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En 2020, las personas intercambian sus datos por productos y servicios gratuitos
todos los días. Cada búsqueda de Google. Descarga de cada aplicación. Cada
conexión a WiFi público. En décadas anteriores, esta transacción de información
puede haber sido comparativamente inofensiva, pero las filtraciones de datos
generalizadas representan una amenaza sustancial para el ciudadano de Internet.
Patrick Ambron, director ejecutivo de Brand Yourself, advierte que los piratas
informáticos pueden acceder fácilmente a información como su correo electrónico
o número de teléfono, y que con sólo "unos minutos y un par de dólares" pueden
acceder a respuestas a preguntas de seguridad o cuentas bancarias privadas.
"Podría leer todos los correos electrónicos y mensajes de texto que me enviaste,
revisar todo lo que escribiste en una barra de búsqueda, ver todos los sitios que
has visitado y saber en todos los lugares en los que has estado en los últimos 3
meses". advierte Ambron.
La situación se vuelve cada vez más compleja a medida que la nueva tecnología
recopila más información sobre nosotros, desde la voz (por ejemplo, Siri, Alexa)
hasta la cara (por ejemplo, reconocimiento facial, cámaras de seguridad) y la
genética (por ejemplo, genómica personal).
La Escuela de Administración Sloan del MIT publicó un estudio que, entre otras
cosas, informó el valor de la “disposición a aceptar” (WTA) para los servicios
digitales. Esta métrica era un indicador de la cantidad de dinero con la que las
personas necesitarían ser compensadas para renunciar al acceso a determinadas
aplicaciones. Mientras que las aplicaciones sociales llegaron a los cientos de
dólares, los motores de búsqueda llegaron a los miles.
Aunque este estudio respalda el inmenso valor que nos ofrecen muchos productos
tecnológicos, también apunta a la idea de que la gente estaría dispuesta a pagar
por estos servicios.
Vale la pena mencionar que, aunque algunas de estas empresas parecen resolver
problemas muy específicos, la privacidad es universal. Un gran ejemplo de esto es
Cloudflare, que lanzó su oferta pública inicial el año pasado y ahora tiene una
capitalización de mercado de más de $ 5 mil millones; comenzó como un proyecto
para rastrear cómo los spammers recolectaban direcciones de correo electrónico.
Oportunidades:
Esta zona gris brinda la oportunidad para que las instituciones brinden orientación
(como esta guía, que se vende por £ 295) o brinden soluciones llave en mano,
como TerraTrue o Iubenda. Se pueden crear otras herramientas basadas en
búsquedas como “generador de políticas de privacidad” (SV: 27.1k).