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EL PODER DE LA ORACIÓN

En muchas ocasiones uno se encuentra


con dificultades tan grandes, adversidades
que en algunos momentos pensamos que
nuestro Señor no se interesara en nuestros
problemas y deja que la situación se
empeore, tal y como se aprecia que
sucedió con la familia de Lázaro, que a
pesar de tener un vínculo muy grande,
permitió que muriera.
Enviaron, pues, las hermanas para
decir a Jesús: Señor, he aquí el que
amas está enfermo. Oyéndolo Jesús,
dijo: Esta enfermedad no es para
muerte, sino para la gloria de Dios, para
que el Hijo de Dios sea glorificado por
ella. (Jn 11:3-4)
Era lógico pensar que El Señor iría de
inmediato a sanar a su amigo, al menos
las hermanas pensaron que Jesús llegaría
a su auxilio inmediatamente, pero ocurrió
todo lo contrario, nuestro Señor no se
apresuró en llegar, al contrario su amigo
Lázaro falleció

I.JESÚS TIENE EL CONTROL


A pesar de esto vemos que nuestro Señor
tiene el control de todo, El sabía muy bien
que Dios se habría de glorificar en esta
situación, Jesús estaba viendo más allá de
la adversidad de ese momento.
La recomendación en este momento es no
desesperarse, no perder el control de la
situación, debemos de saber que nuestro
Señor actuará en el momento más preciso,
en el tiempo en el cual nuestro Dios sea
glorificado y sea de beneficio para
nosotros, no en el momento que nosotros
queramos.
La Biblia dice que Jesús se conmovió a tal
extremo de llorar, definitivamente amaba a
su amigo, se turbó en su espíritu,
imagínese por un momento la escena, el
dolor que había, el amor que se estaba
manifestando, literalmente dice la Biblia
que Jesús lloró.
Las lagrimas tienen un poder
extraordinario, el llanto y el dolor activaron
el poder de Dios, accionaron el espíritu
que va más allá a favor de los que Él ama.
II. LAS LÁGRIMAS DE JESÚS.
Ahora vamos a poder entender la razón
por la cual Jesús se demoró en llegar, algo
que no había notado es que El Señor no
saca a Lázaro de la tumba antes de haber
llorado, Jesús no hace absolutamente
nada antes de derramar sus lágrimas.
Las áreas de nuestro ser que estén
muertas pueden ser restauradas al
momento de derramar lágrimas delante de
nuestro Dios, el salmista entendió esto
cuando escribió:
Los que sembraron con lágrimas, con
regocijo segarán.
Jesús profundamente conmovido da la
orden de quitar la piedra, pero está a punto
de suceder algo maravilloso, la Biblia al
describir este momento dice que Jesús
alzó los ojos a lo alto, Jesús ya no quiso
ver más la tumba, él levantó su mirada y
vio hacia el cielo, de donde podría venir su
socorro.

Ya no miremos más “muerte”, levantemos


la mirada, alcemos los ojos y miremos,
nuestro socorro viene de Jehová, quien
hizo los cielos y la tierra. Debemos de
quitar nuestra mirada de lo ‘muerto”,
cambiar nuestra visión, cambiar la forma
de ver las circunstancias.
II. DEPÓSITOS DE ORACIÓN.
A continuación Jesús dice las palabras que
revelan porque a pesar de haberse
demorado pudo solucionar el problema de
esta familia.
“Entonces quitaron la piedra de donde
había sido puesto el muerto. Y Jesús,
alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre,
gracias te doy por haberme oído.” (Jn
11:41)
Jesús había orado anticipadamente, Jesús
no dijo: “gracias te doy porque me estás
escuchando”, el Padre ya había
anteriormente escuchado las oraciones de
Jesús, nuestro Señor tenía un deposito de
oración, GRACIAS TE DOY POR
HABERME OÍDO.
A todos nos conviene tener depósitos de
oración y no esperar a que algo suceda, no
esperar que llegue el momento de la
angustia y nos tome por sorpresa, esta
dificultad no tomó a Jesús por sorpresa, Él
había orado con anticipación y sabía de
antemano que Lázaro se levantaría.
No será que a nosotros nos está haciendo
falta un poco de oración y las angustias y
dificultades nos están tomando por
sorpresa, con nuestra cuenta de oración
vacía? Él mismo Dios es el que dejó
establecido que debíamos de clamar a él,
y que él nos respondería.
III.ORACIONES DE EMERGENCIA.
Dejemos de hacer oraciones de
emergencia únicamente, tengamos
siempre suficientes fondos en nuestro
depósitos de oración para cuando llegue el
momento difícil y saber con exactitud lo
que nuestro Padre en su perfecta voluntad
hará.
Aunque el “muerto” tenga cuatro días, si
bien sienta que ya no hay solución, o digan
que ya tiene mal olor y pareciera imposible
de levantarse, nuestro Dios ha de
levantarlo si disponemos de un depósito de
oración. La Biblia dice que nuestras
oraciones son guardadas en copas de oro
Cuando tomó el libro, los cuatro seres
vivientes y los veinticuatro ancianos se
postraron delante del Cordero; cada
uno tenía un arpa y copas de oro llenas
de incienso, que son las oraciones de
los santos. (Ap 5:8)
La recomendación es acumular oración en
esas copas de oro, para el oportuno
socorro, no esperar a orar cuando la
dificultad o la adversidad lleguen, todo lo
contrario estar preparados y tener un saldo
a favor en nuestras oraciones.
Oramos para que el poder de la oración
sea eficaz en cada familia, empresa,
iglesia o ministerio. Recuerde, la oración
del justo puede mucho.

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