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' Cf. Introducción, por Craig R. Thom pson a D esiderio Erasm o, Inquisitio De
Fide, Yale Studies in Religión, XV, New Haven, 1950, pp. 1-49.
Erasm o,Elogio de la Locura, traducida por Leonard Dean, Chicago, 1946, p. 84.
11 Erasmo, D e Libero A rbitrio DIATPIBH, Basilea, 1524, pp. a2-a3.
28 LA CRISIS INTELECTUAL DE LA REFORMA
logrado? Pueden darse otras interpretaciones que parecen
m ucho m ejores que las de Lutero. D ada la dificultad de
establecer el verdadero significado de la Escritura concer
niente al problem a del libre albedrío, ¿por qué no aceptar
la tradicional solución ofrecida por la Iglesia? ¿Para qué
iniciar una querella por algo que no podemos conocer con
la menor certeza? 11 Para Erasmo, lo importante es una pie
dad cristiana, simple, básica, un espíritu cristiano. Lo de
más, la superestructura de la creencia esencial, es dem a
siado com p leja p ara que el h om bre pu ed a ju zga rla . Por
tanto, es m ás fácil perm an ecer en u n a actitud escéptica
y aceptar la an tiqu ísim a sabidu ría de la Iglesia en estas
cuestiones, que tratar de com prender y de ju zgar por uno
mismo.
--*E sta actitud escéptica, antes que el argum ento escép
tico, surgió de un aborrecim iento a "la com edia de la. gran
locura". No estaba basada, como lo estuvo para Montaigne,
en la evidencia de que la razón humana no podía alcanzarla
certidumbre en ningún terreno. En cambio, Erasmo parece
haberse escandalizado por la aparente futilidad de los inte
lectuales en su búsqueda de la certidum bre.'Toda la m a
qu inaria de estos espíritus escolásticos había perdido de
vista el punto esencial: la simple actitud cristiana) El tonto
cristiano estaba mucho mejor que los altos teólogos de Pa
rís, enredados en un laberinto creado por ellos mismos. Y
así, si nos quedábam os siendo tontos cristianos, llevaría
mos una vida verdaderamente cristiana, y podríamos evitar
todo el mundo de la teología aceptando las opiniones reli
giosas prom ulgadas por la Iglesia, sin tratar de com pren
derlas.
E s te in te n to , h e c h o a c o m ie n z o s d e la R efo rm a , de
"justificación" escéptica de la regla católica de la fe pro
vocó una furiosa respuesta de Lutero, el De Servo Arbitrio,
de 1525. El libro de Erasmo, declaró Lutero, era una ver
güenza y un escándalo, tanto m ás cuanto que estaba tan
bien escrito y con tan ta elocuencia. "Es com o si llevára
m o s b a s u r a s o e x c r e m e n to s e n u n v a s o d e o ro o de
12 Lutero, De Servo Arbitrio, en las Werke de Lutero, Band XVIII Weimar, 1908,
p.601.
Ibid., p. 603.
Ibid., pp. 603-605.
s Ibid., p. 605.
' s Ibid., pp. 606-610.
30 LA CRISIS INTELECTUAL DE LA REFORMA
creer después de leer las Escrituras- nos m ostraría estas
verdades. D ep en d er del cu rso escép tico de Erasmo era
arriesgar dem asiado; la posibilidad de error era excesiva.
Sólo en el seguro conocimiento de las órdenes de Dios en
con traríam os la seguridad. Y así, Lutero dijo a Erasmo
que su enfoque escéptico en realidad im plicaba una falta
total de fe en Dios y que era, en rigor, una manera de bur
larse de Él." Si así lo deseaba, Erasmo podría aferrarse a
su escepticism o hasta que Dios lo llamara. Pero, le adver
tía Lutero, "el E sp íritu S an to no es escép tico", y no h a
in scrito en n u estros corazon es opin ion es in ciertas sino,
en cambio, afirm aciones de la índole m ás clara.'"
E sta disputa entre Erasmo y Lutero in dica u na parte
de la estructura básica del problem a del criterio. Erasmo
esta b a dispu esto a recon ocer que no pod ía afirm ar con
certidum bre lo que era cierto, pero estaba dispuesto, p e r
non sequitur, a aceptar la decisión de la Iglesia. Esto no
dem uestra que la Iglesia tuviese la autoridad en m ateria
de fe; antes bien, in dica la cau telosa actitud de Erasmo.
Com o era in capaz de distin gu ir con certeza la verdad de
la mentira, dejaba la responsabilidad a la institución que
durante siglos había estado estableciendo tal distinción.
Lutero, en cam bio, in sistía en la certidum bre. H abía d e
masiado e n ju ego para conform arse con menos. Y ningún
ser h u m ano pod ía dar a otra p erson a la segu ridad a d e
cuada. Tan sólo la propia convicción íntim a podía ju s tifi
ca r la a cep ta ción de cu a lq u ier opin ión religiosa. D esde
lu ego, un o p on en te p o d ía p regu n ta r p or qu é es verdad
aquello que nuestras conciencias están obligadas a creer
por la lectura de las Escrituras. Supongam os que nos en
contram os obligados a creer en cosas conflictivas: ¿Cuál
es la cierta? Lutero in sistía en que la verdad se nos im
pon e, y en q u e el v e rd a d e ro c o n o cim ien to re lig io s o no
contiene ninguna contradicción.
Así, la regla de fe para los reform adores parece h aber
sido la certidum bre subjetiva, las obligaciones de la pro-
Ibid., p. 605.
" Ibid., p. 605.
LA CRISIS INTELECTUAL DE LA REFORMA 31
|r =' Citado de la traducción al inglés, Conceming Heretics, trad. y ed. por Roland
H. Bainton, Nueva York, 1935, p. 218.
's T eod oro de Beza, De Haereticis a civili Magístratupuniendis libellus, adversis
Martirá Bellii farraginem , & N o v o ru m A ca d e m ico ru m s e cta m (n .p . 1554), pp. 65-77.
~ Ibid, pp. 65-6 y 75-7.
LA C R IS IS IN T E L E C T U A L D E LA R E F O R M A 35
" C h illin gw orth se an aliza en los capítulos iv y vu, y allí ap arecen las re fe
rencias.
40 Cf. P ie rre N icole, Les Prétendus Réformez convaíncus de schisme, París, 1684,
y Paul Pellison-Fontanier, Réflexions sur les différends de la religión, París, 1686.
V éase tam b ién P ierre Bayle, Dictionnaire Historique et Critique, art. Pellison,
Rem. D.
LA C R ISIS IN T E L E C T U A L D E LA R E F O R M A 41
4' Jean La Placette, O f the Incurable Sceptícísm o fth e Church ofRom e, Londres
1688, verso de p. A2 en Prefacio.
42 Jean La placette, Traité de la Conscience, Amsterdam, 1695, PP- 366-78, Incu-,
rabie Sceptícísm o f the Church o f Rom e; B oullier, Le Pyrrhonísme de l'Eglise Ro-
maine, pp. 61-3,68,88-9, 122 y 213-40 y Bayle, Dictiormaire, art. N icole, Rem. C. y
art. Pellison, Rem. D.
42 LA CRISIS INTELECTUAL D E L A REFORMA
44
EL R ESU RG IM IEN TO D E L E SC EPTIC ISM O G RIEG O 45
Rem ains o f Sir W alter Raleigh, 1651. Para u n a discu sión com pleta d e la fecha
que aparece en esta obra, véase P ie rre L efra n c, S ir W alter R a leigh Ecrivain,
l'oeuvre et les idées, Quebec 1968, especialm ente pp. 48-49 y 66-67.
" L a decimosegunda parte de The History o f Philosophy, de Thomas Stanley,
Londres, 1656-59, Londres, 1687, Londres, 1701 y Londres, 1743, contiene una
traducción completa de las Hipotiposis.
c f- R ichard H. Popkin, "Sam uel Sorbière's T ran slation o f S extus E m piri
cus", en Journal o f the History o f Ideas, X IV , 1953, pp. 617-621. Charles B. Sehmitt
La encontrado otra traducción, francesa, inédita, m ucho m ás com pleta, por Ni
colas de la Toison, que data de 1677, aproxim adam ente, Cf. Schmitt, "An U nk
now n S even teen th -C en tu ry F rench T ran slation o f Sextus E m piricus", Journal
o f the History o f Philosophy, VI, 1968, pp. 69-76.
" a Sexto Empírico, Opera, graece et la tin e ... notas addid.it Jo. Albertus Fabri
cáis, Leipzig, 1718.
' b Sexto Em pírico, Les Hípotíposes ou Institutionspirroniennes, Amsterdam,
1725, y Londres, 1735, e l Díctionaire des Ouvrages Anonymes, de Barbier, atribuye
la traducción a Claude Huart, de Ginebra. Para más inform ación acerca de esto,
véase popkin, "S orb ière's T ra n sla tio n o f S extu s E m piricu s", en Jou rn a l o f the
History o f Ideas, X IV , 1 9 5 3 , pp. 620-621, y "A Curious Feature o f the French Edi
tion of Sextus Em piricus", en Philological Quarterly, X X X V , 1956, pp. 350-352.
" Schmitt, "An Unstudied Translation o f Sextus Empiricus", pp. 245-246.
48 EL R E SU RG IM IEN TO D E L E SC EPTIC ISM O GRIEGO
‘ V éase, por ejem plo, el cap. 20 del Libro II, y el Libro m ; cap. 2 del Libro
III se titula, "Quid Sceptici contra disciplinas in universum attulerint, sum ptis
argum entis ex re quae doctrinae praebeatur, ex docente, ex discente, ex modo
doctrinae ubi con tra ipsos nonnulla d icu n tu r, & a liq u a d icu n tu r in lau d em
C hristianae diciplinae", cf. Louis I. Bredvold, The Intellectual Mílíeu o f John Dry-
den, U n iversity o f M ich iga n P u b lication s, L an gu age and L iteratu re, Vol. X II
(Aun Arbor, 1934), pp. 28-29; and Eugenio Garin, D er Italienisehe Humanismus.
Berna, 1947, pp. 159-61.
Cf. Garin, loe. cit., especialmente p. 160.
■ Fortunat Strowski, Montaigne, Segunda edición, París, 1931.
F ierre V illey, Les Sources & L'E volution des Essais de Montaigne (París,
1908), Vol. n ( p. 166. Véase Schmitt, Pico, cap, vi para un exam en detallado de la
in flu en cia de Pico. El recien te artícu lo de Schm itt, "F ilip p o F abri and Scepti-
cism: A Forgotten D efense o f Scotus", en Storia e cultura al Santo a cura di A n
tonio Poppi, Vincenza, 1976, pp. 308-312, añade alguna información nueva acerca
de la influencia de Pico.
50 EL R ESU RG IM IEN TO D E L ESCEPTICISM O GRIEGO
Villey, op. cít., p. 166 n.l., m uestra que resulta sum am ente im probable que
M on ta ign e u s a ra la ob ra de Pico. In d ica qu e a m b os au tores tom a n de Sexto,
pero habitualm ente los "préstam os" hechos por M ontaigne son m ás precisos, y
tam bién que M ontaigne no se vale de ninguna de las anécdotas de Pico, muchas
de las cuales habrían podido atraerle si las hubiese visto.
i C ari F ried rich S táu dlin , Geschichte und Geist des Skepticismus (Leipzig,
1794), Vol. I, p. 557.
l* C. B. Schmitt, Pico, cap. VI
EL R E SU RG IM IEN TO D E L ESCEPTICISM O GRIEGO 51
Alabado sea Dios por todas las cosas, pero especialmente por
haber llevado al mundo a tal cumbre de refinamento, más allá de
donde estaba cuando yo lo conocí, en que hoy los filósofos más
cultos y más prudentes no se avergüenzan de que se les vea entrar
por los porches y frontispicios de las escuelas de las sectas pirró
nica, aporrética, escéptica y eféctica. ¡Bendito sea el santo nom
bre de Dios! En verdad puedo deciros que en adelante será mucho
más fácil empresa atrapar leones por el pescuezo, caballos por la
crin, bueyes por los cuernos, toros por el hocico, lobos por la cola,
chivos por la barba y aves en vuelo por los pies que atrapar a tales
filósofos por sus palabras. ¡Adiós, dignos, caros y honrados amigos
míos!'
s Giovanni Pico della M irándola, Disputationes Adversus Astrologiam Divina-
tricem, editado por Eugenio Garin. E dizione N azionale, Florencia, 1952, 2 vols.
En la lista de los m anuscritos de Pico presentada en Pearl Kibre,The Library o f
Pico Della Mirándola, Nueva York, 1935, el número 573 y el número 1044 se titu
lan Tractatus contra arithmeticos et contra astrólogos. El número 1044 es atribuido
a Sexto' en el índice.
i-=" Francois R abelais, Oeuvres de Francois Rabelais, edition critiqu e publiée
sous la direction de A b el Lefranc, texte et notes par H. Cluzot, P. Delaunay, J.
Plattard et J. Porcher (París, 1931), Tomo V, p. 259, I, 112-122.
52 EL RESURG IM IENTO D E L ESCEPTICISM O GRIEGO
E l r e tr a to d e l p ir r ó n ic o q u e p r e s e n t a R e b e lá is es,
com o bien podía esperarse, m enos de un filósofo escép
tico que de un personaje cómico. Truillogán no m area ni
co n fu n d e a Pan u rgo m ed ia n te los ga m b itos dialécticos
habituales, com o lo haría el filósofo pirrónico de Molière,
M arfurio, con Sganarelle en Le Mariage Forcé, en el siglo
siguiente . 27 En cam bio, el p irrón ico de R abelais a lcan za
sus fines m ediante una serie de evasiones, incoherencias
y respuestas esotéricas. El retrato no se basa en m ateria
les de Sexto Em pírico. Y el com entario de G argantúa pa
rece, en re a lid a d , m a l fu n d a m en ta d o . D iría se q u e en
aquella época no h abía filósofos que se consideraran p i
rrónico,s. 28 Los com entadores explican las observaciones
de G argantúa a la luz de las Académica, de Cicerón, que
por entonces estaban siendo muy estudiadas, y del De in
certitude et vanitate scientiarum, de A grip p a von Nettes-
29 *
heim , que por en ton ces gen eró cierto interés. Sm em
bargo, la term inología parece provenir3de la presentación
de Pirrón que hace D iógenes Laercio. 0
^' La versión que d a M oliere de este relato es m ucho niás fiel a lo que es el
pirronism o, y a que su filósofo escéptico aplica varias respu estas "com unes to
m adas de la tradición pirrónica a la pregunta en cuestión, de si ¿debía casarse
Sganarelle? Y después de m ostrar que está en duda en todas las cuestiones, y no
está seguro de nada, M oliere em bellece la situación rabelaisiana haciendo que
Sgnarelle golpee con un palo a Marfurio. Cuando el pirrónico se queja, Sganare
lle le in d ica que un escéptico no pu ede estar seguro n i siqu iera de que lo han
golp ead o o de que le duele. Un p osterior com en tad or de esto, Fried rich Bier-
ling, en su Commentatio de Pyrrhonismo Histórico, Leipzig, 1724, p. 23, señaló que
M arfurio debió responder a Sganarelle, "m e parece que me haz golpeado, y por
eso m e parece que debo hacerte lo m ism o a ti".
,i> i- H enri Busson, en su "Le Rationalism e dans la littérature française de la
Renaissance", 1533-1601, Paris. 1957, pp. 234-35, puso a Rabelais como testigo
im p ortan te de que el pirron ism o era u n a opinion con ocid a y bien estab lecid a
en l|i Francia de la época.
Cf. n. 26 en Oeuvres de Rabelais, T. V., p. 269; n. 19, en Rabelais, Le Tiers
Livre, ed. Jean Plattard, Paris, 1929. (Les Textes Français), p. 285; y Rabelais, The
Urquhart-Le M otteux Translation o f the Works ofFraneis'Rabelais, editado por A. J.
Nock y C. R. W ilson (Nueva York, 1931), V ol II, notas, p. lxxii, n. 7 a cap. xxxvi.
" Cf. Diógenes Laercio, Vidas de los Filósofos Ilustres, traducido por R. D. Hicks.
Loeb ed., Londres y Cambridge, Mass., 1950, Vol. II, Libro IX, cap. xi, pp. 474-519. El
escepticism o pirrónico es descrito brevem ente por el hum anista Guillaum e Budé
(con quien Rabelais sostuvo correspondencia) en su obra De Asse, París, 1541, p.
cxxii, aparentem ente basado en D iógenes Laercio.
E L R E SU RG IM IEN TO D E L ESCEPTICISM O GRIEGO 53
"" Véase Nauert, "M agic and Skepticism in A grippa", esp. pp. 167-82.
a" V illey, op. cit., II, p. 166 y Strowski, op. cit., pp. 130 y 133 n. I dicen esto. Paola
Z am belli apoya esta opinión en su "A propositis d ella 'de vanitate scientiarium
et artium' di Cornelio A grip p a", en Rivista critica di storia della filosofía XV, 1960,
pp 166-80. S c h m itt ex a m in a m in u c io s a m e n te la s-p ru eb a s y d u d as de qu e
A grip p a h u b iese em p lead o p arte de los m ateriales de Pico. Schm itt, Pico, pp.
239-242.
?' P o r ejem p lo , el cap. 54 sob re filo s o fía m o ra l se p a rece a a lgu n a s de las
discusiones de texto sobre la variedad del com portam iento m oral; sin embargo,
don de S exto d a el ejem plo de que "tam b ién entre los egipcios los h om b res se
casan con sus hermanas", P. H. I., 153 y III, 205, A g rip p a afirm ó "E m onge the
Athenians it w as leeful for a man to marry his owne sister", Vanitie, p. 72. Apa
recen varios ejem plos de esto. (Villey afirma, com o un hecho, que A g rip p a tomo
de Sexto, sin ofrecer n in gú n ejem plo. Cf. V illey, op. cit., II, p . 176.) Se hacen
varias ¡m enciones de Pirrón en Agrippa, pero ninguna indica gran conocim iento
de las fuentes pirrónicas. Nauert, op. cit., nota 30, afirm a que A g rip p a no cita a
Sexto porque sus obras aún no se habían impreso.'
4" Véase Strowski, op. cit., pp. 130 y 133 n. I: y Villey, op. cit., II, pp. 176 y 178-80.
V illey parece convencido de que los préstam os de M ontaigne a A grip p a d ebie
ron ten er p oco que ver con la form ación del escep ticism o de M ontaigne. Para
EL R E SU RG IM IEN TO D EL ESCEPTICISM O GRIEGO 57
Las opiniones positivas de Sadoleto están resum idas en Busson, op. cit., pp.
101-103, donde tam bién se ofrecen varias citas. Véase tam bién Morphos, 0p c¿¿
p. 78. El racionalism o religioso de Sadoleto va m ás allá de las opiniones decla
radas de los usualm ente clasificados como paduanos.
Cf., Busson, op. cit., p. 233; y G eorge T. Buckley, Atheism in the English Re-
naissance, Chicago 1932, p. 118.
60 E L R E SU RG IM IEN TO D E L E SC EPTIC ISM O GRIEGO
117 Bruno, Cabala del Cavallo Pe gaseo, en Opere Italiane, II, pp. 266-7, y 270.
• Ibid., II, pp. 289-91. Esta distinción entre los dos grupos no está de acuerdo
con el uso de Sexto Empírico ni de Diógenes Laercio. Sexto, en P. H. I, Part. 7,
hace términos equivalentes de "escéptico", "zetético", "eféctico", y "pirrónico";
y Diógenes, en I part. 16, usa "eféctico" para referirse a lo opuesto de "dogmá
tico", abarcando tanto a pirrónicos cuanto a académicos.
• Bruno, Cabala, II, p. 291 y las notas 4y 6 de Gentile. El pasaje al que nos
hemos referido en la nota 6 es P. H. III, caps. 27-29, párrafos 252-256, especial
mente párrafo 252, que aparecen traducidos casi literalmente.
Marsilio Cagnati. Veronensis Doctoris Medie ¡ et Philosophi, Variarum Ob
servationum Libri Quatuor, Roma 1587, Lib. III, cap. vi, "De Sexto, quem empiri-
cum aliqui vocant", pp. 203-6.
• Este irritante problema aparece por toda la literatura acerca de Sexto,
desde el siglo xvi hasta el siglo xviii. Cagnati, con razón, distingue a Sexto Empí
rico de Sexto de Queronea, sobrino de Plutarco.
EL RESURGIMIENTO DEL ESCEPTICISMO GRIEGO 73
"" Sanches, Q u od N ih il Scitur, pp. 4-5. V éa se ta m b ién O w en, op. cit., pp.
630-631. S trow skí afirm ó que su discu sión de los nom bres es la fuente de las
ideas, un tanto extrañas, de M ersenne, sobre el tema, en t a Venté des Sciences,
Strowskí, Montaigne, pp. 137-138, no. I. En su obra Pascal et son temps, Vol. I, París
1907, pp. 212-213, no. 1, Strowski afirmó que Sánchez era el escéptico en quien
Mersenne había estado pensando en su obra. Que esto no es cierto se m ostrará
en el análisis de M ersenne en un capítulo posterior.
"" S anches, Quod Nihil Scitur, pp. 5-6.
EL R ESU RG IM IEN TO D EL ESCEPTICISM O GRIEGO 77
Cf. Owen, op. cit., pp. 640-641, el Dictionnaire des Sciences philosophiques, ed.
Ad. Franck, 2" éd., Paris, 1875, art. Sánchez (François), pp. 1524-1525; A. Coral-
nik. "Zu r G eschichte der Skepsis. I. Franciscus Sánchez", Archiv ju r Geschichte
der Philosophie, lo clasifica (a Sánchez) com o pirrónico. Strowski, Montaigne, pp.
136 y 143-5; y Senchet, op. cit., pp. 89-146.
A c erca del p apel de S án ch ez en el d esarrollo del "escepticism o con stru c
tivo", véase Popkin, prefacio a The Problem o f Certainty in English Thought, de H.
Van Leeuwen, 1630-80, La Haya, 1963; crítica de Opera Phílosophíca, de Sánchez,
en Renaissance News, X, 1957, pp. 206-8: y críticas de las Dissertations en form e de
paradoxe, Isis. L U I de Gassendi, 1962, p. 414. Hay un interesante estudio del pa
pel del escepticism o, tan to de Pedro V a len cia com o de Fran cisco S án ch ez en
Marcelino M enéndez y Pelayo, Ensayos de Crítica Filosófica, Madrid, 1918, Vol. IX
de sus Obras Completas, en el capítulo intitulado "D e los orígenes del Criticism o
y del Escepticism o y especialm ente de los precursores españoles de Kant", PP-
119-221.
U l r i c h Wild, Quod aliquid scitur, Leipzig, 1664; y Daniel Hartnack, Sánchez
Alíquíd Scíens, Stettin, 1665. Leib n iz tam b ién se in teresó a p aren tem en te por
Sánchez en esta época.
Las posibles conexiones entre Sánchez y M ontaigne son exam inadas en Vi-
lley, Sources & Evolution, II, pp. 166-69, hasta llegar a una conclusión bastante
EL R E SU RG IM IEN TO D E L ESCEPTICISM O G RIEGO 81
negativa. V illey aquí, y Strowski en Montaigne, p. 145, indican que es muy posi
ble que Sánchez y M ontaigne estuviesen em parentados por el lado de la madre
de Montaigne. (Después de inspeccionar los datos en los docum entos de Cazac,
no concluyo yo que Sánchez y Montaigne fueran primos lejanos, y a que entre las
fam ilias Sánchez y López hubo m uchos m atrim onios. Am bas fam ilias eran des
tacadas en España antes del establecim iento de la Inquisición y la expulsión de
los judíos, y participaron en una conjuración para m atar a un jefe de la Inquisi
ción.)
"" S táu d lin , Geschichte des Skepticismus, II, pp. 53-57 .
"y Owen, op. cit., p. 540.
z" Coralnik, op. cit., pp. 193 y 195.