0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
12 vistas2 páginas
El proyecto de la iglesia de Saint-Pierre en Firminy, Francia fue encargado a Le Corbusier por el alcalde. Debido a problemas financieros y políticos, la construcción se detuvo en 1978 aunque los primeros bocetos datan de 1961. Ahora el edificio sin terminar se usa como centro cultural.
El proyecto de la iglesia de Saint-Pierre en Firminy, Francia fue encargado a Le Corbusier por el alcalde. Debido a problemas financieros y políticos, la construcción se detuvo en 1978 aunque los primeros bocetos datan de 1961. Ahora el edificio sin terminar se usa como centro cultural.
El proyecto de la iglesia de Saint-Pierre en Firminy, Francia fue encargado a Le Corbusier por el alcalde. Debido a problemas financieros y políticos, la construcción se detuvo en 1978 aunque los primeros bocetos datan de 1961. Ahora el edificio sin terminar se usa como centro cultural.
Pierre de Firminy, le fue encomendado a Le Corbusier por el
alcalde de la época. La iglesia de Saint-Pierre en Firminy, (Loira, Francia), es la última gran obra diseñada por Le Corbusier. Debido a problemas financieros y políticos obligaron a interrumpir las obras en 1978. Siendo Francia un estado laico, las leyes del país impiden financiar obras dedicadas al culto religioso, por lo que el edificio se emplea como centro cultural,
Los primeros bocetos datan de 1961, y estaban basados en un antiguo diseño
del propio arquitecto para una iglesia Sin embargo, Le Corbusier murió antes de que se diese luz verde al diseño, y éste fue finalizado por José Oubrerie; uno de los empleados en el estudio del maestro. La primera piedra de la construcción se colocó en 1970 teniendo en cuenta las ya mencionadas dificultades financieras y la retirada del apoyo al proyecto por parte de la iglesia católica paralizaron la obra en varias ocasiones, siendo la definitiva la parada de 1978. 2da Diapositiva La construcción se mantuvo en estado ruinoso Para poder concluir la construcción hubo que actualizar el diseño, con objeto de satisfacer los requisitos de la nueva normativa. Ello obligó a practicar nuevas salidas de incendios y a la instalación de un ascensor. Para la reactivación de la obra, un equipo multidisciplinario realizó numerosos estudios previos, incluyendo aspectos legales y arquitectónicos. Durante el proceso se renovaron las partes ya existentes, luego se construyó el casco de hormigón armado y finalmente, se realizó la parte nueva. A cargo de la obra estuvieron los arquitectos: Jean Grange, por parte de la comuna, y José Oubrerie, quien fuera colaborador directo de Le Corbusier durante el diseño. Su aspecto exterior semeja un cono asimétrico, erigido sobre una base de concreto. 3ra Diapositiva
El edificio, de planta cuadrada y alzado cónico, está soportado por 12 grandes
pilares (tres por lado). La fachada está compuesta por una base de apariencia ligera cerrada con grandes paños de vidrio, sobre la que se eleva un cuerpo cónico de aspecto macizo construido con una losa de hormigón armado de 22 cm de grosor. En la fachada este aparecen varias pequeñas perforaciones en la losa, que en el interior generan un juego de luz simulando constelaciones de estrellas. El volumen cónico del edificio dispone de varios lucernarios en su reate superior, y alberga el campanario. La distribución sigue dos ejes perpendiculares que dividen los espacios en planta baja, primera y segunda planta. El acceso a la iglesia se efectúa a través de una rampa ascendente. 4ta Diapositiva
El entorno idílico en el fondo de un valle hizo pensar a Le Corbusier en la
necesidad de un elemento vertical, a modo de hito, en la entrada al valle de Firminy- Vert, y así se decidió por disponer un cono truncado en diagonal. El corte del cono define la entrada de luz cenital ( termino usado en la astronomía para definir el punto más alto del sol) y la forma cónica se encarga de propagar la luz en el interior de la capilla. Mencionado en el libro de Francis Ching los elementos lineales verticales son tan importantes dentro del espacio, para establecer puntos singulares.
Dentro del espacio eclesial de Le Corbusier, como dentro de las iglesias de
Brunelleschi, se reza entre la austeridad y el recogimiento. Se reza de verdad, se reza productivamente. Si la belleza ha sufrido la fama de ser cosa superficial o superflua, Le Corbusier demuestra de qué modo se convierte en circunstancia profunda, no superflua sino íntima, no trivial sino estricta. De esta belleza nace el misterio gozoso de su obra, el goce de la belleza confundido con la pureza de la forma y la utilidad de la función.