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Dislipidemia

Las dislipidemias (DLP) reciben también el nombre de hiperlipidemias 1, son desórdenes

metabólicos frecuentes, que tienen como elemento distintivo una alteración del metabolismo

de los lípidos, con su consecuente alteración de las concentraciones de estos y de las

lipoproteínas en la sangre. Son un importante factor de riesgo de enfermedades que tienen

como sustrato anatómico la arterioesclerosis que pueden llevar a la mortalidad

cardiovascular.

Las causas pueden ser primarias (genéticas) o secundarias. El diagnóstico se basa en la

medición de las concentraciones plasmáticas de colesterol total, triglicéridos y lipoproteínas

individuales. El tratamiento comprende cambios dietéticos, ejercicio y fármacos

hipolipemiantes. 2

TRANSPORTE DE LÍPIDOS

Los lípidos son uno de los principales grupos de biomoléculas de los seres vivos. Se definen

como un conjunto de compuestos con heterogeneidad química que tienen en común su poca o

nula solubilidad en agua y, por el contrario, su solubilidad en solventes orgánicos como éter y

cloroformo, entre otros. El organismo humano cuenta con la capacidad de sintetizar casi

todas las moléculas lipídicas. 1

Se debe obtener de los alimentos algunas vitaminas liposolubles, además los ácidos grasos

esenciales, como el linoleico de la familia omega 3, y el linolénico de la familia omega 6. El

organismo humano tiene vías metabólicas, tanto anabólicas (síntesis de ácidos grasos, de

triacilgliceroles, del colesterol, etc.) como catabólicas (lipólisis, oxidación de ácidos,


oxidación de cuerpos cetónicos, etc.); la activación de las enzimas de estas vías reguladoras

depende de la presencia de múltiples factores bioquímicos y fisiológicos, con el fin de

mantener la homeostasis. Los lípidos son un grupo de sustancias muy heterogéneas que sólo

tienen en común estas dos características son insolubles en agua y solubles en disolventes

orgánicos, como éter, cloroformo, benceno, etc. Los lípidos cumplen funciones diversas en

los organismos vivientes, entre ellas la de reserva energética (triglicéridos), la estructural

(fosfolípidos).Los lípidos circulan en la sangre unidos a proteínas en forma de lipoproteínas,

actuando como vehículos de transporte en el plasma sanguíneo. Las lipoproteínas tienen un

núcleo lipídico no polar consta especialmente de triacilglicerol y Ester de colesterol, está

rodeado por una sola capa superficial de fosfolípido antipático y moléculas de colesterol estas

se orientan de modo que sus grupos polares miren hacia afuera, hacia el medio acuoso, como

en la membrana celular. La parte proteínica de una lipoproteína se conoce como

Apolipoproteina o Apoproteina que constituye cerca del 70 % de algunas HDL y tan solo 1 %

de Quilomicrones, algunas Apolipoproteinas son integrales y no es posible eliminarlas,

mientras que otras están libres para ser transferidas a otras Lipoproteínas. Una gran cantidad

de lípidos debe ser transportado de un órgano a otro a través del sistema circulatorio, por

ejemplo: los lípidos que se ingieren deber ser transportados del intestino hacia otros tejidos

del organismo, los triglicéridos formados en el hígado deben dirigirse al tejido adiposo donde

son almacenados, los ácidos grasos almacenados en el tejido adiposo deben ser llevados a

otros tejidos donde son utilizados como fuente de energía, y el colesterol debe también

transportarse de un tejido a otro en el organismo. En este último caso, el colesterol que se

consume es llevado hasta el hígado y, junto con el colesterol sintetizado en ese órgano, se

transporta a otros tejidos, donde se utiliza para la síntesis de membranas, hormonas, etc. 1

El sistema circulatorio es ideal para conducir sustancias hidrofílicas como la glucosa, los

aminoácidos, las sales y otras sustancias solubles, sin embargo, no lo es para trasladar lípidos
debido a su carácter hidrofóbico, estos necesitan mecanismos especiales para ser

transportados en la sangre. Como los lípidos pueden obtenerse de la dieta (exógenos) o ser

sintetizados en el organismo (endógenos), se generan dos vías distintas de transporte: 1

1. Vía exógena: los lípidos de la dieta son transportados desde el intestino hasta el hígado y

otros tejidos.

2. Vía endógena: los líquidos sintetizados en el hígado son transportados hasta los tejidos.

El transporte exógeno de los lípidos

Como se mencionó la vida exógena se refiere al transporte de los lípidos se obtienen a partir

de la dieta, de los cuales entre 95% y el 98% son triglicéridos, y el porcentaje restante son

fosfolípidos y colesterol. Al absorber estos lípidos, las células intestinales los empacas en los

quilomicrones que son las lipoproteínas de mayor tamaño, y contienen triglicéridos,

fosfolípidos, colesterol y apoproteínas. Los quilomicrones son de origen intestinal poseen

muy corta vida y prácticamente no existen en estados de ayuno. Son nacientes viajan a través

del ducto linfático torácico hacia la sangre para su distribución en los tejidos. Al alcanzar el

torrente sanguíneo, adquiere las apoproteínas C-II y E que les donan las lipoproteínas de alta

densidad, quienes a su vez reciben colesterol de los quilomicrones. El sistema linfático es una

ruta accesoria por la cual los lípidos, las proteínas y el líquido extracelular del espacio

intersticial regresan a la circulación sistémica, además de cumplir una función inmunológica.

Las células del tejido muscular, tejido cardiaco y tejido adiposo remueven triglicéridos de los

quilomicrones, y hacen estas lipoproteínas cada vez más pequeñas y densas. El proceso inicia

cuando al pasar por los capilares de estos tejidos, la enzima lipoproteínas lipasa es activada

por la apoproteína C-II de los quilomicrones; la lipoproteína lipasa hidroliza los triglicéridos,

contenidos en los quilomicrones y produce glicerol y 3 ácidos grasos; los ácidos grasos libres

y el glicerol son captados por las células de esos tejidos para su oxidación, o para

reconvertirlos en triglicéridos y almacenarlo en esa forma. Al remover parte de los


triglicéridos, la partícula de quilomicrones se transforma en remanentes. La apoproteína C-II

vuelve a las lipoproteínas de alta densidad, y las apoproteínas B-48 y E son reconocidas por

los receptores de remanente de quilomicrones en el hígado, donde son captados por

endocitosis, introducidos en la célula y, posteriormente degradados. Cuando la cantidad de

ácidos grasos que llega al hígado en los remanentes de quilomicrón es mayor que la que se

necesita en ese momento (para utilizarlos como fuente de energía o como precursores de otras

sustancias), las células hepáticas se convierten de nuevo en triglicéridos y los empaca en

lipoproteínas específicas (en las lipoproteínas de muy baja densidad), que son transportadas

en la sangre hacia otros tejidos mediante la vía endógena. 1

El transporte endógeno de los lípidos

El hígado también sintetiza triglicéridos y colesterol a partir de un exceso de carbohidratos o

de proteínas en la dieta. La vía endógena, se refiere al transporte de lípidos desde el hígado

hasta otros tejidos, donde serán almacenados o utilizados como fuente de energía. Los

triglicéridos y el colesterol del hígado son transportados en sangre a los tejidos extra

hepáticos por medio de las lipoproteínas de muy baja densidad, también contienen, en menor

proporción fosfolípidos y apoproteínas. Los quilomicrones, la proteína lipasa, estimulada por

la apoproteína C-II, actúan sobre las lipoproteínas de baja densidad para liberar ácidos grasos

y glicerol, el resultado son partículas más pequeñas y densas, con menor contenido de

triglicéridos y mayor proporción de colesterol llamadas lipoproteínas de densidad intermedia

y de baja. Las lipoproteínas de densidad intermedia transfieren, a las de densidad alta, parte

de los triglicéridos que todavía conservan, los fosfolípidos y la apoproteína C-II. A manera de

intercambio, las lipoproteínas de densidad alta transfieren ésteres de colesterol a las de

densidad intermedia mediante la proteína transportadora de ésteres de colesterol y convierten

las lipoproteínas de densidad intermedias en lipoproteínas de densidad baja. Un pequeño

porcentaje de las lipoproteínas de densidad intermedia es captado por el hígado, pero la


mayoría formará las lipoproteínas de densidad baja. La secuencia será entonces Lipoproteínas

de densidad alta->Lipoproteínas de densidad intermedia - >Lipoproteínas de densidad baja, y

el proceso se realiza en el plasma. 1

Las Lipoproteínas de densidad baja son muy ricas en colesterol libre y ésteres de colesterol,

y contienen apoproteínas B-100 como principal apoproteína. Proporcionan colesterol a los

tejidos periféricos que posean receptores de membrana que reconocen las apoproteínas B-

100. Este reconocimiento estimula la incorporación de las lipoproteínas de densidad baja al

interior de las células por medio de un mecanismo conocido como endocitosis, que requieren

receptores. El colesterol de las lipoproteínas de densidad baja que entra es incorporado a la

membrana, o re esterificado con ácidos grasos y almacenados en pequeñas gotitas en el

citosol de las células.Los receptores de lipoproteínas de densidad baja en el hígado son

especialmente importantes para regular las concentraciones plasmáticas de colesterol, ya que,

si este mecanismo de regulación llega a fallar por alguna causa, se aumenta la concentración

de colesterol sanguíneo, lo que implica un aumento en el riesgo de enfermedades del corazón.

Cuando hay suficiente colesterol disponible por parte de las lipoproteínas de densidad baja,

su síntesis en el hígado es inhibida, esto para evitar la acumulación excesiva de colestero. 1

El quinto tipo de lipoproteína lo constituyen las lipoproteínas de densidad alta, que se han

mencionado en la vía exógena y en la endógena. Son las lipoproteínas más pequeñas y densas

de todas, y poseen poco colesterol libre y casi nada de ésteres de colesterol. Las lipoproteínas

de densidad alta nacientes se producen en el hígado y en el intestino delgado, y tienen forma

de disco, pero no esférica como las otras lipoproteínas. El disco está rodeado de apoproteínas,

principalmente apoproteínas A-I y A-II, fosfolípidos y colesterol libre. Al ser liberadas al

plasma, las lipoproteínas de alta densidad captan colesterol libre de los tejidos y de los

quilomicrones. Este colesterol es esterificado por la LSAT y enviado al núcleo de las

lipoproteínas de alta densidad, entonces adquieren forma esférica. Así el colesterol de


diversos tejidos es transportado hasta el hígado, donde es captado y utilizado para la síntesis

de sales biliares. Es importante destacar que las síntesis de ácidos biliares y su posterior

excreción en las heces representan la única vía de excreción de colesterol. Las lipoproteínas

de densidad alta pueden recoger también el colesterol almacenado en tejido extra hepático, y

transportarlo hasta el hígado, lo que se llama transporte reverso de colesterol. Las

lipoproteínas de densidad alta favorecen la disminución del colesterol plasmático y participan

en la eliminación del colesterol de la pared arterial: los niveles elevados de colesterol

transportados en las lipoproteínas de alta densidad son un importante factor de disminución

del riesgo de enfermedades del corazón. 1

Metabolismo de lipoproteínas

Los triglicéridos de los quilomicrones y de las lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL)

son degradados en los tejidos por una enzima que se encuentra adosada a la superficie interna

de los vasos sanguíneos o endotelio: la lipasa de lipoproteína (LLP), una enzima dependiente

de la insulina que convierte estas partículas en remanentes o partículas residuales. La

apoproteína C-II de las VLDL y los quilomicrones activan a la LLP. El glicerol y los AG

liberados por la acción de la LLP son captados por tejidos como el tejido adiposo y muscular

que los almacenan o utilizan para obtener energía, los remanentes de los quilomicrones son

adquiridos por el hígado y reciclados en otras lipoproteínas y los remanentes de VLDL o

partículas de densidad intermedia (IDL) y pueden seguir dos destinos: se convierten en

lipoproteínas de baja densidad (LDL) por acción de la lipasa hepática (LH) o son captados

por el hígado. Las LDL, ricas en colesterol, se encargan de transportar el colesterol hacia los

diferentes tejidos, que lo emplean en la síntesis de hormonas esteroides, vitamina D y sales

biliares. El aumento de las LDL en sangre provoca un aumento del colesterol y eleva

considerablemente el riesgo de aterosclerosis. 3


A diferencia de las LDL, las HDL intervienen en el transporte inverso del colesterol desde los

tejidos y las paredes arteriales hasta el hígado, donde se excreta por la bilis al intestino, que

constituye una vía de eliminación del exceso del colesterol en el organismo. Esto explica

parte del efecto beneficioso de estas lipoproteínas; por eso el colesterol, unido a las HDL, se

le llama "colesterol bueno" y el unido a las LDL "colesterol malo". 3

La proteína de transferencia de ésteres de colesterol (CETP) facilita la remoción del CE desde

las HDL y, por tanto, reduce los niveles de HDL. Esto contribuye al transporte de lípidos a

sus lugares de destino cuando el metabolismo lipídico es normal. Cuando hay un retraso del

aclaramiento de las VLDL, la permanencia prolongada de estas partículas en el plasma

favorece el intercambio, lo que tiene varias consecuencias adversas: las LDL se enriquecen

en TG, lo que las convierte en un buen sustrato para la LH, que hidroliza los TG, y forma

LDL densas y pequeñas; estas LDL penetran fácilmente en la pared arterial y son muy

susceptibles a la oxidación; las HDL pierden colesterol y adquieren TG, que son hidrolizados

por la LH, y las VLDL enriquecidas en colesterol por este aumento del intercambio lipídico

también son aterogénicos, ya que no se captan por los receptores hepáticos y sí por los

macrófagos de la pared arterial. Estas alteraciones justifican la aterogenicidad de la

hipertrigliceridemia (es decir, su influencia sobre la ateroesclerosis), por lo que debe tratarse

como la hipercolesterolemia para reducir el riesgo cardiovascular. 3

Las VLDL se forman en el hígado y participan en la exportación del exceso de TG derivados

de los AG plasmáticos y de los residuos de quilomicrones. La síntesis de estas partículas se

incrementa cuando aumentan los AG en el hígado, como resultado de una dieta rica en

grasas, o en situaciones como la obesidad o la DM-2 en que se liberan grandes cantidades de

AG a la circulación. La LLP también degrada los TG de las VLDL hasta glicerol y AG. 3

Bibliografía
1. Solozarno L. Dislipidemias: Estudio de dislipidemia en pacientes adultos hospital de

machal. 2018 [citado el 5 de septiembre de 2021]. Disponible en:

2018_dislipidemias_solorzano.pdf (ifcc.org)

2. Arteaga Llona A, Velasco Fuentes N. Dislipidemias. ARS medica. 2017 [citado el 5

de septiembre de 2021]. Disponible en:Dislipidemia - Trastornos endocrinológicos y

metabólicos - Manual MSD versión para profesionales (msdmanuals.com)

3. Miguel Soca PE. Dislipidemias. Acimed. 2009 [citado el 5 de septiembre de 2021].

Disponible en:Dislipidemias (sld.cu)

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