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1.

    Nombre de la líneas de énfasis.


Paisaje, lugar y territorio

2.    Fundamentación teórica  


Es frecuente que el arquitecto se preocupe por el edificio como objeto en solitario más que por la integralidad de lo que
—para bien o mal— se termina edificando o contribuye a construir en conjunto como un bien patrimonial y como
territorio urbano o rural, que son todos ellos en última instancia paisajes; aquellos que han sido habitados
históricamente, y los que se habitan hoy como totalidades vivenciales del trasegar humano por el planeta.

Puede decirse con certeza que el paisaje tiene una historia propia —muy antigua por demás— la cual se remonta a los
orígenes mismos de la arquitectura y de la ciudad. Las teorías sobre el paisaje como tal son, no obstante, más recientes
que las de la arquitectura, al menos si las consideramos en términos de sus formulaciones disciplinares especializadas.
Pero la arquitectura del paisaje como práctica profesional de diseño, y los estudios sobre este tema como campo
investigativo, no se limitan hoy por hoy a los tradicionales temas y prácticas sobre paisaje que son los jardines, parques y
espacios públicos abiertos. El espectro de los estudios y de la práctica sobre el paisaje se extiende actualmente a las
grandes obras públicas, la infraestructura urbana y territorial, la explotación a gran escala de recursos, los no-lugares
fruto de la industrialización, botaderos y rellenos sanitarios, sectores en urbanización en ciudades y espacios marginales o
intersticiales entre todos estos.

En el ámbito académico, los temas de paisaje, su transformación y arquitecturas, en contextos distintos al nuestro han
evolucionado no solo como una especialización de la arquitectura sino también como una profesión paralela, relacionada
íntimamente pero distinguible de la arquitectura. La preocupación por el paisaje como tema de investigación y su
exploración en el campo teórico están a la orden del día. Discursos teóricos de gran valor toman forman actualmente en
comunidades académicas que han recorrido ya los caminos oblicuos e intersecados de estas dos áreas importantes de los
estudios que son la arquitectura y el paisaje. Buscan estas teorías establecer los temas y campos comunes a estas dos
disciplinas. Se hace referencia por ejemplo al trabajo de Leatherbarrow quien plantea desde la perspectiva de la teoría e
historia las diversas maneras en las cuales la arquitectura y el paisaje se encuentran en el ámbito de lo que este autor de
forma holística define como una “topografía”. Se entiende esta idea de topografía en forma filosófica y conceptual como
campo de acción común para ambas disciplinas.1

Una idea tal sobre lo topográfico se extiende más allá de las implicaciones puramente físico-geográficas del término
hacia un entendimiento holístico del concepto de lugar. En concordancia se concibe el lugar, en este contexto, como
una estructura compleja que articula seres, cosas y eventos, en el espacio y en el tiempo, dando origen a la
percepción y construcción de un ‘mundo’.2 Las ideas de lugar y de paisaje incluyen contenidos sociales, culturales y
económicos (como el patrimonio y la sustentabilidad), aun psicológicos (como la experiencia y la memoria) y
perceptuales o fenomenológicos en términos generales. Los conceptos de paisaje y de lugar se asemejan
conceptualmente, y los hemos acercado por lo tanto para efectos de establecer las directrices filosóficas de la propuesta
de la Maestría en Arquitectura.

Fundamentación: inmersos en el paisaje

El paisaje se lleva consigo como algo sentido; algo que va más allá de la pura percepción visual e inclusive de cualquier
experiencia sensorial. Equivale esto a decir que el paisaje, además de ser percibido y formar parte de nuestra experiencia,
está profundamente enraizado en la apropiación del mundo, individual tanto como colectiva. En ‘el paisaje’ se
entrecruzan numerosos caminos disciplinares y ámbitos creativos que van desde la geografía humana e histórica,
pasando por la ecología, o la arquitectura misma, hasta la poseía. La importancia del paisaje como lugar de acción y
experiencia de la vida humana es común a todos los lugares, sociedades y culturas.

1Leatherbarrow, D. (2004) Topographical Stories: studies in landscape and architecture. Philadelphia: University of Pennsylvania Press. Trabajo
conjunto de los departamentos de Arquitectura, Planeamiento Regional y Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Pensilvania (PENN).

2 Esta definición del concepto de lugar se encuentra particularmente influenciada por las ideas del filósofo fenomenólogo australiano Jeff Malpas;
véase: Malpas, J. (1999) Place and experience: a philosophical topography. Cambridge, UK: Cambridge University Press, pp.1-19.
Está implícita en la noción de paisaje la totalidad de una experiencia del habitar sobre la tierra, compleja en cuanto
compuesta de múltiples aspectos entrecruzados, la cual conviene sin embargo, por razones discursivas lógicas, entrar a
desglosar. Al enfrentarse al asunto de abrirle un horizonte racional a la idea de paisaje, que permita divisar con claridad
los componentes esenciales del tema y así definirlo como campo de exploración académica, resulta más que pertinente
referirse a la clasificación esencial que sobre el paisaje ofrece Dixon Hunt, quien fundamenta su reflexión en estudios
historiográficos, de tipo general universal tanto como específicos sobre el tema del paisaje, proponiendo básicamente la
existencia tres diferentes grandes tipos paisaje que constituyen a su vez lo que él denomina, primera, segunda y tercera,
naturalezas, categorías conceptualizables de la siguiente manera:3

El Paisaje cultural: una segunda naturaleza

“Todos los paisajes son paisajes fabricados, con excepción de las soledades”. 4

El gran pensador, escritor y político romano, Cicerón, llamó bien "Alteram Naturam” aquello que hoy entendemos bajo la
noción de paisaje cultural y que equivale en su concepto a una suerte de ‘segunda naturaleza’. Implica el paisaje cultural,
en términos generales, la transformación de la naturaleza por obra de las diversas culturas y civilizaciones humanas, y
configura, como los términos en latín ya referidos lo sugieren “Alteram” (otra) y “Naturam” (naturaleza), esa ‘otra [o
segunda] naturaleza’, la naturaleza hecha por el hombre o naturaleza humanada. En un sentido práctico el paisaje cultural
incluye puentes, acueductos, carreteras, la ciudad misma, “y todos los elementos que hombres y mujeres introducen en el
mundo físico para hacerlo más habitable”.5 Otra definición simple pero acertada en gran medida nos dice que el paisaje
cultural estudia “los elementos del paisaje creados por la gente […]” y su estudio entonces cruza los territorios de la
historia, la antropología y la arquitectura, por supuesto, entre muchos otros 6

Siendo fruto en última instancia de la intención humana por hacer del planeta tierra (aunque ya no exclusivamente de
este) un lugar más habitable para la vida humana, el paisaje cultural, como campo de estudio incluye, en su concepción
más amplia, todos los aspectos materiales de la cultura (aun los menores en su impacto aparente o escala tales como el
vestuario, los utensilios, dibujos o mapas, etc.,) así como también aspectos inmateriales relativos a los hechos culturales
que impactan el medio físico (las idiosincrasias por ejemplo) pues, juntos, configuran ese “mundo-lugar”7 que define
valores e identidades. El paisaje cultural se ha convertido en tiempos recientes en uno de los campos y temas de trabajo
investigativo centrales a la preocupación por el patrimonio mundial entendiendo que los paisajes culturales “representan la
labor combinada del hombre y la naturaleza. Más aun, que son los lugares [que forjan] las identidades y creencias de la gente y su medio de
subsistencia a través del mundo. 8 Se ha establecido por tal razón con propiedad en el contexto colombiano por ejemplo que
el paisaje cafetero es un paisaje cultural, 9 pero obviamente no solo este. El camino de la reivindicación y consolidación de
paisajes culturales como fundamento patrimonial apenas se está abriendo.

3 Hunt, J. (1994). Gardens and the Picturesque. Cambridge, Mass.: The MIT Press, pp. 3-4.

4 Pierre Francastel, Citado en: Claudia Arcila, Triptico rojo: conversaciones con Rogelio Salmona,Bogota: Taurus, 2008, p.143

5Opcit, 3.

6 Wallach, B. (2005). Undersatnding the Cultural Landscape, New York, the Guilford Press.

7 Se hace referencia aquí a la noción de “Lugar” equivalente a la idea de “mundo” dentro de la tradición fenomenológica. Al respecto ver por ejemplo,
Martin Heidegger, Martin Heidegger: Basic Writings. New York, Harper, 1977, p. 48n. La idea de “lugar” como forma del “ser- en-el-mundo” hace
referencia tanto al concepto de Da-sein (Heidegger), como a las teorías de Maurice Merlau-Ponty sobre la percepción, y también a las de filósofos
contemporáneos como Edward Casey Y Jeff Malpas. El filósofo Australiano contemporáneo Jeff Malpas, en su análisis del concepto de lugar en
relación con la idea de “experiencia” desarrolla esta equivalencia entre “mundo” y “lugar” en particular y evidencia en su estudio el enraizamiento que
la concepción de “lugar” como “mundo” tiene en la tradición fenomenológica. Véase Jeff Malpas, Place and Experience: a Philosophical Topography.
Cambridge, UK, Cambridge University Press, 1999.

8 Paolo Ceccarelli and Mechtild Rossler (preludio) en: Cultural Landscapes: the Challenges of Conservation, World Heritage 2002, Shared Legacy, Common
Responsibility Associated Workshops ( Noviembre 11-12, 2002) Ferrara, Italia, p.5. Traducido del inglés por Carlos Rueda Accesible en formato Pdf en la
internet [citado en 2011-07-08]: http://whc.unesco.org/documents/publi_wh_papers_07_en.pdf

9Ver por ejemplo las memorias de la Catedra Unesco GestionIntergral del Patrimonio “El Paisaje Cultural y su Territorio”. Accesible en formato Pdf
en la internet [citado en 2011-07-08]: http://www.manizales.unal.edu.co/modules/ununesco/admin/archivos/diagramacionmemoriastallertecnico.pdf
Esta “segunda naturaleza” que conforma el paisaje cultural presupone lógicamente la existencia de una primera
naturaleza o naturaleza primigenia. Hace referencia sin embargo, más a un horizonte conceptual o punto de partida…
¿una utopía o idealización quizás irrealizable? que a un hecho tangible, situados en un contexto planetario de “paisajes
manufacturados” tan propio de nuestro siglo XXI. El drama de tal situación bien lo ha presentado Edward Burtynsky.10
Ahora bien, que todo paisaje es esencialmente un paisaje manufacturado, un paisaje cultural, ya lo recordaba Pierre
Francastel y lo trajo a colación en el campo de la arquitectura, dándole un énfasis fenomenológico, su discípulo Rogelio
Salmona:

“Las modelaciones arquitectónicas, a través del espacio y del tiempo, hacen del paisaje, en cada momento, la cristalización de un hecho cultural
e histórico. La arquitectura, una vez más actuando como mediadora, pone en evidencia el paisaje y sus posibilidades ocultas”. 11

Paisajes primigenios: la primera naturaleza

“Todo lo bueno de la naturaleza y el mundo se halla en ese momento de transición”. 12

Hablar de la existencia misma de una naturaleza original, o bien de un paisaje primigenio sobre la Tierra, puede ser
considerado como algo absolutamente ilusorio, luego de 10000 años de historia humana y más de dos siglos de intensa
y exponencial explotación del planeta Tierra como ‘fuente de recursos’, en la agresiva transformación del medio ‘natural’
con fines esencialmente económicos, que es eje del paradigma de la civilización llamada ‘tecnológica’ hoy prevalente. Más
allá de la muy reciente, quizás insignificante historia humana (y aun si desapareciésemos de la faz de la Tierra) el paisaje
‘natural’ se encuentra en constante transformación, considerándolo al menos en tiempo geológico. 13 La condición de
cambio o transformación del paisaje es quizá su única constante, así como su última e inevitable disipación. El paisaje es
un ente vivo.

La existencia de una supuesta naturaleza intocada por la mano del hombre así como la situación hoy impracticable de un
retorno a una naturaleza original o primigenia, no exoneran de la reflexión y de la acción sobre esa “Primera Naturaleza”
una vez que se introduce la conciencia humana sobre el cambio de lo natural (por acción humana o bien exento de esta)
y se adquiere por lo tanto un sentido de responsabilidad, ulteriormente ética, sobre lo que (conceptualmente al menos) se
considera, es lo natural. Afortunadamente para el planeta y la humanidad, la conciencia y el reconocimiento de las
implicaciones de la acción humana sobre los sistemas vivos del planeta se convierten cada día más en un paradigma
ecológico de cambio positivo a nivel global que se traduce en lo que podría llamarse un nuevo humanismo, un
humanismo descentrado para algunos y, para otros, un post-humanismo. El reconocimiento de la humanidad de ser a
una vez los agentes indudables de mayor impacto y la conciencia del conjunto de sistemas vivos de nuestro planeta es lo
que cuenta. Si bien esta nueva consideración tiene un componente científico, esta no ha de reducirse a un nuevo
positivismo; a una nueva formulación racional. El legado de Gastón Bachelard, quien transitó de la filosofía de la ciencia
moderna (positivismo científico) a una exploración ulterior en la poética que finalmente clama por un nuevo humanismo,
un “humanismo subversivo”14 puede ser vista como elemento central a un nuevo paradigma —para muchos llamado
“ecológico”—de reciprocidad entre la humanidad y el mundo físico o entorno. Mary MacAllester Jones ofrece una
interpretación de los escritos de Bachelard precisamente en tal sentido. No obstante, el problema de cómo nombrar este
nuevo paradigma se vuelve más bien un asunto semántico, frente a la urgencia de dar un giro a la actitud de las formas de
civilización predominantes que consideran este mundo-lugar” (la Tierra) simplemente como un “stock de recursos”.15

10 Véase: Manufactured Landscapes (documental), Jennifer Baichwal (director), fotografía de Edward Burtynsky: Canadá, (2006).

11Rogelio Salmona, conversación transcrita en: Claudia Arcila, Tríptico rojo: conversaciones con Rogelio Salmona, Bogotá: Taurus, 2008.(151)

12Ibid, (171). La cita es de R. W. Emerson.

13 Un ejemplo local relevante al respecto se encuentra en el estudio sobre la historia y transformación del paisaje de los cerros de Bogotá se encuentra
publicado en: CIFA (Universidad de los Andes) Cerros de Bogotá, Bogotá: Villegas Editores, 2000.

14 McAllester Jones, M. (1991). Gaston Bachelard Subversive Humanist. Madison: The University of Wisconsin Press.

15 Se usa el términoderivado de lasreflexionescontenidas en el texto de Martin Heidegger, “Building Dwellling Thinking…Poetically Man
Dwells“ [extractos en]: Neil Leach, Rethinking Architecture; a Reader in Cultural Theory. New York, Routledge, 1997, pp.100-119.
Tercera naturaleza: el jardín, objetivo último de la acción del hombre sobre el paisaje

“Los jardines que han agraciado nuestro mortal Edén, son la mejor evidencia de la razón de ser de la humanidad sobre la Tierra” 16

Fruto de la acción, consciente y estética, del hombre sobre el mundo físico surge, como satisfacción de una necesidad
muy humana, si bien compleja y refinada, el Jardín; a este se le puede considerar, siguiendo también las enseñanzas de J.
Dixon Hunt, una “Tercera Naturaleza”, podría decirse que humanada, intencional y poética. En un sentido amplio,
podría agregarse a lo dicho por Hunt y en un sentido amplio, que toda arquitectura ha de aspirar a la condición de un
jardín, ya que el jardín representa la voluntad del hombre por crear (¿o re-crear quizás?) la experiencia del paraíso en la
Tierra.

Puede decirse entonces que el jardín tiene una función poética, y estética por ende, en relación con la transformación
general, e indiscriminada a veces (poco consciente o responsable con el medio ‘natural’ o construido), que representa el
“Alteram Naturam” de Cicerón o Segunda Naturaleza. Es la relación entre el Jardín y el Paisaje Cultural, análoga quizás a
la relación que la poesía tiene con respecto a la escritura en general, que en sus orígenes tuvo por objeto simplemente lo
prosaico; llevar una contabilidad o hacer un recuento. Es pues el Jardín equivalente a un poema. La experiencia de un
poema transporta (todos los sentidos incorporados) a un lugar alternativo, por fuera de la realidad ordinaria. El Jardín
produce en quien lo vive un efecto similar, si bien el primero acontece en tiempo real y en el mundo físico, mientras que
el segundo ocurre en la realidad paralela que es el lenguaje escrito. Como bien lo anota Robert Pogue Harrison […] “para
la cultura occidental, cuan frecuente ha sido el Jardín, real o imaginario, un santuario para la locura y tumultos de la
historia.”17 En un sentido práctico, en el mundo contemporáneo, el Jardín puede representar la función ideal y ultima del
paisajismo, mejor descrito bajo el término más incluyente de Arquitectura del Paisaje. El jardín es entonces paisaje
construido con una intencionalidad poética (que es estética a la vez). A tal intencionalidad particular puesta sobre el
simple acto constructivo puede llamarse en principio “Arquitectura”, siguiendo la distinción tradicional entre simple
construcción y arquitectura, basada, no solo en la intencionalidad (que no constituye en sí una razón suficiente) sino en
ultimas reflejada en unos contenidos éticos y estéticos del hecho construido, e incorporan ellos una poética del habitar
humano.

3.    Objetivo
Comprender contemporáneamente el paisaje desde la idea de naturaleza de modo que permita interpelar por el equilibrio
ambiental, la relación con el territorio y la sacralización de esta noción desde un enfoque fenomenológico a partir de
investigaciones de interpretación histórica.

4.    Justificación
La crisis medio ambiental, la consciencia sobre la transformación cultural del territorio y los debates contemporáneos de
la práctica en arquitectura han favorecido que la reflexión sobre el paisaje adquiera una mayor relevancia. La emergencia
de estudios culturales han permitido diversos enfoques que exigen interpelar desde el campo disciplinar de la
arquitectura las presentes reflexión de modo que permitan abordar el problema de forma integral e interdisciplinar.

5.    Área del conocimiento


Arquitectura y teoría, historia y crítica de la arquitectura

6.    Núcleos de problemas


En términos de su fundamento epistemológico, la línea denominada Paisaje, Lugar y Territorio gira en torno a los tres
conceptos o tipos esenciales de paisaje anteriormente esbozados, a sus diversas manifestaciones en el contexto actual e
histórico (local y regional, en forma principal más no exclusivamente) y a los numerosos puntos de encuentro que estos
tres conceptos de paisaje tienen entre sí. Cabe anotar aquí, de forma significativa que existe una correspondencia directa
entre las tres categorías o tipos de paisaje que estructuran el enfoque de la línea y tres de las categorías conceptuales

16Traducción de Carlos Rueda del original en inglés: Robert Pogue Harrison, Gardens: an Essay on Human Condition. Chicago, the University of Chicago
Press, 2008, p. x

17 Ibid, p. ix
estructurantes de la Maestría en su conjunto: territorio, sostenibilidad y diseño, y en esta medida articulan las principales
preocupaciones investigativas de la línea, a continuación se describen las sublíneas que la conforman:

La línea de Paisaje, Lugar y Territorio ha definido tres sublíneas de investigación que corresponden a los núcleos de
problemas. Los núcleos propuestos están en correlación con las diferentes escalas de la arquitectura y del paisaje, y
permiten establecer vínculos con las otras líneas de investigación del programa desde el territorio, la sostenibilidad y el
diseño o la prefiguración.

Territorio y paisaje cultural

El concepto de paisaje Cultural, como ‘segunda naturaleza’, entra en correspondencia con la noción de ‘territorio’.
Paisaje cultural y territorio redondean una preocupación central sobre el Homo faber, su hacer y su formalización y
materialización como hacedor del mundo ¿Cómo y porqué transformamos el mundo existente y el llamado medio
‘natural’ desde la perspectiva del paisaje que finalmente construimos? y ¿Cómo una acción sobre el planeta, considerada
esencial para la vida humana, puede ser más consciente de su impacto o ramificaciones, más allá de intereses directos o
inmediatos? Es esta una pregunta filosófica; abierta a argumentaciones diversas que, en el enfoque de esta línea se
percibe emparentada con los cuestionamientos más generales y de amplio espectro sobre los límites éticos de la
tecnología y del hacer material que plantea el sociólogo Richard Sennett, crítico e investigador de la llamada sociedad
tecnológica.18

Sostenibilidad y paisaje natural

La toma de conciencia sobre una ‘primera naturaleza’, hipotética naturaleza intocada, representaría a su vez las
preocupaciones por los sistemas vivos, su preservación y restitución de un deseable balance, propios del paradigma
actual de la así llamada sostenibilidad, tema que a su vez constituye otro de los ejes transversales de la maestría. Se hace
énfasis en que las indagaciones y preocupación por la acción humana sobre el paisaje ‘natural’ (como ecología),
configuran sub-campos, distintos más complementarios e interdependientes, de una aproximación holística al paisaje
como lugar, espacio existencial de la humanidad sobre la Tierra. Se problematiza entonces al interior de la línea en
paisaje la toma de conciencia y la manipulación del medio existente; la preocupación por la sostenibilidad hace parte
integral de los estudios sobre el Paisaje Cultural.

Diseño: la Arquitectura del paisaje

En el contexto de la Maestría en Arquitectura, es el jardín—se dijo anteriormente— quien representa esa ‘tercera
naturaleza’, como metáfora y realización concreta, en sus dimensiones ética y estética. Es a esta ‘tercera naturaleza’ que
podemos propiamente llamar Arquitectura del Paisaje. Al ‘jardín’ como metáfora le corresponde entonces la
preocupación particular por el diseño.

Un cuestionamiento significativo que surge en el caso de la Arquitectura del paisaje es ¿cómo se traducen prácticas
culturales y valores en forma construida? y a su vez de este se deriva la pregunta por ¿cómo las matrices, culturales y
físicas—referidas estas últimas al concepto fundamental de “sitio como un todo potencial”19 que incluye tanto sus
determinantes geográficas como su historicidad y la posterior reformulación imaginativa de este como nuevo lugar—se
articulan y adquieren forma? La arquitectura del paisaje gira entonces alrededor de la formalización o prefiguración de
las intenciones ético-poéticas y su materialización ulterior por medio de los procesos complejos de toma de decisión,
ensamblaje y/o composición que comúnmente llamamos diseño. Guillaume Apollinaire viene a lugar, al concluir este
apartado sobre el paisaje como diseño, al sugerir que hemos de “preparar a la hiedra y al tiempo una ruina más bella que la

18 Véase en particular, Sennett, R. (2009) El Artesano. Barcelona, Editorial Anagrama.

19 Se adopta aquí (en términos literales) la concepción integral acerca del concepto de sitio de David Leatherbarrow. Leatherbarrow, D. (1996). The
roots of Architectural Invention: Site, Enclosure, Materials. Journal of the Society of Architectural Historians, 55(2), 187–189.
anterior”20. De su parte, Robert Smithson a su vez pareciese secundarlo al indicar que, en última instancia “Los Jardines de
la historia se convierten en los sitios del tiempo”. 21

7.    Nivel de desarrollo o alcance de la línea


Es una de las líneas de énfasis y de investigación de la Maestría en Arquitectura y del programa en Arquitectura. Se han
desarrollado proyectos de grado en pregrado, en proyectos de investigación de la Maestría en Arquitectura, y en un
conjunto de investigaciones desde el proyecto de Sendas de la Modernidad en publicaciones bilingües e internacionales.

8.    Enfoque de investigación


El enfoque dominante de la línea es fenomenológico, y las investigaciones que se han desarrollado desde una
estrategia investigativa de interpretación histórica principalmente, sin excluir en modo alguno otras
aproximaciones al paisaje como un problema de transformación cultural y de la construcción social del
territorio. De otro lado, el enfoque holísitco que ha propuesto la línea permite desarrollar diversas
investigaciones alrededor de la noción de paisaje como eje de las mismas.

En términos del fundamento epistemológico, la línea de paisaje, lugar y territorio gira en torno a los tres
conceptos o tipos esenciales de paisaje anteriormente esbozados (las tres naturalezas), a sus diversas
manifestaciones en el contexto actual e histórico (local y regional, en forma principal más no exclusivamente)
y a los numerosos puntos de encuentro que estos tres conceptos de paisaje tienen entre sí.

9.    Sistema de evaluación o retroalimentación


Periódicamente desde los procesos de revisión curricular y de atuoevaluación. Estos procesos han permitido una mayor
coherencia con la declaración de investigación de la institución, y al mismo tiempo interpelar con comunidades
académicas internacionales. También se ha tenido en cuenta las evaluaciones de los aires en los procesos de publicación
de los resultados de investigación.

20 Apollinaire, G. (2004) The Cubist Painters (traducido del francés por Peter Read), Berkeley, Ca., University of California Press, pp. 81-82. Este
aforismo se convertiría en una referencia conceptual recurrente en la obra del arquitecto colombiano Rogelio Salmona, quien lo transcribiese a mano
(de su versión francesa original) y lo conservase como ‘estandarte’ en su estudio taller hasta su muerte.

21 Citado por David Leatherbarrow. Leatherbarrow, D. (2004) Topographical Stories; Studies in Landscape and Architecture, Philadelphia: University
of Pennsylvania Press, p.59.
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