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26 DE JUNIO DE 2000: LA REVELACION DEL

TERCER SECRETO DE FATIMA POR EL


VATICANO O UNA REVELACION TRUNCA
El Vaticano había anunciado hacia mediados de junio de 2000 que "el tercer secreto" de Fátima sería
publicado con un poco de retraso, en razón de las dificultades de traducción del texto a las diferentes
lenguas. Después se nos anunció que la divulgación del texto tendría lugar el lunes 26 de junio de
2000, durante una conferencia de prensa ofrecida en el Vaticano por el cardenal Ratzinger. Todos los
cat6licos con un mínimo espíritu de fe y sentido común esperaban mucho de esta publicaci6n
impedida de manera deliberada por los papas durante 40 anos, ya que debía ser hecha
normalmente "a más tardar en 1960": Pero ese año el Vaticano, al anunciar con un simple comunicado
de prensa que este secreto no sería publicado durante ese año, había precisado: ":..es probable que el
secreto de Fátima sea mantenido para siempre, bajo el más absoluto secreto" (comunicado del 8 de
febrero de 1960 de la agencia portuguesa ANT).

¿Qué profecía terrible debía contener entonces este secreto, para que las mas altas autoridades de la
Iglesia se empecinaran en ocultarlo con tanta obstinación? ¿Qué contenido dramático debían encerrar
aquellas líneas que seguirían a las palabras de Nuestra Señora: "En Portugal se conservará siempre el
dogma de la fe, etc."?

La espera era entonces enorme, aquel 26 de junio de 2000, entre todos los católicos dignos de tal
nombre, aunque era también una espera impregnada de inquietud: en efecto, la alocución del cardenal
Sodano, pronunciada en Fátima el 13 de mayo, no debía una palabra de una crisis interna de la Iglesia,
por la pérdida a gran escala de su tesoro mas preciado: la verdadera fe católica, tema del que todos los
mejores especialistas de Fátima hablaban y escribían desde hacia mucho tiempo y que era uno de los
dos temas principales de la tercera parte del secreto. Además el vocero del Vaticano, el Señor Navarro
Valls, había realizado después del 13 de mayo ultimo, una declaración clara y neta que indicaba que el
objetivo de la divulgación de la tercera parte del secreto era una vez mas contradecir al
"tradicionalismo anti-ecuménico" 1 Juzguen ustedes: “La publicación del tercer secreto no significa
ningún apoyo papal al tradicionalismo anti - ecuménico que se había apropiado abusivamente de
ciertos aspectos del mensaje de Fátima, especulando en una perspectiva milenarista sobre contenidos de
este texto inédito, presumidos, pero no verdaderos. La decisión de publicarlo responde a la convicción de
que Fátima no puede seguir siendo prisionera de esta postura parcialista” (Mensuario portugués
Chistus de junio de 2000, p. 27). El propósito de la Santa Sede era entonces muy claro: ¡arrancar de
raíz la sospechas tradicionalistas publicando el tercer secreto! Pero ¿cómo este propósito podría
lógicamente conciliarse con el contenido esencial del tercer secreto anunciado por los mejores
especialistas: una apostasía de la verdadera fe dentro de la Iglesia?

Muchas preguntas legitimas se planteaban entonces, en la mañana del 26 de junio de 2000 e indicaban
un sentimiento de real inquietud: ¿qué texto nos iba a presentar Roma? ¿Sería el texto auténtico e
integro del tercer secreto? ¿Y qué interpretación se le daría?

El texto presentado por la Santa Sede, desgraciadamente, confirma plenamente la inquietud y las
sospechas que habían acompañado la espera de su publicación. Dicho texto no cuadra en absoluto con
lo que en derecho debía esperarse objetivamente según los especialistas en la cuestión.

- Tanto en la forma: no se nos presentaba ninguna palabra de Nuestra Senora, sino solamente la
descripción de una visión.

- Como en cuanto al fondo: el sentido de esta visión resultaba muy confuso, muy oscuro, su
interpretación muy difícil, además con la aparente ausencia de los dos grandes temas anunciados por
todos los mejores expertos: la pérdida de la fe a gran escala en el interior de la Iglesia, debido a graves
defectos y negligencias pastorales de su alta jerarquía. Pero al mirar más de cerca, gracias a toda una
serie de argumentos objetivos, independientes unos de otros, podemos llegar a una conclusión casi
segura: el 26 de junio ultimo se nos presentó un tercer secreto truncado, voluntariamente amputado
de su primera parte constituida por las palabras de Nuestra Señora, las únicas que permiten una
interpretación correcta y auténtica de la visión que se nos ha presentado. He aquí la serie, sin duda no
exhaustiva, de estos argumentos objetivos:

1) El testimonio y la actitud de Sor Lucia con relación a la tercera parte del secreto, de 1943 a
1960.

a) Las condiciones de la redacción y transmisión al Obispo de Leiría de la tercera parte del


secreto.

Sor Lucía exigio una orden formal y clara del Obispo de Leiria para escribir esta tercera parte del
secreto, orden que este ultimo le envio a traves de una carta de mediados de octubre de 1943. Luego,
durante mas de diez meses, Lucia se vio incapaz de escribir el texto, y precisó, en carta del 24 de
diciembre de 1943 a monsenor Garcia y Garcia, uno de sus directores espirituales de entonces, que en
varias ocasiones ella quiso obedecer, que se habia sentado a escribir, sin poder lograrlo, y que "este
fenomeno no se debia a causas naturales". Hizo falta nada menos que una nueva aparicion de Nuestra
Senora, el 2 de enero de 1944, en la enfermeria del Convento de Tuy, donde Lucia se hallaba
convaleciente a raiz de una muy grave enfermedad que la habia afectado, para disipar todas sus dudas
y escrupulos. Nuestra Senora le dio entonces la orden de escribir ese secreto, to que hizo al dia
siguiente, el 3 de enero, si se ha de creer al texto publicado el 26 de junio ultimo por Roma.

Luego, una vez escrito el texto, Lucia lo guardó en un sobre lacrado, y puso extremo cuidado en
asegurarse que fuera transmitido al Obispo de Leiría; ella no quiso confiar este sobre ni al correo, ni a
ningun mensajero, sino solamente a un obispo que lo remitiera en propias menos a monsenor Correia
da Silva. De tal modo que tuvo que esperar al
17 de junio de 1944 para poder remitir el precio sobre a monseñor Ferreira da Silva, Arzobispo titular
de Gurza, quien to entrego esa misma tarde a monseñor Correira da Silva.

Todos estos detalles historicos, que muestran la extrema importancia que Sor Lucia atribuye al texto
del tercer secreto, nos indican la extrema gravedad de su contenido; es entonces difícil de creer
que no contenga mas que la descripci6n de una oscura visi6n que no aporta ningún elemento
novedoso en relación con los temas específicos de la segunda parte del secreto¡como el Vaticano
nos ha querido hacer creer el 26 de junio ultimo!

b) Los añadidos de Lucia, que se refieren al tercer secreto, en sus Cuartas Memorias, en
relaci6n con sus Terceras Memorias.

Existen dos manuscritos de Sor Lucia que nos refieren el secreto dado por Nuestra Señora el 13 de
julio de 1917:
- En sus Terceras Memorias concluidas el 31 de agosto de 1941, Sor Lucia revela las dos primeras
partes del secreto, como ella misma lo dice: "El secreto se compone de tres cosas distintas, de las que
revelaré dos- ('"Memorias de Sor Lucía—, segunda edición francesa, mayo de 1991, reimpresa en
agosto de 1997, p. 108). En estas Memorias no se nos dice absolutamente nada del secreto.
- En sus Cuartas Memorias, terminadas el 8 de diciembre de 1941, Lucía escribía nuevamente, de
manera casi idéntica, salvo algunas palabras en la descripción de la visión del infierno, las dos
primeras partes del secreto, pero añade esta vez en lo concerniente a la tercera parte del secreto, dos
frases de la mayor importancia: "En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, etc. Esto no se
lo digáis a nadie. A Francisco, sí, podéis decírselo" (c.f. "Memorias de Lucía', op. cit., pág. 172-173).
Estas dos frases develadas por Lucía son capitales y nos dan la clave del contenido principal y de la
naturaleza del tercer secreto.
1) Lucía nos hace en principio conocer la primera frase de la tercera parte del secreto: "En Portugal se
conservará siempre el dogma de la fe, etc.". Ahora bien, un día de 1943, hablando de esta frase, ella
dijo al Obispo de Leiría, que no era absolutamente necesario que redactara el texto del tercer secreto
'ya que, de cierto modo, ya lo había dicho" (c.f. Padre Alonso: *La verdad sobre el secreto de Fátima"
Madrid 1976, p. 64). Esta frase nos da, efectivamente la clave que nos permite descubrir el contenido
principal de la tercera parte del secreto:

- Ella se refiere a un tema espiritual, sobrenatural, que se relaciona con la fe, algo muy diferente
de los castigos temporales y materiales anunciados en la segunda parte del secreto, que habrían de
llegar si el mundo católico no se sometía a los dos pedidos formulados por Nuestra Señora: la
comunión reparadora de los primeros sábados de mes y el acto de reparación y consagración de Rusia
a su Corazón Inmaculado.
- En el contexto general del secreto del 13 de julio de 1917, que tiene de punta a punta alcance
mundial (la palabra "mundo" aparece cuatro veces en las veintidós líneas manuscritas de la segunda
parte del secreto), Portugal no puede ser mencionado en esta frase más que como una excepción,
contrastando con la situación general de la fe católica en el resto del mundo, en otras partes de la
Iglesia. Lo que se anuncia entonces en la tercera parte del secreto es una pérdida de la verdadera fe a
gran escala.

2) Además, Lucía añade las últimas palabras de Nuestra Señora: "Esto no se lo digáis a nadie. A
Francisco sí podéis decírselo". Estas palabras, que parecían sin importancia hasta el 26 e junio último
(y vemos así cómo la Divina Providencia pone siempre a nuestro alcance los elementos necesarios
para oponerse a las astucias del demonio: ¡Es admirable! ), se convierten en capitales desde esa fecha.
Veamos por qué: estas palabras no se encuentran en las Terceras Memorias, Lucía las añade en las
Cuartas Memorias "para significar que ellas no conciernen más que a la tercera parte del secreto; por
otra parte, la palabra portuguesa "isto", que se traduce por "esto", se relaciona siempre a la última
cosa que acaba de hacerse, verse o entenderse, o a la cosa que está más próxima a nosotros. Al
dejarnos estas palabras, Lucía nos indica que Nuestra Señora misma insistió, el 13 de julio de
1917, sobre la extrema gravedad del contenido de esta tercera parte del secreto, sobre el cual
recomienda el silencio más absoluto, hasta nueva orden (y se comprende mejor así los dos meses y
medio de agonía espiritual que tuvo que sufrir Lucía antes de poder escribir este secreto terrible tras
la aparición de Nuestra Señora, que le ordenó redactarlo el 2 de enero de 1944).
Por añadidura, estas palabras nos dan otra indicación muy importante: El beato Francisco durante
todas las apariciones de Fátima (tanto las del Ángel como las de Nuestra Señora), siempre vio todo
(incluso la visión del infierno) pero nunca escuchó las palabras celestiales, pues Nuestra Señora dice,
hablando de la tercera parte del secreto: "A Francisco sí, podéis decírselo". Tenemos así la prueba
formal de que la tercera parte del secreto no puede estar constituida por la sola descripción de una
visión, ¡sino que contiene también, y ante todo, un conjunto de palabras de Nuestra Señora¡ Es este
conjunto de palabras la clave principal de interpretación de la visión publicada, y como se nos ha
cuidadosamente ocultado el 26 de junio, la visión permanece para nosotros muy oscura.
Por otra parte es, en razón de que Roma esconde algo, que el texto oficial de la S.C. para la Doctrina de
la Fe del 26 de junio transcribe las dos primeras partes del secreto no según cuentan las Cuartas
Memorias, sino según las Terceras; así los agregados tan importantes de Sor Lucía en las Cuartas
Memorias "pasan a mejor vida". Es claro que si el Vaticano hubiera querido revelar íntegra la tercera
parte del secreto sin disimular, escamotear ni adulterar nada, habría publicado el manuscrito de las
Cuartas Memorias, y no el de las Terceras. Por otro lado, el procedimiento empleado por Roma es
absolutamente contrario al método científico normal a seguir en materia histórica en un caso
semejante: en efecto, cuando se está e presencia de varios manuscritos sobre un mismo hecho, se debe
utilizar preferentemente aquel que haya sido redactado más recientemente, sobre todo cuando
contiene rectificaciones o añadidos muy importantes para el tema estudiado, verificando por
supuesto, la conformidad del sentido general de este manuscrito al compararlo con su o sus
precedentes. Pues aquí el Vaticano ha hecho todo lo contrario; con el objetivo evidente de disimular lo
que le molesta!
Sin embargo, no todo el mundo se dejó engañar por este subterfugio: así el gran periódico portugués
"Diário de Noticias" mostró la anomalía en un artículo del martes 27 de junio de 2000, en página
22:...Ratzinger ...no encontró sin embargo, explicación o justificación para una de las afirmaciones de
Lucía, según la cual en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe...—

c) La entrevista de Sor Lucía con el padre Fuentes, del 26 de diciembre de


1957.

Esta entrevista fue publicada en 1958 "en su texto original en español y en versión inglesa, con todas
las garantías de autenticidad y todas las garantías jerárquicas, entre las cuales figuraba la del Obispo
de Fátima (Padre Alonso: " La verdad sobre el secreto de Fátima.", Madrid 1976, p. 107) Monseñor
Sánchez, Arzobispo de Veracruz (México) dio el imprimátur a la entrevista. A pesar de ello, Roma
desató una guerra implacable contra este reportaje, sobre todo a partir de la elección de Juan XXIII;
esta lucha coincidió con la publicación, el 2 de junio de 1959 por la curia diocesana de Coimbra, en
nombre de Sor Lucía, de un desmentido de la entrevista publicada por el Padre Fuentes, sacerdote
mexicano que estaba a punto de convertirse en postulador de la causa de beatificación de los dos
pastorcitos, Francisco y Jacinto Marto. Pero, podemos preguntarnos ¿porqué una lucha tan dura, por
parte de la alta jerarquía de la Iglesia, contra este texto? La única respuesta posible es que Lucía en
aquel reportaje tocando temas nuevos, devela ya el contenido esencial de la tercera parte del secreto;
y la descripción de la visión publicada el 26 de junio pasado, confirma esto plenamente al mostrar de
manera evidente, que Lucía sabe más que nosotros sobre la interpretación de esta visión, y por lo
tanto que tiene la clave de interpretación de la visión ¡que el Vaticano se niega a darnos y
continúa disimulando!
Comparemos entonces algunos pasajes de esta entrevista con la visión publicada por la Santa Sede y la
interpretación que nos ha sido presentada:
l') "(..) Pero, creedme, Padre, Dios va a castigar al mundo y será de una manera terrible. El castigo
celestial es inminente.
¿Qué falta, Padre, y qué sucederá entonces? Será muy triste para todos, para nada feliz. Si antes el mundo
no reza y no hace penitencia. No puedo dar otros detalles ya que es todavía un secreto (...) Es la tercera
parte del mensaje de Nuestra Señora que permanecerá en secreto hasta 1960':
Sor Lucía anuncia entonces, en diciembre de 1957 al referirse explícitamente a la tercera parte del
secreto, un 'castigo inminente, terrible, muy triste para todos, para nada feliz': Es evidente que ella
habla de un castigo de otro orden, distinto del gran castigo material y temporal anunciado por Nuestra
Señora en la segunda parte del secreto: "de lo contrario, Rusia propagará sus errores por el mundo
provocando guerras y persecuciones contra la iglesia. Este castigo temporal por la Rusia comunista,
flagelo de Dios, se abatirá sobre el mundo a partir de 1936, con la Guerra Civil de España, después con
la Segunda Guerra Mundial y la formidable expansión comunista que la siguió, provocando las
terribles persecuciones del ateísmo marxista contra la Iglesia Católica en toda Europa del Este y
Central, en Ucrania, en China e Indochina. Este castigo temporal continuaba desarrollándose
plenamente en 1957, amenazando extenderse al África (con la 'descolonización ) y pronto a América
(desde la base de Cuba) y si Lucía hubiera hablado de él, habría hablado de continuación e
intensificación del castigo, ya en curso. En cambio, Lucía anuncia:
- Un "castigo inminente, muy triste para todos"-. se refiere entonces a otro tipo de castigo: un castigo
de orden espiritual se abatirá sobre toda la Iglesia.
- Un 'castigo terrible—* en el contexto general de Guerra Fría y de persecución violenta del ateísmo
contra la Iglesia en el cual estas palabras son pronunciadas, suponen que este castigo inminente será
más terrible todavía que el castigo material ya en marcha: esto nos lleva de nuevo directamente a
un castigo espiritual, y a la declaración de monseñor do Amarar, Obispo de Leiría Fátima, del 10 de
septiembre de 1984, en Viena (Austria): 'Su contenido (del tercer secreto) no concierne más que a
nuestra fe. (...) La pérdida de la % de un continente es peor que el aniquilamiento de una nación; y
es cierto que la fe disminuye continuamente en Europa—.
Solamente estas palabras de Lucía en 1957 son un rotundo desmentido de la interpretación dada
el 13 de mavo por el cardenal Sodano.
"La visión de Fátima se refiere sobre todo a la lucha de los sistemas ateos contra la Iglesia y los
cristianos. Descríbe el inmenso sufrimiento de los mártires de la fe del último siglo del segundo milenio.
Es un interminable vía crucis guiado por los papas el siglo XX".
relación, que se refiere únicamente a los enemigos exteriores de la Iglesia y a castigos
exclusivamente temporales, y en absoluto a una crisis interna de la Iglesia en lo tocante al
"dogma de la fe- y a un castigo de orden espiritual como nos lo sugiere Lucía en 1944 y en
1957, ha sido retomada Y confirmada con notable insistencia por el cardenal Ratzinger el 26 de
junio, en su 'tentativa de interpretación del `secreto' de Fátima - : El camino de la Iglesia es descripto
como un vía crucis, como un caminar en un tiempo de violencia, de destrucción y de persecuciones. Se
puede encontrar representada en estas imágenes la historia de un siglo entero (..). En la visión, podemos
reconocer al siglo pasado como el siglo de los mártires, como el siglo de los sufrimientos y de las
persecuciones contra la Iglesia. Como el siglo de las guerras mundiales y muchas locales que han llenado
toda su segunda mitad y que han visto experimentar nuevas formas de crueldad. En el 'espejo ' de esta
visión, vemos pasar a los mártires de la fe de decenios—.
Esta interpretación significa que, finalmente, la tercera parte del secreto no agrega nada
fundamentalmente nuevo en relación con la segunda parte: no es mas que una ilustración visual de las
profecías verbales contenidas en la segunda parte; y como, 'én la medida en que se representan eventos
particulares éstos pertenecen al pasado' (Cardenal Ratzinger), toda la dimensión escatológica y
político - social que hacía a la importancia, la singularidad y la especificidad de las apariciones
de Fátima desaparecen: todo está cumplido, Fátima es llamada a reingresar en la "norma" de
todas las otras apariciones marianas, a convertirse en un mensaje "normal", "clásico", idéntico a los
mensajes de las demás apariciones. Esto lo dice con todas las letras el Cardenal Ratzinger mismo, al
final de su texto: 'lo que permanece lo hemos visto desde el principio de nuestra reflexión sobre el
texto del `secreto': la exhortación a la oración como camino para la `salvación de las almas' y, en el
mismo sentido, el llamado a la penitencia y a conversión':

Para tomar nota: el texto de la S. C. para la Doctrina de la Fe del 26 de junio, no dice una palabra del
milagro del sol del 13/10/1917 ¡del que fueron testigos entre 70.000 y 100.000 almas! Esto es muy
significativo y muestra la voluntad romana de "llamar al ordenen Fátima. Y se busca todavía menos
examinar si este milagro, además de su significación primera (confirmar y autenticar las apariciones
de la 'Señora más brillante que el sol) puede tener un segunda significación, alegórica, al referirse
directamente a la tercera parte del secreto, y más precisamente a una crisis muy grave a nivel del
Papado; el Papa, Vicario de Cristo, quien es el Sol de Justicia (Malaquías, IV, 2 y la gran antífona
litúrgica del 21 de diciembre) es además, en tiempos normales, como el sol de la Iglesia militante. La
caída final del sol, precedida de tres temblores compulsivos del astro rey, cuando el milagro del 13 de
octubre ¡tiene entonces evidentemente un sentido alegórico muy fuerte!

2) Prosigamos con el examen de las palabras de Lucía del 26 de diciembre de


1957:

'Padre, el demonio se prepara a librar una batalla decisiva con la Santísima Virgen. Lo que aflige
al Corazón Inmaculado de María y al de Jesús es la caída de las almas religiosas y sacerdotales. "El
demonio sabe que los religiosos y los sacerdotes, al faltar a su hermosa vocación, arrastran a
numerosas almas al infierno (...) El apoderarse de las almas consagradas trata de corromperlas
para adormecer a las otras en la impenitencia final. Utiliza toda clase de recursos, llegando incluso
hasta sugerir retrasar el ingreso en la vida religiosa. Resulta de ello la esterilidad de la vida interior y
la frialdad en los laicos para la renuncia a los placeres y la total inmolación a Dios":

Nos es develada aquí, y con una gran precisión, la estrategia infernal que pone en acción el demonio
para la pérdida eterna del mayor número de almas posible: ¡Conquistar ante todo a las almas
consagradas! Y Lucía insiste fuertemente sobre la inmensa responsabilidad de las almas consagradas
en la salvación eterna de los fieles, como también en sus escasas últimas cartas (1970-1971)
publicadas.
Paralelamente, en la visión divulgada el 26 de junio, hay también una insistencia muy fuerte sobre las
almas consagradas: "Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas", enumeración que aparece dos veces
en el texto de la descripción de la visión: Todas estas almas consagradas terminan por morir, unas tras
otras, después del Papa, al pie de la gran cruz de troncos rústicos: y no haríamos mal en ver un vínculo
entre esta insistencia en la visión y las palabras de Lucía en 1957: Es evidente que nos falta una pieza
de la tercera parte del secreto, constituida inter
ejemplo, que Nuestra Señoras, antes de mostrar la visión de los niños, haya pronunciado, en el estilo
del secreto de La Salette, palabras de este tipo: "Muchos perderán la fe, incluso entre las almas
consagradas. La Iglesia sufrirá una crisis horrorosa y sangrará por todas sus heridas...". Todo se
volvería entonces muy claro: la muerte física de todas estas almas consagradas, durante una terrible
guerra todavía por venir, ¡sería el castigo de la muerte espiritual, de la muerte a la verdadera fe y a las
virtudes cristianas de estas mismas almas, infieles a su hermosa vocación!

3) Padre, no esperemos que venga de Roma un llamado a la penitencia de parte del Santo Padre
para el mundo entero; no esperemos tampoco que venga de nuestros obispos, en sus diócesis ni
tampoco de las congregaciones religiosas.
Estas palabras de sor Lucía, en 1957, se refieren, con total evidencia, directamente al Ángel, que en la
visión difundida, sosteniendo una espada flamígera en la mano izquierda señala la tierra con su mano
derecha y grita fuertemente: "¡Penitencia! ¡Penitencia! ¡Penitencia!" Por tanto es muy cierto lo que
dice Lucía la tarde del 13 de Octubre, al canónigo Formigáo que le preguntó por qué Nuestra Señora
no empleó la palabra "penitencia":

- "¿Dijo ella que quería que el pueblo hiciese penitencia?"


- “Sí”
- “¿Empleó la palabra penitencia?”
- “No. Dijo que había que rezar el rosario, corregirnos de nuestros pecados y pedir perdón a Nuestro
Señor, pero no ha hablado de penitencia” (Padre de Marchi: “Testimonios sobre las apariciones de
Fátima”, 8ª. Edición, año 2000, capítulo XXIV, p. 181).

Ahora bien, Lucía ciertamente tiene la clave para la interpretación de este pasaje de la visión que
nosotros no tenemos, pues advirtió que no había que esperar de ninguna autoridad jerárquica un
llamado a la penitencia. El solo conocimiento de la visión no nos autoriza a una tal interpretación y
esto es una nueva prueba de que Lucía sabe más que nosotros y que se nos ha escondido una pieza de
la tercera parte del Secreto que habla de una grave crisis en el interior de la jerarquía de la Iglesia,
hasta su más alta cima: ¡el Papa!

2) El testimonio de tres encumbradas personalidades de la Santa Sede que leyeron la tercera parte del
secreto de Fátima.

a) El testimonio del Papa Juan XXIII.

Este Papa leyó la tercera parte del secreto de Fátima en agosto de 1959, después de haber recibido, el
17 de agosto de 1959, en Castelgandolfo, el sobre lacrado que lo contenía, de manos del padre Paul
Philippe, O.P., entonces Comisario del Santo Oficio. El Papa lo leyó algunos días más tarde, en
presencia de su confesor, monseñor Cavagna.

Sabemos que después de haber leído este secreto, Juan XXIII declaró: Esto no concierne a los años de
mi pontificado (Padre Alonso: "La verdad sobre el secreto de Fátima'; edición francesa, Téqui; 1979, p.
106). Ahora bien: si la tercera parte del secreto "se refiere ante todo a la lucha de los sistemas ateos
contra la Iglesia y los cristianos" y "describe el inmenso sufrimiento de los mártires del último siglo
del segundo milenio", si este texto no se refiere más que a la visión de "un interminable vía crucis
guiado por los Papas del siglo XX" (declaraciones del cardenal Sodano del 13 de Mayo de 2000 en
Fátima), ¿Cómo Juan XXIII hubiera podido pronunciar tales palabras cuando su pontificado no
quedaba a resguardo de la persecución violenta del comunismo ateo contra los católicos, sino todo lo
contrario? Existe entonces una total incoherencia y contradicción entre estas afirmaciones de
Juan XXIII y la interpretación de la visión dada el 13 de mayo y el 26 de Junio pasados por los
cardenales Sodano y Ratzinger, y el tercer secreto ¡que manifiestamente anuncia un nuevo
flagelo todavía más grave para la Iglesia que la persecución del ateísmo comunista ya en
marcha desde principios de los años '30!. Por otra parte, el cardenal Cerejeira, Patriarca de Lisboa
entre 1929 y 1971, declaró un día al padre Caillón:

"No conozco el secreto. El Papa Juan XXIII me habló una vez vagamente de él, de manera lejana y pude
comprender que trataba de cosas muy graves" (citado en los tres cassettes de conferencias del
padre Caillón difundidas por Téqui bajo el título La epopeya mariana de nuestros tiempos").
Por otro lado en el comunicado de la agencia ANI del 8 de febrero de 1960 al anunciar que el secreto
no sería publicado, la tercera razón dada para "justificar" su no-divulgación es la siguiente:

3) Aunque la Iglesia reconoce la apariciones de Fátima, ella no desea cargar con la responsabilidad de
garantizar la veracidad de las PALABRAS que los tres pastorcitos aseguran que la Santísima Virgen les
habría dirigido".

Este comunicado habla de "palabras- de Nuestra Señora e indica entonces claramente que la tercera
parte del secreto está constituida, al menos parcialmente, por palabras de la Santísima Virgen, ¡y no
solo por la descripción de una visión sin ningún mensaje verbal! Conviene observar que este
comunicado no fue nunca desmentido, ni en su totalidad ni en parte, por la Santa Sede. Por añadidura,
el cardenal Carejeira dijo el 24 de febrero de 1960, a propósito de este texto:

"Según el despacho publicado -y estoy convencido de la veracidad de lo que afirma-, este documento
(el tercer secreto) debe estar en el Vaticano y Su Santidad debe conocer su contenido-
('Documentación catholique' año 1960, col. 752).

Ahora bien, ¿qué quería decir el cardenal Cerejeira, cuando se declaró convencido de la veracidad de
este comunicado, sino que su contenido expresaba plenamente el pensamiento del Papa Juan XXIII
que ya había leído el secreto?

b) El testimonio del cardenal Ratzinger en noviembre de 1984.

(Ver sobre este punto, del Hermano Michel de la Santa Trinidad: 'Toda la verdad sobre Fátima" tomo
111: 'El tercer secreto" 3a edición, abril 1986, tercera parte: 'El tercer secreto revelado'; anexo del
capítulo 8, págs. 553-568: 'El cardenal Ratzinger habla del tercer secreto— (1984-1985)").

En noviembre de 1984, la revista italiana "Jesús" publicó la entrevista concedida en agosto de 1984
por el cardenal Ratzinger al periodista Vittorio Messori. El artículo se intitulaba: "Por qué la fe está en
crisis". Una parte de este artículo estaba consagrada a Fátima y a su tercer secreto, bajo el título: "La
Virgen como defensa de la fe. Por qué hay que volver a María"—.

Pregunta: "Cardenal Ratzinger ¿usted leyó el llamado tercer secreto de Fátima (...)?"
Respuesta: Sí, lo he leído.

P: ¿Por qué no fue revelado?

R: Porque, según el juicio de los Papas, no agrega nada a lo que un cristiano debe saber por la
Revelación:
- un llamado radical a la conversión,

- la gravedad absoluta de la historia,


- los peligros que amenazan a la fe y la vida del cristiano y al mundo, y también la importancia de los
últimos tiempos".

Si no se lo publica -al menos por el momento- es para evitar que se confunda la profecía religiosa con
el sensacionalismo. Pero las cosas contenidas en el tercer secreto corresponden a lo que anuncia
la Escritura y están conformadas por muchas otras apariciones marianas... (...)".

He aquí las palabras más importantes pronunciadas por el Cardenal: y bien, fueron cuidadosamente
eliminadas al publicarse esta entrevista en forma de libro, en junio de 1985 con el título: "Informe
sobre la Fe", en el cual fueron publicadas dos nuevas cuestiones más anodinas bajo un título
radicalmente distinto: "La mujer, una mujer" (...) Un remedio: María (..) En torno a Fátima". La
referencia a la "Virgen como defensa de la Fe" ¡había sido eliminada!

¿Los temas planteados por el cardenal Ratzinger corresponden perfectamente a la visión que nos fue
presentada el 26 de junio, y a su interpretación? ¡Es evidente que no! Examinemos el problema:

1°) El cardenal habla de una "profecía religiosa" que nos haría comprender mejor la gravedad
absoluta de la historia. Esto significa claramente que la tercera parte del secreto debe anunciar de
manera muy clara sucesos muy precisos, como la segunda parte, de la que es la prolongación
directa: la historia está caracterizada por una gravedad absoluta, en el sentido de que Dios la dirige
enteramente por Su Providencia todopoderosa y que ningún suceso puede acontecer que no haya sido
determinado desde toda la eternidad por El.

Sin embargo, lo que fue dicho sobre el tercer secreto por la Santa Sede, el 13 de mayo y después el 26
de junio, es exactamente todo lo contrario.

En el tercer secreto no se comunica ningún acontecimiento preciso e identificable. "Este texto está
constituido por una visión profética comparable a las de las Sagradas Escrituras, que no describen de
manera fotográfica los detalles de sucesos por venir, que resumen y condensan con una misma
línea de fondo, hechos que se realizan en el tiempo con una sucesión y duración no
especificadas. En consecuencia, la clave de la lectura del texto no puede ser otra que el carácter
simbólico" (Cardenal Sodano, 13 de Mayo de 2000, en Fátima). Debe notarse, sin embargo: si es
realmente así ¿por qué la Santa Sede compara la visión forzando el texto con el atentado del 13 de
mayo de 1981.? Aquí hay una gran incoherencia; que da lugar en la interpretación oficial de la visión a
una contradicción interna increíble que sería bueno que explicaran!

La gravedad de la historia ya no es absoluta: "El futuro, no está determinado absolutamente de


manera inmutable, y la imagen que los niños han visto no es de ninguna manera una película que
anticipa el futuro del cual nada se podría cambiar. Toda la visión intenta en realidad solamente
mostrar la libertad y orientarla en una dirección positiva. El sentido de la visión no es entonces
exhibir una película sobre un futuro irremediablemente fijado. Su sentido es exactamente el opuesto, a
saber: movilizar las fuerzas para cambiar todo en bien” (Cardenal Ratzinger, 26 de junio de 2000:
"Intento de interpretación del secreto de Fátima).

Aparece entonces claramente ¡que la interpretación oficial es exactamente lo contrario de lo que el


cardenal Ratzinger dejó entrever en 1984!

2°) Esta "profecía religiosa- habla de "peligros que amenazan la fe y la vida del cristiano, y al mundo".
Sin embargo, en la visión publicada el 26 de junio podemos ver claramente los peligros que amenazan
la vida del cristiano (todos mueren al pié de la Cruz), y también la vida del mundo (el Ángel con la
espada flamígera amenazando incendiarlo) pero no se encuentran para nada los peligros que
amenazan la fe del cristiano y la interpretación oficial no hace en absoluto alusión a ellos: por el
contrario, exalta a los mártires que murieron por su fe, pero tiene cuidado de evitar toda mención de
una crisis interna a la Iglesia, en el “dogma de fe”. En cambio, estas expresiones del cardenal Ratzinger
nos reenvían directamente a la primera frase del tercer secreto: 'En Portugal se conservará siempre el
dogma de la fe, etc.", y nuevamente nos muestran que le falta un fragmento al tercer secreto.

3°) El cardenal Ratzinger menciona finalmente "la importancia de los últimos tiempos", y precisa: "Las
cosas contenidas en el tercer secreto corresponden a lo que anuncia La Escritura". Sin decirlo, habla,
evidentemente, del libro del Apocalipsis de San Juan y de sus profecías relativas a los últimos tiempos.
Ahora bien, estas profecías del Apocalipsis no anuncian solamente una lucha material, física o
temporal de los enemigos de Dios contra la Iglesia y los católicos, si no en primer lugar y
principalmente, una terrible lucha que conduce a la destrucción de la verdadera fe en Dios y al
establecimiento del reino universal de la idolatría (ver por ejemplo los capítulos XII y XIII). Esto nos
indica nuevamente que falta lo esencial en lo publicado el 26 de Junio: la referencia a un castro
espiritual.

3) Las dos visiones de Jacinta sobre el Santo Padre, tal como las transmite Lucía al comienzo de
sus Terceras Memorias.

Estas dos visiones están en relación estrecha con el secreto del 13 de julio de 1917 como lo muestran
claramente las preguntas que hace Jacinta a su prima, después de habérselas anunciado: he aquí las
visiones tal como Sor Lucía nos las relata al principio de sus Terceras Memorias (op. cit. p. 113-114).

Primera visión: "... Jacinta me llamó". --Tu no has visto al Santo Padre?

- 'No"

- "Yo no sé cómo sucedió, he visto al Santo Padre en una casa muy grande, arrodillado ante una mesa,
con las manos en la cara y llorando. En el exterior de la casa había mucha gente y algunos le arrojaban
piedras, otros lo maldecían y le decían muchas palabras feas. ¡Pobrecito el Santo Padre! Tenemos que
rezar mucho por él!

"Ya he dicho cómo un día dos sacerdotes nos pidieron que rezáramos por el Santo Padre y nos
explicaron quién era el Papa. Jacinta me preguntó enseguida: -“¿Es el mismo que vi llorar y del cual
esta Señora nos habló en el secreto?” -"Es el mismo", respondí".

En esta visión encontramos la descripción de una violenta contestación contra el Santo Padre, y las
palabras utilizadas hacen pensar en una rebelión proveniente del interior de la Iglesia, por parte del
rebaño, movido por orgullo y odio, en violenta ruptura hacia la autoridad suprema de la Iglesia: lo que
hace pensar inmediatamente en el progresismo y el modernismo que se han apoderado hábilmente de
las riendas de la Iglesia con ocasión del Concilio Vaticano II y que no han cesado desde entonces de
menoscabar cada vez más la autoridad suprema del Romano Pontífice para terminar un día por
suprimirla. Esto nos recuerda también algunas afirmaciones del padre Alfonso sobre el tercer secreto,
cuando escribía por ejemplo: "El contenido del secreto debe referirse a profecías terribles acerca del
estado interno de la Iglesia—, debe hablar de "luchas intestinas en el seno de la misma Iglesia".

Segunda visión: "En otra ocasión, íbamos a Lapa do Cabeço. Al llegar, nos arrodillamos para rezar las
oraciones del Angel, pasado un cierto tiempo, Jacinta se puso de pié, y me llamó:

- "¿No ves todas esas rutas, todos esos caminos y campos llenos de gente que llora de hambre y no
tiene nada que comer? ¿Y al Santo Padre, en la Iglesia, rezando ante el Corazón Inmaculado de María?
¿Y toda esa gente que reza con él?

- Varios días más tarde, me preguntó:

- "¿Puedo decir que he visto al Santo Padre y a toda esa gente?"


- "¡No! ¿no ves que eso forma parte del secreto y que así pronto se descubriría todo?

- "Está bien, no diré nada".

Parece necesario, para comprender la doble significación de esta visión, releer algunos extractos de
una carta de Sor Lucía del 12 de abril de 1970, a su amiga María Tersa da Cunha. Allí escribe:

"Nuestra Señora pidió y exigió que recemos el Rosario todos los días, repitiendo lo mismo en todas sus
apariciones, como para prevenirnos a fin de que, en estos tiempos de desorientación diabólica, no nos
dejemos engañar por falsas doctrinas, que disminuyen la elevación del alma a Dios, por la
oración... (¡el texto publicado está cortado en este lugar!).

“El Rosario es, para la mayor parte de las almas que viven en el mundo, como el pan espiritual
el pan espiritual de cada día, y quitarles esta oración o apartarlas de ella, es decir, disminuir en
los espíritus la estima y buena fe con que lo rezan, es, en el campo espiritual, lo mismo o peor
aún, ya que la parte espiritual es superior a la material; yo diría que si es el campo material se
privara del alimento necesario para la vida física”

(Padre Antonio María Martins, S.J.: "Documentos de Fátima.", Porto, 1976, p. 453, traducción personal
según el original portugués).

Según esta carta de Lucía (cuya publicación en el documento del Cardenal Ratzinger ha sido
severamente censurada: ¡está cortada en tres lugares!), parece que la terrible hambruna descripta en
la visión de Jacinta, puede tomarse no solamente en sentido físico, sino también en sentido espiritual:
debido a la desorientación diabólica, el rebaño se encuentra abandonado por sus pastores legítimos,
infieles a su vocación, y ya no es alimentado espiritualmente. “Los niños pidieron pan, y no había nadie
para partírselo” (Tren. IV, 4). El castigo de esta infidelidad es una gran hambruna física, sin duda en el
cuadro de una gran guerra todavía por venir, dirigida ante todo contra la Iglesia y las almas
consagradas; por otra parte es cierto que Lucia, en una copia del texto de esta visión destinada a uno
de sus directores espirituales, el padre Gonçalves, ofrece una variante al hablar de "...todas esas rutas,
todos esos caminos y campos llenos de gente muerta, perdiendo sangre". Comparemos esto con la
visión divulgada el 26 de junio: todas las almas consagradas son asesinadas por un grupo de soldados
al pie de la gran cruz de troncos rústicos. La situación será entonces tan terrible que el Papa se
someterá finalmente al pedido de Nuestra Señora de Fátima consagrando Rusia al Corazón
Inmaculado. Llegamos así a la revelación de Rianjo de agosto de 1931, que Lucía relató a su obispo por
carta el 29 de agosto de 1931:

( ...) Como pedía a Dios la conversión de Rusia, de España y de Portugal, me ha parecido que su Divina
Majestad me decía:

(...) Haz saber a mis ministros que están siguiendo el ejemplo del rey de Francia retrasando la
ejecución de mi pedido y que lo seguirán también en la desgracia. Pero jamás será demasiado
tarde para recurrir a Jesús y a María".

En 1936, cuando Lucía redactó, para el padre Gonçalves, el relato detallado de la aparición de Tuy que
tuvo lugar el 13 de junio de 1929, durante la cual Nuestra Señora había pedido formalmente la
consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado, ella recuerda la revelación capital de Rianjo en
términos diferentes:

"Más tarde, por medio de una comunicación íntima, Nuestro Señor me dijo, lamentándose: ¡No han
querido escuchar mi pedido!... Como el rey de Francia, se arrepentirán, y lo harán, aunque será
tarde. Rusia habrá ya propagado sus errores el mundo, provocando guerras y persecuciones
contra la Iglesia. El Santo Padre tendrá mucho que sufrir".
Es gracias a la revelación de Rianjo que se comprenden las dos visiones de Jacinta: El Cielo, previendo
que los pedidos de Nuestra Señora no serían escuchados, ha querido ciertamente mostrar a Jacinta en
qué situación extremadamente trágica sería finalmente realizada la consagración de Rusia, por un
Papa completamente solo y abandonado por todos, asediado en su palacio, y en medio de una guerra
terrible, flagelo de la cólera de Dios para castigar la infidelidad de los hombres y ante todo de sus
ministros sagrados: así Jacinta vio un Papa al borde de la —desgracia—, resolviendo muy tarde,
pero no demasiado tarde, realizar la consagración de Rusia. Siendo la beata Jacinta, la que hizo más
sacrificios por el Santo Padre de los tres pastorcitos, el Cielo, recompensándola con estas visiones,
quiso sin ninguna duda, hacer que redoblase su generosidad en sus oraciones y sacrificios por Él. Para
nosotros, como todo indica que la verdadera consagración de Rusia no fue jamás realizada según
todas las condiciones exigidas por el Cielo (cfr. Boletín San Juan Eudes N° 52, feb. 2000) es obvio que
las circunstancias trágicas descriptas en estas visiones pertenecen todavía al futuro. Y se comprende
entonces por qué ni el cardenal Sodano, ni el documento oficial del 26 de junio dicen una palabra
sobre esas visiones, por otra parte reconocidas oficialmente por el obispo de Leiria - Fátima, en la
lectura pública de las biografías de los dos pastorcitos antes de su beatificación, el 13 de mayo pasado,
y que están además estrechamente ligadas al secreto del 13 de julio: estas visiones contradicen en
efecto de manera terminante la interpretación dada por la Santa Sede, sobre muchos puntos capitales:

- Mientras que los cardenales Sodano y Ratzinger nos repiten que todo lo tratado en el secreto
pertenece al pasado, las visiones de Jacinta nos dicen lo contrario;

- Estos dos cardenales nos dicen todavía que la visión publicada el 26 e junio "no describe de manera
fotográfica los detalles de los sucesos por venir"(I 3 de mayo) o también:

"Las personas aparecen como en un espejo. Debemos tener continuamente presente esta limitación
interna de la visión, cuyos límites están visualmente indicados. El futuro se devela solamente `como
un espejo, de manera confusa'. (1 Cor. 13, 12)" (26 de junio). Pues, las dos visiones de Jacinta nos
dicen exactamente lo contrario: son como dos fotografías que nos develan sucesos precisos de nuestro
futuro sin duda ahora muy próximo.

Por lo tanto insistir tanto sobre la noción de espejo, y de manera tan negativa, como lo hace el
cardenal Ratzinger, es desconcertante por dos razones fundamentales.

- Lucía escribe: "Y vimos en una luz inmensa que es Dios -algo parecido a la manera en que se ve la
gente en un espejo cuando pasa por delante- un obispo vestido de blanco..." Ella no acude a la noción
de espejo más que a modo de una comparación subjetiva, para tratar de hacernos penetrar mejor en la
visión, pero queda claro que esta última se desarrolla en una luz inmensa que es Dios, y que en
consecuencia, no hay ninguna limitación en esta visión, ¡que restrinja la inmensidad de Dios! No
obstante, el cardenal Ratzinger escamotea casi totalmente esta "luz inmensa que es Dios" en su
comentario.
Lucía, en su Cuartas Memorias (op. cit. p. 166), al relatar la aparición del 13 de mayo de 1917, hace
una comparación parecida utilizando la noción de espejo, no en un sentido negativo y para introducir
alguna "limitación" de su visión, sino al contrario, para hacer comprender al lector, de manera más
sensible, toda la claridad, la pureza, la limpidez de la luz de Dios, que permite una contemplación
infinitamente superior a toda contemplación hecha aquí en el mundo terrenal con los solos medios
creados, incluso los mejores; he aquí la comparación:

"... Ella abrió por primera vez las manos, y nos comunicó, como por un reflejo que emanaba de ellas,
una luz tan intensa que, al penetrar en nuestro corazón y hasta lo más profundo de nuestra alma, nos
hacia vernos a nosotros mismos en Dios, que era esta luz, más claramente que lo que nos vemos en
el mejor de los espejos".

En estas dos comparaciones de Lucía, no hay entonces nada de "limitativo" o de "confuso": Lucía las
hace de modo subjetivo, para ayudar a su lector a percibir mejor la realidad de lo que vio, y la
interpretación de la noción de espejo hecha por el cardenal Ratzinger ¡es por lo tanto totalmente falsa
y errónea!.

4) Las conclusiones de todos los grandes especialistas de Fátima, sobre el contenido del tercer
secreto, antes de la publicación del 26 de junio pasado.

Todos estos especialistas estaban de acuerdo por unanimidad, en que la tercera parte del secreto
hablaba principalmente de la pérdida de la verdadera fe en gran escala, incluso en el interior de la
Iglesia y entre las almas consagradas: este es un resumen de sus conclusiones:

- Padre Joaquín María Alonso, el especialista oficial de 1966 a 1981 (año de


su muerte):

"'En Portugal se conservará siempre el dogma de la fe'. Esta frase insinúa con toda claridad un estado
critico de la fe que sufrirán las otras naciones, es decir, una crisis de fe (...) Si "En Portugal se
conservará siempre el dogma de la fe"... se puede deducir con toda claridad que en otras partes de la
Iglesia, estos dogmas o bien van a obscurecerse, o incluso a perderse- ("La verdad sobre el secreto
de Fátima"; Madrid, 1976, p. 64; 72-73).

- Padre Sebastián Martins dos Reís (fallecido en 1984):

"Es aquí donde se sitúa la tercera parte del secreto, que permanece sin revelar, y que probablemente
no sea jamás revelada... (...)

Toda la agitada historia del secreto, y de lo que se pensó sobre él, de manera poco feliz, y lo que debe
pensarse con exactitud, creo yo haberlo demostrado ampliamente, con rigurosa documentación y con
una segura interpretación, en mi libro: 'El milagro del sol y el secreto de Fátima', Porto, 1966, p. 89-
135".
Sigue la historia del texto de la tercera parte del secreto, de 1944 a 1960, y luego el texto continúa:
"Todo lo que se dijo de más -y brilla por su inverosimilitud- sobre lugares, contenido, revelación, texto
y poseedores del Secreto, -todo, excepto cuanto se refiere a una crisis en el Dogma de la Fe en
ciertas naciones, menos en Portugal no sobrepasó y no sobrepasa la alarma y la fantasía de mal
gusto (...) para atraer la atención o darse importancia a expensas de lo sagrado" ('Síntesis critica de
Fátima'; Porto, 1968, nota 44, p. 68-69).

- Declaración de monseñor do Amaral, Obispo de Leiria - Fátima, del 10 de septiembre de 1984,


en Viena, Austria:

"El Secreto de Fátima no habla ni de bombas atómicas ni de cabezas nucleares, ni de misiles Pershing
o SS-20. Su contenido no concierne más que a nuestra fe. Identificar el Secreto con anuncios
catastróficos o con un holocausto nuclear, es deformar el sentido del mensaje. La pérdida de la fe de
un continente es peor que el aniquilamiento de una nación; y es cierto que la fe disminuye
continuamente en Europa".

(...) Y al decir del padre Luis Kondor, SVD, secretario e intérprete de monseñor do Amaral, él no había
leído el texto del tercer secreto, pero podía apoyar lo que decía en el estudio que hizo del mensaje de
Fátima". (Mensuario portugués 'Mensaje de Fátima—, N° 161, febrero de 1985, p. 1).

Padre Luis Kondor, SVD, Postulador de las Causas de Francisco y Jacinta Marto, los dos pequeños
pastorcitos beatificados el 13 de mayo pasado:

"Quien ha estudiado a fondo esta materia puede decir que la tercera parte del secreto habla de la
desaparición de la fe en Europa y el acercamiento de las religiones (Semanario "Euronoticias" del 24
de marzo de 2000, p. 9).
Los mejores expertos en la cuestión o los hombres que, en razón de su cargo, han debido estudiarla
seriamente, llegan todos a la misma conclusión: la tercera parte del secreto de Fátima habla de la
pérdida de la verdadera fe a muy gran escala. Pero nos ha presentado una visión de la cual se
da una interpretación que evita toda mención de una crisis interna de la Iglesia en el dogma de
la fe. Hay aquí una grave contradicción, que sería bueno que se explicase porque una de dos:

- o todos los especialistas se han equivocado, en cuyo caso deberían darse los motivos del error,

- o El Vaticano nos ha engañado y, con una ceguera intelectual y espiritual terrible, nos oculta lo
esencial del secreto; en ese caso, mucho más verosímil, todo terminará por descubrirse en el futuro,
pero ¿Qué enorme castigo será necesario para mover a las autoridades romanas al arrepentimiento?

5) Ausencia total de armonía entre la visión publicada y el resto del secreto.

La segunda parte del secreto, constituida por veintidós líneas manuscritas por Lucía, anuncia castigos
muy preciosos, aunque en forma condicional, poniendo a los católicos (y ante todo a las autoridades
de la Iglesia) ante una alternativa:

- lo primero que se nos revela es la infinita Misericordia divina: el Cielo ofrece a los hombres dos
medios muy simples para satisfacer a la Justicia divina ultrajada: la comunión reparadora de los
primeros sábados de mes, y el pedido de un acto de reparación y de consagración de Rusia al Corazón
Inmaculado de María, hecha por el Santo Padre en unión con todos los obispos católicos. Si los
católicos y las autoridades de la Iglesia se someten a estos dos pedidos, ahorrarán grandes castigos
materiales a la humanidad;

- pero si se niegan a someterse se ejercerá la Justicia divina en todo su rigor, a través de grandes
castigos materiales anunciados de manera muy precisa. Desgraciadamente los hombres en su loco
orgullo, han elegido este segundo camino y los castigos materiales anunciados se produjeron
literalmente, habría que ser ciego o tener absoluta mala fe para negarlo:

1) "Bajo el reinado de Pío XI comenzará otra (guerra), aún peor". La señal de la inminencia de la
guerra será "una noche iluminada por una luz desconocida". Por estas palabras, que se relacionaban
claramente con la Guerra Mundial, que en 1917, en el momento de las apariciones se sentía
terriblemente, se predecía claramente una Segunda, y esta Segunda Guerra Mundial fue efectivamente
precedida por "una noche iluminada por una luz desconocida"; la noche del 25 al 26 e enero de 1938
sobre la cual Lucía escribió en su Terceras Memorias" (op. cit. p. 115):

- "Su Excelencia no ignora cómo, hace algunos años, Dios manifestó este signo, que los astrónomos
llamaron "aurora boreal". No sé, pero me parece que si se examinara bien el asunto se vería que no pudo
ser una aurora boreal, considerando la manera en la cual apareció. Pero, sea lo que sea Dios se sirvió de
esto para hacerme comprender que su Justicia estaba pronta a castigar a las naciones culpables,
por eso comencé a pedir con insistencia la comunión reparadora de los primeros sábados y la
consagración de Rusia. Mi finalidad era solamente obtener misericordia y perdón para el mundo
entero y especialmente para Europa".

- La Segunda Guerra Mundial fue mucho más terrible que la primera, tanto por el número de víctimas,
estimado comúnmente en 55.000.000 de muertos, pero sin duda más elevado (contra los 17.000.000
de la Primera Guerra Mundial) como por las impresionantes destrucciones materiales que causó
(regiones y países enteros de Europa fueron totalmente destruidos, sin hablar de la destrucción
completa de dos ciudades, Hiroshima y Nagasaki ¡por dos bombas atómicas! o incluso por la enorme
magnitud del cambio producido en las mentalidades, luego de la guerra, pero principalmente en el
seno de la Iglesia Católica (y se podría hacer todo un interesante estudio sobre la influencia capital de
este cambio de mentalidad en el Concilio Vaticano II y las "nuevas orientaciones conciliares).
¿Esta guerra comenzó bajo el pontificado de Pío XI, como Lucía afirmaba haberlo oído de labios de
Nuestra Señora, o bajo el de Pío XII, como todas las apariencias históricas lo hacían suponer? A esta
objeción, Lucía respondió clara y firmemente durante una entrevista con el padre Jongen en 1946:

- `¿La misma Santísima Virgen pronunció el nombre de Pío XI?'

- `Sí. Nosotros no sabíamos todavía si sería un Papa y un rey. Pero la Santísima Virgen habló de Pío XI'.

- `¿Pero la guerra no comenzó bajo Pío XI?'

- `La anexión de Austria fue la ocasión. Cuando se concluyó el acuerdo de Munich las hermanas se
regocijaron, porque la paz parecía asegurada. ¡Desgraciadamente yo sabía más que ellas!'

- `Sin embargo este padre jesuita (Dhanis) había insistido en que la ocasión de una guerra no es lo
mismo que su comienzo'.

`Esta observación no hizo ninguna impresión en la hermana' "(Revista 'Mediadora y Reina'; mayo de
1946, p. 11).

Ahora bien, Austria fue anexada en marzo de 1938, es decir bajo el pontificado de Pío XI, que murió el
10 de febrero de 1939, aunque la guerra no fue oficialmente declarada sino el 3 de septiembre de
1939, bajo Pío XII.

2°) "Rusia extenderá sus errores por el mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia.
Los buenos serán martirizados, el Santo Padre sufrirá mucho, varias naciones serán aniquiladas".

He aquí profetizada por Nuestra Señora, tan solo en tres líneas, con una claridad impresionante, en
una pequeña síntesis histórica, toda la historia de la segunda mitad del siglo XX, desde 1945. En efecto
¿cuál fue el resultado más importante de la Segunda Guerra Mundial? Escuchemos al Hermano Michel
de la Santísima Trinidad:

"Por una serie de mentiras desvergonzadas y abominables masacres cínicamente planificadas


(...),Stalin logró hacer concluir esta (segunda) guerra (mundial) al solo provecho de la URSS y de su
bolchevismo. Y esto de múltiples maneras:

a) Interiormente, el impulso del Partido se encontró notablemente afirmado. Soljenitsyn hará de


ello la triste constatación: "En esta desgraciada guerra, nuestra victoria no hizo más que fortalecer el
yugo que pesaba sobre nosotros".

b) Exteriormente, la guerra fue para Stalin la ocasión de realizar una formidable expansión
comunista, tanto en Europa como luego en Extremo Oriente.

c) En las otras naciones que se pretendían todavía libres, tras cinco años de guerra, las fuerzas de
la subversión marxista crecieron peligrosamente.

d) Finalmente, en la misma Iglesia Católica esta guerra tuvo los más funestos efectos: dio a los
"cristianos rojos" gran poder e influencia, los cuales Pío XII no pudo quitarles, lo que les permitirá
prepararse subterránea pero activamente, para la gran revolución de los años `60 y para luego lanzar
el papado, por las vías de la "Ostpolitik"deseada por Moscú' (Toda la verdad sobre Fátima'; tomo III:
'El tercer secreto'; CRC, 3a. edición, abril de 1986, 2' sección, capítulo IV, p. 86).

Si Nuestra Señora, en la segunda parte de su secreto del 13 de 1917, profetizó con tanta
claridad y precisión los castigos materiales concretarse literalmente a partir del primer
rechazo de Pío XI a consagrar Rusia al Corazón Inmaculado, en 1930-1931 (es en 1931 que la
monarquía se hunde en España, abriendo el camino a una violenta persecución religiosa que
desencadenará la Guerra Civil en 1936; es en 1931 que Stalin comienza a organizar una gran carestía
en Ucrania, para hacer morir de hambre a los campesinos que rechazaban la colectivización; el
balance final será ¡de 6 a 8 millones de muertos!, es lógico que la tercera parte del secreto anuncie
también acontecimientos muy precisos respecto de los peligros en que se verá el "Dogma de la
fe" y la Iglesia, vista ya no bajo la perspectiva de una sociedad humana expuesta a las
persecuciones, como en la segunda parte del secreto, sino bajo el aspecto de Cuerpo Místico de
Cristo en lucha abierta contra Satán y sus secuaces que buscan infiltrarse en ara dominarla.
¡Vemos entonces con claridad la coherencia y armonía de todo el secreto! Sin embargo, se nos
presenta, como el tercer secreto completo una oscura visión que no comportaría ningún elemento
nuevo en relación con su segunda parte y del cual la interpretación es tan débil que la misma Santa
Sede no está segura de que sea correcta: es el mismo cardenal Ratzinger el que nos lo dice,
presentándonos "una tentativa de interpretación del secreto de Fátima" ¿Es esto serio? ¿ De quién
creen que se burlan?

6) ¿Por qué la mayor parte de los documentos fundamentales del "Dossier Fátima"
permanecen ocultos "debajo del celemín", si todo se ha cumplido y pertenece al pasado?

a) ¿Por qué no haber publicado, en el marco del texto oficial del 26 de junio
pasado más que extractos bien seleccionados de la carta de Sor Lucía al Papa del
12 de mayo de 1982? ¿Por qué solamente la publicación de extractos y no del
texto íntegro, con la fecha y la firma de Lucía?

b) Si ya se hizo toda la luz sobre Fátima, si todo el lado escatológico de las apariciones se ha cumplido
y pertenece en consecuencia al pasado ¿por qué no haber anunciado la próxima publicación de los
documentos fundamentales que nos faltan, por ejemplo:

- El interrogatorio encargado al Padre Schweigl, profesor en la Gregoriana y en el Russicum, hecho a


Sor Lucía en nombre del Papa Pío XII, el 2 de septiembre de 1952: el padre Schweigl había recibido del
Papa reinante el permiso de entrevistar a Lucía sobre tres cuestiones relativas a la conversión de
Rusia.Más tarde, el padre Schweigl afirma, en un texto reservado a los padres conciliares, "que en
1952, el Arzobispo de Coimbra había exigido que las respuestas dadas por Sor Lucía, no fueran
publicadas sin autorización del Santo Oficio; hasta hoy (1963), esta autorización no ha sido concedida
todavía".

- Sobre todo, el trabajo monumental del padre Alonso, que debía editarse en 24 volúmenes de 800
páginas, con el título: "Fátima, textos y estudios críticos", y presentar todos los documentos sobre
Fátima desde 1917 a 1974; pero las autoridades de la Iglesia prohibieron su publicación en 1975. ¿Por
qué, además, haber mantenido una verdadera conspiración del silencio sobre los estudios del
padre Alonso después del 13 de mayo pasado? ¿Será porque había dicho toda la verdad sobre el
tercer secreto, mientras que ahora se nos presenta una versión diametralmente opuesta?

c) Finalmente, en el mismo orden de ideas, si todo lo que Nuestra Señora de Fátima vino a pedir se ha
cumplido, ¿por qué no haber aprovechado el 26 de junio pasado para publicar una declaración pública
y auténtica de Sor Lucía afirmando que, gracias a la consagración del 25 de marzo de 1984, estamos
en adelante en los años del triunfo del Corazón Inmaculado de María? (¿dónde están los signos de este
triunfo? ¿el cardenal Ratzinger nos los podría mostrar y explicar?). En lugar de eso, se nos presenta un
resumen de una entrevista del 27 de abril de 2000 entre monseñor Bertone y Sor Lucía, en el que se
hace decir a esta última una enormidad totalmente inverosímil: "No fue Nuestra Señora, sino yo
misma quien puso la fecha de 1960, pues según mi intuición, antes de 1960, no habría sido
comprendido; sería comprendido solamente más tarde. Ahora se puede comprender mejor”.

Estas supuestas declaraciones de Lucía son exactamente lo contrario de las palabras de esta última
ydel Obispo de Leiría al canónigo Barthas del 17 de octubre de 1946:
« "¿Cuándo nos será revelado el tercer elemento del secreto?". Ya en 1946 [Lucía y el Obispo de Leiría]
me respondieron a esta pregunta por igual, sin dudas y sin comentarios: "En 1960". Y cuando tuve la
audacia de preguntar por qué había que esperar hasta esa fecha, obtuve por toda respuesta, tanto de
una como del otro: "porque la Santísima Virgen lo quiere así".» (C. Barthas: "Fátima, maravilla del
siglo XX". Ediciones Fátima, 1952, p. 83).

Es obvio que la enormidad de las afirmaciones atribuidas a Lucía sobre este punto ¡producen una
profunda y legítima sospecha respecto del conjunto del resumen de la entrevista, tal como se ha
presentado en el texto oficial del 26 de junio último!

TEXTO DEL TERCER SECRETO DE FÁTIMA PUBLICADO POR EL VATICANO EL 26 DE JUNIO DE


2000

"J. M. J. - Tercera parte del secreto revelado el 13 de julio de 1917 en la Cova de Iría - Fátima "Escribo
en obediencia a Vos, Dios mío, que lo ordenáis por medio de Su Excelencia Reverendísima el Señor
Obispo de Leiría y de la Santísima Madre vuestra y mía.

"Después de las dos partes que ya he expuesto, hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora un
poco más en lo alto a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centelleando emitía
llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que
Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él; el Ángel, señalando la tierra con su
mano derecha, dijo con fuerte voz: ¡Penitencia, Penitencia, Penitencia! Y vimos en una inmensa luz que
es Dios: -`algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando pasan ante él'- a un Obispo
vestido de Blanco --`hemos tenido el presentimiento de que fuera el Santo Padre'- También a otros
Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas subir una montaña empinada, en cuya cumbre había una
gran Cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza; el Santo Padre, antes de
llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante,
apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba por el
camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz fue muerto por un
grupo de soldados que le dispararon varios tiros de armas de fuego y flechas; y del mismo modo
murieron unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares,
hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz había dos Ángeles,
cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, en la cual recogían la sangre de los Mártires y
regaban con ella las almas que se acercaban a Dios.

"Tuy, 3/1/1944" (traducción lo más exacta posible del manuscrito portugués de sor Lucía, tal como
fue publicado el 26 de junio de 2000)

A manera de conclusión, subrayamos los tres puntos más importantes:

1°) Después de todo lo dicho, se ve claramente que el 26 de junio pasado nos fue revelado un tercer
secreto deliberadamente truncado, amputado de su primera parte constituida por las palabras de
Nuestra Señora que nos dan la gran clave para interpretar la visión publicada. Sin esta clave, la visión
permanece muy oscura y difícil de interpretar. Es evidente que el Vaticano nos oculta lo esencial, a
saber el anuncio por Nuestra Señora, con palabras muy claras, muy explícitas y sin ninguna
ambigüedad, de una muy grave crisis interna en la Iglesia Católica, afectando su misma sustancia en
aquello que tiene de más precioso: el "Dogma de la fe".

2°) ¿Con qué fin, el Papa ha decidido la publicación de esta visión? Parece ahora muy claro que el
Vaticano tenía dos objetivos precisos:

a) Para terminar de una vez por todas con toda la dimensión escatológica, político-social y profética de
los sucesos sobrenaturales de Fátima. Era necesario hacer entrar a Fátima en la norma de las demás
apariciones marianas. Fue escrito en negro sobre blanco, por el cardenal Ratzinger, al final del texto
del 26 de junio: "Lo que permanece, lo hemos visto desde el comienzo de nuestra reflexión sobre el
texto del ‘secreto’: la exhortación a la oración como camino para la `salvación de las almas' y, en el
mismo sentido, el llamado a la penitencia y a la conversión". Como lo tituló el periódico "Le Monde"
del martes 27 de junio, "El cardenal Ratzinger desdramatiza Fátima". Se abraza así la errónea posición
sobre Fátima sostenida desde 1940 por el padre Dhanis, S. J., profesor en la Gregoriana; esta postura
qué terminó por imponerse en el Vaticano, en vida del mismo Pío XII, (lo que explica que este Papa
nunca haya efectuado en buena y debida forma la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de
María) puede resumirse así: no hay ninguna duda sobre las seis apariciones de Nuestra Señora ni
sobre el núcleo central de su mensaje, tal como lo han transmitido los pastorcitos luego de las
apariciones: un llamado a la oración, a la penitencia y a la conversión; todo el resto (las apariciones
del Ángel, la visión del infierno y todo el secreto del 13 de julio con sus pedidos) ¡es el fruto de una
`fabulación más o menos inconsciente" de Lucía, y permanece muy incierto e incluso dudoso! Algo a
tener en cuenta a este respecto: como para mostrar su filiación, el cardenal Ratzinger ha conseguido
triunfar citando al padre Dhanis, muerto hace 22 años, en el texto oficial del 26 de junio: ¡esto es muy
sintomático de las tesis perniciosas que continúan reinando como amos en el Vaticano, hasta hoy,
acerca de Fátima!

pontifrcado, este fenómeno recuerda el

b) Más grave aún: la segunda finalidad del Vaticano es la glorificación a ultranza de la persona de Juan
Pablo II, manifiestamente llegado al final de su pontificado, éste fenómeno recuerda el culto de la
personalidad tan delirante que los comunistas de todo el mundo le tributaban a Stalin, apodado "el
padrecito de los pueblos", ¡cuando es uno de los más grandes asesinos de los últimos tiempos! La
prensa portuguesa, desde el 13 de mayo pasado, se ha sobrepasado en este terreno: así el periódico "O
Día" (habitualmente mucho mejor inspirado...) titula con enormes caracteres en la portada de su
número del 18 de mayo de 2000: "Un aplauso universal al Papa más grande del milenio".

Más interesantes y esclarecedoras han sido las declaraciones de algunas personalidades portuguesas
el 26 de junio pasado, entrevistadas por el periódico portugués "Diario de Noticias" del martes 27 de
junio de 2000, p. 23:

- Moisés Espirito Santo, sociólogo: "Para él, la identificación del actual Papa con el "obispo vestido de
blanco" del que habla el secreto revela un ‘culto a la personalidad' por parte de Juan Pablo II. `El Papa
se identificó con la figura vestida de blanco, tal vez debido a su edad y desaliento... pensando ser el
blanco de un designio divino', agregó el sociólogo".

- José Jacinto Farías, profesor de la Facultad de Teología y miembro del Consejo Científico de la
Universidad Católica de Lisboa: "La posición de Juan Pablo II en relación al mensaje debe ser
comprendida en el contexto de la idea que él mismo tiene de su misión. Para Jacinto de Farías, el Papa
posee "una conciencia muy aguda de su misión profética". Y subraya: "El no se ve solamente
como la cabeza de la Iglesia, sino también como un profeta, en el sentido de ser un lector de los
sucesos de la historia". El profesor considera que el pontífice se incluye entre los mártires del siglo
XX, aunque no haya muerto el 13 de mayo de 1981... "El Santo Padre tiene la clara percepción de
tener una misión profética, de tal manera que concentra en sí a la humanidad, y en este sentido
hace una nueva lectura, de toda la historia de este siglo, relacionándola consigo mismo".

Estas declaraciones, que tienen el mérito de la franqueza, (algo raro en la Iglesia conciliar...) recuerdan
ciertos pasajes de la Encíclica "Pascendi" del 8 de septiembre de 1907 y de la carta "Notre charge
Apostolique" del 25 de agosto de 1910, por las cuales San Pío X desenmascaraba la conducta y la
mentalidad de los modernistas y "sillonistas", fuertemente marcada por una especie de "iluminismo
profético", tan erróneo como peligroso, que hunde sus raíces en un inveterado orgullo y en una sed
insaciable de novedades, por lo tanto con un absoluto desprecio por toda la prestigiosa herencia del
glorioso pasado de la Santa Iglesia.
Pero glorificar la persona de Juan Pablo II implica también glorificar las orientaciones de un
pontificado que no ha cesado de alicar en todos los terrenos las "nuevas orientaciones
conciliares', así llegamos a la glorificación del mismo Concilio Vaticano II, con la ayuda de un
tercer secreto truncado al cual se ha dado un sentido exactamente opuesto al verdadero que
debe tener el tercer secreto completo: inversión verdaderamente pérfida, y detrás de la cual se
encuentra, sin duda alguna, el ;poder de las Tinieblas!

3°) ¿Cuáles son las causas profundas de una maniobra tan odiosa contra Fátima y el mensaje de
Nuestra Señora, por parte de las autoridades conciliares? Parece que podemos reducirlas a dos:
- Una ceguera intelectual y espiritual profunda, como castigo por la infidelidad de las almas
consagradas a su vocación sacerdotal o religiosa: vemos así realizarse literalmente lo que había
anunciado Nuestra Señora en la Salette, en el "Secreto de la Salette" confiado a Mélanie Calvat (19 de
setiembre de 1846):

"Los sacerdotes, ministros de mi Hijo, los sacerdotes, por su mala vida, por sus irreverencias y su
impiedad al celebrar los Santos Misterios, por amor al dinero amor al honor y los placeres, los sacerdotes
se han convertido en cloacas de impureza. Sí, los sacerdotes claman venganza, y la venganza está apunto
caer sobre sus cabezas. ¡Malditos sean los sacerdotes y las personas consagradas a Dios, que por su
infidelidad y su mala vida, ¡crucifican de nuevo a mi Hijo!" (..)

"Los jefes, los conductores del pueblo de Dios, han descuidado la oración y la penitencia y el demonio ha
oscurecido sus inteligencias; se han convertido en estrellas errantes que el viejo diablo arrastrará con su
cola para hacerlas perecer ". (..)

"En el año 1864, Lucifer y un gran número de demonios, serán desencadenados del infierno: ellos
abolirán la fe poco a poco, incluso entre las personas consagradas a Dios; los cegarán de tal manera que
ecial, estas personas tomarán el espíritu de los malos ángeles, varias casas religiosas perderán
completamente la- fe y arrastrarán con ellas a muchas almas".

- Una infiltración comunista muy importante en la Iglesia católica y en el interior del mismo Vaticano,
hasta los más altos puestos: En Tuy, el 13 de junio de 1929, Nuestra Señora había venido a pedir la
consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado. El Papa Pío XI fue puesto al corriente de este pedido
en los años 1930-1931 y se negó a cumplirlo. Como consecuencia de este rechazo, los terribles
castigos materiales anunciados en la segunda parte del secreto de Fátima, comenzaron a caer sobre el
mundo. Pero todavía hay algo peor: durante estos años, Moscú comienza a dar la orden de infiltrarse a
todos los Partidos comunistas del mundo en todos los seminarios católicos. En Francia, esta
infiltración comienza en 1936, según el testimonio de Henri Barbé: "Había en `Le Figaró' una columna
anticomunista firmada `XXX' que reveló aquello que `L'Humanité' oculta a sus lectores". La mayor parte
de estos artículos eran realizados por Henri Barbé, antiguo dirigente del aparato comunista
internacional. En uno de ellos dio algunas informaciones sobre la política del Partido, que
se remontaban a 1936, consistente en introducir a jóvenes militantes comunistas en los
seminarios" (Jean Madiran, revista 'Itinéraires ", N° 227 de noviembre de 1978, p. 151).

Esta política de infiltración fue organizada en gran escala: "en 1949, Pío XII había confesado que,
según su conocimiento, existían entonces alrededor de 2000 sacerdotes infiltrados en la Iglesia
por los comunistas. Y diez años más tarde, la policía de Informaciones Generales de París,
estimaba al menos en 300, el número de sacerdotes infiltrados en la Iglesia de Francia pertenecientes
al PC" (Boletín "Introibo", N° 4, 1974,p.7).

A la luz de estas informaciones se comprende mejor cómo se hizo posible la política de concesión a
cualquier precio frente al comunismo, más conocida con el nombre de "Ostpolitik", comenzada por
Juan XXIII a partir ... 1960: ¡el mismo año en que debía revelarse el tercer secreto! A cambio de estas
concesiones enormes, Juan XXIII no obtuvo más que "un gesto de buena voluntad" aparentemente
irrisorio: la liberación del Gulag y la salida hacia Occidente de monseñor Joseph Slipyi, Arzobispo de
Lvov de los ucranios. Sin embargo, este arzobispo creado cardenal en 1965, será el único grano de
arena que vendrá a trabar la bien aceitada máquina de la Ostpolitik vaticana. El cardenal Slipyi no
cesará de oponerse pública y oficialmente a esta política hasta su muerte en septiembre de 1984,
como da fe su "Testamento espiritual":

"La Sede apostólica romana, bajo la influencia y la dominación de los funcionarios de la Curia,
actuando quizá de buena fe, ha tomado desde 1970 una orientación política que produjo un
doloroso golpe a nuestra Iglesia de Ucrania y otro golpe todavía más fuerte a aquella parte de
nuestra Iglesia y de nuestro pueblo que se encuentra en el mundo libre. El mundo cristiano
entero es testigo de nuestras constantes advertencias y de los humildes argumentos, que hemos
expuesto al Papa Paulo VI, no habiendo sido tomados en consideración.
Es por eso que hoy una vez conocidos los documentos secretos relativos a los contactos entre
ostólica romana y el patriarcado de Moscú, documentos que tienen el carácter de condena a
muerte para la Iglesia ucraniana y que, al mismo tiempo, esclavizan a la Iglesia Universal de Xto.,
con el sucesor del Apóstol Pedro a su cabeza, una vez más suplico, ordeno y digo en testamento a
mi rebaño espiritual: `Caminad como hijos de la luz... y no toméis ninguna parte en las obras
estériles de las tinieblas, sino por el contrario condenádlas. Pues, lo que hacen en secreto, no
permite el pudor decirla' (Ef. V, 8-I1)":(Itinéraires, N° 304 de junio de 1986, ps. 89-90).

Queridos lectores: Al llegar al término de este estudio, no nos desanimemos, sino al contrario,
mientras las tinieblas se hacen más espesas por todas partes, redoblemos el esfuerzo y la generosidad
en la oración, la mortificación, la penitencia, la práctica de obras de caridad y de misericordia, a
imitación de los dos santos videntes Francisco y Jacinta Marto. Poniendo toda nuestra esperanza en la
promesa final del gran secreto del 13 de julio de 1917: "Al final mi Corazón Inmaculado triunfará ",
obremos como hijos de la luz, como nos exhorta el cardenal Síipyi, y Nuestra Señora de la Salette
misma, al final del secreto el 10 de septiembre de 1846:

"Yo dirijo un apremiante llamado a la tierra: llamo a los verdaderos discípulos del Dios vivo y reinante en
los Cielos. (...) Combatid, hijos de la luz, vosotros, pequeño número que comprendéis; pues he aquí el
tiempo de los tiempos, el fin de los, fines ".

Padre Fabrice Delestre - Priorato San Pío X - Lisboa, Portugal; 18 de julio de 2000

Aparición del Ángel de Portugal, en 1916, a los Tres Pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta

ORACIÓN del ÁNGEL

" ... Arrodillándose en tierra, inclinó la frente hasta el suelo y nos hizo repetir por tres veces estas
palabras:
`Dios mío, yo creo, adoro, espero y Te amo. Te pido perdón por los que no creen, ni adoran, ni esperan
y no Te aman. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en
reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los méritos
infinitos de Su Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María Te pido la conversión de los
pobres pecadores' .

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