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Marzo-2021
Asunción-Paraguay
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ........................................................................................................ 1
2. PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS DE DERRAMES PLEURALES .................. 3
2.1 TORACOSENTESIS .............................................................................................. 3
2.2 DRENAJE TORÁCICO CERRADO ..................................................................... 4
2.3 DRENAJE TORÁCICO ABIERTO ....................................................................... 8
2.4 TOROCOSCOPIA .................................................................................................. 9
3. CONCLUSIÓN .......................................................................................................... 12
4. BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 13
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1. INTRODUCCIÓN
El espacio pleural, situado entre la pleura parietal que recubre la pared torácica y
la visceral que recubre el pulmón, está ocupado en el individuo normal por unos pocos
mililitros de líquido pleural, que actúa como lubricante entre ambas superficies. La
acumulación patológica de líquido en el espacio pleural se denomina derrame pleural
(Garrido, 2006).
El termino derrame pleural se refiere a cualquier acumulación considerable de
líquidos dentro del espacio pleural. En estados normales, se observa un equilibrio
constante entre el flujo de líquido lubricante hacia el espacio pleural y su absorción. En
situaciones normales, existen solo 15 a 20 ml de líquido pleural en un momento particular.
Cualquier alteración de estas fuerzas puede inducir un desequilibrio y la acumulación de
líquido pleural. Entre las enfermedades frecuentes en Estados Unidos que inducen la
formación de derrames pleurales están la insuficiencia cardiaca congestiva, la neumonía
bacteriana, enfermedad maligna y los émbolos pulmonares (Brunicardi, 2013).
La evaluación de un paciente portador de un derrame pleural se inicia con una
buena historia clínica y examen físico. Interesan también los síntomas de inicio del
proceso, doloroso o no, febril o afebril. Debe prestarse atención a síntomas y signos de
otros sistemas, como insuficiencia cardíaca, cirrosis, enfermedad vascular o neoplásica,
etc. En algunas oportunidades la etiología del derrame se determina fácilmente, mientras
que en otras requiere una investigación más o menos extensa (Ferraina y Oria, 1999).
Los síntomas más comunes son dolor, tos y disnea. El dolor se observa
fundamentalmente en los procesos agudos, originado por el despulimiento de la pleura
parietal. Se presenta como dolor intercostal, la clásica puntada de costado, y puede
irradiarse al abdomen simulando a la derecha un cuadro de colecistitis y aun de apendicitis
(Ferraina y Oria, 1999).
Muchos parámetros de laboratorio ayudan a la aproximación del diagnóstico. La
pregunta es: ¿Cuáles parámetros, costo efectivo, deberían ser escogidos en su primera
etapa?. El más simple es la toracocentesis. Inicialmente es diferenciar si se trata de un
trasudado o un exudado, lo cual es de significancia clínica fundamenta. Malignidad o
enfermedades inflamatorias de la pleura son poco probables en los trasudados (Benítez,
2007).
Dentre los métodos complementarios no invasivos para detección de un derrame
pleural se destaca la radiografia simple de tórax de frente y de perfil como primer
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2.1 TORACOSENTESIS
El drenaje torácico cerrado es un sistema seguro que ocupa poco espacio al lado
de la cama del paciente, resulta fácilmente transportable y es resistente a las rupturas.
Según el autor Masllorens, este sistema de drenaje consta de un mecanismo de acción que
posse tres cámaras (Masllorens, 2012):
1) Cámara de recolección o “botella reservório”, formada por tres columnas
calibradas para controlar el volumen evacuado con capacidad total para 2.500 ml. Cuando
se llena la primera cámara, pasa a la segunda, y sucesivamente a la tercera. Permite
controlar el volumen, la velocidad y el tipo de drenaje. Posee un sellado diafragmático
que nos permite retirar muestras de drenaje para analizar sin necesidad de interrumpir el
resto del sistema. Siempre hay que limpiar el diafragma con una solución antiséptica antes
de extraer el líquido drenado.
2) Cámara del sello hidráulico o “botella sello de agua”, consta de un reservorio
para el agua y está conectada con la cámara de recolección y con la cámara de control de
aspiración.
3) Cámara de control de aspiración, se encarga de regular la intensidad de la
succión del contenido. Se utiliza un sistema de burbujeo para mantener la aspiración en
el nivel deseado. El nivel de agua está marcado, pero se puede llenar a varios niveles de
aspiración según la indicación médica o la normativa del servicio. El nivel de agua es
igual a la aspiración ejercida mientras la cámara burbujee.
Trás el artigo del Calos Felicetti, describe que la correcta introducción de un tubo
torácico reduce las molestias que sufre el paciente, no presenta dificultades para el
cirujano y asegura un correcto posicionamiento en la cavidad pleural, los seguientes
passos son (Felicetti, 2005):
Cuando se utiliza la región axilar como referencia para la introducción del drenaje
tubular, se debe evitar la transfijación de los músculos pectorales y dorsales, por un menor
riesgo de accidentes o dolor, la ubicación depende de la presencia de aire o liquido em la
cavidad:
Drenaje de aire: entre 3º y 5º espacio intercostal.
Drenaje de liquido: entre el 5º y 8º espacio intercostal.
La anestesia local con lidocaína debe incluir generalmente la piel, el periostio de
las costillas superior e inferior y el haz vascular-nervioso que se coloca en el borde
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inferior del arco costal (Figura 3). En esa misma ubicación, la toracocentesis ascendente
(Figura 4) identifica la complicación por aire o líquido, permitiendo introducir el drenaje
en la ubicación deseada. Un tubo torácico, sin la ayuda de una toracocentesis, puede
moverse inadvertidamente debajo del diafragma, como resultado principalmente de una
lesión en el hígado o el bazo (Felicetti, 2005).
Figura 5 - Fijación del drenaje a la pared torácica (punto “U”) y rosca de seguridad en
un drenaje torácico.
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pleurales permanecen sin identificación etiología. Están indicadas biopsia de la pleura por
toracotomía menor. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general con incisión
intercostal lateral de extensión mediana (6 a 8 cm), a nivel del espacio 5º o 6º. La
exploración permite, bajo visualización directa, la biopsia tanto de pleuras como,
eventualmente, del parénquima pulmonar y el mediastinum. El cierre de la toracotomía
se realiza dejando un drenaje sumergido (Figura 7).
2.4 TOROCOSCOPIA
El procedimiento puede ser realizado con anestesia tanto local como general. El
paciente es puesto en decúbito lateral o semisentado en los casos que se presenta disnea
grave. Se hace una incisión entre el 5° y 6° espacio intercostal, en la línea axilar media o
posterior. Se ingresa a la cavidad pleural por medio de un trocar de 10 mm, que tiene
como finalidad dar paso al toracoscopio, haciéndose posible la exploración completa de
las pleuras, especialmente la parietal con su sector mediastínico y diafragmático,
viabilizando así, la biopsia de lesiones presentes y analizar su tamaño. Cuando finalizado
el procedimiento, se mantiene un drenaje pleural bajo agua por el mismo orificio utilizado
para la exploración y el tubo debe permanecer en el tórax por 1 o 2 días (Dezube, 2019).
Las posibles complicaciones de la toracoscopia:
Fiebre post procedimiento (16%)
Rupturas pleurales que causan con salida de ar (2%) y/o enfisema subcutáneo
(2%)
Complicaciones graves e infrecuentes:
Hemorragia
Perforación pulmonar
Embolia gaseosa
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3. CONCLUSIÓN
4. BIBLIOGRAFÍA