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El autor argumenta que los niños, genios y locos no dudan en creer lo increíble, mientras que el resto de nosotros, con nuestros grandes cerebros pero pequeños corazones, dudamos y repensamos las cosas en lugar de avanzar.
El autor argumenta que los niños, genios y locos no dudan en creer lo increíble, mientras que el resto de nosotros, con nuestros grandes cerebros pero pequeños corazones, dudamos y repensamos las cosas en lugar de avanzar.
El autor argumenta que los niños, genios y locos no dudan en creer lo increíble, mientras que el resto de nosotros, con nuestros grandes cerebros pero pequeños corazones, dudamos y repensamos las cosas en lugar de avanzar.