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Aurora Venturini,

la maldita
José Tcherkaski - María José Seoane

Aurora Venturini,
la maldita
Una larga conversación

Entrevistas de José Tcherkaski y María José Seoane


a Aurora Venturini
Despedida

"... y si cuando el tiempo nos deja,


nos queda un sedimento de eternidad, un gusto del mundo,
entonces es ligera tu muerte,
como los versos en que siempre estás esperándonos,
entonces no profanaran tu tiniebla
estas amistades que invocan.”
Diseño de cubierta e interior: Silvia C. Suárez (Jorge Luis Borges, a la muerte de Francisco “Pancho” Lopez
Edición: Juan Carlos Ciccolella Merino*)

Fotos e imágenes: archivo personal de Aurora Venturini.


Motivo de tapa: fotografía de Aurora Venturini en su niñez.

“La muerte es muerte, triste es no dejar recuerdos”, escribió hace


muchos años Alfredo Zitarroza. No es el caso de Aurora.
La Venturini murió el 24 de noviembre de este año, 2015, ines-
peradamente, mientras estábamos terminando de corregir este libro.
Por fortuna pudimos acercarle el cd “Solísima” que acompaña esta
edición, y se había mostrado entusiasmada con una presentación
en vivo. Trabajamos casi un año entrevistándola, buscando mate-
rial, y ella ofreciéndonos documentación. Nos encontramos con una
mujer de 92 años sumamente original y extremadamente lúcida.
Cada encuentro fue una sorpresa, una fiesta de inteligencia. Ojalá
sus libros se desparramen como flores silvestres entre nosotros.
ISBN: 978-950-892-
© 2015 Lugar Editorial S. A.
Castro Barros 1754 (C1237ABN) Buenos Aires
Tel.: (54-11) 4921-5174 / 4924-1555
lugar@lugareditorial.com.ar
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Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723


Impreso en la Argentina – Printed in Argentina *Poeta platense, amigo de Venturini.
–Aurora, en su epitafio imaginario ¿qué le gustaría que diga?
–Que era una maldita.
Prólogo I

La Venturini, una aurora de esperanza


José Tcherkaski

De todo lo escrito no me gusta más


que lo que uno escribe con sangre.
Escribe tú con sangre y aprenderás
que la sangre es espíritu.
Friedrich Nietzsche

Por convicción en todos mis libros las presentaciones son breves,


pues entiendo que el valor en este caso es leer atentamente el pensa-
miento de Aurora. Me tomé el atrevimiento de poner en negro sobre
blanco la tragedia de nuestro mundo “cultural”. O sea: lo que no
altera que suba al podio; los trans­gresores, fuera, como perros salvajes.
Aurora Venturini, como un espejo implacable, refleja 73 años
de trabajo incansable. En 1942 publicó su primer libro de poemas:
Corazón de árbol. Lleva editados aproximadamente 45 libros, entre
poesía y narrativa. Recién en el año 2007, gracias a un concurso
organizado por el diario Página/12, su novela Las Primas gana un
primer premio. Los popes de la escritura vuelcan sus ojos hacia esta
mujer de 87 años. Tantos años de silencio –tanto ninguneo– no es
obra de la casualidad. Los dueños de la literatura miraron durante
70 años para otro lado. Cuesta suponer que los “dandis” de la
palabra del grupo “Florida”, o los proletarios del verso de “Boedo”,
tampoco se dieron por enterados, tomando copas por las noches en
tertulias literarias interminables. Notable imprudencia.

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Como una ráfaga se me cruzaron tres nombres: Néstor Perlon- Prólogo II
gher (1949-1992), Osvaldo Lamborghini (1940-1985), Raúl
Damonte Botana –“Copi”– (1939-1987). Ninguno de ellos llegó
“La maldita”
a los 50 años. ¿Dónde se puede encasillar la literatura de estos crea-
dores? La soledad, el abandono, invitan a entrar en el dormitorio María José Seoane
de la muerte. Estas tres no son casualidades, están llenas de dolor.
Alberto Ure espera –su muerte– en un geriátrico. Otro transgresor
indiscutible. Los actores “legales” de la cultura son crueles. En el El que se ruboriza ya es culpable;
la verdadera inocencia no siente
suplemento ADN del diario La Nación del 6 de noviembre del
vergüenza por nada.
2014, se compara a Serrat con Discépolo, una grosería mayor. Jean-Jacques Rousseau
¿Por qué nadie habla de Enrique Pichon-Rivière? La pregunta es
fácil de responder. Fue un innovador, un transgresor incurable. A
los “legales” les da tranquilidad tenerlo en un rincón.
Finalmente agrego cuatro nombres para pensar: Enrique Santos
Discépolo murió a los 51 años, Roberto Arlt a los 42, Homero Sublevada desde la infancia, dotada de una inteligencia incon-
Manzi a los 44 y Eduardo Rovira a los 55. A los cuatro soportar la forme y prematura, apresurada en la búsqueda de conocimiento,
vida, las traiciones y ninguneos seguramente les resultó imposible. incómoda con lo solemne, molesta con lo mediocre, furiosa con el
En este puchero terriblemente desprolijo apareció la Venturini dolor, solidaria con los abandonados, culpable solo de su inocencia,
sin avisar. Venturini es, a los 92 años, una intrusa que desestabiliza la estruc-
Se puede creer en los milagros o las casualidades. Lo cierto es que tura anquilosada de las letras nacionales. La costumbre, en este circo
la historia es implacable. Los ignorados de hoy serán recuperados de fingidos artistas, es mostrar el plumaje como un ave en vuelo,
por la historia y los mediáticos entrarán irremediablemente en el y trepar con garras viles hasta las cúpulas de la fama que no son
olvido. Silvina Bullrich es un ejemplo irrefutable. En vida, sus libros más que la parte visible de la tumba que los espera. Cuando ya no
(sin el menor valor literario) se vendían como pan caliente. ¿Alguien puedan trabajar su éxito, nadie los recordará. Aurora Venturini es
se acuerda de su literatura? la antítesis de esta fauna que se alimenta de su propio vicio. En su
vida no hubo ni hay ostentación, estuvo dedicada al estudio y la
escritura. Vive en un departamento de planta baja de la ciudad de
La Plata –cuna que la vio nacer– y se alimenta casi exclusivamente
de lecturas. No engaña a menos que quiera divertirse, como aquella
vez que para llegar a una presentación de su libro le ofrecieron un
auto, y ella contestó “por favor, querida, si tengo chofer”; la sorpresa
fue verla llegar en taxi.

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Noventa y dos años y su mirada devuelve lo mismo que su lite- imaginación creadora y terminé duramente castigada por eso”.
ratura: una desvergüenza absoluta, porque de nada es culpable, Aurora aprendió a defenderse pero no por eso dejó de sufrir. Le
salvo de su imaginación. Setenta años de trabajo ininterrumpido dolió la infancia y le dolió el país. Un país siempre en sombras que
desde su primer libro Corazón de árbol, y más de 45 libros publi- no aprendió a vivir.
cados. Sin embargo, su experiencia es la de haber querido editar y “Con Las primas todos se dieron cuenta de quién soy yo”,
no siempre poder. A partir del premio “Nueva novela” del diario dice Aurora. Hay que decir que tardaron bastante, o se resistieron
argentino Página/12, Venturini resalta –aún con cuidado–, pero bastaste hasta que la dejaron salir de esa condena absurda en la que
toda su obra anterior es groseramente evitada. Las traducciones de intentaron domesticarla. Un comentario de Miguel Ángel Asturias
Rimbaud, Villon y Lautréamont son trabajos de mucho valor (en el en una carta dirigida a la Venturini intenta explicar lo sucedido:
doble sentido de la palabra) y por ello también boicoteados. Ponce
de León y lo más interesante de Lugones también se ponen bajo la Tu nombre, mi nombre, nuestros nombres fueron palabras
alfombra. “Venid amada alma”, llama Verlaine a Rimbaud. El espí- prohibidas hace tiempo, nos retacean, y este retacearnos
ritu de Venturini también es convocado. Durante 50 años ella paga es una forma en que ejercitan su autodefensa, no habla de
sus propias ediciones: “Yo siempre me pagué mis ediciones porque otra cosa que de la pobreza humana e intelectual en que se
no me gustaba ir a pedirle nada a nadie”. En su novela autobiográ- debaten.
fica Los rieles Aurora se reconoce como “la señora k”, en referencia
a El proceso de Kafka: “Por ser diferente, ¿quién es mi semejante?”, pregunta su perso-
naje Chela en Nosotros, los Caserta. Y me recuerda a los versos de
…a semejanza del señor k, a pesar de los chumbos y retro- Rimbaud en Una temporada en el infierno:
cesos, de aguardar detrás de mugrientas puertas herméticas,
no cejaría, no he cejado en la intención de tomar la plaza… …soy esclavo de mi bautismo. Padres, habéis causado mi
¡Y a cuchillo! Yo fui valiente y no he retrocedido. Yo fui desgracia y la vuestra. Pobres inocentes… Sacerdotes, profe-
brillante y no pudieron opacarme. Salvaré la fosa castellana sores, maestros, os equivocáis al entregarme a la justicia.
de un salto increíble, cuan inesperado. ¡Lo haré! Nunca pertenecí a este pueblo, soy de la raza que cantaba
en el patíbulo. No comprendo las leyes. Carezco de sentido
La prosa de Venturini es una búsqueda antropológica de un moral. Soy bruto…
yo abandonado en la infancia. La letra se da desnuda sin mira-
mientos. Y la historia se va contando como si nadie existiera del Como un milagro maldito, la Venturini sobrevivió al silencio
otro lado para suavizar la verdad infantil y traumática que se narra. sin dejar de ser un animal silvestre que desde los altos árboles del
A través de sus personajes, Aurora elabora las voces que nombran bosque de La Plata aúlla su inquietud, y observa como un cristo
la ilusión primera: la de un mundo fiel, a la medida del sueño castigado o como el perro del poema “Metempsicosis” de Lugones
infantil. Dice Venturini: “Quería un mundo a la manera de mi la boca del infierno, que también tiene nombre de patria.

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“La muerte se olvidó de mí”, dice entre risas, o “yo maté a la Encuentros
muerte”, sin falsa modestia. Como en Les enfants terribles de Jean
Cocteau, los malditos no tienen edad. Viven el presente de sus
necesidades más íntimas y misteriosas. Fuerzas extrañas los poseen;
“soy prisionera de mis ficciones” dice Venturini. Y hay que creerle,
porque Aurora pronto cumplirá 93 años, y todavía parece no haber Nuestro primer encuentro fue breve. Llegamos temerosos,
nacido. decían que la Venturini era intratable, difícil, malhumorada, vil.
Que todo lo que falte decir, lo diga “la maldita”. Nos recibió en silencio. Nos miró y nosotros la miramos. Comen-
Su aullido espera. zamos la entrevista con una anécdota que emparenta las infancias de
José y Aurora. Pronto se dio cuenta que conocíamos su obra, y que
éramos respetuosos de su intimidad. Creemos que eso le agradó,
y supo que éramos interlocutores atentos a sus guiños. De todas
maneras no dejó de preguntarnos si leímos esto o aquello.
En el segundo encuentro nos recibió con masitas secas y café,
nos regaló un manuscrito, nos dedicó un libro y nos sacamos una
foto los tres juntos. Nos despedimos sonriendo.
En el tercer encuentro nos ayudó con las dudas que teníamos
de las grabaciones anteriores. Le mostramos el trabajo y le gustó
muchísimo. Grabamos una hora más. Nos despidió a la hora del
almuerzo. Y aceptó que le pidiéramos a su agente un cuento suyo
inédito para incluirlo en este libro.
Semanas más tarde la llamamos para saber cómo estaba. Nos
atendió y pidió que fuéramos a verla porque nos había preparado
fotos y otros materiales para incluir en el libro.
Nos llama “el Ruso y María”. Le decimos que la queremos.
El mito de una Aurora Venturini intratable se desvaneció como
una sombra.
Gracias Aurora por tu generosidad.

“El Ruso” y “María”

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Primer encuentro
–Hay una anécdota que recién me leía María en el auto, y
que usted la cuenta en Los rieles. A mí me causó mucha gracia
porque, salvando las distancias, me sucedió algo muy pare-
cido. Usted cuenta que cuando recitó un poema en el colegio,
su mamá dijo que no era posible que fuera de usted. La acusó
de mentirosa frente a sus compañeros y profesores. Cuando yo
escribí la canción “Mi viejo”, que se hace enseguida muy cono-
cida, mi madre me dijo: “Andá a la comisaría. Presentate y decí
la verdad porque vas a ir preso por mentir”.
–Ay, “Mi viejo…” que linda canción. Y ¡qué madre! A mí me
dio mucha rabia. Era una familia muy cerrada. No entendía lo que
era ser libre. Y yo era muy libre. A los 19 años me independicé. Viví
sola en un departamento y trabajé. Tenía cátedra y también estaba
en la Fundación Eva Perón.

–Usted tuvo relación con Eva Perón…


–Sí, y con su familia. Con Blanquita, la hermana, y con Doña
Juana, la madre. Yo las conocí mucho. A Juancito también, pobre-
cito, era bueno. Una chico joven que con plata desvarió.

–¿Y Perón, como era?


–Hermoso. Cuando lo conocí era coronel. Con las chicas nos
quedábamos con la boca abierta. Era muy mujeriego.

–¿Y Evita era linda mujer también?


–Era una mezcla de ángel y mujer. A mí me dio mucho. Mirá
que yo era salvaje, pero Evita era más. Decía unas cosas que no
podías responderle.

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–¿En qué año la conoce a Eva? por Air France y me fui a la noche. Llegué allá y conocí gente
–En 1946 o 1947, por medio de la señora de Mercante. argentina.

–¿Y tuvo contacto con ella hasta su muerte? –¿Cómo se relaciona usted con Sartre y De Beauvoir?
–Hasta 1951. Ella me dice que no había más trabajo en la –Fueron profesores míos.
Fundación, y que descanse porque yo estaba muy apasionada con el
asunto de los chicos pobres. Era cierto. A mí los chicos me tiernizan. –¿Cómo eran ellos?
Me dijo “quedate en tu cátedra porque esto se viene abajo”. –Como cualquiera. Ella como una señora que anda por la calle y
él un hombre feo. Era una pareja abierta. Inventaron una filosofía.
–¿Cuál es la diferencia sustancial entre Perón y Evita? Yo la entendía como teoría pero nunca practiqué el existencialismo.
–Perón era un militar, querido, con eso te digo todo. Nunca dejó Yo soy cristiana.
de ser un militar. También era un líder, indudablemente. La voz de
Perón atraía como no sé qué. Mientras vivió Eva el peronismo era –¿Camus se casó con la hija de Sartre?
ella. El grito de la plaza, que es un grito de pueblo, cuando salía –Sí. Ella no era escritora. Era una chica que tenía un novio judío,
Perón era el aplauso. Cuando salía Eva era la exhalación. y los nazis se lo mataron. Entonces se dio a la vida de la droga.

–¿Qué explicación le da a esa diferencia? –¿Usted también tuvo relación con Leduc?
–Evita inspiraba amor. Era carismática. –Sí, compartía un departamento conmigo. Yo vivía en el Barrio
Latino. Nos reuníamos todos en un galpón, nos sentábamos sobre
–¿Perón no? unos gomones, siempre a la noche, porque yo trabajaba, primero
–Perón tenía viveza. A Eva no la puedo definir, y mirá que soy en una rotisería y después en un instituto. Mentalmente soy muy
psicóloga. Estuve cinco años en París, no 25, como dicen. Yo me fui inteligente pero físicamente soy un espanto. Me acuerdo que los
en 1956 después de estar presa cuatro días. Nunca hablo de lo que que sabían cantar cantaban, otros bailaban, escribían. Ahí me hice
hicieron porque es horrible. amiga de Simone.
(...) A mí me iba bien. Yo publicaba acá, a pesar de todo. El
–¿La torturaron? diario El Día de La Plata había sido intervenido pero yo estaba con
–Nos maltrataron. A todas nosotras. Pero no me pudieron Antonio, el dueño de Claridad, la editorial. A veces firmaba como
violar. Yo era flaca. Agarraban a la gorditas. Después me fui a París. Patrice de La Tour Du Pin o como Beatriz Portinari, la novia del
Antes ya había ido a Europa, viví en un departamento en el Barrio Dante. Yo estuve en Florencia, bastante tiempo, fui a la Iglesia de
Latino, cerca de donde pasa el subterráneo. Tenía amigos. Después Santa Margherita dei Cerchi y vi la sepultura que dice: “qui riposa
volví a Buenos Aires y me agarró la maldita “Libertadura”, …con Beatriz Portinari” y dije, “la voy a tomar como mascota”.
las cascadas que nos dieron… Un compañero me sacó el pasaje

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–¿Leduc era muy trágica? –¿En qué año conoce Perón a Evita?
–Había sido lesbiana. Cuando yo la conocí estaba enamorada –Hay varias versiones. Yo creo que la conoció en el Luna Park.
de un ladrillero que vivía en el suburbio. Era tan tonta. La fuimos a “La piraña”, que era la chica que estaba con Perón –le decían así
buscar. Volvió llorando. porque tenía los dientes para afuera– se levantó de la silla, y Eva se
le sentó al lado.
–Pero qué escritora…
–Ella lloraba. Hablaba de su mamá… ¿Te gusta la novelita La –¿Cómo era Eva en la intimidad?
mujer del zorrito? Es maravillosa. –Estaba siempre de mal humor. A mí me llego a querer, y yo a
ella. Le contaba chistes verdes que le gustaban.
–Acá en Argentina está olvidada, no sé en Francia.
–Este país se olvidó de todo menos de robar. Yo vi todas las –Cuénteme uno.
revoluciones. La de 1930 cuando derrocan a Irigoyen. Yo era una –Un chico dice: “yo me despierto en la noche, me hago ‘la porla’
beba. Iba al jardín de infantes. Un día vino una tía a buscarme, a mi y me duermo de nuevo...”. La profesora lo escucha y llama al padre, a
tío lo habían mandado a Ushuaia. Tomamos un tranvía y andaban la madre y al psicólogo. Al cura no lo llama... Entonces le preguntan
los escuadrones rompiendo todo. Es uno de los primeros recuerdos al pibe: “¿Vos te levantas de noche?”. “Sí, –dice el nene–, me hago
que tengo. Mamá era maestra, la dejaron sin trabajo. La gente comía ‘la porla’ y me duermo enseguida”. La psicóloga dice: “¿Qué es eso,
“chicoria”, por eso se dice “estás en la chicoria”. Un horror. Sufrí hijo mío?” Y el nene contesta: “la... por-la señal de la santa cruz…”
toda la década infame. Después vi la Revolución de 1943. Perón Los psicólogos somos muy mal pensados…
era uno de los tantos oficiales que había. El que la hizo fue Rawson.
Los peronistas no hicieron la revolución. En 1945 nosotros salimos –Usted quería a Perón, ¿lo trató?
a romper todo para que traigan a Perón de vuelta. Fue como en –Lo fui a ver cuando estaba en la quinta “17 de Octubre”, en el
Francia, “Allons compagnons”, una movilización popular. barrio Puerta de Hierro. Yo tenía que llevarle unos papeles. Fui por
la puerta de atrás, Perón estaba en el jardín tomando mate con un
–¿Usted ya estaba comprometida políticamente en esos años? juego de plata.
–Hacía política y hablaba en la Facultad.
–Mientras Perón se escapa, a Valle lo fusilan.
–¿Tenía simpatía por Perón? –Si, toda esa gente, pobrecita.
–Todo lo que fuera contra los conservadores yo lo amaba.
Después de 1955 había esta bruma que hay en este momento acá. –¿Usted sueña?
La bruma de los cambios donde muere mucha gente. Yo no quiero –Tengo sueños de abandono. Yo sé porque. Ustedes no me van a
vivirlo de vuelta. Lo de 1976 lo viví. creer, porque a mí no me creen nada. Tengo un recuerdo de antes del
año. Yo tenía dos tíos que estudiaban en el Liceo Naval. Me llevaban

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14 años. Mamá estaría ocupada, y los chicos andaban conmigo de acá –Pensé que tenía 14…
para allá. Fueron a jugar y uno de ellos me llevaba encima. Después –Los chicos me leen. Cuando hago charlas vienen jóvenes. Los
me dejó en el pasto sentada, y parece que yo empecé a gatear y me viejos se extrañan porque digo culo. Yo le decía a los chicos: “es una
fui. Se hizo de noche y me dormí, perdida. Cuando me desperté parte del cuerpo”.
estaba con mi mamá en un lugar que parecía una clínica. Mamá
decía que los iba a matar a esos sinvergüenzas de mis primos que me –¿Es cierto que Ionesco montó una obra suya?
habían descuidado. Cuando volvimos a la casa los chicos estaban –Cierto. Hace tanto… nos reuníamos en un galpón, de noche,
llorando y yo quería ir con ellos. Uno decía “no me quites la nena”, cada uno hacía lo que sabía. La obra era sobre un exiliado. Estaba
y prometió que me iba a cuidar. Ese abandono, ese miedo, lo tengo. inspirada en Lautréamont. A él le gustaba como yo escribía. Esa
gente acá no hay, disculpame, vos sos un tipo especial. Era gente
–¿Ahora lo tiene? maravillosa, amable, interesada en lo que le pasaba al otro, y soli-
–También sueño que tomo un colectivo, bajo y no conozco el daria. Borges también fue bueno.
lugar. La vez pasada soñé que me había olvidado de ponerme la ropa
y corría desnuda por la calle. –¿Fue amiga de Borges?
–Sí, mucho. Una vez sentados en la plaza me dice “no se dé vuelta,
–¿Se asusta de los sueños? atrás suyo hay un monstruo”. Miro y era un afiche de Perón. Pero
–Sí. “Morir, dormir, no despertar nunca más, poder decir todo Borges no era delator. Había otros que sí lo eran. Una vez lo llevaron
acabó, en un sueño sepultar para siempre los dolores del corazón… preso. Fuimos con Rega Molina y otros a sacarlo. Y Borges dice: “No
Morir, quedar dormidos, tal vez soñar...” Shakespeare. Es cierto. quiero salir. Quiero ser malo”. Después Perón supo que era uno que
Pero cuando estás en el infierno no hay sueño. Yo estuve. hacía cuentos y dijo “el único que hace cuentos soy yo, sacalo”.

–¿Cómo fue? –¿Conoció a Homero Manzi, a Cátulo, Discépolo?


–Me morí. –Poco. Pero eran tipos extraordinarios. “Los inmorales nos han
igualado”, que grandioso. Fijate que coincide con todos los tiempos.
–¿Tuvo un accidente?
–Venía de la calle. Me senté en la cama para cambiarme los –Superará los tiempos…
pantalones. Cuando me quise levantar me caí. Me rompí toda. –La que a mí me hizo ser como soy fue Evita. No era culo con
Ahora camino, pero no salgo. La otra vez presentaban mi libro y arandela, ¿eh?
no pude ir.
–¿A usted le gustaría ser Evita?
–¿Qué edad tiene, Aurora? –Imposible. Cuando me pidió un editor que escriba sobre ella
–29. dije que no. No quería remover el pasado. Al final escribí Eva, Alfa

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y Omega. Me guardé cosas, muchas. Una vez fui a una peluquería Ojalá no lo encuentres nunca, porque perderlo es perder la vida. A
y la muchacha me dice “Evita era prostituta”. ¿Todavía flota eso en mí me pasó. Mis otros matrimonios fueron Vilcapugio y Ayohuma.
el aire? No es cierto. Nunca fue una prostituta. Conozco que antes
de Perón tuvo otros, pero… ¿qué muchacha no tuvo algo? Toda la –Su segundo marido fue compañero mío de trabajo…
familia Duarte era buena. Yo conocí a todos. Era gente de campo. Fermín Chávez.
–Vivía borracho. Yo me fui. C’ est la vie. Fracasos.
–¿Qué piensa de lo que pasa hoy en Argentina?
–Tengo miedo. Vivimos en una guerra civil diaria. –¿Cómo era su relación con Miguel Ángel Asturias?
–Muy buena. Estuvimos en París. Había un señor sentado en una
–¿Conoce a Cristina?, es de La Plata... mesita, y yo le digo a Miguel Ángel: “Me parece que lo conozco”.
–No, es de Tolosa. Hay cosas que necesita la sociedad y no las tiene Todo el mundo lo saludaba. Cuando se para nos dimos cuenta que
en cuenta. No se puede estar cantando el “arrorró” a la gente cuando era Perón. Vivía en Madrid pero paseaba por todos lados.
se están muriendo de hambre. Ni en la época de los conservadores era
así. Los conservadores eran malos tipos, pero a los chicos les daban –¿Estando en París no se trató con Cortázar?
bien de comer para sacarlos fuertes para el trabajo. Las cosas cambian. –Lo veía mirando al Sena. Pero no nos conocimos. Su literatura
es buena.
–¿Usted suele llorar?
–No. –¿Le interesa la literatura latinoamericana?
–Claro que me interesa. Silvina Ocampo me encanta. Hay
–Es más dura que Eva. mucho.
–Tanta veces lloré... Muchas. A mi edad llevás todos los muertos.
–¿Alejandra Pizarnik?
–¿Qué recuerdos le producen nostalgia? –Si, la conocí. La mocosa la buscaba a Silvina, pero ella estaba
–Ninguno. casada con Bioy. Silvina le dio plata y la mandó a París, se fue y
después se suicidó. Muy buena poeta. Era un alma perdida.
–¿Alguna vez amó profundamente?
–Sí. Yo era muy joven. Él era un hombre casado. El amor existe, –¿Cómo es su alma?
pero una sola vez. –Soy un alma. Cuando me muera, le pedí a Dios que me deje
por acá. Que no me mande ni arriba ni abajo. Que me deje por
–¿Una sola vez amó? Buenos Aires. El que fue al infierno no vuelve dos veces. Como yo
–El amor es encontrar la otra parte. Cuando la perdés quedás ya estuve, ahora me tiene que dejar por acá. Si soy fantasma los voy
para siempre incompleta. Yo tengo esa definición. Hay un solo amor. a visitar. ¿Vos sabés que hay fantasmas? Yo los veo.

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–¿Cómo es el infierno?
–Horrible. El diablo me dijo: “voy a enterrar tus restos mortales”.
Pero me salí. Mi médico dice que eran alucinaciones. Pero los
médicos son médicos, nada más.

–¿Tenía usted una vida social importante?


–Como los artistas. Ahora no veo a muchos. Y cuando era chica
tampoco me gustaba estar con gente. En los bailes de graduación yo
nunca iba a las galas. Nunca visto de largo. Mis hermanas sí.

–¿Y su papá?
–No quiero hablar. De las chicas sí. Una es maestra. Son menores.
Son buenas. Hay una que está casada hace como 60 años. Segundo encuentro
–¿A Natalio Botana lo conoció?
–Fuimos íntimos con “Poroto”1. Él me leyó la mano. Me dijo
“vas a ser famosa”. Antes de tener el accidente donde me morí se
cayó un libro de la biblioteca y se abrió; adentro estaba la carta de
Helvio “Poroto” Botana. La llamé a María Granata para preguntarle
si estaba vivo. Me dijo que no. Después me caí.

1. Helvio “Poroto” Botana, uno de los hijos de Natalio Botana.

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–Alvear era más francés que argentino. Vivía en patas cami-
nando por la arena, con un batón. Yo salía corriendo y lo agarraba
de las piernas. Me levantaba y me pegaba a su cara, era suavecita.
Estaba enamorada de Alvear. “¿Dónde está la mamá de esta niña?”,
decía. Yo decía que me iba a casar con él. Cada vez que lo veía él
me agarraba en brazos. Fueron como cuatro veces. Mi mamá era
maestra, se pasó la vida trabajando. Hay cosas que se olvidan y de
pronto te vuelven a la memoria. Mi familia era radical. Había plata.
Después vino el año 30 y a mi mamá la trasladaron a una escuela,
muy lejos.

–Entonces usted tiene dos persecuciones. Una por radical y


otra por peronista.
–Sí. Pero yo era muy chica. Tenía 6 o 7 años. Escribí un libro
hablando de eso.

–¿Cómo se llama?
–Está en la imprenta. Es Castadiva, peludos y orejudos. Los
peludos son los radicales.

–María consiguió hace unos días un libro que es una traduc-


ción suya de Mal de la aurora, de Lautréamont. Yo quería
preguntarle sobre lo que usted dice allí de Lugones. Borges
habló mucho de Leopoldo Lugones pero nunca oí que lo consi-
derara un “maldito”.
–Borges no sabía mucho de literatura francesa, sabía de literatura
inglesa. Lautréamont ha sido por mucho tiempo criticado y robado.
Mi libro es muy bueno. El estudio que hago sobre los poetas que

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conocían y se inspiraron en Lautréamont no lo habían hecho antes. –¿Amaral fue importante para usted?
¿Lo venden ahora? –¿Raúl? Si, murió. Era de la Generación del 40 como Alberto
Ponce de León y María Granata, que ya está vieja y me dijo que no
–No, lo conseguimos usado, por Internet. Este año se reeditó escribe más.
la traducción de Aldo Pellegrini.
–Sí, pero la mía es mejor. Porque es traducción y trabajo de –Nena, ¿vos no comés masitas?
ensayo. –Sí, estoy comiendo.

–¿Usted conoció a Lugones? –¿Y vos, nene?


–No, conocí a Rega Molina. –Yo me estoy cuidando la figura.

–Esa relación que usted hace entre Lautréamont y Lugones –Vos pareces un ruso. Son lindos los rusos.
es poco conocida… –Gracias, Aurora… ¿Es cierto que usted le enseñó francés a
–Hay que leer los cuentos fantásticos de Lugones. Pichon-Ri- Oliverio Girondo en Francia?
vière también habla de esto. Yo soy lacaniana. Soy psicóloga. –No. Di charlas sobre Girondo en Berlín, en la Escuela Argen-
tina.
–¿Por qué esa distinción entre la escuela de Lacan y la freudiana?
–Lacan es freudiano. A Freud habría que hacerle una estatua de –¿Le gusta Girondo?
muchos metros. –Sí, pero le hizo mal a la poesía.

–¿Cómo llega usted a Lacan? –¿Por qué?


–Por Béla Székely, querido. Yo estudié Filosofía y Ciencias de la –Porque los chicos lo imitan y hacen pavadas. Yo también le hice
Educación en La Plata. mal a la literatura.

–Y después estudia Psicología en Francia… –¿Por qué?


–Conocí a Rorschach, fui discípula de él. Me enseñó a hacer los –Porque me imitan y ponen porquerías.
test. Es tremendo. Te hace decir cosas que jamás pensaste que podías
decir. En el fondo del subconsciente se esconden las cosas como –Pero usted no tiene la culpa…
si fueran peces. Generalmente todo se relaciona con la primera –Hay que poner porquerías pero disfrazadas. Los chicos la
infancia. Por eso yo digo que hay que cuidar mucho a los chicos. ponen así nomás. Es pornografía. Todo renovador hace daño, ¿te
Detrás de todo delincuente hay un niño temeroso. Si vos le hacés un das cuenta? Porque los otros son imitadores y te deforman.
test te das cuenta. Todos somos culpables.

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–¿Qué escritores considera que la imitan? –Y François Villon..., también fue un maldito, y también lo
–Muchos jóvenes. tradujo…
–También lo traduje. Por ahí está el libro. La iglesia tiene su
–Su poesía es una literatura y su narrativa es otra… canon. Yo estoy también estoy entre los malditos aunque tengo la
–Mirá, en poesía respeto las formas. En prosa hago lo que me bendición papal. El papa me mandó la bendición.
piace. ¿Nunca leíste mi poesía?
–Es un papa maldito…
–Sí, por eso mismo, pero… ¿por qué ese respeto a la poesía? –Yo soy cristiana. Creo en el Señor, en María, en todo. Lugones
–Porque la poesía es arte. La inventó Homero. Es más fácil también es maldito. Ese libro, La guerra gaucha, tiene un cuento:
escribir en prosa. Fijate que para escribir un soneto hay que saber “El rastreador”, tremendo. Ese Lugones toca los nervios con punta
matemática. Hay que tener sentido prosódico, mantener el lirismo, de acero. Es un grande. En el mismo lugar donde él se suicidó,
la rima consonante, la cantidad de sílabas… no cualquiera hace el “Descanso del Toro”, en Tigre, Miguel Ángel Asturias escribió
sonetos. ¿Te das cuenta? “Mulata de tal”.

–Entonces para usted la prosa es más fácil… –Es un lugar misterioso…


–Sí, la prosa sale. A la poesía tenés que medirla, pesarla, escu- –No, es un lugar donde va todo el mundo. A los chicos de la
charla. Tiene que ser música. Si yo traduzco por ejemplo a Lautréa- escuela se los lleva. Cuando yo fui profesora los llevé. Nos bañá-
mont, tengo que respetar el sonido de la voz francesa. Y es lo que bamos en el río. Llevábamos malla. Yo también.
he hecho. Me costó muchísimo ese libro. Fueron más de cinco años
de laburo, ¿sabés? Años de sentir que lo estaba escuchando a él. Fue –¿Qué otro maldito reconoce en la literatura argentina?
como estar con un fantasma. Tan desdichada me he sentido, como –Hay uno… que vive en Buenos Aires. ¡Que antipático es! No
él. Era un desdichado. me acuerdo como se llama. Una vez lo llamé y me dijo: “¿Qué
quiere?”. “Nada”, y le colgué. Me asusté. Escribe novelas. Bueno, a
–¿Lautréamont? Borges también lo considero maldito.
–Lautréamont. Él era uruguayo, ¿sabías, no? El padre era un
milico que no lo quería porque le decían loco. La tía le había dicho –Por qué no intentamos acordarnos del nombre…
que era un loco y que escribía cosas malas. Se fue a Francia y no –La maldición la tenemos ahora en este país… Tengo miedo de
volvió nunca. Murió como un reo casi pidiendo limosna. Murió en poner la televisión. Puteo sola. ¡Que hijos de puta! ¡Qué vergüenza!
la portería de un hotel, asistido por el portero. Fue un maldito, ¿te El monumento a Colón desapareció. Los descendientes de italianos
das cuenta? estamos muy furiosos. Es la inmigración más importante que hubo
en el país. Buenos Aires se la deben a los tanos.

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–Sigamos pensando en el nombre del escritor... –Aurora, ¿usted es consciente de la cantidad de libros que ha
–Laiseca. Laiseca es. Una vez lo llamé y me dice: “¿Qué quiere?”... escrito?
–Sudamericana tiene 10 inéditos. Y ahora terminé dos más. Soy
–Escribió una novela de dos mil páginas… como una máquina, ¿sabés? Soy un monstruo.
–Las cosas que escribe son bastante asquerosientas.
–¿Son novelas o cuentos?
–¿Se acuerda qué fue lo primero que usted escribió? –Cuentos.
–Sí. Un poema para mi mamá, que dijo que yo no lo había
hecho. Qué maldad. Después escribía bajo las sábanas con una –¿Editados cuántos tiene?
linterna. Mamá decía: “mirá que pavadas hace”, creía que las escri- –Más de 45. Los primeros fueron de poesía: Adiós desde la muerte
toras eran unas locas. Tenía razón. Como arañas. Yo quiero mucho y Corazón de árbol. Fue el comienzo. Con Amaral, Speroni...
a las arañas. Les hablo y me entienden. Tenía una. La señora de al
lado que es la dueña de la confitería se asusta. Un día me dice: “Ay, –Tenemos una foto de la generación del 40 en La Plata donde
Aurora… ¿a vos te gustan las arañas? Lo dijo Teté Coustarot por está usted con estos profesores y poetas que nombra…
radio”. Ella pensaba que la tenía caminando por acá y tenía miedo –Sí. Los dos hermanos Ponce de León eran buenos escritores.
que se pase a su casa. Yo la tenía en la ventana, hablaba con ella. La Speroni era magnífico. Mujeres muy pocas. Muy cursis. A las mujeres
araña me escuchaba, levantaba las patitas, me miraba. Una vez vino las ocupa el amor. Solo saben quejarse. Yo también escribí un poema
con una cría. Salieron arañitas. Una de ellas, Ariadna, es la que está grande de amor, pero la poesía es otra cosa. Eso lo entendí mucho
adentro del libro de Pancho (López Merino). La madre, la mayor, después. El “mester de clerecía”, que no es “de juglaría”, porque
falleció. Así fue. Alguien le puso una maceta encima. los juglares cantaban cualquier cosa como ahora cantan los chicos.
(...) “De clerecía” es porque era el oficio de los clérigos, que eran la gran
–Cuando vino el diluvio (3 de abril de 2011, La Plata), acá se cultura de esos tiempos. Cuidaban la estrofa…
cayó todo. Dos metros de agua. Yo me subí a la cama y dije “no
quiero ver cómo me muero”. Cuando me desperté, el agua había –Usted conoce la literatura de Nicanor Parra.
bajado. Después dos ladrones me quisieron robar. Y la última fue –Sí, la conozco y la conocí a ella, a Violeta. Qué gran mujer….
esa caída donde me rompí todo los huesos. Mi sobrino decía “se va En el Louvre tiene un espacio con sus cuadros, ¿sabías?
a morir”, “se muere”, y nunca pasó.
–Pero Nicanor Parra no respeta la métrica.
–Usted nos está diciendo que es inmortal… –No, mirá, yo adoro las canciones de Violeta. Una mujer encan-
–Yo no sé. La muerte se olvidó de mí. tadora, muy de izquierda, muy protestona. Cometió la estupidez de
enamorarse de un chico joven que después la dejó. Que lástima…,

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que lástima, eh… esas canciones que dicen “ayer recibí una carta –Y Natalie Sartre, ¿quién era?
con un signo negro al lado, en esa carta me dicen que ayer murió –La que se casó con Camus. No se sabe quién era la madre.
mi hermano”… No murió, lo mataron. Yo estuve cuatro días en la Tenía un novio judío. Se lo mataron los nazis.
cárcel, en el año 1955. Te aseguro que son 400 años. Y los chilenos
son malos como nosotros. –¿Cuánto tiempo compartieron el departamento con
Violette?
–¿Vio la película de Violette Leduc? –Ella no estaba nunca. Se iba. Un día estuvo cuatro días sin
–No, no la quiero ver. volver. Yo fui y le dije al grupo que no podía ser así, y la fuimos a
buscar. El que sabía más o menos donde podía estar era Ionesco,
–En la película parece que Violette siente un amor muy que era muy amigo. Al final estaba en un burdel. Después no volvió,
grande por Simone de Beauvoir, como si ella estuviera parece que no le fue bien. No era muy atrayente la muchacha. Le
enamorada. habían dado una paliza tremenda. No sé si fueron los ladrilleros...
–No, no es cierto. Apenas se tenían simpatía. Ella estaba muy lo cierto es que llegó al departamento y me pidió que le hiciera
enamorada de Jean Paul. Muy obsesionada. Decía “mirá, me está chocolate, lloraba encima de la taza. La madre no la había querido.
espiando por esa ventana”, “me persigue todo el día”. Era medio
loca, medio ida. Y Simone era como una profesora. –En la película aparece como muy amiga de Jean Genet, y de
un millonario homosexual…
–Pero Simone sí tenía relaciones con otras mujeres, incluso –Sí, era homosexual. Yo soy la tipa más normal. Pero no me
alumnas. asusto de nada. Hay putos que son buenos. Por ejemplo, los enfer-
–Sí, tendría, pero con ella no. Esta muchacha (Violette) después meros que yo he tenido, travestis, eran buenísimos, lo mejor. Lo que
dejó de ser lesbiana. Cuando yo la conocí ya le gustaban los hombres. a mí me molesta un poco son las chicas. Las lesbianas no me gustan,
De lo otro no sé nada. Violeta era muy fea. pero cada uno hace lo que quiere. Como dice Villon: “No hay como
hacer lo que no debo”.
–Tenemos una foto de ella…
–Nos parecíamos bastante. Nos parecíamos mucho. De cara soy –Murió joven Françoise Villon, ¿no?
mucho más linda yo. Pero mirá las piernas, me parezco. Ella lloraba –François Villon… La gorda Margot... [Aurora recita, de
siempre. Yo también estaba mal. Entonces, un día, mirando al Sena, memoria:] “Si amo a la bella y sírvola ¿os asusto?, ¿me juzgáis vil y
íbamos las dos caminando, y había dos tipos sentados. Uno le dice tonto y mentecato? Tiene ella bienes para todo gusto. Por su amor
al otro: “mira esas dos longanizas, ¿qué les pasará?”. Yo le dije: “Vos ciño daga, escudo y mato. Cuando alguien viene tomo pronto un
seguro sos porteño, sos una porquería”. “Perdón, perdón” me dijo vaso y de la pieza escúrrome callando. Después le traigo queso y
el señor, y se fueron. pan, la abrazo, si paga bien le digo: ‘¿Vuelve? ¿Cuándo? Cuando esté
en celo, amigo, lo esperamos en el burdel en donde el pan ganamos’.

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(...) Que llueva o truene, tengo el pan seguro. Soy vicioso y hálleme –Yo le creo a usted.
una viciosa. No sé cuál de los dos lo es más, lo juro. Y la basura nos –Yo estudié en Brasil. Acá en nuestro país están en Vicente López
parece hermosa…” nada más. Lo demás son todo mentira. Vi tantas cosas. Una vez nos
Sigue, es cada vez más largo. Después hay uno de los curas. En fuimos disparando, aterrorizadas. Estaba con una muchacha de La
Buenos Aires di una charla sobre Villon. Yo estaba casada con mi Plata. Hay muchas cosas que los hombres no quieren creer. Pero
primer marido. Había un señor que vino, un vagabundo que se me Jesús sabía cómo era. Jesús era como esos. ¿Te das cuenta? Era mago,
acercó y dijo que se quería casar conmigo porque si a mí me gustaba monje, santo. Mesiánico.
tanto Villon, él también era borracho y degenerado. Mi marido lo
iba a matar. “Vamos, vamos”, le dije. Si vos vieras la pinta del tipo… –¿Evita también era sensible a estas cosas?
Había escuchado todo lo que yo dije sobre Villon. –Evita me escuchaba y me creía. También se divertía mucho
con lo que yo decía. La podrían haber salvado a ella. Cuando le
–Cuando usted inicia una novela, ¿desde qué lugar lo hace? agarró el cáncer podrían haberla operado. Yo le contaba chistes
–Siempre en La Plata. Todas mis novelas transcurren en La Plata. verdes. Un día me dice: “bueno, vamos a enumerarlos”. Entonces
La historia no sé quién me la dicta. Yo ni me acuerdo lo que escribo. llegaba y decía “2”, y yo le contaba. Ella decía: “Aurora, cómo me
Escribo y escribo porque lo necesito. Paro y me lleno otra vez. Una haces reír”.
cosa extraña, de escritor, “porque me obligáis, si yo no sé escribir”.
Yo no sé porque escribo. Es un misterio. El que no cree que hay otra –¿Tiene fotos con ella?
cosa, se equivoca. Yo creo en los fantasmas. No hablan, pero siento –Evita nunca se sacó fotos con mujeres. ¿Vos has visto alguna?
una gran satisfacción al verlos.
–¿Y por qué?
–O sea que los muertos son mejores que los vivos… –Pensaría que no éramos dignas de estar con ella. Era muy orgu-
–Mirá, el que es hijo de puta en vida sigue siéndolo después llosa. Lo único que la sacaba de ese orgullo eran los pobres, los viejos
de muerto. No vi ninguno de esos. He visto a mis amigos. Y otros y los niños. Nunca se sacó fotos ni con su madre, ni con Blanca, la
que no sé quiénes eran. Se habrán equivocado. Los médicos no me hermana. Así fue mi vida. Ahora ya estoy un poco cansada. Voy a
quieren creer, dicen que soy una alucinada. cumplir 93.

–¿Siempre los vio, desde chica? –¿Cuándo?


–Sí, mamá me ha pegado tanto por los fantasmas... Yo decía “acá –No se dice.
están, acá están”. A mi hermana le preguntaba “¿vos los viste?”. La
vida de los muy sensibles es difícil. ¿Vos creés que no? Yo te digo la –Solo sabemos que va a cumplir 93.
verdad. –Es un espanto.

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–La generación del 40 tenía como referentes a los escritores –¿Fue una decisión empezar a escribir prosa, o cómo surgió?
el 20, Roberto Arlt, Nicolás Olivari… –A mi poesía la mató Buenos Aires. Viví allí 17 años. Mi segundo
–Olivari fue amigo mío. Un tipo que venía de genoveses. marido fue borracho. ¡Ay, qué asco! Vivíamos en la calle Chile. Se
Tenía esa nostalgia de los genoveses. Me acuerdo que vivía con me fue la poesía. Escribí prosa.
las hermanas. Era silencioso, alto, rubio. Cuando vi la habitación
me devastó. Me daba pena. Una vez me dice: “¿te parece que va a –¿Y Racconto, es posterior?
quedar algo de lo que escribo?” Le dije: el tango, va a quedar ese. No –Es la recopilación de los mejores poemas. Traé el libro, está por
era una gran poesía, me parece. ahí… ¿Tengo la cara colorada? Voy a leer uno de mis poemas... [Lee
poemas del libro Racconto.]
–Y Borges, ¿cómo poeta?
–Inmenso. –Volvamos a la narrativa. En Los Caserta, ¿Chela es usted?
–Algo hay. Algo.
–¿Cómo era su relación con Borges? … eran como el agua y
el aceite... –¿Pero usted es Chela?
–Vivíamos los dos en Buenos Aires, caminábamos por la calle –Sí. Pero los amores lésbicos no. Yo la pongo haciendo cosas
México. Íbamos a La Recova, a tomar un cafecito. Me acuerdo cuando con la tía. La tía enana es ella más el hermano. ¿Entendés? Algunos
murió Estela Canto. Yo la quería mucho. Él estaba enamorado. Fueron entendieron que el hermano era hermano mío. Es una creación.
novios. Una vez Estela me contó una intimidad. A Borges lo llevó a En mi familia está lleno de tarados. Se juntaron entre primos. Hay
un lugar de citas, y desde la cama le dice: ¿“vamos”?, y Borges se sienta mucho tarado. No quiere decir que todos los hijos lo tengan que ser,
en la orilla y le responde “no veo y me tengo que quitar la corbata”. pero cuando hay una tara en la familia y se casan dos de la misma
¿Qué te parece? Ella estaba desahuciada. ¿La conociste a Estela? Era sangre esa tara se contagia. Pasó con muchos. Nosotros fuimos
preciosa. Al principio la madre era los ojos de Borges. Después fue la dos. Después mamá siguió pariendo y se le murieron. Hasta que
japonesa, la Kodama. Menos mal que la encontró. nacieron las chicas; yo les llevo 3 años, en el medio hay muchos
chicos muertos.
–Borges era jurado cuando usted fue premiada por el libro
El solitario, ¿es así? –Una curiosidad… ¿qué de la literatura suya es cercano a la
–Claro. Cuando recibí el premio iniciación de la SADE. literatura de Violette Leduc?
–No. Nada. A ella le gustaba mi literatura y a mí me gustaba la
–¿Y hablaban de literatura? de ella. En realidad éramos dos esqueletos.
–Sí, mucho, a él le gustaba como escribía yo. Pero escribía solo
verso todavía.

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–En Los rieles dice: “debí haber nacido en otro sitio, con otro escritora. Cuando me echaban de todas partes en el 55, ella me dijo:
tipo de gente…” ¿Cuál sería el sitio? “pero vos sos escritora”.
–En otro siglo. A los cuatro años miraba una tacita que me
habían comprado para tomar jugo. Tenía dibujos de Japón. Yo –¿En qué año se va de Argentina?
quería vivir ahí, me gustaba eso, no vivir acá. –Me fui en 1956.

–Un título suyo es Nicilina y Las Meninas, cuentos de mogó- –Estuvo 5 años afuera.
licos. Siempre todo se vincula a su familia. –Si, más o menos. Después iba y volvía. Si juntás todos los años
–Muchas veces sí. Tengo mogólicos en la familia. Un mogólico parisinos son muchísimos. Yo me quería morir en París. Pero Dios
tiene mal el corazón pero es una maravilla. no quiso. Me tendré que morir acá. Ya le dije al médico que el día
que me muera no quiero ningún homenaje. Nada. Quiero que me
–Usted dice que el superdotado tiene una estructura de pensa- cremen y me tiren en el lago del bosque.
miento muy parecida a la de un mogólico, ¿cómo lo explica?
–Sí, hay mogólicos que te leen el pensamiento. Hay zonas del –Pero antes de que usted se muera, como ahora está viva,
cerebro que no han sido vistas todavía. Yo soy una superdotada. vamos a seguir…
Siempre lo fui. Pero para caminar siempre fui torpe. En la escuela –Mirá…, como hablé con vos y con ella jamás hablé con nadie.
teníamos gimnasia, yo no podía hacer nada. No puedo abrir un Cuando me llaman por teléfono digo “no, no está, se murió”.
frasco. No puedo levantar esto. Es discapacidad. Pero mentalmente
te resuelvo cualquier operación matemática, lo que quieras. Veo las –¿Por qué lo hace?
cifras y las sumo enseguida. Tenía 10 en todo. En la Facultad me –Me gustan porque vos pareces un ruso y ella es linda. Yo amo
felicitaban. “Qué claridad de conceptos”, me decía el profesor. a Dostoievski. Lo sé de memoria. El idiota…, dicen que lo que yo
escribo tiene mucho de él.
–De toda su obra ¿cuál es la novela o el cuento que más
destaca? –¿Tiene influencias de la literatura rusa?
–Todos. Es como preguntarle a una madre qué hijo es más lindo. –Me gusta mucho. La literatura ruda me gusta: los ingleses, los
alemanes. Una vez estaba buscando libros en Avenida de Mayo, y
–¿Su obra es su hijo? estaba Humberto Eco. Yo no tenía nombre todavía. No me habían
–Es todo. Mi pariente, todo. No haría otra cosa. Es mons- descubierto en Europa, entonces acá ni existía. Lo miré, me acerqué
truoso, ¿no? y le pregunté si era Eco. Me miró así…, de reojo. Le pregunto si era
italiano y le digo “io parlo…” Un tipo muy creído. Él se metió en
–Es su deseo. Los deseos son deseos. el Tortoni y yo me fui.
–Es una imposición que viene de no sé dónde. Tenía una profe- (...)
sora de literatura en el secundario. Esa profesora me descubrió como –¿Ya está? Hablé mucho.

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–Todavía no. Falta un poquito. Hábleme de Perón. muerto saliendo al balcón. Era lo que esperábamos. Lo dejaron
–¿Del general? Después que murió Evita no hubo Perón. Perón escapar. Cuando vuelve está con esa mujer, con el brujo que era
fue Eva Perón. amante de la mujer esa también. La conocí. La presentaron en “Si
lo sabe cante”. Esa petisa…
–Pero… ¿cómo lo definiría a Perón?
–Era un militar. Más ilustrado que los militares porque sabía –Estoy mirando los títulos de su obra… y son títulos
bailar, sabía cantar, hacía versos, tocaba el piano, era mujeriego, le “gancho”, que agarran.
gustaban las chicas de la UES. Evita no lo entendió nunca, y así –Nunca me cambiaron los títulos. Soy buena.
terminó.
–¿Es mejor titulera que narradora?
–¿Cómo explica usted en el peronismo las dos tendencias, la –No. Las dos cosas. El título lo pongo después de escribir.
tradicional y la de izquierda… por decirlo de alguna manera?
–Yo soy de los peronistas históricos. No de los nuevos. No soy –¿Que está escribiendo ahora?
kirchnerista. “Botarata y los…” Escribo varios cuentos, los ordeno y se los
mando a mi agente literario, Claudia Bernaldo de Quirós. Ahora
–¿La aparición de los montoneros cómo la explica? quieren volver a comprar Las Primas.
–¡Cómo mataron a esos jóvenes! Yo he sido combatiente
también. Cuando pusieron a Perón en la Martín García tiramos –¿Cómo titularía toda esta entrevista que venimos haciendo?
bombas, hicimos de todo. –“Hablando con un ruso”.

–¿Usted conoció a Rodolfo Walsh? –¿Y María?


–No. A Cooke sí lo conocí. Desde que éramos chicos nos cono- –Con un ruso y una hadita.
cíamos.
–Pero es un título para una novela, no para una entrevista
larga.
–¿Cómo era?
–Pero si esto no es una entrevista, es una maravilla.
–Un patriota era. Murió pobre. En realidad todos los peronistas
murieron pobres. Perón también. No había ladrones. Los radicales
–¿Le gusta, se siente cómoda?
tampoco eran ladrones.
–Quisiera tener más salud. Cada vez desconozco más las cosas.
–¿Cómo vivió la tragedia de Ezeiza?
–Le hacemos una pregunta amorosa… ¿cómo podemos tener
–Murió un alumnito mío. Yo trabajaba como profesora.
un original suyo para incluirlo en la entrevista? Una hoja…
Horrible. Perón no tendría que haber vuelto. Tendría que haber
media hoja, un pedacito.

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–¿Original? Vamos a ver en ese cuaderno. ¿Qué es esto…? No –Manucho, Bioy, Borges, se trataban con usted durante
me acuerdo... “Contacto de ánimas”, les doy una hoja. la época de Perón. Después, cuando cae, ¿la defienden? ¿Qué
actitud tienen hacia usted?
–Y ya que somos el rusito y la hadita, ¿nos dedica el escrito? –Ellos me seguían tratando. Eran muy bien nacidos. No me reti-
–¿Qué día es hoy? …Ahí está. Miralo. raron la amistad. El mismo Borges. Me acuerdo que yo me estaba
por ir a Europa y acababan de premiar a Gustavo Saraví, contrera
–¿Cuál es su tango preferido? a más no poder, y me dice: “Aurora, acabo de ganar el premio La
–“La comparsita”. Y Gardel me gusta hasta la locura. Nación con el libro de poemas Con toda la patria adentro”. Borges
me dice: “Qué incómodo, ¿no?” Borges era tremendo. Una vez está-
–¿Escuchó hablar de Villoldo, de los tangos pornográficos? bamos sentados en La Recova y me dice: “Detrás de usted hay un
–No. Yo amo el tango. Me acuerdo cuando murió Gardel. Yo monstruo”. Me di vuelta y había un afiche de Perón.
escribía poemas para Federico Mansilla que se llamaba “el abue-
lito”… No me acuerdo en qué radio decía… “ahora voy a leer los –Aurora, en su epitafio imaginario, ¿que le gustaría que diga?
poemas de Aurora”. Yo me puse a llorar. –Que era una maldita. Pero voy a volver.

–¿Usted baila el tango? –¿Y será millones?


–No, querido, qué voy a bailar. –Primero voy a darme una pasadita por París.

–¿Y canta? –¿Por qué todo el mundo le tiene miedo, Aurora?


–Sí, canto, canto en francés. “Ya no sos mi margarita, ahora te –Porque yo los mando a la mierda. Por teléfono. Hay gente que
llaman Margot.” Qué triste son los tangos ¿no? Buenos Aires es dijo cosas muy feas de mí. Se ponen a describir mi físico y no hablan
triste. El porteño es el tango. Hay mucho de Italia. de mi literatura. Además dicen mentiras. Hay de todo. No sé si son
boludos o se hacen. Apenas abren la puerta se sientan y no saben
–¿Usted cree de verdad que se la ha postergado o ninguneado qué preguntar.
por haber sido peronista?
–Aquí en el país sí. Ahora no. Pero me han postergado. Me –¿Qué supone que va a pasar en el país?
han echado. A mí me nombró Evita Perón. Cuando ella se estaba –Las cosas, como van, pobre patria… ¿No pensás lo mismo?
muriendo me dijo: “mirá, Aurora, la Fundación se acaba”. Yo era Todos los políticos son caraduras.
peronista. En la dictadura vienen de Buenos Aires a echarme. Vino
Estrella Gutiérrez, vino un “señorazo” de un diario muy importante –Qué le parece Aurora si nos sacamos una foto.
que no quiero nombrar. Ahí estaban. Me preguntaban si era pero- –A ver, ¿cómo estoy?,… hablé mucho. Bueno, saquemos una
nista. Yo les respondía: “sí, soy peronista, ¿y qué?”. foto.

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(…)
¿Cómo salió querida?
(…)
Está bien.

Tercer encuentro

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–Hay dos temas que son muy recurrentes en esta conversa-
ción que fuimos teniendo, que son los sueños y los fantasmas…
–Bueno, mirá, yo siempre vi fantasmas, desde chica. Mi mamá
me pegaba porque los primos se asustaban cuando yo decía que los
estaba viendo.

–¿Qué es lo que veía?


–Sábanas, que pasaban. Yo era una chica medio enferma, hepá-
tica era. Entonces mi mamá dijo: “esta muchacha tiene fiebre”, pero
cuando me curé igual los veía, y todavía los veo.

–Contame una situación fantasmagórica de ahora, ¿qué ves?


–Ahora mismo te puedo contar. Yo me había casado con un
viudo la segunda vez (que no lo voy a nombrar). Tenía el vicio del
vino, pero yo lo aguantaba, porque podía ser algo momentáneo,
aclaro esto para que no digan que me fui porque era borracho.
Vivíamos en un segundo piso de una casa en Buenos Aires, y siento
que algo me toca, fue como si me empujara un animal furioso. Me
quiso empujar en el balcón. Me fui contra una pared. Me volvió a
empu­jar y me fui contra otra pared. Terminé sentada en la bañera.
Me quedé quieta porque me di cuenta lo que pasaba: era el fantasma
de la mujer. ¿Qué me decís?

–¿Y ahí te fuiste?


–Claro. Por Dios que es cierto.

–Yo te creo.
–Después, muchas veces a la hora de la siesta... (en el campo
dicen: “no salgas a la hora de la siesta”) ...han venido. No estoy loca

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senil. Se escucha como cuando cortan la luz y luego vuel­ve y se –Hagamos una fantasía, Aurora. Supongamos que vos te
prende la televisión, se oye un “clic”. ¿Sabes cómo es, no? Miran y morís y te encontrás con Violette Leduc. ¿Cómo te imaginás que
no hablan nunca. Pero lo veo como te veo ahora a vos, con colores sería ese encuentro?
y todo. Han venido muchachos que no sé quiénes son, será alguno –Igual que acá. La amistad cuando es profunda es espiritual. No
que se equivocó. No me da miedo. Vino una amiga, y vino el único es solamente la carne, también es el alma. ¿Qué le falta al muerto?
hombre que amé pero que no fue porque él era mu­cho mayor y El espíritu, el alma. ¿Dónde está? Ahí nomás.
estaba casado, yo tenía 19 años. Lo vi y me consoló porque me hizo
pensar que cuando me vaya me iré con él, tal vez. Qué bueno sería. –O sea que a vos no te asusta morir.
–Yo nunca le hice mal a nadie y he sido muy generosa. La gene­
–Sería una manera de recuperar el amor después de la muerte rosidad vale mucho, pesa en la balanza.
¿no?
–Sí, así es. Y posibilidad de pagar los pecados graves. –Esto que para vos son los fantasmas... ¿podemos pensar que
también son los sueños?
–¿Tiene pecados graves? –El sueño es psíquico. Son cosas que tenemos en el subconsciente
–No. Yo ya los pagué. Yo estuve en el infierno, querido. y que de pronto suben al consciente. Durante el sueño estamos
debilitados de actividad física, entonces la actividad psíquica la
–El cura que te visitaba, ¿sigue viniendo? reemplaza. Fijate que yo siempre sueño que me abandonan. Es
–Sí, el padre Carlo, amigo mío. Es exorcista. Yo lo he visto hacer porque cuando yo tenía 8 meses... mamá trabajaba de maestra y en
exorcismos, querido, y te aseguro que es horrendo. Llegó a caerse tribunales también. Mis tíos tenían 14 años...
encima del endiablado y siguió leyendo en latín... el endiablado
estaba espantoso, se retorcía, era un bicho horrible. –¿Eran hermanos de tu padre?
–Claro. De quien no quiero hablar.
–¿Podemos decir que vos creés en otras vidas?
–Sí, creo. Hay otra vida, ahí nomás está. Nosotros nos morimos –Eso te lo quiero preguntar después.
y nos separamos, ¿y a dónde va la psiquis? ...creo porque lo he visto. –No. No me lo preguntes.
Pobre del que no cree.
–Pero en todos lados hablás sobre tu padre, menos con
–¿Qué es lo que viste? nosotros.
–Gente que se ha ido. –No, son mentiras. Otro invento.

–Amigos tuyos.
–Amigos, y enemigos alguna vez, pero les digo que se vayan.

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–¿Vos nunca hablaste de tu padre? –¿Alfredo Calcagno?
–No. Cuando yo juro no hablar de alguien, es porque lo enterré –Sí, y lo trajo a Béla para La Plata.
en mi cementerio particular. Porque un hombre que le pega a una
mujer no merece vivir. –Aquí crearon el Instituto de Minoridad de La Plata.
–Sí. Evita después nos llevó a la Fundación y seguí trabajando
–Que hayan inventado lo que vos no decís es muy poco ético. con menores.
–Muy poco ético. Decir que estoy loca también. Bueno, estaba
contando lo que me pasó a los ocho meses. Hay una memoria –¿Béla también trabajó en la Fundación?
prenatal también. El último sueño que tuve fue que estaba en una –No. Pero a Evita le tenía gran simpatía.
ciudad marmórea, podía ser Grecia, que a mí me gusta mucho. Yo
andaba por ahí, había mármol, mucho mármol, y me metía en un –Él y su esposa escaparon de Auschwitz.
palacio, preguntaba cómo era para venir a La Plata, y me decían “no –Sí, cavaron una zanja y se escaparon. Parece que algunos guar­
sé”. Siempre mis sueños son así. dias se hacían los tontos. Ella estaba embarazada y perdió el chico.
Ella, pobrecita, se volvió loca, y lo acompañaba a Béla, se sentaba
–Los fantasmas y los sueños… al lado y tejía.
–Los fantasmas no salen de los sueños. Porque mi amiga que
mu­rió no sale de mis sueños. Estuvo conmigo. –¿Usted la conoció?
–Sí, Lidia. Hacía como que mecía una cuna. Creía que estaba su
–Lo que quiero decir es que los fantasmas por un lado, y los hijo ahí. Béla tenía un espíritu muy grande, también creía en otras
sueños por otro... pregunto: ¿cómo influyen en tu literatura? cosas. Hemos hablado mucho sobre el más allá. También creía en el
–Mucho. Golem, hermosa historia.

–¿Cómo definirías tu literatura? –En 1940 Béla crea el Instituto Freudiano, antes de la apari-
–Es una literatura distinta. Yo me animo a escribir cosas que ción de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). ¿Por qué
otros no se animan. Además ha influido mucho mi traba­jo en mino- luego se lo margina?
ridad. Empecé a trabajar muy joven con menores. Era maestra y –Yo digo que es la envidia. Él era muy personal. La envidia
estudiaba en la facultad. Estudié filosofía y psico­logía. Estudié con hace aparte a los mejores. Yo trabajé de cesante toda la vida. En la
Béla Székely, aparte. Un gran tipo. Le decían “el psicólogo pere- es­cuela de La Plata me dejaron en la calle en 1955. Después me fui
grino”. Lo había encontrado Calcagno, mi profesor también, en el a Francia. En 1976 no me hicieron nada, pero me echaron de todas
puerto hombreando bolsas. partes. Así que yo trabajé de cesante siempre.

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–¿Cómo era la relación de Garma (el fundador de la APA) –¿A Bioy?
con Béla? –No me gustó nunca. Lo “cachaba” a Borges. Todo el grupo
–Béla no era amigo de nadie. Tenía mucha desconfianza y tenía hacía bromas y Borges era como un ángel. Era inocente. Fijate que
razón. A mí me quería mucho. Fue una luz que vino, iluminó y se fue. en Mar del Plata donde ellos andaban juntos, a Borges no le gustaba
ir a la playa, era muy especial. Él quería estar con su mamá.
–Hablemos de tu literatura y los grupos literarios de la época,
por ejemplo Boedo y Florida. ¿Vos tenías relación con ellos? –Y su gran amor, Estela Canto.
–Con César Tiempo tenía mucha relación. Él me publicaba en –Pero la madre dijo que era una chusma. Y que no hablaba bien
Propósitos. inglés. Estela era una traductora de primera. Yo la conocí. Pero
Borges se había casado con otra que no era esta chica.
–El diario de Leónidas Barletta.
–Fijate que por culpa de él me echaron de un diario. Yo trabaja –Sí, la madre se la propuso.
en Clarín, tenía la última hoja. Y por ese tiempo publiqué “Pogrom –Fijate vos que una vez tomé un taxi de Buenos Aires a City Bell.
del cabecita negra”. Y un periodista de Clarín dijo que era una Yo vivía en City Bell. El taxista me reconoció y me dijo: “a Borges
porquería, que era una pavada, que era un disparate. yo lo traía mucha veces hasta Ringuelet, donde vivía la señora”.
Yo nunca lo dije porque a lo mejor era mentira. Pero no, decía la
–¿Vos tenías relación con otra gente de Boedo? verdad. Me contó que lo había visto comprar el asado. Yo en esa
–No. Solo con César Tiempo. época no hacia periodismo, pero ¿te imaginas qué nota hubiera sido
Borges comprando asado?
–¿Y con Victoria Ocampo?
–Sí, yo era amiga. No he visto mujer más parecida a Eva Pe­rón... –¿Cómo se relacionó usted con Pichon-Rivière?
muy generosa. Fundó el Fondo Nacional de las Artes. Cuando la –Ah, Pichon. No fui amiga de él. Lo conocí en reuniones de
metieron presa en El Buen Pastor, porque había estado gritando psicólogos. Él era un hombre sumamente capaz.
cosas contra Perón, estaba contenta, porque les enseñó a las mucha-
chas a matarse los piojos. Ellas le enseñaron a coser y a bordar, estaba –¿Y no le despertaba curiosidad? Es muy curiosa su relación
encantada con las presas. Después lloraban. Era una gran tipa. con Lacan a través de Lautréamont.
–Mi traducción de Lautréamont es también un ensayo. Para mí
–¿Alguna vez publicaste algún cuento en la revista Sur? es mejor que la de Pellegrini porque yo hago la relación de la poesía
–No. Había gente que no me pasaba porque era peronista. Yo de Lugones, de Rubén Darío, hasta de Quiroga.
era amiga personal de Victoria. Y la conocí también a Silvina, que
era un encanto.

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–¿No le llama la atención que estos escritores que usted –También se han olvidado de Murena, y no es de La Plata…
menciona en su mayoría están en el olvido? de Sara Gallardo…
–Sí. Lugones tuvo mucha contra porque el hijo creó la picana. –Sí.
Lo cargó él. Lo disfrazan de vigilante. Pero que él se suicidó por “la
Domínguez” no es cierto. Se suicidó por esa carga que tenía. Estaba –¿Por qué sucede?
cargado de todo el pobre. Qué grande que fue, che. –Mirá, fijate que a mí me reconocen primero en Madrid. Cuando
gané el premio de Página/12 la que me descubre es Liliana Viola, mi
–¿Cómo explica estos olvidos? amiga. Todo hubiera quedado ahí nomás, en la edición que hizo el
–Acá tuvimos un escritor espléndido que fue Alberto Ponce de diario de Las Primas (...) Pero mi agencia literaria, CBQ, presentó
León (“Poncho”). Escribió Tiempo de muchachas y La quinta. Las Primas a la editorial Caballo de Troya, y al editor le gustó mucho
el libro y lo publicó. Luego vino la edición de Mondadori Argentina
–Usted lo compara con Rimbaud en su libro Ponce de León y ahora en Mondadori España. Así fue como salí. Es decir, tuvieron
y el Fuego. que decir en España que era buena para que acá me dieran bola.
–Sí. Murió de mala manera. Una vez el hermano me dice “vamos También lo tradujeron al francés y al italiano.
a Buenos Aires, Aurora, porque murió Poncho”. Murió quemado.
Poncho se había casado. Fuimos y estaba quemado, ni se reconocía. –Nosotros, los Caserta fue primero editado y premiado en
Se había enojado con la última novia que tuvo. Él trabajaba en Italia en 1992, ¿es así?
Quilmes. Se había peleado con esa chica y se fue a Buenos Aires. –Si, en Sicilia. Mi familia paterna es de allí. Tiene parentesco con
No acostumbraba tomar, pero había tomado. Alquiló una habita- Tomasi di Lampedusa. Yo, uno de los capítulos del libro lo escribí
ción –él siempre fumaba pipa–, entonces agarró la pipa, la guardó en su palacio, en lo que queda de él. Los Caserta tienen un pa­lacio
en el bolsillo prendida y se incendió. Poncho decía “me persigue el de 800 habitaciones. Por el libro me dieron el Pirandello de Oro y
fuego”. ¡Mirá como lo alcanzó! Nadie se acordó de él. En el diario el Domani de Verona, donde están las cenizas del Dante.
publicaron: “Murió un poeta”. Esta ciudad es muy dormida.
–¿Cómo es un día suyo, Aurora? Por ejemplo, siempre hay
–Más que esta ciudad… yo diría que el país toma lo permi- que llamarla o venir a las 11 de la mañana. ¿Por qué?
tido y rechaza lo transgresor. –Sí. Porque a las 10 viene la chica que me ayuda. Yo no puedo
–Acá hemos tenido grandes escritores. Estuvo Benito Lynch. abrir la puerta. A las 7 a.m. me levanto a escribir, tomo algo que
Poncho nació acá. Speroni, un grande. Gabriel Bañez está siendo me lo sirvo sola porque la enfermera de noche se va a las 5 a.m.
olvidado. Se han olvidado muchos escritores platenses. Después de desayunar y escribir un poco me acuesto de nuevo. Otra
veces a las 10 a.m. viene Mariela y a veces el kinesiólogo que es el
marido. Cuando el día es bueno vamos al bosque. Al mu­seo no
porque tiene muchas escaleras. Después sigo escribiendo y almuerzo

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a las 13:30. Me acuesto otro rato. Cada vez que me levanto es para vez... porque fue la primera vez que lo vi en un animal. Después de
escribir porque otra cosa no hago. También leo. todo el humano pertenece al reino animal. No existe el reino humano.
Nacemos igual, nos morimos igual. Lo único que tenemos de di­ferente
–¿Mira televisión? es el comercio de la palabra. Es una teoría mía.
–Sí. Los noticieros y fútbol. Me divierten los políticos. Qué sin­
vergüenzas que son. En nuestro país para ser millonario... ¿sabes –¿Béla Székely pensaba lo mismo?
qué? Sin trabajar: político. Trabajando: futbolista. –Sí, muchas cosas compartíamos. Una vez me llevó a ver un
parto y casi me muero de asco. Después tuve que ver morir un viejo.
–¿Va al cine? Él decía que teníamos que ver todo.
–Hay películas muy buenas por televisión: El cisne negro. ¡Qué
película! No me gusta la tecnología. Yo no tengo celular. La com­pu- –Pero Béla no era médico.
tadora la uso para mandar mensajitos (mails). Escribo a mano. –No, pero en psicología tenés que saber todo. No era psicología
de diván la nuestra... charlatanes... Nosotros trabajamos con los test
–¿Cuando usted muera, su obra va a perdurar? y la matemática. Anotamos el puntaje, los niveles, vemos la persona-
–No más que la de los otros, pero andará mi espíritu por ahí y lidad. A los chicos míos de quinto año yo les enseñé. El Rorschach
lo voy a ver. no porque es muy dramático.

–¿Qué libro cree que va a quedar? –¿Por qué es muy dramático?


–El que puede perdurar es Las primas, ¿no? Es un estudio de –Porque si lo aplicás queda el tipo como hipnotizado y te cuenta
psicología que hay que leerlo y entenderlo. hasta lo que comió. He tenido cada confesión... y después no se
acuerda de lo que dijo. Es tremendo. Rorschach lo hizo de casua­
–¿Con quién se va a encontrar y va a ser feliz cuando muera? lidad, se le cayó un tintero, dobló la hoja y quedó la figura dupli­
–La felicidad no existe. Me voy a sentir espíritu. Vamos a ver... cada. Son 10 láminas; las dos últimas, de colores, son dramáticas.
Pero que uno no se muere, no se muere. Eso lo sé. Lo que yo creo, y Hay gente que hasta se desmaya cuando las ve.
esto lo hablé mucho con Béla, es que hay animales que tienen espí-
ritu y hay personas que no lo tienen. Hay animales su­periores como –¿Y entre los psicólogos se lo aplican?
el caballo y el perro. No todos. Pero algunos sí. Las ratitas blancas –Cada uno se lo ha aplicado y sabe. Un psicólogo cuando es
también tienen espíritu, y eso lo vi aquí y en París. La rata es un animal serio es como el cirujano. El cirujano abre un cuerpo y nosotros
sumamente pensante. Una amiga mía le había enseñado a la ratita a abrimos la psiquis.
bailar y a subirse al columpio... Esa amiga mía falleció, y la ratita entró
en una tristeza enorme. Al tercer día –yo la vi– se paró en dos patitas: –¿Qué es el olvido para usted?
la estaba viendo. Todos volvemos al tercer día. Me dio tanto miedo esa –Nadie olvida.

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–Cuando estábamos preparando este trabajo con María, nos –La última pregunta y nos damos el beso de despedida,
acordamos de tres escritores: Arlt, que murió a los 42 años, Copi ¿cómo se siente ahora que es reconocida?
que murió a los 49, Perlhonger que no llegó a los 40, Lambor- -Llegué a la conclusión de que la fama es puro cuento.
ghini tampoco. Creemos que esto no es una casualidad...
–Yo me pregunto por qué no me muero. Dios me saltea. Son
mis­terios.

–¿Usted no cree que esta gente sufrió el ninguneo?


–Sí. Eran débiles de ánima.

–Rovira muere a los 55 años, Discépolo a los 51, y Manzi a


los 44. Algo pasa. No son casualidades.
–Son causalidades.

–Nosotros creemos que la causalidad es el castigo.


–Sí, pero al filósofo no lo han olvidado: “que todo fue y será una
porquería, ya lo sé”.

–¿El mundo es una porquería, Aurora?


–Suben los peores.

–¿Y cómo se aguanta eso?


–Vivimos para sufrir, querida.

–¿Ahora sufre mucho usted?


–No. Yo tengo un cerebro muy joven en un cuerpo que es viejo.
Querido, es la una y media... tengo que comer... Aurora Venturini con José Tcherkaski y María José Seoane.
La Plata, 2014.
–Ya nos vamos Aurora... Nos gustaría agregar a este libro de
conversaciones un cuento inédito suyo. ¿Cree que es posible?
–Bueno, dale, ¿por qué no?

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Aurora por Aurora
Ocurrencias de Aurora...

- “A mí el Altísimo no me tiene en cuenta. Me hizo por descuido,


por eso no me quiere terminar de aceptar.”
- “Alguna vez, en un diario, me pidieron que hiciera el horós-
copo; ese mes los maté a todos.”
- “Porque nací hace mucho, un 20 de diciembre de 1921, el
último mes del año, el último día del postrer decanato de Sagi-
tario; si me hubiera resbalado de la hoja, seguro, paraba en La
Divina Come­dia, vaya a saber en cuál de los libros, aunque a
esta altura de mi existencia, adivino entre qué tapa y contra-
tapa estaría prisionera como una polilla de papel.”
- “Siempre fui una inútil, por eso me separé dos veces. Cada
ma­trimonio fue una guerra. Pero yo no acuso a los hombres.
Me acuso a mí. No se puede vivir conmigo.”
- “Yo no soy muy común. Soy una entidad rara que solo quiere
escribir. No soy sociable. La única vez que me reúno con
alguien es el 24 de diciembre.”
- “Era superdotada y me hacían a un lado en la infancia. A mitad
de año me pasaban de grado. Me decían: ‘Ahí viene la super-
dota­da’. Una vez en la escuela estornudé y la monja me dijo:
‘Menos mal que eso lo hace igual que todos’.”
- “Una vez un chico con síndrome de Down me preguntó qué
había adentro del espejo. Y no pude responderle porque es
algo que todavía me sigo preguntando.”
- “Qué orgullosa de mí que estoy, soy una pecadora.”

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La generación de 1940 reuníamos ahí. En la editorial estaba lo mejor de La Plata. Hicimos
mucho ruido, los diarios hablaban muy bien de nosotros.”
según Aurora Venturini
“Los chicos terribles del 40 sufríamos de un mal tórrido: poesía.
Intentá­bamos quebrar unos cristales de Samain tintineantes por
López Merino; redondear los ciclos de Banchs, por ejemplo. Yo
sufría de otro mal: París, que visité en otoño. Leíamos a Rimbaud
en francés. En resumen de ideas, eran los tiempos de Alberto Ponce
de León (Poncho). A cada época lo suyo.”

Fuente: diario El Día de La Plata

“Yo formé parte de la generación del 40. Escribíamos poesía


y habíamos for­mado un grupo que se llamaba ‘Los escritores del
bosque’, publicamos mu­chos libros buenos. Lo dirigía Raúl Amaral,
un gran poeta que ya murió hace mucho en Paraguay. Estaba
también María Granata, Roberto Themis Speroni, María Elena
Walsh y otros. Todos desaparecidos. Pasó el tiempo, como pasa
todo, y los que quedamos entramos en la novelística.”

“El bosque es todo un símbolo en La Plata, es una zona muy bella


de la ciudad cerca del zoológico y del Museo de Historia Natural,
que es el segundo en el mundo, el primero está en Inglaterra. Nos

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Profundo Honduras y
Ruperto del Torno dialogan
(Cuento inédito de Aurora Venturini)

P.H.: –¿Por qué se apellida Del Torno, Ruperto?


R. del T.: –Es largo de explicar… pero lo intentaré.
Profundo Honduras y Ruperto del Torno son empleados muni­
cipales, administrativos, pobretones y muy charlatanes. La Plata se
caracteriza desde las siete de la mañana en el centro geográfico o
Plaza Moreno por el ir y venir de ese tipo de personajes que llevan
generalmente un portafolio negro y repleto de papeles, visten un
traje brilloso por el uso o prendas ajadas de deporte y zapatillas. Si
uno tuviera la paciencia de concentrarse en los que van y vienen,
descubriría que el portafolio siempre ofrece el mismo aspecto y
volumen y no ha sido abierto por todo el año, sumando los días de
huelga y vacaciones. También comprobaría que esos personajes son
maduros: ni jóvenes ni viejos.
Los administrativos son empleados y lo único que hacen es con­
versar de política y asuntos varios.
Entre asuntos varios va la cuestión apellido de Ruperto, a punto
de jubilarse, peladito y con lentes de pellizco que al enfervorizarse
bailan encima de su nariz gruesa y melancólica. Melancólica por­que
es cadente, aguileña y tristísima pues moquea con constancia al
florecer la arboleda y el viento soplar los pólenes.
En realidad todo es melancólico y tristísimo en Ruperto.
Ruperto del Torno es solterón y vive junto a su mamá doña
Estera. Ella fue como él empleada del Palacio Municipal, ya jubi-
lada.

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El hecho de ser empleada municipal la obligó (para evitar para evitarle exponerla a sentir vergüenza de ser madre soltera. Que
chamu­yo y chismeríos de conventillo) a depositar el fruto de sus es dichoso junto a ella, que nunca le falta la hora de la cena, que a
amores secretos, hoy Ruperto, en el torno del convento de San veces salen juntos, van al cine y que suelen comer en La Aguada.
Vicente de Paul. De repente mira la hora en el reloj. Es hora de salir ya. Hasta se
Una monja roló el aparato y sacó al nene. han pasado porque son las 18. Claro que han salido a almorzar y
Estera era rubia, bastante linda. Cuando la embarazaron, por han vuelto al Palacio a completar horario. Agarran los portafolios y
siete meses pidió licencia; dio a luz y se desembarazó del producto van juntos a un café cercano, toman un cafecito y se sientan en la
que la hinchó, preocupándola. Plaza Moreno porque Profundo Honduras así como necesita escu-
Fue una chica sola, huérfana. Fue administrativa y madre soltera. char, necesita desembuchar vivencias.
No perdió la huella del pequeño Del Torno. Uno de los amantes P.H.: –Don Ruperto, su historia es conmovedora y no carece de
de Estera (tuvo como cinco), político de fuste, la ayudó con el tema be­lleza. Descubro algo de angustia, pero la vida es eso, una tragico­
“nene en el torno”. media. Fíjese que sería aburrido si todo fuera alegría y risa o todo
Ella quería traérselo a su casita linda con jardincillo de mimosas fuera amargura y lágrima; en la variedad está el gusto.
y una empleada de servicio; logró su cometido. R. del T.: –¡A usted le ha pasado algo, don Profundo, que lo ha
Rupertito se crió con su mamá, que le contó la aventura y su­mido en la angustia!
lloraron juntos. P.H.: –Verá, don Ruperto, estoy casado hace 40 años. Mi esposa
A la Madre Superiora del convento le enviaron un postre riquí- es una mujer ejemplar. Ama de casa. Maravillosa cocinera. Hemos
si­mo de la confitería La Piedad en gratitud por el trato diferencial a tenido un hijo que ya se recibió de médico.
Rupertito del que sospechaban hijito del político de fuste. R. del T.: –Advierto que ha dicho “hijo” con un tono más bajo
Vaya una a saber… como si le doliera…
Dialogan los administrativos. P.H.: –Es que me duele. Usted parece psicólogo. No es mal
R. del T.: –Es largo el tema. Somos mayores y no nos vamos a mucha­cho. Mi esposa y yo hemos hecho sacrificio para que fuera a
asustar de nada… la Facultad de Medicina; algunas noches nos quedábamos sin cenar
P.H.: –Desde ya que no. Yo peino canas y de vez en cuando me porque yo invertía todo mi sueldo para que el muchacho estudia­ra,
mando una teñida y estoy presentable. y Clarisa, mi mujer, vendía postres artesanales de su autoría.
Seguidamente, Ruperto contará, dialogando con su amigo, la Profundo prosigue contando a su amigo vivencias que resultan
aven­tura de su mamá, la aventura del torno que dio vuelta la monja ser peripecias y le causan pesares: “Fíjese Ruperto que a veces yo
y de su estancia en el convento. El relato es triste y melancólico. hacía trabajos particulares en el barrio de los abogados, cerca de
Como la nariz de Ruperto. Tribunales y cobraba buenos pesos, de tal modo procedí para que
Le dice a Profundo que desde que vive junto a su mamá ha echado mi hijo no trabajara y se dedicara a estudiar y recibirse. Así fue como
al olvido las horas de abandono en los patios fríos, en los dormi­ sucedió”.
torios helados y que a su progenitora se dirige llamándola Estera Ruperto se da cuenta que Profundo se ha emocionado al punto

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de aspirar aire y evitar que se le escape un lagrimón como al perso­ raba de raíz el pasto y que en esos sitios no crecía ya la hierba. Que
naje del tango. Él también lo acompaña quedando a la expecta- después de dejar secas las tierras de Roma entró al Vaticano y le dijo
tiva de que siga relatando el asunto de su angustia. El angustiado al Santo Padre que lo destruiría en tal forma que su caballo comería
do­minando su emoción dice: “Sabrá don Ruperto que mi hijo está cereal en la tumba de San Pedro.
casado y ha colocado en la pared la chapa de médico; para que lo Sigue contándole a Ruperto que lo oye con la boca abierta, que
sepa le informo que la esposa es abogada y al hijo, o sea mi nieto, lo el Papa que era muy leído y sabio no se inmuta y le dice al bárbaro
cuida una nurse. que va a llamar a conciliábulo con los cardenales y que espere hasta
Con gran pena que usted también acompañará con gran pena saber la conclusión, pero que él propondrá dejarle el trono eclesiás-
porque es inhumano lo que ocurre, cuento que no conozco a mi tico al bravo Atila, rogándole por ahora que vaya con su tropa a
nieto. Cuando se casaron no nos invitaron ni a mí ni a mi esposa. dormir porque se nota que están muy fatigados.
Nos dejaron vestidos y sin visita”. Entonces Atila aunque poderoso en fuerza, débil por analfabeto
P.H.: –¿A qué se debió tal estropicio? y falto de lectura, le hace caso dirigiéndose junto a los peladitos que
R. del T.: –Porque somos pobres. Y a los pobres se les nota la no obstante llevan una trenza a descansar en carpas esperan­do la
pobre­za, no sólo por el traje y los zapatos sino por la falta de escola- resolución, pero cuando están dormidos las tropas del Vatica­no les
ridad que padecemos porque nacimos muy pobres. caen encima y los destruyen.
Al hijo de madre el relato le causa mucha tristeza ubicándolo Ruperto opina que es altamente instructivo lo que acaba de oír,
en la soledad del patio del asilo cuando era muy pequeño. Ambos pero le gustaría algo de Historia Argentina.
ciu­dadanos administrativos son dos gorriones apedreados durante P. H.: –Le voy a contar sobre Quiroga, de nombre Facundo, tan
una tormenta. Instintivamente se acercan el uno al otro porque bár­baro como Atila aunque era riojano. Igual que Atila comía la
sienten la necesidad de cobijarse y darse calor anímico; el frío re­lato car­ne cruda, macerada entre el lomo del caballo y sus tributos mas­
ha bañado tanto al uno como al otro. A uno, por desenterrar lo del culinos, porque iba desnudo. Y que andaba por el desierto donde
pasado. Al otro, por el peso de la ingratitud filial. sólo había un tamarindo y que en eso rugió un tigre. Quiroga
Profundo Honduras se siente muy disminuido y trata de recu­ se trepó al tamarindo; el tigre rugía abajo y rasguñaba el tronco.
perar nivel. Y hace saber a Ruperto que desde hace varios años Facundo Quiroga pudo dominarlo con la mirada cuando la suya,
compra libros para mejorar su cultura, prefiriendo los de Historia oscura, le reflejó la rojo-amarillenta del tigre. Entonces Quiroga
y así se ha dado cuenta que la falta de escolaridad es una desgra­cia. peló el cuchillo, se tiró del árbol, abrió en canal el cuerpo del tigre
Ahora está leyendo sobre los bárbaros y lo ha impresionado Atila y hipnotizado y le devoró las vísceras.
los hunos invadiendo Roma, y de noche le parece escuchar la voz de La aventura ocurría en los llanos de La Rioja. De ahí, la defini-
Atila y la de su caballo hablando entre ellos. El nombre del caballo es ción de Quiroga “Tigre de Los Llanos”.
Othar, y según dicen en lugar de vaso tiene pezuña hendida, como Ambos administrativos percatados de que se ha hecho muy tarde
el de Alejandro Magno. Y que cabalgaba en el de­sierto al lomo de resuelven seguir ese ritmo al día y a la noche siguiente, por ahora
Othar, que al llegar a la pradera padecía tal hambruna que devo- interrumpen.

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P. H.: –Mi señora estará preocupada. Había preparado la cena
para las 10 y son las 12.
R. del T.: En cuanto a mi mamá, también se habrá preocupado,
pero voy a llegar a tiempo para llevarla al cine esta noche.
Se separarán en la esquina.
Cada cual al rumbo correspondiente.
Mañana ocurrirá lo mismo.
Y durante el año y los años hasta que Dios diga.

Manuscrito de un cuento inédito de Aurora Venturini:


“Contacto de ánimas”. Dedicado a “el Ruso y la Hadita”.

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Premios y comentarios
La poesía de Aurora Venturini
según Pablo Neruda

En la poesía de Aurora Venturini hallamos una corrien­te de


notoria continuidad. Ha seguido desplegando su red de desasosiego
a través de la cual se escurre el verso y ella misma camina en busca de
su definición. En este sentido, su actitud filosófica es lúcida, fuego
impostergable del destino, que encarna partiendo de su propio
centro.
Hay en ella elementos de sistema: situaciones, estados, catego-
rías, oscilaciones o seguridad ante el misterio. Está llena de fondos
sobrenaturales y de raíces telúricas; nos deja un sabor inusitado, un
sentido muy entrañable cruza sus páginas.
Elementos vivos, vivencias, estructuran este mundo or­gánico,
sin vacilaciones, sin aventurarse en turbios asuntos y en pequeños
negocios, se mira a la existencia desde un punto de totalidad.
Aurora Venturini no se engaña, ni engaña –como la mayoría de las
poetisas– en la creencia de estar haciendo una poesía trascendente,
cuando sus míseras cosas no son más que un pretexto de borrar
oscuros complejos.

“Sumario”, en Racconto, de Aurora Venturini,


Santiago de Chile, 1951.
La Plata en su poesía Silvetti Paz, un poeta de reminiscencias clásicas y de tono filosó-
fico; Ana Emilia Lahitte, cuya larga trayectoria la llevó desde la
Por Guillermo Pilia poesía formal de su generación hasta las formas más evolucio­nadas
de la poesía actual; Gustavo García Saraví, poeta que se complace
en reflejar un mundo cruel, los avatares de la vejez y la soledad, la
llamada o el abandono del sexo; Aurora Venturini, una voz distinta,
alejada del clásico lirismo lopezmeriniano y próxi­ma a un sentido
La Generación del 40 coincide con el período que va desde el racional del arte, justamente revalorizada hoy en su faceta de narra-
golpe de Uriburu hasta el advenimiento del peronismo. El clima dora; y finalmente Roberto Themis Speroni (1922-1967), quizás el
espiritual que vivieron estos poetas fue el emergente de un momento poeta platense más importante de esta ge­neración.
histórico que les negaba o impedía influir sobre los aconteci-
mientos, la intuición –o la certeza– de que la poesía ca­recía de un
fin o representatividad social, la conciencia de que los principios de
esa sociedad se desintegraban, el sentimiento de que la vida no tenía
sentido. De allí que el “combate” del que hablan estos poetas haya
sido el de la poesía, encaminada a bus­car lo universal e intemporal
del arte, aquello que es superior a lo pasajero y contingente. De allí
también que consideraran que el poeta tiene una altísima misión
en el mundo y su canto una justificación indiscutible: lo perma-
nente, tema y objeto del que­hacer poético. El tópico central de esta
promoción fue el tiempo: la nostalgia del pasado, de la niñez, de los
años que ya no se re­cuperarán. Ligado al tema del tiempo perdido
y de la infancia está el tono elegíaco y la contemplación iluminada
de la realidad natural, en calma y armonía. En el caso de los poetas
platenses, lo elegíaco se vio potenciado, con seguridad, por el clima
local al que nos referimos hace un momento.
La Generación del 40 fue particularmente fecunda en La Plata.
Por las características administrativas y universitarias de la ciudad,
convergieron en ella las voces de muchos poetas llegados del inte- Aurora Venturini en su casa leyendo en diario El Dia, periódico en el
que colaboró durante muchos años.
rior de la provincia (Enrique Catani, María Granata, Ho­ racio
Núñez West) con las voces de los poetas locales (Carlos Al­ba-
rracín Sarmiento, Alberto y Horacio Ponce de León). De todo
este conjunto, algunos nombres se destacan en especial: Norberto

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Venturini se aventura El hecho es que aquella original novela destacaba muy por enci-
ma del resto, y terminaron por premiarla. Las mitologías del barrio,
Por Enrique Vila-Matas la familia de medio retrasados, la sexualidad femenina y el ascenso
social a través del arte aparecían desgranadas por una narradora de
voz ansiosa que intentaba superar su debilidad mental buscan­do
palabras en el diccionario para completar sus frases, y luego, de
forma tan desarmante como naíf, contando dónde las había en-
contrado.
1 ¿Un virtuoso ejercicio intertextual de delirio juvenil que inventa­
Hace unos meses, el periódico argentino Página/12 decidió salir ba una senilidad de extrema lucidez y demencia? Al abrir la plica
en busca de una narración osada, innovadora y joven y convocó la descubrieron que la joven ganadora del premio de Nueva Novela era
primera edición del Premio Nueva Novela. Se presentaron más de una señora de 85 años. Se llamaba Aurora Venturini: licen­ciada en
600 libros procedentes de Argentina, el resto de América Lati­na y Psicología, viuda del historiador Fermín Chávez, amiga íntima de
España. El jurado, compuesto por buenos conocedores de la novela Eva Perón, exiliada durante la Revolución Libertadora, compañera
moderna como Sandra Russo, Juan Forn, Rodrigo Fresán y Alan de juergas en París del grupo de Sartre y Simone de Beauvoir, autora
Pauls, entre otros, sintió desde el primer momento una especial de- de más de 30 libros desconocidos. Cuando Ven­turini era una chica
bilidad por Las primas, novela radical, de largos párra­fos sin pun- muy joven y quizá era más lógico que aspirara a premios de Nueva
tuación alguna y un singularísimo estilo que mezclaba humor negro Novela, había ganado con El solitario el Pre­mio Iniciación, que le
y candor. Se trataba de una novela escrita con enfer­miza genialidad había dado, en 1948, el propio Borges. Pero había llovido mucho
por un personaje femenino que parecía sostener el monólogo faulk- desde entonces.
neriano de una persona ligeramente retrasada, tal vez enajenada,
que tenía a Eva Perón de íntima amiga: una his­toria delirante de ini- 2
ciación ambientada en unos equívocos años cuarenta, que desple- Hallado en un blog bonaerense, abril de 2005: “A los 16 años,
gaba el mundo tortuoso de una familia dis­funcional de clase media conocí a una bruja sin saberlo. Se presentó bajo la forma de una
baja de la ciudad de La Plata. profesora de Psicología en la escuela en la que yo estudiaba. Tenía
Los componentes del jurado fueron imaginando que esta nove- un porte imponente, un peinado vaporoso y rojizo (en el que una
la la había escrito una brillante y desquiciada joven de emergente vez vi alojado un chicle que algún alumno le habría lanzado), y se
genialidad. Aunque tal vez tan sólo era –no tenían por qué ser tan movía y vestía de forma tan peculiar que no pasaba inadvertida.
candorosos como la narradora de aquella extraña novela– una tram- Es más, en la mayoría de las personas inducía sujeción, cuando no
pa o gran broma que algún autor famoso les tendía. Quizá tras aquel miedo. A mí, en cambio, me parecía simpática. Se llamaba Aurora
manuscrito se escondía César Aira, por ejemplo, camu­flado de loca Venturini”.
faulkneriana.

- 86 - - 87 -
3 En la entrega del premio en un teatro de la Recoleta, una joven­
Cuando desde Página/12 Liliana Viola llamó por teléfono a cita le preguntó a Venturini si no pensaba escribir algún día en com-
Aurora Venturini para hacerle una entrevista, ésta no se mostró putadora.
sorprendida de haber ganado un premio de narrativa joven y sí en –¡Pero si justo acabo de escribir mi primera novela completamen­
cambio convencida de que la literatura nueva no dependía nunca te a máquina! ¿Computadora? No. No quiero nada de eso. Les ten-
de la edad del autor, sino del sentido de aventura que a este le que­ go temor. Soy medievalista. Algo adentro habita en las máqui­nas.
dara. Sin duda, la señora llevaba toda la razón: un narrador joven ¿Vos creés en Dios? Tenés que creer, nena.
de ahora puede ser muy viejo, mientras que uno como Rimbaud, “Venturini narra con una prosa que pone en peligro todas las
por ejemplo, muy joven. Liliana Viola le preguntó por Las primas, y con­venciones del lenguaje literario”, comentó Alan Pauls, del ju-
Venturini le respondió al estilo de Flaubert. rado.
–Las primas soy yo, señorita, es mi familia. Nosotros no éramos Al final de la velada, otra joven se acercó a preguntarle a la ines­
normales. En casa todas mis hermanas eran retardadas... perada vencedora qué pensaba qué ocurriría cuando la leyeran.
–¿Cómo se le ocurrió escribir una novela con párrafos enteros Respuesta de la candorosa, joven, terrorífica señora:
sin signos de puntuación? -Yo creo que se van a caer de culo.
–Porque estoy loca. Si pongo el signo se me va la idea.
–¿Y es verdad que dormía con Eva Perón? (Texto publicado originalmente en el diario El País de España, el
–Me quedaba con ella hasta la noche. Pobrecita, no daba más 23 de diciembre de 2007)
y seguía. Fue una gran mujer. Cuando estaba muy enferma yo me
acostaba al lado de ella. Y siempre lo mismo: Aurorita, contame un
cuento verde. Soy muy buena para los cuentos verdes... Y cuan­do
no me pedía que contara un chiste, me decía: Aurora, háblame de
Heráclito. Le encantaba que le hablara de Heráclito y el tiempo. Yo
le decía: “El tiempo es una entidad, una cosa, metafísica, más allá de
la física. Eva, el tiempo no corre, el tiempo está tenso. En cambio,
nosotros y las cosas nos vamos”. “Ay, Aurora”, me decía Eva, “cómo
me gustaría ser heracliana para no irme tan pronto”.
Y poco más tarde, al terminar la entrevista, Aurora Venturini le
decía a Liliana Viola:
–Fijate cómo ponés que yo digo de que en casa éramos todos
retardados. Tengo algunas hermanas que viven todavía y que no
piensan como yo.

- 88 - - 89 -
Aurora Venturini, premio “Otras voces, Otra peculiaridad del galardón es que el libro premiado se eli-
ge por votación entre cien personas vinculadas al mundo edi­torial:
otros ámbitos” por Las primas escritores, editores, libreros, críticos, periodistas, agentes literarios,
blogueros, bibliotecarios, profesores...
En la primera edición, celebrada hace ahora un año, el vencedor
fue el mexicano Yuri Herrera, con su novela Trabajos del reino, edi-
tada por Periférica.

(Nota publicada originalmente en ABC España, el 20 de diciem-


En España, premios literarios los hay a mansalva, a pata­das. Que bre de 2010)
se lo pregunten a Hacienda, que cae sobre los galardo­nados como
aquella rapaz legendaria de los programas de Félix Rodríguez de la
Fuente. Pero hay pocos como éste que les pre­sentamos, el Premio
de Narrativa Otras Voces, Otros Ámbitos, que llega a su segunda
edición, tras el éxito de la primera. En esta ocasión, la ganadora ha
sido la argentina Aurora Venturini por su novela Las primas, publi-
cada en el sello El Caballo de Troya, de la editorial Random House
Mondadori. La obra de Venturini (La Plata, 1922), “profundiza en
el mundo tortuoso de una familia disfuncional de clase media baja
de la ciudad natal de la autora”, según los organizadores.
Sus creadores, Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, y el ma-
drileño Hotel Kafka, quieren que sea una especie de Goncourt a
la española, al menos en su espíritu. Por eso, el premio reúne unas
características muy especiales. Con él se galardona a una obra na-
rrativa “de calidad”, pero que no haya conseguido vender más de
3.000 ejemplares. Por originalidad, que no quede. No obs­tante, aún
hay más. Porque el triunfador no recibirá una dotación pecuniaria,
como suele ser lo habitual. No, el premio consiste en que la obra ga-
nadora será distribuida a través de la red de 83 libre­rías de El Corte
Inglés, y estará bien a la vista en las estanterías de estos centros, lo
que sin duda asegura al triunfador una segunda oportunidad muy
digna de tener en cuenta.

- 90 - - 91 -
Cartas a Aurora

Carta de la SADE anunciando el premio


a El solitario. Firma J.L. Borges.
De Miguel Ángel Asturias. París, 9 de enero de 1968.

- 95 -
De Vicente Aleixandre. Madrid, octubre de 1962.

De Nicolas Olivari. Buenos Aires, noviembre de 1963.

- 96 - - 97 -
De César Tiempo. Buenos Aires, 24 de marzo de 1956.

De Juana de Ibarbourou. Agosto de 1964 (I).

- 98 - - 99 -
Solísima
Texto: Aurora Venturini y José Tcherkaski
Música: Raúl Garello

De Juana de Ibarbourou. Agosto de 1964 (dorso).

- 100 -
Solísima
Texto: Aurora Venturini y José Tcherkaski
Música: Raúl Garello
En el último encuentro con Aurora le propuse escribir un texto
juntos. Le gustó la idea: “escribamos algo sobre Evita”, le indiqué.
Se entusiasmó y rápidamente juntamos mis textos ya escritos con
los suyos. Los fui intercalando, buscando la unidad textual. Se lo
mostré y le pareció correcto. Cada uno recitó una parte. Finalmente Ella tuvo siempre un testigo invisible
le pedí a Raúl Garello que componga lo que quisiera para acom- fue el infinito y el presente de los infinitos.
pañar la lectura. Accedió y escribió especialmente para Solísima. Ella fue al encuentro de los abismos mágicos
Lo curioso es que el título es de Garello. Como siempre, Raúl, tan y su cuerpo, un país lleno de polen.
generoso.
José Tcherkaski Ella se olvidó de sí misma
desnuda como el cuerpo de los ángeles
suspiró el dolor de los perdidos en la bruma
y los fue a buscar al horizonte marginal y sublime.

Ella duerme a la sombra de las altas escaleras


Nota: se puede escuchar el poema recitado por José y Aurora y la en la dura arquitectura que hoy han socavado
música compuesta por Raúl Garello en el CD adjunto a este libro. ni muerta ya, ni viva extrañamente inquieta
no la vencieron, creen haberla sofrenado.

Cuantos puñales recortaron su cuerpo


y cada señal fue una provincia de su alma
desesperada de nosotros, amada, amor sufrido
el cielo, siempre el cielo, en tu mirada ausente.

El duelo de los pétalos voló sobre la patria


la sangre de tu sangre navegó los ríos
tu voz anunció a los tiempos por venir,
abrazada al cuerpo de los cuerpos fue millones.

- 103 -
La ternura fue el amor desparramado entre sus ojos.
Sus manos blancas como la espuma de los mares.
Libre, terriblemente ajena a la barbarie.
Fue tan fugaz, tan breve y tan eterna.

Frágil se quebró su memoria como un clavel de invierno


sin saber murió en el amor de los amados.
Fue y es la bandera de nosotros: habitantes de la nada.
En sus ojos se quedó la memoria, como un vuelo invisible.

Porque nadie la asiste, no está viva ni muerta


ella es pétalo de flores, es cisne y es venado
dentro de los herrajes de los basaltos, clama
por un lago o un río o un trebolar regado.

Final
La hemos soñado divina, heroica cual entonces
para la eternidad quebrando el reciclado.

- 104 - - 105 -
Aurora: su obra

- 106 -
Obra de Aurora Venturini
1942 - 2014

Poesía
- Versos al recuerdo, 1942
- Corazón de árbol, 1943.
- Adiós desde la muerte, 1948. Ed.
Del Bosque, La Plata
- El anticuario, 1948. Premio
Regional SADE.
- El solitario, 1951. Ed. Moreno.
Premio Iniciación SADE. Carta
del premio firmada por Jorge L.
Borges.
- El peregrino del aliento, 1953. Ed.
Moreno.
- Lamentación mayor, 1954. Ed.
Colombo. Premio Medalla de
Oro Ministerio de Educación
Nacional. Carta de Horacio Rega
Molina.
- El ángel del espejo, 1959. Ed.
Municipalidad de La Plata.
- Laúd, 1959. Ed. Colombo. Faja
de Honor, SADE.

- 109 -
- Muerte del Lobizón y otra pari- imágenes alusivas a determinados
ciones, 1960. Ed. Colombo. hechos históricos como el Cid
El libro se compone de dos Campeador, que destacó y bendijo
partes: “Pariciones (canto de Jorge Bergoglio.
lobizones)” que refleja la historia
- Antología Personal (1940-1976),
legendaria y matriz donde
1981. Ed. Ramos Americana.
habria de nacer una orgullosa
Buenos Aires. Y la segunda parte, - Lieder 1. Ed. Theoria.
“Mayéutica (Centauros, Dardo - Lieder 2. Ed. Theoria.
Rocha, Florentino Ameghino)”,
donde se lee el canto del saurio - Lieder 3, 2000. Ed. Theoria.
trovador gloriando la memoria de - Racconto (poemas escogidos), 2004.
Ameghino. Ed. Corregidor.
- Panorama de afuera con gorriones, - Al pez, 2007. Libros El búho
1962. Memoria de W. H.
Hudson. Premio Dirección de
Cultura Provincia de Buenos
Traducciones, ensayos y recopilaciones
Aires, 1963. Derechos adquiridos
por la Universidad de Edimburgo, - François Villon, raíz de iracundia;
1963. vida y pasión del juglar de Francia,
1963. Ed. Colombo. Prólogo del
- La trova, 1962. Ed. Colombo.
Dr. Florencio Escardó. Premio
Faja de honor SEP. Sello de honor
“Aníbal Ponce” del consejo del
SADE (filial platense). Premio A.
escritor. Aurora Venturini traduce
Storni, Consejo del Escritor.
e interpreta la ira, disconformi­dad
Selección Fondo Nacional de las
e ironía de los versos del primer
Artes. Aconsejado por Victoria
poeta moderno de Francia. Lo hace
Ocampo, Juan Carlos Pinasco,
en el marco de una comunicación
Mario J. Poderta.
casi visceral con el propio poeta:
Es un poemario de tono clásico
“del fondo de lo irónico emerge
con atisbos de romanticismo.
una nota melancólica, de verda-
Poesía con resabios del clasisismo
dero ruego (...) Sé que entré de su
del siglo de oro español. Aparecen

- 110 - - 111 -
mano en el misterio de su gracia y su desgracia, de sus amores 869, con Evita presente, leían sus
y penas. Sé que me bañé en agua de poesía del primer poeta de versos dedicados a la señora. Evita
Francia” (A.V.) Mester de amor significa el oficio de
juglares y trovadores ejercido en
- La pica de la Susona; leyenda andaluza, 1963. Ed. Bianchi
toda la amplia extensión del sen-
- Ponce de León y el fuego, 1999. Ed. Corregidor. Monografía timiento y criterio para loar a una
sobre la vida y obra de Alberto Ponce de León, poeta platense dama de la esperanza.
tratando en primer lugar el tema novelístico, cuyo argumento
- Venid, amada alma, 2001. Ed.
es la historia de la familia del escritor de la Generación del 40.
Theoria. Traducción de poemas
“En un artículo que publiqué hace mucho, comparé a Rim­baud
de Artur Rimbaud. “Versiones res-
con Alberto Ponce de León y algunos se escandalizaron. Eran
petuosas. Sin detenerme en ‘Las
los que nunca habían leído a ninguno de ellos. Los críticos de
iluminacio­nes’ ni en ‘Temporada
oído. Rimbaud escribe su obra capital a los 18 años y cambia el
en el infierno’, traté de aproxi-
panora­ma de la poesía francesa. Ponce de León escribe Tiempo de
marme a los poemas de la llamada
mucha­chas a los 19 años y cambia la poesía argentina” (A.V.)
época antigua” (A.V.)
- Dan del Río, 1965. Premio Ministerio de Educación.
- John W. Cooke, 2005
- Esos locos ba­jitos por los senderos de la educación, 1994. Ed. Pueblo
- Cantos de Maldoror. Satánica trini-
Entero.
dad, 2007. Ed. Quinqué. Traduc-
- Poesía gauchipolítica federal, 1994. Recopilación de la poesía de ción y comentarios sobre la obra
autores nacionales de estilo gauchesco. Cielitos, coplas de carácter de Isidore Ducasse, Conde de Lau-
patriótico o político son transcriptas fidedignamente. Todas ellas tremont, “Cantos de Maldoror”.
representas las empeci­nadas luchas entre federales y unitarios, entre Premio Cruz de Hierro, Francia
caudillos que vivían en la voz del pueblo desde 1830 en adelante.
La recopilación es únicamente de la provincia de Buenos Aires.
- 45 poemas paleoperonistas, 1997. Ed. Pueblo Entero. Escrito con Prosa
Fermín Chávez.
- Cuaderno de Angelina: Relatos de
- Evita, mester de amor, 1997. Ed. Pueblo Entero <escrito con Fer- infancia, 1963. Ed. Municipalidad
mín Chávez, confirmar>. En la segunda mitad de 1950 doce poe- de La Plata.
tas formaron la Peña Eva Perón por iniciativa de la propia Evita.
- Carta a Zoraida: Relatos para las tías
Reunidos en el comedor del Hogar de la Empleada, Av. de Mayo
viejas, 1964. Ed. Colombo

- 112 - - 113 -
- Los cantos grises de Simon L’eclarie, 1964. Premio Fusquelles - Zingarella, 1989. Ed. Botella de Mar. Relato que muestra la deca-
Editeur, Paris. dencia moral en ciertas familias provincianas venidas a menos.
El personaje de Las Vélez observa un mundo inmerso en burdas
- Pogrom del cabecita negra, 1969. Ed. Colombo. Premio Municipal
apariencias. Malas costumbres, in­cestos, supersticiones y heren-
R. Scalabrini Ortiz, La Plata. “Cuando publiqué ese libro yo no
cias anormales subyacen como tes­timonios de tradiciones incon-
tenía nombre. Y lo pu­bliqué en una imprenta. Salió como la mona
gruentes en la última representante de las Vélez.
pero salió. En el año 1973 la dictadura me hechó de todas partes
pero no me agarraron ni me llevaron presa. El libro lo presenté - Las Marías de Los Toldos, 1991. Ed. Theoria. Premio Cul-
a la municipalidad, había un militar, me dieron un premio. En tura de la Nación. Premio Fondo Nacional de las Artes
1976 lo quemaron en la Plaza Moreno. Yo decía “que suerte, Realismo mágico y pintura social donde, alegóricamente se deba-
igual que Rousseau”. Esa es la histo­ria de “Pogrom…”. (A.V) ten personajes de nuestra realidad inmediata en el marco de un
El libro es un alegato y denuncia de la realidad en la que están paisaje rural.
inmersos sus personajes en las década del 60. Las conductas de
- L’isola. Crónicas Sicilianas, 1992. Ed. Pueblo Entero
Moncho, Cosme, El Pocho, La Tota, Jime o Teresa, hermanos
dispersos y abandonados, centralizan la exacta dimensión de - Nosotros los Caserta, 2013. Ed.
la pobreza. Aurora Venturini conoce a fondo esas vidas desdi- Mondadori. Premio Domani
cha­das. Su trabajo la introdujo en el mundo de los reforma- de la Fundación Gugliel-
torios, los ni­
ños maltratados. Lo importante de esta novela mina Truzzoli, Verona, 1969.
es la pintura exacta que logra de sus protagonistas; están Premio Pirandello de Oro de
vivos, doloridos, rezagados y siempre huyendo. Esos niños, la Collegiatura de Sicilia, 1988.
sin embargo, conservan una so­lidaridad específica. Se sienten Mencion Honorífica en concurso
fundidos, unidos entre sí por una misma marginalidad. Unión Carbide Argentina, 1981.
Miguel Angel Asturias dijo de la obra “libros como estos harán Una niña brillante llamada
caer los muros de Jericó”. Chela busca el origen de su
rareza en la genealogía de su
- Jovita, La osa y otros cuentos, 1969. Ed. Peña Lillo. Premio Krono-
decadente familia aristocrática
berg, Gotland, Suecia. Venturini plantea la importancia de la tris-
ita­liana. Está narrada en primera
teza del niño abandonado. Inventa situaciones para mostrar esa
persona y de forma retrospec-
niñez discri­minada: una niña que halla refugio en una osa de circo
tiva. Chela es una joven super-
como si ansiara encontrar el calor de una madre que nunca conoció.
dotada amante de Rilke, Proust,
El libro lleva prólogo de Miguel Angel Asturias y dice: “Máscaras,
Rim­baud y Baudelaire y sujeta
Jovita, la osa y otras, ara, ara y brotarán inocultables flores, ¿a
a una familia de “cabezudos”.
quién no crucificarían si dijera a la luz plena, la magra y magní-
Una ma­dre que no la quiere, un
fica, la atroz verdad del sin herencia y del huérfano?”

- 115 -
padre con rigor espartano, una hermana rozagante y favorita y un Nanina y Justina por un lado,
hermano enano y deforme completan este clan disfuncional al que de pasados terribles y de suerte
se suman la latente presencia de la criada negra que la defenestra, diver­sa en su evolución personal,
sus abuelas (“unas viejas chotas”, dirá Chela) y sus primos. En el y el Dr. Rorschach por el otro,
final Chela huye a Sicilia a buscar el Solar de los Caserta. cuyo test toma un papel central en
la novela al mostrar la reacción de
- La Plata, mon amour, 1993. Ed. Pueblo Entero. Nouvelle que
los personajes ante las diez famosas
enhebra recuerdos entrañables que atrae hacia sí en la voz de otros
manchas. Las experiencias traumá-
autores. A través de fragmen­tos de poemas cobran realidad las
ticas, el diagnóstico de los síntomas
voces de Enrique Banchs, Leonardo Castellani, López Merino,
y el tema del triunfo o fracaso de la
Miguel Ángel As­turias, José Asunción Silva, Horacio Núñez West,
curación son la cara y contracara
Villon, Shakespeare, etc. Un personaje misterioso, Gastón de Foix,
de la problemática que plantea este
enlaza esas vidas hacia un final dramático e insospechado.
informe. (...) La novela muestra ya
- Rita, la rosa y la espina, 1994. desde sus pri­meras páginas, a la vez
- Nicilina y las meninas: cuentos de mogólicos, 1995. Ed. Pue­blo el triunfo y el fracaso de la muerte,
Entero. la lucha por la salida del infierno
y también su recurrente búsqueda,
- Hadas, brujas y señoritas, 1997. Cuentos fantásticos donde tal vez como salvación o tan solo
momias, decapitados, fantas­mas, brujas y hadas ponen al descu- como sencillo regreso al origen.
bierto miserias y crueldades, histéricas virtudes y vicios aberrantes.
- Bruna Maura-Maura Bruna, 2006.
- Me moriré en París, con aguacero, 1998. Ed. Corregidor. Relata las Colección de cuentos, dividida
circunstancias de una época aciaga durante la cual la Argentina en dos partes. La primera está
sufrió los embates de las persecuciones y tortu­ras que precedieron formada por cuatro relatos largos y
o formaron parte del proceso militarista. La protagonista muestra se abre con un cuento que resume
las instancias de una vida torturada, llena de sacrificios y horrores. el esquema básico del que suele
Alma-Laura narra con crudeza y autobiográficamente su vida en partir la autora: una protagonista
la ciudad de La Plata. monstruosa que rumia su locura
- Alma y Sebastián, narraciones insurgentes, 2001. Ed. Nueva Gene- en la soledad de un caserón deca-
ración. dente. La segunda parte del libro se
llama “Hadas, brujas y señoritas”
- Nanina, Justina y el doctor Rorschach, 2003. Ed. Dunken. Los
y es una suerte de bestiario. Doce
personajes de este novela ejercen la maldad o son sus víctimas.
textos breves y extremos.

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- Las primas, 2007. Ed. Página/12, a veces son fantasmas y otras amenazas, interrumpida muy breve-
Caballo de Troya, Mondadori. mente por parpadeos de una luminosidad que lastima.
Premio “Nueva Novela”, Argen-
- Los rieles, 2013. Ed. Mondadori. Los rieles comienza con las conse-
tina, 2007. Premio “Otras voces,
cuencias del accidente que Aurora Venturini sufrió en abril de 2011
otros ámbitos”, España. Historia
y es un peculiar relato autobiográfico, que va desde sus recuerdos de
de iniciación ambientada en unos
juventud hasta la descripción detallada de la decadencia física en el
equívocos años 40 que despliega
hospital, pasan­do por el recuerdo amargo de un primer amor frus-
el mundo tortuoso de una familia
trado y varios encuentros con el Diablo y visitas a realidades paralelas.
disfuncio­nal de clase media baja
“Los rieles es una novela con una narradora que se erige en vieja
de la ciudad de La Plata. La narra-
maldita, endurecida tras el rechazo y el fracaso del amor. Y es
dora, Yuna, contempla el mundo
también una novela que va de lo ridículo a lo sublime, de lo abyecto
con una mirada salvaje, a la vez
a lo espléndido, una escritura despiadada de una escrito­ra que le
cándida y brutal, perspicaz y ensi-
habla directamente al lector, que se sostiene, desde sus huesos rotos
mismada, y lo narra con una prosa
y su andador, con el poder del lenguaje” (Mariana Enríquez).
que pone en peligro todas las
convenciones del lenguaje literario. - Eva, Alfa y Omega, 2013. Ed. Sudamericana. “El editor me pidió
“A los lectores de Las Primas, que escribiera algo sobre Evita. Sabía de mi amistad con ella, que
les pido que tengan un poco de no es íntima como dicen. Eva no tuvo ninguna amiga íntima.
piedad de Yuna. Que la entiendan. Yo era una de las psicólogas de la
Ella es muy inocente, no es cruel, Fundación y le llame la atención a
dice la verdad. Ella dice la verdad Eva. Le llevaba casos difíciles y ella
desnuda. Y la verdad des­nuda es la me plan­teaba tal o cual cosa sobre
única inmoral que hay.” (A.V.) los chicos. Yo le dije al editor ‘no
puedo hacer este libro sobre Eva
- El marido de mi madrastra, 2013.
porque es revolver todo lo que está
Ed. Mondadori. Colección de
dor­mido’, entonces le envié una
cuentos dividida en dos partes:
miscelánea muy suave, y me dijo
“El marido de mi madrastra”
‘no, eso no es Eva perón, eso es
(relatos nuevos) y “Brujas y seño-
escaparse’. Entonces me especialicé
ritas” (anteriormen­te publicados),
en la muerte de Eva. Trabajé sobre
fundidas en una única manera de
el poema que escribió Rodolfo
entender la lite­ratura y la vida:
Walsh, “Esa mujer”. Hoy hay cosas
como una sucesión de sombras que
que me duelen mucho. Porque

- 118 - - 119 -
nosotros dejamos la juventud. A mí me echaron de todas partes com.ar/diario/suplementos/las12/13-6790-2011-09-30.
porque me hice junto a Eva Perón. Este carácter que tengo y estas html
ganas de seguir adelante lo aprendí de ella. Por eso, para escribir
- “La mujer pájaro. Rosa Margarita Hoffman (1905-1931).
este libro yo tuve que sufrir mucho” (A.V.)
24 de septiembre de 2010. Disponible en: http://www.pa-
gina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-6012-2010-
Notas en periódicos 09-24.html

En Página/12, Suplemento Las 12, Sección “Rescates”: - “La monja ardiente. Mariana Alcoforaro (1640-1723)”. 3 de
septiembre de 2010. Disponible en: http://www.pagina12.
- “La estoica rebelde. Frida Kahlo (1907-1954)”. 19 de agos- com.ar/diario/suplementos/las12/13-5965-2010-09-03.
to de 2011. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/ html
diario/suplementos/las12/13-6705-2011-08-25.html
- “La musa. Cristina Brahe”. 18 de noviembre de 2011. Dis-
- “La Malinche (1502-1529)”. 15 de julio de 2011. Dispo- ponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplemen-
nible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/ tos/las12/13-6885-2011-11-18.html
las12/13-6637-2011-07-15.html
- “Lucrecia Borgia (1480-1519)”. 28 de enero de 2011. Dis-
- “¡Mamita Querida! Joan Crawford (1905-1977)”. 24 de ju- ponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplemen-
nio de 2011. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/ tos/las12/13-6296-2011-01-28.html.
diario/suplementos/las12/13-6592-2011-06-24.html
- “Dama siniestra. Agripina”. 2 de marzo de 2012. Disponi-
- “Alice Liddell (1852-1917)”. 22 de abril de 2011. Dispo- ble en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/
nible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/ las12/13-7106-2012-03-02.html
las12/13-6468-2011-04-22.html
- Susanita. La casta Susana: año 100 a.C.” 4 de febrero de
- “Mas papisa que el papa. La papisa Juana (822-854)”. 26 de 2011. Disponible en: http://www.pagina12.com.ar/diario/
noviembre de 2010. Disponible en: http://www.pagina12. suplementos/las12/13-6310-2011-02-04.html
com.ar/diario/suplementos/las12/13-6151-2010-11-26.
html - “Dama fatal. Helena”. 27 de enero de 2012. Disponible en:
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-
- “La letra bastarda. Violette Leduc (1904-1972)”. 4 de di- 7033-2012-01-30.html
ciembre de 2009. Disponible en: http://www.pagina12.com.
ar/diario/suplementos/las12/13-5362-2009-12-04.html - “Alice Paul (1885-1977)”. 20 de mayo de 2011. Disponi-
ble en: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/
- “La bien vestida. Alfonsina Storni (1892-1938)”. 30 de las12/13-6524-2011-05-20.html
septiembre de 2011. Disponible en: http://www.pagina12.

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- “La receta mejor guardada. Petrona c. De Gandulfo (1896- Antologías
1992)”. 7 de mayo de 2010. Disponible en: http://www.
- Saraví Cisneros: primera antología poética platense. Buenos Aires,
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- Sajón de Cuello y Degiuseppe, Alcides. La Plata, Ciudad Milagro,
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de 2015. Disponible en: http://www.eldia.com/septi-
mo-dia/carlos-walter-butin-una-vida-muy-personal-55269 - Luis Soler Cañas, La generación poética del 40. 1981
- Mil bosques en una bellota. Duomo Ediciones, 2013. Veintiocho
- “El último escrito. Aurora Venturini (1922-2015)”. 29 de
escritores ineludibles de varios países y de dos continentes, unidos
Noviembre de 2015. Disponible en: http://www.eldia.com/
por una única lengua en plenitud creativa, integran esta compila­
septimo-dia/el-ultimo-escrito-99894
ción. Entre ellos Aurora Venturini.
- “Los nuevos autores según Aurora”. 11 de Enero de 2015.
Disponible en: http://www.eldia.com/septimo-dia/los-nue-
vos-autores-segun-aurora-31024

Inéditos
- Yuna y las lunáticas. “Es la continuación de Las primas, que tiene
unas doscientas páginas. Son los amigos que Yuna va conociendo
cuando viaja a Europa; es la gente que conocí cuando estuve
en París: Simone de Beauvoir, Jean Paul-Sartre, Vio­lette Leduc,
Eugène Ionesco y Juliette Gréco, pero también como fui mucho al
teatro aparecen Jean-Paul Belmondo y Alain Delon, la fa­rándula
de la época. Las noches de París que vive Yuna son las mismas que
viví yo a fines de los años 50.” (A.V.)
- El sillón de mimbre. Es la historia de una mucha­cha, María
Addolorata, que se queda soltera en los años 40, mientras
observa cómo todas las otras mujeres de su entorno se casan.

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