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Unidad Docente Multiprofesional Introducción. La ciencia y la filosofía han abordado a lo largo de la historia del pensamiento y desde diferentes perspecti-
de Salud Mental (F. Goñi-Sáez).
Fundación Argibide (J. Tirapu-
vas epistémicas el problema mente-cerebro. La primera de ellas acota áreas específicas de la realidad y construye hipóte-
Ustárroz). Pamplona, Navarra, sis de corto alcance y múltiple conectividad intercientífica con el objetivo de validar modelos teóricos; la segunda extiende
España. su arquitectura sistémica al conjunto de lo real (incluida la actividad científica).
Correspondencia: Desarrollo. La complejidad del problema mente-cerebro exige generar un vínculo de conexión disciplinar entre la filosofía
Dr. Javier Tirapu Ustárroz.
Fundación Argibide. Iturrama, 7.
y la ciencia; nuestros presupuestos ontoepistemológicos se erigen, por lo tanto, en el marco de una filosofía orientada
E-31007 Pamplona (Navarra). científicamente (filosofía científica). Se defiende el materialismo emergentista como solución filosófico-científica coheren-
te y contrastable en contraposición a otras propuestas desarrolladas desde diferentes modelos ontológicos (por ejemplo,
E-mail:
javitirapu@ono.com dualismo interaccionista, funcionalismo, teoría de la identidad, epifenomenalismo...).
Aceptado tras revisión externa: Conclusiones. La respuesta al problema mente-cerebro sólo es factible desde una neurociencia cognitiva fundamentada
10.05.16. filosóficamente: el materialismo emergentista –postulado ontológico– afirma que la mente es una propiedad emergente
Cómo citar este artículo:
(novedad cualitativa) del cerebro; el realismo científico –postulado epistemológico– sostiene que la neurociencia cogniti-
Goñi-Sáez F, Tirapu-Ustárroz J. va es la herramienta teórico-experimental básica que posibilita el acceso cognoscitivo tanto al cerebro como a sus proce-
El problema mente-cerebro (I):
sos neurocognitivos. Consideramos que a partir de esta fundamentación filosófica, la neurociencia cognitiva adquiere le-
fundamentos ontoepistemológicos.
Rev Neurol 2016; 63: 130-9. gitimidad epistémica para acometer el estudio del proceso mental más genuinamente humano: la conciencia.
© 2016 Revista de Neurología Palabras clave. Filosofía de la ciencia. Filosofía de la mente. Materialismo emergentista. Mente-cerebro. Neurociencia
cognitiva. Realismo científico.
neuropsiquiatría, etc. Algunas de las teorías elabo las hipótesis enunciadas. La ontología y la episte
radas desde la filosofía de la mente se centran en la mología configuran dos de las ramas más relevan
naturaleza de lo mental, la interacción mente-cere tes –desde un punto de vista histórico– de la cons
bro, el estatus epistémico de las ciencias de la ‘salud trucción filosófica. La primera de ellas podría defi
mental’, la validez plus validación de la semiología y nirse como el estudio de la realidad y de sus carac
nosología neuropsiquiátricas, las reflexiones filosó terísticas más generales [8,9], y ensaya responder a
ficas sobre las técnicas de neuroimagen, etc. [6]. preguntas del tipo: ¿existe un mundo independien
En este primer artículo, defendemos dos hipóte temente de nuestro pensamiento?, ¿qué entidades
sis que se constituyen a partir de un presupuesto son reales?, ¿es la mente una entidad real o un mero
fundacional que sostiene (revisado en el siguiente constructo? La segunda rama constituye el estudio
apartado) la necesaria convergencia –consilience en de la cognición, el conocimiento y los constructos
la terminología de Edward Wilson [7]– entre cien (objetos conceptuales) con los que representamos
cia y filosofía: el mundo [10-12]; la pregunta nuclear de la episte
– El materialismo emergentista es la propuesta on mología ha sido, es y –muy probablemente– segui
tológica más coherente, sólida y fructífera de ca rá siendo: ¿es posible, factible, plausible el conoci
ra a promover programas de investigación teóri miento sobre el mundo exterior?
co-experimentales en las ciencias del cerebro. En Nuestros presupuestos ontoepistemológicos se
lenguaje más estrictamente filosófico, diríamos erigen en el marco de una filosofía orientada cientí
que el materialismo emergentista es la condición ficamente. En aras de la sencillez, emplearemos la
de posibilidad ontológica de la neurociencia cog fórmula filosofía científica para hacer referencia a
nitiva. una determinada interpretación del vínculo cien
– Los resultados experimentales, teorías y mode cia-filosofía que impone al pensamiento filosófico
los conceptuales elaborados desde la neurocien (construcción de sistemas racionales que ensayan
cia cognitiva confirman (realismo científico) la explicar la realidad) dos condiciones de estricta ob
validez de la propuesta ontológica del materia servancia: compatibilidad con el conocimiento cien
lismo emergentista como respuesta al problema tífico validado y contrastabilidad indirecta –vía cor-
mente-cerebro. pus científico– de sus modelos filosóficos [13].
La diferencia entre las dos epistemes presenta un
Los tres pilares conceptuales de nuestro discurso son, valioso matiz de complementariedad; mientras que
por lo tanto, el materialismo emergentista, el realis la ciencia acota áreas específicas de la realidad y
mo científico y la neurociencia cognitiva. construye-genera hipótesis de corto alcance y múl
Antes de finalizar esta breve introducción, pre tiple conectividad intercientífica con el objetivo de
sentamos una definición preliminar del cerebro que validar modelos teóricos, la filosofía extiende su ar
ensaya armonizar una visión cualitativamente dife quitectura sistémica al conjunto de lo real (incluida
rencial de tan compleja y singular realidad (recogi la actividad científica); ambas se demarcan y forta
da, por ejemplo, en una revista de notorio conte lecen a través de un continuo que halla en la reali
nido teológico como Scripta Theologica) con una dad su criterio ontológico de corroboración y en el
interpretación estrictamente naturalista, y promo conocimiento falible, progresivo, perfectible, repli
verla como guía básica de la presente exploración cable y validable su objetivo cognitivo último [14].
teórica: el cerebro es un órgano biológico que: a) El filósofo (de la mente) contemporáneo está obli
recibe información consciente e inconsciente del gado a responsabilizarse intelectualmente de la ma
medio interno (cuerpo) y externo (ambiente), b) los duración de la actividad productiva de la comuni
integra entre sí y los une con mis experiencias sub dad científica a la hora de formular sus hipótesis
jetivas, c) generando un patrón cognitivo y emocio ontológicas; es decir, sus construcciones conceptua
nal (proceso mental) para d) emitir una respuesta les deberían encajar (ser compatibles) con los cono
y que e) en la actualidad puede ser observado con cimientos validados por la neurociencia cognitiva
técnicas científicas. [15,16]. El neurocientífico está obligado a reflexio
nar críticamente sobre las condiciones de posibili
dad (de existencia real) de las entidades, propieda
Desarrollo des y procesos que están insertos en sus modelos y
teorías, y sobre la viabilidad de su disciplina para
En este primer artículo, centraremos nuestro dis describir, explicar y predecir estados presentes y fu
curso en la exposición y análisis de los presupuestos turos de su objeto de estudio [17,18]. Consideramos
ontoepistemológicos que vehiculan la defensa de que la convergencia ciencia-filosofía proporciona
un inspirador contexto de trabajo intelectual que ce tal interacción no han alcanzado por el mo
promueve el progreso interdisciplinar en la empresa mento un estatus epistémico suficientemente co
común y fascinante de descifrar la realidad. herente como para incardinarse en algún modelo
neurocientífico. A pesar de no contar con aval
Soluciones planteadas ante científico alguno, el dualismo interaccionista per
el problema mente-cerebro manece inserto de forma nervuda en las raíces
ideológicas de nuestra Weltanschauung [31].
Todas las respuestas filosófico-científicas que se han
enunciado a lo largo de la historia del pensamiento Por su parte, el monismo ha sido concretado en las
se incardinan velis nolis en uno de los dos grandes siguientes concepciones:
modelos ónticos de la realidad: el monismo [19] (la – Idealismo: toda la realidad es mental/ideal. Esta
realidad está compuesta por una única sustancia) y tesis es indefendible desde un enfoque científico;
el dualismo [20] (existen dos entidades ontológicas si fuera asumida como verdadera, los físicos ató
diferentes y –en principio– independientes: lo men micos, por ejemplo, se verían obligados a estu
tal y lo material). Iniciemos este breve recorrido diar, analizar y explorar ideas (el constructo áto
por los diferentes tipos de dualismo: mo) en lugar de objetos materiales (las propieda
– Dualismo platónico/animismo: la entidad espiri des y el comportamiento del átomo). La obra fi
tual (alma-mente) controla, anima, causa y/o losófica que recoge de forma más exacta y ex
afecta a la entidad material. No en vano, si bien haustiva el dictum idealista es La fenomenología
lo material tiende a perecer, el alma, como narra del espíritu de Hegel [32].
Platón –vía Sócrates– en el diálogo Fedón, pue – Monismo neutral: la realidad está constituida
de retornar al mundo de las ideas y seguir exis por una sustancia neutral. La ambigüedad con la
tiendo [21]. La tesis presenta un evidente cariz que se enuncia la tesis nuclear de este modelo
místico-teológico. ontológico [33] bloquea velis nolis su traducción
– Paralelismo psicofísico: la mente y la materia son a enunciados teórico-experimentales. No en vano,
dos entidades totalmente disímiles, autónomas e la reconocible claridad expositiva y argumental
independientes, cuya actuación se da en paralelo de Bertrand Russell [34,35] se torna opaca y os
y de modo sincronizado (no existe interacción cura cuando el lógico-filósofo británico plantea la
real entre ellas). Entre los siglos xvii y xviii, el validez de la hipótesis del monismo neutral [36].
filósofo-matemático Gottfried Leibniz defendió – Materialismo eliminativo o conductismo filosófi-
esta concepción al postular que alma y cuerpo co: los enunciados sobre lo mental carecen de
no sólo existen de forma independiente, sino que sentido, o bien porque tal entidad (mente) no
están gobernadas por leyes distintas [22,23]. No tiene existencia real –nada es mental– (conduc
resulta viable formular una hipótesis neurocien tismo ontológico), o bien porque al no ser posi
tífica empíricamente contrastable con la defensa ble emitir un juicio sobre su existencia (conduc
de este supuesto. tismo metodológico) la ciencia debe evitar hacer
– Epifenomenalismo: todo suceso, estado o proce uso de enunciados que la asuman como objeto
so mental es un epifenómeno (fenómeno deriva de estudio. Watson y Skinner promovieron el
do o dependiente) de un suceso, estado o proce desarrollo de la psicología científica sobre este
so cerebral [24,25]. Uno de los primeros y más pilar ontológico [37-39]; sin embargo, su modelo
ilustres defensores del epifenomenalismo fue el quedó sesgado ab initio al ser incapaz de con
biólogo evolucionista T.H. Huxley [26]. La forma ceptualizar los procesos neurocognitivos [40].
en la que se relaciona el fenómeno dependiente – Materialismo fisicalista o teoría de la identidad:
(mental) con el hecho (cerebral) del que depende la mente es el cerebro. Los conceptos mente y
es un misterio todavía sin resolver [27]. cerebro hacen referencia a una misma y única
– Dualismo interaccionista: la mente y el cerebro entidad que presenta –al igual que toda entidad
son dos sustancias diferentes y autónomas que real– una estructura exclusivamente física. Al
tienen la potencialidad de interactuar entre sí. Si reducir la realidad in toto a una sola dimensión
bien la primera formulación sistemática de esta (física), el materialismo fisicalista no explica, por
propuesta se la debemos al filósofo francés René ejemplo, los procesos evolutivos legaliformes
Descartes [28,29], su actualización contemporá que han provocado la emergencia de distintas
nea ha sido articulada por el filósofo de la ciencia –más relacionadas– especies biológicas [41]. Los
Karl Popper y el neurofisiólogo John Eccles [30]. trabajos que más fielmente ilustran la teoría de
Las hipótesis que ensayan explicar cómo aconte la identidad pertenecen a los filósofos australia
nos U.T. Place y J.J.C. Smart, y al filósofo alemán objeto en la realidad que pueda ser identificado
H. Feigl [42-44]. como referente del objeto conceptual ‘mente’.
– Funcionalismo (algunos autores lo incluyen en la El monismo materialista de Bunge estratifica la
clase ‘dualismo’ [45]): los estados mentales son realidad (exclusivamente material) en diversos ni
estados funcionales; su acontecer es indepen veles: físico, químico, biológico, social... [9]; por lo
diente de los estados cerebrales concretos que tanto, si bien todo lo real es material, no todo lo real
los provocan. Es decir, esa función (software) es físico (contra la postura reduccionista del fisica
puede ser implementada por otro soporte físico lismo).
–no cerebral– (hardware). El funcionalismo pri El corolario del primer postulado es: la mente
ma la función cognitiva y obvia –de forma acien –para tener existencia real– o es un objeto mate
tífica– el estudio del sistema nervioso central [41]. rial (hecho incompatible con el conocimiento ac
Los principales autores son H. Putnam, J. Fodor tual de la neurociencia) o pertenece –como compo
y D. Lewis [46-48]. La asunción ad litteram de nente o propiedad– a un determinado objeto mate
esta tesis obligaría a los neurocientíficos a susti rial. Aceptaremos por el momento la segunda op
tuir el estudio del cerebro humano por el estudio ción sin más concreción.
de sistemas computacionales abstractos.
– Emergentismo: la mente ha emergido de la evo Segundo postulado
lución del cerebro [49-51]. De entre todos los ‘Todo objeto real es un sistema o un componente
autores que con diferentes modelos han elabora de un sistema’. Si el primer postulado negaba la po
do una solución emergentista al problema men sibilidad de que la mente fuera un objeto real, en
te-cerebro (v. gr., J. Searle, J.L. Pinillos, J. Monse este segundo se niega –por argumento deductivo–
rrat…), hemos elegido como guía ontológica de que sea un sistema [9,14].
nuestro proyecto científico-filosófico el materia Bunge emplea el concepto ‘sistema’ para repre
lismo emergentista de Mario Bunge, porque aúna sentar ‘una cosa compuesta de partes que no son
en una sólida construcción sistémica las dos epis mutuamente independientes; que, por el contrario,
temes de la filosofía científica. se encuentran interconectadas’ [9]. Los distintos
niveles de la realidad posibilitan la existencia de di
Materialismo emergentista ferentes tipos de sistemas: físicos, químicos, bioló
gicos, sociales... Una pregunta que surge de forma
Si bien el sistema filosófico construido por Mario súbita al analizar la definición de Bunge es cómo
Bunge tiene como objeto de estudio la totalidad de podemos distinguir un sistema de una mera acu
la realidad [8-12,52-55], en este artículo nos centra mulación de elementos: según el filósofo, la condi
remos exclusivamente en la solución que ofrece el ción más significativa que permite su identificación
materialismo emergentista cuando se enfrenta al precisa es que todo sistema posee al menos una
problema mente-cerebro [4,56]. Revisaremos con cualidad –propiedad– nueva y diferente a las ya po
cierta minuciosidad los tres postulados capitales de seídas por sus componentes [57]. Por ejemplo, un
la ontología científica del filósofo argentino. determinado sistema de redes neuronales corticales
–denominado ‘cógnito’ por el neurólogo Joaquín
Primer postulado Fuster [58]– posee al menos una cualidad (proceso
‘Un objeto es real (tiene existencia real independien mnésico) que no posee ninguno de sus componen
temente de la actividad cognitiva del observador) si tes aislados (neuronas).
y sólo si es un objeto material. Ergo la realidad es el Como veremos en el siguiente y último postula
conjunto de todos los objetos materiales’ [8,9]. Iden do, a las propiedades nuevas de un sistema deter
tificado un objeto X, podemos afirmar que o bien es minado se les llama propiedades emergentes.
un ente real –objeto material– (por ejemplo, cere El corolario del segundo postulado es: si la men
bro), o bien es un objeto conceptual dependiente de te no es ni un sistema (por ejemplo, sistema de re
la actividad cognitiva de un ser humano (por ejem des neuronales) ni un componente de un sistema
plo, modelo teórico sobre el cerebro). (por ejemplo, neurona) sólo resta la posibilidad de
Este primer postulado –de evidente carácter ma que sea una propiedad de un sistema.
terialista– refuta a fortiori el dualismo psicofísico
esgrimido por el interaccionismo, el epifenomena Tercer postulado
lismo, el paralelismo psicofísico y el animismo. No ‘Todo sistema posee al menos una propiedad emer
es ontológicamente viable la defensa de una mente gente’. Advertimos en el postulado segundo que la
inmaterial que tenga existencia real; no hay ningún emergencia es una categoría ontológica, es decir, es
un proceso a través del cual se originan las innova ce [60]. El funcionalismo yerra tanto al aislar y en
ciones cualitativas (por ejemplo, procesos menta capsular la actividad neurocognitiva como al pri
les) y que posibilita que un conjunto de elementos mar una analogía epistemológica (cerebro-ordena
(por ejemplo, neuronas) pueda diferenciarse como dor) por encima de una entidad real (cerebro qua
sistema (por ejemplo, red neuronal) [41,49,56]. sistema neurobiológico producto de la evolución).
En relación con el problema mente-cerebro, de
fendemos que ‘lo mental’ no es una propiedad de Antes de presentar la propuesta epistemológica
una mente inmaterial, sino un conjunto de propie (realismo científico) que constituye nuestra segun
dades emergentes (novedad cualitativa) de sistemas da hipótesis fundacional, dedicamos el siguiente
neurobiológicos altamente complejos producto del apartado a describir tres experimentos mentales di
proceso evolutivo (hecho que obvia el reduccionis rectamente relacionados con las soluciones arriba
mo fisicalista). Al constituirse existencialmente co planteadas y originados desde la reflexión de la filo
mo propiedades de un objeto real-material, son pro sofía de la mente.
piedades materiales; sin embargo, no son propieda
des físicas [56]. Las propiedades neurobiológicas Experimentos mentales en filosofía de la mente
tienen una estructura legaliforme singular que no
puede reducirse a las leyes de la física. Implica un El experimento mental es una herramienta metodo
sofisma epistémico el intento de explicar la estruc lógica de naturaleza lógico-conceptual que tiene dos
tura legaliforme de un nivel determinado de la rea objetivos nucleares [61]: investigar –desde la pura
lidad –por ejemplo, neurobiológico– con las leyes abstracción– las dimensiones de lo real, y generar
de otro nivel –por ejemplo, cuántico–; conceptos –mediante razonamiento lógico– un experimento
como ‘cerebro cuántico’ suponen un acto epistémi exclusivamente teórico-conceptual (irrealizable a
co fallido; cometeríamos el mismo error argumen nivel práctico) cuyas consecuencias pueden ser ar
tal si explicáramos los conflictos sociales (nivel de güidas como prueba –indirecta– para defender o
sistemas sociales) vía la interacción electroquímica refutar la validez de teorías elaboradas desde dife
de las neuronas [57]. rentes disciplinas (por ejemplo, física, matemática,
Por tanto, los estados mentales son propiedades filosofía...). Algunos ejemplos paradigmáticos que
emergentes de cerebros altamente evolucionados nos ha legado la historia del pensamiento occidental
(proceso ontofilogenético); no pueden ser identifi son: La posición original, de J. Rawls, y El contrato
cados indistintamente con el cerebro. Contra la teo social, de Rousseau (teoría política); Cerebro en una
ría de la identidad, defiende Bunge que no podemos cubeta, de H. Putnam, y Mito de la caverna, de Pla
equiparar mente y cerebro; cometeríamos el mismo tón (teoría del conocimiento); El gato de Schröndin-
error que si identificáramos como iguales: estóma ger y La paradoja de los gemelos, de Einstein (física
go y digestión, pulmones y respiración, etc. [41,56]. teórica); El dilema del tranvía –varios autores– y El
El corolario del tercer postulado es: todos los es violinista, de J.J. Thomson (ética); etc.
tados, sucesos y procesos mentales son estados, su En las siguientes líneas expondremos brevemen
cesos y procesos en los cerebros de vertebrados te tres célebres experimentos mentales que han ge
superiores; estos estados, sucesos y procesos son nerado (y siguen generando en la actualidad) un
emergentes con respecto a los de los componentes número ingente de discusiones, debates, refutacio
celulares del cerebro [8,9,41,56]. El materialismo nes, confirmaciones, comentarios... Los tres expe
emergentista armoniza en su teorización la defensa rimentos asumen como principio impulsor de su
de una única sustancia autónoma (materia/cerebro) génesis la singular relevancia del problema mente-
con la demostración –científicamente contrastada– cerebro: la máquina de Turing, la habitación china
de distintas propiedades emergentes (como dirían de Searle-Penrose y el murciélago de Nagel.
los materialistas clásicos, diferentes formas de dar
se el ser). Algunas de éstas –como correctamente La máquina de Turing
ha modelizado la neurobiología evolutiva– son no El matemático y lógico inglés Alan Turing planteó
vedades cualitativas evolutivamente desarrolladas en un célebre artículo publicado en la revista Mind
de sistemas biológicos concretos (por ejemplo, fun en el año 1950 una tan inquietante como herética
ciones ejecutivas). Sus leyes –no transferibles ni cuestión [62]: ¿pueden pensar las máquinas? Antes
intercambiables con otros niveles de la realidad– de enunciarla abiertamente ante la comunidad cien
son uno de los objetos de estudio primario tanto de tífica, había dedicado gran parte de su reflexión in
la Evolutionary Developmental Biology (Evo-Devo) telectual a idear un dispositivo de computación
[59] como de la Evolutionary Cognitive Neuroscien- –‘máquina de computación lógica’– que fue bauti
zado como Turing machine; según el genio británi pensar), entonces tal actividad-proceso no puede
co, la máquina universal de Turing sería capaz de ser exclusiva ni del ser humano ni del cerebro de
implementar cualquier algoritmo. éste, y puede ser implementada por un computador
La pregunta formulada en el artículo de 1950 artificial [63].
promovió el debate intelectual sobre la validez de
atribuir a un dispositivo computacional (no huma La habitación china de Searle-Penrose
no) una propiedad-capacidad que había sido identi El desafío intelectual lanzado por Turing a la tesis
ficada históricamente como patrimonio exclusivo de la ‘singularidad cognitiva’ de nuestra especie
(o casi exclusivo) de nuestra especie. Turing era puede ser acotado en la siguiente pregunta: ¿es la
consciente de que los dos conceptos sobre los que mente humana (los procesos mentales) equivalente
pivota la cuestión son extremadamente complejos –desde un punto de vista ontológico– a un progra
(pensar y máquina); por tal motivo, propuso un jue ma de ordenador (software)? Si la formulación se
go –el juego de la imitación– conocido como el test originó a partir de un experimento mental (test de
de Turing, que posibilitaba –según el matemático Turing), la consiguiente respuesta halló su plasma
inglés– formular de forma indirecta la cuestión ini ción lógico-conceptual en otro ilustre experimento
cial-nuclear de si pueden pensar las máquinas [62]. mental: la habitación china (desarrollado origina
El juego consta de tres jugadores: un hombre (H), riamente por el filósofo John Searle [64] y populari
una mujer (M) y un interrogador/juez (I) –hombre zado por el físico-matemático Roger Penrose [65]).
o mujer–. Condición preliminar: I no ve a los otros La idea nuclear que subyace al experimento sos
dos jugadores; de hecho, recibe las respuestas de H tiene que la simulación de un proceso mental –rea
y M escritas a máquina. Objetivo del juego: I debe lizada por un computador X– no puede ser iguala
decidir acertadamente –con la única información da eo ipso al proceso mental –producto de un cere
que le aportan las respuestas a sus preguntas– bro humano Y– simulado.
quién es el hombre y quién es la mujer. Detalle rele Describimos a continuación los elementos más
vante: M intenta ayudar al interrogado; H trata de significativos de la habitación china [64].
engañarle. – Primera parte del experimento. a) Un grupo de
La modificación sustancial que plantea Turing ingenieros informáticos ha creado un programa
en este juego de la imitación consiste en sustituir a que permite a un computador simular que en
H por una máquina (Ma). Este cambio permite a Tu tiende chino. Si al computador se le formula una
ring equiparar la pregunta original (¿pueden pensar pregunta (input) en chino, producirá –tras cote
las máquinas?) con la pregunta secundaria: ¿el inte jar la información recibida con su base de datos–
rrogador se equivoca con la misma frecuencia respuestas (output) adecuadas a tales preguntas;
cuando juega Ma que cuando juega H? La conclu b) Las respuestas del computador son tan bue
sión en lenguaje de Turing sería: si la frecuencia de nas como las de un hablante nativo chino. Pre
errores del interrogador es sensiblemente la misma gunta de Searle: según a y b, ¿entiende chino el
en la situación A (cuando se enfrenta a una máqui computador?; ¿entiende literalmente chino, de la
na ‘engañadora’) que en la situación B (cuando se misma forma que lo entienden los hablantes del
enfrenta a un hombre ‘engañador’), entonces la má idioma chino?
quina puede pensar; porque I no es capaz de dife – Segunda parte del experimento. Imagine el lec
renciar entre H y Ma. tor que Searle propone encerrarnos (a usted y a
Otra versión de este juego consiste en que el mí) en una habitación en la que podemos encon
juez/interrogador –mediante el mismo método ex trar diversas cestas llenas de símbolos chinos;
plicado en las líneas anteriores– logre diferenciar llamémosla la habitación china. Se nos propor
entre un ser humano y una máquina un número ciona (dando por supuesto que ni usted ni yo en
significativo de veces (por ejemplo, X > 70%). tendemos el idioma chino) un manual de reglas
La reflexión de Turing generó algunas especula en castellano para manipular esos símbolos chi
ciones interesantes en torno a la cuestión mente- nos. Estas reglas detallan de manera puramente
cerebro, al tiempo que estableció las bases teóricas formal (en términos de su sintaxis, obviando la
del funcionalismo [46]. Si un ser humano –juez– semántica) cómo deben manipularse los símbo
no es capaz de diferenciar a un ser humano de una los. Supongamos, dice Searle, que a nuestra ha
máquina en una actividad-proceso que pondría ser bitación llegan del exterior símbolos chinos nue
definida como pensar (tendríamos que acordar –he vos al tiempo que se nos proporcionan reglas
cho que no resulta nada sencillo– que lo que hacen adicionales para devolver al exterior símbolos
la máquina y el ser humano es inequívocamente chinos. Usted y yo lo desconocemos, pero los
miendo que las teorías científicas son de facto 17. Gazzaniga M, ed. The cognitive neurosciences. Cambridge, MA:
aproximadamente verdaderas o suficientemente MIT Press; 1995.
18. Gazzaniga M, ed. Conversations in the cognitive neurosciences.
cercanas a la verdad. El hecho de que las teorías Cambridge, MA: MIT Press; 1996.
y modelos neurocientíficos actuales se aproxi 19. Schaffer J. Monism: the priority of the whole. Philos Rev 2010;
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Respaldados por esta concepción de la ciencia en 26. Huxley TH. On the hypothesis that animals are automata,
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Gredos; 1987.
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Introduction. Throughout the history of thought, science and philosophy have addressed the problem of mind-brain from
different epistemic perspectives. The first covers specific areas of reality and constructs hypotheses with limited scope and
multiple inter-scientific connectivity with the aim of validating theoretical models; the second extends its systemic architecture
to all that is real (including scientific activity).
Development. The complexity of the mind-brain problem requires the generation of a link connecting the disciplines of
philosophy and science; our onto-epistemological presuppositions therefore fall within the framework of a scientifically-
oriented philosophy (scientific philosophy). Emergentist materialism is defended as a coherent and verifiable philosophical-
scientific solution, as opposed to other proposals developed on the basis of different ontological models (for example,
interactionist dualism, functionalism, theory of identity, epiphenomenalism, and so on).
Conclusions. An answer to the mind-brain problem is only feasible if based on a philosophically grounded cognitive
neuroscience: emergentist materialism –an ontological postulate– holds that the mind is an emergent property (qualitative
novelty) of the brain; scientific realism –an epistemological postulate– holds that cognitive neuroscience is the basic
theoretical-experimental tool that allows cognitive access to both the brain and its neurocognitive processes. We consider
that on the basis of this philosophical reasoning, cognitive neuroscience acquires epistemic legitimacy to be able to
undertake the study of the most genuinely human mental process: consciousness.
Key words. Cognitive neuroscience. Emergentist materialism. Mind-brain. Philosophy of science. Philosophy of the mind.
Scientific realism.