Carolina Sarabia Paredes

VIII Semestre

EL DERECHO PUBLICO INTERNACIONAL Y EL DESARROLLO

Para responder esos interrogantes es vital partir desde una concepción primordial, y es que
en el punto de la historia en el que se encuentra la sociedad resulta irrisorio pensar que el
desarrollo no esta ligado a alguna de esas ramas del derecho que existen a día de hoy. El
progreso es algo que no se puede apartar y es simple y sencillamente porque el mundo, esta
construcción social de la que hoy goza la humanidad, está hecha a base del mismo.

El derecho internacional publico no se escapa de este vaivén intrínseco de la sociedad, por lo

tanto, no puede dejar de tener una relación con el desarrollo pues el deseo de avanzar es algo
que viene ligado a todo y a todos. Si se ubica en un punto en el que no se mueve hacia
adelante, llegaría un momento en el que debe desaparecer pues dejara de responder antes las
necesidades de la, para nada estática, sociedad, pues desde siempre esta ha querido dejar atrás
lo que ella misma considera como “primitivo” y de a poco, dando muchos pasos, aunque
algunos hacia atrás, lo ha conseguido.
Y es que es precisamente después de eventos tan trágicos y relevantes como las dos guerras
mundiales cuando el mundo entero hace catarsis y se robustecen muchos aspectos
encaminados a evitar sucesos como aquellos, uno de esos es el mismo derecho internacional
público.
Esta relación se evidencio con mayor claridad en el lapso en el cual se firmo la carta de la
ONU por las naciones pertenecientes a la misma, ya que ese momento de transición dio
origen a una nueva ideología de gobierno en el mundo colonizado, la cual removió las fibras
de esta rama del derecho y le dio un nuevo direccionamiento que antes no poseía pues
entraron a este nuevos Estados que antes no hacían parte del mismo y de esta forma
proporciono las herramientas para avanzar hacia esa anhelada construcción nacional.

En definitiva, la ideología latente que posee el mundo sobre el desarrollo se ha convertido en

el punto mas clave en la expansión del derecho internacional público. Sin embargo, no todo
esto es miel sobre hojuelas y es aquí donde el segundo interrogarse empieza a responderse,
pues es precisamente gracias a esa idea irrenunciable de las naciones, en conjunto con las
políticas del derecho internacional lo que termina por añadir a la ecuación una suma de
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VIII Semestre

efectos colaterales que son totalmente opuestos al desarrollo y todo lo que este supone o
busca representar.

Esa sed de desarrollo y progreso, lejos de disminuir, acabaría por aumentar de manera
significativa y progresiva las causas de la violencia. Todo esto como resultado de esa evidente
desigualdad social de las distintas naciones vinculadas a través del derecho internacional. El
hecho de que hagan parte de una colectividad, que de una u otra forma persigue fines
mancomunados y ubicadas socio - económicamente desde posiciones notoriamente
desiguales y por consiguiente con capacidades distintas, nubla un poco el panorama y los
ideales iniciales del desarrollo comienzan a transformarse de a poco en una utopía, pues se
vive desde una situación distinta que se asemeja más al realismo mágico que a la realidad
pura.

Como todo lo que existe, estas dos ramas tienen diversos puntos a favor y en contra, sin
embargo, es clara la inequívoca relación que existe entre las mismas, por lo tanto, se podría
concluir afirmando que ambas se construyen mutuamente y a pesar de los pasos en falso que
dan, siguen estando ligadas desde la raíz.