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¿QUE HACER CUANDO ESTAMOS AFLIGIDOS?

Todos pasamos por momentos de angustia, de tristeza, de dolor, de melancolía, momentos de los
cuales quisiéramos abstenernos, puesto que la tristeza es una emoción que puede incluso
afectarnos físicamente, puede afectar nuestra salud.

No estamos exentos de sufrir tristeza, por el contrario, nos enfrentamos a situaciones de la vida
las cuales nos hacen estar tristes.

A través de este pasaje encontraremos la manera correcta de sobrellevar esa tristeza que
podemos sentir, sinceramente no habrá manera de arrancar esta tristeza de tajo o de raíz, es
decir, es muy difícil que podamos dejar de sentir dolor inmediatamente, sin embargo, podemos
sentir alivio al dolor, pues también Jesús ha prometido consolarnos en medio del dolor.

Salmos 42:1-11

¿Qué hacer cuando estoy triste?

BEBER DE LA FUENTE CORRECTA

V.2 “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;”

En medio del dolor se nos hace necesario beber de una fuente que mitigue nuestra sed, lo
lamentable es que muchas veces bebemos de otras fuentes.

¿Cuáles son esas fuentes de las que las personas acostumbran beber?

El salmista entendía lo que era buscar la fuente correcta, por eso buscaba la presencia de Dios en
su vida para poder mitigar la sed que su alma tenia, Jesús dijo:

38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo
del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu
Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Juan 7:38-39

El Espíritu santo que es el consolador, nos consuela, de esa forma calma la sed que nuestra alma
tiene, en el mundo hay cosas que pueden calmar la sed, pero es solo de forma temporal y
pasajera, solo Jesús puede llenar por completo nuestra alma.

Jesús también dijo:

13 Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; 14 más el
que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en
él una fuente de agua que salte para vida eterna. Juan 4:13-14

RECORDAR ÚNICAMENTE LO BUENO

Como seres humanos somos dados a recordar lo malo y pocas veces lo bueno, por lo tanto es
necesario en medio de la tristeza hacer memoria de lo bueno que Dios ha sido con nosotros.

V4.- Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo fui con la multitud,
y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
V6.- Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

En el versículo 3 vemos como el salmista lloraba mucho debido a la tristeza que sentía y las
personas le decían ¿Dónde está tu Dios?, las personas veían la condición en la cual el salmista se
encontraba y le hacían dudar de que Dios estuviera ahí, pero el salmista decidía recordar lo que en
un momento había hecho, que llevaba a las personas a la presencia de Dios para alabarlo y
honrarle.

Salmos 71:6 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; Haré memoria de tu justicia, de la
tuya sola.

Salmos 103:1-2 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. 2 Bendice,
alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.

¿Qué recuerdos tiene usted en su memoria para remembrar lo que Dios ha hecho por usted?
¿Recuerda lo bueno que Dios ha hecho por usted o solo recuerda lo malo?

LA NECESIDAD DE ANIMARSE A SI MISMO

A todos nos agrada que la gente nos dé ánimos y nos reconforte, pero en algunas ocasiones nos
presentaremos solos ante el dolor y la tristeza, es decir, a veces no tendremos una compañía física
que pueda ayudarnos o consolarnos, a veces Dios estará en apariencia ausente, no es que Dios se
vaya, es que a veces nosotros sentimos que no está con nosotros, pero serán esos momentos los
que nos darán fuerza y madurez para afrontar el dolor.

V5.- ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de
alabarle, Salvación mía y Dios mío.

La palabra Abates es del Hebreo: Shakjákj = Significa derpimirse.

Es decir que el salmista estaba sufriendo depresión, verdaderamente estaba en un estado de salud
emocional bastante delicado.

No por ser un salmista que buscaba la presencia de Dios no se deprimía, los siervos de Dios
también se deprimen, un pastor, evangelista, maestro, etc. también pasa por ese tipo de
situaciones emocionales.

La palabra Turbas de hebreo: Jamá = Significa gemir, es hacer un ruido fuerte, un sonido de queja
por dolor (ummm).

La tristeza produce dolor, dolor emocional, dolor físico, y Jesús conoce nuestro dolor, Isaías lo
llama el varón de dolores, experimentado en quebranto, en medio de esta situación podemos
acudir a Él, pues él conoce nuestro dolor.

El salmista tiene una conversación consigo mismo, habla con su alma y se dice, porque te
deprimes alma mía y porque te sufres dolor, y después nos da la respuesta, espera en Dios,
porque aun he de alabarle, salvación mía y Dios mío.

¿A cuántos de nosotros les gusta esperar? Yo creo que, a nadie, pero también debemos aprender
a ser pacientes para esperar la respuesta de Dios.
ENTENDER QUE LA AFLICCIÓN NO ES ETERNA

V.7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; Todas tus ondas y tus olas cayeron sobre mí.

V.8 Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi
oración al Dios de mi vida.

Es cierto que habrá momentos de tristeza, pero debemos entender que ese tiempo no es eterno,
que, a pesar de pasar por temporadas malas, Dios nos dará un tiempo en que manifestará su
misericordia sobre nosotros.

Se dice que, en un antiguo Reino, un sabio regaló al príncipe en su aniversario número 17 un


anillo, el cual tenía en el interior un mensaje oculto, -este mensaje- dijo el sabio, -Solo podrás verlo
cuando estés pasando por una situación muy difícil de superar-, Un año después, el Rey muere, y
ante la tristeza de sufrir la pérdida de su padre, abrió el anillo y se encontró el papel que decía –
Esto también pasará-, en el momento no entendió el mensaje, unos meses después fue ascendido
a Rey, en su primera batalla contra un enorme ejército, y ante la inminente derrota se vio
emboscado por el enemigo, y al verse acorralado uso su último recurso un sagaz movimiento con
el cual logró vencer a los centenares de enemigos, entonces volvió a abrir aquel anillo que decía, -
esto también pasará-, fue entonces que comprendió el mensaje.

La tristeza no será siempre, Dios promete que traerá paz a nuestros corazones, pero para ello
necesitamos tener paciencia y esperar en Dios, y creer que esta aflicción también pasará.

Esperar en Dios también implica a dejar en sus manos la situación que estemos pasando, ¿en
verdad usted ora para dejar su angustia en las manos de Dios?, o solo dice, yo ya lo dejé en las
manos de Dios, eso no es dejarlo en las manos de Dios, dejarlo en las manos de Dios es orar Padre
traigo esta petición delante de ti, Señor tengo este asunto, Padre me pasa esto, te pido que seas
actuando.

TENER UNA CHARLA SINCERA CON DIOS

9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué andaré yo enlutado por la
opresión del enemigo?

10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu
Dios?

El salmista habla con Dios en sinceridad diciendo, ¿porque te has olvidado de mí?, esa era la
condición en la cual el salmista se sentía, sentía que Dios lo había desamparado, muchas veces en
nuestra oración no somos sinceros con Dios, a veces queremos engañar a Dios de cómo nos
sentimos, pero él ya sabe cómo estamos, y sabe que queremos desahogar esa tristeza que
tenemos dentro de nuestro corazón.

Es tiempo de orar con sinceridad con Dios y decirle como nos sentimos, es un Dios que sabe
escuchar nuestra oración, y además la responde.

Por último el salmista vuelve a animarse a sí mismo, lo que nos recuerda lo importante que es
mantener la charla interna, el auto-animarnos, el decirle a nuestra alma que siga confiando en
Dios, que siga esperando en ÉL porque aún le alabaremos, pues es nuestra salvación y es nuestro
Dios.

Yo no sé cuál pueda ser tu tristeza, no se cual pueda ser tu aflicción, pero si puedo garantizarte
que Dios estará ahí para ayudarte y sostenerte en medio de la situación que estés pasando, Él es
fiel a su promesa de estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo, solo debemos seguir
confiando en Él y esperando en su voluntad.

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