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:
M/W
1
1
ரே
AVENTURAS

DR

ROBINSON

GRUSO ,
TRADUCIDAS DEL FRANCÉS .

Barcelona.
IMPRENTA DE J. VERDAGUER .
1838 .
!
ROBINSON CRUSOE .

NOVELA.
?
16

AVENTURAS

DE

ROBINSON

CRUSOE
TRADUCIDAS DEL FRANCÉS.

sepe
I

BE
N
D

BARCELONA.
IMPRENTA DE J. VERDAGUER .
en la Rambla nº. 83.
1837 .
E
tghiso1901
AVENTURAS

DE
1

ROBINSON CRUSOÉ.

ITULO
CAPITULO I.

Robinson hace la relacion de sus primeras faltas.

I ba descendiendo ya el sol bácia el


horizonte, y esparcia con magnificen
cia sus postreros rayos sobre los ma
res que bañan las costas de la Ame
rica ; un ligero viento templaba el ca
lor , que habia sido excesivo en el
medio dia , é impelia harto rápida
mente sobre las olas un bajel , proce
dente de San Salvador , puerto del
Brasil , y que debia restituirse a las
costas de Guinea , en Africa , para ha
6 AVENTURAS DE
cer allí el comercio de negros. Este
barco , cargado de quincalleria , y ar
mado de seis cañones , iba montado
por catorce hombres, incliuso el jpa
tron , su hijo , y el que velaba sobre
los intereses de las personas á cuyas
espensas se habia tripulado el navio .
Se llamaba Robinson Crusoé este úl
timo . Estaba sentado en el puente ,
у tenia visos de estar embebido en
melancólicas y profundas reflexiones.
Hallándose el patron con algunosains
tantes de sosiego , llegó á colocarse al
lado suyo , y le dijo : i y bien ! señor
Ingles ( porque la gente que formaba
la tripulacion llamaba asi á Robinson ,
que en efecto habia nacido en Ingla
terra ) , iy bien ! ique dice Vm. de
nuestro viage? ¿ No ha dado princi
pio de ua modo que nos hace espe
rar que el curso suyo será dichoso ?
Hace -ya doce dias que estamos en
ROBINSON CRUSOE. 7

el mar , y no hemos esperimentado


ni siquiera un simple obstáculo .
Aguardemos, dijo Robinson ; un mo
mento desgraciado puede hacer ol
vidar años enteros de prosperidad.
Ah ! ah ! repuso el Portugués , tie
ne Vm . hoy ideas bien tétricas. –
Nace de que este dia me trae efec
tivamente á la memoria dolorosos re
cuerdos. -¿ Como es eso ? - Siete
años hace hoy..... sí , hoy mismo ,
siete años que , por un efecto de la
mas abominable ingratitad , abando
né al mejor de los padres y á la mas
tierna de las madres. – Peor , que
peor, Señor Robinson ; semejantes
recuerdos no sirven de agradables
compañeros en los viajes . Pero es Vm .
jóven , y volverá á ver su patria ; sus
padres vivirán , se echará á sus pies ,
Je perdonarán, y será feliz todavia.....
Vaya , vaya , no pensemos mas en
8 AVENTURAS DE
esto . - Mi ánimo seria abrazar el
consejo de Vm. , replicó Robinson ;
pero como paso todo el año en hacer
me sordo á mi yerro , es cosa justísi
ma que destine á lo menos un dia
al arrepentimiento , y no sé porqué
la afliccion que me abruma en este
dia es mas fuerte que la que esperi
menté hasta ahora : me parece que
estoy amenazado de alguna calami
dad mayor. - Unicamente el pesar
le tiene agitado á Vm. , dijo el capi
tan ; pero anímese y tenga esperanza ;
pues su padre le bendecirá . – Triste
de mí ! repuso Robinson , no dudo de
su bondadoso corazon , y lo tengo es
perimentado millares de veces ; me
consta que si tengo la fortuna de vol
verle á ver , me apretará todavia en
sus brazos; pero aun cuando me ha
ya dicho : yo te perdono į podré
perdonarme á mí mismo el mal que
ROBINSON CRUSOE . 9

le he . causado , la amargura que he


derramado , sobre sus ancianos dias ,
y las lágrimas que tengo arrancadas
de sus ojos ? A lo menos si yo hubie
ra tenido algun motivo para abando
nar la casa en que 'tan profusamente
acariciaron á mi infancia ! Pero tan
lejos de esto , me hallaba grandísima
mente , y me fastidié de una muy
perfecta felicidad : es el hombre tan
poco sensato en sus deseos ......
« Nací en la ciudad de Yorck , de
Inglaterra. Mi padre , despues de ha
ber formado un decente caudal por
medio del comercio , se retiró á una
linda casa de campo , para pasar alli
una vejez exenta de trabajos y zozo
bras. No tenia el casi mas que cin
cuenta años , y podia esperar vivir
todavia otros muchos. Era yo hijo
único suyo , y mi padre reunia en mí
sus masqueridosafectos. Si se,regoci
1*
AVENTURAS DE

jaba de haberse formado unas dulces


conveniencias ; era más por respeto
á mí que á sí mismo. Robinson , me
decia mi padre , si eres prudente ,
puedes ser el mas afortunado de los
hombres ; no tendrás nada que apete
cer de cuanto es necesario , y no te
verás suficientemente encumbrado pa
ra servir de estímulo á la envidia .
«Ay de iní! hablaba mi padre á
un hombre que no era digno de aque
lla dicha que él le habia preparado.
Un genio inquieto y ansioso me mar
tirizaba desde el instante en que se
habia formado mi razon ; y el deseo
de embarcarme y ver lejanos paises
me dominaba únicamente . Atrevime
á hablar de ello : y mis primeras pa
labras sobre esta materia dejáron
consternada toda in casa . Vi las lá
grimas de mi madre . Esto hubiera
debido cerrarme la boca sobre este
ROBINSON CRUSOE .
artículo para siempre ; pero volví
mil veces a él , y no temi ofender el
corazon de los mejores padres . El
mio , que al principio me habia ame
nazado con su ira , tentó con discur
sos arrancar de mi cabeza el mas lo
co antojo que podia entrar en ella :
hízome una pintura halagueña de la
posicion en que la Providencia me
habia colocado , y me convenció de
que , en cualquiera parte que yo me
detuviese , y á cualquier grado de
fortuna que me viese elevado , no vol.
veria á hallar nunca lo que iba á
abandonar. ¿ Y que quieres ir á bus
car tan lejos ? prosiguió ; į te discurres
encontrar allí mas paz que en esta ca
sa , y mas cariño que al lado de tu
madre ? Deja , hijo mio , deja á los
aventureros el trabajo de buscar una
fortuna que les falta , y disfruta de la
que Dios permite que yo te deje . Te
12 AVENTURAS DE
atormenta tu imajinacion , ó por me
jor decir , estás fatigado de tu ociosi
dad . Pues bien , abraza una profesion ,
toma un empleo. No tienes necesidad
de ello , eres rico . Si no necesitas de
tu patria , ella necesita de tí ; otros
infinitos la sirven por interés , sírvela
túpor honor ; es una obligacion tuya .
Nada te digo de nosotros , hijo mio ;
pero ¿ puedes creer que te veremos
partir sin sentimiento ? ¿ Has pensado
en las penas que esperimentaremos
cuando ya no te volvamos a ver en
esta casa ? En ella estaremos solos ,
abandonados, y morirémos sin ben
decirte , ni cerrársenos los ojos por
tus manos. Cualquiera que sea la pu
sadumbre que nos des , te encomen
darémos en nuestras oraciones ; pero
ten cuidado en ello , no te bendecirá
Dios , como nosotros, lo desearémos ;
esperimentarás entonces todo elpesar
ROBINSON CRUSOE. 13

de haber menospreciado nuestros con


sejos ; y , si estás condenado á no vol
vernos á ver nunca , te perseguirá por
toda la tierra la memoria de tu fal
ta , acompañándote en los dias de
tu vejez .3

« De esta manera me habló mi pa


dre. Vime fuertemente conmovido
con ello ; se me saltaron algunas lá
grimas ; me creyeron enteramente cor
regido de mi loco error ; creí yo mis
mo , por el pronto , haber abandona
do sinceramente el proyecto de via
jar ; pero las quimeras que habia
alimentado en mi ánimo hacia ya
tanto tiempo, se despertaron poco á
poco , y me dominaron como ante
riormente. Deseché cuanto se me

propuso en materia de una profesion ;


ya mas que de mal humor los
cuerdos consejos que se me daban , y
aun hice la amenaza de abandonar la
14 AVENTURAS DE
casa paterna , si mi padre me negaba
su licencia . Se endureció mi corazon ,
y no tuve ya miramiento ninguno con
el pesar de mi madre .
« Quizas hubiera tardado yo toda
via mucho tiempo en ejecutar el de
signio de huir si la ocasion no se hu
biera presentado por sí misma . Ha
llándome un dia en Hull , á donde ha
bia ido sin mala intencion ninguna ,
encontré allí á uno de mis camara
das , que estaba para partir por mar
á Londres en el barco de su padre.
Convidome á que le acompañara , y
para inducirme mejor á ello , me tu
vo el acostumbrado lenguage de los
marinos ; que mi travesia no me cos
taria nada . Con esto , no consulto ya
con mis padres ; no me tomo la mo
lestia de noticiarles mi paradero ; po
seido de gozo , me restituyo á bordo
del barco , y bien presto creo colma
ROBINSON CRUSOE . 15
dos mis deseos al verine distante de
la playa . Este dia , el mas aciago de
los de mi vida , fué el 1 de setiembre
del año de 1651. Hace siete años ,
como se lo llevo dicho á Vm . , y me
hallaba entonces en los veinte mios .
« No permanecí mucho tiempo sin
esperimentar pesares ; una borrasca
que nos cojió en la travesia , y que
nos hizo ver cercana la muerte , me
pareció un castigo del cielo , y me
infundió un ardiente deseo de volver
á la casa paterna , desde que se me
presentase una facilidad para ello. Por
desgracia se desvanecieron con la bor
rasca estas buenas ideas. Habiendo
la
llegado a Londres , me pasee por
ciudad sin saber mucho cual seria mi
paradero ; me bastaba una muy lige
ra ocasion para restituirme al lado de
mis padres , como me bastó otra igual
para conducirme hacia las costas de
16 AVENTURAS DE
la Africa. Lo que me tenia en mi ir
resolucion , dimanaba entonces me
nos de aquel deseo de viajar que me
habia atormentado tanto , que de la
vergüenza que yo tendria que sufrir
al volver á ver á mis padres y demas
jentes de la vecindad. Me parecia que
iban á señalarme con el dedo á mi
vuelta , y que nunca me dirian una
palabra sin acompañarla de alguna
reconvencion .
Mientras que deliberaba yo sobre
la resolucion que debia abrazar , su
pe que un navio estaba en vísperas de
hacerse á la vela para las costas de
Guinea . Las gentes que me hablaban
de este viaje , me le pintaban con los
mas agradables colores, y me mostra
ban la fortuna por aquel lado , como
la cosa mas asequible del mundo. Lo
que me decidió fuera de esto , es que
hice conocimiento con el capitan del
ROBINSON CRUSOE. 17

navio , y que tuve suficiente tiempo


para convencerme de que era un hom
bre honrado y lleno de franqueza. Pú
seme sin dificultad bajo su salvaguar
dia . Me dió escelentes consejos que
tuve el buen espíritu de seguir : puse
á la aventura una cantidad que era , á
la verdad , corta , pero que se multi
plicó mucho con la probidad y desin
terés del capitan . Díjome los jéneros
que yo debia llevar , y como debia
utilizarlos . Por lo mismo me salió to
do á pedir de boca , y á mi vuelta de
la Africa , balléme poseedor de una
cantidad de trescientas libras esterli
nas ( 4 ). Sugiriéndome este acierto
vastos proyectos, para los que no me
hallaba habilitado , me precipitó há
cia mi ruina. En vez de volver al la
do de mi padre en busca de mi per
fuertes con
( 1 ) La libia esterlina vale 5 pesos
corta diferencia,
18 AVENTURAS DE
don , volví á embarcarme de nuevo
para la Guinea , con la esperanza de
hacer una rápida fortuna , y volver
despues á mi pais con lo que yo la
maba mas honor. Me castigó Dios por
este afecto ambicioso que me hacia
olvidar los de la naturaleza : nuestra
navegacion fué estremadamente mala
en esta vez, y cuando estábamos entre
las islas Canarias y las costas de Afri
ca , nos asaltó un corsario turco de
Salé , mucho mas fuerte que nosotros,
y que, despues de un tenaz combate,
se apoderó de nuestro barco , y nos
redujo á esclavitud.
« Caí en repartimiento al capitan
turco , que me llevó á Salé, puerto
perteneciente a los Moros. Mi condi
cion , en esta cautividad , no fué tan
horrorosa como yo me la habia espe
rado; pues mi patron era hombre
humano. Me llevó a su casa de cam
ROBINSON CRUSOÉ. 19

po , que estaba á orillas del mar , y


me dió el encargo de cultivar el jar
din . Iba yo tambien algunas veces á
la pesca con él , ó con algun criado

suyo. Esta ocupacion que me gustaba


en estremo , me proporcionó la espe
ranza de recuperar mi libertad : pa
ra cuya empresa era necesario mucho
valor , de que no carecia yo ; y por
otra parte , pensaba que tanto valia
morir como vivir esclavo . Esperé por
espacio de dos años enteros la dichosa
ocasion que debia restituirme á mi
natural libertad ; presentóse ella por
último , y no la malogré.
( Habiendo formado mi amo el pro
yecto de una funcion de pesca con tres
ó cuatro amigos suyos , me mandó lle
var en la barca provisiones de boca ,
porque él queria divertirse , y algunas
escopetas , para tirar á los pájaros , si
se presentabaq algunos. Le obedecí ,
20 AVENTURAS DE !
y tuve pronto cuanto él me habia pe
dido ; pero a la hora de la pesca ,
mandó decirme que él no podia ve
nir ; que sin embargo, como sus ami
gos habian de comer con él, y que
necesitaba de pescado , iba á enviar
me un hombre y un muchacho, y
que saldriamos todos tres para pes
car á lo largo de la costa .
« Este aviso hizo en mí una impre
sion estraordinaria ; y me pareció que
acababan de darme la libertad . To
mé al punto mi resolueion , y lo dis
puse todo para el gran proyecto en
que meditaba tanto tiempo hacia . Lle
vé de priesa algunos panes mas y biz-.
cocho a la cabaña de la barca ; y au
menté la provision de pólvora , agre
gando á ella algunas balas .
« No bien habia acabado yo , cuan
do llegaron el hombre y muchacho.
Desatamos la barca , y nos alejamos
ROBINSON CRUSOE . 26

de la playa. Dábame fortísimos lati


dos el corazon á la idea de lo que yo
iba á emprender. Vino el cielo en au
silio mio : una niebla , que se levan
tó , impidió ver desde la costa lo que
pasaba á una cierta distancia en
el mar . :)
*« Luego que hubimos llegado al si
tio de pesca , me aproveché del mo
mento ; y viendo á mi compañero so
bre el bordo de la barca , le eché de
recio al mar. Al principio volvió so
bre el agua , á causa de que nadaba
grandemente ; me llamó y suplicó que
le recibiera á bordo , protestando que
me seguiria del uno al otro estremo
del mundo , si así era mi voluntad .
Miéntras me dirijia esta súplica , ha
bia tomado yo una escopeta ; y ha
biéndole apuntado con ella , le hablé
por el tenor siguiente : escucha , ami
go , no te he hecho mal , ni te le haré,
22 . AVENTURAS DE
con tal que permanezcas quieto. Sa- ,
bes nadar lo suficiente para llegar a la
playa; el mar está sosegado ; date
priesa á aprovecharte de ello para an
dar el camino que tienes de aquí á
tierra , y nos separaremos como bue
nos amigos. Pero si te arrimas á mi
bordo , te disparo un escopetazo en la
cabeza , porque me hallo resuelto a
tener mi libertad . Habiéndose atemo
rizado con mi resolucion , se volvió
de otro lado , y nadó hácia la orilla ,
á la que ciertamente llegó.
« Amedrentado el muchacho, púso
seme de rodillas implorando su vida ;
pues se discurria que yo iba a quitár
sela . Le aquieté , y prometí tratarle
con suavidad si queria ausiliarme. Ju
ró por Mahoma que me obedeceria en
cuanto yo le mandara.
« Como me hallaba persuadido de
que los Moros vendrian en alcance
ROBINSON CRUSOE 23
mio por el lado de la España , me di
rijí por la parte contraria , subiendo
hácia el sur á lo largo de las costas.
No debia hallar yo por aquel lado
mas que rejiones desiertas , ó habita
daspor pueblos bárbaros ; pero temia
todavia menos las fieras y salvajes ,
que el caer en manos de los Moros ,
que son desapiadados con los esclavos
que han tentado de recobrar su li
bertad . $

2
« No le contaré á Vm. cuanto tuve
que sufrir durante veinte y tantos dias
que anduve errante en las costas de la
Africa. Bajé á tierra muchas veces pa
ra hacer agua , y matar algunos ani
males que pudieran servir para nues
tro sustento . Finalmente , entre el Ca :
bo - Verde y las islas qne llevan su
nombre nos encontró un navio portu
gues , que se apresuró á enviarnos so
corro . El capitan nos hizo una bonda
24 AVENTURAS DE

dosa acojida , y le conmovió la rela


cion que le hice de mis aventuras . Le
ofrecí cuanto habia en posesion mia ,
es decir , mi barca y cuanto ella con
ténia , que no era un presente de des
preciar. Dióme gracias , diciéndome
que se arrepentiria toda su vida de
haberme sumergido en una miseria
que fuera peor que la situacion de que
él acababa de arrancarme . Me encar
go de todo el caudal de Vm. , me di
jo , y le llevaré á Vm . conmigo al
Brasil , á donde voy ; pero todo se le
devolverá allí con la mas escrupulosa
fidelidad . Debo hacer á Vm . lo que
yo querria hiciesen conmigo en seme
jante caso . Nos lo ordena Dios , y ten
go gusto en hacerlo.
(
Cumplió con su promesa. En el
Brasil , me restituyó cuanto me per
tenecia , y me aconsejó vender mi
barca para hacer dinero , y volverme
ROBINSON CRUSOE. 25

á mi pais. No ejecuté sino á medias


este consejo ; vendí la barca , y con el
dinero que saqué de ella , igualmente
que de los demas objetos que estaban
en posesion mia , compré algunas tier
ras para formar una plantacion , con
la esperanza de que me seria propicia
la fortuna , como ella lo habia sido
con otros infinitos. Este designio hu
biera sido prudente por parte de un
hombre que no hubiera tenido otros
arbitrios ; pero que necesidad tenia
yo de buscar la fortuna en el Brasil ,
con muchas molestias , miéntras que
ella me aguardaba sosegadamente en
mi patria ? Pero se me habia puesto
en la cabeza el no volver á mi pais
mas que con riquezas , á fin de que
me hiciesen menos cargos de no ha
ber seguido mas que mis ideas. Tan
lejos de pensar en volverme á Ingla
terra , me aproveché de una ocasion
2
26 AVENTURAS DE

para hacer venir de Lóndres los cau


dales que yo habia dejado allí al par
tir para mi segundo viaje de Africa.
« Con este dinero y una continuada
tarea , he hecho fructificar mi planta
cion ; he cuadruplicado lo que yo te
nia , en los cuatro años de mi estancia
en el Brasil ; pero hallo que esto no
marcha con suficiente celeridad ; quie
ro esponerme todavia á las continjen
cias y aceleraré quizás por este medio
el momento en que me sea posible
volver á presentarme en el estado que
apetezco delante de mis padres y com
patriotas. Me acuerdo de que hice fa
mosos tratos en mi primer viage de
Africa ; ¿ porque no tendré igual acier
to esta vez ? Me fastidia la vida de
plantador, y esperimento la necesi
dad de volver a ver mi país.Esta nue
va empresa es quizás todavia una fal
ta de parte mia : no se que cosa me
27 ROBINSON CRUSOE
lodice interiormente; pero ¿ que quie
re Vm . ? las ganancias que hago , aun
que harto cuantiosas , me cntreten
drian cuatro años mas antes que yo
me viese con la cantidad que quiero
tener que presentar á mi padre ; cua
tro años me parecen ahora cuatro si
glos ; y no me reconozco ya con sufi
ciente paciencia para esperarlos .
" - Y bien , y bien : señor Robin
son , dijo el capitan , anímese Vm . , y
espere; un año solo de viaje le valdrá
quizás dos veces mas que esos cuatro
que Vm. no puede esperar.
i Dios oiga á Vm . , capitan ! No
es el interés quien me hace formar es
te deseo , sino la gana de ir á buscar
al lado de mis padres el sosiego de
mi conciencia . Veo que en adelante
no hay para mí ya felicidad , hasta
que mi padre me haya dicho : te per
dono el sentimiento que nos causaste .
28 . AVENTURAS DE

CAPÍTULO II.
Naufragio.

MJENTRAS que Robinson y el patron


conversaban juntos , se habia desapa
recido el sol detras de varios nubarro
nes , cercándolos con un encarnado
vivo ; la noche comenzaba a cubrir las
olas, y el viento se dejaba sentir con
mas fuerza que ántes.
Marchóse el capitán á donde le lla
maban sus quehaceres , y Robinson se
retiró á su cabaña , en la que se ten
dió sobre su amaca para continuar en
tregándose á los tristes pensamientos
que obscurecian su ánimo.
Se habia dormido insensiblemente ,
y olvidado sus pesares , cuando se vió
despertado repentinamente por el rui
ROBINSON CRUSOE. 29
do de la jente de la tripulacion , por
los vientos que silvaban en las velas ,
y por las olas qne batian en los costa
dos del bajel . Se apresuró á subir al
puente. Se habia levantado un hura
can á la mitad de la noche y con tan
ta violencia , que era de temerse todo.
No se calmó esta violencia á la vuelta
de la luz ; y los marineros, acostum
brados á aquellos climas , previeron
que el peligro no cesaria tan presto.
En efecto el barco no hizo sino deri
var durante doce dias consecutivos ,
obligado á obedecer al furor de los
vientos; y la tripulacion , atemorizada
de continuo , creyó que cada uno de
estos dias era el postrero que debia
ver ella . Tres hombres perecieron en
el curso de esta tormenta ; dos caye
ron en el mar , y el último murió de
tabardillo . El navio , por un efecto de
la borrasca , hacia agua , de modo de
30 AVENTURAS DE

no podesse continuar ya un viaje tan


largo como el que estaba comenzado ;
y el peligro era mayor pormomentos.
Ultimamente, se abatió algo el vien
to hacia la tarde del duodécimo dia .
ΕΙ patron se aprovechó de este instan
te de descanso para tomar la latitud ,
y reconocer en que paraje se hallaban .
Teniendo consejo despues con Robin
son , convinieron en la imposibilidad
de pasar mas adelante , y resolvieron
dirijirse hacia la Barbada ó alguna de
las islas babitadas por los Ingleses ,
con la esperanza de recibir algunos
socorros allí . Pero no debia llevarse
á ejecucion este designio ; una segunda
borrasca se llevó el navio con igual
impetuosidad que la primera , y le
alejó tanto de todos los lugares en que
reina el comercio de la sociedad hu
mana , que si las gentes de la tripula
cion llegaban á libertar su vida de la
ROBINSON CRUSOE. 31

furia de las aguas , habia mucha mas


apariencia de que las devoraran los
salvajes , que de que ellas hallasen
medios para volver á su pais.
En tanto trance , silvaba siempre
con violencia el viento ; y comenzan
do á rayar el dia , esclamó uno de los
marineros : ? Tierra ! tierra ! A pénas
hubieron salido todos , para ver cual
era aquella region afortunada por la
que anhelaban con tantasansias , cuan
do el navio dió en un banco de arena ,
у cesó repentinamente su movimiento.
Entraron en él tan precipitadas las
olas , que contaron con perecer inme
diatamente ; poseidos de espanto los
marineros , se apretaban contra los
bordes del bajel para guarecerse con
tra la furia de las oleadas. Ni aun si
quiera podian esperar que el barco
permaneciese algunos minutos sin ha
cerse pedazos , á no ser que de repen
32 AVENTURAS DE
te sobreviniese una calma por efecto
de una especie de milagro. Todos se
quedaban inmóviles , esperando por
momentos la muerte , y preparándo
se para la otra vida .
Las cosas , contra la esperanza que
se habia tenido sobre ellas , permane
cieron así todavía por algun tiempo ,
y no se hizo pedazos el navío ; el pa -
tron , para reanimar algo su tripula
cion , le decia que comenzaba á aba
tirse el viento . Pero , cuando se apla
có efectivamente , habia pocas espe
ranzas que formar ; porque el navío
estaba muy hundido en la arena para
que fuera posible separarle de ella .
Habiendo pasado ya el primer mo
mento de pavor, pensaron de veras en
libertarse á lo menos de la muerte , y
refugiarse en la tierra, que tenian por
delante de sí . Lo cual era tanto mas
dificultoso , cuanto habian perdido la
ROBINSON CRUSOE . 33

góndola mayor que estaba amarrada


al pavío , y la chalupa parecia muy
pequeña para sostenerse contra la vio
lencia de las olas : este era sin embar
go el último recurso ; y este recurso
urgia tanto mas , cuanto á cada ins
tante parecia que el barco debia ha
cerse astillas, y algunos decian que es
taba roto ya .
Tomó pues el piloto esta chalupa ;
le ayudaron todos , y la echaron al
agua . Entraron en ella once personas :
eran las únicas que quedaban de la
tripulacion ; y habiéndose encomen
dado á la misericordia divina > se

abandonaron á la ira de las olas .


Aunque se habia calmado notable
mente la tormenta , subia el mar to
da vía á una horrenda altura junto á
las tierras ; era visiblemente impo
sible que la frágil lancha no se estre
llase en las rocas , ó que no se la sor
2*
34 AVENTURAS DE
biesen las embravecidas olas. La im
pelia el viento con tanta violencia
que no era necesario pensar en diri
girla ; los infelices naufragos , a pesar
de sus concertados esfuerzos , se veian
llevados como á la aventura , у te
nian á su vista la muerte en cada olea
da que los levantaba. Pálidos todos ,
turbados , y careciendo ya de fuerza
para hablarse, proferian unicamente
el nombre de Dios al que invocaban ,
ó soltaban algunos gritos que el pa
vor les arrancaba . El peligro que cor
rian tomaba nuevo incremento con la
ignorancia en que se hallaban con res
pecto á la costa á que se esforzaban
arribar: ¿ era baja ó elevada ? ¿ No les
presentaba aquel pais mismo lun asilo
tan peligroso como el mas irritado
mar ? ¿ Estaba desierto , ó habitado
por bárbaros ó fieras ? Aconteciéseles
lo que se quisiese , parecia cierta en
ROBINSON CRUSOE. 35

algun modo su pérdida. Ultimamen


te , despues de haber remado é por
mejor decir derivado el espacio de le
gua y media , una ola horrenda , pa
recida á una montaña , se eleva rueda
de un modo espantoso , acercase con
un tremendo ruido , cae , y se sorbe
la desgraciada navecilla y á los que
van en ella : todos desaparecieron ba
jo esta descomunal mole , habiendo
tenido apenas lugar para encomendar
se al cielo . '
No trataré de pintar este horrible
momento , cuya pintura sobrepuja á
mis fuerzas. Unicamente un hombre
sobrevivió á aquella horrenda catás
trofe : que era Robinson Crusoé. Des
pues de haberse visto llevado con una
violencia que no le dejó fuerzas para
ayudarse ni reconocerse , se halló en
seco , ý medio muerto , mucho mas
cerca de la tierra que lo que él hubie
36 AVENTURAS DE
ra osado esperar. Animado con esta
vista , y con el dominante deseo de
nuestra conservacion , que habla tan
recio á nuestros pechos, hizo un es
fuerzo , se levantó , y procuró adelan
tarse hacia la tierra , antes que las
aguas volyiesen y se apoderasen de él
otra vez . Parecióle casi imposible al
punto el conseguirlo ; porque miran
do detras de si , vió otra ola , tan al
ta y embravecida como la primera ,
que iba á caer sobre él . Cuanto nues
tro naufrago tenia que hacer , era re
tener el aliento , levantarse sobre el
agua , si le era imposible, y bogar lá
cia la playa. Tenia que temer despues
que la misma oleada le volviese á lle
var bien adentro del mar . Mientras
que él se consultaba sobre el medio
de libertarse de la muerte , le cubrió
la ola con una mole de agua de vein
te á treinta pies de altura, y le impe
ROBINSON CRUSOE. 37

lió rápidamente hacia la costa. Rete


nia su aliento para no ahogarsé ; pero
si este embarazo hubiera durado por
mas tiempo se hubiera abogado: por
fortuna se sintió de repente con la ca
i beza fuera del agua , y por poco que

ella permaneciese en esta posicion ,


tuvo lugar para respirar y recobrar
nuevas fuerzas, Volvióle á cubrir el
agua al momento ; pero echando de
ver que la oleada se habia roto , y
que empezaba á retirarse hacia él mis
; mo , hizo un esfuerzo, se abalanzó há
cia adelante , y conoció con gozo que
hacia pié. :
Permaneció por algunos instantes
sin hacer nada , para recuperar la res
piracion , y aguardar que se hubiesen
5 retirado las aguas ; corrió despues há
cia la orilla con toda la celeridad de
: que era capaz . No bastó esto para li
bertarle enteramente del furor del
38 AVENTURAS DE
-mar , que llegó a caer de nuevo sobre
él ; y le llevó otras dos veces , y bien
adelante, como ya le habia sucedido ,
por hallarse muy llana la playa.
Poco faltó para que el último asal
to de estos no fuese infausto para el
cuitado Robinson , porque habiéndo
sele llevado el mar como anterior
mente , le arrojó contra una peña , y
tan de recio , que perdió el sentido y
facultades para obrar en su preserva
cion : el golpe , que se habia dirigido
hacia su pecho , le quitó la respiracion
por algun tiempo . Comenzaba á vol
ver ya en sí , cuando oyó que las olas
- volvian á caer con su acostumbrado
-estruendo ; fue su primer impulso
aferrarse en el pedazo de peña contra
el que habia sido arrojado. No eran
ya İas olas tan altas como al princi
pio , porque estaba cercana la tierra ;
y no soltó la piedra hasta despues que
ROBINSON CRUSOE. 39
ellas hubieron pasado y repasado por
encima de él . En seguida de lo cual
dió otra carrera , que le acercó tanto
á la tierra , que las oleadas que de
nuevo llegaron á cubrirle , no fueron
bastante fuertes para llevársele у ha
cerle perder pié . Ultimamente , no tu
vo ya necesidad mas que de correr
una sola vez para llegar al término de
aquella penosa carrera , y verse fuera
de peligro; tocó en la playa , y subió
á una pequeña eminencia , en que se
cayó de cansancio y estenuacion , por
no tener ya nada que temer del furor
de las aguas. Estaba salvado , y salva
do de una muerte que tenia visos de
cierta. Esta idea de su preservacion
derramó en su pecho uno de los mas
vivos gozos , y le restituyó una parte
de sus fuerzas. Se levantó, sostúyose
en sus rodillas , y tendiendo las ma
nos hacia el cielo, dió gracias a Dios
40 AVENTURAS DE
por la dicha que tenia de vivir to
davia .

CAPÍTULO III.
Robinson pasa nadando al navio.

LUEGO que Robinson hubo aliviado


su pecho con el desahogo de la grati
tud , miró alrededor de sí , y marchó
á la aventura por lo largo de la costa ,
reflexionando sobre la suerte de sus
infelices compañeros , los cuales todos
habian perecido en las olas. Volvió la
vista hacia el navío
que habia encalla
do ; pero el mar estaba tan embrave
cido y el barco á una tan grande dis
tancia , que con dificultad podia dis
tinguirle.
No esperando ausilio ninguno por
ROBINSON CRUSOE. 41
aquella parte examinó el paraje en que
se hallaba , y reconoció con dolor una
naturaleza brata y silvestre en que la
mano del hombre no se habia dejado
conocer jamas : todo le anunciaba un
lugar desierto. La alegría que él habia
esperimentado al principio , se desva
neció totalmente ; y no vió ya sino lo
que habia de horroso en su suerte.
Estaba mojado , y carecia de vestidos
para mudarse ; sediento , y no veia
agua para apagar la sed ; débil , y no
tenia nada para confortarse ; le falta
ban las armas para defenderse y pro
porcionarse su alimento : por lo que
debia contar con perecer de miseria
ó en las garras de las fieras. No le
quedaba mas que un cuchillo , con
una pipa y algun tabaco en una caja :
lo que formaba toda su riqueza.
Iba á anochecer sin embargo. Con
ello se aumentaba la desesperacion
42 AVENTURAS DE

del pobre Robinson , especialmente


cuando llegaba á pensar en que duran
te las tinieblas ruedan у buscan su
presa las fieras. 1.

El único refugio que vió al lado de


sí , era un viejo abeto espinoso, cuyas
espesas ramas le prometian algun re
poso. Antes de acojerse á él buscó una
fuente de agua dulce para apagar la
sed que le tenia consumido . Tuvo la
dicha de encontrar una , lo cual le
causó una verdadera alegria . Despues
de haber bebido , metió algun tabaco
en la boca ; era esta la sola comida
que debia hacer ; lo que le dió á co
nocer vivamente las privaciones y mi
sera situacion del hombre separado
de la sociedad. Volvióse despues á su
árbol , al que subió , buscó un lugar
en que las ramas eran fuertes y bien
entrelazadas, y se estableció allí lo
smejor que le fué posibles para no caer
ROBINSON CRUSOE 43
durante el sueño , se ató al tronco con
ayuda de su faja que era larguísima .
Su estremado cansancio le hizo olvi
dar bien presto la incomodidad de la
cama que él habia escojido; se dur
mió , y gozó del mas profundo repo
SO , hasta el momento en que el ruido
de una infinidad de aves llegó á des
pertarle , y hacerle abrir los ojos . Se
elevaba ya el sol por encima del ho
rizonte ; el tiempo estaba claro , la
borrasca desvanecida y el mar en cal
ma . Lo que le sorprehendió en estre
mo , fué ver que , con la altura de la
marea , se habia separado el barco du
rante la noche del banco de arena en
que encalló ,, y derivado hasta muy
cerca de la peña de que hemos hecho
mencion mas arriba , y en que Robin
son se habia magullado cruelmente
dando en ella . Esta vista le reanimó ;
bajose delárbol, y voló bácia el mar ,
44 AVENTURAS DE
como si hubiera debido hallar otra
vez á sus infelices compañeros. Lue
go que se hubo visto tan cerca del pa
vio , y reflxionando que no hubiera
perecido ninguno si se hubieran que
dado á bordo , no pudo menos de der
ramar copiosas lágrimas. Pero como
ellas no remediaban en pada sus ma
les , las enjugó , y buscó medios para
llegar hasta el barco. Aguardó que
estuviese mas baja la marea ; y , qui
tándose sus vestidos , se echó al agua ,
y llegó bien pronto al barco . Un ca
bo de cuerda que colgaba de la proa ,
le sirvió para subir al puente. Al en
trar en este , fué su primera dilijen
cia buscar con que saciar el hambre
que le apuraba. Halló algunos resi
duos de la última comida que él ha
bia hecho con sus desgraciados com
pañeros , y comió con ansia , ocupado
en otras cosas al mismo tiempo á cau
ROBINSON CRUSOE. 45
sa de que el tiempo urjia ; bebió tam
bien un trago de rom , que tomó en
la cámara del capitan , lo cual le refo
ciló , y le restituyó algun valor para
sobrellevar la terrible prueba que él
estaba haciendo.
Luego que estuvo satisfecha la pri
mera necesidad , visitó el navio , y se
despertó su dolor al acordarse de los
que le habian habitado con él , y que
ya no vivian . Pronunció en alta voz sus
nombres , como si hubiera debido oir
le , y de nuevo corrieron sus lágrimas .
¡ Ay , amigos mios ! esclamaba , no
volveré á veros pues ya ! ¡ Éteme aquí
pues separado del trato de los hom
bres ! ¡ Ah ! cuan dulce me seria aho
ra el estar condenado á pasar mi vida
con aquel de vosotros á quien que
ria yo menos ! ... Pero mi desgracia es
obra mia ; he despreciado los pruden
tes consejos de mis padres , afligiendo
48 AVENTURAS DE

y acabó en una hora mas obra que


él hubiera hecho en medio dia en
cualquiera otro tiempo.
En la eleccion de los objetos que
él deseaba llevarse á su isla , no se
detuvo en los mas preciosos , sino en
los mas útiles . Comenzó tomando tres
cofres de marinero , que él habia ha
bierto forzando las cerraduras , y de
socupado en seguida; y los bajó con
una cuerda á la balsa . Metió en el pri
mero provisiones de boca, tales como
tres quesos
pan , arroz , tres de Holanda ,
cinco pedazos de macho de cabrio sa
lado , y un corto resto de trigo que
tenian apartado para mantener algu
nas aves , que se habian matado mu
cho tiempo hacia . Tambien habia una
cierta cantidad de cebada y trigo mez
clados juntamente . Halló ademas mu
chas cajas de botellas que habian per
tenecido al capitan ; entre las cuales
ROBINSON CRUSOE. 17
tando puesto sobre el flanco de un ban
co cuya arena era firme , tenia suma
mente alta su popa , y tan baja su
proa , que ella estaba casi en el agua .
De este modo , el puente se hallaba
totalmente exento de agua , y cuanto
el contenia estaba seco .
Robinson puso manos a la obra in
mediatamente. Como habia á bordo
muchas vergas , uno ó dos masteleros
de juanetes, que estaban de reserva ,
у dos o tres grandes palancas, tomó
la resolacion de formar una balsa con
ello , y arrojó fuera del bordo cuanto
no era muy pesado , y que se podia
reunir con cuerdas. Hecho esto , bajó
al lado del barco , ató juntos,los mas
fuertes maderos y puso encima tablas,
de manera que su balsa , aunque tos
eamente construida , podia llevar una
carga bastante considerable . La nece
sidad estimulaba su industria y valor ;
50 AVENTURAS DE

da de oro . Se apresgróá bajarle con


mo todo lo demas y le puso sobre
su balsa tal como élpesta ba sinamas
lograr eltiempoen rejistrable por dena
tro , porque le constaba por mayor lo
que en él se encerrabalina
Lo quemas deseaba Robinson dést
pues de lo que estaba ya en posesiog
suya , era alguna munición y armas
Habia en la cámara del capitandos
muy buenas escopetas é igualnúmero
de pistolas; apoderóse de ellas , iguals
mente quede algunos polverinesde
un taleguillo de perdigones'j wysde dos
viejas espadas? mohosas e Duseo por
mucho tiempo tres barriles de polvos
ra que se habian embarcados pelos
desenterró , después de haber rejistrat
do todos los rincones Tig,escondrijos:
Habia uno de ellos mojado o 183-stros
dos estaban -secos y bựéhosip Havolos
con las armasva tasbalsaNontido
ROBINSON CRUSOE. 51
de bajar á su nuevo y único amigo ,
el pobre Leal; al que dió por compa
ñeros los dos gatos del navio , que el
meció en una jaula, y que tenian vi
sos de hacer este viaje con mucha re
pugnancia :: ::
Bien dispuesto todo ello , pensó eh
llegar, ála playa . Lo que sin vela ni
gobernalle , era dificultoso , y la ' me
nor boeanada de aire bastaba para
sumergir toda la cargazon : Lo que le
aquietaba, es que el mar estabar en
calma; que la marea que subia , le lle
vaba á tierra, y que el viento , aun.
quedébil , le era favorable. Tuvo -el
contento de ver que su balsa habia
bogado grandemente el espacio de una
milla ; únicamente noto que ella habia
derivado algo del sitio en que ha !
bia tomado antes tierras por ello juz
gó que habia un corriente , y que le
seria posible hallar una bahia ó rio
52 AVENTURAS DE

que haria las veces de puerto para de


sembarcar su cargazon . Sucedieron
las cosas como él lo habia imajinado ;
llevósele la marea á un riachuelo en
que estuvo á pique de esperimentar
un segundo naufragio ; habiendo toca
do en la arena un estremo de su bal
sa , mientras que el otro flotaba, faltó
poco para que no se fuese al agua
cuanto él llevaba . Poseido de temor el
cuitado Robinson , se apoyó en los
cofres para retenerlos , pero sus fuer
zas no eran suficientes para despren
der la balsa ; ni aun se atrevia á dejar
su sitio , y permaneció en la misma
postura cercade una media hora, espes
rando que el agua , al subir , la pon
dria otra vez de nivel. Ultimaineate ,
la balsa flotó , y ayudándose Robia
son de un remo viejo que él habia ba
llado en la chalupa , llegó ,i aunque
con mucho trabajo , á una pequeña
2. I.
p . 52.

y ayudándose Robinson de un remo viejo , llegó aun.


que con mucho trabajo, á una pequeña ensenada , en
donde esperó, que la marea al retirarse , le dejase en
seco .
1
ROBINSON CRUSOE . 53
ensenada , en donde esperó que la ma
rea , al retirarse , le dejase en seco.
Solamente en este momento se creyó
asegurado de las riquezas que acababa
de quitar del barco. Lleno de gozo ,
saltó á tierra , y fué à reconocer el
pais, á fin de buscar una morada y
sitio acomodado para poner sus efec
tos en seguridad .
Ignoraba todavia si aquel terreno
estaba en el continente ó en una isla ;
si babitado ó desierto ; y si habia ó
no algo que temer de las fieras. No
habia mas de una milla del sitio en
que se hallaba á una montaña muy
elevada y escarpada , que parecia lle
var su cumbre por encima de una cor
dillera de otras muchas que ella te
pia á su norte . Tomó una escopeta y
una pistola, llevó su perro , y mar
chó á la descubierta hasta lo alto de
aquella montaña, en que habiendo lle
54 AVENTURAS DE
gado, después de muchas fatigas y -su
dores, se convenció de lo que habia
sospechado de horroroso en su suerte ;
pues reconoció que estaba enuna isla ,
cercada del mar por todas partes ,
sin poder descubrir otra tierra que al .
gunos riscos muy distantes de allí ,
y dos islotes , mucho menores que
aquel en que se hallaba, situados á
cerca de tres leguas al oeste ,
Despues de esta descubierta , vok
viose tristemente Robinson, á su bal
şa , y se puso a descargar en la playa
los objetos que habia traido del na'
vio. Cuyo trabajo le ocupó lorestante
del dia ; y habiendo llegado la noche ,
dispuso un lugaracomodado para ser
virle de dormitórios es decir , que se
atrançó lo mejor que pudo con los co
fres y tablas que habia traidoá tierra .
Formose una tienda en el siguiente
dia con una vela que se hallaba entre
sus efectos,
ROBINSON CRUSOE. 55
intermittimiinimuminis
+297***852,5170419 impo
CAPITULO IV.

Robinson vuelve muchas veces al navio , y se cons


truye una morada fortificada.
‫زه‬

Le habia ido muy bien á Robinson


en este primer viage, para no repetir
le en los siguientes dias 3. volvia ya
con una cosa , nyareon otra , como aza
car moreno, especias, harina, bizco
cho, pólvora , cables, clavos , algunos
instrumentos de matemáticas, dos an
teojosde larga vista , libros, plumas,
papel, tinta , y fióalmente oro y pla
ta acuñades. No viendo mas que su
presente situacion ,le dieron al prin
cipio tentaciones de arrojar al mar
aquel oro y plata. ( Metal impastor!
fesclamó cuan vilderes á mi nista! no
mereces la pena de que me baje yo
56 AVENTURAS DE
para cojerte ! Una sola de mis balsas
cargadas me es aquí cien veces mas pre
ciosa que todos los tesoros de la tier
ra ! » Mudó de parecer sin embargo ,
al reflexionar que lo que el menos
preciaba entonces , podria serle útil
mas adelante , en lo que llevó razon ;
porque únicamente las gentes que no
quieren ser felices en ninguna edad de
su vida, lo sacrifican todo al momento
presente , y no piensan en lo futuro .
Se disponia para el duodécimo via
je , cuando advirtió que se cubria el
cielo , y que el viento comenzaba á
refrescar como á la proximidad de
una tempestad . Esto le disuadió de
ir al navio , en el que por otra parte
no quedaba ya casi nada que pudiese
causarle pesar. Se encerró en la tien
da que él se habia armado á alguna
distancia de la playa . La tempestad
fue terrible ; y duró toda una noche .
ROBINSON CRUSOE . 57

Cuando en la siguiente mañana tendió


Robinson la vista sobre el mar notó
que no se veia ya barco ninguno ; pues
se le habian tragado las aguas. Este
momento fué de nuevo para él uno
de desesperacion . Aunque aquel bajel
no podia servirle para volverse á su
patria , el verle era una especie de
consuelo para nuestro mísero dester
rado. Cuando una calamidad mayor
nos tiene distantes de la region que
nos vió nacer , se nos hacen queridos
los objetos que nos lo traen á la me,
moria ; parece que ellos son un punto
de comunicacion que aproxima las
distancias, y nos une idealmente con
los que , masdichosos que nosotros,
pasad dulcemente su vida en el seno
del pais nativo.
Era menester sin embargo resig ,
parse con su suerte. Robinson hubiera
podido ser todavía mas desgraciado
58 AVENTURAS DE ...
que lo era ; y se veia asegurado para !
mucho tiempo de todas las necesida--
des de la vida. Dió pues gracias al
cielo , por no haberle tratado mas ri
gorosamente eo castigo de susyerros ;
y pensó en mejorar su situacion por
cuantos medios habia dejado en su
poder la Providencia.9! I's ?
- Formó el proyecto de construirse
una habitacion contra los salvages , y
contra las fieras ; 'si habia algo que te
mer de ellas ; nunca podemosser pru
dentes con demasía , y un hombre
cuerdo prevé tanto los peligros como
las necesidades. Robinson , por esta
duplicada razon , no podia guardar el
pequeño establecimiento que él se ha
bia formado de priesa en la orilla del
mar ; el terreno en que le habia asen
tado , era bajo ,"pantanoso , poco salu
elable por consiguiente, y carecia de
agua dulce. Queria sin embargo no
*
ROBINSON CRUSOE 59

alejárse thucho de la playa, y tener


vista sobre el mar , á fin , de que, si
llegaba á presentarse alguna pave en
aquellas aguas , pudiese implorar su
socorro con señales de apuro.
. Ultimamente despues de esquisitas
diligencias , halló un sitio que satisfa
cia todos sus deseos : era una peque
ña llanura situada en la falda de una
coliba elevada , cuya frente era rápida
y sin escarpa. Esta Hapura , en el prin
cipio ancha de unas cien pértigas, se
estendia mas del doble al bajar insen
siblemente hacia el marjy formando
una vasta alfombra de verde, que un
arroyo cristalino regaba culebreando ,
y la guarecia del sol la colina. Resuel
to Robinson á bjar sumorada en aquel
cómodo y deleitoso sitio , no buscó en
él por mucho tiempo un lugar para
-su tienda ; era cosa muy sencilla que
la armase al pie de la colina , que es
60 AVENTURAS DE
tando perpendicular por el lado de la
llanura, le pondria fuera del peligro
de verse sorprendido por la espalda.
En semejante posicion , le restaba for
tificarse contra los enemigos que pu
dieran llegar por la frente, por la de
recha e izquierda. Robinson plantó en
semicirculo , de un estremo a otro de
una cavidad que habia hácia la mitad
de la colina , y delante de la cual co
locó su tienda , una doble hilera de
fuertes empalizadas,altas de seis piés ,
entrelazadas con ramages , y sosteni
das en lo interior con buenas estacas
de dos piés. y medio. Era tan fuerte
esta obra , que no habia hombre ni
bruto capaz de forzarla. Lecostó mu
cho tiempo y trabajo al pobre solita
rio , especialmente para cortar las ein
palizadas en los montes, traerlas ał si
tio , y meterlas en tierra. No dejó nin
guna abertura , ni puerta : para en
ROBINSON CRUSOE 60

trar en su habitacion , pasaba por en


cima de sus fortificaciones con la ayu
da de una escalerilla de mano que él
llevaba tras sí.
#
Cercó con esta especie de fortaleza
sus provisiones , municiones, todas sus
riquezas en una palabra. Metió en su
tienda las que podian malearse con la
humedad. Esta tienda era doble , y
cubierta de Jienzo embreado ; en la
que no hacia efecto ninguno la lluvia.
Robinson sin embargo tuvo bien pres
to otro sítio mas seguro todavia. Aca
bamos de decir que habia puesto su
tienda á espaldas de una cavidad que
se hallaba hacia el medio de la coli
na . Esta cavidad se asemejaba bastan
te á la entrada é puerta de una bode
ga. Robinson emprendió , con las her
ramientas que habia sacado del bar
.co , agrandarla suficientemente para
que ella formase una especie dealma
62 AVENTURAS DE A

cen en que le fuese posible encerrar


lo que élnopodiameterlen su tienda:
Consiguiólocon el tiempo y paciencia.
Un miedo que él esperimento , acele
ró su trabajoz un relámpago , en un
dia tempestuoso ,de hịzo parecer en
teramente abrasada su tienda. Atemo
rizó menos á Robinson et relámpago
mismo que un pensamientos que el
efecto producido por este meteoro te
sugirió. « Poderoso Dios ! dijose en sí
mismo, toda la pólvora que saqué del
navia está en mi tienda ; si los rayos
la abrasaran en ausencia mía , ¿ que
seria de mí ? Como me defenderia
sin pólvora ? ¿Como sin ella'mepre
veeria de subsistencia , cuando hubie
ra consumido mis provisiones? « Y
duplicó sus esfuerzos paraacabar pron
tamente de ahondar su cueva . Como
la piedra era blanda y se tajaba con
facilidad , hubo hechos en poquísi
ROBINSON CRUSOE 63

mo tiempo , diferentes cuartos , ob


servando dejar , ademas de los estribos
que servian de separaciones , diversas
masas en medio de cada sala , para
soportar el peso de las bóved
bóvedas
as y ma
terias superiores. Habiéndose finaliza
do esta obra , le proporcionó medio
para impedir la desgracia que él ha
bia temido ver acaecer , porqué dis
tribuyó su pólvora en una infinidad
de talegos , poniéndolos en cuartos di
ferentes, a fin de que si , por una ca
sualidad imprevista , llegaba á reven
tar una porcion de esta pólvora , que,
dase intacto lo restante .

** ÎS
ord
، en‫ܐ ܇‬
64 AVENTURAS DE

CAPITULO V.
Industria y trabajos de Robinson .

DABA Robinson tanto mayor valor


á su pólvora , cuanto tenia esperimen :
tada ya la utilidad de ella. El esperar,
para ir a caza , que se hubiesen con
sumido cuantas provisiones de boca
habia traido del nario , no hubiera si
do cosa prudente; por lo mismo has
bia interrumpido mas de una vez los
trabajos en que acabamos de verle
ocupado , para hacer la guerra a los
animales de su isla. El primero que
él mató , fué una especie de gavilan ,
cuya carne le pareció desagradable ;
pero , de allí á algun tiempo , quedó
resarcido de este mal hallazgo con el
ROBISON CRUSOE. 65
de una cabra y su cabritillo ; con cu
ya carne se sustentó por mucho tiem
po , y las comidas que hizo de ella ,
le reconciliaron algo con su isla .
: No se le presentaba esta mas que
bajo una horrenda imagen ; porque
no habiendo naufragado en aquella
costa el pavio que le llevaba , mas
que despues de haberle arrojado una
recia tormenta lejos de las aguas fre
cuentadas por los barcos europeos , le
quedaban pocas esperanzas de ver
nunca el fin de su destierro . Pero ha
llaba tambien motivos consolatorios
en su posicion misma; otros habian
sido mas desgraciados que él : « Pues
bien , se decia á sí mismo algunas ve
ces , véome en una condicion infeliz ,
es verdad ; ¿ pero en donde están mis
compañeros de viage? , no éramos on
ce en la chalupa con la que quisimos
hacer la tentativa de llegará está tier .
66 AVENTURAS DE
ra? Unicamente,yo llegué á ella ; en
donde están los otros diez 2 Cual vale
mas , el estar aquí ó allá ? continuaba
mostrando el mar con el dedo ;{ no es
menesler contemplar las cosas por el
lado bueno y malo ? y no deben con
solarnos los bienes de que gozamosa,
de los males que nos afligen ? Estas
reflexiones no eraó una vana ostenta
cion de filosofia con que Robinson tra
taba de deslumbrarse á sí mismo ;
porque su corazon comenzaba 'real
menteásosegarse . Bastaria para prue
ba de ello la regularidad que se esta
blecia entonces en sus acciones diar
rias; porque seha observado ásmenu
do , con justicia y que sél órden que
reina en una cosa es una señal, casi
cierta de las costumbres dulces y pa
cíficas de los que morab en ella. Ca
zaba i todas las mañanas por dos o
-tres horas", y volvia ás trabajar desi
ROBINSON CRUSOE. 67

pues hasta las once. Al medio dia ,


despues de haber comido, iba a des
cansar por dos horas á causa de los
calores del clima ; volvia en seguida á
su tarea hasta la noche.
Sus tareas , desde que habia acaba
do completamente la construccion de
su morada , llevaban el obgeto de fa
bricarse muebles de toda especie. Los
emprendia á proporcion que sus ne
cesidades le daban a conocer la falta
de ellos. Los primeros que hizo y con
menos trabajo , fueron una mesa y
una silla . Ocupóse despues en armar
una piedra de amolar que habia trai
do del barco , y cuyo uso se le hacia
indispensable , para que sus herra
mientas estuvieses siempre en estado
de servir. Ultimamente , cada dia le
veia formar y llevar al cabo alguna
empresa de esta especie. No se deja
ba desalentar, por , las dificultades ,
68 AVENTURAS DE
tentaba la misma cosa veinte veces
primero que abandonarla , y la vol
via á comenzar cuarenta, primero que
hacerla mal : poco parecido á tantos
jóvenes ioconsiderados que , estudian
do las ciencias y aprendiendo profe
siones en el seno de todas las como
didades de la vida , se desaniman á
los menores obstáculos , ó hacen mal
por haber hecho mas pronto.
El órden no da solamente una bue
na reputacion, sino que tambien con
tribuye a la felicidad , y Robinson era
dichoso . Iba con alegria á caza , y se
ponia con no menor satisfaccion a sus
tareas caseras, durante las cuales ni
aun cảrecia de agradables distraccio
nes. El perro estaba á sus pies, y el
papagayo en sus espaldas : habia sor
prendido un pájaro de esta especie en
su nido , y formádose de él un com
pañero : hablaba , trabajando, con es
L. II.
P. 68 .

y se ponia con no menor satisfaccion á sus tareas ca.


seras. El perro estaba á sus pies y el papagayo á ve
ces en sus espaldas.
ROBINSON CRUSOE. 69
te nuevo amigo, y dejaba de cuando
en cuando su trabajo para alhagar al
buen Leal , que estaba alegre cuando
su amo parecia estarlo , y triste cuan
do el mismo parecia estarlo ,
Luego que llegaba la noche, y que
Robinson no tenia ganas todavia de
acostarse , ó que le quedaba algo por
hacer , encendia su lámpara. Era esta
tambien la obra de sus manos . Era
un pequeño vaso de tierra que él la
bia labrado lo mejor que habia podi
do , y que habia hecho secar despues
al sol. El aceite que alimentaba esta
lámpara , era simplemente la grasa de
los animales que Robinson mataba en
la caza ; y algunas cuerdas deshilacha
das formaban su mecha .
La facilidad con que habia fabri ,
cado esta lámpara , y algunos otros
vasos que él habia tratado de presen
tar al fuego, le hizo concebir el pror
70 . AVENTURAS DEI
yecto de una obra de la misma espe
cie , pero de mucha mayor importan
cia , y que tambien le costó mucha
mayor pena. Robinson gustaba mu
cho de sopa , y no la habia comido
despues de su naufragio por falta de
olla . Ellabrar el vaso ' no era nada
el hacerle secar al sol fué tambien ne.
gocio de breve tiempo ; y gozando an
ticipadamente Robinson de la buena
comida que iba a hacer , voló á poner
su olla delante de la lumbre , despues
de haberla llenado de agua , y metido
en ella un pedazo de macho de cabrio
recientemente muerto y muy gordo.
Pero triste demi! la fatal olla no re .
sistió mucho tiempo en aquel puesto 1
apenas se hubo calentado con la ac.
cion del fuego , cuando se rajó y di
vidió en dos partes '; yéndose la carne
y caldo å las cenizas. Robinson refle
xionó por mucho tiempo 'sobre este
ROBINSON CRUSOE. 69

te nuevo amigo, y dejaba de cuando


en cuando su trabajo para alhagar al
buen Leal, que estaba alegre cuando
su amo parecia estarlo , y triste cuan
do el mismo parecia estarlo ,
Luego que llegaba la noche, y que
Robinson no tenia ganas todavia de
acostarse , ó que le quedaba algo por
hacer , encendia su lámpara, Era esta
tambien la obra de sus manos. Era
un pequeño vaso de tierra que él ba;
bia labrado lo mejor que habia podi
do , y que habia hecho secar despues
al sol. El aceite que alimentaba estą
lámpara , era simplemente la grasa de
los animales que Robinson mataba en
la caza ; y algunas cuerdas deshilacha
das formaban su mecha.
La facilidad con que habia fabri,
cado esta lámpara , y algunos otros
vasos que él habia tratado de presen
tar al fuego , le hizo concebir el proz
73 · AVENTURAS DE
una nueva olla , alrededor de la cual
hizo una lumbre que chamuscaba tan
bien por los lados y por encima , que
la olla estuvo encarnada en poco tiem.
po. Ah ! cuanto temia verla rajarse !
Reflexionando algo , pensó que esto
podia acaecer muy bien , și dejaba
abatirse muy pronto el fuego: des ,
pues de baberle conservado durante
cinco ó seis horas en la misma violen
cia , le templo pues por grados ; has
ta que la olla estuvo bastante fria pa
ra poderla quitar con la mano ; y la
puso despues a la prueba, Sostúyola
ella maravillosamente , y al cabo de
algunas horas proveyó de un gustosi ,
simo caldo á Robinson . ,Cuan dicho
80 fue entonces l se dió a sí mismo el
parabien de esta obra como dela me
jor cosa del mundo . si siste !!
Su situacion se volvia, mas y mas
soportable , y no pasaba dia ningung
ROBINSON CRUSOE. 73

en que la Providencia no le diese al .


guna notable señal de su proteccion ,
ya haciéndole descubrir algunos nue
vos arbitrios en su isla , ya naturali
zando en esta los que él poseia de la
Europa. Luego que hubo tenido nece
sidad de talegos para su pólvora , fué
á sacudir al pie de la peña los que
habia traido del barco , en el que ba

bian servido para guardar semillas


destinadas al alimento de las aves . De
allí á algun tiempo , no se admiró po
co Robinson de ver nacer , en el sitio
en que habia sacudido aquellos tale
gos, cebada , trigo y arroz. Habia ol
vidado ya lostalegos y cuidado que él
habia tenido de limpiarlos antes de
destinarlos al nuevo uso : absorto su
ánimo con una cosa tan imprevista ,
se la hizo mirar al principio como un
milagro que obraba en favor suyo
Dios , y se dejó llevar para con la Di
#
74 AVENTURAS DE I
vinidad á unos enagenamientos real
mente estravagantes. Pero á puro pen
sar en este acaecimiento , se acordo
de la historia de los talegos, y se des
vaneció muy pronto su pia gratitud
para con la Divinidad : porque no hay
cosa ninguna mas inmediata á la im
piedad que la supersticion. No reflec-. i
sionando que era igualmente unamer
ced de la Providencia, que él hubiera
sacudido precisamente aquellas semi
llas en un sitio abrigado , y no en uno
abrasada por el sol , no se dignó dar
las gracias de ello , y no pensó ya
mas que en la utilidad que esto po
dia proporcionarle.
Se habia lamentado en la víspera
sobre el poco bizcocho que le queda
ba , y sobre la necesidad á que se ha
llaba reducido de no tomar ya cada
dia mas que una corta poreion suya
hasta el momento en que se veria en
#
ROHNSON CRUSOE. 75

teramente privado de reh : pino fue


desdeentonces mas que presunción y
esperanzas. Sin pararse nada á consi
derar el desórden que los accidentes
ordinarios de la naturaleza podian cau.
sar en sus cálculos, ni pedir á Dios
que fecundase las semillas que éli se
proponia esparcir por todas partes,
contaba ya con soberbia los vastos
sembrados de trigo de que iba a ser
poseedor, y los graneros que le seria
necesario construir para poner á cu
bierto aquellas nuevas riquezas , que
él veria centuplicarse cada año . Lle
vamos ya dicho que se habia calma
do el corazon de Robinson ; pero la
religion no habia hecho sentir en él
todavia su benigno influjo. No tarta
mudeando á veces nuestro desterrado
el nombre de Dios mas que en virtud
de un hábito inveterado , lo referia
todo constantemente á sí mismo , y á
76 AVENTURAS DE I
puro haber tenido aciertos , llegó hasi
ta el grado de ereer que ninguna cosa
era superior á sus fuerzas é inteligen
eia. Pero el Soberano del mundo cas
tigó severamente esta presuncion , que
él no pudo atribuir mas que al olvido
ó menosprecio de su Omnipotencia ; ' y
se preparaba á dar al ingrato una ter
rible leccion , que debia atraerle para
siempre á las sendas de sus obliga
ciones.
ROBINSON CRUSOE. 77

bucures!
11Siirdulur yang
" A00 620 ,( Hot
CAPITULO VI.
IIIB obi
Tertembio to . Enfermedad de Robinson .
1

1. Su habitacion, la destreza , y per


-severancia que le habian sido necesa
rias para hacerla tan espaciosa y có :
moda como ella lo era , estas son las
fuentes en que Robinson habia bebi
do aquella : soberbia reprensible , .y
fué tambien el lado por el que, Dios
comepzó á darle a conocer la nada
soya. 1
Un dia en quelél se ocupaba á es
paldas de su tienda , se desplomó la
tierra repentinamente de la cima de
la roca que estaba pendiente sobre su
cabeza , y dos pilares de los que ba
bia formado en su caverna, para sog
78 IAVENTURAST DE I
tener la bóveda suya crujieron horri
blemente . No sabiendo todavia la ver
dadera causa de esta horrorosa con
mocion , creyó que únicamente iba á
caer una gran porcion de materiales ,
como esto habia acaecido ya una vez .
Temiendo quedar enterrado debajo ,
huyovvolando con la mayor pronti
tad hácia su escala. Pero apenas hu
bo puesto el pie en tierra del otro la
do de su empalizada, cuando vió cla
ramente que todo aquel desórden era
efecto de un terremoto ; stembló la
tierra tres veces bajo sus piés!, y estas
tres conmociones fueron tan prodijio
sas , que los mas sólidos y fuertes edi
ficiosse hubieranlóhundido con ello .
Un lado todo de la rocalcayó cohl up
ruido igual al del trueno. Robinson
no habia visto nizoido decir nada'pal
recido y quéde yerto de espanto. La
caida de unaparte de la roca que en
ROBINSON CRUSOE. 79

derraba todas sus riquezas, le lleno


de horror ý pavor. No sabia si , en
aquel instante, se habia hecho un
nuevo hundimiento en lo interior de
su caverda , ni se atrevia á ir á verlo ,
aunque no se daba a conocer ningupia
conmocion . Estaba sentado en tierra,
temiendo hacer el menor movimien
to , pero dispuesto iá legántarsepara
huir, y echando inquietas miradas
hácia todaspartes. No tardó el cielo
en cubrirse de nubes ; levantóse poco
· á poco el viento , y fué aumentándo
se con tanta fuerza , que en menos de
una media hora se formó up furioso
huracan . Cualquiera hubiera visto al
instante emblanquecido el mar con su
espuma , inundada da playa por las
olas, árrancados del seno de la tierra
los árboles , y todos los estragos de
una horrenda tempestad. Siguióse la
calma árla tormenta ; pero la acom
80 AVENTURAS DE
pañó una lluvia horrorosa , cayendo
el agua por torrentes. Robinson se re
fugió en su tienda ; no le era ya posi
ble permanecer fuera de ella , y nin
guna cosa por otra parte daba señales
de un nuevo terremoto. No fué habi
table por mucho tiempo esta tienda;
la penetró bien pronto la lluvia , y se
vió precisado Robinson á ir á buscar
un abrigo en lo interior de su caver
na , que el temia ver desplomarse en
el primer momento sobre su cabeza .
Pasó alli todo lo restante del dia y
una noche entera con las angustias de
la inquietud y paver.
Luegoque la vuelta delbuen tiem
po le hubo permitido salir de allí, vi
sitó su habitacion y todo su cercado.
Una parte de su caverna estaba me
dio cegada con las tierras y piedras
que la conmocion habia desprendido ,
y su tienda estaba casi derribada á
ROBINSON CRUSOE. 81

causa de un árbol que los torrentes


de agua habian precipitado sobre ella
de lo alto de la colina junto a la que
estaba jarrimada . Ninguna esperanza
ya de cosecha , a lo menos tocante al
trigo , cebada y arroz que Robinson
babia sembrado al rededor de su em
palizada ; el agua lo habia desarraiga
do todo , y llevádoselo al mar.
Partioselei el corazon á Robinson
con las pérdidas que había esperimen
tado; pero por reconoció la mano que
le heria , ni se bumilló para apartarla
de sobre sí. Apenas se hubo recobra
do del estupor que este infausto suce
so le causó en el principio , cuando
volvió a su apterior confianza y pre
sancion , « He perdido , dijose á sí mis
mo , las semillas que habia colocado
alrededor de mej empalizada , pero á

up tiro,deescopetá de aquí me que


danespigas mas numerosas que la
82 I AVENTURAS DE
tempestad ha respetado ; los torren
tes de agua que las han cubierto por
un momento no parecen por el con
trario mas que haberles dado mas vi
gor. Mi tienda ha venido easi toda á
tierra , у mi caverna está llena de es
combros ; pero aqui están los brazos
que lo formaron todo , y ellos sabrán
repararlo y reponerlo en órden . Si los
terremotos hacen este sitio el mas peli
groso de la isla i iré á establecerme en
otra parte, enla que tendré ciertament
te tanta maña y fuerza como he tenil
> o
do'aquí.» !: 1.
Este discurso soberbio no quedó
impune . " I'I 1,1310
Robinson no pudo regocijarse por
mưšho tiempo al pensar en las nume
rosas espigas que él poseia todavia tá
un tiro de escopeta de su habitacion :
porque no hallando los animales con
que vivir en otra parte ylasdeyoraron .
ROBINSON CRUSOE. 83
En cuanto a aquellos brazos con los
que él contaba tan soberbiamente pa
ra répararlos estragos de da temipes:
tad , y trasladar su domicilio , á otro
paraje más favorecido, los privóbien
pronto de su vigor la enfermedad . ,
--- Hacia ya unos dias que Robipson
estaba incomodado ; pero trataba de
deslumbrarse á sí mismo sobre su es
tado enfermizo , atribuyéndolo ál una
indisposicion que séguraxnente no tent
dria ningunamala resulta Ultima
mente , de asaltó la calentura una ma
ñana tan violentamente , que le obligó
á quedarse en cama todo aquel dia.
En el siguiente se halló mas malo to
davia , y al tercer dia apenas le que
daban fuerzas para dar de cuando en
cuando algunos suspiros y sollozus.
Las escasas palabras que sus labios
pudieron despedir eptónces , las profi
rió para invocar en socorro suyo vá
86 AVENTU
RAS DE .
Dibsz" el que le respondió con el si
guiente speño : apenas se hubo ador
mecido despues de la accesion de su
fiebre, cuando le pareció que estaba
sentado en tierra , fuera del cereado
de su empalizada , en el mismo sitio
en que se hallaba al tiempo dela tém
pestad que se siguió al terremoto . Cre
yó bien pronto verá un hombre arma
do de una lanza ! bajar allí desde una
negra y espesa inube , en medio de un
torbellino de fuego y llamas. Este hom
bre estaba resplandeciente comoel as
tro del dia ; su inobles y magestuosa
presencia infundiaterror. Hizo Robin
son un movimiento para huir, pero
se quedó como ligado por un poder
sobrenatural en el sitio en que estaba
sentado , y vió que la formidable fan
tasma se adelantaba hacia él con la
lanza elevantada y gritándole icon una
voz tremendaz porqueno tehas con
ROBINSON CRUSOE 85

vertido a la vista de tantas señales ,


morirás. Dios es terribleé implacable
con los que le han desconocido ; á lo
menos así le miran ellos. vi
Arrojóse Robinson fuera de su .ca •
maz Heno de pávor. Vuelto en sí ,
quiso reflexionar en aquelsueño, pa
ra desvanecer su funesta ilusion : pero
lel aguardaba allí su conciencia ; la
enal le recordó en un instante todas
las malas aegiones , y desartegladas
ideas con que habia atraido sobre sí
la ira del soberano autor de todo lo
criado; el menosprecio que habia mos
trado a los consejos de su padre ; el
duelo en que habia sumergido a toda
su familia, para seguir su estravagante
y descabezada inclinacion , la repren
sible empresa ,, cuyas consecuencias
babian sido echarle en aquella isla de
sierta ; finalmente la ingratitud con
oquehabia correspondido, despuesde
86 AVENTURASIDE I

su naufragiorná los multiplicados be


neficios de la Providencia; y esclamó
lleno de remordimientos y vergüenza ,
i Ah ! si , lo he menecido to he me:
recido ! t ... TeL Nf
Eo balde quiso , bạbiendo vuelto á
sucama, calmar sus potencias y to
mar algun descanso ; porque de cuat
quier lado que se volviese , tenia det
lante de sí la terrible fantasma ; y en
cualquier objeto que tratase de fijar
sus pensamientos, volvian estos siemi
pre sobre los desarreglos de su vida ,
y sobre el espantoso sueño. No sa
biendo que hacer , fuera de sí mismo
у en una cruel agitación , cogió un li
bro que él habia puesto en una 'silla
juntoa su camaparasentar la lámpa
ra en él : era una Biblia . Abrióla ; sus
ojos al principio recortieron desatina
dos de uno a otro estremo de una pá
gina 3pero se detuvieron muy presto
ROBINSON CRUSOE. 87

en aquellas consolatoriaspalabras, ique


hubieran parecido colocadas llli ( ex :
profesor invócame en el dia detuaflict
cion , te libertaré , mi me glorifica
rás. Estas palabras recordarpo a Ro
binson que Dios ,, al que habia ofendi:
do , no era un Dios implacable tem
plaron su espíritu , comenzaron a es
parcir en suscorazon nosé que afecto
que le hizo continuar con ansia su
lectura. A cada línea hallaba Robin
son palabras consolatorias s por lo
mismoá cada línea se serenaba su ros
tro, y sus ojos perdian algo de su de
sacuerdo . La duloq sonrisa de la es
peranza agitó bien presto sus labios ,
y dió un suspiro levantando las ma
-nos al cielo . En aquel instantel, llegó
de nuevo la enormidad de susfaltas lá
representársele una vez en el ánimo :
volvió ásentir Robinsonque le bervia
380sangre en las venas y quese le hin
88 IAVENTURAS DE
chaba de rabia y desesperacionel cos
razon. Pero la sagrada lectura le ha
bia habilitado para boscar recursos
eontra sí mismo ; se nechó sobre un
erucifijo , que, así como todos los de
masobjetos de religion traidos del pa
vio ; permanecia abandonado en un
rincon de la caverna; y łę apretó con :
tra su corazon , esclamando yDios
miol tendreis compasion delmi ," no
me abandonareis ya ! habeis perdo!
nado tantas culpas en favor de este
divino Redentor de los hombres I Y
no permitiéndole su debilidad perma
necer atrodillado por mucho tiempo,
volvió ás caerse en su cama, pero sin
dejar a quelsanto broquel, detras del
eual dirigia fervorosas oraciones al cie
lo. Oraba todavía y armado del estan
darte de la misericordia z cuando se
durmió . Su sueño fué pacífica ; única
mente una sonrisa Plegaba á asomarse
ROBINSON CRUSOE . 89
de cuando en euando en sus labios,
que despedian dulcemente estas pala
bras de confianza : -; Dios mio ! Dios
mio ! tendreis compasion de mi ; no
me abandonareis ya !

11 Wii
ricordare

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... ‫را از راوداع و‬
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**, ! LeiDol
s'ils u hii, statue
o fbja 1:00 15 *** o)' 1!"
3. Labionistisk ! Lesbaisalu sb (BA
92 AVENTURAS DE
otrashoja en rom , para tomar una
dosis de ello al acostarse , y finalmen
ite., en tercer lugar jasó otra sobre las
parrillas y poniendo la nariztisobre el
humo tan cerca y por tanto tiempos,
cuanto el temor de quemarse y sofo
carse podia,permitirselo. or in th "
-- Habiendo continuado en los siguien
tes dias con este uso del tabaco , se li
bertó, de da calentural enteramente :
pero tardó todavia algunas semanas
en recuperar sus fuerzas. Conociendo
cuán favorables,le serian el ejercicio
y aire del camposiu se aprovechó de
los primeros instantes de su con con
valencia para salir y pasearse.
•3 . Habiendo recobrado del todo sus
fuerzas,pensó ennsatişfacer el desed
queél tepia , hacia yamucho tiempo
de hader una puntuali visita de su isla.
Dirigió su marchànhária la pequeña
babjai sá equęetiabja arribado con su
ROBINSONCRUSOE 93
balsa . Fué caminando a lo largo del
rio , y luego que hubo andado dosmi:
llas subiendo , halló que la marea no
iba mas adelante , y que no era allí
mas que un arroyuelo, cuya agua era
es verdad , muy dulce y buena. .
Este arroyo regaba muchos prados
deleitosos, llanos, y cubiertos de an
hermoso'verde. El terreno , al alejarse
del mar , estaba dispuesto en forma
de anfiteatro . Crecia tabaco en la la .
dera . Vió allí ademas Robinson una
infinidad de otras plantas que le eran
desconocidas , y se dijo asi mismo:
« ¡Ay de mí ! tienen estas plantas qui
zas propiedas tan útiles como las del
tabaco de cuyos benéficos efectos ten
go reciente esperiencia ; pero se per
derán ellas para mí, y será causa mi
ignorancia de que no puedan servirme
de socorro ninguno. Si , en mi niñez ,
hubiera aprendido yoá herborizar ,
94 AVENTURAS DE
éni vez de pasar el tiempo en usar de
travesuras con mis compañerillos , mie
hubiera seguido este hábito al Brasil,
y sabria cuales son las virtudes de es
tas plantas ; porque me acuerdo de
haber visto algunas semejantes en
aquellos paises, pero las hollaba yo ,
sin dignarme: siquiera de iostruirme
de sus nombres »). Habiendo desanima
do algo estas reflexiones á nuestro ami
go , y adelantándose el dia , se volvió
á su habitacion ,
1. Volvió a marchar sin embargo en
el siguiente dia , y habiendo ido mas
adelante que en la víspera , no tardó
en hacer algunos descubrimientos que
le restituyeron el valor. Diversos ár
bolesfrutales de diferentes especies se
presentaron por todas partes á su vis
ta ; la tierra estaba cubiertade melo
nes , y no veia acá y allá mas que uvas
del mas bello aspecto . Su prinaerim !
ROBINSON CRUSOE. 95

pulso fué el de echarsesobre aquellas


producciones de la naturaleza y comer
de ellas lo mas que pudiera , pero se
acordó repentinamente de que habia
visto morir en Berbería á muchos es
clavos inglesespor no habersido mo
derados en comer las frutas del pais;
y se contuvo , pensando , con razon ,
que no hay cosas saludables que no
puedan ser nocivas, si abusamos de
ellas.
Gozoso Robinson con lo que veia
delante de sí á sy derecha e izquierda
iba adelantándose siempre. Llegó á
sorprenderle la noche . Hallándose
muy distante de su morada para vol.
verse a ella , se escojió un alojamien
to totalmente parecido al que le habia
proporcionado un refugio en su pri
mera llegada a la isla , es decir , un
árbol frondoso en el que se colocó de
modo que durmiera:coinodamente.
96 AVENTURAS DE
Continuo su viage en el siguiente dia .
"2
? Despues de haber marchado por
algun tiempo , se halló en un pais des
cubierto que parecia dirigir su declive
hacia el occidente : un arroyuelo de
agua fresca , que salia de una colina,
dirigia su curso hacia la parte opues
ta es decir bácia el oriente : toda aque
la region parecia tan templada , ver
de , y florida , que la hubiera tomado
uno por un jardin plantado por la
mano humana , y era fácil de ver que
reipaba allí una perpetua primavera .
Bajó algo por la cima de este deli
cioso valle ; é hizo una parada allí pa
ra contemplarle descansadamente. La
admiracion se apoderó de sus poten
cias al principio , suspendió por algun
tiempo sus zozobras roedoras , para
hacerle saborear el gusto de ver que
cuanto el contemplaba era su bien ;
que era el señor y rey absoluto de
ROBINSON CRUSOE. 97

aquella region ; que tenia un derecho


sagrado de posesion , y que podia
transmitirla á sus herederos de un
modo tan incontrovertible como se
haria con un feudo en Inglaterra. Los
cacaos , naranjos, y limas que Je ro
deaban , no llevaban fruto en la esta
cion presente ; y se resarció de ello
en los limoneros. No solamente los li .
mones que cogió eran gustosos de co
mer y muy sanos , sino que tambien
mezclado su jugo con el agua , le co
municaba una benéfica frescura.
Robinson , al modo de la hormiga
pensó que en medio de la abundancia
era menester abastecerse para los
momentos de escasez : hizo pues tres

montones , dos de los cuales eran de


uvas , y el otro de limones. De cada
uno de ellos sacó una corta porcion
para llevársela inmediatamente , re
suelto á volver cuanto antes , y per
5
98 AVENTURAS DE
trecharse de un costal o cualquiera
otro mueble , tal como pudiera ha
llarle , para llevarse lo restante. ¡ Que
recurso iba á formarse así para la
mala estacion !
Pero no lo habia previsto ni calcu
lado todo . Cuando volvió , quedóse
sumamente afligido al ver que sus
uvas, que él habia dejado apetitosas ,
estaban enteramente echadas á per
der , desgranadas, arrastradas , espar
cidas acá y állá , y finalmente medio
roidas y devoradas. Concluyó de ello
que habia en la inmediacion algunos
animales que habian hecho todo
aquel destrozo ; y para que no se re
pitiese lo mismo en adelante , colgó
de las ramas de los árboles los pue
vos racimos de uva que cogió , y que
no pudo llevarse ; en donde los secó
y tostó el sol de modo que eran toda
via un alimento muy gustoso .
ROBINSON CRUSOE. 99
Al paso contempló con admira
cion la fecundidad de aquel valle , su
deliciosa situacion , y el beneficio que
él tendria de verse allí á cubierto con
tra las tempestades; y concluyó que
el sitio en que habia fijado su habita
cion , era sin contradiccion el peor de
toda la isla , No habia mucha distan
eia de estas reflexiones á mudar de
casa , é ir á establecerse en aquella fe
raz y deleitosa mansion , despues de
haberse construido en ella un lugar
tan fuerte como el que tenia en la
otra parte .
Robinson formó este proyecto en
su cabeza por mucho tiempo , y la
hermosura del sitio era causa de que
su imaginacion se alimentara de ello
con gusto . Sin embargo cuando llegó
á considerar las cosas de mas cerca ,
y reflexionar que su antigua morada
estaba próxima al mar , halló que es
100 AVENTURAS DE
ta inmediacion podria acarrear algun
acaecimiento favorable para él ; en
vez de que si se encerraba en el cen
tro de la isla , haria imposible su li
bertad ; y se resolvió definitivamente
á no dejar su primera morada .
Estaba sin embargo tan enamora
do de aquel hermoso sitio , que se for
mó en él un pequeño cortijo de un re
cinto bastante espacioso , compuesto
de un vallado doble bien empalizado.
Alli dormia dos ó tres noches consecu
tivas á veces , pasando y volviendo á
pasar por encima del vallado con una
escala , como lo practicaba en la
otra mansion suya. Pudo mirarse
desde entonces como un hombre que
poseia dos casas; la una en la costa ,
para velar sobre el comercio y ar
ribo de las naves ; y la otra en el cam
po , para hacer la siega y vendimia .
Habia acabado apenas las fortifica
ROBINSON CRUSOE. IOI

ciones de este delicioso cortijo, cuando


las lluvias llegaron a desalojarle de alli
echándole hacia su fortaleza . Para
esplayarse , y hacer al mismo tiempo
algo útil en aquella especie de prision
á donde los malos temporales le con
finaban , trabajó en agrandar su ca
verna. Aun'acabó abriendo su peña
de parte á parte , á fin de formarse
una entrada y salida libres á espaldas
de sus fortificaciones. Era inutilizar
cuantas precauciones habia tomado
en los principios , para que no se pu
diese penetrar en su cercado de otro
modo que con la escala ; pero se des
vanecian sus temores á proporcion de
que se aseguraba de no ser habitada
la isla. La mayor criatura que se ha
bia presentado hasta entonces á su
vista , era un macho cabrío ; y no sa
bia que de cuando en cuando algunos
antropólagos , que vivian en varias is
10
TEC
DC
102 AVENTURAS DE

las inmediatas , iban'á comerse allí á


sus prisioneros.
El 30 de setiembre era el cumple
años de su funesto desembarco . Viólo
por su calendario que era de una
especie muy estraordinaria. Habia le
vantado , diez á doce dias despues de
su naufragio , á orillas del mar un
gran pilar cuadrado, en el que grabó
esta inscripcion : Vine á esta isla el
30 de septiembre del año de 1659 .
Hacia una muesca todos los dias en
este pilar ; cuya muesca era doble
mente mayor todos los siete dias ; y
Robinson la substituía todos los me
ses con otra mucho mayor todavía .
Habiendo consultado este almanaque
en la época de que hacemos mencion
halló que estaba en tierra tres años
hacia . Habiendo vuelto enteramente
á sus obligaciones decristiano , obser
vó aquel dia como un dia de ayuno
ROBINSON CRUSOE . 103
solemné, dedicándole á ejercicios re
ligiosos , postrándose con una profun
da humildad , y reconociendo la jus
ticia de Dios sobre sí .
Debió tanto mas darse el parabien
entonces de haber iuventado aquel
modo de contar los dias cuanto en
aquella misma época , se halló total
mente agotada la tinta que él habia
sacado del navio ; lo que le hubiera
puesto en un sumo embarazo, si se
hubiera servido de ella hasta entonces
para computar el tiempo.
Comenzaba tambien á familiarizarse
con el clima de su isla : no se dejaba
sorprender ya de la estacion lluviosa ,
ni de la seca ; y aun supo aprovecharse
de las luces que habia adquirido sobre
esta materia , para reparar las pérdi
das que su imprudencia le habia cau
sado en la época del terremoto . No
le quedaba mas trigo , cebada y ar
104 AVENTURAS DE
roz , que lo poco que él no habia
podido sembrar entonces, por falta
de instrumentos para remover y pre
parar la tierra con bastante prontitud.
Si hubiera aventurado esta semilla en
las cercanias de la estacion árida , hu
biera perecido ella infaliblemente ; pú
sola pues en tierra por el mes de fe
brero , algo antes del equinoccio de la
primavera , es decir algo antes de la
época de las lluvias en su isla . Habien
do tenido su grano para humedecer.
se los meses de marzo y abril , brotó
muy acertadamente , y dió una co
piosísima cosecha . Estudiando bien los
momentos favorables para la semen
tera , aun llegó á coger en lo sucesi
vo dos cosechas por año.
Habia conseguido hacerse , aunque
no sin mucho trabajo , una pala de
madera ; con cuyo instrumento , poco
cómodo , revolvia la tierra , у la pre
ROBINSON CRUSOE . 105

paraba para recibir sus siembras.


Cuando estaba maduro su trigo, cor
tábale con un sable , de que él se ha
bia labrado una especie de hoz. Los
pájaros le hubieran ahorrado gustosos
la pena de ello , y le causaron sumos
destrozos al principio. No sabia Robin
son como alejarlos de allí. Discurrió
ultimamente atar á una estaca tres ó
cuatro de aquellos ladrones, que ha
bia matado á escopetazos. Sirviendo de
espantajo este ejemplo , produjo elme
jor efecto posible ; y Robinson en lo
sucesivo no tuvo ya altercado ningu
no sobre su trigo con la familia vola
til . Quedaban los cuadrúpedos tales
como los machos cabríos , muy comu
nes en aquella isla y que hubieran
querido que se les diera licencia para
devorar el grano conforme iba salien
do de la tierra. Pero no hicieron per
juicio mas que una sola yez ; Robinson
3 *
106 AVENTURAS DE
cerró su trigo con un vallado que se
estendia todo alrededor , y para cuya
custodia autorizó al buen Leal, queno
se hallaba con humor de sufrir que
saltaran por encima .
Tuvo que vencer nuestro amigo
otras muchas dificultades todavia án
tes de llegar á hacerse pan .
Tenia ne
cesidad de una piedra de molino para
moler su trigo , de un costal ó tamiz
para preparar su harina , y separarla
de las vainas y salvado , y finalmente
de un horno para cocerla cuando es
tuviera amasada . Si él no podia pro
porcionarse puntualmente todas estas
cosas , era menester á lo menos que
se proveyese de otras que pudiesen
substituirlas con corta diferencia : y
lo logró .
Lo que trató de proporcionarse al
principio , fué un mortero de piedra
para machacar ó trillar su trigo : por
ROBINSON CRUSOE. 107
que en órden á construirse un molino
exigia esto tanto arte , que ni aun si
quiera le pasaba por la cabeza el po
der conseguirlo. Sin embargo , por mas
diligencias que hizo , no balló piedra
que fuese bastante gruesa y tuviese
suficiente diametro , para que pudiese
ahondarla у formar de ella un morte
ro . Tuvo precision de servirse de un
fuerte tajo de madera que labró con
su bacha por defuera , y que ahueco
despues con la ayuda del fuego. Se
halló facilmente la mano del morte
ro , que Robinson hizo de una made
ra dura y pesada que llaman madera
de hierro ,
Ajustó dos corbatas de tela de al
godon , de modo que hiciesen las ve
ces de cedazos ó tamiz .
En cuanto al horno , se atormentó
por mucho tiempo Robinson para ima
ginar los medios de fabricar uno. Dió
108 AVENTURAS DE
al cabo , sobre este particular , en una
invencion harto ingeniosa ; hizo algu
nos vasos de tierra muy anchos, pero
poco profundos, es decir , que podian
tener dos buenos pies de diametro sin
presentar mas que nueve pulgadas de
profundidad , y los coció en el fuego.
Cuando queria enhornar su pan , co
menzaba calentando bien su hogar ,
que estaba enlosado con ladrillos cua
drados. Luego que su leña estaba re
rucida en ascuas con escasa diferencia ,
estendia estas á lo largo y ancho de
su hogar , de modo que le cubriesen
enteramente. Al cabo de unos instan
tes apartaba aquellas ascuas , barrién
dolas con mucho aseo ; ponia en su lu
gar despues la masa , que cubria al
punto con uno de los vasos de tierra
cuya descripcion llevamos dada mas
arriba ; y reconcentraba el calor allí ,
recogiendo alrededor las ascuas y ce
ROBINSON CRUSOE 109

nizas. De este modo , hacia cocer sus


panes tan bien y perfectamente como
en el mejor horno del mundo . No
contento con hacer de panadero , se
jactaba tambien de pastelero , pues
hizo muchos pasteles de arroz.
Tambien habia conseguido formar
en su cortijo un rebaño de machos
cabrios y cabras , que le abastecian de
cuanta leche y carne podia desear él ,
por cuyo motivo en aquella época vivia
en la abundacia de todas las cosas ne
cesarias a la vida , y aun de cuando en
euando podia regalarse con algunas go
losinas.
Le habia costado sumo trabajo el
coger sus primeros machos y cabras .
Para lograrlo , tendió redes al prin
cipio , pero no bastó esto . Los anima
les que se cogian en estas redes, las
rompian despues de comido el cebo.
Probó despues el medio de un ar
1o AVENTURAS DE
madijo. Esta segunda tentativa no fué
mas acertada que la primera. Recur
rió ultimament e á las trampas ; las
cuales fueron inútiles tambien en el
principio; pero luego que las hubo
perfeccionado , llenaron sus fines per
fectamente : una mañana , halló en una
un cabron viejo estraordinariamente
grande ; y en la otra tres cabritos, el
uno macho y los otros dos hembras.
El cabron era tan bravio , que no
sabia que destino darle Robinson , y
no se atrevia á entrar en su armadijo ,
para llevarle. Le hubiera sido fácil ma
tarle ; pero ¿ á que fin lo hubiera he
cho ? Permite Dios que el hombre se
alimente con la carne de los animales ;
pero unicamente es de bárbaros el ha
cerlos sufrir en balde . Robinson desa
tó pues este , y le dejó en pleoa li
bertad .
Tocante a los cabritos , los sacó uno
ROBINSON CRUSOÉ . III

por uno de su hoya; y atándolos to


dos tres con una misma cuerda , se los
llevó a su morada.
Pasóse algun tiempo antes que los
animalillos quisieran comer ; pero ten
tados por último del buen grano que
Robinson les ponia delante , comen
zaron a comer y á domesticarse.
Ocupóse inmediatamente en cons
truirles una especie de coto , en que
los encerró. Era un terreno largo de
unas ciento y veinte varas , y ancho
de unas doscientas , que Robinson cer
có de un vallado. Prosperaron allí sus
prisioneros; y aun se multiplicaron en
tanto grado , que hubo en el espacio
de año y medio un rebaño de doce
cabezas ,2 entre cabritos у cabras.
112 AVENTURAS DE

wwww

CAPITULO VIII.
Inmensos trabajos de Robinson para hacerse una
canoa ; pertrecha su guarda ropa

Todos estos beneficios no podian ha


cer olvidar á nuestro desgraciado ami
go las bellas regiones en que habia ve
nido al mundo , y á los que , mas
afortunados que él , vivian todavia en
ellas. Privado de toda comunicacion
con los hombres, y sin duda para
siempre , era dolorosa semejante idea .
Robinson se esforzaba siempre a des
terrarla de su ánimo, é incesantemen
te anhelaba por la ocasion de juntar
se otra vez con sus semejantes. La re
ligion , á la que él habia vuelto since
ramente , le imponia como una obli
ROBINSON CRUSOE. 113

gacion el paciente y resignado sufri


miento de sus males; pero ella no le
vedaba semejantes deseos : pues esta
madre del mundo civilizado se com
place en ver unidos con los vínculos
del pacto social á los mortales ;su pri
mera solicitud se dirige á instruirlos
en la vida comun , y reciprocidad de
socorros ; y solamente la falsa devo
cion puede complacerse en la soledad .
Pero no siempre acrisolaba Robinson
sus deseos en la divina antorcha de la
sabiduria ; por lo que ellos le hicieron
formar ridículos proyectos y empre
sas inconsiguientes.
Desde su cortijo , que dominaba
sobre el Océano , habia descubierto
un dia la tierra a la distancia de unas
quince leguas . Esta tierra no podia
menos de depender de la América , y
con arreglo á cuantos computos hizo
Robinson , creyó que debia confinar
114 AVENTURAS DE

con los paises españoles , pudiendo es .


tar habitada enteramente por salva.
ges , quienes , si él hubiera arribado
á ella , le hubieran hecho padecer sin
duda una suerte mas dura que lo era
la suya . No tardó mucho sin embar
go en buscar los medios de llegar á
aquella tierra. Comenzó yendo á visi
tar la chalupa del navio , que la tem
pestad , despues del naufragio , llevó
bien adelante en la arena , y la volvió
de arriba abajo. Si hubiera tenido á
alguno para recorrerla , y echarla des
pues al mar , hubiera podido servir
esta lancha todavia para la ejecucion
de su proyecto ; pero reducido á sus
únicas fuerzas, le era tan imposible
el repararla y botarla al mar , como
el remover la isla . Lo emprendió sin
embargo , y se fué á los montes en que
cortó palancas y rodillos que trajo al
parage de la chalupa ; persuadiéndose
ROBINSON CRUSOE . 115
de que si una vez podia sacarla de
allí , no le seria dificultoso reparar los
daños que ella hubiera recibido , y
transformarla en un buen batel , con
el que pudiera aventurarse sin temor
por el mar.
No consumió menos de tres ó cua
tro semanas en esta infructuosa tarea .
Viendo ultimamente que no le basta .
ban sus fuerzas para levantar una tan
pesada carga , se puso á ahondar por
debajo , y emplear el uso de la zapa ,
para hacer caer aquella maldita lan
cha , colocado al mismo tiempo mu
chos maderos, para que ella pudiese
caer sobre su fondo . No acertó mas
de este modo que del otro .
La leccion era buena ; la que , no
bastando , fué seguida de otra segun
da . No se lleva razon nunca cuando se
lucha contra obstáculos invencibles ; y
si supieramos cuantas penas y senti
116 AVENTURAS DE
mientos se originan de las acciones in
consideradas , no emprederiamos nada
sin reflexionarlo maduramente . « i Y
bien dijo Robinson en sí mismo , me
es preciso abandonar esta chalupa ; si
me hiciera yo del tronco de un árbol
una canoa semejante a los los na
que
turales de estos paises se hacen ! » Y
no siendo ya mas que la dificultad de
transformar el tronco de un árbol en
una canoa ; y olvidando que si él no
hace esta canoa en la orilla del mar ,
no podrá llevarla allá mas que la cha
lupa , deja nna eminencia entre sí y
la playa , y va á cortar un cedro en
el monte inmediato .
Este cedro era uno de los mas her.
mosos; tenia , cerca del tronco , cinco
pies y diez pulgadas de diametro. An
tes de conseguir el derribarle , se ocu
pó incesantemente Robinson , por es
pacio de veinte dias , en hacerle asti
ROBINSON CRUSOE. 117
Hlas у cortarle por el pié. No gastó
menos de otros quince dias en chapo
darle y cortar su vasta y espaciosa co
pa. Le fué necesario un mes para la
brarle y acepillarle con medida y pro
porcion , á fin de hacerle algo seme
jante á un batel , para que pudiese flo
tar derecho.
Le bastaron apenas tres meses en

teros para labrar lo interior , y ahon


darlo de modo que hiciera las veces
de una perfecta lancha . Vióse ultima
mente poseedor de un hermosísimo
bote bastante capaz para llevar vein--
te y seis hombres, y suficiente por
consiguiente para él , y toda su car
gazon .
Ufano en estremo Robinson de ha
ber hecho por sí solo aquel barqui.
chuelo , bogaba ya con la imaginacion
sobre los campos cerúleos , tratándo
se únicamente de conducir el barco
al mar .
118 AVENTURAS DE

El primer obstáculo que se presen


tó fue la eminencia que mediaba en
tre la playa y él. No atemorizó sin
embargo este obstáculo á Robinson ,
el cual resolvió desvanecerle entera
mente con la pala , y aun reducir en
declive la altura . Pero luego que , des
pues de un infinito trabajo hubo alla
nado esta dificultad , no se vió mas
adelantado con ello ; porque le fué tan
imposible el remover aquella canoa
como la chalupa mencionada .
Midió entonces lo largo del terreno ,
y formó entonces el proyecto de abrir
un canal para hacer venir el mar has
ta su canoa . Pero habiendo computa
do cuales debian ser la profundidad y
latitud de semejante canal, y hallado
que le serian necesarios seguramente
diez años de molestias y tarea antes
de haberle acabado , abandonó la fa
tal canoa , llorando de despecho , y
maldiciendo su inconsecuencia .
ROBINSON CRUSOE. 119
No pudo llorar por mucho tiempo
sobre esta desgracia. Apenas hubo ce
sado de ser carpintero, cuando se bi
zo sastre. Comenzaban á deteriorarse
sus vestidos. Por mas calor que hicie .
ra en su isla , no le era posible pasar
se sin ellos: estando desnudo , pade
ceria mas con el ardor del sol , que
le causaba dolores agudos en todo el
cuerpo. Recojiendo todos sus andra
jos , logró hacerse , despues de sumo
trabajo , una especie de ropon , dos ó
tres chupas , y otros tantos calzones.
En aquella circunstancia , pensó
tambien en utilizarse de las pieles de
cuantos animales habia matado cazan
do ; pues las conservaba cuidadosa
mente. De ellas se fabricó en los prin
cipios una gorra , volviendo hacia afue.
ra el pelo y despues una chupa y cal
zon . Deseaba ademas muy ardiente
mente formarse un paraguas , á fin de
1 20 AVENTURAS DE

tener un abrigo contra el sol y la llu


via , que es muy peligroso recibir , en
aquellas regiones , en el cuerpo.
Pero le costó esta obra mas traba
jo y tiempo que todas las demas ; y
la volvió a comenzar muchas veces :
queria un quitasol que él pudiese ple
gar á su voluntad . Consiguió hacer
finalmente uno , y le cubrió con pieles.
ROBINSON CRUSOE. 121

CAPITULO IX .
Robinson consigue botar una canoa , de que se sirve
para dar la vuelta à su isla por mar .

No habia renunciado para siempre


Robinson al designio de construirse
una canoa , de la que pudiese valerse
para dejar su isla. A él volvió en lo
sucesivo; pero corregido con la espe
riencia , fué mas prudente en aquella
vez , se escogió un árbol menos grue
so ‫و‬, y cuidó de que no mediara emi
nencia ninguna entre la playa y el si
tio en que escogió aquel árbol.
Acabada la canoa ‫و‬, ahondó un canal
profundo de seis pies, y ancho decua
tro, para conducirla al mar. Esta última
operacion le costó dos años de trabajo.
6
I 22 AVENTURAS DE
Otro inconveniente ; apreciada esta
canoa en su justo valor , no era mas
que un débil esquife ;y considerándola ,
Robinson cuando fué botada al agua ,
comprendió ciertamente que ella no
podria servirle nunca para hacer un
viage como el que el proyectaba tanto
tiempo hacia. No quiso malograr sin
embargo totalmente el fruto de sus
penas, y resolvió dar la vuelta á su
isla por mar . '
Este proyecto era tambien uno de
los mas imprudentes ; Robinson no
conocia la costa , y corria los mayores
peligros al aventurarse así: como no
tardó en esperimentarlo .
- La isla tenia en su levante un gran
realce de peñas que se adelantaban
dos leguas en el mar ; las unas se ele
vaban por encima del agua , y las otras
permanecían ocultas: fuera de lo cual
habia , al cabo de estas peñas, un gran
ROBINSON CRUSOE. 123

bajío arenoso que estaba en seco , y se


internaba una media legua en las olas ;
de modo que para doblar esta punta
le era necesario á Robinson alargarse
bien en el mar .
No bien hubo llegado á ella , cuando
se halló en corriente tan violenta como
pudiera serlo una presa de molino. Es
ta corriente se dirigia bácia mar alta ,
у arrastró con tanta fuerza á Robin
son que no le fué posible retener nun
ca su bote cerca de la playa . La cal
ma que reinaba, no le dejaba esperar
nada de los vientos , y toda su manio
bra era en balde. Túvose por un hom
bre perdido: todas sus provisiones con
sistian en un puchero lleno de agua
fresca , y una gran tortuga .
« Cuan facil le es á la Providen
cia , decia dentro de sí mismo , el
transformar la condicion mas triste en
otra mas deplorable todavía !»
124 AVENTURAS DE
Su isla , de la que él habia maldeci -
do tantas veces, le parecia entonces el
mas delicioso sitio de la tierra : cuan
ta felicidad deseaba él , se reducia á
volver á ella .
« ¡ Feliz desierto ! esclamaba vol
viendo hacia su isla la vista , feliz de
sierto ! no te volveréá ver ya ! ¡ Cuan
desgraciado soy ! ¡ Fatal inquietud !
me has hecho dejar esa preciosa man
sion ; pero qué no daria yo ahora por
volverme allá ! »
No es posible pintar la consterna
cion en que Robinson se hallaba. Ma
niobraba sin embargo con todas sus
fuerzas, procurando resistirse al cor
riente que le llevaba siempre ; pero
desesperando de su salud , porque ya
estaba á una prodigiosa distancia de
su isla la que casi no veia mas ; y pa
ra colmo de su desgracia, habia olyi
dado su brújula.
ROBINSON GRUSOE . 125

Un viento que se levantó repenti


namente del sud-sudeste , le restituyó
las esperanzas y valor ; este viento
conducia hacia la tierra , y era mas
favorable por momentos. Robinson
arribó en breve al porte de su isla , por
el lado opuesto al de su partida . Ha
biendo arribado, se arrodilló , besó
por diferentes veces la tierra , y dió
gracias al cielo por el inesperado socor
ro que él le habia enviado.
Para concebir uno la alegría que es
perimentaba entonces Robinson , le es
necesario haber recibido su perdon en
el momento de ir á ser ajusticiado , ó
al tiempo que estaba inmediato á caer
bajo los puñales de una cuadrilla de
asesinos .
Estaba molido de cansancio . Ha
biendo llevado su canoa á una pequeña
ensenada que él habia vislumbrado
bajo un espeso sombrio que podia
126 AVENTURAS DE
ocultarla , y guarecerla contra todo
evento , se apresuró á llegar a su cor
á
tijo , del que sereconoció cercano ,
fin de descansar alli con toda como
didad .
Habiendo llegado á él no quiso to
marse la molestia de hacer su cama ,
y se acostó á la sombra de su vallado.
Habiéndose dormido ; discúrrase
cuanta fué su sorpresa de verse desper
tado por una voz que le llamaba con

su propio nombre: Robinson , pobre


Robinson Crusoé , en donde habeis
estado? ¡ Como habeis venido aqui ?
Estas son las palabras que él oyó pro
ferir y repetir , harto mal en el prin
cipio ; porque estaba tan cansado que
no se despertó del todo en el primer
momento .
Medio se levantó , muy pasmado,
y consternado en estremo ; pero le
aquietó la vista de su papagayo . Ha
ROBINSON CRUSOE . 127

biéndose escapado este pájaro de su


jaula durante la ausencia de Robin
son , y visto dormido á su amo , fué á
sentarse en el vallado , desde donde le
decia aquellas bonitas cosas que tenia
aprendidas de él . Llamóle Robinson ,
el amable papagayo fué á posarse en su
dedo pulgar , y le repetia , como si se
alegrara de volver á verle , los dichos
que le habian despertado.
128 AVENTURAS DE

CAPITULO X ,

Robinson vuelve á su caverna , en la que continua sus


trabajos. Muere su perro. Paseándose ve la señal
de un pié , y balla los despojos de un festin de an
tropófagos.

Vuelto Robinson á su habitacion ,


y fastidiado de aquella nueva especie
de viage marítimo , volvió a sus tareas
domésticas. Bajo cuyo aspecto se
perfeccionaba mas y mas todos los
dias. Habia inventado una rueda por
cuyo medio daba una forma suma
mente comoda á sus vasijas , que eran
anteriormente toscas en estremo. Tam
bien acertó á fabricar una pipa , con lo
que se alegró sobremanera , porque
era muy amigo de fumar.
Habiendo encontrado por último un
RORINSON CRUSOÉ . 129
árbol cuyas ramas tenian la flexibili
dad del mimbre, se hizo algunos ca
nastillos , que aunque estaban mal con
torneados, no dejaron de serle utilísi
mos.

Todo prosperaba tanto en su forta


leza como en su cortijo ; y habituán
dose el mísero solitario á la idea de per
manecer en su isla , comenzaba á con
templar su suerte con ojos menos tris
tes , cuando una nueva desgracia llegó
a contristar su vida : perdió al compa
ñero de sus pesares y tareas, á su ami
go único, á Leal . Este perro murió de
vejez ; y Robinson le vió irse apagan
do , sin poder asistirle con el menor
socorro . El pobre animal conservó
hasta el postrer momento su afecto
para con su amo , y espiró haciendo
un esfuerzo para arrastrarse á sus piés.
En nuestras ciudades , un acaeci
miento semejante no hace una suma
6*
130 AVENTURAS DE

impresion sobre nosotros: tenemos tan


tos amigos , que casi no hacemos la
menor atencion al mejor de todos
ellos. Es mucho si consigue de nosotros
una lágrima en su muerte; y aun la en
jugamos bien presto, temiendo que ella
dé un motivo de irrision á nuestros ve
cinos. Pero Robinson se quedaba solo
despues de perdido Leal, y le lloró
con amargas lágrimas. Lorito no po
dia substituirle ; el Loro no es mas
que un frio y servil imitador ; acaba
aprendiendo á proferir las palabras
que le repetimos con frecuencia ; pe.
ro las profiere maquinalmente , y de
un modo que nos hace ver que no
les aplica idea ninguna.
Un perro no habla , pero todo él
es sentimiento y alma ; alhaga ince
santemente , y se nota que alhaga á
causa de que quiere. Le hallamos á
medias en todas nuestras penas y re
ROBINSON CRUSOE . 13
creos , da brincos cuando estamos ale
gres ; y anda con las orejas caidas
cuando estamos tristes ; finalmente no
hay ni siquiera un solo afecto nues
tro de que él no parezca participar.
Robinson tenia tambien dos gatos ;
pero el natural de este animal no va
le ni con mucho el del perro .
Estuvo como inconsolable por es
espacio de algunos dias ; corria por
una y otra parte , atravesaba su isla
por todos los lados , no sabiendo co
mo distraerse de una memoria que le
conmovia el ánimo y partia el corazon .
Si encontráramos á un hombre con
los atavios en que estaba Robinson en
tonces , nos asustariamos, ó reventa -
riamos de risa . Figúrese cualquiera
una idea de la figura de Robinson por
el retrato suyo que vamos a hacer.
Llevaba un sombrero de una des
comunal elevacion , sin copa , y he
‫܂܃ ܃ ܃ ܃ ܂‬ ‫ ܃ ܃‬،،
132 AVENTURAS DE
cho de piel de cabra . Por detras, ha
bia atado un medio pellejo de macho
cabrio que le cubria todo el cuello ;
era con la mira de preservarse contra
el ardor del sol , y de impedir que el 1
agua penetrase dentro de sus vestidos.
Tenia una especie de ropon corto ,
hecho de piel de cabra , como su som
brero . Sus ribetes le bajaban hasta
las rodillas : los calzones estaban abier
tos enteramente ; era la piel de un ca
bron , cuyo pelo era tan estraordina
mente largo que bajaba , como suce
de con los pantalones, hasta media
pierna.
No tenia medias ni zapatos; para
cubrirse las piernas , se habia hecho
un par de una especie de borceguies ;
atábalos como se atan las polainas ; y
su forma era estraña y bárbara , co
mo la de la restante vestimenta suya .
Tenia dos cinturones , tambien de
piel de macho cabrío.
ROBINSON CRUSOE . 133

El primero le servia para llevar una


sierra y una hacha , la una de un la
do , la otra del otro .
El segundo le colgaba por encima
de los hombros. Le babia acomodado
dos bolsillos, poniendo en uno su pól
vora , y en otro sus perdigones.
Llevaba al hombro un canastillo ,
en las espaldas una escopeta , y sobre
la cabeza un quitasol hecho harto tos
camente.
En cuanto a su rostro , no estaba
tan tostado como se hubiera podido
creer de un hombre que no tenia cui
dado ninguno de él , y que no -distaba
de la línea equinoccial mas que ocho
á nueve grados.
Se habia dejado crecer una vez la
barba hasta la largura de dos tercias
de vara ; pero como tenia tijeras y na
vajas de afeitar, se la cortaba comun
mente bastante á raiz , escepto la que
134 AVENTURAS DE

le crecia sobre el labio superior. Se


habia complacido en formar con ella
unos bigotes á la mahometana , y pa
recidos á los que llevaban los turcos
que él habia visto en Salé .
Pero esta figura, tan acomodada pa
ra espantar, no le preservó á él mis
mo del espanto en uno de sus paseos.
Un dia en que se encamipaba bá
cia el parage en que habia dejado su
canoa , vió en la arena muy distinta
mente las señales de un pié desnudo
de hombre. Quedóse parado de repen
te , como si le hubiera asaltado un
rayo. Púsose á oir , y lo miró todo al
rededor de sí ; pero no vió ni oyo na
da . Subió á una pequeña eminencia
para estender su vista , bajóse de allí
y fué à la playa, pero no descubrió
nada de nuevo , ni vestigio ninguno
humano .
Se volvió atrás , con la esperanza
ROBINSON CRUSOE. 135

de que sa temor no era quizas mas


que el efecto de un juego de su ima
ginacion ; pero vió de nuevo las mis
mas señales de un pié desnudo , el de
do pulgar , talon , y finalmente todos
ios indicios de un pié de hombre.
Huyó hácia su fortificacion , vol
viendo atrás la vista á cada paso , y
tomando por enemigos emboscados á
cuantos chaparros encontraba. No
bien hubo llegado á su morada , cuan
do se metió en ella como uno a quien
van persiguiendo.
No pudo dormir en toda la noche ;
se aumentaban sus temores, á propor
cion que él se apartaba de la causa de
su espanto : bien opuesto , bajo este
aspecto , á lo que comunmente acaece
á cuantos animales tienen miedo . Se
hallaba tan perturbado, que llegó
hasta el grado de imaginarse por un
momento que habia venido exprofeso
136 AVENTURAS DE

el diablo á su isla para amedrentarle.


Esta loca idea no podia ocuparle
por mucho tiempo ; volvió a creer
bien presto otra vez que únicamente
una quimera motivaba su temor.
« Dios mio , dijose en sí mismo , habré
seguido , al volver de mi chalupa , el
mismo camino que al ir á ella , y me
habran amedrentado mis propias hue
llas » Volvió pues de nuevo al paraje
de que tratamos ; pero habiendo lle
gado al sitio , se convenció de que no
era posible que hubiera salido de su
barca cerca de allí . Halló por otra
parte el vestigio consabido mucho
mayor que su pié ; lo cual llenó de
nuevas agitaciones su corazon , y de
nuevos yahidos su cerebro .
Persuadido de que algunos salvages
habian desembarcado en su isla , ó
bien que esta se hallaba habitada , y
que él corria peligro de verse acome
ROBINSON CRUSOE. 137
tido de improviso , queria al princi
pio derribar sus cercados , y echar
otra vez á los montes su rebaño do
mesticado , de miedo que los antropó
fagos llegasen á descubrirle , y sospe
char así su existencia .
Pero calmándosele mas el ánimo ,
le fijó de allí á poco en la mas razona
ble de estas dos conjeturas , y pensan
do que no habia realmente mas mo
radores que él en su isla , pero que
segun las trazas venian á ella algunas
veces con una chalupa de intento , ó
en virtud de contrarios vientos , no
trató ya mas que de ocultarse y for
tificarse .
Comenzó a pesarle entonces el ha
ber abierto tan adelante su caverna ,
у dádole una salida en la espalda de
sus fortificaciones.
Para remediar este inconveniente ,
que podia serle fatal en caso de ata
S
138 AVENTURA DE
que , resolvió formarse up segundo
atrincheramiento con la misma figura
de un semicirculo por aquella parte ,
en que habia plantado , muchos años
hacia , una doble hilera de árboles.
Estaban tan apiñados , que bastaba
un corto número de empalizadas en
tre ellos para transformarlos en una
fortificacion suficiente.
Habia dos defensas por delante de
su caverna ; la esterior estaba rebati
da con maderos , cables viejos, y
cuanto él habia creido propio para re
forzarla . Aumentóla todavia : la hizo
gruesa de mas de diez pies á puro
traer allí tierra , á que él daba con
sistencia - andando encima. En ella
abrió cioco aberturas , para colocar
cinco mosquetes que babia sacado del
navio , y que destinó á hacer las veces
de artilleria.
Habiéndose acabado esta obra, lle
ROBINSON CRUSOE. 139
nó un grande espacio de tierrà por
fuera de la defensa , con renuevos de
aquella madera de que habia hecho
canastillos , y que eran propios para
afirmarse y crecer en poco tiempo.
Hincó de ellos en la tierra , en un so
lo año , mas de veinte mil .
Formaban ya de allí á dos años un
espeso bosquecillo ; y al cabo de se is
presentaban un monte de tanta espe
sura y fuerza , que absolutamente no
se podia penetrar en él , y que a nin
guna alma viviente le hubiera podido
ocurrir que se ocultara allí la mora
da de una criatura humana .
Como no habia dejado avenida nin
guna en su castillo , porque es menes
ter nombrar así en lo sucesiyo su mo
rada , se servia , para entrar y salir de
él , de dos escalas; con la primera su
bia hasta un parage de la peña en que
habia espacio para sentar la segunda.
140 AVENTURAS DE
Retiradas las dos escalas, no habia
ya medio ninguno para introducirse
en su morada.
Le restaba proveer a la seguridad
de su rebaño de cabras, que comen
zaba no solamente á serle de un gran
recurso en las presentes ocasiones, si
no que tambien , para lo sucesivo , le
hacia esperar el ahorro de sus perdi
gones y pólvora , que sin ello hubiera
debido emplear en la caza de las ca
bras monteses.
No halló mas que dos medios para
preservarlas de todo insulto .
El primero era abrir otra caverna
debajo de tierra , y encerrarlas allí
todas las noches.
Y el segundo , hacer dos o tres cer
cadillos , distantes los unos de los
otros , y lo mas ocultamente que fue
ra posible, en cada uno de los cuales
pudiera encerrar una media docena
ROBINSON CRUSOE. 141
de cabras jóvenes , a fin de que si acae
cia algun desastre al rebaño en jeneral,
pudiese rehacerle en breve tiempo y
con poco trabajo.
Habiendo hallado el primer cerca
do , que la naturaleza habia costeado
casi por entero , andaba en busca del
segundo ; y adelantaba para ello mas
de lo que todavia lo habia hecho , há .
cia la punta occidental de la isla cuan
do desde una altura creyó ver bien
adelante en el mar una chalupa .
Habia hallado algunos anteojos de
larga vista en uno de los cofres que
habia salvado del navio , pero que
por desgracia no llevaba consigo en
tónces ; y se bajó de la colina no sa
biendo si debia dar crédito al testi
monio de sus propios ojos.
No permaneció en esta incertidum .
bre por mucho tiempo ; pues le sacó
de ella un espectáculo lleno de horror,
142 AVENTURAS DE
Apénas hubo dado algunos pasos ,
cuando balló la tierra sembrada de
craneos , manos , pies, y otros huesos
de hombres . Allí habia tambien las
reliquias de un festin , y un banco
abierto en la tierra con forma circular.
ROBINSON CRUSOE. 145

CAPITULO XI.

Robinson pelea contra los antropófagos, y libertà


á una de sus víctimas.

RECONOCIENDO Robinson en estas se


ñales nada equívocas que acababaa de
alimentarse algunos hombres allí con
la carne de sus semejantes , retroce
dió estremeciéndose. Con frecuencia
habia oido hablar de aquellos horren
dos festines, pero su vista le ofendió
sin embargo , como si la cosa no le
hubiera ocurrido jamas en la imagina
cion . Por mas que apartó sus ojos de
aquel repugnante espectáculo , sintió
revolvérsele el estómago ; y aun iba á
desmayarse , si la naturaleza no le hu
biera aliviado con un fortísimo vómito.
144 AVENTURAS DE

Se apresuró á llegar a su morada , dan


do gracias a Dios de baherle hecho
nacer en una parte del mundo remo
ta de tan abominable pueblo.
Abandonó , desde aquel momento ,
los pacíficos trabajos en que se habia
ocupado por tanto tiempo. No pensó
ya mas que en continuar fortificando
su habitacion y armar lazos á los sal
vajes ; porque la vista de las pruebas
de su barbarie le habia ipfundido tan
to borror contra aquellos monstruos ,
que dedicó varios dias y noches á bus
car los medios de aniquilar á algunos
de ellos , en el seno mismo de sus
crueles divertimientos.
A los principios pensó en abrir una
mina por debajo del sitio en que ellos
hacian su lumbre , y poner allí cinco
ó seis libras.de pólvora , que , encen
diéndose desde que su lumbre pene
trara en ella , haria volar cuanto se
ROBINSON CRUSOE. 145
hallara en las inmediaciones .
Pero esta mina podia no producir
efecto ninguno ; y le quedaba poquí
sima pólvora á Robinson , para que
él quisiera arriesgar el sacrificarla en
balde.
Desistió pues de este designio , y se
propuso emboscarse en un sitio com
petente , con sus tres escopetas carga
das con tiros dobles. Podia disparar
desde allí contra aquellos hárbaros
en medio de su horrenda ceremonia ,
seguro de matar ó herir cuando me
nos á dos ó tres con cada tiro , y aca
bar con los restantes , aun cuando fue
ran una veintena , cayendo con su sa
ble sobre ellos.
Consumió muchos dias en buscar
un sitio acomodado para la ejecucion
de este designio , aun bajando á me
pudo hasta el sitio del banquete de
los caníbales , para animarse á la car
7
148 AVENTURAS DE
de miedo que le descubriese el humo ;
ni iba a caza ya mas que con un arco ,
para evitar el ruido de la escopeta ;
llegó finalmente hasta el grado de bus
car á todo evento un refugio , que
pudiese hacer sospechar su existencia
todavía menos que su antigua habita
cion . No tardó en hallarle ; pero esperi
mentó en esta ocasion un temor , que
es menester referir para probar á los
lectores jóvenes de la obra presente
que no debemos temblar jamas sin te
ner un motivo para ello .
Era una caverna que Robinson ha
bia descubierto detrás de algunas ma
lezas del monte. La satisfaccion
riosidad le movieron ; á entrar en ella
con precipitacion ; pero se salió mas
precipitadamente todavia , cuando al
canzó á ver en lo interior de aquella
lobrega caverna dos ojazos relucientes
1
ROBINSON CRUSOE . 149
como estrellas. ; Era acaso un mons
truo ? el diablo por ventura ?
· Robinson deliberó por mucho tiem
po antes de entrar en ella con su lám
para en una mano , y una pistola en la
otra . Ay de mi ! era un cabron que es.
taba espirando de puro viejo.
Era esta nueva caverna cuatro ve
ces mas espaciosa que laen que habia
guardado todos sus tesoros hasta en
tonces , y su entrada se hallaba infini
tamente mejor encubierta ; trasladó á
ella cuanto poseia de mas precioso,
resuelto á pasar allí él mismo en caso
de peligro.
Los salvages se dejaban ver de
cuando en cuando ; y si Robinson no
habia advertido mas pronto que ellos
tenian la costumbre de ir a celebrar
sus victorias en aquella isla , nace de
que él no habia encaminado sus pasos
150 AVENTURAS DE
mas pronto hacia el sitio ordinario de
sus desembarcos.
Un dia le causaron un pavor cuyas
resultas renovaron cuantos proyectos
de venganza tenia formados contra
ellos .
Ocurrió esto en el mes de diciembre , 1

la temporada ordinaria de su cosecha .


Saliendo de su casa de campo un poco
ántes del amanecer para ir al trabajo ,
descubrió una gran luz en la playa , no
por el lado á que habia observado que
arribaban los salvages comunmente ;
sino hacia su habitacion . Voló allá pron
tamente , y se encerró en ella , cargando
sus pistolas y artilleria , y disponién
dose finalmente para una vigorosa re
sistencia .
El enemigo sin embargo no se pre
sentaba . Robinson , despues de dos
horas de espectacion , sin tener á na
die para enviar á reconocer , é inca
ROBINSON CRUSOE. 15 !

paz de sobrellevar por mas tiempo


una tan cruel incertidumbre, se alen
tó para subir á lo alto de sú peña.
Púsose allí boca abajo ; y se sirvió de
su anteojo de larga vista para descu
brir de que se trataba . Vió al prin
cipio á nueve salvages sentados en
rueda al rededor de una pequeña lum
bre , no para calentarse , pues hacia
un gran bochorno , sino segun visos
para preparar algunos manjares de
carne humana que ellos habian traido
consigo .
Habian venido en dos canoas , que
ellos habian sacado hacia la playa; y
como era al tiempo del flujo entonces
conjeturó Robinson que aguardaban el
reflujo para volverse.
Lo que sucedió así : desde que la
marea comenzó á ir por la parte del
occidente , se arrojaron á sus barcas,
y remaron con fuerza ,
152 AVENTURAS DE

Luego que nuestro amigo los vió


embarcados , salió con dos escopetas
al hombro , dos pistolas en la cintura
y su ancho sable al lado. Subió, por
la colina desde donde habia visto las
señales de los horrendos banquetes de
aquellos caníbales , y descubrió allí
que por aquella parte habia otrastres
canoas que estaban en el mar, igual
mente que las otras , con direccion al
continente .
Habiendo bajado á la playa , hallóla
cubierta con las reliquias del horren
do banquete. Aquel espantoso espec
táculo , de que era por la segunda vez
testigo , le llenó de furor; y olvidán
dose de todos los consejos de la pru :
dencia , resolvió de nuevo caer sobre
la primera cuadrilla que se le presen .
tara , por mas numerosa que fuese.
Esperaba la ocasion de ello hacia
ya mucho tiempo , pero la tuvo pre
ROBINSON CRUSOE. 153

sente al cabo : habia llegado el mo


mento en que iba á luchar contra
aquellos bárbaros , y á ganarse , con
una buena accion , un compañero de
infortunio .
Vió una mañana en la playa seis
canoas , cuyos dueños estaban en tier
ra ya , y fuera del alcance de su vis
ta . Despues de haberse armado de
pies á cabeza , subió á su peña para
observarlos.
Reconoció desde allí por medio de
un anteojo de larga vista , que ellos
eran treinta á lo menos , que habian
encendido lumbre para preparar su
horrible festin , bailando alrededor se
gun el estilo de su pais.
Viólos de allí á un instante sacar
de una barca a dos infelices para des
pedazarlos. Uno de los dos cayó á tier
ra bien presto , acogotado de un es
tacazo , y se echaron encima sin dila,
7*
154 AVENTURAS DE
cion dos o tres de aquellos verdugos ,
le abrieron el cuerpo , y prepararon
sus pedazos para su infernal cocina ,
mientras que la otra víctima perma
necia cerca de allí , aguardando su tur
no para ser inmolada. Hallándose es
te miserable entonces con alguna li
bertad , le inspiró la naturaleza algu
na esperanza de salvarse ; y echó á
correr , con toda la imaginable celeri
dad , hacia el lado de Robinson en
derechura.
Se atemorizó este sobremanera al
verle tomar aquella direccion : se ima
ginó que toda la cuadrilla iba á perse
guirle , y entrar con él en la especie
de bosquecillo que él habia plantado
alrededor de su habitacion . Se quedó
sin embargo en el mismo sitio, y bien
presto tuvo motivos de aquietarse, al
ver que únicamente tres hombres ve
nian en alcance de aquel desdichado.
ROBINSON CRUSOE 155
Se les adelantaba este un considerable
espacio , de modo que debia escaparse
de sus manos indudablemente , si sos
tenia aquella carrera siquiera durante
una media hora.
Entre él y Robinson mediaba una
corta bahía , en que debia quedar co
gido necesariamente , á no pasarla na
dando. Pero luego que hubo llegado
á aquel parage , no se balló nada em
barazado ; y aunque la marea habia
subido hasta allí , se arrojó á ella sin
reparar en cosa nirguna , y llegó á otra
orilla en una treintena de esfuerzos ;
despues de lo cual echó á correr otra
vez . Cuandosus trés enemigos llegaron
al mismo parage notó Robinson que
solamente dos sabian nadar , que el
tercero despues de haberse detenido
algo en la orilla , se volvia á paso cor
to hacia el lugar del festin. Obseryó
ademas que los dos
que nadaban con
156 AVENTURAS DE
sumian en pasar aquella agua el doble
del tiempo que su prisionero habia
consumido. Un impulso natural le
hizo dejar su puesto de observacion
para ir al socorro del infeliz que tan
bien defendia su vida . Hallóse en un
momento entre él у los que venian en
su alcance. Voló inmediatamente con
tra el mas adelantado , y le hechó á
tierra de un culatazo , queriendo mas
deshacerse de él por este medio que
por el de un escopetazo , por miedo
de ser oido de los otros salvages. Vien
do el segundo caer á su camarada , se
paró de repente , como amedrentado.
Continuó Robinson yendo en derechu
ra hacia él. El salvage armó su arco ;
у olvidando entonces Robinson el mo
tivo que en el principio le habia im
pedido tirar , le apuntó , y le dejó muer
to de un tiro en el sitio.
Se quedó el pobre fugitivo mas asus
ROBINSON CRUSOE. 157
tado con el ruido del arma de fuego ,
que tentado de irá dar las gracias a su
libertador; y estuvo inmóvil. Su plan
ta era la de un hombre pasmado, y
Robinson creyó ver en ello la intencion
de huir todavia . Hizole señal para que
se acercara ; el desdichado , despuesde
haberse hecho repetir muchas veces
este convite , aventuró algunos pasos
volviéndose á parar todavia . Se ima
ginaba sin duda que habia caido pri
sionero por una segunda vez , y que
iba a ser muerto como sus dos enemi.
gos. Ultimamente habiéndole dirigido
de nuevo Robinson algunas palabras
de amistad , se acercó ,pero despacie ,
-y postrándose de diez en diez pasos ,
como para mantener al desconocido
que le habia socorrido en sus buenas
intenciones. Habiendo llegado cerca de
Robinson , se arrodilló, tomó uno de
sus pies, y le puso sobre su cabeza ,
158 AVENTURAS DE

á fin de darle a entender sin duda que


le reconocia por señor suyo , y que
le juraba una inviolable fidelidad . Le
aquietó Robinson haciéndole algunos
halagos. Comenzaba a recobrarse algo,
cuando echó de ver que el salvage que
babia caido á tierra de un culatazo ,
vivia todavia , y hacia por volverse á
levantar. Pintose de nuevo el espanto
en su figura, pero sacóle bien presto
de inquietud Robinson acabando de
libertarle de su enemigo. En recono
cimiento de cuyo servicio , pronunció
algunas palabras que nuestro amigo
no pudo comprender , pero que le de
jaron sumamente contento sin embar
gu ; pues era una gran dicha para Ro
binson el oir la voz de un hombre
haciendo ya muhos años que estaba
privado de este gusto.
Quiso Robinson que se enterräsen
los muertos inmediatamente , por el
ROBINSON CRUSOE. 159
temor de que viniera en busca de ellos
lo restante de la cuadrilla. Viendo des
pues que su huésped se caia de can
sancio y necesidad , le dió algun ali
mento , y le llevó á la caverna que él
habia descubierto recientemente , á
fin de que pudiese tomar allí algun
descanso .
No permaneció en ella por largo
tiempo el salvage. Vino al cabo de
una media hora á encontrarse otra
vez con Robinson en su cercado , al
que habia ido para ordeñar sus cabras.
Repitió allí todas las señales de su
mision que tenia ya dadas en el mo
mento de su libramiento . Dióle á
entender Robinson , por señales igual
mente , que estaba contento de él ,
y que no le abandonaria jamas.
Era un mozeton de veinte á veinte
у cinco años , bien hecho , diestro ,
robusto , y ligero. Tenia varoniles tra
160 AVENTURAS DE
zas , pero nada feroces ; por el con,
trario , se piotaba en sus facciones
aquella dulzura que es privativa de
los Europeos. Tenia largo y negro el
pelo , elevada la frente, llenos de fue
go los ojos , bastante fresca la tez , aun
que de color aceitunado , redonda la
cara , agraciada la nariz , delgados los
labios , hermosa la boca , bien dispues
tos у blancos como el marfil los dien
tes.
ROBINSON CRUSOE . 161

CAPITULO XII.

Robinson da el nombre de Viérnes al salvage que él


ha libertado, Le instruye y asocia en todos sus tra
bajos. Nuevos compañeros de infortunio .

ROBINSON en el siguiente dia , des


pues de haberse asegurado de que los
salvages se habian vuelto á embarcar
se consultó para saber en donde hos
pedaria á su esclavo . Todavia no le
conocia suficientemente para fiarse de
él , y ponerse a su discrecion ; y no
halló cosa mas conducente que la de
construirle una choza entre sus dos
atrincheramientos , no dejándole por
otra parte arma ninguna de que él

pudiera hacer un mal uso .


162 AVENTURAS DE
Por fortuna no era muy necesaria
semejante prudencia ; porque ningun
hombre tuyo punca un criado mas fiel,
lleno de candor y amor para con su
amo. El mozo salvage tenia pocos de
fectos , y poseia mil buenas prendas .
carecia de fantasias, terquedad, y arre
batos ; y era inteligente , vivo , con
memoria , y aun invencion .
Aprendió en brevísimo tiempo á
nombrar barto bien cuantas cosas se
le presentaban a la vista . Tampoco
tardó mucho en poder auxiliar á Ro
binson en todas sus tareas. Supo tri
llar el trigo y hacer pan en pocos dias.
Aprendió todo lo restante con mucha
mayor prontitud que hubieran podido
hacerlo infinitos Europeos. Robinson
le puso el nombre de Viérnes , en me
moria del dia en que le habia arran
cado del poder de sus enemigos ; y
este nombre fué bien presto tan fami.
ROBINSON CRUSOE. 163

liar al Caribe , como si le hubiera le


vado desde su mas tierna infancia .
Cuando Robinson , en el siguiente
dia de su combate con los salvages fué
á visitar el campo de batalla , recono
ció , por señales nada equívocas, que
aquel á quien habia libertado, era tam
bien antropófago , y que de buena gana
se hubiera alimentado con la carne de
los monstruos , que en la víspera se
disponían á regalarse con la suya.
Peosó desde luego en disuadirle de
este apetito de Canibal , haciéndole
gustar de otras carnes. Llevóle pues
una mañana al bosque en que tenia
ánimo de matar uno de sus propios
cabritos ; pero al entrar en él , descu
brió una cabra montes echada á la
sombra , y acompañada de dos hijuelos
suyos. Con esto detuvo á su esclavo ,
haciéndole seña para que no se menea
ra ; disparó al mismo tiempo contra
164 AVENTURAS DE
uno de los cabritos , y le mató. Asus
tado de nuevo el pobre salvage , que
tres dias antes le habia visto tumbar
de lejos á uno de sus enemigos sin
alcanzar por que medio , temblaba
como las hojas en el árbol : y sin vol
ver la vista hacia la parte del cabrito ,
no pensó mas que en abrise la chupa,
para examinar si él mismo estaba he
rido. Creyó , sin duda , en su terror ,
que Robinson habia resuelto desha
cerse de él ; pues fué á ponerse de ro
dillas á sus pies , dirigiéndole harto di
fusos discursos en que este no entendia
nada , sino que le rogaba que no le
matara .

Robinson , para desengañarle , le to


mó de la mano sonriéndose ; y mos
trándole con el dedo el cabrito , le
hizo seña para que fuera á buscarle.
Miéntras que él estaba ocupado en
descubrir como aquel animal habia
ROBINSON CRUSOE . 165

recibido la muerte, cargó Robinson


otra vez su escopeta , viendo á algunos
pasos de allí , sobre un árbol un pa
pagayo del que intentaba servirse para
causar una segunda sorpresa á su es .
clavo . Le llamó pues , y mostrándole
el papagayo y la tierra que estaba
debajo del árbol, le dió a entender el
designio suyo de abatir al pájaro. Echó
le á tierra efectivamente y quedó tan
pasmado como la primera vez el sal
vage . No habiendo visto cargar la es
copeta , la miró como una inagotable
fuente de ruina y destruccion . No pu
do volver de su espanto en mucho tiem
po ; y si Robinson no le hubiera ido á
la mano , hubiera adorado su escope
ta tan bien como á él mismo . No se
atrevió a tocarla durante muchos dias ,
ero le hablaba como si este instru
mento hubiera sido capaz de oirle у
responder. Supo Robioson en lo suce
166 AVENTURAS DE

sivo , que era para rogarla que no le


matara .
En aquella misma noche, desolló
nuestro amigo el cabrito , hízole peda
zos , y puso algunos de ellos á la lum
bre en un puchero. Robinson, despues
de haber bebido el caldo , dió una
parte de la carne al salvage , que vien
do que él la comia , se puso á pro
barla tambien . Hallóla buena ; pero
lo que le causó estrañeza , es que
Robinson sazonaba con sal su por
cion antes de comerla . Para dar a co
nocer á su amo la repugnancia que
esto le ca usaba , metió algunos granos
de sal en la boca , los escupió y puso
un gesto como si se le revolviera el
estómago; y se lavó la boca con agua
fresca .
Robinson , despaes de haberle fa
miliarizado así con aquel alimento ,
quiso regalarle en el siguiente dia con
ROBINSON CRUSOE. 167

un plato de asado ; lo que hizo atando


un pedazo de su cabrito á una cuerda,
y dándole vueltas de continuo delante
de la lumbre , como lo habia visto
practiear algunas veces en Inglaterra .
Luego que el salvage hubo gustado
de él , hizo tan diferentes gestos para
decir que lo hallaba esquisito , y que
ya no comeria de la carne humana ,
que el que no le hubiese comprendido
hubiera sido bien estúpido.
Los buenos procederes del salvage ,
y la confianza que ellos infundian por
su naturaleza , engendraron una idea
consolatoria en Robinson . « Y bien , se
dijo interiormente, de resultas de una
reflexion sencillísima este salvage no
puede estar aquí lejos de los lugares
que le vieron nacer ; me debe la vida
y se manifesta reconocido de ello ; si
por este medio me fuera posible salir
de esta isla ; quizas desde su pais nativo
168 AVENTURAS DE

podria volverme yo a Europa.» Lo que


presentaba á Robinson una esperanza
todavia remota de volver á versu patria
se hacia en el instante mismo el que
rido objeto de todos sus pensamientos
у el único fin de todas sus acciones :
y no pensó ya desde aquel instante mas
que en habilitar á Viernes para darle
luces sobre su nacion , y sobre la po
sicion de su territorio. Para lo cual era
menester enseñarle la lengua inglesa ,
de la que todavía no conocia mas que
algunas palabras, que él era incapaz
de ligar entre sí: lo consiguió Robinson
en poco tiempo. Luego que Viernes
supo bastante para que siquiera fuese
posible comprender á medias lo que
él dijera , se apresuró Robinson á hacer.
le varias preguntas. Supo de él que
el pais en que habia nacido , estaba
contiguo al contiente de América ; que
sus habitantes eran terribles , crueles
ROBINSON CRUSOE. 169

en la guerra , pero que sabian tam


bien practicar los deberes de la hos
pitalidad : « Señorá mí ; le dijo Viernes
en su mal inglés , si vais á mi nacion
á mí , vosotros no estar allí solo blan
co. = ¿ Como ? respondió Robinson . »
Viernes de esplicó entonces que habia
fracasado allí un pavio europeo , hacia
un año , en unas rocas que circundaban
la isla en que habitaba su nacion ;
que la tripulacion habia conseguido
salvarse en tierra , y que subsistia allí
mucho tiempo hacia con los viveres
que le suministraban los naturales del
pais . Esta noticia ; tan favorable como
inesperada , le causó una especie de
frenesí á Robinson , el que se arrojó
sobre Viernes у le abrazó por diferen
tes veces , preguntándole si aquella
tierra hospitalera estaba bien distante.
« Vosotros venir , amo , vosotros venir
conmigo , le respondió Viernes, y yo
8
170 AVENTURAS DE
mostrar á vosotros nacion á mi ». Y
marchó alegramente hacia aquella par
te de la isla de la que Robinson , unos
años antes, habia divisado un continente
á la distancia de unas quince leguas en
el mar . En aquella tierra vivian los
compatriotas de Viérnes, que se la
mostró á su amo, gritándole por re
petidas veces : « ; Aquel mi pais !aque
Ila nacion á mi! —¿Pero no te ale
grarias, dijo Robinson de volver á ver
nacion á tí , mi querido Viernes ?
¡ Ah si ! si , señor , muy contento de
volver á ver nacion á mi ! con vosotros
se entiende ; ellos acariciar , abrazar
mucho á señor, por haber salvado la
vida á mi ; pero grande , grande esten
sion de agua , y nosotros no fuertes
bastante para ir nadandohasta nacioná
mi. Ven ,ven conmigo , le respondió
sucesivamente Robinson , y te baré ver
con que llegar a tu nacion sin ir na 1
ROBINSON GRUSOE . 171

dando. « Y le condujo a su canoa . Cor


rió Viernes á esta luego que le des
- cubrió , y la hizo maniobrar con una
destreza que dejó asombrado á Ro
binson , pero al mismo tiempo escla
mó que aquella canoa era muy ende
ble para hacer una tan larga travesía
y que habia necesidad de otra. « ¿ Como
hacerla ? » respondió Robinson. Le
dió a entender Viernes que él se en
cargaria de ello con sumo gusto. Ro
binson no tardó en hacer prueba del
zelo de Viérnes. Le llevó a la orilla del
mar y linderos de un monte ; y le dijo
que eligiera allí un árbol que él juz
gara propio para construir una canoa
cual era necesaria para aquel viage.
Viérnes no dudó mucho tiempo sobre
esta eleccion , y se bechó bien presto
á tierra un árbol. Queria ahondarle
por medio del fuego ; pero habiéndole
traido Robinson algunas cuñas de hier
172 AVENTURAS DE

ro , y mostrándole el uso suyo , se si r


vió de ellas tan diestramente , que su
obra quedó finalizada en seis semanas .
No se trató ya entonces mas que de
llevar el bote al mar ; estaba algo dis
tante de la playa , á la que le trans
portaron en menos de quince dias con
ayuda de algunos rodillos .
Luego que la canoa estuvo boyante ,
la hizo mover Viernes con la misma
facilidad que la que le habia parecido
muy pequeña y que era en efecto la
mitad menor. Despues de haberla pro
bado asi aseguró que ella seria harto
buena para aventurar la travesia , aun
con un ventarron . Queriendo hacerla
Robinson mas propia todavia para
aquella empresa , le añadió un gober.
nalle , un palo y vela . Viernes sabia
perfectamente hacer navegar una canoa
á puro remos ; pero no conocia el uso
de la vela ni del gobernalle ; y fué
L. III.
p. 172 .

Quedando finalizada su obra , no se trató ya enton


ces mas que de llevar el bote al mar.
ROBINSON CRUSOE. 173

necesario que le enseñase Robinson á


servirse de uno y otro , lo que no
fué largo , porque el salvage aprendia
facilmente.
Los cogió la estacion lluviosa en es
tos preparativos; hubo pues precision
de diferir el viage.
Robinson puso en seguridad su pe
queño barco , y se retiró a su castillo.
Viernes le fué acompañando allá ; amo
у criado no hacian ya mas que una ca
sa ; y Robinson tenia recibidos de
Viernes muchos testimonios de afecto
y zelo para conseryarle alguna descon
fianza .
Consumió este tiempo de retiro en
acabar de arraigar en su corazon las se
millas del cristianismo , con que él le
habia sembrado en medio de los traba
jos en que acabamos de verlos ocupa
dos á uno y otro. Viernes , cuando le
libertó Robinson , no tenia de la divi
174 AVENTURAS DE

nidad mas que una idea del todo gro


sera é irracional; no le dejó en ella por
mucho tiempo Robinson : y luego que
hubiérop podido comprenderse , trató
de hacerle gustarde las verdades de la
religion cristiana. Salió en ello con
acierto fácilmente; Viernes se hizo cris
tiano á proporcion queiba civilizándo
se ; y desde que hubosabido distinguir
lo bueno de lo malo , miró como una
cosa muy natural el adorar al Diosque
se habia sujetado a todas las miserias
de la huinanidad , para venir á enseñar
él mismo la virtud á los hombres , y
abrirles, á costa de su sangre el cami
no de la bienaventurada eternidad á
que ella puede guiar.
Habiéndose pasado ya la estacion
lluviosa , se ocupó Robinson en hacer
losacopios necesarios para el viage ; pe
ro sobrevino un suceso imprevisto , que
desconcertó todos estos proyectos.
RORINSON CRUSOE . 175

Viernes una mañana , en queRobin.


son le habia enviado a recoger tortu
gas en la orilla del mar , se volvió á
todo correr y voceando á grito heri
do : é amo ! amo ! ó dolor ! ó malos !
allá bajo una , dos , tres , canoas ! En
balde procuró tranquilizarle Robinson;
porque el pobre mozo continuaba es
tando mortalmente angustiado ; desde
el parage en que habia visto desembar
car á los salvages , reconoció que eran
enemigos de sų nacion , y se imagina
ba que su encono se dirigia contra él
particularmente, y que venian de in
tento á buscarle , despedazarle y devo
rarle . No carecia de valor sin embar
go . Viernes , le dijo Robinson ,me ha
llo en tanto peligro como tú ; si nos co
gen , no perdonaráp mas mi vida que
la tuya ; luego es preciso que ambos
peleemos. Ah ! respondió Viernes, en
derezándose con arrogancia, yo todo
176 AVENTURAS DE
dispuesto a pelear por amo , yo todo
dispuesto a morir , cuando amo manda
morir » .
Queriendo Robinson aprovecharse
de aquel momento de buena volun
tad le dió tres escopetas cargadas de
muchas balas pequeñas y cabezas de
clavos , puso muchas pistolas en su
cintura , y se encaminó hacia el parage
en que habian desembarcado los sal
vages. Eran en número de veinte , es
tando sentados alrededor de una gran
lumbre , y regalándose con la carne de
uno de sus prisioneros. A algunos pasos
de allí se veia otro infeliz atado y
tendido en la arena , que debia servir
de pasto a los caníbales.
Por los vestidos que le cubrian ,
reconoció en él Robinson á un Euro
peo ; poseidode furor , no computó ya
el peligro, y se adelantó todavia re
suelto á libertarle costara lo que se

!
KOBINSON CRUSOE . 177

quisiera. No distaba ya mas que ochen


ta pertigas de los antropófagos, un bos
que le ocultaba de sus miradas; pero
al traves de aquel bosque podia apun
tarlos cómodamente. « Vaya , Viernes
dijo a su esclavo , sigue puntualmente
mis órdenes ; y haz precisamente cuan
to me veas hacer , sin faltar en el menor
punto » . Y sentó dos escopetas suyas
en tierra , apuntando con la tercera á
los salvages. Viernes hizo otro tanto .
Estás pronto ? le gritó entonces Ro
binson . Si, respondió el esclavo , y
ambos dispararon.
Con estos dos tiros , quedaronmuer
tos tres salvages , y heridos cinco ;
todos los demas se levantaron pre
cipitadamente , sin saber hacia que
parte dirigir sus pasos para evitar el
peligro cuya causa les era desconocida.
Arrojando Robinson y Viérnes, las
escopetas que acababan de hacer aquel
8*
178 AVENTURAS DE
estrago , tomaron otras dos , é hicieron
una segunda descarga : nuevo número
de muertos y heridos , y nuevo espan
to. Salieron Robinson y Viérnes en
tonces del bosque, teniendo cargados
en sus manos las dos últimas escopetas.
No se presentó enemigo ninguno ,
huyendo todos. Mientras que Viérnes
perseguia á los fugitivos que hacian
por llegar á sus canoas , voló Robinson
al Europeo , le desató у armó. Era
un Español: y al mismo tiempo de
dar gracias á Robinson por el señalado
servicio que acababa de hacerle , se
unió á él y Viernes , para hacer de
modo que ningun salvage se escapase ,
y fuese á dar la noticia de este acon
tecimiento en su pais. Todos quedaron
esterminados bien pronto , fuera de
cuatro que consiguieron llegar a sus
canoas. Remaban con fuerza ; y tuvie
ron lugar para alejarse, mientras qne
ROBINSON CRUSOE. 179
sus vencedores volvian á cargar sus
armas. Robinson temió perder su pól
vora y perdigones enviándoselos des
de muy léjos; y Viernes propuso ser
virse , para darles el alcance, de una
de las dos canoas que ellos habian
abandonado.
Habiéndose aceptado este partido ,
saltó Viernes el primero á uno de las
canoas. En las cuales quedaba atado un
hombre , al que , por estar echado en
lo interior del barco , no le habian des
cubierto en el principio : era un salva
ge. Bajóse Viernes por orden de su
amo , para desatarle ; pero no bien hu
bo clavado la vista en él cuando gritó
fuertemente , le apretó en su corazon ,
abrazole muchas veces , y se echó des
pues á llorar , reir, brincar , bailar al
rededor , como si hubiera perdido el
sentido. No tuvo , por algunos momen
tos , fuerzas para esplicar aquella es
180 AVENTURAS DE

pecie de delirio ; pero habiéndose re


cobrado algo, dijo que era su padre
aquel salvage.
Llevaban sus enagenamientos un
motivo muy respetable, para que Ro
binson pudiera pensar en ponerles un
fin ; y se complacia , por el contrario ,
sumamente en verlos. Viérnes entraba
en la canoa en que estaba su padre , sa
líase despues , volvia á entrar otra vez
en ella , llevado de un afecto que no le
permitia reflexionar en ninguna de sus
acciones ni movimientos. Alargaba el
pobre viejo los brazos á su hijo , y es
taba tan en estremo conmovido , que
no le era posible articular una sola pa
labra; lloraba de alegría, y daba gra
cias de cuando en cuando , con sus ade
manes, á Robinson , cuyos beneficios
bondad le contaba Viernes en el idio
ma de su pais.
No era ya tiempo de perseguir á los
ROBINSON CRUSOE. 181

salvages , cuando aflojó algo este tierno


espectáculo. Se adelantaba el dia , y
pensaron en dejar el campo de batalla .
El vigor que el Español habia mani
festado en el alcance de los enemigos,
procedia totalmente de su valor ; no ha
bia durado mas que la refriega; y echa
do al pie de un arbol , trataba en bal
de de avivar sus fuerzas para levantar
se y seguir á Robinson , que le brinda
ba para ir a tomar un alojamiento en
su castillo. El padre de Viérnes no es
taba tampoco en estado de andar. Viér
nes sirvió de ejemplo á Robinson : pues
tomó en los hombros á su padre; y
Robinson entonces cargó con el Espa
ñol . Pero habiendo llegado ambos al
pie del dobleatrincheramiento ,se ha
llaron en un grandísimo embarazo :
¿ como hacerle pasar á sus amigos ? Se
sabe que no se entraba en la morada
de Robinson mas que con la ayuda de
182 AVENTURAS DE

dos escalas. Hubo precision de armar


una tienda entre el atrincheramiento
esterior y el bosquecillo que llevamos
mencionado mas arriba. Se hicieron
dos camas despues en aquella tienda ; !

en las que el Español y padre de Viér


nes descansaron de sus fatigas y sufri
mientos, despues de haber cenado con
sus huéspedes , que hicieron una deli
ciosa comida , teniendo cada uno á su
convidado con el que podia conversar
á sus anchuras : Viernes y su padre
hablaban un mismoidioma , Robinson
y el Español se entendian famosamente
por medio del latin .
Era este último uno de los Euro
peos de que Viernes habia hablado á
Robinson ; le cogieron peleando en fa
vor de aquellos que á él y á sus com
pañeros de infortunio les habian dado
la hospitalidad.
No tardó Robinson en darle à co
L. IV . p . 182 .

WW

Fiubo precision de armar una tienda entre ei atrın


cheramiento esterior y el bosejuecillo .
1
ROBINSON CRUSOE. 183

nocer el proyecto que él estaba en


víspera de ejecutar al tiempo de pre
sentarse los salvages, y tambien le
preguntó si era verdad que los com
patriotas de Viérnes tenian en su pais
todavía á otros muchos Europeos. Le
aseguró el Español que todavia se ha
llaban quince de ellos, entre Españo
les y Portugueses, a los que un mis
mo naufragio habia echado en aque
lla costa. « Pues bien , dijo Robinson ,
étenos aquí ya salvados, iremos den
tro de unos dias á incorporarnos con
ellos; y con la proteccion y ayuda de
los buenos salvages nos pondremos to
dos á construir un barco suficiente
mente grande para llevarnos, á nues
tra eleccion , hacia el sur al Brasil, ó
hácia al norte á las islas españolas.
Desaprobó el Español una parte de
este designio ; y respondió a Robinson
que los Europeos de quienes acababa
184 AVENTURAS DE

de hablarle , no estaban tan corrien


tes , como él parecia creerlo , con los
salvages , los cuales no tenian todos el
genio de Viernes ; que estos salvages
los habian acogido segun visos en los
principios por el temor de sus armas
de fuego , y que no continuaban tra
tándolos bien mas que a causa de los
servicios que de ellos sacaban en sus
guerras : añadió que era de temer que
los inquietasen , por este motivo mis
mo , en la construccion de su barco ;
y concluyó con que Robinson se lle
vase en algun modo á los naufragos
del medio de los salvages. » Vale mas ,
prosiguió, hacerlos venir aqui; estare
mos realmente habilitados para tra
bajar en la construccion de un barco
tal como le deseais , no tendremos á
un mismo tiempo que ocuparnos en
esto y guardarnos de la perfidia de los
salvages; semejante construccion se
ROBINSON CRUSOE. 185
hará con mucha mayor prontitud » .
Rindiosé Robinson á este dictámen
que le pareció enteramente cuerdo , y
el Español volvió a partir en breve con
el padre de Viérnes. El Español era
portador de las proposiciones hechas
por Robinson á los Europeos; y el an
ciano salvage se encargaba de disponer
á sus paisanos para dejar partir amiga
blemente á sus huéspedes, á quienes él
debia seguir.
No era dudoso que los Europeos
aceptasen el partido que Robinson
mandaba proponerles , de venir á su is
la para construir en ella un barco ca
paz de volverlos á llevar á su patria .
Los esperaba pues con aquella dulce
tranquilidad que va unida comunmen
te con la certeza del buen éxito ; pero
otros arbitrios debian sacarle de su so
ledad , y esto por un encadenamiento
de tan raras circunstancias que los mas
186 AVENTURAS DE
incrédulos reconocerian todavía en ella
el dedo de la Providencia .

CAPITULO XIII.
Llegada de un navio europeo , cuya tripulacion se
babía sublevado .

ACABABA de amanecer , y Robinson


estaba durmiendo todavía , cuando
Viérnes se acercó a su cama con preci
pitacion , gritando :; amo , amo ! han
venido ! han venido !
Incorporóse Robinson ; y habién
dose vestido , se puso á atravesar el
bosquecillo ', pensando tan poco en el
menor peligro, que estaba sin armas ;
pero se sorprendió mucho al volver
la vista hácia al mar, de ver , a la dis
ROBINSON CRUSOE 187

tancia de una legua y media con es


Casa diferencia , una lancha con vela ,
que para arribar á su isla , seguia un
derrotero enteramente opuesto al que
el Español y padre de Viernes debian
seguir al tiempo de su regreso . Dijo á
Viernes que no hiciese el menor mo
vimiento , supuesto que no eran aque
llas las gentes que él esperaba, y que
no le era posible saber todavia si eran
amigas ó enemigas.
Para enterarse mejor de ello , fué
á buscar su anteojo de larga vista ; y
subió con el ausilio de su escala á lo
alto de la peña, como lo hacia de cos
tumbre en cuantas ocasiones se halla
ba receloso de algo, y que queria des
cubrirlo sin descubrirse á sí propio.
Apenas habia sentado el pie en lo
alto de la colina, cuando vió clara -
mente anclado un navio , á dos leguas
y media con corta diferencia , y le pa
188 AVENTURAS DE

reció notar, por la estructura de aquel


navio y de la lancha , que ambos eran
ingleses.
Aunque la alegria de ver un pavio,
cuya tripulacion debia ser sin duda de
su nacion , era estremada , no dejó de
sentir algunos interiores impulsos que
le infundieron alguna circunspeccion .
No le era posible alcanzar que nego
cios podia tener un barco inglés en
aquella parte del mundo , supuesto
que no era el derrotero para ninguno
de los paises en que los ingleses han
establecido su comercio ; fuera de es
to , le constaba que no habia habido
ninguna borrasca capaz de llevarlos
hácia aquella parte contra su volun
tad : y por consiguiente tenia funda
mentos para creer que ellos no traian
buenos designios ; y le valia mas á él
permanecer eu su soledad , que caer
en poder de algunos ladrones ó asesi
ROBINSON CRUSOE . 189
nos . Estaba pues muy sobre sí , y no
hacia señal ninguna que pudiera atra
erlos hácia su sitio .
Acercóse la lancha a la playa , co
mo en busca de una bahía para la co
modidad del desembarco . No habién
dola hallado los que la montaban ,
echaron pie á tierra en el primer pa -
rage que se les presentó , y la impe
lieron despues sobre la arena , casi á
un medio cuarto de legua de Robinson .
Cuando estuvieron en la playa , vió
claramente Robinson que eran Ingle
ses . Contó hasta once de ellos ; pero
habia tres sin armas y atados . Luego
que saltaron en tierra cinco ó seis de
los que estaban libres y armados, hi
cieron salir a los demás de la lancha
como si fueran prisioneros. Uno de
los tres denotaba con sus ademanes
una afliccion y desesperacion que le.
gaban hasta la estrayegancia ; los otros.
190 AVENTURAS DE

dos levantaban de cuando en cuando


las manos al cielo , y tenian las tra
zas de muy contristados, pero su do
lor sin embargo parecia menor .
Viernes , durante el tiempo en que
se hallaba lleno de tantas incertidum
bres , y sin concebir lo que semejante
obstáculo significaba , esclamó en su
chapurrado ingles :10 amo ! Veis
hombres ingleses comer prisioneros
tan bien como hombres salvages; ved
á ellosqnererlos comer = No , no ,
Viernes, respondió Robinson ; unica
mente temo que los asesinen , pero es
tá seguro de que no los comerán .
Echaba menos Robinson en aquellas
circunstancias a su Español y anciano
salvage, y deseaba en estremo el po
der coger a aquellosindignos Ingleses,
sin ser descubierto , y á tiro de escope
ta , para libertar de sus crueles manos
á los prisioneros; porque no les veia
ROBINSON CRUSOE. 19
arma ninguna de fuego , y esperaba en
consecuencia lograrlo fácilmente. Pero
agradó á la Providencia el hacerle sa
lir con acierto en su designio de otro
modo .
Mientras que ellos andaban rodando
por toda la isla como si hubieran que
rido ir a la descubierta del pais , notó
Robinson que los tres prisioneros esta -
ban con libertad de ir á donde quisie
ran : pero no tuvieron valor para ello ,
y se sentaron en tierra con trazas de
pensativos y desesperados.
Su triste planta recordó á Robinson
la que el había tenido en otro tiempo
al arribar a la misma playa , creyen
dose perdido, volviendo hácia todas
partes la vista , poseido del temor de
ser el despojo de las fieras, y reduci
do , por su pavor, a pasar una noche
toda entera sobre un árbol .
Como él no habia contado entonces
192 AVENTURAS DE

con volver á ver el barco en el siguien


te dia , y hallar con ello una ocasion
de proporcionarse los medios de sub
sistir , así tambien aquellos infelices
prisioneros no tenian la menor idea de
la proxima libertad que el cielo les
preparaba
Cuantas razones no tenemos en es .
te mundo para descansar con alegría
en la bondad de nuestro Criador , su
puesto que rara vez nos hallamos en
harto desgraciadas circunstancias pa
ra no ballar algun motivo de consue
lo , y supuesto que somos preservados
con frecuencia por los mismos medios
que parecian conducirnos a nuestra
ruina .
La marea estaba cabalmente en su
mayor altura , cuando llegaron aque
Has gentes á tierra , y sea hablando
con sus prisioneros , sea recorriendo
la playa se divertieron hasta que ha -
ROBINSON CRUSOE . 193
biéndose retirado el mar con el res
flujo , dejó en seco su lancha.
En ella habian dejado a dos hom
bres , quienes , á puro beber aguar
diente, se habian quedado dormidos.
Despertándose sin embargo uno antes
que el otro ,, y hallando la lancha muy
metida en la arena para sacarla de allí
por sí solo llamó a sus compañeros ,
pero fueron insuficientes las fuerzas
de todos juntos para sacarla de aquel
sitio ; porque era pesada en estremo ,
y la playa por aquel lado era blanda
como arena movediza.
Viendo esta dificultad como ver ,
daderos marinos , los mas negligentes
de todos los hombres quizas, resol
vieron no pensar mas en ello, y se
pusieron á darpaseos por la isla. Oyó
Robinson á uno que, llamando á un
camarada şuyo para venir a la tierra,
le grito : ah , Juan ! déjala la marea
9
194 AVENTURAS DE
que viene la pondrá boyante.
Robinson , durante todo este tiem
po , se mantuvo dentro del recinto de
su castillo , sin ir mas adelante que
su observatorio. Sabia que la lancha
no podia estar boyante antes de las
diez de la noche; que haria obscuro
entonces , y que le seria posible acer
carse sin peligro á ellos.is
* : Entretanto , se preparaba para la
pelea , pero con mas precaucion que
nunca, persuadido de quetendria que
lidiar con unos enemigos más formia
dables que los quehabia encontrado
hasta entonces en su isla . **
** Se prometia sumos socorros de
Viernes, que disparaba con un admi
rable tiro , dióle tres mosquetes , y
tomo él mismo dos escopetas. Su fi
gura era horrenda ; llevaba en la ca
beza su terrible gorra de pellejo de
cabra; le colgaba al lado su gran sa
ROBINSON CRUSOE . 195
ble desenvainado del todo ; teniendo
dos pistolas en su cintura y dos esco
petas á las espaldas.
Tenia Robinson el ánimo de noem
prender nada antes de anochecer ; pes
ro á eso de las dos de la tarde; y en
lo mas abrasado del dia , halló què
todos los marineros se habian ido al
bosque, segun parecia para descansar
allí , y aunque no estaban los prisione
ros en disposicion de dormir , vió sin
embargo que ellos se habian tendido
á la sombra de un gran arbol harto
inmediato a él , y á que no alcanzaba
la vista de los otros.
* Resolvió pues obrar inmediatamend
te , y se puso en marcha desde el mo
merito mismo , siguiéndole Viernes de
bastante lejos , armado tan formidable
mente como él , pero no asemejándosë
en tanto estremo á una fantasma.
*** Luego que se hubo acercado a los
196 AVENTURAS DE
prisioneros, díjoles con eleyado tono
y en español: quienes son Vms. ,
caballeros ? no respondieron nada , y
parecieron dispuestos á huir, « Caba
Heros, les dijo entonces Robinson en in.
gles, no tengan miedo ; quizas han ha.
llado aquí á un amigo, sin esperarlo,
Debia enviárnosle pues el cielo ‫و‬,
respondió gravemente uno de ellos ,
con sombrero en mano ; porque nyes
trasdichas son superiores á todo so .
corro humano. = Todo socorro dima
na del cielo , caballero ledijo Robin ,
son ; pero no querrian Vms. enseñar
á ua estrangero el medio de socorrer ,
los, pues parecen hallarse en una muy
cruel posicion įhe visto desembarcar
á Vm. , y cuandohablaba con los bru :
tales que le han traido aqui, he visto
á uno desenvainar su sable , y mostrar
semblante de querer matarle a Vm » .
Tengblando el pobre hombre ,y con
ROBINSON CRUSOE 197

losojos llorosos, le respondió en tono


de estrañeza : « ¿Estoy hablando con
un hombre , Dios o angel ? Sosiégue
se Vm . sobre eso , caballero , le dijo
Robinson ; si en socorro suyo hubie
ra enviado Dios á un ángel , se presep:
taria este á su vista cop mejores vesti
dos y armado de otra suerte . Soy re
almente un hombre ; aun soy un In
gles, y enteramente dispuesto á ser
virle á Vm . No tergo conmigo mas
que á un solo esclavo ; pero estamos
armados los dos , diga Vm . libremen
te si podemos servirle, y esplíqueme
la naturaleza de sus desgracias» ,
= « Ay de mí! Caballero , respon
dió , su relacion es muy larga para ha
cerla mientras qne nuestros enemigos
se ballan tap inmediatos . Bastará de
cirle à Vm . que he sido comandante
del navío que tiene Vm . á su vista .
Mis marineros se amotináron contra
198 AVENTURAS DE ..
mi; ha faltado poco para que no me
asesigen ; pero lo que viene á ser casi
lo mismo, intentan abandonarme en
este desierto con esos das hombres ,
uno de los cuales es mi contramaestre ,
y el otro un pasagero. = Pero ¿ qué se
ha hecho, le dijo Robinson , de esos
pícaros de rebeldes ? = Allí estan echa
dos; repuso enseñando con el dedo
una grande espesura ,de árboles ; me
estremezco de miedo que ellos nos ha
yan oido hablar; y si esto es así , no
cabe duda en que nos matarán á to
dos » ,
Preguntóle Robinson si los amoti ,
nados tenian armas de fuego , no lle
vaban consigo mas que dos escopetas,
у habian dejado unade ellas en la lan
cha.
« Déjelo Vm, pues de micuenta ' ,
le dijo Robinson ; todos ellos están
dormidos , no hay cosa ninguna mas
ROBINSON CRUSOE. 199
fácil que matarlos, á no ser que Vm.
quiera bacerlos prisioneros ),
Le contó el capitan entóncesque en
tre ellos habia dos pícaros, de losque
no podia esperarse nada bueno ; pero
creia que si aquellos se inhabilitaban
para perjudicar , volverian los restan
tes facilmente al desempeño de sus de
beres; añadió que no podia indicárse
los de tan lejos, pero que por otra
parte estaba pronto á obedecer sus ór
denes en todo.
« Pues bien , dijo. Robinson , co:
mencemos apartándonos , de miedo
que nos descubran al despertarse, y
sígame Vm . á un sitio en el que po
dremos deliberar con toda comodidad
sobre nuestros negocios »).
Despues que se hubiéron guarecido
en el bosque, renovando la conversa
cion Robinson , le dijo al capitan : « Es
toy resuelto á arriesgarlo todo , Caba
200 AVENTURAS DE
lleró , para libertarle á Vm ,; pero ba
jo dos condiciones : 'mientras que esté
Vm. conmigo en esta isla , renunciará
de toda especie de autoridad ; y si le
pongo las armas en la mano , me las
devolverá desde que yo lo tenga á bien .
Estará Vm. enteramente sujeto á mis
órdenes, sin pensar nunca en hacer
me el mas leva perjuicio. Por segun
· da condicion , exigo que si logramos
recuperar el navio me conducirá Vm .
á Inglaterra con mi esclavo , sin pe
dir nada por la travesía , y despues
de haber tomado tambien á bordo á
diez y seis Europeos que un naufra
gio echó á una isla inmediata á esta . >>
El capitan aceptó estas condiciones
con enagenamiento , y jurando á Ro
binson que estaba dispuesto á ejecutar
todas sus órdenes , y arrostrar por el
con todos los peligros.
Dióles entonces Robinson , á él y a
ROBINSON CRUSOE. 201

sus dos compañeros de infurtunio ,


tres mosquétes, con balas y pólvora ,
diciendoles que tomaran la delantera ,
у
obraran segun las circunstancias.
Se despartaron y levantaron dos
de los revoltosos en aquel instante.
Robinson preguntó al capitan si eran
los dos malvadoś de quienes él le ha
bia bablado . Díjole que no .« Pues bien
repuso Robinson , dejémosles escapar
se , supuesto que parace que la Provi
dencia los ha despertado exprofeso
para salvarles la vida : en cuanto a los
otros será falta de Vm , si ellos no
caen en su poder. f .
Alentado con este dicho el capitan
se adelantó bácia los revoltosos, con
unmosquete en el brazo y una pisto
la en la cintura . Tomándole sus com
pañeros la delantera dealgunos pasos
hicieron al principio algun ruido, que
despertó a uno de los marineros. Es
g*
DE
202 AVENTURAS DE
te marineró se puso á gritar para des
pertar á sus compañeros ; pero hacien
do fuego al mismo tiempo el contra
maestre y pasagero , dejaron muerto
en el sitio á uno de aquellos. El otro
aunque herido de peligro , se levantó
con precipitacion , y pidió á gritos so
corro ; pero el capitan se llegó a él
diciendole que ya no era tiempo de
pedir socorro ; y le acogotó de un cu ,
latazo al punto
Quedaban tres de ellos todavia ,
pero pidieron cuartel. El capitan con
sintió en acordarles su perdon ; bajo
la condicion de que le manifestarian
el horror que debian tener de su de
lito ayudándole fielmente á recuperar
elnavio ,y volverle á llevará la Jamai.
eade donde era procedente. Le dieron
sobre este particular , todas lasapete
cibles seguridades de suarrepentimien
ROBINSON GRUSOE . 205
to y buena voluntad ; y se les ataron
pies y manos .
Fué despues Viernes con el contra
maestre hacia la lancha para ponerla
en seguridad , y quitar sus velas y re
mos ; lo que ejecutaron sin encontrar
á nadie que se opusiese á ello.
Tres marineros, que se habian apar
tado de la cuadrilla antes de estos su
cesos , volvieron al ruido de los mos .
quetes ; y viendo á su capitan trans
formadode prisioneroen vencedorsuyo
se sujetaron a él consistiendo en dejar
se atar como los demas.
· Careciendo ya Robinson de ene
migos contra quienes pelear , llevó al
capitan y compañeros de él á su cas ,
tillo.Despues queallí hubieron tomado
algun refrigerio , les contó su historia
y les mostró cuantas invenciones le
habian ocurrido durante su estanoia
en la isla .
304 AVENTURAS DE
1. Cuanto él decia al capitan , y cuan
to le mostraba , le parecia igualmente
admirable ; le dejaba pasmado mas
particularmente su fortificacion , y el
modo con que habia ocultado su refu
gio por medio de los árboles que ha
1
bia plantado muchos años hacia. Ro 1
binson le dijo que lo que veia era su .

castillo , el lugar de su residencia , que


tenia ademas una casa de campo , que
le enseñaria otra vez ; pero que por el
presente convenia pensar en los me
dios deapoderarse del navío. El ca
pitan-convino en ello , pero confesóque
no veia que medidastomar. «Hay to
davia , dijo, veinte y seis hombres á
bordo , que , sabiendo quepor su con
juracion han merecido perder la vida
perseverarán en su levantamiento por
desesperacion. ¿ Quemedio pues para
atacarlos con un número tan interior
al suyo ? »
ROBINSON CRUSOE. 205
Robinson no balló mas que muy
adecuado este raciocinio , ý vió que
lo único que habia que hacer , era ar
mar un lazo á la tripolacion é impe
dirla á lo menos el desembarcar. Es
taba seguro de que estrañando los ma
rineros del nayio la tardanza de sus
compañeros , echarian en breve la
otra lancha al mar , para ir á enterar
se del paradero de ellos .
Dijo pues al capitan que lo primero
que se debia hacer , era hechar á pi
que la lancha , para que no pudieran
hacer uso de ella y traerla . Aprobólo el
capitan. Pusieron manos a la obra in
mediatamente ; quitaron de la lancha
cuanto babian dejado los marineros en
ella : una botella de aguardiente y otra
lleno de rom , algunosbizcochos , una
oorneta llena de pólvora y un pan de
azucar de unas seis libras , envuelto en
una pieza de angeo ; hicieron despues
1
204 AVENTURAS DE
Cuanto él decia al capitan , y cuan
to le mostraba , le parecia igualmente
admirable; le dejaba pasmado mas
particularmente su fortificacion , y el 1
modo con que habia ocultado su refu
gio por medio de los árboles que hà.
bia plantado muchos años hacia. Ro
binson le dijo que lo que veia era su
castillo , el lugar desu residencia , que
tenia ademas una casa de campo , que
le enseñaria otra vez ; pero que por el
presente convenia pensar en los me
dios de apoderarse del navío . El ca
pitan convino en ello , pero confesó que
no veia que medidas tomar . «Hay to
davia , dijo , veinte y seis hombres á
bordo, que , sabiendo que por su con
juracion han merecido perder la vida
perseverarán en su levantamiento por
desesperacion. ¿ Que medio pues para
atacarlos con un número tan interior
al suyo ? »
ROBINSON CRUSOE. 205
Robinson no halló mas que muy
adecuado este raciocinio , y vió que
lo único que habia que hacer , era ar
mar un lazo a la tripolacion é impe
dirla á lo menos el desembarcar . Es
taba seguro de que estrañando los ma
rineros del navio la tardanza de sus
compañeros , echarian en breve la
otra lancha al mar , para ir á enterar
se del paradero de ellos.
Dijo pues al capitan que lo primero
que se debia hacer, era hechar á pi
que la lancha , para que no pudieran
hacer uso de ella y traerla . Aprobólo el
capitan . Pusieron manos a la obra in
mediatamente ; quitaron de la lancha
cuanto habian dejado los marineros en
ella : una botella de aguardiente y otra
lleno de rom , algunos bizcochos, una
oorneta llena de pólvora y un pan de
azucar de unas seis libras, envuelto en
una pieza de angeo ; hicieron despues
206 AVENTURAS DE
un grande agujero en ella , y la saca
ron bien adelante en la playa.

CAPITULO XIV .

Robinson ayuda al capitan de los marineros amo


tinados á recobrar su barco ; y se embarca para
la Europa.

No tardó en acaecer lo que habia


previsto Robinson : los marineros que
se habian quedado en el barco, se in
quietaron de no ver volverá suscom .
pañeros. Dispararon un cañonazo , é
bicieron la señal acostumbrada para
que la lancha se volviera á bordo.
Los vieron en el mismo instante ,
por medio de los anteojos, echar la
otra lancha suya al mar , y dirigirse
ROBINSON CRUSOE 207
á fuerza de remos hacia la playa. Cuan
do se acercaron , se reconoció que eran
en número de diez , y que todos traian
armas de fuego. Hasta sus rostros se
distinguieron por espacio de mucho
tiempo, porque habiéndose visto obli
gados por la marea á derivar , tenian
precision de seguir la playa para de:
sembarcar en el primer sitio en que
descubrian su primera lancha.
El capitan podia así examinarlos
con todo despacio ; no faltó á ello , y
dijo a Robinson que entre ellos veia á
tres mozos muy buenos , y que estaba
seguro de que los babian arrastrado
los otros en la conjuracion ; pero que
tocante al segundo contramaestre que
mandaba la lancha , y todos los de
maseran los mayores bribones de to
da la tripulacion.
Respondióle Robinson con sonrisa ,
que unas gentes colocadas en su situa
208 AVENTURAS DE
cion debian ser superiores al miedo ;
que una vida como la suya , que se
habia visto espuesta á tantos reveses ,
era ciertamente digna de que se aven
turase algo para hacerla mas feliz . 1
« ¿ Qué se ha hecho , continuó , de la
persuasion de Vm . de que no me ha
conservado aquí la Providencia mas
que, para salvarle la vida ? Tenga buen
ánimo , y no veo en este negocio mas
que una sola circunstancia embarazosa
para nosotros. ¿ Cual pues ? dijo el
capitan . = Es , respondió Robinson ,
que hay entre esta pequeña cuadrilla
tresocuatro hombres hedradosencuya
conservacion es menester pensar. Si
todos ellos fueran los mayores pícaros
de la tripulacion , me persuadiria de
que la Providencia los hubiera separado
de los restantes, paraponerlosen nues
tras manos , porque , fiese Vm . en mí
cuanto desembarque estará á nuestra
ROBINSON CRUSOE . 209

disposicion . y seremos arbitrios de su


vida y muerte ») .
Estas palabras, proferidas con fir
me voz y alegre planta , infundieron
valor al capitan , el cual se puso a ayu
dar vigorosamente á Robinson para
hacer los preparativos marciales.
Desde que habian visto adelantarse
la segunda lancha hacia la isla , sepa
raron á los prisioneros, y los pusieron
en parage seguro, Ilabia dos de quies
nes se desconfiaba el capitan mas que
de los otros; mandó Robinson que los
condujeran a su gruta Viernes y uno
de los compañeros del capitan; y les
dejaron algunas provisiones, asegurán
doles que si permanecian quietos , los
pondrian otra vez en plena libertad de
allí á unos dias , pero que si hacian la
menor tentativa para salvarse , no se
les daria cuartel .
Los otros prisioneros eran mas fe
210 AVENTURAS DE :
lices. Es verdad que se habian atado
dos que eran algo sospechosos, pero
en orden a los otros tres los habia to
mado Robinson á su servicio por re
comendacion del capitan , y con so
lemne juramento de ser fieles hasta la
muerte .

Los que habian llegado en la segun


da lancha, la empujaron hacia la arena
despues de salir de ella . Se alegró in
finito con esta circunstancia Robinson
que temia antes de verlos obrar así,
que la dejasen anclada con algunos de
ellos para guardarla y que con esto
fuera imposible el apoderarse de ella.
La primera cosa que hicieron , lué
correr bácia la otra lancha, Viéndola
abierta en lo hondo , y desguarnecida
de todos sus aparejos , parecieron estar
sorprendidos y consternados. De allí
á un instante , dieron todos juntos al
mismo tiempo grandes gritos paraacer
ROBINSON CRUSOE. 211

l se oir de sus compañeros , pero vien -


do que era trabajo en balde , hicieron
una descarga general con sus armas.
Permaneció todo en silencio , excepto
el eco que repitió el ruido de la des
descarga. Pareció en los principios que
ellos querian volverse al navió ; echa
ron al mar su chalupa , entrando en
ella todos. Pero apenas se habian apar
tado de la playa, cuando estuvieron de
vuelta. Quedaron tres en la lancha ;
internándose los otros en el pais , para,
ir á la descubierta.
Miró Robinson la resolucion que
ellos acababan de tomar como muy .
1 perjudicial para sus designios : en bal
de él y los suyos se harian dueños de
los siete que estaban en tierra , si se les
escapaba la lancha; porque en este úl
timo caso , no dejaria la lancha de ir á
poner en alarma el navío , el cual en
viaria nuevas fuerzas , ó huiria á toda
vela .
-212 AVENTURAS DE
* El mal sin embargo era irremedia
ble: la chalupa se alejó de la playa , y
echó el ancora á alguna distancia .
Cuanto restaba por hacer , era aguar
dar el éxito.
Los siete que habian desembarca
do se tenian apiñatos entre sí , már
chando hácia la colina bajo la que es
taba la habitacion deRobinson . Cuan
do estuvieron en lo alto de la colina
desde donde podian descubrir una
gran parte de los montes y valles de
la isla ; especialmente por el lado del
nordeste , en que el terreno era mas
bajo se pusieron á gritar de nuevo has
ta mas no poder; y po atreviéndose á
internarse mas en el pais , se sentáron
para consultar juntos, Si hubieran te
nido á bien el dormirse como la pri
mera partida lo habia practicado, hu
bieran hecho un singular servicio á
Robinson y partidarios svýos; pero es
ROBINSON CRUSO 213
taban muy llenos de espanto , aunque
no tenian seguramente idea ninguna
del peligro que corrian .
Creyendo el capitan adivinar la ma
teria de su deliberacion , y discurrien
dose que iban á ejecutar una segunda
descarga para hacerse oir de sus com
pañeros, propuso caer todos juntos
sobre ellos, desde que hubiesen dispa
rado , y.obligarlos con ello a entregar
se. Pensó Robinson que este consejo
era bellisimo, con tan que se hiciese
con puntualidad su ejecucion. Pero
ņo se presentó la ocasion .
Despues de haber deliberado los
marineros por espaciode mucho tiem .
po , se levantaron y marcharon con di.
reccion al mar ; tenian segun yisos una
tan horrenda idea de los peligros que
los esperaban en aquelsitio , que , dan
do por perdidos sin recurso ninguno
á şus compañeros , estaban resueltos á
1

214 . AVENTURAS DE

volverse á bordo del navio , con la


mira de hacerse a la vela.
Viendo el capitan que ellos se vol
vian de veras , se desesperaba con es
to ; pero Rohinson , para hacerlos vol
ver atras, discurrió un estratagema
cuyo éxito correspondió grandemerite
á sus miras.
Mandó que el contramaestre y Vier
nes pasasen á la parte del oeste; que
cuando hubiesen llegado a algana co
lina , se pusiesen á gritar con todas sus
fuerzas , deteniéndose y volviendo á
comenzar al punto que les hubiesen
respondido aquellos marineros; que
finalmente continuasen este manejo
de distancia en distancia , hasta que
los hubiesen atraido hacia los bosques
y se volviesen después al lado suyo .'
Los rebeldes echaban precisamente
el pie en la lancha , cuando Viernes y
el contramaestre dieron el primer gri
KOBINSON CRUSOE . 215

to . Le oyeron aquellos desde el prin


cipio , y volaron hacia el parage de la
isla de donde les parecia partir la voz.
Habiendo hallado por delante de sí
un riachuelo , mandaron venir la lan
cha ; y después de haberse servido de
ella para atravesarle , la dejaron bajo
la custodia de dos compañeros suyos.
* Era cabalmente lo que Robinson
deseaba: el que dejando que Viernes
y el contramaestre ejecutasen sose
segadamente sus ódenes, tomó con
sigo lo restante de sa coadrila ; y dan
do un rodeo, sorprendió a los dos mári
neros que custodiaban la lancha . Se
habia quedado en este el uno , y echa
doseeo laarena mediodormido el otro .
Se desperto de sobresalto á la llegada
de Robinson y gente suya. El capitan
que era el mas adelantado , saltó sobre
él, rompióle la cabeza de un culatazo
y grito despues el que estaba en el es
216 AVENTURAS DE
quife que se entregara , ó que
estaba
muerto . No hubo mucha dificultad
para resolverle á ello. Se veia asaltado
de cinco hombres , su compañero es
taba acogotado, y era por otra parte
uno de aquellos de quienes habia ha
bia, hablado bien el capitan , por lo
mismo no solamente se entregó sino
que tambien tomo plaza con sus ven
cedores , los sirvió con suma lealtad .
No hay palabras con que espresar
cuanto fué el asombro de los que Vier
nes y el contramaestre habian atraido
hacia los bosques, cuando , de vuelta
vieron pasada la marea , metida en la
arena y sin guardias la lancha. Los
oyeron gritar unos a otros, del modo
mas lamentable , que estaban en una
isla encantada ; que todos ellos serian
degollados; si era habitada por hom
bres; y llevados yy devorados , por
si
espiritus.
ROBINSON CRUSOE. 217

Se pusieron á gritar de nuevo , y á


llamar á sus compañeros por sus pom
bres , pero sin respuesta. Los vieron
entonces , al favor del escaso dia que
quedaba , correr acá y allá , y retor
cerse las manos como gentes desespe
radas. Unas veces entraban en la lan
cha para descansar , porque estaban
sumamente fatigados ; y otras corrian
por la playa, como hombres que ban
perdido el seso .
Robinson hubiera podido mandar
atacarlos; pero su ánimo era cogerlos
con beneficio suyo , á fin de matar lo
menos que fuera posible , y no apen
turar la vida de los que le acompaña
ban: Resolvió pues aguardar , con la
de
esperanza que ellos se separarian .
Sin embargo para que no se le es
ca pasen , mandó acercar mas su em •
boscada, ordenando á su gente que se
arrastrase á gatas para colocarse lan
10
218 AVENTURAS DE
cerca de los rebeldes como fuera po
sible , sin descubrirse.
El segundo contramaestre , que era
el gefe del levantamiento , y que se
manifestaba en su desgracia mas co
barde y desesperado que ninguno de
todos los demas , dirigió bien presto
sus pasos hacia aquel lado con dos
compañeros suyos. El capitan estaba
tan irritado contra este malvado , que
le costaba trabajo el dejarle acercarse
para asegurarse de él. Se contuvo sin
embargo; pero despues de haber te
nido alguna paciencia , se levantó de
pronto con Viernes, y disparó con
tra él .
Quedó muerto en el sitio el segun
do contramaestre ; otro de los dos re
beldes que le acompañaban , recibió
una herida en el vientre; pero no mu
rió mas, que de allí a dos horas: el
tercero huyo.
RORINSON CRUSOE. 219

Al ruido de estos tiros , se adelantó


Robinson con todo su ejército , que
consistia en ocho hombres : era gene
ralísimo él mismo . Viernes era su te
niente general ; tenian por soldados al
capitan y dos compañeros suyos, y á
los tres prisioneros á los cuales se ha
bian confiado algunas armas.
Era obscurísima la noche , de mo
do que no les era posible a los rebel
des el saber contra que número de
hombres tenian que luchar. Mandó
pues Robinson al que se habia halla
do en la lancha , y que se habia so-
metido , que los llamase por sus nom
bres , para ver si querian capitular.
Este marinero se puso á gritar en
alta voz : ¡ Ah , Tomas Smith , To
mas Smith ! = Eres tú Juan ' respon
dió este . Sí, sí , repuso el otro. En
el nombre de Dios, Tomas, rendid .
las armas , entregaos, sip : lo cual es
220 AVENTURAS DE

tais muertos al instante todos voso


tros sin dejar uno » .
« A quien es menester entregarse ?
dijo Smith ; en donde están ? » =- Aquí
están , respondió Juan ; es nuestro ca
pitan , con cincuenta soldados que el
gobernador de esta isla le ha dado. Os
busca hace ya mas de dos horas ; el
segundo contramaestre está muerto ;
Guillermo Frye , herido gravemente ;
yo , prisionero de guerra ; y estaisper
didos , si no quereis entregaros.
= « Habrá cuartel , replicó Smith
si rendimos las armas ? » Voy a pre
guntárselo al capitan , dijo Juan : el
capitan entonces se puso á hablar el
mismo á Smith : «Conoces mi voz ,
Smith , le gritó ; si arrojais las armas ,
salvaréis todos la vida , escepto Gui
llermo Atkins » .
= « En el nombre de Dios , capi
tan , esclamó en esto Atkins , deme
ROBINSON CRUSOE . 221

Vm. cuartel ; ¿ qué he hecho mas que


los otros ? Son tan culpables como yo » .
No decia la verdad , porque él habia
sido el primero en maltratar al capi
tan , á quien habia atado las manos ,
diciéndole las mas atroces injurias.
Por lo mismo le respondió el capitan »
que él nu le prometia cosa ninguna ;
que debia entregarse á discrecion , y
recurrir a la bondad del gobernador ;
por cuyo bello título designaba á Ro
binson ,
En una palabra, todos entregaron
las armas , pidiendo la vida , y Ro
binson envió á Juan y otros dos para
atarlos a todos ; en seguida su ejército
grande, supuesto de cincuenta hem
bres , se adelantó y apoderó de ellos .
En cuanto al generalísimo , estuvo
apartado con uno solo de su gente ,
por razon de estado.
El capitan hizo los mas vivos car
222 AVENTURAS DE
gos á losrebeldes sobre su traicion .
Todos manifestaron visos de arre
pentidos , y pidieron la vida, con tra
zas de sumision. Les respondió que
ellos no eran prisioneros suyos, sino
del gobernador de la isla. « Habeis crei.
do , continuó , desterrarme á una isla
desierta ; pero ha agradado á Dios di
rigiros de modo que este parage se ha
lle habitado , y aun gobernado por un
Ingles. Este gobernador es el dueño de
mandar ahorcaros á todos; pero ha
biéndoos dado cuartel , podria cierta
mente enviaros á Inglaterra , para ser
entregados en manos de la justicia , ex
cepto sin embargo Atkins, á quien ten
go órden de decir , de parte suya , que
se disponga á morir , porque debe ser
ahorcado mañana por la mañana .
Esta ficcion produjo todo el efecto
que es imaginable. Atkins,searrodilló
para suplicar al capitan que se empe
ROBINSON CRUSOE . 225

fara con el gobernador, y los otros le


rogaron encarecidamente que hiciese
de modo que no fuesen enviados á In
glaterra.
Como Robinson ténia ideado el ya
lerse de estos mismos marineros para
recuperar el navío , prosiguió repre
sentando su papel de gobernador, sin
dejarse ver . Mandóen clase de tal que
hiciesen venir al capitan ; uno de su
gente gritó pues : « Capítan , el gober
nador quiere hablar con Vm.Diga
Vm . á S. E. , respondió el capitan ,
que al instante voy a recibir sus órde
nes. « Los prisioneros caian completa
mente en la trampa, y no dudaban
que estuviese cerca de allí el goberna
dor con una numerosa tropa.
Luego que hubo venido el capitan
le participó Robinson el designio que
habia concebido para hacerse dueño
del navio. Le aprobó aquel sobrema
224 AVENTURAS DE
nera , y resolvió llevarle á ejecucion
desde el siguiente dia . Para conducir
se en ello del modo mas seguro , creyó
Robinson que era menester separar á
los prisioneros ; y mandó al capitan y
dos compañeros suyos, que cogiesen á
Atkins con otros dos de los mas cul
pables para llevarlos a la gruta , en
donde hallarian á otros dos de sus
compañeros , que estaban allí hacia
ya mucho tiempo.
Envió los restantes rebeldes á su
casa de campo , que estaba rodeada
de una cerca , como ya lo tenemos
dicho en diferentes lugares.
Diputó hacia estos últimos al ca
pitan en el siguiente dia. Este oficial
tenia el encargo de profundizar su
modo de pensar , á fin de ver si era
cosa imprudente el emplearlos en la
espedicion que se proyectaba. Habló
les sobre su mala conducta , y triste
ROBINSON CRUSOE . 225
suerte a que ella los habia reducido ;
les repitió que aunque el gobernador
les babia dado cuartel , no por ello
ciertamente dejarian de ser ahorcados
si los conducian á Inglaterra . « No
obstante esto , añadió , si quereis pro
meterme el ayudarme en una empresa
tan justa como es la de apoderarme de
mi barco , se obligará el gobernador
á obtener vuestro perdon » .
Puede juzgarse que efecto debió
producir semejante propuesta en aque
los infelices ; se arrodillaron á los pies
del capitan , y le prometieron , con las
mas horrendas imprecaciones , que le
serian fieles hasta la postrera gota de
su sangre ; que le seguirian á cuantas
partes él quisiera llevarlos , y que le
mirarian como á padre suyo siempre,
supuesto que le serian deudores de la
vida. « Pues bien , dijo el capitan , voy
á participar vuestras promesas al go
10*
226 AVENTURAS DE
bernador , y me esforzaré hasta lo su
mo para hacérosle propicio » . Y fué á
Hevar su respuesta á Robinson .
No queriendo omitir este nada de
cuanto podia asegurar el triunfo de sus
designios, deseó que el capitan volvie
ra hacia ellos, y les dijese que él con
sentia en escoger á cinco de ellos; pe
to que el gobernador guardaria como
en rehenes á los otros dos , con los tres
prisioneros que él tenia ya en su casti -
llo , y que mandaria ahorcar en la ori
lla del mar á estos cinco rehenes , si sus
compañeros eran tan perfidos que fal
taban á la fe de sus juramentos.
Habia en esto unos visos de severi
dad , que hacian ver que el goberoa -
dor no gastaba chanzas.
Los cinco que el capitan designó ,
aceptaron con alegría ; y tanto á los
rehenes como a su comandante les im .
ROBINSON CRUSOE. 127

portaba el exhortarles á cumplir con


su obligacion.
El capitan no tenia ya mas que
aparejar y tripular las dos lanchas,
para ponerse en estado de ir al navio ,
lo cual se hizo bien pronto .
Embarcó á su gente despues, Puso
en la úna á su pasagero con otros cua
tro hombres , y entró él mismo en la
otra con su contramaestre y cinco de
dos marineros sometidos .
Era la media noche poco mas ó me
nos , cuando descubrió el navio. Des
de que estuvo al alcance de la voz ,
mandó a Juan gritar á la tripulacion
que ellos traian la primera lancha con
los marineros , pero que habian tar
dado mucho tiempo en hallarlos.
Juan entretuvo a los amotinados
con estos y otros seinejantes discursos,
hasta que el esquife estuvo debajo del
Davío .
S
2 28 AVENTURA DE
El capitan y contramaestre subie
ron los primeros á él con sus armas
y mataron desde luego al segundo con
tramaestre y carpintero, y fielmente
auxiliados de los demas , se hicieron
dueños de cuanto hallaron en los puen
tes .

Estaban ocupados ya en cerrar las


escotillas a fia de impedir que los de
abajo vinieran al socorro de sus com
pañeros , cuando las gentes dela segun
da lancha subieron por la proa , des
pejaron toda aquella parte del barco ,
y se apoderaron de la escotilla que
conducia á la camara del cocinero , en
donde hicieron prisionero á tres rebel
des.
Siendo así el capitan dueño de todo
el combes , mandó al contramaesrtre
tomar consigo á tres hombres, y forzar
la camara en que estaba el nuevo co
mandante. Habiéndose puesto este
ROBINSON CRUSOE. 229
alerta ; se levanto ;y auxiliado de dos
marineros y un grumete, se preparaba
para hacer una vigorosa resistencia.
Luego que el contramaestre hubo
abierto la puerta con ayuda de una pa
lanca, disparáron valerosamente aque
lloscuatro rebeldes contra él y sus com
pañeros; pero el contramaestre , aun
que él mismo con el brazo roto , le
vantó la tapa de los sesos al nuevo
capitan , lo que fué causa de entregarse
sus compañeros. Con esto se finalizó
el combate, y el capitan recuperó su
navio , sin verse obligado á derramar
mas sangre .
Instruyó inmediatamente á Robin
son sobre el feliz éxito de su empresa ,
mandando tirar siete cañonazos como
estaba acordado con él. Estaba en la
playa Robinson , consumido de zoza
bras é inquietudes ; y oyó con un ena
genado jubilo aquella venturosa señal.
230 AVENTURAS DE

Volvió á tierra el capitan en la si


guiente mañana. Apretó del modo mas
tierno sus brazos á Robinson , y alargan
do la mano hacia el navío , le dijo :»
-Amigo querido y libertador mio , ahi
está el navío de Vm . , que le perte
nece igualmente que nosotros y cuan
to poseemos. »
Volvió en esto Robinson la vista hacia
el mar y vió efectivamente ancladomuy
cerca de la orilla el navio : pues el capi
tan habia mandado acercarle hasta alli.
Nuestro amigo estaba tan poseido
de gozo , quepor mucho tiempo per
maneció incapaz de articular una sola
palabra . Vuelto en sí, abrazó sucesiva
mente al capitan , reconociendole por
su libertador , y diciéndole , con las
mas afectuosas palabras, que le mi
raba como a un hombre enviado al
socorro suyo por el cielo. Pero el ca
pitan queria ser el favorecido ; lo cual
ROBINSON CRUSOE 231

dió lugar entre ambos á un largo


combate de gratitud y generosidad .
A continuacion de estas protestas y
cordiales desahogos, dijo el capitan
á Robinson que él le habia traido al
gunos refrescos , y gritó a la gente de
su lancha que pusiera en tierra los
presentes destinados al señor goberna
dor : era en efecto un presente digno
de un gobernador , y de un goberna
dor que deberia permanecer en la is
da , y no que estuviese dispuesto para
embarcarse , como Rubinson iba á
practicarlo.
Consistia este regalo en un azafate
lleno de algunas botellas de agua cor
dial.
Tambien habia otras siete de vino
! de Madera , cada una de las cuales
contenia dos buenas pintas, dos libras
de excelente tabaco , dos grandes pè
dazos de vaca , otros seis de tocino ,
232 AVENTURAS DE
up costal de garbanzos , y unas cien li
bras de bizcocho ; un cajon lleno de
azúcar , y otro de flor de moscada ; dos
botellas de zumo de limon , y un sin
número de otras cosas útiles y agrada
bles. Pero lo que dió infinitamente
mas gusto á Rohinson , fué seis cami
sas flamantes , otras tantas corbatas
muy buenas , dos pares de guantes ,
un par de zapatos, otro demedias , un
sombrero , un vestido completo.
Habiendo hecho Robinson llevar to
dos estos presentes á su morada , pú
sose á deliberar con el capitan sobre
lo que debian hacer con los prisione
ros. La cosa merecia ciertamente la
pena , particularmente con respecto a
los dos gefes de los amotinados cuya
obstinada é incorregible maldad era
conocida. El capitan aseguróle que los
beneficios eran tan poco capaces de
reducirlos como los castigos; y quesi
KOBINSON CRUSOE. 253

él los tomaba bajo su cargo , seria úni


camente para llevarlos ,con grillos, á
Inglaterra, ó á la primera colonia in
glesa , á fin de ponerlos en manos de
la justicia.
Como el capitan era bastante hu
mano para no tomar este partido mas
que con pesar , le dijo Robinson que
él sabia un medio de mover á aque
llos dos malvados á pedirlecon una gra
cia la licencia de quedarse en la isla .
Habiendo recibido plenos poderes
sobre este particular , envió a Viernes
y otros dos parciales suyos á la gruta ,
para traer á los cinco marineros ata
dos á su casa de campo , y guardarlos
allí hasta su llegada.
Restituyóse á ella , algun tiempo
despues , compuesto con el trage que
le habia regalado el capitan , y acom
pañado de este oficial. Le trataron en
tonces de gobernador declaradamente.
334 'AVENTURAS DE

Se hizo traer desde luego a los prisio .


neros , a los que dijo que se hallaba
perfectamente enterado de su conspi.
racion , y de las medidas que ellos jun
tos habian tomado para cometer pi
raterías con la nave de que se habian
apoderado : que á su nuevo capitan ,
en premio de su traicion , le verian al
instante ahorcado en la verga mayor ;
que en cuanto á ellos , tendria á bien
saber lo que tenian que alegar para
impedirle el castigarlos como á piratas
cogidos en el hecho.
Uno de ellos respondió que no te
nian nada que reproducir en favor
suyo ; sino que el capitan les habia
prometido la vida , y que pedian su
gracia. Robinson repuso que él no sa
bia mus bien que gracia le era posible
acordarles , supuesto que él iba á salir
de la isla y embarcarse para la Ingla
terra , y que con respecto al capitan
ROBINSON GRUSOE.
235
no podia él llevarlos mas que atados
y con la mira de entregarlos á la jus
licia , como amotinados y piratas, lo
que los conduciria en derechura á la
horca ; que asi no hallaba mejor para
tido para ellos que el de permanecer
en la isla , que él mismo iba á abando
nar con toda su gentė.
Pareció que recibian esta propuesta
con reconocimiento ; diciendo que ellos
preferian infinitamente aquella morada
á la suerte que los aguardaba en Ingla
terra: pero el capitan aparentó no apro
barla . Con lo que Robinson afectó de
cirle con airado semblante , que ellos
eran prisioneros suyos y no del ca
pitan : que habiéndoles ofrecido su
perdon , no era hombre capaz de fal
los pon
tarles a la palabra ; y que él
dria en libertad como los habia halla
do , salvo que el capitan corriese tras
236 AVENTURAS DE

ellos, y los volviera á coger , si le era


posible.
Hízolo como lo habia dicho ; y ha
biéndoles quitado sus ataduras, les di
jo que se fueran á los montes , pro
metiendo dejarlos armas de fuego ,
municiones y las necesarias instruc
ciones para vivir con comodidad . Par.
ticipó despues al capitan su designio
de permanecer todavia aquella noche
en la isla á fin de prepararlo todopara
su viage , rogándole sin embargo que
se volviera al navio para ponerlo todo
en órden.
Luego que hubo partido el capitan
mandó Robinson que vinierap á su
habitacion los cinco marineros. Hallán
dolos siempre resueltos á quedarse en
la isla , les dijo todas las particularida
des de aquel sitio , y les enseñó el modo
de hacer pan , de sembrar las tierras
y secar las uvas ; en una palabra , los
ROBINSON CRUSOE . 257

instruyó sobre cuanto podia hacer có


moda y agradable su vida .
Dejóles sus armas , es á saber cinco
mosquetes , tres escopetas , otros tan
tos sables , y un barril y medio de
pólvora con corta diferencia .
Tambien les enseñó su modo de
criar las cabras , y hacer queso y man
teca de vacas. Ademas de esto , les
prometió hacer de modo que el capi
tan les dejase una mayor provision de
pólvora , y algunas semillas para las
huertas.
Habiéndose acercado la lancha a la
playa en la siguiente mañana , se colo
có Robinson en ella con Viernes para
llegar al navío ; llevándose consigo las
pocas alhajas y dinero , que él habia
mirado con tanto desden en otros
tiempos. No se olvidó de su quitasol,
gorraza , ropon , y viejo papagayo ,
eran unos monumentos de su desgra
238 AVENTURAS DE
cia, que debian honrarle en todas par
tes, y que él se proponia ciertamente
mostrar en Inglaterra á sus antiguos
conocidos , si los volvia á hallar con
vida todavia.
Los Ingleses que él dejaba en su is
la , le condujeron hasta la chalupa,
renovándole sus gracias y promesas de
conformarse con las instrucciones que
él les habia dado .
Habiendo llegado Robinson al na
vío , obtuvo que se enviasen todavía
algunas provisiones á los desterrados.
El viento era favorable , y el navío
se hizo a la vela antes de acabado, el
dia . Permaneció Robinson con los ojos
clavados en su isla , miéntras que pu
do -verla ; nos apegamos con el hábito
á los sitios mismos en que hemos sido
desdichados. Luego que hubo cesado
de ver la tierra hospitalaria que le
habia libertado del furor de las olas ,
ROBINSON CRUSOE. 239

se postró para dar gracias a Dios por


su dichosa preservacion. Hacia doce
años , dos meses , y diez y nueve dias
que estaba viviendo Robinson en aque.
lla especie de destierro.

CAPÍTULO XV .

Robinson llega a Inglaterra. Tiernos


abrazos de su padre,

SEGUN estaba convenido , antes de


hacerse á la vela para la Europa , hi
zo escala el navio en la isla en que se
hallaban los infelices , en cuya busca
habia despachado Robinson al Espa
ñol y padre de Viernes. El capitan los
toinó á sa bordo , despues de haberles
participado que su libertad era una
de las condiciones, que Robinson le
240 AVENTURAS DE
habia impuesto. Todos se echaron al
cuello de su libertador , con unos ena
genamientos de gozo y gratitud de
que no es posible formarse una cabal
idea .
El padre de Viernes se habia vuel
to inseparable del bienhechor de su
hijo y de este mismo, y tambien se
em barcó .
La navegacion fué de las mas feli
ces. En veinte y cuatro dias fué á fon
dear el navío en el puerto de Cadiz ,
en donde dejó á los Españoles y Por
tugueses.
De alli empleó todavia poquísimo
tiempo para llegar á Portsmouth , que
es uno de los principales puertos de
Inglaterra.
Una vez Robinson en su patria , no
tuvo nada de mas apurado que el vo
lar hacia los lugares en que habia de
jado á su familia , habia ya unos veia
ROBINSON CRUSOE. 241
te años , en el dolor y desesperacion.
Luego que vió las torres de Hull , se
le partió el corazon : į vivia su padre
todavia ? ó bien habia bajado a la se
pultura maldiciendo á up hijo ingrato
que habia causado el martirio de su
vejez ? Un amigo en cuya casa entró
y que tuvo al principio mucha din
ficultad para reconocerle , le consoló
algo el corazon, participándole que
su padre existia todavia , aunque ago .
viado con la edad y los achaques ; y quise
á veces le oian echar menos al hijo
que la mania de viajar inútilmente te .
! nia distante de él infinitos años hacia
No se atrevió Robinson á presentar .
de
se de repente delante del autorpas
ti
vida , temiendo causarle un ,
funesto . Hizo prevenirle de su regte )
ta tra
por medio de una persona , ques
i encargada de anunciársele los
6 ntos
cesarios miramie e 11cl
. Quiso verl
e a
11
242 AVENTURAS DE
punto el buen padre ; porque somos
indulgentes con aquellos a quienes
hemos dado la vida . Robinson por
otra parte tenia purgados sus yerros
de un modo tan terrible , que mas bien
hubiese tenido uno tentaciones de con
!
solarle de ellos, que de reprendérselos.
¡Ah ! padremio ! = ;Abihijo unio !
-Esto únicamente pudieron decirse
en el primer momento .
Toda la familia de Robinson le vol
vió a ver sumamente gozosa , y todos
se apresuraron á hacerle olvidar lo que
él habia padecido , multiplicando al
lado suyo los agasajos y amistosos tes
timonios. Viernes y su padre hicieron
bien presto al parecer parte de aque
lla familia , cuyos individuos todos
quisieron servirles de guias y prolec
tores .

Fijado para siempre Robinson en


el pais que le habia visto nacer , vivió
ROBINSON CRUSOE. 245
en él por mucho tiempo . Era conocida
su historia generalmente : y le tenia
á él la curiosidad pública por blanco
suyo. A los jóvenes que le daban el
parabien por el valor y habilidad con
que habia sabido señorear la fortuna
en su isla , les respondia: Toda mifor
taleza , hijos mios , me vino de Dios;
mientras que yo le desconocí , todo
fué desórden y confusion en mi.
Ofreciéndole mis pesares, los templé ;
y ofreciéndole mis tareas , las hize
fructificar. Pero por mas gracias
que él derramaba sobre mí, sufria
yo todavia muy cruelmente con la
memoria de mis faltas. Si quereis ,
hijos mios , tener la paz del corazon,
sin la que no hayverdadera felicidad ,
no desprecieis los consejos de vues
tros padres , ni ceseis nunca de tribu
tar á Dios el homenage que le es de
TO

bido. SIR !
TE
TECT

FIN .
INDICE.

Cap . I. Robinson hace la relacion de sus primeras


faltas. I

Cap . II . Naufragio . 28
Cap . III. Robinson pasa nadando al navio . 40
CAP. IV . Robinson vuelve muchas veces al navio
y se construye una morada fortificada . 55
CAP. V. Industria y trabajos de Robinson . 64
Cap . VI . Terremoto . Enfermedad de Robinson . 77
Cap. VII. Cura de Robinson ; visita su isla. 90
CAP. VIII . Inmensos trabajos deRobinson para
hacerse una canoa ; pertrecha su guardoropa. 112
Cap. IX . Robinson consigue botar una canoa ,
de que se sirve para dar la vuelta á su isla por
mar. 121
CAP. X. Robinson vuelve á su caverna en la
que continua sus trabajos . Muere su perro .
Paseándose ve la señal de un pie, y balla los
despojos de un festin de antropófagos. 128
Cap . XI. Robinson pelea contra los antropófagos
v liberta a una de sus victimas . 143
CAP. XII . Robinson da el nombre de Viernes al
salvage que él ha libertado . Le instruye y
asocia en todos sus trabajos. Nuevos compa ·
ñeros de infortunio . 161
Cap . XIII . Llegada de un navio europeo , cuya
tripulacion se habia sublevado. 186
CAP. XIV Robinson ayuda al capitan de los
marineros amotinados á recobrar su barco ; y
se embarca para la Europa. 206
CAP . XV. Robinson llega á Inglaterra. Tiernos
abrazos de su padre. 239

FIN
deras

ario

in .
yo

112

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121

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