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Guerra de los Cien Años – Romero: la guerra vincula a Inglaterra y Francia, porque crea relaciones y similitudes

hasta después de finalizada la guerra.

Después del conflicto entre Capetos y Plantagenets, lograron un inestable equilibrio, pero chocaban en algunas
partes como Guyena, que era un señorío inglés bajo el vasallaje del rey de Francia, y además en Flandes, porque las
ciudades flamencas eran para el siglo XIV centros industriales y comerciales. Le compraban lana a Inglaterra, la
industrializaban y la comercializaban por rutas francesas hacia el Mediterráneo.

El rey de Francia, Felipe el Hermoso, deseaba dominar Flandes, pero resistieron y lo derrotaron en 1302. Inglaterra
logró un tratado, en el que una de las cláusulas era el matrimonio de Isabel, la hija de Felipe el Hermoso y el rey de
Inglaterra, Eduardo II, pero el conflicto generó más dificultades.

En 1314 murió Felipe el Hermoso y cuando murió su último hijo en 1328, Eduardo III, rey de Inglaterra, reclamó su
derecho por parte de madre a la corona francesa, pero los franceses eligieron a Felipe de Valois (Felipe VI) que era el
sobrino de Felipe el Hermoso. Eduardo III aceptó, pero Felipe VI intentó conquistar Flandes y Guyena, otra vez.

El conflicto se desató y Eduardo III volvió a reclamar por la corona. De esta forma empezó la guerra de los Cien
Años.

Tuvo un primer período que fue de 1337 a 1378. Los ingleses con los flamencos dominaron el mar del Norte y
llegaron a Normandía, derrotando a Felipe VI en la batalla de Crécy, y apoderándose del puerto de Calais. Las
operaciones se paralizaron por una epidemia, y cuando se reanudaron los ingleses se metieron de nuevo en el
territorio francés y derrotaron al hijo de Felipe VI, Juan II.

El rey Juan II cayó prisionero, y para liberarse firmó un tratado que lo dejaría sin prestigio y generaría una gran
anarquía: ceder e Inglaterra toda la costa occidental desde Calais hasta el rio Loira.

En esta situación, Carlos V encargó a Beltrán du Guesclin que se dirija a España para luchar al lado de Enrique de
Trastámara en Castilla, Enrique logró la victoria en 1369. Beltrán regresó a Francia para luchar contra los ingleses y
logró derrotarlos. En 1378 los ingleses quedaron reducidos al puerto de Calais. Así terminó el primer período de la
guerra, ya que, en Inglaterra, además, había una conmoción política que impidió la continuidad de las operaciones
en Francia.

Entre 1377 y 1399 ocurrieron conflictos en Inglaterra durante el reinado de Ricardo II, que tuvo que abdicar, y con él
cayó la dinastía de los Plantagenets, dándole paso a los Lancáster. Enrique IV llegó al trono y desempeñó sus
funciones con entereza desde 1399 hasta 1413. No pudo dirigir la guerra en Francia. En 1413 lo sucedió Enrique V
quien reinició las hostilidades.

En Francia la situación también estaba difícil. Los borgoñones, tradicionalmente unidos en Flandes por los intereses
económicos, no aprobaron la política seguida con Inglaterra, por lo que cuando vieron la oportunidad quisieron
tomar el poder. La oportunidad era la llegada al trono en 1380 de Carlos VI, que demostró estar demente al poco
tiempo. Los partidarios del rey pusieron en el trono al duque de Orleáns, pero el duque de Borgoña, Juan Sin Miedo
lo hizo asesinar. Esto provocó que Francia se divida en dos partidos, los borgoñones y los armagnacs.

Es entonces cuando comienza el segundo período de la guerra, en 1413. Los borgoñones se aliaron con los ingleses y
derrotaron a los armagnacs. Estos últimos, por su parte, rodearon al delfín Carlos, pero en 1420, el rey Carlos VI
firmó con los ingleses el tratado de Troyes, en el que desheredaba a su hijo y concedía el matrimonio de su hija con
el rey de Inglaterra, y de esta manera se transformaba en un heredero de Francia.

En 1422 murieron Carlos VI y Enrique V de Inglaterra, por lo que los dos presuntos herederos quedaron cara a cara.
El delfín Carlos, fue proclamado como Carlos VII por los armagnacs, y Enrique VI fue proclamado así por los anglo-
borgoñones, y era teóricamente el rey de Inglaterra y Francia. La suerte comenzó por favorecer a los anglo-
borgoñones, que llegaron a sitiar Orleáns en la marcha por el territorio. Pero sucedió algo imprevisto.

Juana de Arco comenzó a levantar el ánimo de los armagnacs y llegó a conmover a Carlos VII, por lo que pudieron
salvar Orleáns y reactivaron la campaña. Por lo demás, se intensificó la lucha. Juana de Arco fue tomada prisionera
por los borgoñones y la vendieron a los ingleses, y la hicieron condenar a muerte en 1341, ya era tarde; su semilla
fructificó.
Los borgoñones decidieron aliarse a los compatriotas y se desligaron de los ingleses. Firmaron el tratado de Arras en
1435 y comenzaron la reconquista de Francia. En 1453 sólo el puerto de Calais estaba en mano de los ingleses, que
no pudo volver a luchar por los conflictos internos.

Se hizo responsable de las pérdidas al rey Enrique VI, y la discordia volvió al conflicto dinástico. El duque de York
negó a los Lancáster el derecho al trono, alegando que su casa tenía mejores títulos. En 1455 los York se sublevaron
al rey y dieron comienzo a la guerra de las Dos Rosas. La rosa roja representaba a los Lancáster y la blanca a los York.
En 1461 triunfaron los York y dieron dos reyes a Inglaterra, Eduardo IV y Ricardo III, pero las luchas señoriales eran
muy violentas y no cesaron.

Por último, en 1485, un Lancáster, Enrique Tudor, se sublevó contra Ricardo III y ganó Enrique VII, que fue una
autoridad total, hasta se redujeron los señores. Así concluyó el feudalismo inglés.

En Francia pasó de manera parecida pero más lenta. Los reyes que sucedieron a Carlos VII, entre los que se destaco
Luis XI por reducir a los señores, y reinó desde 1461 hasta 1483. El único que pudo hacerle frente fue un duque de
Borgoña, Carlos el Temerario, pero Luis lo mandó a la guerra y murió. Y en ambos reinos, aunque los señores
pudieron gozar de sus privilegios por un tiempo largo, fueron perdiendo paulatinamente, la significación política.

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