Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El acceso a los datos también protege a las empresas de sus rivales de otra
manera. El hecho de ser optimista sobre la competencia en la industria de la
tecnología descansa en el potencial de que los titulares sean sorprendidos
por una startup en un garaje o por un cambio tecnológico inesperado. Pero
ambos son menos probables en la era de los datos. Los sistemas de
vigilancia de los gigantes abarcan toda la economía: Google puede ver lo
que las personas buscan, Facebook lo que comparten, lo que Amazon
compra. Poseen tiendas de aplicaciones y sistemas operativos, y alquilan
poder de cómputo a nuevas empresas. Tienen una “visión de Dios” de las
actividades en sus propios mercados y más allá. Pueden ver cuándo un
nuevo producto o servicio gana tracción, lo que les permite copiarlo o
simplemente comprar el advenedizo antes de que se convierta en una
amenaza demasiado grande. Muchos piensan que la compra de $ 22bn de
Facebook en 2014 de WhatsApp, una aplicación de mensajería con menos
de 60 empleados, entra en esta categoría de “adquisiciones de tiroteos” que
eliminan posibles rivales. Al proporcionar barreras a los sistemas de entrada
y alerta temprana, los datos pueden sofocar la competencia.
La naturaleza de los datos hace que los remedios antimonopolio del pasado
sean menos útiles. Dividir una empresa como Google en cinco Googlets no
evitaría que los efectos de red se reafirmen: con el tiempo, uno de ellos
volverá a ser dominante. Se requiere un replanteamiento radical y, a medida
que los lineamientos de un nuevo enfoque comienzan a hacerse evidentes,
se destacan dos ideas.
El primero es que las autoridades antimonopolio deben pasar de la era
industrial al siglo XXI. Al considerar una fusión, por ejemplo,
tradicionalmente han utilizado el tamaño para determinar cuándo intervenir.
Ahora deben tener en cuenta el alcance de los activos de datos de las
empresas al evaluar el impacto de los acuerdos. El precio de compra
también podría ser una señal de que un titular está comprando una amenaza
incipiente. En estas medidas, la disposición de Facebook a pagar tanto por
WhatsApp, que no tenía ingresos de los que hablar, habría elevado las
banderas rojas. Los Trustbusters también deben ser más conocedores de
los datos en su análisis de la dinámica del mercado, por ejemplo, mediante
el uso de simulaciones para buscar algoritmos que coluden los precios o
para determinar la mejor manera de promover la competencia (ver
Intercambio libre ).