Está en la página 1de 50

Segunda s e c c i ó n : TEORÍAS DE LOS

UNIVERSALES
...«$<? viejo marino, el nomíttalitmo,
que ha agobiado tanto
al empirismo moderno.
D o n a l d Willlains (1966. p. 223)

2. Nomnisllismo de predicados
1
L'vNy U AJ V+ P A
i Nominalismo versus realismo
-AL S LajQ O- c£nM T hí- ( (jO
Hay un sentido, en el que todo el mundo está de acuerdo,
de que los particulares tienen propiedades y mantienen re
laciones con otros particulares. El pedazo de papel qué está
H - 33 - S 2 particular.8. Es blanco, así que tiene..una pro
ante mí es un particular
piedad; se apoya sobre i a mesa, así que se encuentra rela
loo ~ ito. cionado con otro partía lar. Tales hechos burdos no están,
o no deberían de estar, en disputa entre nominalistas y rea-
2-/73. listas.
G. E, Moore nunca se cansó de subrayar que en el caso
de muchas de las granqes disputas metafísicas los hechos
burdos no están en dispjuta. Él sostuvo que lo que está en
disputa es la especificación o el análisis que ha de darse de
los hechos burdos. Ésta rarece ser la situación entre nnomiomi
nalismo y realismo. Ambos pueden conceder que el papel es
blanco y que se apoya sobre una mesa; es una condición de
adecuación de sus análisis el que tales enunciados sean verda
deros. Pero los análisis mismos son totalmente distintos, -
Entonces, comenzamos con un acuerdo básico: que ¡en un
sentido mínimo o preanálítico hay cosas que tienen ciertas
propiedades y man tienen ciertas relaciones. Pero, corno Pla-
tón fue el primero en señalarlo, esta situación prod ne,e
una profunda perplejidad, al menos a los filósofos. La mis-
- - propiedad
ma í .1 puede
_ J Lpertenecer_ _ a cosas diferentes;
fr - la misma
. . i - >

relación puede relaciona cosas diferentes. Aparentemente,


1/25
Segunda s e c c i ó n : TEORÍAS DE LOS
UNIVERSALES
...«$<? viejo marino, el nomíttalitmo,
que ha agobiado tanto
al empirismo moderno.
D o n a l d Willlains (1966. p. 223)

2. Nomnisllismo de predicados
1
L'vNy U AJ V+ P A
i Nominalismo versus realismo
-AL S LajQ O- c£nM T hí- ( (jO
Hay un sentido, en el que todo el mundo está de acuerdo,
de que los particulares tienen propiedades y mantienen re
laciones con otros particulares. El pedazo de papel qué está
H - 33 - S 2 particular.8. Es blanco, así que tiene..una pro
ante mí es un particular
piedad; se apoya sobre i a mesa, así que se encuentra rela
loo ~ ito. cionado con otro partía lar. Tales hechos burdos no están,
o no deberían de estar, en disputa entre nominalistas y rea-
2-/73. listas.
G. E, Moore nunca se cansó de subrayar que en el caso
de muchas de las granqes disputas metafísicas los hechos
burdos no están en dispjuta. Él sostuvo que lo que está en
disputa es la especificación o el análisis que ha de darse de
los hechos burdos. Ésta rarece ser la situación entre nnomiomi
nalismo y realismo. Ambos pueden conceder que el papel es
blanco y que se apoya sobre una mesa; es una condición de
adecuación de sus análisis el que tales enunciados sean verda
deros. Pero los análisis mismos son totalmente distintos, -
Entonces, comenzamos con un acuerdo básico: que ¡en un
sentido mínimo o preanálítico hay cosas que tienen ciertas
propiedades y man tienen ciertas relaciones. Pero, corno Pla-
tón fue el primero en señalarlo, esta situación prod ne,e
una profunda perplejidad, al menos a los filósofos. La mis-
- - propiedad
ma í .1 puede
_ J Lpertenecer_ _ a cosas diferentes;
fr - la misma
. . i - >

relación puede relaciona cosas diferentes. Aparentemente,


1/25
40 DAVID MALET ÁRMSTRONG 1.05 UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 41

puede haber algo idéntico en cosas que no son idénticas, encabezados que denomino Nominalismo de- predicados,
Las cosas son una al mismo tiempo de ser much chas. ¿Cómo es Nominalismo de conceptos, Nominalismo de clases, Nomi
1 1:
■ ....
posible esto? Los nominalistas ¡-y los realistas reaccionan de
“ ----- nalismo mereológico y Nominalismo de semejanza. En la
manera diferente ante la perplejidad. Los nominalistas nie siguiente sección explico estas cinco posiciones (las últimas
gan que haya una identidad genuinaru objetiva en 1las
........ cosas
......... cuatro sólo brevemente) . El resto del capítulo lo dedicaré a
que no son idénticas. Por otra parte, los realistas sostienen criticar el Nominalismo de predicados -S,2
que la situación aparente es la situación real. Genuinamen-
te hay, o puede haber, algo idéntico en cosas que no son
idénticas. Además de los particulares, hay universales. 11 Variedades del nominalismo
. E'-iUO
—■ La propuesta fundamental del nominalismo es que todas
las cosas que existen son sólo particulares. El realista no f Nominalismo de predicados. Algunos predicados tales como
necesita negar que todas las cosas que existen son particula ‘idéntico al planeta Venus’ o, quizás, ‘el más sabio de los
res, pero al menos debe negar que sólo hay particulares. hombres’, se aplican a una y sólo a una cosa. Pero otros
La imagen especular del nominalismo no es el realismo sino predicados, tales como ‘circular’ y ‘hombre’, se aplican inde
la que podría denominarse doqtrina “universalista 0 de que finidamente, y quizás infinitamente, a muchas cosas. Estos
nada existe sino universales. Tal “universalismo” se enfren- últimos son los “términos generales” de Locke. Ahora surge
ta a un problema opuesto, pero igual que el nominalismo: |a pregunta “¿Por virtud de qué es que estos términos,.gene
el de dar una especificación de la existencia aparente de rales se aplican a las cosas a las que se aplican?” La respuesta
los particulares. Se ha intentado resolver el problema argu del Nominalismo de predicados es “Por virtud de nada”.
yendo que los particulares no son sino haces de universales El hecho fundamental en esta situación, que ya no puede
(de propiedades, específicamente) . explicarse, es que los predicados se aplican.
Sin embargo, por el momento nos ocupamos de los probfe- Restringiéndonos
. . •• por comodidad a los predicados
■ r. — t ••• de un
mas del nominalista. ¿Cómo dará cuenta de la aparente (aun lugar, podemos decir que los nominalistas de predicados dan
?, el siguiente análisis:
cuando usualmente parcial) identidad de particulares nu
méricamente diferentes? ¿Cómo pueden dos cosas diferentes
ser ambas blancas o estar ambas sobre una mesa? Al nomi a tiene la propiedad F si y sólo si
nalista le es natural formular su problema en términos lin a cae bajo el predicado ‘F’.
güísticos. Locke resumió el asunto con admirable y muy poco
usual brevedad cuando dijo: Claro está que caer bajo es simplemente el converso de apli
carse a. 1 Esta equivalencia podrían aceptarla otros filósofos
puesto que todas las cosas que existen son sólo particulares, además de los nominalistas de predicados. Sin embargo,
< ¿cómo llegamos a los términos generales . . . ? (Ensayo III, predicados, el lado derecho debe
iii, 10). . tomarse como un análisis lógico, un anál y del
| lado izquierdo. Para el nómindista de.. prg(li.ca.dps,.J st pro-
Sin embargo, aun cuando todos los nominalistas concuerdan 1 piedades de los realistas -<g íed )objetiyas-.iiq son sino
en que todas las cosas que existen son sólo particulares, de . sombras que sobre los particulares proyectan jos predicados,
njnguna manera concuerdan acerca de la manera como ha w imagínese el sistema de predicados como una rejilla y los
de resolverse el problema de‘ la aparente identidad de la 1 Cuando desee referirme a una supuesta propiedad o relación, usaré
naturaleza. Yo clasifico sus intentos de solución bajo cinco cursivas para ja expresión correspondiente.
; r . i: - ¡Ó' . ¿ ;J 1
«<1 l i
2/25
40 DAVID MALET ÁRMSTRONG 1.05 UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 41

puede haber algo idéntico en cosas que no son idénticas, encabezados que denomino Nominalismo de- predicados,
Las cosas son una al mismo tiempo de ser much chas. ¿Cómo es Nominalismo de conceptos, Nominalismo de clases, Nomi
1 1:
■ ....
posible esto? Los nominalistas ¡-y los realistas reaccionan de
“ ----- nalismo mereológico y Nominalismo de semejanza. En la
manera diferente ante la perplejidad. Los nominalistas nie siguiente sección explico estas cinco posiciones (las últimas
gan que haya una identidad genuinaru objetiva en 1las
........ cosas
......... cuatro sólo brevemente) . El resto del capítulo lo dedicaré a
que no son idénticas. Por otra parte, los realistas sostienen criticar el Nominalismo de predicados -S,2
que la situación aparente es la situación real. Genuinamen-
te hay, o puede haber, algo idéntico en cosas que no son
idénticas. Además de los particulares, hay universales. 11 Variedades del nominalismo
. E'-iUO
—■ La propuesta fundamental del nominalismo es que todas
las cosas que existen son sólo particulares. El realista no f Nominalismo de predicados. Algunos predicados tales como
necesita negar que todas las cosas que existen son particula ‘idéntico al planeta Venus’ o, quizás, ‘el más sabio de los
res, pero al menos debe negar que sólo hay particulares. hombres’, se aplican a una y sólo a una cosa. Pero otros
La imagen especular del nominalismo no es el realismo sino predicados, tales como ‘circular’ y ‘hombre’, se aplican inde
la que podría denominarse doqtrina “universalista 0 de que finidamente, y quizás infinitamente, a muchas cosas. Estos
nada existe sino universales. Tal “universalismo” se enfren- últimos son los “términos generales” de Locke. Ahora surge
ta a un problema opuesto, pero igual que el nominalismo: |a pregunta “¿Por virtud de qué es que estos términos,.gene
el de dar una especificación de la existencia aparente de rales se aplican a las cosas a las que se aplican?” La respuesta
los particulares. Se ha intentado resolver el problema argu del Nominalismo de predicados es “Por virtud de nada”.
yendo que los particulares no son sino haces de universales El hecho fundamental en esta situación, que ya no puede
(de propiedades, específicamente) . explicarse, es que los predicados se aplican.
Sin embargo, por el momento nos ocupamos de los probfe- Restringiéndonos
. . •• por comodidad a los predicados
■ r. — t ••• de un
mas del nominalista. ¿Cómo dará cuenta de la aparente (aun lugar, podemos decir que los nominalistas de predicados dan
?, el siguiente análisis:
cuando usualmente parcial) identidad de particulares nu
méricamente diferentes? ¿Cómo pueden dos cosas diferentes
ser ambas blancas o estar ambas sobre una mesa? Al nomi a tiene la propiedad F si y sólo si
nalista le es natural formular su problema en términos lin a cae bajo el predicado ‘F’.
güísticos. Locke resumió el asunto con admirable y muy poco
usual brevedad cuando dijo: Claro está que caer bajo es simplemente el converso de apli
carse a. 1 Esta equivalencia podrían aceptarla otros filósofos
puesto que todas las cosas que existen son sólo particulares, además de los nominalistas de predicados. Sin embargo,
< ¿cómo llegamos a los términos generales . . . ? (Ensayo III, predicados, el lado derecho debe
iii, 10). . tomarse como un análisis lógico, un anál y del
| lado izquierdo. Para el nómindista de.. prg(li.ca.dps,.J st pro-
Sin embargo, aun cuando todos los nominalistas concuerdan 1 piedades de los realistas -<g íed )objetiyas-.iiq son sino
en que todas las cosas que existen son sólo particulares, de . sombras que sobre los particulares proyectan jos predicados,
njnguna manera concuerdan acerca de la manera como ha w imagínese el sistema de predicados como una rejilla y los
de resolverse el problema de‘ la aparente identidad de la 1 Cuando desee referirme a una supuesta propiedad o relación, usaré
naturaleza. Yo clasifico sus intentos de solución bajo cinco cursivas para ja expresión correspondiente.
; r . i: - ¡Ó' . ¿ ;J 1
«<1 l i
2/25
DAVID MALET ARM5TRONG LOS UNIVERSALES V EL REALISMO CIENTÍFICO

í Aa radiculares 5 a los que se aplican como una superficie. Si doctrina S154Hl!J?„.A? SR- da4es--y ■ las relacio
nr
t la rejilla proyecta
'A.X;P yffj una sombra sobre la superficie, entonces
nes, aun cuando’ sean objetivas, son particulares, no tiniver-
|| allí puede parecer que hay una rejilla física realmente esbo-
sales (véase cap. 8) .
| zada sobre la superficie.
L-— Se sigue que, a u n_ cuando la propiedad se simbolice con- ¿Hay nominalistas d e predicados? ¿Es realmente la doctrina
z
7 yencionalmente comí tan sólo un hombre de pajh o un caso ideal al que se aproxi
) I -22.0. .?l„Bredisado. como.. T,.. desde ... el man sin nunca llegar a él los nominalistas reales? A u n si esto
. PU5ɱJ™¡? áel nOTjinalisfa.de predicados «. engañosa fuese verdad, la crítica del Nominalismo de predicados ten
; la mayor complejidad ortográfica del símbolo predicativo. ■■ A
. y Pues es el predicado el primitivo no analizado en su análisis dría s u valor. Pero n o crleo que sea verdad. Por ejemplo,
1
podemos citar a John Searle (1969) :
J e.A
; o '
La relación de aplicarse a, que se da entre el predicado
«i ... . . . .„„*.< ,A En la medida en que el njominalista sostiene que la existencia " ' --I
de los particulares depen’de de' hechos en el’ mundo "- s“
— ' —y 1la“ exis
Mr
tencia de los universales tan sólo del significado de las pala- . . -a
y
bras, él tiene razón. Pero cae en confusiones y en errores inú-
q u e son expresiones lingüísticas,
z('-
son “verdaderos... de” ob tiles si su descubrimiento lo lleva a negar cosas tan trivial
el jetos. mente verdaderas como que hay una propiedad como la pro
En representaciones anticuadas del Nominalismo d e pre piedad de ser rojo y que existe la centauridad. Pues aseverar í
dicados se dice en ocasiones que el predicado ’F’ es u n n o m
bre. Difiere de una expresión tal como 'a por ser un nombre
esto no necesita comprometerlo a uno más que con el que 1
ciertos predicados tienen un significado (p. (p. 105). n
“común”. Sin embargo, parece no haber razón alguna a
LA- 4 tu favor y sí muchas en contra de que el nominalista . _ _ _ i.
de lpredi- Además:
V . \
; J ¿} cados adopte una teoría d e la predicación "bi-nominal”. Es -
1 mejor ver la relación semántica entre ‘F’ y a como u n tipo para decirlo brevemente, los universales son parásitos de las
de relación diferente al q u e se da entre y a o, cuando
menos, no prejuzgar cualquier cuestión acerca de las dife
rencias o similitudes entre las dos relaciones. i 'b )Nomiaialismo de conceptas. El Nominalismo de conceptos
h 1, Ha de notarse que el término “nominalismo” en ocasiones pide que Iq oncepto’sJcQncebidos como entidades mentales,
je. J se restr | n g e a ja posición que he. denominado Nominalismo realicen la tareá~para la qué el nominalista d e predicados
'yt de predicados y, ciertamente, ésta seria la nomenclatura, .mas
a, ■r , agópja<g un.iemidq ampj io.4.ei íérmino, al nominali s-
?, r M uro, la doctrina de que todas las cosas que existen son Jólo a tiene la propiedad F j|¡ y sólo si
particulares, seria mejor denominarlo particularismo . N i a cae bajo el concepto F.
siguiera “realismo” es u n término particularmente feliz para
oponentes del noininalisnia Pero la tradición de deno- Esta J — L‘._d e caer bajo
.... -relación ’ /> ho es la misma relación que lá que 1
’!’ r minar “nominalistas” y “realistas” á‘ íós dos partidos princi-
__ d
se < a entre a y 'F', pero está sistemáticamente correlacionada
f - h ?< n f palés "en la disputa acerca de los universales está tan profun con esa última región. Tyas haber criticad el Nominalismo .
damente enraizada que hó creó que pódamós deshacernos de predicados encontraremos que las diferencias "menores \
dé ella: Incapaces d é veiTCéflá, unámonos a ella. í ) e cualquier
en doctrina q u e crea el Cambio d e predicados a conceptos j
manera, el término “particularismo” puede reservarse útil-
no requieren d e u n examen independiente muy extenso. /

3/25
DAVID MALET ARM5TRONG LOS UNIVERSALES V EL REALISMO CIENTÍFICO

í Aa radiculares 5 a los que se aplican como una superficie. Si doctrina S154Hl!J?„.A? SR- da4es--y ■ las relacio
nr
t la rejilla proyecta
'A.X;P yffj una sombra sobre la superficie, entonces
nes, aun cuando’ sean objetivas, son particulares, no tiniver-
|| allí puede parecer que hay una rejilla física realmente esbo-
sales (véase cap. 8) .
| zada sobre la superficie.
L-— Se sigue que, a u n_ cuando la propiedad se simbolice con- ¿Hay nominalistas d e predicados? ¿Es realmente la doctrina
z
7 yencionalmente comí tan sólo un hombre de pajh o un caso ideal al que se aproxi
) I -22.0. .?l„Bredisado. como.. T,.. desde ... el man sin nunca llegar a él los nominalistas reales? A u n si esto
. PU5ɱJ™¡? áel nOTjinalisfa.de predicados «. engañosa fuese verdad, la crítica del Nominalismo de predicados ten
; la mayor complejidad ortográfica del símbolo predicativo. ■■ A
. y Pues es el predicado el primitivo no analizado en su análisis dría s u valor. Pero n o crleo que sea verdad. Por ejemplo,
1
podemos citar a John Searle (1969) :
J e.A
; o '
La relación de aplicarse a, que se da entre el predicado
«i ... . . . .„„*.< ,A En la medida en que el njominalista sostiene que la existencia " ' --I
de los particulares depen’de de' hechos en el’ mundo "- s“
— ' —y 1la“ exis
Mr
tencia de los universales tan sólo del significado de las pala- . . -a
y
bras, él tiene razón. Pero cae en confusiones y en errores inú-
q u e son expresiones lingüísticas,
z('-
son “verdaderos... de” ob tiles si su descubrimiento lo lleva a negar cosas tan trivial
el jetos. mente verdaderas como que hay una propiedad como la pro
En representaciones anticuadas del Nominalismo d e pre piedad de ser rojo y que existe la centauridad. Pues aseverar í
dicados se dice en ocasiones que el predicado ’F’ es u n n o m
bre. Difiere de una expresión tal como 'a por ser un nombre
esto no necesita comprometerlo a uno más que con el que 1
ciertos predicados tienen un significado (p. (p. 105). n
“común”. Sin embargo, parece no haber razón alguna a
LA- 4 tu favor y sí muchas en contra de que el nominalista . _ _ _ i.
de lpredi- Además:
V . \
; J ¿} cados adopte una teoría d e la predicación "bi-nominal”. Es -
1 mejor ver la relación semántica entre ‘F’ y a como u n tipo para decirlo brevemente, los universales son parásitos de las
de relación diferente al q u e se da entre y a o, cuando
menos, no prejuzgar cualquier cuestión acerca de las dife
rencias o similitudes entre las dos relaciones. i 'b )Nomiaialismo de conceptas. El Nominalismo de conceptos
h 1, Ha de notarse que el término “nominalismo” en ocasiones pide que Iq oncepto’sJcQncebidos como entidades mentales,
je. J se restr | n g e a ja posición que he. denominado Nominalismo realicen la tareá~para la qué el nominalista d e predicados
'yt de predicados y, ciertamente, ésta seria la nomenclatura, .mas
a, ■r , agópja<g un.iemidq ampj io.4.ei íérmino, al nominali s-
?, r M uro, la doctrina de que todas las cosas que existen son Jólo a tiene la propiedad F j|¡ y sólo si
particulares, seria mejor denominarlo particularismo . N i a cae bajo el concepto F.
siguiera “realismo” es u n término particularmente feliz para
oponentes del noininalisnia Pero la tradición de deno- Esta J — L‘._d e caer bajo
.... -relación ’ /> ho es la misma relación que lá que 1
’!’ r minar “nominalistas” y “realistas” á‘ íós dos partidos princi-
__ d
se < a entre a y 'F', pero está sistemáticamente correlacionada
f - h ?< n f palés "en la disputa acerca de los universales está tan profun con esa última región. Tyas haber criticad el Nominalismo .
damente enraizada que hó creó que pódamós deshacernos de predicados encontraremos que las diferencias "menores \
dé ella: Incapaces d é veiTCéflá, unámonos a ella. í ) e cualquier
en doctrina q u e crea el Cambio d e predicados a conceptos j
manera, el término “particularismo” puede reservarse útil-
no requieren d e u n examen independiente muy extenso. /

3/25
DAVID M A L E E ARM5TRONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 45

( de clases. Para e. nominalista de clases: a tiene la propiedad F si y sólo si


a se asemeja adecuadamente a un caso
a tiene la propiedad F si y sólo si paradigma (o casos paradigma) de
a es un miembro de la clase de las Fs. una F.
mo he encontrado ningún autor que explícitamente exponga Aquí ‘semejanza adecuada’ es simplemente un breve sustitu
y defiénda érNómihalrsmo 'de' clases: Más bien,' él Ivfómitia to de la especificación mucho más elaborada, algo diferente
lismo de clases es úna' tendencia extendida o un supuesto en distintas versiones, que dan los nominalistas de seme
ocasional entre los filósofos que simpatizan con el nominalis janza.
mo, particularmente si son lógi Esta breve especificación de los Nominalismos de concep
tiene una inclinación extensión»! o de clase. tos, clases, mereológico y de semejanza se presenta aquí sim
(Quine consideraría contradictoria de suyo la frase ‘'Nomi plemente para iluminar un poco más el Nominalismo de
nalismo de clases”. Pero esto debido a su uso históricamente predicados por comparación y contraste. Se notará que los
excéntrico del término “nominalismo”. Para Quine, se ha cinco análisis tienen una forma común. En cada caso él que
abandonado el “nominalismo” y se ha abrazado el “platonis a tenga cierta propiedad se analiza como un caso de que a
mo”, si se introducen “entidades abstractas”. Aun cuando, tenga alguna relación R con alguna entidad, 0, para diver-
hasta donde sé, en ningún lugar nos dice a qué alude por sas R y 0 . Por tanto; puede decirse que los análisis son teo-
una entidad abstracta, él considera las clases como entidades
abstractas. En el capítulo 4 señalaré que las mismas clases también una teoría relacional, aun cuando contiene una R
de particulares son particulares, i esto es correcto y si acep y uñá~0 de un tipo más misterioso. Veremos que son muy
tamos el uso tradicional del término “nominalismo”, lo que similares las dificultades a las que se enfrentan toqa§Jas....teo-
yo llamo Nominalismo de clases) es una forma de nomina rías relaciónales.
lismo. Yo no sostengo que las cinco variedades que acabo de ex-
plKar agotanJas variedades..del npmmahsmp. Por ejemplo,
21} } diynio mereológico. Para esta variante del Nomina- M. J . Cresswell (1975) ha dado una reconstrucción ingenio
lismo de ciases: sa (aun cuando, para mí, no pmpletarnente convincente)
de la teoría de los unjyeysalgs.de Aristóteles; 0
a tiene la propiedad F si y sóllo si
a es una parte del agregado la que no está ©otológicamente comprometida con I
(montón) de las Fs. la existencia más que de particulares (p. 241), J

Esto se estudiará brevemente en el capítulo acerca del No Este “Nonunalismo .aristotélico” es más complejo que cuales
minalismo de clases. quiera de los análisis que acabo de delinean Pero sostengo
que las criticas al nominalismo que han de desarrollarse en
lo§.siguientes capítulos pueden usarse para refutar cualquier
forma de nominalismo, incluyendo el Aristóteles de Cress
lOmmalismo; well.
tan l .presentado También puede notarse que en la práctica los diferentes
tipos de nominalismo no se separan muy precisamente unos
dé otros. Siempre hay una tendencia a que los propónéntes

4/25
DAVID M A L E E ARM5TRONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 45

( de clases. Para e. nominalista de clases: a tiene la propiedad F si y sólo si


a se asemeja adecuadamente a un caso
a tiene la propiedad F si y sólo si paradigma (o casos paradigma) de
a es un miembro de la clase de las Fs. una F.
mo he encontrado ningún autor que explícitamente exponga Aquí ‘semejanza adecuada’ es simplemente un breve sustitu
y defiénda érNómihalrsmo 'de' clases: Más bien,' él Ivfómitia to de la especificación mucho más elaborada, algo diferente
lismo de clases es úna' tendencia extendida o un supuesto en distintas versiones, que dan los nominalistas de seme
ocasional entre los filósofos que simpatizan con el nominalis janza.
mo, particularmente si son lógi Esta breve especificación de los Nominalismos de concep
tiene una inclinación extensión»! o de clase. tos, clases, mereológico y de semejanza se presenta aquí sim
(Quine consideraría contradictoria de suyo la frase ‘'Nomi plemente para iluminar un poco más el Nominalismo de
nalismo de clases”. Pero esto debido a su uso históricamente predicados por comparación y contraste. Se notará que los
excéntrico del término “nominalismo”. Para Quine, se ha cinco análisis tienen una forma común. En cada caso él que
abandonado el “nominalismo” y se ha abrazado el “platonis a tenga cierta propiedad se analiza como un caso de que a
mo”, si se introducen “entidades abstractas”. Aun cuando, tenga alguna relación R con alguna entidad, 0, para diver-
hasta donde sé, en ningún lugar nos dice a qué alude por sas R y 0 . Por tanto; puede decirse que los análisis son teo-
una entidad abstracta, él considera las clases como entidades
abstractas. En el capítulo 4 señalaré que las mismas clases también una teoría relacional, aun cuando contiene una R
de particulares son particulares, i esto es correcto y si acep y uñá~0 de un tipo más misterioso. Veremos que son muy
tamos el uso tradicional del término “nominalismo”, lo que similares las dificultades a las que se enfrentan toqa§Jas....teo-
yo llamo Nominalismo de clases) es una forma de nomina rías relaciónales.
lismo. Yo no sostengo que las cinco variedades que acabo de ex-
plKar agotanJas variedades..del npmmahsmp. Por ejemplo,
21} } diynio mereológico. Para esta variante del Nomina- M. J . Cresswell (1975) ha dado una reconstrucción ingenio
lismo de ciases: sa (aun cuando, para mí, no pmpletarnente convincente)
de la teoría de los unjyeysalgs.de Aristóteles; 0
a tiene la propiedad F si y sóllo si
a es una parte del agregado la que no está ©otológicamente comprometida con I
(montón) de las Fs. la existencia más que de particulares (p. 241), J

Esto se estudiará brevemente en el capítulo acerca del No Este “Nonunalismo .aristotélico” es más complejo que cuales
minalismo de clases. quiera de los análisis que acabo de delinean Pero sostengo
que las criticas al nominalismo que han de desarrollarse en
lo§.siguientes capítulos pueden usarse para refutar cualquier
forma de nominalismo, incluyendo el Aristóteles de Cress
lOmmalismo; well.
tan l .presentado También puede notarse que en la práctica los diferentes
tipos de nominalismo no se separan muy precisamente unos
dé otros. Siempre hay una tendencia a que los propónéntes

4/25
A
46 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y •L REALISMO CIENTÍFICO 47
¡
7
I .
de u n a variedad, especialmente bajo presión, pasen a otro Conforme al Nominalism de redicados, digamos queja ¡ 1
5-i """
análisis en el curso de la exposición o de la discusión. Supon- posesión por parte de u n ob
go que la tazón._de_ pto_.es ...que.U teal.liga. dd.,lW.miiialista
i «s » la .doctrina de que cualqui.er cosa que existe es sólo un rr*'».—V’Tr’-p <*.
•J particular. Siempre que esta doctrina esté segura, es una . . aaKbfáTl sigiuénh f : imaginemos que no
sSiisté 'el'bfédicac q u e el QbjetQ ..po- a
una v- dria aun ser blanco? Si es así, su blancura n o esta consti-
luida por la relación del objeto con el predicado . blanco .
iispección,
El argumento n o es apodí etico; depende d e l a inspección,
ne mós cié incluir una sexta: Nómihális- pero tal inspección revela que la aplicabilidad d e 'blanco’
depende de la blancura del qbjeto, y no la blancura del obje
to de la aplicabilidad de ‘blanco’.
\ LU..I W9 N
i»R®« 4- Ysfi’Xf-tó*1S?'«

aca- esté argumento auh cuando sea correcto. N o establece que ue


osición de el predicado ‘blanco’ se aplica al objeto por virtud de la proo-
que a es La nega- lás
piedad objetiva d e la blancura. Veremos en u n lugar más
adelante (en la Segunda pane) que hay buenas razones para .ra
pensar que, a u n si es verdadero el realismo, no hay tal pro
piedad objetiva como la blancura. En efecto, el intento por •or
usar este argumento para pjasar directamente d e predicados
a propiedades ha sido, a m i juicio, un factor para desacre :re-
tipos,' Pero, como jnua- piristas han
ditar el realismo. En particular, los filósofos empiristas han
mente liará uso i jacte esta es mcom- sentido que n o son suficientemente pesados los hechos de
i nos debe una expli- los q u e parte el argumento para justificar una conclusión
, pregunta obligatoria tan radical. Comenzamos con la api* _ _E_„ correcta
plicación .. de un
en el examen. ®
predicado y en u n momento se nos obliga a postular un
Si se pide algún argumento más directo en contra de tal universal. ¡Esto es demasiado bruscol
nominalista, apelo a las consideraciones que presentara Ar-
Creo que aquí la Sospecha del em pirista está perfefcta-
thur Pap, refinadas por Frank Jackson. Estas consideraciones
mente justificada. Todo lo (pie muestrai el argumento es que
se recapitularán en el cap. 6. O t r o argumento se da en el además del hecho de
cap. 5 § III.
- ■ - >*X >pí; *• *-.tí i'®’7!.W'X’.'jp’’ -•?-íjg* Jg

dicado ‘blanco’. Muy diferentes explicitaciones dé este algo


n i ¿Pueden los predicados determinar propiedades? podrían aun ser posibles. Ní siqííiéfá es necesario qué sé dé
la misma e:■xpíici tacióii en 'el raso 'de cualquiS' pagado
En esta sección considero diversas objeciones en contra del :ra:
más ele lo que muestra:
Nominalismo de predicados. Creo que todas son concluyen- de predicados de lo queue
tes. En el § V se considera y rechaza una reformulación del la. f
Nominalismo d e predicados en términos d e la aplicabilidad el nominalista de predi-
d e predicados posibles. cadós no~es tanto inadecuadoj nio.iv jn incompleto. Quizás la
gnipleto. Quizaj; ja

5/25
A
46 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y •L REALISMO CIENTÍFICO 47
¡
7
I .
de u n a variedad, especialmente bajo presión, pasen a otro Conforme al Nominalism de redicados, digamos queja ¡ 1
5-i """
análisis en el curso de la exposición o de la discusión. Supon- posesión por parte de u n ob
go que la tazón._de_ pto_.es ...que.U teal.liga. dd.,lW.miiialista
i «s » la .doctrina de que cualqui.er cosa que existe es sólo un rr*'».—V’Tr’-p <*.
•J particular. Siempre que esta doctrina esté segura, es una . . aaKbfáTl sigiuénh f : imaginemos que no
sSiisté 'el'bfédicac q u e el QbjetQ ..po- a
una v- dria aun ser blanco? Si es así, su blancura n o esta consti-
luida por la relación del objeto con el predicado . blanco .
iispección,
El argumento n o es apodí etico; depende d e l a inspección,
ne mós cié incluir una sexta: Nómihális- pero tal inspección revela que la aplicabilidad d e 'blanco’
depende de la blancura del qbjeto, y no la blancura del obje
to de la aplicabilidad de ‘blanco’.
\ LU..I W9 N
i»R®« 4- Ysfi’Xf-tó*1S?'«

aca- esté argumento auh cuando sea correcto. N o establece que ue


osición de el predicado ‘blanco’ se aplica al objeto por virtud de la proo-
que a es La nega- lás
piedad objetiva d e la blancura. Veremos en u n lugar más
adelante (en la Segunda pane) que hay buenas razones para .ra
pensar que, a u n si es verdadero el realismo, no hay tal pro
piedad objetiva como la blancura. En efecto, el intento por •or
usar este argumento para pjasar directamente d e predicados
a propiedades ha sido, a m i juicio, un factor para desacre :re-
tipos,' Pero, como jnua- piristas han
ditar el realismo. En particular, los filósofos empiristas han
mente liará uso i jacte esta es mcom- sentido que n o son suficientemente pesados los hechos de
i nos debe una expli- los q u e parte el argumento para justificar una conclusión
, pregunta obligatoria tan radical. Comenzamos con la api* _ _E_„ correcta
plicación .. de un
en el examen. ®
predicado y en u n momento se nos obliga a postular un
Si se pide algún argumento más directo en contra de tal universal. ¡Esto es demasiado bruscol
nominalista, apelo a las consideraciones que presentara Ar-
Creo que aquí la Sospecha del em pirista está perfefcta-
thur Pap, refinadas por Frank Jackson. Estas consideraciones
mente justificada. Todo lo (pie muestrai el argumento es que
se recapitularán en el cap. 6. O t r o argumento se da en el además del hecho de
cap. 5 § III.
- ■ - >*X >pí; *• *-.tí i'®’7!.W'X’.'jp’’ -•?-íjg* Jg

dicado ‘blanco’. Muy diferentes explicitaciones dé este algo


n i ¿Pueden los predicados determinar propiedades? podrían aun ser posibles. Ní siqííiéfá es necesario qué sé dé
la misma e:■xpíici tacióii en 'el raso 'de cualquiS' pagado
En esta sección considero diversas objeciones en contra del :ra:
más ele lo que muestra:
Nominalismo de predicados. Creo que todas son concluyen- de predicados de lo queue
tes. En el § V se considera y rechaza una reformulación del la. f
Nominalismo d e predicados en términos d e la aplicabilidad el nominalista de predi-
d e predicados posibles. cadós no~es tanto inadecuadoj nio.iv jn incompleto. Quizás la
gnipleto. Quizaj; ja

5/25
■18 DAVID MAI.ET ARMfcTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 49

doctrina de los predicados sólo requiera snplementarse con efecto, lo que allí se señaló fue que en la disputa entre el
una explicitación deTque es io que en diferentes particulares nominalismo y el realismo el peso de la prueba recae sobre
h?. ¡¿jes sea T tes pO icadosóTéf o ' aun el primero. El pensamiento y el discurso ordinarios reconocen
cuando esta sugerencia es muy plausible cuando se presenta la identidad, tanto de particulares corno de propiedades, de
de manera abstracta, no parece ser susceptible de recibir un género o de especie. Ciertamente, sin la distinción entre
desarrollo fructífero. “Por_ ejemplo.
_J _ _, J, e método clásico de inten núsmidad de una cosa y mismidad de propiedad o especie,
tar superar las dificultades del Nominalismo de predicados serían imposibles el pensamiento y el discurso. Los términos
es apelar a la semejanza que tienen entre si particulares que “espécimen” y “tipo” son técnicos, pero todo el mundo
caen bajo el mismo predicado: “la similitud en. las cosa§”, admite la distinción que señalan. Todo lo que el nominalista
comoJo... formula Locke. Pero una vez que un análisis de puede aspirar a hacer es un análisis o explicitación reductiva
semejanza se presenta con algún detalle, entonces la explici- de lo que es que algo tenga una propiedad o sea de cierta
tacíón de lo que es que una cosa tenga una propiedad puede especie o género; un análisis o explicitación reductiva de
proceder mejor ei i términos tan sólo de semejanza. No tipos.
hay ventaja en ape _ .... _ _ ................. Entonces, si a lo largo de un intento de análisis nomina
inq de predicados simplemente se.convierte en Nominalismo/ lista sucede que encubiertamente se apela a la noción de
de semejanza. [ propiedad, especie o tipo, el análisis ha fallado en su pro
pósito. El fracaso no prueba la verdad del realismo, pero
ue se muestra que ese análisis nominalista particular no ha logra
aplican por virtud de la manera como los objetos actúan do su propósito.
sobre nuestros órganos sensoriales. Una
pna diferencia dede predi- Varios de los siguientes argumentos, en particular los ar
cado corresponde a una diferencia de tal acción, sugerencia gumentos de regreso al infinito en contra de las variedades
que quizás tiene algo del espíritu díef Quíne.' Pero la manera
úihe. jPero del nominalismo, se apoyan en esta observación. Pretenden
diferente como actúan los objetos i sobre nosotros es, claro mostrar que el nominalista da una explicitación reductiva
estáTTjñ' género de manera diferente. Surgen de aquí dos
Jta— »WIWww. ------ «u. - ----- . ------- V de ciertos tipos sólo al costo de reintroducir otros tipos, lo
observáciones. Primero, ¿no dependerá este genero diferente cual no es avance alguno. Ahora intento mostrar esto para
de acción de la diferente naturaleza de las cosas que actúan? el caso del Nominalismo de predicados.
Y, ¿qué explicitación dará el nominalista de predicados de Dada una clase, tal como la clase de las cosas blancasri
esta diferencia de naturaleza? En segundo lugar, ¿qué es
para nosotros el ser afectados conforme a géneros diferentes? J pyedicadosuOtóllía Jar una..
de su unidad diciendo que cada miembro de esta clase tiene
Estos problemas son versiones del problema original acerca la@isma reláción (la relación de caer bajo) con eí(mismcb
de las propiedades que pretendía resolver el nominalista de predicado; el predicado ‘blanco’, Pero Jas dos mismidades
predicados, aquí comprendidas no son mismidades de un particular, más
bien son mismidades de género, especie o tipo. Cada cosa
iv Nominalismo de predicados y' dos) regresos al infinitao 2 blanca tiene el mismo género de relación con el predicado
... ; • . ... x—x ■ [■ ‘blanco’. No es que tengan este tipo de relación con sólo
Antes de embarcarnos en el argumento de esta sección será un espécimen del predicado, tienen este tipo de relación con
útil recordar lo que se dijo al comenzar este capítulo. En \£ua£(|uieb| espécimen del predicado tipo ‘blanco’.
2 Esta] sección, .junto~ con el estudio de losS argumentos d e regreso al infi-
Sin“embargo, los tipos son el fenómeno mismo que habría
♦. ; \,V
t - k •< «.
nito en slos. caps. 3, 4, 5 y 7. se basa en Anmtrong (lt>74) . que reducir; así que él nominalista de predicados ha apelado

6/25
■18 DAVID MAI.ET ARMfcTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 49

doctrina de los predicados sólo requiera snplementarse con efecto, lo que allí se señaló fue que en la disputa entre el
una explicitación deTque es io que en diferentes particulares nominalismo y el realismo el peso de la prueba recae sobre
h?. ¡¿jes sea T tes pO icadosóTéf o ' aun el primero. El pensamiento y el discurso ordinarios reconocen
cuando esta sugerencia es muy plausible cuando se presenta la identidad, tanto de particulares corno de propiedades, de
de manera abstracta, no parece ser susceptible de recibir un género o de especie. Ciertamente, sin la distinción entre
desarrollo fructífero. “Por_ ejemplo.
_J _ _, J, e método clásico de inten núsmidad de una cosa y mismidad de propiedad o especie,
tar superar las dificultades del Nominalismo de predicados serían imposibles el pensamiento y el discurso. Los términos
es apelar a la semejanza que tienen entre si particulares que “espécimen” y “tipo” son técnicos, pero todo el mundo
caen bajo el mismo predicado: “la similitud en. las cosa§”, admite la distinción que señalan. Todo lo que el nominalista
comoJo... formula Locke. Pero una vez que un análisis de puede aspirar a hacer es un análisis o explicitación reductiva
semejanza se presenta con algún detalle, entonces la explici- de lo que es que algo tenga una propiedad o sea de cierta
tacíón de lo que es que una cosa tenga una propiedad puede especie o género; un análisis o explicitación reductiva de
proceder mejor ei i términos tan sólo de semejanza. No tipos.
hay ventaja en ape _ .... _ _ ................. Entonces, si a lo largo de un intento de análisis nomina
inq de predicados simplemente se.convierte en Nominalismo/ lista sucede que encubiertamente se apela a la noción de
de semejanza. [ propiedad, especie o tipo, el análisis ha fallado en su pro
pósito. El fracaso no prueba la verdad del realismo, pero
ue se muestra que ese análisis nominalista particular no ha logra
aplican por virtud de la manera como los objetos actúan do su propósito.
sobre nuestros órganos sensoriales. Una
pna diferencia dede predi- Varios de los siguientes argumentos, en particular los ar
cado corresponde a una diferencia de tal acción, sugerencia gumentos de regreso al infinito en contra de las variedades
que quizás tiene algo del espíritu díef Quíne.' Pero la manera
úihe. jPero del nominalismo, se apoyan en esta observación. Pretenden
diferente como actúan los objetos i sobre nosotros es, claro mostrar que el nominalista da una explicitación reductiva
estáTTjñ' género de manera diferente. Surgen de aquí dos
Jta— »WIWww. ------ «u. - ----- . ------- V de ciertos tipos sólo al costo de reintroducir otros tipos, lo
observáciones. Primero, ¿no dependerá este genero diferente cual no es avance alguno. Ahora intento mostrar esto para
de acción de la diferente naturaleza de las cosas que actúan? el caso del Nominalismo de predicados.
Y, ¿qué explicitación dará el nominalista de predicados de Dada una clase, tal como la clase de las cosas blancasri
esta diferencia de naturaleza? En segundo lugar, ¿qué es
para nosotros el ser afectados conforme a géneros diferentes? J pyedicadosuOtóllía Jar una..
de su unidad diciendo que cada miembro de esta clase tiene
Estos problemas son versiones del problema original acerca la@isma reláción (la relación de caer bajo) con eí(mismcb
de las propiedades que pretendía resolver el nominalista de predicado; el predicado ‘blanco’, Pero Jas dos mismidades
predicados, aquí comprendidas no son mismidades de un particular, más
bien son mismidades de género, especie o tipo. Cada cosa
iv Nominalismo de predicados y' dos) regresos al infinitao 2 blanca tiene el mismo género de relación con el predicado
... ; • . ... x—x ■ [■ ‘blanco’. No es que tengan este tipo de relación con sólo
Antes de embarcarnos en el argumento de esta sección será un espécimen del predicado, tienen este tipo de relación con
útil recordar lo que se dijo al comenzar este capítulo. En \£ua£(|uieb| espécimen del predicado tipo ‘blanco’.
2 Esta] sección, .junto~ con el estudio de losS argumentos d e regreso al infi-
Sin“embargo, los tipos son el fenómeno mismo que habría
♦. ; \,V
t - k •< «.
nito en slos. caps. 3, 4, 5 y 7. se basa en Anmtrong (lt>74) . que reducir; así que él nominalista de predicados ha apelado

6/25
50 DAVID MALF.T ARMSTRONG
LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 51
a los...tipos en el.p El regreso de relación e$ igualmente mortal. Si considera-
teoría que pretende dar un análisis reductivo de todos los mos todos esos pares que constan de (a) . un objeto y (b) un
tipos. Es claro que si ha de mantener la consistencia, los predicado que se aplica al objeto, entonces el nominalista
"tipos que aparecen del lado derecho de sus análisis deben de predicados río púédé negar (porque lo áfljriíia)Jjúé todos
analizarse igualmente, al estilo deí nominalista de predica- estos pares tienen “algo erí común”. Todos son. especímenes
dos. Pero tal análisis requiere apelar a tipos y así ad tnfim- de la relación tipo común1 caer bajo. Pero la única expl¡ci
iutn. La teoría está encerrada en un regreso infinito. Argu tación que consistentemente puede dar de esta situación es
mentaré que el regreso es vicioso. que todos estos pares caen bajo el predicado de dos lugares
‘caer bajo’. La introducción de este nuevo predicááó.jom-
Podemos distinguir entre el regreso de objeto, que encie-
-H££!„Er Íedo _y..el regresoje rejacan, que encierra la lo..podemos
ignorar,.. El regreso. de.j.el4ción ..sprge. por el hecho de que
relaaSleníye objeto y predicado. Se encontrará que ésta el análisis comprende, una vez.más, la relación tipo de caer
terminología es útil no sólo para el examen del Nominalismo bajo, una relación que eslabona Jos pares al predicado de
de predicados, sino en el caso de todos los análisis relació dos lugares.
jares.
nales de lo que es que un particular tenga una propiedad
Éstas, wweyas...instancias de caer bajo, o bien son un (tipo
o que dos o más particulares estén relacionados de cierta de relación diferente al que mantienen los particulares orí-
forma genérica. ginales y los predicados originales, o son del mismo tip0. Si
El regreso de objeto surge porque al nominalista de predi son de un tipo difeíénte, entonces, por consistencia, el aríá-
cados debe entendérsele como queriendo decir que ja blan 15 en términos de pares de objetos que caen bajo un pre
4lisis
cura de los objetos blancos está constituida por su especial dicado debe comprender aún otro tipo de orden superior
Pe de ~¿hÓr bajó el que, sin embargo, tampoco puede dejarse sin
XS
N
¿qué expUdlación jjuede darse.de ests tipo? ° pu.ede_.per- í e g r so es ciertamente vicioso.
inaticccr cpmo.una noción no analizada para el nominalista Si las nuevas instancias de
Sí jas de caer bajo son
caer bajo del mismo
son del mismo tipo
tipo
de predicados. Él podría decir que el tipp 'blanco’ es sim- que las instancias originales, no hay regreso de tipos dife
plemente la clase de sus especímenes. Sin ..embargo, esto es rentes; pero aún el regresó parece vicioso. El lado derecho
cambiar de teoría a medio regreso y convertirse en un nomi del análisis siempre procede érí términos de que ciertos dbjé-
nalista de clases acerca de 'blanco'. Si ha de seguir siendo un tos caen bajo ciertos predicadósi Pór taiitó, él nominalista
nominalista de predicados, entonces debe decir que todos los de predicados nunca es capaz de eliminar de su análisis la
noción tipo de caer bajo. Pero, puesto que él se propone! dar
especímenes son de este tipo porque caen bajo un predicado
un análisis reductivo cíe (odas las nociones tipo, su explícita-
de orden superior "blanco”. Pero este nuevo predicado es, ciórí en círcularidad;
cion cae érí circularidad ; é incluso el regreso
si el
incluso si fuese
no fuese
una vez más, un tipo. Él regreso es Infinitó; y, puesto qüe regreso no
vicioso, llevaría al nominalista de predicados a una mani-
siempre se hace referencia a íin tipo lio analizado del lado d e ecoi
fiesta falta de ernnnmtn
derecho deí análisis, el regreso es vícidSó? Péfó áuii jdjio
jl fuera vicioso, río sería económico. En lugar del tipo origi- es qug.de hecho, el nominalista de predicad is río résüclvb su
' I nal sustituimos una serie infinita de predicados tipo, 'blan problema; simplemente lo (modifica.- Es como q iii.cn ápfást.a
co*, "blanco”, . . . Mejor sería haberse quedado con el tipo Ja protuberancia en una alfombra tan sólo para que reapa
original, blanco. (En ocasiones los nominalistas atacan por rezca en otro lugar; o como la persona sin fondos que hace
no-económica esta aceptación del, tipo original.) un cheque para cubrir sus ¡deudas. C u a n d o se le recusa está

7/25 Í fM V v A « U ! ' v : x?
50 DAVID MALF.T ARMSTRONG
LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 51
a los...tipos en el.p El regreso de relación e$ igualmente mortal. Si considera-
teoría que pretende dar un análisis reductivo de todos los mos todos esos pares que constan de (a) . un objeto y (b) un
tipos. Es claro que si ha de mantener la consistencia, los predicado que se aplica al objeto, entonces el nominalista
"tipos que aparecen del lado derecho de sus análisis deben de predicados río púédé negar (porque lo áfljriíia)Jjúé todos
analizarse igualmente, al estilo deí nominalista de predica- estos pares tienen “algo erí común”. Todos son. especímenes
dos. Pero tal análisis requiere apelar a tipos y así ad tnfim- de la relación tipo común1 caer bajo. Pero la única expl¡ci
iutn. La teoría está encerrada en un regreso infinito. Argu tación que consistentemente puede dar de esta situación es
mentaré que el regreso es vicioso. que todos estos pares caen bajo el predicado de dos lugares
‘caer bajo’. La introducción de este nuevo predicááó.jom-
Podemos distinguir entre el regreso de objeto, que encie-
-H££!„Er Íedo _y..el regresoje rejacan, que encierra la lo..podemos
ignorar,.. El regreso. de.j.el4ción ..sprge. por el hecho de que
relaaSleníye objeto y predicado. Se encontrará que ésta el análisis comprende, una vez.más, la relación tipo de caer
terminología es útil no sólo para el examen del Nominalismo bajo, una relación que eslabona Jos pares al predicado de
de predicados, sino en el caso de todos los análisis relació dos lugares.
jares.
nales de lo que es que un particular tenga una propiedad
Éstas, wweyas...instancias de caer bajo, o bien son un (tipo
o que dos o más particulares estén relacionados de cierta de relación diferente al que mantienen los particulares orí-
forma genérica. ginales y los predicados originales, o son del mismo tip0. Si
El regreso de objeto surge porque al nominalista de predi son de un tipo difeíénte, entonces, por consistencia, el aríá-
cados debe entendérsele como queriendo decir que ja blan 15 en términos de pares de objetos que caen bajo un pre
4lisis
cura de los objetos blancos está constituida por su especial dicado debe comprender aún otro tipo de orden superior
Pe de ~¿hÓr bajó el que, sin embargo, tampoco puede dejarse sin
XS
N
¿qué expUdlación jjuede darse.de ests tipo? ° pu.ede_.per- í e g r so es ciertamente vicioso.
inaticccr cpmo.una noción no analizada para el nominalista Si las nuevas instancias de
Sí jas de caer bajo son
caer bajo del mismo
son del mismo tipo
tipo
de predicados. Él podría decir que el tipp 'blanco’ es sim- que las instancias originales, no hay regreso de tipos dife
plemente la clase de sus especímenes. Sin ..embargo, esto es rentes; pero aún el regresó parece vicioso. El lado derecho
cambiar de teoría a medio regreso y convertirse en un nomi del análisis siempre procede érí términos de que ciertos dbjé-
nalista de clases acerca de 'blanco'. Si ha de seguir siendo un tos caen bajo ciertos predicadósi Pór taiitó, él nominalista
nominalista de predicados, entonces debe decir que todos los de predicados nunca es capaz de eliminar de su análisis la
noción tipo de caer bajo. Pero, puesto que él se propone! dar
especímenes son de este tipo porque caen bajo un predicado
un análisis reductivo cíe (odas las nociones tipo, su explícita-
de orden superior "blanco”. Pero este nuevo predicado es, ciórí en círcularidad;
cion cae érí circularidad ; é incluso el regreso
si el
incluso si fuese
no fuese
una vez más, un tipo. Él regreso es Infinitó; y, puesto qüe regreso no
vicioso, llevaría al nominalista de predicados a una mani-
siempre se hace referencia a íin tipo lio analizado del lado d e ecoi
fiesta falta de ernnnmtn
derecho deí análisis, el regreso es vícidSó? Péfó áuii jdjio
jl fuera vicioso, río sería económico. En lugar del tipo origi- es qug.de hecho, el nominalista de predicad is río résüclvb su
' I nal sustituimos una serie infinita de predicados tipo, 'blan problema; simplemente lo (modifica.- Es como q iii.cn ápfást.a
co*, "blanco”, . . . Mejor sería haberse quedado con el tipo Ja protuberancia en una alfombra tan sólo para que reapa
original, blanco. (En ocasiones los nominalistas atacan por rezca en otro lugar; o como la persona sin fondos que hace
no-económica esta aceptación del, tipo original.) un cheque para cubrir sus ¡deudas. C u a n d o se le recusa está

7/25 Í fM V v A « U ! ' v : x?
52 DAVlft MALjjiT ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO
53

1 dispuesta a hacer otro cheque para cubrir el primero, y así predicados podría rebatir tanto esa dificultad como la pre
í sucesivamente. Puede posponer el día del juicio, pero no sente, si modificase su análisis de la siguiente manera:
cubrir sus deudas.
a tiene la propiedad F si y sólo si
a cae bajo un posible predicado ‘F’.
v Predicados y predicados pasibles
Esto saca al nominalista de predicados de la sartén, pero
Al presentar los argumentos de regreso al infinito en contra lo pone en un fuego muy caliente. ¿Cómo ha de entenderse
/ del nominalista de predicados, tácitamente se le concedió esta nueva fórmula? ¿Se está comprometiendo el nominalista
/ que disponía de un almacén infinito de predicados. Sólo así de predicados con entidades denominadas ‘predicados posi
) podía proporcionar predicados en términos de orden supe- bles’? Esto puede no contradecir la letra del nominalismo,
[ ríor; de los cuales podía analizar qué es el que los predicados pero ciertamente contradice su espíritu. Los tipos se canjean
/ sean especímenes del mismo predicado tipo. por possibilia, con todas sus paradojas y dificultades. E
Pero en algún punto del Tigresa al nominalista de predi Si el nominalista de predicados no está dispuesto a pos
cados se le agotarán los predicados reales. Para un nominá tular possibilia, entonces su análisis es tanto como decir que
is lista, un predicado de cierto t .po sólo puede existir si existen a existe y que es verdadera de a cierta proposición hipotética,
|| especímenes de ese tipo. Ciato está que los especímenes no a saber, si hubiese un predicado ‘F’, entonces a caería bajo
necesitan existir actualmente. Su cuantificador exi él. Pero, ¿qué es en el mundo lo que hace verdadera la pro
n necai asey ar existotci áctu t (Ex) (Dodo x)1 es una posición hipotética? Postular hipotéticos estados de cosas re
1 1 1 sucita la ontología de possibilia. Pero ¿qué otra respuesta
proposición verdadera. Muy p— — ------ — -también lo es
probablemente
(Ex) (El hombre en Marte x) . Pero, para un nominalista, puede darse excepto que el objeto a tiene cierta naturaleza
un predicado tipo exige especímenes que existan en algún que serviría como base para aplicarle el predicado ‘F’ si
¡momento. hubiese tal predicado? Sin embargo, dar esta respuesta es
Los especímenes pueden faltar en el mismo primer paso. abandonar el Nominalismo de predicados. Requeriríamos
Es claramente posible, y nosotros creemos que así es, que entonces de una explicitación de esta naturaleza que tiene a
los particulares tengan ciertas propiedades y relaciones de y la explicitación no puede darsp en términos de posibilidad. 8
las que nunca se dan cuenta los humanos. Aun donde pre- pre
dicados espécimen actuales existen para propiedades y rela
ciones, no habrá, en general, especímenes de orden superior vi Nominalismo de predicados y causalidad F
bajo los cuales caigan esos especímenes. E incluso donde haya
tales especímenes de orden superior, unos cuantos escalones El siguiente argumento depende de tres premisas. Primera,
más arriba en la escalera nos asegurarán que hemos alcanzado hay causas en la naturaleza. Segunda, el orden causal es inde
predicados espécimen que son de cierto tipo pero que no pendiente de las clasificaciones que hagamos. Tercera, qué
caen bajo ningún predicado real. es causa de qué tan sólo depende de las propiedades (inclu
¿Qué es lo que ha de hacer el nominalista de predicados? yendo las propiedades relaciónales) de la causa y del efecto.
En este punto vale la pena recordar nuestra primera crítica
del Nominalismo de predicados. Un simple experimento 3 Quine (1960, pp. 191-5) ofrece u n a solución típicamente ingeniosa, pero,
también, típicamente artificial, del problema de expresiones lingüísticas que
mental mostró que un particular aún sería blanco a pesar carecen de especímenes. Pero su solución depende de darles a fus clases un
de que no existiese el predicado ‘blanco’. El nominalista de status ontológico especial. Esta última doctrina se criticará en el cap. 4 § I.

8/25
52 DAVlft MALjjiT ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO
53

1 dispuesta a hacer otro cheque para cubrir el primero, y así predicados podría rebatir tanto esa dificultad como la pre
í sucesivamente. Puede posponer el día del juicio, pero no sente, si modificase su análisis de la siguiente manera:
cubrir sus deudas.
a tiene la propiedad F si y sólo si
a cae bajo un posible predicado ‘F’.
v Predicados y predicados pasibles
Esto saca al nominalista de predicados de la sartén, pero
Al presentar los argumentos de regreso al infinito en contra lo pone en un fuego muy caliente. ¿Cómo ha de entenderse
/ del nominalista de predicados, tácitamente se le concedió esta nueva fórmula? ¿Se está comprometiendo el nominalista
/ que disponía de un almacén infinito de predicados. Sólo así de predicados con entidades denominadas ‘predicados posi
) podía proporcionar predicados en términos de orden supe- bles’? Esto puede no contradecir la letra del nominalismo,
[ ríor; de los cuales podía analizar qué es el que los predicados pero ciertamente contradice su espíritu. Los tipos se canjean
/ sean especímenes del mismo predicado tipo. por possibilia, con todas sus paradojas y dificultades. E
Pero en algún punto del Tigresa al nominalista de predi Si el nominalista de predicados no está dispuesto a pos
cados se le agotarán los predicados reales. Para un nominá tular possibilia, entonces su análisis es tanto como decir que
is lista, un predicado de cierto t .po sólo puede existir si existen a existe y que es verdadera de a cierta proposición hipotética,
|| especímenes de ese tipo. Ciato está que los especímenes no a saber, si hubiese un predicado ‘F’, entonces a caería bajo
necesitan existir actualmente. Su cuantificador exi él. Pero, ¿qué es en el mundo lo que hace verdadera la pro
n necai asey ar existotci áctu t (Ex) (Dodo x)1 es una posición hipotética? Postular hipotéticos estados de cosas re
1 1 1 sucita la ontología de possibilia. Pero ¿qué otra respuesta
proposición verdadera. Muy p— — ------ — -también lo es
probablemente
(Ex) (El hombre en Marte x) . Pero, para un nominalista, puede darse excepto que el objeto a tiene cierta naturaleza
un predicado tipo exige especímenes que existan en algún que serviría como base para aplicarle el predicado ‘F’ si
¡momento. hubiese tal predicado? Sin embargo, dar esta respuesta es
Los especímenes pueden faltar en el mismo primer paso. abandonar el Nominalismo de predicados. Requeriríamos
Es claramente posible, y nosotros creemos que así es, que entonces de una explicitación de esta naturaleza que tiene a
los particulares tengan ciertas propiedades y relaciones de y la explicitación no puede darsp en términos de posibilidad. 8
las que nunca se dan cuenta los humanos. Aun donde pre- pre
dicados espécimen actuales existen para propiedades y rela
ciones, no habrá, en general, especímenes de orden superior vi Nominalismo de predicados y causalidad F
bajo los cuales caigan esos especímenes. E incluso donde haya
tales especímenes de orden superior, unos cuantos escalones El siguiente argumento depende de tres premisas. Primera,
más arriba en la escalera nos asegurarán que hemos alcanzado hay causas en la naturaleza. Segunda, el orden causal es inde
predicados espécimen que son de cierto tipo pero que no pendiente de las clasificaciones que hagamos. Tercera, qué
caen bajo ningún predicado real. es causa de qué tan sólo depende de las propiedades (inclu
¿Qué es lo que ha de hacer el nominalista de predicados? yendo las propiedades relaciónales) de la causa y del efecto.
En este punto vale la pena recordar nuestra primera crítica
del Nominalismo de predicados. Un simple experimento 3 Quine (1960, pp. 191-5) ofrece u n a solución típicamente ingeniosa, pero,
también, típicamente artificial, del problema de expresiones lingüísticas que
mental mostró que un particular aún sería blanco a pesar carecen de especímenes. Pero su solución depende de darles a fus clases un
de que no existiese el predicado ‘blanco’. El nominalista de status ontológico especial. Esta última doctrina se criticará en el cap. 4 § I.

8/25
100 DAVID MALET ARMSTRONG
LOS ÜXT AEES Y ET. R E A l . f .< M o CIENTÍFICO 101

ticulares ¡de manera tan fácil como esa! Pero creo q u e el piedad d e viajar ra rápido q u e la lu Z a menos que el pre-
argumento muestra que podemos dar una explicitacióii de dicado se aplique 7. !idgo?
'las virtudes’ sólo en términos de universales, d e ese campo Podría pénsárss la teoría <lel ■significado requiere tal
de propiedades y relaciones q u e hacen verdadero que un propiedad. El preciado ‘viaja más i Apido q u e I a (ll7; c s p e r .
particular posea cierta virtud.
fectamente bueno ¿vino predicarlo; 1la expresión ' • significa
- -r-L
algo. Por tanto, l i propiedad con-á| OTn d i C nü debe 'existir
y ser l o q u e aqué. r nifica.
7. Universales trascendentes K Este argumento retosidera que el significado es una reía-
ción diádica q u e se ¿|a entre expresiones
< y ¡ 0 q u e se significa.
y n o se aprecia ampliamente q u e ési n e / u n a 'teoría del sig
i La naturaleza de la teoría nificado cruda e tasad.isfactoria. Lo q u e es imucho más difícil
es proporcionar un sustituto satisfac e n jo . Ese problema, sin
JPasatnos ahora a una. versión del realismo. Se aseineja a los embargo, es un pierna para l a teoría semántica y no in-
cuatro análisis nominalistas, ya jgm¡3B.’ados. .en . . tanto ..que z tentaren! os resdh d aquí. Hay mía larga tradición, pero
es úna teoría relacionad Conforme a esta tesis, a tiene la- yr pienso que en gsnfdil está desacreditada,0 de' resolver cues
propiedad'!7“sí'y sólo si a üengj xehdón. Hecuada wcon / tiones cmológte cnú base en consideraciones semánticas.
AHÍJES!
está tesis se atnkuye. 3-ZktólxJ lQQl£ yJ imdJJ -«viviero
N o es claro en epé medida este argumento> ;a partir ‘ del
'
significado fuese ~*jd ique influyese
‘ al mismo Platón. En la
a principios de este siglo.
Será conveniente hablar de los universales trascendentes
como d e Formas. Pero" 'es ímp tonteT®g Snta X|.ue, la ¿procederemos cieno siempre y comenzaremos por síiponcr
suponer la
teoría dé las Formas de Platón es una teoría q u e sostiene existencia de r.-ji úniut naturaleza ()<> Forma esencial para
hacer mas q u e meramente resolver el problema de los uní- cada conjunto cosas que llamamos por el mismo nom
.versales. El problema de los universales es el problema d e bre? (595)
Cómo particulares diferentes pueden, sin embargo, tener exac
tamente las mismas propiedades y relaciones. Es el problema Pero, ¿está arguyeran [aquí Platón qm ; | a F orma s e requiene
r
de la identidad genérica. La teoría platónica d e las Formas - - i--- como
para q u e el nombre sea significativo? Esta ces ’la forma ------
pretende solucionar este problema, pero pretende hacer más, se le interpreta co frecuencia. Sin embargo, es ál menos
también,, plausible sugerir ene el argumento subyacente’es que la mis-
í \ j Primero) está el problema de las propiedades no instan- midad del nombre reáuicre mismidad d e naturaleza en las
Ciadas corno (quizas) viqjqrjnas rápido que la luz o incluso cosas n cí2ibr3ci3.'?- ünton .cs, el es un<i versión ¡
el matiz d e azul faltante, d e H u m e . Podría pensarse q u e (ciertamente una - mitin lingüística y, p O r tanto, una versión h
postular Formas trascendentes proveería la existencia dé tales insatisfactoria desde m i punto de vitó del argumento del ’ Ú
propiedades. Uno sobre los Muchos. I
Este problema es bastante peculiar. ¿Por q u é hemos de . s fePé . l a s U-rmJ se postulan p.na solucionar un pro- w
blema particular s-na de propiedades n o instanciiadas: el . .
pensai que es. necesario proveer, la. existen ciá 'dé"' tales pío- ó1
problema d e . lítmur , jdc¿des. Así, Platón y otros arguyen
, piedades? ¿Por q u é no decir, simplemente, q u e no hay cosas
q u e ningún objtto o dínario es perfectamente circular y
tales? Debe de admitirse q u e hay u n predicado ‘viaja más
n i n g ú n acto litros es jamás p e í Lilamente bueno. Asi
rápido que la luz.’. Pero, ¿por q u é conceder q u e hay una pro-
mismo. h física r -vloijmma hace aseveraciones acerca de lo
9/25
100 DAVID MALET ARMSTRONG
LOS ÜXT AEES Y ET. R E A l . f .< M o CIENTÍFICO 101

ticulares ¡de manera tan fácil como esa! Pero creo q u e el piedad d e viajar ra rápido q u e la lu Z a menos que el pre-
argumento muestra que podemos dar una explicitacióii de dicado se aplique 7. !idgo?
'las virtudes’ sólo en términos de universales, d e ese campo Podría pénsárss la teoría <lel ■significado requiere tal
de propiedades y relaciones q u e hacen verdadero que un propiedad. El preciado ‘viaja más i Apido q u e I a (ll7; c s p e r .
particular posea cierta virtud.
fectamente bueno ¿vino predicarlo; 1la expresión ' • significa
- -r-L
algo. Por tanto, l i propiedad con-á| OTn d i C nü debe 'existir
y ser l o q u e aqué. r nifica.
7. Universales trascendentes K Este argumento retosidera que el significado es una reía-
ción diádica q u e se ¿|a entre expresiones
< y ¡ 0 q u e se significa.
y n o se aprecia ampliamente q u e ési n e / u n a 'teoría del sig
i La naturaleza de la teoría nificado cruda e tasad.isfactoria. Lo q u e es imucho más difícil
es proporcionar un sustituto satisfac e n jo . Ese problema, sin
JPasatnos ahora a una. versión del realismo. Se aseineja a los embargo, es un pierna para l a teoría semántica y no in-
cuatro análisis nominalistas, ya jgm¡3B.’ados. .en . . tanto ..que z tentaren! os resdh d aquí. Hay mía larga tradición, pero
es úna teoría relacionad Conforme a esta tesis, a tiene la- yr pienso que en gsnfdil está desacreditada,0 de' resolver cues
propiedad'!7“sí'y sólo si a üengj xehdón. Hecuada wcon / tiones cmológte cnú base en consideraciones semánticas.
AHÍJES!
está tesis se atnkuye. 3-ZktólxJ lQQl£ yJ imdJJ -«viviero
N o es claro en epé medida este argumento> ;a partir ‘ del
'
significado fuese ~*jd ique influyese
‘ al mismo Platón. En la
a principios de este siglo.
Será conveniente hablar de los universales trascendentes
como d e Formas. Pero" 'es ímp tonteT®g Snta X|.ue, la ¿procederemos cieno siempre y comenzaremos por síiponcr
suponer la
teoría dé las Formas de Platón es una teoría q u e sostiene existencia de r.-ji úniut naturaleza ()<> Forma esencial para
hacer mas q u e meramente resolver el problema de los uní- cada conjunto cosas que llamamos por el mismo nom
.versales. El problema de los universales es el problema d e bre? (595)
Cómo particulares diferentes pueden, sin embargo, tener exac
tamente las mismas propiedades y relaciones. Es el problema Pero, ¿está arguyeran [aquí Platón qm ; | a F orma s e requiene
r
de la identidad genérica. La teoría platónica d e las Formas - - i--- como
para q u e el nombre sea significativo? Esta ces ’la forma ------
pretende solucionar este problema, pero pretende hacer más, se le interpreta co frecuencia. Sin embargo, es ál menos
también,, plausible sugerir ene el argumento subyacente’es que la mis-
í \ j Primero) está el problema de las propiedades no instan- midad del nombre reáuicre mismidad d e naturaleza en las
Ciadas corno (quizas) viqjqrjnas rápido que la luz o incluso cosas n cí2ibr3ci3.'?- ünton .cs, el es un<i versión ¡
el matiz d e azul faltante, d e H u m e . Podría pensarse q u e (ciertamente una - mitin lingüística y, p O r tanto, una versión h
postular Formas trascendentes proveería la existencia dé tales insatisfactoria desde m i punto de vitó del argumento del ’ Ú
propiedades. Uno sobre los Muchos. I
Este problema es bastante peculiar. ¿Por q u é hemos de . s fePé . l a s U-rmJ se postulan p.na solucionar un pro- w
blema particular s-na de propiedades n o instanciiadas: el . .
pensai que es. necesario proveer, la. existen ciá 'dé"' tales pío- ó1
problema d e . lítmur , jdc¿des. Así, Platón y otros arguyen
, piedades? ¿Por q u é no decir, simplemente, q u e no hay cosas
q u e ningún objtto o dínario es perfectamente circular y
tales? Debe de admitirse q u e hay u n predicado ‘viaja más
n i n g ú n acto litros es jamás p e í Lilamente bueno. Asi
rápido que la luz.’. Pero, ¿por q u é conceder q u e hay una pro-
mismo. h física r -vloijmma hace aseveraciones acerca de lo
9/25
DAVID MALET ARMsTRONG LOS UNIVERSALES V EL REALISMO CIENTÍFICO 103

que les. sucede a los cuerpos sobre los q u e n o actúa ningu los átomos o los genes para explicar ciertos fenómenos. En
na fuerza en absoluto, aun cuando asevera, también, q u e n o u n asunto de ontología fundamental, esta prima facie, a u n
hay cuerpos así. Entonces, las Formas pueden postularse cuando ciertamente sólo prima facie, es una desventaja d e
rppara ser los límites ideales a los cuales t$ri sólo se pueden
4 aproximar los simples particulares. Entre, otnis cosas, pue- No sólo las Formas son entidades postuladas, sino también
’den funcionar, entonces, como patrones éticos) objetivos. la relación entre' áTt7cÍnár"*y”TOTná' q u e ’ arroja una
¿Vi Una vez más, sin embargo, parece _que o ííay.4iec .ídad
d e hacer más qué' postular los predicados o conceptos co-
-A- ' u-Sy» Wb* «s»1»«HVÍMÍ-/Í?■

rn " ” ........* ..... ’ icios conceptúa* el i arm en ides d e


lés~cjue?se* usan* para clasificar instancias reales por referen ere ine la relación es
cia al grado d e divergencia q u e habría entre las instancias la de
actuales y las ideales, si estas últimas existiesen. Las propo 1 sc
U PcUÍ
entiende lírmtmén te, entonces, cada
siciones hipotéticas comprendidas no parecen producir n i n particular obtiene7~símplemen~te, una parte numéricamente
gún problema oncológico particular. f /CX. "T>
(R r - problema es explicar como pueden diferentes particulares
de expfésiones referenciales aparentes en enunciados máte pó-' tener todos algo en ’ ... ....
* E—„_.. . .

niáticos,,"lógicos y otros. Por ejemplo, hablamos del número tirse entre jos partic
ma de lo q u e es coi -d...
mero cuatro, aun cuando no sea un
un objetó por derecho propio. Creo que éste? es el argumen-
X o 4HLJ10L.es_ai'ance
to d e mayor peso en 'apoyo de las T Formas trascendentes, alguno. Pero, si la palabra “participación” no se toma lite-
pero aquí ya no l o consideraré más, Una breve explicitación
del número se dará en el capítulo 13 § V.
fu d
< . qpú La imitaciórp/omprende o
teladón aCsiñiétrica de imitación implica formalmente la rela-
•■' .ción smmtiica .c semejanza, pero n o es implicada formal-
métncaTde"Temejanza,
n ¿Que? relaciones valen entre los particulares y las Formas? ¡f ;
"¿Qu'é' condiciones*'3ében~anádírse~ a la con d i
V» ‘ “ — — -
cióñ de q u e a se asemeja a b para dar la conclusión de q u e
Con la posible excepción d e las clases, las entidades a las a imita a b? Presumiblemente n o estamos interesados aquí
q u e el nominalista apela (infructuosamente, según lo he en ese sentido d e “imita”, primario quizás, q u e comprende
argüido) n o son entidades postuladas. Éstas son cosas tales la existencia d e agentes con propósitos. Las cosas blancas
como predicados y conceptos y éstoi se aplican o no a los no imitan la Forma de la blancura en ese sentido.
particulares. Hay cosas tales como instancias paradigma y hay Ujj.xMo.del sentido requerido parece ser aquel en el q u e
p 4 '1 L-'S’
otros particulares q u e se asemejan a los paradigmas d e ma- uncainakón imita n cow t r
íéHde¿ii 7mm? el color
ñeras más o menos estrechas. Y aun en el caso d e las clases, d
ÉJu,entornq. Podríamos námáF'rBto imitáción “úatural”
hay u n sentido claro en el q u e hay clases y particulares q u e
ciicciraaa una relación causal, jj.1 z
son miembros d e estas clases. entorno actúa sobre el camaleón, actuando por virtud de
Las Formas trascendentes son muy diferentes. Éstas son cierta propiedad, del color preponderante del entorno. El
entidades teóricas, separadas del m u n d o ordinario, pqstu- resultado es q u e el camaleón viene a tener esta propiedad.
ladas géñÓficáinente d e la misma manera como se postularon Podría objetarse esta explicitación de la imitación q u e tiene

10/25
DAVID MALET ARMsTRONG LOS UNIVERSALES V EL REALISMO CIENTÍFICO 103

que les. sucede a los cuerpos sobre los q u e n o actúa ningu los átomos o los genes para explicar ciertos fenómenos. En
na fuerza en absoluto, aun cuando asevera, también, q u e n o u n asunto de ontología fundamental, esta prima facie, a u n
hay cuerpos así. Entonces, las Formas pueden postularse cuando ciertamente sólo prima facie, es una desventaja d e
rppara ser los límites ideales a los cuales t$ri sólo se pueden
4 aproximar los simples particulares. Entre, otnis cosas, pue- No sólo las Formas son entidades postuladas, sino también
’den funcionar, entonces, como patrones éticos) objetivos. la relación entre' áTt7cÍnár"*y”TOTná' q u e ’ arroja una
¿Vi Una vez más, sin embargo, parece _que o ííay.4iec .ídad
d e hacer más qué' postular los predicados o conceptos co-
-A- ' u-Sy» Wb* «s»1»«HVÍMÍ-/Í?■

rn " ” ........* ..... ’ icios conceptúa* el i arm en ides d e


lés~cjue?se* usan* para clasificar instancias reales por referen ere ine la relación es
cia al grado d e divergencia q u e habría entre las instancias la de
actuales y las ideales, si estas últimas existiesen. Las propo 1 sc
U PcUÍ
entiende lírmtmén te, entonces, cada
siciones hipotéticas comprendidas no parecen producir n i n particular obtiene7~símplemen~te, una parte numéricamente
gún problema oncológico particular. f /CX. "T>
(R r - problema es explicar como pueden diferentes particulares
de expfésiones referenciales aparentes en enunciados máte pó-' tener todos algo en ’ ... ....
* E—„_.. . .

niáticos,,"lógicos y otros. Por ejemplo, hablamos del número tirse entre jos partic
ma de lo q u e es coi -d...
mero cuatro, aun cuando no sea un
un objetó por derecho propio. Creo que éste? es el argumen-
X o 4HLJ10L.es_ai'ance
to d e mayor peso en 'apoyo de las T Formas trascendentes, alguno. Pero, si la palabra “participación” no se toma lite-
pero aquí ya no l o consideraré más, Una breve explicitación
del número se dará en el capítulo 13 § V.
fu d
< . qpú La imitaciórp/omprende o
teladón aCsiñiétrica de imitación implica formalmente la rela-
•■' .ción smmtiica .c semejanza, pero n o es implicada formal-
métncaTde"Temejanza,
n ¿Que? relaciones valen entre los particulares y las Formas? ¡f ;
"¿Qu'é' condiciones*'3ében~anádírse~ a la con d i
V» ‘ “ — — -
cióñ de q u e a se asemeja a b para dar la conclusión de q u e
Con la posible excepción d e las clases, las entidades a las a imita a b? Presumiblemente n o estamos interesados aquí
q u e el nominalista apela (infructuosamente, según lo he en ese sentido d e “imita”, primario quizás, q u e comprende
argüido) n o son entidades postuladas. Éstas son cosas tales la existencia d e agentes con propósitos. Las cosas blancas
como predicados y conceptos y éstoi se aplican o no a los no imitan la Forma de la blancura en ese sentido.
particulares. Hay cosas tales como instancias paradigma y hay Ujj.xMo.del sentido requerido parece ser aquel en el q u e
p 4 '1 L-'S’
otros particulares q u e se asemejan a los paradigmas d e ma- uncainakón imita n cow t r
íéHde¿ii 7mm? el color
ñeras más o menos estrechas. Y aun en el caso d e las clases, d
ÉJu,entornq. Podríamos námáF'rBto imitáción “úatural”
hay u n sentido claro en el q u e hay clases y particulares q u e
ciicciraaa una relación causal, jj.1 z
son miembros d e estas clases. entorno actúa sobre el camaleón, actuando por virtud de
Las Formas trascendentes son muy diferentes. Éstas son cierta propiedad, del color preponderante del entorno. El
entidades teóricas, separadas del m u n d o ordinario, pqstu- resultado es q u e el camaleón viene a tener esta propiedad.
ladas géñÓficáinente d e la misma manera como se postularon Podría objetarse esta explicitación de la imitación q u e tiene

10/25
104 DAVID MALET ARMSTRONG LOS' UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 105
la consecuencia de que cuando el calor del fuego calienta el
agua, el agua imita al fuego. Sin embargo, la consecuencia "ín Pueden las Formas determinar propiedades?
puede no ser tan objetable como lo parece a primera vista.
Nosotros estaríamos dispuestos a decir que el agua toma La dificultad que se considerará en esta sección es a q u e
se presentó en cQntra de las variedades del nominalismo. o
(parte de) el calor del fuego. Pero, de cualquier manera, la
situación con el camaleón es causalmente más compleja ¿No es claro que la blaheura de a no está determinada por
pues, para su formulación, requiere cuantificación universal la relación ae a con uná entidad t rascenden te?,.Realícese el y s -
sobre propiedades. El camaleón “imita” el entorno porque experimento mentaTuTual y considérese ¿i sin la. Forma de
cualquiera que sea el color predominante que asuma su en la BlancurárTárecFbbvib que a podría aún ser blanco., Así,
torno, como resultado de esto el camaleón toma justamente e«
ese color. con la Forma.
Sin embargo, este análisis de imiíacián lnafctiral”. hace en
aro que la noción presupone, y así no puede usarse para contra de una doctrina die universales trascendentes. Fallaría
en contra de la tesis di que “participación” significa que
¿a . , phcar, la nocion de la misma propiedad . Un nuevo
parte propia de la Fdrma está realmente en a. Fracasaría,
una oarte
iMuB4rv1 tamqién, en contra de la tesis de que la Forma es algo pre-
sucesos y de estados de cosas en el mundo de los particulares sentqcomo una totalidad en a (así como ------- * como
— * presente --j- una

l (Fe n,~$B-106). L PeroJio,2reo que ningún creyente con- ilares) . La primera de estas alter-
nativas carece de valor porque rompe ja unidad de la Forma.
ü Sin embargo, la segunda alternativa debe tomarse muy seria-
se.r_el apropiado a la teoría de las Formas. Pero, ¿cuál es el hO.i Se acerca a la que
capítuloflO.j
mentó; se examinará en el capitulo
sentido apropiado? considero es lajjrdaQcnsumtor V
Es interesante, pero algo entristecedor, notar que los gran- "■"■pudría pensarse que, por otra razón, aquí se rompe el
1
cles/dbfepsorer'nloderiios de los universales trascendentes, paral slo con la dificultad presentada en contra de las varie- r>rC
( M o o r e / / Russell/ni siquiera consideran este problema de del nominalismo. Podría decirse que las relaciones cX‘4 ’
a 'la-naturaleza cle la relación entre particulares y Formas al entre predicados, conceptos, clases y paradigmas, por una
n j . . d i que Platón le prestó tanta atención. Pero, para quienes se parte y particulares adecuados por la otra, no son elaciones
4 1 1
. enfrentan al problema, parece que lo mejor (Jante de mietix) Productivas, Nada hacen para - ’hacer de - ’
los particulares lo
’ pp. es aseverar que la relación en cuestión es completamente in- que sbn. Por lo tanto, no pueden servir para dar una expli-
' definible, pero que su naturaleza la captan, de manera irre- citación de lo que es que os particulares tengan propiedades
p G í ,í.:\ flexiva al menos, todos los que entienden lo que es que las y relaciones. Pero la Forma puede considerarse como produc-wr
, í c j.c-A-fcdsas tengan propiedades y relaciones. Cook Wilsop (1926, tiva.i Cuándo la Forma lega a tener la relación conversa |j
i’ n § 148) adoptó esta posición y escribió: de participación con un objeto, entonces ese objeto toma J!?
cierto carácter. h ¡
De hecho, la relación del universal M con el particular es algo El pensamiento expresado a medias tras la palabra “príodluc
1
sui generis, presupuesta en cualquier explicación de lo que tivo’ r una especie de
tivo” es q u e Ja relación es ’
i elación causal.
sea. Por tanto, la naturaleza del universal elude, necesaria ■. (A. menos que, en efecto, sea q u e l a Forma esté actualmente
perpetuamente, cualquier intento de explicarse. El reconoci presente en el particular.) Pero la relación causal exige una
miento de esto le permite a uno elucidar toda la perplejidad causa y un efecto, cada uno con s u s propiedades, así q uú ec n o
del Parménides de Platón (p. 848). puede- usai se para dar una cxplicitación d e lo que es tener
11/25
104 DAVID MALET ARMSTRONG LOS' UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 105
la consecuencia de que cuando el calor del fuego calienta el
agua, el agua imita al fuego. Sin embargo, la consecuencia "ín Pueden las Formas determinar propiedades?
puede no ser tan objetable como lo parece a primera vista.
Nosotros estaríamos dispuestos a decir que el agua toma La dificultad que se considerará en esta sección es a q u e
se presentó en cQntra de las variedades del nominalismo. o
(parte de) el calor del fuego. Pero, de cualquier manera, la
situación con el camaleón es causalmente más compleja ¿No es claro que la blaheura de a no está determinada por
pues, para su formulación, requiere cuantificación universal la relación ae a con uná entidad t rascenden te?,.Realícese el y s -
sobre propiedades. El camaleón “imita” el entorno porque experimento mentaTuTual y considérese ¿i sin la. Forma de
cualquiera que sea el color predominante que asuma su en la BlancurárTárecFbbvib que a podría aún ser blanco., Así,
torno, como resultado de esto el camaleón toma justamente e«
ese color. con la Forma.
Sin embargo, este análisis de imiíacián lnafctiral”. hace en
aro que la noción presupone, y así no puede usarse para contra de una doctrina die universales trascendentes. Fallaría
en contra de la tesis di que “participación” significa que
¿a . , phcar, la nocion de la misma propiedad . Un nuevo
parte propia de la Fdrma está realmente en a. Fracasaría,
una oarte
iMuB4rv1 tamqién, en contra de la tesis de que la Forma es algo pre-
sucesos y de estados de cosas en el mundo de los particulares sentqcomo una totalidad en a (así como ------- * como
— * presente --j- una

l (Fe n,~$B-106). L PeroJio,2reo que ningún creyente con- ilares) . La primera de estas alter-
nativas carece de valor porque rompe ja unidad de la Forma.
ü Sin embargo, la segunda alternativa debe tomarse muy seria-
se.r_el apropiado a la teoría de las Formas. Pero, ¿cuál es el hO.i Se acerca a la que
capítuloflO.j
mentó; se examinará en el capitulo
sentido apropiado? considero es lajjrdaQcnsumtor V
Es interesante, pero algo entristecedor, notar que los gran- "■"■pudría pensarse que, por otra razón, aquí se rompe el
1
cles/dbfepsorer'nloderiios de los universales trascendentes, paral slo con la dificultad presentada en contra de las varie- r>rC
( M o o r e / / Russell/ni siquiera consideran este problema de del nominalismo. Podría decirse que las relaciones cX‘4 ’
a 'la-naturaleza cle la relación entre particulares y Formas al entre predicados, conceptos, clases y paradigmas, por una
n j . . d i que Platón le prestó tanta atención. Pero, para quienes se parte y particulares adecuados por la otra, no son elaciones
4 1 1
. enfrentan al problema, parece que lo mejor (Jante de mietix) Productivas, Nada hacen para - ’hacer de - ’
los particulares lo
’ pp. es aseverar que la relación en cuestión es completamente in- que sbn. Por lo tanto, no pueden servir para dar una expli-
' definible, pero que su naturaleza la captan, de manera irre- citación de lo que es que os particulares tengan propiedades
p G í ,í.:\ flexiva al menos, todos los que entienden lo que es que las y relaciones. Pero la Forma puede considerarse como produc-wr
, í c j.c-A-fcdsas tengan propiedades y relaciones. Cook Wilsop (1926, tiva.i Cuándo la Forma lega a tener la relación conversa |j
i’ n § 148) adoptó esta posición y escribió: de participación con un objeto, entonces ese objeto toma J!?
cierto carácter. h ¡
De hecho, la relación del universal M con el particular es algo El pensamiento expresado a medias tras la palabra “príodluc
1
sui generis, presupuesta en cualquier explicación de lo que tivo’ r una especie de
tivo” es q u e Ja relación es ’
i elación causal.
sea. Por tanto, la naturaleza del universal elude, necesaria ■. (A. menos que, en efecto, sea q u e l a Forma esté actualmente
perpetuamente, cualquier intento de explicarse. El reconoci presente en el particular.) Pero la relación causal exige una
miento de esto le permite a uno elucidar toda la perplejidad causa y un efecto, cada uno con s u s propiedades, así q uú ec n o
del Parménides de Platón (p. 848). puede- usai se para dar una cxplicitación d e lo que es tener
11/25
106 DAVID MALET AR.MSTR.ONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 107

u n a propiedad. L.o q u e pa cen]nejte iieceMíiL -.4u laJd¿.b 1 ~ a los Nominalismos d e clases y d e semejanza, en t a m o q u e
i i n píen ien t e p rodo c t i va nó' se da un regreso de objeto pero sí uno de relación.
ma La blancura de a El Nominalismo de predicados analiza el q u e a sea F en
!a relación en l a q u e se términos d e la aplicabilidad de ' F ' a a. Pero el predicado
en c u en i raü~For m a ‘F’ es algo repetible, etRlLdipíi- De aquí nace el regreso de d
objetÓTTÍt OffitnáTisino de clases analiza el que a sea F en
. — . i, ’ _________ _ ___ ___■» i-
una
— -í ■ términos de la rnembresía de a en la clase de las Fs. La
tesis inmanente, o bien desaparece! cualquier apariencia de clase de las Fs no es un tipo; sólo puede haber una ciaste
diferencia entre la relación¿dejqíma a,. objeto jjas ela r Jodas¡ l a s Fs. Así que, en esté casó, falla el regreso de
ciones entre predicado, concepto, clase, agregado o paradigma objeto. Y, ¿qué hay con la Forma de F? Parece claro que,
y B tiehefn propiedades muy dife- íj' a este respecto, se asemeja a la clase más bien que al pre 3 £Xt
rentes. Conforme TTa"'F¿or7r e"l s biinas ti scendentes (j dicado. La Forma de F es necesariamente única. Por lo dC c L
ellos, son exactamente lo mismo. Sus únicas /j tanto, en conexión con ella no surge ningún problema del
UAf tó
Uno sobre los Muchos.
(J dJ ó
Considero que ésta es la propuesta del argumento de Pla d'>u
<, ¿rúq úía habér mía diferencia d e naturakza en d y~en b, 'j tón de la Tercera cama (República, 597) si es que, en efec
Ó además déla mera diferencia num' ~ lCl;
to, se pretendía realmente que fuese un argumento. Platón
¿ no ¡.as. dice que sólo puede haber una Forma de la Cama. Pues,
UnJ percepción de esta dificultad puede ser una razón i si hubiese dos, una tercera Cama debería aparecer por enci
por la que, en la versión platónica de la teoría, los partícula- | ma de las dos y ésta sería la Cama. Los comentadores se han
res se presenten, regularmente, como menos reales que las 1 preguntado por las premisas suprimidas de este argumento.
Formaos. En la filosofía de Platón los particulares, por así Pero, ¿es lo mejor tomarlo como u n argumento? Creo que
decir, están en peligro de ser tragados por las Formas. En a Platón (sin importar lo que piense que está haciendo) de
Los problemas de la filosofía (1912) Russell proclama la bería considerársele simplemente que está subrayando la
igual realidad del reino de los particulares y del reino de las unicidad esencial de la Forma.
Formas y dice que la tesis de Platear es afilosófica. Russell As£ pues, el regresG_.de...objeto fracasa, en conüa de las
dice que el filósofo ha de tomar una actitud igualitaria ante F
cualquier entidad que admita en su ontolpgía. Pero hay pie- g >nas‘ hay que pagar un jar£f,¡QULQ.,q
siones intelectuales reales tras la posición platónicaTpresío- aFrecliazar el regreso de objeto es la medida en que 1as
Formas irrepetibles son particulares extraños o metafísicos.
vez quese~ad mitigue "Tos particulares s o n t a n reales como .i»
i
láFFomiasTse refuerza enormementc éi casZrá~"fawf~cle"qn e i tienenel hábTtÓ’dé“éncóiTtfafséLy él ñómmálistá, muy plan- ....-v V
sibiementé, puede sostener que las Formas no violan la regla
sólo cpnstkuulasjaor la relación con de qúé tódárlúsTüSáí que" existen "son sólo particulares’. »/ •
n
. 9Sr 4É..4ÍíÍ£«líades.. que. valen para el nominalismo. .valen i
iv Las Formas y dos regresos al infinito lB;hÍÉL.l?!LfS. ht teoría de las Formas.
4
eoría de las Formas, si
>l UCSta a avor
ha de tomarse como una teoría de los universales, se asemeja (197 ° *l u e a,
gu ye y la subraya Donald Brownstein
V— ■— - r

12/25
106 DAVID MALET AR.MSTR.ONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 107

u n a propiedad. L.o q u e pa cen]nejte iieceMíiL -.4u laJd¿.b 1 ~ a los Nominalismos d e clases y d e semejanza, en t a m o q u e
i i n píen ien t e p rodo c t i va nó' se da un regreso de objeto pero sí uno de relación.
ma La blancura de a El Nominalismo de predicados analiza el q u e a sea F en
!a relación en l a q u e se términos d e la aplicabilidad de ' F ' a a. Pero el predicado
en c u en i raü~For m a ‘F’ es algo repetible, etRlLdipíi- De aquí nace el regreso de d
objetÓTTÍt OffitnáTisino de clases analiza el que a sea F en
. — . i, ’ _________ _ ___ ___■» i-
una
— -í ■ términos de la rnembresía de a en la clase de las Fs. La
tesis inmanente, o bien desaparece! cualquier apariencia de clase de las Fs no es un tipo; sólo puede haber una ciaste
diferencia entre la relación¿dejqíma a,. objeto jjas ela r Jodas¡ l a s Fs. Así que, en esté casó, falla el regreso de
ciones entre predicado, concepto, clase, agregado o paradigma objeto. Y, ¿qué hay con la Forma de F? Parece claro que,
y B tiehefn propiedades muy dife- íj' a este respecto, se asemeja a la clase más bien que al pre 3 £Xt
rentes. Conforme TTa"'F¿or7r e"l s biinas ti scendentes (j dicado. La Forma de F es necesariamente única. Por lo dC c L
ellos, son exactamente lo mismo. Sus únicas /j tanto, en conexión con ella no surge ningún problema del
UAf tó
Uno sobre los Muchos.
(J dJ ó
Considero que ésta es la propuesta del argumento de Pla d'>u
<, ¿rúq úía habér mía diferencia d e naturakza en d y~en b, 'j tón de la Tercera cama (República, 597) si es que, en efec
Ó además déla mera diferencia num' ~ lCl;
to, se pretendía realmente que fuese un argumento. Platón
¿ no ¡.as. dice que sólo puede haber una Forma de la Cama. Pues,
UnJ percepción de esta dificultad puede ser una razón i si hubiese dos, una tercera Cama debería aparecer por enci
por la que, en la versión platónica de la teoría, los partícula- | ma de las dos y ésta sería la Cama. Los comentadores se han
res se presenten, regularmente, como menos reales que las 1 preguntado por las premisas suprimidas de este argumento.
Formaos. En la filosofía de Platón los particulares, por así Pero, ¿es lo mejor tomarlo como u n argumento? Creo que
decir, están en peligro de ser tragados por las Formas. En a Platón (sin importar lo que piense que está haciendo) de
Los problemas de la filosofía (1912) Russell proclama la bería considerársele simplemente que está subrayando la
igual realidad del reino de los particulares y del reino de las unicidad esencial de la Forma.
Formas y dice que la tesis de Platear es afilosófica. Russell As£ pues, el regresG_.de...objeto fracasa, en conüa de las
dice que el filósofo ha de tomar una actitud igualitaria ante F
cualquier entidad que admita en su ontolpgía. Pero hay pie- g >nas‘ hay que pagar un jar£f,¡QULQ.,q
siones intelectuales reales tras la posición platónicaTpresío- aFrecliazar el regreso de objeto es la medida en que 1as
Formas irrepetibles son particulares extraños o metafísicos.
vez quese~ad mitigue "Tos particulares s o n t a n reales como .i»
i
láFFomiasTse refuerza enormementc éi casZrá~"fawf~cle"qn e i tienenel hábTtÓ’dé“éncóiTtfafséLy él ñómmálistá, muy plan- ....-v V
sibiementé, puede sostener que las Formas no violan la regla
sólo cpnstkuulasjaor la relación con de qúé tódárlúsTüSáí que" existen "son sólo particulares’. »/ •
n
. 9Sr 4É..4ÍíÍ£«líades.. que. valen para el nominalismo. .valen i
iv Las Formas y dos regresos al infinito lB;hÍÉL.l?!LfS. ht teoría de las Formas.
4
eoría de las Formas, si
>l UCSta a avor
ha de tomarse como una teoría de los universales, se asemeja (197 ° *l u e a,
gu ye y la subraya Donald Brownstein
V— ■— - r

12/25
108 DAVID MAI..ET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 109

Por contraste, el regreso dej?elación_qtie, hasta donde sé,

ser vicioso. Los particulares participan en las Formas. Por


tanto, la relación de participación es un tipo que tiene inde
finidamente mucTior7specIme srTei ?st“é“és“éxactamente
el géneroT de las Formas encuentra
CéM «A ininteligible e insiste en explicarlo mediante una Forma.
tA
de Participación en la que participen los pares ordenados Generalmente, en la actualidad se aprecia que el argu,- JxzT II fo
que constan de un particular y una Forma de prinier orden. mentó depende de una premisa, el supuesto de autoprcdica- *q7(p?7-Tr
Sin embargo, el problema se reproduce una vez más. Si aóh, qe"qire"la Forma que da cuenta de que los particulares A—
esta ¡yai ilcipaldón ríe segundo orden es jiIgTTle naturaleza tengan c lerta própFécIácVT’enTéTTrñEniTésá (LüJ-0 JA

có. Sójío si esto esT-Yéldad puede avanzar el argumento- ú¿i..Ccm


d ¿Tercer orden •ación de Pero, ¿por qué habríamos de conceder que la Forma de
F es Un F? A lo que aquí nos enfrentamos es al tema de
universales de orden superior, propiedades y relaciones de
primer orden esH"procedighdo
-j- . chlcnnmbsTle esta
Forma, lo que es parti-
circular. propiedades y relaciones. Este difícil tema debe esperar una
cipáción (He prÍtne£orden) en una Forma, lo que es circular. ) etapa mucho más avanzada del argumento (séptima sección) .
Parece, pues, que el regreso de relación vale en contra Pero ahora podemos ver que, al menos en general, la F-idad
■' de todos los análisis relaciónales de lo que es qué un objeto no es un -F.- La- -blancura
- ‘ _ _ de
es un color (uno _ los colores)
__ ,
pero no parece haber razón para decir que la blancura es
. /
como que j_ tiéhéjR con . una;0, entonces.. R< es . una de ( coloreada. Si la blancura no es coloreada, no es blanca; y
** a \
las situaciones del género que pretende analizar la teoría. 1 si la blancura no es blanca, ¿por qué hemos de decir que
T' V !
Así que debe ser cuestión de que el par ordenado (a, 0) ' la Forma de lo blanco es b anca? QoiilaJiegadóiL.de..Ia autor
qpt ( , b
tenga R con una nueva entidad 0 forme, 0 U. Si R y R son
diferentes, el mismo járóblérna surge con’K f y así ad infihi- Es qlaro que debe concederse q u e el Tercer hombre es
| t (J-* / tum. Si R y R’ son idénticas, entonces el análisis proyectado efectivo ad hominem en contra de Platón, pues Platón con-
de Ra.0'..ha..apelado. a ¡a misma R, lo que es.circular. sidero o se inclinó a considerar las Formas no tan sólo como
universales trascendentes, sino también como paradigma
a los que se asemejan Jos particulares que caen bajo ellas. EiW(
v El Tercer hombre
permanente para las investigaciones del pensamiento
0 Los regresos de objeto y de relación son distintos del regreso de Platón, Sin embargo, es un error tratar los un
■::j . más famoso conocido cómc
trascenden f.es como parad igmas celestial No hay. necesidad
% hombre. es un arguniento iiicorrectqbperó' vále "la pena exa-
miiiarío aunque, sólo sea panTyer lamtiieht'e TqmoJDT re que un de fensor in od erno de las Forma? siga a Platón en 7 y
esto.
13/25
108 DAVID MAI..ET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 109

Por contraste, el regreso dej?elación_qtie, hasta donde sé,

ser vicioso. Los particulares participan en las Formas. Por


tanto, la relación de participación es un tipo que tiene inde
finidamente mucTior7specIme srTei ?st“é“és“éxactamente
el géneroT de las Formas encuentra
CéM «A ininteligible e insiste en explicarlo mediante una Forma.
tA
de Participación en la que participen los pares ordenados Generalmente, en la actualidad se aprecia que el argu,- JxzT II fo
que constan de un particular y una Forma de prinier orden. mentó depende de una premisa, el supuesto de autoprcdica- *q7(p?7-Tr
Sin embargo, el problema se reproduce una vez más. Si aóh, qe"qire"la Forma que da cuenta de que los particulares A—
esta ¡yai ilcipaldón ríe segundo orden es jiIgTTle naturaleza tengan c lerta própFécIácVT’enTéTTrñEniTésá (LüJ-0 JA

có. Sójío si esto esT-Yéldad puede avanzar el argumento- ú¿i..Ccm


d ¿Tercer orden •ación de Pero, ¿por qué habríamos de conceder que la Forma de
F es Un F? A lo que aquí nos enfrentamos es al tema de
universales de orden superior, propiedades y relaciones de
primer orden esH"procedighdo
-j- . chlcnnmbsTle esta
Forma, lo que es parti-
circular. propiedades y relaciones. Este difícil tema debe esperar una
cipáción (He prÍtne£orden) en una Forma, lo que es circular. ) etapa mucho más avanzada del argumento (séptima sección) .
Parece, pues, que el regreso de relación vale en contra Pero ahora podemos ver que, al menos en general, la F-idad
■' de todos los análisis relaciónales de lo que es qué un objeto no es un -F.- La- -blancura
- ‘ _ _ de
es un color (uno _ los colores)
__ ,
pero no parece haber razón para decir que la blancura es
. /
como que j_ tiéhéjR con . una;0, entonces.. R< es . una de ( coloreada. Si la blancura no es coloreada, no es blanca; y
** a \
las situaciones del género que pretende analizar la teoría. 1 si la blancura no es blanca, ¿por qué hemos de decir que
T' V !
Así que debe ser cuestión de que el par ordenado (a, 0) ' la Forma de lo blanco es b anca? QoiilaJiegadóiL.de..Ia autor
qpt ( , b
tenga R con una nueva entidad 0 forme, 0 U. Si R y R son
diferentes, el mismo járóblérna surge con’K f y así ad infihi- Es qlaro que debe concederse q u e el Tercer hombre es
| t (J-* / tum. Si R y R’ son idénticas, entonces el análisis proyectado efectivo ad hominem en contra de Platón, pues Platón con-
de Ra.0'..ha..apelado. a ¡a misma R, lo que es.circular. sidero o se inclinó a considerar las Formas no tan sólo como
universales trascendentes, sino también como paradigma
a los que se asemejan Jos particulares que caen bajo ellas. EiW(
v El Tercer hombre
permanente para las investigaciones del pensamiento
0 Los regresos de objeto y de relación son distintos del regreso de Platón, Sin embargo, es un error tratar los un
■::j . más famoso conocido cómc
trascenden f.es como parad igmas celestial No hay. necesidad
% hombre. es un arguniento iiicorrectqbperó' vále "la pena exa-
miiiarío aunque, sólo sea panTyer lamtiieht'e TqmoJDT re que un de fensor in od erno de las Forma? siga a Platón en 7 y
esto.
13/25
110 DAVID MALET ARMSTRONG LOS universai.es y e l realismo científico 111
Aquí es interésame notar l o q u e sucede si intentamos cons
truir una versión paralela del Tercer hombre en el caso d e VI El Tercer hombre restringid.
o:.:;;; análisis
oíros a. relaciónales. Generalmente el predicado ]F
n o es un I7. Pocos especímenes de ‘blanco' son blancos. Por A pesar de todo, parece haber un caso especial del Tercer
tanto, njo es posible construir el argumento del Tercer heta hombrejj ue Je. caeiLAlgmia..dlfÍQilBTX
éV Ó
bre en contra del Nominalismo de predicados. De la misina sáleT trascendentes; podemos denominarlo el “Tercer hombre
manera, el concepto F no es, en general, un F. ¿Podría ale restringid
garse en contra del análisis de clases que en el caso de pro Considérense las Formas. Cada una de ellas es su ser pro- íj TtCCb
piedades aparentemente no estructuradas tales como la blan pió y único, pero tienen algo en común, son especímenes ’ ¿ í ,
(
cura, la clase de las cosas blancas es ella misma blanca y diferentes de un único tipo. Todas son Formas. La formidad
que entonces se requiere una clase r.aás inclusiva? El nomi es un uno que corre a lo largo de este muchos. Así que, ¿no d <■ A
debe haber una Forma de la Formidad? Por participar en esta 'V V
nalista de clases replicará distinguiendo entre agregado y
¿.¿ÍVyvñO clases; concederá que el agregado de las cosas blancas es blan Forma las Formas de orden inferior ganan el carácter de
..L í Á l i V K
Formas. Si el defensor de las Formas no acepta este razona
co, pero negará que la clase sea blanca. (Si no hace esta
miento, tiene la difícil tarea de explicar por qué sostiene
distinción, su teoría se convierte en ¿1 Nominalismo merco que el mismo razonamiento es válido en el caso de particula
lógico.) Así que aquí, también, partee que fracasa el Ter res ordinarios que tienen una propiedad común. a
cer hombre. n
zahora bien, mientras que, enjgeneraL Forma de F n o ú '
'Sólo en el caso del análisis de semejanza puede arrancar es tmT,TlEfo taTfué'és liña Forma la Forma de la Fovmi-y
dad. Eí supuesto de autopredicación debe valer para este casol |
g. pará'ésté caso' e$peciar“H "Tercer hambre es sólo mínima especial? Ahora puede” desarrollarse el regreso del Tercer
¿
b ' rW'pVibft mente diferente del regreso de objeto. Cuando el regreso de hombre restriño ido. Considérese ja ctflecBóiF de
objeto se lanza en contra de la teófila de la semejanza, pre primer orden más la Forma de la Formidad. Los miembros
gunta qué explicitación puede dar ésta dé la F-idad de los de esta colección" ampliada tienen algo en común. Los dife
Fs paradigmas. EL Tercer hombre toma lau clase que consta rentes especímenes lo son toBorHeTmisiño tipo. Poñ lo tanto,
i i _ _* . i..,.. Ji ?l .222”2 2 .. _ t en consistencia, de todos debe..d£Cirse. que partí ci pan en u na
l'N¥\ óló
Forma de Formidad de tercer orden; luego continúa el re-
los miembros de la clase. Pero comó se gr O L£lj£hÍeajndos£ ?dé:JbTcásps, no eco-
la respuesta a ainlíáTdifku iiómicpL.
misma. Establecemos al menos dos clase Sin embargo, esto no concluye el argumento. El Tercer
' < ¿qucle los miembros de una cíase actúan como as hombre ordinarrñ~ño depende simplemente del supuesto d e
a II í /v-r-u Y\ —Tr- * **
lO para cadaTmTde los miembros'déla T se
de los Fs se "asemeja adecuadamente a
hay necesidad d(e salirse de la clase de *■ p w n, i c ct t X l 1C l SCI 1— 11 111
Tofma~tTé"T~yla Forma de Fínese una F, pero la Forma de
los Es hacia un ‘tercer F. F en si misma, entonces el “regreso” aún. sería
re no es efectivo ni en contra i-» *%»•**"- --- - - - - 4 ** l/LGYvvbi

relaciónales de lq„que..es.qu£algo7ejñga una propiedad.


pu) - i dU

14/25
110 DAVID MALET ARMSTRONG LOS universai.es y e l realismo científico 111
Aquí es interésame notar l o q u e sucede si intentamos cons
truir una versión paralela del Tercer hombre en el caso d e VI El Tercer hombre restringid.
o:.:;;; análisis
oíros a. relaciónales. Generalmente el predicado ]F
n o es un I7. Pocos especímenes de ‘blanco' son blancos. Por A pesar de todo, parece haber un caso especial del Tercer
tanto, njo es posible construir el argumento del Tercer heta hombrejj ue Je. caeiLAlgmia..dlfÍQilBTX
éV Ó
bre en contra del Nominalismo de predicados. De la misina sáleT trascendentes; podemos denominarlo el “Tercer hombre
manera, el concepto F no es, en general, un F. ¿Podría ale restringid
garse en contra del análisis de clases que en el caso de pro Considérense las Formas. Cada una de ellas es su ser pro- íj TtCCb
piedades aparentemente no estructuradas tales como la blan pió y único, pero tienen algo en común, son especímenes ’ ¿ í ,
(
cura, la clase de las cosas blancas es ella misma blanca y diferentes de un único tipo. Todas son Formas. La formidad
que entonces se requiere una clase r.aás inclusiva? El nomi es un uno que corre a lo largo de este muchos. Así que, ¿no d <■ A
debe haber una Forma de la Formidad? Por participar en esta 'V V
nalista de clases replicará distinguiendo entre agregado y
¿.¿ÍVyvñO clases; concederá que el agregado de las cosas blancas es blan Forma las Formas de orden inferior ganan el carácter de
..L í Á l i V K
Formas. Si el defensor de las Formas no acepta este razona
co, pero negará que la clase sea blanca. (Si no hace esta
miento, tiene la difícil tarea de explicar por qué sostiene
distinción, su teoría se convierte en ¿1 Nominalismo merco que el mismo razonamiento es válido en el caso de particula
lógico.) Así que aquí, también, partee que fracasa el Ter res ordinarios que tienen una propiedad común. a
cer hombre. n
zahora bien, mientras que, enjgeneraL Forma de F n o ú '
'Sólo en el caso del análisis de semejanza puede arrancar es tmT,TlEfo taTfué'és liña Forma la Forma de la Fovmi-y
dad. Eí supuesto de autopredicación debe valer para este casol |
g. pará'ésté caso' e$peciar“H "Tercer hambre es sólo mínima especial? Ahora puede” desarrollarse el regreso del Tercer
¿
b ' rW'pVibft mente diferente del regreso de objeto. Cuando el regreso de hombre restriño ido. Considérese ja ctflecBóiF de
objeto se lanza en contra de la teófila de la semejanza, pre primer orden más la Forma de la Formidad. Los miembros
gunta qué explicitación puede dar ésta dé la F-idad de los de esta colección" ampliada tienen algo en común. Los dife
Fs paradigmas. EL Tercer hombre toma lau clase que consta rentes especímenes lo son toBorHeTmisiño tipo. Poñ lo tanto,
i i _ _* . i..,.. Ji ?l .222”2 2 .. _ t en consistencia, de todos debe..d£Cirse. que partí ci pan en u na
l'N¥\ óló
Forma de Formidad de tercer orden; luego continúa el re-
los miembros de la clase. Pero comó se gr O L£lj£hÍeajndos£ ?dé:JbTcásps, no eco-
la respuesta a ainlíáTdifku iiómicpL.
misma. Establecemos al menos dos clase Sin embargo, esto no concluye el argumento. El Tercer
' < ¿qucle los miembros de una cíase actúan como as hombre ordinarrñ~ño depende simplemente del supuesto d e
a II í /v-r-u Y\ —Tr- * **
lO para cadaTmTde los miembros'déla T se
de los Fs se "asemeja adecuadamente a
hay necesidad d(e salirse de la clase de *■ p w n, i c ct t X l 1C l SCI 1— 11 111
Tofma~tTé"T~yla Forma de Fínese una F, pero la Forma de
los Es hacia un ‘tercer F. F en si misma, entonces el “regreso” aún. sería
re no es efectivo ni en contra i-» *%»•**"- --- - - - - 4 ** l/LGYvvbi

relaciónales de lq„que..es.qu£algo7ejñga una propiedad.


pu) - i dU

14/25
. ........a¡ —

152 ÜAVIO MAI.ET ARMSTRONG cos UNIVERSALES Y E l . REALISMO CIENTIFICO


153
piedad, en algún sentido, está "cu” cada una de ellas. Pero
11. Particulares y universales esto no quiere decir qiie las propiedades de una coSa sean
constituyentes separados de una cosa.
Hemos llegado a un punto crucial. Hasta ahora nuestra preo En lugar de eso, debamos alonarnos a esta proposición:
cupación principal había sido la de criticar posiciones opues particulares diferentes pueden tener la misma propiedad. (Y
tas: la doctrina de que todo es un particular, que hay univer diferentes pares, tripletas, etcétera de particulares pueden
sales trascendentes, que las propiedades y las relaciones son tener la misma relación) Diferentes particulares pueden
particulares, que los particulares son construcciones de pro (pe*.;--'-*o totalmente)
tener una naturaleza (parcial • ...............
idéntica.
piedades universales, que los particulares contienen dos cons Tal identidad de naturaleza - ... i es literalmente inexplicable,
tituyentes —su particularidad y su universalidad— que tienen en el sentido de que no ¡puede ‘ explicarse _ _w pero eso no
_ más;
que estar relacionados. De ahora en adelante, aun cuando la hace ser incoherente. 1La L1 ...... í’ 1 * de
identidad * naturaleza implica
formalmente que el universo está unificado de una manera
una manera
que el nominalista encuentra no intuitiva. Pero conside
VI
’t t tiva de los particulares y los universales. ro que esto es simplemente una falla de las intuiciones del
Le-

nominalista.
Simplemente tenemos duc que aceptar que diferentes particu- particu
i Las propiedades de un particular no están relacionadas lares pueden tener la mitrna propiedad o estar relacionados
con ese particular por la misma relación, fero,pero, como veremos, esto no abre
la puerta al exceso rea!i<a>Es Compatible con el reconocí-
De las diversas explícitaciones de la naturaleza de los par miento de q U>-n 0 . to do p r e n d o q L 5C Uq „ e a muchos
ticulares que hemos considerado, la forma del realismo in particulares se aplica por virtud de un universal y que se
manente examinada en el último capítulo es la que más se requiere de una investigación cuidadosa y amplia para deter
acerca a ser satisfactoria. Pero yerra al hacer de la particula- minar cuáles son las propiedades y las relaciones de un par
fjridad de los particulares un constituyente separado del par- ticular. Antístenes le di jo ji Platón que él podía ver el caballo
JA ticular —el sustrato— el que, entonces, debe estar relacionado pero no la caballez, Un realismo científico podría estar dé
con otro constituyente —los universales distanciados por el acuerdo con Antístenes acerca del caso particular, aunque
particular. En lugar de esto, lo que se requiere es un rea insistiría en. señalar que djfcrcntcs particulares pueden tener
!
lismo inmanente no relacional. — naturalezas idénticas.
Considérese el viejo dilema. Dadas diferentes cosas con. la Sin embargo, la sustitución d e un realismo c. priori por
a priorl por
misma propiedad, entonces la propiedad debe estar o bien uno a posteriori es un niievo tema. Dejándolo de lado por
parcial o bien totalmente presente en las cosas. Si está par el momento, señalo que esta versión del realismo inmanente
cialmente, entonces se destruye la unidad de la propiedad. que distingue la particularidad de las . propiedades de un
Pero sí lo está totalmente en cada una de ellas, ¿cómo puede particular, a la vez que nidga q u e losaos aspectos estén rela
estar en cualquiera de ellas? Este argumento ha nutrido tanto donados, constituye la " h a n tradición" del pensamiento
cionados,
al nominalismo como al particularismo acerca de propie realista acerca de los universales. Puede aclamarse a Aristó
a
dades. teles como su fundador, con su doctrina de que la mínima
Si estuviésemos forzados a tomar un cuerno de este dilema, cosa capaz de tener existencia independiente es un '‘estohal’’
pienso que es claro que tomaríamos el segundo. Si dos cosas Una figura central es Dunjs Escoto, q u i c n 110 c o n cede sino
tienen exactamente la misma propiedad, entonces esa pro una "distinción. formal’' la qno, sin embargo, es una diístin-
distinción foimal

15/25
. ........a¡ —

152 ÜAVIO MAI.ET ARMSTRONG cos UNIVERSALES Y E l . REALISMO CIENTIFICO


153
piedad, en algún sentido, está "cu” cada una de ellas. Pero
11. Particulares y universales esto no quiere decir qiie las propiedades de una coSa sean
constituyentes separados de una cosa.
Hemos llegado a un punto crucial. Hasta ahora nuestra preo En lugar de eso, debamos alonarnos a esta proposición:
cupación principal había sido la de criticar posiciones opues particulares diferentes pueden tener la misma propiedad. (Y
tas: la doctrina de que todo es un particular, que hay univer diferentes pares, tripletas, etcétera de particulares pueden
sales trascendentes, que las propiedades y las relaciones son tener la misma relación) Diferentes particulares pueden
particulares, que los particulares son construcciones de pro (pe*.;--'-*o totalmente)
tener una naturaleza (parcial • ...............
idéntica.
piedades universales, que los particulares contienen dos cons Tal identidad de naturaleza - ... i es literalmente inexplicable,
tituyentes —su particularidad y su universalidad— que tienen en el sentido de que no ¡puede ‘ explicarse _ _w pero eso no
_ más;
que estar relacionados. De ahora en adelante, aun cuando la hace ser incoherente. 1La L1 ...... í’ 1 * de
identidad * naturaleza implica
formalmente que el universo está unificado de una manera
una manera
que el nominalista encuentra no intuitiva. Pero conside
VI
’t t tiva de los particulares y los universales. ro que esto es simplemente una falla de las intuiciones del
Le-

nominalista.
Simplemente tenemos duc que aceptar que diferentes particu- particu
i Las propiedades de un particular no están relacionadas lares pueden tener la mitrna propiedad o estar relacionados
con ese particular por la misma relación, fero,pero, como veremos, esto no abre
la puerta al exceso rea!i<a>Es Compatible con el reconocí-
De las diversas explícitaciones de la naturaleza de los par miento de q U>-n 0 . to do p r e n d o q L 5C Uq „ e a muchos
ticulares que hemos considerado, la forma del realismo in particulares se aplica por virtud de un universal y que se
manente examinada en el último capítulo es la que más se requiere de una investigación cuidadosa y amplia para deter
acerca a ser satisfactoria. Pero yerra al hacer de la particula- minar cuáles son las propiedades y las relaciones de un par
fjridad de los particulares un constituyente separado del par- ticular. Antístenes le di jo ji Platón que él podía ver el caballo
JA ticular —el sustrato— el que, entonces, debe estar relacionado pero no la caballez, Un realismo científico podría estar dé
con otro constituyente —los universales distanciados por el acuerdo con Antístenes acerca del caso particular, aunque
particular. En lugar de esto, lo que se requiere es un rea insistiría en. señalar que djfcrcntcs particulares pueden tener
!
lismo inmanente no relacional. — naturalezas idénticas.
Considérese el viejo dilema. Dadas diferentes cosas con. la Sin embargo, la sustitución d e un realismo c. priori por
a priorl por
misma propiedad, entonces la propiedad debe estar o bien uno a posteriori es un niievo tema. Dejándolo de lado por
parcial o bien totalmente presente en las cosas. Si está par el momento, señalo que esta versión del realismo inmanente
cialmente, entonces se destruye la unidad de la propiedad. que distingue la particularidad de las . propiedades de un
Pero sí lo está totalmente en cada una de ellas, ¿cómo puede particular, a la vez que nidga q u e losaos aspectos estén rela
estar en cualquiera de ellas? Este argumento ha nutrido tanto donados, constituye la " h a n tradición" del pensamiento
cionados,
al nominalismo como al particularismo acerca de propie realista acerca de los universales. Puede aclamarse a Aristó
a
dades. teles como su fundador, con su doctrina de que la mínima
Si estuviésemos forzados a tomar un cuerno de este dilema, cosa capaz de tener existencia independiente es un '‘estohal’’
pienso que es claro que tomaríamos el segundo. Si dos cosas Una figura central es Dunjs Escoto, q u i c n 110 c o n cede sino
tienen exactamente la misma propiedad, entonces esa pro una "distinción. formal’' la qno, sin embargo, es una diístin-
distinción foimal

15/25
15-1 DAVID MAI.liT AKMSTftONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTIFICO
155
cíón real, entre la ecceidad (haecceitas') d e u n particular y nos engaña inevitablemente el lenguaje", pero n o elabora
sus "formas". En este siglo la tradición más. ¿Cómo podría engañarnos el lenguaje cu este asunto?
rentes maneras pensadores tales como W. E, Johnson (1921 , De la proposición d e que a tiene la propiedad F, podemos
Parte I, cap. 1 § V y cap. 13 § § IV y V) , J o h n Anderson inferir q u e existe u n objeto (pie tiene F. D e ‘Im1 podemos de
rivar ‘ (Ex) Fx’. De la misma premisa es igualmente legí
son (1959, cap. 5 § VIH) . s Una refcrmulación reciente de timo inferir que hay una propiedad que a tiene. De ’Fa’
la tesis se encuentra en Donagan (1963). Parece, además, podemos derivar ‘ (EP) IV. Pero el simbolismo en que se
que las escuelas de filósofos hindúes, Nyáya y Vaüe§ika man expresan estas inferencias es potencialmente engañoso. El
tienen una tesis similar (véase Chakrabarti, 1975). Al leer simbolismo de la primera inferencia sugiere la doctrina del
este artículo, ya avanzado en la composición de mi libro, me particular sin sus propiedades, el de la segunda, la doctrina
produjo una saludable conmoción en contra del provincialis de propiedades no distanciadas. Desde este punto de vista,
mo occidental. T podría ser apropiado un simbolismo diferente. De W deri
vamos ‘F (_.) ‘ y también ‘ (_) a\ Este simbolismo sería inade
entre particulares y universales (aun cuando Strawson habla cuado en la práctica, porque no permite ligar variables, pero
de un nexo “no relacionar 1) . Ésta me parece que es una al menos hace claro que con lo que todo el tiempo estamos
terminología desafortunada. Sugiere ese mismísimo realismo tratando es con un particular-que-tiene-ciertas-propiedades.
inmanente relaciona! del que estos autores están intentando Pero incluso la expresión “Fa" es potencialmente engaño
separarse. Mucho más satisfactoria es la *“distinción
'distinción formal" sa. Se supone que simboliza una situación no relaciona!. Pero
■/

consta de las dos expresiones “F" y espacialmente rela


dio como un modelo la unidad y diuinguibilidad simultá cionadas entre sí de cierta manera. Es cierto que lo mismo
neas de los miembros de la Santa Trinidad, un modelo que sucede con las atribuciones de una propiedad en el lenguaje
tuvo el poder de silenciar a los objetantes de su época ‘ pero ordinario, no simbólico. Esta presencia de relación al nivel
que, desafortunadamente, no está a mi disposición. Ün mode ortográfico-fonético, podría sugerirse, genera la ilusión de
lo que me parece que ayuda es la manera como el tamaño relación al nivel ontológico.
de una cosa está en relación con su ligura. El tamaño y la Sin embargo, podríamos concebir un lenguaje en el que,
figura spn inseparables en los particulares, pero no están en lugar de usar predicados espécimen, simplemente diése
relacionados; al mismo tiempo, son distinguibles y el tamaño mos ciertas propiedades a las expresiones referenciales. Por
y la figura particulares varían de manera independiente. ejemplo, en lugar de escribir “Esto es verde" o "Ga", podría
mos escribir “Esto” o “a" en tinta verde. Presumiblemente
puede ser útil considerar aquí; éstos son los espacios vacuos el uso sistemático de tal lenguaje (suponiendo esto posible)
o vacíos. eliminaría la ilusión de una relación entre particulares y sus
mente somos capaces de distinguir ehtre su particularidad propiedades. ü
irrepetible y sus propiedades repetiblej (dimensiones, etcéte Claro es que al hablar de un particular-que-tiene-ciertas-
ra) . Empero, estos aspectos son inseparables y muy suma propiedades, estoy simplemente tratando de subrayar la inse
mente unidos como para hablar de que estén relacionados. parabilidad de la particularidad y la universalidad. No estoy
No obstante, es muy difícil hacer de lado la noción de que sugiriendo que *Fa’ sea una unidad semántica indivisible,
la particularidad y las propiedades de los particulares son a la manera como Quine sugirió, en alguna ocasión, que
constituyentes relacionados del particular. El asunto lo con ‘cree-que-// es una unidad semántica indivisible (1960, p.
sidera Donagan en su artículo de 1963. Él señala que “aquí 216). Obviamente podemos y debemos distinguir entre la

16/25
15-1 DAVID MAI.liT AKMSTftONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTIFICO
155
cíón real, entre la ecceidad (haecceitas') d e u n particular y nos engaña inevitablemente el lenguaje", pero n o elabora
sus "formas". En este siglo la tradición más. ¿Cómo podría engañarnos el lenguaje cu este asunto?
rentes maneras pensadores tales como W. E, Johnson (1921 , De la proposición d e que a tiene la propiedad F, podemos
Parte I, cap. 1 § V y cap. 13 § § IV y V) , J o h n Anderson inferir q u e existe u n objeto (pie tiene F. D e ‘Im1 podemos de
rivar ‘ (Ex) Fx’. De la misma premisa es igualmente legí
son (1959, cap. 5 § VIH) . s Una refcrmulación reciente de timo inferir que hay una propiedad que a tiene. De ’Fa’
la tesis se encuentra en Donagan (1963). Parece, además, podemos derivar ‘ (EP) IV. Pero el simbolismo en que se
que las escuelas de filósofos hindúes, Nyáya y Vaüe§ika man expresan estas inferencias es potencialmente engañoso. El
tienen una tesis similar (véase Chakrabarti, 1975). Al leer simbolismo de la primera inferencia sugiere la doctrina del
este artículo, ya avanzado en la composición de mi libro, me particular sin sus propiedades, el de la segunda, la doctrina
produjo una saludable conmoción en contra del provincialis de propiedades no distanciadas. Desde este punto de vista,
mo occidental. T podría ser apropiado un simbolismo diferente. De W deri
vamos ‘F (_.) ‘ y también ‘ (_) a\ Este simbolismo sería inade
entre particulares y universales (aun cuando Strawson habla cuado en la práctica, porque no permite ligar variables, pero
de un nexo “no relacionar 1) . Ésta me parece que es una al menos hace claro que con lo que todo el tiempo estamos
terminología desafortunada. Sugiere ese mismísimo realismo tratando es con un particular-que-tiene-ciertas-propiedades.
inmanente relaciona! del que estos autores están intentando Pero incluso la expresión “Fa" es potencialmente engaño
separarse. Mucho más satisfactoria es la *“distinción
'distinción formal" sa. Se supone que simboliza una situación no relaciona!. Pero
■/

consta de las dos expresiones “F" y espacialmente rela


dio como un modelo la unidad y diuinguibilidad simultá cionadas entre sí de cierta manera. Es cierto que lo mismo
neas de los miembros de la Santa Trinidad, un modelo que sucede con las atribuciones de una propiedad en el lenguaje
tuvo el poder de silenciar a los objetantes de su época ‘ pero ordinario, no simbólico. Esta presencia de relación al nivel
que, desafortunadamente, no está a mi disposición. Ün mode ortográfico-fonético, podría sugerirse, genera la ilusión de
lo que me parece que ayuda es la manera como el tamaño relación al nivel ontológico.
de una cosa está en relación con su ligura. El tamaño y la Sin embargo, podríamos concebir un lenguaje en el que,
figura spn inseparables en los particulares, pero no están en lugar de usar predicados espécimen, simplemente diése
relacionados; al mismo tiempo, son distinguibles y el tamaño mos ciertas propiedades a las expresiones referenciales. Por
y la figura particulares varían de manera independiente. ejemplo, en lugar de escribir “Esto es verde" o "Ga", podría
mos escribir “Esto” o “a" en tinta verde. Presumiblemente
puede ser útil considerar aquí; éstos son los espacios vacuos el uso sistemático de tal lenguaje (suponiendo esto posible)
o vacíos. eliminaría la ilusión de una relación entre particulares y sus
mente somos capaces de distinguir ehtre su particularidad propiedades. ü
irrepetible y sus propiedades repetiblej (dimensiones, etcéte Claro es que al hablar de un particular-que-tiene-ciertas-
ra) . Empero, estos aspectos son inseparables y muy suma propiedades, estoy simplemente tratando de subrayar la inse
mente unidos como para hablar de que estén relacionados. parabilidad de la particularidad y la universalidad. No estoy
No obstante, es muy difícil hacer de lado la noción de que sugiriendo que *Fa’ sea una unidad semántica indivisible,
la particularidad y las propiedades de los particulares son a la manera como Quine sugirió, en alguna ocasión, que
constituyentes relacionados del particular. El asunto lo con ‘cree-que-// es una unidad semántica indivisible (1960, p.
sidera Donagan en su artículo de 1963. Él señala que “aquí 216). Obviamente podemos y debemos distinguir entre la

16/25
156 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES V EL REALISMO CIENTÍFICO 157

particularidad de un particular, por una parte, y sus propie similar en Pedro y en Pablo. Podemos tener distinción sin
dades (y relaciones), por la otra. Pero es una distinción sin diversidad aun cuando la conversa no es verdadera. (Grajewski,
relación. 1944, p. 41.)

Pedro y Pablo no son divo -sos con respecto a la humanidad,


empero no son ("realmente”) idénticos con respecto a la
ii ¿Hay dos sentidos de la palabra‘'identidad”? humanidad, A pesar de un breve coqueteo con un análisis
de semejanza ("totalmente similar”) , aquí parece que la
Las presiones hacia el nominalismo se encuentran en el fondo doctrina es que la identidad de naturaleza es una “identidad
de la mente de todo filósofo. Esto lo ilustra dramáticamente menor” que la identidad numérica.
una desviación de último momento del realismo completo, Por lo que a mí respecta no puedo entender qué sea esta
que es fácil efectuar en este punto.
especie menor de identidad Con bastante facilidad se puede
Considérense dos particulares que no traslapen, que tengan entender la identidad parcial como cuando dos cosas trasla
la misma propiedad. Entonces se podría razonar de la siguien pan, pero sólo traslapan, o cuando dos cosas tienen algunas
te manera: puesto que los dos particulares son totalmente pero no todas las mismas propiedades de tal manera que sus
distintos, son totalmente no idénticos en el sentido de fondo naturalezas “traslapan”. Pero la identidad es tan sólo iden
de roca, último, más estricto, de ‘'idéntico” ("numéricaménte tidad. Si hay otra noción asociada, podemos exigir que reciba
idénticos”) . Empero, se acepta que tienen propiedades “idén su propio nombre y que se Anuncien las leyes con las que está
ticas”; parcialmente, al menos, son de naturaleza idéntica. asociada. Pero no puedo v<Ir cuál podría ser esta noción ni
Ésta parece ser una contradicción. Debe resolverse diciendo qué leyes podrían estar asoladas con ella.
que en la frase “de naturaleza idéntica”, la palabra “idénti Así que, enfrentados al dilema propuesto al principia de
ca )” no tiene el mismo sentido que el que tiene en la frase esta sección, considero qu el realista debería de conceder
“numéricamente idénticos”. La identidad de naturaleza es que los dos particulares “numéricamente diversos” que tie-
una especie más suave de identidad, compatible con una nen la misma propiedad i|m son totalmente diversos. Son
completa diversidad numérica.
de naturaleza parcialmente idéntica y, así, son parcialmen-
¿Es esto en lo que pensaba Escoto o, al menos, parte de te idénticos. Esto es por lo que en la seción anterior dije
lo que pensaba, cuando habló de la naturaleza común como que, para el realista el universo está unificado de una manera
de una “unidad menor”? Y, asimismo, ¿es éste un elemento que el nominalista niega qúe esté unificado.
en la moderación del realismo “moderado” que el pensa
miento escolástico mantiene en contra de Platón? De cual Pero, ¿no conduce esa doctrina a ]paradojas intolerables?
quier manera, la doctrina de que la identidad de naturaleza Por ejemplo, si a y b son ambos F eni cierto tiempo y luego
es una identidad en algún sentido menor es una que encuen J teoría la consecuencia de que
b cesa de. ser F, ¿no tendrá la
tra apoyo en el pensamiento escolástico. Considérese, por se destruye la F-idad y así a no puede continuar siendo F?
ejemplo, esta cita de un escolástico moderno: Creo q u e todas Jas contradicciones aparentes semejantes p u e
den evitarse simplemente describiendo la situación con un
la humanidad de Pedro y la humanidad de Pablo son distintas, poco de cuidado. Si a es F er ti y b es F erpL, pero a continúa
pero no diversas. Lo primero sucede porque hay una carencia siendo F después de y 5 no, entonces cierta identidad
de identidad real entre ellos, pues los sujetos de la “humani pardal d e naturaleza, q u e se daba e n t r e a y b hasta q , n p se
dad” son dos personas distintas; lo segundo sucede porque la da después de t v No hay ccontradicción
..LL.N . alguna aquí. Las
naturaleza y la perfección de “humanidad” es totalmente propiedades n o son la especie de cosa q ú e pueda' destruirse
17/25
156 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES V EL REALISMO CIENTÍFICO 157

particularidad de un particular, por una parte, y sus propie similar en Pedro y en Pablo. Podemos tener distinción sin
dades (y relaciones), por la otra. Pero es una distinción sin diversidad aun cuando la conversa no es verdadera. (Grajewski,
relación. 1944, p. 41.)

Pedro y Pablo no son divo -sos con respecto a la humanidad,


empero no son ("realmente”) idénticos con respecto a la
ii ¿Hay dos sentidos de la palabra‘'identidad”? humanidad, A pesar de un breve coqueteo con un análisis
de semejanza ("totalmente similar”) , aquí parece que la
Las presiones hacia el nominalismo se encuentran en el fondo doctrina es que la identidad de naturaleza es una “identidad
de la mente de todo filósofo. Esto lo ilustra dramáticamente menor” que la identidad numérica.
una desviación de último momento del realismo completo, Por lo que a mí respecta no puedo entender qué sea esta
que es fácil efectuar en este punto.
especie menor de identidad Con bastante facilidad se puede
Considérense dos particulares que no traslapen, que tengan entender la identidad parcial como cuando dos cosas trasla
la misma propiedad. Entonces se podría razonar de la siguien pan, pero sólo traslapan, o cuando dos cosas tienen algunas
te manera: puesto que los dos particulares son totalmente pero no todas las mismas propiedades de tal manera que sus
distintos, son totalmente no idénticos en el sentido de fondo naturalezas “traslapan”. Pero la identidad es tan sólo iden
de roca, último, más estricto, de ‘'idéntico” ("numéricaménte tidad. Si hay otra noción asociada, podemos exigir que reciba
idénticos”) . Empero, se acepta que tienen propiedades “idén su propio nombre y que se Anuncien las leyes con las que está
ticas”; parcialmente, al menos, son de naturaleza idéntica. asociada. Pero no puedo v<Ir cuál podría ser esta noción ni
Ésta parece ser una contradicción. Debe resolverse diciendo qué leyes podrían estar asoladas con ella.
que en la frase “de naturaleza idéntica”, la palabra “idénti Así que, enfrentados al dilema propuesto al principia de
ca )” no tiene el mismo sentido que el que tiene en la frase esta sección, considero qu el realista debería de conceder
“numéricamente idénticos”. La identidad de naturaleza es que los dos particulares “numéricamente diversos” que tie-
una especie más suave de identidad, compatible con una nen la misma propiedad i|m son totalmente diversos. Son
completa diversidad numérica.
de naturaleza parcialmente idéntica y, así, son parcialmen-
¿Es esto en lo que pensaba Escoto o, al menos, parte de te idénticos. Esto es por lo que en la seción anterior dije
lo que pensaba, cuando habló de la naturaleza común como que, para el realista el universo está unificado de una manera
de una “unidad menor”? Y, asimismo, ¿es éste un elemento que el nominalista niega qúe esté unificado.
en la moderación del realismo “moderado” que el pensa
miento escolástico mantiene en contra de Platón? De cual Pero, ¿no conduce esa doctrina a ]paradojas intolerables?
quier manera, la doctrina de que la identidad de naturaleza Por ejemplo, si a y b son ambos F eni cierto tiempo y luego
es una identidad en algún sentido menor es una que encuen J teoría la consecuencia de que
b cesa de. ser F, ¿no tendrá la
tra apoyo en el pensamiento escolástico. Considérese, por se destruye la F-idad y así a no puede continuar siendo F?
ejemplo, esta cita de un escolástico moderno: Creo q u e todas Jas contradicciones aparentes semejantes p u e
den evitarse simplemente describiendo la situación con un
la humanidad de Pedro y la humanidad de Pablo son distintas, poco de cuidado. Si a es F er ti y b es F erpL, pero a continúa
pero no diversas. Lo primero sucede porque hay una carencia siendo F después de y 5 no, entonces cierta identidad
de identidad real entre ellos, pues los sujetos de la “humani pardal d e naturaleza, q u e se daba e n t r e a y b hasta q , n p se
dad” son dos personas distintas; lo segundo sucede porque la da después de t v No hay ccontradicción
..LL.N . alguna aquí. Las
naturaleza y la perfección de “humanidad” es totalmente propiedades n o son la especie de cosa q ú e pueda' destruirse
17/25
158 DAVID M A L E T ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 159
(o crearse) . El lenguaje de destrucción y de creaciónt es sim Deseo sostener (2’) , pero diferiré una defensa más amplia
:
plemente inapropiado en conexión con 1ios universales.
"...... ..... Esto del mismo hasta el capítulo 19 § ni.
no significa que sean objetos platónicos eternos. Es útil re Como ya se mencionó en el capítulo 8, el que un particular
cordar aquí que cuando los particulares se tratan
-...... .... como “gu- tenga una propiedad o el que dos o más particulares se en
sanos espacio-temporales", que tienen una extensión tanto cuentren en alguna relación puede denominarse un estado de
en el tiempo como en el espacio, el lemguaje de destrucción cosas. Empero, la noción de un estado de cosas requiere
y de creación se hace igualmente inapropiado cuando se les ahora un estudio mayor. Nos concentraremos en el caso en el
aplica. Esto no convierte a los particulares en objetos ¡in que un particular tiene una propiedad (no relaciona!) .
munes
muñes a la destrucciónl
En este punto es importante notar algo que no ha sur
Si todo esto fuese una teoría platónica de los univer
gido con claridad en nuestras anteriores consideraciones.
sales, entonces lo único que podría decir es que creo que
Hay dos concepciones de un particular. Podríamos caracteri
Platón tenía razón. Pero tal como tradicional mente se in
zarlas como las concepciones ‘‘gruesa’’ y ‘‘delgada”, respec
terpreta a Platón, la teoría que defiendo es antiplatónica
tivamente. Conforme a la concepción primera o “gruesa" un
en cuando! menos un aspecto. No hay separación de particu
particular es una cosa tomada junto con todas sus propie
lares y universales.7
dades. Pero con respecto a un particular en este sentido
podemos distinguir (pero no separar) entre aquello por vir
tud de lo cual es un particular --su particularidad— y sus
iii Estados de cosas aspectos no particulares —-sus propiedades. Esto nos propor
dona la concepción “delgada” de un particular. Éste es
Los universales no son nada sin los particulares. Los par una cosa tomada en abstracción de todas sus propiedades.
ticulares no son nada sin los universales. Estas tesis nos
proporcionan dos principios, el principio de instanciación Un estado de cosas se define como un particular pose
y el principio del rechazo de los particulares desnudos. Esta yendo una cualidad o como dos o más particulares estando
última tiene una forma Débil y una Fuerte. en relación. Pero ahora debemos preguntar ‘¿Con cuál de
las dos concepciones de un particular estamos trabajando
(1) El principio de instanciación: en esta definición?’ Parece que no podemos estar trabajan
Para cada universal N-ádico, U, hay al menos N partí do con la primera concepción, pues un particular en el sen
cuUres tales que ellos U. tido “grueso” se concibe como poseyendo ya sus cualidades.
(2) El principio Débil del rechazo de los particulares des Podríamos decir que ya es un estado de cosas. Entonces,
nudos: conforme a nuestra noción de un estado de cosas, estamos
Para cada particular, x, hay al menos un universal, usando la concepción de un particular en abstracción de
U, tal que x es U. todas sus propiedades.
Los estados de cosas no parecen ser muy distintos de los
La palabra ‘universal’ se usa aquí deliberadamente porque hechos w de Wittgenstein. En el Tractatus (1922, 1.1), él
es neutra entre propiedades y relacione».
dijo que el mundo era un mundo de hechos, no de cosas.
(2’) El principio Fuerte del rechazo de los particulares ¿Diremos nosotros que el mundo es un mundo de estados de
desnudos: cosas más bien que un mundo de particulares?
Para cada particular, x, hay a! menos una propiedad Para responder a esta pregunta debemos apelar a nuestras
no relaciona!, P, tal que x es P. dos concepciones de un particular. Dada la concepción "grue-

18/25
158 DAVID M A L E T ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 159
(o crearse) . El lenguaje de destrucción y de creaciónt es sim Deseo sostener (2’) , pero diferiré una defensa más amplia
:
plemente inapropiado en conexión con 1ios universales.
"...... ..... Esto del mismo hasta el capítulo 19 § ni.
no significa que sean objetos platónicos eternos. Es útil re Como ya se mencionó en el capítulo 8, el que un particular
cordar aquí que cuando los particulares se tratan
-...... .... como “gu- tenga una propiedad o el que dos o más particulares se en
sanos espacio-temporales", que tienen una extensión tanto cuentren en alguna relación puede denominarse un estado de
en el tiempo como en el espacio, el lemguaje de destrucción cosas. Empero, la noción de un estado de cosas requiere
y de creación se hace igualmente inapropiado cuando se les ahora un estudio mayor. Nos concentraremos en el caso en el
aplica. Esto no convierte a los particulares en objetos ¡in que un particular tiene una propiedad (no relaciona!) .
munes
muñes a la destrucciónl
En este punto es importante notar algo que no ha sur
Si todo esto fuese una teoría platónica de los univer
gido con claridad en nuestras anteriores consideraciones.
sales, entonces lo único que podría decir es que creo que
Hay dos concepciones de un particular. Podríamos caracteri
Platón tenía razón. Pero tal como tradicional mente se in
zarlas como las concepciones ‘‘gruesa’’ y ‘‘delgada”, respec
terpreta a Platón, la teoría que defiendo es antiplatónica
tivamente. Conforme a la concepción primera o “gruesa" un
en cuando! menos un aspecto. No hay separación de particu
particular es una cosa tomada junto con todas sus propie
lares y universales.7
dades. Pero con respecto a un particular en este sentido
podemos distinguir (pero no separar) entre aquello por vir
tud de lo cual es un particular --su particularidad— y sus
iii Estados de cosas aspectos no particulares —-sus propiedades. Esto nos propor
dona la concepción “delgada” de un particular. Éste es
Los universales no son nada sin los particulares. Los par una cosa tomada en abstracción de todas sus propiedades.
ticulares no son nada sin los universales. Estas tesis nos
proporcionan dos principios, el principio de instanciación Un estado de cosas se define como un particular pose
y el principio del rechazo de los particulares desnudos. Esta yendo una cualidad o como dos o más particulares estando
última tiene una forma Débil y una Fuerte. en relación. Pero ahora debemos preguntar ‘¿Con cuál de
las dos concepciones de un particular estamos trabajando
(1) El principio de instanciación: en esta definición?’ Parece que no podemos estar trabajan
Para cada universal N-ádico, U, hay al menos N partí do con la primera concepción, pues un particular en el sen
cuUres tales que ellos U. tido “grueso” se concibe como poseyendo ya sus cualidades.
(2) El principio Débil del rechazo de los particulares des Podríamos decir que ya es un estado de cosas. Entonces,
nudos: conforme a nuestra noción de un estado de cosas, estamos
Para cada particular, x, hay al menos un universal, usando la concepción de un particular en abstracción de
U, tal que x es U. todas sus propiedades.
Los estados de cosas no parecen ser muy distintos de los
La palabra ‘universal’ se usa aquí deliberadamente porque hechos w de Wittgenstein. En el Tractatus (1922, 1.1), él
es neutra entre propiedades y relacione».
dijo que el mundo era un mundo de hechos, no de cosas.
(2’) El principio Fuerte del rechazo de los particulares ¿Diremos nosotros que el mundo es un mundo de estados de
desnudos: cosas más bien que un mundo de particulares?
Para cada particular, x, hay a! menos una propiedad Para responder a esta pregunta debemos apelar a nuestras
no relaciona!, P, tal que x es P. dos concepciones de un particular. Dada la concepción "grue-

18/25
160 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UN1VERSAT.ES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 161

sa” de un particular puede decirse que el mundo es un manera en la que no comprende sus relaciones y sus propie
mundo de particulares (aun cuando ha de añadirse que los dades relaciónales. Pues un particular es una sustanciad lógi
particulares eátán relacionados unos con otros) . Pero, co camente capaz de tener ut a existencia independiente; podría
mo ya se mencionó hace dos párrafos, los particulares así existir aun cuando nada más existiese. Supongamos, ahora,
vistos son estados de cosas simultáneamente. Permítaseme que existiese en este estado. Carecería de relaciones y de
desentramar el argumento de manera más completa. Una propiedades relaciónales, pues éstas dependen de la exis-
conjunción de propiedades en un particular es, ella misma, tencia del particular junto con otros particulares. Creo que
una propiedad de ese particular. (Para un argumento en apo esto explica por qué consideramos las propiedades no rela
yo de esto, véase capítulo 15.) Por tanto, las propiedades de ciónales de un particular como parte del ser de ese particular,
un particular forman una propiedad única —la “natu de una manera en que no lo son sus relaciones y sus propie-
raleza” de ese particular. De aquí que un particular en el dades relaciónales.
sentido “grueso” es un particular en el sentido “delgado” en Ahora surge una propuesta muy importante. ¿Por qué teñe
posesión de una propiedad; por lo que es un estado de cosas. mos estas dos concepciones de un |parti ‘‘cular,
’ que ’g'1 que
es algo
; ------- y
Así que podemos decir a la vez que el mundo es un mundo carece de paralelo en nuestra concepción de un universal?
de particulares en el sentido “grueso” y que es un mundo dé La respuesta parece ser ésta. Considérese el estado de cosas,
estados de cosas. Estamos diciendo lo mismo con diferentes el particular a en posesió r de la propiedad F. Este estado
palabras. Lo que debemos negar es que el mundo sea un de cosas no es repetible; per tanto, el mismo es un particular.
mundo de particulares en el sentido “delgado”. Podríamos La particularidad tomada junto con la universalidad pro
decir que ésa es la concepción nominalista del mundo. porciona particularidad nvevamente. De aquí las concepcio
No obstante, quizás el enunciado de que el mundo es un nes “delgada” y “gruesa” de un particular. 1
mundo de estados de cosas requiere alguna precisión. Parece Así la particularidad nkás la universalidad produce par
natural exigir que cualesquiera entidades que identifique ticularidad. Denominemos este fenómeno “la victoria de la
mos como aquellas de las que el mundo está compuesto, sean particularidad”. Parece ser inmensamente importante para
“sustancias” en el sentido de Hume. Esto es, han de ser lógi explicar el profundo atractivo intelectual del nominalismo.
camente capaces de tener una existencia independiente. Muestra por qué es tan fácil pensar en los particulares como
Ahora bien, aun cuando es verdad que todas las sustancias particulares, sea que los consideremos o no con abstracción
en este sentido son estados de cosas, parece que no es verdad de sus propiedades. En estas circunstancias cuán fácil es sos-
que todos los estados de cosas sean sustancias. Por ejemplo, tener la tesis de que todo es particular, al tiempo de pasar
un particular con cierta propiedad en cierto instante (mate por alto que, en el sentido »n que esto es verdadero, los “par-
mático) parece ser un estado de cosas. Pero si los instantes ticulares” en cuestión ¡ya encierran universales dentro de sí
son, como quizás lo son, tan sólo límites de duración enton mismos! .
ces un estado de cosas instantáneo no es lógicamente capaz
de tener una existencia independiente. Empero, mantenien 1 Permítasenos, en este punto, ¡ampliar
s nuestra definición de un- estado
de cosas, para que incluya particulares dej. orden siiperior, esto es, utirtíver-
do esta precisión en la cabeza, podemos decir que el mundo sales, en tanto que caen Hijo un | versales.
r ’ " '
Supóngase (como
x se argüirá en
es un mundo de estados de cosas, así como decir que es un la Séptima sección) que los universales pueden tener ciertas propiedades y
mundo de particulares (“gruesos”) . relaciones. Supóngase que sucede míe
que U 3j tiene R con iq. U Este estado d e
cosas no envuelve nada triáis que universales, pero él mismo no es n n | uní
Podría notarse que la noción de un particular “grueso” versal. No puede repetirse. Así que parece ser u n partícula Vale la pena
parece comprender sus propiedades no relaciónales de una notar, también, que la totalidad lie cosas, el universo, es un particular. X
•'<

19/25
160 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UN1VERSAT.ES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 161

sa” de un particular puede decirse que el mundo es un manera en la que no comprende sus relaciones y sus propie
mundo de particulares (aun cuando ha de añadirse que los dades relaciónales. Pues un particular es una sustanciad lógi
particulares eátán relacionados unos con otros) . Pero, co camente capaz de tener ut a existencia independiente; podría
mo ya se mencionó hace dos párrafos, los particulares así existir aun cuando nada más existiese. Supongamos, ahora,
vistos son estados de cosas simultáneamente. Permítaseme que existiese en este estado. Carecería de relaciones y de
desentramar el argumento de manera más completa. Una propiedades relaciónales, pues éstas dependen de la exis-
conjunción de propiedades en un particular es, ella misma, tencia del particular junto con otros particulares. Creo que
una propiedad de ese particular. (Para un argumento en apo esto explica por qué consideramos las propiedades no rela
yo de esto, véase capítulo 15.) Por tanto, las propiedades de ciónales de un particular como parte del ser de ese particular,
un particular forman una propiedad única —la “natu de una manera en que no lo son sus relaciones y sus propie-
raleza” de ese particular. De aquí que un particular en el dades relaciónales.
sentido “grueso” es un particular en el sentido “delgado” en Ahora surge una propuesta muy importante. ¿Por qué teñe
posesión de una propiedad; por lo que es un estado de cosas. mos estas dos concepciones de un |parti ‘‘cular,
’ que ’g'1 que
es algo
; ------- y
Así que podemos decir a la vez que el mundo es un mundo carece de paralelo en nuestra concepción de un universal?
de particulares en el sentido “grueso” y que es un mundo dé La respuesta parece ser ésta. Considérese el estado de cosas,
estados de cosas. Estamos diciendo lo mismo con diferentes el particular a en posesió r de la propiedad F. Este estado
palabras. Lo que debemos negar es que el mundo sea un de cosas no es repetible; per tanto, el mismo es un particular.
mundo de particulares en el sentido “delgado”. Podríamos La particularidad tomada junto con la universalidad pro
decir que ésa es la concepción nominalista del mundo. porciona particularidad nvevamente. De aquí las concepcio
No obstante, quizás el enunciado de que el mundo es un nes “delgada” y “gruesa” de un particular. 1
mundo de estados de cosas requiere alguna precisión. Parece Así la particularidad nkás la universalidad produce par
natural exigir que cualesquiera entidades que identifique ticularidad. Denominemos este fenómeno “la victoria de la
mos como aquellas de las que el mundo está compuesto, sean particularidad”. Parece ser inmensamente importante para
“sustancias” en el sentido de Hume. Esto es, han de ser lógi explicar el profundo atractivo intelectual del nominalismo.
camente capaces de tener una existencia independiente. Muestra por qué es tan fácil pensar en los particulares como
Ahora bien, aun cuando es verdad que todas las sustancias particulares, sea que los consideremos o no con abstracción
en este sentido son estados de cosas, parece que no es verdad de sus propiedades. En estas circunstancias cuán fácil es sos-
que todos los estados de cosas sean sustancias. Por ejemplo, tener la tesis de que todo es particular, al tiempo de pasar
un particular con cierta propiedad en cierto instante (mate por alto que, en el sentido »n que esto es verdadero, los “par-
mático) parece ser un estado de cosas. Pero si los instantes ticulares” en cuestión ¡ya encierran universales dentro de sí
son, como quizás lo son, tan sólo límites de duración enton mismos! .
ces un estado de cosas instantáneo no es lógicamente capaz
de tener una existencia independiente. Empero, mantenien 1 Permítasenos, en este punto, ¡ampliar
s nuestra definición de un- estado
de cosas, para que incluya particulares dej. orden siiperior, esto es, utirtíver-
do esta precisión en la cabeza, podemos decir que el mundo sales, en tanto que caen Hijo un | versales.
r ’ " '
Supóngase (como
x se argüirá en
es un mundo de estados de cosas, así como decir que es un la Séptima sección) que los universales pueden tener ciertas propiedades y
mundo de particulares (“gruesos”) . relaciones. Supóngase que sucede míe
que U 3j tiene R con iq. U Este estado d e
cosas no envuelve nada triáis que universales, pero él mismo no es n n | uní
Podría notarse que la noción de un particular “grueso” versal. No puede repetirse. Así que parece ser u n partícula Vale la pena
parece comprender sus propiedades no relaciónales de una notar, también, que la totalidad lie cosas, el universo, es un particular. X
•'<

19/25
162 DAVID MALET ARMSTRÓNG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 163

tal, un particular-poseyendo-ciertas-propiedades, un estado


Un ive rsal es particu larizanl es de cosas. Es debido a universales de esta especie que se requie
re la noción de un tipo de estado de cosas.
No obstante, es de lo más importante notar que aun cuando . El tema de los universales particularizantes (corno póde
los estados de cosas son particulares, podemos formar la nlos denominarlos) adquiere gran importancia cuando tene
noción de un tipo de estado de cosas. < a en posesión de la rnos, universales complejos que comprenden una estructura
propiedad F es un estado de cosas. Pero podemos formar de partes numéricamente diferentes. Por ejemplo, ser un U
la noción de algo siendo F y ésta es la inoción de un tipo de podría resultar ser cuestión de que algo que es u n F esté
estado de cosas. en relación R con algo que es un G. Aquí los universales U,
Podría parecer que en una ontologíá tal como la nuestra F y G son todos universales particularizantes. Esto se hace
que no reconoce propiedades no distanciadas, la distinción especialmente importante señalarlo cuando consideramos que
entre el tipo de estado de cosas algo siendo F y la propiedad U’ podría resultar ser cuestión de que algo que es u n F esté
F es una distinción sin diferencia. ¿No estamos, simplemente, en relación R con algo que es un F. Debemos de rechazar la
lomando el universal dos veces? noción de que ésta es una cuestión de que el universal F
No obstante, parece que de hecho requerirnos de la noción esté en cualquier relación consigo mismo. Lo que tenemos,
de un tipo de estado de cosas. I.a noción se requiere a fin más bien, es un espécimen de cierto tipo de estado de cosas
de elucidar una especie de universal. Considérense los pre en cierta relación con otro espécimen de exactamente el
centígrados’, ‘platino’ y ‘hombre*. Introduz
dicados ‘100° centígrados', mismo tipo. .' ■
camos el supuesto, dudoso pero simplijicador, de que cada Los universales particularizantes tienen una liga especial
uno de estos predicados se aiplica por virtud de un único con el número. Si ser un hombre es realmente n n . universal
universr -----< a : " ~ 17
¡al1 Jmonádico. En -- tal caso, estar a 100° centígrados será monádico (ciertamente un supuesto muy improbable) , en
una propiedad. ’ ’ "No es. así' de claro quee ser platino sea una tonces también lo es ser (un agregado de) dos hombres,>sei
propiedad. Esto envuelve problemas que tendrán que con (un agregado de) tres hombres y así sucesivamente, hasta
siderarse más adelante (cap. 18 § 1) pero que, por el mo agotar el número de hombres que existen omnitemporal
mento, no son pertinentes. Pero, ¿qué hay con el predicado mente. Es claro que el análisis de todos estos universales
‘hombre’? Estamos suponiendo que se aplica a los particula comprende la noción de un número de diferentes ¡especí
res por virtud de un universal único (aun cuando obvia menes del mismo tipo.
mente no simple) . Pero, ¿qué nombre (que le guarde su Podemos, además, distinguir entre universales que pártícu
sitio) hemos de darle a este universal? ¿Ha de ser “humani larizan fuertemente y aquellos que sólo particularizan débil
dad"? ¿Se aplica ‘hombre’ por virtud ele la propiedad ser mente. Ser un hombre divide sus instaneiaciones en hombres
humano} individuales que no traslapan. .Podemos decir que partícula
Esta sugerencia debe preocuparnos. El problema es que riza fuertemente. Sin embargo, considérese ser u n kilogramo
el predicado ‘hombre’ es uno que, en frase de Quine, “divi de plomo. Si preguntamos si cierto particular es o no una
de su referencia” en hombres individuales. (Del universal .instancia de tal universal, se puede dar una respuesta no
correspondiente puede decirse que divide sus particulares.) ambigua. Esto entra en contraste con ser plomo. Si ignoramos
La caracterización adecuada del universal correspondiente los átomos de plomo, un particular que es plomo es, a la
no es ser humano sino, más bien, ser un hombre. Lo que esto vez, un número indefinido de particulares que son plomo.
muestra es que hay universales que comprenden particulares Empero, al mismo tiempo, ser un kilogramo de plomo no
de una manera muy especial, pues un hombre es ya un este- logra dividir sus instaneiaciones en individuos que no tras-

20/25
162 DAVID MALET ARMSTRÓNG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 163

tal, un particular-poseyendo-ciertas-propiedades, un estado


Un ive rsal es particu larizanl es de cosas. Es debido a universales de esta especie que se requie
re la noción de un tipo de estado de cosas.
No obstante, es de lo más importante notar que aun cuando . El tema de los universales particularizantes (corno póde
los estados de cosas son particulares, podemos formar la nlos denominarlos) adquiere gran importancia cuando tene
noción de un tipo de estado de cosas. < a en posesión de la rnos, universales complejos que comprenden una estructura
propiedad F es un estado de cosas. Pero podemos formar de partes numéricamente diferentes. Por ejemplo, ser un U
la noción de algo siendo F y ésta es la inoción de un tipo de podría resultar ser cuestión de que algo que es u n F esté
estado de cosas. en relación R con algo que es un G. Aquí los universales U,
Podría parecer que en una ontologíá tal como la nuestra F y G son todos universales particularizantes. Esto se hace
que no reconoce propiedades no distanciadas, la distinción especialmente importante señalarlo cuando consideramos que
entre el tipo de estado de cosas algo siendo F y la propiedad U’ podría resultar ser cuestión de que algo que es u n F esté
F es una distinción sin diferencia. ¿No estamos, simplemente, en relación R con algo que es un F. Debemos de rechazar la
lomando el universal dos veces? noción de que ésta es una cuestión de que el universal F
No obstante, parece que de hecho requerirnos de la noción esté en cualquier relación consigo mismo. Lo que tenemos,
de un tipo de estado de cosas. I.a noción se requiere a fin más bien, es un espécimen de cierto tipo de estado de cosas
de elucidar una especie de universal. Considérense los pre en cierta relación con otro espécimen de exactamente el
centígrados’, ‘platino’ y ‘hombre*. Introduz
dicados ‘100° centígrados', mismo tipo. .' ■
camos el supuesto, dudoso pero simplijicador, de que cada Los universales particularizantes tienen una liga especial
uno de estos predicados se aiplica por virtud de un único con el número. Si ser un hombre es realmente n n . universal
universr -----< a : " ~ 17
¡al1 Jmonádico. En -- tal caso, estar a 100° centígrados será monádico (ciertamente un supuesto muy improbable) , en
una propiedad. ’ ’ "No es. así' de claro quee ser platino sea una tonces también lo es ser (un agregado de) dos hombres,>sei
propiedad. Esto envuelve problemas que tendrán que con (un agregado de) tres hombres y así sucesivamente, hasta
siderarse más adelante (cap. 18 § 1) pero que, por el mo agotar el número de hombres que existen omnitemporal
mento, no son pertinentes. Pero, ¿qué hay con el predicado mente. Es claro que el análisis de todos estos universales
‘hombre’? Estamos suponiendo que se aplica a los particula comprende la noción de un número de diferentes ¡especí
res por virtud de un universal único (aun cuando obvia menes del mismo tipo.
mente no simple) . Pero, ¿qué nombre (que le guarde su Podemos, además, distinguir entre universales que pártícu
sitio) hemos de darle a este universal? ¿Ha de ser “humani larizan fuertemente y aquellos que sólo particularizan débil
dad"? ¿Se aplica ‘hombre’ por virtud ele la propiedad ser mente. Ser un hombre divide sus instaneiaciones en hombres
humano} individuales que no traslapan. .Podemos decir que partícula
Esta sugerencia debe preocuparnos. El problema es que riza fuertemente. Sin embargo, considérese ser u n kilogramo
el predicado ‘hombre’ es uno que, en frase de Quine, “divi de plomo. Si preguntamos si cierto particular es o no una
de su referencia” en hombres individuales. (Del universal .instancia de tal universal, se puede dar una respuesta no
correspondiente puede decirse que divide sus particulares.) ambigua. Esto entra en contraste con ser plomo. Si ignoramos
La caracterización adecuada del universal correspondiente los átomos de plomo, un particular que es plomo es, a la
no es ser humano sino, más bien, ser un hombre. Lo que esto vez, un número indefinido de particulares que son plomo.
muestra es que hay universales que comprenden particulares Empero, al mismo tiempo, ser un kilogramo de plomo no
de una manera muy especial, pues un hombre es ya un este- logra dividir sus instaneiaciones en individuos que no tras-

20/25
164 DAVID MALET ARMSTRONG
los universales y el realismo científico 165
lapen. Una gran masa de plomo contiene muchos particulares tracción del tipo de cosas que las ocupan, no parecen diferir
de un kilogramo traslapados. Así que diremos que éste entre sí en manera alguna. Un caso posible, tal como la infi
particulariza sólo débilmente. nita repetición del miive so parece mostrar que ser en pt L
Así que la distinción entre espécimen y tipo, particular no es una propiedad ni no relaciona! ni relaciona! de a. En
y universal, puede trazarse para estados de cosas y se requiere tal universo, a y su númsro infinito de contrapartes diferi-
para la concepción de un universal "particularizante”. No rán en posición total, pe o no diferirán en naturaleza. Las
obstante, aún sigue siendo verdad que la unión de la particu posiciones totales de a y de todas sus contrapartes tendrán,
laridad y la universalidad que se encuentra en un estado d cada una de ellas, las mismas dimensiones y "figura”.
cosas produce un particular.
Entonces, veamos tentativamente si puede sostenerse que
ser en pt b constituye la particularidad de a. Procederé con
J
siderando tres casos e intentaré res;ponder - v : —:
— tres objeciones a
v La particularidad y la posición espacio-temporal esta hipótesis.
Ya es tiempo ahora de ver si podemos presionar un poco más (1) Con frecuencia se ha objetado que explicar la dife
la cuestión acerca de la naturaleza de la particularidad (en rencia numérica de dos particulares por referencia a sus posi
el sentido "delgado”) . Hay una vieja línea de pensamiento ciones (totales) , simplemente nos invita a explicar la dife
que identifica la particularidad de los particulares con su rencia numérica de las dos posiciones (véase, por ejemplo,
posición espacio-temporal. (Con una frase útil, sugerida por Russell, 1948, p. 310) . Parlece que las posiciones sólo pueden
Robert Farrell, en lugar de hablar de posición espacio- ser meramente diferentes. Pero, se dice entonces, una vez
temporal, podríamos decir "posición total”.) que se llega a esto vemos que es innecesario el pasar por las
posiciones; mejor podríamos haber comenzado diciendo,
a, considerado tetradimensionalmente desde el principio
simplemente, que los dos particulares son meramente dife
al fin de su existencia, ocupa cierta “área” espacio-temporal;
llamémosla /q í t . La hipótesis por examinar es que la particu rentes.
laridad de a la constituye su ocupación de esta "área”. No sé cómo mostrar que este argumento es incorrecto,
pero tampoco creo que pueda mostrarse que alcanza su
Podría parecer fácil el hacer plausible que la hipótesis es cometido. Lo que se afirma es que la mera diferencia numé
verdadera pues, podría argüí rse, ser en pt ti no es un univer rica explica la diferencia de diferentes
----- ----- totales,
posiciones — —
sal. Si es un universal, entonces debe al menos ser posible Pero, ¿no podría afirmarse, en lugar de esto, que la llamada
que lo posea una multiplicidad de particulares. Pero sólo "mera” diferencia de particulares se explica por la diferencia
un particular puede tener la única posición total, así que la de posición? Conforme a esta segunda línea de pensamiento
posición total no es un universal; y, si ser en p¡ no es un no hay que explicar, en manera alguna, la diferencia de
universal, entonces es plausible que constituya la particula posición total; ésta constituye la diferencia de particulares
ridad de a. Empero, desafortunadamente para este argumen
(2) Al menos es lógicamente posib’e que hubiese dife
to, es posible que particulares totalmente distintos tengan
rentes particulares que no difiriesen en ca
exactamente la misma posición (total) . Veremos esto en un
momento. recicsen de posición. Él dualismo ortodoxb sostiene que, aun
cuando las mentes tienen una posición en el tiempo común,
Aun cuando fracase este argumento para decir que ser en no la tienen en el espacio físico. Ésta no parece ser una hipó
pi q no es un universal, todavía parece difícil sostener que tesis contradictoria de suyo. ¿Qué es lo que constituye la
es un universal. Ya hemos señalado en el capítulo 9 § 1. que distinción numérica de dos 1mentes cartesianas que existen
las posiciones espacio-temporales, consideradas haciendo abs- al mismo tiempo? 'Por hipótesis, no puede ser• diferencia en

21/25
164 DAVID MALET ARMSTRONG
los universales y el realismo científico 165
lapen. Una gran masa de plomo contiene muchos particulares tracción del tipo de cosas que las ocupan, no parecen diferir
de un kilogramo traslapados. Así que diremos que éste entre sí en manera alguna. Un caso posible, tal como la infi
particulariza sólo débilmente. nita repetición del miive so parece mostrar que ser en pt L
Así que la distinción entre espécimen y tipo, particular no es una propiedad ni no relaciona! ni relaciona! de a. En
y universal, puede trazarse para estados de cosas y se requiere tal universo, a y su númsro infinito de contrapartes diferi-
para la concepción de un universal "particularizante”. No rán en posición total, pe o no diferirán en naturaleza. Las
obstante, aún sigue siendo verdad que la unión de la particu posiciones totales de a y de todas sus contrapartes tendrán,
laridad y la universalidad que se encuentra en un estado d cada una de ellas, las mismas dimensiones y "figura”.
cosas produce un particular.
Entonces, veamos tentativamente si puede sostenerse que
ser en pt b constituye la particularidad de a. Procederé con
J
siderando tres casos e intentaré res;ponder - v : —:
— tres objeciones a
v La particularidad y la posición espacio-temporal esta hipótesis.
Ya es tiempo ahora de ver si podemos presionar un poco más (1) Con frecuencia se ha objetado que explicar la dife
la cuestión acerca de la naturaleza de la particularidad (en rencia numérica de dos particulares por referencia a sus posi
el sentido "delgado”) . Hay una vieja línea de pensamiento ciones (totales) , simplemente nos invita a explicar la dife
que identifica la particularidad de los particulares con su rencia numérica de las dos posiciones (véase, por ejemplo,
posición espacio-temporal. (Con una frase útil, sugerida por Russell, 1948, p. 310) . Parlece que las posiciones sólo pueden
Robert Farrell, en lugar de hablar de posición espacio- ser meramente diferentes. Pero, se dice entonces, una vez
temporal, podríamos decir "posición total”.) que se llega a esto vemos que es innecesario el pasar por las
posiciones; mejor podríamos haber comenzado diciendo,
a, considerado tetradimensionalmente desde el principio
simplemente, que los dos particulares son meramente dife
al fin de su existencia, ocupa cierta “área” espacio-temporal;
llamémosla /q í t . La hipótesis por examinar es que la particu rentes.
laridad de a la constituye su ocupación de esta "área”. No sé cómo mostrar que este argumento es incorrecto,
pero tampoco creo que pueda mostrarse que alcanza su
Podría parecer fácil el hacer plausible que la hipótesis es cometido. Lo que se afirma es que la mera diferencia numé
verdadera pues, podría argüí rse, ser en pt ti no es un univer rica explica la diferencia de diferentes
----- ----- totales,
posiciones — —
sal. Si es un universal, entonces debe al menos ser posible Pero, ¿no podría afirmarse, en lugar de esto, que la llamada
que lo posea una multiplicidad de particulares. Pero sólo "mera” diferencia de particulares se explica por la diferencia
un particular puede tener la única posición total, así que la de posición? Conforme a esta segunda línea de pensamiento
posición total no es un universal; y, si ser en p¡ no es un no hay que explicar, en manera alguna, la diferencia de
universal, entonces es plausible que constituya la particula posición total; ésta constituye la diferencia de particulares
ridad de a. Empero, desafortunadamente para este argumen
(2) Al menos es lógicamente posib’e que hubiese dife
to, es posible que particulares totalmente distintos tengan
rentes particulares que no difiriesen en ca
exactamente la misma posición (total) . Veremos esto en un
momento. recicsen de posición. Él dualismo ortodoxb sostiene que, aun
cuando las mentes tienen una posición en el tiempo común,
Aun cuando fracase este argumento para decir que ser en no la tienen en el espacio físico. Ésta no parece ser una hipó
pi q no es un universal, todavía parece difícil sostener que tesis contradictoria de suyo. ¿Qué es lo que constituye la
es un universal. Ya hemos señalado en el capítulo 9 § 1. que distinción numérica de dos 1mentes cartesianas que existen
las posiciones espacio-temporales, consideradas haciendo abs- al mismo tiempo? 'Por hipótesis, no puede ser• diferencia en

21/25
166 DAVID MALET ARMSTRONG l o s u n i v e r s a l e s v el realismo científico 167

localización espacial. Además podría señalarse que, una vez (3) La dificultad final para la identificación de la par
(pie hemos rechazado la necesidad de la identidad de ios ticularidad de los particulares con su posición espacio
indiscernibles, su distinción tampoco necesita ser una cues temporal o total es la de que parece posible que dos parlicu
posición inteligible es
tión de propiedades diferentes, Un suposición lares totalmente distintos ocupen exactamente la misma posi
que dos de esas mentes coexistentes ¡podrían tener exacta- ción total. A fin de presentar esta objeción, primero debo
mente las mismas propiedades, relaciónales tanto como no introducir la noción de un particular “abstracto”.
relaciónales. Ya he mencionado brevemente el uso técnico que hace
Considérense también los amados espacios visuales y tác- Hume del término “sustancia” que me propongo seguir. Se
tiles “privados” de los teóricos de lo4 datos sensoriales. Den define como “cualquier cosa que sea capaz de existencia in
tro de un campo visual privado particular, los manchones dependiente”, donde “capaz de” no significa más que “lógi
de color pueden diferenciarse por su diferente posición, en camente capaz de". Si es lógicamente posible que algo exista
el campo. Pero, ¿qué es lo que diferencia el campo visual sin que exista ninguna otra cosa, entonces, en términos de
privado de A de un campo visual privado coexistente, de esta definición, esa cosa es una sustancia. Para el idealismo
B? No es la diferencia de posición eft el espacio físico, pues absoluto hay sólo una sustancia, pero en una filosofía plu
los dos campos visuales no están, por ejemplo, dentro de las ralista, tal como la de esta obra, hay indefinidamente muchas
cabezas de A y de B. . ..• ; sustancias. Una gran proporción de estas sustancias será muy
Ya hemos señalado la sugerencia de Br.oad de que es ló diferente de las que ordinariamente se denominarían sus
gicamente posible que haya dos o más espacio-tiempos que tancias. Yo diría que todo particular (tomado con sus pro
podrían ser de naturaleza idéntica (cap. 9 § 1) • Tales espacio- piedades) es una sustancia, aun cuando este enunciado puede
tiempos serían numéricamente distintos, pero pero nono como
como envolver un elemento de definición. (El que si todas las
un resultado de... diferencia ven posición espacio-temporal sustancias son particulares se considerará brevemente en el
Asimismo, puede haber particulares, tales como los ánge’es siguiente capítulo.)
y Dios, que no Aon espacio-temporales en manera alguna. Si una sustancia tiene partes y fases, entonces éstas tam
La objeción no sé apoya en la existencia real de men- bién serán sustancias. En tales casos es claramente posible
tes no espaciales, espacios Sensoriales “privados”, espacio- “rebanar” las sustancias en partes espaciales y temporales
tiempos alternativos, seres' angélicos y Dios. Yo mismo creo de muy diferentes maneras en traslape. Pero, por así decir
que no hay razón de postular ninguna de estas cosas. Pero hay otra dimensión, una dimensión de naturaleza no espa
si son posibles/ nos señala el argumento, la particularidad cial y no temporal, a lo largo d e la cual pueden rebanarse
las sustancias en otras sustancias que, posteriormente podrán
de a no puede identificarse con su posición espacio-temporal.
decirse que son partes de la sustancia original.
Creo que este argumento sí prueba algo importante. Prue Por ejemplo, considérese un cubo coloreado. Tiene tanto
ba que el concepto de particularidad no es exactamente el propiedades visuales como táctiles. Supongamos, por razón
mismo concepto que el concepto de posición espacio-temporal del argumento, la hipótesis del realismo epistemológico de
de un particular. Pero eso es, todp lo que prueba. Deja que las propiedades visuales y táctiles son propiedades del
abierta la posibilidad, que considero que es real, de que cubo, no relaciónales, independientes del perceptor. Supon
la posición espacio-temporal sea . o na forma de particula gamos, también, que las propiedades visuales y las táctiles
ridad. Si eso es así, y sí, de hecho, todo particular es espacio son propiedades completamente distintas unas de las otras.
temporal, entonces la posición espacio-temporal puede ser Es fácilmente concebible que el cubo pierda todas sus
la única forma de particularidad que.de hecho hay. propiedades visuales y se haga invisible, pero que retenga

22/25
166 DAVID MALET ARMSTRONG l o s u n i v e r s a l e s v el realismo científico 167

localización espacial. Además podría señalarse que, una vez (3) La dificultad final para la identificación de la par
(pie hemos rechazado la necesidad de la identidad de ios ticularidad de los particulares con su posición espacio
indiscernibles, su distinción tampoco necesita ser una cues temporal o total es la de que parece posible que dos parlicu
posición inteligible es
tión de propiedades diferentes, Un suposición lares totalmente distintos ocupen exactamente la misma posi
que dos de esas mentes coexistentes ¡podrían tener exacta- ción total. A fin de presentar esta objeción, primero debo
mente las mismas propiedades, relaciónales tanto como no introducir la noción de un particular “abstracto”.
relaciónales. Ya he mencionado brevemente el uso técnico que hace
Considérense también los amados espacios visuales y tác- Hume del término “sustancia” que me propongo seguir. Se
tiles “privados” de los teóricos de lo4 datos sensoriales. Den define como “cualquier cosa que sea capaz de existencia in
tro de un campo visual privado particular, los manchones dependiente”, donde “capaz de” no significa más que “lógi
de color pueden diferenciarse por su diferente posición, en camente capaz de". Si es lógicamente posible que algo exista
el campo. Pero, ¿qué es lo que diferencia el campo visual sin que exista ninguna otra cosa, entonces, en términos de
privado de A de un campo visual privado coexistente, de esta definición, esa cosa es una sustancia. Para el idealismo
B? No es la diferencia de posición eft el espacio físico, pues absoluto hay sólo una sustancia, pero en una filosofía plu
los dos campos visuales no están, por ejemplo, dentro de las ralista, tal como la de esta obra, hay indefinidamente muchas
cabezas de A y de B. . ..• ; sustancias. Una gran proporción de estas sustancias será muy
Ya hemos señalado la sugerencia de Br.oad de que es ló diferente de las que ordinariamente se denominarían sus
gicamente posible que haya dos o más espacio-tiempos que tancias. Yo diría que todo particular (tomado con sus pro
podrían ser de naturaleza idéntica (cap. 9 § 1) • Tales espacio- piedades) es una sustancia, aun cuando este enunciado puede
tiempos serían numéricamente distintos, pero pero nono como
como envolver un elemento de definición. (El que si todas las
un resultado de... diferencia ven posición espacio-temporal sustancias son particulares se considerará brevemente en el
Asimismo, puede haber particulares, tales como los ánge’es siguiente capítulo.)
y Dios, que no Aon espacio-temporales en manera alguna. Si una sustancia tiene partes y fases, entonces éstas tam
La objeción no sé apoya en la existencia real de men- bién serán sustancias. En tales casos es claramente posible
tes no espaciales, espacios Sensoriales “privados”, espacio- “rebanar” las sustancias en partes espaciales y temporales
tiempos alternativos, seres' angélicos y Dios. Yo mismo creo de muy diferentes maneras en traslape. Pero, por así decir
que no hay razón de postular ninguna de estas cosas. Pero hay otra dimensión, una dimensión de naturaleza no espa
si son posibles/ nos señala el argumento, la particularidad cial y no temporal, a lo largo d e la cual pueden rebanarse
las sustancias en otras sustancias que, posteriormente podrán
de a no puede identificarse con su posición espacio-temporal.
decirse que son partes de la sustancia original.
Creo que este argumento sí prueba algo importante. Prue Por ejemplo, considérese un cubo coloreado. Tiene tanto
ba que el concepto de particularidad no es exactamente el propiedades visuales como táctiles. Supongamos, por razón
mismo concepto que el concepto de posición espacio-temporal del argumento, la hipótesis del realismo epistemológico de
de un particular. Pero eso es, todp lo que prueba. Deja que las propiedades visuales y táctiles son propiedades del
abierta la posibilidad, que considero que es real, de que cubo, no relaciónales, independientes del perceptor. Supon
la posición espacio-temporal sea . o na forma de particula gamos, también, que las propiedades visuales y las táctiles
ridad. Si eso es así, y sí, de hecho, todo particular es espacio son propiedades completamente distintas unas de las otras.
temporal, entonces la posición espacio-temporal puede ser Es fácilmente concebible que el cubo pierda todas sus
la única forma de particularidad que.de hecho hay. propiedades visuales y se haga invisible, pero que retenga

22/25
... ..

168 DAVID MAI.ET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 169

todas sus propiedades táctiles tales como peso, dureza y tem tractos, no pueden tener 1la misma posición total si tienen las
peratura. También es concebible —no tan fácilmente pero mismas propiedades. Pues ¿cómo, entonces, podrían distin
ciertamente Concebible— que el cubo pierda todas sus pro guirse de sólo un particular?
piedades táctiles y se haga un objeto puramente visual (pero
con existencia objetiva) con exactamente las mismas pro
piedades visuales que tenía antes del cambio. Ahora bien vi La particularidad y la posición espacio-temporal
el cubo coloreado original era una sustancia y sustancias (continuación')
son el ''cubo táctil" y el "cubo visual”. Más aún, hay un
sentido claro conforme al cual el cubo total está hecho de La tercera objeción con la que ahora hemos estado tratando
—tiene como partes— el cubo táctil y el visual. Puede haber no es realmente rnuy difícil de responder una vez que tene
otras formas en traslape conforme a las cuales pueda "reba mos claridad en nuestras mentes acerca de ciertas propues
narse" en tales partes el cubo original. tas. Paso a llamar la atención a las siguientes' cinco propo
El cubo coloreado original lo denominaré un particular siciones: 2
concreto. Los cubos táctil y visual los denominaré particulares
abstractos. Como ya se señaló, la frase es la que emplean (1) Para todos los particulares x, y y posiciones totales
algunos particularistas acerca de propiedades y relaciones P y Q, si x tiene P, y tiene Q y P Q, entonces x
(cap, 8) ; pero ellos intentan conformar los particulares a ¥* y,
partir de las propiedades y las relaciones a partir de los par
ticulares. Mis particulares abstractos son cosas que tienen Esta proposición dice que diferentes posiciones totales .dan
propiedades y relaciones (universales) . Es extraño usar un particulares diferentes. Parece claro que es una verdad nece
término ya empleado por otra teoría en otro sentido, pero saria. Compáresela con:
la palabra "abstracto" es apropiada y no puedo encontrar
ningún término mejor. * (A) Para todos lo; particulares x, y y propiedades F y
Ahora, finalmente, puedo llegar al meollo de la tercera G, si x tiene E, y tiene G y F G, entonces x y
objeción en contra de tratar la posición espacio-temporal de
los particulares como constituyendo su particularidad. Aun (A) está tan lejos de ser necesaria que hay innumera
cuando es verdad que sólo un particular concreto puede tener bles casos en los que es falsa, a saber, todos aquellos casos
una única posición total, esto no vale para los particulares en los que un particular tiene una o más propiedades distin
abstractos. Dos particulares diferentes, por ejemplo, el "cubo tas. Para que (A) fuese una verdad necesaria F y G tendrían
táctil" y el "cubo visual", podrían tener exactamente la que ser no tan sólo propiedades diferentes, sino incompa
misma posición total. Entonces, podría preguntarse, ¿cómo tibles. La necesidad de (1) se explicaría si las posiciones
es que la posición espacio-temporal o total puede constituir totales P y Q fuesen propiedades incompatibles. Pero hemos
la particularidad de un particular? i encontrado al menos alguna razón para creer que las posi
Antes de lanzarse a un intento por responder esta tercera ciones totales particulares no son; propiedades. Si es así,
objeción, puede notarse que, si son posibles los particulares entonces, a forliori, no son propiedades incompatib es y la
abstractos, no es una verdad necesaria que dos cosas no necesidad de (l) debe explicarse de alguna otra manera.
puedan estar en el mismo lugar al mismo tiempo. Es solo
una verdad necesaria si se restringe a particulares concretos 2 De aquí en adelahte se usarán asteriscos para marcar principios que
No obstante, parece que dos particulares, incluso si son abs- se rechazarán.

23/25
... ..

168 DAVID MAI.ET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 169

todas sus propiedades táctiles tales como peso, dureza y tem tractos, no pueden tener 1la misma posición total si tienen las
peratura. También es concebible —no tan fácilmente pero mismas propiedades. Pues ¿cómo, entonces, podrían distin
ciertamente Concebible— que el cubo pierda todas sus pro guirse de sólo un particular?
piedades táctiles y se haga un objeto puramente visual (pero
con existencia objetiva) con exactamente las mismas pro
piedades visuales que tenía antes del cambio. Ahora bien vi La particularidad y la posición espacio-temporal
el cubo coloreado original era una sustancia y sustancias (continuación')
son el ''cubo táctil" y el "cubo visual”. Más aún, hay un
sentido claro conforme al cual el cubo total está hecho de La tercera objeción con la que ahora hemos estado tratando
—tiene como partes— el cubo táctil y el visual. Puede haber no es realmente rnuy difícil de responder una vez que tene
otras formas en traslape conforme a las cuales pueda "reba mos claridad en nuestras mentes acerca de ciertas propues
narse" en tales partes el cubo original. tas. Paso a llamar la atención a las siguientes' cinco propo
El cubo coloreado original lo denominaré un particular siciones: 2
concreto. Los cubos táctil y visual los denominaré particulares
abstractos. Como ya se señaló, la frase es la que emplean (1) Para todos los particulares x, y y posiciones totales
algunos particularistas acerca de propiedades y relaciones P y Q, si x tiene P, y tiene Q y P Q, entonces x
(cap, 8) ; pero ellos intentan conformar los particulares a ¥* y,
partir de las propiedades y las relaciones a partir de los par
ticulares. Mis particulares abstractos son cosas que tienen Esta proposición dice que diferentes posiciones totales .dan
propiedades y relaciones (universales) . Es extraño usar un particulares diferentes. Parece claro que es una verdad nece
término ya empleado por otra teoría en otro sentido, pero saria. Compáresela con:
la palabra "abstracto" es apropiada y no puedo encontrar
ningún término mejor. * (A) Para todos lo; particulares x, y y propiedades F y
Ahora, finalmente, puedo llegar al meollo de la tercera G, si x tiene E, y tiene G y F G, entonces x y
objeción en contra de tratar la posición espacio-temporal de
los particulares como constituyendo su particularidad. Aun (A) está tan lejos de ser necesaria que hay innumera
cuando es verdad que sólo un particular concreto puede tener bles casos en los que es falsa, a saber, todos aquellos casos
una única posición total, esto no vale para los particulares en los que un particular tiene una o más propiedades distin
abstractos. Dos particulares diferentes, por ejemplo, el "cubo tas. Para que (A) fuese una verdad necesaria F y G tendrían
táctil" y el "cubo visual", podrían tener exactamente la que ser no tan sólo propiedades diferentes, sino incompa
misma posición total. Entonces, podría preguntarse, ¿cómo tibles. La necesidad de (1) se explicaría si las posiciones
es que la posición espacio-temporal o total puede constituir totales P y Q fuesen propiedades incompatibles. Pero hemos
la particularidad de un particular? i encontrado al menos alguna razón para creer que las posi
Antes de lanzarse a un intento por responder esta tercera ciones totales particulares no son; propiedades. Si es así,
objeción, puede notarse que, si son posibles los particulares entonces, a forliori, no son propiedades incompatib es y la
abstractos, no es una verdad necesaria que dos cosas no necesidad de (l) debe explicarse de alguna otra manera.
puedan estar en el mismo lugar al mismo tiempo. Es solo
una verdad necesaria si se restringe a particulares concretos 2 De aquí en adelahte se usarán asteriscos para marcar principios que
No obstante, parece que dos particulares, incluso si son abs- se rechazarán.

23/25
170 DAVID MALEE ARMsj'RONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 171

Nótese, además, (pie aun cuando (1) es una verdad nece- las propiedades no relaciónales en la naturaleza de un par
savia, (2) no lo es: ticular) . Esto es paralelo a (2) de la que también hemos
argüido que no es una verdad necesaria. La mismidad de
* (2) Para todos los particulares je, y y posiciones P y Q, naturaleza no garantiza mismidad de particulares.
si x tiene p, y tiene Q y P Oí, entonces x y. Finalmente, notamos ahora que aun cuando (2) y (4) no
son verdades necesarias, reuniendo (2) y (4) parece que da
No podemos aseverar que (2) es necesaria debido a la posi una verdad necesaria.
bilidad de que x y y sean particulares “abstractos” distintos,
que sean partes del mismo particular concreto. La mismidad (5) Para todos los particulares x, y> posiciones totales P,
de posición total no garantiza la mismidad de los particu Q y naturalezas M, N, si x tiene P y M, y tiene Q y
lares. i : N, P === Q y M === N, entonces x = y.
Ahora podemos introducir la noción de la naturaleza de
un particular. Su naturaleza es simplemente la totalidad Mismidad de posición y mismidad de naturaleza, conjunta
de sus propiedades.
J
j - * (Las
/» - . ‘propiedad
’ Ies spacio-temporales esta mente garantizan mismidad de particulares. 3
rán incluidas en esta naturaleza. Si los vacíos son particulares.
tendrán propiedades.) Encontramos, entonces, que la nalu t Podría .ser útil reunir los resultados:
raleza diferencia los particulares en exactamente la misma
forma que lo hace la posición: 1) Diferentes posiciones totales imponen particulares dife
rentes,
(3) ■ Para todos los particulares x, y y naturalezas M y. N, si 2) Mismidad de posición total no impone mismidad de
x tiene M, y tiene N y M N,, entonces
entonces xx y*
y, particulares.
3) Diferentes naturalezas imponen diferentes particulares.
Ésta e$ simplemente una formulación del principio de la 4) Mismidad de naturaleza no impone mismidad de par
indiscernibilidad de los idénticos que, i diferencia de la iden ticulares:
tidad de los indiscernibles, no es un principio que esté seria
mente en.disputa. El principio envuelve algunos problemas, pero
notablemente los que comprenden contextos de discurso “opa
cos”, pero hay pocos que quisieran solucionar los problemas 5) Mismidad de posición total y mismidad de naturaleza
abandonando el principio. Yo no me encuentro entre esos imponen mismidad de particulares.
pocos. Una diferencia de naturaleza da particulares dife-
rentes.. (1) y (3) son aceptados en general; hemos tenido que argüir
Nótese, ahora,, el paralelismo entre i a favor de (2) y de (4) ; (5) parece plausible.
lismo se refuerza si consideramos: Creo que ahora estamos en posición de darle peso, aun
cuando no de probar realmente, la sugerencia de que la
;
* (4) Para todos los particulares x, V y naturalezas M v posición espacio-temporal o total constituye, de hecho, la
Ñ, si x tiene AI, y tiene N y M entonces x particularidad de los particulares (al menos de todos aque-
3 Quizá pueda sostenerse que, en contra de (5) , dos particulares puedan
Ésta es la. identidad de los indiscernibles, la que hemos ambos ocupar la misma posición total y tener la misma - naturaleza. Pero
tales particulares, para ser dos, requerirían de algún tercer principio o “di
argüido que no es una verdad necesari (aun si se incluyen mensión" de individuación del cual nada sabemos.

24/25
170 DAVID MALEE ARMsj'RONG LOS UNIVERSALES Y EL REALISMO CIENTÍFICO 171

Nótese, además, (pie aun cuando (1) es una verdad nece- las propiedades no relaciónales en la naturaleza de un par
savia, (2) no lo es: ticular) . Esto es paralelo a (2) de la que también hemos
argüido que no es una verdad necesaria. La mismidad de
* (2) Para todos los particulares je, y y posiciones P y Q, naturaleza no garantiza mismidad de particulares.
si x tiene p, y tiene Q y P Oí, entonces x y. Finalmente, notamos ahora que aun cuando (2) y (4) no
son verdades necesarias, reuniendo (2) y (4) parece que da
No podemos aseverar que (2) es necesaria debido a la posi una verdad necesaria.
bilidad de que x y y sean particulares “abstractos” distintos,
que sean partes del mismo particular concreto. La mismidad (5) Para todos los particulares x, y> posiciones totales P,
de posición total no garantiza la mismidad de los particu Q y naturalezas M, N, si x tiene P y M, y tiene Q y
lares. i : N, P === Q y M === N, entonces x = y.
Ahora podemos introducir la noción de la naturaleza de
un particular. Su naturaleza es simplemente la totalidad Mismidad de posición y mismidad de naturaleza, conjunta
de sus propiedades.
J
j - * (Las
/» - . ‘propiedad
’ Ies spacio-temporales esta mente garantizan mismidad de particulares. 3
rán incluidas en esta naturaleza. Si los vacíos son particulares.
tendrán propiedades.) Encontramos, entonces, que la nalu t Podría .ser útil reunir los resultados:
raleza diferencia los particulares en exactamente la misma
forma que lo hace la posición: 1) Diferentes posiciones totales imponen particulares dife
rentes,
(3) ■ Para todos los particulares x, y y naturalezas M y. N, si 2) Mismidad de posición total no impone mismidad de
x tiene M, y tiene N y M N,, entonces
entonces xx y*
y, particulares.
3) Diferentes naturalezas imponen diferentes particulares.
Ésta e$ simplemente una formulación del principio de la 4) Mismidad de naturaleza no impone mismidad de par
indiscernibilidad de los idénticos que, i diferencia de la iden ticulares:
tidad de los indiscernibles, no es un principio que esté seria
mente en.disputa. El principio envuelve algunos problemas, pero
notablemente los que comprenden contextos de discurso “opa
cos”, pero hay pocos que quisieran solucionar los problemas 5) Mismidad de posición total y mismidad de naturaleza
abandonando el principio. Yo no me encuentro entre esos imponen mismidad de particulares.
pocos. Una diferencia de naturaleza da particulares dife-
rentes.. (1) y (3) son aceptados en general; hemos tenido que argüir
Nótese, ahora,, el paralelismo entre i a favor de (2) y de (4) ; (5) parece plausible.
lismo se refuerza si consideramos: Creo que ahora estamos en posición de darle peso, aun
cuando no de probar realmente, la sugerencia de que la
;
* (4) Para todos los particulares x, V y naturalezas M v posición espacio-temporal o total constituye, de hecho, la
Ñ, si x tiene AI, y tiene N y M entonces x particularidad de los particulares (al menos de todos aque-
3 Quizá pueda sostenerse que, en contra de (5) , dos particulares puedan
Ésta es la. identidad de los indiscernibles, la que hemos ambos ocupar la misma posición total y tener la misma - naturaleza. Pero
tales particulares, para ser dos, requerirían de algún tercer principio o “di
argüido que no es una verdad necesari (aun si se incluyen mensión" de individuación del cual nada sabemos.

24/25
172 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 173

líos particulares que tienen naturaleza espacio-temporal y Un poco más queda por decir acerca de los particulares
que, según lo veo, son todos los particulares que hay) . y la posición espacio-temporal. Pero esto lo diferiré hasta el
La proposición (») parece implicar formalmente que cada
particular espacio-temporal, concreto o abstracto, es alguna
especie de unidad de sus propiedades (sus propiedades inclu
yen sus propiedades espacio-temporales) y su posición total.
Entre una naturaleza así concebida y su posición total, parece
que seremos capaces de hacer sólo ía “distinción formal” de
Escoto. No es fácil identificar la posición total con alguna
otra propiedad, relaciona! o no relacional, del 'particular.
Así que la posición espacio-temporal o total parece que cons
tituye la particularidad de los particulares espacio-temporales.
Añadiendo esta particularidad a la naturaleza ó a las pro
piedades de una cosa, ganamos un particular: la “victoria de
Ja particularidad” hacia la que ya se ha llamado la atención
en el § III. Si la posición espacio-temporal hubiese sido una
propiedad, añadirla simplemente hubiese aumentado la natu
raleza de la cosa y la naturaleza por sí misma es repetible.
esto es, por sí misma no constituye un particular.
El hecho de que diferentes particulares (“abstractos”)
pudiesen todos tener la. misma posición, tan sólo muestra
que la particularidad de un particular no determina comple
tamente a ese particular. Para una determinación completa
semejante también necesitamos su naturaleza. Ésta no es más
que la doctrina del éste-tai.
¿Qué sucede si hay particulares no espacio-temporales?
Algunos han sostenido que tales particulares están totalmen
te determinados por sus naturalezas. Aquino mantuvo esta
doctrina para el caso de los ángeles, aseverando que la mis-
tnidad de naturaleza por sí misma implicaba formalmente la
rnismidad del ángel (Summa Theologica, Parte 1, Q. 50,
Art. 4) . Pero, de acuerdo con Escoto (Ordinatio, II, Dist.
3, pars. 1, Q. 7), no veo razón para aceptar esta tesis. La
concepción de ángeles indiscernibles parece ser una concep
ción inteligible, en tanto que la concepción de los ángeles
como universales parece dudosa. Sugiero que tales seres no
espacio-temporales tendrían un principio desconocido de
particularidad entre el cual y su naturaleza sólo podría hacer
se una distinción forma!.

25/25
172 DAVID MALET ARMSTRONG LOS UNIVERSALES Y E L REALISMO CIENTÍFICO 173

líos particulares que tienen naturaleza espacio-temporal y Un poco más queda por decir acerca de los particulares
que, según lo veo, son todos los particulares que hay) . y la posición espacio-temporal. Pero esto lo diferiré hasta el
La proposición (») parece implicar formalmente que cada
particular espacio-temporal, concreto o abstracto, es alguna
especie de unidad de sus propiedades (sus propiedades inclu
yen sus propiedades espacio-temporales) y su posición total.
Entre una naturaleza así concebida y su posición total, parece
que seremos capaces de hacer sólo ía “distinción formal” de
Escoto. No es fácil identificar la posición total con alguna
otra propiedad, relaciona! o no relacional, del 'particular.
Así que la posición espacio-temporal o total parece que cons
tituye la particularidad de los particulares espacio-temporales.
Añadiendo esta particularidad a la naturaleza ó a las pro
piedades de una cosa, ganamos un particular: la “victoria de
Ja particularidad” hacia la que ya se ha llamado la atención
en el § III. Si la posición espacio-temporal hubiese sido una
propiedad, añadirla simplemente hubiese aumentado la natu
raleza de la cosa y la naturaleza por sí misma es repetible.
esto es, por sí misma no constituye un particular.
El hecho de que diferentes particulares (“abstractos”)
pudiesen todos tener la. misma posición, tan sólo muestra
que la particularidad de un particular no determina comple
tamente a ese particular. Para una determinación completa
semejante también necesitamos su naturaleza. Ésta no es más
que la doctrina del éste-tai.
¿Qué sucede si hay particulares no espacio-temporales?
Algunos han sostenido que tales particulares están totalmen
te determinados por sus naturalezas. Aquino mantuvo esta
doctrina para el caso de los ángeles, aseverando que la mis-
tnidad de naturaleza por sí misma implicaba formalmente la
rnismidad del ángel (Summa Theologica, Parte 1, Q. 50,
Art. 4) . Pero, de acuerdo con Escoto (Ordinatio, II, Dist.
3, pars. 1, Q. 7), no veo razón para aceptar esta tesis. La
concepción de ángeles indiscernibles parece ser una concep
ción inteligible, en tanto que la concepción de los ángeles
como universales parece dudosa. Sugiero que tales seres no
espacio-temporales tendrían un principio desconocido de
particularidad entre el cual y su naturaleza sólo podría hacer
se una distinción forma!.

25/25

También podría gustarte