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Eficacia escolar como valor agregado

Armando Gómez Villalpando


Maestro - Investigador de la
Unidad UPN 111 Guanajuato

En este programa de la serie “Temas educativos contemporáneos”


desarrollaremos el tema de la eficacia escolar como valor agregado. La
investigación sobre escuelas eficaces continúa manteniendo un papel
preponderante en la investigación educativa a nivel mundial. Los investigadores
han demostrado en los últimos quince años que las pesimistas conclusiones
sobre la nula influencia de la escuela en los resultados de los alumnos son
falsas. Las conclusiones actuales llevan a afirmar que el efecto que una
escuela tiene en el aprendizaje de sus estudiantes puede ser identificado y,
hasta cierto punto, medido. Por tanto, las escuelas y sus profesores son
capaces de mejorar o empeorar el rendimiento que cabría predecir de los
alumnos a partir de sus variables de entrada.

La cuestión que ahora se plantea es cómo comparar la eficacia entre distintas


escuelas a nivel individual, de distrito, región, etc. Parece obvio que no
podemos admitir el comparar directamente las puntuaciones en un test de
rendimiento entre escuelas cuyos alumnos proceden de estatus socio-
económicos y culturales diferentes. Algunos autores denuncian las
comparaciones públicas realizadas en Estados Unidos entre escuelas y
distritos escolares sobre la base de medidas de producto desajustadas. Esta
técnica favorece a las escuelas con estudiantes aventajados y perjudica a
aquéllas con poblaciones demográficas situadas por debajo de la media. Una
solución a este problema sería comparar únicamente escuelas con
características similares, pero esto produciría serias limitaciones en cuanto a la
capacidad de agrupamiento de las escuelas para análisis posteriores.

Una técnica más apropiada para comparar escuelas, especialmente utilizada


cuando se trata de la rendición de cuentas, conocida como valor agregado,
consiste en el uso de una o varias técnicas estadísticas para ajustar los

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resultados sobre la base de las características de entrada más relevantes de
los alumnos. El valor añadido sería la medida del incremento del rendimiento
de un estudiante, producida por el efecto de la escuela, una vez eliminada la
influencia de las características de entrada (background) del mismo. Por tanto,
las escuelas más eficaces serían las que consiguieran que más estudiantes
superaran lo más posible la puntuación predicha de los alumnos a partir de sus
características de entrada. En este sentido, podría darse el caso de una
escuela que parece conseguir excelentes resultados y cuenta inicialmente con
alumnos muy brillantes y motivados, pero que, en realidad, una vez eliminados
los efectos de esas variables de entrada, no aporta nada o casi nada al
progreso de los alumnos (ya de por sí brillantes), y viceversa.

Esta técnica, no obstante, tiene unas exigencias que, en muchos casos, son
difíciles de cumplir. Para poder controlar las características de entrada de los
alumnos, necesitamos obtener medidas fiables de las mismas, cuando
ingresan los alumnos en el centro y cuando lo abandonan. El mismo problema
afecta a la medición del rendimiento como indicador del producto. A nivel
internacional, son excepcionales los países que recogen estos datos de forma
sistemática. Podríamos destacar a Francia dentro de nuestro entorno más
próximo. Otro problema que impide el cálculo del valor añadido se produce en
regiones o distritos con gran movilidad estudiantil, como sucede en los grandes
distritos urbanos de los Estados Unidos, con una movilidad escolar de hasta el
50% anual. Desde organismos públicos, otras dificultades relacionadas con el
uso de esta técnica para comparar escuelas son que se podría dar el mensaje
erróneo a padres y profesores que es legítimo esperar menos rendimiento de
los niños menos privilegiados, que la inmensa mayoría de las escuelas,
después de grandes gastos y análisis, quedarían en un rango medio, con
pocas diferencias entre ellas y que los padres están todavía lejos de elegir una
escuela por su gran valor agregado con niños difíciles, en vez de otra más
mediocre con niños motivados procedentes de familias acomodadas.

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En definitiva, el objetivo de las técnicas del valor agregado es identificar, de
forma fiable y válida, escuelas eficaces e ineficaces. Las relaciones causales
entre variables pueden investigarse una vez que se han identificado estas
escuelas. Para ello hay que eliminar todas las fuentes conocidas de varianza
del estudiante y de la escuela que queden fuera del control de esta última, para
aislar el verdadero efecto de la misma. Pese al avance que se está
produciendo en estos estudios, es muy limitada la utilización de modelos
causales que, de una forma integradora, hagan referencia a la eficacia de la
escuela. El desarrollo de la teoría y la práctica sobre escuelas eficaces debe
dirigirse en esta dirección para conseguir partir de hipótesis validadas.

Fuentes para profundizar en el tema

Fernández Díaz, Mª José y González Galán, Arturo. (1997). Desarrollo y


situación actual de los estudios de eficacia escolar”. Revista Electrónica de
Investigación y Evaluación Educativa // 1997 // Volumen 3 // Número 1. La
eficacia escolar viene siendo uno de los objetivos de estudio desde hace
algunas décadas y actualmente continúa acaparando el interés de
investigadores y prácticos de la educación. En este trabajo se analiza el
desarrollo experimentado por los estudios de eficacia tanto en el ámbito de la
investigación como en la implantación de los procesos de mejora de los centros
y su evaluación.

¿Qué relación se da entre eficacia escolar y la reforma de las escuelas?


Los invitamos a que escuchen el siguiente programa de la serie “Temas
educativos contemporáneos”. Para sugerencias y comentarios, escríbanos a la
siguiente dirección electrónica: temaseducativoscontemporáneos@hotmail.com

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