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QUESADA.

MONARQUÍA Y CIUDADES DE REALENGO EN CASTILLA, SIGLOS XII A XV

Explicar las causas de la situación vigente a finales del siglo XV en la relación entre poder monárquico y ciudades de
realengo castellanas.

Castilla siglos X a XII, el poder político se organizó en torno a la institución monárquica, aunque las relaciones de
poder en aquella sociedad se atuvieran a las características generales propias del sistema feudal. No hubo muchos
señoríos (so exceptuamos los grandes dominios eclesiásticos) sino que la nobleza y los patriciados locales ejercieron
sus poderes dentro de la casa común cuya cúpula era el poder del rey. Cuando se multiplicaron los grandes señoríos
de la nobleza, sobre todo desde mediados del siglo XIV, era ya tarde para volver una “edad feudal” clásica: aquellos
señoríos y los otros aspectos del poder nobiliario crecieron dentro del edificio del estado moderno monárquico,
fueron una parte o componente de su arquitectura.

Otro componente esencial eran las ciudades de realengo, la mayoría y más importantes.

1. Los fundamentos, desde la segunda mitad del siglo XI.


A. Áreas regionales y tipos de ciudades

Condiciones generales en que ocurrió la formación de la red urbana de la Corona de Castilla y León desde mediados
del siglo XI hasta comienzos del XIV: crecimiento d población hasta finales del XIII, conquistas territoriales,
incorporación y población., aparición de poderes municipales autónomos, al mismo tiempo, las ciudades se
convertían en centros organizadores y directivos de casi toda la organización del territorio, especialmente en las
tierras nuevamente ocupadas al sur del rio Duero.

Al norte del Duero, el camino de Santiago fue el eje del renacimiento urbano, entre mediados del siglo XI y finales
del XII. La colonización y la promoción jurídica hizo surgir a otras plazas. Es diferente el modelo de ciudad que se
establece desde finales del siglo XI en las extremaduras, al sur del Duero. La incorporación y transformación de
ciudades hispanomusulmanas importantes generó otra variedad (Toledo), donde la herencia islámica se añadió a la
condición fronteriza durante siglo y medio, y en segundo lugar, las ciudades del sur, donde se aplicó el modelo
toledano, aunque en el valle del Guadalquivir se siguió a veces el de las ciudades de frontera, según el derecho de
Cuenca.

Factores que influyen a la formación de las ciudades como tales: economía manufacturera y mercantil; acción
eclesiástica; actividad guerrera y conquistadora.

Las ciudades suelen dominar jurisdiccionalmente territorios más bien pequeños al norte del Duero. Al Sur del Duero
cada ciudad dispone de un territorio amplio y es responsable de su organización, población, gobierno y
administración.

Decir que el gobierno de la ciudad, el concejo, era un señorío colectivo, es reduccionismo excesivo.

2. El ordenamiento jurídico. El derecho “local”. Los Fueros

Fueros: formas de derecho privilegiado de tipo local. Su aparición es paralela al establecimiento de la red de
poblamiento urbano y rural en los siglos XI al XIII. Es un conjunto de normas jurídicas que regulan la vida local y las
cargas y derechos de los vecinos y moradores, recogido en una redacción que es dado, o recibe confirmación, del rey
o del señor. Contenido variado. Se definen en él, las instituciones político administrativas de la ciudad y de su tierra,
las condiciones de la vecindad o ciudadanía local, el oncejo y sus oficios de gobierno y administración, y numerosas
cuestiones de derecho privado, de las personas, de las cosas, de obligaciones y contratos, de familia, de sucesiones,
cláusulas de derecho penal y procesal, y facilitan un marco organizativo para la vida de la ciudad y su territorio.

Los fueron se consideraron como derecho otorgado por la monarquía, por lo tanto, eran revocables o modificables, y
cada rey debía confirmar fueros, privilegios, franquezas y libertades.

La sociedad urbana está unida por múltiples vínculos a la rural, y a menudo no tiene una distinción jurídica con
respecto a ella, lo que dificulta el desarrollo de burguesías, y estimula el mantenimiento de intereses económico
mixtos, y el desarrollo de grupos sociales con actividades, intereses y forma de vida convergentes con los de las
aristocracias territoriales cuyos miembros, solían tener residencia y vecindad urbanas. No hubo una dicotomía
urbana/rural tan clara como en otras partes de Europa.

3. Las formas de gobierno y administración

Régimen autónomo concejil: reunión y decisiones de los vecinos reunidos en asamblea o concejo. Pero las ciudades
concejiles no fueron igualitarias, y tampoco el reparto y uso del poder, por lo que no acepta que se hable del
régimen concejil como una forma medieval de democracia (en “pueblo y gobierno en león y castilla” habla de
democracia precoz). También hay diferencias entre la ciudad y las aldeas de su territorio, con un predominio de la
primera y de su concejo, el cual actúa como “señorío colectivo”.

El aspecto autónomo del concejo elecciones de sus autoridades: juez (quien lo preside); alcaldes (justicia); jurados
o fieles (velan por los intereses de la comunidad); diversos oficios. Una parte de la autonomía reposa en la Capacidad
militar.

El apogeo de la autonomía concejil ocurrió en las ciudades fronterizas organizadas según el modelo de la
Extremadura, en la segunda mitad del siglo XII. Al Norte del Duero las situaciones son más variadas. En Toledo hubo
mayor intervención real, en apoyo de un gobierno ejercido por caballeros de la ciudad a los que el rey designa, no
hubo concejo de los vecinos ni Fuero, sino sucesivos privilegios y normas promulgadas por el poder real. A las
ciudades del sur el régimen llegó ya maduro (monopolio de los oficios por vecinos pertenecientes al sector de los
caballeros y hombres buenos, sustitución del concejo abierto o asambleas restringidas)

El poder concejil es un subsistema dentro de un sistema político más amplio, los reyes intervienen y ejercen poder
sobre y al lado del concejil. Incluso en los momentos de mayor autonomía concejil, el rey ha mantenido ámbitos y
recursos de poder, puestos que las ciudades y sus territorios formaban parte del realengo. En cuanto a las ciudades
sujetas a señorío eclesiástico o nobiliario sería igual pero con respecto al señor (facultad del rey de convocatoria
militar, cobro de los pechos, derechos y rentas, cierta intervención en política económica – ferias mercados -,
intervención de los representantes territoriales de la monarquía ) / (intervención directa del monarca: superioridad
jurisdiccional, otorgamiento de fueros y privilegios, gracias y mercedes, exenciones fiscales, delimitación de términos
territoriales y cesión de otros nuevos, arbitraje en disputas diversas, etc.).

4. El desarrollo de los patriciados u oligarquías concejiles

La capacidad de intervención de los vecinos en el gobierno local, era común a todos en principio, pero al ser
sociedades no igualitarias, había diferentes grados y posibilidades. La jerarquización social se visibiliza en la
obligación militar, la mayoría como peones, unos pocos a caballo. Esto explica la posesión de medios económicos
superiores y el disfrute de privilegios que afianzaron la supremacía social y política de los caballeros.

Caballeros villanos: privilegios semejantes a los de los nobles o infanzones, pero solo en el concejo disponían de
privilegios fiscales, partes mayores en el botín de guerra, y de tierras y de bienes agropecuarios, al cuidado de
dependientes, a los que también protege las normas jurídicas.

Este predominio socio jurídico de los caballeros se tradujo en otro oligárquico del poder concejil mediante el control
y ejercicio de los principales oficios o portellos. 1° hipótesis, comenzó en el s. XII en las extremaduras; 2° hipótesis,
paso de mayor igualdad (mayor parte de las relaciones sociales se produjo en parentelas amplias) a creciente
predominio de caballeros, a mediados del siglo XII, al frente de incipientes linajes de nuevo cuño, al tiempo que se
jerarquizaban las relaciones ciudad-campo y, se organizaban las elites eclesiásticas bajo la forma de cabildos
catedralicios, etc.

El autor dice que hay variedad de situaciones y que lo cierto es que a mediados del siglo XIII el predominio
oligárquico en los concejos era casi general: solo a partir de esta situación se entienden las medidas de Alfonso X.

Las oligarquías concejiles no siempre se compusieron ni sólo de caballeros villanos. Por ejemplo, en Burgos y Zamora
se integraron en el patriciado “burgueses” de diversos ámbitos económicos, en el siglo XIII se promocionan
artesanos y mercaderes enriquecidos. Vecinos más poderosos y considerables tenían una permeabilidad social
considerable, mientras que caballeros con menos medios de fortuna pasaban a ser excluidos de la oligarquía.
En resumen, ya desde los comienzos, los grupos oligárquicos estuvieron abiertos a procesos contradictorios de cierre
y renovación, lo que no impedía que, alcanzaran un control cada vez mayor del poder político concejil.

B. El siglo de las reformas y consolidaciones: 1252 – 1350

Alfonso X, proyecto de estado monárquico, sobre bases doctrinales romanistas. Desde 1264 aumento de tensiones
políticas, con periodos de crisis abierta, recesión económica siglo XIV, durante el gobierno de Alfonso XI, el proyecto
estatal monárquico recibe un nuevo impulso. Un siglo de luchas y reformas de las que surgieron transformaciones en
la relación rey/ciudades/nobleza y nuevas formas de gobierno ciudadano que implicaron perdidas de autonomía y
mayor sujeción e integración en los nuevos marcos del estado monárquico.

1. Alfonso X y los poderes concejiles

Alfonso X y Alfonso XI, poder real en ámbitos nuevos. Desarrollo de fundamentos e instrumentos de poder, proceso
de concentración - centralización de ese poder. Todo en un marco de transformación de las relaciones entre
sociedad y poder real, en la segunda mitad del siglo XIII culmina el desarrollo del “Estado estamentales”, formados
sobre una teoría política que integra diversos estamentos socio-jurídicos en un cuerpo común, el reino, cuya cabeza
es el rey. Esto justifica las desigualdades y jerarquías para cada estamento, se legitima a la vez al rey como cabeza y a
diversos sectores como “sociedad política”, cuya participación en el poder es indispensable: la alta nobleza, las
jerarquías eclesiásticas, los grupos dominantes en el ámbito local.

Es una concepción política que supera, integrándolas, las diversidades y propias del antiguo orden feudal y produce
ideas sobre la sociedad inmóvil que no admite criterios de cambio impuestos por las crisis políticas o luchas sociales.

Las medidas regias acentuaban el aristocratización de la caballería ciudadana y su diferenciación respecto al resto de
la sociedad en un momento de auge de los grupos artesanales y mercantiles en muchas localidades.

En 1264 el rey comenzó a establecer en ciudades caballeros selectos que los invitó a hacerse vasallos del rey,
incitando a abandonar a sus señores, lo que debió provocar descontentos que tal vez influirán en la revuelta de la
alta nobleza en 1269-1273. Empezó a entregar el FUERO REAL en sustitución de fueros locales, lo que busca
homogeneizar del régimen jurídico concejil y enviar alcaldes reales.

Diferenciación entre los caballeros hidalgos o de linaje y los caballeros no nobles. Aparición del regimiento. Algunas
de las medidas alfonsinas fueron revocadas o sufrieron retrocesos en su aplicación a partir de 1272.

Alfonso X: diálogo y coordinación política entre la monarquía y las aristocracias ciudadanas. La nueva fiscalidad
establecía un amplio campo de relaciones políticas entre ambas partes.

El rey había tomado iniciativas que abrían una nueva época en la vida política de los concejos del reino y respaldaban
el establecimiento en ellos de regímenes oligárquicos. Alfonso X no solo tuvo en cuenta a caballeros, también a
comerciantes para su política económica.

2. La Crisis (1282-1325)

Después de Alfonso X y de la muerte de Sancho IV: inestabilidad, desórdenes.

Dentro del aparato institucional diseñado por Alfonso X, se deslizan elementos nuevos: el poder creciente de la alta
nobleza, sus exigencias de renta a costa del fisco regio, y el primer impulso fuerte a los procesos de señorialización
de aldeas y territorios a favor de los nobles. Luchas entre las aristocracias locales y el común de los vecinos por el
control del poder concejil.

Las oligarquías tienden a cerrarse para asegurar su defensa y el monopolio o predominio en el poder, pero también
conservan cierta capacidad para incorporar miembros nuevos, con lo que alivian tensiones. Aprovechan el desorden
general y toman tierras e incluso establecen pequeños poderes señoriales en aldeas desgajadas. El “cierre” de las
oligarquías se traduce en la aparición de cofradías de caballeros, y en la formación plena de los linajes como forma
de encuadramiento político en el reparto de oficios concejiles y en las luchas de bandos. Muchos superaron su
antigua vinculación a linajes.
Alfonso XI fue consciente de los peligros en la concordia entre monarquía y aristocracias, grupos dominantes locales
de las ciudades actuaron con mayor personalidad en la vida política general, pero intentando limitar el poder
monárquico y sujetarlo a sus exigencias por la vía del pacto. Estas acciones combinan la aceptación de una
complementariedad entre ambos poderes con cierto grado de antagonismo y búsqueda de un nuevo equilibrio, y se
observan en 3 niveles: Hermandades, Cortes y Consejo Real.

En 1282 se formó la primera Hermandad general de concejos para apoyar al infante Sancho, en rebeldía contra su
padre Alfonso X, para controlar sus atribuciones militares, judiciales y legislativas, e impedir que cobrara sin su
consentimiento tributos desaforados (deseo de volver a la autonomía previa a las medidas alfonsianas).

En 1313, durante la minoridad de Alfonso XI se reprodujo el fenómeno de la Hermandad. Pero al tomar el poder
Alfonso Xi, en 1325, las hermandades y sus reivindicaciones desaparecieron.

Las Cortes tampoco consiguieron limitar o compartir de forma institucional los poderes legislativos y hacendísticos
de la monarquía. Las Cortes y Hermandades no articularon un proyecto conjunto de representación estamental-
ciudadana frente al poder real debido a la fragmentación local en su seno y a la insolidaridad consiguiente entre las
partes, más allá de algunas reivindicaciones comunes. El siguiente intento ocurrirá durante las Comunidades en
1520.

3. Las soluciones en el reinado efectivo de Alfonso XI (1325-1350)

Alonso XI, definitiva consolidación de los poderes oligárquicos locales. Linajes, cofradías. El rey contribuyó a la
cristalización social al hacer universal la obligación de mantener caballo y armas para los vecinos con determinada
cantidad de bienes, nueva versión de caballería popular, de cuantía. Recibían exenciones, oficios concejiles, etc.
Aunque no en todos lados era asi.

Cambios del rey en el plano institucional y político que significaron mayor vinculación de las estructuras oligárquicas
de poder y de sus niveles de autonomía al control e intervención de la monarquía. Por ejemplo, instalar regimientos,
el fin de las asambleas o concejos abiertos entre los años 1326 y 1348. “oficialización de formas de gobierno
oligárquicas”.

Regidor. El nombramiento por el rey implicaba que la legalidad de su poder procedía de la monarquía y no del
concejo vecinal. Su presencia significaba la formación de una elite restringido dentro de la oligarquía. El regimiento
pasa a ser la piedra angular de los mecanismos institucionales que habían de servir para gobernar las ciudades
castellanas hasta los años iniciales del siglo XIX.

Se está comenzando a construir un edificio político cuyo diseño rompe muchas costumbres establecidas.

Alfonso XI, proliferación de ordenes reales sustituyeron los fueros, que pierden efectividad.

Poderes locales, promulgación de ordenanzas, que debían ser confirmadas por los reyes. El rey ya n promulga
normas generales, pero utilizaba intensamente la capacidad legislativa.

Alfonso X enviaba alcaldes reales; Alfonso XI enviaban alcaldes veedores, alcaldes enmendadores y corregidores de
los pleitos de justicia. Pero no se mantuvo luego de la muerte del rey.

Alfonso X y XI se preocuparon por rebeldías internas, insuficiencia de recursos, y en función de esas realidades
articularon las reformas. Ejemplo, alcabala, mejores regalías. El gobierno de pedro I fue contrario al crecimiento y
mejor articulación del poder político de la nobleza.

C. Permanencia y transformaciones en el siglo de los Trastámara


1. Circunstancias generales

Desde el triunfo de enrique II en 1369 hasta la muerte de Enrique IV en 1474 continuó el desarrollo doctrinal e
institucional del estado monárquico y el proceso de equilibrios y tensiones políticas entre reyes, patriciados urbanos
y alta nobleza.
Fines del siglo XIV, ppios del siglo XV auge de la “nobleza nueva” protegida por los reyes con el incremento de los
señoríos sujetos a la jurisdicción de los nobles. Mientras la fuerza de concejos de realengo se deterioraba. Entre
1406 y 1474 aumentan enormemente el poder, los señoríos y la organización de los linajes de alta nobleza.

Los patriciados, aristocracias u oligarquías locales ampliaron en el siglo XV sus criterios de composición. Cambios y
rupturas. Los grupos de caballeros y hombres principales al frente de la vida política y social en sus localidades tenían
una composición heterogénea debido a la movilidad interna y a la apertura del grupo a miembros nuevos. Era más
fácil acceder a la nobleza. Aspiran a la concentración de patrimonio y rentas por vía hereditaria, disponer de
pequeños señoríos jurisdiccionales.

Patriciados dominan la vida concejil, pero son incapaces para actuar como una tercera fuerza con voz propia y
autónoma en los diálogos entre reyes y grandes nobles.

a) La presencia del poder regio

Enrique III reanudó el envío de CORREGIDORES a diversas ciudades, rompiendo las resistencias de los poderes
locales. Facultades tan amplias siendo muy pocas las materias que escapaban a su competencia. Muere enrique y su
presencia se hace más parcial y discontinua.

Desde 1447 envían a un Asistente, con menos facultades que los corregidores.

Los reyes ejercían una amplia gama de influencias políticas sobre las ciudades de realengo. Por medio de, primero,
su actividad legislativa y otras disposiciones tomadas por organismos de la Casa y Corte o por el Consejo Real;
segundo, x organismos u oficiales reales de la administración central; tercero, nombrando directamente regidores en
algunos casos.

Los reyes de la casa de Trastámara desarrollaron mucho más la promoción y propaganda de la imagen del poder real
en las ciudades. Contribuía al desarrollo y fortalecimiento del estado monárquico.

b) Las intervenciones de la alta nobleza

La alta nobleza castellana tuvo una de las bases de su poder en los señores jurisdiccionales, cuyo número e
importancia aumentó enormemente entre 1369 y 1474, y otra en el control de las instituciones monárquicas, pero
también las ciudades de realengo fueron un campo importante para su acción política.

Muchos nobles otorgaron facilidades fiscales a quienes iban a sus señoríos, atrajo pobladores y hubo un auge de
núcleos urbanos en los señoríos. Varios municipios urbanos quedaron sujetos al régimen señorial, otros sufrieron
una señorialización frustrada.

Rel. Concejos-señores, mismo modelo que los de realengo con el rey, pero es frecuente un grado más alto de
sujeción a la voluntad señorial, un desvanecimiento mayor de la capacidad de acción autónoma de los concejos y
situaciones difíciles para las oligarquías locales.

Muchos de la alta nobleza tenían señoríos próximos a ciudades de realengo y residencia en ellas, y a menudo
imponían su dominio y voluntad, con debilitamiento de la autoridad regia como de la autonomía del gobierno que
tuviera el concejo, justicia, etc.

Medios políticos principales de los que se valían los nobles para conseguir su dominio: ejercicio de oficios y
obtención de rentas de la monarquía en las ciudades. Los nobles también solían tener como vasallos a caballeros de
la ciudad. Subordinación de la política concejil a los fines de la alta nobleza. Alfonso X procuró que los caballeros
poderosos fueran sus vasallos o del infante heredero.

Los patriciados urbanos no eran capaces de crear su propia opción o alternativa política, se limitaban a reproducir a
las de los nobles.

En resumen, en el siglo XV, las ciudades de realengo fueron víctimas de las pugnas entre monarquía y alta nobleza,
al verse mediatizadas por los grandes nobles en luchas y sujetas a una presión mayor de la fiscalidad monárquica,
mientras que las zonas señoriales se libraban mejor de ella al amparo de sus titulares. Las usurpaciones de poder,
tierra y rentas concejiles estuvieron a la orden del día, e incluso la transferencia completa de jurisdicción, cedida por
el rey a algún alto noble.

Las oligarquías urbanas habían sido perjudicadas por el auge de la alta nobleza porque veían disminuido el ámbito de
poder e influencia.

c) La evolución de los gobiernos municipales

En lo simbólico y en la imagen del poder se multiplican las manifestaciones de identidad ciudadana. En lo normativo,
aumentan las ordenanzas. Esto muestra cómo la decadencia del poder de las ciudades de realengo en la política
global de la Corona era compatible con la administración interna y con la plena conciencia que se tenía de la ciudad
como persona colectiva, con identidad jurídica, histórica y simbólica, sentimiento de patria local y el general estaban
fundidos.

Cabildo (regidores + alcaldes + alguacil) tenía todo el poder en sus manos. Nombramiento regio. Vitalicia y
hereditaria. La marginación política del resto del vecindario era muy fuerte.

El monopolio permitía combinar una política al servicio del aparato institucional de poder que dominaban, para fines
particulares. Poderosos se apropiaban de términos, privatizaban usos comunales, utilizaban en su beneficio la
gestión de rentas concejiles o de oficios, etc.

Tensiones por las luchas entre bandas y parcialidades. Esto estimulaba alianzas verticales y creaban vinculaciones y
fidelidades que bloqueaban tensiones horizontales, eran un mecanismo de estabilidad. Mucha violencia.

Algunos cambios reavivaron la conciencia de comunidad como fundamento de los orígenes y la realidad concejil, y
llevaban a demandar una participación en el gobierno. Lo que no fue un enfrentamiento entre el común y caballeros,
propio del siglo XIII y XIV, sino una toma de postura política ante la insuficiencia del gobierno por regimiento, y la
marginación a que se sometía al conjunto de la población.

Los promotores de estas reivindicaciones solían ser medianos o pertenecientes a las burguesías (actividades
mercantiles, artesanales y de servicios. También caballeros al margen del poder. Aunque la mayoría de la población
pechera (los menudos) y muchos marginados se limitaban a ser utilizados como masa de maniobra por los dueños
del poder o bien padecían sus enfrentamientos.

Antipatía popular hacia judeoconversos y tensión (entre medianos -judeoconversos- y menudos). Esto dificultó el
desarrollo de cualquier cambio propuesto desde los grupos medianos. Las posibilidades de cambio fueron breves y
afectaron a pocas localidades. Igual era patente el aumento de las expresiones y reivindicaciones basadas en el
concepto de comunidad.

Las mejores condiciones económicas facilitaron la promoción de grupo de campesinos hacendados en tierras
dependientes de concejos urbanos.

4. Nuevos equilibrios y repartos de poder en época de RC (1475-1515)

El triunfo de Isabel y Fernando en la guerra civil trajo la restauración del poder regio. En cuanto a la política concejil,
se consumó la integración de los poderes municipales en el ámbito de poder territorial común de la Corona: no hay
sistemas urbanos o concejiles autónomos, cada vez menores y más permeables del control monárquico.

1) Los medios para el establecimiento de la nueva situación

Los acuerdos o derrotas de las principales casas de la alta nobleza, entre 1475 y 1478, garantizaron el final de su
intervención en la vida política de las ciudades, al menos en los aspectos más llamativos.

Los concejos de realengo y los monarcas estuvieron en disposición de establecer un nuevo equilibrio en sus
relaciones. Isabel y Fernando adoptaron algunas veces, no muchas, actitudes políticas ejemplares, como las ordenes
de derribo de alcázares y castillos de las ciudades. 1480 se hizo intensivo el control de las administraciones
municipales a través del Consejo Real y de los corregidores que dependían de él y que permanecieron en las
ciudades.
Los repartos de oficios concejiles se perfeccionaron mediante sorteo o rueda. En otros casos se acentuó la
patrimonializacion de los oficios al conceder los reyes regidurías de por vida o autorizar que las heredaran hijos o
allegados.

Granada y Canarias: rotación bienal de oficios de alcaldes, alguacil, regidores y mayordomo entre miembros de cada
oligarquía local, mediante sorteo y confirmación regia.

Aumentó el ejercicio directo de la justicia y gobierno desde la Corte. Envío de delegados especiales de la jurisdicción
real, como los pesquisidores, jueces de términos.

La monarquía deseaba equidad y restauración de las costumbres antiguas, más que ejercer la superioridad
autoridad, pero producía una irritación peligrosa para el equilibrio de poderes.

2) La hermandad

Juntas anuales de la Hermandad de ciudades establecida por iniciativa regia en 1476. Juntas/Cortes, en ambos casos
son reuniones de enviados de ciudades bajo la presidencia de los reyes o de sus delegados.

La Hermandad acordó el cobro de una contribución ordinaria para sostener su aparato judicial y militar, que permitía
la persecución de delincuentes y la resolución de los casos sobre los que tenía competencia. Paso de la antigua
organización de la fuerza militar ciudadana, fragmentada por concejos, a una nueva milicia territorial controlada por
la Hermandad. Podía jugar funciones importantísimas e introducir un equilibrio distinto en las relaciones de la
monarquía con los patriciados e incluso con las sociedades locales en su conjunto. El autoritarismo de los RC
triunfaba, pero ¿por qué no imaginar que las fuerzas políticas concejiles unidas en Hermandad y contando con
instrumentos de convocatoria, financieros y militares ya establecidos hubieran podido alterar el equilibrio de
poderes establecidos previamente?

2. Los conversos
3.

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