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ETAPAS DEL DELITO DE LAVADO DE ACTIVOS

La doctrina en muchas oportunidades ha tratado de describir las etapas del lavado de


activos, por lo que se hará mención de la que tiene mayor aceptación.

Primera Etapa. Colocación de los bienes o del dinero en efectivo

En esta primera etapa se encuentra la recepción de los bienes o del dinero que es
producto de cualquier actividad ilícita (delitos graves), la que debe estar ligada
claramente a la obtención monetaria para beneficio de los agentes activos.

Involucra modalidades de colocación o movilización primaria del capital liquido


obtenido de una actividad criminal previa, incluyendo los actos de recolección y acopio
de bienes (pre lavado).

Esta etapa, aunque sea la iniciaría es una de las más complicadas, ya que busca
insertar lo recolectado dentro de nuestro sistema económico.

Segunda Etapa. Fraccionamiento o transformación

Los agentes activos realizan las transacciones del dinero la cual debe ser en efectivo y
en pequeñas cantidades para evitar cualquier sospecha dentro los reportes
correspondientes.

La transformación, consiste en la inmersión del producto a sistema financiero que


pueden ser nacionales o internacionales, con el fin de ocultar, invertir, transformar,
asegurar o dar en custodia bienes, las cuales provienen de un delito anterior,
consiguiendo confundir sobre el origen del dinero mezclándolo con dinero legal.

Este dinero o bienes deben ser integrados en la economía en cantidades pequeñas y


con ciertas documentaciones, con las que el lavador buscara acreditar el origen de las
mismas, es importante que esta transacción sea en porciones pequeñas, ya que
ayudara a realizar múltiples operaciones.

La finalidad de este movimiento de fondos es crear una serie de estratos que


compliquen la tarea de determinar la manera en que los fondos ingresaron a la
economía legal o la forma en que se dispuso de ellos.

Se materializa a través de operaciones intercalación continua y diversificada de bienes


transformados ya sometidos a una primera modificación cualitativa (ya no son dinero
del delito precedente sino un nuevo bien obtenido de él) por la etapa de colocación. Se
trata, de actos reiterados de circulación de operaciones financieras, comerciales, etc.
Tercera Etapa. Inversión, integración o goce de los capitales ilícitos.

Es la última etapa de este proceso. El dinero que ha sido la consecuencia de


transacciones de importación y exportación, o de pagos de servicios imaginarios, pasa
a ser parte de la economía como “dinero legítimo.

Ese dinero líquido o esos bienes colocados entre agentes económicos se recicla y
convierte en otros bienes muebles e inmuebles o en negocios fachada que permiten al
lavador disfrutar su riqueza mal habida. Así mismo, parte de la ganancia es reinvertida
en nuevos delitos, o en asegurar la impunidad de los mismos, para lo cual se compran
conciencias o lealtades.

Trata conductas que fusionan e incorporan los bienes transformados que ya han
adquirido una apariencia ficticia de legalidad en la etapa de transferencia, con bienes
lícitos en el espacio económico financiero.
IMPORTANCIA DE LA PRUEBA INDICIARIA EN EL DELITO DE LAVADO DE
ACTIVOS

LA PRUEBA INDICIARIA

Se trata de la prueba que está enfocada a establecer en el proceso penal como


sucedió un hecho que no necesariamente está directamente probado, por la cual se
fundamente esencialmente por indicios del hecho.

La prueba indiciaria es idónea y útil para suplir la carencia de la prueba directa. La


existencia de los elementos del tipo penal legal analizado deberá ser inferida -a partir
de un razonamiento lógico inductivo, apoyado en reglas de inferencias que permiten
llegar a una conclusión a partir de determinadas premisas- de los datos externos y
objetivos acreditados.

LA VALORACIÓN DE LA PRUEBA INDICIARIA EN LOS DELITOS DE LAVADO DE


ACTIVOS

Uno de los problemas más comunes en nuestro sistema legal es probar el lavado de
dinero. Es así como se utiliza la llamada prueba circunstancial y es designada por San
Martín Castro como la reina de la prueba en el proceso penal.

Al respecto, el Acuerdo Plenario 3-2010/CJ-116 en el fundamento 33 indica:

“La evidencia del conocimiento sobre las causas del delito y los factores objetivos del lavado
de dinero es a menudo evidencia circunstancial, ya que es poco probable la existencia de
evidencia directa. Esto es muy típico del crimen organizado. En el crimen colectivo, la
evidencia circunstancial es relevante y ayuda a superar las deficiencias de la evidencia directa.
La presencia de elementos de tipo legal debe ser tomada como hipótesis reconocidas con
intenciones específicas. Debe inferirse de manera lógicas inductivas sustentadas en las reglas
de inferencia que permiten llegar a una conclusión (…) estos indicios deben estar debidamente
acreditada y guardar relación con otras pruebas, y que en conjunto no se distorsione o caiga en
contradicciones.”

Los presupuestos formales y materiales según el Acuerdo Plenario 3-2010/CJ-11610.,


son:

a.- Se reconoce plenamente la presencia de hechos subyacentes. Estos vienen con el


hecho de que son plurales, se basan en un entorno regular y están tratando de
demostrar que son interdependientes para reforzarse entre sí; b. Debe haber una
relación precisa entre los hechos básicos que se evalúan en su conjunto y los hechos
resultantes de acuerdo con las reglas del pensamiento humano (perspectiva material);
c. el razonamiento del Tribunal debe ser explícito y claro.
Así, el Tribunal debe: (i) detallar y justificar el conjunto de indicios y su prueba para
servir de fundamento a la deducción o inferencia, así como (ii) sustentar un discurso
lógico inductivo de enlace y valoración de los indicios.

El Acuerdo Plenario N° 1/2017 respecto de la prueba indiciaria en casos de lavado de


activos:

“En primer lugar, el aumento extraordinario o el crecimiento injustificado de bienes, o la


ejecución de actividades financieras anómalas, por su número y su dinámica. Segundo, la
inexistencia de negocios o actividades económicas o comerciales lícitas que justifiquen el
incremento desmesurado de ingresos. En tercer lugar, el descubrimiento de actividades
delictivas que pueden ser ilegalmente rentables o su asociación con personas o grupos
asociados con ellas”

Este es igualmente, el sentido del Acuerdo Plenario N° 3-2010/CJ-116 en la que


señala:

“El tipo legal de lavado de activos sólo exige la determinación de la procedencia delictiva de
dinero, bienes, efectos o ganancias que permita en atención a las circunstancias del caso
concreto la exclusión de otros posibles orígenes. 

No hace falta la demostración acabada de un acto delictivo específico, con la plenitud de sus
circunstancias, ni de los concretos partícipes en el mismo –lo contrario implicaría, ni más ni
menos, a concebir este delito como de imposible ejecución, es suficiente la certidumbre sobre
su origen, conocimiento o existencia de una infracción grave, de manera general. Ha de
constatarse algún vínculo o conexión con actividades delictivas graves –las previstas en el
artículo seis de la Ley o con personas o grupos o relacionados con la aplicación del tipo penal”.

Con base en lo anterior, se deben cumplir los lineamientos anteriores para evaluar la
presencia o ausencia de factores contextuales que puedan influir efectivamente en el
principio de presunción de inocencia. Esta labor no solo está dirigida a los jueces, sino
que se extiende a todo el proceso de convocatoria de prueba circunstancial. En
particular, el Ministerio Público tiene la carga de la prueba, ya que es responsable de
proteger los intereses del Estado.
Conclusión:
La prueba indiciaria en los delitos de lavado de activos es de primordial importancia y
es relevante para todo el caso en el que el delito puede verificarse a través de
hipótesis, ya que a menudo no hay evidencia directa. Por lo tanto, los jueces deben
evaluar la prueba de acuerdo con los supuestos generales establecidos en el Acuerdo
Plenario N°. 3/2010. Los criterios adoptados facultan la persecución del lavado de
activos independientemente del delito fuente, la autonomía de las sanciones y la
declaración de inexistencia de complicidad entre las dos partes.

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