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SER humanos
Brosky, Marcelo
Cien pensamientos para la vida : que es corta, pero
bien vivida, alcanza / Marcelo Brosky. - 1a ed . - Ciudad
Autónoma de Buenos Aires : Vi-Da Tec, 2019.
Libro digital, EPUB
1. Autoayuda. I. Título.
CDD 158.1
Hoy en día soy una persona inmensamente feliz. Pero también soy
totalmente consciente de que fui construyendo lo que para mí era la
felicidad y hoy estoy aquí gracias a que pude hacerme cargo de la
vida que quería. Porteño de nacimiento, tuve una infancia alegre,
muy familiar. Ya siendo psicólogo, siempre me centré en acompañar
a otro en la búsqueda de resultados,trabajé en empresas sacando lo
mejor de cada uno, potenciando sus recursos. Curricularmente seguí
como línea el modelo sistémico, la terapia transaccional y el
psicodrama, y tengo experiencia en terapia individual, de pareja y de
familia. Actualmente soy director del Departamento de Psicología y
Coaching del Club Atlético Boca Juniors. Soy consultor del Consejo
de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de
Buenos Aires. Como docente integré la cátedra de Equipos de
Trabajo de la carrera de Administración de Empresas de la Facultad
de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires. Diseñé
cursos y talleres como el de “Herramientas de coaching ontológico
para profesionales de la salud”, “El buen amor en la pareja”, “El
dinero y la abundancia” y “Empresas saludables” en varias
provincias argentinas, auspiciados por sus gobiernos. También llevé
mi pasión de viaje al exterior: Panamá, Bogotá, Uruguay, Madrid,
Barcelona, Paraguay son lugares que me recibieron con entusiasmo
y me hicieron sentir en casa. Soy director de la primera Escuela
Argentina en las Nuevas Constelaciones Familiares en Buenos
Aires, Salta, Jujuy y Tucumán. Soy director académico de
Leadership, escuela de coaching en la provincia de San Luis.
Fui columnista de las radios Jai, Patricios, Rivadavia, Mitre,
auspiciado por el Ministerio de Salud de la Nación.
El coaching llega a mi vida en un momento justo, en el que sentía
necesidad de crecer e ir por más. Empecé a conocerme mejor,
poniendo entre paréntesis todo lo que supuestamente sabía de mí,
comencé a tomar decisiones y a liderar mi vida. Un gran
descubrimiento fue darme cuenta de quien estaba siendo y
conectarme con quien quiero ser. Las constelaciones familiares me
ayudaron a comprender más mis dolores y las disfunciones de mi
familia de origen, y comprender y ver me trajo mucha aceptación;
con la aceptación vino esa paz interior tan buscada, que podés
transmitir a los demás con mucho placer y alegría. Hoy pude juntar
mi experiencia personal y profesional para acompañar a otros en
este camino del descubrimiento de quien uno es, y lo que uno es
capaz de hacer para lograr los resultados que nos importan, tanto en
lo personal como en equipos de trabajo. Soy papá de dos seres
maravillosos, Nicole y Brian, que despiertan en mí el amor
incondicional; son mis grandes inspiradores y me enseñaron el poder
sanador de un abrazo. Hoy estoy donde he decidido estar. Puedo
decir tranquilo que, si mañana me toca morir, una frase que me
definiría sería: “Vivió la vida que quiso vivir, con gran pasión”. Los
que me conocen ¡dan fe!
Hacia la felicidad
Enamorate.
De vos, de ese ser tan especial que sos.
Enamorate de la vida, con todo lo que ella trae.
Enamorate de tus buenos y malos momentos, enamorate de tu
historia.
Después de todo, todo hizo que seas quien sos.
Enamorate de lo que ocurre.
Tal vez en momentos de dolor creas que resta, pero al final todo
suma.
Todo es aprendizaje.
Enamorate de tus proyectos, de tus pasiones, nunca dejes de hacer
lo que amás.
Enamorate del amor... es tan lindo sentirse enamorado.
Y si tenés amor en forma de pareja...
¡Decile cuanto l@ amás! ¡
No da lo mismo!
Al decir “te amo”, cambiás el mundo del otro y cambia tu mundo.
Al final, lo que importa y lo que sana es siempre el amor.
11. Sueños
Que hace mucho calor, que mucho frío, que así no se puede, que la
gente, que los chicos, que mis padres, que mis hijos, que mi jefe, que
la empresa, que el país, que me aprieta, que me sobra, que me falta,
que me sigue, que no quiere, que no puede, que no puedo, que no
me sale, que me tienta, que no pero sí, que sí pero no, que me
molesta, que me incomoda, que no encaja, que no va a funcionar,
que es muy ingrato, que Dios le da pan al que no tiene dientes, que a
mí nunca, que por qué yo siempre, que tiene que ser distinto, que no
puede ser igual, que porque lo cambiaron, que se ensució todo, que
está todo muy limpio, que no me escuchan, que no me llaman, que
me llama a cada rato, que me agota, que me cansa, que me aburre,
que tendría que ser más bueno, que de tan bueno parece tonto, que
es mucho, que es poco, que no... ¡BASTAAAA! ¿Qué harías con el
tiempo libre si dejaras de quejarte? ¿De qué te estarías ocupando?
¿No será la queja la que ocupa tu tiempo por no saber qué otra cosa
hacer?
Quejate menos, pedí y proponé más.
18. Espero
Tal vez el tema es darse cuenta de que uno no puede vivir aferrado.
Que el estar aferrado nos quita movimiento; o sea, nos quedamos sin
libertad.
Y, cuando no tenemos libertad, sentimos que no podemos elegir.
Y, si no podemos elegir, sentimos que no somos responsables de lo
que nos pasa.
¿Entonces? Entonces no podemos comprometernos con los
resultados que queremos para nuestras vidas.
Vivimos pegoteados con la comida, con el alcohol, con el juego, con
la droga, con el cigarrillo, con el trabajo, con algún amor o con alguna
pareja que ya es parte del pasado.
Los pensamientos recurrentes, esos que siempre vuelven, nos
pegotean.
También algunas emociones nos esclavizan, los enojos, las broncas,
el resentimiento encadenan.
Algunos se pegotean con historias que no pueden soltar.
Y no hay sensación que más nos empodere que la de Soltar todo
aquello que no nos permite ser independientes, autónomos.
Porque acá no se trata de otra cosa que de vos con tus sueños.
O sea, se trata de vos con tu vida como protagonista.
Hoy podés empezar dándote cuenta de lo que te ata y lo que te
impide lograr ciertos resultados que te importan.
Si no es ahora, ¿cuándo?
Si no soy yo, ¿quién?
La vida es corta pero, bien vivida, alcanza.
20. Crecer
Te regalaría un poco de mis ojos para que puedas ver el mundo con
esos colores que también quisiera regalarte.
Te regalaría un poco de liviandad y mucha, mucha alegría, mezcla
del baile que aún no te animás a bailar y pasión por la vida.
Te regalaría un espejo gigante para que puedas verte en grande y el
tiempo para mirarte largo rato para que puedas reconocer lo enorme
que sos y empezar a acariciarte.
Te regalaría una valija gigante para el viaje más fantástico de tu vida
al lugar que vos quieras, y sobre todo te regalaría el poder para que
lo vieras posible.
Porque todo es posible si vos lo ves posible.
Verlo posible y verte posibilidad: eso te regalaría.
Regalarte una sonrisa y esos abrazos de oso que me gusta dar.
Lo que no puedo regalarte son tus sueños, porque los sueños son
tan tuyos como tuya es la decisión de crearlos y creerlos.
Porque tampoco puedo regalarte eso: la decisión de que quieras que
pase.
La vida comienza a ser más fácil el día en que empezás a vivirla.
42. Magia
Ahí, exactamente ahí, donde nada se sabe, donde está todo por
descubrir, donde nace la incertidumbre y muere el miedo.
Justo ahí está la MAGIA: está el encuentro con uno mismo y sus
inquietudes, con uno mismo y las ganas, y eso... ¡vaya que es
mágico!
Ya sabés dónde te llevan tus enojos, ya sabés dónde te llevan las
broncas, el mirar para otro lado.
Vos ya sabés.
Ya sabés que esperar mucho de los demás es distraerte de lo que
podés esperar de vos mismo.
Ya sabés que no todos pueden tener la culpa de tus desgracias.
Hay que atreverse a vivir la magia, conectarse con la vida que uno
quiere vivir y hacerse cargo, tomar las riendas.
Arriesgarse, porque eso sí es un riesgo: saltar a lo desconocido, a lo
que uno no sabe de lo que es capaz, a romper mandatos y dejar de
mirar tanto la mirada de los otros.
VIVIR… DISFRUTAR… SER FELIZ.
De eso se trata.
43. Brindar sin culpa
¿Quién gana?
Gana el que tiene ganas de que pase algo distinto, de marcar una
diferencia, de animarse a vivir plenamente.
Gana el que tiene ganas, el que vive sintiendo todo a favor y deja de
pelearse por esas cosas que pasan. Ésos son los que ganan.
Gana el que se atreve a ser como se le dé la gana, permitiendo al
otro ser tan otro, respetando sus diferencias.
Gana el que tiene ganas y se siente acariciado por la vida.
Gana el que no se toma las cosas tan en serio ni tan a pecho.
Gana el que se divierte y aprende a reírse a pesar de todo.
El que se arriesga a jugar esos juegos grandes, los que se sabe
cuándo empiezan pero nunca cuándo terminan.
Gana el que tiene ganas, el que disfruta cada momento y no se
queda con las ganas.
Gana siempre el que tiene ganas de tener ganas.
45. Sintonía
Tu mano, mi mano.
Dos caricias, tu caricia que hace que me sienta vivo, mi caricia que te
dice que existís en mi mundo al reconocerte.
Sólo dos caricias que dicen tanto.
Acariciar eleva.
Hay caricias en forma de palabras o de gestos, o caricias que llegan
hasta el alma.
Una acción acaricia, como también el silencio oportuno donde sólo
se siente la presencia.
Caricias tan necesarias.
Caricias que hablan y dicen todo.
¿Cuántas caricias recibís?
¿Cuántas caricias estás dando?
¿Cuántas caricias dejás que te acaricien?
¿Cuántas caricias te das a vos mismo?
Caricias que rozan aunque no toquen, que jamás pasan
desapercibidas porque las caricias nos transforman.
51. Elegir
No llega...
Nos acercamos, nos ilusionamos, esperamos, pedimos, volvemos a
esperar, volvemos a pedir.
Sigue sin llegar… sufrimos.
No llega... nos desilusionamos.
Nos encogemos, nos entristecemos, volvemos a pedir, volvemos a
esperar.
Nos amargamos, rogamos, sufrimos, suplicamos.
Sigue sin llegar...
Nos desilusionamos una vez más, esperamos.
Hasta que, mágicamente, un día entendemos que no llega ni nunca
llegará.
No por maldad ni por no entender, no por egoísmo ni por capricho.
Jamás llegará porque nadie, nadie, nadie, puede dar lo que NO tiene.
Si eso que querés no llega, tal vez sea momento de comenzar a
buscarlo en otro lado.
Porque pedir lo que no se tiene para dar es mucho para el otro.
Y es desgastante para vos.
¡Dejá de reclamar y viví!
65. Estar donde quiero estar
Hoy, podría haber sido médico pero ése era el sueño de mis padres.
Podría haber sido pianista y nadador pero ése era el sueño de mi
madre.
Podría seguir trabajando en una empresa pero ésa era la seguridad
y el sueño de mis hijos y su mamá.
Podría hoy seguir estando casado pero ése era el sueño de tantos,
familiares y amigos.
Podría haber sido quien los demás hubieran querido que sea...
Podría...
Pero no fue.
Hoy no soy médico, soy psicólogo, como siempre lo soñé.
Tampoco soy nadador ni pianista... ¡y estoy feliz de no
serlo!Tampoco seguí trabajando en una empresa... mis alas me
invitaron a volar a otros rumbos siguiendo mi corazón y mi pasión.
Tampoco sigo casado, y soy leal a quien soy y estoy feliz de ver la
felicidad, hoy, de la que fue mi compañera de ruta durante veintisiete
años, y los valores que supimos transmitir a nuestros hijos.
Lo cierto es que podría haber sido tantas cosas, tantas...
Si hubiera cumplido con el deseo de todos y de tantos, cuántos
dolores hubiera evitado, cuántos movimientos sísmicos no hubieran
sucedido.
Seguro hubiera sido más fácil y más cómodo...
Pero hoy puedo decir ORGULLOSO que estoy en el lugar en que
quiero estar.
Que soy el único responsable y conductor de mi vida, que soy el
piloto de mi vuelo y el arquitecto que diseña cómo quiero vivir todos
los días.
Te invito a pensar. ¿De quién es la vida que estás viviendo? ¿Tuya o
de alguien más?
La vida es corta pero, bien vivida, alcanza.
Viví tu vida, alcanzá tu propio vuelo.
¡Hoy te toca a vos!
66. Mi historia
Separaciones, divorcios...
Nuestros hijos, para crecer sanos y felices, no necesitan ni más
juguetes, ni colegios caros, ni más computadoras, ni grandes regalos
ni tantos idiomas.
Los hijos necesitan tener el permiso de AMAR a ambos padres por
igual, sin sentir que si aman a uno son desleales con el otro.
Para crecer sanos, ni siquiera se necesita tener a los padres juntos
en la misma casa, sí tenerlos siempre juntos en nuestros corazones.
Y para que esto ocurra hay que sacarlos del campo de batalla,
dejando que los chicos hagan cosas de chicos.
La separación es de la pareja, y no hay mejor enseñanza que
mostrarle a un hijo a salir de un lugar donde uno ya no quiere estar
más.
La separación es de la pareja: jamás de los hijos.
86. La letra chica
Mirame de frente...
Sí, de frente, no de costado...
Porque si me mirás de frente podrás ver mis ojos, y en mi mirada
podrás encontrar las respuestas que se tienen cuando se puede ver.
Cuando se mira en silencio, uno permite que el sentimiento exprese,
que la emoción salga, esa que sólo se entiende cuando se mira a los
ojos, de frente.
Cuando se mira a los ojos, a veces las miradas abrazan, besan,
piden, acarician el alma.
Mirame de frente y no por la miradas de otros, aprendé a mirarme
porque cuando uno mira a los ojos, hasta cambia el color de ojos,
porque aparecen más brillos, aparece tu reflejo.
Mirame, porque necesitamos ser mirados.
Soltá el celular, el Twitter y el Facebook y mirame... que no se
pierdan las palabras, que no se pierdan las miradas... así, de frente.
Porque si me mirás de frente podés ver mi mirada, que no la
entenderás si mirás para otro lado.
Mirame, te miro, te veo, nos encontramos.
Sólo mirame… y el resto vendrá solo.
93. Honrar la vida
Uno puede ir por la vida sin querer ver, sin querer escuchar, sin
querer decir…
Uno puede vivir sin sentir. Éstas son tendencias que fuimos
aprendiendo de acuerdo con nuestra historia, con nuestra
experiencia tan personal, son recursos que alguna vez nos han
protegido, que nos sirvieron en un momento de nuestra vida, y así
pudimos cuidarnos.
Y nos sirvieron tanto que pensamos que siempre nos van a servir.
Es lo que sabemos hacer tan bien.
Pero nos olvidamos que el tiempo pasa y no somos los mismos.
En cada etapa de nuestra vida tal vez necesitemos otros recursos:
nuevos, inventados, pero diferentes...
¿Y cómo se da cuenta uno de que los recursos ya no le sirven?
Cuando uno los pone en práctica como siempre pero no lo calman: el
no ver ya no me da tranquilidad, el no escuchar me aleja de los
resultados que busco, el no decir me llena de angustia y el no sentir
me separa de los que quiero.
Cuando no siento mi vida fluir, es ahí que tengo que repasar mis
tendencias.
Si siempre fui orgulloso, si me cuesta dar el brazo a torcer, ¿es esto
lo que me está dejando en paz en este momento? ¿Es esto lo que
hace que logre vivir en bienestar?
Actualizar, de eso se trata.
Reconocer y agradecer todos aquellos recursos utilizados en el
correr de mi vida.
Reconocerlos para darme cuenta de si son los que necesito ahora.
Nunca somos los mismos...
Así como todo cambia... ¡que yo cambie no es extraño!
98. La vida, el amor
Querés y no te animás...
Amás y no avanzás...
A veces el AMOR da tanto miedo que nos paraliza.
Las experiencias pasadas en el amar a veces asustan, nos hacen
chiquitos frente a algo tan riesgoso como es el amor.
¡Tan riesgoso y tan grande!
¡Tan riesgoso y tan hermoso!
Imaginamos lo que finalmente sentimos, lo vemos tan imposible.
Necesitás crecer para salir del miedo, crecer para decidir y asumir
las consecuencias.
Después de todo, la vida es puro amor, y tenerle miedo al amor es
como tenerle miedo a la vida.
Nadie es tan vulnerable para no poder soportar lo que se quiere
evitar.
A veces nos cuidamos tanto que nos perdemos la posibilidad de vivir
la más hermosa historia de amor.
Por si sale mal...
¿Y si sale bien? Si te dejás llevar por el corazón, ¿qué te está
diciendo?
¿Cuál es tu deseo?
¡No estamos en una edad para quedarnos con las ganas!
Vale la alegría (no más penas) empezar a correr riesgos...
Por ese instante, por lo que sentís en ese beso o en ese abrazo que
quisieras que fuera eterno.
¡Creciste! Andá, salí de tu nido y arriesgate...
La vida es corta pero, bien vivida, alcanza.
99. Aquí y ahora
Simplemente sucede...
No te resistas.
Nos guste o no.
Estemos de acuerdo o lo neguemos.
Podemos intentar prevenir o intentar borrar.
Pero simplemente sucede.
Ya sé, no lo buscaste.
Pero sucede de todos modos.
Los grandes males de la humanidad tienen que ver con querer
controlar lo que sucedió, lo que ya fue, lo que ya es.
Sentirse libre es tener la capacidad de integrar lo que pasa sin juzgar
tanto...
Sólo transitarlo y vivirlo sabiendo que si sucede es porque lo
necesitamos...
Y es lo mejor.
Después de todo la vida es lo que nos va sucediendo y no lo que
suponemos que tiene que suceder.
Abrirse a lo nuevo, sin manuales.
Y, más allá de todo, animarse a disfrutar.
Todo está en el aquí y ahora.
100. Mis palabras
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Table of Contents
Portada
Créditos
Acerca de Cien pensamientos para la vida
Quién es Marcelo Brosky
Hacia la felicidad
1. Encontrarse
2. Mujeres
3. Levante la mano
4. Sacudite
5. Hacer un intervalo
6. Soltar
7. Abrazos
8. Preguntarse
9. ¿Dónde quedó?
10. Enamorarse
11. Sueños
12. Decidir
13. ¡Ma...!
14. ¿Ganarse la vida?
15. La libertad
16. Secreto
17. ¿Hasta cuándo?
18. Espero
19. Darse cuenta
20. Crecer
21. Abrazo
22. Buda
23. Disfrutar
24. Padres
25. Sombras
26. Educación
27. Alma
28. Enamorate
29. Independencia
30. Adulto feliz
31. La vara alta
32. Búsqueda y deseo
33. Partes
34. Derecho absoluto
35. Preguntas
36. Juegos
37. Ser feliz
38. Encuentro
39. Etapas
40. Simpleza
41. Regalo
42. Magia
43. Brindar sin culpa
44. And the winner is…
45. Sintonía
46. Perder todo
47. Plumazo
48. Dolor
49. Huir
50. Caricias
51. Elegir
52. Amarse
53. Tiempo
54. Mirar
55. Niño
56. Buen amor
57. Desagotar la bañera
58. Avanzar
59. Yo soy la víctima
60. ¿Qué, hay otro?
61. Nuevos besos
62. Padres e hijos
63. Somos diferentes, nada más
64. Buscar en otro lado
65. Estar donde quiero estar
66. Mi historia
67. Ahora me toca a mí
68. Ataduras
69. Cuatro estaciones
70. Estrella, no satélite
71. Disfraces sin sentido
72. Decidir duele
73. Tratate bien desde hoy
74. No esperes que te entiendan
75. No vale esconderse
76. Sin juzgar
77. Sueños olvidados
78. Nuevos abrazos
79. Tu corazón late
80. Mis maestros
81. Invitación
82. Café con leche
83. Simplificá
84. Abrazos apretados
85. Hijos y divorcios
86. La letra chica
87. Te libero
88. Me sale bien sufrir
89. Puedo volar
90. Vale la alegría
91. La vida es corta
92. Mirar de frente
93. Honrar la vida
94. A la vuelta de la esquina
95. En movimiento
96. La transformación
97. Cambiar para sentir
98. La vida, el amor
99. Aquí y ahora
100. Mis palabras
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