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“¡Educar en la fe es bello!
Es quizá la mejor herencia que podamos dar: ¡la fe!” 1
(Papa Francisco)
Reflejar también tu trayectoria de presencia y servicio en la Iglesia, así como los momentos en
los que has experimentado que Dios te llamaba a ser catequista.
Han pasado 50 años y es justo reconocer que no todo se hizo como se anhelaba, sobre todo por
el entusiasmo y apresuramiento con que se encaró la propuesta. La necesaria adaptación a las
características propias de cada Diócesis no siempre se concretó. Tampoco se tuvo en cuenta la
implementación de un itinerario permanente de formación; a veces sí, pero sin una continuidad
en el tiempo.
En nuestra Diócesis de Lomas de Zamora, el obispo Mons. Alejandro Schell en 1967 nombró una
nueva Junta Catequística Diocesana, después de un paréntesis de cinco años, y abrió el primer
Seminario Catequístico Diocesano, al que puso bajo la advocación de la Reina de los Apóstoles.
El nombre de Seminario (que hace alusión a siembra, a cultivo, a un proceso vivido y asimilado)
se lo prefirió al de curso o escuela catequística, para que se apreciara mejor que el aprendizaje
del contenido necesita ser asimilado dentro de una experiencia de Iglesia, a fin de que la
catequesis apareciera como un proceso iniciático y no simplemente como un aprendizaje
conceptual-doctrinal. También para evitar et equívoco de que un "curso te hace catequista". En
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A los participantes en un Congreso Internacional sobre la catequesis (27 de septiembre de 2013)
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realidad, el catequista es un evangelizador ya que forma parte de la acción evangelizadora de la
Iglesia: "De ahí que se haya podido definir la evangelización en términos de anuncio de Cristo a
aquellos que lo ignoran, de predicación, de catequesis, de bautismo y de administración de los
sacramentos" (EN 17). En este sentido, todos los creyentes bautizados son llamados a
evangelizar, como nos lo recuerda el Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium: "...el Resucitado envía a los suyos a predicar el Evangelio (Mt 28, 19-20) en todo tiempo y
por todas partes, de manera que la fe en Él se difundo en cado rincón de la tierra". (EG 19) "...y todos
somos llamados a esta nueva 'salida' misionera. Cada cristiano y coda comunidad discernirá cuál es
el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia
comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio". (EG 20)"Ha
crecido la conciencia de la identidad y la misión del laico en lo Iglesia... la toma de conciencia de esta
responsabilidad laical, que nace del Bautismo y de la Confirmación, no se manifiesta de la misma
manera en todos partes." (EG 102) Por eso, el Seminario no hace catequistas ni habilita a la
catequesis, sino que ofrece formación a los que ya están en una tarea evangelizadora,
especialmente la catequística.
2. Se buscaba que la Palabra de Dios ocupara el lugar central de toda catequesis. El momento
histórico necesitaba un lenguaje nuevo de comunicación eclesial y un diálogo fraterno con la
sociedad. Había que aprovechar los métodos propios de comunicación moderna y los aportes
de las ciencias sociales, de la psicología, de la pedagogía y de la sociología. De esta manera, se
entendía ser fieles a Dios y al hombre. Todavía resonaba, el mensaje del Papa Pablo VI al clausurar
el Concilio (7/12/1965); "Para conocer al hombre, al hombre verdadero, al hombre integral, es
necesario conocer a Dios,...podemos afirmar también: para conocer a Dios es necesario conocer al
hombre". Entre otras cosas ya nombradas se trataba de cambiar el eje de la catequesis de
iniciación: de estar dirigida solamente a los niños a tener a los adultos como centro de la
evangelización, sin por eso descuidar a aquellos. El momento histórico en el que estamos
inmersos nos enfrenta a un nuevo y urgente desafío: las fronteras existenciales.
Conviene aclarar que el plan de formación no se mantuvo siempre el mismo, sino que fue
cambiando con el tiempo, acompañando a los nuevos desafíos que se iban presentando. Así
también se revisó ese plan para adaptarlo al momento y al horizonte propuesto por el Tercer
Congreso Catequístico Nacional (mayo, 2012) y la iluminadora Exhortación Apostólica del Papa
Francisco: Evangelii Gaudium (2014).2
4. Directorio General para la Catequesis. El nuevo Directorio fue aprobado por el papa Francisco
el 23 de marzo de 2020. Este Directorio, el tercero de su género desde el Concilio Vaticano II,
está llamado a dar los principios fundamentales teológicos y pastorales de la acción catequística
en el contexto actual. El documento se compone de tres partes: La catequesis en la misión
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Estas notas están transcritas del documento “INTRODUCCIÓN A LA CATEQUESIS I”. Seminario Catequístico María
Reina de los Apóstoles.
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evangelizadora, el proceso de la catequesis, la catequesis en las Iglesias particulares. La primera
parte es fundamental; está centrada en la identidad y la finalidad de la catequesis. La segunda
parte, más práctica, trata de la pedagogía de la catequesis, de su metodología, así como de sus
diversos destinatarios/interlocutores. La tercera parte, toma en cuenta las realidades locales y
llama a la catequesis a una renovada inculturación frente a los retos y desafíos del mundo futuro.
El Directorio aborda tres aspectos centrales: las familias, el kerigma y los desafíos culturales en
la catequesis. La característica principal de este Directorio es que intenta “profundizar el rol de
la catequesis en la dinámica de la evangelización”. Los diversos entornos culturales influyen
bastante en la catequesis y le invitan a redefinir su misión, su lenguaje y su pedagogía.
El 10 de mayo de 2021, el papa Francisco instituía para toda la Iglesia el ministerio laical de
catequista mediante la carta apostólica en forma de ‘motu proprio titulada Antiguo Ministerio.
Lo hacía prácticamente un año después de la publicación del tercer y último Directorio para la
Catequesis.
En ella se pedía a las Iglesias locales que clarificasen “el perfil, el papel y las formas más
coherentes para el ejercicio del ministerio de los catequistas”; se definiesen los “programas de
formación adecuados para los candidatos”; y que, finalmente, preparasen “a las comunidades
para que comprendan su significado” (C-RIC 13; cf. OIM 14 y 16).3
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RIC: Rito de Institución de Catequistas; OIM: Orientaciones para la Institución del Ministerio
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