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Billie Dewalt

Por: Pablo De La Cruz

“"Mira señor, maíz no es negocio." What he was telling me was that even with a thousand times
better yield, with a few hectares of land he was never going to have a substantially better life.”.

Billie DeWalt. 2016.

Los estudios campesinos e indígenas vieron en la segunda mitad del siglo XX un


auge gracias al apoyo que diversos académicos e instituciones tuvieron de fondos
destinados a programas de desarrollo. El problema central que ocupaba las
agendas de gran parte del andamiaje institucional del norte y los enfoques de las
ciencias sociales, era comprender las condiciones particulares en que las
sociedades rurales interactuaban con su medio, esto guiado por los aportes de la
economía marxista por un lado, y la antropología estructural que se concentraba
en los aspectos que definían las particularidades de las sociedades indígenas.

Muchos investigadores provenientes de Estados Unidos recorrieron las áreas


rurales y selváticas de América Latina con la idea que las comunidades que
encontrarían estaban en un estado de pobreza, e insertas en un sistema político
corrupto que limitaba sus posibilidades de desarrollo. El desarrollo fue la bandera
ideológica que adoptaron las instituciones que patrocinaron a sociólogos,
antropólogos y economistas que hicieron evaluaciones en sociedades rurales, a la
vez que portaban con ellos las nuevas promesas de la agricultura fordista, y la
organización social orientada a un mercado capitalista.

En medio de este proceso, muchos de estos investigadores vieron como los


marcos cognitivos sobre los cuales fueron formados en universidades del norte se
desvanecieron ante lo que veían en la realidad. Las comunidades que estudiaban
aunque tenían serios problemas por el lastre colonial y asimilacionista contaban
con estrategias productivas y organizativas que les permitían aprovechar sus
recursos y fuerza de trabajo de una manera eficiente según sus necesidades. Así
la idea del campesino desprovisto de información suficiente para llevar a cabo una
actividad productiva racional y redituable fue abandonada por una serie de
enfoques que reconocían la viabilidad de las estrategias de las comunidades
rurales para sembrar, redistribuir y mantener pautas de organización basadas en
la reciprocidad.

Billie De Walt, como parte de esta generación de investigadores y académicos que


salieron de su comodidad universitaria y recorrieron las zonas rurales mas
apartadas de Centro América, deja como legado una extensa obra que mantiene
su vigencia en el siglo XXI. Su obra merece ser tenida en cuenta como aporte a
los estudios rurales de corte antropológico, sociológico y económico, que en sus
tesis rebatieron las ideas acríticas del desarrollo, y en cambio, sin abandonar del
todo el concepto, se inclinaron por reconocer los saberes campesinos y sus
modos de producción a las alternativas del desarrollo. Veamos entonces cuales
fueron los aportes de Billie De Walt a los estudios campesinos, y posteriormente
como estos son tenidos en cuenta dentro de los precursores de lo que se conoce
como el paradigma agroecológico (Altieri 2004).

Biografía:

Desde 2007, hasta 2014 Billie Dewalt fue fundador y presidente del Musical
Instrument Museum (MIM) en Phoenix, Arizona. Entre 2001 y 2007, fue director
del Carnegie Museum of Natural History en Pittsburgh. En la Universidad de
Pittsburgh fue director del Centro de Estudios Latinoamericanos desde 1993 hasta
2001 y se distinguió por su servicio como profesor de asuntos públicos e
internacionales entre 1993 y 2007. Tiene un grado en Sociología y Antropología
(1969) y un Ph.D en antropología cultural (1976), ambos de la Universidad de
Connecticut. Tuvo cargos docentes y administrativos en antropología en la
Universidad de Kentucky (1977-1993). Su extensa obra como antropólogo se
enfocó en la dimensión humana de los recursos naturales, las políticas
ambientales, las culturas latinoamericanas, la ecología humana y los métodos
antropológicos. Ha recibido premios Fulbright para la enseñanza y la investigación
en el Ecuador y Argentina; ha tenido grandes proyectos internacionales a su cargo
en México, Honduras y Ecuador; y ha supervisado estudiantes de doctorado que
han trabajado en muchas partes del mundo. Como consultor en las dimensiones
humanas de la agricultura, la silvicultura, la biodiversidad, la pobreza y la política
de la acuicultura, se ha desempeñado como consultor de organismos tales como
el World Wildlife Fund, el Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional,
Banco Interamericano de Desarrollo, y la Agencia Internacional de Estados Unidos
para el Desarrollo.

Además, ha sido líder del programa de colaboración de la Universidad con el


Proyecto de Apoyo de Sistemas de Producción de la Universidad de Florida,
Coordinador de Socio Economía para el Programa de Colaboración Internacional
de Apoyo a la Investigación de sorgo / mijo, y coordinador de un programa
conjunto con la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco para examinar el
sorgo en agroecosistemas de México. Dirigió estudios antropológicos de campo
sobre la evolución de las sociedades rurales en México y Honduras. Siguió la
pauta de estudiosos como Eric Wolf y Mintz, para entender como las comunidades
locales se han visto afectadas por su articulación con las esferas regionales,
nacionales e internacionales. Su trabajo lo convenció de cuan destructivas pueden
ser estas enormes fuerzas para la organización social y ecológica de la producción
rural. Con otros investigadores de la universidad de Kentucky intentaron incorporar
inquietudes acerca de lo social en la generación de tecnología y en los procesos
de desarrollo de la agricultura.

Disciplinas: Ecología política. Ecología humana. Antropología. Sociología rural.


Estudios ambientales. Economía. Economía agrícola. Sistemas alimentarios y
nutrición. Desarrollo indígena. Organización local. Participación. Sustentabilidad.
Acuacultura. Sociología de los conocimientos tradicionales y científicos.

Metodologías:
Dewalt es considerado como uno de los precursores de la integración de las
ciencias sociales a los estudios de la agricultura durante los años setenta, y al
darse cuenta de los efectos que tenía la implementación de tecnologías diseñadas
por la revolución verde, promueve el método de la Investigación en Sistemas
Agrícolas. Este método no solo tiene en cuenta las interacciones en la parcela
agrícola sino los factores externos que influencian las decisiones dentro del
agroecosistema.

Para Dewalt, quien continuamente conformó equipos interdisciplinarios, una de las


funciones del sociólogo y el antropólogo es sensibilizar a otros participantes dentro
de los equipos de trabajo hacia las consideraciones socioeconómicas y reflexivas,
algo así como convertirse en la “conciencia” del equipo. Para Dewalt “La razón por
la cual estas disciplinas pueden ser particularmente hábiles para esta tarea, las
atribuye a las "perspectivas únicas", un tanto místicas, que los antropólogos o
sociólogos tienen”. Incluso Dewalt, en sus artículos propone la creación de una
subdisciplina sobre Antropología y Sociología de la Investigación en Agricultura. El
problema de fondo, es contar con una reflexividad que permita avizorar a los
técnicos e investigadores que las consecuencias de sus decisiones van más allá
de las meras recomendaciones técnicas y agronómicas.

Los aportes de Dewalt a la agroecología están principalmente en la integración de


metodologías colaborativas, dentro de sus publicaciones se encuentran extensos
libros sobre métodos participativos de investigación. Para Dewalt, intentar
participar en los eventos y vidas de las personas con las cuales se recogen datos
y análisis significa “Vivir, trabajar, reír, y llorar con la gente que se está tratando de
entender. Esto proporciona un sentido del yo y el otro que no es fácil de poner en
palabras. Es un entendimiento tácito que alimenta a la forma de investigación, las
técnicas específicas de recolección de datos, el registro de la información, y la
posterior interpretación de los materiales recogidos”.

Enfoques teóricos – epistemologías:


Enfoque de la Investigación en Sistemas Agrícolas.

Los trabajos antropológicos de Dewalt son de corte estructural funcionalista y de la


antropología cultural, propios de la escuela norteamericana. Su aporte principal es
la aplicación de las ciencias sociales a los estudios sobre agricultura bajo el
enfoque teórico de la Investigación de Sistemas Agrícolas. La aplicación de este
enfoque para las ciencias sociales, presenta las siguientes características: 1. Los
límites del holismo, dado que en un estudio es imposible dar cuenta con detalle de
todas las interacciones. 2. Los límites de las ciencias sociales. 3. El trabajo en
grupos multidisciplinarios. 4. Las diferencias producidas por la dicotomía entre
trabajos académicos versus trabajos aplicados. 5. Las tensiones teoría y la
práctica.

Una ciencia social de la investigación agrícola puede mostrar cómo las políticas
agrarias a nivel macro afectan, y son afectados por las tendencias que ocurren en
el nivel micro. Hay una gran tarea para que los gobiernos y las políticas
institucionales comprendan cómo estos procesos interactúan con los grandes
sistemas de cultivo a nivel micro. Los antropólogos y sociólogos pueden servir
como los facilitadores que unan a los investigadores con los agricultores. Otra
área importante para los antropólogos y sociólogos consiste en la evaluación.

Como producto de la experiencia de Dewalt, y su trabajo con comunidades


indígenas y campesinas de México y Honduras, éste realiza un esfuerzo por
integrar los conocimientos científicos a los conocimientos tradicionales. Los
puntos fuertes de la observación de estos sistemas de conocimiento indígena, sin
embargo, tienen que combinarse con el método experimental de los científicos. Se
debe apuntar a que los conocimientos se ubiquen entre los móviles inmutables y
los mutables. Su tarea debe ser tratar de identificar lo que puede llamarse "móviles
mutables", es decir, el conocimiento holístico que puede ser adaptado y aplicado a
fenómenos similares en otras circunstancias.
Para Dewalt, quién recoge experiencias y estudios de caso en varios ejidos de
México y Centro América, los casos muestran que no hay que confiar solamente
en los hallazgos de los científicos agrícolas o en el conocimiento indígena de los
agricultores, sino que se debe aprovechar la creatividad y la capacidad de
innovación de ambos grupos. Es importante ver los sistemas de conocimientos
indígenas y los sistemas de conocimientos científicos como fuentes
complementarias de sabiduría. Para Dewalt, es claro que tanto los conocimientos
indígenas y los que desarrollan y aplican sistemas de conocimientos científicos
están limitados por la forma en que han sido entrenados para pensar y los
contextos en que se dan. La clave es proporcionar a ambos sistemas de
conocimiento más oportunidades en las que pueden informar y estimularse el uno
al otro.

Hacia una Antropología de la nutrición.

Dewalt también se interesó por las relaciones entre los sistemas humanos y la
alimentación. En varios de sus estudios, algunos de ellos compartidos con su ex
esposa Kathleen Musante, Dewalt recoge los principales aportes de otros
antropólogos, como Mintz, quienes estudian los cambios en la alimentación en el
contexto de la economía de mercado y la internacionalización del capital. Varias
de sus tesis, recogidas a mediados de los años ochenta, son ahora temas
fundamentales en los análisis de académicos, tomadores de decisiones y la
sociedad civil en general, y tienen que ver sobre los factores, en lo micro y lo
macro, que alteran la calidad alimentaria, y en particular la de los más pobres.

Para Dewalt, la Antropología de la Nutrición ha jugado un rol clave relacionando


intereses con asuntos de desarrollo y procesos más amplios. Inicialmente, adoptó
la forma de mostrar algunos de los efectos negativos de la agricultura comercial, y
sugerir que los cultivos comerciales, a menudo, condujeron a una disminución en
el estado nutricional. Toda esta cuestión ha dado lugar a una gran controversia en
la literatura, así como en los debates sobre políticas relativas a la naturaleza del
desarrollo.

Dado que muchas personas están viviendo en situaciones que necesitan ser
mejoradas, para Dewalt es importante trabajar para reparar su suerte dentro de las
limitaciones del sistema dado. Aquí es donde la antropología nutricional se vuelve
importante. “Debemos entender la producción, distribución y consumo de los
sistemas de los pueblos a nivel local y cómo se relacionan con el sistema más
amplio en el que existen. Si se hace, tal vez podamos tener algún pequeño efecto
en la mejora de sus circunstancias”.

Enfoque de la ecología cultural del desarrollo.

La obra de Dewalt, está atravesada por una doble mirada, por un lado, como
antropólogo y sociólogo plantea posturas críticas frente a las consecuencias del
paradigma del desarrollo y su visión etnocentrista, mientras por otro, como
consultor de entidades como el Banco Mundial, la WWF y otros organismos,
aboga por la incorporación de nociones más acordes a los principios culturales y
ecológicos de las regiones en las políticas públicas gubernamentales e
internacionales. Su visión, que favorece la eco regionalización de las relaciones,
también plantea la necesidad de una comunidad global que incorpore soluciones
locales a los problemas globales.

El corazón del enfoque de la ecología cultural del desarrollo, trata de comprender


las formas en que las relaciones humanas afectan a los seres humanos y la
naturaleza, y cómo los resultados afectan a los sistemas humanos y ecológicos.
Se trata de realizar un examen autoconsciente de desarrollo dentro de la evolución
cultural, con el fin de determinar lo que está haciendo el desarrollo a la naturaleza,
y a nosotros mismos (ver Bennett 1976: 5, 310). Es un enfoque que examina los
procesos de cambio cultural y ecológico de adaptación interactiva desde un
enfoque global (relaciones de los sistemas), comparativo (global), y evolutivo, (de
perspectiva histórica y futurista).

El enfoque de la ecología cultural del desarrollo sugiere que la ecología debe


absorber a la economía si queremos lograr un equilibrio entre naturaleza y cultura;
por tanto, nuestro objetivo debe ser una ecología en estado estacionario. La
escala actual del comercio mundial es otra de las tendencias entrópicas
provocadas por la centralización y concentración. Con el fin de romper este ciclo,
la autosuficiencia dentro de las regiones y naciones deben adoptarse como un
objetivo. Si bien este enfoque dejaría a las poblaciones de muchos países en
desarrollo en la "pobreza", de acuerdo con los estándares occidentales
etnocéntricos, es mucho más probable que se cumplan las necesidades humanas
básicas de toda la población. Esto contrasta con la situación actual en muchos
países en los que las grandes desigualdades permiten a una élite vivir en un
confort a costa de los esfuerzos de millones de personas que viven en el borde de
la supervivencia.

Desde el enfoque de la ecología cultural del desarrollo, Dewalt señala los


siguientes problemas: El primero es que los modelos de desarrollo dominantes
van en contra de los imperativos ecológicos y biológicos. Es importante destacar
que si bien el desarrollo es uno de los problemas más apremiantes de nuestro
tiempo, realmente es sólo una extensión del mismo proceso de adaptación en el
que siempre han participado todos los grupos humanos. El segundo problema de
las estrategias de desarrollo actuales es que ponen un énfasis excesivo en la
satisfacción de las necesidades a través de la expansión del crecimiento. El tercer
problema importante con los enfoques actuales de desarrollo, tiene que ver con
las implicaciones socioculturales de la ley de la entropía. En términos evolutivos,
las concentraciones crecientes de energía, potencia, y regulación son los medios
por los cuales los seres humanos han tratado de obtener un mayor control sobre la
naturaleza. Las sociedades humanas se ven atrapadas en un estado cada vez
más desordenado causado por el círculo vicioso de crear más y más controles,
que son ellos mismos incontrolables. Un cuarto problema de los modelos de
desarrollo existentes, es que han dado lugar a un considerable “desperdicio
cultural”. Por desperdicio cultural, Dewalt se refiere al proceso sistemático
mediante el cual los conocimientos indígenas, sociales, tecnológicos, morales,
expresivos, y otras características únicas de los grupos, se pierden en cuanto la
gente es absorbida e incorporada en el sistema mundial.

Para Dewalt, hay dos razones prácticas que sustentan por qué el fomento de la
diversidad cultural debería continuar. Una es que, como se ha demostrado de
manera convincente, los pueblos tradicionales tienen una comprensión sofisticada
de su entorno y su lugar en él. Además, la diversidad, como los biólogos y
ecologistas nos lo han enseñado, es un elemento esencial en la capacidad de
adaptación a largo plazo de las especies. La diversidad cultural que se ha
producido por la experiencia humana, sin embargo, ahora está siendo erosionada
como la diversidad genética de los principales cultivos de cereales, y de forma
inexorable en la eliminación de muchas especies de plantas y animales. Ya no es
sólo la sociedad materialista occidental que está comprometida con una forma
particular de vida, extendiendo su tecnología, hacia formas sociales, creencias,
deseos, y quiere llegar a todas las partes del globo. Los modelos de desarrollo
existentes exacerban el desperdicio cultural, que está dando lugar a una cada vez
mayor homogeneización del mundo.

Dewalt concluye con diez principios hacia la construcción de un paradigma


alternativo que debe inspirar las políticas del desarrollo y su relación con los
valores y los sistemas ecológicos. La nueva ética debe tratar de cambiar los
valores de los individuos, así como transformar las instituciones en las que se
llevan a cabo actividades de desarrollo. 1. Debe ser estructurado para incluir y
hacer hincapié en los objetivos centrados en la comunidad y el largo plazo. 2.
Debe ser organizado para trabajar hacia el objetivo del equilibrio entre la Cultura
con la naturaleza ecológica. 3. Debe ser diseñado en y para las eco regiones
relativamente localizadas. 4. Debe hacer hincapié en la autosuficiencia de la eco-
región tanto como sea posible, evitando la importación y exportación. 5. Debe ser
estructurado para dar primacía a asegurar las necesidades básicas de la gente -
alimento, agua, refugio, y salud. 6. Debe estar diseñado de manera que se evite la
concentración, centralización, y la interdependencia. 7. Debe organizarse para
preservar y fomentar la integridad cultural diversa de las personas que habitan en
la región ecológica. 8. Debe adoptar la justicia social y la equidad como objetivos
primarios. 9. Debe ser estructurado para reducir la avaricia humana y de la
competencia por los recursos, para disminuir las posibilidades de conflicto y
guerra. 10. El desarrollo debe producirse de una manera evolutiva; cambios
repentinos deben ser evitados, la diversidad animada, mantener la compatibilidad
entre la cultura y la naturaleza, y respetar las leyes de la entropía.

Temas: Relaciones entre producción agrícola, consumo de alimentos y nutrición.


Estudios sobre las consecuencias de la revolución verde en Honduras, y México.
Da cuenta de procesos de apropiación tecnológica en ejidos y comunidades
campesinas. Consecuencias de los modelos económicos basados en la
importación de alimentos y en la sustitución de alimentos por forrajes destinados al
consumo animal. Señala la importancia del papel de la participación de las
comunidades indígenas en los proyectos de desarrollo.

Hipótesis:

Las principales hipótesis de Dewalt, que recoge a través de su carrera como


antropólogo colaborando con investigadores de distintas disciplinas de las ciencias
naturales, médicas y económicas se da en la interacción que tienen los agentes de
investigación con las comunidades locales, agricultores, campesinos y
comunidades indígenas. Para Dewalt, los científicos en su trabajo con pequeños
agricultores, no han entendido las limitaciones con las que operan los pequeños
agricultores y pequeños productores. Por lo general, no han sido capaces de
traducir los resultados de la investigación en soluciones prácticas para los
problemas que enfrentan. La perspectiva de investigación de sistemas agrícolas
ha evolucionado como un intento explícito para tratar de cerrar la brecha que ha
existido entre los pequeños agricultores y los investigadores. Para que la
tecnología sea más útil y exitosa debe adaptarse a las circunstancias económicas
y socio-ambientales que los agricultores puedan desarrollar.

De acuerdo a Dewalt, “especialmente entre los humanistas y científicos sociales,


hay un cuestionamiento cada vez mayor de la ciencia y la tecnología agrícola
debido a que su aplicación no ha dado lugar a sociedades socialmente justas o
ecológicamente sostenibles. El mundo está produciendo mucho más alimentos per
cápita, pero gran parte de este alimento se ha utilizado para proporcionarlo a las
personas con medios económicos, mientras que todavía hay masas de personas
que mueren de hambre. Además, hay un creciente reconocimiento de que las
tecnologías utilizadas para este aumento de la producción no son sostenibles y, en
muchos casos, dañan el medio ambiente. La construcción (o en muchos casos, la
reconstrucción) de una agricultura más sostenible y socialmente justa ha llevado a
muchas personas a alegar que es necesario prestar mayor atención a los sistemas
de conocimientos indígenas (Brokensha, Warren, y Werner, 1980; Richards 1985;
Thrupp 1989; Warren 1991a). Sus argumentos se basan en: 1) la necesidad de
crear tecnologías más apropiadas y respetuosas con el medio ambiente; 2)
capacitar a las personas como a los agricultores a tener un mayor control sobre su
propio destino; y 3) la creación de tecnologías que tengan consecuencias
socioeconómicas más justas”.

Estos cambios cualitativos y cuantitativos en la producción de alimentos, y siembra


de productos que no son para el consumo humano, tienen lugar dentro del
contexto de la revolución verde. Para Dewalt, a finales de los años ochenta, ya
estaba en marcha una segunda revolución verde, con efectos más profundos que
la primera. Si bien la historia de la primera revolución verde en la producción de
trigo es bien conocida (por ejemplo, Hewitt de Alcántara, 1976; Wellhausen 1976),
la segunda Revolución Verde de México se ha producido en torno al sorgo.
El sorgo se ha convertido en un cultivo importante, ya que es de alto rendimiento y
por lo tanto atractivo para los agricultores; encaja bien con la infraestructura
agrícola desarrollada y subvencionada por el gobierno mexicano; y existe una
fuerte demanda en la industria de la alimentación animal, en rápida expansión en
México. Las implicaciones de la revolución del sorgo se refieren a los argumentos
acerca de la escasez de recursos, es decir, el aumento de la importación de
alimentos y su incapacidad para proporcionar suministros suficientes para una
parte sustancial de su población. Esto no es debido a una escasez de fuente de
recursos en términos de su capacidad para producir suficientes granos. Más bien,
se debe tanto a las políticas de "comida barata" que hacen del crecimiento de los
cultivos básicos algo poco gratificante para los agricultores, y el rápido aumento de
la demanda de los segmentos más ricos de la población mexicana de "alimentos
de lujo", es decir, las dietas que incluyen el consumo de productos animales.

Para Dewalt, en cuanto a la producción de granos, la agricultura mexicana ha


realizado una labor admirable en los últimos decenios. El problema es que cada
vez más, este grano se va en alimentar animales para satisfacer las dietas de los
más ricos y la clase media y alta. Existe un cambio sustancial de las tierras de
cultivo que se dedican a forrajes en lugar de alimentos. Los agricultores están
haciendo lo económicamente racional mediante la producción de estos cultivos.
Están produciendo bienes para los que tienen la capacidad de pago, siguiendo
una dinámica que se da en la producción agraria e industrial de los países en
desarrollo. Las tierras de cultivo se dedican a la producción de alimentos de lujo
(como la carne) para los ricos, mientras que la mitad de la población sigue siendo
desnutrida.

En México, como en el mundo, la producción de alimentos se ha convertido en


parte del sistema de la internacionalización del capital. Esto significa que el énfasis
está en la producción de alimentos para los que están en condiciones de pagar.
Durante el resto de este siglo y más allá de él, la agricultura se enfrentará a un
doble reto: hacer una dieta mínimamente adecuada disponible para todos, al
mismo tiempo satisfacer la demanda de un mercado creciente que puede pagar
alimentos de mejor calidad.

Los que pueden pagar mejor comida tendrán sus necesidades satisfechas. El
verdadero reto es diseñar políticas que garanticen una dieta mínimamente
adecuada para todos. En el momento que Dewalt escribe estas hipótesis, es
relevante preguntarse ¿cuánto tiempo más puede un país como México permitirse
ignorar las necesidades alimenticias de su población mayoritaria al intentar saciar
los apetitos carnívoros de los más ricos? ¿Cuánto tiempo puede permitir el mundo
producir alimentos de lujo para aquellos que tienen la capacidad de pagar sin
tener en cuenta las necesidades nutricionales de los pobres? Esta desigualdad
tiene un potencial explosivo. Dewalt, quien colabora con autores como David
Berkes de la Universidad Autónoma de México pone en el centro de la discusión la
irracionalidad de la competencia entre granos para consumo humano y granos
para forrajes que provoca el empobrecimiento de la economía rural y la escasez
de alimentos a nivel nacional. Así, la sustitución de granos se asocia a la
desigualdad alimentaria entre capas sociales. El problema económico y social que
se produce no se soluciona pretendiendo resolver los conflictos entre los
partidarios de la autosuficiencia alimentaria y los de las ventajas comparativas,
sino ofrecer un panorama completo sobre las consecuencias de la tendencia
mundial a especializarse en alimentos que no son para el consumo humano.

En un artículo que indaga a profundidad sobre las relaciones entre ingresos y


calidad alimentaria, Dewalt da cuenta que a mayor cantidad de ingresos también
disminuye la calidad alimentaria. Esto se puede explicar, en plenos años ochenta,
por el auge de la comida industrializada, comidas rápidas, y el status asociado a
este tipo de productos. Según Dewalt, la cuestión más general es que el desarrollo
económico podría mejorar los ingresos de las personas, con los cambios
concomitantes en su dieta que lo hacen más caro, pero nutricionalmente más
pobre. Esto puede explicar la falta de relación entre el desarrollo económico y el
estado nutricional. Estamos viendo tendencias en la agricultura que son una
reminiscencia de lo sucedido hace mucho tiempo en el ámbito industrial. Estas
tendencias son las siguientes: (1) Incremento de productos procesados. (2) El
abastecimiento global de productos primarios. (3) Posibilidad de sustitución de
alimentos y productos agrícolas. (4) Sistemas automatizados de producción. (5) La
estandarización o normalización de la producción.

La importancia de estos procesos radica en que los productores y consumidores


en los lugares más remotos del mundo son, cada vez más, parte de un sistema
de mercado internacional. Varios estudiosos han utilizado el término
"internacionalización de capital" para describir este sistema en la industria. Por
internacionalización del capital Dewalt se refiere a las formas en que los sistemas
de producción, distribución y consumo se están reorganizando con el fin de
facilitar el proceso de acumulación de capital. Esta reorganización se está
produciendo en todo el mundo y en todos los niveles.

En este aspecto el caso de Ecuador, por ejemplo, es esclarecedor; puesto que en


este país los patrones de variación en la disponibilidad de alimentos y el estado
nutricional entre los pequeños agricultores de las tierras altas y las regiones
costeras muestran que la dieta es más rica en nutrientes en los hogares de las
tierras altas, y parece estar asociada con un mayor consumo de alimentos de la
producción de subsistencia. El consumo de energía es marginal en la costa donde
los agricultores están involucrados en la producción de café como cultivo
comercial. Los hogares de la costa dependen de alimentos de bajo costo de
mercado y obtienen menos de una cuarta parte de su energía de las mercancías
de producción nacional.

Posición frente a la agroecología:

Este texto es un correo electrónico enviado por Billie Dewalt el día 11 de abril de
2016:
“I am not in any way opposed to the idea of agroecology. From my perspective,
especially in the 1980s, a number of academic fields were evolving in the same
direction. People in these fields were trying to move beyond narrow academic
concerns to help get to a better understanding of what was actually happening in
the world. Altieri and others who came from agricultural disciplines seized on the
idea of agroecology -- putting agriculture into more of an ecological context.
Agricultural economists talked extensively about "farming systems research"
because they understood that farmers were mostly not interested in single crops,
but rather cultivated multiple crops often in association with animal husbandry.
Nutritionists and others began to talk about "food systems" or variants of that to try
to understand how people secured, traded, and consumed sources of calories.
Some of my writing and research used a bit of this terminology so that I could
communicate with people from other disciplines”.

“Personally, with training as an anthropologist, I preferred the term cultural ecology.


It is an older term but has the same kind of goal as the approaches named above.
The idea is to look at human adaptations to their natural and constructed
environments that enable them to survive and reproduce. I still believe it is a more
inclusive framework for viewing the interaction of culture and nature”.

“Some people can get into huge semantic arguments to try to differentiate these
various approaches from one another but I personally think it is a waste of time and
energy. They are all approaches to viewing the world that try to move beyond
narrow disciplinary specialization toward seeing life in a more holistic way”.

“From a philosophy of science perspective, since the 19th century disciplinary


specialization led to many discoveries. Having people specialize on narrow topics
within agronomy, entomology, medicine, nutrition, economics, etc. was and is
important. It led, for example, to the discovery of the new plant varieties that made
the Green Revolution so successful or penicillin to treat various illnesses. At a
certain point, however, people began to realize that they needed to look at the
larger picture to come to more comprehensive understandings. My work in
Temascalcingo, for example, was to try to understand why farmers there had no
interest in Green Revolution varieties of maize. One farmer finally told me in
exasperation: "Mira señor, maiz no es negocio." What he was telling me was that
even with a thousand times better yield, with a few hectares of land he was never
going to have a substantially better life. Those kinds of realization led to the focus
on agroecology, farming systems, food systems, medical systems, etc”.

Literatura citada

Altieri, Miguel A. 2004. “Linking Ecologists and Traditional Farmers in the Search
for Sustainable Agriculture Linking Ecologists and Traditional Farmers in the
Search for Sustainable Agriculture Linking Ecologists and Traditional Farmers
in the Search for Sustainable Agriculture .” Frontiers in Ecology and the
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DeWalt, Kathleen M., and Billie R. DeWalt. 2011. Participant Observation. A Guide
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Bibliografía:

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