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CLAIMING HER
A Reverse
Harem
Romance
A.J. SNYDER
Traducciones r.i.p
3

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La nueva vacuna contra la gripe, que se suponía iba a salvar vidas, ha convertido a los humanos 4
en zombis sedientos de sangre.

Durante los últimos dos años, Trinity Sanders se ha encontrado luchando por su vida en un
mundo apocalíptico que nunca imaginó que existiría.

Después de caer repentinamente en la trampa de alguien, Trinity cree que su destino está sellado.
Sin embargo, cuando se despierta en una casa extraña y en una cama caliente, está rodeada de
otros humanos, no de los monstruos voraces de los que estaba huyendo.

Los cuatro guapos hombres que la han salvado son rudos, grandes... y salvajes.

Ellos han vivido por su cuenta desde el apocalipsis, sobreviviendo en la tierra y reclamando todo
lo que capturan en sus trampas, lo que ahora incluye a Trinity.

En un mundo sin reglas, uno reclama lo que quiere...

Y todos la quieren a ella.


PROLOGO 5

TRINITY

SE SIENTE COMO si estuviera en un sueño del que desesperadamente no quiero despertar.


Mientras miro fijamente a los cuatro hombres rudos, robustos y guapos que me han reclamado
como suya, me doy cuenta de que nunca había pensado en un escenario como éste en el mundo
que existía antes del apocalipsis. Pero ahora, en el nuevo mundo, no puedo negar lo que quiero.
Lo que necesito.
Lo que anhelo.
Lucas me rodea con sus fuertes brazos mientras bailamos una lenta canción country mientras
Owen, Carter y Jack nos observan desde unos metros de distancia. Rodeando el cuello de Lucas
con las manos, lo atraigo hacia mí y sus labios se encuentran con los míos en un apasionado
beso.
Como todas las veces que nos besamos, el mundo que nos rodea empieza a derretirse y somos
los únicos que existimos en nuestra pequeña burbuja.
Y no es hasta que siento un cuerpo cálido deslizándose detrás de mí que me doy cuenta de que
no estamos solos. Carter me hace girar de modo que mi frente está presionada contra él y mi
trasero está presionado contra Lucas. Y entonces me agarra suavemente por la barbilla y me
levanta la cabeza para que mis labios se encuentren con los suyos en un beso que me desgarra
el alma.
Mientras Carter me devora, las manos de Lucas recorren todo mi cuerpo, mis pechos, mis
caderas, mi culo, antes de tomar mis mejillas con fuerza y apretarme contra él. La evidencia de
su excitación me penetra profundamente en el trasero y jadeo con fuerza.
Los labios de Carter pasan por mi mandíbula y luego por mi cuello, lamiendo y mordiendo
suavemente mientras echo la cabeza hacia atrás para apoyarla en el pecho de Lucas.
Conmigo entre los dos, se abren paso entre ellos, rozando sus gruesas piernas contra las mias,
mientras sus manos recorren mi cuerpo.
De repente, Carter me agarra el dobladillo del vestido y me lo sube por los muslos. Y con la 6
ayuda de Lucas, me lo suben por la cabeza.
Sin sujetador ni bragas, estoy completamente desnuda ante ellos.
Pero no me siento expuesta.
Me siento, libre.
-Joder, eres preciosa, - susurra Carter contra mi cuello antes de mordisquearme ligeramente la
piel y luego calmar el mordisco con su talentosa lengua. Su boca baja, recorriendo mi cuello
hasta llegar a mi pecho, donde me chupa el pezón, llevándolo a su cálida boca y chupándolo hasta
que me duele por la necesidad.
Mientras la atención de Carter se centra en mis pechos, los hábiles dedos de Lucas se introducen
entre mis piernas, encontrando mí ya húmeda abertura. Gime contra mi pelo mientras desliza
un dedo dentro, bombeando hacia dentro y hacia fuera muy lentamente.
-Todos nosotros te deseamos esta noche, Trinity, - me susurra Lucas al oído. -Pero la pregunta
es... ¿nos quieres a todos... al mismo tiempo? -
Sólo dudo un momento antes de gemir un sí.
Cuando Owen y Jack se unen a los tres, me siento abrumada, completamente dominada... pero
nunca me he sentido más viva, más excitada o más amada en toda mi vida que en este mismo
momento...
CAPÍTULO 1 7

TRINITY
2037

EN EL AÑO 2032, una cepa de gripe acabó con una cuarta parte de la población mundial en el
plazo de unos pocos meses.
Mientras todos llorábamos la pérdida de tantos seres queridos, el mundo que nos rodeaba empezó
a sufrir cambios. La gente empezó a andar con mascarillas quirúrgicas en la cara las veinticuatro
horas del día. De la noche a la mañana se convirtieron en obsesivos germofóbicos ante la
epidemia, abasteciéndose tanto de toallitas Lysol y desinfectante de manos que las tiendas ni
siquiera podían mantenerlas en las estanterías.
La gente finalmente dejó de dar la mano, de ir a las tiendas de comestibles y a los centros
comerciales, de visitar a los amigos y a la familia, incluso de ir a la iglesia.
La economía empezó a desmoronarse ante nuestros ojos, y el gobierno exigía una solución.
Y así, con tanta presión sobre el CDC para que diera con algún tipo de cura, se creó
apresuradamente una nueva vacuna universal en un laboratorio de Londres. Inmediatamente fue
apodada la cura milagrosa, y es lo único de lo que se hablaba en las noticias o en internet. Esa
supuesta cura universal iba a salvar al resto de la población y hacer que la economía se recuperara.
Pero los ensayos fueron cortos. Demasiado cortos. Si funcionaba en ratas, debería funcionar
en personas, ¿no? Y como las ratas no mostraron ningún signo de anormalidad, el CDC la
consideró adecuada para nosotros los humanos.
La vacuna universal sólo se administró en un cierto porcentaje de farmacias en cada ciudad de
los Estados Unidos hasta que se pudo producir y enviar más.
No quiero imaginarme lo que habría pasado si hubieran dado la vacuna a todo el mundo.
Porque lo que vino después cambiaría en última instancia el futuro de nuestro planeta y de las
personas que residen en él.
Para siempre.
Días después de la distribución del nuevo suero, los hospitales se vieron rápidamente invadidos 8
por personas que mostraban síntomas atípicos. Al principio, parecía que tenían alguna nueva
forma de gripe o una mala reacción alérgica a la vacuna.
Tenían problemas para respirar. Sufrieron de hemorragias internas y sus órganos empezaron a
fallar uno por uno. Sus pieles se llenaron de erupciones y ampollas, y fue como si el virus se
los comiera vivos desde dentro.
El último síntoma era la fiebre alta, que provocó daños cerebrales importantes y convulsiones,
lo que llevó a la inconsciencia y, finalmente, a la muerte prematura.
Y entonces, poco después de ser declarados legalmente muertos, empezaron a volver a la vida...
con un apetito por la carne no infectada.
Sí, los hospitales fueron los primeros en verse abrumados por estas criaturas que todo el mundo,
de la noche a la mañana, designó como zombis.
La gente se atrincheró en sus casas, pero los zombis eran fuertes y rápidos, destruyendo barrios
enteros de la noche a la mañana. Ningún lugar estaba a salvo, y el mundo decayó rápidamente.
Los negocios cerraron. Las iglesias cerraron sus puertas.
Los hospitales fueron tapiados y quedaron vacíos.
Ya no había supermercados, centros comerciales ni tiendas de conveniencia.
Pero lo que más recuerdo es el día en que las luces se apagaron y no volvieron a encenderse.
Es increíble cómo uno da por sentado todas las pequeñas cosas.
Como la luz.
Hablar por teléfono.
Ir a dar un largo paseo en coche con las ventanas bajadas.
Los picnics en el parque.
La música.
Dios, a veces creo que mataría a alguien sólo para volver a escuchar mis canciones favoritas.
Con el tiempo, las criaturas se empezaron a ralentizar a medida que sus cuerpos empezaban a
deteriorarse hasta el punto de tener problemas para moverse incluso en el estado de no muerto.
Una vez que empezaron a ralentizarse, fue cuando mi grupo hizo nuestro primer movimiento para 9
salir del pueblo en el que estábamos encerrados. Nos habíamos quedado sin nada, ni siquiera los
suministros básicos, así que nuestra única opción era correr.
Correr nunca había sido un pasatiempo o una afición mía, o algo que incluso disfrutara, pero
rápidamente aprendí que lo necesitaría para el resto de mis días en este planeta olvidado de Dios.
Un grupo de personas, entre las que se encontraba mi mejor amiga, un par de compañeros de la
escuela primaria en la que trabajábamos y algunos desconocidos que recogimos por el camino,
huimos de la ciudad y nos escondimos en pequeños pueblos donde la epidemia no había golpeado
con tanta fuerza.
Aprendimos rápidamente que a los zombis les atraían tres cosas: el movimiento, el sonido y la
luz.
Y así vivimos en un mundo de oscuridad estancada y silenciosa.
Eso nos mantuvo vivos durante un tiempo. Lo hicimos un mes, luego seis... luego un año entero.
Pero al cumplirse un año desde que el mundo se puso patas arriba, me despertó el sonido de los
gritos...
Al principio, me sentí como si estuviera atrapada en un sueño... o quizás más bien como si
estuviera viendo una película de terror delante de mis ojos.
Habíamos estado acampando en las afueras de un pequeño pueblo que había sido invadido por
zombis. Nos estábamos turnando para vigilar toda la noche, pero obviamente alguien había
metido la pata y se había quedado dormido.
El sol empezaba a asomarse por la montaña, iluminando el horrible espectáculo que tenía ante
mí.
Mi mejor amiga, Joanie, la chica a la que conocía desde sexto año, con la que había ido a la
universidad y con la que trabajaba, estaba siendo atacada por uno de esos monstruos.
¿Y qué hice yo?
Me quedé helada.
Y luego, me senté impotente y vi cómo el zombi le desgarraba la carne del cuello, silenciando sus
gritos.
Sus grandes ojos marrones se clavaron en los míos, pero no pude ni moverme ni parpadear. Las 10
lágrimas me llenaron los ojos, borrando a ella y al zombi que la atacaba, mientras me ponía de
pie y me alejaba lentamente de la espantosa escena que tenía ante mí.
-Lo siento, - le susurré. -Lo siento mucho. -
¡Maldita cobarde! grité en mi cabeza. Pero Joanie estaba demasiado lejos para salvarla, y al
final moriría si intentaba intervenir ahora. Ni siquiera sabía que tenía instintos de supervivencia
hasta que el mundo se volvió una mierda.
El resto del grupo ya estaba huyendo, así que le eché una última mirada a mi mejor amiga antes
de contener mis sollozos y correr para alcanzarlos.
El siguiente en morir, varios meses después, fue un chico llamado Javier. Había sido alto,
moreno y guapo y estuvo casado en el viejo mundo, como empecé a llamarlo. En el nuevo mundo,
un monstruo devorador de carne le arranco la cara, su mujer había muerto hacía más de un año
en un hospital poco después de recibir la vacuna de la gripe.
Uno a uno, nuestro grupo fue lentamente eliminado hasta que quedamos solo tres...

-Tenemos que irnos, - dice Henry de repente, sacándome de mi ensoñación.


Le hago un gesto con la cabeza antes de levantarme de la orilla del río, donde acababa de beber
agua.
Nuestro grupo de tres estaba formado Henry, Florence y yo. Henry había sido el vicedirector
de la escuela en la que yo trabajaba, y asumió el papel de líder de nuestro pequeño y desordenado
grupo tras la muerte de Javier.
Florence, la antigua secretaria de la escuela, y yo nos limitamos a seguirle, con la esperanza de 11
que Henry nos protegiera de algún modo, pero sabiendo que, a la hora de la verdad, probablemente
se cagara y muriera junto con el resto de nosotras.
Javier había sido un líder nato, guiándonos hacia los suministros y la comida con facilidad. Henry
seguía llevándonos en círculos a Florence y a mí, conduciéndonos al peligro del que escapábamos.
Henry me quita la mochila de las manos y se la pone en la espalda. -Esta vez la llevaré yo. -
Le dedico una pequeña sonrisa. -Gracias. - A pesar de que la mochila está llena de escasas
provisiones, se hace pesada después de caminar durante tanto tiempo sin apenas nutrientes en
mi cuerpo.
-Vamos, Florence. Ya han pasado diez minutos, - dice Henry con impaciencia, consultando de
nuevo su reloj de pulsera y contando cada segundo que perdíamos.
Florence es una mujer mayor, de unos sesenta años, con el pelo corto, rizado, canoso, y ojos
amables. Sin embargo, su edad se está convirtiendo en un factor importante cuando sus rodillas
y caderas le dan constantemente problemas, lo que hace que hagamos largas pausas en nuestros
viajes por el estado de Pensilvania.
Detenerse durante largos periodos de tiempo simplemente no es una opción, y nos pone a Henry
y a mí muy nerviosos.
Observo cómo Florence intenta ponerse de pie y vuelve a caer al suelo. -No puedo seguir, - dice
con lágrimas recorriendo sus mejillas regordetas y quemadas por el sol. -Sólo... sólo déjenme
aquí. -
Henry me mira, con la cara llena de optimismo de que acepte dejarla atrás. Pero rápidamente
desecho esa idea. -No, de ninguna manera. O vamos todos o no vamos ninguno, ¿recuerdas? -
Le digo, recitando la única regla que hemos tenido desde el principio de este espectáculo de
mierda.
Henry se ha vuelto muy espeluznante y pegajoso últimamente, sobre todo después de perder a
Javier, y está empezando a asustarme un poco. Necesito que Florence se quede con nosotros,
porque tengo miedo de lo que Henry pueda hacer si Florence se va.
Creo que a estas alturas todos nos estamos volviendo locos por la deshidratación y el hambre,
pero Henry muestra exteriormente los síntomas más que nosotras dos juntas.
-Bien, - resopla Henry. Se acerca rápidamente a un viejo tronco y arranca una rama larga y 12
gruesa. -Usa esto como bastón. Puede que te ayude, - dice, y le entrega el bastón improvisado.
Florence asiente y toma la madera en sus manos, utilizándola para apoyar la mayor parte de su
peso mientras se pone de pie. -Vale, vale, -susurra. -Sigamos adelante. Pronto va a oscurecer.-
-Quizá podamos encontrar un coche, - digo, pero incluso yo puedo oír la duda en mi tono. Los
coches se han convertido en un bien preciado en este mundo. ¿Pero aún más preciado que
eso? El combustible. Hemos tropezado con un montón de vehículos abandonados en autopistas
y carreteras como un desguace apocalíptico, pero nunca encontramos uno que no tenga el depósito
de gasolina vacío.
Sí, en lugar de un coche, necesitamos encontrar un refugio. Demonios, necesitamos encontrar
mucho más que un refugio. Necesitamos encontrar otros humanos, gente que acoja a algunas
almas tristes como nosotros y nos ofrezca algún tipo de protección. Tal vez incluso comida.
Mi estómago ruge con fuerza al pensar en la comida, y me envuelvo con los brazos para
protegerme la cintura. Hemos conseguido sobrevivir a este último invierno, y doy gracias a mis
estrellas de la suerte de que haya sido suave, probablemente el más suave que hemos tenido en
Pensilvania que yo recuerde. El invierno anterior fue duro, pero al menos estuvimos dentro.
Con la primavera en pleno apogeo, está haciendo más calor; y encontrar comida será más fácil
para nosotros.
No he comido en días, y puedo sentir que mi cuerpo trata de apagarse.
Estoy débil, pero sigo caminando, sigo moviéndome. Es la única manera de estar a salvo.
Al menos, cuando Javier estaba vivo, sabía cómo buscar y pescar. Nos mantenía vivos y con la
barriga llena. Los tres que quedamos en el grupo no sabemos hacer nada de eso. Ahora, hemos
estado sobreviviendo con las escasas raciones que encontramos dos pueblos atrás. Mientras los
tres paseamos por el bosque, Henry se acerca a mí y me susurra al oído. -Quizá en el próximo
pueblo encontremos algunas provisiones. Podemos dejar a Florence y continuar. Solos tú y
yo. Podemos hacernos una vida; crear nuestro propio mundo, nuestra propia familia. -
Sus palabras hacen saltar las alarmas dentro de mi cabeza. Sin embargo, fuerzo un
comportamiento tranquilo en el exterior, sin hacerle saber que lo aborrezco absolutamente y la
idea de estar atrapada con él. No puedo dejar que me asuste, o podría desencadenar lo que sea
que esté pasando con él y tal vez incluso empeorarlo.
Henry siempre expresó su atracción por mí cuando era mi jefe, pero siempre lo rechazaba. Sin 13
embargo, en ese entonces había reglas. Aquí, ahora, no hay reglas. Ya no las hay.
No quiero que seamos sólo él y yo. Nunca. Y si encuentro gente, un lugar donde quedarme,
nunca me iré de allí. Lo mejor es encontrar un grupo de supervivientes y quedarse con
ellos. Crear nuestro propio mundo es una locura, y me niego a ceder ante él... aunque en este
momento me sienta un poco loca por el hambre.
Así que continúo caminando, adelantándome a él y sin decir una palabra.
Pero estoy cansada de correr. Tan condenadamente cansada. Y justo cuando estoy dispuesta a
sugerir que nos tomemos un descanso, el chasquido de una rama cercana me hace parar en
seco. - ¡Esperen! - Les susurro a los otros dos.
Todo el mundo deja de caminar y nos quedamos de pie. Escuchando. En busca de algo. Cualquier
cosa.
Y entonces lo oigo de nuevo a la izquierda. Algo se mueve por el bosque, siguiéndonos. Está
oscureciendo, así que es difícil ver, pero siento en mis entrañas que algo viene por nosotros.
Es entonces cuando el sonido de un gruñido feroz resuena en el bosque, haciendo que un fragmento
frío se astille dentro de mi columna vertebral y que hielo fluya por mis venas.
- ¡Corran! - jadeo, arrancando en dirección contraria al sonido.
Oigo los pasos de Henry y Florence detrás de mí durante un rato. Pero la pobre Florence es
alcanzada antes de llegar a los 30 metros. Oigo sus desgarradores gritos, pero sé que no puedo
detenerme.
Detenerse significa dolor.
Detenerse significa muerte.
Hoy en día, el sálvese quien pueda tiene un nuevo significado.
Y no hay absolutamente ninguna ayuda a alguien una vez que es atrapado por uno de ellos. Su
destino ya está sellado en el momento en que son mordidos.
Siento a Henry flanqueando mi lado derecho, y así seguimos corriendo como si nuestras vidas
dependieran de ello. Y lo hacemos.
El bosque parece acabar delante, y casi puedo ver un claro con tal vez una casa o un granero en 14
la distancia. Si conseguimos llegar al claro, quizá podamos encontrar un refugio o un lugar donde
escondernos.
Estoy tan concentrada en llegar al claro que no veo el enorme tronco con el que tropiezo y que
me hace caer al suelo del bosque. Las ramitas y los guijarros me cortan las manos y las rodillas
al caer. Mi frente choca con una roca afilada, dejándome inconsciente durante unos segundos.
Cuando vuelvo en mí, me incorporo lentamente. El mundo que me rodea se inclina sobre su eje
antes de enderezarse. Me duele mucho la cabeza y siseo de dolor. Cuando me toco la fuente del
dolor palpitante y cegador en la frente, mis dedos vuelven a estar cubiertos de sangre. Me
estremezco al verlo y todo mi cuerpo tiembla.
Pueden oler la sangre.
Oigo los gruñidos del zombi y sé que se está acercando, pero no consigo que mis miembros
cooperen con mi cerebro.
Henry iba delante, pero vuelve rápidamente a por mí cuando se da cuenta de que no le sigo. Se
inclina hacia mí, con la mano extendida y una mirada de pánico. Le tiendo la mano y le agradezco
que me ayude a levantarla.
Me rodea bruscamente el brazo y me impulsa hacia delante. Con un ataque de mareo que me
golpea, su empuje casi me hace caer de nuevo. Tropiezo, pero esta vez consigo mantenerme en
pie.
-Sigue corriendo, Trinity, - se queja. - ¡Está justo detrás de nosotros! -
Con un nuevo pánico, quemo lo último de mi energía mientras hago del claro mi destino. Los
muslos y las piernas me matan, pero sigo adelante, prometiéndome un largo descanso en cuanto
estemos a salvo.
Mi visión empieza a ser borrosa y mi cabeza late como si hubiera un martillo neumático dentro
de mi cráneo, pero estoy decidida a lograrlo. No voy a rendirme ahora, no después de todo lo
que he sobrevivido y sacrificado hasta este momento.
El límite del bosque se acerca cada vez más y siento una sensación de alivio abrumadora que me
recorre las venas. Una vez que estemos al aire libre, podremos ver la amenaza con más
facilidad. Escaparemos. Estaremos bien.
Pero nunca lo consigo. 15

En un momento mis pies golpean las hojas y las ramas del suelo, y al siguiente soy arrastrado
por el aire, atrapada dentro de una gran red de carga.
La fuerza de ser lanzada hacia arriba me roba todo el aliento de mis pulmones, y pasa un minuto
entero antes de que pueda volver a aspirar aire en ellos.
-¡Trinity! - grita Henry.
Mis manos buscan una forma de salir de la maldita red, pero la parte superior está demasiado
apretada. Me asomo entre las pequeñas aberturas de la red y veo a Henry a unos seis metros
por debajo de mí. Aunque consiga salir de la red, me caeré y probablemente me romperé las
piernas o algo peor.
- ¡Corre, Henry! Corre. - Le siseo. Puedo oír al zombi acercándose, y el ruido que hemos estado
haciendo sólo atraerá a más. Henry nunca lo conseguirá si no corre ahora mismo. - ¡Corre! -
Y entonces lo hace. Me deja allí como dejamos a todos los demás antes de nosotros que tenían
su destino sellado a manos de las criaturas.
Me hago un ovillo y me mantengo en silencio, apenas respirando y agradeciendo que estoy en lo
alto del suelo, demasiado alto para que el zombi lo alcance.
Oigo el chasquido de unas ramas y lo que parece un pie arrastrándose por el suelo. Entonces,
el zombi está debajo de mí, arañando la corteza del árbol y gruñendo como un animal
salvaje. Probablemente puede oler la sangre de la herida de mi frente. Rápidamente, me aprieto
la manga y las manos en la cabeza, rezando en silencio por algún tipo de milagro.
Apretando los ojos, bloqueo todo lo que me rodea y rememoro mi vida en el viejo mundo.
Había sido feliz con una carrera que me encantaba, enseñando cuarto grado en la escuela primaria
local. Me rompí el culo durante todo el instituto y luego la universidad, sabiendo siempre cuál
era mi objetivo final. Siempre quise ser profesora.
Aunque tenía el trabajo de mis sueños, no tenía ni novio ni marido ni hijos propios. Pero ese
era siempre el siguiente paso. Una familia feliz, algo que nunca tuve la oportunidad de
experimentar en la vida. Tenía mi propia casa, una bonita casa de dos plantas en un buen barrio
con un parque infantil al otro lado de la calle.
Me sentí muy orgullosa el día en que el agente inmobiliario colocó el cartel de venta en el jardín 16
delantero. Era un lugar que podía llamar mío, un lugar que mis hijos podrían llamar hogar. Un
entorno estable, muy diferente al lugar en el que crecí.
Mi infancia no había sido fácil. Estuve en el sistema de acogida desde los seis años, después de
que mi madre, adicta a las drogas, decidiera que las quería más que a su propia hija.
Y quién sabía dónde estaba el donante de esperma de mi padre. Diablos, mi madre probablemente
ni siquiera sabía su nombre completo.
Tal vez murió de gripe hace años. Probablemente nunca lo averiguaría.
Sí, creía que había pasado por el infierno de niña... pero no tenía ni idea de lo que iba a
experimentar más adelante en la vida.
Manteniendo los ojos bien cerrados, me concentro en respirar de forma superficial y uniforme. Al
cabo de un rato, ya no oigo al zombi; sólo los relajantes sonidos del bosque y de un río cercano.
Finalmente, dejo que los sonidos me adormezcan.
CAPÍTULO 2 17

JACK

MI VIDA se ha convertido en una monótona rutina.


Levantarme, ducharme, lavarme los dientes, peinarme, vestirme, desayunar, revisar las trampas
y cazar. Luego, vuelvo a casa, como, me ducho y me acuesto.
Todos los días lo mismo.
Pero diablos, podría ser peor. Mucho peor.
El mundo se fue a la mierda hace casi dos años, y las cosas no han mejorado para la mayoría de
la población mundial. Yo soy uno de los afortunados, supongo.
Había sido marine en lo que ahora considero mi antigua vida. También fui muy bueno en mi
trabajo, hice cuatro misiones en Irak y salvé la vida de mis compañeros demasiadas veces para
contarlas.
A la hora de la verdad, hice el trabajo sin importar la situación. Y creo que, en muchos sentidos,
me preparó para el apocalipsis que golpeó al mundo de forma abrupta y rápida.
Realmente puse mis habilidades a prueba cuando salvé al pequeño grupo de chicos con el que
estoy ahora. Todos formábamos parte de un grupo mucho más grande, pero la mayoría no
sobrevivió. La enfermedad se llevó a gran parte de nuestro grupo, pero también nos topamos
con muchos zombis.
Los cuatro viajamos durante mucho tiempo hasta que acabamos en la granja River's Edge, en el
norte del estado de Pensilvania.
La granja tenía todo lo que se necesitaba, un río con agua dulce y muchos peces, hectáreas de
terreno abierto, animales para suministrar comida y huevos, un pozo y una valla que recorría
todo el perímetro de la propiedad.
Tuvimos la suerte de encontrar el lugar y no podíamos creer que estuviera abandonado. Y así,
River's Edge Farm se convirtió en nuestro nuevo hogar. Reforzamos las vallas, pusimos trampas
y demás para garantizar nuestra seguridad. Y aunque no vivimos con la total tranquilidad de no
ser atacados... o algo peor, las medidas que tomamos nos ayudan a dormir mejor por las noches.
Mientras camino por el bosque, me arrastro en silencio, intentando no levantar ninguna piedra 18
ni romper ninguna ramita o rama. Me he encontrado con demasiados por aquí que he perdido la
cuenta. Hay muchas palabras para referirse a las personas que se convirtieron en monstruos
después de vacunarse contra la gripe. Zombis o criaturas son los términos más populares.
Lo único que sé es que son unos malditos espeluznantes a los que mataría sin dudarlo.
Nunca me aventuro fuera de la propiedad principal sin unos cuantos cuchillos, una pistola y
munición extra. Voy ataviado con ropa de caza que me ayuda a camuflarme de todas las criaturas,
y estoy empapado en orina de ciervo para despistar a cualquiera de esos jodidos zombis.
Nunca se es demasiado cuidadoso.
Mis ojos barren la zona que tengo delante mientras camino. De vez en cuando me detengo y doy
una vuelta completa para observar mi entorno. Tengo un oído y un sexto sentido para el peligro,
pero no siempre lo dejo al azar y a las corazonadas.
Las cosas han cambiado ahora. De forma drástica.
Al acercarme a una pequeña trampa, veo que no ha sido activada y la dejo en paz. Ha habido
semanas en las que no he cazado nada, y algunos días en los que he cazado varias piezas de caza
menor. Cazo todo y cualquier cosa, porque yo y mis chicos necesitamos comer. Tenemos que
mantenernos alimentados y fuertes, o nunca sobreviviremos a este mundo.
Cuando llego a mi próximo destino, me detengo en seco. Mi gran red de carga se ha activado. Y
lo único que puede activarla es la caza mayor. He configurado el gatillo para que sólo se active
con cualquier cosa de 15 kilos o más.
Miro fijamente la red en lo alto del árbol y veo un gran bulto en su interior cubierto por las
hojas y las ramas que ocultaban la red en el suelo. Lo que hay dentro no se mueve, y no sé si
eso es algo bueno o malo.
Agarrando la cuerda por el árbol, bajo lentamente la red. Cuando llega al último metro y medio,
suelto la cuerda y dejo que caiga al suelo con un ruido sordo.
La red se extiende y preparo mi arma mientras miro fijamente el objeto inmóvil, esperando que
ocurra algo.
Pero no pasa nada.
Parece un cachorro de oso o algo así, acurrucado en un amasijo marrón de ramitas, hojas y 19
tierra.
Cojo uno de mis cuchillos de caza y guardo mi arma. Me inclino hacia la criatura y mantengo el
cuchillo preparado mientras empiezo a retirar los restos.
Aparece la cara ensangrentada de una mujer y me quedo tan sorprendido que caigo de espaldas
al suelo.
-Mierda, - susurro para mis adentros.
Hacía tiempo que no nos cruzábamos con otro humano, y menos con una mujer.
La mayoría de las mujeres y los niños fueron, por desgracia, los primeros en morir en la
epidemia. En el grupo con el que escapé sólo había una mujer, y murió bastante pronto.
La mujer que me precede tiene una fea herida en la frente. Su larga y oscura cabellera está
llena de restos del bosque y está cubierta de suciedad de pies a cabeza. No me extraña que al
principio no supiera qué demonios era.
Me arrastro lentamente hacia ella y le tomo el pulso. Es débil, pero está ahí. Eso es lo único
que importa.
La recojo entre mis fuertes brazos, me pongo de pie y la acuno contra mi pecho. Su cabeza se
acurruca contra mí, y se siente... bien.
-Muy bien, Bella Durmiente. Vamos a llevarte a casa, - Le susurro mientras salgo del bosque y
me aventuro a volver a la granja River's Edge.
CAPÍTULO 3 20

CARTER

ESTOY TERMINANDO de clavar y arreglar un trozo de valla cuando veo que Jack vuelve de su
viaje de caza. Mirando mi reloj de pulsera, me doy cuenta de que llega temprano. Y entonces
me doy cuenta de que lleva algo en los brazos.
-Claro que sí, - murmuro en voz baja. Hace tiempo que no tenemos caza mayor, y tengo ganas
de una buena carne de ciervo. Comer pescado todos los días se está volviendo jodidamente viejo.
Pero cuanto más se acerca, veo que no es algo lo que lleva, sino alguien.
- ¿Quién coño es ese? - Pregunto, cuando está al alcance del oído, apuntando con mi martillo
hacia lo que sea que tenga.
-Una mujer, - dice despreocupadamente, como si fuera algo totalmente común.
Le miro con una ceja. - ¿Dónde la has encontrado? - Pregunto, muy curioso.
-En una de mis trampas. - Mira a la mujer en sus brazos. No puedo ver mucho de ella, ni
siquiera su rostro, ya que está oculto contra el pecho del hombre grande. -Ve a por Lucas, -
me dice con una mirada seria.
Aunque nunca deja de estar serio.
Le hago un gesto con la cabeza y me apresuro a ir a la granja. Es difícil creer que este lugar
haya sido nuestro hogar durante los últimos meses. Me reuní con Lucas, Jack y Owen en el
centro de Pensilvania, y de alguna manera llegamos aquí de una pieza. Es como un trozo de puto
paraíso en medio de la ruina total y absoluta del mundo.
Lucas está en el salón cuando entro corriendo por la puerta. La expresión de mi cara debe decir
una imagen que vale más que mil palabras, porque ni siquiera pregunta qué le pasa, sino que sale
corriendo por la puerta, dejándome allí de pie.
Salgo corriendo tras él justo cuando Jack lleva a la mujer por el patio delantero con Owen, el
cuarto hombre de nuestro grupo, siguiéndole con un libro en las manos, como siempre.
Lucas escupe un millón de preguntas a Jack mientras intenta responderlas todas.
- ¿Dónde la has encontrado? - pregunta Lucas apresuradamente. 21

-En el bosque, en mi trampa de red de carga. -


- ¿Estaba inconsciente cuando la encontraste? -
-Sí, - responde Jack.
- ¿Pulso? ¿Respiración? -
-Débil pero constante. Y sí, parece que respira bien. -
Lucas asiente y dice. -Llévala a mi habitación. Cogeré lo que necesito y me reuniré contigo allí.-
Lucas es médico. Al menos eso es lo que era en su antigua vida antes del apocalipsis. Ahora es
un maldito salvavidas, y tuvimos suerte de encontrarlo cuando lo hicimos. Nos ha salvado más
veces de las que puedo contar.
Y aunque Jack es más o menos el líder de nuestro grupo, Lucas le sigue de cerca. Ambos saben
cómo hacer las cosas. Yo, no fui médico ni marine en mi vida anterior. No, sólo un carpintero
que trabajaba en el negocio de mi padre, y del que algún día sería el dueño. Mis tres pasatiempos
favoritos eran trabajar, beber y follar. Vaya, cómo han cambiado las cosas.
Sin embargo, he estado poniendo mis habilidades de carpintero en buen uso aquí, reforzando las
puertas y vallas y, por lo tanto, manteniéndonos a salvo. También he construido cosas que
necesitábamos, y los chicos me han asegurado que soy digno del grupo más veces de las que
puedo contar. Todos tenemos algo que aportar, incluso Owen, que me mira y se sube las gafas
de montura negra a la nariz con el dedo índice. Era un científico con un doctorado y
probablemente algunos otros títulos en su haber; un cerebrito total en su antigua vida. Y ahora
nos ayuda a dirigir esta granja con sus locos inventos que realmente funcionan.
Mierda, sin él, no tendríamos duchas calientes. Y eso es algo sin lo que nunca podría vivir.
Sí, todos somos diferentes, pero todos completan este jodido puzzle que estaría incompleto sin
los cuatro en él. Owen y yo seguimos a los otros dos chicos con la chica dentro de la casa. Jack
sube las escaleras con la mujer y Lucas va a la habitación de al lado por su material médico.
Owen me mira y pregunta. -Me pregunto de dónde ha salido. –
-No lo sé, pero estoy deseando averiguarlo, - le digo.
CAPÍTULO 4 22

LUCAS

LA MUJER ESTÁ DESHIDRATADA, desnutrida y herida.


Pero está viva.
Y pienso mantenerla así.
Los cuatro no hemos abandonado la cama de la mujer desde que llegó hace tres días. Tuve que
suturar el corte en su frente con suministros de mi bolsa médica. Y conseguimos que se
despertara lo suficiente como para beber un poco de agua, pero sus ojos estaban desenfocados,
así que dudo que tuviera idea de que alguno de nosotros estuviera aquí.
También limpié y vendé algunos de los cortes y rasguños que tenía en manos, muñecas, brazos
y rodillas.
- ¿Cuándo se va a despertar la Bella Durmiente? - me pregunta Jack, cruzando sus enormes y
musculosos brazos sobre el pecho.
La llama así desde que la trajo a la casa. Es un pequeño apodo que se le ha quedado, ya que no
tenemos ni idea de cuál es su verdadero nombre. -En cuanto esté lista, - le digo con un bostezo.
Apenas he dormido en los últimos días. Y aunque estoy muerto de cansancio, no quiero separarme
de ella. Nos ha cautivado a todos con su hermoso rostro y su tranquilo sueño. Aunque todavía
está cubierta de tierra y tiene ramitas en el pelo, es la mujer más hermosa que he visto nunca.
-Yo haré el primer turno, - digo.
Los tres chicos refunfuñan en respuesta, cabreado por no haber hablado primero.
-Despiértanos si algo cambia, - murmura Carter, saliendo por la puerta con Owen detrás de él.
-Haré el segundo turno. Volveré en unas horas, - me dice Jack.
Le hago un gesto con la cabeza antes de que se vaya, esperando a medias que se duerma durante
su turno, pero sabiendo que no lo hará. Ese hombre es como una máquina y funciona como un
reloj. Su cuerpo parece saber la cantidad exacta de sueño que tiene, y puede despertarse a la
misma hora todos los días con su alarma mental interna.
Diría que es cosa de los marines, pero más bien es cosa de Jack. 23

Bostezando de nuevo, me siento de nuevo en mi silla y estudio a la hermosa y misteriosa diosa


que tengo delante. La mujer ha ocupado gran parte de mi tiempo últimamente, y no puedo decir
que me importe lo más mínimo. Ha sido una distracción muy necesaria para todos nosotros en
el montón de mierda mundana que es ahora nuestra vida.
Como médico, me había acostumbrado a funcionar sin apenas energía y a dormir poco. Mi vida
estaba ocupada y era buena. Joder, era buena.
La noche en que todo se fue a la mierda me acompañará para siempre como un recuerdo diario...
y una maldita pesadilla.
Mi prometida, que también era médico en el mismo hospital en el que trabajaba, me llamó por
teléfono. Podía oír las alarmas y las sirenas de fondo mientras Sarah me gritaba por el auricular.
Me había despertado de un sueño profundo, agotado después de trabajar dos turnos, y sólo podía
comprender partes de lo que decía.

La gente está muriendo... vuelven a la vida... matan a otros... comen gente... como zombis... la
gripe... la vacuna... algo estaba mal con la nueva vacuna... tanta sangre...

Esa noche la escuché morir por teléfono y no pude hacer nada al respecto. Los gritos de Sarah
están grabados para siempre en mi mente, y nunca los olvidaré.
Esa noche perdí a mi prometida y todo mi mundo tal y como lo conocía.
Y nunca he podido perdonarme el no haberme quedado en el hospital. Podría haber hecho un
triplete. Podría haber estado ahí para ella, protegerla... o al menos intentarlo.
Pero tal vez también estaría muerto a estas alturas. Así que, realmente, todo este
arrepentimiento podría ser discutible.
Salí a trompicones de mi casa después de que la llamada telefónica terminara abruptamente,
todavía en pijama y tratando de encontrarle sentido a todo. Pero el barrio era un auténtico
caos. La gente recogía sus cosas y se ponía en marcha, dejándolo todo e incluso a sus seres
queridos, en algunos casos.
El mundo se había convertido en un lugar diferente en cuestión de pocos días. 24

Dejé la casa sobre la que tenía una hipoteca de treinta años y viajé hacia el norte sin ningún
destino en mente. Cuando me quedé sin gasolina y no pude encontrar una estación en la que
llenarla, viajé a pie.
Encontré un gran grupo de personas y todos nos dirigimos en la misma dirección. Nuestro grupo
se fue reduciendo poco a poco a causa de las enfermedades, los ataques y otras lesiones. Acabé
siendo uno de los últimos hombres en pie de un grupo de cuatro, el mismo grupo con el que
estoy ahora.
Nos convertimos en hermanos de la noche a la mañana. Aunque no éramos parientes de sangre,
teníamos el mismo objetivo: mantenernos a salvo.
Llegamos a River's Edge Farm, en el norte de Pensilvania, por pura casualidad. Pero qué feliz
accidente fue. La granja tenía todo lo que necesitábamos y más. Los anteriores propietarios la
abandonaron. No teníamos ni idea de por qué, pero podíamos imaginarlo fácilmente. También
estaban huyendo o quizás buscando a sus seres queridos.
Los propietarios no han vuelto desde entonces, pero compartiríamos con gusto la granja con
ellos si alguna vez lo hicieran.
Hemos hecho nuestra vida aquí.
Y ahora tenemos una adición más a nuestro grupo tan unido.
Miro a la Bella Durmiente. Sus pupilas no indican que tenga una conmoción cerebral, así que no
hay ninguna razón médica que cause su inconsciencia. A veces el cuerpo simplemente se apaga
cuando la mente está sobrecargada de demasiadas cosas. Es como si estuviera funcionando en
modo de protección. Y yo diría que ella probablemente necesita mucha protección contra el
mundo ahora cruel y vicioso que hay.
Aunque ya he tenido un par de años para llorar la pérdida de mi prometida, a veces me parece
que la eternidad no sería suficiente.
Y la chica que está aquí remueve algo dentro de mí que creía perdido para siempre. No es
lujuria... al menos no todavía... sino un sentimiento de querer protegerla de todo lo malo del
mundo. Es como si pudiera ser otra oportunidad de ser feliz para mí, y tengo que agarrarla y
aferrarme a ella todo el tiempo que pueda.
Con delicadeza, paso el pulgar por su mandíbula y acaricio su suave mejilla. Me pregunto de 25
dónde viene y si tiene algo o alguien a quien volver. La idea de que no esté aquí mañana o al día
siguiente me pone físicamente enfermo. Se ha convertido en una parte tan integral de nuestras
vidas en tan poco tiempo que no puedo imaginar que se vaya.
Espero que se quede.
¿Pero en qué estoy pensando? Quiero decir, en serio... cuatro chicos y una chica. Nunca podría
funcionar. ¿Verdad?
Justo cuando estoy contemplando esa pregunta, la Bella Durmiente se revuelve. Sus cejas se
fruncen mientras su respiración aumenta. Está teniendo una pesadilla y, de repente, quiero
entrar y salvarla como su príncipe de la vida real.
-Shh, - la tranquilizo, apartando un mechón suelto de su rostro.
Ella retrocede ante mi contacto y me doy cuenta de que estoy empeorando la pesadilla. Así que
me vuelvo a sentar en mi silla y la observo detenidamente.
Un gemido escapa de sus labios carnosos y se transforma lentamente en un grito agonizante y
desgarrador. Entonces, se levanta como un rayo de la cama, sus ojos recorren la habitación...
antes de posarse en mí.
CAPÍTULO 5 26

TRINITY

ME DESPIERTO CON UN SUCESO. Alguien grita, y eso sólo puede significar una cosa: algo
nos ha encontrado.
No estamos a salvo.
Nunca estamos a salvo.
Tardo un momento en darme cuenta de que el grito sale de mi boca. El ruido se apaga
rápidamente cuando me incorporo y mis ojos recorren la habitación.
Debo estar soñando.
Estoy en la habitación de alguien, y estoy tumbada en un cómodo colchón con sábanas y
mantas. Hacía tanto tiempo que no estaba tan cómoda que casi había olvidado cómo se siente
una manta contra mi piel.
Enrollo las manos alrededor del suave material, con miedo a soltarlo. Tengo miedo de
despertarme de este maravilloso sueño.
Un movimiento por el rabillo del ojo hace que se me atasque un grito en la garganta al ver a un
hombre en una silla junto a la cama.
- ¿Quién eres? - pregunto. Mi voz suena extraña a mis propios oídos. Suena rasposa y salvaje.
Él levanta las manos en un gesto apaciguador. -Me llamo Lucas. -
Abre la boca para decir algo más, pero de repente la puerta se abre de golpe y un hombre
gigantesco entra corriendo.
Aterrada, salgo disparada de la cama, tropezando con las mantas y cayendo de bruces antes de
levantarme y dirigirme a la esquina oscura de la habitación. Hay unas cuantas velas al otro lado
de la habitación junto a los hombres, y la luz ilumina sus rostros, aunque sean rostros apuestos.
El que acaba de entrar por la puerta es el doble de grande que el que está junto a mi cama. Tal
vez incluso el triple de tamaño. Es enorme, como una especie de montañés con barba que podría
partirme por la mitad sin sudar.
Levanto las manos delante de mí y le grito. - ¡Atrás! Aléjate de mí. - 27

El tipo grande y barbudo da un paso atrás y mira a Lucas de reojo y con el ceño fruncido. Lucas
se aclara la garganta y se levanta lentamente, pero no se mueve ni un centímetro hacia mí. Este
es Jack. Es el que te encontró en el bosque, - explica como si la hazaña me hiciera confiar en
el hombre de gran tamaño.
Pero su táctica funciona un poco, porque ahora no le tengo tanto miedo al gigante. Me ha
salvado la vida, así que al menos le debo el beneficio de la duda... y no intentar sacarle los ojos
si se acerca a mí.
- ¿Qué está pasando? - Oigo otra voz que pregunta.
Dos hombres más entran en la habitación, y sus ojos se abren de par en par al verme acurrucada
en la esquina oscura como un animal asustado.
-Vaya, está despierta, - dice el que tiene el pelo negro como el azabache. Está sin camiseta,
cubierto de tatuajes y con un six pack -no, mejor dicho, un eight pack, con una V perfecta visible
desde sus pantalones de chándal bajos. -Hola, - dice con una gran sonrisa. -Me llamo Carter.-
El otro, con gafas de montura negra y cabello largo, me dedica una tímida sonrisa y dice. -Soy
Owen. Encantado de conocerte por fin. - También está sin camiseta y mostrando todo tipo de
músculos.
Echo un vistazo a los cuatro. Son todos tan diferentes y tan brutalmente guapos.
Sí, definitivamente estoy soñando.
Me pellizco el brazo y luego siseo de dolor cuando me duele de verdad. Vale, puede que esté
despierta después de todo. ¿Pero cómo demonios he acabado aquí? - ¿Dónde estoy? - No
pregunto a nadie en particular.
-Estás en nuestra casa, - dice Lucas. -Como dije, Jack te encontró en el bosque. Estabas en
una de sus trampas que ha colocado para la caza mayor. - Da un paso tentativo hacia adelante,
y se lo permito. -Estabas inconsciente, deshidratada y con bastantes cortes. -
Me señala la frente, y mi mano se dirige allí al instante, recordando cómo me golpeé la cabeza
contra una roca. Sin embargo, en lugar de un corte, siento pequeños puntos de sutura. ¿Me
ha cosido?
Trago con fuerza, y se me atasca la garganta seca mientras intento recordar lo que me pasó 28
después de la caída.
Henry.
- ¿Quién es Henry? - pregunta Lucas.
Mis ojos se dirigen a él. No me había dado cuenta de que había dicho el nombre en voz alta.
- ¿Es tu novio, marido? - Jack exige, sus manos se cierran en puños a sus lados. - ¿Por qué no
te ha salvado o no ha vuelto a por ti? -
Me encojo ante el tono de su voz, y Carter pone sus manos en el hombro del hombre grande y
dice. -Cálmate, amigo. La estás asustando. -
Jack frunce el ceño y da otro paso atrás, con sus ojos oscuros observándome atentamente.
-H-Henry era mi jefe en la escuela primaria en la que trabajaba, - explico, manteniendo mi atención
en Jack. -Nuestro grupo...- Me trago mis emociones y envuelvo mis brazos a la defensiva. -
Nuestro grupo se fue reduciendo poco a poco y sólo quedamos nosotros dos. - Dejo escapar un
suspiro tembloroso. -Ni siquiera sé si lo consiguió. -
Jack me estudia durante un rato antes de responder. -Estaré pendiente de él cuando vuelva al
bosque. Si lo encuentro, lo mantendré a salvo y lo traeré conmigo. -
Me sorprende su amabilidad, pero al fin y al cabo me encontró en el bosque y me trajo aquí. Tal
vez saqué conclusiones demasiado rápido debido a su enorme tamaño. -Gracias, - le susurro, y
la comisura de sus labios se levanta un poco. No es una sonrisa, pero es mejor que el ceño
fruncido que ha tenido.
Lucas vuelve a mirar a los demás y dice. -Vamos a darle un poco de espacio y dejarla
descansar. Podemos hablar más por la mañana. -
Los chicos refunfuñan en respuesta, pero salen lentamente de la habitación.
Debe ser el líder, concluyo.
Lucas se queda en la habitación mientras el resto se va. Sus amables ojos azules me hacen
sentir segura, y empiezo a desenvolver lentamente mis manos de su agarre protector alrededor
de mi medio. Mis ojos se posan en el maletín médico de la mesita de noche y luego vuelven a
dirigirse a él. - ¿Eres médico? -
Asiente con la cabeza. -Sí... o supongo que lo era, -dice, frotándose la nuca con la mano. -¿Eras 29
profesora?, -pregunta.
Asiento con la cabeza. -Daba clases en cuarto grado. - Se me llenan los ojos de lágrimas y me
tiembla el labio inferior. -Echo tanto de menos mi antigua vida que a veces me duele. -
-Sé exactamente lo que quieres decir. - Me dedica una sonrisa triste. -Oye, mira, voy a dejar
que te vuelvas a dormir. Estaré abajo en el sofá. -
La idea de que salga de la habitación me asusta. Me siento segura con él por razones que ni
siquiera puedo comprender ahora mismo. -Espera, - le digo mientras se acerca a la puerta. -
¿Esta es tu habitación? - Pregunto.
-Sí. -
-Entonces deberías quedarte aquí. Puedo... puedo dormir en la silla o en el suelo o.…-
Sus ojos se abren de par en par con sorpresa cuando entiende mi significado oculto. - ¿Qué tal
si te quedas con la cama y yo cojo un saco de dormir para mí? -
Asiento con la cabeza a su sugerencia y lucho contra la sonrisa que amenaza con aflorar. Me
alegro de no haber tenido que rogarle prácticamente que se quede. Y ciertamente me alegro de
no tener que explicarle por qué o cómo me hace sentir tan condenadamente segura.
Me meto lentamente en la cama mientras él va al armario y saca un saco de dormir
enrollado. Extiende el saco en el suelo junto a la cama y se tumba, poniéndose cómodo.
Sin poder evitarlo, me acerco al borde de la cama y lo miro. Su rostro apuesto y sus brillantes
ojos azules me miran. Y cuando me dedica una sonrisa deslumbrante, no puedo evitar que las
mariposas se me agolpen en el estómago.
-Gracias por quedarte, - le susurro.
-De nada, - me susurra él. Y entonces sus cejas se fruncen como si estuviera pensando en algo
importante. - ¿Puedo preguntarte tu nombre? -
-Me llamo Trinity. –
-Trinity, - dice Lucas, con mi nombre dando vueltas en su boca como si fuera su lugar. -Te
hemos estado llamando la Bella Durmiente. Así que es agradable tener por fin un nombre que
haga juego con tu bonito rostro. -
Mi boca se abre en forma de "O" ante sus palabras. Y cuando Lucas se da cuenta de lo que 30
acaba de decir, intenta dar marcha atrás. -Quiero decir... eh...-
-No pasa nada, - le digo con una sonrisa. Es agradable escuchar que alguien me llame guapa
cuando he estado perdida en el bosque durante meses y probablemente tenga un aspecto
sombrío. -Buenas noches, Lucas, - le digo antes de volver a tumbarme en la cama y meterme
bajo las sábanas.
-Buenas noches, Trinity. -
Con una sonrisa en la cara, no tardo en caer en un profundo sueño.
CAPÍTULO 6 31

LUCAS

ME DESPIERTO temprano esa mañana, feliz y de muy buen humor. Es la primera vez... desde
hace mucho tiempo.
La Bella Durmiente por fin se ha despertado, y tiene un nombre, Trinity. Es un nombre precioso
para una chica preciosa.
Enrollo mi saco de dormir y miro a Trinity, que está profundamente dormida. Ya puedo oler el
desayuno desde el piso de abajo, y huele divinamente. Carter sabe muy bien cómo despertar a
la gente de esta casa.
No desayunamos a menudo, solo en ocasiones especiales, y esta es sin duda una ocasión especial.
Observo a Trinity mientras su nariz hace un pequeño movimiento, y me recuerda a Samantha en
Hechizada.
Se estira y suelta un gemido bajo que hace que un cosquilleo se dispare directamente a mi polla.
Abajo chico, pienso para mis adentros. Ya estoy luchando contra la dureza matutina. No
necesito añadir nada más a la mezcla ahora mismo, o seré una erección andante todo el maldito
día.
Abre sus ojos grises y tormentosos y me dedica una sonrisa radiante que me deja sin aliento. -
Buenos días, - consigo decirle con una sonrisa.
-Buenos días. - Se incorpora lentamente y echa un vistazo a la habitación, ahora iluminada con
luz natural. -No recuerdo la última vez que dormí tan bien, - dice con una sonrisa triste.
Asiento con la cabeza en señal de comprensión. Aunque no hemos estado huyendo tanto tiempo
como ella, sé exactamente a qué se refiere. El mundo real es muy duro. La Granja River's Edge
es como una utopía comparada con cualquier otro lugar.
-Creo que Carter ha empezado a desayunar. Si quieres ducharte y.…, - empiezo, pero no me
deja terminar.
- ¿Ducha? - chilla sorprendida con los ojos grandes y abiertos.
-Sí. Gracias al increíble sistema que Owen ha montado con paneles solares, suministra energía 32
a la bomba del pozo y al calentador de agua del sótano. - No puedo ni siquiera intentar explicar
los paneles solares y otros ingeniosos inventos de Owen. Lo único que sé es que se siente muy
bien tomar una ducha caliente todos los días. -No te quedes mucho tiempo dentro, y debería
estar caliente todo el tiempo, - le explico.
Me dirijo al baño contiguo y abro la puerta. -Las toallas están debajo del lavabo. Y hay un
jabón de leche de cabra hecho a mano en la bañera que puedes usar. -
Me mira con asombro. -Vaya, ¿ducha, toallas y jabón? Viven en una vida de lujo. Lo saben,
¿verdad? -
Me río y asiento con la cabeza. -Oh, sí. Sabemos la maldita suerte que tenemos. - Miro su
ropa sucia y raída y le digo. -Lavamos la ropa en el río y la colgamos para que se seque. Pero
creo que los anteriores propietarios podrían tener algo que puedas ponerte. -
-Vaya, gracias. La ropa nueva suena increíble. Llevar la misma ropa todos los días durante
meses se hace bastante vieja, - dice en voz baja.
Se pone de pie y yo miro su camisa suelta y sus pantalones de deporte que definitivamente han
visto días mejores. -Voy a buscarte algo de ropa. -
Apoya suavemente su mano en mi hombro un momento mientras pasa. -Gracias, Lucas. Por
todo, - me dice.
Quiero decirle que no tiene que seguir agradeciéndome, pero me encanta el sonido de su voz y
sus pequeñas caricias, así que mantengo la maldita boca cerrada.
Veo a Trinity desaparecer en el baño y me quedo mirando la puerta un rato. No sé qué dirán los
otros chicos sobre su permanencia aquí, pero de ninguna manera quiero dejarla ir ahora. Quiero
quedarme con ella. Tal vez para siempre... si ella nos deja, claro.
En esta casa vivimos con reglas simples, y eso es reclamar lo que quieres. Si quieres una lata
de judías o de fruta, la reclamas y es tuya. Tengo la intención de reclamar a Trinity pero no sé
cómo me siento realmente. Y sólo puedo imaginar cómo se sentiría ella al respecto...
Lo más probable es que se desanime por mi forma de pensar cavernícola. En primer lugar, Trinity
es mucho más importante que la comida o las provisiones, aunque ahora sean de vital importancia
para todos nosotros. Es un hermoso ser humano, y no me parece bien reclamarla.
Sin embargo, podría tener que hacer eso para que los otros tipos se mantengan 33
alejados. Diablos, han pasado casi dos años desde que cualquiera de nosotros ha visto a una
mujer. Sólo puedo imaginar que vamos a estar todos luchando por su atención... y afecto.
Camino por el pasillo, entro en una de las habitaciones libres de la gran casa de campo y rebusco
entre las pertenencias de los antiguos propietarios. En esta habitación metimos todo lo que no
necesitábamos, y me alegro de haberlo guardado todo. Hay algunos vestidos de mujer,
pantalones, zapatos, de todo. Tomo una gran caja de cosas y la llevo a mi habitación.
Dejo la caja frente a la puerta del baño y grito por encima del sonido del agua, -La ropa está
aquí fuera, Trinity. -
- ¡Está bien! - contesta antes de gemir de placer por la primera ducha que probablemente haya
tomado en mucho tiempo.
Su gemido me atraviesa de nuevo. Imagino el agua cayendo en cascada sobre su cuerpo desnudo,
y tengo que ajustar mi polla, que de repente hace fuerza contra mi cremallera.
Joder, esta chica me va a matar.
Antes de bajar a desayunar, cambio rápidamente las sábanas, agradeciendo tener un juego extra
limpio en el armario. Hago una bola con las sábanas sucias en los brazos y bajo a hablar con los
chicos.
No tengo ni idea de lo que van a decir sobre nuestra nueva invitada. No es que hayamos tenido
nunca una visita aquí. Llevamos mucho tiempo siendo los cuatro, y añadir a alguien más a la
ecuación, especialmente una mujer, podría desbaratar las cosas por aquí.
CAPÍTULO 7 34

TRINITY

ME SIENTO COMO UNA MUJER NUEVA cuando termino de ducharme. Incluso he utilizado una
maquinilla de afeitar desechable para afeitarme las piernas y las axilas. Juro que mis piernas
parecían llevar calentadores peludos las veinticuatro horas del día, y mis axilas parecían ser la
cabeza de Pie Grande.
Rebuscando en el montón de ropa de la caja, selecciono un pantalón de chándal gris oscuro, una
camiseta de cuello de pico de color burdeos y unas zapatillas de deporte. Incluso encuentro un
par de bragas y calcetines, cosa que agradezco. Y aunque toda la ropa es demasiado grande para
mi delgado cuerpo, y los zapatos son un poco grandes para mis pies, los hago funcionar.
Los mendigos no pueden elegir. Y menos en el mundo en el que vivimos ahora. Me alegro de
tener algo de ropa, sobre todo limpia.
Me peino con los dedos y me pongo tan presentable como puedo, dadas las circunstancias. He
prescindido de tantas cosas durante tanto tiempo que apenas echo de menos el maquillaje que
solía llevar a diario o la plancha que usaba en el pelo. Diablos, ahora mismo ni siquiera tengo
puesto el sujetador. Eso me habría molestado mucho antes... pero ahora no podría importarme
menos. Sólo me alegro de haber podido ducharme por fin. Llevaba tanto tiempo lavándome con
los demás en los fríos arroyos y ríos que nunca pensé que volvería a experimentar una ducha
caliente.
Suspirando con satisfacción, salgo de la habitación. Inmediatamente oigo voces masculinas en el
piso de abajo y me detengo en el rellano. Sé que debería temer estar en una casa llena de
hombres, pero, por alguna extraña razón, me siento bien.
Pero todo esto es tan extraño, tan surrealista. Tal vez la realidad aún no se ha asentado del
todo. Quiero decir, me quedé dormida en una red con un zombi persiguiéndome y luego me
desperté en una cama de verdad con sábanas y mantas. Es casi como si me hubiera despertado
en un mundo completamente diferente. Y, además, podría haber otras personas aquí también,
tal vez incluso otras mujeres. El hecho de que anoche viera a cuatro chicos en mi habitación no
significa que no haya otros ocupantes en esta gran casa de campo.
Me prometo a mí misma no asustarme del todo a menos que sea completamente necesario. Hasta 35
entonces, voy a tocar de oído, pero también voy a ser muy cautelosa.
Bajando las escaleras de puntillas, sin querer anunciar mi presencia todavía, escucho la
conversación que viene de la cocina.
- ¿Así que se llama Trinity? - pregunta alguien. Creo que es Jack, porque es muy profundo.
-Sí. No me ha dicho mucho, pero estoy seguro de que sabremos más cuando termine de
ducharse.- Esa es la suave voz de Lucas. Casi la tengo grabada en mi cabeza.
Llego al último escalón mientras los chicos siguen hablando de mí. No tienen ni idea de que
estoy escuchando a escondidas, y no puedo evitar querer averiguar lo que piensan de mí.
-Entonces, ¿de cuál de los dos crees que se enamorará primero? Si tuviera que apostar, diría
que, de mí, - dice Carter con una risa oscura. Su voz es profunda y melódica.
-Vete a la mierda, Carter, - dice Jack. -Siempre convirtiendo todo en un concurso, como
siempre.-
-Hablando de eso, ya reclamé esos melocotones enlatados, - replica.
Jack se limita a responder entre dientes.
Sonrío mientras discuten de un lado a otro. Y entonces, al acercarme un paso, acabo pisando
una tabla del suelo que cruje y que delata mi presencia en un instante.
Me estremezco y me quedo inmóvil mientras su conversación termina abruptamente. Sí,
definitivamente me han oído.
- ¿Trinity? - Llama Lucas.
Entro en la cocina con lo que espero que sea una sonrisa amistosa. Los cuatro chicos están
apiñados alrededor de una gran mesa rectangular de madera. Sus platos están llenos de comida,
y hay una silla y un plato vacíos esperándome.
Lucas retira la silla que tiene al lado y me hace un gesto para que me siente. Una vez que lo
hago, me empuja para que me acerque a la mesa. -No estábamos seguros de lo que te gusta
comer, pero espero que te gusten los huevos. –
Miro mi plato lleno de huevos revueltos, algunas verduras de hoja verde y frambuesas negras 36
recién recogidas.
Prácticamente podría llorar al verlo.
Mi estómago ruge y se me hace la boca agua. No he comido una comida decente en lo que parece
una eternidad. -Esto es genial. Muchas gracias, - digo con vehemencia, cogiendo el tenedor y
obligándome a comer despacio y a no inhalar todo lo que hay en el plato como una especie de
animal. Y aunque la comida es insípida porque no hay sal ni pimienta para sazonar nada, me sabe
a gloria.
Una vez que empiezo a comer, el resto de los chicos empiezan a comer también.
-Comemos muchos huevos, pero también pescamos en el río y Jack hace caza menor y ciervos,
- explica Carter. -Es agradable poder cocinar una variedad de cosas en lugar de comer huevos
todos los días. -
No puedo ni imaginarme que me canse de comer lo mismo. Habría matado por tener huevos
todos los días cuando estaba en el bosque. Mi grupo vivía de todo lo que podía conseguir, que
no era mucho. No era anormal que pasáramos días sin una sola onza de comida. Era horrible,
y un escalofrío me recorre ante los recuerdos que afloran en mi mente.
- ¿Tienes frío? - Lucas pregunta a mi lado.
Siempre el protector.
Le doy una pequeña sonrisa. -No. Sólo estaba... pensando en algo. -
Asiente con la cabeza y toma otro bocado de su comida.
Hay un vaso de agua junto a mi plato, lo levanto y me quedo mirando el líquido transparente que
no es marrón, turbio y repleto de bacterias y suciedad como estoy acostumbrada a ver. Me
relamo los labios antes de dar un gran trago al agua fría, conteniendo a duras penas un gemido
mientras dejo el vaso en la mesa.
Carter se levanta y coge una taza caliente de la anticuada estufa de leña que hay en la esquina
de la habitación. Hoy lleva una camiseta, cosa que agradezco. No creo que sea capaz de
concentrarme con su pecho perfectamente cincelado a la vista de nuevo.
Miro embobada la taza llena de agua de color verde muy claro cuando la deja frente a mí.
-Es té de agujas de pino, - dice Carter al verme mirar la taza. -No es café, pero si cierras los 37
ojos con fuerza, puedes fingir que lo es, - dice con una sonrisa sexy.
Tomo un sorbo tentativo. No es amargo, pero puedo saborear un toque de pino. La verdad es
que está muy bueno teniendo en cuenta que no he tomado nada más que agua de río y de lluvia
desde el apocalipsis. - ¿Cómo aprendiste a hacer esto? -
Da una palmada en el gran hombro de Jack y dice. -Jack es el superviviente entre nosotros. Me
enseñó a buscar comida y a hacer cosas que nunca hubiera soñado hacer antes, hace un par de
años. -
Miro a Jack y me sonríe. Esta mañana parece aún más macizo que anoche en mi habitación. La
camiseta que lleva puesta le aprieta el pecho musculoso y las mangas están cortadas, dejando al
descubierto unos bíceps abultados. Tiene algunos tatuajes repartidos por la piel: un águila, la
bandera americana con Semper fidelis garabateado debajo y una cruz.
Me sorprende mirando y me explica diciendo. -Estuve en el Cuerpo de Marines. -
Y con ese dato, cambia por completo mi opinión sobre Jack. Puede parecer un gigante, pero
también es un protector, como Lucas. Le lanzo una gran sonrisa y le digo. -Vaya, eso es
increíble.- Luego, para seguir con la charla, le digo. -Fui maestra de primaria. -
Carter dice. -Yo era carpintero. Trabajé en la empresa de mi padre. Pero también dirigí un bar
y cociné. -
-Yo era médico... pero eso ya lo sabías, - dice Lucas desde mi lado.
Miro a Owen, que está sentado en silencio al final de la mesa. Está observando nuestras
interacciones, pero no dice nada. Su pelo castaño sigue peinado de forma desordenada en la
cabeza, y estudia a todos detrás de sus gafas de montura oscura.
- ¿Y tú, Owen? - le pregunto.
-Owen es el cerebro de la operación, - dice Carter con una sonrisa, respondiendo por él.
-Yo era un científico, - explica Owen en voz baja.
-Oh, está siendo modesto, - dice Carter con un gruñido. -Inventó cosas y patentó muchas de
sus creaciones. -
Owen es definitivamente el más callado del grupo, pero en realidad encuentro su peculiar timidez 38
realmente sexy. Además, no está de más que tenga algo de Clark Kent. No es tan musculoso
como, por ejemplo, Carter, pero definitivamente puedo ver sus firmes y nervudos antebrazos
cuando alcanza su bebida.
-Entonces, Trinity, ¿cuántos años tienes? - pregunta Carter.
-Tengo veinticuatro, - respondo.
-Un año mayor que yo. Siempre me han gustado las chicas mayores, - dice Carter con un guiño.
Eso le hace recibir un puñetazo en el brazo de Jack. -No le hagas caso. No ha visto a una
mujer en mucho tiempo. -
-Ninguno de nosotros lo ha hecho, - murmura Carter, frotándose el brazo.
Mis ojos se abren de par en par ante esa admisión. -Entonces... ¿no hay más gente aquí? -
Lucas sacude la cabeza. -Sólo nosotros cuatro. No hemos visto a nadie más en casi dos años.-
Tomo un sorbo de mi té mientras proceso esa nueva información. Vale, así que no hay más
mujeres aquí. Me siento repentinamente superada en número y por una buena razón. Cuatro
contra uno. Las probabilidades no están a mi favor.
Pero todavía no tengo una sensación de miedo de estos cuatro hombres. No han sido más que
amables conmigo; y hasta que no hagan algo distinto, voy a confiar en que no me harán daño.
Los chicos se turnan para decirme sus edades. Resulta que Jack es el mayor con treinta y cinco
años, Lucas le sigue de cerca con treinta y cuatro y Owen es cuatro años mayor que yo con
veintiocho.
- ¿Se conocían, ya saben... antes? - Pregunto en voz baja.
Todos sacuden la cabeza simultáneamente. -Los cuatro acabamos juntos de alguna manera
cuando nuestro grupo empezó a ser eliminado uno a uno, - dice Jack.
Sé exactamente cómo es eso, pienso para mí.
Terminamos de desayunar y llevamos nuestros platos al fregadero. -Puedo lavarlos, - le ofrezco
a Carter, pero él niega con la cabeza.
-Gracias, pero no gracias. Eres nuestra invitada. Así que, ¿por qué no te relajas y te tomas 39
las cosas con calma por hoy? -
Sus palabras me revuelven el estómago. Sí, sólo soy una invitada. Y quién sabe cuánto tiempo
me permitirán quedarme. Podrían echarme mañana mismo si realmente quisieran. No tengo
ningún derecho sobre esta casa o propiedad.
La idea de volver allí por mi cuenta me aterroriza. Necesito demostrar mi valía, que puedo ser
útil aquí. Pero cuando pregunto qué puedo hacer para ayudar, todos los chicos me dicen que me
relaje por el día, y mi corazón se hunde.
Me retiro a la habitación de Lucas y me siento en el borde de la cama, mirando por la
ventana. Mis manos palpan las sábanas limpias que Lucas debe haber puesto en la cama mientras
yo estaba en la ducha. Sin embargo, el frescor del material no ayuda a calmar mis nervios y
pronto se me llenan los ojos de lágrimas al intentar imaginarme en el bosque sola.
Probablemente no duraría ni una semana.
Quizá ni siquiera un día entero.
Me hago un ovillo en la cama, dejo que mis emociones afloren y acabo llorando hasta quedarme
dormida.
CAPÍTULO 8 40

TRINITY

A LA MAÑANA SIGUIENTE, después del desayuno, Jack me pregunta si me gustaría ir a pescar


con él. Prácticamente aprovecho la oportunidad. Esto me dará tiempo para estrechar lazos con
el gigante de hombre, pero también me dará la oportunidad de demostrar mi valía al grupo.
Nunca he pescado en mi vida, pero sé que, si me permiten quedarme aquí, tengo que poner de mi
parte y contribuir de alguna manera. No puedo esperar que los chicos me adoren como a una
princesa. Y desde luego no quiero volver a pasar todo el día en la habitación de Lucas sin hacer
nada.
Jack abre la puerta principal y sale. Me quedo mirando la puerta abierta como si fuera un portal
a otro mundo. Hace días que no salgo fuera, y ya siento el miedo subiendo por mi columna
vertebral cuando salgo al porche.
Después de dos años en los que nunca he podido bajar la guardia y siempre he esperado que algo
salte y me ataque desde cualquier esquina, no puedo deshacerme de la inquietante sensación de
estar al aire libre sin protección.
El aire fresco me llena los pulmones mientras inhalo profundamente y exhalo despacio, tomando
la propiedad que se extiende frente a mí.
El porche delantero rodea la casa y el gran patio desciende por una colina cubierta de hierba
hasta un hermoso río que fluye en la distancia. A la derecha de la propiedad hay dos grandes
graneros y un pequeño cobertizo. A la izquierda hay un gran jardín rodeado de altos alambres
con diversas plantas que crecen en la tierra labrada.
La antigua granja es enorme, de dos pisos, con revestimiento blanco y contraventanas azul
oscuro.
Los chicos definitivamente tuvieron suerte con esta propiedad. Tienen un lugar para cultivar
alimentos para comer, y deben tener animales en algún lugar de la granja teniendo en cuenta lo
que teníamos para el desayuno y el hecho de que tienen jabón casero de leche de cabra. Además,
toda la granja parece estar rodeada de una alta valla y una puerta delantera, que mantiene fuera
a los invitados no deseados.
Al final del porche, Jack coge un pequeño cubo con la etiqueta "gusanos" y dos cañas de pescar 41
antes de que sigamos bajando hacia el río.
Él camina con confianza mientras que yo soy todo lo contrario. A cada paso que doy tengo miedo
de ver uno de ellos. La valla que rodea la propiedad es bonita y todo eso, pero sigo temiendo
que puedan entrar de alguna manera.
Cuando Jack se da cuenta de que voy detrás, se detiene y dice. -No tienes que preocuparte por
ellos, Trinity. El perímetro es seguro y hemos tomado precauciones. Los oiremos antes de
verlos. - Y luego añade. -Además, no dejaré que te hagan daño. -
Sus palabras me hacen sentir mejor al instante, pero sigo siendo un poco recelosa. Supongo
que las viejas costumbres son difíciles de cambiar.
En la orilla del río que atraviesa el centro de la propiedad, Jack deja caer las cañas y el cebo.
- ¿Has pescado alguna vez?, - me pregunta.
Niego con la cabeza.
-No pasa nada. Hay una primera vez para todo, ¿no? - Coge una de las cañas y ceba el anzuelo
con una larga lombriz. -Menos mal que soy un gran maestro. -
Me pone la caña en las manos y me quedo parada como una idiota. Ni siquiera sé cómo lanzar
el anzuelo al agua.
Jack viene por detrás, y el calor instantáneo de su enorme cuerpo se siente bien contra mi piel
fría. - ¿Está bien?, - me susurra al oído.
-Sí, - susurro. Luego, me aclaro la garganta y respondo con seguridad, -Sí. -
Se ríe profundamente, y eso me hace sentir un escalofrío. Su barba me hace cosquillas en el
cuello mientras me muestra cómo agarrar la barra. Presiona mi pulgar en un pequeño botón y
dice. -Eso es para soltar el sedal. - Luego me coloca de lado y me enseña cómo mover la muñeca
y lanzar el anzuelo, el cebo y la plomada al agua. Aparece un pequeño flotador rojo y blanco que
flota sobre el agua. -Si ves que la bobber se sumerge por debajo de la línea de flotación, significa
que hay algo en tu anzuelo. - Luego, hace girar la pequeña perilla del lado y dice. -Eso hará que
tu línea se tense. - Suelta su agarre en mi caña. -Y eso es todo, - me dice antes de alejarse. -
Si sientes que algo tira del sedal, tira rápido para asegurar el anzuelo en la boca del pez. -
Al instante echo de menos su calidez. Es una sensación extraña para mí sentirme segura y 42
protegida, y definitivamente lo hago en los brazos de Jack. Tal vez porque son tan jodidamente
enormes y él podría proteger a un pequeño pueblo dentro de ellos.
Le miro a hurtadillas mientras prepara su caña y la lanza a unos metros de la mía. Lleva una
camisa oscura con las mangas arrancadas y unos vaqueros rotos. Tiene la mayor parte de la
cara cubierta por la barba, pero me doy cuenta de que es guapo debajo de todo ese desaliño. Lleva
el pelo largo y oscuro atado con una goma y sus ojos oscuros estudian el agua con atención.
No habla mucho mientras pescamos, pero es agradable tener un silencio cómodo entre
nosotros. Definitivamente no estoy acostumbrada a que todo sea tan tranquilo y pacífico. Y
es maravilloso.
Al cabo de un rato, soy la primera en romper el silencio cuando le pregunto por los animales. -
Así que tienes jabón de leche de cabra y huevos. Supongo que hay animales en algún lugar de la
granja. - No he oído ninguno, y no tengo ni idea de cómo los mantienen alejados de los monstruos
que acechan en el bosque.
-Hemos insonorizado uno de los grandes graneros de atrás. Tenemos unas cuantas cabras y
varias gallinas. - Se acerca un poco a su línea. -Todos estaban aquí cuando llegamos, así que
los hemos cuidado. -
- ¿Y también atrapas animales en el bosque? Lucas dijo que estaba en una de tus trampas. -
-Sí. Atrapo ciervos, osos y pumas. - Me mira y añade. -Y chicas guapas. -
Y entonces, me muestra una gran sonrisa, la primera que he visto en sus labios. Parece tan
infantil cuando sonríe que mi corazón da un pequeño salto dentro de mi pecho. De repente, ya
no lo veo como una gran amenaza. Lo veo más como un gigante amable.
Vuelvo a centrar mi atención en la caña, y es entonces cuando siento un ligero tirón en el sedal. -
Uh, Jack, - susurro.
Él mira hacia mí y pregunta, - ¿Tienes algo? -
-No lo sé. Tal vez. - Entonces, siento un tirón mucho más agudo. -Sí, creo que sí. -
Recoge el sedal y suelta la caña antes de acercarse a mí. Se coloca detrás y guía mis manos,
ayudándome a recoger el pez que tira con fuerza de mi sedal. -Con calma, - me dice, con su
aliento patinando por mi cuello. -Eso es. -
Acomodo mi espalda contra su duro pecho, pero no creo que se dé cuenta porque está demasiado 43
concentrado en su tarea. Su calor me envuelve y se siente muy bien. Veo sus bíceps abultados
mientras envuelve sus manos sobre las mías y tira del palo.
-Es grande, - dice, y tengo que contener una risita porque no puedo evitar pensar en qué más es
grande en esta situación.
Un pez largo salta fuera del agua y yo chillo en silencio de alegría. Nunca antes había pescado
un pez, y de repente me siento muy orgullosa de haber sido capaz de hacerlo.
Jack toma el control de la caña y saca el pez del agua. -Buena captura, Trinity, - me dice,
sonriendo mientras se arrodilla para sacar el pez del anzuelo. -Es una trucha arco iris, - me dice
mientras sostiene el pez para que vea los colores verdes y morados iridiscentes que lo recorren.
Normalmente odiaría comer algo tan vivo y hermoso, pero los tiempos son diferentes ahora. No
se puede ir a un restaurante y pedir algo para comer. En este mundo, tenemos dos opciones:
cazar o ser cazados.
Y voy a demostrar mi valía a estos cuatro hombres. Quiero demostrar que puedo ser útil.
Sólo espero que me dejen quedarme. Al menos por un tiempo.
CAPÍTULO 9 44

LUCAS

ESA NOCHE cenamos la pesca del día de Jack y Trinity. Se las arreglaron para pescar unas
hermosas truchas arco iris. Y tuve que reírme cuando Jack nos dijo a regañadientes que Trinity
había cogido el pez más grande, ya que Jack es muy competitivo y odia perder en cualquier cosa.
Cuando nos reunimos alrededor de la mesa para cenar, no puedo evitar que mi mirada se detenga
en Trinity durante la mayor parte de la comida.
Es impresionantemente bella y naturalmente guapa sin un ápice de maquillaje. Su larga melena
castaña está sujeta en una coleta en lo alto de la cabeza con un trozo de cinta blanca que debe
haber encontrado en alguna parte. Y sus ojos grises tormenta hacen que me derrita cada vez
que me mira.
Tenerla aquí es como un soplo de aire fresco.
Y aunque los chicos y yo no hemos hablado de que se quede a largo plazo, estoy seguro de que
están tan enamorados de ella como yo.
Carter es prácticamente el único que ha expresado su encaprichamiento con ella, pero es el más
franco del grupo. Y eso es decir poco.
-Trinity, ¿quieres que te enseñe la granja mañana? Incluso puedes ayudarme a dar de comer a
los animales, - sugiere Carter, pillándome completamente desprevenido.
-Claro, sería genial, - le responde Trinity con una sonrisa.
Maldita sea, maldigo mentalmente. Quería enseñarle la granja mañana, ya que Jack ha ocupado
la mayor parte del día de hoy. El único tiempo real que puedo pasar con Trinity es cuando
duermo en el suelo a su lado, suspirando en silencio por ella como un adolescente.
Podría bajar las escaleras y dormir en el sofá, pero no voy a dejar a Trinity sola. El mero hecho
de oír su suave y uniforme respiración por la noche me adormece en un sueño tranquilo como
nunca antes había experimentado. Pero las últimas noches han sido una tortura para mí. Y no
es porque el duro suelo me esté matando la espalda.
Es porque, joder, quiero hacer mucho más que dormir en la misma habitación que ella. Quiero 45
tocarla, besarla... hacerla mía.
Si los chicos siguen robándomela, puede que se enamore de uno de ellos primero, dejándome a
mí en el polvo.
Refunfuñando, llevo mi plato vacío al fregadero, disfrutando del hecho de que al menos Carter
lavará los platos más tarde mientras yo estoy solo en mi habitación con Trinity. Aunque por
ahora es algo estrictamente platónico entre nosotros, disfruto pasando tiempo con ella.
Cuando todos terminan de comer, Jack saca un par de pilas de cartas. Están maltrechas y
rotas por el uso porque, joder, jugamos mucho a las cartas. No hay mucho más que hacer aquí
por la noche. No es que podamos encender la televisión y ver el fútbol.
Si acabamos haciendo una carrera de suministros pronto, estoy seguro de que jugar a las cartas
será el número uno en la lista de Jack de las cosas a tener en cuenta.
Es increíble lo mucho que puedes echar de menos pequeñas cosas como esas hasta que ya no
puedes ir a una tienda a comprarlas. Echo de menos comer ensaladas Cobb y grandes y jugosos
filetes. También echo de menos cosas mundanas como la pasta de dientes y el desodorante de
marca. Intentamos hacer nuestro propio desodorante y jabones y demás, pero no es lo
mismo. Gracias a Dios tenemos un pozo, agua caliente y podemos ducharnos a menudo. Si no,
estaríamos apestando este lugar hasta el cielo sólo por el sudor durante el verano.
Jack reparte las cartas y Trinity se sienta a mi lado para que le explique las reglas. Cada vez
que me inclino para susurrarle algo, siento el impulso de acercarla y besar esos labios rosados y
con forma de abeja que tiene.
Pero me controlo y hago lo posible por concentrarme en el juego de cartas.
Carter gana casi todas las manos y se regodea sin parar. Juro que era un tahúr antes del
apocalipsis.
A Jack se le da bien el farol, ya que siempre lleva la misma expresión seria mañana, tarde y
noche. Así es como gana la mayoría de sus manos.
Y Owen... es tan malditamente tranquilo y tímido que nadie sabe si tiene una mano buena o
mala. Pero normalmente termina doblando, así que nunca nos enteramos de ninguna manera.
En la última partida de la noche, la cosa se reduce a Carter y Trinity.
Jack, Owen y yo nos retiramos. Mirando por encima del hombro de Trinity, veo que tiene una 46
mano bastante buena, pero la sonrisa arrogante de Carter indica que la suya podría ser un poco
mejor.
Carter mira fijamente a Trinity por encima de las cartas extendidas en sus manos y pregunta. -
¿Qué tal si hacemos esto más interesante? -
Le miro con una ceja. ¿A qué juego está jugando ahora?
- ¿Qué tenías pensado? - pregunta inocentemente Trinity.
-La elección del ganador. Así que, si ganas, puedes elegir algo que quieras... y viceversa. -
- ¿Y qué es lo que quieres?, - pregunta ella, inclinando la cabeza hacia un lado.
Se lame los labios, sus ojos se dirigen a la boca de ella antes de responder con, -Un beso. -
Puedo ver cómo el rubor sube por sus mejillas mientras aparta su mirada de Carter y estudia
sus cartas. Ese hijo de puta. Estoy totalmente convencido de que ahora tiene una mano mejor,
pero Trinity acaba cayendo en su encanto.
-Bien, - dice, mirando sus cartas de nuevo, aparentemente confiada en su mano. -Si gano, tienes
que lavar la ropa de todos durante una semana. -
Carter se ríe y asiente. -Está en juego. -
Una sonrisa se forma en mis labios. Carter odia lavar la ropa y se queja de ello todo el
tiempo. Así que, si Trinity consigue esto, acaba de hacer su vida mucho más miserable. Cruzando
los dedos por debajo de la mesa y esperando que ella gane, observo con expectación cómo ponen
sus cartas sobre la mesa.
Trinity tiene un full.
Y Carter tiene... una jodida escalera real.
-Bastardo, - murmuro en voz baja. Él sabía todo el tiempo que iba a ganar, y nos la ha jugado
a todos.
-Tomaré ese beso ahora, - dice Carter con una sonrisa ladeada en su cara mientras se levanta.
Trinity traga con fuerza antes de ponerse de pie y dirigirse a Carter. Todos nuestros ojos están
pegados a los dos mientras ella está de pie ante él.
Observo cómo Carter toma suavemente su mejilla con la palma de la mano y se inclina para 47
presionar sus labios contra los de ella en un beso dulce y sin prisas.
Me sorprende que no se esté aprovechando de la situación, pero luego veo cómo le pasa la mano
por la cintura antes de rodear su espalda con el brazo para acercarla de repente y apretarla
contra su pecho.
Trinity jadea sorprendida por el brusco movimiento, y Carter lo aprovecha al máximo, metiendo
la lengua en su boca en un apasionado beso.
Joder, quiero apartar la mirada, pero no puedo. La forma en que la besa y la forma en que a
ella se le debilitan las rodillas me tiene fascinado. Nunca me he considerado un mirón, pero
empiezo a replantearme esa afirmación cuando siento que mi polla se agita en mis pantalones y
se alarga.
Jack, Owen y yo nos sentamos impotentes mientras vemos a Carter devorar a Trinity ante
nuestros ojos. Y cuando finalmente se retira, Trinity tiene una mirada aturdida en su rostro
como si nunca hubiera sido besada así en su vida.
Y joder, veo todo rojo.
Levantándome bruscamente y tirando mi silla por el repentino movimiento, siseo. -Digo que lo
dejemos por esta noche. - Luego, salgo de la habitación para refrescarme... y para
reajustarme. Estoy tan excitado que casi me duele. Verlos a los dos juntos me excito, pero no
puedo ni siquiera empezar a entenderlo.
Trinity dobla la esquina y me mira con cara de preocupación. - ¿Estás bien?,- pregunta
tímidamente.
Mi barbilla se estremece y asiento con fuerza antes de dirigirme a las escaleras, subiendo de dos
en dos hasta el rellano.
Mientras estoy en la parte superior y escucho los pasos de Trinity en la escalera, puedo oír a
Jack abajo comprobando dos veces las cerraduras. Es su rutina nocturna y me hace sentir más
seguro.
Cualquier cosa podría entrar si lo deseara, pero Jack duerme con tanta ligereza que
probablemente podría oír la caída de un alfiler a 400 metros de distancia. Duerme con una
pistola debajo de la almohada y sé que eliminaría a cualquiera que intentara hacernos daño.
Tenemos nuestros propios sistemas de alarma en todo el perímetro de la propiedad: viejas 48
campanas de vaca con cables de disparo. Están todos conectados, y si alguien pisa uno o se
tropieza con el hilo de pescar, emitirá un sonoro coro de campanas, alertándonos del peligro que
se aproxima.
Eso sería suficiente para despertarnos a todos, estoy seguro. Diablos, no creo que Jack sea el
único que no duerme profundamente. Quiero decir, ¿cómo puede hacerlo cuando el mundo está
como hoy?
Dispongo mi saco de dormir y mi almohada en el suelo mientras Trinity entra en el baño para
prepararse para la cama, según nuestra rutina habitual. Sale unos minutos más tarde con unos
diminutos pantalones cortos y una camiseta ajustada que debió pertenecer a una adolescente en
algún momento. Mis ojos observan su cuerpo, la forma en que sus largas y esculpidas piernas
se mueven hacia mí, con la gracia de una bailarina, y el hecho de que la camiseta no deja nada a
la imaginación, mostrando sus magníficas y generosas tetas, antes de cerrarlos, bloqueándola. Y
si creía que mi polla estaba dura antes... ahora es de puro acero.
Pasando por delante de ella, le digo que me daré una ducha rápida, dejándola mirando tras de mí,
desconcertada por mi repentino cambio de actitud.
Una vez bajo el chorro de agua caliente, me acaricio la polla. Me siento tan bien que se me
quitan los nervios de inmediato y me dan escalofríos. Las imágenes de Trinity y Carter besándose
llenan mi mente al principio, pero poco a poco empiezo a pensar en ella y en mí... besándonos...
follando...
No pasa mucho tiempo hasta que estoy tan jodidamente cerca que ni siquiera puedo pensar con
claridad. -Oh, joder, - gimo, golpeando mi mano libre contra la pared de azulejos mientras me
corro, con fuerza, y mi liberación se va por el desagüe.
Permanezco un rato bajo el chorro de agua caliente. Pensaba que correrme me haría sentir
mejor, pero no es así. Todavía estoy enfadada porque Carter besó a Trinity delante de todos
nosotros. Me cabrea aún más que probablemente piense que ahora la reclama como suya.
Pero tengo noticias para él. No voy a renunciar a ella sin luchar.
Me pongo unos pantalones cortos limpios y una camiseta y me miro en el espejo mientras me
cepillo los dientes con el último tubo de pasta de dientes que tengo.
Frunzo el ceño ante mi reflejo. Estoy enfadado conmigo misma por no haber puesto fin a la 49
estúpida apuesta. Debería haber sabido que Carter tenía un as en la manga, por así decirlo.
Cuando salgo del baño, veo que Trinity está tumbada en mi cama, bien despierta. No nos decimos
nada mientras me dirijo al saco de dormir y me meto en él. Un segundo después, la habitación
se sumerge en la oscuridad mientras Trinity apaga las velas de la mesita de noche.
Intento conciliar el sueño, pero pronto me encuentro dando vueltas en la cama, intentando
ponerme cómodo... y tratando de quitarme de la cabeza la imagen de Carter besando a Trinity.
- ¿Lucas? - Oigo su melódica voz susurrar en la oscuridad.
Abro los ojos y miro al techo. - ¿Sí? -
-Sé que Carter se ha ofrecido a enseñarme la granja mañana, pero... ¿quieres venir tú también?-
Sonrío ante sus palabras y el significado oculto detrás de ellas. Se siente más segura conmigo
y me quiere con ella... aunque él la haya besado primero. -Por supuesto, - le digo, y casi puedo
percibir su sonrisa en las sombras.
-Buenas noches, Lucas, - susurra.
-Buenas noches. -
Sé que Carter se enfadará, pero eso me hace sonreír aún más. Me pelearé con él por un tiempo
a solas con Trinity, pero sé que al final ganaré.
La quiero demasiado para perder.
CAPÍTULO 10 50

TRINITY

AL DÍA SIGUIENTE, Carter y Lucas me enseñan la granja. Al principio, hay mucha tensión entre
los dos; lo suficientemente gruesa como para cortarla con un cuchillo. Pero al final están tan
concentrados en enseñarme la granja que se olvidan de lo que evidentemente les molesta. No es
que sepa realmente por qué está molesto Lucas, pero estoy bastante segura de que tiene que
ver con que Carter me besara anoche.
Toda su actitud cambió después del beso, así que sólo puedo suponer que está enfadado o incluso
celoso. El hecho de que pueda estar celoso me da un poco de vértigo, porque he estado albergando
sentimientos secretos por Lucas desde que me desperté en su cama.
Pero también estoy dividida, porque cuando Carter me besó, fue como ningún otro beso que haya
experimentado en toda mi vida. Mis rodillas se debilitaron y mi cabeza se nubló. Sus labios y
su sabor permanecieron en mi mente durante mucho tiempo anoche.
También están Jack y Owen.
Aunque todavía no he llegado a conocer muy bien a Owen, es muy atractivo e inteligente y el
típico tipo de chico por el que me habría decantado en el viejo mundo.
Jack, que es todo lo contrario a Owen, también está en mi radar. Cuando me llevó a pescar,
me sentí inmediatamente atraída por él. Es grande y fuerte y es el macho alfa del grupo.
Y, vaya, eso me excita.
Nunca me había sentido tan atraída por más de un hombre al mismo tiempo, y mucho menos por
cuatro. Todo esto es estimulante y aterrador a la vez.
-Allí está el jardín. Cultivamos todo lo que podemos para alimentarnos a nosotros mismos y a
los animales, - explica Lucas, mostrando su perfecta sonrisa y sacándome de mis cavilaciones.
Es interesante saber qué había aquí antes de que llegaran y qué han hecho desde entonces para
mantener la tierra y prolongar su estancia aquí. Mientras nos dirigimos a los graneros, observo
a Owen a lo lejos que se cierne sobre un montón de lo que sólo puede describirse como piezas de
coches y máquinas colocadas sobre una mesa baja. -Qué está haciendo? - le pregunto a Lucas.
Lucas mira hacia abajo y se le dibuja una gran sonrisa en la cara. -Está trabajando en hacer un 51
aerogenerador con un alternador de coche para que podamos tener electricidad para la casa y los
graneros. -
-Como si sus paneles solares de bricolaje no fueran ya lo suficientemente impresionantes, - dice
Carter.
-Sí, - dice Lucas con una risa y un movimiento de cabeza. -Menos mal que se le ocurrió esa
idea. No sé qué haría sin una ducha caliente cada mañana. -
Los chicos empiezan a caminar de nuevo hacia los graneros, pero yo me quedo quieta, mirando a
Owen desde lejos. Él levanta la vista, se da cuenta de que lo estoy mirando y me saluda con un
pequeño e incómodo gesto. Le devuelvo la sonrisa y el saludo.
Owen es definitivamente un enigma envuelto en un acertijo. Está muy callado la mayor parte del
tiempo, pero tengo la sensación de que un millón de cosas se arremolinan en ese gran cerebro
suyo.
-Trinity, ¿vienes? - Carter llama.
-Sí, - digo, apartándome de mala gana de Owen y trotando para alcanzar a los chicos.
Carter desbloquea la puerta y la abre sólo lo suficiente para que entremos. No hay luces que
encender, pero por suerte las grandes claraboyas de arriba proporcionan suficiente luz natural
para ver. El granero es enorme y está dividido en secciones para albergar a diferentes animales.
Hay varias gallinas corriendo alrededor de un corral de alambre con un gallinero en el lado
izquierdo. Y a la derecha hay cinco cabras que juegan a darse cabezazos.
Lucas se acerca a un gran contenedor y levanta la tapa. Veo que está lleno de numerosos
contenedores etiquetados.
-Las gallinas comen muchos bichos que cogemos fuera, como grillos y gusanos de la harina,
además de algunos cultivos que cultivamos, e incluso pescado. A veces es difícil mantenerlas
alimentadas, pero es una prioridad, porque necesitamos los huevos que ponen, - aclara Lucas.
-En cuanto a las cabras, esos cabrones intentan comer casi cualquier cosa, - dice Carter riéndose.
-Pero las alimentamos principalmente con plantas y heno, - aclara Lucas.
-Las ordeñamos todas las mañanas, - dice Carter, dando una palmadita en la cabeza a una de las 52
cabras. -Y también nos dan un buen y apestoso abono para nuestro jardín. -
Lucas mete la mano en uno de los contenedores y coge un puñado de grano. Lo lanza por encima
de la alambrada y las gallinas se vuelven locas picoteando el suelo para comerlo.
-Las gallinas ponen huevos casi todos los días. - Lucas abre un trozo de la valla y me hace un
gesto para que entre. -Solemos recogerlos mientras están ocupadas comiendo. Si no, se vuelven
muy protectoras con sus huevos. -
Lucas y yo recogemos varios huevos y los ponemos en un pequeño cubo antes de salir por donde
hemos entrado.
-Las cabras son más divertidas de alimentar, - dice Carter con un guiño. Me empuja un puñado
de heno en la mano y me dirige hacia las cabras que esperan.
Empiezan a hacer todo tipo de ruido y a correr hacia mí en cuanto ven la comida. Chillo asustada
mientras todas se agolpan a mi alrededor, intentando comer la comida que tengo en la mano.
Carter y Lucas se ríen divertidos al ver cómo intento no morir pisoteada.
Hay unas cuantas cabras mayores, al menos un macho, dos hembras y dos cabritos. Las dos
cabritas se alimentan ansiosamente de sus madres mientras se distraen con el heno que tengo
en la mano.
Es como volver a ser un niño en un zoo de mascotas. Son tan monos.
Carter trae más comida y las cabras van hacia él. Se arrodilla y las acaricia suavemente mientras
comen, y es agradable ver este lado más suave de Carter.
Cuando levanta la vista y me descubre mirándole, parece sorprendido al principio. Pero luego
simplemente me dedica su característica sonrisa y guiño.
Definitivamente es el chico malo del grupo, y su cuerpo parece hecho para pecar.
Hace mucho tiempo que no tengo relaciones sexuales, ni siquiera pienso en ellas. Sinceramente,
ni siquiera sabía que todavía podía sentirme atraída por otro ser humano. Allá afuera, en la
naturaleza, todo se trata de luchar para mantenerte vivo.
Nadie se centraba en las relaciones ni en el amor ni en nada más que en vivir el día a día y
mantenerte vivo.
Aparto mi mirada para encontrar a Lucas observando nuestra interacción. 53

Tal vez mi lujuria está escrita en mi cara, pero no puedo evitarlo.


Estar encerrada en una casa con cuatro hombres atractivos le hace eso a una chica.
Cuando terminamos de alimentar a los animales, salimos del granero y volvemos a casa.
A casa.
Aunque llevo poco tiempo aquí, empiezo a sentirme como en casa.
Sólo espero que me dejen quedarme un poco más.
CAPÍTULO 11 54

TRINITY

DESPUÉS DE UN DÍA COMPLETO recorriendo la granja con Lucas y Carter, alimentando a los
animales, cuidando el jardín y conociendo la tierra, estoy lista para ir a la cama justo después de
cenar.
Arriba, Lucas me aplica una pomada antibacteriana en los puntos con mucha delicadeza. Por
suerte, sólo son unos pocos y dice que la cicatriz debería ser mínima. Pero seamos sinceros, no
es que vaya a competir en ningún concurso de belleza en breve.
Estudio su atractivo rostro de cerca y en persona. Sus brillantes ojos azules me atraen al
instante. Luego, me desvío hacia su perfecta nariz y su perfecta boca. Su rostro parece haber
sido esculpido en piedra por un famoso artista griego. Tiene una barba de un día que recubre su
fuerte mandíbula, y me encuentro deseando sentirla. ¿Es suave o punzante? ¿Y qué sentirían
sus labios contra los míos?
-Ya está todo listo, - dice, sacándome de mi ensoñación. Luego se levanta para tirar el hisopo
que estaba usando en una pequeña papelera.
-Gracias, Lucas. - Parece que lo único que hago últimamente es darle las gracias, pero él hace
mucho por mí. Me acomodo en la cama bajo las sábanas y veo cómo recupera el saco de dormir
de la esquina de la habitación. Durante la última semana que he estado aquí, ha dormido en el
suelo. Y me siento fatal por ello.
La idea de que duerma a mi lado en la cama me hace sentir dos cosas, seguridad y miedo, al
mismo tiempo.
En el poco tiempo que llevo aquí, es cuando más me he acercado a Lucas. Todos los chicos están
construyendo poco a poco un lugar dentro de mi corazón, pero Lucas es con quien más tiempo
he pasado.
Mientras está extendiendo la bolsa en el suelo, de repente suelto su nombre. Cuando se gira
para mirarme con una ceja rubia levantada, le pregunto. - ¿Te gustaría dormir en la
cama? ¿Conmigo? -
Traga con fuerza, su nuez de Adán se balancea en su gruesa garganta mientras mira la cama y 55
luego vuelve a centrar su atención en mí. - ¿No te sentirías... incómoda?, - pregunta con suavidad.
Niego con la cabeza. No. De hecho, creo que me sentiría exactamente lo contrario, pienso para
mis adentros.
-Vale, - dice, pareciendo de repente tímido, y tengo que contener la sonrisa.
Vestido con unos pantalones de chándal oscuros y bajos y una camiseta blanca que se ciñe a su
musculoso pecho, se sube a la cama junto a mí después de soplar las velas.
La cama es lo suficientemente grande para los dos, pero no deja mucho espacio entre ellos. Los
dos nos ponemos de lado y nos miramos en la oscuridad. Hay algo de luz de la luna que entra
por las cortinas, pero es difícil distinguir todos sus rasgos.
Me acerco un poco más y aprieto mis muslos contra los suyos. -Lucas, - susurro en la oscuridad.
- ¿Sí? -
- ¿Quieres... abrazarme? - Pregunto en voz baja.
Duda un momento antes de responder. -Claro. -
Ruedo sobre mi otro lado y él aprieta su frente contra mi espalda, envolviéndome en sus
brazos. Las yemas de sus dedos suben y bajan distraídamente por mi brazo, haciendo que un
escalofrío recorra mi columna vertebral.
- ¿Tienes frío? - me pregunta.
-No. - De hecho, siento que me estoy quemando. El calor que irradia no hace más que avivar el
fuego que se agita en mi interior. Sin quererlo, muevo mi trasero más cerca de él. Pero cuando
lo hago, noto el creciente bulto de su polla presionando contra mi culo.
-Trinity, - advierte, con voz gutural. -Sólo soy humano. Sólo tengo un límite de contención, -
me dice.
Hundiendo los dientes en el labio inferior, vuelvo a contonearme, y esta vez él me rodea la cintura
con la mano, deteniéndome. Espero a que haga el siguiente movimiento, y parecen minutos,
horas, años, antes de sentir por fin sus labios en mi cuello. Al principio me besa suavemente,
recorriendo con sus labios mi piel caliente.
Luego, siento sus dientes mordiendo mi piel sensible antes de chupar. Con fuerza. 56

Me está marcando. Me reclama como suya. Y yo lo agradezco, gimiendo de placer.


Su brazo en la cintura me empuja contra él mientras aprieta su erección contra mi culo. -Te he
deseado desde el primer momento en que te vi, - confiesa contra mi cuello antes de depositar un
beso en el lugar donde sus palabras acaban de tocarme.
-Yo siento lo mismo, - le digo.
Girando entre sus brazos, agarro su cara entre las palmas de las manos y le atraigo para darle
el beso que tanto he esperado. Sus labios son suaves y la barba incipiente de su mandíbula es
punzante, lo que hace la combinación perfecta y me hace caer en picado.
Me lame la comisura de los labios, pidiendo una invitación. Y cuando por fin le concedo acceso,
introduce su lengua en mi boca, devorándome con avidez.
Sus manos, ávidas, buscan a tientas mi camisa, y rompemos el beso el tiempo suficiente para
deslizar la tela por encima de mi cabeza. Sus manos encuentran al instante mis pechos doloridos,
y los amasa suavemente mientras pasa su pulgar calloso por mis pezones llenos y duros como
piedras.
Gimoteo en voz alta ante sus toques, queriendo más de él. Mucho más.
Lucas se aparta, dejándome dolorida y necesitada mientras se aparta del colchón. Oigo el sonido
de una cerilla y, de repente, hay luz en la habitación cuando enciende las velas de la mesilla.
-Quiero verte, - me dice, pasándose la lengua por el labio inferior. – Toda de ti. - Se pone de
pie junto al borde de la cama y me agarra del tobillo para tirar de mí hacia él. Se me escapa un
grito por el repentino movimiento y me hace callar. -Shh, no queremos que nadie nos sorprenda,
¿verdad? -
Sacudo la cabeza. No podría detener esto, aunque los chicos entraran. ¿Y por qué la idea de
que ellos miren... o incluso de que todos participen... me excita mil veces más?
Quitando ese pensamiento loco de mi cabeza, me concentro en Lucas mientras me arranca los
calzones. Se arrodilla, me separa los muslos y deja un rastro de besos desde la rodilla hasta la
parte interior del muslo. Su aliento caliente me roza la piel y me hace temblar de anticipación. Y
cuando su lengua se desliza por mi raja, apenas puedo contener el jadeo y el gemido de placer.
Introduce suavemente un dedo en mi interior, curvándolo para acariciar mi pared frontal, y tengo 57
que contener un grito.
Me siento, apoyándome en las manos, mientras lo veo devorarme entre las piernas. Y es el
espectáculo más erótico que he visto nunca. Sus ojos se encuentran con los míos mientras grito
su nombre.
Sin embargo, mis gritos frenéticos no detienen su tortura. Y muy pronto soy un desastre
tembloroso mientras él sigue pasando su lengua por mi clítoris una y otra vez.
-Quiero que te corras por mí, Trinity, - gruñe mientras añade otro dedo dentro, acariciándome
hasta el olvido.
Y cuando empieza a trabajar con su lengua sobre mi centro de nuevo, soy incapaz de contenerme
por más tiempo, y de repente me destrozo alrededor de su boca.
Vuelvo a caer en la cama y me tapo los labios con una mano para no gritar, pero es muy difícil,
ya que recibo una oleada tras otra de placer de su talentosa lengua.
Mi respiración entrecortada llena la habitación y tardo en volver a la tierra.
Con una sonrisa de satisfacción, Lucas se levanta y se quita la camiseta, mostrando un cuerpo
perfecto que hace juego con su rostro perfectamente atractivo. Y cuando se baja los calzoncillos,
trago saliva al ver su polla increíblemente larga y gruesa meciéndose entre sus musculosos
muslos.
Se acaricia a sí mismo mientras me indica que me ponga en el centro de la cama. Cuando estoy
donde él quiere, Lucas se arrastra entre mis piernas y me besa. Mi cuerpo vibra de lujuria bajo
él, y puedo sentir cómo mi núcleo interno se tensa con anticipación.
-Por favor, - le ruego, no quiero esperar ni un segundo más sin que esté dentro de mí.
Lucas se alinea y entra, llenándome lentamente centímetro a centímetro. Gimiendo con fuerza,
me enjaula bajo él, asegurando su peso en sus abultados bíceps. Nuestras caras están cerca, y
puedo ver la angustia en su rostro mientras se toma su tiempo para entrar en mí y asegurarse
de que no me hace daño.
No sabía cómo iba a ser mi primera vez con Lucas, pero así es como me lo imaginaba: él
haciéndome el amor sin ninguna sensación de urgencia o aprensión.
Enrollo mi mano alrededor de su nuca y atraigo su boca hacia la mía. Nos besamos 58
lentamente. Follamos despacio.
Pero pronto no es suficiente.
Nuestro beso se vuelve gradualmente acalorado; labios y dientes chocan. Comienza a follarme
con profundas embestidas, volviéndome loca de deseo.
No podemos acercarnos lo suficiente ni tener suficiente del otro, y nunca antes lo había
experimentado. Es nuevo, excitante y perfecto al mismo tiempo.
Somos nosotros.
-Joder, eres perfecta, Trinity. Te sientes tan bien, - jadea, con su respiración agitada contra
mi cuello.
Se siente increíblemente grueso dentro, y gimo mientras me estira, mis uñas se clavan en su
firme culo mientras introduce y saca su polla dentro con un ritmo implacable.
Siento que el placer aumenta rápidamente en mi interior, y no pasa mucho tiempo antes de que
llegue al precipicio y caiga, con mi orgasmo desatado.
-Joder, sí, - me sisea al oído mientras mis paredes internas le aprietan con fuerza.
- ¡Lucas! - Grito.
Me folla tan profundamente que prolonga mi orgasmo hasta que no soy más que un desastre
tembloroso debajo de él. -Ya está, nena, - susurra. Luego, me penetra una última vez antes de
retirarse rápidamente, derramando su cálida semilla sobre mi estómago y coño.
Lucas se deja caer en la cama a mi lado y apaga rápidamente las velas antes de abrazarme
mientras intentamos recuperar el aliento. Puedo oír su corazón acelerado bajo mi oído, y eso
me tranquiliza enormemente.
En la tranquila y silenciosa oscuridad, Lucas susurra. -Ha sido perfecto. -
Asiento con la cabeza contra su pecho musculoso. -Lo ha sido. - Le doy un beso en su piel
caliente y me acuesto junto a él.
Y muy pronto el sueño nos consume a los dos.
CAPÍTULO 12 59

CARTER

LUCAS Y TRINITY bajan tarde a desayunar, y todos los demás tenemos una idea de por
qué. Jack, Owen y yo ya hemos hablado y todos estamos de acuerdo en lo mismo: hemos oído
a Lucas y a Trinity haciéndolo anoche.
Y ninguno de nosotros está contento con ello.
De hecho, estoy totalmente cabreado.
Y cuando los dos entran en la cocina como una jodida pareja feliz, cogidos de la mano y sonriéndose
como si el mundo no fuera más que putos arcoíris y cachorros, me cabreo aún más. Y cuando
veo el pequeño chupón en el lado del cuello de ella, me pone al límite.
La besé primero la otra noche. Y si Lucas no recibió el maldito memo, eso significa que yo la
reclamé primero.
Tirando la espátula en el fregadero, les digo. -El desayuno fue hace una hora. Espero que les
gusten los huevos fríos. - Y luego salgo a toda prisa por la puerta como si mi culo estuviera en
llamas.
Oigo a Trinity gritar mi nombre mientras sale de la casa tras de mí. Y entonces oigo la voz de
Lucas, y eso no hace más que echar más leña al fuego.
Una vez que llego al granero de madera que se encuentra al oeste de la casa, abro la puerta y
entro. La luz del sol entra por los grandes ventanales, proporcionando suficiente luz natural
para poder ver todo. Este edificio alberga sobre todo equipos agrícolas, y a veces me gusta ir
aquí sólo para pensar y escapar del mundo por un rato.
Me gusta trastear con los tractores y otras cosas, aunque no podamos utilizarlos por el ruido
que generarían. Pero me gusta mantenerlos en condiciones de funcionamiento por si algún día
este puto mundo vuelve a la normalidad.
Me giro justo cuando Trinity entra en el granero seguida de cerca por Lucas.
-Carter, ¿cuál es tu jodido problema? - pregunta Lucas, con un tono enfadado y acusador.
- ¿Disculpa, mi jodido problema? - Siseo, dando un paso amenazante hacia él. Definitivamente, 60
hoy está presionando todos mis botones. - ¿Cuál es mi jodido problema? No lo sé, Lucas. Quizá
los chicos y yo tengamos un problema porque anoche te follaste a Trinity a nuestras espaldas.-
Le grito.
Los dos intercambian una mirada de culpabilidad.
Suelto una risa amarga como respuesta. -Sí, todos los escuchamos anoche. - Sacudo la cabeza
y me paso la mano por la nuca, mirando el sucio suelo de madera. -Joder, la casa está tan
silenciosa que se puede oír la caída de un alfiler. Y no es que ustedes dos estuvierais intentando
no hacer ruido ni nada. -
-En realidad sí lo estábamos, - dice Lucas.
Pongo los ojos en blanco. -Lo que sea, tío. Es que...- Dejo que mi voz se pierda. Joder, no
soy muy bueno en esta mierda.
- ¿Es sólo qué, Carter? - pregunta Trinity, acercándose a mí y poniendo su pequeña mano en mi
bíceps.
Miro fijamente sus ojos gris tormenta y me pierdo al instante. -Yo te besé primero. Quería
estar contigo primero, Trinity. Me gustas de verdad, - suelto y al instante me arrepiento. Sueno
como un puto adolescente que confiesa su enamoramiento a una chica que se sienta delante de
mí en la clase de matemáticas.
Sin embargo, la expresión de Trinity no varía. Su mano se acerca a mi cara y me acaricia la
mejilla con la palma. Su tacto es tan suave y delicado que dejo de respirar.
-Tú también me gustas, Carter, - susurra.
Vuelve a mirar a Lucas, que le dedica un asentimiento casi imperceptible. Y entonces, Trinity
vuelve a centrar su atención en mí, enganchando su mano alrededor de mi cuello y llevando mi
boca al encuentro de la suya.
El beso es jodidamente mágico y como lo fue la otra noche entre nosotros. Sus labios gruesos,
son suaves y se amoldan perfectamente a los míos. Mi lengua se desliza entre ellos y se enreda
con la suya en un acalorado beso. Mis manos, ávidas, recorren su cuerpo y aprietan su forma
apretada y ágil contra mí. Es perfecta en todos los sentidos, y ha pasado demasiado tiempo
para que yo sea amable.
Diablos, cuando la besé esa noche, quise arrastrarla a mi habitación como un maldito 61
cavernícola. Y si sigue besándome como lo hace, puede que lo haga.
Nos besamos hasta que ambos estamos necesitados y sin aliento. Y cuando nos separamos, veo
a Lucas mirándonos con una mirada indescifrable. No parece molesto ni enfadado. No. En todo
caso, parece... excitado. Como la otra noche.
Todos los celos y la rabia de esta mañana alimentan mi siguiente movimiento, cuando levanto
bruscamente a Trinity en brazos y la coloco sobre un banco de trabajo. Deja escapar un pequeño
chillido de sorpresa, pero no protesta. En cambio, me mira con curiosidad y lujuria en los ojos.
Desde que la vi por primera vez, he soñado con hacer esto. Todavía me molesta que Lucas haya
podido experimentarlo con ella primero y de tú a tú, pero a estas alturas acepto lo que sea con
tal de tenerla.
Nunca he sido del tipo celoso, pero Trinity me hace hervir la sangre.
Me arrodillo ante ella y me tomo mi tiempo para desabrochar y bajar la cremallera de sus
pantalones cortos antes de deslizarlos por sus hermosas y largas piernas. No lleva bragas
debajo, y eso me vuelve loco.
Está completamente desnuda ahí abajo, recién afeitada, y sus labios ya brillan con la evidencia
de su excitación.
Le agarro las piernas, las separo y le doy un beso en el interior del muslo. Se inclina hacia
arriba, mirándome mientras aspiro su limpio aroma. No puedo evitar preguntarme si se han
duchado juntos esta mañana... sí han follado en la ducha...
Gruñendo de frustración por mis celos, engancho mis manos bajo el culo de Trinity y la atraigo
bruscamente hacia mi boca. No tengo piedad con ella mientras la devoro, deleitándome con los
sonidos de sus repentinos gemidos y gritos.
Lamo, chupo y muerdo suavemente, dándome un festín con ella como un hombre desesperado y
hambriento. Y siento que he estado hambriento de ella desde que llegó.
Lamo los suaves labios de su sexo mientras se retuerce debajo de mí. Enrollo mis brazos
alrededor de sus muslos y la mantengo en su sitio mientras concentro mis esfuerzos en su
clítoris. Quiero hacerle sentir todo lo que le doy sin que pueda apartarse, y eso la vuelve loca
de lujuria.
Mueve la cabeza de un lado a otro en señal de protesta silenciosa, pero ya es demasiado tarde 62
para echarse atrás. Estoy demasiado lejos.
Mi polla presiona dolorosamente contra la cremallera de mis pantalones mientras me deleito con
Trinity. Deslizo un grueso dedo dentro de ella y grita. Está tan caliente y apretada. Joder,
me muero de ganas de sentirla envuelta en mi polla.
Lamo y mordisqueo su clítoris antes de volver a sumergirme en ella para reclamarla. Con fuerza.
Por el rabillo del ojo, veo a Lucas rodear el banco. Cuando se acerca a Trinity, ella se acerca a
él. Si ella quiere que él se una, estoy seguro de que no voy a detenerla. He participado en tríos
antes, y pueden ser muy divertidos y calientes.
Lucas desabrocha la camisa de franela de Trinity, revelando sus perfectas y hermosas tetas. Sus
pequeños y sonrosados pezones están duros, y observo cómo pasa sus pulgares sobre ellos. Ella
aprieta más sus tetas contra sus manos en respuesta, y Lucas las masajea, pellizcando sus
pezones.
Mientras Lucas se inclina para colocar su boca sobre la de ella, yo le meto dos gruesos dedos
hasta el fondo. Él se traga sus gritos ahogados mientras yo enrosco los dedos y acaricio sus
paredes interiores mientras trabajo su pequeño y sensible bulto con la lengua.
Mientras la follo con los dedos, sus jugos resbalan por mi mano mientras las húmedas paredes
de su coño se estrechan a mi alrededor, haciéndome gemir en voz alta por la sensación.
Necesito estar dentro de ella. Es una necesidad que nunca antes había sentido, como si fuera a
explotar si no la siento envuelta en mi dura polla pronto.
Mi boca se cierra sobre el pequeño nudo de terminaciones nerviosas, y Trinity se deshace
alrededor de mi boca, jadeando mi nombre. Y, joder, mi nombre suena tan caliente viniendo de
su pequeña y sexy boca. Me pone la polla dura como una piedra.
Se queda flácida bajo las manos de Lucas en el banco mientras yo me levanto, desabrochando y
bajando la cremallera de mis pantalones para liberar mi polla. Mi mano agarra mi dura polla y
arrastro lentamente la punta a lo largo de su húmeda e hinchada costura, provocándola.
Ella gime ante la sensación, y es música para mis oídos.
- ¿Quieres esto? - Le pregunto y espero a que asienta con la cabeza. Entonces le digo. -Quiero
que se la chupes a Lucas mientras te follo el coñito. -
Su mirada llena de lujuria se cruza con la mía y luego se dirige a Lucas, que le pasa los dedos 63
por el pelo y asiente tranquilizadoramente. Sin decir nada, empieza a bajar la cremallera de los
pantalones de Lucas. Cuando su erección se libera, la lengua rosada de Trinity sale y lame
alrededor de la coronilla.
Y, joder, es caliente.
Cuando su polla desaparece entre sus gordos labios, me muero de necesidad. No quiero esperar
ni un segundo más sin estar dentro de ella, y entierro mi polla hasta el fondo de su estrecho y
húmedo canal.
Trinity grita alrededor de la polla de Lucas, y eso me estimula a tomarla más fuerte y más
rápido. Empujo mis caderas, mi polla se desliza fácilmente contra sus resbaladizas paredes. Está
muy mojada para mí. Siseo con los dientes apretados. Joder, es increíble.
No puedo apartar los ojos de los dos. Cómo ella lo mira con cariño y cómo él la mira como si
fuera su mundo mientras se folla lentamente su boca húmeda. Joder, tienen una conexión
inquebrantable. Y de repente yo también quiero eso con Trinity.
Quiero que me mire como si pudiera salvarla del mundo que arde a nuestro alrededor.
Agarrando sus caderas con un agarre contundente, bombeo dentro y fuera. Tomarla así en crudo
sólo hace que mi polla se ponga más dura y larga dentro de ella. Nunca había tenido sexo sin
condón, pero ahora no tenemos muchas opciones. Y sé que estamos limpios, nos lo hemos dicho
en el pasado.
Las caderas de Lucas suben hacia la boca de Trinity. Me doy cuenta de que está cerca por la
forma en que su mandíbula se aprieta con fuerza y tics de contención. -Joder, Trinity, -gruñe. Y
entonces sus empujones se vuelven erráticos cuando entra en erupción dentro de su boca y en
sus labios.
La lengua de ella se lanza a lamer su semilla, y eso me pone al límite. Me la follo hasta que
siento chispas calientes que me bajan por la columna vertebral hasta los huevos. Me retiro y
me masturbo sobre su vientre plano, marcándola con mi semen.
Lucas mira mi semilla cubriendo a Trinity, y me doy cuenta de que está cabreado por ello. Está
celoso igual que yo. Bueno, ahora ambos nos la hemos follado, así que puede superar esa
posesividad. Obviamente nos quiere a los dos.
Y tal vez incluso al mismo tiempo otra vez. 64

Cogiendo un trapo limpio, lo muevo suavemente por Trinity. Lucas la ayuda a levantarse y ambos
nos subimos la cremallera mientras la vemos vestirse.
Su cuerpo es delgado por haber sobrevivido tanto tiempo a la intemperie, pero puedo imaginar
que sus curvas empezarán a llenarse cuando empecemos a darle comida de verdad. Y entonces
empiezo a imaginar algo totalmente fuera de lo común para mí.
Imagino su vientre hinchado con mi hijo.
Sacudiendo el pensamiento de mi cabeza, la miro fijamente y parpadeo un par de veces para
borrar la imagen de mi mente.
No sé qué ha provocado esa locura, pero es sólo eso: una locura. Puede que Trinity nos abandone
la semana que viene y se vaya. Quién sabe lo que nos depara el futuro.
Pero de repente, quiero que esté en el mío. Para siempre.
CAPÍTULO 13 65

TRINITY

DESPUÉS DE NUESTRA PEQUEÑA cita en el granero, Lucas y yo entramos a desayunar lo


que no pudimos comer antes.
Comemos en un silencio incómodo. Y a medida que pasa el tiempo y él no dice una palabra, ni
siquiera me mira, estoy prácticamente al borde de las lágrimas.
Estoy en mi cabeza pensando que he perdido a Lucas por lo que he instigado. Ya ni siquiera sé
quién soy. En mi antigua vida, nunca habría hecho un trío. Sí, la idea se me había pasado por
la cabeza algunas veces mientras disfrutaba del tiempo con mi novio a pilas, pero nunca pensé
que fuera a ocurrir de verdad.
Y ahora que lo ha hecho, me temo que Lucas se arrepiente. Esa tiene que ser la razón detrás
de su silencio. ¿Y si me echa a la calle por lo que he hecho, que a estas alturas se siente sobre
todo como una traición?
Las lágrimas empiezan a resbalar por mis mejillas, así que me levanto rápidamente y llevo mi
plato al fregadero. Siento la cálida presencia de Lucas detrás de mí y, de repente, me gira en
sus brazos y me acerca a él, apretando sus labios contra los míos en un intenso beso.
Cuando se retira, puedo ver la inquietud en sus ojos. - ¿Estás bien con lo que ha pasado antes?,-
me pregunta, con la voz apenas por encima de un susurro.
- ¿Lo estás? - Le devuelvo la pregunta.
Sus cejas rubias se fruncen. -Sí, -dice con cautela. -No pensaba que lo fuera a estar, pero
joder, no puedo dejar de pensar en ello. -
Y entonces se aprieta contra mí, mostrándome la evidencia de su excitación. Jadeo ante la
sensación. Vale, así que no estaba sentado ahí meditando y enfadado conmigo. Estaba sentado
pensando en lo que habíamos hecho antes los tres y excitándose.
-Pero estoy jodidamente celoso, - dice, pasando sus manos por mi coleta y agarrando con
fuerza. -No me importa... compartirte... pero quiero que seas mía, - dice, con una voz profunda
y ruda. Sujetándome, su boca reclama la mía, tomándome exactamente como quiere.
Por dentro, me emociona que no esté enfadado. Sólo está locamente celoso. Después de todo, 66
elegí acostarme con Lucas primero. Claramente me reclamó, y no tengo ningún problema con
eso. Me siento más cerca de él de los cuatro chicos.
Sólo existe el pequeño problema de que me atraen... todos ellos.
Pero ahora estamos los dos solos, y en este momento quiero darle lo que necesita oír, algo de
seguridad. Me retiro para mirarle fijamente a sus preciosos ojos azules y le digo sin aliento. -
Soy tuya. -
Gruñendo como respuesta, se acerca a mí para desabrocharme es short y bajármelos por las
piernas. Aunque estoy un poco dolorida por lo de antes, no puedo evitar desear a Lucas dentro
de mí ahora mismo.
Se baja los pantalones hasta los muslos, me rodea la cintura con las piernas y me penetra de
una sola vez. Grito su nombre y le rodeo el cuello con los brazos mientras me penetra con un
ritmo tortuoso.
Los dedos de Lucas se clavan en mi trasero mientras me empuja hacia abajo sobre su dura
longitud. -Joder, qué bien te sientes, - me dice en el cuello.
No hay nada de agradable y dulce en esto como la primera vez que hicimos el amor. No, esto es
un polvo salvaje y primitivo en medio de la cocina, donde cualquiera de los chicos podría vernos.
-Dime que eres mía, - exige contra mi piel.
-Soy tuya. Toda tuya, - le susurro al oído.
Abro los ojos y veo una figura en la puerta que da al salón. Owen está de pie, con la mandíbula
floja y observándonos. Sus ojos color avellana se clavan en los míos tras sus gafas mientras
me mira fijamente.
Owen no anuncia su presencia ni se mueve del lugar en el que está, y no puedo evitar preguntarme
cuánto tiempo lleva allí.
Lucas está de espaldas a él, así que no tiene ni idea de que Owen le está mirando. Pero yo sí. Y
eso me excita, alimentando el fuego que se acumula en mi interior hasta que detono alrededor de
la dura polla de Lucas dentro de mí.
Grito de éxtasis, y mis ojos se cierran mientras el orgasmo me inunda con violentos 67
crescendos. Lucas impulsa sus caderas, exprimiendo cada gramo de placer que puede sacar hasta
unirse a mí en el éxtasis.
Se retira rápidamente, derramando su cálida liberación entre nosotros.
Lucas me aprieta contra la encimera y los armarios, jadeando. -Joder, Trinity. Eso ha sido tan
jodidamente caliente. - Me besa a lo largo del cuello y lo rodeo con los brazos, acercándolo.
Y cuando miro por encima de su hombro, Owen se ha ido.
CAPÍTULO 14 68

LUCAS

PARA EL MOMENTO en que Trinity y yo nos duchamos y nos vestimos por segunda vez esta
mañana para reunirnos con Carter fuera en el jardín, él tiene de nuevo esa mirada de cabreo. Está
impaciente, por no decir otra cosa, y definitivamente nos hemos tomado nuestro tiempo para
desayunar... y follar. No es que él sepa lo que pasó después de que terminamos de comer.
Pero cuando nos mira de arriba abajo y se da cuenta de que nos hemos cambiado de ropa, puedo
leer en su cara que sabe que ha pasado algo entre Trinity y yo.
-Ya has tardado bastante, - dice, lanzando el comentario despreocupado por encima del hombro
mientras se dirige al cobertizo para coger algunas herramientas.
Trinity está callada, pero puedo ver la mirada culpable en su rostro. Me mira y yo le
sonrío. Tomo su mano entre las mías y le doy un rápido beso antes de soltarla.
En el poco tiempo que la conozco, le he cogido mucho cariño a Trinity. No sé si ya he dicho la
gran palabra A, pero, joder, podría verme con esta chica para siempre sin ni siquiera intentarlo.
Cuando me dijo que era mía, casi exploté de orgullo y alegría. Estar atrapado en esta granja con
otros tres tipos va a ser duro. Quiero decir, ellos también tienen necesidades. Y si ella quiere
acostarse con ellos, no la detendré. Pero quiero que siempre vuelva a mí, que duerma en mi
cama cada noche, que sea mía en todo el sentido del término.
La protegeré, la cuidaré, siempre estaré ahí para ella. Y quiero que lo sepa. En cuanto llegue
el momento, se lo diré. Todo.
-Hey, Chico Amante, - me llama Carter. Apenas me avisa antes de lanzarme una azada a la
cabeza. Yo, por suerte, la atrapo antes de que me dé en la cara. -Tenemos trabajo real que
hacer, si has terminado de soñar despierto. -
Sigue actuando como si estuviera cabreado, pero me dedica una sonrisa juguetona que me dice
que está de acuerdo con lo que haya pasado entre Trinity y yo después del desayuno. No la ha
reclamado como yo, y me alegro. Porque estoy seguro de que daría una gran pelea. Durante las
siguientes horas, los tres nos ocupamos del jardín. Le mostramos a Trinity cómo plantar y
cómo cosechar.
Carter sabe mucho más de jardinería que yo porque pasó mucho tiempo en la granja de su abuelo 69
mientras crecía. Así que sigo sus indicaciones y consejos cuando se trata de este tipo de cosas.
También le mostramos el sótano donde almacenamos muchas de nuestras verduras y algunas de
las conservas caseras que eran de los anteriores propietarios. La bodega es muy útil durante el
invierno, ya que nos proporciona muchas cosas para comer incluso cuando la comida escasea en
todos los demás lugares y no podemos utilizar el jardín.
Trinity está maravillada con todo lo que tenemos en la granja. Y aunque no estuvimos en el
jodido mundo durante tanto tiempo como ella, puedo imaginar cómo se están poniendo las cosas
ahí fuera.
Siempre agradeceré a mis estrellas de la suerte que hayamos acabado en esta granja que nos
proporciona todo lo que necesitamos para sobrevivir y algo más. No sé cuánto tiempo podremos
mantenerla así. Con el tiempo, la gente podría venir a intentar quitárnosla, pero estamos
preparados para hacer lo que sea necesario para proteger lo que ahora consideramos nuestro
hogar.
Y ahora que Trinity forma parte de mi vida, estoy preparado para protegerla también.
Sale del sótano y tiene una mancha de suciedad en la mejilla. La acerco y le limpio la mancha
con la esquina de mi camisa. Y entonces no puedo evitar besar sus labios carnosos. Sus brazos
me rodean y el beso se vuelve frenético.
Pero el sonido de alguien carraspeando nos separa. Carter está de pie, apoyado en el lateral del
cobertizo con una sonrisa de oreja a oreja. -Si han terminado de enrollarse, tenemos que reunir
algunas verduras para la cena. -
Pasamos junto a él y me da una palmada en el hombro y un gesto de comprensión.
Tenemos un sistema sencillo en la granja. Si quieres algo, lo reclamas como propio, y nadie más
se mete con él a menos que lo ofrezcas.
Creo que Carter entiende que Trinity es mía y que la estoy reclamando como tal con mis acciones.
Pero también creo que se pregunta cuándo y si voy a compartirla de nuevo.
Lo jodido es que... yo me pregunto exactamente lo mismo.
CAPÍTULO 15 70

TRINITY

OWEN ESTÁ EXTREMADAMENTE callado durante la cena. Y me refiero a que está más callado
de lo normal. No deja de robar miradas entre Lucas y yo. Pero cada vez que encuentra mi
mirada, aparta la vista con una expresión indescifrable en el rostro.
No quiero llamarle la atención delante de todo el mundo, así que tomo nota mentalmente de que
me pondré al día con él pronto para hablar de las cosas. Quiero saber qué pasa por su brillante
mente. Quizá ni siquiera me quiera aquí, pero prefiero saberlo ahora que averiguarlo en el futuro.
Me pregunto si las reglas de la mayoría se aplican en una situación como ésta. Si todos están
de acuerdo en que me quede, entonces me quedo. Pero si no... ¿cuál sería mi destino?
Ni siquiera he hablado de mi posible futuro aquí con Lucas. Me da demasiado miedo pensar en
la posibilidad de salir por mi cuenta. Estar aquí ha sido como un sueño, y no estoy dispuesta a
romper esa burbuja mágica todavía.
Jack se aclara la garganta y me mira fijamente. -Trinity, ¿te gustaría dar un paseo por el
bosque conmigo mañana? Necesito revisar las trampas y me vendría bien la ayuda... y la
compañía.-
Me animo ante la oportunidad. Todavía tengo que demostrar mi valía aquí, y ¿qué mejor manera
que ayudar a Jack con la captura de alimentos que todos comemos?
-Claro, Jack, me encantaría. -
Y entonces hace algo que es muy raro en Jack. Realmente sonríe. Se le ilumina toda la cara y
cambia todo su aspecto. La mayoría de las veces está callado con una mirada severa todo el
tiempo, pero sé que es por lo que ha pasado en su vida. Lucas me contó un poco sobre los
antecedentes de Jack y cómo sirvió en el Cuerpo de Marines y vio cosas horribles mientras hacía
giras en Irak.
Esas cosas pueden cambiar a una persona. Pero sé que, en el fondo, Jack es un gran tipo, y
me entusiasma poder pasar un rato a solas con él.
-Intenta encontrar un par de botas si puedes, - sugiere.
Le hago un gesto de asentimiento. Sí, definitivamente voy a tener que rebuscar entre la ropa 71
que hay en el dormitorio de arriba. Definitivamente no quiero ir al bosque con pantalones cortos
y sandalias, que ha sido mi atuendo habitual en los últimos días.
Después de la cena, subo a buscar ropa para ponerme mientras los chicos se quedan abajo
jugando al póquer.
Consigo encontrar un par de botas que me quedan un poco grandes, pero que me servirán. Cojo
un par de vaqueros y una camiseta de manga larga y los dejo todos en la habitación de Lucas
para cambiarme mañana.
Cuando me aventuro a bajar, Carter, Jack y Lucas están reunidos alrededor de la mesa. -¿Dónde
está Owen? - pregunto.
Carter se encoge de hombros. -Probablemente en la biblioteca, leyendo. -
- ¿Hay una biblioteca? - Pregunto en voz alta.
-Bueno, Owen convirtió lo que antes era una habitación familiar en una biblioteca. Ha estado
trabajando en la recopilación de libros durante cada recorrido de suministros que hacemos. -
Así que los chicos se van de viaje para abastecerse. Eso suena peligroso, pero estoy segura de
que hay cosas que han necesitado y que no estaban aquí.
- ¿Por dónde está la biblioteca? - Le pregunto a Carter.
Él engancha su pulgar hacia la otra habitación. -Sólo tienes que ir por ahí, y seguir dando vueltas
hasta que llegues a ella. -
Mientras camino, me doy cuenta de que no he explorado mucho la casa. He estado demasiado
ocupada explorando la propiedad y los edificios exteriores.
La casa está oscura, y me muevo con cuidado por ella, deseando haber pedido una vela o algo
así.
Pero veo luz al final del pasillo y lo convierto en mi destino.
Cuando entro en la habitación, veo a Owen pasando los dedos por los lomos de los libros de una
gran estantería. La habitación está iluminada por varias velas de tarro repartidas por todo el
espacio.
-Owen, - susurro, sobresaltándolo. 72

Se gira para verme en la puerta y se relaja al instante. -Hola, Trinity. - Se levanta y se sube
las gafas a la nariz, un movimiento que me parece bonito y un poco sexy.
Owen lleva una camisa abotonada de rayas azules y blancas con las mangas remangadas en sus
musculosos antebrazos. No es el más grandote del grupo, pero he visto sus delgados músculos
una o dos veces para saber que es musculoso.
Quiero preguntarle por lo de antes, pero no quiero soltarlo de buenas a primeras. En su lugar,
le pregunto, - ¿Qué estás haciendo? -
Se gira hacia la estantería, y entonces me fijo en el papel y el bolígrafo que hay allí. -Estoy
anotando los libros que tengo y los que me gustaría encontrar. - Sacude la cabeza y me dedica
una sonrisa sexy. -Sé que suena estúpido, pero encontrar libros se ha convertido casi en una
búsqueda del tesoro. Algo que me hace ilusión, supongo. -
-No es una estupidez en absoluto, - le digo con vehemencia. -Yo también amo los libros, así que
sé lo importantes que pueden ser para alguien. - Los libros siempre han sido una vía de escape
para mí, especialmente cuando crecía en el sistema de acogida, rebotando de familia en familia,
de casa en casa. Los libros siempre fueron mi constante. Mi única constante.
Mis palabras parecen apaciguarlo, porque sus hombros se relajan visiblemente. -Si tienes algún
pedido, podría intentar encontrarlo en nuestra próxima carrera de suministros. -
Hmm, así que está planeando que me quede por un tiempo al menos , pienso para mí. Me hace
sonreír que Owen no quiera que me vaya y que, en cambio, quiera que le ayude a construir su
biblioteca. -Me encanta Emily Bronte, - le ofrezco.
Sus ojos se iluminan y se dirige a otra estantería donde hay varias novelas de Bronte. -Cumbres
borrascosas fue uno de los primeros libros que pude añadir a mi colección. -
Cumbres Borrascosas es uno de mis libros favoritos de todos los tiempos, así que me alegra
saber que puedo releer un gran clásico mientras intento olvidarme del mundo por un rato. - ¿Y
qué hay de Jane Austen? - pregunto.
-Orgullo y prejuicio está aquí y también Emma,- dice señalando. -No tengo muchos de ella, pero
puedo añadirlos a la lista, si quieres. -
- ¿Sensatez y sentimientos? - le pido. 73

Veo cómo vuelve a la otra estantería para garabatear el nombre del libro en el papel. Se le sale
la lengua por la comisura de los labios mientras escribe, y eso me hace sonreír. Todas sus
pequeñas idiosincrasias me resultan entrañables.
-Si se te ocurre alguna otra que te guste, dímelo, - dice mientras termina de escribir.
Me quedo parada un momento, sin estar segura de sí quiero sacar el tema, pero sabiendo que al
final tengo que aclarar las cosas. -Owen, sobre lo de antes... en la cocina...- Digo en voz baja,
con la voz entrecortada al final.
Deja el bolígrafo en el suelo y cierra los ojos. -Escucha, Trinity... no quería... quiero decir...- Deja
de hablar y se vuelve hacia mí con los ojos aún cerrados. -Debes pensar que soy un asqueroso
total. -
Le agarro la mano y la sostengo entre las mías. Su piel es suave y cálida al tacto. -No, Owen,
no pienso eso en absoluto. Es que... no sé qué pensar. - Siempre es tan callado y tímido
conmigo, nunca se abre, nunca habla más de lo necesario. -A veces pienso que tal vez ni siquiera
te gusto ni me quieres cerca, - confieso.
Sus ojos se abren de golpe ante mi confesión y pone una mirada seria. -Me gustas, Trinity. Me
gustas de verdad. - Es agradable escuchar las palabras que salen de su boca. -Es que... no soy
muy bueno con las mujeres. Nunca lo he sido. Soy tan torpe y un completo friki. Siempre digo
las cosas equivocadas en los momentos equivocados... como ahora, - dice, sacudiendo la cabeza
lentamente.
-Owen, no eres un completo friki,- le digo riendo. -Y si lo eres, entonces eres el friki más sexy
que he visto en mi vida. -
Me suelta una risa amarga. -No siempre he tenido este aspecto, - dice, bajando la mano. -Sólo
era un tipo blanco, flaco y pálido, atrapado en un laboratorio, que trabajaba demasiadas horas
como para tener una cita. -
Intento imaginármelo delgado y pálido, pero ahora sólo veo a un tipo bronceado que me da
mariposas cuando sus ojos color avellana se fijan en los míos. Definitivamente, el apocalipsis le
ha sentado bien a su cuerpo.
-Nunca he tenido novia, - admite.
¿Nunca tuvo novia? Antes de que pueda pensar en el hecho de que Owen podría ser virgen, oigo 74
que Lucas me llama por mi nombre. Seguramente se están yendo todos a la cama. He perdido
la noción del tiempo desde que estoy en esta habitación.
- ¡Ya voy! - Llamo por la puerta antes de girarme hacia Owen. -Quiero volver a hablar contigo
de esto... de todo. - Owen es tan fascinante que sé que necesito pasar más tiempo con él para
descifrar su enigmático exterior.
-Me gustaría, - dice con una pequeña sonrisa.
Le suelto la mano y me pongo de puntillas para plantarle un beso en la mejilla. -Buenas noches,
Owen. -
Me doy la vuelta para irme, pero él me agarra de repente de la mano y me detiene en seco. -
Trinity, espera. - Veo cómo se acerca a la estantería y coge el ejemplar de Cumbres
Borrascosas. Me pone el libro en las manos y lo acuno contra mi pecho.
-Gracias, Owen, - le digo con una sonrisa antes de salir de la habitación.
Puede que Owen piense que es torpe y friki, pero lo que no sabe es que me está robando poco a
poco un trozo de corazón.
CAPÍTULO 16 75

TRINITY

SE SIENTE EXTRAÑO estar de nuevo en el bosque, pero me siento segura con Jack a mi lado. A
veces parece más una máquina que un hombre, pero sé que en el fondo es un gran oso de peluche
gigante con un buen corazón.
Nuestro tiempo a solas le permite compartir conmigo el tiempo que pasó en el Cuerpo de Marines,
cuántas vidas salvó y lo duro que fue sobrevivir a diario. Es un héroe en todo el sentido de la
palabra, pero es tan humilde al respecto que me hace admirarlo aún más.
-Fue difícil volver a la civilización, - me confiesa. -El petardeo de un coche me hacía estallar
como ningún otro. Me llevó un tiempo... adaptarme. Y no sé si alguna vez lo hice del todo. -
Su gran palma está en la parte baja de mi espalda, guiándome hacia el bosque. -Y ahora el
mundo se ha adaptado a ti, - sugiero.
Él deja de caminar y también me detengo. Me mira con las cejas levantadas. -Sabes, tienes
razón. Nunca lo había pensado así. Pero el mundo actual... me recuerda a mi época en
Irak. Siempre alerta, buscando la próxima amenaza y protegiendo a mis compañeros con mi
vida.- Se le escapa una risa profunda y amarga. - Tal vez por eso me siento mucho más como
yo mismo hoy en día. Vuelvo a estar en mi elemento, supongo. - Luego, sus oscuras cejas bajan
mientras se pone muy serio una vez más. - ¿Crees que está mal sentirse así? -
-En absoluto, - le digo, poniendo mi mano en sus musculosos bíceps. -Creo que eres uno de los
hombres más valientes y amables que he conocido. -
Deslizando su mano por mi pelo, tira de él hasta el punto de que le duele mientras se inclina y
arrastra mi boca para que se encuentre con la suya en un beso que lo consume todo. El bosque
que nos rodea desaparece mientras él me toma como quiere, manteniendo su áspero agarre en
mi pelo, mientras me besa hasta el olvido.
Cuando por fin me suelta, las rodillas me flaquean tanto que me tambaleo. -Vaya, - jadeo, sin
comprender del todo lo que acaba de ocurrir. Sabía que la química siempre estaba ahí, pero no
sabía que se sentiría así.
-Joder, he querido hacer eso,- respira contra mis labios. Una ardilla que corretea por un árbol 76
junto a nosotros hace que su conexión conmigo se rompa. Parpadea y vuelve a centrar su mirada
en el bosque. -Vamos a la primera trampa y veamos si atrapamos algo. -
Jack se arrodilla junto a una pequeña trampa que él llama un simple cepo de resorte y me enseña
a colocarla. Se necesita mucha práctica para aprender a colocar los palos de la manera adecuada,
para que la trampa capture lo que haga saltar el gatillo, pero poco a poco voy aprendiendo. Jack
es un gran maestro, como me dijo el primer día que fuimos a pescar.
Cuando por fin lo consigo, sonríe y dice. -Esa es mi chica. -
Mis dientes se hunden en el labio inferior al oír sus palabras, y tengo que evitar que se me escape
la mayor sonrisa de la historia. Jack es muy posesivo cuando se trata de ciertas cosas en su
vida, y me encanta cuando ejerce su dominio sobre mí.
Nos dirigimos a otra trampa y Jack me lleva de la mano para asegurarse de que no tropiece o
me caiga.
Estamos a unos veinte metros en el bosque cuando Jack se detiene de repente. Cuando miro
su rostro tenso, sé que está en alerta máxima; y eso me asusta.
-No te muevas, - me susurra.
No pienso moverme. Demonios, apenas estoy respirando en este momento. Estoy demasiado
asustada.
- ¡Allí! - sisea, señalando delante de nosotros.
Y allí, en la espesa maleza junto a un pequeño arroyo, veo un gran ciervo. Dejo escapar un
suspiro de alivio, ya que pensé que Jack había creído escuchar algo más, uno de ellos.
No he visto un zombi desde aquel fatídico día en que acabé en la granja, y no quiero volver a ver
uno.
Jack prepara su arma y apunta a la magnífica criatura. Desvío la mirada, no quiero ver cómo
mata al animal. Sin embargo, sé que necesitamos la comida, así que no puedo perdonarle que
mate a la hermosa bestia.
Suena un disparo y alzo la vista para ver al ciervo corriendo en dirección contraria. ¿Jack
falló? Nunca falla. Él mismo me lo dijo. Era el mejor francotirador de su equipo.
Antes de que pueda comprender lo que está sucediendo, Jack me dice con calma. -Trinity, corre 77
de vuelta a la casa. –
Y es entonces cuando veo al grupo de criaturas que sale de donde acaba de correr el ciervo. Hay
al menos tres de ellos, tal vez más. Jack debe haber eliminado a uno, y ahora todos vienen hacia
nosotros al escuchar el disparo.
- ¡Vete, Trinity! Ahora, - exige.
Salgo corriendo hacia el borde del bosque que se une al claro como aquel día en que caí en la
trampa de Jack. Sin embargo, no quiero dejar atrás a Jack, así que no dejo de mirar hacia
atrás para asegurarme de que está bien.
Oigo tres disparos más, y cada uno de ellos me hace saltar. Con lágrimas en los ojos, mi visión
es borrosa, y apenas veo lo que está delante de mí antes de que sea casi demasiado tarde.
Al detenerme, veo que un pequeño grupo de zombis se acerca a mí desde el claro. Deben haber
oído los disparos.
- ¡Jack! - Grito, dándome la vuelta y corriendo hacia él.
- ¡Trinity!, - ruge.
Dios, si le pasa algo, no sé qué voy a hacer. Corro lo más rápido que puedo con los zombis
cerca. Tropiezo, me caigo, me levanto de nuevo y vuelvo a correr.
- ¡Trinity! - Jack grita.
Viene a rescatarme y despacha a los tres zombis con un gran cuchillo de caza, clavándoles la hoja
en el cerebro. Caen en un montón desordenado a sus pies.
Cuando termina, soy un desastre sollozando. Y entonces, me coge en sus fuertes brazos y me
lleva hasta el borde del bosque, dejándome junto a un gran roble.
Sus manos recorren mi cuerpo en busca de cortes, rasguños y mordiscos.
- ¿Estás bien?, - me pregunta, con sus ojos marrones oscuros escudriñando mi cara.
-Lo estoy, - grito.
Me besa las mejillas, saboreando mis lágrimas. -Joder, creía que te había pasado algo. Pensé 78
que te había perdido, -susurra angustiado, besando cada centímetro de mi cara. -No sé qué haría
sin ti. -
Jack es del tipo fuerte y silencioso. Por eso, que exprese sus verdaderos sentimientos por mí
es algo nuevo y maravilloso.
-Oh, Jack,- jadeo. Mis palmas agarran su cara, las yemas de mis dedos se clavan en su barba
y su fuerte mandíbula mientras atraigo su boca hacia la mía. Sus labios son suaves en
comparación con la áspera barba que roza mi cara, y no me canso de la combinación de
sensaciones.
La mano de Jack se desplaza hasta mi nuca, acercándome de forma imposible mientras me
consume, poseyéndome por completo. Su lengua lucha con la mía, pero gana, por supuesto,
tomando el control total.
Su otra mano desciende por mi cuerpo, deslizándose por debajo de mis vaqueros y deteniéndose
en el vértice de mis muslos. Sus dedos recorren mí ya húmeda raja y gime en mi boca.
Su pulgar me presiona el clítoris mientras introduce y saca un dedo, y se traga mis gritos
mientras me retuerzo bajo él. Todo lo que hace se siente como el cielo, y no puedo tener
suficiente.
-Por favor, Jack, - le ruego. -Te quiero dentro de mí. -
Se retira con un gruñido y me mira con una mirada feroz. -Joder, Trinity. También quiero eso,
- susurra.
Se inclina y me baja los vaqueros y las bragas por las piernas. Mis botas, que son demasiado
grandes para mí, se van fácilmente con ellos mientras lo tira todo al suelo junto a nosotros.
A continuación, se desabrocha los vaqueros y los baja sobre sus caderas, dejando que su larga
erección se mueva hasta su estómago.
Mis ojos se abren de par en par al verlo. Dios mío, es enorme. Tal y como me lo imaginaba.
Sonríe ante mi reacción y aprieta su gran polla con la mano, bombeando una, dos, tres veces,
mientras se me hace la boca agua al verlo. Enganchando mi pierna derecha bajo su brazo, se
coloca entre mis piernas, moviendo la cabeza de su polla de un lado a otro a lo largo de mi raja
hasta que está completamente cubierto por mi excitación.
-Trata de no hacer ruido, - me advierte mientras acerca su gruesa polla a mi entrada y me 79
empala de un solo golpe.
Mis dientes se hunden en su hombro musculoso, apretando su camisa mientras intento
amortiguar mi grito.
-Joder, así es exactamente como me imaginaba que te sentirías envuelta en mi polla,- susurra
contra mi cuello, con su aliento haciéndome cosquillas en la piel. -Voy a moverme ahora,
Trinity. No tenemos mucho tiempo aquí. -
Asiento con la cabeza contra su pecho. Pero creo que no me di cuenta de lo que estaba
aceptando. Porque cuando empieza a moverse hacia adentro, siento que me voy a partir en dos.
- ¡Oh, mierda! - Siseo contra él mientras me devora con su polla.
Las yemas de sus dedos se mueven hacia mi clítoris y se frotan mientras me folla sin prisa,
metiéndome y sacándome. Al cabo de unos minutos, el dolor empieza a remitir y me siento en
puro éxtasis con mis paredes apretando su longitud.
Con un gruñido, me levanta la otra pierna para que ambas queden entre sus brazos mientras me
folla con crudeza contra el árbol, con la corteza clavándose en mi espalda. Es sucio y crudo y
excitante y loco... y todas esas cosas combinadas, pero no cambiaría este momento por nada en
el mundo ahora mismo.
Jack se inclina, devorando mi boca, hambriento, sin piedad y tragándose mis gemidos y gritos
que parece que no puedo contener. Sus brazos vibran con fuerza y poder mientras me toma.
Incapaz de aguantar más, me lleva directamente al límite, y gimoteo contra su boca mientras el
orgasmo detona dentro de mí, destruyéndome por completo.
Jack se retira y me mira fijamente a los ojos mientras aprieta los dientes. -Joder, qué bien te
sientes, Trinity, - gruñe en un susurro embriagador, profundo y primario. Suavemente, me baja
las piernas para que mis pies vuelvan a estar plantados en el suelo.
Luego me hace girar y me penetra por detrás. Me empujó hacia atrás, tomándolo todo y
queriendo todo lo que él quiere dar. Siento que otro orgasmo se acumula dentro, y tengo que
clavar los dientes en mi brazo para no gritar mientras el placer me desgarra.
-Eso es. Esa es mi chica, - ladra posesivamente.
Sus empujones se vuelven erráticos cuanto más se acerca. Y finalmente, se retira y suelta un 80
rugido salvaje que me hace temblar mientras su semen sale disparado en chorros contra mi
trasero.
-Joder, - sisea, inclinándose para recuperar el aliento. Su boca encuentra mi cuello y me chupa
suavemente la piel, rodeando mi cintura con un brazo para abrazarme.
Después de calmar los rápidos latidos de nuestros corazones, Jack se aleja. -No te muevas, -
me dice.
Lo miro por encima del hombro, asombrada, mientras le veo frotar su liberación en mi piel,
marcándome. Maldita sea, es posesivo.
Me da una palmada en el culo cuando termina y me dedica una sonrisa derrite bragas. -Mío, -
susurra.
No puedo evitar la sensación de vértigo que me invade mientras nos vestimos y volvemos a la
casa. Siento las piernas como si fueran de gelatina y Jack me coge de la mano durante todo el
camino.
Cuando llegamos a la casa, Carter, Owen y Lucas están de pie con caras de preocupación.
-Hemos oído los disparos, - dice Lucas.
- ¿Está todo bien? - pregunta Owen.
Jack les hace un gesto con la cabeza. -Oh, sí. Más que bien. Sólo he visto unas cuantas
criaturas, pero las he liberado a todas. -
Lucas y Owen parecen aliviados, pero Carter tiene una sonrisa traviesa en la cara. -Y luego
liberaste algo más, ¿no? -
Jack esboza una sonrisa de verdad mientras me mira y dice. -Sí. Y fue bueno. Tan jodidamente
bueno. –
CAPÍTULO 17 81

LUCAS

CUANDO JACK Y Trinity vuelven de su viaje de caza, noto al instante un cambio entre los
dos. Jack mira a Trinity como si fuera buena para comer, y ella lo mira como si fuera su
protector de todo lo malo del mundo.
He visto esa mirada en sus ojos antes. Ella solía mirarme así.
Joder.
-Sí, y fue bueno. Tan jodidamente bueno, - dice Jack, rompiendo mis pensamientos.
Sus palabras me atraviesan como un puñal directo al corazón. De repente siento como si me
hubieran dado un puñetazo en las tripas y me siento físicamente mal.
Jack se ensañó con Trinity en el bosque después de su experiencia cercana a la muerte. Sabía
que se sentía atraído por ella. Lo había dicho cuando estuvimos a solas. Pero también podía
verlo en la forma en que la miraba. Podía ver el encaprichamiento allí. Diablos, creo que todos
estamos bastante encaprichados con ella.
Compartirla con Carter ya era bastante malo, pero ahora compartirla con Jack también... mi
ego está completamente herido.
No pensé que estaría tan celoso, pero me he enamorado de Trinity. Con fuerza. Sólo que no
quería admitirlo hasta ahora.
¿Conoces el dicho de que el amor te vuelve tonto? Bueno, debe ser cierto. Porque lo siguiente
que sé es que estoy tirando a Jack al suelo y mi puño vuela hacia su cara.
Puedo oír a Trinity gritando que nos separemos, pero sigo golpeándolo. Eso es, hasta que Jack
consigue la ventaja.
Agarrándome por la cintura, mi mundo se pone de repente patas arriba cuando Jack nos retuerce
y acabo debajo de él. Mi cara recibe la peor parte de su ira, y sus puños se sienten como el
acero golpeando el hueso. Levanto las manos para protegerme mientras Carter y Owen consiguen
finalmente apartar a Jack de mí.
Jack se queda ahí como un toro loco, paseando y resoplando de ira. -Recuerden quién empezó,- 82
dice con rabia antes de salir furioso con Owen pisándole los talones.
Espero que Trinity corra tras él, pero no lo hace. Cae de rodillas a mi lado con lágrimas en los
ojos. -Lucas. ¿Por qué has hecho eso?, - pregunta, con la voz temblorosa.
-Porque eres mía, Trinity. -
La rabia se dibuja en sus rasgos. -No soy un objeto que puedas reclamar sin más, - dice,
echándome en cara nuestra regla número uno.
-Me he enamorado de ti y mis celos me han superado. -
Mis palabras parecen aturdirla, y se sienta en silencio a mi lado durante un largo rato mientras
las lágrimas resbalan por su hermoso rostro. -Yo también me he enamorado de ti, - confiesa
finalmente.
La atraigo hacia mí, besándola profundamente e ignorando el dolor que siento... en todas partes
en este momento.
-Vamos a limpiarte, - sugiere antes de ponerse en pie.
Carter me ayuda a levantarme y me echa el brazo alrededor de su hombro para que me apoye
mientras subimos los escalones del porche y entramos en la casa. Me acomoda en una de las
sillas de la cocina y retrocede, observando a Trinity mientras va al fregadero por una toallita
húmeda.
Con delicadeza, me limpia la sangre y la suciedad de la cara. Hago una mueca de dolor por sus
cuidados, pero no digo nada. Me merezco el dolor. Me he comportado como un completo idiota
celoso.
-Los dejaré un rato a solas, - dice Carter antes de salir por la puerta.
-Lo siento, Trinity, - le digo, agarrando su mano para detener su movimiento y mirando fijamente
sus hermosas canas.
-No es conmigo con quien deberías disculparte, - murmura con una pequeña sonrisa que me dice
que ya no está totalmente enfadada conmigo.
-Tienes razón, - le digo asintiendo. Luego, le suelto la mano y le permito que siga limpiándome. -
No sé qué demonios me ha pasado. -
Se le llenan los ojos de lágrimas mientras se muerde el labio inferior, y me doy cuenta de que 83
está conteniendo algo grande.
- ¿Qué es? Dímelo, - prácticamente le suplico.
-Tal vez esto no vaya a funcionar entre todos, - suelta como confesión.
Apretando los ojos, sacudo la cabeza lentamente. -Puede funcionar. Sólo necesito... superar mi
mierda interna. - Abro los ojos y la miro. Apoyando la palma de la mano en su suave mejilla, le
digo. -Si quieres a alguien que no sea yo, no puedo hacer nada para impedírtelo. -
Ella se inclina hacia mi contacto. -Te quiero, Lucas. - Luego dice. -Nunca fui así antes... todo
pasó. Pero esta situación no se parece a nada en lo que haya estado antes. Me gustan todos
ustedes por razones diferentes y únicas, y puedo verme eventualmente enamorada de cada uno
de ustedes. Sé que suena raro... o tal vez sólo soy una puta…-
Corto sus palabras pasando la yema del pulgar por sus labios carnosos. -No eres una puta,
Trinity. Lo sé. Lo entiendo. Las cosas son diferentes ahora. ¿Te sientes atraída por todos
nosotros? - Le pregunto.
Ella asiente con la cabeza.
-Entonces tendré que superar mis tonterías internas, porque quiero que seas feliz. - Paso mi
pulgar por su suave mandíbula. -Sólo tengo una petición. -
- ¿Cuál es? -
-Quiero que duermas conmigo en mi habitación todas las noches. No quiero que eso cambie
nunca. -
Ella mira al techo con una mirada pensativa. -Bueno, Carter habla mientras duerme... y Jack
ronca bastante fuerte... -
Me río de sus palabras y la atraigo hacia mí. -Ya sabes que soy un buen compañero de mimos.-
-El mejor, - responde ella, dándome un dulce beso.
CAPÍTULO 18 84

TRINITY

LA MAÑANA SIGUIENTE en el desayuno es, como mínimo, incómoda. Tanto Jack como Lucas
tienen moratones en la cara y ninguno de los dos se ha dirigido la palabra. De hecho, toda la
mesa está en silencio.
Sintiéndome más que frustrada, golpeo mi tenedor contra la mesa y me pongo de pie. -No sé
cuánto tiempo me queda aquí, pero sé esto, no quiero ser la causa de la ruptura de una gran
amistad. - Señalo a Jack y luego a Lucas. - Ustedes dos tienen que aplastar cualquier
resentimiento que tengan entre ustedes y acabar con eso, para que todos podamos seguir
adelante. -
Jack y Lucas me miran fijamente y luego se miran entre sí antes de apartar rápidamente la
mirada.
Carter se levanta y dice, -Trinity tiene razón. Los dos se han dado de puñetazos, así que tienen
que ser hombres y disculparse. -
Lucas se aclara la garganta y asiente mientras Carter vuelve a sentarse. -Lo siento, Jack. No
sé qué demonios me pasó ayer, pero no debería haberte atacado. -
Jack dice, -Y yo siento haberte roto esa cara tan bonita que tienes. -
Eso hace que todos en la mesa se rían, porque Lucas parece haber sido atropellado por un camión
Mack, mientras que Jack parece haber salido con apenas un rasguño.
- ¿Totalmente zanjado ahora? - pregunta Carter, y los dos asienten con la cabeza. -Bien, - dice
con una sonrisa, mirándome.
Vuelvo a tomar asiento, satisfecha.
Lucas se vuelve hacia mí y me pregunta. -Pero, Trinity, ¿a qué te referías cuando dijiste que no
sabías cuánto tiempo te quedabas aquí? -
Encogiéndome de hombros, bebo un sorbo de agua para permitirme un minuto de reagrupamiento
de mis emociones y no empezar a llorar por toda la mesa.
Dejando el vaso, miro fijamente mi plato cuando digo, -No sé cuánto tiempo querrás tenerme 85
aquí. Quiero decir que no ofrezco mucho. Ni siquiera sé hacer una trampa decente, - digo, con
la voz temblando de preocupación.
Carter se burla de mi admisión. -Haces mucho por aquí, Trinity. Nos has ayudado mucho a
todos en la granja. Se necesita tiempo para aprender el funcionamiento de la tierra, y tú lo has
hecho muy bien hasta ahora. - Se inclina sobre la mesa y me dedica su famosa sonrisa de
comemierda. -Además, no sé si te has dado cuenta o no, pero a todos nos gusta tenerte cerca.-
Miro entre Jack y Lucas con preocupación. - ¿Pero, qué pasa con lo de ayer? No quiero que
vuelva a pasar. -
-No lo hará, - dice Jack simplemente como si eso lo resolviera todo, pero de todos modos le
creo.
Lucas toma su mano entre las mías. -A todos nos gustas Trinity, y me has dicho que te
gustamos todos. Queremos cuidarte y mantenerte a salvo. -
Owen, siempre el callado, habla y dice. -No te vas a ir. Ahora eres parte de nuestra familia. -
Sus palabras hacen que las lágrimas inunden mis ojos. - ¿Todos quieren que me quede? -
Lucas mira a los chicos y todos asienten en señal de confirmación. Entonces sus ojos vuelven a
encontrarse con los míos. -Nos encantaría que te quedaras con nosotros. Todo el tiempo que
quieras. -
La idea de ser compartida entre cuatro hombres es algo nuevo para mí, pero me parece lo
correcto. Y ahora que mi futuro no está en el aire como creía, puedo disfrutar de mi tiempo
aquí, conociendo a todos ellos a nivel personal e íntimo.
Puedo verme fácilmente enamorada de todos y cada uno de ellos. Y aunque eso me asusta un
poco, me emociona más.
CAPÍTULO 19 86

TRINITY

DURANTE LOS SIGUIENTES días, ayudo a Carter y a Lucas a plantar y cosechar en el jardín
y a aprender a poner más trampas con Jack. Poco a poco voy mejorando en todo, aprendiendo
más de lo que nunca creí posible; y pasar tiempo con cada uno de los chicos ha sido maravilloso.
Pero todavía hay un hombre en mi vida que sigue siendo más misterioso para mí que cualquiera
de ellos, y ese es Owen. No hemos podido pasar demasiado tiempo juntos, ya que siempre está
encerrado en la biblioteca o en su habitación leyendo o tratando de idear un nuevo invento que
funcione en la granja.
Por eso, cuando después de la cena me dice que quiere enseñarme algo en su habitación, me
emociona y me intriga al mismo tiempo.
Entro en su dormitorio y grito, - ¿Owen?, - en la oscuridad.
-Por aquí, Trinity, - dice, su voz viene de las puertas abiertas a un pequeño balcón.
Cruzo la habitación y voy hacia él. El aire nocturno es perfecto, ni demasiado frío ni demasiado
cálido, y lo inhalo profundamente, contemplando la vista de la granja que se extiende bajo
nosotros. Hay dos balcones en este lado de la casa para las habitaciones de Owen y Carter,
pero este último parece no utilizar nunca el suyo. Puedo ver por qué a Owen le gusta estar
aquí.
Es muy tranquilo y calmante.
- ¿Qué querías enseñarme? - le pregunto, con la curiosidad a flor de piel.
Se le dibuja una sonrisa en la cara y siento que el corazón me da un vuelco. -Vamos, - dice,
moviéndose, se dirige al borde del balcón hacia el techo. Hay una pequeña escalera de cuerda que
empieza a subir. Y una vez que está en la cima, me mira.
Subo, colocando mis pies con cuidado en la cuerda mientras subo la corta distancia hasta él. Me
ayuda a subir en la cima, y yo caigo en su pecho, riendo. Inmediatamente se aparta y me lanza
una mirada tímida por encima del hombro mientras se acerca con cuidado a la parte plana del
tejado.
Es el punto más alto del tejado, rodeado por una valla baja de hierro forjado, y parece una 87
pequeña terraza.
Tiene una manta, almohadas e incluso un telescopio aquí arriba, y no puedo evitar preguntarme
cuánto tiempo ha estado planeando esto.
- ¿Vienes aquí arriba a menudo? - Le pregunto.
Se encoge de hombros. -A veces. Sobre todo, si no puedo dormir. -
Salto sobre la valla y me siento a su lado en la manta. -Se está bien aquí arriba, - comento.
-Sí. - Y entonces señala y dice. -Mira hacia arriba. -
Estaba tan ocupada mirando hacia abajo que ni siquiera me di cuenta del hermoso manto de
estrellas en el cielo nocturno sobre nosotros. -Vaya, - jadeo. Sin ninguna luz cerca, se puede
ver todo con claridad, y casi me deja sin aliento con su magnificencia. -Es precioso, - susurro.
Él asiente con la cabeza. -Lo es. -
- ¿Dónde has encontrado el telescopio? - le pregunto mientras lo veo montarlo.
-En uno de los viajes de suministro que hicimos hace unos meses. Ahora es mi tesoro más
valioso. - Mira a través del ocular, y casi puedo sentir la paz que le aporta. -Es agradable
olvidarse del mundo por un rato. -
Levanta la vista y me hace un gesto. Me pongo delante de él. Cuando miro por el ocular, veo
un objeto redondo de color ocre. - ¿Es Marte? - pregunto, mirándole.
-Sí, - dice, sonriendo con orgullo.
-Vaya, - murmuro fascinada. Nunca me había interesado por la ciencia o el espacio antes de que
el mundo diera un giro de 180 grados, pero siempre me parecía interesante cuando leía artículos
en Internet o veía reportajes en las noticias.
A continuación, me enseña la Luna y luego un par de planetas más. Va dando explicaciones y
datos curiosos que me tienen cautivada. Incluso hace algunos chistes. Y para cuando llegamos
a las constelaciones, me he enamorado un poco más de Owen. Es divertido, sexy y tan brillante.
Es irresistible.
Cuando terminamos de ver las estrellas, nos tumbamos juntos en la manta, uno al lado del otro.
No hay ni una nube a la vista, así que podemos ver las estrellas fácilmente a simple vista. Levanta 88
la mano y señala la estrella más brillante del cielo. -Esa es Polaris, la estrella del Norte. -
- ¿Al final del mango de la Osa Menor? -
Se ríe y dice, -Sí. –
Puede que no conozca los nombres técnicos, pero conozco la Osa Mayor y la Osa Menor.
-Y ahí está la... Osa Mayor, - dice el término lego con dificultad, y me hace reír.
-Adelante. Puedes ponerte técnico conmigo, - le digo.
-Vale, - dice con una sonrisa. Owen me dice los nombres reales de las estrellas -Ursa Maior,
que significa Osa Mayor, y Ursae Minoris, que significa Osa Menor- e incluso me explica la
mitología griega que hay detrás de ambas. Luego, mueve su mano en otra dirección y me dice,
-Ése es Hércules. - Señala las estrellas una por una y yo me hago una idea de cómo debe ser.
Me acurruco a su lado mientras me muestra estrella tras estrella, constelación tras constelación;
su mente está llena de mil millones de datos sobre cosas que yo no conocía.
Apoyada en mi codo, le miró fijamente mientras él mira el cielo. - ¿Cómo es que nunca has
tenido novia, Owen? - le pregunto suavemente.
Sus ojos color avellana rebotan en mí y vuelven a las estrellas. -No estoy muy seguro. Supongo
que nunca tuve tiempo. Nunca nadie estuvo realmente interesada... o lo demostró de todos
modos. -
-Bueno, si te hubiera conocido antes de todo esto, me habría interesado mucho, - le admito.
Él me responde con el ceño fruncido.
- ¿Qué? –
-Nunca te habrías fijado en mí antes. Estás tan fuera de mi alcance. -
Pongo los ojos en blanco. -Lo que sea. No estoy fuera de tu alcance. -
-Sí. Sí, lo estás. - Se apoya en el codo para igualar mi postura. -Nos han unido en esta horrible
circunstancia. Es la única manera de tener una oportunidad con alguien como tú. –
Me pongo a hurgar en los hilos imaginarios de la manta. Quizá tenga razón. Tal vez nunca me
hubiera fijado en él antes.
Pero nada de eso importa, porque ahora estamos aquí. -Seré sincera, antes de que me 89
confesaras todo eso, no creía que te pareciera atractiva. -
- ¿Estás bromeando? Dios, Trinity, eres preciosa. -
Sonrío ante sus palabras y le miro. -Bueno, no importa si no nos hubiéramos conocido en el
mundo anterior a este. Ahora estamos aquí, ¿no? -
Sus oscuras cejas se fruncen mientras asimila mis palabras. -Es cierto. Es como si el universo
nos hubiera arrancado de entre millones y millones de estrellas y hubiera decidido ponernos juntos
en la misma galaxia. -
Me muerdo una sonrisa. Si quiere utilizar analogías científicas, que así sea. Pero hay algo más
para lo que puedo pensar que use su boca... - ¿Owen? -
- ¿Sí? - pregunta.
-Bésame ya. -
Con una sonrisa tímida, se inclina hacia delante y captura mi boca con la suya, robando el aliento
de mis pulmones.
Su beso es vacilante al principio, pero rápidamente se vuelve más acalorado y audaz. No sabía
que Owen besara tan bien, pero podría quedarme aquí durante horas haciendo esto sola. Sus
labios son tan suaves.
Su lengua roza el borde de mis labios, y yo me abro para él, dándole acceso ilimitado a mi
boca. Nuestras lenguas luchan entre sí mientras él gime en mi boca y me pasa los dedos por la
mejilla y el pelo.
Cuando me acerca, noto el creciente bulto de su polla presionando el interior de mi muslo, y mis
caderas se mueven involuntariamente hacia él.
Él gime en respuesta y nos hace rodar hasta que está encima de mí. Con mi espalda presionando
contra la dura superficie bajo la manta, Owen toma el control del beso, besándome hasta que
ambos estamos necesitados y sin aliento.
De repente, Owen se retira, dejándonos a los dos jadeando. Y parece una eternidad hasta que
finalmente habla. -Trinity, yo nunca... soy... soy un..., - balbucea nervioso, encontrándose con
mi mirada.
Le pongo las yemas de los dedos en los labios y le doy una sonrisa tranquilizadora. -Está bien, 90
Owen. Deja que te cuide, - le digo.
Empujando suavemente su pecho, se mueve hasta que su espalda está sobre la manta. Sus ojos
no se apartan de los míos mientras le desabrocho los vaqueros. Con su ayuda, empujamos el
material por sus piernas, junto con sus zapatos. Inclinándose, se sube la camisa por encima de
la cabeza con un movimiento rápido. Su pecho y sus brazos son musculosos, y veo cómo se
contraen sus tonificados abdominales mientras se sienta y luego se tumba.
-Ahora te toca a ti, - dice con una sonrisa sexy. -Quiero verte, Trinity. Toda tú. -
De pie, me quito la ropa lentamente, haciendo un strip tease para Owen. Veo cómo su lengua
sale y recorre su labio inferior. Su pesada polla está tumbada sobre su cincelado estómago, y
salta cuando mis ojos se posan en ella.
Pasando las manos por mi cuerpo, me siento como una especie de diosa en lo alto de este tejado,
bajo el cielo nocturno, con sólo las estrellas y la luna iluminando nuestro oscuro universo y
proyectando un resplandor sobre nuestros cuerpos.
Los ojos de Owen recorren lentamente mi desnudez con una mirada perezosa mientras se lame
de nuevo su carnoso labio inferior. Puedo ver el calor en su mirada.
Me arrodillo entre sus muslos y cojo su gruesa longitud con la palma de la mano, disfrutando de
la sensación de su carne caliente y aterciopelada mientras la acaricio lentamente.
Su mirada es abrasadora mientras observa cómo bajo la cabeza. Abriendo la boca, tomo su
punta dentro, lamiendo alrededor de su corona, lo que hace que jadee en voz alta. Recorro con
la lengua su pene mientras aprieto sus pesadas pelotas con la mano, amasándolas suavemente.
Mientras le masajeo los huevos, me meto en la boca todo lo que puedo, chupando suave y
lentamente.
-Oh, Dios, Trinity, - gime mientras agarra puñados de la manta con las manos.
Su polla se hincha en mi boca mientras la saboreo, lamiendo, chupando y luego pasando el borde
de mis dientes suavemente por su tronco, lo que le hace sisear una sarta de improperios y que
sus caderas se levanten involuntariamente de la manta.
Como no quiero que acabe en mi boca, dejo que se me escape y me pongo a horcajadas sobre sus 91
muslos delgados pero poderosos. Recorro su longitud con mi raja húmeda, dejando que mi
excitación lo recubra. Estoy tan excitada que no puedo ni pensar.
-Trinity, - dice, con la palma de la mano pegada a mi mejilla y mirándome a los ojos con
adoración. -Me alegro de haber esperado. Y me alegro de que mi primera vez sea contigo. -
Le sonrío y me inclino hacia delante para besarle con dulzura. -Yo también me alegro -susurro
contra sus labios.
Sentada de nuevo, los dedos de Owen encuentran mi clítoris, frotándome hasta que mi excitación
gotea por mis muslos. Me froto contra él, su polla caliente y dura como el acero entre nosotros.
Como no puedo esperar ni un segundo más sin él dentro, guío su polla hasta mi entrada,
hundiéndome en su longitud mientras me llena centímetro a centímetro.
Con las manos puestas en sus duros abdominales, lo cabalgo, mirando las estrellas del cielo
nocturno por un momento antes de que mis ojos se cierren por la increíble sensación.
Las manos de Owen me agarran por las caderas y me empujan hacia él cada vez con más fuerza.
Me muelo sobre él con cada embestida, la sensación golpea justo en mi clítoris y me acerca cada
vez más al orgasmo.
La mano de Owen pasa de mi cadera a mi estómago y finalmente a mi pecho. Me pellizca el
pezón, creando una mezcla de placer y dolor que me hace llegar al final del abismo mucho más
rápido.
- ¡Owen! - Grito mientras el orgasmo me inunda y placer líquido inunda mis venas.
Me atrae hacia él, apretando sus labios sobre los míos, tragándose mis gritos. Luego, levanta
las caderas y mete y saca su polla dentro de mí mientras yo estoy tumbada sobre su pecho,
completamente indefensa ante su implacable ritmo.
Este nuevo ángulo está dando en el punto justo dentro y puedo sentir otro orgasmo fluyendo
rápidamente a través de mí en la cola del primero. Grito contra su boca mientras me abraza y
me consume.
Rompiendo el beso, grita, - ¡Trinity!, - antes de retirarse y entrar en erupción entre nuestros 92
cuerpos, moviendo sus caderas una, dos, tres veces más.
Completamente agotada, me tumbo en sus brazos mientras Owen recorre cada centímetro con
las yemas de los dedos, como si intentara memorizar mi cuerpo.
Levanto la cabeza y nuestros ojos se fijan mientras sus dedos recorren mi columna vertebral.
-Ha sido increíble, - susurra antes de darme un dulce beso en la frente.
Vuelvo a apoyar la cabeza en su duro pecho y escucho el sonido de su acelerado corazón hasta
que se ralentiza, junto con su respiración.
Y con una sonrisa en la cara, me duermo en los brazos de Owen en la azotea, bajo las estrellas,
con el mundo en caos a nuestro alrededor.
CAPÍTULO 20 93

LUCAS

ME DESPIERTO por la mañana solo. Sé que anoche fue a la habitación de Owen. Me había
contado su plan para cortejar a Trinity bajo las estrellas en la azotea. Supongo que su plan
funcionó, porque el lado de Trinity de mi cama está frío, lo que sólo puede significar una cosa.
Anoche pasó la noche con Owen.
Espero que una punzada de celos me golpee en ese momento. Pero, sorprendentemente, no lo
hace. Desde que tuvimos nuestra pequeña charla, siento que todo está al descubierto. Es un
alivio, en realidad, no sentir a ese pequeño monstruo verde arrastrándose en mi mente y
ensombreciendo todo lo que me rodea.
Puedo compartir a Trinity y estar bien con eso. Los otros chicos la comparten conmigo, después
de todo. Y siempre es a mí a quien acude cuando necesita ayuda o tiene una pregunta. Quiero
decir que eso tiene que contar para algo, ¿no?
Ella es extremadamente importante para mí, la prioridad número uno, y sé que ella siente lo
mismo.
Eso es lo único que realmente importa.
Después de ducharme, bajo y encuentro a todos en la cocina, desayunando. Owen tiene una
sonrisa permanente y tonta en la cara. Y en lugar de sentirme enfadado o resentido con él, me
alegro de que por fin haya echado un polvo.
Owen me había confesado hace unos meses que nunca se había acostado con una chica. Y
realmente pensaba que nunca lo haría, desde que el mundo se fue al infierno en una cesta.
Así que me alegro de que el chico finalmente haya podido experimentar algo que debería haber
hecho hace mucho tiempo.
Después del desayuno, cada uno se va por su lado. Yo doy de comer a los animales y me
entretengo recogiendo huevos y leche.
Y cuando entro en la casa esa misma tarde, encuentro a Trinity sentada junto a la ventana del
salón. Tiene una bolsa de cuentas viejas e hilo en la mano, y está haciendo algún tipo de joya.
Parece tan relajada y.… tan condenadamente perfecta. 94

Me acerco a ella y le doy un beso en la cabeza. -Anoche te eché de menos en mi cama, - confieso,
sentándome frente a ella.
Ella desliza otra cuenta en el cordón antes de cortar el extremo con unas tijeras. - ¿Celoso? -,
pregunta vacilante, con los ojos levantados para buscar pistas en mi rostro.
-Un poco, - admito. -Pero lo superaré, - le aseguro.
Ella me dedica una sonrisa de alivio.
-Me alegro de que hayas sido la primera de Owen, - susurro por si está cerca.
Su sonrisa se amplía. -Yo también me alegro, - confiesa. Y entonces veo cómo ata el extremo
del cordón y se coloca el collar de cuentas alrededor del cuello. - ¿Te gusta?, -pregunta, señalando
su creación.
-Es perfecto. Como tú. -
Se levanta de la silla y se sienta en mi regazo, rodeando mi cuello con sus brazos. - ¿Cómo he
tenido tanta suerte de encontrar una casa llena de hombres guapos y maravillosos? -
-Nosotros somos los afortunados, - le digo, y la atraigo para darle un beso profundo y húmedo.
Cuando me retiro, le paso los dedos por los puntos de la frente. -Están listos para salir. -
- ¿Me dolerá?, - pregunta, mordiéndose el labio inferior, lo que me vuelve loco.
-No te preocupes. Después te haré sentir mejor. -
Al levantarse y alzarla en mis brazos al mismo tiempo, chilla sorprendida y luego se ríe. Es un
sonido melódico que podría escuchar el resto de mi vida.
Y pienso hacerlo.
CAPÍTULO 21 95

TRINITY

LUCAS Y YO estamos tumbados en la cama, hablando en voz baja en la oscuridad, cuando de


repente la luz del techo parpadea. Los dos nos incorporamos sorprendidos y miramos la bombilla
mientras parpadea de nuevo y luego se queda encendida.
-Mierda, ha funcionado, - murmura Lucas incrédulo en voz baja. -Lo ha conseguido. -
No puedo evitar la gran sonrisa que se extiende por mi cara en lo que sólo puede describirse
como orgullo puro y sin diluir. Owen ha estado trabajando en el perfeccionamiento de una turbina
eólica durante un tiempo, y había estado tratando de averiguar el cableado de la casa para que
fuera seguro y eficiente.
Lucas se vuelve hacia mí y compartimos un acuerdo tácito. Nos levantamos de la cama y bajamos
las escaleras. Jack y Carter ya están allí, dando palmaditas en la espalda a Owen y felicitándolo.
Owen se arregla las gafas de montura oscura, se pasa una mano por el pelo desordenado y me
dedica una tímida sonrisa.
-Vaya, Owen, lo has conseguido, - digo, acercándome a él y plantándole un gran beso en los labios.
El resto de los chicos nos gritan y silban a nuestro alrededor. Y cuando me retiro, Owen parece
aturdido y aún más desaliñado.
-Si hubiera sabido que encender las luces me haría ganar un beso así, me habría esforzado más
por hacerlo antes. - dice con una sonrisa sexy y torcida.
Jack le alborota el pelo y le da una palmada en la espalda que casi le arranca las gafas de la
cara. Me muerdo una risa mientras veo a los dos interactuar. Creo que en muchos sentidos a
Jack le gusta pensar en Owen como el hermano pequeño que nunca tuvo.
-Bueno, no hay manera de que duerma ahora, - anuncia Carter. - ¿Poker? -
Normalmente es el único que quiere jugar, pero esta noche estamos todos conectados y ansiosos
por hacer algo bajo la luz real en lugar de la luz de las velas. Jugamos al póquer hasta altas
horas de la noche, y es agradable poder ver todas mis cartas y los tic de todos.
Por ejemplo, Jack siempre frunce el ceño cuando tiene una mala mano. De lo contrario, su 96
rostro permanece sólido como la piedra.
Y la comisura de la boca de Carter se levanta de forma sexy cuando va de farol.
Lucas se rasca la cabeza cuando tiene una mala mano y está dispuesto a retirarse.
Y Owen se lame los labios cuando está a punto de ganar todo el bote.
Todos son tan diferentes y, sin embargo, los quiero a todos por igual. Nunca pensé que fuera
posible amar a cuatro hombres al mismo tiempo.
Pero mientras nos sentamos en la cocina de nuestra granja, jugando al póker bajo luces brillantes
con electricidad zumbando a nuestro alrededor en un mundo apocalíptico, empiezo a creer que
todo es posible.
CAPÍTULO 22 97

TRINITY

A LA MAÑANA SIGUIENTE, los chicos me dicen que no entre en el almacén de material porque
están preparando una sorpresa para mí. Pero me gustaría que no me lo hubieran dicho, porque
sólo me hace sentir más curiosidad por saber qué están tramando.
Pero les doy espacio... o al menos lo intento, y sólo me asomo al granero cada pocos minutos
mientras trabajan diligentemente en algo dentro.
Cuando termino las tareas de la tarde, me doy una ducha caliente. El agua se siente tan bien al
correr sobre mis músculos adoloridos. La vida en la granja no es una broma. He trabajado
músculos que ni siquiera sabía que tenía antes de llegar aquí.
Después de la ducha, me seco y entro en la habitación de Lucas. En la cama hay un vestido de
verano y sonrío. Debe de haberlo encontrado en una de las cajas de ropa. Está un poco arrugado,
pero es tan bonito que una o dos arrugas no importan.
Me pongo el suave material por encima de la cabeza y deslizo los tirantes de espagueti sobre mis
bronceados hombros. Es muy bonito. El vestido es blanco con flores de colores pastel por
todas partes. La falda del vestido llega a mitad del muslo, y es fluida y coqueta. Doy unas
cuantas vueltas delante del gran espejo que hay encima de la vieja cómoda.
Estoy en medio del giro cuando veo a Lucas en el reflejo detrás de mí, de pie en la puerta con
una gran sonrisa en la cara. Sus ojos recorren perezosamente mi cuerpo hasta que vuelven a
encontrarse con los míos. -Estás preciosa, Trin. -
Me doy cuenta de que también se ha vestido con unos pantalones negros y una camisa blanca
abotonada con las mangas remangadas para mostrar sus musculosos antebrazos.
-Tú tampoco estás nada mal, - le digo con un guiño.
Su sonrisa se amplía y se acerca para abrazarme. Sus labios se encuentran al instante con los
míos, y mis rodillas se debilitan. Al principio me besa suavemente, pero, como siempre, nuestro
beso se vuelve acalorado.
Se separa de mala gana con un gemido. -Joder, les dije a los chicos que venía a por ti, pero 98
ahora te quiero para mí solo. -
Me río de sus palabras y pongo la palma de la mano en su cálida mejilla. Su barba de un día se
siente punzante contra mi piel. -Siempre habrá tiempo para nosotros... más tarde, - digo,
señalando la cama.
Se muerde el labio inferior y sacude la cabeza. -Chica traviesa. - Con un rápido movimiento, me
gira en sus brazos, coge mi mano entre las suyas y me hace girar antes de volver a acercarme
a él. Luego, se balancea lentamente conmigo en sus brazos al ritmo de una música que sólo él
puede escuchar en su cabeza. -Guarda un baile para mí esta noche, ¿vale? -
Me derrito ante sus palabras. Si tuviéramos música de verdad... Parece que hace años que no
oigo música.
Se separa y me hace un gesto hacia la puerta. -Si no aparecemos pronto, enviarán a Carter
tras nosotros. - Cuando paso junto a él, me da una palmada en el culo. Con fuerza.
Le devuelvo la mirada y no puedo evitar reírme de la sonrisa diabólica que tiene en la cara. No
sé lo que los chicos han planeado para mí esta noche, pero si esto es un adelanto... entonces
estoy en problemas.
Lucas y yo caminamos de la mano hacia el granero, y él sólo me suelta para abrir la puerta. Este
granero es en el que Lucas, Carter y yo tuvimos nuestra primera cita juntos, y al instante me
inundan los pecaminosos recuerdos de nuestro trío que todavía me ponen cachonda cada vez que
pienso en ese día.
-Espero que tengas hambre, - me susurra Lucas al oído.
-Hambrienta, - respondo.
Este es el granero que se utiliza para almacenar el equipo, así que no tengo ni idea de cómo
íbamos a cenar aquí... a no ser que sea encima de un tractor.
Pero cuando Lucas abre la puerta por completo, me sorprende tanto que me quedo sin palabras
al ver lo que tengo delante. El granero ha sido limpiado, el equipo de la granja se ha trasladado
a la esquina trasera y se han colocado pequeñas luces blancas de Navidad por todo el espacio. En
el centro hay una gran mesa con manteles individuales, un elegante camino de mesa y una fina
vajilla que deben haber encontrado en algún lugar de la casa.
En el centro de la mesa hay un surtido de comida: pollo asado, puré de patatas, maíz, incluso 99
salsa y galletas caseras. ¿Y lo mejor de todo? Tres botellas de vino.
Se me hace la boca agua al instante al verlas, y todavía no puedo hablar porque estoy tan
abrumada de que se hayan tomado todas esas molestias por mí.
Se me llenan los ojos de lágrimas al mirar a cada uno de ellos. Están limpios y vestidos con la
ropa más bonita que tienen, y pongo la palma de la mano sobre mi corazón, que amenaza con
salirse del pecho.
-Uh-oh, se ha quedado sin palabras. - Dice Carter. -Creo que la hemos roto. -
Suelto un sollozo y una risa y digo, -Esto es maravilloso. Muchas gracias a todos... por todo
esto. -
-Sólo espera hasta el postre, - dice Carter con un guiño.
¿Postre?
Antes de que pueda siquiera reflexionar sobre qué delicioso postre se le ha ocurrido, Lucas me
guía hasta la mesa. Tomo asiento, y luego todos mis compañeros lo hacen también. No
perdemos tiempo y empezamos a disfrutar de una comida que sabe tan bien como parece.
Mientras los chicos hablan de los preparativos de esta noche, me doy cuenta de que cada uno de
ellos ha tenido su propia parte en ello. Lucas cosechó los alimentos; Carter cocinó la comida;
Jack trasladó el equipo y limpió; y Owen instaló la electricidad en el granero. Todos ayudaron a
colgar las luces, que parpadean por encima de nosotros y crean nuestra propia versión de un cielo
nocturno interior.
Tomo un sorbo del vino que Carter dice haber encontrado en uno de sus recorridos de
abastecimiento. -Lo he estado guardando para un día lluvioso, - me dice.
Me alegro de que haya elegido esta noche para abrir por fin las botellas. El vino sabe
absolutamente delicioso, y tengo que contenerme para no bebérmelo de un solo trago.
Con la barriga llena y la cabeza un poco mareada por el alcohol, nos relajamos en nuestras sillas
y hablamos de la vida antes del apocalipsis durante un rato, rememorando los buenos recuerdos
de nuestros seres queridos y los días que pasamos sin escondernos por miedo a lo desconocido.
Cuando llegamos a un punto de cómodo silencio, Carter dice, -Es hora de tu próxima sorpresa.-
Ladeo la cabeza y veo cómo se acerca a un viejo radiocasete que hay sobre una mesita. Y cuando 100
pulsa unos cuantos botones y una suave música empieza a salir de los altavoces, me vuelvo a
quedar sin palabras.
Es una vieja melodía country, pero para mí es lo más hermoso que he escuchado nunca. Saltando
de mi asiento, corro hacia él emocionada.
Me sonríe mientras miro la radio. -Sólo pude encontrar algunas cintas y CDs de country
antiguos. Tenía muchas ganas de escuchar algo de Def Leppard u Ozzy, pero no hubo suerte, -
dice con el ceño fruncido.
Me río y paso el dedo por el polvoriento radiocasete. -Esto es... esto es perfecto, - digo,
sonriendo hacia él.
-Baila conmigo, Trinity, - se inclina para susurrarme al oído, lo que me produce un escalofrío.
Me atrae hacia sus brazos y nos balanceamos suavemente al ritmo de la música. Se me hace
tan raro hacer algo que entonces se consideraba tan normal.
-Dios, realmente no sabíamos lo bien que lo teníamos antes del apocalipsis, ¿verdad? - Pregunto,
con la voz llena de tristeza.
-No. No, no lo sabíamos, - asiente, acercándome imposiblemente.
Apoyo mi cabeza en su pecho, escuchando los latidos de su corazón al ritmo de la música. Al
cabo de un rato, Jack interviene, queriendo bailar conmigo. Caigo en sus gigantescos y
musculosos brazos y tengo que contener una carcajada cuando me doy cuenta de que es el único
que lleva las mangas cortadas porque no ha podido encontrar una bonita camisa de vestir con
mangas lo suficientemente grandes como para contener todos sus grandes músculos.
Jack me sujeta como si fuera de cristal, confirmando su título de oso de peluche gigante, y el
calor que proviene de su piel desnuda se siente tan bien, calentándome hasta el fondo.
El siguiente en entrar es Owen. No sabe cómo abrazarme y enseguida confiesa que no sabe
bailar. Así que decido sacarlo de su miseria y tomar el mando, diciéndole que deje de preocuparse
tanto y que se deje llevar. Al final, empieza a relajarse de ese estado de rigidez en el que se
encontraba y empieza a disfrutar, incluso guiándome por nuestra pista de baile improvisada.
Bailamos unas cuantas canciones antes de ver a Lucas en mi periferia. Me ha estado observando
bailar con todos los demás con el anhelo escrito en su cara.
Cuando por fin me coge en brazos, miro su atractivo rostro y no puedo evitar sonreír. -Ahora 101
sé a qué te referías cuando dijiste antes que te guardara un baile. -
-No quería arruinar la sorpresa, - dice suavemente. -Joder, qué guapa estás esta noche,
Trin. Sobre todo, con ese vestido. -
Le rodeo el cuello con las manos y lo atraigo hacia mí, sus labios se encuentran con los míos en
un beso apasionado. Sabe a vino dulce y no me canso.
Como todas las veces que nos besamos, el mundo que nos rodea empieza a derretirse y somos
los únicos que existimos en nuestra pequeña burbuja.
No es hasta que siento un cuerpo cálido deslizándose por detrás que me doy cuenta de que no
estamos solos. Carter me hace girar de modo que mi frente está presionado contra él y mi
trasero contra Lucas. Y entonces, me agarra suavemente la barbilla y me inclina la cabeza hacia
arriba para que mis labios se encuentren con los suyos en un beso que me desgarra el alma.
Mientras Carter me devora, las manos de Lucas recorren todo mi cuerpo, mis pechos, mis
caderas, mi culo, antes de tomar mis mejillas con fuerza y apretarme contra él. La evidencia de
su excitación me penetra profundamente en el trasero y jadeo con fuerza.
Los labios de Carter pasan por mi mandíbula y luego por mi cuello, lamiendo y mordiendo
suavemente mientras echo la cabeza hacia atrás para apoyarla en el pecho de Lucas.
Conmigo entre los dos, se abren paso entre ellos, rozando sus gruesas piernas contra mí mientras
sus manos recorren mi cuerpo.
De repente, Carter me agarra el dobladillo del vestido y me lo sube por los muslos. Y con la
ayuda de Lucas, me lo suben por la cabeza.
Sin sujetador ni bragas, estoy completamente desnuda ante ellos. Pero no me siento expuesta.
Me siento libre.
-Joder, eres preciosa, - susurra Carter contra mi cuello antes de pellizcarme ligeramente la piel
y luego calmar el mordisco con su talentosa lengua. Su boca baja, recorriendo mi cuello hasta
llegar a mi pecho, donde me chupa el pezón, llevándolo a su cálida boca y chupándolo hasta que
me duele por la necesidad. Mientras la atención de Carter se centra en mis pechos, los hábiles
dedos de Lucas se introducen entre mis piernas, encontrando mí ya húmeda costura.
Gime contra mi pelo mientras desliza un dedo dentro, bombeando dentro y fuera muy lentamente. 102

-Todos nosotros te deseamos esta noche, Trin, - me susurra Lucas al oído. -Pero la pregunta
es... ¿nos quieres a todos... al mismo tiempo? -
Sólo dudo un momento antes de gemir un sí.
Nunca había pensado en tenerlos a todos dentro de mí al mismo tiempo, pero ahora mismo estoy
tan excitada que la idea de que todos me toquen, me besen, me laman, me follen, casi me lleva
al orgasmo.
Carter suelta mi pezón de su boca con un chasquido y me mira. -Creo que es hora del postre,-
dice Carter con una sonrisa traviesa.
- ¿Postre? - Pregunto en una niebla inducida por la lujuria.
-Oh, definitivamente tenemos hambre de ese postre. De hecho, prácticamente me muero de
hambre. -
Cuando Carter me lleva a la mesa, que ya ha sido despejada gracias a Jack y Owen, me doy
cuenta de que el postre que prometió podría no ser algo para comer, después de todo. Creo que
yo soy el postre.
Carter se quita la camisa, dejando ver su musculoso pecho plagado de tatuajes. Enrolla la camisa
en las manos y luego me la coloca suavemente sobre los ojos, atando las mangas en la espalda
para crear una improvisada venda.
-No te la quites, preciosa, - me susurra al oído, provocándome un escalofrío.
Me doy cuenta de que estoy desnuda ante los cuatro chicos... a los que ni siquiera puedo ver en
ese momento.
Sintiéndome cohibida, intento esconderme, pero Carter toma mis manos entre las suyas y me
regaña chasqueando la lengua. -Eres demasiado guapa para esconderte. Todos queremos verte.-
Sus manos me guían suavemente hasta la mesa que tenemos detrás y me engatusa para que me
tumbe boca abajo. Aprieto la frente contra la dura madera y giro la cabeza hacia un lado, con
la respiración acelerada mientras espero lo que vendrá a continuación.
Pero mi cerebro no podría ni siquiera imaginar lo que sucede a continuación, porque es lo más
erótico e increíble que he vivido nunca.
Con unos extraños sonidos que suenan como botellas que se abren y luego el olor a fresas que 103
flota en el aire, siento el primer par de manos sobre mí, seguido de cerca por otros tres pares.
Un aceite con olor dulce se extiende por todo mi trasero mientras manos masajean el líquido en
mi piel. Mis músculos se derriten bajo sus actos y trato de identificar exactamente qué manos
están en cada parte de mi cuerpo.
Jack se muestra seguro, sin dudar en absoluto, frotando mis piernas, mientras que Owen se
muestra dubitativo pero firme al masajear mi espalda. Las manos de Carter son callosas de
tanto trabajar con sus manos, así que siento cómo me frota con aceite el culo, apretando mis
mejillas para que no se pierdan. Y las de Lucas son suaves, delicadas, burlonas, mientras me
trabajan el cuello y los brazos.
El aceite penetra en todas las grietas y hendiduras, y noto cómo las manos de Carter se
introducen entre mis piernas, trabajando contra mi clítoris. Y entonces otra persona empieza a
masajear mi entrada trasera, introduciendo la punta de un dedo aceitado en el lugar prohibido.
Jadeo con fuerza ante la sensación. Nunca había llevado a un hombre hasta allí. Siempre me
ha aterrorizado que me duela demasiado.
- ¿Has dejado alguna vez que un hombre te folle aquí? - pregunta Lucas.
Niego con la cabeza, incapaz de decir las palabras en voz alta.
Pero cuando los dedos de Lucas se introducen en mi interior mientras Carter trabaja en mi
clítoris, la sensación es increíble, y me encuentro gritando, no para que se detengan, sino para
pedir más.
Mi cuerpo empieza a temblar de necesidad bajo sus manos, y ni siquiera puedo contenerme cuando
de repente suplico, - ¡Por favor! -
Jack se ríe con fuerza ante mi petición. - ¿Por favor qué, Trinity?, - susurra junto a mi oído.
-Por favor... fóllame, - suplico, con la voz necesitada y desesperada de lujuria.
Las manos cesan repentinamente sus atenciones, y entonces me dan la vuelta sobre la espalda y
me deslizan hasta el final de la mesa.
Mis piernas cuelgan sobre el borde antes de ser capturadas por las manos de alguien.
Las cálidas manos me separan con suavidad y me hundo los dientes en el labio inferior al darme 104
cuenta de que estoy abierta para que todos me vean.
Debería asustarme. Pero estoy tan excitada y mi cerebro está tan nublado por la lujuria que ni
siquiera puedo pensar en otra cosa que no sea sentir de nuevo todas sus manos sobre mí.
-Estoy listo para mi postre, Trinity, - dice Carter antes de sumergirse entre mis muslos como
un hombre hambriento. Su talentosa lengua se desliza furiosamente entre mis piernas,
volviéndome absolutamente loca de necesidad.
Mientras Carter me devora, alguien me acaricia el pecho derecho antes de arrastrar sus dientes
contra el pico rígido. Grito ante las sensaciones combinadas. Y cuando otro chupa mi otro
pezón en su caliente boca, mi espalda se arquea sobre la mesa por la abrumadora sensación de
ser tocada en todas partes al mismo tiempo.
Con uno de mis sentidos embotados, los demás parecen cobrar vida. Lo siento todo: cada
pequeño toque, cada lametazo, cada pellizco, cada mordisco.
Oigo el crujido de la mesa junto a mi cabeza, y entonces alguien me estira los brazos por encima
de la cabeza y su gran mano me encadena las muñecas. Un momento después, siento la suave y
cálida piel de su polla dura como una roca deslizándose por mis labios.
-Ábrete para mí, Trin,- ruge la áspera voz de Lucas.
Mis labios se separan y mi lengua sale y lamo alrededor de su polla, lo que le hace emitir un
gemido bajo y primitivo que vibra por todo mi cuerpo.
Lucas me mete lentamente los dedos en el pelo, sujetándome mientras introduce su polla en mi
boca húmeda. Me la meto en la boca, saboreando su limpio aroma y amando la sensación de su
aterciopelado acero contra mi lengua. Trago profundamente, llevándolo hasta mi garganta,
atragantándome con su circunferencia.
-Esa es mi chica-, gime. -Todo el mundo te está mirando, Trin. Eres tan jodidamente hermosa
con mi polla en la boca. -
Mi pecho y mis mejillas se sonrojan al instante ante sus palabras, y de repente me alegro de
tener los ojos vendados. Ahora puedo ver también el razonamiento que hay detrás. Querían que
empezara en un pequeño estanque antes de saltar a un lago.
Demasiado pronto me habría hecho sentirme tímida y vulnerable. Pero bloquear mi sentido de 105
la vista ha abierto mi mente a nuevas posibilidades. Nuevas posibilidades que implican a todos
mis hombres... al mismo tiempo.
La lengua caliente y húmeda de Carter hace círculos en el pequeño manojo de nervios hinchado, y
yo gimo alrededor de la polla de Lucas, intentando no gritar.
-Eso es, Trin, - sisea Lucas. -Vente para nosotros. -
Eso parece avivar a Carter, porque rodea mis caderas con las manos, sujetándome mientras me
devora, lamiéndome hasta el olvido. Grito alrededor de la longitud de acero de Lucas, chupándolo
con fuerza y estremeciéndome mientras olas de placer me golpean una y otra vez.
Con mi cerebro nadando en una niebla de endorfinas, apenas me doy cuenta de que Lucas me
saca la polla de la boca y la venda desaparece de repente.
Parpadeando ante las diminutas luces colgadas encima de mí, mis cuatro chicos me miran con
ojos codiciosos y llenos de lujuria mientras Carter dice. -Espero que estés lista para más. -
Me ayuda a bajar de la mesa para luego darme la vuelta y presionarme contra la dura madera. Mis
manos se extienden a mi lado mientras mi cabeza se arremolina de lujuria.
Carter me acaricia la raja con su polla, frotando la cabeza sobre mi clítoris hasta la entrada y
de vuelta. Mis piernas tiemblan de necesidad mientras mis uñas se clavan en la madera.
- ¡Por favor! - Le ruego.
Su risa oscura me recompensa mientras me introduce sólo la cabeza de su polla. Con empujones
cortos y poco profundos, me provoca todas las terminaciones nerviosas y me pone contra las
cuerdas por la necesidad de tenerlo dentro de mí.
Intento volver a empujar mis caderas hacia él, pero él contrarresta mi movimiento cada maldita
vez.
Inclinándose sobre mi espalda, me susurra al oído, -Quiero oírte suplicar por mi polla, Trinity. -
Sin dudarlo, grito. - ¡Por favor, Carter! Por favor, fóllame. Fóllame, por favor. - Soy un
desastre tembloroso, y las lágrimas llenan mis ojos mientras él sigue provocándome.
Y cuando finalmente se balancea dentro de mí, empujando brutalmente en mi coño, se siente tan
jodidamente bien enterrado dentro que grito de alivio.
Enfundándose en mi calor, se empuja dentro, alcanzando el punto dulce en lo más profundo de 106
mi interior que me hace subir hacia otra liberación a un ritmo rápido.
Miro a Jack, Owen y Lucas, veo que sus pollas están duras y que prácticamente lloran por mí,
con gotas de pre-semen sobre sus coronas mientras se acarician.
Jack se acerca y rodea su gruesa polla con mi mano. Lo acaricio suavemente mientras Carter
me reclama por detrás, con su dura polla llenando las profundidades de mi coño.
Las caderas de Jack se sacuden hacia mí mientras yo acaricio su longitud con más rapidez, y las
yemas de mis dedos acarician de vez en cuando sus pesadas pelotas, haciéndole gemir grave y
profundamente.
Cuando Owen se acerca, Carter tira de mi espalda contra su pecho, apresándome entre sus
fuertes brazos. Owen me acaricia los pechos, succionando mis pezones en su cálida y húmeda
boca.
Todo esto es demasiado para mí y me encuentro cayendo sobre el borde, mi canal apretado
apretando la longitud de Carter. Los ojos se me van a la nuca cuando el orgasmo me atraviesa,
destruyéndome con cada estremecimiento.
CAPÍTULO 23 107

LUCAS

Joder, necesito estar dentro de ella.


Es lo único que se me ocurre mientras me bajo de la mesa. Mi polla está tan dura como el acero,
balanceándose entre mis muslos. Y cuando veo a Carter doblar a Trinity sobre la mesa y deslizar
su polla dentro de ella, con su ágil cuerpo retorciéndose bajo él, me pongo imposiblemente más
duro.
Me acaricio la polla lentamente mientras veo a los dos follar. Mi polla palpita de deseo mientras
una clara gota de presemen gotea de la punta. Prácticamente está suplicando estar dentro de
ella.
Veo cómo Jack se acerca a la mesa y rodea su polla con la mano de Trinity, que lo acaricia
suavemente. Él echa la cabeza hacia atrás y murmura una maldición.
Luego, Carter tira de Trinity contra su pecho, con sus brazos rodeando posesivamente su cintura
y su cuello mientras Owen pasa sus manos por los pechos de Trinity, tirando de sus pálidos y
rosados pezones antes de prodigarlos con su lengua.
Los gemidos de Trinity son cada vez más fuertes y desesperados, y es música para mis malditos
oídos.
No sé cómo hemos llegado a un plan para esta noche. Todo comenzó con Carter siendo el
sabelotodo que siempre es y diciendo sobre cómo sería caliente si nos la follamos todos juntos. Al
principio, nos reímos, descartando la idea. Pero tan pronto como su idea se plantó en nuestras
mentes, se arraigó y creció hasta que era todo lo que podíamos hablar cuando Trinity no estaba
cerca.
La idea de que todos nosotros la tomáramos al mismo tiempo nos excitaba
enormemente. Queríamos esperar la oportunidad perfecta y tratarla bien, darle más placer del
que nunca había tenido en su vida.
Y hasta ahora, nuestro plan estaba funcionando. Los ojos de Trinity están entrecerrados
mientras grita durante un segundo orgasmo gracias a la polla de Carter. Él se retiro de ella
cuando alcanza su propio éxtasis, cubriendo su piel con su semen.
-Joder, - gime en voz baja antes de girarle la cabeza para robarle un beso. -Eres tan hermosa 108
cuando te corres en mi polla, - le susurra.
Cuando se aleja, me acerco a Trinity y la conduzco a un banco bajo. Me tumbo y la traigo
conmigo para que se siente a horcajadas sobre mis muslos. Me sonríe, y en ese momento es
tan jodidamente hermosa que duele físicamente mirarla.
Sin poder resistirme más, la atraigo hacia mí y la beso con dulzura, con suavidad.
-Necesito estar dentro de ti, - gruño en un susurro contra sus labios de abeja.
Coloca su pequeña mano en mi duro pecho mientras alinea su entrada con mi polla y se hunde
hasta estar completamente sentada.
Y, joder, se siente como el cielo.
Trabaja con sus caderas, apretando sobre mí. -Oh, joder, - gimo, agarrando sus caderas con
fuerza. Miro fijamente sus hermosos y tormentosos ojos grises mientras me cabalga a un ritmo
lento y lánguido, volviéndome jodidamente loco.
Jack está de pie detrás de ella, masajeando su culo y probando su disposición con sus dedos que
entran y salen suavemente de su apretado culo. Trinity jadea y gime en voz alta cuando le
penetra la entrada trasera.
Cuando me hace una señal con la cabeza, le paso un brazo por la espalda a Trinity y la atraigo
hacia mi pecho, presentando su delicioso culo a Jack, para que lo reclame.
Su polla se introduce con facilidad y tiene cuidado de no ir demasiado rápido, permitiendo que
ella se estire para él mientras yo empujo mis caderas hacia arriba y me aprieto contra su
clítoris. Su respiración rápida cae sobre mi cuello mientras la sostengo contra mí, frotando mis
manos a lo largo de su espalda mientras Jack continúa introduciéndose en ella.
-Oh Dios, oh Dios, oh Dios,- susurra Trinity contra mi piel. Está jadeando, trabajando duro y
llenando sus dos agujeros al mismo tiempo.
Un sonido animal vibra en la garganta de Jack cuando finalmente entierra su polla hasta la
empuñadura. Meciéndonos suavemente hacia delante y hacia atrás, follamos a Trinity al unísono,
tomando ambos lo que queremos y dándole a ella exactamente lo que necesita. Nos movemos
juntos en un movimiento fluido, como las olas que se estrellan en la orilla, nuestro placer alcanza
nuevas cotas. Trinity grita cosas sin sentido, mordiéndome el hombro para no gritar.
Sus dientes que se hunden en mi piel añaden una pizca de dolor a la experiencia y me acercan aún 109
más al límite.
Sus muslos se estremecen al tomarla. Su calor líquido cubre mi cuerpo mientras la penetro con
fuerza, provocando sus más dulces gemidos.
Owen, el chico tímido que es, finalmente da un paso al frente, y guío la boca de Trinity hacia su
polla que espera. Sin embargo, creo que disfrutó viéndonos. Trinity me contó cómo me vio
follar con ella en la cocina aquel día. Me sorprendió saber que el chico empollón de ciencias tiene
un lado pervertido.
Observo cómo le chupa la polla, lamiendo su longitud y volviendo a subir. Los ojos de Owen se
cierran mientras disfruta cada segundo del placer que ella le está dando.
Joder, sé exactamente cómo se siente.
Todo lo que hace Trinity se siente tan jodidamente bien. Es como si su cuerpo estuviera hecho
para follar.
El cuerpo de Trinity se agita bajo mi agarre mientras grita alrededor de la polla de Owen con un
orgasmo demoledor.
Jack no tarda en seguirla, explotando dentro de ella con un fuerte rugido que amenaza con hacer
temblar las paredes del granero. Se entierra dentro de ella por última vez, maldiciendo en voz
baja mientras le planta besos a lo largo de la columna vertebral.
Jack se retira lentamente, dejándonos a Owen y a mí como últimos hombres en pie. Owen enreda
sus dedos en el pelo de Trinity, atrayéndola hacia su polla una y otra vez hasta que gime a través
de su orgasmo y cubre su lengua con su liberación.
Owen se tambalea para reunirse con el resto junto a la mesa, y yo me alegro de tener un rato
a solas con Trinity... aunque estemos en una habitación llena de gente que nos mira.
Sentado con ella en mi regazo, todo su cuerpo se estremece cuando golpeo con fuerza mis
caderas, clavando mi pene en ella. Cada vez que estoy con ella es increíble, y sé que nunca podré
saciarme. De repente, Trinidad grita mi nombre mientras otro orgasmo la atraviesa. Y mientras
sus músculos se aprietan a mi alrededor como un maldito tornillo de banco, puedo sentir mi
liberación creciendo en la base de mi columna vertebral y apretándose en mis bolas. La tensión
sigue aumentando lentamente hasta que finalmente llego al límite, abrazándola con fuerza.
Sus paredes internas se contraen en torno a mi polla, apretando y ordeñando mientras me corro 110
dentro de ella, cubriendo sus paredes internas con mi liberación, y la sensación es jodidamente
increíble.
Trinity se desploma contra mi pecho, exhausta, mientras le acaricio la espalda y le susurro
alabanzas tranquilizadoras al oído.
Sé que debí haberme retirado, porque definitivamente eso no formaba parte de nuestro
plan. Pero cuando pienso en Trinity embarazada de mi hijo, me llena de una abrumadora sensación
de orgullo y alegría.
Estoy seguro de que será algo que tendremos que sentarnos a discutir en algún momento, pero
ahora mismo quiero deleitarme con el hecho de haberla reclamado como mía de la única manera
que sabía.
CAPÍTULO 24 111

CARTER

ES TARDE POR LA NOCHE... o temprano por la mañana, según se mire. Estoy sentado en la
mesa de la cocina, a oscuras, apurando la última copa de vino, cuando oigo crujir las escaleras.
Espero que sea Jack o incluso Lucas, pero imagina mi sorpresa cuando Trinity emerge de las
sombras.
-Sigues levantado, - dice observadora.
Me fijo rápidamente en su aspecto. Sus hermosas y largas piernas asoman por debajo de una
camisa de vestir que debe haber tomado prestada de uno de nosotros. Y joder, me gustaría
poder decir que es mía, pero lo más probable es que sea de Lucas, ya que acaba de bajar de su
habitación.
Al principio me molestaba que siempre quisiera acostarse con Lucas, pero ya lo he
superado. Quiero decir, la reclamó desde que llegó por primera vez al ponerla en su habitación
para empezar.
Y antes, él fue el primero en correrse en su hermoso coño. Ahora no puedo decir que eso no me
cabreó, porque después estaba francamente furioso con él. Creo que todos lo estábamos.
No tenemos muchas reglas, y seguro que no planeamos completamente el gran festival de sexo
que tuvo lugar hace unas horas, pero pensé que podíamos confiar el uno en el otro para no
reclamarla con todos los demás presentes.
Existe el riesgo de que se quede embarazada, pero por alguna razón no me aterroriza como lo
habría hecho en el pasado. No, la idea de que Trinity esté descalza y embarazada me excita
muchísimo.
Acercándome a ella, la aprisiono contra la pared, enjaulándola lentamente con mis brazos. - ¿Por
qué no puedes dormir? - Le pregunto en voz baja.
-Tenía sed, - me susurra. - ¿Por qué no podías dormir?, - pregunta ella, repitiendo mi pregunta.
-Supongo que tenía hambre. Pero no me di cuenta de cuánta hambre tenía hasta que bajaste, - 112
le digo antes de estrellar mi boca contra la suya. Nuestro beso es voraz y lo consume todo. Mi
lengua se abre paso en su boca, poseyéndola... reclamándola... poseyéndola.
Ella gime en mi boca y yo me trago sus gritos.
Sus caderas se agitan contra mí, y sé exactamente lo que quiere mi chica. Las yemas de mis
dedos encuentran su húmeda raja, y el monstruo que llevo dentro ruge al ver que ya está mojada
para mí. Le acaricio el clítoris hasta que sus uñas me arañan la espalda y me suplica que la
folle.
Y aunque acabo de tenerla horas antes, la quiero de nuevo... y de nuevo... y de nuevo. Nunca me
saciaré de esta chica, no importa cuántas veces la folle, y eso me vuelve jodidamente loco.
Me bajo los pantalones de deporte hasta las caderas y libero mi erección, que se inclina hacia
mis abdominales. La levanto en brazos, inmovilizándola contra la pared de la cocina con mis
caderas. Agarrándome por la raíz, guío su coño hacia mi polla, empujando con dolorosa lentitud
y queriendo que el momento dure lo máximo posible.
Sus uñas me recorren la espalda de nuevo, mientras me tomo mi tiempo para follarla, saboreando
el calor de su coño envolviendo mi dura polla y su estrecho canal palpitando a mi alrededor.
La mordedura de sus uñas me hace sisear con los dientes apretados. Joder, mañana parecerá
que me he metido en una pelea con un gato salvaje. Pero me muero de ganas de enseñárselo a
los chicos y presumir de cómo me he follado su apretado coñito mientras todos estaban en la
cama, dormidos.
Mis dedos se clavan en sus nalgas mientras tomo lo que es mío, golpeando mis caderas cada vez
más rápido hasta que ella grita mientras me clavo en su punto dulce.
Miro fijamente nuestra conexión y veo cómo mi polla la estira hasta el límite. -Joder, tan
caliente, - gimo.
Trinity aprieta sus caderas contra mi polla, intentando liberarse mientras se aferra a mis
hombros. -Por favor, por favor, por favor, por favor, - suplica contra mi cuello.
Acelero mis embestidas, entrando y saliendo de ella como un animal salvaje, con gruñidos
feroces. -Vente por mí, Trinity, - le exijo.
Y como si mis palabras conjuraran de algún modo su placer, detona a mi alrededor, 113
estremeciéndose en mis brazos mientras gime durante un potente orgasmo.
La penetro con fuerza, y me encanta la forma en que su apretado coño me aprieta como un
tornillo de banco con las réplicas de su orgasmo. Mi polla palpita y crece dentro de ella mientras
mis pelotas se tensan y una fuerte descarga de placer me recorre la columna vertebral.
- ¡Oh, joder! - grito antes de vaciarme dentro de ella, mi cálida descarga recubriendo su estrecho
canal.
Nos quedamos un rato con ella en brazos y yo inmovilizándola contra la pared hasta que mi polla
se ablanda lentamente y nuestra respiración se estabiliza.
Entonces la saco y ella baja las piernas hasta el suelo, pero no puedo dejarla ir. Miro fijamente
su hermoso rostro y la beso dulce y suavemente.
-Espera aquí, - le digo antes de correr a coger un paño. Dejo correr el agua del fregadero hasta
que esté caliente y luego mojo el paño antes de volver con Trinity. Me arrodillo frente a ella y
le limpio suavemente entre las piernas hasta que desaparece la evidencia de nuestro acto sexual.
Al levantar la vista hacia ella, una sonrisa se dibuja en mis labios cuando me doy cuenta de que
me la he follado mientras llevaba puesta la camiseta de Lucas. Se va a enfadar, pero supongo
que ahora estamos en paz. Me limpio la polla antes de subirme el pantalón de chándal y tirar la
tela a la pila de ropa sucia de la que me ocuparé mañana.
-Voy a por un vaso de agua antes de volver a la cama, - me dice Trinity.
Le doy un casto beso y le digo. -Vale, nos vemos mañana, guapa. Buenas noches. -
-Buenas noches, - me susurra ella.
Salgo de la cocina y casi tropiezo con Owen. -Jesús, - digo, agarrándome el corazón de forma
exagerada. -Me has dado un susto de muerte. ¿Qué haces de pie en la oscuridad de esa manera?-
Cuando empieza a balbucear una excusa, me doy cuenta lentamente de que nos estaba viendo
follar. - ¿Estabas...? -
Me sonríe tímidamente, y entonces lo sé con certeza.
-Maldito mirón, - digo riendo y sacudiendo la cabeza. Le doy una palmada en el hombro y me
dirijo a la cama con una sonrisa en la cara.
CAPÍTULO 25 114

TRINITY

A LA MAÑANA SIGUIENTE me despierto tarde y con una sonrisa en la cara. He dormido como
un bebé. Pero después de lo que pasó anoche, no es de extrañar.
Pero mi felicidad dura poco cuando bajo y encuentro a Jack, Owen y Carter en el porche
preparándose para algo. Y la forma en que se están colocando cuchillos y pistolas me hace
pensar que se trata de algo muy peligroso.
Lucas está junto al fregadero, enjuagando una taza, cuando se gira para verme. -Hola,
dormilona,- me dice cariñosamente.
- ¿A dónde van? - Pregunto nerviosa.
-Van a hacer un recorrido de suministros, - explica Lucas. Se pasa una mano por el pelo aún
húmedo de la ducha. -Me ofrecí a quedarme contigo. -
- ¿Pero no son peligrosos los viajes de abastecimiento? -
Se encoge de hombros y dice. -Sí, pero tenemos que hacerlo. Es la forma de vida ahora. -
Miro por la ventana, observando cómo se preparan. Y no puedo evitar sentir una punzada de
dolor y preocupación en el pecho que no desaparece. ¿Y si se hacen daño? ¿Y si no vuelven? Un
millón de escenarios diferentes pasan por mi cabeza.
Estaba tan concentrada en el porche que no veo ni oigo a Lucas acercarse hasta que me abraza.
-Van a estar bien, Trin. Ya hemos ido todos a buscar provisiones. Estoy seguro de que tendrán
cuidado. -
Le hago un pequeño gesto con la cabeza, aunque no puedo evitar la sensación de mareo en el
estómago.
Cuando salgo al porche, todos los chicos se giran para mirarme. Ninguno parece preocupado y
eso me tranquiliza. En cierto modo. Me turno para abrazar y besar a cada uno de ellos por
separado, susurrándoles al oído que vuelvan a casa conmigo. He llegado a querer a mis hombres,
y no puedo soportar la idea de que le pase algo malo a alguno de ellos.
Un rato más tarde, Lucas y yo estamos de pie en el porche delantero, viendo cómo los tres se 115
marchan en una vieja camioneta por el camino de entrada, se detienen para abrir la puerta y
luego desaparecen en el mundo.
Un escalofrío me recorre mientras pienso en todo lo que podría pasarles mientras no están.
Lucas me rodea con el brazo y me acerca para darme un abrazo. -Volverán antes de que te des
cuenta, Trin. Te lo prometo. - Me besa la cabeza, se retira y me pregunta. - ¿Quieres trabajar
hoy en el jardín mientras doy de comer a los animales? Nos mantendrá ocupados hasta que
vuelvan. -
-Sí, - le digo, porque una distracción en este momento es exactamente lo que necesito. De lo
contrario, podría preocuparme hasta la muerte hasta que vuelvan.
CAPÍTULO 26 116

OWEN

NUNCA había estado cerca de una mujer tan hermosa como Trinity. Me distrae tanto que hace
que me olvide de todo aquello en lo que estoy trabajando o en lo que quiero trabajar... o en lo
que he trabajado, en realidad, siempre que ella está cerca.
He calculado las probabilidades de que se tropiece con nuestra granja, y digamos que,
matemáticamente hablando, es un milagro al límite.
Nuestro grupo era sólido antes, pero creo que nos hemos convertido en una fuerza a tener en
cuenta desde su llegada. Incluso me encuentro con ganas de entrenar más con Jack. Aunque
nunca podría seguir su estricto y brutal régimen. Pero la verdad es que quiero intentarlo, y eso
es algo que no deseaba antes de la llegada de Trinity.
Todos queremos ser lo mejor posible a su alrededor y lo mejor para ella, para protegerla.
En el poco tiempo que lleva aquí, ha conseguido ponernos a todos bajo el mismo hechizo. Y yo,
por mi parte, puedo decir que estoy completamente enamorado.
Al crecer como el friki de la ciencia, nunca tuve amigos, y ciertamente nunca tuve novias. Tenía
amigos que eran chicas, pero siempre me retenían en la zona de amigos mientras ellas se besaban
con sus novios populares y deportistas y acudían a los bailes sin mí.
Me acosaron sin piedad durante toda la escuela, pero creo que en cierto modo eso me hizo ser
quien soy hoy.
Quería salir de la escuela, así que me esforcé, académicamente hablando. Me gradué en el
instituto a la edad de catorce años y fui directamente a la universidad. Varios años después,
tenía un doctorado en mi haber y algo de lo que sentirme orgulloso.
Con una carrera exitosa y ocupada, mi vida amorosa pasó a un segundo plano. Nunca tuve tiempo
para las relaciones, pero no es que las mujeres estuvieran haciendo cola o algo así para salir
conmigo.
Y entonces, cuando llegó el apocalipsis, realmente nunca pensé que conocería a alguien especial
en mi vida. Nunca encontraría a la elegida.
Nunca perdería mi virginidad. Eso era seguro. 117

Esas cosas me deprimían y me quitaban el sueño.


Pero lo que no sabía era que el universo tenía un plan para mí todo el tiempo. Trinity puso todo
mi mundo patas arriba justo cuando había perdido toda esperanza. Y cuando hice el amor con
ella por primera vez, supe que quería experimentar eso una y otra vez.
Por ella quiero ser un mejor hombre ahora. Me hace querer ser una mejor persona.
Mientras recorremos la carretera vacía y olvidada, la echo mucho de menos. Se ha convertido
en algo muy importante para mí en tan poco tiempo, y espero que se quede con nosotros. Para
siempre.
Por eso, cuando Carter me pregunta si quiero ir a algún sitio especial hoy en nuestro viaje de
aprovisionamiento, le digo al instante, -Una biblioteca, - antes de subirme las gafas por el puente
de la nariz.
Hay un libro específico que quiero encontrar para mi chica, y no puedo esperar a ver su cara
cuando se lo lleve a casa.
CAPÍTULO 27 118

LUCAS

DESPUÉS DE HABER TERMINADO de alimentar a los animales y de darles agua, mi estómago


ruge con fuerza, resonando en el establo. Con hambre, decido ir a ver si Trinity está lista para
almorzar.
Salgo del establo y cierro bien las puertas.
Mirando a lo lejos, veo a Trinity agachada, escardando en el jardín. La forma en que su culo se
mueve hace que mi polla se retuerza.
Aunque hemos follado casi todas las noches que ha estado en mi cama, no me canso de ella. Y
ahora que los chicos se han ido hoy, mi mente empieza a pensar en todas las formas en que
podría ensuciarla... en cada superficie de la casa.
Mi polla salta dentro de mis pantalones, haciendo fuerza contra el material, suplicando ser
liberada. -Abajo chico, - susurro.
Agarro el cubo de agua vacío y vuelvo a comprobar las cerraduras del granero antes de dirigirme
al jardín.
De repente, siento un intenso dolor en la nuca. Parpadeo y caigo al suelo. Vuelvo a parpadear
y estoy tirado en la hierba.
-Jooooderrrr, - exclamo grogui, sin saber qué demonios acaba de pasar. Me toco la nuca y mis
dedos vuelven a estar cubiertos de sangre. ¿Me han disparado?
A través de una visión borrosa veo aparecer una figura a mi lado. El hombre está demacrado,
con el pelo castaño largo, enmarañado y unos ojos oscuros y locos. Sus ropas están sucias y
rotas, y sus pies están descalzos y cubiertos de sangre y barro.
Y entonces veo la pala en su mano y sólo puedo llegar a una conclusión en mi nublado cerebro. Se
ha acercado a mí y me ha golpeado en la nuca con la maldita cosa.
- ¿Dónde está?, - me sisea, dejando caer la pala y blandiendo un gran cuchillo.
- ¿Quién... quién eres tú? - Consigo balbucear.
-No importa quién soy. Dónde. Está. ¿Ella?, - pregunta, pronunciando cada palabra. 119

Abro la boca para decirle que se vaya a la mierda, pero la niebla oscura de mi cerebro empieza a
hundirme y de repente siento que me ahogo.
El último pensamiento que tengo es que he dejado a Trinity sin protección contra este loco y
tal vez no vuelva a ver su hermoso rostro.
CAPÍTULO 28 120

TRINITY

MIENTRAS LUCAS ALIMENTA a los animales, yo me ocupo del jardín. Haría cualquier cosa en
este momento para no pensar en que el resto de los chicos están arriesgando sus vidas en una
carrera de suministros. La sola idea de que uno... o todos ellos... no vuelvan me pone físicamente
enferma.
Así que mantengo mis manos ocupadas y trato de evitar que mi mente se desvíe hacia las
horribles posibilidades que podrían ocurrir hoy.
Estoy tan distraída que ni siquiera oigo los pasos de Lucas hasta que su sombra se proyecta
sobre mí. Con una sonrisa en la cara, me pongo en pie y me giro hacia él.
Pero mi sonrisa se desvanece al instante cuando me doy cuenta de que Lucas no está ahí, sino
que hay un hombre extraño. Doy un paso atrás, con el hielo cristalizándose en mis venas por el
terror.
-Hola, Trinity, - dice el hombre con una voz inquietantemente familiar.
Jadeo, casi sin reconocer a la persona que tengo delante. - ¿Henry? - Pregunto con
incredulidad. Está cubierto de suciedad y su barba y su pelo se han vuelto largos y
desaliñados. Pero la mirada enloquecida de sus ojos es lo que más me hace dudar. - ¿Qué
estás...? - Mi voz se interrumpe cuando mis ojos se centran en el cuchillo que lleva en la mano. Un
cuchillo cubierto de sangre seca. Mi mente se acelera cuando empiezo a preguntarme si esa es
la sangre de Lucas o no. - ¿Qué has hecho, Henry? - Susurro.
-Lo que tenía que hacer, - dice enigmáticamente.
¿Hizo daño a Lucas? ¿Sigue vivo Lucas? Tengo que ir con él. Intento pasar corriendo junto a
Henry, pero me alcanza y me agarra por detrás, tirando de mi espalda hacia su frente en un
agarre implacable.
- ¡No vas a ir a ninguna parte!, - me sisea al oído.
Lucho contra él con todas mis fuerzas, pero es increíblemente fuerte. Mis zapatos rasgan el
suelo mientras luchamos.
Pero cuando siento el frío acero de la cuchilla presionado contra mi cuello, toda mi lucha huye 121
instantáneamente de mi cuerpo.
-No me obligues a hacerte daño, Trinity, - dice, con desesperación en su voz. -He venido hasta
aquí por ti y no me iré sin ti. -
Me pongo flexible en su abrazo. -Vale, vale. Iré contigo. Pero no hagas daño a nadie. - Espero
oírle confirmar que no lo hará o que no lo ha hecho, pero no dice nada de eso.
En lugar de eso, me clava aún más la hoja en la piel y noto un hilillo de sangre que me recorre
el cuello. Se me llenan los ojos de lágrimas mientras le ruego. -Por favor, Henry. Por favor,
dime que no le has hecho daño. Dime que no has matado a Lucas. -
Él resopla con indignación. -Él ya no es de tu incumbencia. -
Y entonces comienza a arrastrarme lentamente hacia atrás con él, lejos de la granja.
Lejos de mi casa.
CAPÍTULO 29 122

TRINITY

HENRY HA ESTADO planeando esto durante un tiempo.


Cuando llegamos a la puerta principal, me doy cuenta de que tiene más armas y una larga cuerda
escondida. Se apresura a atarme las muñecas y la cintura con un trozo de cuerda que le queda
para usarlo como ronzal para mantenerme cerca en nuestro viaje... dondequiera que vayamos.
Una vez que cruzamos la puerta, me lleva por el bosque con la cuerda en una mano y un gran
machete en la otra.
No sé de dónde ha sacado las armas o la cuerda, pero decido que no importa. Ha herido a Lucas.
Sé que lo hizo. Tal vez incluso lo mató. Así que, hago un voto de que en la primera oportunidad
que tenga, voy a liberarme y volver a mi casa. Y si tengo que herir a Henry en el proceso, que
así sea.
Henry camina delante de mí con la cuerda tensa entre nosotros. Su cabeza se mueve de izquierda
a derecha como si estuviera girando, mirando hacia un lado y hacia otro, tratando de detectar
criaturas en el bosque.
Miro mis muñecas atadas y noto que el collar de cuentas que llevo al cuello rebota contra mi
pecho. Si rompo el cordón y esparzo las cuentas como una especie de burdo rastro de migas de
pan, Jack podría rastrearnos. Siempre me hacía mirar las huellas de los conejos y otras cosas
en el bosque, explicándome que podía rastrearlos hasta sus madrigueras. Estoy segura de que,
si Jack ve las cuentas, sería capaz de seguir nuestro rastro. Eso es un montón de "si", pero
es mi única esperanza en este momento.
Con Henry de espaldas a mí y su atención preocupada, decido que esta es la oportunidad
perfecta. Alcanzo con mis manos atadas, agarro el collar y tiro. La cuerda se rompe y algunas
cuentas caen al suelo del bosque, pero consigo recoger la mayor parte del collar en las palmas
de las manos, ocultando las pruebas.
Henry deja de caminar y se gira. Tengo tanto miedo de que me hayan pillado que dejo de respirar
por completo y me quedo parada como un ciervo en los faros mientras él me mira fijamente.
- ¿Has oído algo? - me pregunta. 123

-No, - digo rápidamente. Quizá demasiado rápido. Pero Henry no parece darse cuenta del cambio
en mi comportamiento. -He levantado unas cuantas piedras. ¿Podría ser eso lo que has oído?-
Pregunto con más calma esta vez.
Él resopla y continúa arrastrándome por la cuerda.
- ¿A dónde vamos, Henry? - pregunto, disimulando el sonido de la siguiente cuenta que dejo caer
al suelo.
- ¡Shh, cállate! - sisea, mirando a nuestro alrededor.
Está paranoico. Más que paranoico. Y debería estarlo. Estamos solos en el bosque, donde
cualquier cosa podría atraparnos.
Caminamos durante lo que parecen horas, y yo suelto cuidadosamente una cuenta tras otra
hasta que sólo me quedan dos. Se me llenan los ojos de lágrimas al darme cuenta de que mi
rastro de migas de pan no va a funcionar si caminamos mucho más.
Pero después de unos metros más, Henry finalmente se detiene. -Cariño, estamos en casa, -
dice alegremente, mirándome con esa mirada enloquecida.
Miro hacia adelante, donde hay una vieja cabaña de caza abandonada en lo profundo del bosque,
con humo saliendo de la chimenea.
Rápidamente, arrojo mi última cuenta al suelo del bosque, rezando para que el rastro conduzca
a Jack hasta mí.
Y entonces soy arrastrado hacia mi nuevo hogar.
Un hogar que está sacado de una pesadilla.
CAPÍTULO 30 124

CARTER

SI ALGO HE APRENDIDO en esta carrera de suministros, es que echo de menos a Trinity


mucho más de lo que pensaba. Echo de menos su sonrisa, su risa, su hermoso rostro.
Y cuando vuelva, se lo voy a decir.
La próxima vez que los chicos decidan ir a buscar provisiones, yo seré el que se quede. Ya no
hay nada para mí en este mundo. No cuando tengo un hermoso ángel como Trinity esperándome
en casa.
Estoy tan distraído en mis pensamientos que mi cerebro tarda un momento en registrar el coro
de gruñidos que proviene del pasillo de la biblioteca en el que nos encontramos.
-Joder, - siseo con rabia.
Le dije a Owen que era arriesgado entrar en un espacio tan grande y abierto como éste, pero él
insistió. Primero atacamos la tienda de comestibles y la farmacia y dejamos la biblioteca para el
final. La mayoría de los lugares fueron saqueados, con zombis muertos en el suelo, pero la
biblioteca permaneció intacta. Y ahora sé lo estúpido que fue venir aquí.
Silbando en voz baja y fuerte para los otros chicos, me dirijo hacia la salida. Pero cuando casi
estoy en la puerta, veo a Owen por encima de mí en el segundo piso, buscando frenéticamente
algo.
-Owen, - susurro-grito.
El cabrón actúa como si no me oyera, y eso me cabrea.
Los gruñidos son cada vez más fuertes y cercanos, y nuestra oportunidad de escapar se acerca
rápidamente.
Podrían ser tres zombis. Podrían ser siete... o quince. Quiero decir, quién carajo sabe en este
momento.
Jack está a mi lado en los siguientes segundos, y mira con cansancio a Owen, que sigue buscando
en las estanterías.
-Joder, ¿qué está haciendo? - siseo. 125

Jack sacude la cabeza como respuesta y desengancha sus cuchillos de sus pantalones de carga,
preparándose para la batalla.
Maldiciendo mentalmente para mis adentros, saco una espada larga de su funda situada en mi
espalda. La robé de un museo abandonado hace varios meses, y es una maravilla. -Joder. He
estado esperando para usar esto, - le digo a Jack con una sonrisa.
Él pone los ojos en blanco y dice. -Vamos por él antes de que sea demasiado tarde. -
Armados con nuestras armas, subimos al segundo piso y nos dirigimos directamente a
Owen. Está tan concentrado en los libros que tiene delante que ni siquiera ve al zombi que dobla
la esquina.
Sabiendo que no lo alcanzaríamos a tiempo, Jack saca su pistola, apunta y dispara al maldito en
la cabeza.
El sonido resuena en la gran biblioteca, y parece un puto cañón que se dispara.
-Joder, - ladra enfadado. -Todo lo que esté en un radio de una milla va a venir a por nosotros
ahora. -
- ¡Owen! - Lo agarro por la camisa y lo empujó hacia atrás. En sus manos, como si fuera lo
más preciado del mundo, hay un ejemplar de... - ¿Sentido y sensibilidad?- Pregunto con
incredulidad. - ¿Vas a hacer que nos maten por el jodido Sentido y Sensibilidad? - Le escupo.
-Trinity quería añadirlo a nuestra biblioteca, - dice en defensa.
Poniendo los ojos en blanco, gruño. -Muy bien. Vamos, Romeo. -
Subimos las escaleras de dos en tres, de cuatro en cuatro, bajando a toda velocidad. Los zombis
se acercan a la esquina. Jack apuñala a unos cuantos en la cabeza mientras blando mi espada
larga, cortando a uno casi por la mitad.
- ¡Mierda! - Digo con total asombro. -Esta cosa es totalmente un patea culos. -
-Vamos, - gruñe Jack molesto.
Salimos por las puertas delanteras, logrando escapar por los pelos.
No queriendo perder más tiempo en este pueblo, nos dirigimos directamente a la camioneta 126
repleta de provisiones y nos largamos de Dodge.
Mientras nos dirigimos a casa con las ventanillas bajadas y la música sonando suavemente en la
radio, no puedo evitar reírme del hecho de que Owen haya arriesgado su vida por un jodido libro
sólo porque Trinity lo quería.
Y entonces pienso en todo lo que haría por ella, y de repente entiendo que arriesgue su vida por
un puto libro. Porque cuando Trinity lo vea, la sonrisa en su cara habrá hecho que todo valga
la pena y más.
Es en ese momento cuando me doy cuenta de que todos estamos jodidos cuando se trata de esa
chica.
Jodidos hasta la médula.
CAPÍTULO 31 127

JACK

EN EL MOMENTO en que aparco el camión, sé que algo va mal. Por lo general, Lucas oye la
llegada del camión y nos abre la puerta. Suele estar atento, preparado con un arma por si acaso
no somos nosotros los que volvemos, sino algún forastero. Esta vez no estaba esperando junto
a la puerta, y tampoco está esperando en el porche.
Intercambio una mirada con Carter, y la expresión de su cara me dice que también está
preocupado.
Rápidamente, salimos del camión, dejando atrás todas las provisiones que acabamos de pasar
todo el día reuniendo y corremos hacia la casa.
Pero a mitad de camino, descubro por qué Lucas no nos recibió en la puerta.
Su cuerpo postrado yace inmóvil en la hierba frente al establo que alberga a los animales. Cuando
me acerco a él, huelo la sangre antes de verla. Arrodillándome, le pongo los dedos en el cuello y
espero a sentir el pulso.
Carter y Owen esperan expectantes.
Cuando asiento con la cabeza que sigue vivo, ambos sueltan un suspiro colectivo de alivio.
Veo una pala cercana cubierta de sangre. -Alguien le golpeó en la cabeza con esto, - explico.
Los ojos de Carter se abren de par en par cuando pregunta. - ¿Dónde está Trinity? -
Antes de que pueda adivinar, corre hacia el jardín gritando su nombre mientras Owen se dirige a
la casa. Mientras la buscan, atiendo a Lucas.
Hay que curar la fea herida de la nuca antes de hacer nada más. Así que lo recojo en brazos y
lo llevo dentro.
Owen se detiene en la cocina, sacudiendo la cabeza con una mirada triste.
No la ha encontrado.
Carter entra corriendo en la casa mientras pongo a Lucas boca abajo en la gran mesa de la
granja. -No la encuentro por ninguna parte,- dice aterrado. -Se ha ido. Alguien se la ha llevado.-
Esa es la conclusión a la que he llegado hace unos minutos. Alguien vino a la granja, puso a 128
Lucas fuera de servicio y secuestró a nuestra chica.
-Owen, trae la bolsa médica de Lucas de su habitación. Necesito vendar su cabeza antes de que
nos vayamos. -
- ¿Irnos? - pregunta Carter mientras Owen sube corriendo las escaleras, tomando unas cuantas
a la vez.
-Vamos a ir a buscar a nuestra chica, - le digo con vehemencia con la ira corriendo por mis
venas. -Y vamos a matar a quien nos la quitó. –
CAPÍTULO 32 129

CARTER

JACK ES UN GRAN rastreador. Rastrea caza menor, caza mayor, humanos... demonios, incluso
zombis.
Por eso, cuando nos dice que Trinity tuvo una pelea con alguien cerca del jardín, se me revuelve
el estómago.
Owen y yo no podemos hacer nada mientras seguimos a Jack después de cargarnos armas.
Va a encontrarla, me repito. Esto es lo que hace. Encuentra cosas.
Jack nos conduce a través de la puerta principal y hacia el bosque. Mira a la izquierda y luego
a la derecha, sin estar seguro de qué camino tomar. -Intentaremos primero por aquí, - nos
dice. -Estoy bastante seguro de que sus huellas se dirigen hacia aquí. -
¿Bastante seguro? quiero decir, pero mantengo la boca cerrada. Si he aprendido algo en el
tiempo que he llegado a conocer a Jack, es que nunca hay que cuestionar al tipo. Él sabe lo que
hace.
Lo seguimos durante un rato hasta que se detiene. Owen choca contra su gigantesca espalda y
yo intento reprimir una carcajada, pero no lo consigo. Owen me lanza una mirada de enfado, y
yo simplemente me encojo de hombros. No puedo evitarlo. Esa mierda ha sido divertida.
Jack nos mira a los dos antes de agacharse y coger una de las cuentas que hay en el suelo del
bosque. -Son del collar de Trinity. Recuerdo haberla visto hacerlo el otro día. -
Miro fijamente la pequeña cuenta en su gran palma y asiento con la cabeza.
-Nuestro pajarito nos dejó un rastro de migas de pan que seguir, - dice Jack con una sonrisa
irónica.
Los tres seguimos adelante, detectando una cuenta tras otra cada varios metros. Nuestra chica
fue inteligente al dejar las cuentas, ya que es de esperar que nos lleven directamente a ella. Pero
joder, quien se la llevó se adentró mucho en el bosque. Está más allá de donde he estado, e
incluso Jack dice que no se ha aventurado tan lejos.
Porque es demasiado peligroso. 130

Y mi mayor temor es que nos encontremos con el cadáver de Trinity, medio devorado por los
zombis que rondan estos bosques.
Está oscureciendo, y me preocupa que no la encontremos a tiempo. Sin embargo, no hay manera
de que regrese ahora. Me quedaré aquí toda la noche si es necesario, sé que Jack y Owen piensan
exactamente lo mismo.
Cuando llegamos a la última cuenta, Jack señala en la distancia. Hay una cabaña con una luz
tenue que sale de las ventanas rotas.
-Esten listos, caballeros. Esto puede ser un desastre, - dice Jack con firmeza.
CAPÍTULO 33 131

TRINITY

HENRY ME PONE AL DÍA de lo que ocurrió exactamente cuándo nos separamos. Mientras yo
estaba atrapada en la trampa que Jack había puesto para la caza mayor, Henry había alejado al
zombi de mí. Hace que todo parezca heroico, como si me hubiera salvado la vida o algo así.
Terminó apuñalando a la criatura en la cabeza con un palo puntiagudo que encontró. Y después
de caminar un rato, se topó con una cabaña de caza abandonada. Estaba repleta de productos
enlatados caducados, y utilizaba un barril para recoger agua de lluvia para beber. Había estado
sobreviviendo por su cuenta, sin salir de la cabaña durante semanas.
-Y entonces, un día, volví para ver si podía encontrarte, - explica, continuando con su relato. -
Y te vi. En la granja. En el granero. Con ellos, - dice con disgusto.
Tiro de las cuerdas que me rodean y me mantienen atada a la silla en la que me encuentro. La
noche empieza a caer fuera de las ventanas rotas, y temo que no saldré viva de esta cabaña.
-Estuve allí esa noche, - dice con una sonrisa traviesa en su rostro. -Te vi follando con todos
ellos. - Se sienta de nuevo en su silla, frotándose su larga y desaliñada barba. -Nunca te
imaginé como una chica de orgías, Trinity. - Sus palabras me disgustan y me vuelvo para mirar
a la pared. -Si hubiera sabido lo puta que eras cuando eras mi empleada, te habría llamado a mi
despacho y te habría doblado sobre mi mesa cuando hubiera tenido la oportunidad. -
Me encojo y me muerdo el labio inferior para contener todo lo que quiero decirle. Quiero decirle
que nunca me habría acostado con él, aunque me hubiera pagado un millón de dólares en aquel
entonces, pero mantengo la boca cerrada.
Henry se inclina hacia delante en su silla y apoya la barbilla en sus manos. -Aquella noche sí que
se salieron con la suya. Me masturbé tres veces viendo esa mierda. -
Mis labios se curvan con disgusto.
-Oh, no te hagas el importante, - me amonesta. -Ahora sé lo que eres, Trinity. Eres una
putita.-
Sacudiendo la cabeza, me burlo de él.
No tiene ni idea de lo que esos hombres significan realmente para mí. No son simples ligues al 132
azar. Mis bragas no se cayeron automáticamente la primera noche que estuve en su
casa. Aprendí a amar a cada uno de ellos por separado y honestamente no podría elegir entre
ellos, aunque tuviera que hacerlo. Los amo a todos por igual.
Ojalá hubiera podido decírselo antes de que Henry me secuestrara. Saber que mis verdaderos e
imperecederos sentimientos podrían quedarse sin decir para siempre me hace colgar la cabeza con
agonía y tristeza.
-Aww, ¿qué pasa, Trinity? ¿Preocupada porque tu coño ya no se va a utilizar en exceso?,- se
burla. Se levanta y se acerca a mí, haciendo saltar las alarmas en mi cabeza. -No te
preocupes. Te usaré más fuerte y más a menudo que ellos. Haré que los olvides. Será como
si nunca hubieran existido. - Sus sucios dedos buscan mi cara, pellizcando mi mandíbula
dolorosamente y obligándome a mirarle. -Quizá deberíamos empezar ahora mismo. Quiero ver
lo bien que se siente esa puta boca tuya en mi polla. -
Cuando se acerca, le escupo en la cara. Al principio se queda atónito y da un paso atrás para
limpiarse la saliva de la mejilla. Y entonces una risa loca y maníaca se le escapa de la boca
mientras cacarea, el sonido resonando en las paredes de la cabaña.
-Vas a pagar por eso, zorra, - sisea.
No me da tiempo a reaccionar ni a prepararme para el impacto cuando su puño impacta en mi
mejilla. Mi cabeza se desplaza hacia un lado y las estrellas se forman detrás de mis párpados
cerrados. El dolor es intenso y tardo un momento en recuperarme.
Ya estoy deshidratada y hambrienta por la larga caminata por el bosque. Antes corría con pura
adrenalina, pero ahora me estoy desinflando, desvaneciéndome como humo.
Cuando oigo el sonido de su cinturón, abro los ojos. Está de pie ante mí, abriendo la cremallera
de sus vaqueros.
Apretando los ojos, sacudo la cabeza rápidamente, rezando por algún tipo de milagro.
-Abre la boca, - me dice. -No hagas que te haga daño otra vez, Trinity. -
Mis labios permanecen cerrados mientras sollozo en silencio en la silla. No voy a ponérselo
fácil. Nunca cederé por voluntad propia.
Retira la mano para golpearme de nuevo, pero la puerta se abre de golpe.
Grito con fuerza, pensando que las criaturas del bosque nos han encontrado. Pero cuando veo 133
a Jack de pie en la puerta, la enorme montaña de hombre con una mirada feroz en sus ojos
oscuros, mi grito muere instantáneamente en mi garganta y se convierte en un sollozo aliviado.
Henry se apresura a coger una de las armas que hay sobre la mesa, pero Jack es demasiado
rápido. Jack cruza la habitación a grandes zancadas y clava un cuchillo en la mano de Henry,
inmovilizándolo contra la mesa. Henry grita de dolor en un grito desgarrador.
Carter y Owen entran corriendo y se apresuran a desatarme.
-Qué casualidad encontrarte aquí, - bromea Carter con un guiño, pero puedo ver la preocupación
y el miedo tras sus ojos verdes. Le preocupaba que no me encontraran viva, y a mí me preocupaba
no volver a verlos.
Lloro de alivio cuando por fin me liberan de las cuerdas y me derrumbo en los brazos de
Carter. Me abraza con fuerza y me hace callar.
Los tres se reúnen a mi alrededor, diciéndome que todo va a salir bien.
Mirando por encima del hombro de Carter, veo con horror cómo Henry agarra el mango del
cuchillo y tira hacia arriba, liberando su mano de la mesa. En el siguiente segundo, está cargando
hacia la espalda de Jack con el cuchillo en su mano buena.
- ¡Jack! - Grito.
Con los reflejos más rápidos que he visto en un humano, Jack se gira y desvía el ataque de
Henry. Y entonces Jack se acerca con una cuchilla en su otra mano, cortando la garganta de
Henry en un hábil movimiento.
La sangre comienza a brotar de la herida mientras Henry se desploma en el suelo de la
cabina. Mueve la boca, pero sólo sale un gorgoteo, pero sé que está diciendo mi nombre cuando
sus ojos se fijan en mí.
Jadeando, protejo mis ojos contra el pecho de Carter contra lo que, sin duda, perseguirá mis
sueños por la noche.
-Yo me encargaré de él, - nos dice Jack. -Saca a Trinity de aquí. -
Permito de buen grado que Carter me guíe fuera de la cabaña. Cuando estamos a una distancia
segura, miro a Owen y le pregunto. -Lucas... ¿está...? -
-Está bien, - me asegura. 134

Casi me derrumbo de alivio, pero Carter está ahí para mantenerme erguida entre sus grandes y
cálidos brazos. Me aprieta suavemente un poco más, como si no pudiera acercarme lo
suficiente. -Te amo, Trinity, - dice Carter de repente, y me doy cuenta por su tono de que lleva
mucho tiempo queriendo decírmelo.
Toda esta experiencia cercana a la muerte nos ha afectado a todos. Ellos tenían miedo de
perderme, pero yo tenía aún más miedo de perderlos a todos. -Yo también te amo, - le
susurro. Y entonces miro a Owen, que se acerca para intercalarme entre él y Carter. -Yo
también te amo, Owen. -
-Yo también te amo. Mucho, - susurra, besando mi sien antes de apoyar su cabeza contra la
mía mientras respira suavemente en mi pelo.
Jack finalmente sale de la oscuridad. Tiene una mirada sombría mientras le indica a Carter que
está hecho; pero en cuanto me ve, sus rasgos se suavizan. -Trinity, - exclama.
Me atrae hacia sus brazos y me abraza con fuerza como si yo fuera todo su mundo. Al retirarme
un poco, miro su rostro robusto y le digo. -Jack, te amo. -
-Joder, necesitaba oír eso ahora mismo. - Me coge la cara con sus grandes palmas y me da un
beso suave, tan diferente de sus besos habituales. -Te amo más que a nada en este puto mundo,
Trinity. - Me aprieta más contra él, y me encanta la sensación de estar entre sus grandes
brazos. -Habría movido cielo y tierra para recuperarte. No dejaré que te pase nada nunca más.-
Es una locura pensar que puedo amar a tantos hombres al mismo tiempo, pero el corazón quiere
lo que quiere. Y quiere a los cuatro encerrados con tanta fuerza en su interior que nada volverá
a interponerse entre nosotros.
Jack me abraza durante varios largos minutos y finalmente dice en voz baja. -Llevemos a nuestra
chica a casa. -
Y me llena de tanta alegría que lloro abiertamente ante sus palabras.
CAPÍTULO 34 135

LUCAS

LA CABEZA me late con una ferocidad que nunca antes había experimentado. Y cuando oigo
voces y luego pasos subiendo los escalones, mis sentidos se desconectan, lo que hace que me
incline y vomite en el cubo que Jack, por suerte, ha dejado junto a mi cama.
Cuando termino de vomitar, me incorporo lentamente y veo un gran grupo de personas a los pies
de mi cama. Parpadeo, despejando mi visión doble antes de que mis ojos se amplíen.
Trinity, Owen, Jack y Carter me miran con cara de preocupación.
- ¿Estoy... estoy soñando? - pregunto. Los analgésicos que tomé antes podrían seguir afectando
a mi mente. Diablos, creí ver a Santa Claus y al maldito Conejo de Pascua después de tomarlas.
-Si estás soñando, ¿entonces por qué diablos estaría yo en él? - Carter se pone a gritar.
Su comentario de listillo me hace sonreír. -Tienes razón. - Hago una mueca mientras otro dolor
me atraviesa el cráneo. - ¿Cómo... la encontraste? -
Jack sonríe orgulloso a Trinity. -Nuestra chica me dejó un rastro en el bosque. Fue fácil
seguirla hasta la cabaña en la que la tenía encerrada ese hijo de puta. -
Trinity se adelanta y se sienta con cuidado en la cama a mi lado. Sus manos frías presionan
mis mejillas, devolviéndome a la realidad. - ¿Cómo te sientes?, - pregunta, con preocupación en
su voz.
-Como si me hubiera atropellado un camión, - admito. Y luego le dedico lo que espero que sea
una sonrisa diabólica antes de añadir. -Pero me siento mejor ahora que estás aquí. Me alegro
mucho de que estés en casa. -
Cuando mis ojos por fin empiezan a enfocar su hermoso rostro, se dirigen al instante al moratón
de su mejilla. -Te ha hecho daño, - digo entre dientes apretados. -Joder, le voy a matar. -
-Ya me he encargado de ello, - dice Jack con una mirada hacia mí.
-Bien, - respondo con frialdad. Me alegro de que el cabrón esté muerto. No tenía derecho a
entrar en nuestra tierra, ni a golpear a nuestra chica, ni a quitarnos lo que es nuestro.
Atraigo a Trinity entre mis brazos y respiro su aroma, sin querer perderla de vista nunca más. 136

- ¿Vas a estar bien?, - me susurra al oído.


Le doy un pequeño asentimiento contra su cuello. -Tengo una contusión, pero me
recuperaré. Estaré bien en poco tiempo. Sólo necesito descansar. -
Se aparta y me mira fijamente a los ojos con lágrimas que amenazan con caer de los suyos. -
Pensé que te había matado, - dice, con la voz quebrada.
-Estoy aquí, - le digo, tirando de ella hacia mis brazos. -Siempre estaré aquí. Nunca te dejaré. Y
nunca te dejaré ir. -
Carter se aclara la garganta y se frota la nuca mientras dice. -Voy a preparar algo de
comer. Estoy seguro de que a todos nos vendría bien algo en la barriga. -
Le hago un gesto con la cabeza y veo cómo él y los otros dos chicos salen de la habitación,
dándonos a Trinity y a mí un muy necesario tiempo a solas.
-Siento no haber podido detenerlo, - le digo. -Me cogió por detrás y ni siquiera tuve la
oportunidad de defenderme. –
-No es tu culpa. No te culpes, - dice sacudiendo la cabeza. -Lucas, hay algo que tengo que
decirte, - me dice Trinity antes de apartarse de nuevo. Ya echo de menos su calor
tranquilizador. -Cuando pensaba que no volvería a verte, era lo único en lo que podía pensar. En
que nunca sería capaz de decirte las palabras que he estado reteniendo. - Toma mis manos entre
las suyas y me mira a los ojos mientras dice. -Lucas, te amo. Estoy total y completamente
enamorada de ti. -
Sus palabras hacen que mi corazón lata dentro de mi pecho. Joder, he estado esperando lo que
parece una eternidad para escuchar esas palabras salir de su boca. -Trinity, yo también te amo,-
susurro. -Más de lo que jamás creí posible. -
Me muevo, la atraigo hacia mí y nos tumbamos juntos en la cama en un cómodo silencio. Acaricio
perezosamente su pelo mientras ella hace dibujos con las yemas de los dedos en mi pecho desnudo.
-Es tan bueno tenerte en casa, - le susurro en su cabello.
-Es bueno estar en casa, - me susurra ella.
Y cierro los ojos y saboreo este momento, porque me siento el cabrón más afortunado del 137
universo ahora mismo.
A pesar de que todo el mundo a nuestro alrededor se ha convertido en una mierda, he encontrado
a alguien tan especial para mí.
Y no la cambiaría por nada en este jodido reino en el que vivimos.
EPÍLOGO 138

TRINITY

Ocho meses después...

Me recuesto en el sofá mientras veo a Lucas, Jack, Owen y Carter decorar el árbol de Navidad
en la esquina del salón. Es difícil creer que las navidades estén a la vuelta de la esquina. Parece
que hace una eternidad que no celebro ninguna fiesta, y mucho menos mi favorita de todos los
tiempos.
Lucas hace una pausa en la decoración para sentarse a mi lado en el sofá. Me dedica su
característica sonrisa sexy, y eso me llena al instante de una sensación cálida y confusa.
Me acurruca contra su pecho y me besa la parte superior de la cabeza, respirando mi aroma,
como siempre. Cierro los ojos por un momento, disfrutando de los sonidos del fuego crepitando
en la chimenea cercana y de los chicos discutiendo sobre qué adorno debe ir en cada lugar y a
quién le toca poner la estrella en la parte superior.
Nuestro árbol es del patio trasero y los adornos los encontramos en el desván. Son viejos, tal
vez incluso se consideren antiguos, con muchos signos de desgaste de los años que fueron
utilizados con cariño por la familia propietaria de esta gran casa de campo. Y creo que son
absolutamente perfectas.
Lucas me pasa suavemente la mano por mi redondeado vientre, y mis ojos se abren al instante
mientras se forma una sonrisa en mi cara. Esta es nuestra rutina de todas las noches. Sé que
se está asegurando de que el bebé está bien, que sigue moviéndose y dando patadas, pero al
mismo tiempo nos da algo con lo que estrechar lazos.
Creemos que el bebé es suyo, pero obviamente no podemos estar seguros. Sin embargo, hace
tiempo que decidimos que no importa, porque todos querrán al bebé por igual pase lo que pase.
-Me pregunto si será niño o niña, - se pregunta en voz alta.
-No importa. Sólo espero que esté sano, - respondo.
Calculamos que estoy embarazada de unos seis meses.
Y aunque la mayoría de los días estoy emocionada y asustada al mismo tiempo, sé que este bebé 139
será amado incondicionalmente. Y eso es más de lo que podría pedir.
Nuestro pequeño vendrá al mundo no con uno, sino con cuatro padres maravillosos y una madre
que le querrá más que a nada. Mis chicos han estado coleccionando todo lo relacionado con los
bebés durante los últimos meses. Se las arreglaron para encontrar una tienda de bebés
abandonada en uno de sus recorridos de suministros, y ha sido un regalo del cielo. Tengo todo
lo que necesito... y probablemente incluso cosas que no necesito.
Hemos convertido una de las habitaciones libres en una habitación infantil, incluso hemos pintado
las paredes de un bonito y neutro color amarillo. La habitación está completa con una cuna, una
mecedora, una cómoda blanca... y un perezoso gigante de peluche que Carter insistió en traer
durante una de las carreras por suministros, para consternación de Jack.
No estoy segura de que el bebé necesite realmente un perezoso gigante, pero es adorable, no
obstante.
Hace un par de años, me habría aterrorizado traer un bebé a un mundo como el que tenemos
ahora. Pero las cosas han ido cambiando poco a poco... para mejor.
Los zombis están siendo eliminados, y el gobierno está ganando poco a poco el control de
nuevo. Tenemos la esperanza de que algún día nuestro hijo o hija pueda ir a una escuela de
verdad y tener amigos de verdad y poder viajar por el mundo y vivir sus propias aventuras.
Hay muchos "si" y especulaciones, pero es bonito soñar.
Ahora mismo tenemos que ir día a día.
Lucas susurra que tiene una sorpresa para mí antes de levantarse y salir de la habitación. Unos
minutos más tarde, vuelve con una pequeña media que cuelga en un gancho junto a las cinco más
grandes que ya cuelgan en la chimenea.
Se me llenan los ojos de lágrimas mientras miro la pequeña media y todo lo que representa.
Tuve una infancia terrible, y nunca tuve unas vacaciones en las que no pasara el día anhelando y
deseando una nueva familia, una que me quisiera y cuidara y quisiera quedarse conmigo. Para
siempre.
Parece que mi deseo finalmente se hizo realidad.
Y nuestro bebé tendrá la familia que siempre soñé y esperé. Y eso hace que mi corazón se hinche 140
de tanta alegría que me siento abrumada por la emoción.
Me pongo a llorar.
A pesar de que tengo la mayor de las sonrisas, las lágrimas corren por mi cara a borbotones.
Lucas, con cara de preocupación, se acerca corriendo a mí. - ¿Qué pasa, Trin? -
-Nada, - le digo. -Todo está... perfecto. -
- ¿Entonces por qué lloras?, - pregunta con una sonrisa torcida.
-Porque soy muy feliz. -
Carter, Owen y Jack se unen a nosotros entonces, y mis cuatro hombres me rodean en un
círculo. Puedo sentir el amor que sienten por mí irradiando en oleadas, y eso hace que casi me
derrumbe de nuevo. Pero me aguanto y me niego a seguir llorando, aunque sean lágrimas de
felicidad.
Miro a mi alrededor, a mis cuatro hombres rudos y fuertes.
Todos tan guapos.
Y todos tan diferentes.
Me dieron una nueva vida cuando creí que estaba lista para exhalar mi último aliento.
Y si tuviera que hacerlo todo de nuevo, no cambiaría nada.
Porque por primera vez en mi vida, tengo una verdadera familia.
Y se siente tan bien amar y ser amada a cambio.
141

AGRADECIMIENTOS

___________________________________________

Gracias a mis lectores de ARC y beta. No podría hacer esto sin sus tiempos y apoyo.

Gracias por sus ánimos y por creer siempre en mí.


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SOBRE EL AUTOR

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¡Gracias por leer! Si te ha gustado leer Claiming Her, por favor, considera contárselo a tus
amigos y publicar una breve reseña en Amazon. El boca a boca es el mejor amigo de un autor
y es muy apreciado. Los gritos desde las azoteas también son estupendos.

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