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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS”
3ER. AÑO DERECHO
VALLE DE LA PASCUA ESTADO GUÁRICO
MATERIA: DERECHO ADMINISTRATIVO

LA POTESTAD

REGLAMENTARIA
FACILITADOR TRIUNFADOR:

DR DANIEL PARGAS CARLOS RAMIREZ


CI: 18895190

MARZO, 2021
LÍMITES DE LA POTESTAD REGLAMENTARIA

Artículo 87, Ley Orgánica de la Administración Pública “…la potestad


reglamentaria corresponde al Presidente o Presidenta de la República, en
Consejo de Ministros, de conformidad con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y las leyes.

Los reglamentos no podrán regular materias objeto de reserva de ley, ni


infringir normas con dicho rango. Además, sin perjuicio de su función de
desarrollo o colaboración con respecto a la ley, no podrán tipificar delitos, faltas
o infracciones administrativas, establecer penas o sanciones, así como tributos,
cánones u otras cargas o prestaciones personales o patrimoniales de carácter
público”.

RESERVA LEGAL

Aun cuando, como se ha dicho, el principio de separación de poderes


impondría la reserva al órgano de legislación, de la realización de la actividad
normativa, el hecho de que tal función no sea exclusiva de éste y la posibilidad
de que ella sea legalmente atribuida a otro órgano del Poder, obliga a que en
las normas fundamentales se establezcan materias en las que dicha
habilitación no va a ser posible. Se establece como garantía, la reserva a la ley
de ciertas materias, con lo cual se impide que la potestad de formación, en
esos casos, sea ejercida por un órgano distinto al legislativo, legítimo
representante de la voluntad de la comunidad organizada.

La reserva legal, es, entonces, no sólo un límite a la potestad reglamentaria


como usualmente se enseña, sino más aún un límite a la potestad normativa
del legislativo, quien por ella, se ve impedido de delegarla. En efecto, la reserva
a la ley impone al legislativo la obligación de legislar en forma exclusiva y
excluyente determinadas materias, dejando abierta la posibilidad de que la
regulación de aquellas no incluidas en la reserva si puedan ser atribuidas a
otros órganos distintos a éste, y entre ellos, obviamente, la Administración. De
manera, que también en forma evidente es necesario concluir que la reserva
legal tampoco permite señalar que exista potestad normativa inherente a la
Administración respecto de las áreas no contempladas en ella, sino que, por el
contrario, estas áreas pueden ser asignadas por la legislación para que sean
normadas por vía reglamentaria.

La reserva será intensa o de primer grado –Villar Palasí y Villar Ezcurra-


cuando la Constitución en forma expresa atribuya a la ley, de manera exclusiva
y excluyente, la regulación sobre determinada materia y proscriba de plano la
posibilidad de su regulación por vía reglamentaria, ni siquiera mediante el uso
de reglamentos de desarrollo. Se sostiene que tal sería el caso de aquellas
normas constitucionales que remiten a la Ley (i.e. “Sólo por ley”) la regulación
del ejercicio de derechos fundamentales.[3] 

 La reserva será de segundo grado cuando la Constitución atribuya a la Ley el


desarrollo fundamental y de fondo de determinadas materias, dejando sin
embargo abierta la posibilidad de que ciertos aspectos, dada su naturaleza
técnica, cuantitativa o especial, sean regulados por reglamento, el cual, en todo
caso, no podrá desnaturalizar el contenido de la Ley (i.e. “La Ley establecerá
los mecanismos para garantizar el derecho a disponer de bienes y servicios de
calidad”). 

Finalmente, será de tercer grado o mínima cuando la Constitución exija que


determinadas materias se rijan por actos con rango de ley, pero sin señalar el
contenido o fondo de las mismas. Tal sería el caso de una norma constitucional
que señale, por ejemplo, que la Ley podrá declarar servicio público
determinadas materias. En estos supuestos la ley es un mero acto formal. 

De la deslegalización se erige en mecanismo excepcional que sólo habilita a la


legislación a transferir al ámbito de la potestad normativa de la Administración
la regulación de: 

a.- En materias de la reserva legal.


b.- En la misma materia. 

c.- En materias reservadas por ley.

d.- En la auto reserva

CLASIFICACIÓN DE LOS REGLAMENTOS:

Según el sujeto que los dicta: Nacionales, Estadales, Municipales. Según


el ámbito o contenido: Jurídicos o Externos: Reglamentos que producen
derechos y obligaciones, 'proposiciones jurídicas Peña Solís, nos dice que son
reglamentos con un valor histórico y académico. Internos, Administrativos u
orgánicos: Referidos a cuestiones de organización interna. Al respecto Araujo-
Suarez expresa: Todos los reglamentos son jurídicos independientemente que
tengan una naturaleza organizativa. Según su Vinculación con la ley.
Reglamentos Ejecutivos: Reglamentos que tiene por finalidad el desarrollo o
cumplimiento de una Ley previa o preexistente. Reglamentos Autónomos:
Aquellos dictados por la Administración sin estar vinculados a una ley
preexistente, en ámbitos materiales que no han sido regulados previamente por
Leyes. Reglamentos Delegados (Deslegalización): Actos normativos dictados
por la Administración, por disponerlo una Ley de deslegalización. Materias
reguladas por una Ley, pasan por la deslegalización a ser disciplinada por una
norma de rango sub-legal. Ver Sent. N° 1.450 TSJ/SPA/12/06/2.003.
Reglamentos de Necesidad: Dictados en casos excepcionales como desastres,
catástrofes, podrían regular materia de reserva legal durante un lapso de
tiempo.

Los reglamentos son actos normativos al igual que la Ley, caracterizándose


ambos por la generalidad de sus normas. 2.- Los reglamentos emanan de
autoridades administrativas, la Ley emana del Poder Legislativo, salvo el caso
de los Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley. 3.- El Reglamento al igual
que la Ley innova el ordenamiento jurídico. 4.- Los Reglamentos son normas
de rango sub-legal, por tanto no pueden innovar o modificar la Ley, esta
subordinada a ella. (Art. 88 LOAP). 5.- Los Reglamentos no pueden invadir la
esfera de materias de reserva legal. Art. 88 LOAP.

Los Reglamentos no pueden limitar derechos ni agravar obligaciones. 7.- Los


Reglamentos se derogan por otros Reglamentos. No pueden ser derogados por
actos de efectos particulares. (Principio de la Inderogabilidad singular de los
Reglamentos.)Aunque podrían ser derogados por disposición legal. Y anulados
por Ilegalidad. Arts. 266.5. CRBV. Arts. 23.5, 24.5, 25.3 LOJCA. Por
Inconstitucionalidad Art. 266.5

El ejercicio de la Potestad Reglamentaria corresponde al Presidente de la


República en Consejo de Ministros. Art.89.LOAP. 1.- Iniciación de
procedimiento por Ministerio competente por la materia. 2.- Elaboración de
Proyecto, informe impacto presupuestario. 3.- Informes, dictámenes, consultas.
4.- Someter a consulta pública. 4. Publicación en la Gaceta Oficial. Art. 72
LOPA: Se publicaran en la Gaceta Oficial los actos administrativos de carácter
general que interesen a un número indeterminado de personas Art.90 LOAP.
Aprobación de los Reglamentos un año contados a partir de la promulgación de
la Ley. Forma de Publicación: Mediante Decreto. Arts. 15 LOPA, 88 LOAP

CARACTERISTICAS Y REGIMEN JURIDICO

El reglamento goza de una serie de caracteres propios que le diferencian de


los simples actos administrativos (estos últimos no son normas jurídicas). Se
trata de caracteres propios de la norma jurídica, y por tanto, que sirven para
distinguir a los reglamentos de los actos administrativos. Los referidos
caracteres son los siguientes:

A) El reglamento se inserta en el ordenamiento jurídico: lo que deriva en que


dichas disposiciones aportan algo nuevo al conjunto de normas que forman el
ordenamiento, creando nuevas previsiones, modificando las ya existentes o
derogándolas.
B) La inderogabilidad singular de los reglamentos: que impide que los
reglamentos puedan ser modificados o derogados y eliminados del
ordenamiento jurídico a través de un simple acto administrativo. Ello a pesar de
que el acto se dicte por una autoridad de igual o superior rango. Como norma
jurídica que es el reglamento, para su derogación.

C) Nulidad de pleno derecho de los reglamentos ilegales. Según el artículo 62.


2 de la Ley 30/1992, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
de Procedimiento Administrativo Común (LPC), los reglamentos ilegales son
nulos de pleno derecho. Esta circunstancia supone que si estas disposiciones
administrativas contravienen o vulneran lo establecido por la Constitución, las
Leyes u otras disposiciones administrativas de rango superior, son nulas, y por
tanto, inexistentes, debiendo devolverse las cosas al estado anterior al dictado
del reglamento ilegal.

D) Los reglamentos, como normas jurídicas que son, pueden desconocer y


modificar derechos adquiridos por los particulares. Es decir, aunque el
administrado disponga de un derecho adquirido, podría ser privado del mismo
mediante una disposición administrativa reglamentaria, lo que por el contrario
no sucede con los actos. (Ejemplo: añadir un curso más a una Licenciatura
universitaria).

RÉGIMEN JURÍDICO

Este viene dado por la Constitución Bolivariana de Venezuela en su artículo


137 y la Ley Orgánica de Procedimiento Administrativo LOPA.
La Constitución Nacional en su artículo 141 reza:
La Administración Pública está al servicio de los ciudadanos y ciudadanas y se
fundamentan en los principios de honestidad, participación,
celeridad, eficacia, eficiencia, transparencia, rendición de cuenta
y responsabilidad en el ejercicio de la función Pública, con sometimiento pleno
a la ley y al derecho.
LA ACTIVIDAD ADMINISTRATIVA

La actividad administrativa es un sistema de límites imprecisos que


comprende el conjunto de organizaciones Públicas que realizan la función
Administrativa y de gestión del Estado y de otros entes Públicos
con personalidad jurídica, ya sean de ámbito regional o local. Por su función, la
Administración Pública pone en contacto directo a la ciudadanía con el Poder
político, «satisfaciendo» los intereses Públicos de forma inmediata, por
contraste con los Poderes legislativo y judicial, que lo hacen de forma mediata.
Se encuentra principalmente regulada por el Poder ejecutivo y los organismos
que están en contacto permanente con el mismo. Por excepción, algunas
dependencias del Poder legislativo integran la noción de «Administración
Pública» (como las empresas estatales), a la vez que pueden existir juegos de
«Administración General» en los otros cuatro Poderes o en organismos
estatales que pueden depender de alguno. La Administración Pública como
aparato estatal, para el logro de los fines que el Estado persigue y los que se
refieren a la propia Administración, realiza la llamada Actividad Administrativa,
que comprende las operaciones materiales y los Actos administrativos. Las
primeras constituyen medidas de precaución o de ejecución, ambas necesarias
en la Actividad Administrativa para la realización de esta misma.

PRINCIPIO DE LA LEGALIDAD

 
 
De conformidad con el artículo 4 de la LOAP «La Administración Pública se
organiza y actúa de conformidad con el principio de legalidad, por el cual la
asignación, distribución y ejercicio de sus competencias se sujeta a la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a las leyes y a los actos
administrativos de carácter normativo, dictados formal y previamente conforme
a la ley, en garantía y protección de las libertades públicas que consagra el
régimen democrático a los particulares».
 
La sujeción de la Administración al principio de legalidad deriva, primeramente,
del artículo 137 de la Constitución, el cual dispone que «Esta Constitución y la
ley definen las atribuciones de los órganos que ejercen el Poder Público, a las
cuales deben sujetarse las actividades que realicen».
 
En ese sentido, la vigencia del principio de legalidad tiene tres implicaciones
fundamentales: (i) la reserva legal en la asignación de competencias y la
precisión legal de las competencias que se confieren a los distintos órganos
administrativos; (ii) establece la ordenación jerárquica de las normas que le son
aplicables a los entes de la Administración Pública y (iii) permite el control
judicial de los actos dictados por los órganos de la Administración Pública. Así,
en primer lugar, la reserva legal actúa como una limitación para la
Administración, quien no puede por vía unilateral modificar el régimen
constitucional y legal de asignación de competencias; en segundo término, el
principio de legalidad permite establecer el orden de aplicación de las distintas
normativas aplicables a la Administración, en orden a su jerarquía; por último,
dispone los límites válidos de actuación de la Administración, lo cual permite el
control de sus actos. La sujeción de la actividad administrativa al principio de
legalidad encuentra su expresión en el desarrollo de sus competencias, con
estricto apego a las normas jurídicas preexistentes y aplicables a las
situaciones jurídicas que resuelve.

DISCRECIONALIDAD

Cuando se habla del principio de legalidad de la administración, se hace


referencia a la sujeción de la actuación de los organismos del poder público a
la ley, también visto como principio fundamental de un estado de derecho,
verdadero, justo y democrático. Este sentido la discrecionalidad administrativa
es no solo una realidad si no también una necesidad, pues atañe la esencia de
la función administrativa como función estatal autónoma que da lugar a la
existencia misma de la administración como uno de los poderes fundamentales
del estado. Partiendo desde un punto de vista, un sector de la doctrina ha
sostenido que; el poder discrecional no es sino una delimitación del principio de
la legalidad pues la discrecionalidad se da en aquellos casos en que por
defecto de regla jurídica no hay lugar a la aplicación de tal principio respecto
VREWER CARIAS: no toda la actividad administrativa tiene establecida el
ordenamiento jurídico preciso a los cuáles debe ceñirse si no que generalmente
la propia ley otorgue a la administración amplio poderes de apreciación para la
toma decisiones. El anterior planteamiento es apoyo por lo señalado por la ley
orgánica de procedimiento administrativo cuando en su artículo 12 consagra el
límite de la discrecionalidad: aun cuando una disposición legal o reglamentaria
deje alguna medida o providencia a juicio de la autoridad competente dicha
medida o providencia deberá mantenerse la debida proporcionalidad con el
supuesto hecho con los fines de la norma cumplir con los tramites requisitos y
forma para su validez.

ALCANCE Y LIMITE

Cuando se investiga lo relacionado del principio de legalidad se encuentra


en conflicto el desarrollo de la actividad administrativa, primero la necesidad de
salvaguardar los derechos de los administradores en contra de las
eventualidades y presuntos daños administradores, en segundo la necesidad
de domar esta de una margen de libertad de acción en los casos que la norma
jurídica no prevea una solución. En efecto se debe evitar la arbitrariedad
administrativa , y para ello es preciso que los administradores estén sujetos a
reglas jurídicas pero por otra parte esta sujeción no debe ser excesiva hasta el
grado de convertir a las autoridades en autónomas , en ejecutores mecánicos
de decisiones dictadas anteriormente por el legislador , lo que sería perjudicial
para la colectividad porque la oportunidad de tomarse ciertas medidas no
puede ser apreciada por vías general si no en el momento preciso y para las
personas determinadas en el autor del caso concreto .

POTESTAD DE LA AUTO TUTELA

La Potestad de Auto tutela Administrativa, fundamentalmente, es el poder


de actuar que posee la administración sin la necesaria intervención de un
tercero imparcial que le de certeza y valor jurídico de título ejecutivo y
ejecutorio a las manifestaciones de su voluntad (Actos Administrativos),por
encima y en detrimento de los derechos e intereses de los terceros particulares
que se ven obligados jurídicamente a soportar esta actividad administrativa, y
que sólo les queda la posibilidad de recurrir a ese tercero imparcial, o juez, una
vez cumplida la voluntad administrativa, para reestablecer la situación jurídica
que pudiera infringir sus derechos o para reparar las lesiones patrimoniales o
morales que este actuar pudiera ocasionarle. Ya en un excelente trabajo de
Karina Anzola Spadaro (" Los Privilegio de la Administración Pública y su
Justificación Final, presentado la Revista de Derecho Administrativo, Número
19), se llegó y logró una justificación teleológica al desarrollo de esa actividad,
pretendemos ahora hallar, si la hay, una justificación jurídica al ejercicio de esta
potestad.

LA AUTO VINCULACION

Existen tres axiomas fundamentales que posibilitan la existencia del Estado de


Derecho, que se transmiten directamente como fundamentos axiomáticos al
Derecho Administrativo": "Uno, el principio de legalidad, que hace de la Ley o
la Regla de Derecho -"rule of Right"- la condición de cualquier acto estatal.
Segundo, el principio de separación de poderes, convertido en principio de
distinción de funciones, en virtud del cual corresponden a cada uno de los
órganos del Estado el cometido prescrito por una regla atributiva de
competencia y Tercero: Principio de integridad de los derechos subjetivos cuyo
eventual menoscabo exige una reparación inmediata, sea en forma de
restablecimiento o de indemnización
El Principio de Legalidad obliga a la Administración Pública actuar sólo y
únicamente ejecutando lo prescrito en una Ley formal previa, por tal razón no
podría, en principio bajo ningún concepto, actuar bajo su propia autoridad.
Como consecuencia de este principio, con el objeto de la consecución de los
fines y cometidos que se dé la nación en respeto de la soberanía que ella
misma ostenta, materializada ésta en la Sociedad, escindida de lo que
debemos entender como Estado, es por lo que se le asignan algunos poderes
a ciertos órganos que conforman el Estado, que como ye hemos señalado,
debe ser de manera exclusiva, individualizada y excluyente. Esto llevó a la
formulación del segundo axioma de los que configuran los elementos
existenciales del Estado de Derecho en los términos y concepción actual, y que
a su vez obligó la existencia de la Administración Pública, el cual es el Principio
de Separación de Poderes, principio político que pasó al concepto técnico de
separación de funciones, el cual como ya hemos señalado debe ser claro y
taxativamente regulado, no puede ser caótico ni improvisado, aleatorio ni
ambiguo, debe estar claramente definido y regulado, dando origen al Derecho
Administrativo como una protección para los ciudadanos.
Los sistemas de gobiernos en nuestro continente, en líneas generales y con
algunas variantes, han seguido la tradición del sistema Presidencialista que se
implantó en Norteamérica, a diferencia de los sistemas de gobiernos
continentales europeos, diferenciándose de los otros sistemas de gobierno,
como el parlamentario, básicamente en las prerrogativas que estos sistemas
presidencialistas otorgan al Poder Ejecutivo.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICAS

Arcos R., Federico. La naturaleza del derecho del trabajo como derecho
fundamental. Universidad de Almería. Año 2000.

De la Cue tara, Juan M. "Las Potestades Administrativas", Editorial Ternos,


S.A.,] 986. Duque c., Reman J

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