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Grado 1 – Aprendiz

Primera Clase – Grado 1º – Primero de la Logia Simbólica


Eje simbólico: Viaje por los cuatro elementos y recepción de la Luz. La muerte y la
metanoia.
Palabra de pase: No hay.
Palabra sagrada: Boaz.
Edad simbólica: Tres años.
Marcha: Tres pasos hacia delante, partiendo con el pie izquierdo, y juntando los pies
a cada paso.
Orden: Estando de pie, con los talones unidos formando escuadra (el pie izquierdo
delante con la punta al frente), colocar la mano derecha abierta, con los cuatro dedos
unidos y el pulgar separado formando escuadra, debajo de la barba. El brazo izquierdo
tendido a lo largo del cuerpo.
Signo: Gutural o de reconocimiento: Estando al orden, retirar horizontalmente la
mano hasta el hombro derecho, haciendo ademán de cortarse el cuello, y
descenderla verticalmente a lo largo del costado describiendo una escuadra.
Toques: Tomarse mutuamente la mano derecha, cerrando los cuatro dedos, dejando
libre el pulgar, que se apoya sobre la primera falange del índice, dando en él, por un
movimiento imperceptible, tres golpes con la uña según la batería del rito.
Batería: Tres golpes iguales: ! ! !
Meditación: Viajes del Aprendiz. Visita al Interior de la Tierra y los pasajes por el
Agua, Aire y Fuego.
Decoración de la logia: Todas las Logias regularmente constituidas deben celebrar
sus Trabajos  en un local expresamente arreglado y solemnemente consagrado para este
objeto, que se llama Templo.
Siendo el Templo Simbólico una imagen representativa del Universo, afecta la forma de
un cubo, por corresponder esta figura al número 4, que simboliza la Naturaleza. Todo es
simbólico en él: los cuatro elementos, los cuatro puntos cardinales, la bóveda celeste
con sus numerosas constelaciones, el sol, la luna, los signos zodiacales y
cuantos objetos se hallan representados en su interior, todo se refiere simbólicamente al
mismo sistema.
La planta de este local es la de un paralelógramo, orientado en dirección del Oeste al
Este, cuyos cuatro lados se designan con los nombres de los cuatro puntos cardinales.
En su contorno se hallan repartidas doce columnas representativas de los doce signos
del Zodiaco, que sostienen una bóveda azul, tachonada de brillantes
estrellas. Circuyendo el recinto, a lo largo del friso, imagen de la eclíptica, corre un
grueso cordón anudado a distancias proporcionales, formando doce lazos cuyos
extremos rematados en dos borlas se apoyan sobre las columnas de la Orden.
Al Oriente se levanta un estrado o plataforma de proporciones adecuadas, elevado sobre
una gradería de cuatro escalones y cuyo frente o pretil está formado por una
balaustrada. En la parte central de esta plataforma se levanta sobre tres gradas otro
estrado de menores dimensiones, pero bastante espacioso para contener el sitial del
Venerable Maestro y el ara o el trono que tiene delante, resultando que este se halla
elevado a la altura de siete gradas sobre el nivel del suelo. El Trono está cobijado debajo
de un dosel, en cuyo fondo y en la parte alta se destaca un Delta o triángulo
resplandeciente que lleva, en caracteres hebraicos, el Gran nombre de Dios, tipo
simbólico de la perfección divina; emblema de la fuerza generadora de la Naturaleza y
de la Armonía que reina entre todos los cuerpos y cuyos lados, entre otras
significaciones simbólicas, representan los tres reinos de la naturaleza: el Pasado, el
Presente y el Porvenir, el Nacimiento, la Vida y la Muerte, Dios, Perfección,
Transformación.
En el fondo del Oriente, a ambos lados del dosel, en lo alto, se destacan sobre un
transparente luminoso, las imágenes de las dos grandes lumbreras del Universo, el Sol
y la Luna en su cuarto creciente: éste a la derecha y aquel a la izquierda del Venerable
Maestro. Delante del trono, y a conveniente distancia, hay un pedestal o ara llamado
altar de los juramentos. Sobre el primer estrado, junto a la balaustrada, a derecha
o izquierda del V:.M:., hay dos bufetes enfrente el uno del otro, para los hermanos
Orador y Secretario. A la derecha del Presidente se coloca el estandarte de la Logia, y
alrededor del hemiciclo las banquetas o asientos convenientes para los hermanos que
tengan derecho a ocuparlos o para aquellos a quienes se quiera, distinguir.
Sobre el altar del Venerable se coloca un candelabro con tres velas encendidas, una
espada, un pequeño mazo vulgarmente llamado mallete, y la carta patente constitutiva
de la Logia. Sobre el altar de los juramentos, se ponen un libro de la Ley y un compás y
una escuadra entrelazadas. Al Occidente se halla la puerta de entrada, junto a la cual hay
un asiento y una espada flamígera para el Guarda-templo interno.
A ambos lados de esta puerta, unos tres pasos hacia el frente, se levantan dos columnas
aisladas, de orden corintio, cuyos capiteles se hallan coronadas por tres
granadas entreabiertas, distinguiéndose cada una de dichas columnas por un nombre
misterioso, cuya inicial (J:. y B:.) llevan esculpida en el fuste.
Inmediato a estas columnas, al extremo occidental de los lados del Norte y del Sur del
Templo, se colocan sobre un pequeño estrado, el bufete y el sitial para los Vigilantes
con un pequeño mazo (mallete) de encina.
A ambos lados, a lo largo del Templo, de Oriente a Occidente, hay una o más filas de
asientos, a las que se da el nombre de Columnas. Los asientos de la izquierda forman
la Columna del Norte, que está destinada a los Aprendices y Compañeros; los asientos
de la derecha constituyen la Columna del Sur o del Mediodía y esta es la de los
Maestros.
Al extremo oriental de la columna del mediodía se halla el bufete del H:. Tesorero, y
frente a éste, en el lado opuesto, correspondiente a la columna del Norte, tiene el suyo el
H:. Hospitalario. El altar del Venerable y les bufetes de los Vigilantes y en muchas
Logias también, el de los demás oficiales, se hallan cubiertos de ricos y rozagantes
tapetes de terciopelo igual al del dosel, galoneado y guarnecido de estrellas y
pasamanería de oro o plata, según sea el color del rito. Así en el Rito Francés, cuyos
colores distintivos son el blanco y el azul, la tapicería está guarnecida de plata. En el
Escocés y otros ritos que la tapicería es carmesí, sus adornos son de oro.
La iluminación de los templos suele ser espléndida por lo general, sin que respecto a
este particular pueda decirse que se siga ninguna regla fija El ritual prescribe, pero, que
en todo templo deben destacar tres luces de obligación colocarlas, una al Este cerca de
las gradas del Oriente; otra al Oeste junto al Primer Vigilante, y la tercera al
Sur. Usualmente, estas luces, montadas en trípodes o candelabros, suelen agruparse,
junto al altar de los juramentos.

En el centro de la Logia, sobre el pavimento de mosaico, debe haber un cuadro que


contenga el trazado gráfico de la Logia. Este cuadro, pintado en tela, que se extiende
en el momento de abrir los trabajos y se retira tan pronto como terminan, debe
representar:
1)  Los siete peldaños del Templo (en ocasiones son tres los peldaños para hacerlos
coincidir con la edad simbólica del grado) y el pavimento de mosaico.
2) Las dos columnas de la Orden con el monograma de su nombre J:. y B.:. y entre
éstas, a la altura de los capiteles, un compás abierto con las puntas hacia arriba.
3) A la izquierda de la columna J:., la piedra tosca o bruta; a la derecha de la columna
B:., la piedra cúbica piramidal o puntiaguda, y entre ambas columnas la puerta del
Templo.
4) Sobre el capitel de la columna J:. la plomada y sobre el de la columna B:. el nivel.
5) Al pie del cuadro, una plancha de trazar (tablero o pizarra), y en la parte superior una
escuadra en el centro con la imagen del Sol a la derecha y la de la Luna en cuarto
creciente a la izquierda.
6) Tres ventanas, una al Occidente, otra al Oriente y la tercera al Mediodía.
7) En el fondo el cielo tachonado de estrellas y todo el conjunto del cuadro circuido por
el cordón anudado que prescriben los rituales y que se han descrito. 

Cámara de reflexión: Todas las Logias deben tener un local especial, llamado cuarto,
cámara o gabinete de reflexion, o sea una cámara preparatoria, donde
son introducidos los candidatos que pretenden ingresar en la Masonería, a fin de
prepararlos convenientemente antes de proceder a la ceremonia de su iniciación.
En este local, pintado de negro, figurando una gruta sepulcral o una catacumba, rodeado
de los símbolos de la destrucción y de la muerte, se coloca un taburete y una mesa
cubierta con un tapete blanco, sobre la cual hay una calavera, algunos mendrugos de
pan, un plato con ceniza, una clepsidra, un gallo, un puñal o un cuchillo
con la hoja rota y mohosa, un tintero, plumas y algunas hojas de papel para escribir. El
recinto se halla alumbrado por la débil luz que despide una lámpara sepulcral; en uno
de los ángulos se ve un ataúd junto a una fosa abierta, o un hipogeo abierto también
entina de las paredes, dejando ver un cadáver amortajado. El circuito está cubierto de
inscripciones adecuadas, por el estilo de las siguientes: «Si una vana curiosidad te
conduce aquí, márchate», «Si rindes homenaje a las distinciones humanas, vete, porque
aquí no se conocen», «Si temes que te echen en cara tus defectos, no sigas
adelante», «No olvides nunca que el hombre es frágil y que durante su vida es esclavo
de las necesidades y juguete de las circunstancias», «El hombre mas perfecto, es aquel
que es mas útil a sus hermanos», «No juzgues ligeramente las acciones de los
hombres; alaba poco, adula menos y no censures ni critiques nunca», «Piensa siempre
que del polvo naciste y en polvo te convertirás», «Naciste para morir» o frases latinas: 
«Tempus Fugit», «Mors Omnia Vincit», «Omnia mors aequat» «Sic transit gloria
mundi» «Memento Mori», entre otras.

Horas de Trabajo: De mediodía a medianoche.


Hábito o vestidura: Traje ordinario
Mandil: De piel blanca con la baveta levantada.
Guantes: Blancos.

Catecismo
P.— ¿Hay algo de común entre nosotros?
R.— Un culto.
P.— ¿Qué encierra ese culto?
R.— Un Secreto.
P.— ¿Cuál es ese Secreto?
R.— La Masonería.
P.— ¿Sois Masón?
R.— Mis Hermanos me reconocen como tal.
P.— ¿Cuál es el hombre que merece llevar este nombre?
R.— El hombre libre y de buenas costumbres.
P.— ¿Cómo habéis sido preparado?
R.— Disponiendo primero mi corazón.
P.— ¿A dónde fuisteis conducido después?
R.— A un lugar inmediato a la L.·.
P.— ¿En qué estado estabais después de preparado, y qué hicieron de vos?
R.— Ni desnudo ni vestido, privado de todos los metales, y con una soga al cuello. En
este estado me condujo a la puerta de la L.·. un amigo, que luego reconocí ser un H.·.
P.— ¿Cómo pudisteis reconocer que os encontrabais a la puerta de la L.·., si teníais los
ojos vendados?
R.— Porque allí me detuvieron y después fui admitido.
P.— ¿Cómo fuisteis introducido?
R.— Por tres grandes golpes.
P.— ¿Qué os exigieron antes de entrar?
R.— Que dijera mi nombre, apellido, edad, residencia, estado civil, profesión, religión y
lugar de mi nacimiento.
P.— ¿Qué se os mandó enseguida?
R.— Entrar.
P.— ¿Qué sentisteis al entrar?
R.— La punta de una espada, o de otra arma, bajo la tetilla izquierda.
P.— ¿Qué se os preguntó?
R.— Si veía o sentía algo, y contesté que nada veía ni sentía.
P.— ¿Qué otra pregunta se os hizo después, y qué contestasteis?
R.— Se me preguntó en quién ponía mi confianza, y contesté “que en Dios”.
P.— ¿Qué se hizo de vos enseguida?
R.— Me tomaron de la mano y me dijeron que nada temiera, y siguiera a mi guía.
P.— ¿Qué hizo este de vos?
R.— Me hizo dar tres vueltas alrededor de la L.·.
P.— ¿En dónde encontrasteis el primer obstáculo?
R.— Al Sur, ante la columna del Pri.·. Vig.·., en donde di suavemente tres golpes como
en la puerta.
P.— ¿Qué os contestaron?
R.— Me preguntaron quién era, y contesté como en la puerta: un profano que desea ser
recibido mas.·.
P.— ¿En donde encontrasteis el segundo obstáculo?
R.— Al Norte, delante del 2º Vig.·., en donde di también tres golpes; se me preguntó:
quién era, y contesté como al Pri.·. Vig.·.
P.— ¿En donde encontrasteis el tercer obstáculo?
R.— Al Oriente, delante del Ven.·. Maest.·., en donde di los mismos golpes, y contesté
de la misma manera.
P.— ¿Qué se hizo entonces de vos?
R.— Me condujeron al Occidente, en donde estaba el Prim.·. Vig.·. para que me diese
las primeras instrucciones del Gr.·. de Ap.·.

«Conducidme de la oscuridad a la Luz…»


 
P.— ¿Cuáles os dio?
R.— Varias; haciéndome dar el primer paso formando el ángulo de un cuadrilongo, a
fin de que pudiese llegar al altar a prestar mi obligación.
P.— ¿Cómo la habéis prestado?
R.— En la tercera grada del Or.·. y desnuda la rodilla, y pie izquierdo, el
cuerpo derecho, y la mano colocada sobre la Biblia, la Escuadra y el Compás, se me
hizo prestar el juramento solemne conocido de los Mas.·.
P.— Después de haber prestado vuestra obligación, ¿cuál fue la primera cosa que se os
dijo?
R.— Se me preguntó que era lo que más deseaba.
P.— ¿Cuál fue vuestra respuesta?
R.— La Luz.
P.— ¿Quién os dio la Luz?
R.— El Ven.·. Maest.·. y los HH.·. que se hallaban presentes.
P.— Después que recibisteis la Luz, ¿cuál fue el objeto que más llamó vuestra atención?
R.— Una Biblia, una escuadra y un compás.
P.— ¿Qué se os dijo respecto a la significación de estas tres cosas?
R.— Que eran las tres grandes luces de la Masonería.
P.— Explicadme esto.
R.— La Biblia sostiene y dirige nuestra fe; la escuadra arregla nuestras acciones a los
preceptos de la moral, y el compás nos prescribe la equidad con que debemos tratar a
todos los hombres y en particular a nuestros HH.·.
P.— ¿Qué se os mostró en seguida?
R.— Tres luces sublimes: el Sol, la Luna, y el Maest.·. de la L.·.
P.— ¿Con qué objeto?
R.— Se me dijo: que el Sol, acompaña a los obreros durante el día; la Luna, durante la
noche; y el Ven.·. Maest.·. gobierna y dirige los trabajos de la L.·. en todos los tiempos.
P.— ¿Quiénes forman una L.·.?
R.— Tres, Cinco y Siete.
P.— ¿Por qué tres componen una L.·.?
R.— Porque fueron tres los grandes Mas.·. empleados en la construcción del Templo de
Salomón.
P.— ¿Por qué cinco?
R.— Porque todo hombre está dotado de cinco sentidos.
P.— ¿Cuáles son los cinco sentidos?
R.— El oído, el olfato, la vista, el tacto y el gusto.
P.— ¿Qué uso tienen en la Masonería?
R.— Tres son de un gran uso.
P.— Decidme cuáles son.
R.— La vista para ver; el tacto para reconocer a nuestros HH.·., bien en las tinieblas o la
luz, y el oído, para oír la palabra.
P.— ¿Por qué siete componen una L.·.?
R.— Porque son siete las artes liberales.
P.— ¿Decidme cuáles son?
R.— La gramática, la retórica, la lógica, la aritmética, la geometría, la música y
la astronomía.
P.— La gramática nos enseña a hablar y escribir con propiedad los idiomas; la retórica,
el modo de discurrir sobre un objeto cualquiera; la lógica, a distinguir lo verdadero de lo
falso, o a formar juicios exactos; la aritmética, el uso y el valor de los números y el arte
de medir la tierra, del mismo modo que los egipcios la practicaban para volver a
encontrar la porción del terreno que a cada uno correspondía, después de las
inundaciones del Nilo, que sumergen periódicamente este país y durante cuyo tiempo
sus habitantes se refugian en las montañas; inventando con igual objeto la geometría,
ciencia que enseña a conocer la profundidad de los cuerpos, pues con la ayuda de esta
ciencia, auxiliar de la aritmética, les era más fácil recobrar con exactitud sus
propiedades perdidas temporalmente; la música, el poder de la armonía, y la astronomía;
la regularidad con que ejecutan sus revoluciones los cuerpos del sistema planetario.
P.— ¿Qué forma tiene vuestra L.·.?
R.— Un cuadrilongo.
P.— ¿Cuál es su latitud?
R.— De Norte a Sur.
P.— ¿Y su longitud?
R.— De Oriente a Occidente.
P.— ¿Cuál es su altura?
R.— De la Tierra al Firmamento.
P.— ¿Y su profundidad?
R.— De la superficie de la Tierra al centro de la misma.
P.— ¿Por qué?
R.— Porque la Masonería es universal.
P.— ¿Por qué vuestra L.·. está colocada de Oriente a Occidente?
R.— Porque el Evangelio fue primeramente predicado en Oriente, y después
en Occidente.
P.— ¿Quién sostiene vuestra L.·.?
R.— Tres grandes columnas.
P.— ¿Cómo se llaman?
R.— SABIDURÍA, FUERZA y BELLEZA.
P.— ¿Quién representa la columna Belleza?
R.— El 2º Vig., al Sur o Mediodía.
P.— ¿Quién la columna Fuerza?
R.— El Pri.·. Vig.·., al Occidente.
P.— ¿Quién la columna Sabiduría?
R.— El Maest.·. de la L.·., al Oriente.
P.— ¿Por qué los Ven.·. Maest.·. representan al Oriente esta última columna?
R.— Porque a ellos corresponde la inspección de los obreros y el tratar de conservar la
armonía en el taller.
P.— ¿Por qué el Pri.·. Vig.·. representa la columna Fuerza al Occidente?
R.— Porque así como el Sol termina su carrera en esta parte del mundo, del mismo el
Pri.·. Vig.·. se coloca allí para pagar a los obreros, con cuyos salarios atienden a su
subsistencia.
P.— ¿Por qué el 2º Vig.·. representa la columna Belleza al Sur?
R.— Porque el Mediodía es la parte del mundo en que el Sol ostenta su belleza, y
también la hora de descanso de los obreros, y desde donde el 2º. Vig.·. puede observar
mejor si éstos asisten con puntualidad a los trabajos, a fin de que el Ven.·. Maest.·.
saque de ellos el mayor provecho posible.
P.— ¿Por qué decimos que la L.·. está sostenida por estas tres grandes columnas?
R.— Porque sin la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, no hay perfección posible, y nada
puede subsistir.
P.— ¿Por qué?
R.— Porque la Sabiduría inventa, la Fuerza conserva y la Belleza hermosea.
P.— ¿Qué sirve de cubierta a vuestra L.·.?
R.— Una bóveda celeste velada de nubes de diferentes colores.
P.— ¿Qué ruta siguen los Maestros?
R.— La que empieza en Oriente y termina en Occidente.
Siguiente grado: Compañero

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