Está en la página 1de 1

La guerra de la reina Ana (1702-1713) fue la segunda de una serie de cuatro guerras entre

Francia y Gran Bretaña en Norteamérica por el control del continente, y fue la contrapartida a la
guerra de sucesión española que tuvo lugar en Europa.
Al inicio de la guerra, en 1702, los ingleses quemaron la mayor parte de San Agustín, Florida,1
obligando a la población a refugiarse en el castillo español de San Marcos, que resistió el
asedio, por lo cual los ingleses consideraron este sitio como una derrota. Los españoles
mantuvieron San Agustín y Pensacola hasta principios del siglo xix tras finalizar la guerra, pero
su sistema de misiones al norte de Florida (actual Georgia) fue destruido. La ayuda militar
inglesa a los colonos fue bastante ineficaz en las áreas de Charleston, Carolina del Sur y la
frontera de Nueva York y Nueva Inglaterra con Canadá. Las fuerzas francesas y las tribus
indígenas aliadas atacaron Nueva Inglaterra desde Canadá, destruyendo Deerfield,
Massachusetts, en 1704. La presencia española al norte de San Agustín fue casi nula a partir de
lo que se conoce como la masacre de Apalache.
Tras la captura del bastión francés de Port Royal por Francis Nicholson en 1710, Acadia se
convirtió en la provincia británica de Nueva Escocia.nota 1 En 1712 se declaró un armisticio. Según
el Tratado de Utrecht, los británicos obtenían Terranova, la región de la bahía de Hudson y la
isla caribeña de San Cristóbal. La paz duró hasta la siguiente guerra, la guerra del rey Jorge de
1744.
La conquista británica de Acadia traería importantes consecuencias para sus habitantes
franceses. Durante la guerra franco-india, muchos serían expulsados en 1755 de la colonia.
Algunos emigraron a Luisiana. La Liga Iroquesa permaneció neutral en esta guerra.

También podría gustarte