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El ciclo mitológico irlandés y la mitología céltica de Henri d'Arbois de Jubainville, brinda de

manera relativamente amable un compendio de historias y leyendas pertenecientes al


pueblo “keltoi” que ocupó los territorios insulares y se caracterizó por ser el último
reducto de las creencias precristianas así como principal bastión ante la invasión del
imperio romano pagano antes de la oficialización del culto monoteísta a manos del
emperador Constantino I, hacia el 313 a.e.v.c.*

La perspectiva planteada por d'Arbois establece un paralelo entre los mitos helenos y
célticos lo que es un fiel producto de su época en donde los aportes de la filosofía de los
primeros marcaban la pauta, no obstante esto no le hace necesariamente contributivo en
el entendimiento y/o conocimiento de los mitos de la Isla Esmeralda que se enriquecen
debido al contraste ocasional con diversos mitos de origen indoeuropeos. Es menester
tener presente que en repetidas ocasiones el autor se contradice al suponer que
compartir características entre dos o más divinidades de culturas diametralmente
diferentes les hace homólogas, lo que hace de la lectura un reto a la paciencia y la
constancia…

A lo largo de su obra De Jubainville establece paralelos en primera instancia razonables


entre divinidades griegas y celticas que a medida que avanza son marcadamente básicos
cuando no son encajados a la fuerza e incluso su postura no termina por desarrollarse,
quedando en el aire mientras genera confusión del porqué se establecía como sucede en
el caso de la figura de Tigernmas que es mostrado como una divinidad de muerte y a su
vez como desdoblamiento del dios Cromm cruach.

Dentro de los primeros postulados se encuentra una serie de razas que pueblan el
territorio junto a su transformación según se dan sus avances en la colonización del
mismo. Esto es relativamente cierto en cuanto al contexto irlandés no así al revisar al
detalle la mirada helena. La cosmogonía griega establece en cuanto a la raza humana un
proceso de creación y extinción del género que con el tiempo supuso el “hacerse dueño
del mundo” y no su aparición de manera espontánea como sucede en la cosmogonía
celta, siendo esto el primero de una serie de puntos en los cuales diverge una de la otra.

Para el camino griego, este proceso se conoce como “Edades del Hombre” mientras que
para el irlandés ha sido llamado “Invasiones”, cinco en su totalidad que se vinculan al
diluvio universal relatado en la mitología judeocristiana y cuyo único soporte es el interés
de escribas cristianos que quisieron rescatar estas historias pasadas de boca a oído
encontrando en la cristianización no sólo la manera de conservarles sino una oportunidad
para filtrar su culto en tanto que para los clásicos este periodo de aparición, degradación
y extinción corresponde una desmejora de la raza o pérdida de su partícula divina; para el
contexto galo es un proceso evolutivo, al menos desde el abordaje que da De Jubainville.
Antes de continuar con el presente texto es necesario hacer énfasis en la omisión de los
trabajos evemeristas pues sería una extensión innecesaria y un distanciamiento del
objetivo: el conocimiento de la cosmogonía celtica para el grado bárdico de la tribu, la
vinculación con la práctica espiritual y el enriquecimiento de La Leabharliosta de Lafrion.
No está de más recordar que los evemeristas pretendían ubicar los hechos mitológicos
dentro de un contexto histórico verificable que termina siendo dudoso o forzado en el
mejor de los casos, algo tan cierto para los goidelos como para el 100% de las mitologías,
sean judeocristianas, hinduistas, babilónicas, sumerias, etc.

Dentro de los esfuerzos evemeristas se incluye la vinculación a un linaje bíblico debido a la


ausencia de una genealogía surgida en la isla que permita establecer vínculos aceptables y
comprobables siendo el patriarca judío Noé el enlace más directo, facilitando así el
proceso de conversión/sincretismo, reducir el carácter divino de las razas a uno más
mortal o corriente pero no menos relevante para los intereses expansivos del cristianismo
en el menor de los casos, cuando no son tomados como demonios, los principales
antagonistas del cristianismo en sus diversas falanges.

Tochomlada o “emigraciones” es el título adjudicado al capítulo que contiene siete de las


13 piezas consideradas por el autor como fundamentales para el ciclo mitológico irlandés,
éstas siete contienen el carácter netamente mitológico a saber:

1. Tochomlod Partholoin dochum n-Erenn, emigración de Partolón a Irlanda;


2. Tochomlod Nemid co h-Erind, emigración de Nemed a Irlanda;
3. Tochomlod Fer n-Bolg, emigración de los Fir-Bolg;
4. Tochomlod Tuathe De Danann, emigración de la nación del dios de Dana o de los Tuatha
De Danann;
5. Tochomlod Miled, mate Bile, co h-Espain, emigración de Milé, hijo de Bilé, a España;
6. Tochomlod mac Miled a Espain in Erinn, emigración de los hijos de Milé de España a
Irlanda;
7. Tochomlod Cruithnech a Tracia co h-Erinn ocus a tochomlod a Erinn co Albain,
emigración de los pictos de Tracia a Irlanda y de Irlanda a Gran Bretaña.

A su parecer, las razas que poblaron Irlanda son de origen divino y humano, siendo esto
uno de los primeros puntos que impiden desarrollar limpiamente un paralelismo de las
dos mitologías, ya que en primera instancia el ciclo mitológico céltico nos presentan un
proceso evolutivo de cada una de las migraciones hasta llegar a lo que se considera como
dioses de la luz, el orden, el conocimiento y el bien, los Tuatha De Danann y a su vez
antepasados de buena parte de las familias nobles que poblarían posteriormente la isla
siendo esto motivo de orgullo en algunas ocasiones o señal de su presente trágico.
Igualmente el autor no se detiene en mayor medida sobre los primeros pobladores,
catalogados como dioses del caos y la oscuridad, los Fomoré, también divinidades, estas
de carácter primigenio, vinculadas a las fuerzas primales de la naturaleza y como tal se
alejan de las concepciones humanas y monoteístas de bien y mal pero cayendo en el
saco de “lo malo” o “adverso” pero que a lo largo de las historias se muestran como
vitales para conservar el favoritismo del territorio e incluso llegando a acuerdos,
intercambios y matrimonios, algo que jamás sería aceptable dentro de la religión
judeocristiana, al menos dentro de la interpretación más tradicional, lo que llamaría
religión del pueblo que diciente del ejercicio religioso del clero.

De acuerdo a d'Arbois, no hay un proceso creativo del mundo o el universo de una manera
tradicional desde la perspectiva irlandesa, este fluye, cambia, se expande, fluye y refluye
desde la exploración de las diferentes razas que llegan a ocupar la isla, lo que establece la
existencia de un mundo inacabado. En el inicio, se trata de una gran llanura con tres lagos
principales y nueve ríos a la llegada pero que con el desembarco de Partolón cambia a
favor de estos sin dejar de ser caprichoso al punto de jugar en contra de quienes acogió, lo
que establece que la isla es un ser consciente no conquistable, su favor debe ser ganado y
fácilmente puede perderse.

Al llegar Partolón, Irlanda pasa a contar con 3 llanuras más y siete lagos en total; si algo
nos ha enseñado el abordaje de la mitología desde una mirada crítica es que este no sólo
expone los sucesos de manera digerible para la masa, acuña la historia de un grupo
humano y brinda una lección de vida sino que guarda profundos secretos a la espera de
ser identificados por quienes buscan la conexión con lo divino y para el caso, esta
particular cosmogonía nos muestra uno de los siete principios establecidos en el Kybalion,
el principio de correspondencia ya que con cada invasión el territorio cambia, se expande
y se reconfigura de acuerdo al nivel evolutivo de cada clan, de esta manera el
microcosmos de los clanes afecta el macromosmos/territorio: una llanura, un cuerpo; tres
lagos, tres calderos; nueve ríos, nueve duiles; que con cada invasión cambian, se
multiplican como si de nuevos niveles de consciencia se tratasen, inevitables según
exploramos el territorio que poblamos de la manera más próxima, el cuerpo.

Otro coqueteo arcano lo podemos identificar cuando el ciclo mitológico nos indica que
“La única llanura que existía en Irlanda se llamaba Sen Mag, ‘la vieja llanura’. Cuando
llegaron Partolón y sus compañeros, en ella no crecía raíz ni rama de árbol”…
conviniendo que la llanura sea una referencia al cuerpo como el mundo conocido más
próximo y que a partir del trabajo de Partolón y sus hijos se dio el crecimiento y el avance
de la isla ¿Deberíamos entender que el mundo se crea según me hago consciente de mi
entorno y que según se avanza en la senda nuestros Coire/lagos, ríos/duiles, nuestra
llanura/cuerpo, cambiaran en función de los nuevos niveles de consciencia, conocimiento
y experticia? Principios de vibración, ritmo y causa y efecto.

Abordar cada una de las invasiones y guerras entre las razas o tribus de Partolón, Nemed,
Fir Blog, Tuatha De y los Fomoré es un proceso complejo y extenso que en sí mismo
entraña referencias sutiles a un proceso evolutivo producto del trabajo de la consciencia
propia y reconocimiento del poder que guarda el territorio, ya sea el cuerpo o las lindes
del reino medio o de la tierra y es justamente esto lo que sigue abriendo una brecha en los
vínculos establecidos por el arqueólogo e historiador. Partolón y su gente son equiparados
por el autor como el homologo celta de la raza de plata helena, segunda raza en el orden
de las edades del hombre, que cayó a manos de Zeus debido a los ardides de los daimones
que les alejaron de la adoración de la familia Olímpica según Hesíodo en su obra Trabajos
y días; es en esta raza que empieza la degradación humana mientras que en el orden
irlandés la de Partolón es la primera en un proceso transformativo.

Otras situación que destaca es el cambio de forma o shapeshifting que adquiere especial
relevancia en la persona de Tuan Mac Cairill cuya metamorfosis tiene lugar durante
periodos de cercanía a su hogar o territorio particular que bien puede hablarnos de la
necesidad de volver la mirada al mundo interior, al microcosmos, al caer a través de la
naturaleza propia. Este proceso metamórfico sucedido a saber: hombre – ciervo – jabalí –
buitre/águila – salmón - hombre, tiene lugar tras tres días de ayuno en el caso del menor
lapso de tiempo y el restante en múltiplos de 3, un número inevitablemente vinculado al
mundo céltico.

Ésta restricción es algo común en los trabajos teúrgicos o taumatúrgicos como


preparación del cuerpo para alcanzar los objetivos propuestos y para Tuan supone
atestiguar todas las invasiones que dieron lugar a la historia de Irlanda, lo que tomó un
total de tres siglos. Previo a su retorno como humano, Tuan adopta la forma del salmón, el
animal por excelencia vinculado al conocimiento y la sabiduría en el mundo celta y esto,
tanto el proceso metamórfico en general como la sucesión de las formas animales desde la
perspectiva celtica misma, toda vez que el autor la califica como deshonrosa al hacer el
paralelo de Tuan con la historia de Fintan y Cessair, en donde el primero vive miles de años
y se supone pertenece a una invasión previa a la de Partolón y que no deja de tener
inclusiones bíblicas al establecer vinculo de Cessair con Noé al ser esta su nieta.

El catalogar de esta manera el proceso metamórfico es una postura claramente oriental


ya que no es en sí misma la metamorfosis lo que censura sino la transformación en
animales “Evidentemente, Fintan es un desdoblamiento de Tuan; pero aunque lo copia, resulta superior a
aquél en todos los aspectos. No sufrió deshonrosas metamorfosis; su alma no habitó en cuerpos de
animales; y, mientras que Tuan sólo vivió 1.500 años, Fintan llegó a los 5.000. Si Irlanda ya estaba orgullosa
de Tuan, cuánto más no lo estaría de haber sido habitada por un hombre tan prodigioso como Fintan.”
Dicha situación no deja de ser bastante curiosa ya que la mitología que usa para comparar
nos enseña relatos en donde la metamorfosis puede ser tanto castigo como acto piadoso
de los dioses hacia los humanos.

De acuerdo a las historias concernientes a Fintan, asistimos nuevamente a sucesos que


podrían ser enseñanzas de corte esotérico ya que este es citado a intervenir en calidad de
testigo en un proceso entre el rey Diarmait, hijo de Cerball y la descendencia del rey Niall.
El proceso adelantado entre ellos se resumía en la extensión de los dominios reales de
Tara y que jugaba en contra de los segundos por lo que se solicitó la intervención de los
hombres más ansíanos e inteligentes de la isla dentro de los que se contaba con la
presencia del conocido Tuan Mac Cairill pero ninguno de estos se pronunciaron hasta no
oír a alguien considerado por encima de ellos, Fintan, quien estuvo presto a contar su
historia personal, la de Tara y a dar un ejemplo a pedido de quienes le oían.

Aunque el relato de Fintan -que se puede consultar en el documento objeto de análisis en


el tercer párrafo de la pag 34 en la versión PPDF- no da un prueba puntual de su
conocimiento y su extensa vida, no deja de llamar poderosamente la atención que su
relato tiene como principal personaje la existencia de un tejo plantado por él que fue
convertido en 49 recipientes distribuido en 7 tamaños diferentes y por cada tamaño
habían 7 recipientes diferentes. Un número tan particular y cargado de simbolismo en
primera instancia cristiano y en segunda céltico al ser un número impar, una cifra
perfectible, recibe igualmente la carga simbólica del origen de la madera, un tejo, símbolo
de muerte y renacimiento ¿Por qué un pagano céltico en constante contacto con la
naturaleza hablaría de la muerte de este árbol cuando es sabido que por tradición se
considera como inmortal?

Desde siempre el tejo se considera inmortal debido a su longevidad documentada desde


2000 y hasta casi 5000 años. A fecha de hoy en Asturias y Escocia se tiene registro de tejos
cercanos a los 2000 años, mucho más longevos que el mismo Fintan. Teniendo en cuenta
esto y lo curioso del proceso regenerativo del mismo: su interior es completamente hueco
y desde allí una raíz desciende hasta llegar al suelo, se enraíza generando un tronco nuevo
mientras que el externo se seca, en resumen un proceso de renacimiento continuo ¿No es
el relato susceptible de tomarse como conocimiento arcano limpio de influencias de otros
saberes mágicos a la espera de ser rescatado y encumbrado?
Tochomlod Nemid co h-Erind, emigración de Nemed a Irlanda

Retomando el tema de la transformación del territorio con cada invasión así como el
paralelo establecido por d'Arbois frente a la mitología griega, con la llegada de Nemed
aparecen cuatro lagos más y doce nuevas llanuras, obteniendo así: 12 lagos y 15 llanuras
en total hasta ese momento lo que podría hablarnos, si la hipótesis de enseñanzas
esotéricas se sostiene, de 9 puntos de contención/ proyección energética adicionales a los
tres principales, los coire, secundados por tres formas de manifestarse o expresarse la
energía contenida: creación, destrucción y manifestación.

Las 14 emanaciones del cuerpo/llanura surgidas de la llanura inicial la cual actúa como la
existencia misma sería uno de esos puntos en dónde el postulado de una enseñanza
velada o bien se derrumba o hace parte de un misterio no comprendido o desvelado en su
totalidad y que se ve afectado por la transmisión del conocimiento de boca a oído o bien
un intento de explicar la geografía de la isla y vincularla al pasado mítico. Siguiendo la
línea, uno de los lagos/coire surge tras la excavación de una fosa para el fallecido de uno
de los hijos de Nemed, Annenn, por lo que el lago surgido pasó a llamarse Loch Anninnn
¿caso una insinuación del abandono de la forma material al acceder al supuesto nuevo
estado de conciencia? ¿El abandono de una vestidura por otra al saberse evolucionado,
ascendido, mejorado?

Los Fomoré, los dioses primigenios

El autor aborda a esta oscura raza de divinidades de manera somera pese que bien
pueden ser tomados como los primeros pobladores de la isla; establece una comparativa
que carece de toda lógica al equiparar su forma física con monstruos alejados de todo
concepto de divinidad o incluso pasa por alto que se traten fuerzas de la naturaleza
encarnadas.

Otros epítetos y/o vinculaciones que se da a este pueblo es: raza de Caín ya que se les
describe como dotados de un solo brazo, una sola pierna y cabeza de cabra gigante, algo
que bien podría ser una referencia simbólica a su esencia divina primigenia, cómo la raza
titánica del mito heleno que pese a su tamaño desmesurado y sus maneras crueles como
es el caso del titán cronos quien devoró a los que serían a futuro sus hijos olímpicos, no
dejaban de estar investido de conocimientos divinos, gustos refinados, pero capaces de
desplegar un poder, fuerza y “maldad” avasalladora.

Con el abordaje de la raza Fomoré que no es tomada como una migración al tratarse de
habitantes previos a la conformación de la isla se retoma de una manera más activa pero
débil en los puntos de conexión, el paralelo galo – heleno iniciando con el ídolo del dios
oscuro y torcido conocido como Crom Cruach o Cenn Cruach y el sacrificio de niño de
Irlanda como propiciatorios de buenas cosechas con el tributos hechos a la isla de creta
consistente en la entrega de 14 jóvenes, 7 hombres y 7 mujeres para alimentar al
minotauro el cual no trasciende más allá y pasa por alto la naturaleza de cada uno de los
personajes: uno divino y propiciador de la fertilidad de la tierra y el segundo surgido como
castigo y oprobio por el intento de engañar al dios Poseidón.

Así mismo se aborda el vínculo de Tigernma como divinidad de la muerte y


desdoblamiento de Crom Cruach sin establecer de manera el porqué del vínculo, la historia
de la torre de Connan y su paralelismo como la historia de Odiseo, rey de Ítaca las cuales
tienen un único punto de similitud: el acceso de un único hombre a la isla donde se ubica
la torre o la limitante de acceso a unos cuantos elegidos. De igual manera se traza una
nueva conexión de la tribu Fomoré también llamada “dioses de Domnann” con la raza Fir
Blog, pertenecientes a la tercera migración mediante una comparativa entre dioses de luz
y dioses de oscuridad, dioses buenos y dioses malos, dioses del día y dioses de la noche.

A partir de este punto se aborda los apartes más destacados de la mitología de la verde
isla en donde interactúan la raza Fomore con Firbolg y los Tuatha de Dannan y se abre
un curioso abanico de comparaciones con la mitología griega igual o más endeble que los
previos dando por descontado el concepto de vínculos entre unos y otros personajes
siendo estos vínculos más de tipo anecdótico. Valga aclarar que cada emigración tuvo
lugar en un día específico y que guarda especial relevancia tanto para el actual paganismo
así como las cultos hegemónicos: el 1 de mayo.

La primera de las historias abordadas es la de la reina Firbolg Tailtiu quien sería madre
nutricia del más alto de los dioses de la tribu de Dannan: Lug y quien instauraría una de las
grandes fiestas del paganismo irlandés: la Asamblea de Lug que correspondería no sólo
una festividad donde se pondría a prueba las habilidades y destrezas de quienes
conforman las tribus como no podría ser de otra manera al recibir Lugh el epíteto de
“Samildanch” o maestro en todas las artes sino que sería un tributo a su madre adoptiva
quien en un momento de escases se sacrifica al preparar los campos para saciar el
hambre de la tribu siendo así una manifestación del territorio como diosa de la tierra y la
fertilidad.

Es dentro de este grupo de relatos que se encuentran los sucesos de la primera batalla del
Mag Tured en donde los Firbolg seden los territorios de Tara a los Tuatha de reservándose
para sí Connaught, también se presenta el cruel reinado del Fomoré Bress, hio de Elatha y
esposo de la diosa Tuatha de Brighid y quien recibe dentro de sus epítetos se cuenta el
“hermoso” lo que contrasta con las descripciones iniciales de su estirpe. El reinado de
Bress destacó por ser uno donde la carencia y el hambre fueron una constante por lo que
fue depuesto generando así la conocida segunda batalla, esta vez entre el pueblo De
Dannan y Fomoré. Es durante el desarrollo de esta historia que D’arbois echa mano de
otras mtologías para validar su proceso comparativo para lo cual se sirve de lamitología
romana, escandinava y alemana debido a los relatos concernientes a una espada
contadora de historias o ell particular culto de los germanos a estos objetos.

Una vez más se hacen patentes las contradicciones deñl texto y lo inoficioso que puede
llegar a ser una homologación de cosmologías, cosmogonías y divinidades de diferentes
culturas ya que el autor plantea la raza de los De Dannan como la versión insular de la
raza de oro de la mitología griega al tiempo que los cataloga xcomo entidades de origen
divino, algo que estpa lejos de ser una posibilidad dentro de los relatos helenos. Tambien
asisitimos al posicionamiento de Bress como una suerte de primer dios que gobernaba
sobre la raza de oro, un Cronos irlandés que es derrocado por sus vasallos, los Tuatha de,
tras recibir la satira del druida Corpré y la soberanía le es arrebatada “ Bress es idéntico a
Cronos, pero se trata de un Cronos incompleto, ya que, si bien es el rey del mundo en la época de la raza de
oro, no es en cambio rey de los muertos, y no vemos que haya combatido en la batalla de Mag Tured, como
lo hizo Cronos en la batalla de los dioses contra los Titanes.”

De esta manera el historiador omite sin pudor que su paralelo no respeta las características de cada mito, su
contextoy gerarquia. Adicional a ellos esta suerte de >Cronos parece disperso dentro de otros personajes
que encarnan segundas, terceras y hasta cuartas divinidades al emncionar que Tigernmas no sólo sería un
desdoblamiento de Crom Cruach sino que también sería …“un desdoblamiento de Balar: como aquél, por
medio de Ethné o Ethniu, es abuelo de Lug, el Hermes céltico; y constituye asimismo un desdoblamiento de
Bress y de Tethra. Tigernmas es uno de los nombres de Cronos en la leyenda irlandesa.” A lo que agrega que
“Pero no tenemos por qué preocuparnos de las combinaciones de la falsa ciencia que, al transformar en
anales la mitología irlandesa, cubrió de ridículo durante tanto tiempo a esas viejas leyendas célticas”
dejando en manos de los evemeristas los fallos asociativos planteados por este.
Al abordar la leyenda del fomoré Balar, abuelo del celebre Lugh y campeón deesta raza, se establece uno de
los paralelos más lógicos que se pueden encontrar a lo alrgo del texto y es el cerado entre el dios Hermes y
Lugh no sin omitir detalles del mito que determinan que el mismo sea forzado. Para el caso se sirve de
Argos

3. Tochomlod Fer n-Bolg, emigración de los Fir-Bolg;


4. Tochomlod Tuathe De Danann, emigración de la nación del dios de Dana o de los Tuatha
De Danann;
5. Tochomlod Miled, mate Bile, co h-Espain, emigración de Milé, hijo de Bilé, a España;
6. Tochomlod mac Miled a Espain in Erinn, emigración de los hijos de Milé de España a
Irlanda;
7. Tochomlod Cruithnech a Tracia co h-Erinn ocus a tochomlod a Erinn co Albain,
emigración de los pictos de Tracia a Irlanda y de Irlanda a Gran Bretaña.

una llanura, un cuerpo; tres lagos, tres calderos; nueve ríos, nueve duiles; que con cada
invasión cambian, se multiplican como si de nuevos niveles de consciencia se tratasen,
inevitables según exploramos el territorio que poblamos de la manera más próxima, el
cuerpo.

Al llegar Partolón, Irlanda pasa a contar con 3 llanuras más y siete lagos en total; si algo
nos ha enseñado el abordaje de la mitología desde una mirada crítica es que este no sólo
expone los sucesos de manera digerible para la masa, acuña la historia de un grupo
humano y brinda una lección de vida sino que guarda profundos secretos a la espera de
ser identificados por quienes buscan la conexión con lo divino y para el caso, esta
particular cosmogonía nos muestra uno de los siete principios establecidos en el Kybalion,
el principio de correspondencia ya que con cada invasión el territorio cambia, se expande
y se reconfigura de acuerdo al nivel evolutivo de cada clan, de esta manera el
microcosmos de los clanes afecta el macromosmos/territorio: una llanura, un cuerpo; tres
lagos, tres calderos; nueve ríos, nueve duiles; que con cada invasión cambian, se
multiplican como si de nuevos niveles de consciencia se tratasen, inevitables según
exploramos el territorio que poblamos de la manera más próxima, el cuerpo.

no obstante se puede entrever no deja de tener referencias que hasta cierto punto
justificarían el paralelismo establecido por D´Arbois pero destaca por encima de ello,
cómo se vincula su desaparición y remplazo por otra raza relativamente más desarrollada
como parte de un proceso evolutivo que se podría extrapolar al trabajo esotérico y sus
efectos en la corporalidad / territorio. La raza de Partolón es erradicada sin mayor
explicación que una plaga, misma situación que sucede con la raza de plata helena que es
diezmada

lo que podría interpretarse como el interactuar del territorio con los seres y
presencias que le pueblan. El autor manifiesta que en sus inicios a la llegada de
Partolón y los suyos a Irlanda estaba costituida por una única gran llanura

De las tres razas legendarias que, en la mitología irlandesa, corresponden a las


razas de oro, plata y bronce de la mitología griega, hemos estudiado hasta ahora a las
que ocupan los dos primeros puestos en el orden cronológico establecido por los
escritores irlandeses. El primer lugar le cupo a la familia de Partolón, idéntica a la raza
de plata de la mitología griega y, como aquella, caracterizada por su escasa
inteligencia. En castigo de un crimen, fue aniquilada por una enfermedad epidémica en
el término de una semana; análogamente, la raza de plata había sido precipitada en la
tumba por la legítima cólera de Zeus.

A continuación aparece la familia de Nemed, belicosa como la raza de bronce de la


mitología griega y que, como aquella, perece por las armas: la familia de Nemed fue
destruida en la matanza de la torre de Conann, cuando combatía a los Fomoré.
También su contrapartida griega, los hombres de la raza de bronce, arrebatados por el
ardor de la guerra, se degollaron mutuamente hasta perecer todos. 1 Así pues, las dos
primeras razas de la mitología irlandesa, es decir, la familia de Partolón y la de Nemed,
son idénticas a las dos últimas de las tres razas primitivas de la mitología griega. El
desarrollo ordenado de nuestra exposición parecería reclamar aquí el estudio de la
tercera de las razas míticas irlandesas, que corresponde a la primera de las razas
míticas griegas, ya que esta tercera raza, conocida con el nombre de Tuatha De
Danann, "gente de los dioses hijos de la diosa Dana", es idéntica a la raza de oro que,
según Hesíodo y Ovidio, habitó la tierra antes que las otras dos. En la mitología
irlandesa, en cambio, cronológicamente es la última de las tres razas de las que no
desciende la población histórica de la isla; sin embargo, tanto los catálogos de la
literatura épica irlandesa como los resúmenes en los que se nos presentan las leyendas
mitológicas irlandesas con la pretensión de que las tomemos por relatos históricos,
intercalan, entre la leyenda que concierne a Nemed o la segunda de las razas míticas,
y los relatos que cuentan la llegada de la tercera de ellas, es decir, los Tuatha De
Danann, una historia fabulosa donde vemos cómo se estableció en Irlanda una de las
razas que todavía ocupaban esta isla en el período heroico, es decir, en una época
donde, a la mitología pura, suceden los relatos legendarios de base histórica

genera

antes de la era vulgar cristiana


conservadas en los últimos reductos de las creencias precristianas en Europa las cuales
minarían inevitablemente el cristianismo tanto o más que escuelas clásicas como

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