Cazadores-recolectores de la costa surcentral del Perú hallazgo Medio en la

Quebrada de Pozo Santo Pleistoceno Final, el Holoceno Temprano y el Holoceno de

un sitio arqueológico con ocupaciones del

Presentaba una reflexión en torno e las cronologías de lo que se denomina el

Periodo Formativo aqui presenta un sitio arqueológico en cuestión denominado
originalmente 14B-IV-45 y 14B-IV-46 por Fréderic Engel

La primera Resultados preliminares Las Puntas Paijanenses Conclusiones y

temporada en del análisis de los Derivadas (E3a, E3b, E4a, proyecciones
Pampa Lechuza Pampa Lechuza materiales líticos E4b)

Forma parte de un complejo arqueológico,
el Paisaje Arqueológico de Cerro Lechuza,
en el que presenta ocupaciones tempranas,
encontramos otros sitios con ocupaciones
del Arcaico, el Formativo y los Desarrollos
Regionales.
Fréderic Engel descubrió en las décadas de
1950 y 1960 en lo que hoy es el distrito de
Paracas.
Engel menciona y describe el sitio en sus
dos principales publicaciones sobre Paracas
Cien siglos de cultura peruana, de 1966, y
Un desierto en tiempos prehispánicos: Río
Pisco, Paracas, río Ica, de 1991.
En 2017 regresamos a la zona junto con
Aldo Accinelli y Katherine Román, del
Museo de Sitio Julio C. Tello de Paracas, y
Pablo Gilardi identificaron que habían sido
afectados recientemente por maquinaria
pesada.
Completamos una prospección y recolección
sistemática de materiales arqueológicos de un área
aproximada de 30 800 metros cuadrados, dentro de
la cual encontramos varias concentraciones,
aparentemente sobrepuestas, que contenían
principalmente restos malacológicos y líticos,
aunque ocasionalmente también cerámicos:
Prospección y recolección sistemáticas se realizo
una prospección y recolección sistemáticas
dividimos el área del sitio en 77 cuadrantes de 20 x
20 metros.
Una vez marcados todos los materiales dentro de un
cuadrante procedimos a recolectarlos uno por uno.
Cada espécimen, o conjunto de especímenes, fue
recolectado individualmente y colocado en un sobre
de papel manila.
Excavaciones sistemáticas Excavamos siete
unidades de 2 x 2 metros. De norte a sur son las
Unidades 4, 2, 3 que forman una trinchera de 2 x 6
metros, la Unidad 5 al oeste de estas, las Unidades
7 y 6 que forman una trinchera de 2 x 4 metros al
sur de las anteriores, y la Unidad 1 al sur de estas
últimas. La Unidad 7 fue ampliada 50 centímetros
hacia el sur debido al hallazgo de un entierro del
Formativo.
De estos, 162 166 corresponden a desechos de
talla; 4189, a herramientas talladas; y 4342, a
otros tipos de ítems líticos entre herramientas
pulidas, piezas de parafernalia y especímenes de
materia prima foránea que fueron transportados
por humanos hasta el sitio, estas puntas de
proyectil han sido examinadas y descritas
independientemente por dos investigadores que
tienen amplia experiencia en el análisis de material
lítico.
En el caso de Pampa Lechuza los tipos cuya
representación en la colección puede ser
considerada más segura son: las Puntas Cola de
Pescado (A1) y las Puntas Paijanenses
Tempranas (B1 y E1) para la Transición
Pleistoceno Final-Holoceno Temprano, las Puntas
Paijanenses Tardías (E2) para el Holoceno
Temprano y las Puntas Paijanenses.
Son puntas de proyectil de tamaño relativamente mediano que
morfológicamente son similares a los tipos E1 (Punta Paijanense Temprana) y
E2 (Punta Paijanense Tardía). Tienen bordes convexos (E3a y E4a) o rectos
(E3b y E4b). Tecnológicamente muestran un retoque plano o simple, marginal,
subparalelo o escamoso. Están elaboradas a partir de una placa plana de
sección delgada que casi cubre las dos caras de la punta.
Las Puntas Paijanenses Derivadas (F1a, F1b, F2a, F2b) (figura 15) son puntas
de proyectil de tamaño relativamente mediano que morfológicamente son más
similares al tipo B1 (Punta Paijanense Temprana) que a los tipos E1 (Punta
Paijanense Temprana) y E2 (Punta Paijanense Tardía). Tienen una hoja
triangular de lados rectos (F1a y F2a) o convexos (F1b y F2b) y alerones
desde horizontales hasta inclinados ligeramente hacia arriba.
Cuatro son preformas en fase III (4/23) y diecinueve están terminadas (19/23).
El tipo F1b está representado por veintidós piezas elaboradas en silexita
(14/22), cuarcita (2/22), andesita fanerítica (1/22), cuarzo hialino (1/22), ftanita
(1/22), grauvaca (1/22), ortocuarcita (1/22) y riolita afanítica (1/22). Todas están
fracturadas en diversos planos, siendo más frecuentes los fragmentos
mediales (6/22). Una es una preforma en fase IV y las otras veintiuna están
terminadas (21/22).
En Pampa Lechuza nos han permitido no solo confirmar varias de las observaciones
originales de Fréderic Engel, sino también plantear otras nuevas que nos permiten
acercarnos más a comprender a los grupos de cazadores-recolectores que ocuparon
la costa surcentral entre el Pleistoceno Final y el Holoceno Medio.
En primer lugar, podemos confirmar la existencia en el desierto de Ica de un sitio
arqueológico perteneciente a la Tradición Paijanense de cazadores-recolectores de la
costa peruana.
En segundo lugar, una actividad recurrente en el sitio parece haber sido la talla y
retalla de herramientas de piedra. Hechos como que buena parte de las materias
prima utilizadas para la manufactura de estas herramientas sean locales, que la
cantidad de desechos de talla que encontramos en el sitio sea excepcionalmente alta
y que en todos los periodos representados encontremos puntas de proyectil en
diferentes estadios de la cadena operativa apuntan en esa dirección.
En tercer lugar, podemos confirmar que hay dos factores que podrían explicar el hecho
notable que la misma área, relativamente pequeña, de aproximadamente 280 metros
de largo (norte-sur) y 120 metros de ancho (este-oeste), haya sido reocupada una y
otra vez por grupos de cazadores-recolectores que explotaban alternadamente dos
áreas ricas en recursos como el valle medio de Ica y las playas del litoral.
En cuarto lugar, debemos destacar que el hallazgo de dos Puntas Paijanenses
Tempranas (B1) elaboradas a partir de obsidiana de la fuente de Quispisisa abre la
posibilidad como mínimo de incursiones a corto plazo no solo a la zona del litoral, a
través de la zona desértica que la separa de la zona del piedemonte andino, sino
también a la sierra adyacente, a través de la ruta del valle de Ica.