Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hemos ido tejiendo la trama de la catequesis en la Argentina con distintas manos y con hilos de colores
variados. También, con nudos y alguna que otra desprolijidad en el revés… Desde la animación, la
formación y la reflexión vamos tejiendo colaborativa y fraternalmente ese entramado para llevar
adelante la tarea de la catequesis, que tiene su fuente primordial en el don de la Palabra de Dios.
1. Hagamos memoria
Al respecto, vienen a mi memoria las palabras del Pbro. Frans De Vos, padre de la
renovación catequística en la Argentina. Con relación a sus escritos sobre el acontecer
catequístico en nuestro país, él afirmaba: “Éste no es un texto de historia en el sentido
científico de la palabra. Ciertamente contiene muchos datos históricos que podrían ser
útiles a los historiadores, pero carece de la rigurosidad y del método de un trabajo
histórico…”1 Como podemos ver, hace más de 40 años, también el Padre Frans hacía
memoria e indagaba en la historia de la catequesis.
2
También resulta clarificador leer De Congreso a Congreso. Una reflexión acerca de la catequesis en la Argentina a
través del tiempo y del Magisterio. Este texto fue elaborado por el Equipo ISCA en 2011 y en el Prólogo afirma: “De
Congreso a Congreso no es un texto acabado. Intenta hacer memoria de la reflexión catequética en nuestro país a
partir del primer Congreso Catequístico Nacional (1962) y llega al actual tiempo de preparación del III Congreso
Catequístico Nacional que se realizará en Morón durante el año 2012. Es, de alguna manera, un texto que está a la
espera, como en una vigilia…”
1
seguir comprometiéndonos con el presente y a proyectar responsablemente un futuro
de servicio al Reino. La Palabra es un don que Dios hace a todos los hombres y mujeres
y la catequesis es la tarea específica por la cual la Iglesia bebe en la fuente primordial
de la Palabra de Dios, para hacerse palabra inculturada que interpela y suscita la
respuesta de la fe.
No puedo aquí hacer un compendio de esa historia. Es ésa una tarea pendiente que
supera los propósitos de este trabajo. Tal vez alguien la encarará exhaustiva y
científicamente alguna vez. En estos hitos y procesos se fue forjando el corazón del
movimiento catequístico en la Argentina:
- los tres Congresos Nacionales de Catequesis: 1962, 1987 y 2012;
- el trabajo y los aportes permanentes de la Junta Nacional de Catequesis, el ISCA
y el Departamento de Animación Bíblica de la Pastoral;3
- los Encuentros Nacionales de Directores Diocesanos de Catequesis (ENADIRes)
y los encuentros nacionales y regionales generados por las distintas áreas
catequísticas;
- El Encuentro Nacional de Catequesis (ENAC), que se desarrolló a lo largo y a lo
ancho de las diversas regiones pastorales del país;
- los Seminarios4 y las Jornadas Nacionales de Catequética;5
- los Encuentros Nacionales de Evangelización y Catequesis (ENECs);
- el Simposio Internacional de Catequética de 2017;
- el Ánfora Web de 2020;
- el trabajo continuo de animación y de formación realizado por las juntas
regionales y por las juntas y secretariados diocesanos y...
- el servicio silencioso y sin descanso realizado por muchos catequistas anónimos
en cada una de las comunidades de la Argentina...
Motivos suficientes hay para ser agradecidos, para ir desgranando en la memoria del
corazón los nombres de aquellos hombres y mujeres, catequistas de nuestras
comunidades, que nos precedieron. Algunas veces, el tiempo tapa los recuerdos. En
otras ocasiones esos catequistas fueron tan humildes y silenciosos que sus nombres
quedaron en el olvido. En algunos casos, simplemente nos acostumbramos a verlos.
Sin pretender ser exhaustivo, reconozco, valoro y agradezco éstos y muchos otros
acontecimientos y procesos que fueron forjando el movimiento catequístico argentino.
Valoro y agradezco la vida de tantas personas, que se sumaron generosamente a la
misión. La catequesis no es un movimiento, como tantos otros, que puede estar o no
en la Iglesia, puesto que es esencial. No obstante, tiene algunos rasgos propios de los
movimientos: un lenguaje específico, algunas costumbres, actitudes que se reiteran
3
Todos ellos con la coordinación y animación de la Comisión Episcopal de Catequesis y Animación Bíblica de la
Pastoral.
4
Seminarios Nacionales de Catequesis (SENAC) de 2011, 2013 y 2014.
5
En 2000, 2002, 2003 y 2008.
2
porque son propias del perfil catequístico, una conciencia de lo colectivo o, mejor aún,
de pertenencia a la comunidad catequística y, sobre todo, una vitalidad inusitada que
congrega y contagia dando nueva vida al compromiso y promoviendo las vocaciones.
La catequesis tiene, en definitiva, una mística propia capaz de capear los más grandes
temporales.
Los catequistas, expertos en humanidad, conocen las alegrías y las esperanzas del
hombre, sus tristezas y angustias y saben cómo relacionarlas con el Evangelio de
Jesús6. Ellos son mujeres y hombres fuertes y creativos, que siguen realizando su
ministerio en medio de la crisis sanitaria que nos embarga. Lo hacen como pueden,
siguiendo una vocación y sin bajar los brazos porque tienen una palabra profética que
decir.
Estos catequistas herederos de una historia del paso a paso se encuentran hoy en la
Argentina, como en otros países del mundo, enfrentando fuertes vientos que arrecian
sin clemencia: por un lado, el prolongado cambio de época que pretende trastocar
valores y certezas y, por otro lado, una pandemia que no cesa y arremete dejándonos
cada vez más pobres y agotados. Estos catequistas saben que son profetas soñados
por Dios, enviados y cuidados por Él. Profetas enviados a dialogar en medio de una
sociedad sufriente, para que el rostro de Cristo se haga más fácilmente visible para
cada persona, al igual que en el encuentro con la samaritana, para conducirla
suavemente al descubrimiento del agua viva. (Cfr. Jn. 4, 5-42) 7
Ellos son profetas del diálogo que no ceden ante la verdad que Dios sembró en sus
corazones, que dan el salto, que se arriesgan y se atreven, que no negocian la propia
identidad cristiana, sino que quieren alcanzar el corazón del otro, de los demás
distintos a ellos, y allí sembrar el Evangelio, 8como verdaderos inculturadores de la fe.
La misión es siempre idéntica, pero el lenguaje con el cual anunciar el Evangelio pide
ser renovado con sabiduría pastoral9. Comunicadores de esperanza en el seno de una
sociedad que sufre, se enoja y se interroga. Conocen el Mensaje y la forma de
comunicarlo amigablemente, expresándolo en un lenguaje que toque el corazón de
nuestros interlocutores.10
Los catequistas tienen los pies en la tierra (humus). Escuchan los gritos de la realidad y
conocen las periferias existenciales de este largo y desafiante cambio de época que
hoy se radicaliza bajo la forma de pandemia global. También perciben las voces y los
6
Cfr. DC Nº 113.
7
Cfr. DC Nº 54.
8
Cfr. DC Nº 54
9
Cfr. DC Nº 206.
10
Cfr. AIDM Nº 91
3
gestos de esperanza que siguen brotando aun en medio de tanto dolor. Para salir
mejores de una crisis como la actual, que es una crisis sanitaria y al mismo tiempo una
crisis social, política y económica, cada uno de nosotros está llamado a asumir su
parte de responsabilidad, es decir compartir la responsabilidad. Tenemos que
responder no sólo como individuos, sino también a partir de nuestro grupo de
pertenencia, del rol que tenemos en la sociedad, de nuestros principios y, si somos
creyentes, de la fe en Dios11.
Por eso, los catequistas tienen hoy, más que nunca, una palabra que decir en este
concierto de voces que se va gestando, de mil maneras diferentes, en los más diversos
rincones del mundo. La palabra de los catequistas es autorizada, conocedora y
encarnada. Tiene su origen en la fidelidad al sujeto y en la fidelidad al Evangelio
inculturado. Junto con la fidelidad al Mensaje de fe, los catequistas se reconocen
convocados a conocer a la persona concreta y también el contexto sociocultural en el
que viven.12
Todo esto que les digo nos remite claramente a la dimensión social de la catequesis. El
Directorio (DC) publicado en 2020 es muy preciso con respecto a esto: la eficacia de la
catequesis es visible no sólo a través del anuncio directo de la Pascua del Señor, sino
mostrando también una nueva visión de la vida, del hombre, de la justicia, de la vida
social... Por eso, la presentación de la luz con la cual el Evangelio ilumina la sociedad
no es un segundo momento cronológicamente distinto del mismo anuncio de la fe. La
catequesis, como anuncio de la fe, no puede dejar de interesarse en todas las
dimensiones de la vida humana.14
Esta categórica afirmación nos remonta, no sólo a los catequistas argentinos, sino a los
catequistas latinoamericanos en general a aquella verdadera joya que fue Medellín 15
11
Cfr. Francisco, Audiencia General del 23/9/2020
12
Cfr. DC. Nº 146.
13
Lc. 10, 30 – 35.
14
Cfr. DC Nº 60
15
Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Tuvo lugar en Medellín, Colombia, desde el 24 de
agosto al 6 de septiembre de 1968.
4
para nuestro Continente. Hace poco más de 50 años la catequesis, como toda la
pastoral que emergió de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, colocó
preferentemente el acento sobre la dimensión evangélica del servicio al hermano… 16
Según Francisco Merlos Arroyo “catequesis de signo liberador” y “catequesis
liberadora” son dos expresiones para designar una misma realidad: la catequesis
surgida de Medellín.
Ante una mirada rápida o descuidada podemos pensar que el acento en Aparecida 18
(Vª Conferencia General del Episcopado Latinoamericano) está únicamente puesto en
otros aspectos: la experiencia viva de Jesucristo, el discipulado, la misión de anunciar a
Jesús… Una mirada más atenta nos hace descubrir que Aparecida señala, también,
que la situación social lleva muchas veces a una crisis en el sentido de la vida y a
situaciones humanas de gran inseguridad y angustia existencial. Aparecida hace revivir
algunos grandes postulados de Medellín que estaban sobre cenizas y amenazaban ser
olvidados. Sin embargo, tal rescate de Medellín no se encuentra en los textos que
hablan de iniciación cristiana y de catequesis, al menos explícitamente.19.
16
Cfr. Alves De Lima, Luiz, Itinerario de la catequesis de Medellín a Aparecida, 2016.
17
Cfr. Merlos Arroyo, Francisco, Catequesis liberadora en América Latina en Pedroza, V. M., Navarro, M., Lázaro
R., Sastre, J., (dir.) Nuevo diccionario de catequética, pág. 406, Ed. San Pablo, Madrid, España
18
Quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. Tuvo lugar en Aparecida, México, desde el 13 de
mayo al 31 de mayo de 2007.
19
Cfr. Alves De Lima, Luiz, texto ya citado.
20
La alegría de iniciar discípulos misioneros en el cambio de época. Nuevas perspectivas para la catequesis en
América Latina y El Caribe, Bogotá D.C., Colombia, 2015.
21
Cfr. AIDM N° 72. En la búsqueda de la dimensión social de la catequesis en el AIDM, podemos leer también los
siguientes números: 80, 87, 93, 96, 122...
5
Medellín, por su lado, no se ocupa sólo de lo eminentemente social, sino que propone
una catequesis evangelizadora que no presupone en sus interlocutores la fe sino que
impulsa una evangelización de los bautizados. Recomienda cambios en la preparación
a la confirmación de adolescentes y jóvenes y nuevas formas de catecumenado en la
catequesis de adultos.22 La dimensión antropológica y social de la catequesis de
Medellín va unida a su dimensión evangelizadora y la dimensión misionera e iniciática
de Aparecida y del AIDM implican, también, su carácter socio – transformador.
Es posible reconocer aquí algunas palabras claves que dan cuenta de la presencia de
ambos polos de esa dicotomía aparente: por un lado, el acompañamiento como
expresión de una catequesis antropológica y social que busca “saber estar” o “saber
convivir23.” Esta dimensión hace alusión a un catequista inserto en una comunidad
eclesial, como discípulo de Jesús, que vive en comunidad y en ella puede hacer
experiencia y dar testimonio del mandamiento nuevo. Allí es urgido a vivir según el
estilo de vida del Maestro.
24
Cfr. Mercieca, E. ¿Cómo acompañar espiritualmente? Salesianos de Uruguay. Cuadernillo de espiritualidad. Nº
83, 1994.
6
un proceso, sin querer precipitarlo ni controlarlo, consciente de que es inútil sustituir
un trabajo que sólo puede hacer el otro, pero estando ahí para animar, sostener, tirar
con cuidado y tiempo de un vida frágil que apunta y que lucha por salir a la luz.25
26
Cfr. Quijano, José Luis, Catequistas en salida. Claves y perspectivas para catequistas misioneros, Ed. PPC.
Buenos Aires, 2016.
27
Cfr. Quijano, José Luis, Catequistas en salida. Claves y perspectivas para catequistas misioneros, Ed. PPC.
Buenos Aires, 2016.
28
Cfr. DC Nº 61.
7
especialmente en la presentación de la catequesis al servicio de la iniciación a la vida
cristiana. El Directorio especifica claramente, en virtud de los interlocutores y de su
situación de fe, diversas propuestas catecumenales. Al igual que el Directorio, el AIDM
opta por la pedagogía iniciática desarrollada a lo largo de los momentos explicitados
en el RICA. El nuevo paradigma propuesto (…) consiste en concebir la catequesis como
un verdadero proceso de iniciación a la vida cristiana. Tal proceso de iniciación tiene
en el catecumenado primitivo su fuente de inspiración y un modelo todavía vigente,
sobre todo por su vigor y carácter mistagógico integrador.29
Más allá de todas estas opciones y de los marcos teóricos en los cuales ellas se
fundamentan, como este trabajo se propone presentar escenarios y visualizar
horizontes, vamos a tratar de trascender aquello que alguna vez denominamos la
catequesis pensada30 para situarnos realista y fácticamente en la catequesis vivida en
nuestras comunidades. Carezco, para ello, de un estudio de campo abarcativo de la
compleja y vasta realidad nacional.
Este diálogo al cual la Iglesia se siente llamada tiene estrecha relación con la práctica
sinodal. Una conciencia renovada de la identidad misionera requiere hoy una mayor
capacidad de compartir, comunicar, encontrarse, así como de caminar juntos sobre el
sendero de Cristo en la docilidad al Espíritu Santo. Por eso, escuchar es mucho más
que oír. La buena escucha es escucha recíproca. No admite el poder de uno sobre el
otro, ni la manipulación o el autoritarismo.
29
Cfr. AIDM Nº 38.
30
Cfr. Cfr. Quijano, José Luis, Catequistas en salida. Claves y perspectivas para catequistas misioneros, Ed. PPC.
Buenos Aires, 2016.
8
Cuando, en cambio, hablamos de catequistas compañeros de camino estamos
hablando de esto y de mucho más: hablamos de catequistas que proponen y esperan,
que tienen paciencia y no imponen. Durante mucho años, y aún hoy, hemos realizado
nuestros planteos educativos y pastorales desde una lógica que podríamos llamar
“externa”. Nos hemos esforzado por exigir un ideal a alcanzar, usando recursos y
estrategias que consideramos oportunos. Desde esta lógica, de afuera hacia adentro,
el ideal, como bien arduo a alcanzar, a veces se torna más externo y lejano a la
persona.
9
requiere ser actualizado, adaptado y sistematizado. Hay aquí, tal vez, una tierra que
puede ser fecundamente cultivada, puesto que se percibe en estos propósitos la
misma lógica que plantea el DC en cuanto a la dimensión social de la catequesis y que
ya hemos citado en este mismo trabajo: la eficacia de la catequesis es visible no sólo a
través del anuncio directo de la Pascua del Señor, sino mostrando también una nueva
visión de la vida, del hombre, de la justicia, de la vida social... Por eso, la presentación
de la luz con la cual el Evangelio ilumina la sociedad no es un segundo momento
cronológicamente distinto del mismo anuncio de la fe. La catequesis, como anuncio de
la fe, no puede dejar de interesarse en todas las dimensiones de la vida humana.31
31
Cfr. DC Nº 60
32
Cfr. AIDM Nº 38.
33
Cfr. EG Nº 35 y 36.
34
Cfr. EG Nº 164.
10
6. Horizontes para la catequesis en Argentina
Vuelvo ahora a traer aquí, en el final del trabajo, el mismo leitmotiv con el que
empezamos el texto. Un buen leitmotiv se reitera, aparece en distintos lugares del
texto para darle fuerza a la idea original: Hemos ido tejiendo la trama de la catequesis
en la Argentina con distintas manos y con hilos de colores variados. También, con
nudos y alguna que otra desprolijidad en el revés… Desde la animación, la formación y
la reflexión vamos tejiendo colaborativa y fraternalmente ese entramado para llevar
adelante la tarea de la catequesis, que tiene su fuente primordial en el don de la
Palabra de Dios.
Es, tal vez, esa falta de convergencia temporal entre la catequesis pensada y la
catequesis vivida el mayor punto a resolver en nuestra catequesis: he ahí el conflicto,
están ahí los nudos y las desprolijidades que se perciben en el revés de la trama. Esta
situación no es exclusiva de Argentina. También ha sido percibida en otros países de
nuestro continente. La catequesis pensada va por delante de la catequesis vivida.
11
12