos existe un riesgo de 50% más.
Teoría Psicosociales: sucesos vitales y factores estresantes.
Cuadro clínico
- Humor deprimido
- Anhedonia.
- Pérdida de energ ía(97% de los casos).
- Tratornos del sueño(80% de los casos).
- Ansiedad (90% de los casos).
- Trastornos del apetito.
- Trastornos sexuales.
- Síntomas cognitivos(80% de los casos).
- Quejas somáticas.

Síntomas clínicos:
El humor deprimido y la pérdida de interés o satisfacción son los síntomas clave de
la depresión. Los pacientes pueden comentar que se sienten tristes desesperanza-
dos, sumidos en la melancolía. La característica esencial de un episodio depresivo
mayor es un período de al menos 2 semanas durante el que hay un estado de áni-
mo deprimido o una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades. En
los niños y adolescentes el estado de ánimo puede ser irritable en lugar de triste.
El episodio debe acompañarse de un malestar clínico significativo o de deterioro
social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo. En algunos
sujetos con episodios leves la actividad puede parecer normal, pero a costa de un
esfuerzo muy importante. Los pacientes describen con frecuencia el síntoma como
un dolor emocional que es una agonía, a veces se quejan de incapacidad para llorar.
Dos tercios de los pacientes de plantea el suicidio y el 15% llegan a cometerlo. Casi
todos los pacientes manifiestan una pérdida de energía que dificulta la finalización
de las tareas cotidianas, empeora el rendimiento escolar y laboral. Disminuye el la
motivación para emprender nuevos proyectos.
Un 80% de los pacientes presenta dificulades para dormir, en especial despertar
precoz(insomnio terminal) y múltiples despertares. Algunos pacientes presentan
hipersomnia, que sumado a aumento del apetito y ganancia del peso constituyen
síntomas atípicos. La ansiedad es un hecho común (incluye crisis de pánico) suele
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 96
Actividades Autoevaluación
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

as Glosario Bibliografía
nadas
complicar el tratamiento del trastorno depresivo sumado al abuso de alcohol. Un
50% de los pacientes empeora a la mañana con mayor gravedad de los síntomas y
se alivia a medida que pasa el día.Muchos sujetos refieren o muestran una alta irri-
torio Anotaciones
tabilidad (p. ej., ira persistente, tendencia a responder a los acontecimientos con
arranques de ira o insultando a los demás, o sentimiento exagerado de frustración
por cosas sin importancia).
En los niños y los adolescentes, más que un estado de ánimo triste o desanimado,
puede presentarse un estado de ánimo irritable o inestable. Esta forma de presen-
tación debe diferenciarse del patrón de «niño mimado» con irritabilidad ante las
frustraciones. Algunas personas ponen énfasis en las quejas somáticas (p. ej., las mo-
lestias y los dolores físicos) en lugar de referir sentimientos de tristeza. En algunos
sujetos hay una reducción significativa de los niveles previos de interés o de deseo
sexual. Normalmente, el apetito disminuye y muchos sujetos tienen que esforzarse
por comer. Los cambios psicomotores incluyen agitación (p. ej., incapacidad para
permanecer sentado, paseos, frotarse las manos y pellizcar o arrugar la piel, la ropa
o algún objeto) o enlentecimiento (p. ej., lenguaje, pensamiento y movimientos
corporales enlentecidos; aumento de la latencia de respuesta, bajo volumen de la
voz, menos inflexiones y cantidad o variedad de contenido, o mutismo). La agita-
ción o el enlentecimiento psicomotores deben ser lo bastante graves como para ser
observables por los demás y no representar únicamente una sensación subjetiva.
Suelen malinterpretar los acontecimientos cotidianos triviales, tomándolos como
pruebas de sus defectos personales, y suelen tener un exagerado sentimiento de
responsabilidad por las adversidades. Muchos refieren capacidad disminuida para
pensar, concentrarse o tomar decisiones. Pueden distraerse con facilidad o quejarse
de falta de memoria. En sujetos de edad avanzada con un episodio depresivo mayor,
la queja principal puede ser la falta de memoria, que puede ser tomada errónea-
mente por un signo de demencia («seudodemencia»).

Síntomas y trastornos asociados


Características descriptivas y trastornos mentales asociados. Los sujetos con un epi-
sodio depresivo mayor se presentan a menudo con llanto, irritabilidad, tristeza,
rumiaciones obsesivas, ansiedad, fobias, preocupación excesiva por la salud física y
quejas de dolor (p. ej., cefaleas o dolores articulares, abdominales o de otro tipo).
Durante un episodio depresivo mayor algunos sujetos presentan crisis de angustia
con un patrón que cumple los criterios del trastorno de angustia. En los niños pue-
de presentarse una ansiedad por separación. Algunos sujetos refieren problemas
en las relaciones personales, interacciones sociales menos satisfactorias o proble-
mas en la actividad sexual. La consecuencia más grave de un episodio depresivo
mayor es la tentativa de suicidio o el suicidio consumado. El riesgo de suicidio es
especialmente alto para los sujetos con síntomas psicóticos, historia de tentativas de
suicidio previas, historia familiar de suicidio consumado o consumo concomitante
de sustancias.
También puede haber una tasa aumentada de muertes por enfermedades médicas.
Los episodios depresivos mayores a veces van precedidos de algún estrés psicosocial
(p. ej., la muerte de un ser querido, la separación matrimonial, el divorcio). El par-
to puede precipitar un episodio depresivo mayor.

Curso
Los síntomas de un episodio depresivo mayor suelen desarrollarse a lo largo de días
o se-manas. Antes de que comience puede haber un período prodrómico con sínto-
mas ansiosos y síntomas depresivos leves, que puede durar semanas o meses. La du-
ración de un episodio depresivo mayor también es variable. Lo habitual es que un
episodio no tratado dure 6 meses o más, independientemente de la edad de inicio.

Diagnóstico diferencial
Un episodio depresivo mayor debe distinguirse de un trastorno del estado de áni-
mo debido a enfermedad médica. Esto se determina según la historia clínica, los
hallazgos de laboratorio o la exploración física. Un trastorno del estado de ánimo
inducido por susta ncias se distingue del episodio depresivo mayor por el hecho de
que una sustancia (una droga, un medicamento o un tóxico) se considera etiológi-
camente relacionada con la alteración del estado de ánimo.
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de contenidos
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Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
Hallazgos polisomnográficos
Los hallazgos más frecuentes incluyen: 1) alteraciones de la continuidad del sue-
ño, como una latencia de sueño prolongada, mayor frecuencia de despertares in-
termitentes y despertar precoz; 2) reducción de los movimientos oculares lentosRecordatorio Anotaciones

(NREM) en los estadios 3 y 4 del sueño (sueño de ondas lentas), con un cambio de
la actividad de ondas lentas más allá del primer período NREM; 3) disminución de
la latencia de los movimientos oculares rápidos (REM) ( ej., acortamiento de la du-
ración del primer período NREM); 4) aumento de la acti-vidad de la fase REM ( ej.,
el número de los movimientos oculares verdaderos durante el REM), y 5) aumento
de la duración del sueño REM al principio de la noche.

Psicosemiología:
Descripción general: retardo psicomotor generalizado. Bradipsiquia.Humor, afecti-
vidad y sentimientos: depresión.
Lenguaje: disminución de la velocidad y del volumen del discurso.
Alteraciones perceptivas: delirios y alucinaciones (en el trastorno depresivo mayor
con síntomas psicoticos).

Congruentes ó incongruentes con el estado de ánimo.


Pensamiento: negativismo. Rumiaciones. Bloqueos(10% de los casos).
Sensorio y cognición: orientación comservada. Memoria alterada: pseudodemen-
cia(50-70% de los casos).
Control de los impulsos:Suicidio 15%. Ideación de suicidio en el dos te rcio de los
casos.
Juicio y percepción interna: Conservada. Exagerada.
Fiabilidad: sobrevalora lo malo

Curso y pronóstico:
Inicio: 50% de los casos antes de los 40 años.
Duración:6 a 13 meses sin tratamiento. 3 meses con tratamiento.
Pronóstico: tiende a ser crónico. 25% recurren en los primeros 6 meses. 50% recu-
rren en los primeros 2 años. 50-75% recurren en los primeros 5 años. Incidencia de
recaídas es menor con profilaxis antidepresiva.
Buen pronóstico: episodios leves, de cortas duración y sin síntomas psicóticos. Só-
lidad relaciones en la adolescencia. Familia estable. Ausencia de comorbilidad psi-
quiatrica. Edad de inicio avanzada.
Mal pronóstico: Coexistencia con distimia. Alcoholismo y abuso de sustancias. Tras-
tornos de ansiedad. Trastornos depresivos previos.

Criterios para el episodio depresivo mayor


A. Presencia de cinco (o más) de los siguientes síntomas durante un período de 2
semanas, que representan un cambio respecto a la actividad previa; uno de los
síntomas debe ser (1) estado de ánimo depresivo o (2) pérdida de interés o de
la capacidad para el placer.
1) Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día, casi cada día según lo indica
el propio sujeto (p. ej., se siente triste o vacío) o la observación realizada por
otros (p. ej., llanto). Nota: En los niños y adolescentes el estado de ánimo puede
ser irritable
2) Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o
casi todas las actividades, la mayor parte del día, casi cada día (según refiere el
propio sujeto u observan los demás)
3) Pérdida importante de peso sin hacer régimen o aumento de peso (p. ej., un
cambio de más del 5 % del peso corporal en 1 mes), o pérdida o aumento del
apetito casi cada día.
4) Insomnio o hipersomnia casi cada día.
5) Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día (observable por los de-
más, no meras sensaciones de inquietud o de estar enlentecido).
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 98
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PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

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nadas
6) Fatiga o pérdida de energía casi cada día.
7) Sentimientos de inutilidad o de culpa excesivos o inapropiados (que pueden ser
delirantes) casi cada día (no los simples autorreproches o culpabilidad por el
torio Anotaciones hecho de estar enfermo).
8) Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse, o indecisión, casi cada
día (ya sea una atribución subjetiva o una observación ajena).
9) Pensamientos recurrentes de muerte (no sólo temor a la muerte), ideación sui-
cida recurrente sin un plan específico o una tentativa de suicidio o un plan
específico para suicidarse.

B. Los síntomas no cumplen los criterios para un episodio mixto.


C. Los síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social,
laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia
(ej., una droga, un medicamento) o una enfermedad médica (ej., hipotiroidis-
mo).
E. L
 os síntomas no se explican mejor por la presencia de un duelo (p. ej., después
de la pérdida de un ser querido), los síntomas persisten durante más de 2 me-
ses o se caracterizan por una acusada incapacidad funcional, preocupaciones
mórbidas de inutilidad, ideación suicida, síntomas psicóticos o enlentecimiento
psicomotor.
Diagrama Objetivos Inicio

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de contenidos

CONTROL DE LECTURA N.º 2


Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.
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GLOSARIO DE LA UNIDAD III


Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

Labilidad emocional: Respuestas emocionales desproporcionadas como reacción a


la afectación física.
Recordatorio Ambivalencia: Es la experiencia de tener pensamientos y/o emociones de ambas
Anotaciones

valencias positiva y negativa hacia alguien o algo.


Delusiones: Ideas falsas
Pragmática: Es un subcampo de la lingüística, que se interesa por el modo en que
el contexto influye en la interpretación del significado.
Fonemas: Cada uno de los sonidos simples del lenguaje hablado.

Diagrama Objetivos Inicio

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de contenidos

Lecturas Glosario Bibliografía


BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD Iii
seleccionadas Belloch, A; Sandín, B y Ramos, F. (2008) Manual de Psicopatología. Volumen I Ma-
drid: Mc Graw Hill.
Vallejo, J. (2002). Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría Madrid: Elsevier Mas-
son
Recordatorio Anotaciones
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Desarrollo
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de contenidos
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Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD III


Actividades Autoevaluación
s
Recordatorio Anotaciones

1. Juicios falsos que se caracterizan porque el individuo los mantiene con gran con-
vicción.
s
Glosario
Bibliografía a. Pensamiento
b. Ideas
c. Delirios
d. Alucinaciones
o Anotaciones

2. Defectos de habla, predominantemente expresivos o que no afecten la emisión


del habla.
a. Disfasia receptiva
b. Disfasia expresiva
c. Disfasia adquirida
d. Disfasia evolutiva

3. Perdida del lenguaje ya adquirido por lesión cerebral o pérdida progresiva.


a. Disfasia receptiva
b. Disfasia expresiva
c. Disfasia adquirida
d. Disfasia evolutiva

4. Dificultad de la articulación y expresión del habla, debido a trastornos del tono y


movimiento de los músculos que controlan la articulación.
a. Dislalia
b. Disglosia
c. Disartria
d. Disfasia

5. Trastorno del habla donde afecta el ritmo y tiempo del habla.


a. Disartria
b. Disglosia
c. Dislalia
d. Tartamudez

6. Estado de ánimo bajo crónico que perdura por lo menos un año


a. Depresión grave
b. Sindrome maníaco depresivo
c. Distimia
d. Ciclotimia

7. Estado de ánimo deprimido, disminución en el interés por las actividades diarias.


a. Depresión grave
b. Sindrome maníaco depresivo
c. Distimia
d. Ciclotimia

8. Conocido como el trastorno bipolar


a. Estado ciclotímico
b. Trastorno del ánimo producido por sustancias
UNIDAD III: PSICOPATOLOGÍAS DE LOS PROCESOS COGNITIVOS II Y
ollo
nidos 100
Actividades Autoevaluación
PSICOPATOLOGÍA DE LA AFECTIVIDAD

as Glosario Bibliografía
nadas
c. Síndrome maniaco depresivo
d. Distimia

torio Anotaciones
9. E
 stado de ánimo depresivo, en relación con una determinada estación del año,
especialmente el invierno.
a. Depresión mayor
b. Bipolaridad
c. Síndrome maniaco depresivo
d. Trastorno afectivo estacional

10. Cualquier comentario que el paciente asimila como si fuesen criticas en contra
de su persona.
a. Ideas de referencia
b. Alucinación
c. Depresión
d. Autoacusación
PSICOPATOLOGÌA I
Desarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
101

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA


ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos
Recordatorio Anotaciones

Lecturas
seleccionadas DIAGRAMA DE PRESENTACIÓN DE LA UNIDAD IV
Glosario Bibliografía

Diagrama Objetivos Inicio

LECTURAS
CONTENIDO ACTIVIDADES
Recordatorio Anotaciones
SELECCIONADAS
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos

AUTOEVALUACIÓN BIBLIOGRAFÌA
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas

ORGANIZACIÓN DE LOS APRENDIZAJES


Diagrama Objetivos Inicio
Recordatorio Anotaciones

CONOCIMIENTOS PROCEDIMIENTOS ACTITUDES


Tema N.° 1: Trastorno de la 1. 
Reconoce los trastor- 1. Muestra interés
Desarrollo
Actividades Autoevaluación
personalidad I
de contenidos nos de la personalidad por conocer los
1. C
 aracterísticas clínicas, identificando su clasifi- fundamentos
clasificación cación teóricos, par-
2.  Reconoce y explica las ticipando en
2. Trastornos
Lecturas Glosario de personalidad:
Bibliografía
seleccionadas principales característi- forma activa y
paranoide, esquizoide, esqui-
cas clínicas de los tras- responsable,
zotipico, antisocial
tornos de personalidad aprecia los temas
Tema N.° 2: ATrastorno de la y sus aplicaciones
personalidad II 3. Reconoce y explica los
Recordatorio Anotaciones
trastornos de conducta 2. Reconoce los
1. Trastornos de personalidad alimentaria procedimientos
límite, histriónico, narcisista, de diagnostico a
por evitación, por dependen- 4.  Identifica los tipos y sus
un paciente, con
cia características clínicas de
los trastornos alimenta- los principios
2. Trastorno obsesivo compulsi- rios de disminución de in- establecidos por
vo de la personalidad, trastor- gesta y exceso de ingesta la ética
no autodestructivo, trastorno
sádico de la personalidad 5. 
Reconoce y explica los
trastornos de déficit cog-
Tema N.° 3: Trastorno de la nitivo identificando carac-
conducta alimentaria terísticas y evolución
1. Trastornos de la disminución
de ingesta
Actividad N.º 4
2. Trastornos por exceso de
ingesta Elabore una monografía so-
bre la psicopatología del de-
Tema N.° 4: Trastornos del lincuente
déficit cognitivo
1. El Retardo Mental
Tarea Académica N.º 2
2. Características y caso clínico
Elabora un análisis crítico
Lectura Seleccionada N.° 1 del video 21 días sin comer,
Trastorno alimentario y su rela- en referencia a la problemá-
ción con la imagen y la autoes- tica de los trastornos de la
tima en adolescentes. Autor: Mi- conducta alimentaria
riam, Moreno y Godeleva Ortiz.
Revista Terapia Psicologia, 2009.
27(2), pág. 182 a 183

Autoevaluación de la
unidad IV
ollo
nidos 102
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
TEMA N.° 1: TRASTORNO DE PERSONALIDAD I

Los trastornos de la personalidad (TTPP) constituyen uno de los grupos de diag-


torio Anotaciones
nóstico más controvertidos hoy en día. El conocimiento empírico sobre dichos tras-
tornos es escaso, los problemas de evaluación obstaculizan de forma importante
un avance más rápido de dicho conocimiento y las dificultades para su tratamiento
alcanzan por igual a todas las orientaciones teóricas. En definitiva, los pacientes con
un trastorno de personalidad (TP) representan uno de los problemas más comple-
jos y desafiantes actualmente para los clínicos (Caballo, Irurtia y López – Gollonet,
2006, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011).

1 CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS, CLASIFICACIÓN


Los TTPP se caracterizan por ser patrones desadaptativos de pensamientos, sen-
timientos, percepciones y conductas, que comienzan muy temprano en la vida
y se perpetúan a lo largo del tiempo y a través de diferentes situaciones. Suelen
constituir desviaciones importantes e lo que serían los patrones de vida normal y,
especialmente, del comportamiento interpersonal del mismo grupo sociocultural
al que pertenece el individuo. Aunque el funcionamiento social y laboral de los
individuos con TP puede estar deteriorado, generalmente mantienen su contacto
con la realidad.
La clasificación y el diagnostico de los TTPP están plegados de numerosos proble-
mas. Uno de ellos, por ejemplo, es la controversia que existe a la hora de considerar
a los TTPP bien desde una posición categorial, bien desde una posición dimensio-
nal. La posición que mantienen actualmente los principales sistemas diagnósticos
de los trastornos mentales, como el DSM-IV-TR (APA, 2000) y la CIE-10 (OMS,
1992), es categorial. Otra cuestión es si los trastornos de personalidad deben estar
en un eje separado del resto de los trastornos men-tales. Así, en la clasificación mul-
tiaxial del DSM-IV-TR, mientras que los trastornos clínicos se incluyen en el eje I,
los trastornos de la personalidad ocupan casi en exclusiva (a excepción del retraso
mental) el eje II.

1.1 La clasificación de los trastornos de la personalidad: dsm-iv-tr y cie-10


Los criterios del DSM-IV-TR y de la CIE-10 para el diagnóstico de un trastorno de
personalidad pueden verse en el grafico N° 8. El concepto de trastorno de la per-
sonalidad (TP) de ambos sistemas de clasificación es bastante similar, por lo que
parece que hay un cierto consenso sobre lo que constituye un TP.
No obstante, en lo que ya no hay tanto consenso es la ordenación y clasificación
de los distintos TTPP. Mientras que el DSM-IV-TR propone tres claros grupos de
trastornos (grupos A, B y C) que abarcarían diez trastornos específicos (aparte de
los dos incluidos en el apéndice), la CIE-10.
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
103

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

Criterios Diagnósticos Del Dsm- Criterios Diagnósticos De La Cie-10 Para


Iv-Tr Para El Trastorno De La Los Trastornos De La Personalidad
Personalidad
A) 
Un patrón permanente de ex- G1)  El modo de ser propio del indivi- Recordatorio Anotaciones

periencia interna y de compor- duo y su forma permanente de vivir


tamiento que se aparta acusada- y comportarse se desvían de forma
mente de las expectativas de la importante de las normas aceptadas
cultura del sujeto. Este patrón se y esperadas de la propia cultura. Esta
manifiesta en dos (o más) de las desviación ha de manifestarse en más
áreas siguientes: de una de las siguientes áreas:
1. Cognición (p. ej., formas de percibir 1. Cognición.
e interpretarse a uno mismo, a los 2. Afectividad.
demás y a los acontecimientos).
3. Modo en que se relaciona con los
2. Afectividad (p. ej., la gama, intensi- demás y manejo de situaciones inter-
dad, labilidad y adecuación de la personales.
respuesta emocional).
4. Control de los impulsos y satisfac-ción
3. Actividad interpersonal. de deseos.
4. Control de los impulsos
B) E
 ste patrón persistente es inflexi- G2) La desviación debe manifestarse de
ble, y se extiende a una amplia forma generalizada como un com-
gama de situaciones personales y portamiento rígido y desadaptativo
sociales. que interfiere en una amplia gama de
C) 
Este patrón persistente provoca situaciones personales y sociales.
malestar clínicamente significati- G3) Se produce malestar general, efecto
vo o deterioro social, laboral o de negativo en el entorno social o ambos,
otras áreas importantes de la acti- claramente atribuibles al compor-
vidad del individuo. tamiento referido en el criterio G2.
D) E  l patrón es estable y de larga du- G4) Evidencia de que la desviación es esta-
ración, y su inicio de remonta al ble y de larga duración, con inicio al fi-
menos a la adolescencia o al prin- nal de la infancia o en la adolescencia.
cipio de la edad adulta.
G5) L a desviación no puede ser explicada
E) El patrón persistente no es atribui- como consecuencia o manifestación de
ble a una manifestación o a una otros trastornos mentales del adulto.
consecuencia de otro trastorno
G6) La desviación no se debe a una enferme-
mental.
dad del sistema nervioso central, trau-
F) El patrón persistente no se debe a matismo o disfunciones cerebrales.
los efectos fisiológicas directos de
una sustancia psicoactiva (p. ej.,
una droga, un medicamento) ni
a una enfermedad médica (p. ej.,
traumatismo craneal).

Grafico N° 8. Criterios diagnósticos del dsm-iv-tr (apa, 2000) y de la cie-10 (oms, 2000) para
el diagnóstico de un trastorno de la personalidad.
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Plantea una amplia sección de “Trastornos de la personalidad y del comportamien-


to del adulto” (F60-F69) en la que incluye tanto los TTPP como otros trastornos que
no parecen tener mucho en común con ellos, como son los trastornos del control
de impulsos, los tras-tornos de identidad sexual o lo trastornos de inclinación se-
xual. CIE-10 no incluye el trastorno esquizotípico de la personalidad dentro de los
TTPP, sino que lo coloca en una sección muy diferente, como es la de “Esquizofre-
nia, trastorno esquizotípico y trastornos de ideas delirantes” (F20-F29). El trastorno
narcisista de la personalidad tampoco lo incluye la CIE-10 junto al resto de los
TTPP recogidos por el DSM, sino que lo relega al apartado de “Otros trastornos es-
pecíficos de personalidad”, un grupo sin criterios diagnósticos manifiestos y que se
encuentra integrado por trastornos con nombres tan exóticos como “Trastorno in-
maduro de la personalidad” o “Trastorno psiconeurótico de la personalidad”. Estas
etiquetas, llamativas y confusas, no acaban aquí. Así, en el apartado de los “Trastor-
ollo
nidos 104
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
nos de la personalidad no especificados” incluye problemas tales como la “neurosis
de carácter” o la “personalidad patológica”. Definir cuáles son los síntomas de todas
estas patologías queda en manos del profesional de la salud mental. Difícil tarea
torio Anotaciones
para los profesionales de un campo que pretende ser cada vez más científico.
Como indicamos anteriormente, el DSM-IV-TR incluye en el apéndice de los tras-
tornos pasivo agresivo y depresivo de la personalidad (que se diagnosticarían como
“Trastornos de la personalidad no especificados”), mientras que ha desterrado de
esa cuarta edición del DSM los trastornos autodestructivo (o masoquista) y sádico
de la personalidad (que, por el contrario, sí aparecían en la tercera edición revisada
del DSM). Por su parte, dentro de la amplia.

2 TRASTORNOS DE PERSONALIDAD: PARANOIDE, ESQUIZOIDE, ES-


QUIZOTIPICO, ANTISOCIAL
Trastorno paranoide de la personalidad
El trastorno paranoide de la personalidad (TPP) se caracteriza por sospechas y des-
confianzas profundas e infundadas hacia los demás. El individuo con un TPP basa
sus relaciones y su vida en las sospechas de que los demás le traicionaran, tramaran
algo contra el o le defraudaran, incluso las personas más cercanas, como la pareja,
los amigos o los familiares (caballo, 2009b, citado por Caballo, Salazar y Carrobles,
2011). Las personas con un TPP se suelen dar cuenta de todo lo que sucede a su
alrededor, vigilan constantemente las situaciones y a las personas de su entorno
y prestan especial atención a los mensajes con doble sentido, a las motivaciones
ocultas, etc. Se encuentran alerta ante las amenazas y esta hipervigilancia conduce a
una interpretación errónea de acontecimientos que, de otra manera, pasarían des-
apercibidos. Aparentemente, esas características de sospechas y desconfianza son
aprendidas por el sujete, lo que conduce a un alejamiento de la gente y a restriccio-
nes emocionales, poniendo frecuentemente aprueba a los demás y manteniendo
sospechas constantes.
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
105

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


IV-TR (F60.0)
A) Sospechas y desconfianza profun- A) D
 eben cumplirse los criterios gene-
das e infundadas hacia los demás, rales del trastorno de la personalidadRecordatorio Anotaciones

tal como los indican cuatro(o más) (G1-G6)


de los siguientes síntomas: B) Deben estar presentes al menos cuatro
1. Sospechas de que los demás lo es- de los siguientes síntomas:
tán explotando, haciéndole daño o 1. 
Preocupación por conspiraciones sin
engañándole fundamento de acontecimientos del en-
2. Extrae significados ocultos de me- torno inmediato o del mundo en general
nosprecio o amenaza en comenta- 2. Suspicacia y tendencia generalizada a
rios o acontecimientos inocuos distorsionar las experiencias propias
3. 
Guarda rencor durante mucho interpretando las manifestaciones neu-
tiempo, es decir, no perdona los in- trales o amistosas de los demás como
sultos o los desprecios hostiles o despectivas
4. Sospechas infundadas y recurren- 3. Incapacidad para perdonar agravios,
tes sobre la fidelidad de la pareja perjuicios y predisposición a rencores
persistentes
5. P ercibe ataques a su persona o a su
reputación y reacciona fácilmente 4. Predisposición a los celos patológicos
con ira o contraataca 5. Sensibilidad excesiva a los contratiem-
6. Está preocupado con dudas sobre pos y desaires
la lealtad u honradez de los amigos (0) Sentido combativo y tenaz de los pro-
o asociados pios derechos al margen de la realidad
7. Reacio a confiar en los demás por (0) Predisposición a sentirse excesivamen-
el temor de que la información la te importante puesta de manifiesto por
utilicen contra el una actitud autorreferencial constante
B) E
 stos síntomas no aparecen úni- Incluye:
camente en el transcurso de la - Personalidad expansiva
esquizofrenia, un trastorno del
- Personalidad paranoide
estado de ánimo con síntomas psi-
cóticos u otro trastorno psicótico, - Personalidad sensible paranoide
y no son debidos a los efectos fisio- - Personalidad querulante
lógicos directos de una enferme- - Trastorno expansivo de la personalidad
dad medica
- T
 rastorno sensible paranoide de la per-
sonalidad
- Trastorno querulante de la personalidad
Nota: si se cumplen los criterios antes Excluye:
del inicio de una esquizofrenia, aña- - Esquizofrenia
dir *pre mórbido, por ejemplo,*tras-
- Trastornos de ideas delirantes
torno paranoide de la personalidad
(pre mórbido).

Grafico N°9. Criterios diagnósticos del dsm-iv-tr (apa 2000) y la cie-10 (om,2000) para el
trastorno paranoide de la personalidad
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Trastorno esquizoide de la personalidad


El trastorno esquizoide de la personalidad (TEP) se caracteriza por un patrón pro-
fundo de desapego social y un rango limitado de expresión emocional en situa-
ciones interpersonales. Los sujetos con este síndrome se caracterizan por frialdad
emocional, ausencia de relaciones sociales, preferencia por actividades solitarias,
introspección y tendencia a la fantasía y la incapacidad para expresar sentimientos
y experimentar placer. Otras características clínicas se pueden ver más adelante en
la sección correspondiente.
ollo
nidos 106
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


IV-TR (F60.0)
A) Un patrón profundo de desapego A) Deben cumplirse los criterios generales
torio Anotaciones social y un rango limitado de ex- del trastorno de personalidad (G1-G6)
presión emocional en situaciones B) Deben cumplirse al menos cuatro de
interpersonales, tal como indican los siguientes
cuatro (o mas) de los síntomas si-
1. Ausencia de relaciones personales in-
guientes
timas y de mutua confianza, que se li-
1. No desea ni disfruta de las relacio- mitan a una sola persona o al deseo de
nes intimas, incluyendo el formar poder tenerlas
parte de una familia
2. Actividades solitarias acompañadas de
2. Escoge casi siempre actividades so- una actividad de reserva
litarias
3. Poco interés por relaciones sexuales
3. Muestra poco interés por tener ex- con otras personas (teniendo en cuenta
periencias sexuales con otra perso- la edad)
na
4. Incapacidad para sentir placer(anhedo-
4. Disfruta con pocas actividades nia)
5. Es indiferente a la alabanza o a la 5. Respuesta pobre a los elogios o a las
critica criticas
6. Muestra desapego, frialdad o em- 6. Frialdad emocional, desapego o embo-
botamiento emocionales tamiento afectivo
7. Carece de confidentes o amigos ín- (0) Incapacidad para expresar sentimien-
timos distintos de los miembros de tos de simpatía y ternura o de ira a los
su familia demás
B) 
Estas características no aparecen (0) Actividades solitarias acompañadas de
exclusivamente en el transcurso una actitud de reserva
de una esquizofrenia, un trastorno
(0) Marcada preferencia por devaneos
del estado de ánimo con síntomas
fantásticos, por actividades solitarias,
psicóticos y otro trastorno psicóti-
acompañada de una actitud de reser-
co, y no son debidas a los efectos
va y de introspección
fisiológicos directos de una enfer-
medad medica (0) 
Marcada dificultad para reconocer
yplir las normas sociales, lo que da lu-
gar a un comportamiento excéntrico
Nota: si se cumplen los criterios antes
Excluye:
del inicio de una esquizofrenia, aña-
dir pre mórbido - Esquizofrenia
- Trastorno esquizotipico
- Síndrome de asperger
- Trastorno de ideas delirantes
- Trastorno esquizoide de la infancia
Grafico Nº 10.Criterios diagnósticos del dsm-iv-tr (apa, 2000) y la cie-10 (om,2000) para el
trastorno esquizoide de la personalidad
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Diagnóstico diferencial y comorbilidad


Con respecto a los trastornos del eje 1, el TEP se diferencia de la esquizofrenia, del
trastorno esquizofreniforme, del trastorno delirante y del trastorno del estado de
ánimo con síntomas psicóticos en que el primero no presenta síntomas tales como
alucinaciones o ideas delirantes. Para que se pueda dar un doble diagnóstico, el
TEP debería haberse iniciado antes de que en la persona aparezcan síntomas psi-
cóticos que caracterizan a los otros trastornos, siendo significativo que los síntomas
del TEP persistan en la fase de remisión de dichos trastornos. A veces hay dificul-
tades para diferenciar un TEP de las formas leves del trastorno autista o del tras-
torno de asperger, por lo que habrá que tener en cuenta el mayor deterioro social
y síntomas tales como las esteriotipias, que no aparecen en el trastorno esquizoide
de la personalidad.
Los trastornos de la personalidad con los que más probablemente puede confun-
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
107

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
dirse el TEP son el esquizotipico, el paranoide y el trastorno de personalidad por
evitación (TPE), ya que comparten características como el aislamiento social y la
afectividad restringida. En cambio, el trastorno esquizotipico de la personalidad
presenta distorsiones perceptivas y acusadas excentricidades que no manifiestanRecordatorio
los Anotaciones
individuos con un TEP. Los sujetos esquizoides tam-poco presentan la suspicacia
del paranoide. La diferencia fundamental con el TPE es que los sujetos con este
trastorno tienen miedo a ser rechazados por los demás y a sentirse ago-biados es
situaciones sociales, mientras que los esquizoides directamente no tienen ningún
interés por las relaciones con otros individuos

Trastorno esquizotipico de la personalidad


El trastorno esquizotipico de la personalidad (TETP) se define por un patrón pro-
fundo de déficit sociales e interpersonales caracterizado por un malestar agudo y
una capacidad reducida para la relaciones interpersonales, así como también dis-
torsiones cognitivas o perceptivas y excentricidades de la conducta. Los esquizoti-
picos son personas raras y misteriosas que se mantienen aisladas de la gente y que
están absortas en su mundo interno, presentando dificultades para expresar de
forma coherente sus sentimientos y pensamientos. Mantienen creencias inusuales,
imposibles de sostener bajo un punto de vista científico.
Presentan también percepciones extrañas y se comportan de manera suspicaz res-
pecto a los argumentos de los demás. Son vistos como raros y excéntricos, no solo
por su comportamiento sino por su apariencia extravagante. Viven concentrados
en su propio mudo y no se parecen a nadie, por lo que se sienten incomprendidos
y , en muchas ocasiones ridiculizados (Caballo,2009b, citado por Caballo, Salazar
y Carrobles, 2011). Otras características clínicas se pueden ver más adelante en la
sección correspondiente.
ollo
nidos 108
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


IV-TR (F60.0)
A) Un patrón generalizado de déficit A)  El sujeto debe estar manifestado, de
torio Anotaciones sociales e interpersonales asocia- forma continua o reiterada, al menos
dos con malestar agudo y una capa- cuatro de las siguientes características:
cidad reducida para las relaciones (0) Rumiaciones obsesivas sin resistencia
personales, así como distorsiones interna, a menudo sobre contenidos
cognitivas o perceptivas y excentri- dismorficos, sexuales o agresivos
cidades del comportamiento que
(0) Episodios casi psicóticos, ocasionales y
comienzan al principio de la edad
transitorios, con alucinaciones visuales
adulta y se dan en diversos contex-
y auditivas intensas e ideas pseudodeli-
tos, tal como lo indican cinco (o
rantes, que normalmente se desenca-
más) de los siguientes síntomas
denan sin provocación externa
1. Idea de referencia (excluyendo las
1. Ideas de referencia, ideas paranoides o
ideas delirantes de referencia)
extravagantes, creencias fntasticas y pre-
2. Creencias extrañas en pensamien- ocupaciones autistas que no conforman
tos mágicos que incluyen sobre el claras ideas delirantes
comportamiento y que son incon-
2. Experiencias perceptivas extraordina-
sistentes con las normas subcultu-
rias, como ilusiones corporales soma-
rales.
tosensoriales u otras ilusiones o mani-
3. Experiencias perceptivas poco ha- festaciones de despersonalización o
bituales. desrealizacion ocasionales
4. Pensamiento y habla extraños 3. Pensamientos y lenguaje vaos, circuns-
5. Sospechas o ideas paranoides tanciales, metamórficos, muy elabo-
6. Afecto inapropiado o restringido rados y a menudo estereotipados, sin
llegar a una clara incoherencia o diva-
7. 
Conducta o apariencias extrañas,
gación del pensamiento
excéntricas
4. Ideas paranoides o suspicacia
8. Carencia de confidentes o amigos
íntimos distintos de los miembros 5. La afectividad es fría yvacia de conteni-
de la familia do, y a menudo se acompña de anhe-
donia
9. Ansiedad social excesiva, que no
disminuye con la familiaridad y 6. El comportamiento o la apariencia son
suele estar asociada a temores pa- extraños, excéntricos o peculiares
ranoides en vez de a evaluaciones 7. Empobrecimiento de las relaciones per-
negativas hacia él/ella sonales y una tendencia al retraimiento
B) No ocurre exclusivamente duran- social
te el curso de una esquizofrenia u Incluye:
otros trastornos psicotsicos o du- - Esquizofrenia limite
rante un trastorno generalizado
- Esquizofrenia latente
del desarrollo
- Reacción esquizofrénica latente
- Esquizofrenia prepsicotica
Nota: si se cumplen los criterios antes
del inicio de una esquizofrenia, aña- - Esquizofrenia prodromica
dir pre mórbido - Esquizofrenia pseudoneurotica
- Esquizofrenia pseudopsicopatica
- T
 rastorno esquizotipico de la persona-
lidad
Excluye:
- Sindome de asperger
- Trastorno esquizoide de la personalidad

Grafico N° 11. Criterios diagnósticos del dsm-iv-tr (apa 2000) y la cie-10 (oms, 2000) para el
trastorno paranoide de la personalidad
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Diagnostico diferencial y comorbilidad


Con respecto a los trastornos del eje I, el TETP se diferencia de la esquizofrenia,
del trastorno delirante y del trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
109

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
en que el primero no presenta síntomas tales como alucinaciones e ideas deliran-
tes. Para que se pueda dar un doble diagnóstico, el TETP debería haberse iniciado
antes de que en la persona aparezcan os primeros síntomas psicóticos que carac-
terizan a los demás trastornos, siendo importante que los síntomas del TETP per-Recordatorio Anotaciones
sistan en la fase de remisión. A veces hay dificultades para diferenciar un TETP de
las formas leves del trastorno autista, del trastorno asperger o del trastorno mixto
del lenguaje receptivo – expresivo, por lo que habrá que tener en cuenta el mayor
deterioro social, la falta de reciprocidad emocional y los comportamientos estereo-
tipados que no aparecen en el trastorno de la personalidad, así como los esfuerzos
del sujeto para comunicarse y el evidente deterioro del lenguaje que se presentan
en el trastorno del lenguaje del eje I.

Trastorno antisocial de la personalidad


El trastorno antisocial de la personalidad (TAP) se caracteriza por un patrón consis-
tente de desconsideración y violación de los derechos de los demás, que comienza
en la infancia o a principios de la adolescencia y continua en la edad adulta. Los
individuos con un TAP presentan incapacidad para planificar sus conductas, de
modo que actúan de forma precipitada y espontánea, sin analizar las consecuencias
negativas y sin tener en cuenta los deseos de los demás. Discuten con facilidad e
ignoran los sentimientos de los otros. Atormentan y abusan de las personas que obs-
taculizan sus intenciones. En vez de arreglar problemas, se preocupan de vengarse,
no son cooperativos y provocan peleas. Transgreden las norman sociales estableci-
das a través de comportamientos fraudulentos o ilegales. Conocen bien el sentido
moral y legal, pero no lo ponen en práctica.
Son incapaces de persistir en responsabilidades (laborales, conyugales, económi-
cas y personales) y dada su tendencia oposicionista, les resulta difícil establecer
relaciones interpersonales por mucho tiempo en las distintas áreas de su vida. Son
de poco fiar, usan y abusan de otras personas, se aprovechan de ellas y lo hacen
sin remordimientos, Suelen ser astutos para describir los puntos débiles de los de-
más, y con respecto a quienes consideran sus enemigos pueden llegar a ser muy
vengativos y humillantes. Construyen e interpretan el mundo según creencias que
carecen totalmente de valores éticos y morales (Caballo, 2009b, Caballo, Salazar y
Carrobles, 2011).
ollo
nidos 110
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


IV-TR (F60.2)
A) Un patrón general de desprecio y A) Deben cumplirse los criterios generales
torio Anotaciones violación de los derechos de los de- del trastorno de personalidad (G1-G6).
más que se presenta desde la edad B) Deben estar presentes al menos tres de
de 15 años, como lo indican tres ( los siguientes síntomas:
o más) de los siguientes síntomas:
1. Actitud marcada y persistente de irres-
1. Fracaso para adaptarse a las nor- ponsabilidad y despreocupación por las
mas sociales en lo que respecta al normas, reglas y obligaciones sociales.
comportamiento legal, como lo in-
2. Cruel despreocupación por los senti-
dica el perpetrar repetidamente ac-
mientos de los demás y falta de capaci-
tos que son motivo de detención.
dad de empatía.
2. Deshonestidad, indicada por men-
3. Muy baja tolerancia a la frustración y
tir repetidamente, utilizar nombres
bajo umbral para descargas de agresi-
falsos o estafar a otros para obtener
vidad, incluyendo reacciones violentas.
un beneficio personal o por placer.
4. Marcada predisposición a culpar a los de-
3. Irritabilidad y agresividad, tal como
más o a ofrecer racionalizaciones vero-
lo indican peleas físicas o agresio-
símiles del comportamiento conflictivo
nes constantes
5. Incapacidad para sentir culpa y para
4. Despreocupación imprudente por
aprender de la experiencia, en particu-
su seguridad o la de los demás.
lar del castigo.
5. Falta de remordimientos, tal como
(0)  Incapacidad para mantener, aunque
lo indica la indiferencia o la justifi-
no para establecerlas, relaciones per-
cación de haber dañado, maltrato
sonales duraderas.
o robado a otros.
Puede presentarse también irritabilidad
6. Irresponsabilidad persistente, in-
persistente. La presencia de un trastorno
dicada por la incapacidad de man-
disocial durante la infancia y adolescencia
tener un trabajo con constancia o
puede apoyar el diagnóstico, aunque no
de hacerse cargo de obligaciones
tiene por qué haberse presentado siempre.
económicas.
Incluye:
7. Impulsividad o incapacidad para
planificar el futuro. - Trastorno sociopatico de la personalidad
B) El sujeto tiene menos de 18 años. - Trastorno amoral de la personalidad
Existen pruebas de un trastorno - Trastorno asocial de la personalidad
C) 
disocial que comienza antes de la - Trastorno antisocial de la personalidad
edad de 15 años. - Trastorno psicopático de la personalidad
D) 
El comportamiento antisocial Excluye:
no aparece exclusivamente en el
- trastornos disociales (en la infancia)
transcurso de una esquizofrenia o
de un episodio maniaco. - trastorno de inestabilidad emocional de
la personalidad
Grafico N° 12. Criterios diagnóstico para el trastorno antisocial de la personalidad del dsm-
iv-tr (apa, 20) y el trastorno disocial de la personalidad de la cie-10 (oms, 2000)
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Diagnostico diferencial y comorbilidad


A la hora de hacer diagnóstico diferencial del TAP con otros trastornos del eje I,
hay que tener en cuenta que si aparece asociado con un trastorno por consumo de
sustancias psicoactivas, no se diagnosticara el TAP a menos que se cumpla el criterio
relacionado con el hecho de que debe haber presentado los signos del trastorno an-
tisocial en la in-fancia y no haber remitido hasta la edad adulta. El comportamiento
antisocial que apa-rezca solo en el transcurso de una esquizofrenia o episodio ma-
niaco no deberá ser diagnosticado tampoco como TAP. Con respecto al diagnóstico
diferencial con otros trastornos de la personalidad, hay que señalar que a pesar
de que el TAP comparte las características de dureza, falta de sinceridad, superfi-
cialidad, falta de empatía y conduc-tas explotadoras con el trastorno narcista de la
personalidad (TNP), este último no pre-senta características como la impulsividad,
la agresión o el engaño, ni suele haber pre-sentado comportamiento delictivos.
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
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Actividades Autoevaluación
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111

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
TEMA N.º 2: TRASTORNOS DE PERSONALIDAD II

1 TRASTORNOS DE PERSONALIDAD: LÍMITE, HISTRIÓNICO, NARCI-


Recordatorio Anotaciones
SISTA, POR EVITACIÓN, POR DEPENDENCIA
Trastorno límite de la personalidad
El trastorno límite de la personalidad (TLP) se caracteriza por un patrón general
de inestabilidad en las relaciones interpersonales, en la imagen de uno mismo y
en la afectividad y la presencia de una notable impulsividad, según el DSM-IV-TR
(APA, 2000). La CIE-10 (OMS, 1992) incluye un trastorno similar al límite, pero
denominado “trastorno emocionalmente inestable de la personalidad”. En este
caso, la categoría está dividida en dos tipos que comparten un patrón general de
impulsividad y descontrol, la existencia de inestabilidad afectiva, poca capacidad
para planificar las cosas y episodios de ira intensa y comportamientos explosivos.
ollo
nidos 112
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas

Criterios diagnósticos según Criterios diagnósticos según la CIE –


el DSM-IV-TR 10 (F60.3)
A) Un patrón general de inestabilidad A) Deben cumplirse los criterios generales
torio Anotaciones
en las relaciones interpersonales, del trastorno de personalidad (G1-G6).
en la imagen de uno mismo y en la Tipo impulsivo (F60.30)
afectividad y una notable impulsi-
B) Tienen que cumplirse al menos tres de
vidad, que co-mienzan al principio
los siguientes síntomas, de los cuales
de la edad adulta y se dan en diver-
uno de ellos tiene que ser el señalado
sos contextos , tal como lo indican
con un asterisco.
cinco ( o más) de los siguientes
síntomas: 1. Marcada predisposición a actuar de for-
ma inesperada y sin tener en cuenta las
1. Impulsividad en al menos dos áreas
consecuencias.
que puede ser potencialmente pe-
ligrosa para el sujeto (p.ej. gastos, 2. Tendencia a presentar arrebatos de ira
sexo, conducción temeraria, abuso y violencia, con incapacidad para con-
de sustancias psicoactivas, atraco- trolar las propias conductas explosivas.
nes, etc.) 3. Estado de ánimo inestable y caprichoso.
2. Ira inapropiada e intensa o dificul- (0)  Dificultades para mantener activida-
tades para controlarla des duraderas que no ofrezcan recom-
3. Inestabilidad afectiva debido a una pensa inmediata.
notable reactividad del estado de (0)  Marcada predisposición a presentar
ánimo. un comportamiento pendenciero y a
4. Ideas paranoides y transitorias re- tener conflictos con los demás, en es-
lacionadas con el estrés o síntomas pecial cuando los actos impulsivos son
disociativos graves. impedidos o censurados *.
5. Alteración de la identidad: imagen Incluye:
o sentido de sí mismo inestable de - Personalidad explosiva y agresiva.
forma acusada y persistente - Trastorno explosivo y agresivo de la per-
6. Un patrón de relaciones interper- sonalidad.
sonales inestables e intensas ca- Tipo limite (F60.31)
racterizado por alternar entre los
C)  Deben estar presentes al menos tres
extremos de la idealización y deva-
síntomas de los mencionados en el
luación.
anterior criterio B, a los que se han de
7. Esfuerzos titánicos para evitar un añadir al menos dos de los siguientes
abandono real o imaginario. síntomas:
8. Amenazas, gestos o conductas suici- 4. Alteraciones o dudas acerca de la ima-
das recurrentes o compor-tamien- gen de uno mismo, de los propios ob-
tos de automutilación jetivos y de las preferencias íntimas (in-
9. Sensaciones crónicas de vacío cluyendo las sexuales).
5. Facilidad para verse envuelto en relacio-
nes intensas e inestables, que a menudo
terminan en crisis emocionales.
6. Esfuerzos excesivos para evitar ser aban-
donados.
7. Reiteradas amenazas o actos de agre-
sión hacia uno mismo.
8. Sensaciones crónicas de vacío.
Incluye:
- Personalidad limite
- Trastorno límite de la personalidad
Grafico N° 13. Criterios diagnósticos para el tratamiento límite de la personalidad según el
dsm-iv-tr y el trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad según la cie – 10 (oms,
2000)
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Diagnóstico diferencial y comorbilidad


Numerosos trastornos del eje I pueden darse conjuntamente con el TLP, inclu-
yendo el consumo de sustancias proactivas, trastornos alimentarios, trastornos del
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UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
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Actividades Autoevaluación
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113

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
control de impulsos, trastornos de déficit de atención y trastorno de estrés postrau-
mático. La comorbilidad del TLP con los trastornos del estado de ánimo es amplia
y problemática, en parte debido a la sintomatología que se solapa (Widiger y trull,
1993). El TLP también se solapa ampliamente con otros trastornos del eje II, espe-
Recordatorio Anotaciones
cialmente con los trastornos histriónico, dependiente, antisocial y esquizotipico. El
diagnóstico diferencial ha de hacerse principalmente con respecto a los trastornos
del estado de ánimo. Una importante diferencia entre ambos reside en la histo-
ria del desarrollo de la perturbación: los trastornos del estado de ánimo suelen
tener un inicio brusco. Otra distinción se refería a que en estos trastornos suele
haber estímulos desencadenantes externos, mientras que las perturbaciones del
TLP parecen depender de déficit internos, sin mucha concordancia con eventos
ambientales. Además, los síntomas de los trastornos del estado de ánimo son más
egodistònicos que los del TLP.

Trastornos histriónico de la personalidad


El trastorno histriónico de la personalidad (THP) se caracteriza por un patrón ge-
nerali-zado de emocionalidad y búsqueda de atención excesivas. Los criterios diag-
nósticos de la CIE-10 y de DSM-IV-TR para el THP son bastante similares, los sujetos
con este trastorno son teatrales, emocionalmente volubles, seductores, exagerados y
caprichosos, y valoran sus relaciones con los demás como ms intimas de lo que obje-
tivamente serian para otras personas. Se guían más por sus sentimientos que por el
raciocinio, por lo que resultan muy pasionales en todo lo que hacen. Utilizan su apa-
riencia física y su espectacularidad emocional como elementos para conseguir llamar
la atención, característica esta última que se convierte en uno de los principales obje-
tivos de sus vidas. Mas aspectos clínicos pueden verse en la sección correspondiente.

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-


IV-TR 10(F60.4)
A. Un patrón general de excesiva A. Deben cumplirse los criterios genera-
emotividad y búsqueda de aten- les de los trastornos de la personalidad
ción que empieza al principio de la (GI-G6)
edad adulta y que se da en diversos B. Deben estar presentes al menos cuatro
contextos, tal como lo indican cin- de los siguientes síntomas:
co ( o más ) de los siguientes ítems:
1. Tendencia a la representación de pa-
1. Expresa las emociones de manera peles, a la teatralidad y a la expresión
teatral, exagerada y como si estuvie- exagerada de las emociones.
ra representando una escena.
2. Sugestionabilidad y facilidad para dejar-
2. Es sugestionable, es decir, es fácil- se influir por los demás.
mente influenciable por los demás
3. Afectividad lábil y superficial.
o las circunstancias.
4. B úsqueda imperiosa de emociones y de-
3. Manifiesta una expresión emocio-
sarrollo de actividades en las que ser el
nal superficial y rápidamente cam-
centro de atención.
biante.
5. Comportamiento y apariencia marca-
4. Esta incomodo en situaciones en las
dos por un deseo inapropiado de sedu-
que no es el centro de la atención.
cir.
5. La interacción con los demás se ca-
6. Preocupación excesiva por el aspecto
racteriza a menudo por conductas
físico. Pueden presentarse además: ego-
sexualmente seductoras o provoca-
centrismo, indulgencia para sí mismo,
tivas de forma inapropiada.
anhelo de ser apreciado, sentimientos
6. Utiliza constantemente la aparien- de ser fácilmente herido y conducta
cia física para llamar la atención. manipulativa constante para satisfacer
7. El estilo del habla es excesivamente las propias necesidades.
impresionista y no incluye detalles. Incluye:
8. Considera sus relaciones más ínti- • Personalidad psicoinfantil e histérica.
mas de lo que son en realidad
• Trastorno psicoinfantil e histérico de la
personalidad

Grafico Nº14. Criterios diagnósticos de dsm-iv-tr (apa, 2000) y de la cie-10 (oms, 2000) para
el trastorno histriónico de la personalidad.
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología
y trastornos psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.
ollo
nidos 114
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
Diagnóstico diferencial y comorbilidad
Dado el carácter cambiante en la expresión emocional de los sujetos con un THP,
puede confundirse esta etiqueta con el diagnóstico de ciclotimia o trastorno bipo-
torio Anotaciones lar no especificado, siendo más probable encontrar similitudes cuando se trata de
la fase eufórica de esos tipos de trastornos bipolares. La diferencia estriba en que
los altibajos emocionales de los sujetos con THP no son, en intensidad y duración,
tan amplios como en el caso de los mencionados trastornos del estado de ánimo.
En cuanto a otros trastornos de la personalidad, el THP podría confundiré con el
límite, pero el THP se distingue del límite en la autodestructividad, en los senti-
mientos profundos de vacío y en las alteraciones de a identidad que predominan en
este último. El trastorno histriónico de la personalidad muestra una comorbilidad
sustancial con algunos trastornos del eje I como son los trastornos de ansiedad, los
trastornos somatoformes, los trastornos disociativos y la distimia.

Trastorno narcisista de la personalidad


El trastorno narcisista de la personalidad (TNP) se caracteriza por un patrón gene-
ralizado que entraña grandiosidad, en la imaginación o en el comportamiento, una
necesidad de admiración y una falta de capacidad empática.
Los pacientes con un TNP son excesivamente ambiciosos, carecen de empatía y
son muy sensibles a la evaluación de los demás. Es característico de este patrón
creerse con excesivos derechos y explotar a los demás. La evaluación por parte de
los otros les produce vergüenza, rabia, ira, humillación o una negación total de los
errores personales. Miren hacia su interior para obtener refuerzo y ratificación. La
debilidad y la dependencia son amenazantes. El aspecto diagnostico muestra que
estos individuos magnifican su valía personal, orientan su cariño hacia ellos mismo
y esperan que los demás les den reconocimiento y atiendan a sus gustos (Turner,
1996, citado por Vallejo, 2002). Los sujetos narcisistas crecen a menudo que no son
ellos los que han de cambiar, sino que son los demás quienes deberían hacerlo. Las
características del narcisista le impiden obtener retroalimentación adecuada de su
conducta por parte de los demás. Se pueden ver más aspectos clínicos en l sección
correspondiente.
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
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115

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seleccionadas

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-


IV-TR 10(F60.8)
A. 
Un patrón general de grandio- El trastorno narcisista de la personalidad
sidad ( en la imaginación o en el se incluye dentro de << otros trastornosRecordatorio Anotaciones

comportamiento), una necesidad específicos de la personalidad >>.


de admiración y una falta de em-
patía, que empiezan al principio
No presenta criterios diagnósticos espe-
de la edad adulta y que se dan en
cíficos de este trastorno e indica que esta
diversos contextos, tal como indi-
categoría se puede utilizar cuando se satis-
can cinco (o más) de los siguientes
fagan los criterios generales de trastorno
ítems:
de la personalidad). Cuando se utilice del
1. Un sentido grandioso de la propia código F60.8 (el de este trastorno), la CIE-
importancia. 10 recomienda incluir siempre una breve
2. Preocupación por fantasías de éxi- descripción del trastorno de personalidad
to, poder, brillo, belleza o amor específico
ideal ilimitados.
3. Crece que es especial y único y que
solo pueden comprenderle, o solo
debería relacionarse con, otras per-
sonas (o institucionales) especiales
o de elevado estatus.
4. Exige una admiración excesiva.
5. Tiene una sensación de <<estar en
su derecho>>, es decir, expectativas
poco razonables de recibir un trato
de favor especial o la anuencia au-
tomática con sus expectativas.
6. Tiende a la explotación interperso-
nal, es decir, saca provecho de los
demás para lograr sus propios ob-
jetivos.
7. Carece de empatía, es decir, es in-
capaz de reconocer o identificarse
con los sentimientos y las necesida-
des de otras personas.
8. A menudo tiene envidia de los de-
más o cree que los demás le tienen
envidia.
9. 
Presentan actitudes o conductas
arrogantes o soberbias

Grafico N°15. Criterios diagnósticos de dsm-iv-tr (apa, 2000) y de la cie-10 (oms, 2000) para
el trastorno narcisista de la personalidad.
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología
y trastornos psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

No obstante, dado el refuerzo que nuestra sociedad ofrece por muchas de las ca-
racterísticas individualistas típicas del TNP, es probable que es porcentajes en la
población general no reflejen la prevalencia real del trastorno. Según Robinson
(1999, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011), este trastorno se diagnostica
tres veces más en hombres que en mujeres, y según el DSM-IV-TR, del 50 al 75 por
100 d las personas diagnosticadas con este trastorno de la personalidad son hom-
bres. Estos suelen mani-festar más conductas de explotar a los otros y sentimientos
más profundos de <<estar en su derecho>> que las mujeres.
Diagnóstico diferencial y comorbilidad
La grandiosidad que presentan estos sujetos pueden confundirse con un episodio
maniaco o hipomaniaco, pero el menor deterioro funcional de los sujetos con un
TNP les diferencia de dichos episodios. Con respecto a otros trastornos de la per-
sonalidad, los sujetos que padecen un trastorno obsesivo compulsivo de la persona-
ollo
nidos 116
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
lidad (TOCP) podrían presentar similitudes con los narcisistas, ya que en los dos
casos se entregan al perfeccionismo, pero mietras que los sujetos con un TOCP son
muy autocríticos, los individuos con TNP creen haber alcanzado la perfección. Ni
torio Anotaciones
antisociales ni narcisistas presentan empatía, son de carácter duro y superficiales,
pero el narcisista no tiene por qué haber presentado un comportamiento delictivo.
Además, mientras que las personas histriónicas y límites suelen llamar la atención
en diversos ámbitos de sus vidas, los sujetos con un TNP sólo demandan un tipo de
atención: la admiración, La mayor comorbilidad relativa a los trastornos del eje I ha
sido con la depresión mayor y la distimia (42-50 por 100), seguidas de los trastornos
por consumo de sustancias psicoactivas (24-50 por 100) y del trastorno bipolar (5-12
por 100)(Ronningstam, 1993, citado por Caballo, Salazar y carrobles, 2011).

Trastorno de la personalidad por evitación


El trastorno de la personalidad por evitación (TPE) se caracteriza por un patrón
general de inhibición, hipersensibilidad a la evaluación negativa y sentimientos de
inferioridad. Los criterios diagnósticos de la CIE-10 y los del DSM-IV-TR para el
trastorno de la personalidad por evitación son bastante similares, aunque el DSM-
IV-TR incluye algún criterio diagnóstico más. En la CIE-10, este trastorno se recoge
bajo el nombre de trastorno ansioso (con conducta de evitación) de la persona-
lidad. Los sujetos con este trastorno se caracterizan por síntomas relativos a la es-
fera interpersonal, como la evitación de actividades que impliquen un contacto
interpersonal significativo, debido a las críticas, la desaprobación o el rechazo. No
se relacionan con personas a menos que estén seguros de que les van a aceptar.
Muestran inhibición en las relaciones íntimas debido al temor a pasar vergüenza o
ridículo y, a pesar de los deseos de relacionarse, se preocupan en exceso por ser cri-
ticados o rechazados en situaciones sociales. Algunos otros síntomas se refieren al
área de la imagen problemática sobre uno mismo, como estar inhibidos en nuevas
situaciones interpersonales debido a sentimientos de inadecuación y el percibirse
a sí mismos socialmente ineptos, personalmente poco interesante o inferiores a
los demás. Otras características están relacionadas con el estado de ánimo, como
el rechazo a correr riesgos personales o implicarse en actividades nuevas debido a
que puede resultar embarazoso. Se pueden ver más aspectos clínicos en la sección
correspondiente.
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Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


IV-TR (f60.O
A) Un patrón general de inhibición A) Deben cumplirse los criterios generales
social, sentimientos de inadecua- del trastorno de personalidad (Gl-G6).
Recordatorio Anotaciones

ción y una hipersensibilidad a la B) Deben cumplirse al menos cuatro de


evaluación negativa que comien- los siguientes síntomas:
zan al principio de la edad adulta
1. Evitación de actividades sociales, o labo-
y se presentan en una serie de con-
rales que impliquen contactos persona-
textos, tal como lo indican cuatro
les estrechos, por miedo a la crítica, la
(o más) de los siguientes síntomas:
desaprobación o el rechazo.
1. Evita trabajos o actividades que im-
2. Resistencia a entablar relaciones perso-
pliquen un contacto interpersonal
nales sino tienen la seguridad de que
importante debido al miedo a las
van a ser aceptados.
críticas, la desaprobación o el re-
chazo. 3. Preocupación excesiva por ser criticado
o rechazado en situaciones sociales.
2. Es reacio a implicarse con la gen-
te si no está seguro de que les va a 4. C reencia de ser socialmente inadecua-
caer bien. do, sin atractivo personal o inferior a
los demás.
3. Está preocupado por la posibilidad
de ser criticado a rechazado en las 5. Restricción del estilo de vida debido a
situaciones sociales. la necesidad de tener una seguridad fí-
sica.
4. Se ve a sí mismo socialmente inep-
to, personalmente poco interesan- (0) Sentimientos constantes y generaliza-
te o inferior a los demás. dos de tensión emocional y temor
5. Es extremadamente reacio a correr
riesgos personales o a implicarse
en nuevas actividades debido a que
pueden resultar comprometedoras.
6. Demuestra represión en las relacio-
nes íntimas debido al miedo a ser
avergonzado o ridiculizado.
7. 
Está inhibido en las situaciones
interpersonales nuevas a causa de
sentimientos de inadecuación

Grafico N°16. Criterios diagnósticos para el trastorno de la personalidad por evitación según
el dsm-iv-tr (apa, 2000) y del trastorno ansioso [con conducta de evitación] de la personali-
dad según la cie-10 (oms, 2000)
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos
psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Diagnóstico diferencial y comorbilidad


El solapamiento existente entre el TPE y otros trastornos tanto del eje I como del
eje II, tal y como: aparecen en el DSM-IV-TR, puede llegar a ser considerable. Éste
es el caso del TPE y la fobia social generalizada. No parece haber razones coheren-
tes para dife-renciar ambos trastornos (Caballo, 1995b, 2009b); incluso el DSM-IV-
TR señala que el solapamiento puede ser tan grande que estos dos diagnósticos
pudieran ser conceptos alternativos del mismo trastorno. Es probable que la psi-
copatología general en este ámbito varíe a lo largo de un continuo, desde la fobia
circunscrita, la más leve, en la que el sujeto tiene miedo a una o dos situaciones
sociales, hasta el TPE, el más grave, en el que están implicadas la mayoría de las si-
tuaciones sociales y cuyo inicio se remonta temprano en el tiempo (Caballo, 1995b,
2009b, citado por Caballo, Salazar y Carrobles, 2011).

Trastorno de la personalidad por dependencia


El trastorno de la personalidad por dependencia (TPD) se caracteriza por síntomas
tales como una necesidad profunda y excesiva de que le cuiden a uno, lo que lleva
a una conducta de apego y de sumisión y a temores de separación. Con respecto
a la clasifi-cación diagnóstica, el DSM-IV-TR propone además de los seis criterios
que tiene en co-mún con la CIE-10, dos más referidos a la tendencia de estas per-
ollo
nidos 118
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
sonas a buscar otra pareja cuando acaban una relación y a la falta de iniciativa para
iniciar proyectos debido a la desconfianza en sus propios juicios. Por su parte, la
CIE-10 incluye dentro de este trastorno otros diagnósticos propios de este sistema
torio Anotaciones
de clasificación (véase la tabla 15.11). El patrón de personalidad por dependencia
se caracteriza, en general, por una actitud4asiva y sumisa, una idea de sí mismo de
incompetencia e inutilidad y por ser personas ansiosas y tristes. Viven para satisfacer
las necesidades de los otros y su autoestima, y su mayor fuente de gratificación está
determinada por el apoyo y el afecto de los demás. Se pueden ver más característi-
cas clínicas en la sección correspondiente.

Diagnóstico diferencial y comorbilidad


Las características de dependencia se encuentran en muchos trastornos psiquiátri-
cos, por lo que, a veces, puede ser difícil el diagnóstico diferencial. La dependencia
es un factor importante en paciente
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Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-


IV-TR 10(F60.7)
A. Una necesidad general y excesiva A) Deben cumplirse los criterios generales
de que se ocupen de uno, lo que del trastorno de personalidad (Gl-G6).
Recordatorio Anotaciones

produce un comportamiento de B) AI menos cuatro de los siguientes sínto-


sumisión y apego y temores de se- mas han de estar presentes:
paración que empieza al inicio de
1. Capacidad limitada para tomar decisio-
la edad adulta y se encuentran pre-
nes cotidianas sin, el consejo o reafir-
sente en una serie de contextos, tal
mación de los demás.
como lo indican cinco (o más) de
los siguientes síntomas: 2. Fomenta o permite que otras personas
asuman responsabilidades importantes
1. Le es difícil tomar decisiones coti-
de la propia vida.
dianas sin una cantidad exagerada
de consejo y recomendaciones por 3. Resistencia a hacer peticiones, incluso
parte de los demás. las más razonables, a las personas de las
que depende.
2. Necesita que otras personas asu-
man la responsabilidad en las áreas 4. Subordinación de las necesidades pro-
más importantes de su vida. pias a las de aquellos de los que depen-
de; sumisión excesiva a sus deseos.
3. Le es difícil expresar desacuerdo
ante otras personas por temor a 5. Sentimientos de malestar o abandono
perder su apoyo o aprobación. al encontrarse solo, debido a temores
exagerados de ser incapaz de cuidar de
Nota: no se incluyen los miedos reales
sí mismo.
al castigo justo.
6. Temor a ser abandonado por una per-
4. 
Se esfuerza en exceso para obte-
sona con la que se tiene una relación
ner cuidado y apoyo por parte de
estrecha y temor a ser dejado a su pro-
los demás, hasta el punto de hacer
pia suerte.
voluntariamente cosas que le desa-
gradan. Puede presentarse además la percepción
de sí mismo como un individuo inútil, in-
5. Se siente incómodo o indefenso
competente y falto de resistencia.
cuando está solo, debido a temores
exagerados a ser incapaz de cuidar Incluye:
de sí mismo. • Personalidad asténica.
6. Está preocupado de forma poco • Personalidad inadecuada.
realista por el temor de que le • Personalidad pasiva.
abandonen y tenga que cuidar de
• Personalidad derrotista.
sí mismo.
• Trastorno asténico de la personalidad.
7. Busca urgentemente otra relación
como fuente de cuidado y apoyo • Trastorno inadecuado de la personali-
cuando termina una relación íntima. dad.
8. Le es difícil iniciar proyectos o ha- • Trastorno pasivo de la personalidad.
cer cosas por propia iniciativa (de- • Trastorno derrotista asténico de la per-
bido a una falta de confianza en sus sonalidad.
propios juicios o capacidades en
vez de a una falta de motivación o
energía).

Grafico N°17. Criterios diagnósticos del dsm-iv-tr (apa, 2a00) y de la cie-10 (oms, 2000) para
el trastorno de la personalidad por dependencia.
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología
y trastornos psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

2 TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO DE LA PERSONALIDAD, TRAS-


TORNO AUTODESTRUCTIVO, TRASTORNO SÁDICO DE LA PERSO-
NALIDAD
Trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
El trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad (TOCP) se caracteriza por sín-
tomas tales como el perfeccionamiento excesivo, la obstinación, la rigidez y falta
de decisión, El DSM-IV-TR (APA, 2000) y la CIE-10 (OMS, 1992) (que lo denomina
«trastorno anancástico de la personalidad»).
ollo
nidos 120
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
Los sujetos con este trastorno suelen tener un estilo de pensamiento extremada-
mente rígido, con una atención intensa y centrada en un detalle específico de una
situación concreta. Suelen ser buenos en tareas técnicas, detalladas, pero más defi-
torio Anotaciones
cientes en darse cuenta de los aspectos más globales de las cosas, como la atmosfera
de las interacciones sociales. La atención que prestan a los detalles a menudo les
lleva a que se fijen en aspectos triviales, excluyendo otros datos muchos más impor-
tantes. Raramente se relajan. Incluso cuando están de vacaciones, planifican un
programa completo para cada día con el fin de no perder el tiempo. Se pueden ver
más características clínicas en la sección correspondiente.

Diagnóstico diferencial y comorbilidad


La comorbilidad del TOCP con otros trastornos del eje I se ha investigado en mayor
medida con respecto al trastorno obsesivo compulsivo (TOC). La diferencia más
impor-tante entre el TOCP y el TOC es la presencia, este último, de verdaderas
obsesiones y compulsiones que no son frecuentes en el TOCP. El único criterio
diagnostico en el que coinciden ambos trastornos es la «incapacidad para tirar los
objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor sentimental». Aun-
que algunos estudios han encontrado una cierta asociación entre estos dos días de
trastorno (p. ej., Gruenberg, 1993; Skodol, 1993, Citado por Vallejo, 2002), gran
parte de las investigaciones indican que la mayoría de los sujetos con un TOC no
cumplirán los criterios del TOCP. Se ha señalado también que el TOC no constituye
una diátesis para el TOCP (Black y Noyes, 1997, citado por Vallejo, 2002). Muchos
de los rasgos del TOCP se solapan con las características de la personalidad tipo
A, tales como preocupación por el trabajo, competitividad y urgencia del tiempo
(APA, 2000).

Criterios diagnósticos según DSM- Criterios diagnósticos según CIE-10


IV-TR
A) Un patrón general de preocupa- A) Deben cumplirse los criterios generales
ción por el orden, el perfeccionis- del trastorno de personalidad (G1-G6).
mo y el control mental e interper- B) Deben de estar presentes al menos cua-
sonal a expensas de la flexibilidad, tro de los siguientes síntomas:
la espontaneidad y la eficiencia,
1. Preocupación excesiva por detalles, re-
que empieza al principio de la
glas, listas, orden, organización u hora-
edad adulta y se presenta en una
rios.
serie de contextos, tal como lo in-
dica cuatro (o mas) de los siguien- 2. Perfeccionismo que interfiere en la rea-
tes síntomas: lización de tareas.
1. P reocupación por los detalles, las 3. Rectitud y escrupulosidad excesivas jun-
normas, las listas, el orden, la or- to con una preocupación injustificada
ganización o los horarios hasta el por el rendimiento, hasta el extremo de
punto de perder la vista el objetivo renunciar a actividades placenteras y a
principal de la actividad. relaciones personales.
2. Un perfeccionismo que interfiere 4. Insistencia poco razonable en que los
en la finalización de la tarea. demás se sometan a su propia rutina de
hacer las cosas o resistencia poco razo-
3. Dedicación excesiva al trabajo y la
nable a dejar a los demás hacer lo que
productividad con exclusión de las
tienen que hacer.
actividades de ocio y de las amista-
des (no atribuible a una necesidad 5. Rigidez y obstinación.
económica obvia). (0) Falta de decisión, dudas y precaucio-
4. Es reacio a delegar tareas o a tra- nes excesivas, que reflejan una profun-
bajar con otros, a menos que se so- da inseguridad personal.
metan exactamente a su forma de (0) Excesiva pedantería y adhesión a las
hacer las cosas. normas sociales, con una capacidad
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5. Muerte rigidez y obstinación. limitada para expresar emociones.


6. Excesiva meticulosidad, escrupulo- (0) Irrupción no deseada e insistente de
sidad e inflexibilidad sobre temas pensamientos o impulsos.
de moral, ética o valores. Incluye:
Recordatorio Anotaciones

7. Incapacidad para deshacerse de • Personalidad compulsiva.


objetos gastados o inútiles incluso
• Personalidad obsesiva.
aunque no tengan un valor senti-
mental. • Trastorno compulsivo de la personali-
dad.
8. Adopción de un estilo avaro en los
gastos para si mismo y para los de- Trastorno obsesivo de la personalidad.

más
Excluye:
• Trastorno obsesivo compulsivo

Grafico N° 18. Criterios diagnósticos para el tratamiento obsesivo compulsivo de la persona-


lidad según dsm-iv-tr (apa, 2000) y para el trastorno anancástico de la personalidad según la
cie-10 (oms, 2000)
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología
y trastornos psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.

Trastorno autodestructivo (masoquista) de la personalidad


Según el DSM-III-R, la característica esencial del trastorno autodestructivo de la
personalidad (TADP) es un patrón patológico de conducta autodestructiva. La per-
sona puede evitar o descartar, a menudo, experiencias agradables, dejarse arrastrar
a situaciones o relaciones con las que sufrirá e impedir que los demás le presten
ayuda. La CIE-10 no incluye ese trastorno como tal en su sistema de clasificación.
Los individuos con un TADP parecen tener una extraña tendencia a perjudicarse
a sí mismos, acumulando contratiempos y frustraciones. Atribuyen sus éxitos a la
suerte y rebajan cualquier acontecimiento positivo que les suceda. En sus relaciones
de pareja, suelen descartar a las personas que les manifiestan un interés verdadero,
porque las consideran aburridas y por el contrario, parecen sentirse atraídas por
personas poco sensibles o incluso sádicas (Millon y Davies, 2001, Caballo, Salazar y
Carrobles, 2011). Los sujetos con un TADP reaccionan frente a la amenaza volvién-
dose vulnerables. Es como si solicitaran que los demás les criticaran, despreciaran
o juzgaran. Tienen una baja autoestima y apenas reaccionan cuando los otros les
pisa. Es más, no son conscientes de su patrón autodestructivo de comportamiento.

Diagnóstico diferencial y comorbilidad


En muchos casos de abusos físicos, sexuales o psicológicos, la persona se puede
comportar de forma que parezca autodestructiva. En tal caso, habrá que ver si la
conducta autodestructiva es persistente y no limitada a situaciones de abuso reales
o anticipadas. En los trastornos depresivos, la persona puede mostrar también con-
ducta autodestruc-tivas, pero no se hace el diagnóstico de trastorno autodestructivo
de la personalidad si las conductas únicamente se presentan cuando el sujeto está
deprimido. No obstante, los sujetos con personalidad autodestructiva con frecuen-
cia presentan episodios depre-sivos mayores o distimia (APA, 1987). No existen mu-
chos estudios sobre la comorbilidad del presente trastorno autodestructivo de la
personalidad, 15 padecían un trastorno del eje I (Reich, 1987). De éstos, el 53 por
100 sufría un trastorno depresivo mayor; el 20 por 100, fobias; el 13 por 100, un tras-
torno obsesivo compulsivo; el 13 por 100, alcoholismo; el 13 por 100, un trastorno
por ansiedad generalizada, y el 7 por 100, un trastorno de pánico.
ollo
nidos 122
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas

Criterios diagnósticos según l DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


III-R (F60.7)
A) Un patrón patológico de conduc- La CIE-10 incluye en el apartado del «Tras-
torio Anotaciones
ta autodestructiva que empieza al torno de la personalidad por dependen-
principio de la edad adulta y se cia» algunos diagnósticos que podrían te-
presenta en gran variedad de con- ner síntomas autodestructivos, tales como:
textos. El sujeto a menudo puede
evitar o desestimar las expectativas
Personalidad derrotista.
satisfactorias, dejarse arrastrar por
situaciones o relaciones o relacio- Trastorno derrotista asténico de la perso-
nes que le van a acarrear un sufri- nalidad.
miento e impedir que los demás le
presten ayuda, como se pone de No obstante, no presenta criterios diag-
manifiesto por al menos cinco de nósticos específicos de este trastorno
los siguientes síntomas.
1. 
Elige personas o situaciones que
conducen a la frustración, al fra-
caso o al maltrato, incluso cuando
existen claramente disponibles op-
ciones mejores.
2. Rechaza o hace inútiles los intentos
de ayuda de los demás.
3. 
Después de acontecimientos per-
sonales positivos, responde con
depresión o con una conducta que
ocasiona dolo (p. ej., un accidente).
4. Suscita respuestas de ira o de recha-
zo en los demás y luego se siente
herida, frustrada o humillada
5. 
Rechaza las ocasiones de experi-
mentar placer o es reacia a reco-
nocer que se divierte (a pesar de
poseer unas habilidades sociales
adecuadas y la capacidad para ex-
perimentar placer).
6. Fracasa en la consecución de tareas
cruciales para sus objetivos perso-
nales, a pesar de una demostrada
capacidad para hacerlo.
7. N
 o está interesada en, o rechaza a,
la gente que habitualmente le trata
bien.
8. Se implica en un autosacrificio ex-
cesivo que no le es solicitado por
los supuesto beneficiarios del sacri-
ficio.
B) 
Las conductas descritas en A no
se presentan exclusivamente en
respuesta a. o en anticipación de,
ser objeto de abuso físico, sexual o
psicológico.
C) Las conductas descritas en A no se
presentan únicamente cuando el
sujeto está deprimido.

Grafico N° 19. Criterios diagnósticos del dsm-iii-r (apa- 1987) y de la cie-10 (oms, 2000) para
el trastorno autodestructivo de la personali-dad
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología
y trastornos psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.
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Trastorno sádico de la personalidad
Según el DSM-III-R (APA, 1987), la característica esencial del trastorno sádico de la
personalidad (TSP) consiste en un patrón patológico de conducta cruel, desconsi-
derada y agresiva, dirigida hacia los demás. Recordatorio Anotaciones

Tienen un sentido especial para descubrir los defectos y debilidades ajenas y lo


aprovechan para explotar emocionalmente al otro. De esta forma, el sádico consi-
gue sentirse superior y con el dominio sobre aquellos que quedan aplacados bajo la
hostilidad que lo caracteriza.

Criterios diagnósticos según el DSM- Criterios diagnósticos según la CIE-10


III-R
A) Un patrón de conducta cruel des- La CIE-10 no incluye este trastorno en su
considerada y agresiva, dirigida clasificación
hacia los demás, que comienza al
principio de la edad adulta y que
se manifiesta por la presentación
repetida de al menos cuatro de las
siguientes características:
1. Haber utilizado la crueldad o la vio-
lencia física con el fin de establecer
la dominancia en una relación (no
sólo para alcanzar algún objetivo
no interpersonal, como puede ser
golpear a alguien con el fin de ro-
barle).
2. Humillar o dar un trato vejatorio a
alguien en presencia de otros.
3. Tratar o castigar con excesiva dure-
za a alguien que está bajo su con-
trol.
4. Divertirse o disfrutar con el sufri-
miento físico o psicológico de otros
(incluido los animales).
5. Mentir con el fin de causar daño o
dolor a otros.
6. Conseguir que otras personas ha-
gan lo que él/ella quiere, atemori-
zándoles
7. Limitar la autonomía de la gente
con la que se tiene una relación
íntima.
8. Fascinación por la violencia, las ar-
mas, las artes marciales, las heridas
o la tortura.
B) La conducta descrita A no se ha di-
rigido únicamente hacia una per-
sona (por ejemplo la esposa o un
niño) ni ha tenido como único fin
la excitación sexual (como el sadis-
mo sexual)

Grafico N° 20. criterios diagnósticos del dsm-iii-r (apa, 1987) y la cie-10 (oms, 2000) para el
trastorno sádico de la personalidad
Fuente: Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología
y trastornos psicológicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.
ollo
nidos 124
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

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nadas
Diagnóstico diferencial y comorbilidad
El trastorno del eje I que se ha encontrado asociado con más frecuencia al presente
trastorno de la personalidad ha sido el consumo de sustancias psicoactiva. Así, en el
torio Anotaciones estudio de Spitzer et al. (1991), el 61 por 100 padecía un trastorno depresivo mayor
o un trastorno distímico. También hay que diferencias el TPS del sadismo sexual,
en el que el sujeto realiza la conducta sádica para lograr la excitación sexual (APA,
1987). Con respecto al eje II, el estudio anterior halló que el 37 por 100-47 por 100
de los casos de TSP cumplía también los criterios del trastorno narcisista, mientras
que un 67 por 100-75 por 100 satisfacía los criterios del trastorno antisocial de la
personalidad.

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ACTIVIDAD N.° 4
Desarrollo Actividades Autoevaluación
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual.

Lecturas TEMA N.º 3: TRASTORNO DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA


Glosario Bibliografía
seleccionadas

Aunque no lo parezca, la capacidad de alimentarse y nutrirse de manera autónoma


y saludable implica procesos realmente complejos. Los trastornos alimentarios, o
Recordatorio de la conducta alimentaria (TCA) según terminología de la edición española del
Anotaciones

Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (diagnostic and statisti-


cal manual of problemas caracterizados por comportamientos, creencias y emocio-
nes anómalos sobre la alimentación, el peso y la forma corporal. Son clasificados
como trastornos mentales y reflejan una diversa y desconcertante seria de fenóme-
nos biológicos, psicológicos y sociales. Fairburn y Walsh (2002, Belloch, Sandin y
Ramos, 2008) los definen como una alteración de los hábitos alimentarios y de las
conductas de control de peso que dañan significativamente la salud o el funciona-
miento psicosocial de la persona, y no son se-cundarios a ningún trastorno mental
o médico. Se han convertido en una especie de epi-demia de finales del pasado
milenario en las sociedades occidentales, al menos, en su impacto.
Por otra parte la obesidad es el trastorno nutricional más frecuente en los países
desarrollados, Curiosamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) la decla-
ro epidemia global en 1998. Más de un billón de personas en el mundo sufren de
sobrepeso, y al menos 100 millones son obesos según cifras de la OMS de 2005. Se
podría pensar que si la obesidad ha adquirido proporciones “epidémicas”, eso sig-
nificaría que el hambre en el mundo está en recesión, sin embargo, el razonamien-
to no podría ser más equivoco. De hecho, se da la paradoja de que en los mismos
lugares donde la gente está mal nutrida por déficit empieza a emerger una nueva
generación de obesos mal nutrida por exceso. Este fenómeno se relaciona con lo
que se ha llamado “transición nutricional” (caballero y Popkins, 2002, Belloch, San-
din y Ramos, 2008). Consecuencia de la globalización se ha producido, sobre todo,
en los países en vías de desarrollo, un aumento de la disponibilidad de alimentos
industrializados, harina de maíz pre cocida, manteca de cerdo y mantequilla, acei-
tes vegetales, mayor cantidad de grasas y azúcar refinada, junto a una disminución
de leguminosas, tubérculos y frutas. Ello está contribuyendo a impulsar las actuales
epidemias mundiales de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Los
procesos de urbanización promueven estas conductas y reflejan cambios económi-
cos, socioculturales y de comportamientos (incluido el sedentarismo).

1 TRASTORNOS DE LA DISMINUCIÓN DE INGESTA


Criterios diagnosticos oficioales de la anorexia nerviosa

DSM-IV-TR
a). Rechazo a mantener un peso corporal igual o por encima del valor mínimo
normal considerado para la edad y la talla (p.ej. pérdida de peso inferior al 85
por 100 del peso esperable).
PSICOPATOLOGÌA I
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125

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
b). Miedo a intenso a ganar peso o convertirse en obeso, incluso estando por debajo
del peso normal.
c). Alteración de la percepción del peso o de la silueta corporales, exageración de
su importancia en la autoevaluación o negación del peligro que comportaRecordatorio
el Anotaciones

bajo pero corporal.


d). En mujeres pos puberales, presencia de amenorrea, por ejemplo, ausencia de al
menos tres ciclos menstruales consecutivos. (Se considera que una mujer tiene
amenorrea si sus periodos ocurren únicamente con tratamientos hormonales,
p.ej., con la administración de estrógenos).

Especificar tipo:
Tipo restrictivo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo no recurre
regularmente a atracones o purgar.
Tipo purgativo: durante el episodio de anorexia nerviosa, el individuo recurre re-
gularmente a atracones o purgas.

CIE-10
a). Pérdida significativa de peso (ICM de menos de 17,5). Los enfermos pre pube-
res pueden no experimentar la ganancia de peso propia del periodo de creci-
miento.
b). La pérdida de peso está originada por el propio enfermo, a través de:1) evita-
ción de consumo de <<alimentos que engordan>> y por uno o más de los sínto-
mas siguientes,2) vómitos auto provocados, 3) purgas intestinales auto provoca-
das, 4) ejercicio excesivo, y 5) consumo de fármacos anorexìgenos o diuréticos.
c) Distorsión de la imagen corporal que consiste en una psicopatología especifica
caracterizada por la persistencia, con el carácter de idea sobrevolada intrusa,
de pavor ante la gordura o la flacidez de las formas corporales, de modo que el
enfermo se impone a si mismo permanecer por debajo de un límite máximo de
peso corporal.
d). Trastornos endocrino generalizado que afecta al eje hipotálamo-hipofisariogo-
nadal manifestándose en la mujer como amenorrea y en el varón como una pér-
dida del interés y de la potencia sexual (una excepción aparente la constituye la
persistencia de sangrado vaginal en mujeres anoréxicas que siguen una terapia
hormonal de sustitución, por lo general con píldoras contraceptivas). También
pueden presentarse concen-traciones altas de hormona del crecimiento y de
cortisol, alteraciones del metabolismo periférico de la hormona tiroidea y ano-
malías en la secreción de insulina.
e). Si el inicio es anterior a la pubertad, se retrasa la secuencia de las manifestacio-
nes de la pubertad, o incluso esta se detiene (cesa el crecimiento, en las mujeres
no se desarrollan las mamas y hay amenorrea primaria, en los varones persisten
los genitales infantiles). Si se produce una recuperación, la pubertad suele com-
pletarse, pero la menarquía es tardía.

En la AN en particular, o el los TCA en general, hay una necesidad, una motivación


con significación personal por controlar la ingesta y, con ello, la forma corporal.
Por tanto, aunque exista cierta controversia con respecto al significado de la pre-
ocupación por el peso, lo cierto es que esta cualidad es lo que permite hacer el
diagnóstico diferencial entre los TCA y otros trastornos mentales.
Los últimos criterios de ambos sistemas destacan la presencia del trastorno endocri-
no al hacer referencia a la ausencia a la ausencia de al menos tres ciclos menstruales
conse-cutivos (sin tomar anticonceptivos). Sin embargo, la amenorrea en la AN
es un fenó-meno no demasiado comprendido, y es objeto considerable debate en
cuanto a su utili-dad como criterio diagnóstico. Los estudios suelen concluir que no
hay diferencias entre pacientes con AN con o sin menstruación. Además aún no se
ha propuesto un criterio equivalente para los pacientes de sexo masculino.
Unas de las novedades que incorpora el DSM en su cuarta edición y que no figura
en la CIE es la tipificación de las pacientes de AN en dos subtipos: restrictivo y pur-
gativo. Sin embargo, en este caso, sí que hay una diferencia entre ambas versiones
de la CIE. Mientras que en la versión de uso clínico (OMS, 1992) Ni se hace men-
cion, en la version de criterios de investigacion (OMS,2000) se alude a que en la AN
ollo
nidos 126
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
no pueden haber atracones y purgas, por lo que explícitamente no se reconocería
la existencia de tales subtipos.
La distinción entre los subtipos se basa en el patrón de síntomas que presenta la
torio Anotaciones paciente en el momento de la evaluación. En el respectivo se hacen dietas hipo-
calóricas y ejercicios de forma exhaustiva, episodios de atracones o de conductas
purgativas. La proporción de pacientes que solo se purgan sin atacarse es muy baja.
Además los pacientes del tipo purgativo son diferentes en su historia (sobre peso
familiar y personal), rasgos de personalidad (limite, narcisista antisocial) y sintoma-
tología y comorbilidad (impulsiva y presencia de otras adicciones).
Por otra parte, es bastante común que las pacientes alternen entre sintomatología
restrictivas y purgativas en diferentes momentos del trastorno, y en torno al 50 por
100 de pacientes con AN desarrollan posteriormente BN (Bulik, Sullivan, Fear y
Pickering, 1997). Ello ocasiona continuos cruces diagnósticos y crea dudas, como
veremos más adelante, con respecto al curso, la recaída, los subtipos o los mismos
criterios diagnósticos de los TCA.

2 TRASTORNO POR EXCESO DE INGESTA


Con respecto a la Bulimia Nerviosa, el primer criterio de ambos sistemas indica la
pre-sencia de un patrón de atracones recurrentes. El DSM-IV-TR, EN CONTRASTE
CON EL CIE-10, da una definición operativa del “atracón”: gran cantidad de comi-
da y perdida de control sobre la ingesta. Esta combinación de cantidad y control es
el argumento sobre el que se distinguen los atracones “objetivos” de los “subjetivos”,
estos últimos también son descriptivos por los pacientes cuando sienten que han
perdido el control sobre la ingesta, aunque sea con cantidades no necesarias gran-
des. Sin embargo, desde un punto de vista diagnóstico, el DSM-IV-TR no considera
estos episodios “atracones”. Por otro parte, la frecuencia exigida por el DSM-IV-TR
(dos veces por semana durante tres meses) también nos llevara al problema de los
cuadros atípicos. Precisamente en este tema existen diferencias entre la versión de
criterios de investigación de la CIE-10 (OMS, 2000), que recoge exactamente el
mismo umbral de frecuencia que el DSM-IV-TR, y la versión de servicios clínicos
(OMS, 1992), que no especifica ningún frecuencia temporal.
En segundo lugar aparece el otro criterio distintivo de este cuadro: las conductas
compensatorias, fundamentalmente, de carácter purgativo. Por último, destacar
que para diagnóstico de la BN también se requiere como criterio la alteración de
la imagen corporal y la centralidad de la apariencia en la definición y valoración
de uno mismo.
El DSM-IV-TR diferencia igualmente entre dos subtipos de Bulimia Nerviosa: el
“tipo purgativo” y el “tipo no purgativo”. La sintomatología purgativa se caracteriza
por vómitos auto inducido o abuso de laxantes, diuréticos o enemas. Como en el
caso del subtipo purgativo de la Anorexia , se asocia a mayor impulsividad y labili-
dad. El tipo no purgativo emplea otras estrategias compensatorias del peso, como
los ejercicios excesivo y de las dietas restrictivas. Esta distinción deriva de las obser-
vaciones de que las pacientes del subtipo no purgativo solían tener más edad, más
peso y menos frecuencia de atracones que las del subtipo purgativo (Bisaga y Walsh,
2005, Belloch, Sandin y Ramos, 2008).
La BN no purgativa se diagnostica con mucha menor frecuencia, y ha acabado
presen-tando problemas con los criterios diagnósticos del trastorno por atracón,
como se verá más adelante. No se puede hacer un diagnóstico simultaneo de AN
y BN en ninguno de los dos sistemas de clasificación: en el DSM-IV-TR el criterio
E de BN lo impide, en la CIE, la presencia de atracones impide el diagnóstico de
AN. Además de estos dos tras-tornos principales, ambos sistemas de clasificación
añaden una categoría inespecífica (los trastornos de la conducta alimentaria no
especificados (TCANE) en el DSM-IV-TR, o TCA atípicos en la CIE-10 para aquellas
presentaciones clínicas en las que, sin cumplir todas las exigencias de los criterios,
se da igualmente una gran preocupación e implicación con la comida, el peso y el
cuerpo. Ahora bien, en el caso de los TCA, “no especificados” no quiere decir que
tenga una significación clínica <<menos>>, ni que sea menos grave.

Complicaciones físicas más frecuentes en la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa.


*Anorexia nerviosa
complicaciones físicas
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127

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
- Hipotermia
- Bradicardia
- Hipotensión
Recordatorio Anotaciones
- Edema
- Lanugo
- Cianosis
- Estreñimiento
- Cambios metabolicos
• Hipoglucemia
• Hipercolesterolemia
• Hipercarotinemia
• Amenorrea

Otras consecuencias pueden ser irreversibles


- Osteoporosis
- Fracturas
- Cifosis
- Prolapso de la válvula mitral

*Bulimia nerviosa
Complicaciones físicas
- Deplección de los niveles de potasio
- Hipertrofia de la glándula parótida
- Hipopotasemia
- Hipocalemia
- Edemas en extremidades
- Alteraciones dentales
- Complicaciones digestivas
- Infecciones urinarias
- Otras consecuencias pueden ser irreversibles

Otras consecuencias pueden ser irreversibles


- Arritmias cardiacas
- Crisis tetánicas ( rigidezmuscular ).
- Parestesia periféricas
- Crisis epilépticas
- Complicaciones digestivas erosiones dentales

A largo plazo
- Daño renal
- Irregularidades menstruales
- Estreñimiento

Características clínicas
ollo
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as Glosario Bibliografía
nadas
A pesar de las diferencias, AN, BN y, en parte, el TA comparten una psicopatología
básica común que los define y distingue: la sobrevaloración que hacia la paciente
del peso y forma corporales en su valor como persona .Esa valía depende de unos
torio Anotaciones
patrones alimentarios tan alterados que pueden llevar al paciente a graves compli-
caciones físicas o incluso la muerte.
La alteración en la conducta alimentaria es, en gran medida, consecuencia de sus
intentos por controlar un peso y un cuerpo que no toleran y que desprecian, o que
acaban despreciando. En torno a esta característica central se articula el resto de
la sintomatología.Cualquier división a la hora de exponer las manifestaciones clí-
nicas de un síndrome es arbitraria y no exenta de dificultades .Aquí se optara por
comentar la sintomatología en aspectos conductuales, cognitivos y emocionales y
fisiológicos. Dado que hay muchos fenómenos compartidos entre los síndromes,
adoptaremos una visión dimensional de los síntomas, comentando los matices más
representativos de los diferentes cuadros.

Aspectos conductuales
Para un trastorno que se caracteriza por su escasa o nula conciencia de enferme-
dad, los aspectos conductuales, lo que la paciente hace o deja de hacer, ofrece una
interesante posibilidad de valoración clínica. El comportamiento de la paciente se
dirige a adelgazar y controlar su cuerpo: todo lo que hace lo hace por y para adelga-
zar, a medida que pasa el tiempo, es una dedicación en exclusiva (especifico de AN
y BN, y no de TA).En el caso de los TCA, hay al menos cuatro facetas que merecen
comentarse en este apartado: comportamiento alimentario, actividad física, con-
ductas y rituales en torno al cuerpo y relaciones interpersonales.
El comportamiento alimentario, como no podría ser de otra manera, presenta im-
portantes alteraciones, ya que llevan a la persona a un grave estado de malnutri-
ción. Los TCA suelen comenzar con un periodo de restricción alimentaria que
se va haciendo cada vez más exigente. Pueden aparecer rituales relacionados con
la comida (comer lento, cortar en pequeñas porciones, contar calorías, esconder
alimentos, etc.), lo cual agrava las relaciones con los demás en la mesa. En el caso
de la AN, pueden empezar a atesorar recetas, o cocinar, aunque raramente comen
sus propios guisos. Por su parte, los pacientes con TA suelen ser grandes comedores
y disfrutar con y de la comida, sobre todo de la comida apetitosa o”palatable”, lo
cual no es óbice para que su historia este salpicada por varios y diversos intentos de
dietas, y subidas y bajadas de peso.
Por otro lado, en algunos casos, estos periodos de restricción se pueden truncar con
episodios de una irresistible urgencia por comer, precisamente la característica que
Russell (1979, citado por Belloch, Sandin y Ramos 2008) describió para la BN. La
comida elegida suele ser la “prohibida”, es decir, la dulce o apetitosa, la cantidad
puede alcanzar 30 veces la recomendada en un día, pero lo habitual suele estar
entre las 600 y las 2.000 calorías.
Puede que los atracones se planifiquen (y se dispone de comida especial para ello),
o puede que asalten al paciente de improviso. Suelen iniciarse por estados de áni-
mo disfóricos( ansiedad, tensión, aburrimiento, ira, etc.), aunque también pueden
ser respuesta a emociones positivas , haber bebido alcohol , o comido alimentos”
prohibidos” .Algunas pacientes comen también con cierta secuencia para, según
ellas, tener la seguridad de que después se vomitara todo. La ingesta suele ser más
rápida que en las comidas normales. Los episodios de atracones de los pacientes
con TA suelen ser más largos, y los límites que marcan su inicio y final son menos
claros, por otra parte, los pacientes con TA tienden a comer más y tener episodios
de sobre ingesta fuera de los atracones, en contraste con las personas con BN, cuyos
atracones se dan en el contexto de una restricción alimentaria más rígida .El estar
picoteando a lo largo de todo el día suele ser más propio de las pacientes con TA.
Además de la restricción alimentaria, otra forma de compensar los atracones o de
controlar el peso son las purgas. La presencia de purgas suele ser señal de peor pro-
nóstico, física y mentalmente. Algunas pacientes tienen mucha facilidad para vo-
mitar, pero la mayoría acaba aprendiendo maniobras para vomitar a voluntad. Los
vómitos, normalmente considerados como problemas para las pacientes, suelen
aparecer tras los atracones objetivos, pero también pueden surgir tras los subjeti-
vos. En estos casos, el vómito suele ser ego sintónico y muy resistente al tratamiento.
Los diuréticos y laxantes también suelen ser habituales, y acaban creando cuadros
alternados de estreñimiento y diarrea. Todas estas conductas “compensadoras” son
consideradas por las pacientes como vergonzantes (también los atracones), y se lle-
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129

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seleccionadas
van con mucho secreto, al menos al principio, no siendo extraño que vayan dejan-
do indicios de estas maniobras con la esperanza de ser descubiertas. La presencia
de las conductas purgativas suele estar asociada a otros problemas de control de los
impulsos, especialmente al uso de sustancias. Recordatorio Anotaciones

Por otra parte, existen estrategias compensatorias de carácter no purgativo, por


ejemplo, la cumplimentación de dietas/ayuno y el ejercicio intenso.
Es habitual que estas pacientes , sobre todo en el caso de la AN ,tengan un nivel
de actividad excesivo: excesiva dedicación al estudio, reducción de horas de sueño
y, por supuesto , ejercicio físico para quemar de sueño y, por supuesto, ejercicio
físico para quemar calorías .Además , el ejercicio también puede ser objeto de ri-
tualización (seguir una determinada secuencia rígidamente). El ejercicio excesivo
también es muy habitual entre las pacientes con BN, aunque los estudios reflejan
que el ejercicio extremo en este grupo es menos común que en la AN. El control
del peso tras los atracones en el caso del TA, por definición diagnostica, no implica
purgas, y el ejercicio físico para quemar calorías no suele estar presente.
Con respecto a las conductas y rituales relacionados con el cuerpo podemos encon-
trar, por una parte, conductas de evitación: de algún tipo de actividad ( pesarse,
mirarse al espejo ,etc.), de gente ( atractiva, chicos , etc.), de lugares (piscinas,
gimnasios, etc.), de posturas (sentarse de determinada manera), y , por otra, inclu-
so en los mismos pacientes, la realización de rituales de comprobación( pesarse o
mirarse continuamente) o de acicalamiento( camuflar determinadas zonas corpo-
rales , maquillarse de determinada manera).En el caso de pacientes con AN o BN,
es habitual que evalúen sus progresos de pérdida de peso utilizando “marcadores”
como cinturones, un pantalón varias tallas por debajo de la que les correspondería
o la prominencia del hueso de la rodilla o de la costilla.
Por último, las relaciones interpersonales siempre están alteradas de una manera
u otra conflictividad familiar tras el trastorno suele ser la norma. El aislamiento
social suprime las gratificaciones socio afectivas y aumenta la disforia. A veces solo
mantienes contacto con otras amigas que hacen dieta. Aparecen y se exacerban
las manipulaciones y los engaños con respecto a su comportamiento alimentario.
Muestran mucha desconfianza de la información que le proporcionan los demás
sobre su aspecto y sobre que han de comer. Solo confían en sus propios juicios e
indicios, lo cual no hace más que empeorar las relaciones

Aspectos cognitivos
Parte de la presentación clínica cognitiva de los TCA es consustancial a su psicopa-
tología y parte es consecuencia de la malnutrición y la demarcación.
En el primer grupo se encontraria, sin lugar a dudas, la decisión de no comer para
perder peso, decisión que se lleva a cabo con una sorprendente terquedad. De he-
cho, para Bruch (1973, Belloch, Sandin y Ramos, 2008), la característica principal
de los TCA en general, y de la AN en particulares su “búsqueda incesante de la
delgadez” (relentless pursuit of thinness). Este fenómeno se ha conceptualizado
de muchas maneras: fobia al peso, histeria o incluso obsesión. Pero es el termino
psicopatológico de idea sobrevalo-rada el que mejor apresa su conceptualización.
Son creencias absolutamente centrales en el sistema de valores del individuo, tan
básicas que acaban definiendo su propio valor como persona, por otra parte, no
son en absoluto vividas ni como extrañas, ni como intrusas ni como desagradables.
De hecho, la creencia de que la delgadez está asociada al éxito y al poder social es
un valor compartido por gran parte de la sociedad occidental. Pero, a diferencia del
descontento de la mayoría, en la idea sobrevalorada de adelgazar el propósito de la
persona acaba adquiriendo tal centralidad y exclusividad en sus vidas, que estas pa-
cientes comentan con franqueza que antes que ganar un kilo más prefiere morirse.
La pérdida de peso y el control de la ingesta se perciben como logros impor-tantes,
y la capacidad de restringir y control.
Mientras la paciente controla todas estas facetas se siente reconfortada, pero cuan-
do cede a las presiones del hambre, se desata un intenso malestar emocional. Esta
“pasión” por la consecución de su propósito se refleja perfectamente en el respaldo
y popularidad que han adquirido en la cultura de internet las paginas “pro-an” y
“promia”, en la que las pacientes hacen publicidad de sus estrategias de pérdida de
peso y animan a seguir permaneciendo fieles a esta peculiar “comunidad”, conside-
rándose de algún modo especiales y privilegiadas .Sus pensamientos son ego sintó-
nicos, en su doble sentido: están en sintonía con su sí mismo y no les causa ninguna
molestia, al menos al principio del trastorno .A este respecto, es muy interesante
el matiz señalado por Beumont (2002, citado por Belloch, sandin y Ramos, 2011) ,
ollo
nidos 130
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nadas
quien afirma que, en el caso de la AN, la paciente se aferra a su demacración como
una forma de autorrealización y se identifica con su cuerpo ajado y llevado al limite.
Estar delgada( en su caso, absolu-tamente demacrada) es una meta en sí misma, no
torio Anotaciones
un medio para conseguir ser más feliz .Un matiz algo diferente se significa en la BN,
en la que estar delgada es una ma-nera de conseguir por su aspecto poco esbelto.
Los pensamientos “automáticos” negativos entorno al aspecto y el control de la in-
gesta, y las distorsiones cognitivas asociadas, son centrales en su psicopatología y en
las explicaciones cognitivas de estos trastornos. El contenido del pensamiento y los
razonamientos de estas pacientes están repletos de adjetivos muy globalizadores, y
sorprende su lenguaje negativo y despectivo en torno a su cuerpo.
Distorsiones cognitivas de la imagen corporal en pacientes con TCA
Abstracción selectiva: basarse en conclusiones o detalles aislados, ignorando la evi-
dencia en contra o más sobresaliente.“El único modo en que puede mantener el
control es a través del comer.”

Sobregeneralización: extraer una regla en función de un hecho y aplicarlo a otra


situación diferente.“Con mi peso anterior no era feliz, así que ganar peso no me
hace sentir mejor.”

Magnificación: sobrestimar el dignificado de una consecuencia no deseable.“He


engordado un kilo, nunca más podre ponerme unos shorts.”

Pensamiento dicotómico: pensar en términos extremos y absolutos.“Si he aumenta-


do un kilo, aumentare cincuenta.”

Personalización y autorreferencia: interpretaciones egocéntricas de hechos imper-


sonales o sobreinterpretacion de hechos relacionados con uno mismo.“Me aver-
güenzo de que otro me vea comer.”

Pensamiento supersticioso: creencia en la relación causa-efecto de hechos no con-


tingentes.“Es mejor no disfrutar de nada porque inmediatamente desaparecerá.”
Distorsiones específicas de imagen corporal la docena “sucia” (Cash y Grant, 1996,
Citados por Belloch, Sandin y Ramos, 2008).

Comparación injusta: compararnos con gente que conocemos que tienen atributos
físicos que uno desea.

El espejo malhumorado: generalización de pensamientos negativos y estados de


ánimo, provenientes de sucesos que no tienen que ver con la apariencia, a expe-
riencias corporales.

El ideal irreal: comparar el propio aspecto con el ideal de belleza del momento:
topmodels…
Expansión de la fealdad: extender el descontento a partir de algún aspecto que a
uno no le gusta.
Juego de culpar: inferir que el aspecto de uno ha sido la causa de algo que no se
quería que ocurriera.
La atadura de la belleza: pensar que la propia apariencia prohíbe o impide hacer
ciertas actividades.
La bella o la bestia: o guapa fea, o delgada o gorda, o baja o alta: no hay punto
intermedio.
La ceguera mental: minimizar los aspectos físicos propios que están bien
La lupa: atención excesiva a los defectos que uno percibe de sí mismo
Leer (mal) la mente: si yo lo pienso, los demás también lo estarían pensando
Predecir la desdicha: creer que el propio aspecto llevara a consecuencias negativas
en el futuro.
Sentirse fea: sentirse fea es la evidencia de que una debe ser, de hecho, fea.
TEMA N.º 4: TRASTORNOS DEL DÉFICIT COGNITIVO
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seleccionadas
1 RETARDO MENTAL
El retraso mental, llamado también retardo mental, abarca un amplio grupo de
pacientes cuyas limitaciones en la personalidad se deben, esencialmente, a que su
capacidad intelectual no se desarrolla lo suficiente para hacer frente a las necesida-
Recordatorio Anotaciones

des del ambiente y poder, así, establecer una existencia social independiente.
Fundamentalmente es un compromiso con el desarrollo del cerebro, de una enfer-
medad o de una lesión cerebral que se produce durante o inmediatamente después
del nacimiento, o es la consecuencia de un déficit en la maduración debido a que
los estímulos ambientales provenientes de fuentes familiares, sociales o culturales
han sido insuficientes para estimularla. Se muestra como una incapacidad o limi-
tación, tanto psíquica como social, y generalmente es descubierta en la infancia.
El retraso mental puede acompañarse de cualquier otro trastorno somático o men-
tal. De hecho, los pacientes afectados de un retardo mental pueden padecer todo
el espectro de trastornos mentales, siendo la prevalencia de éstos al menos tres o
cuatro veces mayor que en la población general. Es importante remarcar, además,
que los retrasados mentales tienen mayor riesgo de sufrir explotación o abuso físico
y sexual.
El término retraso mental significa "un funcionamiento intelectual por debajo del
promedio, que se presenta junto con deficiencias de adaptación y se manifiesta du-
rante el período de desarrollo (antes de los 18 años)". Esta definición, tomada de la
Asociación Americana de Deficiencia Mental, nos proporciona una visión dinámica
del trastorno.
Los modelos adaptativos, biomédico y sociocultural, representan las dos aproxima-
ciones principales a la definición conceptual del retraso mental. Los seguidores del
primer modelo insisten en las alteraciones básicas en el cerebro como condición
primordial para su diagnóstico. Los que proponen la segunda aproximación dan
más importancia al funcionamiento social y a la adaptación general a normas acep-
tadas (Freedman, 1977, Citado por Vallejo, 2002).
La etiología del retraso mental se considera mayoritariamente multifactorial, y la
combinación de los diversos factores etiológicos condiciona la gran variedad de ma-
nifestaciones clínicas. Se acepta que aproximadamente en el 30-40% de estos casos
examinados a nivel de consulta externa, no se puede determinar una etiología clara
a pesar de haberlos sometido a complejas evaluaciones. En el resto de los casos, los
principales factores causales se distribuyen de la siguiente forma: aproximadamen-
te en un 50% se detectan factores hereditarios; en un 30%, alteraciones tempranas
del desarrollo embrionario; en un 50%, trastornos somáticos de la niñez; mientras
que las influencias del entorno y los trastornos mentales, se registran entre el 15-
20% de los casos. Estos factores no se excluyen entre sí.

2 CARACTERÍSTICAS Y CASO CLÍNICO


Algunas personas con retraso mental tienen características físicas que les marca
como retrasados, además de ser bajo de estatura o poseer características únicas
facial asociada con condiciones relacionadas a su retraso mental. Otros tienen un
aspecto físico perfectamente normal.

Grados de retardo mental


El déficit en la función intelectual es considerado como su principal característica.
Se toma en cuenta el cociente intelectual (C.I.) para clasificar los grados de retardo.
Aquél debe determinarse mediante la aplicación individual de pruebas de inteli-
gencia estandarizadas y adaptadas a la cultura de la población de la cual es miembro
el sujeto. Las escalas de madurez social y de adaptación aportan una información
complementaria, siempre y cuando estén adaptadas al medio cultural del paciente,
debiendo completarse con entrevistas a los padres o a las personas que cuidan al en-
fermo y que conocen su discapacidad para la actividad cotidiana. Sin la aplicación
de métodos estandarizados, el diagnóstico del retardo mental debe ser considerado
como provisional. El carácter pluri-dimensional de éste se refleja también en los
diversos enfoques utilizados para clasificar esta enfermedad. Esencialmente, todos
ellos se refieren a las características del desa-rrollo del paciente, a su potencial de
educación y entrenamiento, y a su adecuación social y vocacional.
Los grados o niveles de retraso son clasificados por la CIE-10 de la forma si-guiente:
√ F70 Retraso mental leve (50 a 69 de C.I.)
ollo
nidos 132
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
√ F71 Retraso mental moderado (del 35 a 49 de C.I.)
√ F72 Retraso mental grave (del 20 a 34 de C.I.)
√ F73 Retraso mental profundo (menos de 20 de C.I.)
torio Anotaciones
√ F78 Otro retraso mental
√ F79 Retraso mental sin especificación

F70 Retraso Mental leve: Llamado también debilidad mental, subnormalidad men-
tal leve, oligofrenia leve, morón. Se considera que un cociente intelectual (C.I) de
50 a 69 corresponde a un retraso mental leve.
Son pacientes que adquieren tarde el lenguaje, aunque son capaces de mantener
una conversación y, por lo tanto, de expresarse en la vida cotidiana. Una gran parte
llega a alcanzar una independencia para el cuidado de su persona (comer, lavarse,
vestirse y controlar los esfínteres). Las mayores dificultades se presentan en las ac-
tividades esco-lares, sobre todo en la lectura y la escritura. Pueden desempeñarse
en labores prácticas, más frecuentemente en trabajos manuales semicualificados.
Cuando el retraso va acompañado de una falta de madurez emocional o social des-
tacadas, pueden presentarse dificultades para hacer frente a las demandas del ma-
trimonio o la educación de los hijos, así como en la adaptación a la cultura.
En sólo una minoría de los adultos afectados puede reconocerse una etiología or-
gánica.

F71 Retraso Mental Moderado: Llamado también imbecilidad, subnormalidad


mental moderada u oligofrenia moderada. Los pacientes con retraso mental mo-
derado mues-tran una lentitud en el desarrollo de la comprensión y el uso del
lenguaje, teniendo en esta área un dominio limitado. Los avances escolares son
limitados, y aprenden sólo lo elemental para la lectura escritura y cálculo. Tienen
dificultad para su cuidado personal. Sus funciones motrices son pobres, y necesitan
de una supervisión permanente. Se considera que un cociente intelectual (C.I.)
comprendido entre 35 y 49, corresponde al retraso mental moderado. En el trabajo
desarrollan labores prácticas y sencillas, siempre y cuando estén detalladamente
estructuradas y se les supervise de modo adecuado. De adultos es difícil que desa-
rrollen una vida social completamente independiente; sin embargo, muchos de
ellos son físicamente activos, con total capacidad de movimientos.
El nivel de desarrollo del lenguaje varía, desde la capacidad para tomar parte en
una conversación sencilla, hasta la adquisición de un lenguaje sólo para lo cotidia-
no. Existen pacientes que nunca aprenden a hacer uso del lenguaje y utilizan la
gesticulación manual para compensar la carencia verbal. En la mayoría se detecta
una etiología orgánica. Son frecuentes el autismo, o trastornos del desarrollo, así
como también la epilepsia, los déficit neurológicos y las alteraciones somáticas.

Retraso Mental Grave: Llamado también subnormalidad mental grave u oligofre-


nia grave. Se considera que un cociente intelectual (C.I.) entre 20 y 34, correspon-
de a retraso mental grave.
El paciente con retraso mental grave presenta un cuadro clínico mucho más severo
que el anterior; básicamente, su etiología es orgánica, asociada a otros trastornos
con escaso o nulo nivel del desarrollo del lenguaje, necesitándose, generalmente,
de una anamnesis indirecta. La gran mayoría de los pacientes presenta marcado dé-
ficit motor, o la presencia de otras carencias que dan evidencia clínica de un daño
o anormalidad del desarrollo del Sistema Nervioso Central.

Retraso Mental Profundo: Llamado también idiotez, subanormalidad profunda u


oligofrenia profunda. Se considera que el C.I., es inferior a 20.
Los pacientes de este grupo poseen muy limitada capacidad para cuidar sus necesi-
dades básicas, y requieren ayuda y supervisión permanente. No muestran capacidad
para comprender instrucciones o reconocerlas y actuar de acuerdo a ellas. Su co-
municación no verbal es muy rudimentaria; muestran una movilidad muy restringi-
da o totalmente inexistente, no controlan esfínteres. La etiología es generalmente
orgánica. Suelen estar acompañados de trastornos somáticos y neurológicos graves
que afectan la motricidad, así como de epilepsia o de alteraciones visuales y audi-
tivas. Es frecuente el autismo atípico, sobre todo en aquellos que son capaces de
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
133

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
caminar, así como la presencia de trastornos generalizados del desarrollo en sus
formas más graves.

Diagnóstico Recordatorio Anotaciones

El diagnóstico de retardo, cualquiera sea su grado, debe hacerse muy cuidadosa-


mente y por un profesional experimentado. Un diagnóstico equivocado puede
causar daños irreparables para el futuro del niño, así como prejuicios familiares y
sociales. Debe utilizarse los siguientes procedimientos:

- Historia Clínica
Anamnesis individual y familiar. La historia del embarazo y del parto, la consangui-
nidad de los padres y la presencia de trastornos hereditarios en la familia.

- Examen Físico
Debe incluir una minuciosa observación del nivel de actividad del niño y de la can-
tidad de interacción con los padres, con otras personas y con objetos inanimados.
El examen físico debe ser prolijo y objetivo.

- Examen Neurológico
La incidencia y gravedad de los trastornos neurológicos, generalmente, se acre-
cienta en proporción inversa al grado de retraso; pero, muchos niños con retraso
grave no tienen anomalías neurológicas graves. Inversamente, alrededor del 25%
de todos los niños con parálisis cerebral tienen inteligencia normal. En el examen
debe explorarse áreas motoras, sensoriales y síndromes neurológicos.

- Pruebas de Laboratorio
Exámenes bioquímicos, serológicos, citogenéticos, así como radiografías de cráneo,
to-mografía axial computarizada y resonancia magnética.

- Examen Psiquiátrico
Exploración psiquiátrica que abarca la entrevista, la historia psiquiátrica y el exa-
men del estado mental, pruebas de inteligencia y personalidad.
Es frecuente encontrar alteraciones en la conducta tales como hiperactividad, irri-
tabilidad, evitación y agresividad.

Diagnóstico diferencial
Diversas condiciones médicas pueden simular el retraso mental. Los niños que
proceden de hogares que proporcionan una insuficiente estimulación, pueden
presentar retrasos motores y mentales que son reversibles, si se les proporciona
un entorno enriquecido y estimulante en la primera etapa de la niñez. Diversas
incapacidades, sobre todo la sor-dera y la ceguera (así por ejemplo Helen Keller,
la ciega y sordomuda famosa por su inteligencia y voluntad), pueden simular un
retraso mental. Sin embargo, es necesario establecer el diagnóstico diferencial con:

a. Los trastornos específicos del desarrollo


El atraso en éste caso es en un área específica y no global.

b. Los trastornos generalizados del desarrollo


Aparece una alteración cualitativa en el desarrollo de la interacción social, de las
habilidades de comunicación, tanto verbales como no verbales, y de la imaginación.

c. Capacidad intelectual limítrofe


Generalmente, se establece dentro del rango de C.I. de 71 a 84, que requiere de
una detenida y prolija evaluación de todas las fuentes de información psicobioso-
ciales.
Prevención e importancia familiar y social
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nidos 134
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
Todos los conocimientos expuestos en este capítulo tienden a reforzar el criterio
de lo-grar máxima prevención posible del retardo mental. Se considera que en un
30% de los casos se puede prevenir un retardo mental. En general, la profilaxis del
torio Anotaciones
retraso mental debe tener en cuenta:
1. I nformación; cuando una pareja ha concebido un hijo con retraso mental, neta-
mente hereditario y de transmisión conocida, la probabilidad de tener otro hijo
anormal es mayor que la media de la población general.
2. P
 revención de infecciones e intoxicaciones en la gestación; rubeola, sífilis, reduc-
ción del consumo de alcohol.
3. Reducción de Contaminación ambiental; plomo y radiaciones.
4. Dieta adecuada; fenilquetonuria, galactosemia.
5. Investigaciones de las incompatibilidades sanguíneas fetomaternas.
6. Examen de cariotipo.
7. Prevención de los traumatismos obstétricos: anoxia neonatal.
8. Mejoría de la nutrición, agua, desagüe y vivienda.

Si hay algo que los niños y adultos con retardo mental comparten con mucha an-
gustia, es que son diferentes; éstas circunstancias hacen que socialmente sean con-
siderados como "excepcionales". Muchas veces las familias sobreprotegen a estos
niños y no les brindan la oportunidad de experimentar y resolver sus propias nece-
sidades, generando una imagen desdibujada de compasión y pena e impidiéndoles
que crezcan y maduren, merced al ensayo y error en la experiencia de vivir por sí
mismo. No se les prepara para la frustración positiva que conduce al crecimiento,
desprendimiento y madurez, actitud familiar que debe corregirse.
En suma, según Freedman "el retraso mental puede ser considerado como un pro-
blema médico, psicológico o educacional, aunque en último análisis es, fundamen-
talmente, un problema social".
Diagrama Objetivos Inicio

Desarrollo Actividades Autoevaluación


de contenidos

LECTURA SELECCIONADA N.° 1


Lecturas Glosario Bibliografía
Trastorno alimentario y su relación con la imagen y la autoestima en adolescentes
seleccionadas

Los trastornos de la conducta alimentaria constituyen hoy un problema de salud


publica endémico, por su creciente incidencia, gravedad de la sintomatología aso-
ciada, su resistencia al tratamiento y porque se presenta en edades cada vez más
Recordatorio Anotaciones
tempranas, persistiendo hasta la edad adulta.
Los datos epidemiológicos indican que el ideal de delgadez es una grave amenaza
y problema de salud, la anorexia y la bulimia conducen a la muerte en el 6% de
los casos que lo padecen (Facts of life, 2002, citado en Tayler, 2007). En cuanto a la
prevalencia, Schvili y Dayan (2000) senalan que esta fluctua entre el 0.5 y el 1% de
acuerdo al DSM-IV (2002) para los cuadros clínicos clásicos de anorexia y bulimia,
aunque existen hallazgos contradictorios en cuanto a cuál de ellos es el de mayor
prevalencia.
Barriguete, en el 2003, menciona que en las sociedades occidentales industrializa-
das estos trastornos presentan una mayor prevalencia y ocurren en todas las clases
socia-les, no solo en niveles socioeconomicos medio y alto. Una revisión hecha por
Anaya en el 2004, mostro que la tendencia de morbilidad en estudios referidos des-
de 1970 a 2002, indicaban un 6% de incidencia y 17% de prevalencia, incluyendo
aquellos que hacen referencia exclusivamente a la anorexia, los que solo lo hacen
a la bulimia y los que engloban y consideran todos los trastornos de la conducta ali-
mentaria en su conjunto. Respecto a la edad de inicio de estos trastornos, se encon-
tró que la edad promedio es de 17 anos, aunque hay algunos datos que proponen
edades entre 14 y 18 anos. La Facts of life, 2002 (citada en Taylor, 2007) reporta que
las más afectadas suelen ser las mujeres entre 15 y 24 anos, pero se han detectado
casos de trastorno alimentario en ninos de apenas siete anos y en personas de mas
de ochenta años. Por genero, se ha visto un aumento de la incidencia de los tras-
tornos alimentarios en las mujeres adolescentes de los paises de occidente (Taylor,
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UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
135

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
2007). Por su parte, la National Eating Disorders Association (NEDA,2002) consi-
dera que la bulimia se presenta entre el 1 y 2% de mujeres adolescentes y mujeres
jóvenes de la población americana afectadas por estos trastornos. Quintero, Pérez,
Montiel, Pirela, Acosta y Pineda, en el 2003, encontraron en la población venezola-
Recordatorio Anotaciones
na, una mayor prevalencia de bulimia en mujeres (0.82%) y una proporción menor
en varones (0.75%). La Encuesta Nacional de Epidemiologia Psiquiatrica realizada
en Mexico, no reporto casos de anorexia, aunque informo sobre una prevalencia
de bulimia en el 1.8% en mujeres de 18 a 29 años de edad (Medina, Borges, Lara,
Benjet, Blanco, Fleiz, et al. 2003).
En Mexico, las investigaciones de los trastornos alimentarios donde se ha estudiado
la valoracion de la imagen corporal y la dieta restrictiva en niños y adolescentes se
han realizado en poblacion femenina, son escasos los que han incluido a los hom-
bres (Alva-rez, Franco, Vazquez, Escarria, Haro & Mancilla 2003). Sin embargo,
estudios realizados en distintos estados de la Republica Mexicana han demostrado
que tanto los hombres como las mujeres presentan conductas de riesgo alimenta-
rio, como el realizado por Unikel, Saucedo, Villatoro y Fleiz (2002), donde men-
cionan que en los hombres, suele prevalecer una marcada tendencia a desear un
cuerpo mas corpulento y a mantener algunas conductas de riesgo como la practica
excesiva de ejercicio y comer compulsivamente.
Asimismo, Cruz, Avila, Cortes, Vasquez y Mancilla (2008), en un estudio realizado
con adolescentes universitarios mexicanos, encontraron que los hombres manifies-
tan mayor sintomatologia de trastornos alimentarios, insatisfacción corporal y con-
ductas de riesgo alimentario que las mujeres.
Caso contrario fue hallado por Aguilera y Milian (2006) en escuelas privadas de
otro estado diferente, pero en el propio país, en el que las mujeres de entre 18 y
19 años de edad, presentaban un mayor riesgo de padecer algún trastorno alimen-
tario. Por su parte, Vazquez, Mancilla, Mateo, López, Alvarez y Ruiz (2005), repor-
taron que los hombres realizan ejercicio fisico excesivo, mientras que las mujeres
realizan dietas restrictivas rigidas o ayunan. Hernandez y Laviada (2005) encon-
traron en estudiantes de preparatoria, una frecuencia alta de conductas de riesgo
alimentario, como vomito autoinducido, ayuno, sobrevaloracion de la importancia
del peso y la figura corporal como satisfactores personales y dieta restrictiva. Del
Bosque y Ehrenzweig (2004) realizaron un Taller para la prevencion de trastornos
alimentarios. El taller “El espejo de mi”, en una escuela secundaria publica, resulto
un instrumento util para mejorar la imagen corporal de las jovenes y elevar ciertas
dimensiones de la autoestima y del autoconcepto, pero no asi para el autocontrol.
Juarez y Ehrenzweig (2006) reportan que en estudiantes de una Preparatoria pri-
vada, un sexto de la población estudiada presenta riesgo de trastorno alimentario.
Encontraron correlaciones positivas con los factores de restricción y desinhibición,
pues aunque evitan comer alimentos altos en calorías, cuando los ingerían se sen-
tían culpables. Encontraron, además, que las mujeres de la muestra estaban más
preocupadas por su cuerpo, deseaban estar más delgadas y realizaban más ejercicio
que los hombres, con la finalidad de quemar calorias y asi disminuir su peso cor-
poral. En cuanto a la edad de inicio de los trastornos alimentarios, Unikel (2000)
menciona que las edades de inicio más frecuentes son entre 18 y 19 anos.
Sin embargo, en otro estudio realizado por Unikel, Saucedo, Villatoro y Fleiz
(2002), los resultados muestran una edad de inicio de 16.5 anos. Como dato adicio-
nal, Vázquez, Mancilla, Mateo et al. (2005), reportaron un porcentaje elevado de
conductas compensatorias no purgativas, como inducirse al vomito o hacer ejerci-
cios de manera extenuante para estar delgados, en jovenes de 15 anos, es decir, una
edad menor a la encontrada anteriormente en jóvenes mexicanas; conforme pasa
el tiempo se reduce cada vez la edad en que ocurren los trastornos alimentarios.
En el tema de los trastornos alimentarios, una de las variables estudiadas es la de
la imagen corporal que perciben las personas, esta se ha asociado frecuentemente
con la modificación nociva de los hábitos alimentarios, hasta llegar a constituir un
problema de salud. Se ha sugerido que la alteración de la percepción de la imagen
corporal es un síntoma precoz de la presencia de trastornos alimentarios como
anorexia y bulimia (Sanchez, 2001). Baile, en el 2002, agrega que “una alteración
de la imagen corporal o insatisfaccion corporal, se ha considerado clave dentro de
los posibles factores predisponentes a las distorsiones en la percepción del tamaño
corporal, como un criterio diagnostico, y ha provocado que se estudie como una va-
riable asociada a los trastornos de la conducta alimentaria”. Se han encontrado en
la literatura, otras definiciones sobre la distorsion preceptual de la imagen corpo-
ollo
nidos 136
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
ral, como la expresada por Sepulveda, Botella y Leon (2001), quienes la describen
como “la presencia de juicios valorativos sobre el cuerpo que no coinciden con las
características reales”.
torio Anotaciones Sin embargo, no existe un consenso en la definición de la imagen corporal y resul-
ta necesario especificar, en cada estudio, el aspecto de la imagen corporal que se
conside-ra alterado. En este caso, el término “distorsión perceptual” se entiende
como la altera-ción de la imagen corporal en lo relativo a la estimación de tamaño e
“insatisfacción corporal “como el conjunto de emociones, pensamientos y actitudes
negativos hacia el tamaño y la forma del cuerpo.
Para Chávez (2004) la imagen corporal representa una construcción social con re-
ferentes biológicos, psicológicos, económicos y socioculturales, por lo que espacios
culturales diversos dan lugar a patrones estético corporales específicos para cada
uno.
Por su parte, los medios de comunicación influyen en la existencia de un modelo
ideal de belleza establecido y compartido socialmente, lo que se traduce en una
presión sig-nificativa para los miembros de una sociedad, por la importancia que
se concede al atractivo para triunfar en todas las áreas. Unikel (2000) menciona
que la insatisfacción corporal, la excesiva preocupación por el peso y los trastornos
alimentarios han venido incrementándose de manera consistente en las escuelas.
Se han realizado investigacio-nes desde la perspectiva de las teorías del desarrollo
en las que se hace hincapie en el papel que desempeña el desarrollo de la infancia
y de la adolescencia en la distorsión de la imagen corporal.
Unikel, Saucedo, Villatoro y Fleiz (2002) argumentan que en algunos estudios se ha
demostrado que entre más afectado emocionalmente se encuentre un adolescente,
menos soportara su apariencia física y por ende será mas susceptible a desarrollar
trastornos alimentarios.
Montero, Morales y Carbajal, en el 2004, demostraron que la imagen corporal es
un buen predictor de los trastornos alimentarios y que los adolescentes tienden a
despreciar un cuerpo con sobrepeso, debido a que socialmente existe la creencia
de que un cuerpo delgado es el ideal; Asimismo, mencionan que el interés por
estudiar las alteraciones en la percepción de la imagen corporal es cada vez mayor,
en los estudios realizados se ha detectado que múltiples factores biológicos, sociales
y culturales modulan esta percepción, sin embargo, todavía no se han desarrollado
suficientes métodos objetivos para su valoracion y en algunos casos estos factores
son difíciles de estimar (Gupta, 2000). Al respecto, Dowson y Hendersen (2001) co-
mentan que la percepción de la imagen corporal se utiliza a menudo como medida
de la autoestima y del grado de sa-tisfacción con la propia imagen.
Abundando un tanto en el tema de la autoestima, Aramburu y Guerra, 2001 la
definen como “una especie de socio metro que indica el grado en que una persona
se percibe como incluida o excluida en el entramado social”, de modo que una de
las principales funciones que se atribuyen a la autoestima es la protección de la
exclusión social, esto es, la manera en que las personas tratan de manejar la impre-
sión que causan a los de-más, con estrategias que aseguren su integración social y
eviten su exclusión. Para García (1998) la autoestima se refiere a la forma en que
las personas se perciben a si mismas en terminos generales, independientemente
del aspecto analizado. Martínez, en el 2001, menciona que cientificos del desarrollo
humano, como Peretz, Elkins, Rogers, Maslow,Bettleheim, afirman que la autoes-
tima es una parte fundamental para que el hombre alcance su plenitud y plena
expresion de si mismo. La persona, en su autoeva-luacion,puede verse con orgullo
o verguenza, considerar que posee valor o falta de el.
Según algunos estudios citados por Ortuno (1978), las personas que presentan una
autoestima alta, muestran un control de sus impulsos mayor, con mas frecuencia se
auto refuerzan, refuerzan a otros más a menudo, se auto afirman, son persistentes
en la búsqueda de soluciones constructivas, poco agresivos y muestran una actitud
positiva hacia su propio cuerpo. Otros autores como Toro (1996) y Rosen y Ramírez
(1998) destacan que la baja autoestima es uno de los principales síntomas presen-
tes en las personas diagnosticadas con trastornos de la alimentación, expresándose
con inseguri-dad, falta de aprobación y de respeto hacia si mismas. La preocupa-
ción acerca del peso y la insatisfacción por la imagen corporal constituyen los dos
elementos básicos sobre los que se asienta esta baja autoestima como producto de
inferencias y creencias, muchas de ellas sujetas a distorsiones.
PSICOPATOLOGÌA I
UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
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137

Diagrama Objetivos Inicio Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas

TAREA ACADÉMICA N.º2


Desarrollo
Diagrama Actividades
Objetivos Autoevaluación
Inicio
de contenidos Esta actividad puede consultarla en su aula virtual. Recordatorio Anotaciones

Desarrollo
Lecturas Actividades
Glosario Autoevaluación
Bibliografía
de contenidos
seleccionadas

GLOSARIO DE LA UNIDAD IV
Lecturas Glosario Bibliografía
seleccionadas
Recordatorio Anotaciones

Hipervigilancia: Respuestas emocionales desproporcionadas como reacción a la


afectación física.
Recordatorio Epidemiología: La epidemiología es una disciplina científica que estudia la dis-tri-
Anotaciones

bución, la frecuencia, los factores determinantes, las predicciones y el control de


los factores relacionados con la salud y con las distintas enfermedades exis-tentes en
poblaciones humanas definidas.
Amenorrea: La amenorrea es la ausencia de la menstruación porque nunca co-men-
zó o porque se interrumpió posteriormente.
Objetivos Inicio
Endémico: Enfermedad propia de una zona o país

Actividades Autoevaluación
s

Glosario Bibliografía
BIBLIOGRAFÍA DE LA UNIDAD IV
s

Belloch, A; Sandín, B y Ramos, F. (2008) Manual de Psicopatología. Volumen I Ma-


drid: Mc Graw Hill.
o Anotaciones
Caballo,V; Salazar, I y Carrobles, J.(2011). Manual de psicopatología y trastornos psicoló-
gicos, Madrid. Mc. Ediciones Pirámide.
Vallejo, J. (2002). Introducción a la Psicopatología y la Psiquiatría Madrid: Elsevier Mas-
son.

Objetivos Inicio

AUTOEVALUACIÓN DE LA UNIDAD IV
Actividades Autoevaluación
s

1. Trastorno caracterizado por sospechas y desconfianzas infundadas hacia los de-


más.
s
Glosario a. Trastorno de personalidad paranoide
Bibliografía

b. Trastorno de personalidad esquizoide


c. Trastorno de personalidad antisocial
d. Trastorno de personalidad histriónico
o Anotaciones

2. Trastorno caracterizado por un desapego emocional y frialdad emocional.


a. Trastorno de personalidad paranoide
b. Trastorno de personalidad esquizoide
c. Trastorno de personalidad antisocial
d. Trastorno de personalidad histriónico

3. Trastorno caracterizado por la desconsideración y violación de los derechos de


los demás.
ollo
nidos 138
Actividades Autoevaluación UNIDAD IV: TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD, CONDUCTA ALIMENTARIA Y DÉFICIT COGNITIVO

as Glosario Bibliografía
nadas
a. Trastorno de personalidad paranoide
b. Trastorno de personalidad esquizoide
c. Trastorno de personalidad antisocial
torio Anotaciones
d. Trastorno de personalidad histriónico

4. T
 rastorno caracterizado por un patrón generalizado de emocionalidad y búsque-
da de. atención excesiva.
a. Trastorno de personalidad paranoide
b. Trastorno de personalidad esquizoide
c. Trastorno de personalidad antisocial
d. Trastorno de personalidad histriónico

5. Caracterizado por extrema grandiosidad, necesidad de admiración


a. Trastorno de personalidad histriónico
b. Trastorno de personalidad dependiente
c. Trastorno de personalidad antisocial
d. Trastorno Obsesivo compulsivo

6. Caracterizado por síntomas de perfeccionamiento excesivo.


a. Trastorno de personalidad histriónico
b. Trastorno de personalidad dependiente
c. Trastorno de personalidad antisocial
d. Trastorno Obsesivo compulsivo

7. Trastorno de la disminución de ingesta de comida


a. Anorexia
b. Bulimia
c. Obesidad
d. T. Obsesivo

8. Trastorno por exceso de la ingesta de comida


a. Anorexia
b. Bulimia
c. Obesidad
d. T. Obsesivo

9. En la etiología del retraso mental se considera mayoritariamente


a. Factores hereditarios
b. Trastornos del metabolismo
c. Aberraciones cromosómicas
d. Multifactorialidad

10 Según la OMS, el C.I. en el retardo mental leve se ubica entre:


a. 20-34
b. 50-69
c. menos de 20
d. 35-49
PSICOPATOLOGÌA I
ANEXODesarrollo
de contenidos
Actividades Autoevaluación
MANUAL AUTOFORMATIVO
139

Lecturas Glosario Bibliografía


seleccionadas
ANEXOS: CLAVES DE AUTOEVALUACIONES

Autoevaluación de la unidad I Autoevaluación de la unidad IIRecordatorio Anotaciones

PREGUNTA RESP. PREGUNTA RESP.


1 C 1 D
2 B 2 B
3 B 3 C
4 D 4 B
5 D 5 A
6 A 6 C
7 B 7 C
8 C 8 A
9 B 9 B
10 D 10 D

Autoevaluación de la unidad III Autoevaluación de la unidad IV

PREGUNTA RESP. PREGUNTA RESP.


1 C 1 A
2 B 2 B
3 C 3 C
4 C 4 D
5 D 5 A
6 C 6 D
7 A 7 A
8 C 8 B
9 D 9 D
10 A 10 B
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