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ISEGORÍA.

Revista de Filosofía Moral y Política


N.º 62, enero-junio, 2020, 191-206, ISSN: 1130-2097
https://doi.org/10.3989/isegoria.2020.062.10

Jean-Luc Nancy. El fin de Occidente


y la cuestión de la comunidad*
Jean-Luc Nancy. The End of the West and the Question
of the Community
RICARDO ESPINOZA LOLAS**
Pontifica Universidad Católica de Valparaíso
CARLOS ROA HEWSTONE ***

Pontificia Universidad Católica de Valparaíso

RESUMEN. El artículo indaga una cuestión central ABSTRACT. This paper inquires in a central ques-
en la obra de Jean-Luc Nancy, esto es, el problema tion in the Jean-Luc Nancy’s work, that is, the
del fin de Occidente y su consecuencia inmediata: end of the West and his inmediate concequence:
el problema del retorno (re-tour). La evaluación the return schema. The evaluation that Nancy re-
que Nancy realiza sobre este asunto está asociada alize is associated to his affirmation about this
a su afirmación de que Occidente se ha acabado, question is that the West has finished product
producto de la extensión planetaria de sus con- planetary extension of its foundational philo-
signas filosóficas fundacionales. El argumento sophical slogans. The main argument is that one
fundamental consiste es que una de las causas of the most conspicuous causes of that finishing
más ostensibles de dicho acabamiento es la es- is the global structure, regulated by the exclusive
tructuración mundial, regulada por el patrón ex- pattern of the One, in any case, neutralizer con-
cluyente de lo Uno: el capitalismo (heredero del sidered singular beings. It is argued that the main
cristianismo) excluye todo sentido singular. Se output to said planetary nancyana neutralization
sostiene que la principal salida a dicha neutraliza- is the concept of a community of singular beings
ción planetaria es la concepción nancyana de una under the being-in-common (être-en-commun)
comunidad de seres singulares que en virtud del that cover deploys unique and unrepeatable sense
ser-en-común (être-en-commun) que los funda, networks.
despliega redes singulares e irrepetibles de sentido.

Palabras clave: Nancy; fin de Occidente; retrait; Keywords: Nancy; End of the West; Retrait; re-
re-tour; la política; lo político; comunidad. tour; the Politics; the Political; Community.
c
*
Este artículo forma parte del Proyecto FONDECYT N° 1170454: “Realidad y arte en Zubiri”.
Además cuenta con el apoyo del Programa de Capital Humano Avanzado de CONICYT.
**
ricardo.lolas@pucv.cl / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0002-4215-1419.
***
carlos.roa@pucv.cl / ORCID iD: https://orcid.org/0000-0003-4761-2023.

Copyright: © 2020 CSIC. Este es un artículo de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia
de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0).
[Recibido: julio 2018 / Aceptado: octubre 2018] 191
Ricardo Espinoza Lolas y Carlos Roa Hewstone

“Realmente yo diría que mera sección del texto se refiere a la hipó-


Occidente ha desaparecido” tesis de que si Occidente se ha mundializado
Jean-Luc Nancy, Una belleza nueva. se debe a que ha alcanzado los fines que se
mantenían latentes en sus propios funda-
mentos, esto es, sus cimientos filosófico-po-
1. Introducción líticos. En la segunda, se trata de uno de los
efectos que, a juicio de Nancy, derivan del
Este artículo aborda cierto aspecto de la fin de Occidente: el “esquema del re-torno”
obra de Jean-Luc Nancy, pues pretende dar (schéma du re-tour). Ambos tópicos nanc-
con uno de los más actuales problemas en la yanos, concluimos, conforman parte de uno
obra del filósofo: “la desaparición de Occi- y el mismo problema, vale decir, que solo
dente”. Para alcanzar una comprensión de la una comunidad entendida como un entra-
frase que hemos usado como exergo y pro- mado ontológico de relaciones entre seres
fundizar en su significado, asimismo sus singulares, irreductibles a la uniformidad
conceptos asociados, debemos reflexionar puede abrir un espacio de exterioridad a la
sobre la relación fundamental entre los tér- extensión tecno-financiera planetaria que
minos “Occidente” y “desaparición”. ¿Qué caracteriza al mundo actual.
es la desaparición de esta cultura hemisfé-
rica? ¿Cómo entender un juicio tan general, 2. Occidente ha llegado a sus fines
sin violentar una filosofía como la nanc-
yana, exponiéndola a la simple afirmación En noviembre de 1980 se concede a La-
o negación de tal desaparición? Estas serán coue-Labarthe y Nancy la dirección del
nuestras interrogantes. Trataremos de esta- Centre de recherches philosophiques sur le
blecer que al razonar de esta manera, lo que politique, en la École normale supérieure
Nancy critica no es tanto la tendencia im- de París. Su creación tenía como prece-
perante en el pensamiento occidental de dente la celebración en julio del mismo
pensar el ser como Uno, como que tal pen- año del Colloque les fins de l’homme: ti-
samiento se haya efectuado siguiendo la tulado así en alusión a la conferencia ho-
única pauta de la significación del sentido. mónima de 1968 con la que Jacques De-
La afirmación a comprobar será, pues, que rrida iniciaba su preocupación por los
esta es la auténtica causa de la desaparición alcances políticos de la deconstrucción.
de Occidente apuntada por Nancy. Varias de De las discusiones sostenidas allí surgió
las aseveraciones del filósofo hacen refe- tanto el apoyo de Derrida, además de Al-
rencia a lo que podría denominarse, al me- thusser, como el conjunto de objetivos que
nos preliminarmente, un efecto de extensión se propuso el Centro. Más allá de la diver-
de la mismidad por sobre la diferencia que sidad de cuestiones que se plantearon hasta
afecta a gran parte del acontecer planetario; su cierre en noviembre de 1984, la pre-
ello nos permitirá la compleja expansión gunta que guío los trabajos versó sobre la
–con predominancia de algunos rasgos pro- posibilidad y el modo de problematizar
pios de las formas de vida y organización adecuadamente la esencia de lo político1.
del hemisferio norte– de Occidente. La pri- Al plantear las cosas en términos de esen-

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cia, se buscaba interrogar lo político como oría política, es decir, a todo aquello que
tal. En tales instancias, Lacoue-Labarthe y podría referirse a una ‘ciencia política’ o a
Nancy nos hablan de un retrait, vale decir, una ‘politología’”5.
un “re-trazo” y una “retirada” de lo polí- Las investigaciones que Nancy desarro-
tico; vocabulario al que tampoco es ajena lló en el Coloquio y el Centro, condujeron
la idea de trait (trazo)2. Estos términos se a sus ya célebres reflexiones sobre la co-
orientan a criticar lo que por esos años dan munidad. Si bien la pregunta por la comu-
en llamar “las políticas” y “las filosofías”, nidad, así como en general aquella por la
es decir, aquellas actividades ligadas a la esencia de lo político fueron planteadas en
gestión del poder, o bien, a la escritura de términos políticos, la intención que las ani-
tratados metafísicos3. maba no era menos ontológica. Esto es claro
Frente a la expresión retrait surgieron en textos relativamente coetáneos a La com-
algunas confusiones: unos comprendieron munauté désoeuvrée. En L’oublie de la phi-
una tentativa de volver a los fundamen- losophie de 1986, por ejemplo, Nancy
tos de la política, otros en cambio, su re- desarrolla primigeniamente la cuestión del
chazo premeditado. Dos interpretaciones sentido donde insiste en una de las tesis del
radicalmente opuestas. Sin embargo, tal texto sobre la comunidad: que aun cuando
confusión se despeja al considerar que se el ser se expresa en redes plurales de sen-
trató de una investigación iniciada, como tido, la filosofía no se ocupa sino de gene-
se dijo, a comienzos de los años 80, es de- rar unidades significantes que lo aprisio-
cir, una década marcada por declaraciones nan conceptualmente. En L’oublie de la
sobre el “fin de la política” y la denuncia philosophie Nancy radicaliza esta afirma-
de una asimilación completa de lo político ción aseverando que la filosofía es el lugar
en la gestión calculada del poder. Todo donde Occidente históricamente ha elabo-
ello, en el marco de los esquemas repre- rado la propia imagen de sí; se trata de una
sentativos de una democracia de mercado instancia constructora de significados, o
ya plenamente consolidada a nivel global4. bien, dadora de las claves para producirlos.
En este contexto, la aspiración que orien- Por esta razón, no duda en designarla como
taba las investigaciones del Centro estaba generadora de imágenes de mundo y con-
ligada a la aserción de que si se deseaba ciencias explicativas del origen, la dirección,
repensar un campo compuesto por con- el proceso y, mayormente, la finalidad de las
ceptos de manido uso -como el político o más diversas empresas, prácticas e institu-
el ontológico-, poco se podía esperar de un ciones políticas. El “olvido de la filosofía”
abordaje positivo de la filosofía a la sazón. consiste, entonces, en haber perdido la ca-
Por ello, la actitud transversal que se apre- pacidad de dar cuenta del dialogo sordo en-
cia en las conferencias allí dictadas y de- tre Occidente y su filosofía acerca de nues-
más publicaciones, fue más bien de re- tro real trance epocal signado por una
chazo respecto de las teorizaciones. comprensión del presente se comprende a
Declaran expresamente Lacoue-Labarthe partir de la dominación del antropologismo,
y Nancy en la obertura del Centro: “No te- y en ello, de la economía y la técnica. Por
nemos ninguna pretensión ligada a la te- tal motivo, la retirada que promueven Nancy

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y Lacoue-Labarthe no se refiere a una de- que delató que la confianza irrestricta en el


terminada política o técnica específica sino progreso de la razón era, a fin de cuentas,
a la totalización del pensamiento tecnifi- una ilusión. Occidente desapareció porque
cado6. su formato fue eficiente a tal extremo que
Lo que en el Centro y, en menor me- su imperio acabó por dominar todo el globo,
dida en La communauté désoevrée consti- con lo que la frontera con Oriente dejó de
tuye un diagnóstico sobre el comunismo en tener sentido. Y resultó que cuando no hubo
tanto “horizonte insuperable de nuestro oposiciones de sentido, simplemente se
tiempo”, aparece como un fenómeno más acabó con el sentido: “Occidente, con ello,
vasto en publicaciones posteriores. Si- ha acabado recubriendo el mundo, pero tam-
guiendo a Heidegger, Nancy asiente que la bién, en este movimiento mismo, desapare-
metafísica se ha acabado porque ha cum- ciendo, por cuanto había dejado de consi-
plido su cometido. Afirma que esto es apre- derar cómo orientar la marcha de este
ciable en la sencillez con la que hoy nos fi- mundo”8. Otro efecto significativo de la fi-
guramos el fin del mundo mientras que, en nalización declarada por Nancy dice rela-
contraste, existen enormes dificultades para ción con la globalización y la tecnificación,
imaginar patrones alternativos al capitalismo a saber, ideas que en su interpretación del
o la democracia. Pero quizá el indicador más mundo actual se posibilitan mutuamente. La
importante de que el mundo “ha perdido su cuestión del “horizonte insuperable de nues-
capacidad de hacer mundo”7 producto del tro tiempo” que figura en Le retrait du po-
desarrollo y explotación de un único modo litique y, posteriormente, en La communauté
de pensar, es la dominación planetaria que désoeuvrée aparece ahora radicalmente mo-
se mantenía tácita en las pretensiones uni- dificada. Lo que primero se restringía al co-
versalizantes de la metafísica. El fruto no munismo y al totalitarismo, en dichos años,
deseado de esta universalización queda sin- tiene a la relación entre técnica y comuni-
tetizado en la declaración nancyana de que dad como referente general. Los factores
Occidente como tal, definido por su volun- que permiten comprender el significado de
tad de significado, ha desaparecido por su esta relación son, por un lado, el nexo en-
propia expansión. Esta cultura, histórica- tre significación y equivalencia en el capi-
mente deudora de configuraciones filosó- talismo y, por otro, la tecnificación del
ficas trascendentes y que aún continúa es- mundo globalizado. Todo ello en un marco
perando que un horizonte de sentido surja que opera independientemente de orienta-
de aquella fuente, ha desaparecido no solo ciones teológicas y donde el humanismo no
porque su comprensión metafísica del cumple ninguna función relevante. El
mundo se encuentre acabada, o sus valores mundo, “la red de las posibles articulacio-
hayan perdido funcionalidad para resolver nes de sentido”9, asoma, en este cambio de
los problemas del mundo; o bien porque enfoque que adopta Nancy, como “la tota-
esos problemas hayan mutado de manera lidad en sí misma plural de un sentido siem-
que resulten extraños a filosofías elabora- pre singular”10.
das durante el siglo XVIII o XIX; o, en úl- Arguye Nancy que las oposiciones que
timo caso, porque la historia misma fue la suponen los problemas ligados a la técnica,

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el capitalismo o la propia naturaleza, no sible hablar ni de una ni de otra como si


representan sino expresiones de una cierta se tratara de simples representaciones14.
mismidad que las enlaza (por eso el “arte” Dado el estrecho vínculo que mantienen
articula y relaciona todos estos términos: entre sí, la relación entre técnica y natu-
capitalismo, naturaleza y técnica; y de allí raleza tiene que ser circunscrita al domi-
el poder del arte en estos tiempos)11. En nio global del capitalismo. Estas nuevas
una videoconferencia dictada en 2011, a condiciones del orbe en su generalidad re-
propósito de una invitación de la Univer- dundan en el advenimiento de una dudosa
sidad de Tokio, titulada L’Équivalence des conciencia sobre el fin de un sentido ca-
catastrophes, el filósofo cuestiona la opo- paz de orientar el devenir de la civilización
sición entre naturaleza y técnica. El con- humana en sus últimos tiempos. La prin-
texto es el accidente nuclear de Fukushima cipal repercusión de esta conciencia es el
ocurrido en marzo de ese año. En dicha esquema del “re-torno”. La explicación
instancia, Nancy señala que así como la que Nancy efectúa del “re-torno” está
naturaleza no es algo delimitable por los unida a la significación filosófica y es con-
discursos sobre su cuidado o las represen- secuencia de un deseo insatisfecho sobre
taciones televisivas, tampoco puede ser di- el presente, aparejado a la esperanza de re-
ferenciada de la técnica. Hoy, comenta, si convertir los valores pretéritos a las ne-
algo marca este asunto es la estrecha in- cesidades actuales de sentido. El diagnós-
terconexión entre una y otra. Ello corro- tico del “re-torno” es que si se ha perdido
bora que en la lectura nancyana del fin de un sentido conductor, ello se debe porque
Occidente, las oposiciones se dan más a se ha olvidado nuestros valores originarios
causa de las significaciones subyacentes, y su potencial correctivo15.
que por su contenido real12.
Tal cosa ocurre con aquella de lo sen- 3. El esquema del re-torno (re-tour)
sible y lo inteligible. Que la naturaleza y
el conjunto de ideas que sustentan al ca- Antes de la apertura del Centro, Derrida
pitalismo formen parte hoy de una y la dicta en la Universidad de Génova su con-
misma cuestión, es expresión del carác- ferencia Le retrait du métaphore. Se trata
ter cuasi existencial que ha adquirido este de un texto que se mueve tanto en forma
sistema económico en el presente (su on- como en contenido en la órbita de las re-
tologización)13. Nancy considera que al flexiones de Nancy sobre Occidente y que,
ofrecerse el mundo como disponible, lo en conjunto con La mythologie blanche de
primero que podemos constatar es que la 1971, nos ofrece un esquema para discu-
naturaleza aparece como un recurso ex- tir la idea nancyana del “re-torno”. En la
traíble e intercambiable, determinado por conferencia, Derrida interroga por el lugar
la racionalidad económica que hoy regula de la metáfora en el discurso filosófico y
el comercio mundial. Ya que la técnica se si es que podría constituirse en la fuente de
construye a partir de la naturaleza, pero la filosofía. Ocurre como si el proceso
al mismo tiempo da la medida según la metafórico fuese homologable a la ten-
cual esta se conserva, entonces no es po- dencia general del monetario: se eleva a

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niveles cada vez más altos de abstracción. Como parte de su diagnóstico de la


Así, la línea de continuidad entre los pri- desaparición de Occidente, en L’oublie de
meros metafísicos que buscando una sa- la philosophie Nancy afirma el “re-torno”
lida al mundo de las apariencias se en- de la pregunta por el sentido, bajo la forma
cuentran con el potencial metafórico y la específica de su finalización18. El “re-torno”
gestión actual del capital financiero es puede definirse a partir una confusión me-
clara: va de lo abstracto a lo abstracto e todológica: tanto la filosofía como la polí-
instituye un mundo progresivamente más tica que le sirven de margen coyuntural a
alegórico. La dinámica existente entre fi- dicha declaración, ligan con demasiada fa-
losofía y metáfora desborda los intentos de cilidad el decaimiento de algunos de los ras-
comprensión, porque cada vez que trata- gos más contundentes del sentido con su
mos de identificar una metáfora nos apa- acabamiento total. Como ocurre con la exi-
rece otra distinta. Este es el carácter de gencia filosófica de un sentido último a la
“infinitud” propio de esta época y que está metáfora, esto es motivo de la misma faci-
a la base del capitalismo. A este proceso de lidad con la que se demanda la necesidad
desborde semántico, Derrida lo denomina de “re-tornar” a un sentido originario. Como
“suplementariedad trópica”, e impone se- hace Derrida con la pluralidad metafórica,
rias dificultades para ubicar el lugar de la Nancy contrasta las declaraciones sobre la
metáfora en el discurso filosófico. disolución del sentido con el marco eco-
Esta ampliación autoriza un contra- nómico que las condiciona19. Resulta in-
punto con Nancy quien, luego del cierre negable que producto de la emergencia casi
del Centro, retoma sus publicaciones en cotidiana de sentidos fragmentarios, ha me-
solitario incorporando elementos diversos. drado la conciencia de que ya no existe un
Tal cosa ocurre con los análisis derridea- sentido general ni significante ni orienta-
nos sobre la metáfora. Sin forzar la argu- dor. Expuesto así, el primer elemento que
mentación, las comparaciones que se po- define la cuestión del re-torno es la coe-
drían establecer son varias. Se podría decir xistencia de sentidos múltiples, en un
que, al mundializarse, Occidente desborda mundo que siempre se había pensado como
todo límite entre un discurso y otro pero Uno. Esta pérdida de un horizonte gene-
por su “suplementariedad trópica” también ral, alimenta la necesidad de re-apropiar el
se retira al modo de la metáfora. Asi- sentido desde su fragmentariedad. Según
mismo, como la metáfora, al extenderse Nancy, este ha sido un recurso tradicional
siguiendo el patrón excluyente de la sig- en Occidente, y de su excesiva utilización
nificación, acaba por diluirse en las con- se sigue la confusión de la experiencia ge-
signas filosóficas que animaron su exten- nuina del sentido, esto es, el sentido plural
sión16. En el fondo, más allá de las compartido singularmente, con la que te-
comparaciones conceptuales, importa la nemos del sentido apropiado en unidades
forma en que este es presentado y cómo significantes, por ejemplo, económicas. Es-
hay ahí un modelo para el desarrollo de las cribirá años más tarde: “no hay experiencia
ideas de Nancy acerca del fin de Occi- del sentido si ‘experiencia’ debe implicar
dente17. apropiación”20.

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Lo anterior, quizá no entrañaría ningún rección para buscarlos. De esta manera,


problema si de facto las apropiaciones no Occidente queda como una cultura que
se tradujesen en la pugna por instrumen- desde el cine hasta la filosofía se ha ob-
talizar el sentido en un conjunto de signi- sesionado con su comienzo y su propio
ficados. De una lógica similar, asegura final, pero ignora que tanto la recuperación
Nancy, solo se puede esperar confronta- como la pérdida, constituyen uno y el
ción entre significados distintos porque en mismo fenómeno: se ha creído que algún
el fondo lo único que varían son éstos y no tipo de Idea ha acontecido y que se ha aca-
el mecanismo que produce las significa- bado por perderla23.
ciones21. De ahí deriva el otro rasgo que Nancy es claro en señalar que el es-
caracteriza al “re-torno”: en cuanto lógica quema del “re-torno” se propone a sí
unificadora, instituyente de las configu- mismo como una gesta, ya que la supera-
raciones filosófico-políticas de Occidente, ción de las crisis pasadas depende del re-
permite comprobar que inclusive aquello encuentro de la Idea originaria para que lo
que exhibe rasgos opuestos, no es hoy más real se adecúe a lo representacional-sig-
que la expresión de una cierta mismidad nificante. Desde este punto de vista, el “re-
significante. En el mundo actual donde, torno” se origina menos por confusiones
o se piensa el sentido trascendentemente, filosóficas sobre la pérdida del sentido que
o bien, se lo usa para insuflar significado por prejuicios o necesidades no cumplidas
a parcialidades políticas, la constante es el sobre el presente24. Argumenta que la sim-
sentido reducido a unidades: se elabora plicidad de la vuelta a la Idea, de cuyo de-
una idea acerca de cómo debe ser el mundo curso la crisis no pudo desviarnos, apela
y luego se confunde esa significación con el a una determinada racionalidad obvia e in-
sentido como tal22. En síntesis, si lo que hoy deletérea. Lo relevante no es, pues, la ano-
aqueja a Occidente es un modo inadecuado malía producida respecto del sentido, sino
de entender el fin del sentido se debe a una el momento recuperador de la dirección
comprensión unilateral del mismo: es pre- extraviada. A causa de esto, la reacción que
ferible tener un sentido que signifique in- propone el “re-torno” no es nunca a favor
adecuadamente que carecer de él. En lu- de nuestros días, ya que generalmente se
gar de indagar la manera en que el ser está trata de la recuperación de un determinado
en común y se nos ofrece en infinitas re- patrón clásico, trascendente y más digno
laciones finitas, la gran metáfora que es de funcionar como estructurador de nues-
Occidente opera como si al final del pro- tro horizonte temporal25. El “re-torno” ha-
ceso de significaciones hubiese una “gran cia lo pasado en su pureza no tiene nin-
significación” que aúne a todas las ante- gún papel significativo, porque lo
riores. He ahí la razón de por qué el es- importante es más bien cómo lo presente
quema del “re-torno” es calificado por se readecua a una presunta identidad pre-
Nancy como una formulación dicotómica, térita. En tal dirección, la función especí-
confundida con la nostalgia por redescu- fica que Nancy atribuye a la filosofía con-
brir los ideales de razón, libertad y comu- siste en la elaboración de marcos
nidad, o bien, con un sentido que dé la di- especulativos que permitan corregir, me-

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diante la utilización “ortopédica” de nues- tos apetecen y hacia lo que se proyectan,


tros valores fundacionales, los desvíos re- sino también que las macrovisiones polí-
lativos al sentido. En su interpretación el ticas se convirtieran en gigantescos pro-
“re-torno” manifiesta lo que califica como yectos de subjetivación. Por su estructu-
una “evidencia sentida”, impulsora de una ración propia, en el marco del “re-torno”,
depreciación del presente. Frente a esto es el sentido debe funcionar como restitución
claro: no se trata de negar el pasado, sino de valores pretéritos, pero también cons-
de explicitar que su sobrevaloración es in- tituir en sí mismo un proyecto27.
versamente proporcional a la depreciación
de lo que hoy nos acontece y que aun 4. Comunidad
cuando desde sus orígenes, el sentido y el
mundo siempre estuvieron ahí, sin ser nada La mayor parte de las críticas nancyanas a
distinto uno del otro, esta pretensión ins- las diversas formas de significación o de
taló una oposición de principio entre am- instrumentalización del sentido tienen por
bos, expuesta mediante fuentes filosóficas función contribuir a explicitar su idea de
de significación que obnubilaron el hecho comunidad. La comunidad, como la en-
de que entre los dos existía no una dialéc- tiende el filósofo, se comprende a partir de
tica, sino una co-constitución posibilitada la existencia que todos compartimos por el
por las experiencias finitas de sentido. Pen- simple hecho de que estamos en común.
sar el mundo como se nos ofrece hoy re- Esto que pudiera resultar baladí, en un
quiere contrastar críticamente las apro- sentido crítico, se traduce en una demanda
piaciones de sentido con la singularidad de resistencia a factores tales como el “re-
plural del ser y confrontarla con sus rela- torno” o la uniformidad planetaria. Como
ciones en este contexto, del que se han se- señala Daniel Alvaro: “La comunidad in-
parado para servir a las significaciones fi- operante implica la resistencia filosófica y
losófico-políticas26. En este marco, el política a todo arché y a todo télos filosó-
“re-torno” resulta de un deseo que tropieza fico-político”28. La resistencia político-fi-
siempre consigo mismo. Que el sentido losófica de la comunidad se da en el con-
produzca algún tipo de orientación polí- texto de la efectuación de lo filosófico
tica o la necesidad imperativa de asociarlo como lo político29. Que lo filosófico sea
a un significado son todos, para Nancy, objeto de una “efectuación” (effectuation)
elementos resultantes de la obsesión filo- en lo político, esto es, el hacerse efectivo
sófica de hacerlo instrumental. Paradojal- de algo inteligible en lo sensible, no sig-
mente, que esta palabra haya sido acordada nifica otra cosa que la instalación y gene-
en términos bastante precisos convive con ralización de un mundo sin exterioridad,
el hecho de que se afirme que no se po- de lo puramente mismo. Este es el pro-
see. Lo cierto es que únicamente los su- grama que ha llegado a su fin y ha termi-
jetos desean, y si lo hacen es porque par- nado por cumplir sus objetivos: la efec-
ten suponiendo una carencia. Ello explica tuación del arché esencial de la filosofía,
no solo que el sentido se haya pensado es decir, su pretensión en hacer del “Todo”
siempre como ausente, algo que los suje- algo “Uno”, en un mundo que se organiza

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según el télos político de la mismidad ide- perspectiva ya no solo política sino ma-
ológica y mercantil. yormente ontológica.
El corolario indeseable de esta efec- Al respecto, la comunidad en Nancy es
tuación se aprecia en la caracterización que un asunto que supone no pocas compleji-
Nancy nos da del mundo como un “aglo- dades, muchas de ellas, ligadas a la radi-
merado”30. En contraste con el mundo an- calidad de los diagnósticos que realiza el
tiguo, en que el cosmos donde la ética, el propio filósofo. En un trance global do-
saber y el buen vivir, eran el fundamento minado por cierta efectuación filosófica en
de cualquier búsqueda del puesto de la co- lo real, la comunidad es concebida por
munidad en dicho orden; hoy, nuestro lu- Nancy, más que como una propuesta teó-
gar en el mundo no está bajo ningún punto rica destinada a la realización empírica, di-
de vista especificado. Ante ello, la apuesta rigida a la apertura de un renovado hori-
nancyana prescribe que si la globalización zonte de pensamiento. Entraña, en este
más que estar animada por las diferencias sentido, una posibilidad para la creación
específicas de los componentes se define de un comunitarismo que en sí mismo in-
por el género próximo de la unidad, lo que tenta fundarse en un “sin valor” y, por lo
debe promoverse es una revalorización de tanto, exige ser repensado en un sentido en
la multiplicidad singular. Se desprende del que ni el mundo ni el hombre sean con-
mismo argumento es que si la aglomera- cebidos como datos objetivos. Esta co-
ción vuelve el mundo extraño a quienes lo munidad pretende responder con la misma
habitan, porque no es de ningún modo una fuerza a la radical mismidad mundial.
instancia participativa sino una condición Dado que gran parte del acontecer plane-
de posibilidad del mismo, entonces es en tario se estructura a partir de la homoge-
este plano sobre el que se debe trabajar. neidad y la identidad, Nancy intenta in-
Ello, evidentemente, clausura la salida a troducir una comunidad compuesta por
un “más allá del mundo”. Nancy asiente singularidades, acorde con la materialidad
con el Marx de La ideología alemana en corporal de los seres y, en cuanto tal, con
que nuestro horizonte comunitario no prescindencia de cualquier valor de cam-
viene dado por la mundialización de un bio. Según la entiende y la explica, la co-
goce colectivo de la producción, sino más munidad es un asunto de reparto especi-
bien una multiplicación de lo inmundo ficidades y articulación de un sentido
(immonde). Lo que debiera ser una mun- comprendido pluralmente, no un de signi-
dialización (mondialisation) de lo común, ficado primario o arché ontológico31. Tam-
ha resultado una mundanización (monda- poco puede homologarse a una represen-
nisation) en que los hombres en lugar de tación política o significante que la
gozar de un mundo que ellos mismos inmovilice, pues, se impone de un modo
crean, están forzados a habitar uno que nuevo, inaudito y cada vez diferente en la
producen, intercambian y luego consu- interacción de un sentido singular com-
men. Opina Nancy, que ello solo alcanza partido32. No requiere ser realizada como
una resolución efectiva si se comprende habría tentado el comunismo. En tal sen-
radicalmente la comunidad desde una tido, simplemente irrumpe e instala su va-

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lor de reparto por el solo hecho de que no ticales. Entre otras cosas, la creación de la
hay un ser unitario y luego los seres en plu- comunidad exige no solo disolver el nexo
ral. De ahí otra afirmación central en el que conserva el “re-torno” a las segurida-
pensamiento ontológico de Nancy: el ser des de la teología o su asociación con la bús-
es desde siempre pluralidad y multiplici- queda terapéutica de un pasado específico,
dad, jamás unidad. Lo más grave del co- sino desprender esta idea de la materiali-
munismo no fue, desde este punto de vista, zación de un compendio valórico, reden-
identificar su meta y el individuo encar- tor de las violencias del mundo presente. De
gado de llevarla a cabo, sino la imposibi- ahí la necesidad de comprender la comu-
lidad de abstenerse de elaborar un sistema nidad de una manera topológicamente ho-
que lo fundara que, en general, coincidía rizontal y generativamente inmanente35, en
con las mismas claves del capitalismo que el sentido de la independencia de un dios,
tanto se esmeró en criticar. En todo caso, el “re-torno” de un líder, o un principio tras-
estuvo transido por una comunidad con- cendente. Tan importante como la intención
cebida como obra, en la cual quienes la re- de crear un mundo múltiple en un contexto
alizan, realizan también su propia esencia. de mismidad, es la urgencia de pensar las
Esto es a lo que Nancy ha denominado “in- condiciones ontológicas de comunidades
manencia del hombre al hombre”, es de- que se articulan y actúan en común, pero
cir, la tentativa de producirse colectiva- que internamente permanecen relacionadas
mente desde una esencia prefijada33. en torno a la diferencia. Nancy ha definido
Que no exista salida al control mundial la comunidad como un “participar en la
de la unidad, es algo que trasciende nuestra existencia” y precisa que esta participación,
carencia de un lenguaje o de herramientas “no equivale a compartir alguna substancia
analíticas para explicar su evidencia de un común, sino que es estar juntos expuestos
modo consistente: el hecho es que no te- a nosotros mismos en cuanto heterogenei-
nemos siquiera un lugar desde dónde pro- dad: a la ocurrencia de nosotros mismos”36.
blematizarla. Todo, escribe Nancy, se re- Según la define, la comunidad no es algo
duce a un “apresamiento ecotécnico ilimi- que compartamos -un ser común- sino fun-
tado”34. No hay, por cierto, un lugar espe- damentalmente un estar-en-común del que
cífico en que acontezca aglomeración, formamos parte, pero simultáneamente nos
mismidad o “re-torno”. El trazado de es- reparte antes de cualquier clase de deter-
tos elementos es sutil, y a pesar de sus efec- minación individual o colectiva. Esta co-
tos sobre lo material funcionan de una munidad “inoperante” o “desobrada” (dé-
forma no-substancial. En este sentido, soeuvrée), es pensada también en abierta
cuando Nancy habla de la creación de la co- crítica al individualismo subjetivo, el cual,
munidad sugiere propiciar la creación de un es criticado por Nancy por su incapacidad
no-lugar. Su propuesta consiste en que la para pensar lo común de una forma dife-
posibilidad de resistir a este dominio glo- rente a la unión de simples átomos. Los
bal hay que buscarla en la creación de nue- constructos políticos dependientes de esta
vas redes de sentido irreductibles a subs- formulación, mientras que asombran por su
tancializaciones o esquemas políticos ver- capacidad para describir al sujeto indivi-

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Jean-Luc Nancy. El fin de Occidente y la cuestión de la comunidad

dual, presentan grandes dificultades al mo- Nancy de incidir de manera adecuada en la


mento de definir la naturaleza del nexo que política. Si ello supuso adoptar la estruc-
une a los sujetos. tura de una ontología fundada en la polí-
tica, ello no se debió solo a la dificultad
5. Conclusión que por sí mismas conllevan este tipo de
cuestiones. La política, afirma Nancy,
Si la comunidad es donde el sentido se debe ser ante todo una instancia separada,
conforma, el ser-en-común se da y acon- en cuanto no todo es político. Pero una vez
tece en cada caso, a partir de las relaciones que se han deconstruido las diversas for-
de exposición entre seres singulares La mas de significación, dejando entrever la
ontología nancyana de la comunidad eli- radical apertura del mundo, lo que aparece
cita una renovación en la comprensión de ahí no podría ser otra cosa que una onto-
lo político y lo ontológico, al echar sus ra- logía, o bien, una nueva forma de “filoso-
íces en las modalidades concretas de co- fía primera”.
municación y exposición entre seres fini- Es cierto que existen peculiaridades en
tos. Si bien comunidad, comunicación o todo el planeta, pero en contraposición al
común son palabras que conforman una dominio de la mismidad no son ni decisi-
red semántica compleja, asociada a cam- vas ni determinantes en su nervadura po-
pos de saberes heterogéneos cuando no lítico-filosófica. Un escenario donde la to-
antagónicos, para Nancy deben expresar talidad del mundo detente los valores de
simplemente el hecho (fait), el dato (do- la democracia, el capitalismo o la justa se-
née) de estar-en-común. La ontología de la paración entre política y religión, no dista
comunidad no es una hipótesis, sino una mucho de las posibles conclusiones de este
tesis acerca de una responsabilidad rela- argumento. Un hecho que pudiera pare-
tiva al cuidado de la singularidad. Se trata cer menor, es que el mundo está casi en
de una tesis que aun cuando se formula so- su totalidad habitado por hombres. La su-
bre la base del dato ontológico de la co- perficie terrestre está dividida en diver-
munidad, apela a un hecho político del sos territorios. No obstante, habituados
mundo comprendido como una red de ex- como estamos a estas divisiones, normal-
posiciones de sentido. Si el adjetivo “on- mente olvidamos los cortes continentales
tológico” permite hacer lugar al dato de lo que hasta no hace tanto eran el lugar de
infinito, el término político impide a lo co- marcadas diferencias culturales, raciales,
mún cerrarse sobre sí mismo en el hecho económicas, sociales e históricas, son hoy
de un sistema reglado de equivalencias. La cada vez más difíciles de ubicar. Pero el
correlación de ambos términos, afirma la juicio de Nancy va un poco más allá. Se-
urgencia de comunicar concretamente la gún sostiene, actualmente es dificultoso no
responsabilidad de mantener la apertura solo identificar cada lugar del mundo con
política y su vínculo indisociable con una Occidente, sino que cada espacio del orbe
ontología a la altura de los tiempos. Esta se homologa de alguna manera a su filo-
forma concreta de comunicación singular sofía y su política. Esto es una prueba no
encarrila las aspiraciones iniciales de solo de la eficiencia de su extensión, o que

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a nivel planetario prácticamente nada se ¿Por qué entonces intervenir en la on-


decida sin su participación: esta indistin- tología, un plano que aparentemente resulta
ción es signo también de que ha Occidente ajeno, cuando no discrepante con semejan-
ha llegado a sus fines, por cuanto los ha al- tes asuntos? En principio, porque la radi-
canzado y se ha quedado sin otro objeto calidad de la situación, amerita un pensa-
que el acabado de sí mismo. miento igualmente radical. No es asunto
El ángulo que Nancy escoge para abor- sencillo confrontar el trance que nos plan-
dar el problema de la mismidad del mundo tea Nancy, si es que no se interviene en una
es indisociable de su idea de relación y de las reflexiones más hondas que admite
cómo este se configura a partir del ensam- el mundo, vale decir, su marco ontológico.
ble entre seres finitos que exponen su ser a Lo cierto, es que existe en el pensamiento
otros. Desde luego, se puede comprender la de Nancy una estrecha relación entre sus
lucha intestina del mundo actual, escindido declaraciones sobre el fin de Occidente, el
entre lo homogéneo y lo heterogéneo, como “re-torno” y la comunidad que viene a ha-
una pugna por la soberanía sobre el sentido cerse cargo de esta pretensión de reelabo-
y sus relaciones. Sea para cimentar algún rar la ontología. Frente a la homogeneidad
ordenamiento valórico, determinar la utili- mundial, impuesta por la aglomeración ca-
dad de un intercambio económico, validar racterística de la finalización de Occidente,
los medios y fines de las asociaciones, el Nancy promueve un giro hacia la singula-
sentido es un elemento que siempre se ridad. Esta ontología, declarada por el fi-
presta para apropiaciones de diversa índole. lósofo como caída en descredito, adquiere
El sentido ofrece la posibilidad de ser ins- en él un carácter ambiguo. Tan contradic-
trumentalizado, lo cual ha ocurrido desde torio como a primera vista podría parecer,
los orígenes de Occidente bajo las mismas Nancy hace y no hace ontología: la hace
pautas de traducirlo en una dirección, un sig- en tanto su investigación versa sobre el ser;
nificado, y así proveer de una utilidad o fi- y no la hace, en cuanto lo que encontramos
nalidad a sus ideas, prácticas e institucio- en ella no es una reflexión sobre universa-
nes. De ahí que para Nancy la pugna lidades, unidades o significantes despro-
originaria que Occidente viene completar, vistos de contenido. En un tiempo que pa-
no sea encuadrable en las dicotomías bár- reciera no estar positivamente dispuesto a
baro-civilizado, demócrata-comunista, cris- la lectura de ontólogos, afirma Nancy: “El
tiano-islámico o pacificador-terrorista, que ser está en común. ¿Hay algo más simple
resultan de suyo insuficientes para expli- de constatar? Y, con todo, ¿qué ha sido más
car consistentemente dicho fenómeno. Los ignorado, hasta ahora, por la ontología?”37.
efectos de este tipo de dialécticas son más El tópico del “fin de Occidente” apa-
amplios y generales. El hecho, para el filó- rece en los escritos de Nancy como un fe-
sofo, es que mediante su extensión global, nómeno complejo, compuesto por el tra-
Occidente se encuentra en nuestros días a zado completo de múltiples juegos entre
punto de apropiar la totalidad del sentido las apropiaciones de sentido en unidades
excluyendo, de este modo, todo espacio significantes, que coexisten con la mul-
para las diferencias. tiplicidad expresada en su concepción de

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Jean-Luc Nancy. El fin de Occidente y la cuestión de la comunidad

comunidad. Nancy admite la convivencia Derrida, J. 1967, De la Grammatologie, Pa-


de estos esquemas heterogéneos, a con- rís, Minuit.
dición de que se entiendan circunscritos a Derrida, J. 1972, Marges de la philosophie, Pa-
una determinada concepción temporal rís, Minuit.
que, en libros como L’oublie de la philo- Derrida, J. 1998, Psyché. Inventions de l’au-
sophie, aparece expresada en su concepto tre, París, Galiée.
crítico de “re-torno”. El “re-torno”, tal y Espinoza, R. 2016, Hegel y las nuevas lógi-
como lo hemos expuesto adeuda mucho a cas del mundo y del Estado. ¿Cómo se es
la imagen de una historia lineal y a la per- revolucionariop hoy?, Madrid, Akal.
cepción, naturalizada y tornada evidente, Espinoza, R. 2018, Capitalismo y empresa.
de que el mundo y su historia alguna vez Hacia una Revolución del NosOtros, San-
se caracterizaron por su unicidad. Nancy tiago de Chile, Libros Pascal Editores.
es claro en señalar que en la figura del “re- Ferrario, E. 2012, “L’ontologie désoeuvrée de
torno”, no solo se catalizan las esperanzas Jean-Luc Nancy”, en Berkman, D.; CO-
del advenimiento de un mundo que coin- HEN-Levinas, D., (eds.), Figures du de-
cida con las representaciones que de él hors. Autour de Jean-Luc Nancy, Nantes,
se esperan, también es posible compren- Editions Cécile Deafaut.
derlo a partir de la nostalgia por un cos- Gasché, R. 1997, “Alongside de Horizon”, in
mos, que incide en la depreciación de un Sheppard, D.; Sparks, S.; Thomas, C., (eds.),
presente signado por la crisis o ausencia On Jean-Luc Nancy. The Sense of Philo-
de ordenamiento. Por ello, las conse- sophy, London, Routledge, London, 255.
cuencias derivadas del “re-torno” son va- Hutchens, B. 2005, Jean-Luc Nancy and the Fu-
riadas: sobrevaloración del pasado, ne- ture of the Philosophy, Montreal & Kings-
cesidad de actualizar valores pretéritos, ton, McGill-Queen’s University Press.
un entendimiento de la historia a partir de Lacoue-Labarthe, Ph.; Nancy, J-L. (eds.),
un yerro anterior, necesidad de que lo real 1981, Rejouer le politique, París, Ga-
se adecúe a lo representacional, etc. Ante lilée.
ello, la comunidad se convierte en una Lacoue-Labarthe, Ph.; Nancy, J-L. (eds.),
forma de resistencia, por cuanto mienta 1983, Le retrait du politique, París, Ga-
otredad, la exterioridad de las relaciones lilée.
singulares. El otro, la singularidad, no deja Morin, M. 2012, Jean-Luc Nancy, Cambrid-
de estar siempre ahí, asediando, y no ge, Cambridge Polity Press.
puede ser mediado ni por la inmunización Nancy, J-L. 1986, L’oublie de la philosophie,
ni por los comunitarismos. París, Galilée.
Nancy, J-L. 1993, Le sens du monde, París, Ga-
Bibliografía lilée.
Nancy, J-L. 2002, Hegel. The restlessness of
Armstrong, Ph. 2009, Reticulations. Jean-Luc the negative, Minneapolis & London,
Nancy and the Networks of the Political, University of Minnesota Press.
Minneapolis & London, University of Nancy, J-L. 2002, La communauté désoeuvrée,
Minnesota Press. París, Christian Bourgois Editeur.

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Ricardo Espinoza Lolas y Carlos Roa Hewstone

Nancy, J-L. 2002, La création du monde ou Nancy, J-L. 2010, L’Adoration (Déconstruc-
la mondialisation, París, Galilée. tion du chitianisme, 2), París, Galilée.
Nancy, J-L. 2006, Noli me tangere, Madrid, Nancy, J-L. 2012, La partición de las artes,
Trotta. Valencia, PRE-TEXTOS.
Nancy, J-L. 2008, La declosión (Deconstrucción Neyrat, F. 2013, Le communisme existentiel
del cristianismo, 1), Bs. Aires, La Cebra. de Jean-Luc Nancy, París, Lignes.
Nancy, J-L. 2008, Les poids d’une pensé, l’ap-
proche, Strasbourg, La Phocide.

NOTAS

1
“Todo coloquio filosófico tiene necesa- politique, Galilée, París, 1981, p. 13; Morin,
riamente una significación política. Y no sólo M-E., Jean-Luc Nancy, Cambridge Polity
por lo que desde siempre une la esencia de lo Press, Cambridge, 2012, pp. 96-97; Hutchens,
político a la de lo filosófico. Esencial y gene- B., Jean-Luc Nancy and the Future of the Phi-
ral, este alcance político entorpece, sin em- losophy, Mc Gill-Queen’s University Press,
bargo, su a priori, lo agrava de alguna manera Montreal & Kingston, 2005, p. 85.
y lo determina cuando el coloquio filosófico se 6
Véase, Nancy, J-L., La création du
anuncia también como coloquio internacional. monde ou la mondialisation, Galilée, París,
Este es el caso aquí”. Derrida, J., Marges de la 2002, p. 16; Nancy, J-L., L’oublie de la philo-
philosophie, Minuit, París 1972, p. 131. sophie, París, Galilée, 1986, p. 72; Nancy, J-L.,
2
Véase, Esposito, R., Categorías de lo im- Nancy, J-L., Hegel. The restlessness of the ne-
político, Katz, Bs. Aires, 2006, pp. 25-26. Tam- gative, Minneapolis & London, University of
bién Marcantonio, E.,“Comunità e co-esis- Minnesota Press, p. 16.
tenza”, en Perone, U., (Ed.), en Intorno a 7
Véase, Espinoza, R., “En torno a la dif-
Jean-Luc Nancy, Rosenberg & Sellier, Turín, férance y la déconstruction… una lectura
2012, p. 27; también, Galindo Hervas, A., La desde ciertas ‘huellas’ heideggerianas”, en
soberanía. De la teología política al comuni- Ágora, Papeles de filosofía, 2006, n° 25, pp.
tarismo impolítico, Res Publica, Murcia, 2003, 45-65.
p. 160. 8
Nancy, J-L., La communauté désoeuvrée,
3
Véase, James, I., The fragmentary de- Christian Bourgois Editeur, París, 2011, pp.
mand. An introduction to the Philosophy of 15-16.
Jean-Luc Nancy, Standford University Press, 9
Nancy, J-L., La verdad de la democracia,
California, 2006, p. 2
Amorrortu, Bs. Aires, 2009, p. 72.
4
Véase, Armstrong, Ph., Reticulations. 10
Nancy, J-L., La création du monde ou la
Jean-Luc Nancy and the Networks of the Poli-
mondialisation, Cit., p. 67.
tical, Minneapolis & London, University of
Minnesota Press, 2009, pp. 6-9.
11
Véase, Espinoza, R., Hegel y las nuevas
lógicas del mundo y del Estado. ¿Cómo se es
5
Lacoue-Labarthe, Ph., Nancy, J-L.,
revolucionario hoy?, Cit., pp. 245-256.
(comps.), Le retrait du politique, París, 1983,
p. 199. Véase también Lyotard, J-F., La con-
12
Prueba de ello es el accidente mismo. El
dition postmoderne. Rapport sur le savoir, Mi- mayor peligro no provenía de las consecuen-
nuit, París, 1979, pp. 9-10; Espinoza, R., He- cias directas del desastre natural, sino del po-
gel y las nuevas lógicas del Estado ¿Cómo se tencial destructivo de los reactores nucleares de
es revolucionario hoy?, Akal, Madrid, 2016; las plantas de energía de la ciudad. Según
Lacoue-Labarthe, Nancy, (comps.), Rejouer le afirma, esto es un indicador de la extrema di-

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Jean-Luc Nancy. El fin de Occidente y la cuestión de la comunidad

ficultad para deslindar las amenazas técnicas de rance”, en Observaciones Filosóficas, n°1, se-
las naturales. Por ello, cree relevante restar mestre 2, 2005, p. 5.
centralidad a concepciones clásicas como la 17
Como bien ha notado Nancy Fraser,
physis griega pareciéndole, en cambio, más Nancy y Lacoue-Labarthe proponen una de-
acertado plantear el asunto en términos de una construcción de la política en un horizonte más
naturaleza entendida como recurso y capital riguroso o puro, que pivota constantemente
humano. Véase, Nancy, J-L., L’Équivalence entre una postura política situada a la izquierda
des catastrophes. (Après Fukushima), Galilée, y una meta-política como la que habría en ger-
París, 2012, pp. 11-21. men en Heidegger. Esta posición pivotante, en
13
Véase, Espinoza, R., Capitalismo y em- todo caso, denota cierto aprendizaje respecto
presa. Hacia una Revolución del NosOtros, del tratamiento que el comunismo había efec-
Libros Pascal, Editores Santiago de Chile, tuado acerca de la especificidad política. Todo
2018, pp. 17-24. lo cual aproxima expresamente la postura de
14
Que lo técnico y lo natural se entiendan Nancy y Lacoue-Labarthe a propuestas como
hoy desde lo económico, es una situación cuyo la de Paul Ricoeur. Véase Ricoeur, P., “La pa-
entendimiento sobrepasa, para Nancy, cual- radoja política”, en Historia y verdad, En-
quier toma de posición moral. Es momento, a cuentro, Madrid, 1990, p. 234.; Fraser, N., Un-
su juicio, de encarar una naturaleza que dista ruly Practices: Power, Discourse and Gender
mucho de aquella entendida de un modo pai- in Contemporary Social Theory, Cambridge,
sajístico, y pensarla en cuanto se traduce, por Polity Press, 1989, p. 85.
ejemplo, en alimentos manipulados genética- 18
Nancy, J-L., L’oublie de la philosophie,
mente para estar disponibles en los supermer- Cit., p. 11.
cados. Véase, Nancy, J-L., La création du 19
Hoy por hoy, es difícil establecer una di-
monde ou la mondialisation, Cit., p. 96. ferencia entre el capitalismo y el mundo natural
15
Estas ideas adeudan mucho a las contri- y, con mayor razón del mundo humano. Muchas
buciones que Heidegger realizó al problema de de las afirmaciones críticas de Nancy sugieren
la naturaleza entendida como reserva disponi- que solo existimos en la medida en que partici-
ble. A comienzos de los 50 este reflexionaba pamos de un determinado marco económico.
sobre la técnica distinguiendo tres momentos Dicho marco, establecido como condición de
muy precisos: es algo que co-liga, da a los en- posibilidad de todo lo existente, impone ciertos
tes un sentido y los despliega como stock. La imperativos acerca de las necesidades materia-
técnica se ha vuelto a tal extremo omnipresente les, la producción y el consumo, delimitando la
que su esencia permea todas las instancias so- tierra mediante fronteras que atañen tanto a
ciales, económicas y políticas convirtiéndose aquellos que participan de dicha lógica como a
en la versión del ser en nuestro tiempo. Así lo aquellos que no. Véase, Wurzer, W., “Nancy and
expresa Nancy en 1996: “Si hay entonces the Political Imaginary After Nature”, en Shep-
«cuestión de la técnica», es únicamente a par- pard, D., Sparks, S., Thomas, C., (Eds.), On
tir del momento en que la técnica es entendida Jean-Luc Nancy. The Sense of Philosophy, Rou-
como acabado del ser”. Véase, Nancy, J-L., tledge, London, 1997, pp. 90-100; Hörl, E.,
Être singulier pluriel, Galilée, Paris, 1996, p. “Nancy et la technologie”, en Berkman, D.; Co-
67; también Heidegger, M., “La pregunta por hen-Levinas, D., (eds.), Figures du dehors. Au-
la técnica”, en Conferencias y artículos, Ed. tour de Jean-Luc Nancy, Nantes, Editions Cécile
Del Serbal, Barcelona, 2001, p. 19. Deafaut, 2012, pp. 267-292.
16
Véase Heidegger, M., “Tiempo y Ser”, 20
Nancy, J-L., Le sens du monde, Cit., p. 24.
en Filosofía, ciencia y técnica, Ed. Universi- 21
Véase, Nancy, J-L., Être singulier plu-
taria, Santiago de Chile, 2007, p. 293; también riel, Cit., p. 12.
Espinoza, R., “Derrida; En torno a la diffé-

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22
Véase, Ferrario, E., “L’ontologie déso- reino absoluto o la ‘dominación total’ de lo po-
euvrée de Jean-Luc Nancy”, en Berkman, D., lítico”. Lacoue-Labarthe, Ph., Nancy, J-L., Le
y Cohen-Levinas, D., 2012, Cit., pp. 90-92. retrait du politique, Cit., pp. 14-15.
23
Nancy, J-L., L’oublie de la philosophie, 30
Véase, Nancy, J-L., La création du
Cit., p. 37. monde ou la mondialisation, Cit., p. 14.
24
Nancy, J-L., L’Adoration (Déconstruction 31
Véase, Van Rooden, A., “La comunidad
du chitianisme, 2), París, Galilée, 2010, p. 19. en obra. Jean-Luc Nancy en diálogo con Mau-
25
Nancy, J-L., Le sens du monde, París, rice Blanchot: un desacuerdo tácito”, en Re-
Galilée, 1993, p. 16. vista Pléyade, Santiago de Chile, Vol. IV, n°1,
enero-junio 2011, pp. 79-103; Neyrat, F., Le
26
Véase, Rugo, D., Jean-Luc Nancy and
communisme existentiel de Jean-Luc Nancy,
the Thinking of the Otherness, Bloomsbury,
Lignes, París, 2013, p.13.
London, 2013, p. 20.
32
Véase, Nancy, J-L., La communauté dé-
27
Nancy, J-L., L’oublie de la philosophie,
soeuvrée, Cit. p. 49.
Cit., p. 30.
33
Esta idea es especificada por Badiou:
28
Álvaro, D., “Exigencia filosófica, exi-
“La comunidad, tal como está aún latente en
gencia política: Jean-Luc Nancy”, en Álvaro,
los vestigios de la idea comunista, en la cul-
D. et al., Jean-Luc Nancy: arte filosofía, polí-
minación misma de la caducidad de tal idea, es
tica, Prometeo, Bs. Aires, 2012, p. 28.
aquello por lo cual lo colectivo está en la forma
29
Escriben Lacoue-Labarthe y Nancy: “La de su eclosión, sin sustancia ni relato fundador,
implicación recíproca de lo filosófico y de lo sin territorio ni frontera, no tanto sustraído a la
político (lo político ya no es exterior o anterior opresión y a la división como desplegado más
a lo filosófico, así como lo filosófico, en ge- allá de tal reparto, no repartido sin fusión con-
neral, no es independiente de lo político), esa sigo, acabado sin clausura”. Badiou, A., Con-
implicación recíproca no remite solamente para ditions, Continuum, New York & London,
nosotros, incluso a la manera de la ‘historiali- 2008, p. 149.
dad’, al origen griego -o sea de una reducción 34
Nancy, J-L., La creation du monde ou la
a la polis sofística y a su garante, el anthropos
mondialisation, Cit., p. 143.
logikós. Es en realidad nuestra situación o
nuestro estado: queremos decir, en la posterio-
35
Nancy, J-L., Être singulier pluriel, Cit.,
ridad mimética o memorial del ‘envío’ griego p. 27.
que define la edad moderna, la efectuación y la 36
Nancy, J-L., La communauté désoeu-
instalación de lo filosófico como lo político, la vrée, Cit., p. 30.
generalización (la mundialización) de lo filo- 37
Ib., p. 139.
sófico como lo político y por eso mismo el

ISEGORÍA, N.º 62, enero-junio, 2020, 191-206, ISSN: 1130-2097


206 https://doi.org/10.3989/isegoria.2020.062.10

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