Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Resumen
Vivimos en la sociedad del aprendizaje caracterizada por una enorme transformación precisamente
en lo que entendemos por conocimiento y por aprendizaje, ya no basta con solo saber cosas. Hoy
en día, se necesita de profesionales con nuevas competencias y sobre todo de nuevas
organizaciones. Organizaciones más abiertas, más flexibles, más participativas y colaborativas,
más activas y “dialogantes”. Necesitamos organizaciones que aprendan, a partir de esta necesidad
han surgido las organizaciones que aprenden las cuales ven en el aprendizaje como necesidad
continua que les permite obtener ventajas de supervivencia. El presente artículo tiene como
objetivo entender qué son las organizaciones que aprenden, distinguir sus características, sus
ventajas y desventajas, así como conocer algunas opiniones de autores respecto al tema.
Introducción
En 1978, Chris Argyris mencionó que una organización aprende cuando se detectan y corrigen
errores. Sin embargo, el concepto “Organización que aprende” se popularizó a partir de la
publicación “La quinta disciplina” de Peter Senge (1990), quien propone cinco disciplinas que
caracterizan a las empresas abiertas al aprendizaje. Dichas disciplinas son el dominio personal, los
modelos mentales, la construcción de una visión compartida, el aprendizaje en equipo y el
pensamiento sistémico. En términos generales, una organización que aprende es un “grupos de
personas que buscan mejorar continuamente su capacidad de crear lo que quieren crear y que
comparten una filosofía de anticipación, reacción y respuesta al cambio, la complejidad y la
incertidumbre” (Senge, 1990).
Según los autores Brandt (1998), Silins et. al (2002), Bratianu (2007) y Simons (2000), algunas
características de las instituciones educativas como “organizaciones que aprenden” son:
Todos los procesos se relacionan con el aprendizaje.
Desarrollan objetivos compartidos en torno a una visión y manifiestan una misión.
Apoyan las iniciativas y optan por el riesgo, buscando la transformación y la innovación.
Favorecen los procesos de autoevaluación, además, reconocen y refuerzan el buen trabajo.
Cuentan con una base de conocimiento institucional y procesos para crear nuevas ideas,
estimulando la creatividad en el personal de la institución.
Muestran un control y seguimiento de la toma de decisiones.
Manifiestan una dinámica de equipo, promoviendo la colaboración.
Promueven el desarrollo personal e institucional, favorecen un liderazgo compartido y una
comunicación adecuada.
Todas estas características nos permiten concluir que, las organizaciones educativas están mejor
dispuestas que otras organizaciones para ser instituciones que aprenden. Además, tienen más
motivos para aprender pues se trata de instituciones que teóricamente se orientan al aprendizaje.
Por otra parte, Leithwood (1998) señala que convertir una institución educativa en una
“organización que aprende” cuenta con ciertas ventajas, como, son:
La visión y misión comienza a ser clara, compartida, percibida como significativa y
presente en las conversaciones y toma de decisiones.
Se transforma en una cultura escolar de colaboración y en una cultura organizativa que
apoya el aprendizaje.
La estructura se transforma en abierta y participativa, con trabajo en equipos.
Se crean estrategias de implicación para el desarrollo individual y colectivo.
Reciben retroalimentación sobre sus servicios.
Sin embargo, no olvidemos lo que nos dice Julio Carabaña: “El aprendizaje no está limitado por la falta de
información, sino por la capacidad de convertirla en conocimiento”. Por otra parte, Linda Castañeda
considera que la visión compartida, es la clave en los entornos organizacionales de aprendizaje.
Conclusión
En conclusión, una organización que aprende, acaba con la mentalidad de que solo la alta dirección es la
que puede pensar en toda la corporación. Este tipo de organizaciones, desafían a todos los empleados a
aprovechar sus recursos internos y potenciales, con la esperanza de que puedan construir su propia
comunidad basada en los principios de la libertad, la humanidad, y la voluntad colectiva para aprender. Por
lo tanto, para convertir una institución educativa, en una organización que aprende, se debe conocer la
escuela, sus fortalezas, las oportunidades, que apoyarán el cambio, las amenazas, las debilidades que lo
impedirán, partiendo desde el aprendizaje individual hasta el organizativo, involucrando todos los
elementos como el liderazgo, trabajo en equipo, recursos, cultura y valores. En resumen, convertirse en una
organización que aprende es una forma segura de mantenerse en la pista, al ritmo adecuado, y por delante
de los competidores.
Referencias Bibliográficas
López-Zapata et. al. (2016). Atributos de la organización que aprende: una revisión de la literatura.
30/11/2019, de Revista Internacional de Organizaciones Sitio web:
file:///C:/Users/aleja/Downloads/Dialnet-AtributosDeLaOrganizacionQueAprende-5719758.pdf
Tintoré, Mireia. (2010). Las universidades como organizaciones que aprenden. 30/11/2019, de
Universidad Internacional de Catalunya Sitio web:
https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/9336/Tesis_Mireia_Tintore.pdf
Moya K. Mason. (2018). ¿Qué es una organización de aprendizaje? 30/11/2019, de Blog Moya Sitio web:
http://www.moyak.com/papers/spanish-learning-organization.pdf
Magro, Carlos. (2016). Organizaciones que aprenden. 30/11/2019, de Co.labora.red Sitio web:
https://carlosmagro.wordpress.com/2016/02/09/organizaciones-que-aprenden/
Administrador. (2002). Organizaciones que aprenden. 30/11/2019, de Universidad Militar Nueva Granada
Sitio web:
http://virtual.umng.edu.co/distancia/ecosistema/odin/odin_desktop.php?path=Li4vb3Zhcy9hZG1pbmlzd
HJhY2lvbl9lbXByZXNhcy9hZG1pbmlzdHJhY2lvbl9pdi91bmlkYWRfMy8=#slide_1