Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
ACTÚA
¿Qué debemos hacer cuando hay una brecha entre nuestras
expectativas y el tiempo de Dios?
01 DE MAYO DE 2020
C
uanto más rápido se mueva nuestra sociedad, más resultados inmediatos
esperamos. ¿Por qué tendríamos que esperar si la información está
disponible al instante en nuestros teléfonos o computadoras, la comida
está a solo unos clics de distancia, las películas se transmiten
directamente a nuestros hogares y podemos comprar lo que queramos ahora y pagar
después? Nos encanta la conveniencia de un mundo enfocado en nuestra ocupada
agenda y nuestros deseos. Pero Dios no actúa de esa manera.
Cuando llevamos nuestras necesidades al Señor en oración o leemos una promesa en su
Palabra, a menudo esperamos que Él responda de inmediato. Y si una situación no
cambia o una promesa no se cumple, nos sentimos desconcertados y nos preguntamos
por qué Dios no está haciendo nada. Pero lo que en verdad importa no es si Él está activo,
sino si estamos dispuestos a confiar en Él cuando no está respondiendo como
esperamos.
Todos hemos experimentado esto, cuando hay una brecha entre nuestras expectativas y
el tiempo de Dios. Puede parecer que Él nos ha dejado para que resolvamos los
problemas de nuestra vida por nuestra propia cuenta, pero no es así en absoluto. Dios
nunca abandona a sus hijos, y siempre dispone todo para nuestro bien, incluso si no
podemos entender con exactitud lo que está haciendo. Desde nuestra perspectiva,
parece que no está haciendo nada, pero juzgamos mal el propósito final del Señor, y no
vemos todo lo que está haciendo durante ese tiempo.
¿No es así como pensamos muchas veces? Pero si consideramos en serio quién es Dios,
veremos lo absurda que es nuestra suposición. El Señor que creó el tiempo, es quien lo
controla y lo utiliza para lograr sus propósitos. Nuestro Dios fiel y perfecto creó esos
planes hace mucho tiempo, y nadie puede frustrarlos (Isaías 25.1
(https://www.biblegateway.com/passage/?search=Isa%C3%ADas+25.1&version=RVR1960); 14.27
(https://www.biblegateway.com/passage/?search=Isa%C3%ADas+14.27&version=RVR1960)). No
necesitaba la ayuda de Sarai y no necesita la nuestra. Lo que nuestro Padre desea de
nosotros es obediencia a lo que Él dice, y paciente perseverancia mientras esperamos su
momento perfecto.
Aunque nuestras situaciones pueden ser diferentes, también podemos ser culpables de
tratar de cumplir la voluntad de Dios a través de recursos mundanos. Esto ocurre con
frecuencia cuando dejamos que otras personas nos influencien con sus opiniones. Sin
embargo, no podemos hacer lo que el Padre celestial quiere que hagamos si nos dejamos
guiar por lo que todos los demás están haciendo, y eso incluye incluso a cristianos bien
intencionados que carecen de discernimiento y siguen las normas de la cultura.
Debemos tener cuidado de no dejar que nuestro deseo de una solución rápida supere
nuestra confianza en la fidelidad y en la sabiduría del Todopoderoso para actuar en el
momento adecuado.
Por eso es importante conocer la Biblia; así podremos detectar las ideas que son
contrarias a la Palabra de Dios. Romanos 12.2 (https://www.biblegateway.com/passage
/?search=Romanos+12.2&version=RVR1960) lo expresa de esta manera: “No os conforméis a
este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para
que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
Muy a menudo, esto es en realidad lo que nos sucede cuando tratamos de ayudar a Dios
a responder nuestras oraciones o a cumplir sus promesas. Podemos llegar a nuestro
resultado deseado, pero no es del Señor. Lo único que hemos hecho es conformarnos
con algo inferior a lo mejor de Dios, y al igual que Abram y Sarai, al final tendremos que
lidiar con las consecuencias de nuestra decisión.
REFLEXIONE
Es fácil ver el desatino de la acción de Abram y Sarai, pero cuando usted está en medio
de una situación urgente, es posible que no reconozca que está haciendo lo mismo que
ellos: adelantarse a Dios. ¿Alguna vez se impacientó con el Señor cuando Él no respondió
a su petición de oración tan pronto como quería? Si una necesidad es apremiante, es
difícil quitar la vista de la situación y concentrarse en las verdades acerca del Altísimo;
pero esta es la única manera de tener paz en medio de los problemas, el dolor o las
dificultades.
Piense en una situación del pasado en la que Dios no le respondió tan rápido como usted
esperaba. ¿Intentó usted ayudarlo de alguna manera? Esto puede ser difícil de
determinar, porque esperar en el Señor no siempre significa no hacer nada. Por ejemplo,
si está orando por un trabajo, Dios espera que lo busque en vez de simplemente sentarse
a esperar que le caiga en los brazos. En temas no considerados en las Sagradas Escrituras,
debemos confiar en la guía del Espíritu Santo mientras Él abre y cierra puertas. De
cualquier forma, no queremos seguir adelante sin Él.
ORE
Padre celestial, solo Tú eres sabio y fiel. Hazme conocer tus caminos, enséñame tus
sendas y guíame en tu verdad. Porque Tú eres el Dios de mi salvación, y por ti espero
todo el día (Salmo 25.4, 5 (https://www.biblegateway.com/passage/?search=Salmo+25.4%2C+5&
version=RVR1960)). Dame la gracia de confiar más en ti. Te doy gracias y te alabo por
responder mis oraciones y cumplir tus promesas. Amén.
MEDITATE
• Salmo 33.18-22
• Salmo 62.5-8
• Proverbios 16.9
• Isaías 46.9, 10
• Isaías 55.8-11
PONGA EN PRÁCTICA
Aunque no se puede volver atrás para corregir las consecuencias de no esperar en el
Señor, usted puede comenzar hoy a hacer cambios que le protegerán de cometer los
mismos errores.