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Maestra en Historia de América por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UMSNH. Correo
electrónico linruma@yahoo.com.mx
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Durante gran parte del siglo XVI, la región caribeña fue frecuentemente asolada por
que ofrecía Iberoamérica, a pesar de las restricciones que trazaba la Metrópoli para que la
franceses que buscaban nuevas regiones para asentar colonias autónomas de Francia donde
pudieran profesar libremente su religión. Para ello basta recordar la intensa actividad
Estados Unidos por los hermanos Verrazano (1524-1528), Jacques Cartier (1534-1542),
Laudonnière2 (1562 y 1564) o Dominique de Gourges (1565),3 así como varios ataques
Inclusive, para 1557, la reina de Inglaterra María Tudor emitió una proclamación
“autorizando el ejercicio del corso en contra de los intereses franceses, reforzando así el
Dos años después Francia y España firmaron la Paz de Cateau-Cambrésis, dando fin
a cinco guerras entre ambos reinos; incluso, a raíz de este acontecimiento, en 1560 un
grupo de corsarios se entregó en Campeche a las autoridades, argumentando que era debido
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Quien mantuvo contacto con el contrabandista John Hawkins entre 1564 y 1565, logrando intercambiar
información de la región y víveres. Edurné Farías Escalera, Los Hawkins: pioneros de la piratería inglesa en
América, Tesis de Licenciatura en Historia, Morelia, Facultad de Historia, UMSNH, 2002, p. 114.
3
Herlinda Ruiz Martínez, La expedición del corsario Pierre Chuetot al Circuncaribe y su desembarco en la
Península de Yucatán, 1570-1574, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2010, pp. 72-73.
4
Cruz Apestegui, Los ladrones del mar. Piratas en el Caribe. Corsarios, filibusteros y bucaneros. 1493-1700,
Barcelona, Lunwerg, 2000, p. 44.
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a la paz firmada entre ambos reinos europeos. Algunos grumetes fueron enviados a la
capital virreinal para presentarse ante el virrey y al resto se le permitió residir en la villa.
Si bien la paz entre ambos reinos se había concretado, los asaltos por parte de
hará la reconstrucción de la ruta seguida por el célebre corsario francés Martin Cote en el
Caribe. Asimismo haremos un breve recuento del destino vivido por algunos de sus
involucrada.
(Pata de palo) o Jacques de Sores en la región caribeña, algunos personajes continuaron con
dicha labor, destacando un corsario de origen francés llamado Martin Cote, cuya edad
oscilaba por los 30 años y es descrito por Arturo Aparicio Laserna como un hombre “Alto,
fornido, de recio carácter. No permite que se le cuestionen sus órdenes […] En ocasiones
mataba por el más insignificante disgusto”.5 Este personaje realizó un viaje a las costas
flota compuesta por cinco naves7 cuyos grumetes eran, en su mayoría, soldados y marineros
de origen francés y portugués, quienes estuvieron bajo las órdenes de los capitanes Martin
5
Arturo Aparicio Laserna, Mar de sangre: Memorias de Cartagena, Bogotá, Céllar editores, 2006, p. 240.
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Sobre este personaje, Apestegui señala que algunos aseguraban que Cote y su lugarteniente eran hermanos.
C. Apestegui, op. cit., p. 44. Arturo Aparicio menciona que Beautemps era un poco mayor de edad que Cote y
su temperamento también era fuerte y su crueldad era conocida, aunque era un poco más reflexivo y un
malicioso estratega. A. Aparicio Laserna, op. cit., p. 240.
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Apestegui sugiere que eran siete naves las que formaron parte de la flota. C. Apestegui, op. cit., p. 44.
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Cote, Jean Blanc, Pierre Bruxel, Jacques de la Brière y un personaje cuyo apellido se
grumetes que realizaron el viaje, es muy probable que hayan partido de dicho reino con el
fin de fundar una colonia francesa en el área caribeña, ello durante un periodo de intensa
cuatro años antes del inicio de las Guerras de Religión en Francia (1562-1598).
De esta manera la flota zarpó, posiblemente a finales del año de 1558, del puerto Le
primera etapa del viaje, pero es sabido que tomaron rumbo a las Indias Occidentales donde,
según menciona Arturo Aparicio Laserna, Cote y Beautemps, junto a los demás capitanes
de las naves, al tiempo en que acechaban naves españolas en las aguas del Océano
Atlántico, discutían opciones para atacar barcos iberos. Unos consideraban la idea de
asaltar las naves provenientes de Cartagena y Portobelo en el trayecto hacia Cuba, en tanto
Sin embargo, luego de tres meses de estudiar ambas opciones y sin haber
encontrado una sola presa, Beautemps especuló que si no habían encontrado presas durante
esos meses, era porque se los galeones se encontraban en los puertos colombianos de
Luego de consensar con los demás capitanes, Cote planificó la invasión a ambos
puertos, iniciando por el de Santa Marta a donde se dirigieron, gracias a los conocimientos
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Herlinda Ruiz Martínez, Corsarios franceses juzgados como herejes luteranos por la Inquisición en
Iberoamérica, 1560-1574, Tesis de Maestría en Historia (Opción Historia de América), Morelia, Instituto de
Investigaciones Históricas, UMSNH, 2011, p. 86.
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A. Aparicio Laserna, op. cit., pp. 240-241.
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que tenían acerca de la geografía de la región y las facilidades que ofrecían sus costas para
atracar, si bien no estaban enterados de la vida que tenían los pobladores del lugar, dado
que vivían constantemente bajo dos peligros inminentes: por una parte la presencia de
piratas por mar y por la otra las sublevaciones de los indígenas que habitaban las montañas
(regiones que todavía no estaban totalmente pacificadas), quienes vivían molestos por
Para 1559, por disposición de la Real Audiencia de Santa Fe, administraba la villa
un gobernador suplente: Juan de Otálora, quien debió coordinar el ataque contra los
franceses.
La única defensa con la que contaba la ciudad de Santa Marta era una fortificación
que se remontaba a 1527,10 misma que se conformaba por un sencillo terraplén11 con una
empalizada y piedras de canto para prohibir el paso a los indígenas. Asimismo existían
otros fuertes pequeños, calculados solamente para detener a los nativos de la región.
Una mañana, los marinos fueron divisados a lo lejos por los vigías del puerto,
quienes rápidamente avisaron al gobernante Otálora sobre la amenaza que se dirigía por
mar hacia ellos. El mandatario ordenó que se diera la alarma en la ciudad para que los
residentes pudieran preparar la defensa, ocultar los tesoros y poner a salvo a mujeres y
inminente llegada francesa y pidiendo ayuda, recibiendo una respuesta favorable por parte
de los nativos, quienes se mostraron gustosos de participar, en tanto que los residentes de
Santa Marta, poco interesados en defender su ciudad y sus casas, se organizaron para
ocultar sus bienes y tesoros en los montes, así como resguardarse del peligro.
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Edificada por orden del ex gobernador Rodrigo de Bastidas y realizada por Juan de Villafuerte.
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Terraplén: macizo de tierra con que se rellena un hueco, o que se levanta para hacer un camino, una defensa
u otra obra semejante.
5
bahía; ésta consistía en la colocación de algunas empalizadas para detener a los invasores;
en la primera línea de ataque se ocultarían los nativos con sus flechas envenenadas y atrás
Las cinco naves francesas ocuparon la bahía y abrieron fuego contra la costa, siendo
recibidos por algunos cañonazos provenientes del fuerte. Después de ellos, fueron
desembarcando entre 700 y 1000 marinos franceses, en varias lanchas y bajo las órdenes de
sus capitanes. Acto seguido caminaron por la playa, donde fueron sorprendidos por los
nativos quienes, ocultos detrás de montículos de arena, disparaban flechas contra los recién
llegados. Los primeros franceses que recibieron heridas, cayeron muertos debido al veneno
contenido en las puntas de dichas armas, sorprendiendo al resto de los marinos. Frente a la
gran cantidad de galos, y a falta de municiones, los defensores debieron escapar a los
Por su parte, los invasores ingresaron a las viviendas robando lo que había quedado
olvidado y concentrando a las personas que no habían podido escapar a tiempo, en la sede
vaciaron aljibes y saquearon los templos de Nuestra Señora de Santa María de la Merced,
Santa Ana, así como el templo y convento de Santo Domingo, prendiendo fuego a la
ciudad.
ante la conmoción de los pobladores del lugar al ver su patrimonio destruido, así como la
alegría de ver que los invasores dejaban la ciudad, después de un exitoso ataque donde Cote
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exigió un tributo de quema de 15.000 pesos, que aumentó en otros 600 pesos a condición
de no saquearla.12
recuento de los edificios destruidos. Por algunos presos, que aún se encontraban amarrados
en los postes del patio de la Casa de la Gobernación, se enteraron que los líderes de la flota
francesa eran un corsario francés llamado Martin Cote y su lugarteniente, Jean Beautemps.
Por otra parte, el cercano puerto de Cartagena, era próspero en ese momento,
gracias a la intensa actividad comercial que ahí se desarrollaba. Asimismo era el paso
obligatorio de los galeones que llegaban de España, con destino al virreinato del Perú. Su
cercanía con el río grande de la Magdalena lo convertía en la única ruta para quienes se
balcones con vista a la calle. Los cuarteles militares servían como almacenes para guardar
mayoría, por españoles, nativos, algunos esclavos africanos y gente que descendía de los
Con un buen botín a bordo, las naves divisaron el puerto antes nombrado, arribando
a la costa el 11 de abril de 1559. La ciudad había recibido previamente la alerta por parte de
defensa. Entre otras medidas, ordenó sembrar púas envenenadas en la playa, ordenó
construir algunos fortines para evitar la intrusión francesa y organizó una tropa
12
C. Apestegui, op. cit., p. 44.
13
La ciudad contaba, para 1559, entre 2000 y 3000 habitantes. A. Aparicio Laserna, op. cit., p. 247.
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conformada: “por diez arcabuceros, y veinte caballeros, reforzados por algunos vecinos y
Sin embargo, las fuerzas de Cote eran superiores, pues contaba con más hombres, y
mejor armados que los españoles e indígenas quienes, después de quedarse sin municiones,
lucharon contra los franceses utilizando armas blancas. En la batalla, se produjeron muchas
bajas por el bando atacante, entre ellas la del lugarteniente Jean Beautemps. Si bien los
galos habían perdido a varios marinos, continuaron siendo superando en número a los
cantidad se desconoce), así como un rescate por los prisioneros, cuya cantidad se fijó en
4000 pesos.
capitán y un capellán que acompañaba a la flota. No se sabe a ciencia cierta qué fue lo que
sucedió, pero Apestegui señala que Cote asesinó al clérigo y ordenó que lo sepultaran cerca
del altar mayor de la catedral de la ciudad, donde permaneció hasta que, una vez recuperada
la ciudad, el obispo mandó que el cadáver fuera desenterrado y trasladado a otro sitio.15
Sobre esta ciudad vinieron 5 naos gruesas de franceses a 11 de abril de este año, y
tomaron puerto entre las diez y las once del día. Echaron trescientos y los más
arcabuceros y vinieron por tierra una legua que hay a esta ciudad…16
14
Apestegui, op. cit., p. 44.
15
Ibíd., p. 45.
16
A. Aparicio Laserna, op. cit., p. 240.
8
Arturo Aparicio señala al respecto: “Hay quienes aseguran que, enamorado de una mujer
Es muy probable que en ese momento, y debido a las bajas de los marinos en la
batalla de Cartagena, la flota de Cote se haya separado, dado que existe información del
paradero de dos de sus naves, comandadas por Jacques de la Brière y Pierre Bruxel,
respectivamente.
Se sabe que navegaron por las costas de Colombia y Panamá, siguiendo la vieja ruta
utilizada por la mayoría de los piratas que recorrían la región en pos de riquezas y que
yendo por Cabo Tiburón18 capturaron una carabela, donde iba a bordo un fraile mercedario
como pasajero, a quien el capitán Jacques de la Brière ordenó quitar sus ropas, haciéndolo
ermita y el hospital de San Lucas, robando las imágenes que se encontraban en su interior,
así como los utensilios empleados para las ceremonias religiosas, siendo estos la custodia
17
Ídem.
18
Entre Colombia y Panamá.
19
Proceso contra Jacques, AGN, Inquisición, vol. 31, exp. 4, f. 394 v.
20
En 1556 Trujillo era uno de los puertos menos inseguros de Centroamérica. Los ataques en 1556 y 1559,
originaron la edificación, en 1575, de un bastión con cuatro cañones, Después se construyó un reducto con 17
cañones y pedreros. Luis Mariñas Otero, Honduras, Tegucigalpa, UNAH, Universitaria, 1987, p. 228.
21
Proceso contra Jacques, Archivo General de la Nación (en adelante AGN), Inquisición, vol. 31, exp. 4, f.
374 v.
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En Trujillo, como en varias ciudades hondureñas en aquella época, la población era en su mayoría indígena,
dedicada a actividades agrícolas y ganaderas, aunque también contaba con algunos vecinos de origen español.
La cantidad de residentes oscilaba entre las 80 y 100 personas. Manuel Lucena Salmoral (coord.), Historia de
Iberoamérica, Tomo II, Historia Moderna, Madrid, Ediciones Cátedra, 2008, p. 443.
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anteriormente asolada. Dentro del templo principal, que a su vez fue saqueada, se
encontraba un sacerdote, a quien los europeos tomaron de rehén, siendo el clérigo víctima
de maltratos por parte de los invasores e incluso, en una oportunidad que el prisionero
Le tiraron y con un arcabuz le dieron por la cabeça de que luego alli murio y muerto
no lo quisieron enterrar hasta que un lagarto avistado todo llego y lo metio
arrastrando en el agua y allí lo comio.24
Después, los franceses dispararon con unos arcabuces a una cruz de madera que se
encontraba clavada a las afueras del inmueble y, al no conseguir derribarla de esta manera,
madera y lo pusieron a cocer en una olla que contenía tocino y gallinas. Al terminar de
donde poco tiempo después fueron detenidos y juzgados por la Inquisición Episcopal el
capitán Jacques de la Brière, el piloto Jacques Plat, así como los grumetes Nicolas de
23
Los piratas y corsarios franceses, ingleses y holandeses representaron para la región hondureña atlántica
una constante amenaza. Con varias dificultades, los extranjeros fueron vencidos por los pobladores del lugar,
coadyuvando en parte el clima insalubre que mantuvo despoblado el litoral. L. Mariñas Otero, op. cit., pp.
214-215.
24
Proceso contra Jacques, AGN, Inquisición, vol. 31, exp. 4, f. 375.
25
Ídem.
10
recibiendo distintos castigos, a pesar de que habían cometido los mismos delitos, incluso
solo uno de ellos fue procesado solamente en Trujillo, en tanto que sus otros tres
villa de Valladolid.
Por su parte, Jacques Plat recibió como castigo el domingo 25 de mayo de 1562, la
prohibición para usar joyas, ropa elegante ni portar armas por el resto de su vida, abjurar de
vehementi, recibir 200 azotes y pasar 40 días preso, dándole por cárcel la vivienda del
11
a la de Valladolid, donde residiría por tres años, escuchando una misa todos los días,
abjuración de vehementi, pagar una multa de 20 pesos de oro para gastos de la Inquisición y
Finalmente, la nave comandada por Pierre Bruxel, después de atacar Santa Marta,
A pesar de que estos doce marinos eran considerados por los habitantes de la ciudad
vecinos de la villa, por herejía luterana y pillaje cometido en Santa Marta, Cartagena,
Trujillo y Puerto Caballos. Los juzgados fueron: Pierre Bruxel, De la Fosse, Thomasin
Durey, Guillaume Caxiol, Laurent Gueset, Maturin Le Fretière, Jacques Lalvet, Jean
Oliver, Reulin del Spino, Louis Laxère, Nicolas Fellet y un inglés de nombre John.31
30
Proceso contra Charles de Saligante, AGN, Inquisición, vol. 32, exp. 9, f. 239.
31
H. Ruiz Martínez, Corsarios..., op. cit., p. 103.
12
El proceso contra los marinos antes citados se llevó a cabo de manera conjunta,
desarrollo del proceso el juez, fray Francisco Navarro, el fiscal, un vecino de Mérida
sentenciados a utilizar cada uno el sambenito de reconciliado, a asistir a una misa especial
(ya fuera en domingo o día festivo), descalzos, con coroza en la cabeza, portar una soga
alrededor del cuello, con una vela encendida en la mano y cumplir con un año de servicio
13
dar “çient açotes los quales le sean dados despues de aver visto la dicha misa”,32 los cuales
le fueron propinados cerca del templo y de la plaza principal, con voz de pregonero que
manifestara sus delitos. Las sentencias contra estos personajes fueron aplicadas al interior
del templo principal de la villa,33 en un tablado que fue colocado para tal fin y en presencia
Sin duda el viaje realizado por la flota de Martin Cote a las costas caribeñas en
1559, dejó una serie de consecuencias en la población antes, durante y después de los
quienes temían, particularmente al encontrarse sus viviendas próximas a las costas que eran
Martin Cote ocasionó un temor tan generalizado que la gente, por su seguridad y por la de
sus riquezas, prefirió abandonar sus propiedades, dejándolas a merced de los invasores, que
De igual modo, al terminar los ataques en sus ciudades, los residentes debían
regresar a sus destruidos patrimonios con sentimientos encontrados, dado que por una parte
32
Proceso contra Pedro Bruxel y once compañeros, AGN, Inquisición, vol. 32, exp. 1, f. 63.
33
Seguramente se trató de otro templo, pues la catedral de Mérida, dedicada a San Ildefonso, fue construida
entre 1560 y 1598.
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se mostraban acongojados por la pérdida de sus bienes y por otra felices debido a la partida
de los corsarios.
Otra consecuencia ocurrida a raíz de los ataques de Cote, fue la difusión de las
agresiones en ciertas ciudades, mismas que servían para prevenir a la población. Asimismo,
la transmisión de las noticias de los ataques servía de precedente para identificar a los
caso de asentarse como residentes en alguna región o bien, declarar en caso de que los
Inquisición Episcopal hacia los involucrados, a quienes algunos residentes de las villas de
cual les conllevó a ser juzgados por los jueces episcopales, desembocando en distintos
castigos impuestos a pesar de que los franceses fueron acusados por los mismos delitos.
Una consecuencia final fue la aceptación, por parte de la población hacia algunos de
los piratas como residentes de la ciudad donde desembarcaron, la cual se llevó a cabo tanto
al momento de arribar a la ciudad como después de los juicios que se llevaron a cabo en
tierra firme. Es curioso observar que no se les haya desterrado después de aplicarles los
A manera de conclusión.
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Si bien el viaje realizado por Martin Cote daba muestras de haber sido organizado,
dada la cantidad de naves y grumetes involucrados, con el fin de buscar lugares propicios
posibilidad de practicar actos de piratería en las costas caribeñas de Santa Marta, Cartagena
aprovechando sus superioridad numérica en lo que respectaba a hombres listos para pelear,
a pesar de la resistencia que ofrecieron los vecinos de los puertos colombianos, quienes
La toma de rehenes por parte de los franceses fue un recurso del que se valieron los
corsarios para solicitar tributos de quema, a cambio de no prender fuego o saquear las
ciudades atacadas, y el pago de rescate que era solicitado para liberar a los prisioneros
La posibilidad de que la flota se haya desintegrado luego del ataque de Martin Cote
a Santa Marta y Cartagena, dada la gran cantidad de corsarios fallecidos en las tomas de las
ciudades o bien que hubieran sido abandonados en tierra firme por sus compañeros al
momento de dejar los puertos es muy alta, dado que solamente se tiene conocimiento de
última nave de la que se tiene conocimiento, misma que era liderada por el capitán Bruxel.
por temor hacia los ataques perpetrados por estos marinos, la toma de medidas preventivas
consistentes en abandonar sus viviendas para evitar sufrir vejaciones por parte de los
16
dichos marinos como parte de las jóvenes sociedades, fueron factores que formaron parte
momento.
Fuentes consultadas.